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Revisión del 17:23 15 jun 2016

Santuario de la Virgen de Lugás
Santuario
Localización
País España
División Villaviciosa
Dirección Villaviciosa, Bandera de Asturias Asturias, Bandera de España España
Coordenadas 43°27′10″N 5°25′43″O / 43.4528, -5.42861
Información religiosa
Culto Iglesia católica
Diócesis Oviedo (Asturias)
Orden Clero diocesano; patronato laical
Advocación Virgen de Lugás
Historia del edificio
Construcción Siglo XIV
Datos arquitectónicos
Estilo Románico
Identificador como monumento RI-51-0008747
Año de inscripción 27 de enero de 1994

El Santuario de la Virgen de Lugás, también conocido como Nuestra Señora de Lugás, es un templo católico dependiente de la diócesis de Oviedo (Asturias, España). Está entre los ríos Viacava y Espadañal, y situado en una zona de edificación prerrománica privilegiada: Villaviciosa —de la que dista tan solo 6 km—, un concejo del Principado de Asturias, que es también una parroquia de dicho concejo y una villa y capital del concejo, a la que pertenece esta parroquia de la Virgen de Lugás. El concejo limita al norte con el mar Cantábrico, al este con el concejo de Colunga, al sur con los concejos de Sariego, Nava, Cabranes y Piloña, y al oeste con los de Gijón y Siero.[1]

Hay documentos que dan fe de la existencia de un castillo, que perteneció al conde Piñolo y a su esposa Aldonza, a principios del siglo XI hasta aproximadamente el año 1032. Dejó de pertenecerles, ya que lo cedieron a Bermudo III, hijo y sucesor de Alfonso V y último rey de León de la dinastía astur.[2]

Este castillo figuraba, a su vez, como una de las propiedades del rey Alfonso IX que cedió en el año 1199 a su esposa Berenguela. Cuando se firmó la paz entre los reyes Alfonso VIII, llamado el de Las Navas o el Noble, y Alfonso IX, que fue llamada «paz o concordia de Cabreros», doña Berenguela y su padre Alfonso VIII devolvieron el castillo a Alfonso IX, esposo de Berenguela.[3]

Entre los años 1220 y 1230 se vendieron y donaron muchas heredades del pueblo de Lugás al monasterio de Valdediós, ya que unos veinte años antes el rey Alfonso IX había donado la iglesia de Santa María de Lugás a este monasterio. En la actualidad quedan restos de este castillo en la «Pica Castiellu».[4]

Esta comarca es bien conocida por la calidad de su sidra y por la abundancia en «pumaraes» (nombre con el que se conoce en Asturias a las arboledas de manzanos), así como de «llagares» para elaborarla. En la Edad Media se denominó «Pola de Maliayo», topónimo que dio lugar al gentilicio de «maliayés» a los vecinos o personas procedentes de Villaviciosa.[5]

Cuenta con dieciséis monumentos prerrománicos: San Salvador de Valdediós, también conocido como «El Conventín», que data del siglo IX; San Andrés de Bedriñana, del siglo IX; San Salvador de Priesca, del siglo X; San Salvador de Fuentes, de comienzos del siglo XI. En el siglo XII se construyeron los siguientes: Santa María de Valdediós, Santa María de Sariegomuerto, San Juan de Amandi, San Andrés de Valdebárzana, Santa Eulalia de La Lloraza y Santa Eulalia de Selorio. En la propia capital municipal está la iglesia de Santa María de la Oliva, del siglo XIII.[6][7]

En 1684 se construyó la sacristía y, en 1687, se amplió la iglesia y se levantaron la capilla mayor y el crucero principal. En 1690 se terminó la capilla del Santísimo Cristo y de la Virgen de los Dolores, la capilla de Nuestra Señora del Viso o «de la Visitación» y la capilla mayor. A lo largo del siglo XVIII se construyó la escalera de acceso a la tribuna, se reedificó el campanario y se edificó la «Casa de las Novenas». En 1832 se terminó la nueva espadaña, con sus campanas de nueva adquisición y una placa conmemorativa que dice: «Los devotos de María. Año 1832; D.O.M.». A finales del siglo XIX se construyeron dos cabildos, un edificio que le llamaban «El Polvorín», ya que estaba dedicado a la fabricación de cohetes, otro para cobijar las caballerías de los peregrinos y un «Altarín» o «altar sacramental», situado en el exterior del templo, en la explanada del santuario, que se deterioró y se aprovecharon las obras de restauración en 1987 para darle su antigua forma.[8]

Emplazamiento

Plano de localización del Santuario de la Virgen de Lugás.

A unos 6 km de Villaviciosa, tomando la carretera  AS-255  de Villaviciosa a Infiesto, a los 5,5 km hay una desviación a la izquierda que indica claramente la dirección del santuario. Este tramo es corto, de unos 500 m, es carretera en subida y muy sinuosa, que va a conectar con la  AS-332 . La subida discurre en gran parte por una masa arbolada. Al llegar a Lugás, pequeño pueblo de campesinos, se divisa otro cartel indicador del santuario. Otra tramo de carretera, fuertemente ascendente, de unos 300 metros, lleva hasta el propio santuario que está sobre «una altura despejada y alegre», como dice Pascual Madoz.[9]

Desde la plataforma que corona el altozano se divisa Villaviciosa, su ría y el mar Cantábrico, a la cual es muy agradable —y a la vez exigente— subir en bici, ya que las duras pendientes en esos pocos kilómetros se ruedan muy despacio, y hay más tiempo para recrear la vista en los diferentes niveles y observar cómo aparecen nuevos paisajes tras cada curva, que son muy pronunciadas.

El conjunto de edificios que están construidos en ese lugar consta del propio santuario, la antigua casa de novenas —que hoy en día hace las funciones de casa rectoral—, antiguas escuelas, el «polvorín», el cementerio, «la obra» —dedicado antiguamente a la venta de comidas y bebidas a los romeros y peregrinos—, y una no muy grande explanada donde se sitúan los romeros después de los oficios religiosos.[10]

Historia áurea

Emplazamiento deseado por la Virgen

Cuenta la tradición oral que la Virgen quería que la iglesia se levantase en un altozano concreto, justo donde está en la actualidad. Sin embargo, los campesinos que la querían como madre, empezaron la edificación en otro lugar, un sitio en que hay un robledal muy espeso por donde planeaban las águilas, tantas que estas le dieron su nombre al lugar y, por eso, se llamaba Aquilaminem, que pasó posteriormente a llamarse Quilambre y, poco tiempo después, Llosón. Todavía quedan restos de aquellos primeros e inútiles trabajos, y es que toda la tierra, piedras, maderas y vigas que cada día movían para excavar los cimientos de la iglesia, desaparecían para trasladarse al lugar original, llamado Colaiglesia, donde los obreros encontraban el material desaparecido cuando, al día siguiente, volvían al trabajo.[11]

Cuando este proceso se hubo repetido muchas veces se les apareció la Virgen y les indicó donde quería que se situara la iglesia, con unas palabras que no acertaban a comprender: «entre cáxigues y caxigales, pa que bien se oiguen por todos les campanes desti llugar». Después de estudiar y pensar sobre el significado de estas palabras, llegaron a la conclusión de que el lugar debía ser equidistante a «los caxigales de la Carbayera» y «les cáxides de la Quilambre». Cuando definieron este lugar, midiendo las distancias lo más exacto posible, los albañiles y demás personal decidieron levantaron allí la iglesia, donde ha permanacido desde entonces; era el lugar llamado Lugás, por lo que los habitantes de la zona llamaron a la iglesia Sancta Maria ad Luccasium.[12]

Descubrimiento de la talla de la Virgen

Virgen de Lugás

También es de origen tradicional, sin documento escrito, transmitido verbalmente de generación en generación, el modo en que se «apareció» la Virgen en la misma época y lugar cercano: un labrador estaba arando su terreno para sembrar el trigo cuando la reja de su arado sufrió un choque violento contra algo que se hallaba enterrado y que impedía la marcha de la yunta. Con gran curiosidad, empezó a escarbar en ese lugar para descubrir el objeto que impedía su paso. El labriego, junto con su esposa que le ayudaba, fueron desenterrando una escultura «pequeñina y galana» a la que comenzaron a adorar fervorosamente. La estatua era de gran humildad. Le faltaba una mano, pues creían que el arado se la arrancó en el choque, por lo que durante varias generaciones creyeron que era «manca»; sin embargo, no era cierto, ya que tenía una mano cubierta por los pliegues del manto.[13]

Historia cronológica documentada

Los edificios de esta antigüedad, y máxime las iglesias, suelen tener modificaciones y añadidos con el paso de los años, así como los diversos monarcas y autoridades del momento, dependiendo del mayor o menor fervor de estos sobre dichas iglesias. Para una mejor orientación, se resumen a continuación los hechos más importantes que ocurrieron en el Santuario de la Virgen de Lugás desde sus primeros tiempos hasta principios del siglo XXI. Es posible que algunas fechas no coincidan con las de otros autores; ello se debe a que, en aquellas épocas, las anotaciones o bien no existían o variaban según el redactor de turno, pero estaban siempre muy próximas unas de otras.[12]

Año 745. La iglesia prerrománica

Los orígenes del santuario se sitúan a principios de la Edad Media. El archivero Hevia Ballina lo comenta así: «Una Ecclesia Santae Mariae ad Lucasium» viene citada como parte de una donación de Alfonso I el Católico, realizada por el papa Zacarías en el lejano año de 745 de la era cristiana.[14]​ También el estudioso del románico José Caveda y Nava recoge la tradición que existía de la cesión antes indicada entre el rey Alfonso I y el papa Zacarías, pero no existe acreditación documental que respalde estas afirmaciones.[15]​ Esta iglesia tuvo las características del prerrománico, que aparecieron en los cimientos de la iglesia actual y de sus alrededores, ya que se decubrieron sepulcros medievales diseminados y lajas verticales en la parte delantera del cementerio, situado frente a la fachada principal, a occidente, lo cual da testimonio de que existió en ese lugar una iglesia. Este reciente descubrimiento fue accidental, ya que los citados restos se descubrieron al realizar unas obras de conducciones de agua en esa zona.[16]

Años 1000 a 1050. Trueque de bienes

Desde las primeras décadas del siglo XI está documentada la existencia de un castillo que fue propiedad del conde Piñolo y de su esposa Aldonza hasta 1032. En ese año hicieron unos cambios de bienes con Bermudo III, que se quedó con el castillo, mientras que ellos recibieron otros bienes, con los que dotaron al monasterio de Corias.[17]

Año 1170. Iglesia e imagen románicas

En este año, aproximadamente, se construyó la iglesia románica de una sola nave y dos puertas, también románicas, de gran belleza: una orientada a poniente, que es la principal, y otra en el lateral, que está orientado al sur. Los detalles artísticos y decorativos de ambas puertas se exponen más adelante, en apartados individualizados.[18][19]

Año 1201. Primeros documentos que hablan del santuario
Libro Becerro de la Catedral de Oviedo.

El año 1201 apareció el primer documento que hace referencia a este santuario: se trata de la donación del mismo por parte de Alfonso IX y de su segunda esposa, Berenguela, al monasterio de Santa María de Valdediós. Cabe la posibilidad de que el monasterio de Valdediós cediera sus derechos sobre la iglesia de Lugás al abad de la iglesia de San Salvador de Fuentes, situada en Villaviciosa, según datos obtenidos del Libro Becerro de la Catedral de Oviedo, entre los años 1385 y 1386, en el cual se hacía una referencia y presentación al obispo de Oviedo de los capellanes del santuario. También se hace una mención en el mismo Libro Becerro a la parte proporcional de los diezmos que debía dar el capellán a la Catedral. Los lugares de procedencia de los peregrinos, según el Libro de Fábrica del Santuario,[nota 1]​ son innumerables, si bien la mayoría procedían de los pueblos más cercanos. [nota 2][20]

Año 1385. Parroquia de Lugás

A finales del siglo XIV ya aparecía el nombre de este santuario en el Libro Becerro de la Catedral de Oviedo,también llamado Libro de Don Gutierre, que le daba el nombre de «iglesia» y de «parroquia» de la siguiente forma:

Santa María de Lugás, úsala apresentar el abad de Fuentes. Ha de manso tres días de bues. Los diezmos pártense de esta manera: el capellán lleva el tercio de los diezmos mayores y pie de altar la metad o cuarentena. Todo lo otro lleva el dicho abad. Paga el capellán de procuraçión un tercio.[21]
Años 1575 a 1590. Casa de Novenas
Fachada principal. En primer plano, a la derecha, la Casa de Novenas.

