Diferencia entre revisiones de «Rock de Argentina»

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=== Fin de Sui Generis ===
=== Fin de Sui Generis ===
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[[Sui Generis]], banda integrada por [[Charly García]] y [[Nito Mestre]], comenzó a pasar de un rock clásico y acústico a un sonido más eléctrico y visceral. Paralelamente, en la escena ''underground'' argentina, había bandas nuevas con un sonido diferente del rock acústico y el pesado; influenciadas por un sonido acústico más experimental, el [[tango]] y el [[rock progresivo]] inglés. El rock progresivo argentino alcanzaría su pico de popularidad en 1975.
[[Sui Generis]], banda integrada por [[Charly García]] y [[Nito Mestre]], comenzó a pasar de un rock clásico y acústico a un sonido más eléctrico y visceral. Paralelamente, en la escena ''underground'' argentina, había bandas nuevas con un sonido diferente del rock acústico y el pesado; influenciadas por un sonido acústico más experimental, el [[tango]] y el [[rock progresivo]] inglés. El rock progresivo argentino alcanzaría su pico de popularidad en 1975.
En ese mismo año, Charly García y Nito Mestre decidieron terminar con Sui Generis, dando dos conciertos despedida en el [[Luna Park]] el 5 de septiembre de 1975 ante 30.000 personas.<ref>[http://www.literaberinto.com/pentagrama/suigeneris1.htm Literaberinto.com]</ref> Historiadores han llegado a ver a los conciertos despedida de Sui Generis como el final del período "clásico" del rock argentino. El rock acústico pasaba a la historia: las bandas se disolverían o cambiarían su sonido, y aquellas que perduraron perdieron popularidad y/o se convirtieron en grupos de culto.
En ese mismo año, Charly García y Nito Mestre decidieron terminar con Sui Generis, dando dos conciertos despedida en el [[Luna Park]] el 5 de septiembre de 1975 ante 30.000 personas.<ref>[http://www.literaberinto.com/pentagrama/suigeneris1.htm Literaberinto.com]</ref> Historiadores han llegado a ver a los conciertos despedida de Sui Generis como el final del período "clásico" del rock argentino. El rock acústico pasaba a la historia: las bandas se disolverían o cambiarían su sonido, y aquellas que perduraron perdieron popularidad y/o se convirtieron en grupos de culto.

Revisión del 15:54 25 jul 2009

Rock
Instrumentos comunes guitarra, guitarra electrica, bateria, bajo.
Soda Stereo en 2007 con "Te hacen falta vitaminas" uno de los históricos del rock Argentino

El rock argentino (en Argentina rock nacional) es un género musical muy amplio aplicado a cualquier variedad de rock, punk y heavy metal argentino, entre otros estilos musicales.

El rock en Argentina comenzó a interpretarse en la segunda mitad de los años 60. En esta época comenzó a formarse un género musical que fue denominado "rock nacional" cuando varios grupos underground empezaron a componer canciones en español sobre los temas que preocupaban a los jóvenes de ese momento. Se trataba de una época en la que los militares bloqueaban sistemáticamente cualquier intento democrático. Durante las primeras, decádas los grupos locales se dedicaban a cantar en español y en inglés canciones de rock and roll, propias o covers de éxitos internacionales, pero sin adquirir una identidad musical propia. Desde mediados de los 60 el rock argentino tuvo una evolución constante a través de los años 70 y los años 80, cuando se transformó en un género internacional.

El rock nacional en Argentina es cantado habitualmente en castellano y fue uno de los primeros en ser cantado masivamente en en un idioma que no fuese el inglés y en alcanzar una extendida popularidad interna y luego internacional.

1956-1964: La década inicial

Sandro, considerado uno de los primeros rockeros del país, influyó decisivamente en el nacimiento del rock argentino. Es notable su estética Elvis

El rock and roll surgió en los EE. UU. sobre una base de rhythm & blues; ganando popularidad en los años ‘50, con músicos como Elvis Presley y Bill Haley (quien visitó la Argentina en 1958), y despertando el interés de varios artistas argentinos en imitar esos sonidos. Entre esos primeros artistas se encontraban Eddie Pequenino. La primera agrupación de rock argentina fue Mr. Roll & The Rockers, una banda liderada por Eddie Pequenino, formada en Buenos Aires en 1956 y que tuvo a Lalo Schiffrin como pianista. La misma interpretó temas de grupos americanos, teloneó a Bill Halley cuando visitó la Argentina e hizo sus propios temas, grabados en un Lp. por el sello CBS. Un importante fenómeno para el rock argentino en sus comienzos fueron los músicos chicanos y mexicanos de rock de fines de los ‘50 y comienzos de los ‘60. En el primer caso Ritchie Valens impuso en 1957 en La Bamba, el primer hit mundial del rock en español. En el segundo caso, bandas como Los Teen Tops, Los Blue Caps y Los Locos del Ritmo realizaron adaptaciones en español de temas de Elvis, Chuck Berry, Little Richard, Buddy Holly y otros, que se volvieron clásicos latinos como La Plaga y Popotitos. Muchos artistas de la época admitieron que esas bandas mexicanas tuvieron una cierta influencia en los comienzos del llamado «rock nacional» argentino.[1],[2],[3]Litto Nebbia dice en su libro Música progresiva argentina que se unió a una banda en 1961 en Rosario y que en ese momento existían muchos grupos influenciados por el rock mexicano. Las bandas estadounidenses eran la fuente de la música y las mexicanas las que tomaban ese sonido y lo exportaban al resto de la región. Fue en este contexto en el que apareció el primer ídolo fulgurante del rock argentino, Billy Cafaro, quien tuvo un efímero pero resonante éxito con sus singles «Pity Pity», «Personalidad», «Marcianita»[4],.[5]

En 1963 Sandro y Los de Fuego grabaron una serie de versiones de temas de rock clásico y beat, también cantadas en castellano (Te Conseguiré, Anochecer de un Día Agitado, My Bonnie, El Dinero No Puede Comprarme Amor), convirtiéndose en uno de los grupos de mayor éxito comercial del momento. Luego Sandro continuaría la carrera como baladista melódico/romántico que lo llevaría a la fama en toda América Latina, abandonando para siempre el rock. Sandro fue en general rechazado por el mundo del rock argentino, mayoritariamente de clase media, tildándolo de «grasa», un término despectivo para referirse a ciertos gustos populares, generalmente de sectores trabajadores. Su tema "Tengo" ha sido considerado el Nº 15 entre los 100 mejores de la historia del rock argentino, por la cadena MTV y la revista Rolling Stone.[6]​ A partir de los años 90 el rock nacional revalorizaría a Sandro, y varias bandas incluyeron sus temas en el repertorio rockero, algunas de las cuales se volverían importantes éxitos, como Dame fuego.[7]

1964-1975: El nacimiento del rock nacional

Invasiones británicas y uruguayas

En 1964 al igual que en el resto del mundo el fenómeno Beatles cayó como una bomba en la Argentina. El rock internacional empalmó con una generación (nacida aproximadamente entre 1945 y 1960), politizada y movilizada a través de organizaciones estudiantiles y sindicales, que comenzaba a enfrentarse en la calle a las dictaduras militares (sobre todo a partir de 1966), con una activa participación de los jóvenes, tanto varones como mujeres, de la extensa clase media del país.[8]​ Esa generación simbolizó su identidad con el rock y la revolución sexual, que opusieron como ruptura radical al tango y a la doble moral machista de sus padres.[9]

En la Argentina las llamadas invasiones inglesas (con bandas como los Beatles y, especialmente, los Rolling Stones, que influyen a bandas argentinas hasta el día de hoy) fueron mucho más influyentes que la ola de rock & roll clásico estadounidense, tanto para el gusto juvenil inicial por el rock & roll internacional como para el surgimiento del rock argentino [cita requerida]. Aunque algunos pocos hablen de invasiones inglesas para referirse al proceso de llegada de bandas británicas, el término casi no se usa y es incorrecto, debiendo utilizarse "Invasión británica".

Los Jets fueron unos de los imitadores de los Beatles más populares en el país, llegando a grabar varios discos con adaptaciones de las canciones del cuarteto de Liverpool.[10]

Pero fueron las notables «invasiones uruguayas» de 1964-1965 las que contribuyeron decisivamente en Argentina para que se comenzara a tocar rock en el país. Inspirados en el nuevo rock británico, muchos músicos jóvenes uruguayos, comenzaron a emular sus sonidos. Tres bandas, Los Shakers, Los Mockers y Los Walkers,[11]​ tomaron el estilo de los Beatles y los Rolling Stones, respectivamente, cantando en inglés y así pasaron a Buenos Aires.

La banda beat uruguaya Los Shakers fue una de la más destacada de las «invasiones uruguayas».

Así fue que, a mediados de los años 60 y de la mano del éxito de la Invasión británica, las bandas beat uruguayas alcanzaron un pico de popularidad en Sudamerica.[12]​ En aquel entonces era impensable que una banda de rock latinoamericana pudiera tener éxito internacional. El éxito de las bandas uruguayas fue una notable excepción y solo se limitó a la vecina orillaporteña.

De entre todos los grupos uruguayos, Los Shakers se destacaron en particular. Si bien eran un grupo beat inspirado abiertamente en los Beatles, su sonido se destacó con un estilo propio, una notable calidad musical en sus interpretaciones y originalidad en muchas de sus composiciones.[13]​ Los Shakers comenzaron a presentarse en vivo en muchos programas de televisión de Uruguay, Argentina y demás países. Debido a su decisión de no desarrollar las letras de sus canciones en castellano, su popularidad decayó. Hoy en día son considerados como una de las bandas más destacables de los años “beatleros”.

Mediados y fines de los años ‘60

Los Gatos en 1967: De izquierda a derecha: Ciro Fogliatta (órgano), Kay Galiffi (guitarra), Oscar Moro (batería), Litto Nebbia (voz, armónica y pandereta) y Alfredo Toth (bajo). La Balsa (1967) fue su primer simple, desatando una fiebre juvenil masiva por el rock en español.

Hacia 1965, el rock se desarrollaba rápidamente en la Argentina y así aparecieron The Seasons con Carlos Mellino y un extremadamente juvenil Alejandro Medina, Los Jets y Los In, estos últimos con temas propios, Los Bestias, Los Jerks, Los Knacks, Los Interrogantes, Telmo y Los Stones, Los Comanches, el Cuarteto Sir John, Billy Bond y el Lew Cuarteto y muchos otros que solían aparecer en el programa La Escala Musical, contraposición del Club del Clan, considerado grasa y elemental por los cultores del rock.

Pero fue en la escena underground de Buenos Aires donde las piezas fundamentales del rock argentino emergieron. Un reducido grupo de rockeros comenzó a encontrarse en espacios marginales, como «La Cueva», un local musical nocturno ubicado en Pueyrredón 1723, la cercana Plaza Francia, el Auditorio del Instituto Di Tella (Florida al 900) y bares que no cerraban como la legendaria pizzería «La Perla» de plaza Once. En ese pequeño núcleo inicial se encontraban jóvenes músicos que luego se volverían famosos, como los rosarinos Litto Nebbia y Ciro Fogliatta, los uruguayos Hugo Fattoruso y su hermano Osvaldo, los porteños Mauricio Birabent (luego conocido como Moris), Pajarito Zaguri, Javier Martínez, Francis Smith, Pappo Napolitano, Carlos Mellino, y Alejandro Medina y los bonaerenses Miguel Abuelo y Tanguito, entre otros, así como poetas como Pipo Lernoud y Miguel Grinberg.

