Diferencia entre revisiones de «Historia universal»

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Esta sección (en construcción) contiene un esbozo de la historia de la humanidad. No pretendo analizar ni explicar los hechos, sino tan sólo narrarlos con el detalle suficiente para dar una visión de conjunto de cómo ha evolucionado la cultura humana. Cuando los historiadores discrepan sobre cronologías, nombres o sucesos, no he procurado mostrar todas las posibilidades, sino que he optado arbitrariamente por una de ellas. La idea no es establecer cómo fueron las cosas, sino, al menos, cómo pudieron ser de acuerdo con la información disponible. Sin duda habrá muchas imprecisiones e inexactitudes. Agradeceré toda corrección que se me haga llegar.
A medida que los asentamientos urbanos fueron creciendo, la sociedad se hizo cada vez más compleja. Por sobre los agricultores surgió una clase social de [[comercio|mercaderes]], que pronto enviaron expediciones a tierras extrañas y fundaron colonias para comerciar. También se desarrollaron los [[templo]]s, que tomaron bajo su responsabilidad la guía de las distintas comunidades. Algo más tarde surge el poder civil como separado del religioso, encarnado por la figura de reyes seculares trabajando en estrecha relación con burocracias sacerdotales a veces bastante extensas: por ejemplo, el [[faraón]] y los [[escriba]]s egipcios.


Ésta es la lista de las páginas. Cada una empieza en la fecha indicada entre paréntesis, mientras que el suceso citado a continuación es una muestra orientativa de su contenido, aunque no se corresponde necesariamente con la fecha inicial.
Una consecuencia de todo esto fue la invención de la [[escritura]], en varios lugares del planeta al mismo tiempo y de manera independiente, y que por primera vez permitió almacenar el conocimiento de manera más segura que por la [[tradición oral]], al mismo tiempo que permitió desarrollar la burocracia gubernamental. Las primeras escrituras eran [[ideograma|ideográficas]], pero pronto evolucionaron hacia sistemas [[escritura fonética|fonéticos]], teniendo los [[fenicios]] el crédito de crear el antecedente del moderno [[alfabeto]]. Ejemplos son los [[jeroglíficos]] o la [[escritura cuneiforme]]. En el [[Imperio Inca]] se desarrolló la ingeniosa solución de los [[quipus]]. En general la mayoría de los pueblos de la tierra conocen algún sistema escritural o de símbolos dibujados o escritos en torno al año 1000 de la era cristiana.
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ademas digo que victor padilla ventura es un hijo de puta
Al mismo tiempo, el desarrollo en la [[navegación]] llevó a las primeras audaces expediciones de exploración. Desde [[Egipto Antiguo|Egipto]] partieron expediciones hacia el país del [[Punt]], y viajeros [[Fenicia|fenicios]] alcanzaron Inglaterra, y probablemente dieron la vuelta al África. Por su parte, los [[polinesios]] emprendieron una marcha lenta e implacable por el [[Océano Pacífico]], colonizando lugares tan alejados como [[Hawaii]] o [[Isla de Pascua]].
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* '''Artículos relacionados:''' [[Galera]] Esto fue gracias a escritos del emperador Saulo llanos Cortez.
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=== Metales ===
=== Metales ===

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Historia Universal.
Protohistoria
Edad Antigua Antigüedad clásica
Antigüedad tardía
Edad Media Alta Edad Media
Baja Edad Media Plena Edad Media
Crisis de la Edad Media
siglo XV
Edad Moderna

siglo XVI
siglo XVII
siglo XVIII
Edad Contemporánea siglo XIX
siglo XX
siglo XXI

La historia universal[1][2][3][4]​ es el conjunto de hechos y procesos que se han desarrollado en el entorno del ser humano, desde la aparición del Homo Sapiens hasta la actualidad. Esta historia está marcada tanto por una sucesión gradual de descubrimientos y de nuevos inventos, como por desarrollos muy acelerados ligados a cambios de paradigma y a periodos revolucionarios, que finalmente hacen posible la evolución material y espiritual de la humanidad.

En la historia humana, y en oposición a la prehistoria, hay que destacar un hecho relevante convertido de manera independiente en diferentes lugares de la Tierra: la invención de la escritura. Este hecho ha hecho posible la existencia de un medio para difundir y preservar de manera más duradera el conocimiento adquirido.[5][6][7]​ La escritura, a su vez, se ha convertido en una necesidad fundamental desde la aparición de la agricultura,[8][9]​ del desarrollo de asentamientos estables y de la aparición del comercio.

Las civilizaciones se desarrollaron en los bordes de los grandes ríos. Una de las primeras en aparecer, entre el 4000 y el 3000 a . C., fue la de Sumeria, en Mesopotamia, palabra que en griego significa "entre ríos" (μέσος, "entre" y ποταμός, "riu").[10]​ Otras civilizaciones también se desarrollaron en las orillas de los ríos, como la de Egipto en el Nilo,[11][12][13]​ la del valle del Indo,[14][15][16]​ y la de la Antigua China a las orillas del Río Amarillo.[17][18][19]

De manera progresiva la mayoría de los seres humanos de Europa, de Asia y de África del Norte pasaron a depender de estados organizados, proceso que también sucedió en México y en la parte occidental de América del Sur. Poco a poco, todas las regiones y poblaciones del globo cayeron bajo la tutela de uno u otro estado hasta que el tratado de Berlín de 1878 distribuyó los últimos territorios desocupados, a excepción de la Antártida.[20]

La historia se suele dividir en cuatro grandes períodos:

Mapamundi dibujado por Ortelius (1570).
El siglo XXI ha destacado por la gran creación de armas nucleares, atómicas, helicópteros de guerra, tanques blindados, equipo anti-secuestro, etc. A pesar de estos avances algo evidentemente crucial es el terrorismo, sinónimo del siglo XXI.[28]
El papa Silvestre I bendice a Constantino, del que recibe con la tiara (símbolo del pontificado romano clásico, similar a otros tocados político-religiosos, como la doble corona de los faraones) el poder temporal sobre Roma. Fresco del siglo XIII, capilla de San Silvestre, monasterio de los Cuatro Santos Coronados.

En Europa, habitualmente se ha tomado la fecha de la caída del Imperio Romano (476) como el momento en que finaliza la Antigüedad y empieza la edad Media. Unos siglos después, a mitad del siglo XV, Johannes Gutenberg inventa la imprenta moderna,[29]​ usando la tipografía, revolucionando la comunicación, e impulsando el Renacimiento europeo[30][31][32]​ y la Revolución científica.[33]

En el siglo XVIII, el desarrollo del conocimiento y la tecnología, especialmente en Europa, alcanzó una masa crítica que hizo posible la Revolución Industrial.[34]​ Este incremento tan espectacular, de una banda, del conocimiento, la tecnología y el comercio y, por otro, en consonancia, del aumento del potencial destructor de la guerra, han generado una situación que en la actualidad afecta al conjunto de comunidades que habitan la Tierra.[35][36]

Nacimiento y desarrollo de la vida civilizada

Disco celeste de Nebra.

