Antártida

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Antártida
Gentilicio: antártico/a
Superficie Total: 14 000 000 km²
Área libre de hielo durante el verano: 280 000 km²
Población Temporalmente 1000-4000 hab.
Densidad 0,0003571 hab/km² de media todo el año y 0,000142 en los meses fríos hab./km²
Países Islas entre la convergencia antártica y el paralelo 60° Sur (de situación antártica discutida)
Sin reclamo con reserva
Reclamos territoriales
Instalaciones científicas
Zona horaria Todas
Internet TLD .aq
Organizaciones regionales Tratado Antártico
Emblema adoptado en 2002 para representar al Tratado Antártico.

La Antártida[1]​ (del adjetivo latino antarcticus, y este a su vez del griego ανταρκτικός antarktikós, ‘opuesto al Ártico’; con la terminación -da, surgida en analogía con topónimos como Nueva Zelanda y Atlántida),[1]​ también denominada Antártica en Chile[1]​ o continente antártico, es el continente en el cual se encuentra el Polo Sur. La definición tradicional coincide con la definición política, en la cual la Antártida comprende los territorios al sur del paralelo 60° S, los que están bajo el Tratado Antártico. Atendiendo más a la geografía física, el límite estaría en la Convergencia Antártica, incluyendo entonces también a las islas Georgias del Sur, Sandwich del Sur, la isla Bouvet, el archipiélago de Kerguelen y las islas Heard y McDonald. Tiene una forma casi circular de 4500 km de diámetro de la que sobresale una angosta península en forma de ese, proyectada hacia el extremo austral de Sudamérica.

Conocido también como «sexto continente», es, si se toma el nivel superficial sobre el nivel del mar actual promedio de su indlandsis, el continente más elevado de la Tierra, con una altitud promedio de 2000 msnm. Alberga alrededor del 80 % del agua dulce del planeta. Es también el continente con el promedio de humedad más bajo de la Tierra y el de temperatura promedio más baja.

El punto más alto del continente es el macizo Vinson, con 4900 msnm. El monte Erebus es un volcán activo de la Antártida situado en la costa oriental de la isla de Ross. Su elevación es de 3794 msnm.

La mayor parte de la Antártida se encuentra cubierta por un gigantesco indlandsis; el espesor promedio del hielo que cubre el continente es de 2500 m; el máximo espesor registrado es de 4776 m, en la Cuenca Astrolabio de la Tierra Adelia (69°54′S 135°12′E / -69.900, 135.200), lo que equivale a casi 5 km de hielo sobre algunos lugares de la estructura rocosa de la Antártida. El indlandsis o casquete glaciar de la Antártida supone aproximadamente el 90 % de la criósfera del planeta Tierra.

En ciertas zonas, el manto glaciar supera ampliamente los límites del continente, formando extensas «barreras de hielo» permanente sobre las grandes bahías del océano Glaciar Antártico. Las más importantes son las barreras de Ross, de Ronne, de Filchner y de Larsen, aunque de esta última solo persiste la porción más austral denominada "Larsen C" —las secciones A y B de esta barrera colapsaron en 1995 y 2002, respectivamente, debido al incremento de la temperatura a lo largo de toda la península Antártica; a causa de este mismo factor, la sección C o supérstite de la barrera Larsen, entre 1996 y 2012, ha perdido en promedio 4 metros de hielo en su parte sumergida y 1 m en su parte emergida por lo cual probablemente también se licúe hacia 2020—.[2]​ En ciertas zonas de contacto del límite exterior de las mencionadas barreras se forman zonas de aguas oceánicas superficiales relativamente cálidas, llamadas polinias. Este fenómeno se debe a la ascensión de las corrientes relativamente cálidas sumergidas en la Convergencia Antártica, que, al chocar con estas barreras, se encuentran forzadas a subir. Una de las polinias más conocidas es la que se ubica en el sureste del mar de Weddell.

Toponimia

Ártico proviene del vocablo griego αρκτικως arktikōs, ‘de la osa’, en referencia a la constelación boreal llamada Osa Menor, en la que se encuentra la estrella polar, que señala al Polo Norte, mientras que ανταρκτικως antarktikos significa ‘opuesto a la osa’; es decir, se alude al Polo Sur, que se encuentra ubicado en este continente. Se considera que quien primero utilizó el nombre Antarctica para denominar el entonces recién descubierto continente fue el cartógrafo escocés John George Bartholome en 1890.

Geografía

Hielo austral.
La Antártida vista desde el espacio.
Mapa de la Antártida y continentes cercanos.
Temperatura de la superficie antártica en invierno y en verano.
Precipitaciones anuales en mm. Las áreas púrpura y violeta indican nulas o muy escasas precipitaciones; es decir, un desierto nival en el centro del continente.

La Antártida es el cuarto continente más grande, después de Asia, América y África, con 14 000 000 km². Su forma es aproximadamente circular y se ubica casi completamente al sur del círculo polar antártico.

Su extremo norte en la península Antártica se encuentra a solo 940 km del Cono Sur de Sudamérica,[n. 1]​ mientras que las distancias de las costas más cercanas respecto a África son de 3800 km, de Tasmania 2530 km, de Australia unos 3135 km y de Nueva Zelanda 2200 km.

Se divide en Antártida Occidental o Menor, más pequeña, y Antártida Oriental o Mayor, el resto del continente. Ambas zonas se encuentran parcialmente separadas por una escotadura que se ubica entre el mar de Weddell y el mar de Ross; tal escotadura es llamada Antártida Hundida y se trata de una gran cuenca subglaciar delimitada por los Antartandes y los montes Ellsworth al oeste y los montes Transantárticos al este, así como por la Meseta Polar en el sur. Se ha hipotetizado que, en efecto, gran parte de la llamada Antártida Hundida se encuentra algunos metros bajo el nivel del mar debido al enorme peso de la calota glacial, que tiene espesores de más de 2000 m. Al este del mar de Ross y al oeste del mar de Weddell, los dos mares más importantes y que más penetran hacia el Polo Sur, el resto del continente. Destaca la península Antártica, en la Antártida Occidental, al sur del continente americano.

El Polo Sur de Inaccesibilidad se ubica en la Antártida, relativamente cerca del Polo Sur geográfico. Este Polo de Inaccesibilidad es el más inaccesible de todos los del planeta Tierra y se ubica en la coordenadas (82°58′S 54°40′E / -82.967, 54.667). A una altura de 3718 msnm, en sus adyacencias se ha ubicado la base rusa Vostok.

Orografía

Relieve de la Antártida en falso color (la mayor intensidad del rojo indica la mayor altitud).
El monte Erebus, el más famoso volcán activo de la Antártida, se encuentra en la isla Ross del sector reclamado por Nueva Zelanda.

La Antártida es uno de los siete continentes de la Tierra. Está situada sobre el Polo Sur y representa casi el 9 % de las tierras emergidas. Su superficie real se encuentra rebasada por el indlandsis, la espesa capa de hielo que la cubre. Se calcula que el volumen del indlandsis llega a 20 millones de km³, y el espesor a 2438 m; promedio sobre el nivel del mar por eso solo los picos más elevados sobresalen entre la superficie helada.

Por su extensión, la cordillera más prolongada es la de los montes Trasantárticos, aunque las mayores altitudes se registran en los Antartandes, especialmente en el ramal macizo Vinson. Entre los Antartandes (los cuales se encuentran ubicados casi en las costas más occidentales y recorriendo la península Antártica) y los montes Trasantárticos, se ubican cordilleras intermedias como los montes Pensacola y los montes Ellsworth. Ya en las proximidades del Polo Sur se eleva la meseta Polar, que tiene como anexo una importante cordillera casi totalmente cubierta por el hielo: la cordillera Gamburtsev. La mayoría de las cordilleras o montes de la Antártida se encuentran en los bordes del cratón precámbrico de la Antártida Oriental; entre estos se encuentran los montes (cordilleras) Sor Rondane (cuya cumbre es el Verterkaka de 3630 msnm), Napier, Wholthat, Admiralty, Horlick, Mühgllg-Hoffmann, Britannia, montes de la Reina Maud, etc. Por otra parte, existen gigantescas montañas de hielo como el Domo A, que alcanza los 4093 msnm, y sastruguis (especies de dunas de hielo y nieve), integrados por estratos de hielo arqueano, muchos de ellos de un intenso color azulado.[3][4]

Las Antartillas o Antillas del Sur constituyen un gran archipiélago que sufre (sobre todo en su parte oriental) frecuentes seísmos y es eslabonado ya que se extienden en forma de una gran sinusoide desde la americana Tierra del Fuego; todas las Antártillas son islas, rocas e islotes que corresponden al plegamiento andino que se prolonga luego en los Antartandes de la Antártida Occidental. Por los motivos precitados muchas de las Antártillas son conos volcánicos apenas emergentes sobre el nivel del océano, tal es el caso de la isla Decepción en cuyo puerto (caldera inundada) se puede bañar la gente ya que sus aguas están entibiadas por el calor que emana de la caldera volcánica.

Hay diferencias sustanciales en el relieve de la Antártida Oriental y el de la Antártida Occidental.