Los Beatniks, de los cuales Moris, Zaguri y Martínez eran miembros, comenzaron a llevar al rock argentino en la lenta transición de simples imitadores a un estado musical más creativo. Formados en Villa Gesell (lugar donde se utilizó por primera vez el término "Rock Nacional"), en 1966 grabaron el que es considerado como el primer single del rock argentino: «Rebelde» / «No finjas más».[14]

Luis Alberto Spinetta (el Flaco) en 1976, líder de Almendra y uno de los músicos esenciales del rock argentino.

El hito definitivo del rock argentino fue el grupo Los Gatos, banda que creó su propio material. Después de tocar en «La cueva» durante un par de meses (y siendo sus integrantes arrestados por la policía varias veces debido a razones políticas), la banda lanzó el 3 de julio de 1967 un simple: «La balsa», una canción compuesta por Tanguito y Lito Nebbia, en el Lado A y «Ayer no más», en el Lado B. El disco fue un éxito masivo y vendió en torno a las 250.000 copias. La impronta personal de Litto Nebbia en el rock nacional argentino ha sido subrayada por Charly García diciendo que «sin Nebbia no hubiera existido Javier Martínez, ni Spinetta, ni yo».[15]​ Al año siguiente se publicó el primer número de la revista de rock Pinap, y se fundó el primer sello discográfico argentino de rock: Mandioca. En 1969 cuatro grandes festivales de la autodenominada “música beat” se llevaron a cabo: los conciertos June Sunday, Festival Nacional de Música Beat, Festival Pin Up y Festival de Música Joven.

Durante este tiempo se formó Almendra, de Luis Alberto Spinetta —una de las bandas más importantes de esta etapa— y Manal, un exitoso grupo con orientación hacia el blues. Junto con Los Gatos, estas tres bandas son consideradas como la trilogía fundacional del rock argentino.[16]​ Sin embargo, ninguno de estos grupos tendría una historia muy larga; de hecho, muchas de estas bandas se disolvieron a principios de los años ‘70.

Almendra se separó en 1970. Spinetta formó entonces Pescado Rabioso, y los demás miembros Color Humano y Aquelarre. A principios de la nueva década, destacaron también Vox Dei, cuya mezcla de hard rock y melodías sutiles refrescó el movimiento. Su álbum La Biblia es uno de los discos definitivos de comienzos de la década.[17]

Esta primera escena del rock argentino estuvo caracterizada por una gran cantidad de cambios en las formaciones de las bandas, y hasta intercambios de miembros entre ellas, o miembros de diferentes grupos formando agrupaciones nuevas.

A comienzos-mediados de los años ‘70 se produjo un recambio generacional,[18]​ en donde la primera generación de bandas de rock argentino le pasaría el legado a una nueva camada de artistas que diversificaron aún más al rock argentino, tomando cada vez más independencia creativa del rock estadounidense e inglés.

Rock acústico y heavy

A comienzos de los ‘70 se produjo la primera diversificación real del rock nacional. En realidad, la división se había producido un tanto antes, cuando algunas bandas comenzaron a tocar un rock más pesado; mientras que el mundo entraba a la época del heavy metal. Entre estas bandas estaban Pescado Rabioso, Vox Dei y Billy Bond y la pesada del rock. Pero de todas las bandas de heavy metal, Pappo’s blues se convertiría en la banda de metal y blues más influyente de su época, llegando a obtener reconocimiento en el exterior (y hasta tocando con B.B. King en la ciudad de Nueva York).

Por otro lado, el primer festival B.A Rock contó con varios de los artistas y bandas que encabezaron el movimiento acústico del rock: Gustavo Santaolalla formando Arco Iris; León Gieco que combinaría el rock y el folk; Sui Generis y el comienzo de la carrera musical de Charly García; Raúl Porchetto y Pedro y Pablo, entre otras bandas. Estos grupos no solo se inclinaron hacia el folclore argentino en busca de inspiración, sino también hacia otros sonidos latinoamericanos.

La proliferación de estas bandas y su creciente popularidad, sumado al hecho de que a comienzos de la década se dio el auge del movimiento hippie en la Argentina, llevaron al acusticazo de 1972.[19]​ En ese año también murió Tanguito, aplastado por un tren. La película Tango feroz: la leyenda de Tanguito retrataría su vida. 1972 traería al Rock Argentino una ola de violencia en algunos recitales, como el que ocurrió en el Luna Park en octubre, cuando la policía irrumpió en un recital a reprimir. Billy Bond comenta que

«Eran momentos de represión, eran momentos en que el sistema estaba apretando mucho, era una cosa muy pesada, el rock and roll, era una cosa absolutamente marginal, era una cosa que era de otro mundo y te trataban como si fueras guerrillero.»[19]

Varias bandas de rock acústico ganaron popularidad, como Vivencia, Pastoral y Alma y Vida. El éxito del acusticazo llevó al rock argentino a una nueva era.

Mientras los años ‘70 avanzaban, el rock acústico continuó como uno de los estilos más populares en el país, con las bandas arriba mencionadas -y otras- dominando las listas y los gustos musicales. Y por primera vez en su historia, el rock argentino comenzó a aparecer en el exterior: Sui Generis y Pastoral ganaron cierta popularidad en otros países de Latinoamérica y el segundo grupo hasta llegó a editar un EP en Japón.[20]

Destaca, en esta controvertida década, el primer documental sobre rock nacional que retrataba uno de los más populares festivales de música en la historia argentina: "Buenos Aires: Rock hasta que se Ponga el Sol"

Fin de Sui Generis

Archivo:Suigeneris-1975.jpg
Sui Generis: Charly García y Nito Mestre. Charly se convertiría en la figura descollante de la historia del rock nacional argentino

Sui Generis, banda integrada por Charly García y Nito Mestre, comenzó a pasar de un rock clásico y acústico a un sonido más eléctrico y visceral. Paralelamente, en la escena underground argentina, había bandas nuevas con un sonido diferente del rock acústico y el pesado; influenciadas por un sonido acústico más experimental, el tango y el rock progresivo inglés. El rock progresivo argentino alcanzaría su pico de popularidad en 1975. En ese mismo año, Charly García y Nito Mestre decidieron terminar con Sui Generis, dando dos conciertos despedida en el Luna Park el 5 de septiembre de 1975 ante 30.000 personas.[21]​ Historiadores han llegado a ver a los conciertos despedida de Sui Generis como el final del período "clásico" del rock argentino. El rock acústico pasaba a la historia: las bandas se disolverían o cambiarían su sonido, y aquellas que perduraron perdieron popularidad y/o se convirtieron en grupos de culto.

También, varias bandas argentinas dejarían el país e irían a Europa, especialmente a España,[20]​ entre las que se cuentan Moris y Aquelarre. La dictadura franquista estaba casi en su final, y el rock español se encontraba en su infancia, con bandas como Triana, Tequila y Asfalto. En España, los grupos de rock componían sus canciones principalmente en idioma inglés y no fue hasta la llegada de bandas argentinas y sus canciones en castellano que las agrupaciones locales empezaron a componer en su propio lenguaje; cambiando por siempre el desarrollo de la música rock en España[22]

El período clásico del rock argentino estaba casi completamente finalizado hacia 1976, año del último golpe de estado que sufriría la Argentina. A partir de ese tiempo, el rock argentino pasó a una etapa de mayor sofisticación, experimentación y una música más conceptual. Sin embargo, unas pocas bandas acústicas como Pastoral y Nito Mestre y Los Desconocidos de Siempre seguirían teniendo éxito.

1975-1984: El período medio

Rock progresivo

Hacia 1973 la banda Contraluz combinó el rock con matices progresivos y folk. Este sería uno de los grupos más influyentes en los años previos al estallido del rock progresivo y sinfónico.[23]

Tal vez el primer gran grupo sinfónico/progresivo fue Crucis. Su música atrajo seguidores en la escena underground, para luego comenzar a tocar en lugares más grandes. Hacia 1975 su música comenzó a gustar cada vez más en el público, al punto de que el mismo Charly fue a ver uno de sus conciertos para «comprobar su perfomance».[24]

Espíritu, banda formada en 1973, sería un grupo seguido internacionalmente en la última parte del apogeo del rock sinfónico. Su primer disco, Crisalda, es citado como su mejor álbum. El Reloj, una banda proveniente del heavy metal, se hizo más progresiva con su disco homónimo de 1975.

Una grupo sinfónico que tendría un gran año en 1976 sería ALAS, con artistas como Rodolfo Mederos y Pedro Aznar en su formación. Luis Alberto Spinetta encabezaría su tercera banda, Invisible, en ese año. Su música sinfónica teñida de tango le otorgaría la atención de la crítica. Reino de Munt, otra banda de rock progresivo, contaría con Raúl Porchetto y un joven Alejandro Lerner[20]​ en sus filas.

Charly García formó La Máquina de Hacer Pájaros, su primera banda post-Sui Generis, otro exponente de rock progresivo. Otros grupos sinfónicos y progresivos de la época son Tórax, Ave Rock, Anacrusa y Materia Gris. Mientras tanto, Arco Iris continuó expandiendo su folk/rock sinfónico. Junto con Contraluz sería el mayor exponente del subgénero.

El 24 de marzo de 1976 el gobierno democrático fue desplazado por un gobierno militar, abriendo uno de los períodos más obscuros de la historia argentina, lleno de represión, censura y "desapariciones". El rock argentino, al igual que la sociedad toda, sufriría el período de mayor censura de su historia. La música rock era vista como subversiva por los militares, y en un discurso de 1976 el almirante Massera denunció a los músicos de rock y a sus fans como potenciales subversivos. Antes del fin de la década el rock se popularizó cada vez más en la escena underground.[25]

A pesar de esto, la música continuaría su desarrollo. Los heavies de Vox Dei y Pappo's Blues mantuvieron su popularidad. Otra banda heavy, Plus, hizo su debut en 1976 y disfrutó del éxito hacia fines de la década.

Fines de los años ‘70

El rock argentino continuó con su sonido sinfónico durante el fin de la década; sin embargo, los años ‘77 y ‘78 estuvieron marcados por la separación de varias bandas. En la cúspide del rock progresivo, Crucis y Espíritu se convirtieron en los dos grupos más conocidos del período. La Máquina de Hacer Pájaros también contó con popularidad, siendo su primer disco un gran ejemplo de buen rock progresivo. En 1977 Crucis se separó, al igual que Pappo’s Blues. Aquelarre retornó de España, pero luego de un tour se separaría.

Sin embargo, 1977 sería el año en que una banda de La Plata llamada Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota comenzaría a tocar. Con su particular rock y los extraños atuendos con los que se presentaban a tocar, los “Redondos” se convertirían con el paso del tiempo en una de las bandas más importantes del rock argentino moderno, convocando masas y ganándose un lugar junto a las otras grandes bandas del rock nacional.

1977 fue un año de bandas de éxito pasajero: Orion’s Beethoven era una banda de rock progresivo encabezada por los hermanos Ronán y Adrián Bar; venían tocando desde 1969, teniendo su momento de fama ocho años después y Soluna (segundo grupo de Gustavo Santaolalla), que si bien con la grabación de su único disco, Energía Natural (con participación de Charly en los teclados), no logró gran éxito comercial, sí se ganó la aprobación de la crítica.[26]​ Ninguna de estas bandas logró mantener su popularidad y Soluna se disolvió en 1977.[26]

A fines de la década, aún más bandas dejaron de existir. Luego de dos exitosos álbumes, el grupo de Charly García, La Máquina de Hacer Pájaros, se separó, al igual que Invisible. Pastoral, uno de los pocos grupos acústicos todavía exitosos, se separaría en 1978, al igual que ALAS. El rock argentino sufrió una de las peores crisis desde su concepción y los medios hablaban abiertamente de la muerte del rock nacional.[26]​ Sin embargo, en la “sequía” de 1978 el rock argentino tuvo a su primera “superbanda” exitosa: Serú Girán.