Con la combinación de la agricultura y la ganadería el ser humano comienza a cultivar diversos cereales como el arroz, el trigo y el maíz, o tubérculos como la patata, en diversas regiones del globo entre el Sexto y el Quinto Milenio a.C. Así, deja de depender de la caza, la pesca y la recolección, se transforma en autosuficiente, y ello le permite adoptar un modo de vida sedentario (si bien algunas actividades como el pastoreo requerirán la práctica del nomadismo o del semi-nomadismo). En Japón encontramos un temprano desarrollo de la piscicultura. También cambian las prácticas alimentarias: es inventado el pan, y también las bebidas alcohólicas.

Al haber crecido en aislamiento las primeras civilizaciones, las dietas propias de cada una fueron diversas, en función de aquellos productos vegetales y animales que existieran en su entorno inmediato. Así, el cerdo, la gallina y el arroz fueron propios de la dieta de China; el trigo, la vid, la vaca y la oveja, fueron propios del Medio Oriente y el mundo mediterráneo; y el maíz, el tomate, la patata o el tabaco fueron propios de la América Precolombina. Sin embargo, estas barreras alimenticias fueron cayendo a medida que las distintas civilizaciones históricas fueron entrando en contacto unas con otras y comerciando entre sí. De esta manera, las especias (pimienta, nuez moscada, etcétera) llegaron desde Oriente a Europa gracias al comercio musulmán durante la Edad Media, y distintos productos americanos hicieron lo propio después de que América y Europa entraron en contacto durante el paso de los siglos XV a XVI.

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Esta sección (en construcción) contiene un esbozo de la historia de la humanidad. No pretendo analizar ni explicar los hechos, sino tan sólo narrarlos con el detalle suficiente para dar una visión de conjunto de cómo ha evolucionado la cultura humana. Cuando los historiadores discrepan sobre cronologías, nombres o sucesos, no he procurado mostrar todas las posibilidades, sino que he optado arbitrariamente por una de ellas. La idea no es establecer cómo fueron las cosas, sino, al menos, cómo pudieron ser de acuerdo con la información disponible. Sin duda habrá muchas imprecisiones e inexactitudes. Agradeceré toda corrección que se me haga llegar.

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Metales

Ya desde la antigüedad, casi todas las grandes civilizaciones aprendieron a trabajar los metales. El salto de la piedra a los metales, materiales estos últimos de uso más versátil, significó una gran revolución. Generalmente se agrupa a la Edad de los Metales en tres fases sucesivas: Edad de Cobre, Edad de Bronce y Edad de Hierro. Durante la primera (Calcolítico) se trabajó el cobre de manera pura. Durante la segunda, se descubrió que la aleación de cobre y estaño (el bronce) era más resistente, si bien el estaño era un metal de por sí escaso (los fenicios iban a buscarlo incluso hasta las Islas Británicas). El manejo del hierro fue más tardío, debido a que hubieron de ser perfeccionadas las técnicas para tratarlo, ya que éste tiene un punto de fundición más alto.

Las aplicaciones de los metales resultaron enormemente variadas. Reemplazaron a la piedra en la elaboración de hachas para talar bosques, y a la madera en las rejas de arado. También permitieron la elaboración de espadas para la guerra.

También en esta época apareció el uso de los metales preciosos, incluyendo el oro y la plata, como lo prueban los ricos ajuares funerarios de numerosas tumbas. Estos metales fueron utilizados para el ornato primero, y como medida de riqueza después, incluyendo la acuñación de monedas (labor esta última en la que fueron complementadas con el cobre, para la moneda fraccionaria). Se trabajaron también con afán de lujo, las llamadas piedras preciosas y piedras semipreciosas.

Antiguamente se pensaba que los pueblos de la Edad de los Metales eran prehistóricos, pero hoy en día sabemos que muchos de ellos ya eran altamente civilizados. En Grecia, por ejemplo, la Edad del Bronce coincide con los Reinos Micénicos, y en el Medio Oriente, el poderío hitita se explica en parte por el monopolio del secreto de la fundición del hierro, mientras que sus enemigos usaban espadas de bronce, más frágiles.

Cultura y religión

Las primeras manifestaciones de religión surgieron ya en tiempos del Hombre de Neanderthal. Eran cultos vinculados a prácticas arcaicas de tipo chamánicas. La primera gran religión conocida fue el culto de la Gran Diosa Madre, predominante en Eurasia hasta bien avanzada la historia de la civilización. Andando el tiempo, con el desarrollo de la vida en sociedad, surgieron los cultos patriarcales. También, a medida que las culturas y los ritos locales fueron entrecruzándose, surgieron complejas mitologías y ciclos épicos.

El desarrollo de la escritura permitió el surgimiento de la vida cultural. Así, nació la literatura. Las obras más antiguas conservadas son epopeyas. Algo más tarde surge la literatura sapiencial. El estudio científico de la Historia es más tardío, y habrá que esperar hasta griegos como Heródoto o Tucídides (siglo V a. C.) para que ésta se separe definitivamente de la tradición religiosa y literaria.

El primer gran estallido filosófico se produjo hacia el siglo VI a. C., época en la que coincidieron, y probablemente supieron de sus respectivas doctrinas, las figuras de Pitágoras de Samos, Tales de Mileto, el Segundo Isaías, Zaratustra, Buda, Mahavira y Confucio. No son los primeros en sus respectivas tradiciones, pero sí quienes accedieron a un mundo más "globalizado" que sus predecesores.

La ciencia fue monopolio de la clase alta, frecuentemente de los sacerdotes, y el bajo pueblo no tenía acceso a ella. En este tiempo se hicieron las primeras observaciones astronómicas, se desarrolló la medicina, y la necesidad de medir la tierra y llevar la contabilidad comercial y tributaria llevaron al desarrollo de la geometría y la aritmética. Los antiguos griegos llegaron incluso a sentar las bases del álgebra.