  • Antártida Occidental: tiene un relieve muy accidentado con costas irregulares. Está constituido por rocas sedimentarias plegadas en las eras Mesozoica y Cenozoica. Esta parte de la Antártida posee islas que son una prolongación de la cordillera de los Andes (Cordillera Antartandes). En la Antártida Occidental, bajo la corriente de hielo Ferrigno en la zona de las tierras altas subglaciales Ellsworth se ubica el que quizás sea el cañón más gigantesco de la superficie terrestre con profundidades de 1500 m a 3000 m, una longitud de aproximadamente 300 km y anchuras de 25 km. Por otra parte en la Tierra de la Princesa Isabel también se ha descubierto una profunda red de cañones antáticos. [5]​ Tal cañón se debería principalmente a la erosión y parece ser una de las causas principales (junto al calentamiento global) de la gran pérdida de hielos que está ocurriendo en gran parte de la Antártida Occidental.
  • Antártida Oriental: está constituido por una enorme meseta tabular. Está compuesto por rocas precámbricas y paleozoicas y se encuentran montañas que alcanzan los 3000 msnm. Existen algunos volcanes en actividad, como el monte Erebus, de 3794 msnm. También en la Antártida Occidental y más precisamente en la Tierra de Marie Byrd se ha descubierto bajo un kilómetro de hielo un volcán activo en las proximidades del monte Sidley. [6]

En las zonas heladas se han encontrado gigantescos "canales" cuyas profundidades superan los 300 m.[7]

Paleogeografía

El supercontinente Pangea incluyendo la placa antártica (en color rojoanaranjado) antes de que esta se escindiera debido a la deriva continental o tectónica.

La Antártida es una masa continental que ocupa el Polo Sur geográfico de nuestro planeta. Hasta hace 160 millones de años la Antártida estuvo unida a la India, África, Australia, Nueva Zelanda y Sudamérica, formando el supercontinente llamado Gondwana. Al fragmentarse Gondwana, los continentes se fueron desplazando; durante mucho tiempo la Antártida y Australia estuvieron unidas y fueron desplazándose hacia el sur, hasta que la Antártida acabó separándose de Australia definitivamente hace unos 80 millones de años al derivar Australia hacia el norte, ubicándose en su posición actual y formándose lo que hoy es. Respecto a América, la Antártida estuvo unida a este continente por un istmo hasta hace unos 58 millones de años, de tal istmo el actual vestigio es el conjunto de archipiélagos correspondiente a las Antartillas o Arco Antillano Austral.[8]

Hidrografía

Principales zonas donde el indlandsis avanza sobre los océanos formando barreras de hielo debido a los velages glaciológicos de los icebergs. Para observar en detalle las mayores barreras o plataformas de hielos en 2007 véase: Anexo:Plataformas de hielo de la Antártida.

En la superficie solo existen algunos arroyos que corren en los días más cálidos del verano en el extremo norte de la península Antártica, todo el resto de las aguas visibles se encuentra en estado sólido (hielo) formando ya sea el enorme indlandsis o calota de hielo, dentro del hielo continental antártico se incluyen glaciares gigantescos, los más grandes del planeta Tierra, entre tales glaciares destacan el Lambert, el Denman, el Mertz y el glaciar Scott, entre otros muchos que discurren casi radialmente desde el centro del continente hacia las costas en donde forman barreras de hielo o directamente forman icebergs. En el presente (ca. año 2015) la Antártida tiene aproximadamente 26,5 millones de km³ de hielo y si se incluye el hielo de las banquisas la cifra se eleva a aproximadamente 27 millones de km³ de hielo;[9]​ en la Cuenca Astrolabio se encuentra la capa de hielo más gruesa del planeta Tierra. Bajo la cubierta de "hielos eternos" se han encontrado varios lagos subglaciales como el Vostok o también el Ellsworth; la existencia de tales lagos se debe a calentamiento geotérmico y/o a la gran presión que en ellos existe, presión que hace fluidas sus aguas pese a estar en muchos grados por debajo de los 0 °C o punto normal de solidificación del agua al nivel del mar, esto permite que exista todo el tiempo un fluido "sistema hídrico" subglacial bajo el frío, congelado, indlandsis antártico.

El lago Don Juan, ubicado en el valle llamado en la cartografía angloparlante valle Wright, descubierto en 2012, resulta ser el lago superficial más salado del planeta Tierra. Debido a su elevadísima concentración de sales en forma de hidrosoles, sus aguas permanecen en estado líquido hasta una temperatura de –56 °C.[10]​ Otro fenómeno hídrico interesante es la existencia de polinias en algunos de los mares, como la del mar de Weddell. Las polinias son zonas de mar que se mantienen libres de hielo debido al resurgir —tras chocar contra el continente— de aguas cálidas que se habían sumergido en la zona de convergencia Antártica. La dicha convergencia Antártica es considerada el límite natural del área antártica y es una variable zona en la cual chocan las aguas cálidas procedentes desde los trópicos (es decir desde el norte) con las frías procedentes desde el sur. Entre la convergencia Antártica y el continente antártico se ubica, en pleno océano glacial, la divergencia Antártica que señala la región en donde el agua helada que discurre desde el continente cae a las profundidades del océano.

El continente pulsante

La Antártida en periodo interglacial contemporáneo (verano austral)
La Antártida en periodo glacial actual (invierno austral), cuanto mayor es la intensidad del azul es mayor la intensidad del frío.
Espesor y estructura del hielo en la Antártida "interglacial" —es decir: durante el prolongado verano de seis meses—. - Tonos azules: muestran el espesor del hielo en capas de 1000 m
- líneas gruesas: líneas topográficas que distinguen las altitudes del hielo antártico
- Líneas finas: líneas de flujo de hielo
- colores turquesa: el indlandsis propiamente dicho
- rojo: territorios libres de hielo en el verano austral.

Durante el verano, el continente antártico tiene una superficie de 14 millones de km². Durante el invierno, el mar adyacente se congela, dando lugar a una banquisa, y su superficie aumenta hasta los 30 millones de km². Esta característica, que se repite año a año con el cambio de las estaciones, le ha valido a la Antártida el nombre de «continente pulsante». Durante el verano austral (hacia enero) menos del 3 % del territorio queda libre de hielos (este deshielo ocurre principalmente en la península antártica) quedando (2015) 13 720 000 km² cubiertos de hielos sobre tierra en pleno verano.
En promedio el inlandsis o calota glacial-nival de la Antártida tiene una extensión de 22 millones de km², lo cual supone el 90 % de los hielos superficiales existentes en el planeta Tierra y el 70 % del agua dulce de la Tierra. Si esta calota se derritiera el nivel de los océanos se elevaría entre 45 a 60 metros. Por su parte, como en otros mares polares, el agua del océano Glaciar Antártico puede mantenerse líquida a una temperatura de cerca de –2 °C porque el agua salada tiene un punto de solidificación (o congelación) inferior al agua pura.

La cubierta "pulsante" (según las estaciones) le es un detalle muy llamativo: durante el prolongado invierno austral la calota de hielos supera a los 20 millones de km² (esto implica que tal calota se extralimita bastante del continente antártico propiamente dicho avanzando hacia el norte sobre el océano Glaciar Antártico, en cambio durante el verano austral la calota de hielos se contrae hacia el sur en el océano hasta 4 millones de km². Acorde al año de comparación (el 2008) se produce en los mares de la Antártida una diferencia estacional del 75 % la cual es obviamente mucho mayor a la diferencia de un 25 % de hielos interestacionales que ocurre en el Ártico.[11]​ Por otra parte se ha notado una expansión de la banquisa invernal antártica en comparación con la ártica, en el año 2014 la banquisa invernal antártica se extendió 20 millones de km², la explicación para ello está un leve cambio de los vientos circumpolares (que en la región antártica circulan predominantemente de Oeste a Este) al haber en estos años una mayor incidencia de vientos gélidos desde el sur al norte congelando así más ampliamente la superficie del océano.[12][13]

En cuanto a las barreras de hielo (como la de Ross, Filchner, Larsen, etc.), estas han poseído discontinuidades en diversas épocas geológicas. Estas barreras (o plataformas) de hielos han desaparecido y reaparecido naturalmente según los ciclos de Milankovich (pequeñas variaciones del eje del planeta Tierra que ocurren cada 20 000, 40 000, y 100 000 años).

Clima

Temperatura

Supuesto aspecto de la Antártida sin la calota glacial. Este mapa no considera las áreas que se inundarían casi inmediatamente si la calota se derritiese y con ello se elevara el nivel del mar, tampoco considera las áreas que por isostasia —tras decenas de miles de años— se elevarían ya que actualmente se encuentran hundidas por el enorme peso de los hielos.
Colores correspondientes a las temperaturas del mapa del calentamiento global en el periodo 1957-2006.
Mapa de velocidades de derretimiento del hielo ca el año 2014. Los diferentes tonos de rojo (los tonos más oscuros indican mayor lentitud) indican de las diferentes velocidades de flujo actual de las corrientes de los hielos antárticos.
Mapa topográfico de la Antártida después de quitar el hielo, actualizarse el equilibrio y el nivel del mar. Por tanto este mapa muestra como podría ser la Antártida hace 35 Ma, cuando la tierra era lo suficientemente cálida como para que se formara permafrost en Antártida.