Serú Girán

Archivo:Seru Giran.jpg
Serú Girán en 1979

Charly García, Oscar Moro, David Lebón y Pedro Aznar lograron con Serú Girán alcanzar una gran popularidad con su propio estilo de rock, llegando al público de las clases bajas tanto como a los de los sectores medios-altos.[27]

En parte debido a que el grupo vivió por tres meses en el nordeste de Brasil, el primer álbum de la banda estuvo claramente influenciado por la música brasileña, combinada con el rock progresivo y el jazz.

Pero en el primer concierto de la banda para promocionar el disco se dio una de las anécdotas más extrañas del rock argentino: en el show, los fans no entendieron los extraños trajes que la banda usaba (completamente blancos, excepto por Charly, que estaba con una chaqueta negra y zapatos); y luego cuando el grupo tocó “Disco Shock”, una sátira de la música disco, la gente se lo tomó en serio. Silbidos y abucheos siguieron, y lo que debería haber sido un gran concierto se convirtió en un fiasco, con los fans clamando por canciones de Sui Generis. La gente no entendió el mensaje y circularon toda clase de rumores acerca de la orientación sexual de los miembros de la banda.[27]

Serú Girán lanzó su segundo disco, intitulado La Grasa de las Capitales en 1979. El álbum fue bien recibido por la prensa especializada y cimentaría su lugar como la mejor banda de la época. El tercer disco del grupo, Bicicleta (1980), fue recibido tibiamente al principio, pero con el tiempo se ganaría el lugar de mejor álbum del grupo. Ambos álbumes se van alejando del rock sinfónico del primer LP, mientras que el panorama musical en general se vuelve más visceral y “simple”, con menos arreglos. Serú Girán no se mantendría al margen de estos cambios, mientras el rock argentino escribía los capítulos finales del rock sinfónico y progresivo.

Guerra y vientos de cambio

La nación todavía se encontraba bajo control militar hacia comienzos de los años ‘80. El inicio de la década mostraba a un Serú Girán con un sonido menos pretencioso, pero que seguía en lo más alto de las listas. Vox Dei entró en su tercera década de existencia y la popularidad de León Gieco como solista seguía creciendo.

Una de las últimas bandas importantes del período del rock progresivo fue Tantor, un grupo mucho menos sinfónico y más experimental y progresivo, con influencias del jazz. Su primer álbum sería un éxito en la escena progre y la banda continuaría hasta mediados de la década, siendo una de las últimas bandas de esta etapa.[28]

Serú Girán se fue de gira a Brasil en 1980, donde la recepción que tuvieron fue tan positiva que los organizadores les pidieron para tocar otra vez al día siguiente, pero junto con el grupo de jazz-rock Weather Report, entre otros. Posteriormente, en Buenos Aires, tocaron en La Rural, juntando aprox. 60.000 personas y coreando “No se banca más”, en alusión al gobierno militar. También tocaron junto al proyecto de Spinetta Spinetta Jade. Spinetta Jade era una especie de combinación entre jazz y rock, bastante infrecuente en el país en ese momento. Hacia los dos últimos álbumes su sonido se fue haciendo algo más pop y con más influencias de la música electrónica (samplers y sintetizadores).[29]

Serú Girán lanzó su cuarto álbum, Peperina en 1981, pero a finales del año Pedro Aznar decidió unirse al Pat Metheny Group en los Estados Unidos. El 6 y 7 de marzo de 1982, Serú Girán tocó por última vez en el Luna Park. Un momento memorable fue la primera y única interpretación de la canción “No llores por mi Argentina” (sin relación con el musical Evita), un tema lleno de simbolismo y de melancolía.

A comienzos de 1982, Gustavo Santaolalla lanzó un álbum renovador titulado precisamente Santaolalla, acompañado por una banda integrada por Alfredo Toth (bajo), Willy Iturri (batería), Alejandro Lerner (teclados), Rubén Rada (congas), Oscar Kreimer (saxo), Osqui Amante (percusión) y Mónica Campins (coros). El álbum ha sido considerado «el primer disco de rock moderno de la Argentina».[30]

La economía Argentina se encontraba en plena recesión hacia 1982, y el descontento contra el gobierno militar iba en aumento. El 2 de abril de 1982 el gobierno de facto inició la Guerra de las Malvinas, como un intento desesperado por mantenerse en el poder mediante la manipulación del apoyo popular a través de una larga reivindicación del pueblo argentino, como son las Malvinas. Miles de jóvenes fueron mandados a la guerra, mal equipados, en pésimas condiciones y desinformados. Luego de cientos de muertes y duros combates, los ingleses finalmente lograron recapturar las Islas Malvinas. Luego de la derrota militar, solo era cuestión de tiempo para que el gobierno militar se retirara del gobierno.

1984-1990: Nuevo rock nacional

Final de la dictadura

La guerra se convertiría en uno de los capítulos más oscuros de la historia argentina reciente, pero tuvo el paradójico efecto de revitalizar el rock argentino.

En mayo de 1982 el Festival de la Solidaridad Latinoamericana juntó a todas las grandes bandas del rock argentino. El recital tuvo el objetivo de apoyar a las tropas que luchaban en las islas, aunque era también una forma encubierta de protesta contra la guerra y un llamado a la paz.[31]​ Paralelamente, el rock en inglés era censurado en la radios y los programadores debían llenar con algo el espacio que dejaba el rock en inglés, y ese algo era el rock nacional.[32][33]​ En los últimos días del rock sinfónico, un gran número de bandas influenciadas por la movida post-punk y new wave comenzaron a aparecer. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, banda que comenzó a tocar allá por 1976, fue ganando escala nacional a partir de su política de independencia frente a las empresas discográficas y sus particulares letras. En 1979, en La Plata, Federico Moura formó una banda pionera de la new wave llamada Virus.

En Buenos Aires, tres jóvenes influenciados por el post-punk inglés comenzaron a intercambiar ideas, armando una banda con el nombre de Soda Stereo, que se convertiría en la banda más popular del rock ibeoamericano.

En ese tiempo comienza a recorrer el circuito del Café Einstein la cantante Sissi Hansen, junto a Stuka y Geniol con Coca, entre otros. Sissi propone una estética influenciada por el punk y el dark. Participó en shows de Los Violadores, entre otras bandas.

En 1980 comenzó a tocar la banda pionera del punk rock en Argentina, Los Violadores. Miguel Abuelo retornó de Europa y formó Los Abuelos de la Nada, que contaría entre sus filas a un joven Andrés Calamaro. En 1981, Miguel Mateos, luego de hablar con Freddie Mercury, ganó la oportunidad de telonear a Queen en su show en Buenos Aires, con su banda Zas. En los bares de Mendoza una banda de pop-rock llamada Los Enanitos Verdes comenzaría a tocar como un trío hacia 1979. Un italiano criado en Inglaterra llamado Luca Prodan llegó a la Argentina para combatir su adicción a la heroína y terminaría formando Sumo.

También surgirían varios solistas que lograron consagrarse y mantener su popularidad hasta el día de hoy. Algunos de estos son Juan Carlos Baglietto (que tenía confianza en un joven músico rosarino llamado Fito Páez), Alejandro Lerner y Celeste Carballo. En la escena del heavy metal, Pappo fundó Riff y surgieron V8 y La Torre. También aparecieron una serie de bandas más enfocadas en el aspecto “humorístico” de la música, como Los Twist, Suéter y las Viuda e hijas de Roque Enroll.[34]​ Por el lado gótico, La Sobrecarga llevaría la posta.

Paralelamente, Almendra y Manal se volvieron a juntar. Charly García y Luis Alberto Spinetta continuaron con sus carreras solistas y Moris retornaría de España.

En tanto, Argentina entró en 1983 en una nueva etapa de su historia, con la inauguración del gobierno democrático de Raúl Alfonsín. Entrar en democracia significó la desaparición del aparato represivo y de censura del gobierno militar, por lo cual la libertad de expresión volvió a florecer. Las canciones que criticaban al gobierno militar se multiplicaron, algunas con letras alegóricas, como «Tiempos Difíciles» de Fito Paez (cantada por Baglietto), «Maribel se durmió» de Spinetta (dedicada a las Madres de Plaza de Mayo[35]​), «Puede verme»y «Ángel del pasado» de Ignacio Copani,«Sólo le pido a Dios» de León Gieco o «Los Dinosaurios» de Charly García. Criticas más directas contra el gobierno militar provinieron de bandas punk como Los Violadores (con canciones como «Represión») y de heavy metal como V8.

Finalmente, sectores del rock nacional comenzaron a pasar del sonido “solemne” y progresivo del rock sinfónico a una música más irreverente y accesible, lo cual ayudaría al rock nacional a expandirse en el exterior.

Invasiones argentinas

En 1982 Omar Chabán abrió el café Einstein, por donde tocaron en sus comienzos bandas como Sumo, Soda Stereo y Los Twist. Tanto Sumo como Soda contaban con formaciones ligeramente diferentes en sus primeros días; por ejemplo Sumo contaba con una chica inglesa, Stephanie Nuttal, en la batería. Cuando la guerra entre la Argentina e Inglaterra estalló, ella volvió a su país natal.[36]​ También en 1982 Charly García lanzó su disco debut como solista: Yendo de la cama al living.

En 1983 el Compact-Disc (CD) se introdujo en las bateas argentinas. En 1984 Patricia Sosa y su banda de heavy La Torre fueron votados como banda del año, Del 63 de Fito Paez como disco del año y el single «Solo quiero rock and roll» como la canción del año.[37]​ A otra banda con una chica en la voz, Los Twist, también les estaba yendo bien, pero sufrió un gran golpe con la partida de Fabiana Cantilo.

A medida que la década, se hacía cada vez más claro que las nuevas bandas no se parecían a nada de lo antes hecho:[38]Los Violadores fueron pioneros del punk en Argentina; Virus sorprendió con su sonido new wave y synthpop; Sumo, por otra parte, con su rara mezcla de reggae, rock y algo de punk, se ganó un lugar de culto en el rock argentino, considerándosela como una de las bandas definitivas del rock nacional moderno,[39]​ a pesar de que Luca Prodan cantaba principalmente en inglés, lo que dificultó su llegada al público; y Soda Stereo, con su sonido New wave y Post-punk se convertiría en una de las bandas más importantes del rock argentino. Los Abuelos de la Nada y G.I.T. hallaron cierto éxito en el exterior.

Hacia 1985, año en que se formó Los Fabulosos Cadillacs, varias bandas nacionales comenzaron a recibir atención por parte de radios latinoamericanas. El rock nacional comenzó a “escalar” los Andes: primero Chile, luego Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, etc. Zeta Bosio, de Soda Stereo, comentó acerca del fenómeno:

«Nosotros salimos de Argentina y empezamos a ir a Chile, a Perú, empezamos a subir y en algunos países daba la casualidad de que llegábamos nosotros y nunca había ido una banda de Rock... nos decían que acá eso era una cosa del otro mundo y no iba a funcionar... ahora es una alegría ver que funciona y que tiene fuerza propia...»[40]

Muchos de los rockeros argentinos firman con las transnacionales y esto les garantiza distribución latinoamericana.