La mayoría de los santuarios de Asturias tuvieron, o tienen todavía, una «Casa de Novenas» —que no debe confundirse con las «Casas de Peregrinos»—. La primera estaba destinada a acoger a los devotos que querían hacer una novena, que es un ejercicio de devoción que se practica durante nueve días para obtener alguna gracia o pedir por una determinada intención. Puede estar dedicada a cualquier mediador, cuya intercesión se cree que es más poderosa ante Dios, debido a los méritos logrados durante su vida. Por ejemplo, la Virgen María y los santos. Pueden ser nueve días consecutivos o nueve veces un día de la semana determinada (nueve viernes, por ejemplo). Al tener una casa donde albergarse, se facilitaba la asistencia durante ese periodo de tiempo.[22]

La novena principal en este santuario es la que antecede a la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora, el 8 de septiembre. Durante los ocho días anteriores y, como finalización, el día antes indicado, tiene lugar esta novena. Sin embargo, los peregrinos de zonas próximas o más lejanas se acercan al santuario en cualquier época del año para pedir la intercesión de la Virgen de Lugás en los favores que deseen obtener. En la actualidad, la Casa de Novenas hace la función de casa rectoral.[22]

Año 1605. Retablo de Santo Toribio

El retablo y la imagen de santo Toribio son unos elementos de los más antiguos del santuario, ya que, el 7 de julio de 1605, se hizo el encargo de su realización a Juan de Medina Cerón —según el Libro de Fábrica del santuario—, en los siguientes términos:

La alcoba, altar y retablo, que mandó hacer Toribio García de Lugás, para la iglesia parroquial de Santa María de Lugás, con una figura de Santo Toribio de bulto entero, de cinco cuartas de vara de medir de alto y a los lados cuatro figuras de medio relieve: San Roque, Santa Eulalia, San Antonio de Padua y Santa Apolonia, con en su coronamiento una representación del Padre Eterno.[23]

El relieve del Padre Eterno que figuraba en el coronamiento del retablo se conserva en el Museo de la Iglesia de Oviedo y, en un principio, estaba en la hornacina donde en la actualidad está la Virgen del Carmen.[24]

Año 1673. Primeros peregrinos

En este año empiezan a figurar en el Libro viejo de Fábrica los lugares de procedencia de los peregrinos que acuden al santuario. Este Libro de Fábrica está en paradero desconocido, pero se conocen las procedencias por copias parciales de terceras personas. De los nombres que se podrían decir se citan, entre otros muchos, algunos como: Sama, Portiella de Lada, Viesca de Lada, Tiñana, Lada, San Tirso, Carcarosa, La Taberna, Cenera de Zalima, Conforcos, Villapendi, Villabarzal, Mamorana, Torazo, Paderni, Mieres de Limanes, Narzana, Somió, Sobrescobio, Blimea, Valdesoto, Villoria, Laviana, Sariego, San Martín, Laviana, Linares, Lorío, La Fresnosa de Ciaño, Urbiés, Tiraña, San Tirso de Abres, Villapendi, Ciaño, Balbona, Venta Blanca de Balbona, etc.[25]

Año 1675. Imagen del Santísimo Cristo
Santísimo Cristo crucificado.
Altar y retablo del Santísimo Cristo crucificado.

Esta imagen es obra del escultor asturiano Luis Fernández de la Vega y queda reseñada en el trabajo del profesor Ramallo en su libro sobre el artista que es, según él, el mejor de Asturias del siglo XVII. Es de formación vallisoletana, de la escuela de Gregorio Fernández.[26]​ Esta talla es de gran tamaño, pues llega casi a los dos metros de altura, y se conserva junto con su retablo y capilla en el lado de la Epístola, que es el lado derecho —desde el punto de observación de los fieles—, por oposición al lado del evangelio, que está en el lado izquierdo según la misma perspectiva.[27]

La imagen de Cristo crucificado está flanqueda por una estatua del Arcángel san Miguel, a la izquierda, y por otra, a la derecha, de san Roque herido en la pierna, con su perro —llamado «Melanco»— a sus pies, que es lo más habitual en la iconografía de este santo. Está vestido de peregrino con bordón, sombrero y capa, que es como tradicionalmente se le representa en las artes plásticas. Está considerado como protector de peregrinos, enfermeros, cirujanos o cánidos, entre otros. San Roque es, junto a san Sebastián, el abogado por excelencia contra la peste y todo tipo de epidemias. Debajo del Cristo Crucificado, a los pies de la Cruz, hay una imagen de san José con el Niño Jesús en brazos.[28]

Año 1676. Primer retablo mayor
Altar mayor, retablo y capillas colaterales.

En este año se construyó el retablo mayor para la titular de la iglesia, Nuestra Señora de Lugás, que costó 56 ducados. La cerradura para este «retablo nuevo» costó seis reales. También se llevaron a cabo las pinturas de los dos retablos laterales: el de Nuestra Señora del Carmen, que entonces lo ocupaba la talla de santo Toribio, y el del Santo Cristo. Este último retablo ocupó en un primer momento el lado de la Epístola, hasta que se construyó la capilla de la Pasión, lugar que ocupó definitivamente. El hueco que había dejado lo ocupó posteriormente la imagen de san Antonio de Padua. Ambos retablos desaparecieron, ya que fueron pasto de las llamas en el incendio de la iglesia en enero de 1937. Según el Libro de Fábrica, el coste total de pintar los dos retablos —así como las imágenes— fue de 1800 reales.[27][29]

Año 1682. Determinación de fiestas oficiales y Jubileos a lucrar

En este año el vicario general, que también hacía las funciones de visitador catedralicio, hizo mención a las fiestas de Nuestra Señora que se celebran los días 7, 8 y 9 de septiembre, y ordenó que fuesen cinco curas durante esos tres días para que atendiesen epiritualmente a los romeros mediante el sacramento de la Penitencia y la celebración de la Santa Misa.[30]

Otras fechas que debían celebrarse como fiestas religiosas eran las de santo Toribio y san Miguel, en las que debía atenderse a los peregrinos de la misma forma que en la fiesta de Nuestra Señora, es decir, conseguir la presencia de cinco sacerdotes que dijeran la Santa Misa y atendieran a los peregrinos también mediante el sacramento de la Penitencia. El costo de los desplazamientos de los curas, así como los demás gastos que conllevaban las fiestas religiosas, tenían que ser pagados por el propio santuario. Las tres fiestas habían sido distinguidas por los papas con diversos jubileos[31][32]​ desde tiempos muy anteriores, que se podían lucrar cumpliendo con las condiciones necesarias establecidas por la Iglesia católica, que son: confesar en una semana anterior o posterior al día en que se querían lucrar las indulgencias —o antes si no se estaba en gracia de Dios—, comulgar ese día, rezar por el papa y hacer un acto de repudio de cualquier tipo de pecado mortal y pecado venial deliberado.[33]

Año 1684. Construcción de la nueva sacristía

A efectos de guardar con mayor seguridad las alhajas y la ropa con que se vestía a la imagen de la Virgen de Lugás, se construyó una nueva sacristía. También se guardaban en ese lugar el resto de los objetos utilizados en el culto. La obra duró tres años y se terminó en 1687, con un coste de 148 reales.[34]

Año 1687. Ampliación del templo

Debido al aumento de peregrinos al santuario, que Madoz sitúa como el más visitado hasta el siglo XVII, por delante de Covadonga —si bien a partir de esta época empezó la eclosión de visitas a este santuario—, se llegó al acuerdo de ampliar el templo para poder albergar a tanto peregrino. Los trabajos consistieron en la construcción de la capilla mayor y del crucero, así como en la ampliación de la planta de la iglesia existente. Se pagó al cantero que la realizó el importe de 7929 reales, que era una parte del importe de la obra, dejando el resto para abonárselo más adelante.[30]

También se terminaron las obras de ampliación y techado de la sacristía, obra cuyo importe ascendió a 148 reales.[35]

Año 1690. Construcción de las capillas laterales, capilla mayor y transepto
Arco del transepto y fecha (1690) y cáliz entre cada dos cifras en círculo superior.
Altar mayor y capillas colaterales.

El año 1690 fue prolífico en finalizaciones de diversas obras acometidas: la bóveda del crucero, las capillas de la Virgen de los Dolores y del Santísimo Cristo, y la capilla mayor, donde se situó la imagen de la Virgen de Lugás.

Detalle de bóveda sobre el retablo mayor.
Texto en el arco del altar de Cristo crucificado.

La bóveda tiene una gran belleza y es nervada cuatripartita, o bóveda de crucería simple, que es el diseño más sencillo de bóveda de crucería. En este caso tiene además un nervio circular y otros que parten desde las cuatro columnas del transepto para morir en el nervio circular, lo cual aumenta su hermosura. En uno de los nervios de la clave está grabada la cifra «1690» que, sin duda, es la fecha de terminación de la cúpula.

En este año finalizaron las capillas de la Virgen de los Dolores y del Santísimo Cristo.[36]​ El arco principal tiene una inscripción que da fe de la fecha de terminación. Dice así:

HIZOSE ESTA OBRA SIENDO PÁRROCO DON JOSEPH DE POSSADA Y MAYORDOMO DON ANTONIO DE POSSADA, AÑO DE 1690. IHS Y MA

Este mismo año se finalizó la capilla mayor, que debía alojar el altar mayor y el retablo donde se situó la imagen de la Virgen de Lugás, donde también figura la inscripción «AÑO 1690». También se realizó un desembolso de 1140 reales para hacer frente a los jornales de los oficiales de edificación, 1546 reales para los canteros —incluyendo en esta cantidad el pago por «componer la Casa de las Novenas»— y, al Maestro Bentura de Heres Isla, se le abonaron 936 reales por sus trabajos de «traza y diseño» de las obras antes mencionadas, así como asesoramiento en la dirección y ejecución de las mismas.[37]

Año 1703. Pilas de agua bendita
Pila de agua bendita en la entrada principal.
Pila de agua bendita en el interior del templo.

En este año se puso la pila de agua bendita a la entrada del santuario, en la portada principal —que mira a poniente—, entre la segunda y tercera columna de la derecha, es decir, del lado de la epístola. Es de material más claro que el de las columnas y resto de la fachada principal. Tiene una decoración bastante sencilla en su parte exterior, a modo de hojas finas y alargadas. También se realizó en este mismo año la pila bautismal, con un importe total de cinco ducados. La pila de agua bendita del interior del templo es más sencilla y de menor tamaño que la del exterior, si bien el borde está rodeado por un dibujo geométrico repetido. Desde ahí hasta la parte inferior está dividida en dos partes con algún tipo de talla, si bien están muy deterioradas.[38]

Año 1724. Capellanía de San Pedro

En 1724 ya estaba fundada la capellanía de San Pedro, según indica el informe que se hacía para el visitador. La ermita donde se hallaba la talla de san Pedro pertenecía a la familia de don Antonio de Possada y su casa. El capellán era don Antonio Muñiz, y lo fue durante los veinte años siguientes. Tenía una renta anual de 154 reales, las rentas de varios censos, y su carga anual era la de decir cuatro misas.[39]

Año 1726. Escalera de la tribuna

En este año se contruyó una escalera para subir a la tribuna o coro, escalera que en la actualidad no existe. Sin embargo, es fácil ver su situación, inclinación, sus dos tramos y otros detalles, por las marcas dejadas dentro de la nave principal en la pared derecha de la puerta a occidente —o puerta principal— y en la pared al sur, todo ello dentro de la iglesia.[40]

Año 1733. Campanario antiguo

El campanario inicial se encontraba en deficientes condiciones, por lo que se llegó al acuerdo de proceder a su reparación; era el antecesor del actual. Para él, se había hecho una campana en el año 1700, para la que hubo que añadir cinco libras del mismo metal del que era la antigua, por las que se hubo que pagar 200 reales.[41]

Año 1737. Cabildo Antiguo

Del cabildo antiguo, que no existe en la actualidad, se perciben los puntos de unión y anclaje a la iglesia actual. Los mechinales, marcas de estos puntos, son visibles fácilmente, ya que se encuentran en la parte exterior de la fachada principal, a ambos lados del tejaroz, y en la pared del cabildo orientada al sur hasta su unión con las obras de ampliación que se llevaron a cabo en el siglo XVII. A partir de las huellas dejadas por las vigas y pilares es muy probable que ambos fueran de madera. Según el Libro de Fábrica: «Composición del cabildo: Costó 154 reales».[41]

Año 1751. Retablo de Nuestra Señora de Lugás
Altar mayor y retablo principal.