Sobre casi toda la superficie del continente impera el clima polar, donde la temperatura promedio del mes más cálido no supera los 0 °C. El clima llamado de tundra, donde el promedio del mes más cálido supera los 0 °C, se presenta solo en las zonas costeras más septentrionales, como en la península Antártica, islas adyacentes e islas subantárticas. La temperatura media de esta región es de –17 °Celsius, y las temperaturas más bajas que se han registrado se han ubicado en la estación antártica rusa de Vostok, el 21 de julio de 1983, cuando el termómetro marcó –89,3 °C, y luego en 2013 en la base japonesa Domo Fuji (abreviado: Domo F) a 3786 msnm bajó hasta los –91,2 °C,[14]​ y poco después el 31 de julio de 2013 en un punto a poca distancia del Domo Argos en dirección al Domo Fuji se registró el récord histórico de menor temperatura de la Tierra con –93,0 °C,[15]​ es decir: las temperaturas más bajas de la Antártida y de toda la superficie del planeta Tierra parecen ubicarse en el Domo Argos o en sus proximidades, es decir el Polo de frío del planeta Tierra se ubica precisamente en las regiones centrales de la Antártida. Estas bajas temperaturas se deben, no solo a su ubicación en la zona polar, sino a su gran altura media y la poca radiación solar que recibe. Además, entre el 80 % y el 90 % de la radiación que recibe es reflejada por el hielo merced a su albedo, evitando el calentamiento de la superficie. Es precisamente el albedo antártico el que le da gran importancia al clima de este continente ya que, al reflejar el color blanco de los extensos hielos el calor solar y devolverlo parcialmente hacia el espacio, se dice apropiadamente que la Antártida es «la refrigeradora de la Tierra».

Una investigación de un equipo de la Universidad de Washington dirigido por Eric Steig, integrado también por Michael Mann, el célebre creador del estudio conocido como el «palo de hockey», largamente desacreditado ya por su metodología lindante con el fraude científico, (según lo demostró el Informe Wegman al congreso estadounidense en 2006), publicado por la revista Nature en enero de 2009, intentó probar que toda la Antártida habría experimentado un aumento de temperaturas de 0,5 °C en el periodo 1957-2006. Finalmente se comprobó que el estudio de Stieg et al. adolecía del mismo tipo de análisis estadístico defectuoso que el «palo de hockey» de Mann, Hughes & Bradley 1998. Hasta se demostró que la estación automática Harry, así como otras más cuyos datos eran vitales para el estudio, estaba enterrada tres metros en la nieve y el hielo enviando señales de temperatura de 0 °C cuando la temperatura ambiente exterior era inferior a los –50 °C. El asunto está profundamente discutido y explicado en el sitio web de Steve McIntyre,[16]​ precisamente uno de los científicos que desenmascaró los errores del «palo de hockey» de Michael Mann.

Por sí sola el área de la península antártica habría tenido entre aproximadamente los 1950 y el 2009 un incremento de temperaturas promedio ubicado en los 3 °C, lo cual explica la presencia de lluvias y el fuerte deshielo actual de tal zona. La causa parece radicar en una alteración del patrón de vientos que traen ahora vientos más cálidos desde el oeste y noroeste, como lo informa R. Bintanja en Antarctic Science.[17]​ En realidad, la península antártica representa el 2 % del continente antártico, y el calentamiento observado no alcanza a compensar el fuerte y sostenido enfriamiento que viene presentando la Antártida desde hace varias décadas, como está registrado en la información de las bases Scott, Amundsen, Vostok y otras.

Cubierta de hielos

Topografía y batimetría subglacial de la Antártida.

En la Antártida se encuentra la mayor parte de la actual criósfera terrestre. Menos del 3 % del continente antártico se halla libre de hielos durante la época más cálida del verano austral (en enero) y, de tan exigua parte, el 90 % corresponde a las áreas más septentrionales de la península Antártica.
Sin embargo, debido al calentamiento global, la Antártida pierde unos 152 km³ de hielo/año, lo que supone un aumento del nivel del mar de unos 0,4 mm. Posiblemente, los datos de meteorología y de climatología de Antártida,[18]​ no den los promedios de temperaturas necesarios para fundir hielo continental (el único que puede hacer ascender muy notoriamente el nivel del mar), debido al calentamiento global en el verano meridional de 2002 se fragmentó y derritió la Barrera de Hielos Larsen B que poseía un área de 3240 km² y una antigüedad de aproximadamente 10 000 años.

Partes descubiertas de hielo y cubiertas con musgos en las proximidades de la estación científica argentina Base Primavera.

Aunque algunas zonas –como la occidental– están experimentando una pérdida de hielo, los últimos estudios[19]​ muestran un crecimiento del hielo marino antártico muy superior a dicha pérdida; una tendencia, además, en oposición a la que se venía dando desde la última glaciación.[20]​ Según Curt Davis, la Antártida es «el único gran cuerpo de hielo terrestre que está ganando masa en lugar de perderla».[21]​ Sin embargo mapas satelitales de la NASA indican que el calentamiento global en el período 1998—2008 ha acelerado un 75 % el deshielo del continente antártico; tal deshielo se presenta más patentemente en las zonas de latitudes y altitudes más bajas, las cuales se encuentran en la Antártida Occidental. Estos datos aparentemente contradictorios tienen una explicación: 1) los cambios observados en el hielo marino no necesariamente son los mismos que suceden con los glaciares terrestres y, 2) las zonas costeras están sufriendo una acelerada fusión de los hielos,[22]​ mientras que, contrariamente, las áreas centrales del continente antártico parecen estar teniendo un incremento en los mismos. Esto último se explicaría, paradójicamente, por el aumento global promedio de las temperaturas: al haber unos pocos grados más de temperatura es posible que el centro del continente antártico esté recibiendo flujos mayores de humedad atmosférica que rápidamente precipitan en forma de nieve y luego se transforman en capas estratificadas de hielo nuevo.
De lo que en el año 2014 no caben ya dudas es que en la Antártida Occidental se está verificando un acentuado derretimiento de glaciares debido al calentamiento global, esto en lo que va del presente siglo podría provocar una elevación importante de las aguas oceánicas de todo el planeta Tierra, sin embargo tal delicuescencia o derretimiento de los hielos pueden tener muy importantes efectos catastróficos, algunos "tan solo" por efecto mariposa: la disminución del albedo y la evaporación del agua acentuarían el calentamiento global, también cambiaría de un modo muy importante el clima de todo el planeta y se notaría un cambio drástico en la ecología de los océanos de la Tierra al disminuir la salinidad de los mismos y al aumentar la temperatura media de los mismos (por ejemplo: el aumento de la temperatura media de los océanos terráqueos provocaría importantes cambios en la climatología global del planeta).[23][24]​ Por otra parte el derretimiento de los hielos en la Antártida (especialmente en la Antártida Occidental) ha provocado recientemente (notoriamente desde 2009) cambios en el campo gravitacional del planeta.[25][26]

El movimiento del hielo en la Antártida. (en inglés)

La Antártida tiene entre muchas características muy especiales debidas al clima gélido: las «flores de hielo». Éstas se forman sobre capas de hielo marino, a partir de vapores de agua que se escapan de las fisuras y huecos en la capa de hielo superficial. Al entrar en contacto con el aire frío estos vapores se congelan, y la sal en la superficie comienza a cristalizar, sirviendo de núcleo para que comience a formarse la flor.[27]

Meteoros y precipitaciones

Ya al sur de los 55°S se pueden producir arcos circunhorizontales o arcoíris de fuego que se producen cuando el Sol está en el cénit o a más de 58° sexagesimales de elevación respecto al horizonte y su luz blanca atraviesa las cristalinas y muy elevadas nubes de hielo llamadas cirros.

Otra singularidad antártica es que se trata del continente más seco del mundo.[28]​ Aproximadamente el 90 % de su territorio se trata de un desierto nival, esto es, un área fría con escasa presencia de vida y una aparentemente paradójica gran sequedad del aire; sequedad que llega a superar la de los desiertos cálidos. Que la atmósfera tenga casi nula humedad en casi toda la Antártida y que en las áreas del Polo Sur geográfico casi nunca se registren precipitaciones (ni siquiera en forma de nieve) tiene una explicación evidente: debido a las bajísimas temperaturas constantes del interior antártico el agua se encuentra naturalmente en estado sólido, faltando por ello brumas, neblinas, nubes, lluvias o nieves. La Antártida presenta hoy una media aproximada de 166 mm de precipitación líquida al año.[28]

La Antártida es, en la mayor parte de su extensión, en cuanto a su humedad atmosférica –paradójicamente– el lugar más seco de la Tierra (excepto las zonas costeras e insulares de la Antártida), ya que al estar las temperaturas casi siempre bajo 0 °Celsius el agua se encuentra cristalizada y el aire, que es extremadamente frío, apenas retiene humedad.

Punta Renier.

Un fenómeno térmico característico de la Antártida es el llamado Kernlose winter; es decir, las temperaturas medias durante el invierno tienen variaciones muy pequeñas, en las zonas cercanas a las costas son frecuentes las nevascas, en la península antártica las nevadas y, actualmente (claramente observable 2008 y presente en el 2015), también las celliscas y lluvias (en muchos casos aguanieves) durante el breve verano, los fuertes vientos son frecuentes ya que sobre el centro de la Antártida se ubica permanentemente un área de alta presión (anticiclón) que hace fluir (acorde con las fuerzas de Coriolis) corrientes eólicas a gran velocidad desde el sur hacia el norte y noreste, estos vientos alcanzan velocidades de 200 km/h provocando en el interior del continente temporales llamados «sordos» ya que carecen de truenos y relámpagos.
En la Antártida también se han registrado los vientos más intensos de la superficie terrestre: 327 km/h, en julio de 1972, en la estación científica francesa Dumont d’Urville.