Soda Stereo es una de las banda más exitosas e influyentes del rock en castellano. En sus comienzos, la banda estuvo influenciada por bandas de la New wave como The Police (generalmente se los conoce como los “Police argentinos”) y Talking Heads. Con su primer álbum, intitulado simplemente Soda Stereo (1984), lograron el éxito nacional; sin embargo, se los acusó de frívolos,[41]​ al igual que a Virus.[42][43]​ Su segundo disco, Nada Personal, fortaleció la popularidad de la banda, con hits como «Nada personal» y «Cuando pase el temblor», abriéndoles las puertas al mercado latinoamericano. En 1986 Soda Stereo lanzó Signos, que consagraría su popularidad con éxitos como «Persiana americana». Los miembros se embarcaron en una gira latinoamericana y grabaron el álbum en vivo Ruido Blanco. Con la gira de Signos, los Soda Stereo se convirtieron en estrellas internacionales. El grupo continuaría con su éxito hasta su separación, y luego de esta se convertiría en una banda mítica del rock argentino.

En 1985 hizo su debut discográfico la banda under Sumo, tras haber sido vistos en vivo por un productor de la CBS. La placa se llamó "Divididos por la felicidad", en referencia a uno de los grupos preferidos de Luca, Joy Division. Este primer trabajo vendió 15.000 copias e incluyó el hit «La rubia tarada» (titulado originalmente «Una noche en New York City»), así como «Mejor no hablar de ciertas cosas» con letra del Indio Solari, cantante de los Redonditos de Ricota.

La pequeña onda se convirtió en una ola hacia 1986, y para comienzos de ese año se convirtió en un fenómeno continental, alcanzando América Central, México y cruzando el atlántico hacia España. Los Enanitos Verdes con su pop-rock enérgico lograron un gran éxito. Los Fabulosos Cadillacs, con su mezcla de ritmos latinos, ska y rock se convirtieron en estrellas en su país y eventualmente en Latinoamérica. Rata Blanca, una banda de heavy metal formada en 1987 de las cenizas de bandas de comienzos de los ‘80 como V8, también conquistó al mundo hispano; al igual que solistas como Charly García, Fito Páez y Miguel Mateos. 1986 fue el clímax de una ola de inesperado éxito para el rock argentino.

Este movimiento ayudó a revitalizar al rock mexicano y español ya qué le probaría a los productores y sellos discográficos de esos países que el rock en castellano funcionaba y servía para hacer dinero. En México, las bandas argentinas eran promocionadas por medios como Televisa bajo la frase “Rock en tu idioma”.[44]​ En Perú, las invasiones argentinas fueron un catalizador que llevó al rock peruano hacia un público aun mayor, convirtiéndose en mainstream.[45]​ En Chile, donde ya existían algunas bandas (como Los Prisioneros), la ola de bandas argentinas inspiraría e influiría a las bandas locales, hasta el día de hoy.[46]​ El estallido del rock colombiano se puede rastrear hasta los años ‘80, con muchas bandas locales citando bandas argentinas como influencias directas. En países como Paraguay, Uruguay y Bolivia, los efectos de esta ola fueron aún más profundos.

1988 comenzó con las bandas argentinas más importantes (Soda Stereo, Los Fabulosos Cadillacs, Los Enanitos Verdes, Rata Blanca, Charly García, Andrés Calamaro, Miguel Mateos, Sumo, Virus) girando por América latina, Europa y hasta países de Asia. Ya por este tiempo, la ola de bandas argentinas comenzó a “apaciguarse”, pero su legado dejaría las puertas abiertas del rock argentino al éxito masivo.

Fines de los ‘80

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Luca Prodan, líder de Sumo

En 1987 se produjo la muerte de otro grande del rock nacional: Luca Prodan, líder de Sumo, fue encontrado muerto el 22 de diciembre en su habitación, víctima de una cirrosis hepática.[47]​ Su fallecimiento provocó conmoción entre sus fans y en la escena del rock nacional. Luego de la muerte de Prodan, Sumo se separaría y sus miembros formarían dos nuevas bandas, Divididos y Las Pelotas. De las dos, Divididos lograría mayor éxito comercial, contando con un sonido potente y ganándose el apodo de “La aplanadora del rock”. Las Pelotas, por otra parte, contaría con un éxito comercial más moderado, y transformándose en una banda más underground.

El rock nacional perdería otro prócer: Miguel Abuelo, fundador de Los Abuelos de la Nada, fue diagnosticado de sida. Murió el 26 de marzo de 1988 de un paro cardíaco. El líder de Virus, Federico Moura, también fue notificado de tener SIDA. Moura murió el 21 de diciembre de 1988, casi un año después de la muerte de Prodan. Sin embargo, Virus sobrevivió a la muerte de su líder, continuando en los ‘90 como una banda de pop-rock con influencias del Synthpop y el electro-pop.

Tres tendencias principales definieron el rock argentino a fines de los ‘80. La primera fue la consolidación de las bandas de las “invasiones argentinas” y su paso a una etapa de mayor madurez. Algunas comenzaron a experimentar con la World music en los dos últimos años de los ‘80. Por ejemplo, Charly García se reunió con su viejo compañero de Serú Girán, Pedro Aznar y grabaron Tango 4. Antes de la muerte de Moura, Virus también había comenzado a experimentar con la música brasileña para su álbum Superficies de Placer.

Una segunda tendencia fue la consolidación del rock “tropical” y la aparición de la nada de bandas de reggae en 1987. Mientras el rock argentino triunfaba en el exterior, en Argentina aparecían varios exponentes del género. En el verano de ese año aparecieron Los Pericos, Los cafres, La Zimbawe y Jafran, entre otras bandas menores. Sin embargo, solo Los Pericos (y los Cafres a partir de mediados-fines de los ‘90) mantendrían su éxito. Por otro lado, dos bandas que no fueron una moda son Los Fabulosos Cadillacs y Los Auténticos Decadentes. Ambas bandas mezclarían el ska, el reggae con ritmos latinos como la murga y algo de rock. Los Fabulosos Cadillacs apuntarían en sus canciones a un mensaje social, mientras que Los Auténticos Decadentes lanzarían un hit tras otro a lo largo de su extensa carrera. Los Fabulosos Cadillacs se separarían en los '90, mientras que Los Auténticos Decadentes continúan con su éxito hasta el día de hoy. Junto con Los Pericos, las tres bandas se convertirían en un los mayores representantes argentinos dentro de la rama del rock tropical, el reggae y el ska.

La tercera tendencia fue producto de la primera. Muchas bandas continuarían su búsqueda de experimentación pero desde un lugar más underground. Entre ellas estaban: Todos Tus Muertos, Don Cornelio y la Zona (posteriormente Los Visitantes), Los Brujos, Los Siete Delfines y finalmente Babasónicos, una de las bandas argentinas más importantes en la actualidad. Todas estas bandas formarían parte de la del “nuevo rock” de comienzos de los ‘90.

En el sector del heavy metal, los ya mencionados Rata Blanca dominaban los gustos populares, aun en otros países latinoamericanos, junto con Hermética, JAF y Horcas. La escena del metal era muy saludable, aun para un género que nunca atrajo a grandes masas como lo hacían otros estilos. Una banda importante del underground fue Nepal,Apocalipsis, pre Tren loco una de las pioneras del thrash -heavy metal. Formada en 1984, fue parte de la primera generación de músicos de trash, y ganó prominencia a fines de la década. Por otra parte, el género contaba con varias revistas dedicadas solo al metal, como Madhouse, Metal, Riff Raff, Revista Epopeya, etc.

Los finales de los ‘80 también fue un período de constante crecimiento para Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Su popularidad aumentaba e iban camino a convertirse en un clásico del rock argentino moderno, reuniendo masas de seguidores y ganándose la posición de banda de culto para sus fans y la prensa. También fueron conocidos por mantener una postura indie con respecto al negocio de la música.[48][49][50]​ Sin embargo, un aspecto polémico de la banda fueron sus recitales de finales de los '90, conocidos por ciertos episodios de violencia[51][52][53]​ que culminaron con las muertes de varios fans.[54]​ En 1985 editaron su primer disco Gulp!, con la participación del pianista Lito Vitale. El tránsito a la escena musical establecida implicó también el abandono del estilo circense original y la consolidación de un estilo más convencional de espectáculo de rock; de esta época data la máxima de tocar 'solos y de noche', con la que Solari justificó su reiterada negativa a presentarse en festivales.

También fue durante este período cuando Los Ratones Paranoicos empezaron a crear el subgénero “Rolinga”, “Rock chabón” o “Rock barrial”. El subgénero rolinga tiene como principal influencia a los Rolling Stones, una de las bandas extranjeras más populares en la Argentina y formadora de todo un culto.

En el año 1988 se formó el grupo La Renga (aunque su primer disco se lanzó en 1991), que tendría éxito masivo a partir de fines de la década del '90.

Finalmente, Divididos, con su potente sonido de guitarras y su “noise melódico” seguía aumentando su popularidad entre el público. En general, los años ‘80 cerraban como una de las mejores décadas para el rock argentino, con grandes bandas ya consagradas a escala nacional e internacional, una saludable escena underground, y una búsqueda y experimentación a todos los niveles.

1990-1998: El período contemporaneo

Canción animal

Luego de lanzar el LP Doble Vida, que ya mostraba un sonido más rockero, Soda Stereo se instaló en el estudio junto a su nuevo productor Daniel Melero, para grabar su cuarto LP, Canción Animal. Este álbum provocaría un gran impacto en el rock nacional y latino, siendo considerado como el segundo mejor álbum de la historia del rock iberoamericano alternativo, según el ránking realizado en 2006 por J.L. Mercado y publicado por la revista norteamericana Al Borde[55]​ y el noveno según la Revista Rolling Stone.[56]​ El tema más destacado del álbum, «De música ligera», ha sido considerado el cuarto mejor del rock latino en el ránking de Satélite Musical,[57]​ mientras que en Argentina es considerado también como el cuarto mejor por el sitio Rock.com.ar.[58]

La Avenida 9 de Julio en Buenos Aires. Allí Soda Stereo realizó un histórico recital gratuito para presentar su disco Canción Animal, ante 250.000 personas el 14 de diciembre de 1991, la mayor cantidad jamás reunida en el país para escuchar música.

Canción Animal confirmó que estaba bien que el rock argentino volviera a una actitud más “potente”, siendo las guitarras eléctricas las estrellas del show. De ese álbum, el single «De música ligera» se convirtió en un clásico –al igual que el disco- del rock nacional. Canción Animal permitió que bandas como Los Brujos, Peligrosos Gorriones y Massacre lograran salir del underground, tomando su sonido fuertemente guitarrero y haciéndolo popular a medida que comenzaba 1991. Hasta grupos de pop-rock como Los Enanitos Verdes tomaron estas influencias hacia principios de los ‘90, particularmente en su álbum Big Bang.

Estas y otras bandas como Todos Tus Muertos, Babasónicos y El Otro Yo fueron denominadas como el “Nuevo rock argentino”. Un término que fue usado poco después para bandas difíciles de catalogar como el neo-surf pop de los Super Ratones (de Mar del Plata) y el pop alternativo de la La Portuaria. El “Nuevo Rock” fue la forma dominante en el panorama musical de la Argentina hasta mediados de los ‘90, cuando lo destrona el “rock suburbano”.