Civilizaciones e imperios

Los grandes imperios antiguos

Gran Pirámide de Giza

A partir del III Milenio antes de Cristo surgieron grandes civilizaciones, creadoras de imperios territorial y orgánicamente más vastos cada vez. Los principales núcleos de civilización fueron los siguientes:

  • Antigua China. Alrededor de los ríos Yangtsé y Hwang-ho surgió la cultura Xia y la cultura Shang. Esta sucumbió ante los invasores Zhou, que gobernaron China durante la primera mitad del I Milenio antes de Cristo. A finales del período Zhou crecieron dos grandes escuelas filosóficas, el Confucionismo y el Taoísmo. A su vez, en el siglo VI a. C., la antigua hegemonía Zhou se trizó en varios reinos, los cuales entraron en un estado crónico de guerra, durante el período de Primaveras y Otoños, y el de los Reinos Combatientes. El Emperador Qin Shi Huang unificó a China y le impuso un régimen administrativo basada en la filosofía del Legalismo, pero a su muerte sobrevino una nueva guerra civil. En el año 206 a. C., el general Liu Bang unificó nuevamente a China, e inició la Dinastía Han, siguiendo a continuación unos cuatro siglos de relativa paz y estabilidad política.
  • Antigua India. En el norte de la India, en el río Indo, surgieron las ciudades de Mohenjo Daro y Harappa. Su cultura sucumbió ante los invasores arios, hacia 1500 a. C. La India se consolidó como una sociedad de castas; paralelamente empezó el desarrollo de una rica filosofía religiosa que encontró concreción en los Vedas y los Upanishad. En el siglo V a. C. florecieron algunas importantes escuelas de pensamiento, incluyendo al Budismo y el Jainismo. A finales del siglo IV a. C., un guerrero llamado Chandragupta unificó a la India, dándole estabilidad bajo el Imperio Maurya.
  • Antiguo Egipto. Alrededor del río Nilo surgieron varios asentamientos neolíticos, los nomos, encajonados entre barreras geográficas como el desierto del Sahara y la península del Sinaí, a pesar de lo cual desde temprana época comerciaron con el Medio Oriente.[37]​ Hacia el año 3100 a. C., dichos nomos fueron unificados en un solo gran imperio bajo la autoridad del faraón. La cultura egipcia desarrolló los jeroglíficos como forma de escritura, las mastabas, pirámides e hipogeos como métodos de sepultura, y la momificación como método de inhumación, así como una religión emparentada con los dioses Ra y Osiris, entre muchos otros. La corona faraónica vivió épocas de crisis y esplendor, pero siempre dentro de sus fronteras, hasta que invasores externos, los hicsos, se apoderaron del Delta por cerca de una centuria (hacia 1650 a. C.), hasta que fueron expulsados. En respuesta, los ejércitos egipcios cruzaron el desierto del Sinaí y se expandieron hasta el río Éufrates, interviniendo de lleno en la política del Medio Oriente. En su etapa de decadencia, la cultura antigua egipcia aún era lo suficientemente prestigiosa como para inspirar a los reyes de Kush y Axum, reinos que surgieron en el I Milenio a.C. en lo que actualmente es Etiopía, y que incluso invadieron a Egipto y lo gobernaron como "Faraones Negros" durante tres cuartos de siglo.[38]
  • Mesopotamia. Sucesivos asentamientos (El Obeid, Eridu) llevaron a la civilización, hacia el IV Milenio a.C. En el III Milenio a.C. destacó la civilización de los sumerios, cultura entregada a guerras civiles hasta ser unificados bajo caudillos militares como Lugalzagesi, Sargón de Acad, Ur-Nammu y Hamurabi. Después de Hamurabi, que llevó a Babilonia a su apogeo, la región cayó en manos de los invasores casitas, y se deprimió culturalmente, hasta resurgir en el Imperio Asirio.
  • Hatti. En el siglo XVIII a. C., Anatolia fue dominada por el pueblo de los hititas, quienes crearon un gran imperio que, bajo Shubiluliuma y sus sucesores, fue capaz de rivalizar con Egipto.
  • Creta y Micenas. En el II Milenio adC., en la isla de Creta surgió una talasocracia que gobernó el Mar Egeo hasta cerca de 1.450 a. C., cuando su capital de Cnossos fue saqueada por los aqueos. Los principales asentamientos aqueos fueron Micenas y Tirinto; se hicieron famosos por la Guerra de Troya; y sucumbieron finalmente frente a todos los invasores, los dorios, hacia el año 1100 a. C.
  • Europa Occidental. Una serie de culturas se desarrollaron en Europa, dejando como testimonio los megalitos, gigantescos monumentos en piedra como por ejemplo Stonehenge. Hacia el año 1000 a. C., los principales asentamientos fueron Hallstatt y La Tène.
  • Hebreos y fenicios. Acabado el poderío de Egipto y Hatti, surgieron varias culturas en El Creciente Fertil. Los hebreos fueron fuertes bajo Salomón, y dominaron a los filisteos, sus eternos enemigos instalados en la costa; después decayeron, pero legaron la Biblia a la posteridad. En la costa del Líbano floreció Fenicia, un pueblo de mercaderes que navegó hasta Inglaterra en busca de comercio, y cuyos vástagos de Cartago llegaron a formar un gran imperio: el Imperio Cartaginés. En Siria se hicieron fuertes los principados arameos, que aunque sucumbieron después ante los asirios, hicieron pervivir su idioma hasta más allá de la época de Jesucristo.
  • Asiria y Caldea. Hacia el siglo VIII a. C. los asirios, un pueblo del norte de Mesopotamia, iniciaron una vasta expansión militar contra Palestina, llegando incluso a Egipto. En 612 a. C. fueron derrotados por una coalición liderada por los caldeos; el Imperio Caldeo gobernó Mesopotamia hasta 538 a. C., fecha en la que fueron derrotados por los persas.
  • Grecia Antigua. Después de una Edad Oscura, época en la que florecieron Homero y Hesíodo, los griegos iniciaron una gran expansión geográfica, que los llevó a fundar colonias por todo el Mar Mediterráneo. Jonia primero, Atenas después, y Alejandría al último, fueron lumbreras de la civilización, en donde filósofos, científicos y artistas llevaron a cabo grandes creaciones intelectuales.
  • Etruria. En Italia surgió la cultura de los etruscos, que gobernó el norte de la península entre los siglos X y III a. C., aproximadamente, sucumbiendo ante la presión cultural y militar de los romanos.
  • Celtas. Los celtas se aposentaron en Europa Occidental durante el I Milenio a.C., y su cultura se propagó desde España a Polonia, y desde Inglaterra hasta Turquía. Finalmente, fueron derrotados por los romanos, y sólo sobrevivió un único reducto, en la lejana Irlanda, hasta que éste fue aniquilado por los vikingos.

Ver también:

Imperios de Eurasia.