Las diferencias térmicas y los vientos en la Antártida pueden hacer que las precipitaciones nivales «blandas» se congelen y literalmente rueden, enroscándose, sobre las superficies sólidas ya antes congeladas produciendo el fenómeno llamado rollos de nieve.

La meteorología en la Antártida se ve completada con la presencia de curiosos fenómenos ópticos en la atmósfera: espejismos (debidos a reflejos del hielo y a la refracción por diferencia de las temperaturas en las capas de aire), antelias: halos iridiscentes en torno a la luz de los astros (en especial en torno a la luz solar) debidos a cristales de hielo flotando en la atmósfera, parhelios; auroras polares debidas al viento solar interactuando con la magnetósfera y la atmósfera (las auroras polares son más intensas durante cada máximum solar, es decir durante cada ciclo en que se intensifican las manchas solares, esto casi siempre cada 11 años.

Iluminación de la Tierra por el Sol en el solsticio de diciembre (verano polar austral). En este período, puede verse que, independientemente de la rotación de la Tierra, en la Antártida es siempre de día.

Días y noches

En pleno verano austral (enero), los días en la Antártida tienen luz casi las 24 horas del día, a medianoche el Sol «baja» hasta la línea del horizonte para luego volver a «subir» en un movimiento sinusoidal aparente (solo existe desde la perspectiva), en el breve verano antártico las horas en que el sol está más próximo al horizonte son llamadas noches blancas, mientras que durante el extenso invierno los días permanecen en una prolongada penumbra. Al sur del círculo polar antártico hay al menos un día en que no se pone completamente el sol (solsticio de verano) y al menos una noche en que no sale completamente el sol (solsticio de invierno). En el Polo Sur geográfico el día dura seis meses y la noche los otros seis meses. Esto se debe a que el eje de rotación de la Tierra está inclinado con respecto al plano de la órbita de la Tierra alrededor del Sol.

El agujero de la capa de ozono

Foto satelital del mayor agujero de ozono hasta ahora registrado debido a los gases CFC; esto ocurrió en septiembre de 2006.

En el presente la mayor parte de la atmósfera que cubre a la Antártida y zonas adyacentes presenta unos niveles de ozono significativamente por debajo de la media, lo cual posibilita que se incremente la radiación UV. El área con déficit de ozono es llamada agujero de ozono y su aumento se debe principalmente a la emisión de gases clorofluorocarbonos por las actividades industriales presentes en el mundo y en particular en las zonas con más actividad industrial en donde no se tomen medidas para evitar la liberación de estos gases principalmente en EE. UU., Rusia, Japón, China, Brasil y Europa (ver Protocolo de Montreal y Protocolo de Kioto sobre el cambio climático).

Recursos mineros

La presencia de muchos recursos mineros ha sido revelada por estudios geológicos detallados. Se han verificado la existencia de yacimientos de carbón. Los montes Transantárticos contienen parte de lo que puede ser el manto carbonífero más grande del mundo y existen grandes reservas de hierro en los montes Príncipe Carlos, cerca de la costa de la Antártida Oriental; Un líquido de color rojo se derrama en las Cascadas de Sangre del glaciar Taylor, durante mucho tiempo se creyó que el color se debía a la presencia de algas rojas aunque luego se ha descubierto que se debe a la presencia de altas dosis de óxido de hierro. También se ha descubierto antimonio, cromo, oro, molibdeno, uranio, petróleo —este en las zonas litorales de la Antártida Occidental— y diamantes [29]​; pero hasta el momento ha sido antieconómico explotarlos como también potencialmente dañino para el frágil medioambiente. Las condiciones climáticas, la gruesa capa de hielo, y las restricciones del Tratado Antártico mantienen muy limitadas las prospecciones. En 1990 se acordó prohibir la explotación minera por 50 años.[30]

Vida en la Antártida

La NASA halla vida a 190 metros de profundidad en la Antártida.
Mapa que muestra, acorde a los fósiles actualmente encontrados, cómo fluyeron las especies animales en el supercontinente de Gondwana.

Los primeros registros actualmente conocidos (agosto de 2014, manteniendo dataciones de 2008) de plantas en el continente antártico datan de hace unos 400 millones de años (período Devónico). Después, durante el Paleozoico, proliferaron bosques de helechos arborescentes llamados glossopteridales. El Mesozoico se caracterizó por la presencia de helechos Dicroidium, mientras que en el Cretácico aparecieron plantas con flores (Angiospermas).

Hace unos 100 millones de años, durante el Cretácico, el territorio de la Antártida se separó por primera vez de la Patagonia al formarse una cuenca marina llamada Cuenca Rocas Verdes, tal cuenca se cerró hace unos 85 millones de años volviendo a reunirse entonces la Antártida con la Patagonia, esto explica la existencia de alguna diferenciación de especies de flora y fauna durante ese periodo.

cormorán antártico.

Durante el Cenozoico y hace unos 60 millones de años —cuando aún el actual continente antártico estaba unido a Gondwana— abundaron bosques de gigantescos árboles (principalmente fagáceas, caducifolias), helechos arborescentes y quizás cicadáceas entre los cuales proliferaba una fauna de monotremas, marsupiales, y reptiles primitivos de la familia de la tuátara (Sphenodontidaes). El paisaje habría sido muy semejante al actual del sur de la Tierra del Fuego, Tasmania y Nueva Zelanda.

Al desaparecer el gran istmo que unía a la Antártida con América hace unos 58 millones de años ya se habían establecido grupos de mamíferos placentarios herbívoros dotados de pezuñas cuyos restos de hace más de 55 millones de años han sido descubiertos en las inmediaciones de la base argentina Marambio por científicos argentinos del CONICET; esto significa que tras la extinción global masiva ocurrida hace 65 millones de años, la cual hizo desaparecer a los dinosaurios en el planeta, hubo un desplazamiento por el antiguo megacontinente de Gondwana de mamíferos placentarios correspondientes al ya extinto orden de los Litopterna (de gran difusión en Sudamérica durante el Cenozoico) y más precisamente de la familia Sparnotheriodontidae.[8]

Hasta hace unos 55 millones de años la mayor parte de la Antártida se ubicaba (por la deriva continental) en latitudes menos elevadas (en este caso, más al norte) y por tanto más cálidas. Esto, unido a una inclinación menor que la actual del eje de la Tierra, facilitó que este extenso territorio se encontrara cubierto por densas forestas. Según los investigadores, hace unos 52 millones de años la Antártida estaba cubierta por densas forestas cálidas que incluían palmeras y especies afines a los baobabs.[31][32]

Hace unos 37 millones de años que la Antártida comenzó a quedar gradualmente cubierta por hielos y sus costas estuvieron pobladas por pingüinos gigantes de 2 m de altura y 155 kg de peso de la extinta especie Palaeeudyptes klekowskii.[33]

Hace 23 millones de años se originó la actual corriente marina Circumpolar Antártica la cual, junto a la deriva tectónica hacia el polo sur del continente, facilitó aún más el enfriamiento de estos territorios. Sin embargo hasta hace solo 3,5 millones de años crecían aún algunos bosques a casi 500 km del Polo Sur. Recientes investigaciones sugieren que los fríos actuales bosques antiboreales del sur de Argentina y Chile, con presencia de coníferas, fagáceas, caducifolias etc. tienen su origen en las antiguas florestas de la Antártida antes de que ésta se congelara. Es de notar que según algunos autores tales formaciones arbóreas no serían exclusivamente bosques (es decir foresta con el predominio de una sola especie) sino selvas frías (forestas con imbrincación de varias especies arbóreas y presencia de importante sotobosque).[34]

Montañas Transantárticas.

En el año 2016 se ha encontrado vida subglacial (artrópodos, peces etc.) bajo algunos de los gigantescos glaciares antárticos.[35]

Biodiversidad

Fungi/hongos

Un Lichen squamulose sobre basalto en Ulupo, Kailua, en O'ahu, Hawai'i. Se conocen unas 400 especies de líquenes en la Antártida.

Aparte de la flora vegetal, que prospera principalmente en las islas y en las costas de la dicha península, también se pueden encontrar en la misma zona antártica especies del filo hongo (Cephalosporium balanoides, Acrostalagnus etc.). Hasta hace pocas décadas el reino de los fungi u hongos era incluido sin dudarlo entre los vegetales aunque ya en el s. XXI los fungi u hongos están taxonomizados aparte de los vegetales (la división clásica ontológica de los seres existentes en el mundo era hasta hace menos de un siglo la de: "reino mineral", "reino vegetal" y "reino animal"); en la Antártida todos los hongos no parásitos sobreviven haciendo simbiosis con vegetales especialmente con las vegetales algas constituyendo líquenes. Hasta el presente (julio de 2014) se han catalogado alrededor de 400 especies de líquenes en la Antártida.