En 1992 Soda Stereo presentó su quinto disco, Dynamo, uno de sus álbumes más experimentales hasta ese momento. Aparentemente tomó a los fans por sorpresa, y fue el menos vendido de los discos del grupo (tampoco ayudó que en el medio de todo esto la banda cambió de compañía discográfica: Sony no promocionaría a una banda que se iba y BMG no promocionaría el álbum de otra compañía).[59]

Una banda que logró en 1992 su primer gran éxito fue Babasónicos, que lanzó en ese año el hit «De-generación», a partir del cual comenzó a recorrer el camino que los llevaría a la cima del rock nacional y que definiría el sonido del rock “sónico”.[60]Juana La Loca era otra banda de la autodenominada escena sónica, qué comenzó a tocar a principios de los ‘90 pero que se hizo famosa unos años después. Los Brujos también tendrían un gran año en 1992, su single «Kanishka» se convirtió en todo un éxito. Los Visitantes igualaron el éxito de Los Brujos al año siguiente con su disco Salud Universal, una combinación de rock guitarrero y tango. Todos Tus Muertos era una respuesta punk al rock argentino de finales de los ‘80, eligiendo ser mucho más directos y explícitos en su sonido y en sus letras. La banda ganó gran popularidad con la aparición del nuevo rock, y se convirtió en una de las favoritas de esos tiempos. Lentamente el grupo pasaría de su sonido punk inicial a un estilo más heterogéneo que incluía ritmos afro-latinos. Otra de las bandas importantes que surgiría en los ‘90 serían Los Caballeros de la Quema. También a principios de la década del ‘90 surge El Otro Yo una banda de Temperley que de manera lograría salir del under para convertirse poco a poco en la insignia del rock alternativo.

Un grupo "raro" que apareció a comienzos de los ‘90 fueron los llamados Illya Kuryaki and the Valderramas (aunque también se los conoce como los Illya kuryaki). Más raperos que rockeros, el grupo logró dejar su marca en la escena del rock nacional, ya que combinó el rap con el rock nacional y los ritmos latinos. Dante, uno de sus miembros, es el hijo de Luis Alberto Spinetta.

Rock rolinga

Antecedentes y nacimiento

El rock rolinga en 1995 se convirtió en un éxito comercial masivo. A mediados de los '90, aunque el “nuevo rock argentino” crecía, lo hacía de manera lenta y progresiva. Aún no había logrado desarrollarse por completo. Ninguna banda perteneciente a ese movimiento había alcanzado aún un seguimiento masivo del público como las del pop de los '80. Su música, intelectual en algunos casos (y que precisaba varias lecturas para su comprensión y gusto, por lo que distaba de ser demagógica) también estaba desarrollándose. A causa de estos factores, el movimiento era muy vulnerable a la aparición de un nuevo fenómeno musical que fuera simple y accesible para el público más marginal.

Cuando el rock argentino nació, era una subcultura marginal. El rock pesado de principios de los '70 también era una subcultura marginal, aunque en casos como la obra de Pappo (influencia en el rock barrial), poseía letras que trataban temas de la vida cotidiana en barrios y suburbios. Sumado a esto, sus recitales también eran dados en pequeños bares y pubs de distintos barrios de clase media baja de Buenos Aires, mostrando un caso del underground con inspiración barrial. Hasta los años '90 este estilo sería underground. A partir de los '90, se volvería masivo.

Desde los años '80, paralelamente al apogeo del pop rock, hubo bandas que, desde un punto marginal, crecieron realizando una serie de actos propios de las bandas under. A principios de dicha época la Argentina experimentó una "primer época dorada del heavy metal", con toda una corriente de bandas "under" metaleras lideradas por V8. Mientras tanto, otras bandas como Patricio Rey y los redonditos de ricota y Sumo habían crecido ejerciendo un estilo de rock que desembocaría directamente en el rock rolinga. El libro "Historia del rock argentino" de 1986, de Osvaldo Marzullo y Pancho Muñoz, había clasificado a ambas bandas como "rock marginal".[61]​ Otras de las características que según el libro, se destacaba de ambas, eran su crecimiento a pesar de la falta de apoyo de producción, la capacidad para haberse "hecho de abajo", y convirtiéndose en representantes del circuito underground. Memphis la blusera también contaba con la identificación barrial. Estas características serían influencias en el rock rolinga, aunque también influenciaron notablemente a otros géneros, como el punk local. El blues de Memphis y La Mississippi también había influenciado con su temática al género.

El caso de Los Ratones Paranoicos fue más directo. Formados en 1984, ellos también habían sido clasificados como parte del "rock marginal" en dicho libro[62]​ al igual que como una banda underground. El libro mencionaba que "tuvieron varios cambios en su formación, en tanto su nombre aparecía pintado en infinidad de paredes de Buenos Aires". Sin embargo, ellos desde el principio tocaban un estilo de rock imitando a los Rolling Stones. En 1988 se formaron Los Piojos, en 1989 se formaría Viejas Locas y en 1993, Jóvenes Pordioseros. Estas bandas serían los principales exponentes del género que, con ayuda de la banda que buscaban imitar, llevarían al éxito masivo en la Argentina.

En 1987, el pop rock, reinante en la Argentina, comenzó a perder peso frente a la escena marginal. Varios factores: el éxito de Sumo y de Patricio Rey y los redonditos de ricota, sumadas a la visita de los Ramones a la Argentina, la resucitación del punk local a causa de esta visita (formando bandas insignia como Attaque 77 y 2 Minutos), la popularización de estilos tropicales como el reggae y el ska con bandas como Los Auténticos Decadentes y Los Fabulosos Cadillacs, y el cambio en la temática del mismo pop rock con los discos de Virus y Soda Stereo. La muerte de Luca Prodan, líder de Sumo, avivaría la llama del rock marginal.

Además, habían causas extramusicales: la pobreza en la Argentina, la decadencia institucional y moral que experimentó el país durante el gobierno de Carlos Saul Menem y el crecimiento desde mediados de los años '80 de las "barra bravas" del fútbol.

Apogeo y definición

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Un padre y su hijo rolinga
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Jóvenes rolingas fanáticos de Viejas Locas y La 25.

En 1995 los Rolling Stones llegaron a la Argentina como parte de su Voodoo Lounge Tour. Eligieron como teloneros a Los Ratones Paranoicos y a Viejas Locas. Su influencia quedó plasmada en el rock local, formando el rock rolinga o stone, género que acaparó toda la atención del público, obteniendo inmediatamente el éxito comercial y masivo, y destruyendo a los otros géneros ("nuevo rock") o debilitándolos críticamente (punk rock). Este género aún continúa.

En su definición más simple, el rock rolinga es "franco", simple y centrado en las guitarras, con influencias del blues y de los Rolling Stones, de donde saca su nombre. El calificativo de "barrial" toma su nombre del hecho de que las bandas que lo forman provienen de los distintos barrios y suburbios de clase media baja (en algunos casos, baja) dentro y alrededor de Buenos Aires, profesando la identificación barrial ya mencionada; el hecho de que se lo califique de "rock chabón" corresponde a que sus seguidores son mayoritariamente jóvenes ("chabones" en el lunfardo).

Repercusión y críticas

Luego de la muerte de Luca Prodan, Sumo, banda que influenció al género, se había separado, generando dos nuevas bandas: Divididos y Las Pelotas. Las Pelotas sería de las dos, la banda más relacionada con el rock rolinga, debido a su identificación underground, aunque no forma parte del género. El tercer disco de Divididos, La Era de la Boludez, hizo que la banda fuese considerada por ciertos medios como el lado A de la herencia de Sumo,[63]​ opinando que Las Pelotas era el Lado B, aunque esta última, como queda dicho, brillaría en la escena underground. A comienzos de los años 2000 (y luego de su hit «Será»), la popularidad de Las Pelotas fue en ascenso, aunque tras la partida reciente de su principal frontman su futuro está condicionado.

Además, al haber logrado llevar a la masividad su temática barrial, indirectamente había ayudado a llegar al éxito masivo a varias bandas que, si bien no eran rolingas, tenían dicha temática. El rock rolinga indirectamente contribuyó al despegue de bandas argentinas de blues que hasta ese entonces se habían mantenido en el circuito underground. Entre ellos Memphis La Blusera y La Mississippi, que a su vez habían influenciado al género. Los Caballeros de la Quema y una serie de bandas barriales de rock no-rolinga también llegaron al éxito subidos a la ola del rock barrial. Lo mismo para Ataque 77 y en algunos aspectos 2 minutos, irónicamente bandas de punk rock.

El rock rolinga también trajo un fenómeno social: se hizo evidente el fenómeno de las barra bravas y el de la pobreza en Argentina. También dejó una influencia para la música que vendría años más tarde, en especial para la cumbia villera, y para la música del momento, dando por ejemplo, a través de la influencia en el reggae, origen a un estilo que algunos medios llamaron "reggae stone".[64]

A fines de los años '90 el rock rolinga era calificado por la prensa de distintas formas, había sido calificado por la revista Rolling Stone (edición de Argentina) al cubrir un show de Los Piojos como un género que llegaría a fines de siglo como el único fenómeno musical que acaparara la atención[65]​ aunque en la misma revista en la crítica del disco No Security de la banda de Mick Jagger, decía que era una banda que no tenía riesgos musicales y que el disco era "más de lo mismo". La revista Madhouse, de un público under más punk y metalero, opinó en marzo del año siguiente que "ya estaban cansados de la franela stone y cualquier porquería que quisieran vender bajo el paraguas de movimiento rock", a la vez que felicitaban las críticas de Catupecu Machu.

Por lo que el rock rolinga, si bien gozó de un éxito rotundo, ya desde sus inicios fue criticado por un gran sector de la sociedad y de los músicos de la época.

Hubo críticas para la cultura "chabón" en general. La banda de punk rock Marzo de 76 había criticado la actitud "chabón" o barrial en el sentido que en el punk rock, cuando iban a tocar, en vez que el público se interiorizara con sus ideas, se emborrachaba y se peleaba en vez de escuchar la música. El cantante de Los Cafres opinó en la Rolling Stone de septiembre de 2008 que "la escena de reggae estaba dominada por la pose del reggae chabón, de la boludez del fasito y la remera de Marley". El término "reggae chabón" fue nombrado y criticado unas veces más.[66][67]​ Nuevamente, el término "punk chabón" aparecería: en el 2006, con motivo de la salida del disco Yo estuve ahí, nosotros también de Bulldog, el suplemento "No" del diario Página 12 calificó de esta forma la actitud de dicha banda en el arte del disco porque "implicaba un exceso de protagonismo popular, de cancha". La versión "cultura chabón" de la cumbia, la cumbia villera, recibió innumerables críticas.

La prensa especializada advirtió sobre el empobrecimiento en el lenguaje que el rock rolinga conllevaba,[68]​ y su carencia creativa y necesidad de hablar repetitivamente de temas que sus intérpretes creen prohibidos.[69]​ Claudio Díaz, autor de "Libro de viajes y extravíos: un recorrido por el rock argentino (1965-1985)", opinó que la música era cada vez más "tonta", que el aplanamiento del rock era parte de un "fenómeno general de empobrecimiento" relacionado con un cambio en las "coordenadas culturales" del rock y de la sociedad en general. Según sus propias palabras

"El rock de los ‘70 hasta los ‘80 estaba fuertemente anclado en lecturas literarias, poéticas y filosóficas, de una impronta muy vinculada a las vanguardias. Eso ahora no está. El mundo de referencias culturales, desde que se impone como dominante eso que se llama el rock chabón, es el barrio, el fútbol, la cerveza."