Hacia finales del Primer Milenio a.C., por una serie de circunstancias, todas las regiones civilizadas de Eurasia se unificaron en varios imperios:

Salvando el caso de China, cuyo desarrollo histórico corría por carril aparte, los siglos III, IV y V fueron de grandes conmociones políticas, en parte por la decadencia interna de los reinos, y en parte por las presiones de bárbaros procedentes de más allá de sus fronteras, como los germanos o los hunos. De estas conmociones, sólo el Imperio Bizantino (gravemente quebrantado entre la época de Justiniano I y la de León III Isaurio), el Imperio Sasánida y el Imperio Gupta de la India consiguieron sobrevivir. Este hundimiento marca tradicionalmente el paso de la Antigüedad a la Edad Media.

Edad Media en Eurasia

A la caída de los grandes imperios, grandes religiones de carácter ecuménico, que trascienden el nacionalismo de los primitivos cultos para transformarse en Religiones abiertas a toda la Humanidad, se transforman en motores de la civilización eurasiática: el Cristianismo, el Islamismo, el Hinduismo y el Budismo Mahayana. En su torno se aglutinan una nueva serie de civilizaciones, desde Irlanda en el extremo occidental, hasta Japón en el oriental. El mundo cristiano, después de sucumbir a las invasiones germánicas, se divide en dos ramas: el Imperio Bizantino al este, y el mundo feudal al oeste. De esta manera, Europa vivió la llamada Edad Media. Todo esto ocurrió en el paso de los siglos IV a VII.

La actividad del profeta Mahoma, quien predicó entre 610 y 632, galvanizó a las tribus de la Península Arábiga, quienes se lanzaron a una serie de campañas militares que duraron ininterrumpidamente durante más de un siglo (desde la conquista de La Meca en 630 hasta la Batalla del Río Tallas en 751). Se construyeron así un gran imperio, que abarcó desde el Asia Central hasta España. Bajo el dominio árabe, muchas culturas, tales como la bizantina, la persa y la griega, se mezclaron, y durante el período del Califato Abasida (750-1258), el Medio Oriente vivió una gran época de esplendor. Después de que los abasidas entraran en decadencia, con la irrupción de los selyúcidas (siglo X), la religión musulmana siguió extendiéndose hacia regiones aún más alejadas, incluyendo el Africa Central o Indonesia, al tiempo que su cultura alcanzó incluso hasta la Europa cristiana.

En general, las grandes culturas del período fueron:

  • Europa Occidental. Después de las invasiones germánicas, se formaron varios reinos. El más poderoso fue el de los francos, que gracias a la labor de Carlomagno se convirtió en el paneuropeo Imperio Carolingio, que aunque fue de breve vida, creó una mística de una Europa política unida. Después del desplome del Imperio Carolingio, Europa Occidental cayó en el feudalismo, que alcanzó su apogeo entre los siglos IX y XIII. En todo este período cobraron importancia política suprema, tanto el Sacro Imperio Romano Germánico, que se proclamaba sucesor de los carolingios, como la Iglesia Católica, notablemente fortalecida por el Papado de Gregorio VII (1072-1085).
  • Imperio Bizantino. Los bizantinos soportaron las arremetidas de germanos y hunos, pero después de la muerte de Justiniano I (565) entraron en decadencia, de la que sólo salieron gracias a la labor de León III el Isaurio y sus sucesores. En la época de la Dinastía macedónica, los bizantinos evangelizaron a los eslavos. Después de 1071, en que los bizantinos perdieron Bari en Italia y fueron batidos en la Batalla de Manzikert, entraron en decadencia.
  • Rusia. Los territorios rusos fueron colonizados por los godos en tiempos de los romanos, y después por los jázaros y los varegos (vikingos). Estos últimos fundaron Kiev en 962. El Rus de Kiev impulsó la bizantinización de Rusia, aunque no pudo impedir la invasión mongola y la imposición sobre el mundo ruso de la Horda de Oro. La ruina de Kiev marcó el ascenso de otras dos grandes potencias rusas, Nóvgorod y Moscú, hasta que la segunda conquistó a la primera en 1481.
  • Mundo musulmán. En 661, una guerra civil llevó a la instauración del Califato Omeya, conformado por una casta de señores de la guerra instalados en Damasco (Siria). En 750, éstos fueron derribados por una rebelión promovida en el Jorasán por los abasidas, quienes vivieron una edad de oro cultural durante la centuria siguiente; esto, aunque surgieron "anticalifatos" en Egipto y España. El Califato Abasida fue reemplazado por el gobierno de facto de los turcos selyúcidas, y después, sus últimos restos de poder fueron abatidos con la conquista de Bagdad por los mongoles, en 1258.
  • India Medieval. Después del Imperio Gupta, la India inició una cierta recuperación. Hacia el año 1000, conquistadores turcos de religión musulmana ingresaron militarmente, y desde entonces el territorio indostánico es a medias musulmán y a medias hinduísta.
  • China Medieval. Después de un período de conflictos, China fue unificada por la Dinastía Sui y luego por la Dinastía Tang. A pesar de varias crisis política sucesivas, después del Imperio Tang, China permaneció más o menos unida, e incluso vivió una época de esplendor cultural, con inventos como la pólvora o la brújula. Durante el siglo XIII, Genghis Khan y sus mongoles invadieron China, y su nieto Kublai Jan completó la conquista militar en 1281. Finalmente, los chinos se rebelaron, y en 1368 expulsaron a los mongoles e instauraron la Dinastía Ming.
  • Japón Medieval. Hacia el siglo VII el Yamato, uno de los protorreinos feudales japoneses, ganó la supremacía del sur del archipiélago, e instauró el régimen del Mikado. En los siglos siguientes, la llamada Era Heian, Japón vivió una edad de oro, la cual terminó después una intensa guerra civil en 1056. En 1085, el último Emperador con poder efectivo fue derrotado, principiando así el gobierno de los shogunes, jefes militares que gobernaban nominalmente en nombre del Emperador, aunque eran los señores de facto de Japón. El régimen de los shogunes alternó épocas de estabilidad con cruentas guerras civiles, hasta la imposición del Shogunato Tokugawa en fecha tan tardía como 1603.
  • Turcos y mongoles. En las estepas de Asia, los antiguos nómades no permanecieron tranquilos. En el siglo X, distintas tribus turcas irrumpieron en el Medio Oriente. Después, en el siglo XIII, bajo el dominio de Genghis Khan, los mongoles unificaron la estepa, y atacaron Rusia, el Medio Oriente y China. Bajo su nieto Kublai Khan, el Imperio Mongol se desintegró en una serie de janatos, los cuales fueron sometidos uno a uno en el curso de los seis siglos siguientes, por invasores rusos y chinos, desapareciendo los últimos en el siglo XIX.
  • Indochina e Insulindia. Comerciantes de la India llevaron en el siglo VII el Hinduísmo hasta el Sudeste de Asia. Bajo su influencia, en Indochina surgió el Imperio Jemer, que fue poderoso entre los siglos VIII y XIII, para ser sustituido luego por otros reinos. En la actual Indonesia, por su parte, surgieron el Imperio Srivijaya primero, y el Imperio Mohopahit después, antes de la irrupción de los musulmanes desde Malaca.