Aproximadamente se han contado 1150 especies de hongos en la Antártida, algunas de estas especies de hongos y líquenes son criptoendolíticas (existen escondidas dentro de rocas) debido a su evolución en condiciones extremas y han contribuido significativamente a la formación de las impresionantes formaciones rocosas de los valles secos cercanas a la base de McMurdo y crestas de las montañas circundantes. La morfología aparentemente simple, las estructuras escasamente diferenciadas, los sistemas metabólicos y enzimas aún activos a temperaturas muy bajas, y la reducción de los ciclos de vida mostrado por dichos hongos los hacen especialmente adecuados para entornos hostiles, como los valles secos donde se encuentra la base McMurdo. En particular, sus sus membranas celulares externas o «paredes» y la fuerte melanización los hacen resistentes a la luz UV.[36][37]​ Estas características se observan en diferentes hongos antárticos y puede demostrarse mediante estudios moleculares que pertenecen a diferentes órdenes taxonómicos. También se pueden observar esto en las algas y las cianobacterias antárticas, lo que sugiere que estas son adaptaciones a las condiciones que prevalecen en la Antártida. Esto ha llevado a la especulación de que, si la vida alguna vez ocurrió en Marte, podría haber parecido similar a los hongos de la Antártida como el Cryomyces minteri.[38]​ Algunos de estos hongos son también aparentemente endémicos de la Antártida. Los hongos antárticos endémicos también incluyen algunas especies de hongos que crecen en estiércol ya que habitan o viven en el estiércol de animales pluricelulares ya que en las defecaciones de los mismos por presión evolutiva tales hongos o fungi han tenido que evolucionar en respuesta al doble desafío de frío extremo, mientras que crecen en el estiércol, por la necesidad de sobrevivir al paso por el intestino de los animales de sangre caliente.[39]

Flora

El clima actual de la Antártida inhibe a la variación de formas vegetales. Una combinación de temperaturas de congelación, tierra de pobre calidad (escasas en materia orgánica, falta de humedad y la falta de crecimiento al ser pobre la insolación o luz solar que reciben las plantas). Como resultado de lo antedicho, la diversidad de vida de las plantas es muy baja y limitada en la distribución dentro del continente llamado Antártida.
Existen siete centenares de especies de algas, la mayoría de los cuales son parte del fitoplancton (es decir algas marinas u oceánicas). Las multicolores algas de nieve y las diatomeas son especialmente abundantes en las regiones costeras durante el verano; muchas veces áreas nivales costeras o influidas por el océano se encuentran coloreadas de rojo, verde o amarillo por otra alga, la: Chlamydomonas nivalis llamada «alga de la nieve». Por otra parte corresponde hacer mención de las «algas terrestres» siendo la más notoria la Prasiola crispa que se encuentra frecuentemente sobre las rocas.[40]​ Recientemente se han descubierto viviendo atrapados en las profundidades de los glaciares antiguos ecosistemas compuestos por varios tipos de bacterias (consideradas las bacterias formas muy elementales de flora) . Una comunidad autótrofa está compuesta en su mayoría de los protistas.[cita requerida]

La flora del continente se compone en gran parte de las briofitas. Hay alrededor de 100 especies de musgos y 25 especies de hepáticas del tipo Marchantiophyta ), pero solo existen conocidas en el 2014 dos especies de plantas con flores (fanerógamas), las cuales se encuentran en la península antártica: Deschampsia antarctica (pasto antártico) y Colobanthus quitensis (clavel antártico).[36][40]​ En la actualidad, debido a las condiciones extremas del clima, en la Antártida existe poca vegetación, y de formas muy simples, como algas, musgos (como el Saniania uncinata), y líquenes (como el Xantonia elegans), sin embargo la zona costera septentrional de la península antártica y las Antillas del Sur poseen dos plantas autóctonas vasculares y fanerógamas: el clavel antártico y el pasto antártico, ambas plantas crecen formando tundras y (en las zonas más septentrionales de las islas) pequeños colchones de tussoks; la Deschampsia antarctica se destaca por su resistencia a las radiaciones ultravioletas y, por los compuestos que sintetiza se estudia su uso terapéutico para distintos tipos de cáncer de piel. El crecimiento de las plantas con flores al aire libre se limita a un par de semanas en el verano.

Fauna

Ejemplar de pingüino papúa antártico.

La fauna es muy escasa en el continente, pero en el océano que lo rodea, cuyas aguas están a una temperatura apenas por encima del punto de congelación del agua marina (es decir sobre los -1.8 °C), abunda en el estío la fauna marina, pues este ecosistema es muy propicio para la productividad biológica gracias a la mayor cantidad de horas de luz fruto de los largos "días" del verano polar. Durante todo el año existen en los mares antárticos especies psicrófilas muy adaptadas a las aguas heladas que suelen no congelarse a los 0 °C sino a los -2 °C por el grado de salinidad del agua, ejemplos de la fauna marina son la medusa antártica (Diplulmaris antarctica) y al parecer medusas gigantes emparentadas con las árticas medusas melena de león[41]​ y las anémonas de mar de la especie Edwardsiella andrillae.[42]​, también, en los mares antárticos existen arañas de mar gigantes (en realidad se trata de picnogónidos filogenéticamente emparentados con las arañas comunes), el gigantismo de ciertas especies pelásgicas parece deberse a que las aguas muy frías poseén porcentualmente más oxígeno que las templadas y cálidas. Entre otras especies conspicuas se encuentra el leopardo marino, las focas de Weddell y diversas especies de pingüinos son ejemplos de la fauna en la Antártida. Sin embargo uno de los primeros eslabones de la cadena trófica y biocenosis en las aguas antárticas son los marinos anfipodos.
Llaman especialmente la atención peces adaptados a vivir bajo el 0 °C (es decir bajo el punto normal de congelación del agua y los humores con agua) como los pertenecientes a la familia de los Nototheniidae y de esta particularmente las especies bacalao antártico, y los Trematomus bernacchii y Trematomus hansoni cuya sangre y demás humores poseen glicoproteínas anticongelantes. También poseen estas cualidades los peces zoárcidos que viven a más de 550 metros de profundidad en zonas abisales del mar de Bellingshausen entre los que se destaca el anguiliforme Gosztonyia antarctica.

Las aguas casi heladas que rodean a la Antártida son el hábitat del mayor de los animales conocidos de todas las épocas: la ballena azul, y también del mayor de los invertebrados conocido: el calamar colosal. Este calamar puede llegar a pesar unos 500 kg y tener (con los tentáculos) una longitud de más de 15 metros. Se suele llamar también calamar gigante o kraken.

El aumento de solo 1 °C debido al calentamiento global en las aguas del océano Glacial Antártico amenaza con provocar un importante y brusco cambio del ecosistema, especialmente en las aguas de las Antillas del Sur y en las aguas oceánicas que rodean el norte de la península antártica con la irrupción de especies depredadoras que hasta hace poco se mantenían alejadas por el frío. Ya se observa a inicios del siglo XXI dicha irrupción de cangrejos y más esporádicamente tiburones.

En la península Antártica, y también en las islas subantárticas, se encuentran las skúas o escúas, aves rapaces pertenecientes a dos especies distintas: el escúa pardo y el escúa antártico, ambos son depredadores de peces y de otras aves como los petreles. Entre los cetáceos abundan las orcas, las ballenas francas australes, ballenas minkes, cachalotes, y la ballena azul. Entre las aves podemos encontrar especies como el cormorán antártico, petreles como el petrel gigante y el blanco, albatros, la gaviota dominicana y la gaviota antártica, el gaviotín antártico, y la paloma antártica.

El lobo marino antártico.
Cría de foca de Weddell.

Las demás especies solo ocupan la zona costera que se descubre de hielo en verano, a veces en forma de grandes colonias de varios miles de ejemplares, pero cuando empieza el invierno migran debido al casquete de hielo que se forma al congelarse el mar adyacente al continente. Algunas de estas especies son: pinnípedos como el lobo marino antártico, el leopardo marino, la foca de Weddell, la foca cangrejera, y la foca de Ross; aves voladoras, y aves no voladoras como los pingüinos de barbijo, el de vincha o papúa y antártico, y el de ojo blanco o de Adelia.

El único representante de la fauna que pasa el invierno antártico sobre el hielo es el mayor de los pingüinos, el pingüino emperador, cuyos machos permanecen incubando los huevos puestos por las hembras, que vuelven al océano.

En las zonas continentales septentrionales de la Antártida el principal depredador es Raghidia gerlachei un ácaro que se alimenta de pequeños insectos colémbolos como el Cryptopygus antarcticus y Friesea grisea o moscas no voladoras como la Paruchlis steineniis o la Bélgica antarctica, mientras que el insecto más difundido es un pequeño mosquito no volador de solo 0,5 mm de longitud. En la región de la península antártica también se encuentra a Alaskozetes antarcticus una especie de ácaro.

En el desierto nival de la zona polar interior el único animal autóctono conocido es un diminuto ácaro llamado Nanorchestes antarcticus.

Kril

Entre las especies que viven en el océano Antártico, destaca el kril, un pequeño crustáceo de 4 cm de longitud que es la base de la cadena ecológica antártica y la fuente alimenticia original de casi todas las demás especies (lobos marinos, focas, ballenas, aves, pingüinos, etc.).

Uno de los programas de investigación que se realizan es la evaluación de la abundancia del kril y su fauna asociada en los alrededores de las Islas Shetland del Sur, en el marco de un Programa Internacional para evaluar la abundancia del kril en el océano Antártico.

Otros organismos

Flujo rojo en las Cascadas de Sangre del glaciar Taylor, en realidad el color rojo se debe a las importantes concentraciones de hierro que pueden pigmentar a las bacterias de las aguas.

Entre las bacterias llaman la atención las extremófilas del género Deinococcus capaces de resistir altos niveles de radiación solar y cósmica.
El 6 de febrero de 2013, científicos informaron que se hallaron bacterias viviendo en el agua fría y oscura en las aguas de un lago subglacial a un kilómetro de profundidad bajo el hielo antártico.[43]

Turismo

El hielo azul cubriendo el lago Fryxell, en los montes Transantárticos, procede de los glaciares de agua de deshielo del glaciar Canadá y otros glaciares más pequeños.