Los trámites legales para la ejecución del retablo principal de la iglesia, dedicado a la Virgen de Lugás, se iniciaron el 13 de septiembre de ese mismo año. Ese día se escrituró el contrato de ejecución, previamente firmado por las partes interesadas: de una parte los responsables del santuario, que eran el cura de Lugás, don Nicolás de Posada, y el mayordomo, don Francisco de Posada Montes; y, de otra, el escultor ovetense don Manuel González Manjoya, el cual se comprometió a tallar el citado retablo, obra que se apalabró en 1500 reales de vellón. El escribano y fedatario de este contrato fue don Francisco Rabanal, de Villaviciosa. El importe citado lo aportó como limosna don Antonio de Posada. Este retablo es el que existe en la actualidad en el santuario. A la izquierda de la Virgen de Lugás hay una imagen de san José con el Niño y, a la derecha, san Antonio con el Niño en el brazo derecho.[40][42]

Año 1760. Finalización del retablo y ejecución del enlosado

Para colocar el retablo se hizo un pedestal sobre el que este se apoyaba. Cuando se colocó, gustó tanto a los que lo encargaron que decidieron dar una gratificación («guantes» en el lenguaje de la época) de 140 reales al maestro carpintero.

En ese mismo año se llevó a cabo el enlosado de la iglesia, que no es el que se ve en la actualidad, pues aquel está tapado por el posterior, hecho de mármol, que es el actual del templo. Su coste fue de 617 reales.[43]​,[44]

Año 1781. Estofado del retablo mayor

El estofado es una técnica en madera policromada. El material principal es el pan de oro (también pan de plata o de cobre), unas finísimas láminas del metal que imprimen esta tonalidad sobre las superficies en las que se aplica. Luego, con diferentes pigmentos, se cubren esas láminas y, finalmente, mediante el raspado de estas últimas capas se hacen dibujos, dejando al descubierto el oro subyacente.[45]

El importe de estas obras fue sufragado mediante donaciones de los vecinos, por un importe de 360 reales; una donación de 400 reales de don Joseph Balbín, canónigo de la iglesia de Oviedo; y, el resto, 1823 reales, salieron de los fondos del propio santuario. Para la bendición solemne e inauguración de este gran retablo vinieron tres sacerdotes de otros pueblos para dar mayor relieve religioso al acto.[40]

Año 1783. Retablo del Santo Cristo

Se solicitó un permiso para la ejecución de un retablo para ubicarlo en la capilla del Santísimo Cristo que se situó del lado de la epístola, es decir, a la derecha según la vista de los fieles. El importe total del retablo fue de 1736 reales, que se desglosan en las siguientes partidas: 1500 reales por la ejecución del nuevo retablo; 160 reales por las obras de remate del retablo una vez instalado en su sitio; 61 reales de clavos, hierros y maderas para su sujeción; y 15 reales por el acarreo (transporte) desde Nava hasta el santuario.[46][47][48]

Año 1784. Fundación de la Cofradía del Rosario
Altar izquiero con la Virgen del Rosario.
Virgen del Rosario.

El que era párroco en este año pidió licencia al obispo de Oviedo para fundar o erigir una Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, permiso que le fue concedido; se le indicó que las «Constituciones» que se hiciesen con los motivo de la fundación, así como los de funcionamiento y orden, fuesen plasmadas en un libro nuevo, y que dichas Constituciones encabezasen el citado libro.[49]​ El motivo principal que exponía el párroco es que no había ninguna cofradía en la parroquia y, además, disponían de 600 reales para hacer frente a los gastos de altares, retablos, etc. Sin embargo, en el año 1620 ya existía una cofradía, la Cofradía sacerdotal del Santuario de la Virgen de Bendueños, algo lejana de Lugás, en la zona montañosa de Lena.

Entre los cofrades fundadores se decidió dedicar el altar de Nuestra Señora del Viso como el principal de la cofradía, así como por «Capilla de la Cofradía» la que está en el lado del evangelio de la iglesia.[50]

A la vez que se decidieron estos asuntos, apareció otro por motivo de respeto y veneración a las imágenes que iban a ser sustituidas: la del Santo Cristo y de dos santos más, por lo que consultaron a la iglesia de Oviedo sobre qué dabería hacerse con estas tres imágenes, ya que no tenían valor artístico ni antigüedad, además de que las pulieron sin conocimiento alguno, dejándolas en estado lamentable.[51]​ Respondieron a la consulta diciendo que se debían sustituir por otras de mejor arte y enterrar las tres que se consideraban sin valor, poniendo cuidado en efectuar este enterramiento con el debido respeto y devoción.[34]​,[52]

Año 1788. Ejecución del retablo de la Virgen del Rosario

En una reunión de la cofradía del Rosario, que se celebró ese año, se aceptó el recibo que presentó Francisco Roces, tallista, que fue quien realizó el retablo de la Virgen del Rosario. Su coste ascendió a 1120 reales. También se acordó hacer el pago de 202 reales por el dorado y estofado de la custodia, lugar donde se guarda la Sagrada Hostia para exposición a los fieles, de la talla de santo Toribio y el báculo que porta, así como el dorado de las «sacras».[46][53]

Año 1788. Remodelación del campanario

Ese mismo año se pagaron los recibos de varias obras y se ejecutaron las obras de remodelación del campanario, así como las correspondientes a los tejadillos que protegían a los que hacían tañer las campanas cuando el tiempo era lluvioso, cosa frecuente en Asturias. También se encargó la ejecución de una cruz de hierro forjado que coronó la espadaña. El importe de estas obras fue: 266 reales por adecuar el campanario, 48 reales por el tejadillo protector de los campaneros y 55 reales por la cruz de hierro que corona la espadaña.[54]

Año 1789. Ejecución de la mesa del altar y peana de la estatua de la Virgen

Se encargó la fabricación y colocación de los siguientes objetos: una peana para la talla de la Virgen de Lugás, que resultó ser de gran belleza estética; una mesa al estilo romano para hacer de altar y ponerla bajo el retablo de la Virgen del Rosario; y unas puertas nuevas para el santuario. El coste total de estas obras fue de 1207 reales y 17 maravedíes.[55]

Año 1790. Primera fiesta de la Virgen del Rosario

En este año se celebraron por primera vez las fiestas de la Virgen del Rosario, después de que el papa Pío VI concediese para esta advocación el Privilegio de Indulgencia Plenaria.[46]

Año 1796. Retablo mural para la sacristía

Se encargó la pintura para el retablo de la sacristía en forma de mural, es decir plano, no como los tallados en madera que tienen la tercera dimensión de la profundidad. Para adornar más el retablo se compró un crucifijo que se puso sobre él. Algún resto de esta pintura se puede ver en la actualidad detrás de la escalera por la que se accede al púlpito. También se pintó el arco de acceso desde la sacristía al templo, así como el propio púlpito, hecho ese mismo año, cuyo importe fue de 60 reales.[56]

Año 1799. Reedificación de la Casa de Novenas

La primitiva casa de novenas se edificó entre los años 1575 y 1590, por lo que, al cabo de unos doscientos años, hubo necesidad de arreglarla, reedificando lo necesario para que cumpliese con su función dignamente, por lo que se decidió ejecutar los trabajos correspondientes. El importe de estos trabajos fue de 140 ducados y las obras duraron hasta el año 1800. La madera necesaria la cedió gratuitamente Nicolás Domingo de Posada, y el importe de la obra ascendió a 3527 reales además de otros 283 reales en concepto de jornales para el maestro de obras y el aserrador. También se incluyó en esta partida el importe de las herramientas utilizadas y deterioradas.[57]

Año 1800. Encargo de una lámpara de plata

Se encargó para la iglesia una lámpara de plata por un importe de 120 reales y 62 onzas de peso.[58]

Año 1803. Nueva vidriera

Se adquirió una gran vidriera que se colocó en la capilla mayor y tuvo un coste de 110 reales.[58]

Año 1805. Nuevo campanario

El campanario primitivo se había modificado en 1733 y, en este año de 1805, se iniciaron las obras de construcción de una nueva espadaña para el campanario. Parte de la piedra era del propio santuario y el resto se trajo de Cabranes. El desglose del importe de las obras fue así: por 16 días de cama y manutención se pagaron al italiano cuatro reales diarios; la pólvora empleda en la cantera, los jornales del maestro cantero y demás oficiales en cantería ascendió a 461 reales; también se encargó al maestro cantero que trajese varias losas para las sepulturas del santuario, cuyo importe fue de 690 reales.[58]

Año 1807. Construcción de los Cabildos

Las construcciones siguieron con un buen ritmo para adecuar las diferentes construcciones del templo a las necesidades presentadas por la afluencia de gran cantidad de romeros y caminantes. Una obra importante en este sentido fue la de construir los cabildos a poniente y al sur. El total de la obra ascendió a 727 reales, de los cuales 622 fueron el coste de jornales de peones, retejadores y del maestro, además de tejas y acarretos; los 105 restantes se dedicaron al pago de la madera necesaria para su construcción.

En este año se pusieron rejas de hierro en las ventanas del crucero y capilla mayor, cuyo importe se elevó a 81 reales.[58]

Año 1809. Préstamo para la guerra

España estaba en plena Guerra de la Independencia contra los franceses, por lo que el Ministerio de Hacienda impuso a la Iglesia española la aportación de unas cantidades a título de préstamo recuperable. Después de hacer las correspondientes particiones entre arciprestazgos y entre las iglesias que le pertenecían a cada uno de ellos, al santuario de la Virgen de Lugás le correspondió aportar 1000 reales, préstamo que se realizó con bastantes esfuerzos económicos por parte de los parroquianos. Su devolución no se llevó a cabo hasta el año 1821 —doce años más tarde—, después de un largo pleito con el Estado, de gran coste para el santuario.[58]

Año 1813. Lápida en la segunda reconstrucción del campanario

Por segunda vez se reconstruyó el campanario, esta vez con piedra de gran calidad de la cantera La Marina. Para tener un seguimiento claro de los diferentes episodios del campanario y la espadaña hay que recordar que el primer campanario que hubo fue el llamado «primitivo románico». Sobre este se reconstruyó otro en el siglo XVIII, concretamente en 1733. En esta ocasión el coste fue de 4428 reales. Pero todavía se tuvo que realizar más obras en esta zona, ya que el 8 de marzo de 1832 cayó un rayo que causó graves destrozos, ya que derribó una parte de la construcción. En esta ocasión fueron los peregrinos, los visitantes devotos y los romeros los que costearon el importe de las obras, por lo que el santuario creyó conveniente encargar una lápida conmemorativa, que tiene la inscripción siguiente: «LOS DEVOTOS DE MARÍA, AÑO 1832. D.O.M.»; el importe de dorarla, colocarla y pulirla fue de 90 reales.[59]

Año 1814. Nuevas campanas

Para culminar las obras del campanario se encargaron dos campanas a un campanero de Pola de Siero que se llamaba Venero, pero distanciadas en el tiempo para poder recaudar los importes correspondientes. La «campana grande» costó 4560 reales y, hasta 1817, tres años más tarde, no se encargó la «campana chica», que tuvo un coste de 3066 reales.[60]

Año 1816. Adquisición de vestido para la Virgen de Lugás

Se trajo de Madrid un manto que se encargó para vestir los días de diario a la Virgen y cuyo coste fue de 520 reales.[60]

Año 1822. Vidrieras y reloj de sol
Reloj de sol y vidrieras.

El «Consejo Constitucional» de la hermandad del santuario dispuso que se hicieran unas vidrieras y se pusiera un reloj de sol en la fachada sur del crucero con una pintura exterior de terminación y protección contra los daños que produjese la intemperie, compuesta de linaza y albayalde, así como unas vidrieras para algunos de los ventanales más amplios. Ambos trabajos se encomendaron a Fray Hilarión, un monje exconventual del monasterio de Corias, por cuyos trabajos se abonó la cantidad de 140 reale en concepto de trabajos, y otros 148 para la manutención. Para las vidrieras hubo que requerir los trabajos de un herrero, al que se le pagó la cantidad de 18 reales. El reloj de sol es el de mayor tamaño de los 76 que hay en las ermitas y santuarios de Asturias.[60]

Año 1827. Rostrillo para la Virgen y lienzo del Jueves Santo

Se encargó la ejecución de un lienzo ricamente engalanado para el «Monumento del Santísimo» que se expone el Jueves Santo. El importe fue de 259 reales. Este lienzo aún se conserva en la actualidad en el edificio llamado «Polvorín». También se encargó el trabajo de ejecutar un «rostrillo cerrado» para la Virgen de Lugás, cuyo importe de ejecución fue de 98 reales.[60]

Año 1828. Claraboyas de la sacristía y enlosado de los pórticos
Pareja de ventanas abocinadas.
Ventana abocinada muy trabajada.