. En su libro "El rock perdido", Sergio Marchi sostuvo que con Patricio Rey y sus redonditos de ricota, los referentes del rock nacional se habían vuelto estereotipados: o bien criticaban la televisión y la farándula, o bien enzalsaban la vida cotidiana de los barrios, la tribuna y la calle, caso de bandas como Los Piojos y La Renga, que (según él) transformaron así a figuras como Fito Páez o Gustavo Cerati en "dinosaurios" o directamente en enemigos. Álvarez Núñez tiene una opinión más definitiva: "La crisis de hoy en día no es otra cosa que comodidad burguesa (‘si total a los pibes no les importa nada’) e incomodidad gerontocrática (‘el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos’)", apelando a Sigmund Freud para explicarlo: "El rock vive la pulsión de muerte como pocos estadios del arte, y como ciertos artistas se ven alejados de ese caudal de energía y sin sentido que es la juventud, terminan a la merced de una necesidad que los sobrepasa y angustia. Y para no perder el carro, ‘descarrilan’ haciéndose los ‘pendex’; ahí está la mirada irónica de los Decadentes en "Pendeviejo". El sociólogo Pablo Semán dijo que "El rock chabón es pobre, como la Argentina decadente".[70]​ Sergio Marchi, dueño de la página 10musica.com y experiodista musical, criticó al rock rolinga, entre otras cosas, por su falsedad, diciendo que sus intérpretes escondían su falta de talento diciendo que tocaban mal porque eran auténticos, que ellos creen que no saber tocar es un mérito, que creen que si saben tres tonos pueden armar una banda (según él, eso era el punk malentendido), que según la "filosofía del género", si no te tomás una cerveza en la esquina sos un careta, que el rock no nació para encarcelar sino para dar más libertad; aunque aclarando que "no la libertad de ir con una bengala prendida y tirarla en un lugar cerrado, sino la libertad de poder imaginarte un mundo distinto y poder generar arte a partir de esa idea".[71]Luis Alberto Spinetta argumentó que no le interesaba el género y que rescataba unos pocos músicos.[72]Gustavo Cerati criticó al rock chabón diciendo que los argentinos "habíamos estado exportando un producto netamente nuestro".[73]Fito Páez dijo crudamente que el rock chabón "tiene 193 muertos ahí por no revisar lo que hace y por todo lo que genera el manifiesto del barrio argentino; y por ser del palo y pensar la argentinidad desde la birome", que "Para esa gente, si te ponés a estudiar música sos p... o jazzero y, entonces, no sos del palo”.", y que "un pueblo que se funda en la ignorancia genera tragedias, y esta cosa tribal argentina es terrible y es asesina porque te deja en la ignorancia".[74]​ Los hermanos Fernando y Gabriel Ruiz Díaz, de Catupecu Machu argumentaron que era un género demagógico, que apelaba a letras que hablasen de drogas y vicios para vender, y que era hipócrita por el hecho de querer copiar a los Rolling Stones pero no comportarse como ellos.[75]Aprile Sosa, de Cuentos Borgeanos, dijo que el rock barrial es nefasto.[76]Diego Capusotto, en su programa de televisión "Peter Capusotto y sus videos", satirizó la imagen de la estrella de rock rolinga en su personaje "Pomelo", hecho que le valió palabras crudas por parte de Juanse, de Los Ratones Paranoicos, quien pensó que lo estaba imitando.[77]

Actualidad

Si bien el género no murió, y mantiene un éxito comercial, algunos consideran que se encuentra "debilitado", y hay medios que hablan de un "bajón stone".[78]​ Entre sus causas se encuentran el incendio del local bailable República Cromañón, la aparición de otros géneros musicales que acapararon la atención masiva (como la cumbia villera y el pop electrónico) y las actitudes de bandas que pertenecieron al género (separación o sacar discos que no fuesen de rock rolinga).

El género, no obstante, es el dominante aún en zonas como el oeste del conurbano bonaerense.

Ya por 1998, Último bondi a Finisterre, disco de Patricio Rey y los redonditos de ricota, decidía salirse de la típica pose barrial para adentrarse en la música electrónica. 4 años más tarde, esta banda se separaría. En el mismo año, se había criticado la actitud de Iván Noble de Los Caballeros de la Quema, de cortejar a la famosa modelo, actriz y cantante Natalia Oreiro. Cuatro años más tarde, la banda se separaría, Iván Noble comenzaría una carrera musical solista, y adoptaría actitudes y un modo de vida privada más semejante a la de un "burgués", como él mismo se describiese.

En febrero de 1999 dos personas murieron electrocutadas en el festival "Buenos Aires Vivo II", donde tocó Divididos; y mientras el show finalizaba, una serie de "pungas" (ladrones en lunfardo) pertenecientes a la tribu de los rolingas robaron amenazando con cuchillos.

Pero sería en los años 2000 que el género mostraría otros signos de decadencia.

En el 2000, Viejas Locas se separó. La banda siguiente del cantante, Intoxicados, mostraría un interés premeditado en los demás estilos musicales (por ejemplo: el disco No es solo rock&roll). Al mismo tiempo, Los Piojos también comenzaban a interesarse en otros estilos, como el candombe, el tango y el funk.

A fines del 2001, el fenómeno under de la cumbia villera se haría masivo a causa de la crisis económica Argentina. El mismo año, nacería Miranda!, banda del pop electrónico que años más tarde llegaría al éxito.

El 2002 fue un año negro para los géneros marginales en general (a excepción de la cumbia villera). A las separaciones de Los Caballeros de la Quema y Patricio Rey y los Redonditos de ricota se sumaron el apogeo de la cumbia villera, la muerte de exponentes del punk rock (que se sumaron a la de Joey Ramone el año anterior) como Ricardo Espinoza, Joe Strummer, Jhonny Ramone y Dee Dee Ramone.

En 2003, la cumbia villera continúa con masivo éxito, arraigado en las zonas más pobres del conurbano bonaerense. A partir de ese año, dicho género comenzaría en forma progresiva a perder peso comercial, al comenzar la serie de cambios que levantarían al país de la crisis, perder la rotación en las radios principales, y protagonismo mediático a través de la popularización de tribus urbanas como los floggers y emos. Desde mediados de año comienza a hacerse evidente el dominio de bandas alejadas de la temática barrial, como Divididos, Catupecu Machu, Árbol, Babasónicos, etc.

En 2004 se profundizaron estos cambios. Babasónicos, la banda perteneciente al "nuevo rock" que sobrevivió a la muerte de éste, comenzó a ser más y más exitosa con su pop electrónico, y tal ironía contribuyó a la decadencia del rock rolinga. Miranda! se haría famosa en el mismo año y, con su música (del mismo género que la de Babasónicos) también contribuiría. Otras bandas, como Catupecu Machu y Árbol, sacarían nuevos trabajos discográficos, los cuales (alejados de la temática y muy rotados por las radios) exhibirían la intención de las radios de mostrar melodías radiables. Intoxicados dejó en claro su desdén por el rock rolinga al sacar su nuevo disco.

A finales de ese año ocurrió la tragedia de República Cromañón, cuando tocabaCallejeros, banda de rock rolinga. Fue un duro golpe para el movimiento musical.

Los cambios siguieron y a la moda del pop electrónico de Miranda (que hasta dio origen a la tribu de los "alternos" o "alternitos") entre 2004 y 2007 se sumó la popularización de los fotolog.

En el 2007 las otras dos bandas del "nuevo rock" que sobrevivieron, Massacre y El Otro Yo, llegaron a la masividad tras comenzar a ser rotadas en las radios. Varias bandas mostraron nuevos trabajos discográficos que, al igual que los de 2004, carecían de relación alguna con los géneros marginales (Las Pelotas, Catupecu Machu, Kapanga y Árbol, entre ellas). Es el año del regreso de Soda Stereo, cuyo rotundo éxito comercial no tardó en evidenciar la vigencia del pop. Las bandas rolingas nuevas, como La Trifásica con su canción "La colo y el yoni", mostraron un interés en acercarse a las melodías radiables.

El surgimiento del metal de los años ‘90

Véase para mayor información Heavy Metal argentino

La última década del milenio fue muy productiva para el heavy metal nacional. En la Argentina siempre existieron bandas de metal: Billy Bond y la Pesada del Rock en los ‘60; Pescado Rabioso y Pappo’s Blues en los ‘70; V8, Riff y otras bandas en los ‘80. Pero estas nunca habían estado al frente del rock argentino (salvo riff, por la respetada carrera que traía pappo), sino que generalmente eran eclipsadas por otros géneros, y se mantenían en el undergound durante los ‘80. Esto cambió en los ‘90.

A comienzos de la década, Rata Blanca, Horcas, Hermética y Logos tenían carreras más que respetables. Rata Blanca tenía proyección internacional. Menos populares en el exterior y archirrivales de Rata Blanca (ambas formadas en 1987 cuando se separó V8) Hermética era, sin embargo, la más popular en casa. Horcas y Logos contaron con cierto éxito (aunque reducido a la escena del género), pero las bandas de metal más populares de los ‘90 fueron sin duda Rata Blanca y Hermética.

Los ‘90 también vieron el surgimiento de A.N.I.M.A.L. (Acosados Nuestros Indios Murieron Al Luchar). En sus canciones defendían a las comunidades aborígenes y el nacionalismo, mientras que también criticaban al actual orden mundial.[79]​ Su sonido combinaba el hardcore, el heavy metal y el thrash. La desaparición de Hermetica, dio como resultado el surgimiento de Almafuerte, una de las más populares de la actualidad. También en los ‘90 surgieron los hard rockers de La Renga, otra de las bandas más populares en la historia de Argentina.

Otros grupo importante de la década (en el underground) fue Tren Loco, quienes viajaron a Japón (algo no igualado por ninguna banda local), Lethal, Nepal, Imperio, Jeriko, Jason, Malon y O'connor.

Solistas, rock tropical y punk

Charly García

Los artistas solistas como Charly hacia tiempo que estaban establecidos como grandes figuras del mundo del rock nacional. Las dos grandes estrellas desde los ‘70 fueron (y son, con algunas inclusiones) Charly García y Luis Alberto Spinetta. Charly disfrutó de una prolífica década del ‘80, editando varios álbumes y con sus canciones convirtiéndose en clásicos absolutos del rock argentino. Sin embargo, también atravesó dos internaciones tras un par de colapsos nerviosos. Pero nada pudo pararlo: en 1992 se reunió con Serú Giran - llenando dos River y dejando el álbum doble en vivo Serú ‘92. En los años ‘90 Charly comenzó con su eslogan "Say No More", que con el paso del tiempo se convertiría en su "marca registrada". Spinetta tuvo una carrera algo más desigual, pero siempre contó con el cariño del público.

Pappo continuaba sacando discos mezclando blues y heavy; Miguel Mateos siguió siendo popular en Latinoamérica y España, aunque casi desapareció del panorama local. Mientras, León Gieco, mezclando folclore, música popular, rock y letras comprometidas socialmente, continuaba con su éxito.