La Antártida, el último continente de la Tierra en ser descubierto y el más riguroso y exótico, recibe turismo desde los años 1950, aunque el turismo regular se viene desarrollando desde la segunda mitad de la década de 1960 cuando la empresa estatal naviera ELMA inauguró los cruceros turísticos a la Antártida Argentina; en la actualidad son bastante frecuentes los cruceros que hacen como última escala preantártica en Ushuaia, en las Malvinas y en Punta Arenas (todos lugares del Cono Sur más extremo), estos cruceros son casi siempre, hasta el presente, de cabotaje, visitando por mar las costas y bases de la península antártica y la gran multitud de archipiélagos anexos (por ejemplo las Antillas del Sur).

Investigación

Kril antártico.

A raíz del Tratado Antártico prácticamente (al menos formalmente) todas las actividades humanas (exceptuando un limitado turismo y una limitada pesca) se reducen a la investigación científica, centrada principalmente en la meteorología y climatología, aunque el abanico de ciencias se ha ampliado: el ecosistema antártico es importante para estudiar los organismos extremófilos incluso con proyecciones a la exobiología, existen en diversas zonas del continente antártico lagos subglaciales, esto es cuencas de agua líquida cubiertas perennemente por capas de hielo de al menos 5 m de espesor, el agua de tales lagos subglaciales se suele mantener líquida por el calentamiento derivado de fenómenos volcánicos, uno de los aspectos más interesantes de estas cuencas es la existencia de vida psicrófila (‘amante del frío’). Uno de los tipos de vida extremófila que pudiera tener semejanzas con las posibles formas de vida extraterrestre en astros donde las temperaturas dominantes son inferiores al punto de congelación del agua. Investigaciones publicadas en la revista Science en noviembre de 2009 afirmaban la existencia de más de 10 000 formas de virus en el lago limnopolar.[44]

La atmósfera de las áreas centrales de la Antártida es la más translúcida de la Tierra por lo que allí se encuentran instalados observatorios astronómicos. El indlandsis o calota de hielo abarca la mayor parte de la criosfera terrestre y sus hielos en las capas profundas tienen antigüedades de millares de años, por lo que en ellos se pueden hacer registros paleoclimáticos (principalmente observando las burbujas de aire atrapadas en el hielo antiguo). En ciertas zonas el hielo antártico adquiere características tan cristalinas y diáfanas que en la base del Polo Sur se ha establecido un profundo observatorio astrofísico subglaciar para detectar neutrinos (el Antartic Impulse Trasient Antenna/Antena Antártica de Impulso Transitivo o ANITA y el IceCube). También resulta capital el estudio de la actividad magnética al encontrarse en la Antártida el Polo Sur Magnético e influir este en la formación de auroras polares o en las modificaciones de la ionosfera. Por otra parte la atmósfera en la Antártida al ser la más seca del planeta Tierra es también la más diáfana motivo por lo que se ha instalado un gran observatorio con telescopio óptico en la base Amundsen-Scott. Dicho telescopio explora y cartografía la bóveda celeste del hemisferio sur.

Meteoritos

Meteorito encontrado en la Antártida denominado ALH84001, procede del planeta Marte

Los meteoritos hallados en la Antártida son un importante material de estudio ya que están formado a comienzos del sistema solar; la mayoría de los científicos considera que tales meteoritos proceden de asteroides, aunque algunos tienen su origen en grandes planetas como Marte. El primer meteorito fue encontrado en 1912, y recibió el nombre de meteorito Tierra Adelia. Los hielos suelen conservar casi intactos pequeños y medianos meteoritos como el famoso ALH84001 que procede de Marte. Bajo la capa de hielo se considera que existen grandes cráteres de impacto como el posiblemente gigantesco Cráter de la Tierra de Wilkes.

En 1969, una expedición japonesa descubrió nueve meteoritos. La mayoría de estos meteoritos han caído sobre la capa de hielo en el último millón de años. El movimiento de la capa de hielo tiende a concentrar los meteoritos en sitios donde el deslizamiento del hielo se ve bloqueado por accidentes del relieve como los son las cadenas montañosas; con la erosión del viento tales meteoritos van siendo expuestos a la superficie tras haber estado siglos bajo la nieve acumulada. En comparación con los meteoritos recogidos en las regiones más templadas de la Tierra, los meteoritos antárticos están muy bien conservados.[45]​ Aunque no está aún cerciorado que sea un cráter de impacto meteorítico, en la Antártida Occidental bajo la calota glacial o indlandsis se encuentra el mayor cráter del planeta Tierra conocido sobre el nivel del mar.[46]

Bases antárticas

Mapa de la Antártida, mostrando los sectores reclamados por Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda, Reino Unido (Hacer clic para ampliar).

La mayoría de los países miembros del Tratado Antártico mantienen estaciones de investigación científica en la Antártida. Algunas de ellas operan durante todo el año, mientras otras son de carácter temporario y operan solo en verano. Existe una notable concentración de las bases en la mitad norte de la zona de la península Antártica. La más antigua en operación continua es la estación argentina Orcadas (desde el 22 de febrero de 1904 (120 años). La Base McMurdo de Estados Unidos (ubicada al sur de Nueva Zelanda), que disponía hasta hace unos años de una microcentral atómica, es la mayor de todas. La estación estadounidense Amundsen-Scott está situada casi en el Polo Sur geográfico (89°59'51"S - 139°16'22"E), mientras que la rusa Vostok (78°28'00"S - 106°48'00"E) y la francoitaliana Concordia (75°06'06"S, 123°23'43"E) son las más cercanas al polo geomagnético sur.

Durante el invierno austral de 2014, 40 bases de 20 naciones operaron en la Antártida y otros 10 países se sumaron en el verano antártico. Estas bases abiertas todo el año pertenecen a:

Otros países operan estaciones científicas solamente en verano austral, como:

Entre las bases de verano operadas por países que también mantienen bases en invierno, se encuentran:

Historia

Mapamundi de Abraham Ortelius (1570). En el sur la Terra Australis Incognita.
Mapamundi antiguo –de origen grecorromano– según Claudio Ptolomeo, notar como en la Antigüedad se suponía que las tierras del Polo Sur eran continuación del África (entonces llamada Libia por los grecolatinos).
Mapa-esbozo de la Antártida realizado en 1912, las líneas negras zigzageantes aunque con tendencias convergentes trazadas en los océanos indican las rutas de las principales expediciones marinas hasta ese año en busca de la Antártida.

En la Antigüedad los pensadores griegos dedujeron que si la Tierra era esférica, por simetría, debía tener una contrapartida continental a la masa continental de hemisferio norte en el hemisferio sur hacia latitudes polares, de este modo el cosmógrafo Claudio Ptolomeo confeccionó un célebre planisferio en el cual aparecía un inmenso territorio que en latín fue llamado Terra Australis Incognita (Tierra Austral Desconocida), cabe aclarar que la extensión dada a tal supuesto continente incluía zonas que corresponden no solo a la Antártida propiamente dicha sino también a Australia, Nueva Zelanda y grandes extensiones oceánicas. En 1520 Magallanes al descubrir el estrecho que lleva hoy su nombre creyó que la isla de Tierra del Fuego era un sector de la Terra Australis Incognita. La exploración de Francisco de Hoces descubrió el gran pasaje marítimo que separa América de la Antártida y posteriormente el nombre de Terra Australis Incognita quedó reservado para Australia.

La Antártida fue el último continente del planeta Tierra en ser descubierto y poblado por el Homo sapiens. El descubrimiento del continente podría corresponder al explorador español Gabriel de Castilla, en 1603, quien habría llegado a los 64°S y avistado tierra en esas latitudes (que podría ser alguna de las islas Shetland del Sur), de acuerdo con el testimonio de 1607 de un marinero holandés que navegara con él, y una publicación también holandesa de 1622. Ya en el siglo XVIII era frecuente que 'foqueros' (cazadores de focas) españoles y sudamericanos (procedentes de los territorios que hoy corresponden a Chile y Argentina) llegasen a las Antillas del Sur y a las costas de la península Antártica durante los veranos. Testimonio de ello son las ruinas de pequeños refugios que construyeron. Sin embargo, la divulgación de la existencia concreta de este continente se efectuó a principios del siglo XIX, por parte de cazadores de focas y ballenas, que solo permanecían el tiempo necesario para sus actividades de recolección, y luego salían antes del inicio del invierno polar.

Según algunos historiadores, el holandés Dirk Gerritsz fue posiblemente el primero que vio superficie antártica, al navegar al sur del mar de Hoces (o Pasaje Drake) en el área de las islas Shetland del Sur en 1599. Mejor documentado es el descubrimiento de las islas Georgias del Sur por el comerciante de Londres Anthony de la Roché. Su nave se desvió de su curso en una tormenta, y se refugió en una de las bahías de la isla en abril de 1675.

En 1772 el inglés James Cook circunnavegó la Antártida por mares subantárticos y antárticos, pero sin divisar tierras más allá del paralelo 60° Sur.

El foquero inglés William Smith, a bordo del bergantín mercantil Williams, fue el primero en descubrir, de forma confirmada, tierra al sur del paralelo 60° S, mientras navegaba a Valparaíso, desviado de su ruta en el sur del cabo de Hornos, el 19 de febrero de 1819 avistó la extremidad nordestal de la isla Livingston, punta Williams.