Véase también:

Africa antes de los europeos

La irradiación de las antiguas culturas negras del Antiguo Egipto, de Nubia, de Etiopía y, posteriormente, de la cultura árabe islámica, conformarían la civilización negroafricana. Las sucesivas crisis invasoras vividas por el Imperio Egipcio obligaron a constantes movimientos poblacionales desde el valle del Nilo al resto de África.

América Precolombina

De manera completamente independiente a todo lo anterior, surgieron en América una serie de civilizaciones, agrupadas en dos grandes troncos: Mesoamérica (actual México y Guatemala), y el mundo andino.

Mesoamérica

La primera gran cultura con rasgos distintivos propios en Mesoamérica, fue la de los olmecas, que prosperó en la costa del Golfo de México entre 1200 a. C. y los albores de la Era Cristiana, aproximadamente, teniendo como centros sucesivos los asentamientos de San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes. Dos grandes núcleos culturales recibieron y prolongaron su legado: la cultura de los mayas, y la cultura de Teotihuacan y Monte Albán.

Los mayas prosperaron en la región conocida como el Petén (actuales Chiapas y Guatemala), al este del antiguo mundo olmeca. Se organizaron en la jungla, en torno a un modelo de asentamiento conocido como centro ceremonial. Nunca fueron un estado unido. En su defecto, cada centro ceremonial se constituyó como una teocracia militar. Los más fuertes fueron Tikal, Palenque, Copán y Uaxactún, entre otros. Estos asentamientos alcanzaron su apogeo en el llamado Período Maya Clásico, entre 300 y 900 d. C. aproximadamente, y fueron abandonados por razones aún no del todo aclaradas.

Hacia el oeste se formaron dos subnúcleos culturales relacionados. El Valle de México fue controlado, entre 250 y 750 d. C. aproximadamente, por Teotihuacan, ciudad que era una de las más pobladas de la Tierra en su minuto. La influencia cultural de Teotihuacan llegó, a través de las rutas comerciales, tan lejos como el actual sur de Estados Unidos, en donde florecieron asentamientos como Cahokia o Snaketown, incluso siglos después del hundimiento de la ciudad madre. En paralelo al Valle de México, en el Valle de Oaxaca, floreció Monte Albán, la gran ciudad de la cultura zapoteca.

Hacia el año 1000, el área mesoamericana fue sacudida por invasiones y cambios en el poder político. En el Valle de México, el declive de Teotihuacan fue acompañado por el ascenso de Tula, capital del Imperio Tolteca; cuando éstos a su vez fueron derrotados por los chichimecas, una facción suya emigró hacia el Yucatán, en donde se fusionaron con emigrantes de la cultura maya para consolidar el poder de ciudades como Chichén Itzá y Mayapán. Por su parte, en el Valle de Oaxaca, Monte Albán debió cederle su lugar a los recién llegados mixtecas. Durante el siglo XIV, el Valle de México vivió un período de relativa paz bajo el control de Azcapotzalco, pero cuando éste se desplomó en 1428, fue reemplazado por una nueva potencia: los tenochas de Tenochtitlán, creadores del Imperio Azteca, la última gran potencia regional, antes de ser abatido por los invasores españoles en la guerra de 1519 a 1521.

El mundo andino

Machu Picchu

En el mundo andino se sucedieron varias fases en las cuales se alternaron reinos unificadores, por hegemonía indirecta o dominación militar directa, con potencias regionales que emergieron aprovechando determinados vacíos de poder. La primera de las grandes potencias que parecen haber dominado la región, es aquella que se consolidó alrededor de Chavín de Huantar. Una vez derrumbado este núcleo, fue consolidándose poco a poco el poder de Tiahuanaco, ciudad que controló casi todo el mundo andino gracias a una vasta red de comercio, y que tuvo su contraparte en la ciudad de Huari, emplazada en las cercanías del Océano Pacífico. Otras potencias relevantes a lo largo de la historia del mundo andino, son el reino de los moche, Paracas, Nazca y Chimú. La influencia cultural andina rebasó, llegado el minuto, las actuales fronteras peruanas, y se esparció hacia Chile en una dirección, y hacia Colombia en la otra. En Chile surgieron culturas urbanas tales como la de los atacameños y los diaguitas. En Colombia, por su parte, prosperó la cultura de los muiscas, que pronto se reunieron en señoríos militares, siendo el del Zipa de Bacatá el más poderoso de todos.

En el siglo XV, en el Valle del Cuzco, se consolidó el poder militar de los quechuas. Su rey Pachacútec, que salvó a Cuzco de ser conquistada por los chancas en 1438, emprendió una larga serie de guerras contra los reinos vecinos, sentando así las bases del Imperio Inca; su labor no sólo fue militar, sino que también se dedicó a construir fortalezas y organizar la administración y la religión, creando para esto último el templo de Coricancha. El orden fundado por Viracocha resistió casi un siglo entero, hasta que en 1527, la guerra civil azotó al Imperio Inca. Aunque Atahualpa venció a su hermano Huascar, no pudo gozar de los frutos de su victoria, porque el mismo día de su triunfo, fue arrestado por Francisco Pizarro; el resto es la historia de cómo el Imperio Inca fue abatido y repartido por los conquistadores españoles, en una seguidilla de guerras que duró hasta que en 1545, Pedro de la Gasca fue designado Virrey del Perú, y pudo pacificar estos dominios.

Interconexión del mundo

Llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo
Hombre de Vitruvio

Pasos hacia un mundo unificado

Como consecuencia del desarrollo científico y técnico, y después de las invasiones de los mongoles contra China, la India, el Medio Oriente y Europa durante los siglos XIII a XVI, la estepa se transformó en un medio de comunicación apto para el comercio y los viajes, por lo que misioneros como Guillermo de Rubrick y comerciantes como Marco Polo tendieron puentes hacia la creación de una cultura absolutamente terráquea. Algo más tarde, en China, el emperador Yung-lo envió una serie de escuadras mercantiles a las costas del este de Africa, aunque esta iniciativa no fue continuada por sus sucesores. Esto convertía a Eurasia en un mundo interconectado, pero fuera de esa región, el resto seguía en aislamiento.