Para que la sacristía tuviera más luz natural se encargó la ejecución de tres ojos de buey o claraboyas abocinadas. Una de ellas tiene orientación al este y las otras dos al oeste; el coste de construcción fue de 524 reales. En este año se encargó que se enlosasen los pórticos, para lo que se usaron 333 losas por un importe de 964 reales y 33 maravedíes.[60]

Año 1829. Obras de mejora de los pórticos

Para la protección de los pórticos de las inclemencias del tiempo, ya que estaban a la intemperie, se encargó la obra de realizar la cubierta del pórtico que da al oeste, para lo que se tuvo que adquirir tres columnas toscanas que costaron 122 reales. El importe total de la obra fue de 1968 reales.[60]

Año 1834. Escalera para la Casa de Novenas
Escaleras al fondo de la imagen.

Para acceder desde el nivel del enlosado de los pórticos a la planta noble de la «Casa de Novenas» o casona, que se encontraba a un nivel superior, se encargó la construcción de unas escaleras que uniesen ambos niveles y cuyo coste fue de 280 reales.[61]

Año 1835. Conclusión del cementerio parroquial

Desde 1823 se venía trabajando en el cementerio, pero no de forma continua. En los dos o tres años anteriores a la finalización se retomaron los trabajos de forma regular y lo dieron por concluido en 1835. Es un cementerio de no grandes proporciones, pero sí de una gran belleza.[62]

Se construyeron varias sepulturas hipogeas, pero sin la excavación en forma de túnel como se hacía en estas. Estaban hechas de piedra labrada —a modo de sarcófagos— pero solamente enterradas.[63]

En el centro del cementerio se erigió una capilla dedicada a santo Domingo de Guzmán. Su estructura estaba compuesta por un pórtico apoyado en dos columnas toscanas y un arco sobre impostas que sostenían las dovelas del citado arco. Tenía un altar de piedra en la cabecera y una figura en forma de esqueleto humano con una guadaña, que representaba la Muerte, así como una leyenda quen decía «a nadie perdono». Había dos líneas de sepulturas: la primera, con tres sepulturas, más cercana al altar, se reservaba para párrocos y presbíteros; la segunda, con cinco sepulturas a los pies del pórtico, se las adjudicaron a la familia Posada, puesto que ya tenía otras tantas en la capilla del Santísimo Cristo, a modo de compensación. De estas cinco, dos fueron a parar a manos de la familia González Cutre de Bedriñana. Se las diferencia en que en estas figura la inscripción «SON DE HRDOS DE CUTRE» y en las otras tres «DON JOSEPH DE POSADA».[64]​,[65]

Año 1836. La «Obra»

La Obra, como se llamó desde un principio a esta edificación, se comenzó en el año 1836. Su destino era dar acomodo y cobijo a las caballerías que traían los peregrinos cuando acudían desde el día anterior a la Fiesta de Nuestra Señora de Lugás. Sin embargo, su construcción era de buena calidad y solidez, ya que dispone de tres columnas de piedra, cada una de ellas apoyada en sus correspondientes plintos. A su vez, las columnas servían de apoyo a los dinteles.[66]​ La mitad del suelo estaba enlosado con losas de caliza o arenisca. Todo ello daba gran prestancia y belleza al edificio. En la actualidad tiene el rótulo de Biblioteca.[61]

Año 1850. Manto de Nuestra Señora de Lugás

Se encargó un magnífico manto bordado en oro, cuyo bordador fue Toribio Martínez, residente en Oviedo. La hechura y los materiales costaron la cantidad de 8000 reales. Tiene la siguiente inscripción bordada: «O.J.M. 1850». La Virgen luce este manto en las festividades del santuario.[61][67]

Año 1857. El «Polvorín»
El Polvorín.
Zona almenada al sur, tras el Polvorín.

El Polvorín era una edificación dedicada a preparar los cohetes y los demás fuegos artificiales (ruedres de fueu en asturiano), que preparaban los especializados de la zona y que servían para alegrar a los peregrinos en les verbenes y fogueres. Su estructura era muy peculiar, ya que tenía —y tiene— planta pentagonal. Las tres columnas de la «Obra» están en una especie de plataforma cubierta a modo de prolongación del «Polvorín», con unos balcones corridos recercados de piedra. Para subir a la balconada hay unas amplias escaleras. En la parte inferior tiene un porche cuyas columnas se trajeron en el año 1960 desde la capilla del cementerio de Camoca.[68]

El Polvorín está rodeado por una muralla de escasa altura, de un metro más o menos, con unas almenas modernas, del año 1950, que sustituyeron una cornisa o «tejaroz» con tres filas de tejas que había alrededor de la edificación. De las columnas que se utilizaron para la plataforma, tres de ellas pertenecían al edificio casi anexo de la «Obra».[61]

Año 1861. «Altarín» o Altar sacramental
Altarín o altar sacramental exterior.

En tiempos próximos a la fundación del santuario se edificó un altar sacramental en el exterior para decir la Santa Misa en las ocasiones de gran afluencia de peregrinos, y también para la adoración del Santísimo Sacramento. Por esta razón, en la parte frontal lleva tallada en mármol una custodia con dos ángeles, uno a cada lado, de rodillas y las manos juntas en señal de adoración.[69]

El primero era un poco tosco y se sustituyó por otro de mayor empaque, todo él de cantería, con grandes y bien perfilados bloques de caliza en las esquinas y un baldaquino de muy buena factura. En el año 1957 se desmontó y, treinta años más tarde, en 1987, se fabricó uno nuevo, fiel réplica del original.[70]

Año 1865. Oratorio de ánimas

Los rectores del santuario creyeron conveniente construir en el prado conocido como Prado de la Capilla un «Oratorio de Ánimas», y así lo hicieron. Resultó de una bella hechura, pero tuvo que ser restaurado. Por esta labor de la parroquia de Santa María de Lugás, la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa «Cubera» le concedió en 1988 el premio que otorgan a las entidades que hayan contribuido a la labor de recuperación de la historia de los pueblos de Villaviciosa, como a la más destacada en la recuperación del entorno. El importe completo del premio se destinó, íntegro, a la misma y ya iniciada labor de recuperación de los signos de identidad de la parroquia.[71]

Año 1882. Balcones en Casa de Novenas
Balcones muy trabajados en la Casa de Novenas.

Esta Casa de Novenas, según ya se indicó, fue reedificada en el año 1799 ya que, de antiguo, existían casas de novenas casi desde el mismo momento en que se erigía una iglesia, ermita o lugar destinado al culto de la Virgen María en cualquiera de sus advocaciones, especialmente en lugares apartados de los pueblos. En 1882 se labraron estas dos balconadas, que están orientadas al norte y están muy a la vista del peregrino al pararse delante del gran pórtico del santuario, que tiene orientación a poniente. Los cuatro lados de cada balcón están rodeados de piedra labrada con diferentes motivos: los cuatro lados verticales tienen dibujos en forma de S, con los extremos alargados mediante elementos flores; de los cuatro lados horizontales, los inferiores tienen un dibujo geométrico en forma de zigzag, y los dos superiores mezclan formas de flores tetrafoliadas, no puntiagudas, inscritas en un círculo y unidas en el centro. Cada dos elementos están separadas por un rombo, y tienen en el centro dos figuras simétricas a modo de cáliz floral en posición horizontal.[72]

En el centro de cada lado superior horizontal hay dos diferentes motivos esculturales: el balcón izquierdo está rematado por un florero con un tallo vertical y cinco flores y, el derecho, por una cruz muy esbelta sobre una peana y una gran corona de rey superando la cruz.[73]​ En el ángulo superior izquierdo de la ventana de la derecha tiene grabado y sobredibujado en negro Año 1882.

Año 1892. Carretera de acceso al santuario

Como ya se indicó en el apartado de Emplazamiento, el santuario está cerca de 100 metros más alto que la carretera autonómica que pasa por las inmediaciones. Como indica Madoz, se trata de «una altura despejada y alegre». Acceder al santuario solo era posible caminando, con caballerías o en algún carro. Como la afluencia de romeros era cada vez mayor, los rectores del santuario acometieron las gestiones necesarias para que se construyese esta carretera. El santuario aportó 1000 pesetas, y el municipio otra cantidad —en esta época la moneda de curso oficial ya era la peseta—.[72]

Año 1894. Verja del cementerio
Arco superior de la verja forjada del cementerio de Lugás.
Cementerio con puerta de hierro forjado.

Se encargó y colocó una verja de hierro forjado en la puerta del cementerio debido a la oxidación y deterioro de la anterior por los adversos factores meteorológicos por lo que esta última tuvo que ser restaurada y protegida contra estos elementos.[72]

Año 1896. Arboleda alrededor del santuario

Para dar sombra y proporcionar un ambiente más agradable, se plantaron fresnos, robles y olmos en la explanada donde está situado el santuario. La masa arbórea de olmos fue atacada por la plaga de grafiosis, llamada también «enfermedad holandesa del olmo», una enfermedad fúngica que afecta a este árbol (Ulmus sp.).[74][nota 3]​ Se cree que su origen se encuentra en el este de Asia, donde las especies de olmos son más resistentes y no se ven tan afectadas.[75]​ Los olmos se secaron en 1998 y se sustituyeron por robles americanos y por hayas.[72]

Estructura y arquitectura

El conjunto arquitectónico lo componen el templo con sus pórticos y atrio, la Casa de las Novenas, la casa rectoral, la biblioteca, el «Altarín» y el «Polvorín», que forman un conjunto armonioso en la explanada que corona el cerro donde se encuentra el santuario.

La iglesia románica se construyó sobre una primitiva de la que no quedan restos; «la primera fundación se remonta a principios de la Reconquista; lo más importante que se conserva corresponde ya al periodo románico del siglo XII», según estudios del artista y arqueólogo Magín Berenguer.[76]

El templo tiene planta de cruz latina rematada en un tramo recto y un ábside semicircular a continuación; fue construida en el siglo XIII y reconstruida en el siglo XVII, pero solo conserva de su estilo románico el arco de entrada o arco del triunfo, y las portadas al oeste y al sur. En las obras que se hicieron a mediados del siglo XIII se construyó el atrio que rodea la fachada principal y el muro sur. El santuario no es de grandes dimensiones, pero tiene una suntuosidad muy peculiar, y es uno de los santuarios marianos de mayor interés artístico de Asturias.[77]

Al ver su estilo arquitectónico, similar a otros templos románicos de la zona, se puede deducir que sus sillares pudieron ser fabricados en el mismo taller, situado en la zona de Villaviciosa, donde se labraron los de San Esteban de Aramil en Siero, San Juan de Amandi y Santa María de Narzana. Por las mismas razones, pudieron haberse construido en el mismo taller algunos templos de los valles mineros de los ríos Caudal y Nalón, como son las iglesias de Santa Eulalia de Ujo y San Esteban de Ciaño.[77][18]

La sacristía está adosada al muro norte, a la altura del presbiterio y, en el siglo XIX, se decoró con dos óculos abocinados que dan hacia el exterior, al igual que en el muro occidental, pero estos son de mayor tamaño y están más decorados en su interior. Se le añadió un pórtico de columnas que rodea a la iglesia a modo de atrio por las fachadas que dan al sur y a occidente.[78]

La forma octogonal del ábside permite relacionar el templo con la Orden de los Caballeros templarios. Reuniendo todos los datos comunes, parece bastante probable que el monasterio de Valdediós edificara las iglesias de Ujo, Amandi y Aramil, ya que los patronos de esta última están ligados al monasterio cisterciense citado.[79]

Mosaico de azulejos de bienvenida al peregrino a casa de su Madre.
Mosaico de azulejos de bienvenida al peregrino a casa de su Madre.  
Fachada principal a occidente y casa rectoral.
Fachada principal a occidente y casa rectoral.  
Pórtico principal de entrada.
Pórtico principal de entrada.  
Ábside octogonal al este.
Ábside octogonal al este.  
Puerta y atrio al sur.
Puerta y atrio al sur. 