En septiembre de 1819 el navío de línea español San Telmo, de 74 cañones y 644 hombres de tripulación, desapareció en las tormentosas aguas al sur del cabo de Hornos, tras separarse de dos fragatas, con las que formaba una división con destino al Callao. Se cree, por los restos encontrados en la actualidad, y los testimonios de los balleneros ingleses y norteamericanos que pisaron aquellas tierras antárticas entre 1820 y 1821, que el San Telmo pudo llegar a esas inhóspitas tierras, e incluso pudo haber sobrevivido, durante un cierto tiempo, parte de su tripulación.

Punta Williams, descubierta el 19 de febrero de 1819.
La estación Amundsen-Scott, en el Polo Sur.

El capitán Smith volvió al archipiélago Shetland del Sur en octubre de 1819, descubrió la isla Decepción cerca de punta Williams, después desembarcó en la isla Rey Jorge el 16 de octubre de 1819 y tomando posesión de ella en nombre del Reino Unido y descubrió también la isla Smith. Smith visitó las islas Shetland del Sur por tercera vez entre diciembre de 1819 y enero de 1820. Su nave fue comisionada por el capitán William Shirreff, jefe naval británico en el océano Pacífico con base en Chile, y Smith fue acompañado por el teniente Edward Bransfield, fue enviado por la marina de guerra británica para examinar y cartear las tierras nuevas.

El 28 de enero de 1820 la expedición rusa comandada por Fabian Gottlieb von Bellingshausen y Mijail Petrovich Lazarev, que circunnavegó el continente y realizó un reconocimiento del litoral, alcanzó un punto a 20 millas náuticas del territorio continental avistando territorio continental. Casi simultáneamente, el 30 de enero, el foquero estadounidense Nathaniel Palmer avistó tierra; y el mencionado Bransfield desembarcó en el extremo norte de la península antártica. La cuestión de quién entre los tres tiene precedencia en el avistamiento del continente permanece sin resolver, aunque algunos eruditos se inclinan por asignársela a Bellingshausen.[47]​En 1823, el británico James Weddell descubrió las islas Orcadas del Sur y lo que llamó mar del rey Jorge IV, hoy conocido como el mar de Weddell).

Entre 1839 y 1843, el capitán James Clark Ross comandó una expedición británica al mando de los navíos Erebus y Terror. Ross cartografió una buena parte de la costa antártica. En 1841 descubrió el mar de Ross, la Tierra Victoria y los volcanes monte Erebus y monte Terror. Posteriormente, la barrera de hielo conocida como barrera de la Reina Victoria pasaría a llamarse barrera de Ross en su honor.

En 1900, el Reino Unido volvió a enviar una expedición a la Antártida, bajo el mando del capitán Robert Falcon Scott. La expedición fue popularmente conocida por el nombre de su navío, el Discovery. La expedición exploró el mar de Ross y la tierra de Eduardo VII, y alcanzó el punto más meridional que ningún hombre había alcanzado hasta la fecha, cuando el 31 de diciembre de 1902 Scott, Ernest Shackleton y el doctor Edward Adrian Wilson alcanzaron la latitud 82º17'.

En 1902, el sueco Otto Nordenskjöld, el noruego Carl Anton Larsen y el argentino José María Sobral quedan atrapados en el continente, separados cada uno con su grupo expedicionario, cuando el buque Antartic de la Expedición Antártica Sueca queda encallado. Tras sobrevivir al invierno antártico y posteriormente reagruparse, son rescatados en 1903 por la corbeta argentina Uruguay al mando del capitán argentino Julián Irízar.

En 1907 Shackleton volvió a la Antártida al mando de su propia expedición, conocida como Expedición Nimrod. El objetivo principal de la expedición era la conquista del Polo Sur. Si bien este objetivo no fue cumplido (los expedicionarios llegaron a 180 kilómetros del polo), tuvo varios otros logros, como la realización de la primera ascensión al monte Erebus, la localización del Polo Sur Magnético por Mawson, David y McKay o los descubrimientos del glaciar Beardmore y de la meseta Antártica.

Un avión del ejército estadounidense aterrizando en el glaciar Shackleton.

En 1910 dos expediciones más se dirigieron a la Antártida con el mismo objetivo, alcanzar el Polo Sur. Una de ellas era una expedición noruega comandada por Roald Amundsen, que años atrás había sido el primer hombre en franquear el Paso del Noroeste. La otra fue una expedición británica, comandada de nuevo por el capitán Scott. En el verano austral de 1911 ambas expediciones se dirigieron al Polo. Roald Amundsen utilizó como fuerza motriz perros groenlandeses y las enseñanzas y consejos de Fridtjof Nansen (así como su barco, el célebre Fram). Scott, en cambio, utilizó ponis para una primera etapa y la propia fuerza humana en la segunda. Roald Amundsen alcanzó el Polo Sur el 14 de diciembre de 1911; Scott lo hizo el 17-18 de enero de 1912. Mientras los noruegos no tuvieron mayores complicaciones, la mala planificación, unida a la mala fortuna, hizo que los cinco expedicionarios británicos que habían alcanzado el polo murieran en la travesía de regreso.

En 1914 Ernest Shackleton volvió a la Antártida a bordo del Endurance con la intención de atravesar a pie el continente helado. Sin embargo el Endurance quedó atrapado entre los hielos del mar de Weddell. Tras un duro invierno, la embarcación no soportó la presión de los hielos y quedó destruida. Shackleton y sus hombres arrastraron dos botes por los hielos del mar de Weddell hasta que llegaron a aguas abiertas, donde se hicieron a la mar. Tras dejar a casi todos los expedicionarios en la isla Elefante, Shackleton y otros cinco hombres partieron a bordo del bote James Caird, que previamente habían reformado, y surcaron hacia el noreste el mar del Scotia rumbo a la isla Georgia del Sur, donde sabían que podrían encontrar ayuda. Este notorio viaje, que pasaría a los anales de la historia por su dificultad, fue seguido de 36 horas de marcha a pie a través de las desconocidas montañas de la isla. Los supervivientes fueron rescatados de la isla Elefante el 30 de agosto de 1916, por una expedición de la Armada de Chile, comandada por el piloto Luis Pardo, en el escampavía Yelcho, sin que se produjera ninguna baja.[cita requerida]

Pero al margen de la conquista del Polo, fue otro expedicionario quien aportó al conocimiento de la Antártida. Richard E. Byrd (Jr.), un aviador estadounidense, que había sido el primer hombre en alcanzar los Polos Norte y Sur en un avión, realizó multitud de vuelos entre 1928 y 1955, en los que exploró desde el aire vastas zonas desconocidas de la Antártida. En 1934 invernó en solitario en una cabaña a 200 km de la base más próxima, con la intención de recoger mediciones y datos científicos.

En 1948 llegó por primera vez un jefe de estado al continente, éste fue el presidente chileno Gabriel González Videla y su esposa Rosa Markmann. El motivo del viaje presidencial fue la inauguración de la Base General Bernardo O'Higgins.

Población

Alumnos y docentes de la escuela de la base Esperanza (Argentina) en 2011.
Base científica San Clemente de Ohrid, isla Livingston.
Pingüinos en Hannah Point.

Es un continente deshabitado, excepto por equipos de científicos y militares de distintos países que reivindican sectores de las tierras antárticas, alegando derechos de cercanía geográfica, de descubrimiento o de ocupación continuada.

El primer nacimiento dentro del continente antártico, en la zona más propiamente conocida como Antártida, fue el del argentino Emilio Marcos Palma el 7 de enero de 1978 en el Fortín Sargento Cabral, base antártica Esperanza. Por lo tanto, es el primer humano nacido en un continente del cual existen registros documentados, estando así registrado en el Libro Guinness de Récords.

En 1977, Argentina establece algunas familias civiles en su Base Esperanza como acto de afirmación de sus reclamaciones sobre la región. El conjunto habitacional denominado "Fortín Sargento Cabral" ha estado habitado por una población de entre ocho y diez familias desde entonces. Desde el primer nacimiento y hasta 1983 se produjeron aquí ocho nacimientos:

  • Emilio Marcos Palma (7 de enero de 1978)
  • Marisa de las Nieves Delgado (27 de mayo de 1978)
  • Rubén Eduardo de Carli (21 de septiembre de 1979)
  • Francisco Javier Sosa (11 de octubre de 1979)
  • Silvina Analía Arnouil (14 de enero de 1980)
  • José Manuel Valladares Solís (24 de enero de 1980)
  • Lucas Daniel Posse (4 de febrero de 1980)
  • María Sol Cosenza (3 de mayo de 1983)[48]

Estas ocho personas poseen la nacionalidad argentina por ser hijos de padres argentinos y haber nacido en una base con bandera argentina. Sin embargo, podrían adquirir la nacionalidad de alguno de los países firmantes del Tratado Antártico que contemplen en sus legislaciones el principio de ius soli.

Para atender la población en edad escolar la base Esperanza cuenta con una escuela, atendida por un matrimonio de maestros. La escuela fue establecida en 1978, y transferida en 1997 al Ministerio de Educación de la Provincia de Tierra del Fuego; se denomina actualmente «Escuela n.º 38 “Presidente Julio A. Roca”».

El primer nacimiento registrado en la región polar sur, dentro de la zona de convergencia antártica, fue el de la noruega Solveig Gunbjörg Jacobsen, nacida el 8 de octubre de 1913 en Grytviken, islas Georgias del Sur, territorio reivindicado por argentinos y británicos. Era hija de Fridthjof Jacobsen, el director auxiliar de la estación ballenera de Grytviken, y de Klara Olette Jacobsen. Fue registrada por el magistrado británico residente de Georgias del Sur.