En el siglo XVI, por iniciativa de Europa, cuyos navegantes se habían hecho peritos en el uso de la brújula y la carabela, se construyó una red de comunicaciones oceánicas que por primera vez envolvió a todo el planeta. El pionero fue Enrique el Navegante, quien desde Portugal impulsó (a partir de 1415) las expediciones marítimas hacia África. Después, Cristóbal Colón conectó Europa con América (1492), Vasco de Gama conectó Europa con la India (1498), y Hernando de Magallanes lideró la expedición que llevaría a Juan Sebastián Elcano a circunnavegar por primera vez el globo (1519-1522). A inicios del siglo XVII fue alcanzada la legendaria Terra Australis, que pasó a ser Australia. Sólo la Polinesia quedó fuera, y aun así, las civilizaciones del Océano Pacífico fueron sumadas en el siglo XVIII (Isla de Pascua en 1722, Hawaii por el capitán Cook). Al mismo tiempo, fueron confirmadas por primera vez las hipótesis sobre el mítico continente austral, al recibirse reportes de la existencia de la Antártica.

Europa y el resto del mundo: origen del imperialismo

El siglo XVI vio el inicio del imperialismo de Europa sobre el resto del mundo. En la época, como una herencia de la revolución del siglo XII, Europa estaba sumida en los cambios y trastornos del inicio de la Edad Moderna (Absolutismo, Reforma Protestante, Renacimiento, expansión del capitalismo, etcétera), y era aún una región relativamente atrasada en relación al resto del planeta.

En el Extremo Oriente, los europeos fueron recibidos con condescendencia y curiosidad. China estaba gobernada desde 1368 por la Dinastía Ming, y se mostró curiosa hacia el mundo occidental, pero a pesar de esfuerzos aislados, éstos no hicieron progresos visibles allí. Japón, que en el siglo XVI vivió una cruenta serie de guerras que terminaron con la imposición del Shogunato Tokugawa en 1602, reemplazó su primitiva política amistosa hacia los europeos con una violenta persecución, aceptándolos sólo en la isla de Deshima, aislados, y para meros propósitos comerciales. Aun así, los europeos consiguieron enclaves imperiales en Indonesia y las Molucas, merced a la ausencia de poderes políticos o militares fuertes en la región.

En el mundo islámico, que abarcaba desde la India al Danubio, una serie de imperios fuertes y centralizados (el Imperio Mogol en la India, el Imperio Safávida en Persia, y el Imperio Otomano en los Balcanes y el Medio Oriente) impidieron los progresos europeos. Los europeos tendrán su oportunidad de ingresar a la India recién en el siglo XVIII, y en el resto, recién en el XIX.

Donde sí los europeos obtuvieron un éxito devastador, fue en América. Su superior tecnología militar les permitió conquistar en apenas medio siglo, toda una extensión de tierra que iba desde Canadá hasta Tierra del Fuego. Los españoles abatieron a los aztecas e incas, mientras que los portugueses se instalaron en Brasil, los ingleses en la costa oriental de Estados Unidos (Trece Colonias), y los franceses en Canadá y Luisiana. Estos imperios coloniales durarían hasta las revoluciones del último cuarto del siglo XVIII y primero del XIX, en que se desplomaron para dar paso a nuevos estados independientes, que en casi ningún caso representaban una continuidad con el mundo precolombino.

Las relaciones entre razas y pueblos en estos imperios americanos fue compleja. Los europeos se instalaron, sin excepciones, como los amos absolutos. En cuanto a los nativos, la inmensa mayoría de ellos pereció, víctimas de la guerra, la explotación económica, y las epidemias. En numerosas regiones, sin embargo, sobrevivieron muchas etnias indígenas de sangre casi pura; al mismo tiempo, especialmente en las ciudades hispanoamericanas, se formó un estamento social mestizo entre los indígenas y los europeos de sangre pura. En los inicios del Imperio Español hubo una dura discusión filosófica y legal sobre el estatuto que debían tener los indios, y el trato que debía dárseles, lo que se llamó las Polémicas de Indias; finalmente se aceptó que por el bien de los indígenas (según el concepto cristiano europeo), debía protegérseles y evangelizárseles, lo que se buscó llevar a cabo mediante el sistema de la encomienda. Los resultados de esta operación política son discutidos hasta el día de hoy en la historiografía sobre el tema. Para complicar aún más las cosas, a los indios, mestizos y blancos se sumó un vasto contingente de población negra, traída como esclavos desde Africa. Esta red de trata de negros que los europeos montaron en el Atlántico, es sin duda la mayor operación de tráfico de esclavos de todos los tiempos, y no se extinguió por completo sino hasta el siglo XIX.

En Africa misma, por su parte, los europeos no pudieron hacer grandes avances. El clima insalubre de extensas regiones africanas (junglas, desiertos, sabanas) causó enormes dificultades a los europeos, quienes debieron contentarse con reconocimientos costeros. Al contrario de la creencia común, hubieron también de habérselas no sólo con salvajes, sino también con reinos altamente organizados, con quienes prefirieron entrar en relaciones comerciales, antes que librar guerras de conquista. REFORMISMO

El mundo industrial

Las grandes revoluciones

Vista aérea de París durante la Exposición Universal de 1889.

Durante el siglo XVII, hubo cierta estabilidad social a nivel mundial. La excepción fue la ciencia. En el siglo XVI, los avances de Andreas Vesalio en medicina y Nicolás Copérnico y Galileo Galilei en astronomía cambiaron la vision del mundo (para los europeos, al menos). Sentaron así las bases para una serie de descubrimientos: la Teoría de la Gravedad de Isaac Newton, el principio de que toda vida procede de otra vida de Lazzaro Spallanzani, el descubrimiento de los microorganismos por Anton van Leeuwenhoek, la vacunación de Edward Jenner, etcétera. Paralelamente, los esfuerzos de inventores como Thomas Newcomen y James Watt llevaron a la invención, a finales del siglo XVIII, de la máquina de vapor.

Por su parte, la serie de guerras civiles en la Inglaterra del siglo XVII llevó a la generación de un nuevo sistema político, la democracia con separación de poderes. En éste encontró refugio el principio de la libre empresa. Además, se abandonó el proteccionismo, en boga gracias a la escuela mercantilista, en beneficio del librecambismo. La suma de todo esto (democracia, libre empresa, librecambismo, máquina de vapor) permitió el lanzamiento de la Revolución Industrial. Inglaterra se transformaría así en la nación más poderosa de la Tierra, y el imperio colonial británico llegaría a cubrir la quinta parte de todas las tierras emergidas.