Puerta principal y fachada a occidente

Arco del triunfo y detalle del guardapolvo y tejaroz con nueve canecillos.
Puerta principal al oeste con guardapolvos y tejaroz.

Arquitectónicamente, destacan las dos portadas románicas: la occidental, que está situada sobre un cuerpo saliente del edificio, y la orientada al sur, de menores dimensiones. La puerta principal, con su «arco del triunfo», tiene tres arquivoltas y tres columnas a cada lado de la puerta con sus correspondientes capiteles. En el muro en el que están las puertas destacan los sillares muy bien escuadrados, algo extraño en aquella época, en la que solo se ponía más interés en las partes fundamentales de soporte de la estructura, como son esquinas, columnas soporte de techo, etc.[23]

El diseño estructural de la puerta principal a occidente está formado por tres arquivoltas de medio punto. La arquivolta exterior está decorada con motivos geométricos en zigzag,[80]​ la arquivolta intermedia está decorada con unos dibujos que asemejan cañas, y la tercera o interior está compuesta por veintiséis círculos de pequeño tamaño, donde se inscriben hojas cuatrifolias simétricas pero giradas unos grados las de cada círculo respecto a los siguientes. Se apoyan sobre impostas y tres pares de columnas con capiteles decorados con motivos vegetales y de figuras. Todas las arquivoltas están protegidas por un guardapolvo superior semicircular compuesto por tres filas de tacos lisos al tresbolillo y un tejaroz recto y horizontal en la parte superior, sostenido por nueve canecillos separados por tacos con figuras geométricas. Dos canecillos tienen forma zoomórfica: uno representa la cabeza de un animal felino y el otro a un cuadrúpedo. Otros canecillos tienen figuras vegetales o geométricas muy diferentes. Entre ellos, y a modo de separación, hay unos tacos con figuras circulares e, inscritas en cada círculo, otras figuras casi geométricas en forma radial al círculo. En la parte derecha de la puerta tiene una pila de agua bendita de piedra entre la columna intermedia y la exterior, hecha de una sola pieza, pero de ejecución muy posterior a las columnas de la portada.[81]​ En la portada, en la parte izquierda, se pueden distinguir dos escenas de la Virgen: una es la Presentación de Jesús y Purificación de la Virgen, y la otra es la Visitación de la Virgen a su prima santa Isabel.[82]

Capiteles de la zona izquierda

El primer capitel es el más trabajado, y representa a un par de animales con cuerpo aleonado y con una cabeza de monstruo. Hay una figura humana entre ambos que parece estar rezando, pues tiene las manos juntas y la mirada algo levantada. Tanto la tradición como los expertos comentan que esta figura representa al profeta Daniel cuando fue arrojado a una fosa con leones. En el segundo capitel, o capitel intermedio, se representan hojas triangulares con los bordes dentados y apuntando hacia abajo. El capitel más exterior, el de la izquierda o tercer capitel, tiene grabadas cintas formando figuras de grandes hojas de palma abiertas, de las que cuelga una especie de fruto parecido a una piña. Otra opinión de expertos respecto al primer capitel es que bien pudiera representar la lucha entre el bien —identificado en la figura humana central— y el mal, representado por los animales.[15]​ Esta composición, más o menos similar, se repite en otros templos de Asturias y de otras comunidades, como ocurre en San Cipriano de Zamora. Dentro de Asturias se repite en Amandi, en la cercana Villaviciosa; y en Sotiello y Ujo, en los concejos de Lena y Mieres, respectivamente. También hay alguna iglesia con capiteles que repiten estos motivos en la provincia de León.[83]

Capiteles de la zona derecha

Estos capiteles, distintos a los anteriores, también colaboran a la decoración de la puerta principal del templo. El capitel interior, el más próximo a la puerta, está decorado con hojas de nervios rizados y forma triangular invertida. El segundo y tercer capitel tiene hojas nervadas, entrelazados y volutas. Sobre los capiteles de ambos lados hay unos cimacios decorados por cintas que envuelven motivos geométricos, palmetas y otros motivos de tipo vegetal. Las hojas nervadas están en posición invertida, es decir, con la punta hacia abajo, lo mismo que ocurre en la iglesia de Sotiello (Lena), en la de Arbás del Puerto (en León, casi en el límite con Asturias por el puerto de Pajares), en Amandi en (Villaviciosa) y algún otro más de la zona.[79]

Sobre los capiteles de uno y otro lado se sitúan nueve canecillos con alineación recta, que a la vez sostienen el alero o tejaroz, que es la parte de la cubierta que sobresale del muro.[84]

Fachada al sur y su portada

Fachada, puerta y atrio al sur.
Puerta lateral al sur.

La portada situada en la fachada sur es más sencilla, pues solo tiene dos arquivoltas de medio punto, una decorada con «rollos zamoranos» cerrados y otra con cabezas en pico que se esculpen a medio relieve. La doble arquivolta está protegida por un guardapolvo y se apoya sobre columnas a cada lado con capiteles decorados. En la arquivolta exterior, las cabezas en pico se relacionan con rostros humanos de tradición normanda, pero parecen más bien, en este caso, cabezas de lechuza, más inusuales como elemento decorativo pero de gran contenido simbólico. Estas cabezas en pico se encuentran rambién en Francia, Inglaterra e Irlanda: en Francia están en templos de Normandía, Guyena, Borgoña y Poitou, entre otras regiones; en Inglaterra se encuentran en gran número de templos en los condados de Lincoln, Hereford, Kilkhampton, York, Cornualles y varios más; y, en Irlanda, en el templo del condado de Offaly. Por otro lado, las cabezas en pico inscritas en un semicírculo que hay en este santuario son muy similares a las existentes en las iglesias del condado de Cornualles, como son las de Morwenstow, Kilkhampton y algunas más.[83]

Detalle de arquivolta de rollos zamoranos en la puerta lateral.

Estas decoraciones se pueden ver en Asturias en numerosos templos, no solo de la zona de Villaviciosa, sino en las zonas de los valles mineros de los ríos Caudal y Nalón, como son las iglesias de San Esteban de Ciaño, Santa María de Arbas, San Juan de Mieres, San Esteban de Aramil y San Juan de Amandi, con la diferencia de que estas cabezas en la zona de Villaviciosa tienen forma triangular.[83]

La segunda arquivolta está decorada en su totalidad por «rollos o lóbulos zamoranos» cerrados, que tienen como característica principal el que se emplearon por primera vez en la Puerta del Obispo de la muralla de Zamora,[85]​ por lo que suelen llamarlos así. Sin embargo, para otros especialistas en la materia, como son Gudiol y Gaya Nuño, este tipo de decoración ya había sido utilizada en un arco de la Mezquita de Córdoba; algún otro lo fecha en épocas mucho más anteriores, como Chueca Goitia, que lo vincula a decoraciones sirias.[86]​ Junto a la vieja mezquita arábiga de Huesca[87]​ se alzaba en el siglo XII la pequeña iglesia románica dedicada a Santa María de los Gozos, de la que queda un pórtico compuesto por tres arquivoltas con rollos exentos en su intradós[88]​. Se pueden encontrar en zonas más próximas en las iglesias de San Esteban de Aramil, Santa Eulalia de Ujo y San Esteban de Ciaño. En el siglo XIX se le añadió un pórtico de columnas que rodea a la iglesia a modo de atrio por las fachadas que dan al sur y a occidente, fundamentalmente por las cuestiones meteorológicas adversas que sufren las zonas norte u oriental.[77]

Capiteles de la puerta meridional

Capitel izquierdo de puerta al sur.
Capitel derecho de puerta al sur.

La puerta lateral al sur tiene solamente dos columnas con sendos capiteles y guardapolvos. Están apoyadas en plintos sencillos y elevados del suelo por encima del rodapié que rodea la portada.

El capitel de la parte derecha de la puerta representa una cabeza que más bien parece humana, que está comiéndose unas grandes hojas que ocupan casi toda la cesta y que se dividen en dos especies de ramas que se voltean hacia la parte superior del capitel, hasta la altura de la cabellera del ser que se las come. El capitel de la parte izquierda está formado por unas cintas ampliamente enlazadas y trenzadas. A todo lo largo de ellas y en su parte central tiene una especie de perlas o adornos cuadrados. Todo este trabajo está en altorrelieve sobre un fondo en el que aparecen tres rombos casi cuadrados. Es un capitel de gran belleza artística y geométrica, aunque se desconoce el significado.[83]

Estructura y decoración del interior del templo

En el interior, la nave se separa de la entrada por un arco románico de doble arquivolta con motivos en zigzag,[89]​ que apoya sobre columnas con capiteles decorados. La nave tiene una cubierta de madera, y la de la cabecera es una bóveda nervada estrellada; la sacristía está cubierta con bóvedas nervadas baídas. Hasta finales del siglo XVII, en el que fue derribada parte del templo, el arco triunfal comunicaba directamente con la nave y el ábside. Este arco tenía tres arquivoltas semicirculares que se apoyaban en plintos o pedestales, que son elementos en forma de paralelepípedo dispuestos bajo la basa, que es la parte inferior de la columna que tiene como fin servir de punto de apoyo al fuste de la columna o de la pilastra, formando parte de ella, generalmente apoyada en el suelo.[83]

Las tres arquivoltas semicirculares —que también en este caso estaban protegidas por guardapolvo— se apoyaban en columnas, que a su vez estaban sobre plintos. La primera, es decir, la más exterior, estaba decorada con el motivo geométrico del zigzag; la segunda o intermedia disponía de molduras aboceladas, o sea, que tiene forma de bocel, consistente en una moldura convexa lisa, de sección semicircular, y una cenefa adornada con motivos vegetales; la tercera rosca o arquivolta no tenía adornos de ningún tipo.[79]

De los capiteles de la izquierda, uno representaba a dos aves enfrentadas; otro a la Virgen, que sostiene al Niño Jesús entre sus brazos; y el tercero unos motivos florales que podrían ser palmas, junto a un par de músicos a cada lado. Los de la derecha tienen: uno a dos leones enfrentados pero no en actitud de lucha; los otros dos estaban decorados con motivos florales. Los leones enfrentados es un motivo decorativo muy frecuente en iglesias de Asturias, como las de Santa María de Narzana, Ceares, San Andrés de Valdebarcena y Ujo.[90][91]

Marca de los canteros.
Marcas de los canteros en tres sillares adyacentes.

El retablo actual data de 1751, y es obra del escultor ovetense Manuel González Manjoya, dado que el anterior retablo de santo Toribio y el camarín fueron destruidos por un incendio. El retablo se terminó el año 1760, al mismo tiempo que el enlosado del templo, que posteriormente fue recubierto por el actual enlosado de mármol. El retablo de la Virgen del Rosario se concluyó en 1788 y el del Santo Cristo en 1783. La imagen de Nuestra Señora de Lugás está situada sobre una gran peana que se realizó en 1789 y, el retablo mural de la sacristía, en 1796.[92]​ La imagen de la Virgen es una gran talla del siglo XII, actualmente de vestir, que tiene al Niño Jesús entre sus brazos, sentado sobre el brazo izquierdo. El Niño tiene una manzana en su mano derecha y un libro en la izquierda.[81]

Otro motivo a destacar son las marcas de cantero, que son símbolos o alegorías grabadas por los canteros en la piedra, que en la antigüedad y Edad Media representaban realidades o ideas abstractas mediante sus rasgos, figuras o atributos; en la actualidad desconocemos su interpretación, por haber perdido o cambiado su significado simbólico.

En este templo se repiten mucho las letras S, P, M y B, además de una estrella. Con estos símbolos también ocurre lo mismo que con las decoraciones de los capiteles, y es que se repiten prácticamente en las mismas iglesias o zonas, como son: Santa María de Narzana, Ceares, San Andrés de Valdebarcena y Ujo, además de varias de la zona de Villaviciosa, que es donde se ubica el templo en estudio.[77]

Retablos e imágenes en el Santuario de Lugás

Cuadros de la Inmaculada y la Magdalena

Inmaculada Concepción.
Santa María Magdalena penitente.

El santuario tiene dos cuadros de gran tamaño situados en los brazos de la planta de la edificación. Uno es una reproducción del cuadro que hizo Murillo de la Inmaculada Concepción para poner en la Catedral de Sevilla.