Fito Paez

La carrera de Fito Paez siguió remontando vuelo. A comienzos de 1990, Páez hace pública su decisión de irse del país y sus palabras causan revuelo nacional. En 1992 lanzó El amor después del amor, álbum argentino que se convertiría junto a rockas vivas de la banda Zas de Miguel Mateos, en uno de los discos de rock más vendidos de todos los tiempos.[80]​ El título del disco tal vez no es casualidad: Fito acababa de finalizar una relación con la roquera Fabiana Cantilo, y estaba conociendo a la actriz Cecilia Roth. Con su álbum Páez se confirmó como estrella nacional e internacional. Mientras tanto, Andrés Calamaro disfrutaba de cierta popularidad como solista, pero hasta entonces no había logrado un éxito masivo. Calamaro deja la Argentina y se va a España, donde junto con Ariel Roth y otros conforman Los Rodríguez en 1991. Dos años después, el hit “Sin Documentos” le dio finalmente a Calamaro un éxito internacional que haría despegar su popularidad en España y, sobre todo, en la Argentina.

El rock tropical, fusión y de influencias latinas siguió creciendo. 1992 fue el año de “La Pachanga”: el single de los rosarinos Vilma Palma e Vampiros. Su popularidad invadió las radios a comienzos de los ‘90. Bandas como Los Auténticos Decadentes, que tuvieron un gran éxito en 1990 con “Loco (tu forma de ser)”, y Los Pericos reflejaron la tendencia. Los Fabulosos Cadillacs tuvieron un desplome a comienzos de los ‘90, después de haber cosechado elogios a finales de los ’80, pero regresaron al ruedo en 1994 con su disco Vasos Vacíos, que contaba con el mega-hit “Matador”. El single ganaría alcance internacional, ganando los premios MTV a vídeo del año[81]​ y logrando el 3° puesto de los mejores 100 videos MTV. También a comienzos de la década comenzó a tocar una agrupación caracterizada por su mezcla de rock tropical, algo de cumbia, la cantidad de miembros y, por supuesto, su carismático líder calvo: Bersuit Vergarabat. La Mosca también mostraría el crecimiento del género con su salto a la popularidad hacia mediados-finales de los ‘90.

El punk argentino contaría con una nueva ola de artistas en los años ‘90. Los Violadores habían dominado el punk de los 80, pero en los años ‘90 servirían como inspiración para los punks de Attaque 77 y Flema. Formados en 1986 y 1987 respectivamente, la llegada de Attaque a la masividad vendría de la mano de su clásico “Hacelo por Mí”. Flema nunca fue masivo, pero se convirtió en una banda de culto dentro de la escena del punk underground, entre otras cosas, gracias a su carismático líder anarquista Ricky Espinosa. Poco a poco Attaque 77 se convertiría en una de las superbandas del rock nacional (con su popularidad intacta hasta el día de hoy), sobre todo gracias a su combinación de punk con melodías pop y algunas baladas que le permitieron llegar a las FM. Otra banda del movimiento que surgió en los ‘90 es Dos Minutos, con un sonido punk enérgico. Otra banda de la escena seguía siendo Todos Tus Muertos. Fun People combinó el hardcore melódico con el punk y una actitud indie y anti-machista, además de contar con letras en su mayoría en idioma inglés, algo de veras infrecuente en el rock argentino. Los She Devils fueron pioneros de la escena Queercore en el país.[82]Cienfuegos, una banda de punk que venía tocando desde los ‘80, finalmente produjo algunos álbumes hacia mediados de la década.

El cisma de mediados de los ‘90

A mediados de los ‘90, se produjeron ciertas segmentaciones en el rock nacional que durarían hasta nuestros días.

Hacia 1996 el “Nuevo rock argentino” estaba perdiendo el rumbo. Para empezar, grupos como Los Siete Delfines y Peligrosos Gorriones perdieron popularidad. Al mismo tiempo, bandas como Massacre y La Portuaria se tomaron descansos de sus grabaciones y no volverían a sacar discos hasta los primeros años del nuevo milenio. La separación de Los Brujos en 1998, después de ocho años, dejo un gran vacío en la escena. Por otra parte, en 1996 se realizó el último festival "Nuevo rock argentino", que convocaba a las bandas más importantes del movimiento. El festival recién reaparecería en el 2000. Uno de los últimos grandes grupos del “nuevo rock nacional” de los ‘90 fueron los rap/roqueros de Actitud María Marta, quienes tuvieron su momento de fama en 1995. Babasónicos, Todos Tus Muertos y los Valderramas fueron algunas de las bandas del movimiento que lograron mantener su popularidad mientras se aproximaba el nuevo milenio.

1995 fue el año del último álbum de material original de Soda Stereo: el tranquilo y casi “chilloutSueño Stereo, un álbum por momentos mucho más electrónico que roquero, lo que sería un preludio de los primeros tiempos de Cerati como solista. Soda hizo su última gran gira internacional a través de EE.UU. y Latinoamérica, agotando las entradas en dondequiera que se presentara.[83]​ Su último concierto en Buenos Aires, el 20 de septiembre de 1997, donde llenaron el estadio de River con aprox. 70.000 personas, fue lanzado luego como un disco en vivo doble. Tal vez la banda más importante del rock argentino de los últimos 25 años se despidió de su público tocando el tema “De Música Ligera”, con sus últimas líneas –“Nada más queda...”- repitiéndose una y otra vez y con Cerati dando las gracias a todo su público. Fue uno de los momentos más emocionantes y más importantes del rock argentino, y cerraría toda una etapa.

En 1994 Los Redonditos de Ricota atraen a 80.000 personas para la presentación de Lobo Suelto, Cordero Atado durante dos noches en el estadio de Huracán.

Surgieron entonces las “bipolarizaciones”: la juventud Argentina se fue asociando con el rock suburbano o el rock underground. Y aún dentro de estos grupos había ciertas divisiones (como los rolingas en el rock suburbano y el rock sónico, punk o dark en el underground). Pero esas no eran las únicas “ramas” del rock nacional: También estaban los seguidores del metal, la creciente escena indie, los seguidores del rock tropical (en 1998, Kapanga recibe el premio revelación SI! de Clarín y el galardón Carlos Gardel también a la banda revelación). La cumbia villera como movimiento estallaría, junto con la crisis del 2001, en el nuevo milenio. Así comienza un nuevo período en la historia del rock nacional.

1998-2004: Rock argentino actual

A finales de los años ‘90 bandas como Bersuit Vergarabat, La Renga, Los Piojos, Divididos, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Las Pelotas,Intoxicados, Los Ratones Paranoicos, La Mancha de Rolando, Los Caballeros de la Quema, Villanos y otras bandas barriales dominaban las listas musicales. A estas bandas se les unió La Vela Puerca, una banda uruguaya más cerca del movimiento rolinga, dando origen al término “Rock rioplatense”, es decir, rock de la zona del Río de la Plata, para agrupar también a ciertas bandas uruguayas que compartían el sonido suburbano. El rock suburbano ha creado muy buenos discos y éxitos, pero sus críticos exclaman que muchas de esas bandas (sobre todo las de segunda línea) repiten simplemente la misma fórmula para vender álbumes, aunque hoy en día es destacable que estas bandas lograron un sonido propio, diferenciándose en gran medida del grupo que los había influenciado en primera instancia: The Rolling Stones.Confirmando la decadencia del rock argentino en el plano mundial.

Por otra parte, grupos como Bersuit Vergarabat, La Renga, Divididos, Los Piojos y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota han logrado superar hace tiempo sus limitaciones y se han convertido en grupos muy influyentes en el rock argentino moderno, y populares a nivel internacional. Las mejores bandas del género también cuentan con una inusual versatilidad para coquetear con distintos géneros como el tango, el folk, la música latina y el jazz, entre otros.

En abril de 2000, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota realizaron dos recitales en el estadio de River Plate; la asistencia al evento, más de setenta mil espectadores cada noche, lo convirtió en uno de los shows pagos más exitosos de Argentina y marcó, quizás, la cima de su celebridad. Sin embargo, en el 2002, tras prolongadas especulaciones sobre el futuro de la banda, se oficializó la separación de la banda con la presentación del primer trabajo como solista del guitarrista Skay Beilinson, A través del mar de los sargazos.

La escena underground estaba mucho más under que de costumbre a fines de los ‘90, pero, sin embargo era extremadamente creativa. Un estilo que logró cierto espacio fue el rock sónico, influenciado por bandas de los ‘80 como Virus y Soda Stereo. Algunas bandas del movimiento eran Babasónicos –que estaba en camino a ser una de las bandas de primera línea del rock nacional- y Juana La Loca. El último grupo ganó popularidad con su disco de 1997 Vida Modelo; mientras que el primero fue ganando más seguidores con cada nuevo álbum, hasta llegar a su disco Jessico (2001), calificado unánimemente como el mejor disco del 2001.[84]​ En la escena alternativa, El Otro Yo siguió ganando seguidores; al igual que un grupo llamado Catupecu Machu, que continuaría escalando posiciones. Santos Inocentes, a pesar de no llegar a la primera línea del rock nacional, mantendría sus fans en la escena under. Los Super Ratones volvieron a la escena alternativa con su disco de 2001, nominado al Grammy: Mancha Registrada.

En la escena del metal, Hermética se separó en 1995, dando origen a Almafuerte. Con un sonido más actualizado, Almafuerte pasó a la cabeza del metal nacional, junto con A.N.I.M.A.L. y Rata Blanca. Este último grupo continuó grabando y girando intermitentemente por países de Latinoamérica. O'Connor, exponente del metal clásico, salieron del underground a comienzos de los años dos mil, junto con Cabezones –banda de influencias darks- y Carajo. Una de las bandas más aclamadas por la crítica de la escena del metal es Los Natas. Originalmente un grupo de stoner rock, en sus últimos discos fue pasando a un sonido más experimental. Algunos han llamado a esta combinación de estilos –stoner rock, folk, psicodelia y space rock- Doom patagónico.[85]​ Si bien muchos músicos los consideran una de las propuestas “más interesantes y originales” del nuevo metal, todavía no han logrado acercarse al mainstream. La banda, por su parte prefiere denominarse como “rock libre”.[86]

El rock progresivo sinfónico ha tenido desde la última década un importante resurgimiento que aunque no deja de manifestarse como algo "under" muestra grandes exponentes a nivel nacional.

La Plata es una ciudad que dió muchas bandas de rock progresivo (Farenheith, Baalbek) y las sigue dando: Akenathon, Ünder Linden, Hexatónica, Quaker. En La Plata se realiza desde 2003 el festival SINFO PROG.

En el ámbito punk, Attaque 77 siguió siendo la banda insignia del género, acercándose más a un sonido pop-punk. Fun People además de girar por Europa, se ganó su propio culto, pero se separaron en el 2000. Muchas bandas punk nuevas aparecieron o se hicieron más populares, como Villanos, Expulsados, Cadena Perpetua, Smitten y Shaila.

En la escena del rock fusión, Bersuit Vergarabat se confirmó como la banda más importante del género y una de las más importantes de la Argentina. Su disco de 1998, Libertinaje, los catapultó a la fama y a giras por Europa y América. Su seguidor, Hijos del Culo (2000) fue doble-platino. Por el lado del reggae-rock, Los Pericos y Los Cafres dominaron la escena. El Ska tenía a Los Calzones y Kapanga, pero Los Fabulosos Cadillacs seguían siendo la banda más famosa del género, mezclando rock, ska, rap, reggae y música latina, hasta su separación. La Mosca y Dancing Mood convocaban a cada vez más gente. Illya Kuryaki and the Valderramas se separaron en 2001.