Esta transición, que en Inglaterra fue gradual, se produjo en el resto de Occidente de manera brusca y violenta, en lo que se llaman las revoluciones liberales, las más importantes de las cuales fueron las siguientes:

  • La primera se produjo en Estados Unidos, que en 1776 proclamó su independencia; después de unos cuantos años, en 1787, las Trece Colonias crearon un único Estado de naturaleza federal, y fijaron sus atribuciones en la Constitución de 1787; tanto este cuerpo constitucional como la idea de una nación republicana, se transformarían en modelos y referentes para el resto del mundo.
  • En Francia hubo una serie de movimientos revolucionarios, entre 1789 (Revolución Francesa) y 1870 (Comuna de París). Tras varios tumultos, la Revolución Francesa llevó al Imperio Napoleónico, el cual fue aplastado en la Batalla de Waterloo (1815). Los trastornos originados por el maquinismo, la industrialización, la concentración del poder político en la burguesía y las aspiracionies de una decadente aristocracia por mantener el poder (legitimidad dinástica) provocaron después los estallidos de 1830 y 1848.
  • Entre las revoluciones no liberales del convulso siglo XVIII, François Dominique Toussaint-Louverture lidera en Haití la Revolución haitiana que es recordada en los anales de la Historia de la Humanidad por ser el primer caso en que los esclavizados abolieron el sistema esclavista de forma autónoma y perdurable en el tiempo entre 1791 y 1804, sentando un precedente definitivo para el fin de la esclavitud en el Mundo.
  • En Latinoamérica asumió la forma de una guerra de independencia contra el Imperio Español (1809-1824). Al inicio del proceso, los criollos buscaban simplemente obtener ventajas sociales y económicas, pero la dura represión organizada por Fernando VII los llevó a la rebelión abierta, y a la independencia. Hacia 1830, el antiguo Imperio Español se había fragmentado en una serie de repúblicas, muchas de ellas aún inestables y sumidas en la anarquía, pero todas (con la excepción de Brasil) organizándose en torno al principio republicano.

A mediados del siglo XIX, la fórmula de gobierno dieciochesca (basada en la alianza del rey, la nobleza y el clero) había sido reemplazada por pujantes oligarquías industriales. Todo esto generó, además, un nuevo problema: la cuestión social, que fue caldo de cultivo para el surgimiento de los socialismos.

La liberté guidant le peuple, por Eugène Delacroix (1830), Museo del Louvre, Paris.
Charles Louis de Secondat, Baron de Montesquieu.
Bonaparte cruzando los Alpes
Paul Delaroche 1848
Napoleón Bonaparte
Simón Bolívar, El Libertador.
Miranda en La Carraca (1896), de Arturo Michelena. Óleo sobre tela.
Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho. Óleo sobre tela.

Industrialismo y colonialismo

La industrialización puso en manos de las potencias coloniales europeas todo un nuevo repertorio de tecnologías para la guerra, como por ejemplo el rifle de retrocarga, el acorazado o la ametralladora, lo que les dio la supremacía sobre los ejércitos de viejo cuño de las potencias no occidentales. Así, éstas debieron elegir entre occidentalizarse o perecer. Rusia lo hizo de manera pionera, en la época de Pedro I el Grande. El Imperio Otomano se negó renuentemente, hasta el siglo XIX. China lo hizo sólo después del desastre que significó la Guerra del Opio (1848). La India fue controlada militarmente por Inglaterra desde la conquista de Delhi en 1804, y mantuvieron su dominio a pesar de una gran rebelión nativa en 1857. En cuanto a Japón, tras obligársele a abrirse al comercio exterior en 1853, empezó su occidentalización forzada en la Era Meiji (1868).

A comienzos del siglo XIX, Africa era un continente casi inexplorado, gobernada por reyes tribales como Shaka Zulu. Pero en el transcurso del siglo, varios misioneros y exploradores la cartografiaron casi por completo. Luego, los imperios coloniales la absorbieron. En 1900 sólo eran independientes Liberia, Abisinia, Libia, y los últimos reductos de los bóers estaban en proceso de anexión por Inglaterra (ver guerra de los bóers).

Hubo también intentos aislados de potencias europeas por construir imperios coloniales a costa de las repúblicas latinoamericanas, entre ellas la invasión de Francia contra México (1864-1867, bajo el gobierno de Benito Juárez), o la invasión de España contra Chile y Perú en 1865-1866, que no tuvieron mayor éxito. Pero a finales del siglo XIX, siguiendo la Doctrina Monroe de aislamiento continental, Estados Unidos comenzó a crear una esfera de influencia en la región. A esto, el Presidente Theodore Roosevelt lo llamó el Gran Garrote. El ejemplo más visible fue la independencia de Panamá y la cesión a Estados Unidos de una zona para construir un canal transoceánico en la región.

Clase media y sociedad de consumo

La industrialización y la producción en serie permitieron abaratar los costos de producción. Por primera vez, bienes antaño considerados de lujo estaban ahora al alcance de grandes personas. Esto llevó a la sociedad de consumo. En el paso de los siglos XIX a XX, el surgimiento de leyes laborales protegió a los trabajadores y permitió el surgimiento de una clase media, y de una sociedad próspera basada en el consumo a gran escala. Esto no fue sin duras luchas, en las cuales las organizaciones de trabajadores (sindicatos) fueron muchas veces prohibidas y perseguidas. En 1935 se dio el paso decisivo en Francia, al crearse por ley el descanso dominical. Por otra parte, el progreso de la Medicina con investigadores como Louis Pasteur y otros, permitió alargar notablemente la esperanza de vida de las personas.

Pero esta prosperidad fue sólo para Europa y Estados Unidos, y parcialmente Latinoamérica, fundamentalmente países como Argentina y Chile. En el resto del mundo, cuatro quintas partes de la población seguía viviendo en condiciones medievales de vida.

Comienzo de la presión humana sobre el medio ambiente

La industrialización permitió explotar los recursos planetarios a una escala nunca antes vista. Esto tuvo dos consecuencias relacionadas entre sí. Por un lado, la población mundial creció, apareciendo el temor de la superpoblación. Por otra, inició la sobreexplotación del medio ambiente. Comenzó así la degradación de ecosistemas a escala terrestre, por la contaminación y la pérdida de especies, y la consiguiente disminución de la biodiversidad. Hacia 1835, los seres humanos alcanzaron por primera vez los mil millones de habitantes en su historia, pero esa cifra se ha multiplicado varias veces desde entonces. Además, las emisiones de dióxido de carbono desde mediados del siglo XIX, como producto de la quema masiva de combustibles fósiles (carbón, petróleo), ha generado un efecto invernadero que hoy por hoy es una amenaza difícil de medir contra la vida humana sobre la Tierra.

Guerras mundiales

Bomba atómica sobre Nagasaki, 9 de agosto de 1945.