El otro es un cuadro de María Magdalena penitente, copia del que pintó José de Ribera "El Españoleto".

Retablos viejo y nuevo de Nuestra Señora de Lugás

El retablo es de 1676. Está formado por el camarín actual que el maestro Manjoya incorporó al retablo nuevo de la Virgen de Lugás, de estilo románico, si bien se realizó mucho más adelante, con el Niño en su parte izquierda. Para la imagen de la Virgen se encargó un manto en 1850.[93]

El retablo nuevo conserva la imagen románica de la Virgen de Lugás con el Niño en brazos, pero, ya en el siglo XX, la transformaron en «imagen de vestir». Además de la Virgen, están las imágenes de san José de 1858 —que se colocó en el retablo en 1946—, la de san Pedro y la del Sagrado Corazón de Jesús. En el año 1946 se añadió la de san Antonio.[94]

Retablos viejo y nuevo del Santísimo Cristo y Virgen de los Dolores

Tiene dos imágenes románicas de la Virgen y de san Juan. Antes de 1690 estaban situados en la nave principal —en aquellos momentos la única—, en el lado correspondiente a la epístola. El retablo nuevo es obra del siglo XIII, y su autor fue un artista de la localidad de Nava, a unos 18 km del Santuario de Lugás. Este retablo lo preside una valiosa imagen del Santo Cristo que parece ser de Luis Fernández de la Vega (1601-1675), según el investigador Ramallo Asensio.[95]

El retablo está flanqueado por las imágenes del arcángel san Gabriel y el Ángel de la guarda, cada uno en su peana. Ya desde 1708 figuran san Gabriel y san Roque en este retablo, pero en la actualidad (2015) solo está la imagen del Santo Cristo, pues el resto fueron quemadas en 1936.[96]​ En la sacristía existía un retablo pintado de Jesús Crucificado con la ciudad de Jerusalén al fondo. Estaba hecho en 1829, pero en la actualidad ha desaparecido.

Retablos de Santo Toribio y de San Antonio

El retablo de santo Toribio estaba situado en una hornacina de la nave del lado del evangelio. La imagen era barroca y tenía un báculo dorado. Era obra de Juan de Medina Cerón, y data del año 1605. Tenía a su alrededor las imágenes de santa Apolonia, santa Eulalia, san Roque y san Antonio de Padua, todos ellos realizados en medio relieve. Este retablo desapareció en un incendio en 1937. En la actualidad, ocupa su lugar el retablo de la Virgen del Carmen.

El de san Antonio data del siglo XVII, en el cual la imagen del santo era «de vestir», para lo cual se adquirió en 1850 un manto bordado en oro. Este retablo fue destruido por un incendio que también tuvo lugar en el año 1937.[97]

Retablo de Nuestra Señora del Viso y después del Rosario

Altar y retablo de la Virgen del Rosario flanqueada por Santa Marta y Santa María Magdalena.

Este retablo, construido en el año 1784 por Francisco López, tiene, además de la figura de la titular, Nuestra Señora del Viso, la del arcángel San Miguel, que era muy venerado y querido por los peregrinos que acudían desde Carreño, Gozón y Avilés. Sin embargo, casi un siglo antes, en 1708, ya se hablaba de las imágenes de san Francisco y de Nuestra Señora del Viso. En la actualidad no aparecen ninguna de las tres imágenes y, en su lugar, están las de Nuestra Señora del Rosario, la de santa Marta y santa María Magdalena.[98]

Conclusión

A la vista de los datos proporcionados más arriba, parece lógico deducir que la iglesia de Lugás la hubiese construido el monasterio de Valdediós a comienzos del siglo XIII. También las numerosas identidades entre los elementos decorativos de Lugás y los de otros templos como los antes citados llevan a la lógica conclusión de que todas ellas fueran construidas por las mismas personas o, al menos, por personas de los mismos talleres.[77]

Privilegios

Confesonario de madera artísticamente repujada.

Desde tiempos inmemoriales, el santuario de la Virgen de Lugás y sus devotos y peregrinos disfrutaron de varios jubileos, cumpliendo siempre las «condiciones acostumbradas» que dice la Iglesia católica: comulgar ese día —confesando previamente si no se estuviera en estado de gracia—, confesar en el plazo de una semana, anterior o posterior a la fiesta, rezar el Credo y una oración por el papa, y aborrecer cualquier pecado venial o mortal deliberado que se hubiese cometido.[99]

Jubileo antiguo

Desde el siglo XVI —o quizá antes— el santuario de Nuestra Señora de Lugás tenía «jubileos plenarios», aunque no se sepa con certeza la fecha y el papa que lo concediese.[100]​ Se podía lucrar indulgencia plenaria visitando el santuario los siguientes días (por orden cronológico del año natural): el 23 de marzo, día de santo Toribio; el 24 de junio, san Juan Bautista; el 8 de septiembre, Natividad de Nuestra Señora; el 29 de septiembre, día de san Miguel Arcángel; y el primer domingo de octubre, día de Nuestra Señora del Rosario.[101]

Jubileo del papa Pío VI

El papa Pío VI reiteró los privilegios que ya tenía el santuario mediante un breve apostólico[102]​ con fecha 8 de noviembre de 1788. Una de las frases más destacadas dice así:

Pío VI, Para memoria perpetua. Con el fin de aumentar la religiosidad... haber confesado y comulgado visitaren, con devoción la Iglesia Parroquial... en su advocación de Lugás... el ocho de septiembre y otros días del año... les concedemos benignamente Indulgencia Plenaria de todos sus pecados y remisión de ellos. Dado en Roma, en Santa María la Mayor, con el sello del Pescador, el día octavo del mes de noviembre de 1788, año decimocuarto de nuestro Pontificado. Pavaso, por la Comisión de Cruzada, en 17 de noviembre de 1788.[103]

Explicación del jubileo del papa Pío VI

Dado que el breve del papa Pío VI designaba un día concreto para lucrar indulgencias y dejaba otros días del año «que habrán de ser determinados», el obispo Gregorio Ceruelo de la Fuente lo aclaró en una visita pastoral que hizo en 1920 al arciprestazgo de Villaviciosa, de la siguiente manera:

En virtud de la facultad que se nos concede en el Breve Apostólico, señalamos los días de la Fiesta Sacramental y la del Santísimo Rosario para ganar la Indulgencia Plenaria que se expresa. Santa Visita de Villaviciosa y mayo 23 de 1820. Gregorio, Obispo de Oviedo.[103]

Jubileo del papa Juan Pablo II

A finales del siglo XX, el papa Juan Pablo II decidió ampliar los días en que se podía lucrar el jubileo de la siguiente manera:

Gabino Díaz Merchán, Arzobispo de Oviedo, solicita que todos los fieles cristianos, en las condiciones de costumbre de confesión y comunión y, después de haber orado por las intenciones de Su Santidad, puedan ganar Indulgencia Plenaria en las fiestas de San Juan Bautista, el 24 de junio; de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María, el ocho de septiembre; del arcángel San Miguel, el 29 de septiembre y del Santísimo Rosario, el siete de octubre o primer domingo, con tal de que visitaren el Santuario de la Bienaventurada Virgen de Lugás... concediendo benignamente la gracia solicitada en los términos contenidos en las preces por un periodo de siete años. Dado en Roma, en San Pedro, el día 17 de mayo de 1984. Luigi, Cardenal Dadaglio, Penitenciario Mayor en funciones de la Santa Iglesia. Luigi de Magistris, Secretario.[104]

Explicación del jubileo para el Año Mariano

Con motivo del año mariano de 1987-1988, el papa Juan Pablo II concedió la posibilidad de lucrar indulgencia plenaria, como se observa en el apartado anterior; el arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, nombró al santuario de la Virgen de Lugás como «santuario comarcal» de la siguiente forma:

Nos, el Dr. Don Gabino Díaz Merchán, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Arzobispo de Oviedo. A tenor del Decreto de la Sagrada Penitenciaría Apostólica de 2 de mayo del presente año, designamos como SANTUARIO en que se puede lucrar Indulgencia Plenaria, con ocasión de peregrinaciones, visitas colectivas, participaciones en los ritos litúrgicos, como la Santa Misa celebración penitencial, Santo Rosario o cualquier otro piadoso ejercicio en honor de la Santísima Virgen María, durante el Año Mariano, al Santuario de Nuestra Señora de Lugás. La Indulgencia Plenaria se puede obtener solamente una vez al día, cumpliendo con las condiciones acostumbradas de confesión, comunión y oración por las intenciones del Papa y puede ser aplicada por los difuntos en forma de sufragio. En el Arzobispado de Oviedo, a 16 de julio de 1987. Gabino, Arzobispo de Oviedo.[105]

Favores y milagros

Zona de colocación de los exvotos.
Libro de visitas, con peticiones y acciones de gracias.

Desde que aquel labrador encontrase enterrada una estatua de madera de la Virgen mientras araba, el pueblo no ha cesado de poner bajo su protección e intercesión poderosa ante su Hijo necesidades de todo tipo: vidas y ganados, los que peligraban de perder un pie o una mano, los afectados de enfermedades, etc. Los que recibieron los favores pedidos solían llevar al santuario exvotos y dejarlos colgados en las paredes del santuario como ofrenda, recuerdo y modo de agradecimiento. Llegó el momento, como ocurre en otras iglesias y santuarios, que la cantidad de exvotos era tal, que hubo de destinarse una zona para ellos, de tal forma que se evitara que estuvieran dispersos por el santuario.

Los exvotos suelen consistir en objetos que se relacionasen con la petición hecha y concedida, como bastones, muletas o distintas partes del cuerpo sanadas, hechas en miniatura en cera blanca. En los últimos tiempos se habilitó un «libro de peticiones y agradecimiento» que todavía permanece, si bien son tomos que se han ido reponiendo sucesivamente según se completaba el anterior, ya que la cantidad de deseos, favores recibidos y muestras de agradecimiento fue creciendo, mientras que la costumbre de siglos anteriores de dejar exvotos ha ido disminuyendo, posiblemente por la mayor facilidad que ofrece el libro para expresar la devoción a la Virgen de Lugás. En el incendio que sufrió el santuario en 1937 desaparecieron una gran mayoría de los exvotos de cera.[106]

La relación de favores y milagros es tan extensa que resulta imposible relacionarlos en este apartado. La primera noticia es de 1673 y, hasta la actualidad, no han dejado de crecer las muestras de agradecimiento de los fieles. Una pequeña parte ha sido recogida por Agustín Hevia Ballina en su libro Santuario de la Virgen de Lugás, donde ocupa unas cinco páginas.[107]

Fiestas, devociones y tradiciones

El santuario de la Virgen de Lugás pasaba por ser uno de los santuarios más visitados de Asturias, y la afluencia de romeros era mayor en Lugás que en Covadonga.[108]​ La razón por la que ocurría esto era que, aunque Lugás no está en el Camino de Santiago, queda relativamente cerca de él, y muchos romeros se desviaban para visitar a la Virgen de Lugás, mientras que Covadonga queda muy distante del Camino. En este sentido se pronunciaba Pascual Madoz en su conocido Diccionario Madoz. Diccionario estadístico e histórico de los pueblos de España. Censo económico. Padrón. También indica este autor que la afluencia era tal que los donativos que dejaban los peregrinos por su devoción a la Virgen de Lugás y por los favores recibidos que «las limosnas recolectadas en el día y víspera de la Natividad, tanto en dinero como en grano, cera y otros art., nunca bajan de 17,000 rs., ascendiendo muchos años a mayor cantidad».[109]

Este santuario está bajo la advocación o dedicación de la Natividad de Nuestra Señora, que se celebra el 8 de septiembre, el mismo día que la Virgen de Covadonga. El hecho de su buena ubicación —cerca del mar y de la montaña, en el centro de Asturias y con muy buenas vías de comunicación y accesos— ha influido en gran manera en su poder de convocatoria y en la gran afluencia de peregrinos. A esto hay que añadir los privilegios concedidos al santuario desde el siglo XVI. Según afirma Agustín Hevia Ballina, párroco del santuario:

Desde el siglo XVI o quizá antes, sin que se conozca fecha exacta ni Papa que lo concediera, disfrutó el Santuario de Nuestra Señora de Lugás de privilegio de Jubileo plenario, que se podía lucrar, visitando el santuario los días de Santo Toribio, a 23 de marzo; San Juan Bautista, a 24 de junio; Natividad de Nuestra Señora, a ocho de septiembre; fiesta de San Miguel Arcángel, 29 de septiembre y fiesta de Nuestra Señora del Rosario, primer domingo de octubre.[110]