El 9 de abril de 1984, el entonces Gobierno Militar chileno creó la villa Las Estrellas, sobre la Isla Rey Jorge, en las Shetland del Sur. Se encuentra a un costado del Centro Meteorológico Presidente Frei, y a tres kilómetros de la Base Teniente Marsh. Al conjunto anterior actualmente se denomina Base Presidente Eduardo Frei Montalva y adyacente a él está también la Base Escudero. Inicialmente con solo seis familias, en unos meses ya había doblado a 12 familias. También en este caso se registraron nacimientos de niños en el territorio antártico, que hasta 1985 sumaban tres:

  • Juan Pablo Camacho Martino (21 de noviembre de 1984)
  • Gisella Ester Cortés Rojas (2 de diciembre de 1984)
  • Ignacio Alfonso Miranda Lagunas (23 de enero de 1985)

Hoy existen en el continente cerca de 100 estaciones científicas de alrededor de 26 países, donde permanecen aproximadamente 1.000 personas durante el invierno, efectuando labores de investigación científica. En el verano, la población humana se multiplica y llega probablemente hasta las 10 000 personas, que efectúan labores científicas y de mantenimiento en las estaciones mencionadas.

Un fenómeno reciente en la Antártida, en el aspecto humano, es el gran flujo de turistas que visitan este continente a bordo de buques de pasajeros, en números que se incrementan año tras año.

Tratado Antártico

Un avión C-141 Starlifter sobrevolando la Antártida.

Fue firmado el 1 de diciembre de 1959 en Washington y entró en vigencia el 23 de junio de 1961. Establece el marco legal para la gestión de la Antártida, y su ejecución se administra a través de reuniones consultivas (bianuales hasta 1991, anuales desde entonces). El Tratado dispone que:

  • El área antártica solo debe usarse con fines pacíficos. Se prohíben las actividades militares, tales como las pruebas de armamento, pero se permite el uso de personal y equipo militar en apoyo de actividades científicas u otros propósitos pacíficos;
  • Continuará la libertad de investigación científica y la cooperación establecida en el Año Geofísico Internacional de 1957;
  • Se intercambiará de la forma más amplia posible información y personal para fomentar la cooperación y eficiencia entre los Estados firmantes y en cooperación con las Naciones Unidas y otros organismos internacionales;
  • No se disputan ni se afirman reclamaciones territoriales previas a la firma del Tratado, ni se admiten nuevas reclamaciones mientras el Tratado esté en vigencia;
  • Se prohíben las explosiones nucleares y el depósito de residuos radiactivos;
  • Se incluyen bajo la jurisdicción del Tratado todas las tierras y las barreras de hielo al sur de los 60°00' de latitud Sur, pero no el alta mar al sur de ese paralelo;
  • Los observadores de los Estados miembros tendrán libre acceso a cualquier área, incluyendo el derecho de observación aérea, y podrán inspeccionar todas las estaciones, instalaciones y equipo;
  • Se deberá notificar por anticipado toda actividad, así como la introducción de personal militar;
  • Los observadores, científicos de intercambio y personal de apoyo de estos quedan bajo la jurisdicción del Estado del cual son ciudadanos;
  • Se realizarán reuniones consultivas frecuentes entre los estados miembros, pero para enmendar el Tratado se requiere unanimidad;
  • Los Estados miembros desalentarán las actividades de cualquier país en la Antártida que sean contrarias a los objetivos del Tratado;
  • El Tratado quedará abierto a la adhesión de cualquier Estado que sea miembro de las Naciones Unidas, o de cualquier otro Estado que pueda ser invitado a adherirse al Tratado con el consentimiento de todas las Partes Contratantes;
  • Las disputas serán resueltas amistosamente por las partes involucradas y, en última instancia, por la Corte Internacional de Justicia.
El nunatak (pico solitario) Atanasoff.

Existen además unas 170 recomendaciones adoptadas en las reuniones consultivas y ratificadas por los estados miembros, incluyendo las Medidas Acordadas para la Conservación de la Fauna y la Flora Antártica (1964), la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas (1972), la Convención sobre la Conservación de los Recursos Marinos Vivos Antárticos (1980), un acuerdo sobre recursos minerales que fue firmado en 1988 y luego rechazado, y el Protocolo sobre Protección Ambiental, firmado el 4 de octubre de 1991 y en vigencia desde el 14 de enero de 1998. Este Protocolo procura proteger el medioambiente antártico mediante cinco anexos específicos sobre contaminación marina, fauna y flora, evaluaciones de impacto ambiental, gestión de residuos, y áreas protegidas; también prohíbe todas las actividades relacionadas con recursos minerales excepto la investigación científica.

El Tratado Antártico considera dos clases de miembros: los consultivos o plenos (con voz, voto y veto en la toma de todas las decisiones vinculadas al espacio austral) y los miembros no consultivos, o adherentes, que cuentan solo con derecho a voz.

Son miembros consultivos Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Bulgaria, Chile, China, Corea del Sur, Ecuador, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, India, Italia, Japón, Nueva Zelandia, Noruega, Países Bajos, Perú, Polonia, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Suecia, Ucrania y Uruguay.

Son miembros no consultivos Austria, Bielorrusia, Canadá, República Checa, Colombia, República Popular Democrática de Corea, Cuba, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Grecia, Guatemala, Hungría, Mónaco, Papúa Nueva Guinea, Portugal, Rumania, Suiza, Turquía y Venezuela. [49]

La Secretaría del Tratado Antártico tiene sede en Buenos Aires, Argentina. El secretario en mayo de 2005 era el alemán Dr. Manfred Reinke.

Reclamaciones territoriales

Mapa de Europa superpuesto sobre un mapa de la Antártida (comparativo).

Siete de los estados miembros consultivos del Tratado Antártico mantienen reclamaciones sobre sectores del territorio antártico. Como consecuencia de la firma del tratado, existe un virtual «congelamiento» de los litigios antárticos a causa de la prohibición de actividades militares no vinculadas con la investigación científica, lo que eliminó el peligro de incidentes y guerras, junto con el espíritu de cooperación y entendimiento. Mientras esté en vigencia el tratado, las reclamaciones de soberanía territorial sobre la Antártida que fueron hechas valer antes de la firma del mismo mantendrán su vigencia, pero no pueden ser ampliadas ni se permiten nuevas reclamaciones de soberanía. El tratado las menciona pero no las reconoce ni las rechaza, conservándose los derechos de todas las partes.

En general, ni las reclamaciones territoriales, ni los derechos a hacerlas, son reconocidas por otros países ni por las Naciones Unidas y casi todas se apoyan en la teoría de los sectores polares. Australia, Nueva Zelanda, el Reino Unido, Noruega, y Francia se reconocen mutuamente sus reclamaciones antárticas. Argentina y Chile también se reconocen mutuamente derechos antárticos, sin establecer el límite común y denominan al conjunto de sus territorios antárticos como Antártida Sudamericana.

Los siete países que mantienen reclamaciones de soberanía son:

Argentina Australia Chile Francia Nueva Zelanda Noruega Reino Unido

Interesados en participar en un futuro reparto territorial de la Antártida

Dos firmantes originales del tratado habían previamente rechazado las reclamaciones territoriales de otros países, reservado su derecho a realizarlas en cualquier momento si otros países hicieran valer las suyas:[50][51]

  • EE. UU. Por las expediciones del almirante Richard Evelyn Byrd hubo especulaciones de que los Estados Unidos reclamarían el sector de la Tierra de Marie Byrd y tácitamente le fue reservado por el Reino Unido y otros países reclamantes, pero no se llevó a cabo por aplicación de la doctrina establecida en 1924 por el entonces Secretario de Estado Charles Evans Hughes.[52]
  • Unión Soviética (sus derechos y obligaciones bajo el tratado fueron asumidos por Rusia). País que hizo una declaración de soberanía sobre parte de la Antártida antes de adherirse al Tratado Antártico.

Algunos países hicieron reserva de derechos al adherir al Tratado Antártico sin especificar qué tipo de derecho:

  • Brasil reservó «direito de proteger seus interesses diretos e substanciais na Antártida».[53]
  • Perú hizo una «reserva de sus derechos de territorio amparándose en el principio de defrontación e influencia antártica en su clima, ecología y biología marina, aduciendo, además continuidad geológica y vínculos históricos».[54]
  • Uruguay reservó «los derechos que le correspondan en la Antártida de acuerdo con el Derecho Internacional».[55]

Metallica en la Antártida

El 8 de diciembre de 2013, la banda Metallica realizó un concierto para «concienciar sobre la importancia de la Antártida para el planeta», en la Base Antártica Carlini. Fue para aproximadamente un centenar de asistentes; también fueron convocados asistentes de bases cercanas como: Uruguay, Chile, Polonia, Corea del Sur, Rusia, Brasil y Alemania. El recital fue sin usar amplificadores y se utilizó un riguroso protocolo sobre impacto ambiental.[56][57][58]

Véase también

Referencias

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Notas

  1. La cifra de 940 km de distancia es considerada como ítem indubitable al extremo sur del continente de América; sin embargo, tal cifra se reduce a muchos menos kilómetros si se considera al eslabonamiento insular de las Antillas del Sur, que son un territorio transicional entre el Cono Sur Americano y el continente de la Antártida.

Enlaces externos