El agotamiento de los territorios mundiales para ser colonizados, llevó a las potencias europeas a chocar unas con otras. En 1914, un incidente menor (el asesinato del archiduque Francisco José de Austria) desató la Primera Guerra Mundial. A pesar de sus dantescas consecuencias, la paz no fue satisfactoria, y hubo una nueva conflagración. El resultado de esos años (1914-1945) fue la ruina de los imperios coloniales, y la división del mundo en dos esferas de influencia: Estados Unidos y la Unión Soviética. Otra siniestra herencia fue que, por primera vez, gracias a la bomba atómica, la humanidad tenía el poder necesario para aniquilarse completamente a sí misma. Surgió así el llamado equilibrio del terror, en que la humanidad ha vivido desde entonces.

Era Atómica y sociedad de la información.

Buzz Aldrin sobre la superficie lunar, 20 de julio de 1969.

El mundo bipolar

A partir del final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, emergió un orden bipolar encabezado por Estados Unidos (EEUU) y la Unión Soviética (URSS). Ambos buscaban el dominio mundial, pero el temor al arsenal nuclear enemigo los llevo a evitar la confrontación abierta. Por eso, a este período se lo llama la guerra fría.

Esta guerra fría se libró en el resto de los países, tratando de hacerlos caer y mantenerlos dentro de sus esferas de influencia, gracias a regímenes títere de sus intereses. Se intentó crear un nuevo orden mundial tendiente a evitar repetir los horores de las guerras mundiales, y para eso se creó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945, que en 1948 formuló la Declaración universal de los derechos humanos. Pero la ONU fue relativamente insolvente para contener a los "dos grandes". Estos, por su parte, apoyaron activamente la descolonización, desmantelando los imperios coloniales de Francia, Inglaterra y Alemania, como una manera de intervenir directamente en las nuevas repúblicas. El resultado fueron cruentos golpes de estado y sangrientas guerras étnicas, religiosas o civiles, que azotaron a Africa y Asia durante toda la segunda mitad del siglo XX. Así, al eje "Este-Oeste" (URSS-EEUU) se sumó un eje "Norte Sur" (países ricos y países pobres). A los países más pobres y atrasados se los llamó el Tercer Mundo, por no tener mayor cabida en ninguno de los otros dos mundos, el del capitalismo estadounidense o el del comunismo soviético.

La intensidad de las hostilidades entre Estados Unidos y la Unión Soviética fue escalando hasta que casi llegó a la confrontación atómica total, durante la crisis de los misiles de 1962. A consecuencia de esto, ambas potencias se abocaron a relaciones más cordiales, surgiendo así la Distensión. En la década de 1980, Estados Unidos se emabrcó en una nueva carrera armamentista. En respuesta, la Unión Soviética buscó reformarse y abrirse en un proceso llamado Perestroika, el cual se salió de control, y llevó al desmantelamiento final de la Unión Soviética y del bloque comunista (1989-1991).

En este período ingresa también China al club de los poderosos, después de haber sido una potencia atrasada y feudal, en particular desde las reformas de Mao Tsé Tung en adelante (1949). A la vez, Europa deja sus tradicionales guerras intestinas y crean la Comunidad Económica Europea, que andando el tiempo, después del Tratado de Maastrich, se convierte en Unión Europea (1989).

Exploración del espacio exterior

El desarrollo de la cohetería en la primera mitad del siglo XX, permitió por primera vez al ser humano enviar más allá de la atmósfera, naves y satélites robóticos primeros, y sondas tripuladas después, empezando así la astronáutica. La exploración del espacio se desenvolvió en el marco de la llamada carrera espacial entre la Unión Soviética y los Estados Unidos; después del derrumbe de la primera, la exploración se ha vuelto una empresa más bien de colaboración internacional entre varias potencias, como lo prueba que la antigua y soviética Estación Espacial MIR haya sido reemplazada por la Estación Espacial Internacional.

De este modo, en 1957 la Unión Soviética pone en órbita el Sputnik, el primer satélite artificial. Luego, en 1961, le sigue Yuri Gagarin, el primer cosmonauta. La primera mujer será Valentina Tereshkova, en 1963, y el primer caminante espacial será Alexei Leonov en 1965. En 1969, el Apolo XI corona con éxito el primer vuelo tripulado a la Luna. En 1977 empieza la misión Voyager, destinada a explorar el exterior del Sistema Solar. En 1983, por primera vez un artefacto humano, la sonda Pioneer 10, llega hasta la heliopausa, el confín más remoto del sistema solar, y abandona definitivamente éste. En 1990, entra en órbita el Telescopio Espacial Hubble, el primer telescopio ubicado más allá de la atmósfera, y pionero de varios otros satélites que captan ondas electromagnéticas del espacio para su estudio.

La exploración del espacio cambió en muchos aspectos a la Humanidad. La cantidad de información sobre el universo recolectada desde 1957 es muchas veces superior a la compilada en los cuarenta siglos precedentes. Asimismo, numerosas innovaciones científicas desarrolladas para el espacio exterior, encontraron después aplicación tecnológica en la Tierra. Pero lo más importante, crearon conciencia del aislamiento de la Tierra como un cuerpo celeste único en el universo, y la fragilidad de la vida sobre él, potenciando los movimientos ecologistas y conservacionistas.

Sociedad de la información

Los progresos en materia electrónica llevan al desarrollo de la computadora. En 1943 entra en operaciones el ENIAC, la primera computadora. Sin embargo, no es sino hasta la invención del transistor, que éstas se convierten en herramientas verdaderamente potentes. La computación permite acortar distancias y convertir al mundo en un lugar instantáneo, en particular después del surgimiento de internet.

El mundo globalizado

Después de la caída de la Unión Soviética, Estados Unidos queda como el poder dominante en el mundo. Este se ha convertido, en el intertanto, en un mundo globalizado e interconectado, con seres humanos explorando su propia dotación genética gracias al Proyecto Genoma y a la naciente ingeniería genética. Es también una sociedad de masas, que consume aceleradamente recursos y con ello pone en riesgo al propio planeta. Las grandes pandemias, que se creían erradicadas, resurgen gracias al estallido del SIDA.

La hegemonía de Estados Unidos dura apenas una década (1990-2001). El 11 de septiembre de 2001, un atentado de carácter genocida contra las Torres Gemelas inaugura una nueva época en que grupos étnicos, políticos o religiosos buscan mantener intacta su propia identidad, de manera casi integrista, frente a la casi imparable globalización. El resultado de dicha confrontación, que algunos catalogan como "choque de civilizaciones", está aún abierto.

Notas y referencias

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  38. Véase "Egipto. El mundo de los faraones", de varios autores, editado por Regine Schulz y Matthias Seidel, Editorial Könemann, ISBN 3-8331-1106-2, páginas 272-273. También el artículo "Los Faraones Negros", de Robert Draper, publicado en Revista "National Geographic" en español, edición de Febrero de 2008, Páginas 22-46.