Por lo que respecta a la afluencia de romeros y peregrinos, Pascual Madoz comenta en 1945 en su conocido diccionario que:

...por lo que respecta a la devoción y progreso de esta iglesia o santuario, puede asegurarse que han llegado a su apogeo, pues hace 40 años que la solemnidad se reducía a una ordinaria función; luego fue aumentándose por grados la concurrencia, habiendo sido muy extraordinaria en el último quinquenio, pues asistían a la fiesta los habitantes del radio de 6 a 8 leguas, y aun de los confines de la provincia.[111]

Continúa Madoz relatando el trasiego de romeros en los primeros días de septiembre, ya que desde el occidente asturiano se dirigen a Covadonga para asistir el día 7 de septiembre a la Foguera en Covadonga, saliendo el día 8 de madrugada, después de la primera misa, y vuelven a sus pueblos por Lugás. Los que viven en la zona oriental, hacen el recorrido inverso: asisten a la Foguera en Lugás para luego retornar el día siguiente a la romería de Covadonga. Así se produce un trasiego de romeros cruzándose por los caminos y haciendo «sumamente divertidas dichas viajatas».[112][113]

Ejemplo de devoción a la Santina de Lugás es la que tenía «María, la de Lugás», fe que le trasmitieron sus padres. Su oración a la Virgen de Lugás, ya conocida en toda la zona, es: «Virgina de Lugás, te rezo como me aprendió mi madre, Santina nuestra de Lugás ayuda a ser cristiana a tu María de Lugás».[114]

Antiguos versos y cantares populares

Antiguos cantares de lugareños y peregrinos

Los peregrinos y lugareños han venido cantando, desde hace siglos, una serie de canciones sencillas para honrar a la Virgen de Lugás y, aunque muchas se perdieron, a continuación se muestra la más tradicional, recuperada desde el siglo XIX.[115]

La Virxen de Llugás, madre,
ye pequeñina y galana,
y aunque baxara del cielu,
non hay pintor que la pintara
¿Qué lleves n´esa saya,
que tantu vuelu i das?
llevo roses y claveles
pa la Virxen de Lugás
Dime xilguerín parleru,
dime qué cantes. Canto
a la Virxen de Llugás
y al Padre Santo
Virxen de Llugás bendita,
dime qué tás mirando;
toy mirando a los romeros
cómo vienen caminando
Gracies a Dios que llegamos,
a tos pies, santina hermosa:
la bendición te pedimos
humildes y fervorosas.
Dicen que la golondrina
nazco la pechuga blanca;
tamién la Virxen de Llugás
foi concebía sin mancha
Virxen de Llugás bendita
tu que yes tan milagrosa,
¿cómo dexasti por casar
a Marica Pepe Rosa.[13]

Cantu'l ramu

Al día siguiente de «les fogueres», precisamente el día de la Romería, las mozas y mozos llevaban a la iglesia los «ramos» en los que colocaban las ofrendas a la Virgen. El Cantu'l ramu era una larga retahíla de cuartetas diferentes con música muy similar para todas ellas. Este tipo de danzas y canciones son típicas de diferentes pueblos y villas asturianas, como es el caso de la «Danza prima» en Pola de Siero, a unos 30 km del santuario de Lugás, y que se baila durante «El Carmín», las fiestas mayores de esa villa.

Los buenos días les damos
a todos en general:
con humildad le pedimos
permiso para cantar.
Vámonos poquito a poco,
para llegar a la cumbre,
a la Virgen de Lugás,
alivio de pesadumbres.
Virgen de Lugás bendita,
venímoste a visitar
con estos ramos de ofrendas,
que llevamos a tu altar.
A pedir vengo a la Virgen,
Ella escuchará mis ruegos
si me alcanzara la gracia,
para conseguir el cielo.
Los ramos van enramados
bien haya quien los enramó:
los enramaron doncellas,
la Virgen les ayudó.
Señores, si son gustosos
de la noble compañía
abran las puertas, que vamos
a ver la Virgen María.
Las puertas ya están abiertas
al templo vamos a entrar
a visitar a la Virgen
con los santos del altar
Tomemos agua bendita
mis compañeras y yo,
tomemos agua bendita,
vamos al altar mayor.
Este pueblo de Lugás,
bien sabe que te venera
y hoy te pide fervoroso
que lo ampares y protejas.
Que protejas a este pueblo
y a nuestra Asturias entera;
protege a la España nuestra,
ayúdanos a quererla.
Virgen de Lugás del alma,
suplícale a Dios inmenso
que por tu gracia divina
alumbres mi entendimiento
Alumbres mi entendimiento
para lo poder cantar:
Gracias a los peregrinos
por venir a este lugar.
Los ministros del Señor
que hoy la Misa nos celebran:
Dois les dé la salud
y también la vida eterna.
Los mozos que llevan ramos,
tampoco los olvidamos:
Dios les dé mucha salud
y que vivan muchos años.
Con Dios te quedes, Señora,
Madre del Verbo Divino.
Tu bendición te pedimos
para andar el buen camino.
Con dios te quedes, Virgen mía,
el más hermoso clavel:
que el próximo año de nuevo
te volveremos a ver.
La despedida te damos,
Virgen de Lugás bendita.
Hasta el año venidero,
que volvamos a tu ermita.[116]

Gozos proclamados, expresión del fervor popular, a la Virgen de Lugás

Los siguientes versos, llamados popularmente Gozos de la Virgen de Lugás, se decían o cantaban al finalizar su novena como colofón de alegría. Los peregrinos, que acudían de muchos pueblos cercanos, dormían en la «Casa les Novenes» ya desde el Siglo XVI. Más adelante, al aumentar el número de ellos, se albergaban en la Hospedería de Peregrinos. También se alojaban en este mismo lugar los que acudían con motivo de las fiestas de «les fogueres».[116]

Estribillo
Pues vuestra Natividad
llenó al mundo de alegría,
líbranos, Virgen María,
de toda calamidad
De la raíz de Jesé
y familia de David
nació la mujer feliz
que gozo del mundo fue:
Nadie afligido se ve,
naciendo Vos, oh María.
Pues vuestra Natividad
llenó al mundo de alegría.
Suspiraban los mortales
porque María naciera,
y saliendo al mundo diera
alivio a todos los males:
con clamores eternales
se les oía clamar
líbranos, Virgen María,
de toda calamidad
Os habían anunciado
oráculos repetidos,
mas no los veían cumplidos
los hombres desconsolados:
al verlos se ha disipado
toda su melancolía:
pues vuestra Natividad
llenó al mundo de alegría
Males sin número había
causado el primer pecado,
más de todos ha librado
al mundo la virgen pía:
so tenaces todavía
nos quisieren aquejar
líbranos, Virgen María,
de toda calamidad
Los tristes son consolados,
los pobres favorecidos,
el pecado redimido,
y el justo fortificado:
ninguno se halla angustiado
de tristeza en este día,
pues vuestra Natividad
llenó al mundo de alegría
A todos causa alegría
tu Santa Natividad.
Y con especialidad
a quien en ti más confía:
y pues sois nuestra fiel guía,
con entrañas de bondad,
líbranos, Virgen María,
de toda calamidad
Ensanchad los corazones
de ricos y poderosos
para que colmen gustosos
a los pobres de sus dones:
con gozo sus donaciones
hagan por ti, oh Virgen pía
pues vuestra Natividad
llenó al mundo de alegría
Los ricos, Madre, os aclaman
y los sois suya de verdad,
pero mostráis más piedad,
cuando el pobre, Madre, os llama;
vuestra caridad se inflama,
si os dicen con humildad:
líbranos, Virgen María,
de toda calamidad
Estribillo
Pues vuestra Natividad
llenó al mundo de alegría,
líbranos, Virgen María,
de toda calamidad.[117]

Juegos, dichos, adivinanzas y encargos

La devoción y popularidad del santuario era tal que su nombre se había introducido en el lenguaje del pueblo. Entre los «juegos» estaba el de «¿Cambiamos?», porque los chiquillos del pueblo —y aun los más mayores— decían: Truécote, Santina de Lugás: lo muncho pa mín, lo pocu pa ti.[118]

Los «dichos» son muchísimos, pero se expondrán solamente algunos como muestra: «Tar afrecíu a Llugares»; «venir de promesa a la Virxen de Llugás»; «cumplir promeses subían de rodilles desde la Capillina» o «entraben de rodilles per la Iglesia alantre llevando encendíes les veles de la ofierta». Una práctica usual era, además de cumplir con la promesa, «confesase y comulgar pa ganar les indulxencies del Xubileu la Virxen». La lista de dichos relacionados con la devoción a la Virgen de Lugás es interminable, y los anteriores pueden valer de ejemplo.

La «adivinanza» más conocida en los pueblos, no solo los cercanos sino en algunos bastante lejanos —para los medios de transporte de aquellas épocas—, era la siguiente:

  • Yeren cinco hermanes:
  • Una que vía la mar y la oía: (Yera la Virxen de Lugás).
  • Otra que oía la mar, pero non la vía: (yera la Virxen de Foncaleyu).
  • Otra que oía la mar, pero non la vía: (yera la de la Cueva).
  • Otra que la oía y también la vía: (yera la del Portal).
  • Otra que nin la vía nin la oía: (yera la de Cuadonga).[118]

Fuentes archivísticas

Vista panorámica del Santuario.

Una buena parte de los datos citados en el artículo están reflejados en la primera fuente de información, que es el Libro de fábrica del santuario. Es una colección de volúmenes formados por folios individuales que, cuando alcanzaban un cierto número, se cosían con un hilo grueso, frecuentemente encerado. Cada libro contiene una serie de datos homogéneos, como los bautizados, difuntos, casados, etc. Al volver a encuadernarse, cuando se deterioraban por causa de la humedad, por un lugar poco adecuado de situación, u otros factores, a veces no tenían en cuenta la numeración de los folios, otros no tenían número, otros se ponían demasiado cerca del lomo de costura haciendo imposible la lectura de los datos y también los había encuadernados al revés.

A pesar de todo ello, hay una gran mayoría en buen estado y bastante completos, debido a la labor enorme y constante del archivero de la Catedral de Oviedo Agustín Hevia Ballina, actual párroco del santuario de Santa María de Lugás, quien los ha revisado y ordenado por signaturas debidamente ordenadas y codificadas, lo cual simplifica mucho la labor de investigación sobre este y otros santuarios.

Listado de las fuentes

Todas las signaturas provienen del Libro de fábrica que estaba depositado en el Archivo parroquial de Santa María de Lugás, significando A.H.D. (Archivo Histórico Diocesano). En este libro están las fuentes consultadas para tomar la mayoría de datos del artículo y que, en la actualidad, están debidamente ordenadas y custodiadas en la zona de archivos de la Archidiócesis de Oviedo.[119]​ Las signaturas referentes al santuario de Nuestra Señora de Lugás están especialmente organizadas y compendiadas por el archivero de la Archidiócesis de Oviedo. Las que hacen una mayor referencia directa a los temas expuestos son las siguientes Signaturas:

  • Sign. AHD. 61.20.1. Libro de bautizos y difuntos de la parroquial de Sta. María de Lugás. Desde 1676 hasta 1702. Muy deteriorado.
  • Sign. AHD. 61.20.2. Libro de bautizos, difuntos y casados de la parroquial de Sta. María de Lugás. Desde 1702 hasta 1767. La parte correspondiente a «Bautizados» tiene algunos folios muy mutilados sin posibilidad de leer el texto. El de «Difuntos» tiene arrancados varios folios. El tamaño es de 295X205 mm encuadernados en pergamino muy deteriorado.
  • Sign. AHD. 61.20.3. Tiene el siguiente largo título: Contiene este tomo tres libros, comenzando cada uno por el nº primero; el que principia de baptizados llega el número hasta el cinto y cinquenta, que se reserba paran su asiento; sigue después de este folioprincipiando por el primero hasta el setenta y nuebe el libro para casados y belados. Y este último reservado para difuntos, principia después de los dos con el número uno hasta el setenta y seis, última hoja, todas de a folio en limpio, para los asientos que se bayan ofreciendo en la parroquia de Santa María de Lugás, para la que se compró este libro en blanco su actual cura Dn. Nicolás de Solares, año de 1767. Desde 1767 hasta 1822. El libro de difuntos tiene dos folios cosidos y varios arrancados. Las hojas son de pergamino de 300x205 mm.
  • Sign. AHD. 61.20.4. Libro de difuntos, bautizados (y casados) de esta parroquia se Sta. María de Lugás, concejo de Villabiciosa. Desde 1808 hasta 1860. Pergamino de 295x210 mm.
  • Sign. AHD. 61.20.4a. Libro de bautizados en la parroquia de Sta. María de Lugás. Desde 1860 hasta 1901. Holandesa de 295x205 mm.
  • Sign. AHD. 61.20.4b. Libro de casados en la parroquia de SantaMaría de Lugás. Desde 1860 hasta 1953. Holandesa de 295x205 mm.
  • Sign. AHD. 61.20.4c. Libro de finados de la Parroquia de Santa María de Lugás. Desde 1860 hasta 1913. 100 folios tamaño 295x205; holandesa.
  • Sign. AHD. 61.20.5. Libro de fábrica de la Parroquial de Santa María de Lugás. Desde 1673 hasta 1700. 300x195 mm. Sin cubierta. Se indica el precio del retablo de la Virgen.
  • Sign. AHD. 61.20.6. Libro que manifiesta el haver de las camuñas de ganado que tiene la fábrica de Santa María de Lugás.. Desde 1781 hasta 1817. 305x205 mm. Pergamino. Lugás no tenía «camuñas» en 1849. Alude a un «libro viejo».
  • Sign. AHD. 61.20.7. Libro de fábrica de Santa María de Lugás, donde es cura el Lizenciado Dn. Joseph de Possada. Desde 1700 hasta 1771. 295x205. Pergamino.
  • Sign. AHD. 61.20.8. Libro de fábrica y santuario de Santa María de Lugás. 305x210 mm. muy deteriorado. Varios temas: Que no se invierta más en «comuñas»[nota 4]​ y se de otro destino a los ingresos del Santuario; ff 52v, retablo del Cristo; ff 59, fundación de Cofradía, no hay ninguna en el santuario; ff 59v, Sustituir imágenes antiguas... 1784; ff 60, abrir «libro de ánimas»; ff 62, comentario al libro de registro del ganado; ff 160, había otro «libro de fábrica» perdido o no devuelto.
  • Sign. AHD. 61.20.9. Libro de fábrica de esta parroquia de Sta. María de Lugás. Año de 1836. Desde 1836 hasta 1896. 305x210. Pergamino. ff 8 construcción de cementerio y capilla adjunta (1836); ff 167v desamortizar fincas excepto las que rodean al santuario que quedan para el uso de peregrinos.
  • Sign. AHD. 61.20.10. Libro para el culto de la parroquia de Lugás, año de 1850. Desde 1857 hasta 1942. 310x210. Holandesa.
  • Sign. AHD. 61.20.10 bis. Libro corriente de cuentas del santuario y fábrica de la parroquia de Lugás y tuvo principio en primero de febrero de 1897. Desde 1857 hasta 1978. 400 ff; en blanco desde 137 al final (1978). 310x210 mm. Holandesa. pp 56, cuenta la destrucción del santuario en la Guerra Civil Española
  • Sign. AHD. 61.20.11. Libro corriente de cuentas del Santuario y fábrica de Lugás. Tuvo principio el 1 de enero de 1922. Desde 1892 hasta 1936. 135x220 mm. En blanco a partir del folio 29.
  • Sign. AHD. 61.20.12. Libro para anotar la limosna y Misas que la devoción de los fieles ofrece a este Santuario de Nª Sra. de Lugás. Desde 1851 hasta 1884. 38 folios usados y 135 en blanco. Desde 1851 hasta 1854. 215x155 mm.
  • Sign. AHD. 61.20.13. Libro de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario. Desde 1807 hasta 1936. 300x210mm. Incorpora folio con carta del Vicario General de la Orden de Predicadores dando permiso para formar Cofradía, 1807.
  • Sign. AHD. 61.20.14. Libro de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen. Desde 1876 hasta 1951. 315x220 mm; piel y tela; folios arrancados. Pegado a la tapa autorización para erigir cofradía (1876) y diploma.
  • Sign. AHD. 61.20.15. Libro de fundación de una misa anual en honor de Nuestra Señora del Carmen. Desde 1913 hasta 1967. 300pp; 315x215 mm. Incorpora «auto» que admite la fundación.
  • Sign. AHD. 61.20.17. Bula del Papa Pío VI concediendo indulgencia plenaria a todos los que devotamente visitaren el santuario de Nuestra Señora de Lugás, el día 8 de septiembre y otros dos días a señalar por el ordinario del lugar. Una hoja pergamiono «vitela». 1778. 405x165 mm.
  • Sign. AHD. 61.20.19. Licencia para confeccionar dos mantos con destino a la imagen de Nuestra Señora y a la de San Antonio y contrato para el de la Patrona. Una hoja. 1829. 310x210 mm.
  • Sign. AHD. 61.20.21. Solicitud para hacer una naveta y un pie de viril [nota 5]​ con una lámpara de plata antigua ya inservible. Una hoja. 1852; 3105x215 mm.
  • Sign. AHD. 61.20.22. Reparación de dos altares laterales y colocación del altar en el campo de la Iglesia para la procesión del Corpus. Una hoja; 1855; 320x215 mm.
  • Sign. AHD. 61.20.26. Pleito entre las familias Llaneza y Posada en relación a varias sepulturas en el cementerio y el osario en la capilla del Cristo de la Iglesia de Lugás. Dos hojas; 1881 y 1920; 205x130 mm.
  • Sign. AHD. 61.20.28. (1-22) Noticias históricas relativas al santuario de Lugás.. 26 hojas; principios del siglo XX. 340x235 mm. Contiene cantidad de datos extractados del libro de fábrica, gastos e ingresos del santuario, sucesión de párrocos y noticias curiosas en relación con la Romería y tradiciónes de Nuestra Señora de Lugás.
  • Sign. AHD. 61.20.32. Acuerdo para la reparación del reloj a costa de los fondos del santuario.Una hoja. 305x210 mm. 1857
  • Sign. AHD. 61.20.33. Solicitud de cesión de una pequeña porción de terreno, con el fin de hacer un ensanche en la zona del santuario. Dos hojas; 210x150. 1860.
  • Sign. AHD. 61.20.34. Solicitud para construir un muro partiendo de la capilla del cementerio, para contención y seguridad del campo de la Iglesia. Dos hojas; 315x215 mm. 1867.
  • Sign. AHD. 61.20.35. Solicitud del párroco de Lugás para invertir fondos del santuario en la construcción de la nueva carretera de acceso. Dos hojas; 315x215 mm. 1892.
  • Sign. AHD. 61.20.43. Foro de Lugás que iba unido al préstamo de San Juan de Amandi y su anejo y se pagaba a la mesa episcopal. Seis hojas; 210x150 mm. Desde 1805 hasta 1822.
  • Sign. AHD. 61.20.63. Solicitud del párroco de Lugás pidiendo la exceptuación de dos fincas pertenecientes al santuario del régimen general de desamortización, con el fin de poder atender las necesidades parroquiales.Dos hojas, rotas por el margen derecho, pero legibles. 1854.
  • Sign. AHD. 61.20.63.(1-2) Concesión de excepción de desamortización a favor de algunos bienes del santuario de Lugás. Cuatro hojas; 210x150 mm. 1864 y 1867
  • Sign. AHD. 61.20.64. Aceptación por parte de la autoridad civil de la excepción de la desamortización a favor de doe fincas pertenecientes al santuario de Lugás, afectándolas con las condiciones consiguientes. Cuatro hojas; 210x150 mm. 1866.
  • Sign. AHD. 61.20.65. Papeles relativos a la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario y de la Cera. Una hoja; 325x225 mm. 1927.
  • Sign. AHD. 61.20.66. Lista de los cofrades del Santísimo Sacramento de la parroquia de Santa María de Lugás, en el 1933. Dos hojas; 350x235 mm. 1932-1935 y algunas hojas sueltas.
  • Sign. AHD. 61.20.67. Erección de la Cofradía de la Doctrina Cristiana en la Parroquia de Lugás. Una hoja; 330x230 mm. 1936.
  • Sign. AHD. 61.20.76. Solicitud de licencia para construir un cementerio, por hallarse arruinado enteramente el existente. Una hoja; 310x220 mm. 1836.
  • Sign. AHD. 61.20.77. Bendición del cementerio y dedicación de su capilla a Santo Domingo de Guzmán. Dos hojas; 303x215 mm. 1836.
  • Sign. AHD. 61.20.79.bis Últimos enterramientos en la Iglesia y comienzo del uso de cementerio parroquial. Una hoja; 165x130 mm. 1825.
  • Sign. AHD. 61.20.80(1-2). Papeles relativos al movimiento de Bulas en la Parroquia de Lugás. Dos hojas; 305x215 mm. 1854 y 1877.
  • Sign. AHD. 61.20.81(1-27). Número y clase de sumarios de Cruzada desde el año 1808. 27 hojas; Desde 1908 hasta 1932.
  • Sign. AHD. 61.20.84. Disposición del obispo González Pisador restringiendo a la iglesia parroquial de Santa María de Lugás el derecho de asilo, con exclusión de cualesquiera otras del lugar. Tres hojas; 300x200 mm. 1773.
  • Sign. AHD. 61.20.95. Solicitud de D. Manuel de Rivero Vega, en posesión del título de maestro en primeras letras, para que se le conceda la posesión de la escuela de Lugás. Una hoja; 310x210. 1824.
  • Sign. AHD. 61.20.97. Aprobación de D. Antonio de la Ballina, para maestro de primeras letras en la escuela de Lugás, cuyo nombramiento deberá extender el párroco de Lugás. Una hoja; 310x220 mm. 1828.
  • Sign. AHD. 61.20.106(1-2). Contrato de arrendamiento del local parroquial denominado «Salones» con destino a escuela
  • Sign. AHD. 61.20.131. «Diario de celebración de Misas». Perteneciente a D. Julio Echeguren. 41 hojas; 155x95. 1927. Tela.
  • Sign. AHD. 61.20.132. Número de la revista SÍGUEME dedicada a los seminaristas que vuelven del frente. 32 hojas; 215x155. 1939.
  • Sign. AHD. 61.20.137. Carta y letra de la canción «Virgen Chiquitina» que envía d. Florentino Rebollar a D. Gervasio González, párroco de Lugás. Dos hojas. 1959.
  • Sign. AHD. 61.20.138(1-10). Partituras y papeles varios de música. Diez hojas. Desde 1914 en adelante.

Notas

  1. El Libro de fábrica de una iglesia o santuario antiguos es un libro o grupo de ellos donde los párrocos reflejan todos los actos, tanto espirituales como materiales, que van sucediendo en ese templo. A veces, para más facilidad y para separar las diferentes actividades, este libro era realmente un grupo de ellos, cada uno dedicado a una actividad concreta.
  2. Urbiés, Sama, Portiella de Lada, Tiraña, Viesca de Lada, Tiñana, Lada, La Taberna, San Tirso de Abres, Villapendi, Carcarosa, Cenera de Zalima, Conforcos, Turón, Villabarzal, Mamorana, Torazo, Paderni, Mieres de Limanes, Narzana, Somió, Sobrescobio, Blimea, Valdesoto, Villoria, Laviana, Ciaño, Balbona, Venta Blanca de Balbona, Sariego, San Martín, Linares, Lorío, La Fresnosa de Ciaño, etc., lo que da una buena idea de la devoción que había alcanzado en Asturias la advocación de la Virgen de Lugás y del conocimiento de la existencia de su santuario.
  3. La especie de árbol ornamental Zelkova carpinifolia también se ve afectada por la grafiosis.
  4. Comuña es, en asturiano, aparcería, principalmente de ganados. (RAE)
  5. Un viril es un objeto simbólico perteneciente al culto católico. Comúnmente se le llama así a un habitáculo, generalmente de cristal y redondo, decorado con metales y piedras preciosas, destinado a encerrar la Hostia y que se coloca en la parte superior central de la custodia (u ostensorio) para la exposición de la misma.

Referencias

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Bibliografía

  • Este artículo es una obra derivada de la disposición relativa al proceso de declaración o incoación de un bien cultural o natural publicada en el BOPA n.º 39 el 17 de febrero de 1994 (texto), texto que está libre de restricciones conocidas en virtud del derecho de autor de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de Propiedad Intelectual española.
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Enlaces externos