Archivo:Karamelo en cheka.jpg
Karamelo Santo en Rock For The People en La República Checa

Una banda nueva del género es Karamelo Santo, de la ciudad de Mendoza (al igual que Los Enanitos Verdes). La banda cuenta con un sonido bastante nuevo de rock, punk, ska, reggae y cumbia que le ganó la atención de la crítica. El grupo pasó la mayor parte del período 2001-2007 girando por Europa y América[87]​ y es la única banda que ha tocado en el Roskilde Festival (Dinamarca) [cita requerida].

Hacia fines de los ‘90 y principios del 2000, la popularidad de la cumbia villera, música preferida de las villas miseria, creció dramáticamente.[88][89]​ Las letras de la cumbia villera se pueden comparar con las del rap de EE.UU. (drogas, crimen, odio hacia los policías, pobreza, y la jerga de las villas) y su sonido está muy influenciado por, obviamente, la cumbia; pero también por el rap, el hip hop y, hacia 2005-2006, por el reggaeton (dando origen al cumbiatón[89]​). El género llegó a influir a algunas bandas de rock tropical o de rock suburbano. Durante su pico de popularidad (2001-2003) algunos hasta llegaron a hablar de que destronaría al rock. Sin embargo, esto no pasó: lo cierto es que la cumbia villera tuvo su momento como moda, pero hacia 2004 su popularidad comenzó a decrecer,[89]​ aunque quedó instalada definitivamente en los barrios más humildes.

La electrónica y la música dance también se han instalado en la Argentina, llegando a influir fuertemente al rock en los años dos mil, en grupos como Babasónicos. De hecho, el grupo más “de moda” de los últimos años, Miranda! es una combinación de techno-pop, algo de look glam e influencias de Virus. Es más, Ale Sergi, cantante de Miranda!, declaró que era un ferviente admirador de los Virus,[90]​ y en 2006 logró cumplir uno de sus sueños: Tocar en vivo con la banda pionera del synthpop en la Argentina.

Años recientes: Cromañón y festivales masivos

Puesto situado a metros de República Cromañón, con fotos de las numerosas víctimas.

En 2004 ocurró la mayor tragedia del rock nacional desde sus inicios: La noche del 30 de diciembre de 2004, el boliche bailable República Cromañón se incendió como consecuencia de una bengala, mientras tocaba la banda rolinga-suburbana Callejeros. Administrado por Omar Chabán -artista y hombre de negocios estrechamente relacionado con el mundo del rock- el incendio del boliche Cromañón significó la mayor tragedia del rock nacional en sus más de 40 años, ya que dejó un saldo de casi 200 muertos: casi todos jóvenes que habían ido a ver el recital, aunque también murieron familiares y amigos de los miembros de la banda. La repercusión y el escándalo que se armó a su alrededor duró años. A partir de la tragedia, decenas de lugares no habilitados para funcionar fueron cerrados o intimados, y el rock underground perdió lugares para tocar.[91]​ El rock en general sufrió una parálisis dado el aumento en las medidas de seguridad y en la clausura de locales.[92][93]​ Por otra parte, el rito de prender bengalas en los recitales del estilo se convirtió en un tabú.

En la primera mitad de la década, se han incrementado notablemente, tanto la cantidad de festivales dedicados completamente al rock nacional, como la visita de bandas internacionales. Si bien desde sus comienzos el rock nacional tuvo fastivales masivos, eventos como el Pepsi Music o el Cosquin Rock han aumentado considerablemente tanto su público como sus propuestas. Por ejemplo, el Pepsi Music son más de 10 días dedicados casi completamente al rock nacional, agrupado en días temáticos (“día reggae”, “día metalero”, “día punk”, etc.).[94]​ Al mismo tiempo, una vez superada la crisis, la Argentina ha vuelto a ver la visita de bandas internacionales del calibre de los The Rolling Stones, U2, The Strokes, Oasis, Deep Purple, Coldplay y Roger Waters, entre otros. Aunque sigue siendo un tema de controversia el alto precio de las entradas, consecuencia de la devaluación.[95]

A fines de 2004, el grupo La Renga realiza un multitudinario concierto en el Estadio del Club Atlético River Plate ante aproximadamente 74.000 espectadores,[96]​ y la gran convocatoria fue lograda prescindiendo de publicidad en los medios masivos de comunicación, apelando al "boca en boca" y el anuncio en su sitio oficial.

En 2005 murió otro de los próceres del rock nacional: Norberto Napolitano, "El Carpo" o simplemente Pappo, falleció como consecuencia de un accidente de tránsito la madrugada del 25 de febrero en la ruta 5 a la altura del kilómetro 71, en la localidad bonaerense de Luján. Sus restos fueron despedidos al día siguiente en el panteón de músicos de SADAIC, en el cementerio de la Chacarita (Capital Federal, Argentina) por sus seres queridos y por una multitud de fanáticos que no cesó de corear sus canciones y su nombre.

2006 fue el año de los solistas: Calamaro recibió la consagración definitiva por su carrera, con dos discos editados, dos discos tributo, un tema tributo hecho por el indio Solari (ex líder de los Redonditos de Ricota), recitales a sala llena, reunión con Ariel Roth para recordar a Los Rodríguez y miles de “mimos” y homenajes.[97][98]​ Por otra parte, fue el año del retorno de Cerati, con su disco Ahí Vamos, que ganó fama mundial. Mucho más roquero que sus otros trabajos solista, marca el retorno de Cerati a las guitarras, y la consagración internacional definitiva del ex Soda Stereo. Cerati ganó la encuesta Sí 2006 del diario Clarín a solista del año. León Gieco también vivió un buen año con la edición de un compilado con sus canciones. En 2006 también se festejó los 40 años del rock nacional, tomando como punto de partida el año de la edición del primer single, “Rebelde”, de Los Beatnicks, a pesar de que el rock se había iniciado algunos años antes.

En 2007, Soda Stereo anunció su regreso para una gira americana que incluirá 5 fechas en Argentina, en el estadio River Plate.

Durante el 17 de Noviembre, el trío de rock pesado La Renga realiza en el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires el recital pago con mayor cantidad de espectadores en la historia del país, con más de 100.000 personas.[99]​ Este año también se festejaron los 40 años del rock nacional, tomando como punto de partida el año de la edición del primer hit, “La Balsa”, de Los Gatos y tanto la revista Rolling Stone[100]​ como el sitio Rock.ar,[101]​ realizaron un listado de los 100 mejores álbumes y temas, respectivamente, de la historia del rock argentino.

Tendencias actuales

Como cualquier movimiento musical que cambia constantemente, es difícil definir con exactitud el panorama actual del rock nacional.

  • Por el lado alternativo, El Otro Yo, es el grupo insignia del movimiento junto a la innovadora Catupecu Machu, que hasta fue calificada en una ocasión como "la última gran banda de rock local".[102]Árbol también cuenta con cierto éxito, a pesar que, a causa de la salida de Eduardo Schmidt, se criticó a la banda por "carencia de ideas". Babasónicos es sin duda la más famosa y mainstream, dejando de lado el sónido sónico de sus primeros discos para acercarse al pop con matices electrónicos. La Portuaria regresó en el 2006 con un nuevo disco y una canción en colaboración con David Byrne.
  • La escena indie está cargada de nuevas bandas que esperan saltar a la masividad. En 2006 y 2005 llamaron la atención bandas como Mataplantas, Estelares, Bicicletas, Adicta, Él Mató a un Policía Motorizado e Interama. Entre Ríos fue una de las bandas precursoras del movimiento indietronico y aparecieron brevemente en los medios cuando una de sus canciones se utilizó para la publicidad de una famosa marca de cerveza. La escena indie también cuenta con bandas del rock sinfónico, como Pez, y Piter Marton & Lucifer. Por el lado del Post-rock, Bauer lleva la posta. Por otra parte, el sello «Estamos Felices» agrupa algunas de las bandas más importantes de la escena indie porteña -incluyendo a varios de los desprendimientos de Jaime Sin Tierra-, como Coiffeur, Bicicletas, El Robot Bajo el Agua, Humo Del Cairo y otros. También surgen diversos sellos discográficos virtuales, como por ejemplo Mamushka Dogs Records, dónde se destacan las bandas Go-Neko!, Atrás Hay Truenos, The Baseball Furies, Prietto Viaja al Cosmos con Mariano y Banda de Turistas.

Canciones más destacadas del rock argentino

Existen dos listas de amplia difusión referidas a las 100 canciones más destacadas del rock argentino, la realizada en conjunto por la cadena MTV y la revista Rolling Stone {Argentina}, y la realizada por el sitio web Rock.com.ar.

Teniendo el cuenta las diez primeras de ambas listas:

La realizada en 2002 por la cadena MTV y la revista Rolling Stone de Argentina[103]​ ubica en los diez primeros lugares a las siguientes temas:

MTV y Revista Rolling Stone {Argentina}
Posición Canción Autor Artista
La balsa Litto Nebbia y Tanguito Los Gatos
Muchacha ojos de papel Luis Alberto Spinetta Almendra
Rasguña las piedras Charly García Sui Géneris
De música ligera Gustavo Cerati Soda Stereo
Jijiji Skay Beilinson y el Indio Solari Los Redonditos de Ricota
Sólo le pido a Dios León Gieco León Gieco
Presente (El momento en que estás) Ricardo Soulé Vox Dei
Fernando Barrientos
Seminare Charly García Serú Girán
Y dale alegría a mi corazón Fito Páez Fito Páez
10º Matador Flavio Cianciarulo Los Fabulosos Cadillacs

El realizado por el sitio Rock.com.ar en 2007, en ocasión del 40º Aniversario del lanzamiento de La Balsa (Las 100 de los 40),[104]​ ubica en los diez primeros a los siguientes temas:

Rock.com.ar
Posición Canción Autor Artista
Cerca de la revolución Charly García Charly García
Muchacha ojos de papel Luis Alberto Spinetta Almendra
Mariposa Pontiac (Rock del país) Skay Beilinson y el Indio Solari Los Redonditos de Ricota
De música ligera Gustavo Cerati Soda Stereo
La balsa Litto Nebbia y Tanguito Los Gatos
El 38 Diego Arnedo y Ricardo Mollo Divididos
Pistolas Los Piojos Los Piojos
Yo vengo a ofrecer mi corazón Fito Páez Fito Páez
Eiti Leda Charly García Serú Girán
10º Sólo le pido a Dios León Gieco León Gieco


La revista Rolling Stone,[105]​ hace referencia a los diez discos más sobresalientes grabados en vivo del rock argentino desde el año 1985 hasta el año 2005. Iniciando con Zas, la banda de Miguel Mateos y el álbum Rockas vivas en primer lugar, Los Abuelos de la Nada en el Ópera en segundo, Vivo por Virus en tercero, Riff en acción en cuarto puesto, seguido en el quinto puesto de Ruido Blanco de Soda Stereo, en el sexto puesto Yo no quiero volverme tan loco por Serú Girán, seguido de Endirecto por Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en el séptimo escalòn. Continua De la cabeza con Bersuit en el puesto número ocho. En el noveno puesto, Exacta de Luis Alberto Spinetta, y finalizando en el puesto número diez con el álbum Insoportablemente vivo de La Renga. Esta lista se decidió mediante una votación abierta por medio de la revista Rolling Stone.

Referencias

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  9. Cosse, Isabella. Cultura y sexualidad en la Argentina de los sesenta: usos y resignificaciones de la experiencia transnacional (2007), Estudios Interdisciplinarios de América Latina y El Caribe. Buenos Aires, Tel Aviv University;
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