Jacobo Árbenz

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Jacobo Árbenz Guzmán

Coronel Jacobo Árbenz [Nota 2]


Ministro de la Defensa Nacional
1945-1951
Presidente Juan José Arévalo


25°. Presidente de la República de Guatemala
15 de marzo de 1951-27 de junio de 1954
Canciller Luis Cardoza y Aragón
Predecesor Juan José Arévalo
Sucesor Carlos Enrique Díaz de León

Información personal
Apodo

El Chelón

  • El soldado del pueblo
  • Coronel Morfina[Nota 1]
Nacimiento 14 de septiembre de 1913 Ver y modificar los datos en Wikidata
Quetzaltenango (Guatemala) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 27 de enero de 1971 Ver y modificar los datos en Wikidata (57 años)
Ciudad de México (México) Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Cementerio General de la Ciudad de Guatemala Ver y modificar los datos en Wikidata
Residencia Casa Presidencial de Guatemala Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Guatemalteca
Religión Iglesia católica Ver y modificar los datos en Wikidata
Características físicas
Ojos Negro Ver y modificar los datos en Wikidata
Cabello Rubio Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Cónyuge María Cristina Vilanova
Hijos Arabella, Leonora y Jacobo Árbenz Vilanova
Educación
Educado en Escuela Politécnica Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación militar
Años activo desde 1932
Rama militar Ejército de Tierra de Guatemala Ver y modificar los datos en Wikidata
Rango militar Coronel Ver y modificar los datos en Wikidata
Conflictos Revolución de 1944 en Guatemala Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido político PAR - Renovación Nacional (RN)
Sitio web
Distinciones
Firma

Juan Jacobo Árbenz Guzmán (Quetzaltenango, Guatemala, 14 de septiembre de 1913 – Ciudad de México, 27 de enero de 1971) fue un militar y político guatemalteco que fue Ministro de la Defensa Nacional (1944-1951) y presidente de Guatemala (1951-1954). Perteneció al grupo de militares que protagonizaron la revolución de 1944. Es conocido como el «soldado del pueblo».[1]

Fue derrocado por un golpe de Estado dirigido por el gobierno de Estados Unidos, con el patrocinio de la United Fruit Company y ejecutado por la CIA mediante la operación PBSUCCESS, que lo sustituyó por una junta militar encabezada por el coronel Carlos Castillo Armas.[2]​ Fue acusado de comunista por atacar los intereses de los monopolios fruteros norteamericanos[Nota 3]​ y por dar cabida entre su círculo íntimo de asesores a los miembros del Partido Guatemalteco del Trabajo, que era el partido comunista de Guatemala.[3]​ Tras el golpe de estado, tuvo que salir a un tortuoso exilio donde se separó de su esposa e hijos, sufrió una férrea campaña de desprestigio orquestada por la CIA y su hija Arabella se suicidó en Colombia en 1965; finalmente, murió en México en 1971.

Biografía

Jacobo Árbenz Guzmán nació en la ciudad de Quetzaltenango, en 1913. Sus padres fueron Jacobo Árbenz, un inmigrante suizo alemán y Octavia Guzmán, guatemalteca. Su padre llegó a Guatemala en el año 1901, tenía un negocio de farmacia en la Ciudad de Quezaltenango. Su familia pertenecía a la clase alta y era relativamente rica; su infancia fue descrita como «cómoda».[4]​ Cuando el negocio se vino abajo, su padre trabajó de administrador de una pequeña finca, propiedad de un inmigrante alemán que residía en la zona.

Árbenz estudió la secundaria en Quetzaltenango, en el colegio de María Bennett de Rölz.[5]​ Quería ser economista o ingeniero, pero desde que la familia ya no tenía dinero, no podía permitirse el lujo de estudiar en la universidad. La disponibilidad de una beca de estudios para los cadetes militares abrió la posibilidad de estudiar en la Escuela Politécnica. Se registró pasando todos los exámenes de admisión, y entró como cadete en 1932.[4]

Árbenz se destacó en la academia militar y fue considerado «un estudiante excepcional». Ocupó el puesto de «sargento primero» de la Compañía de Caballeros Cadetes, el cual era considerado un gran honor que, entre los años de 1924 y 1944, solamente seis cadetes habían alcanzado obtener. Sus capacidades le valieron un inusual nivel de respeto entre los oficiales de la escuela, incluyendo el mayor John Considine, el entonces director estadounidense de la Escuela Politécnica. Árbenz se graduó en 1935.[4]

En el año de 1937, después de haberse graduado, fue llamado para servir en la Escuela Politécnica como Instructor. En cuanto a sus oficios como oficial del Ejército, se desempeñó mayormente en el Fuerte de San José de Buena Vista, en la Ciudad capital y en San Juan Sacatepéquez. Allí conoció las duras condiciones de vida de la población indígena y las formas en las cuales operaba el trabajo forzoso, siendo los indígenas los sometidos. No solo le tocó cuidar cuadrillas de indígenas destinadas al trabajo forzoso en algunas fincas, sino también el cuidado de presos políticos dedicados también a este tipo de trabajos.[4]

Fue en 1938 cuando conoció a María Cristina Vilanova, una salvadoreña perteneciente a la aristocracia. Un año más tarde, teniendo él 26 y ella 24 años de edad, contraen matrimonio, en oposición de los padres de la novia, pues estos pensaban que el joven oficial no le podría dar la misma calidad de vida que otros pretendientes podrían.[4]​ Árbenz tuvo tres hijos, Arabella, Leonora y Jacobo. En 1943, Árbenz ascendió al grado de capitán y comandó la Compañía de Caballeros Cadetes. Era entonces un oficial distinguido y le describían como un líder nato.

Árbenz actuó como triunviro de la Junta de Gobierno y después fue Ministro de la Defensa durante el gobierno de Juan José Arévalo y, finalmente, fue Presidente de Guatemala de 1951 a 1954.

Participación en la Junta de Gobierno

Archivo:Guatearbenz0870.JPG
Pintura mural en Ciudad de Guatemala en memoria de Jacobo Árbenz

Después de la Revolución de Octubre de 1944, con el derrocamiento de Federico Ponce Vaides, sucesor de Jorge Ubico Castañeda, el capitán Jacobo Árbenz Guzmán, Jorge Toriello Garrido y el mayor Francisco Javier Arana formaron la Junta de Gobierno.[6]​</ref>

La junta legisló por medio de decretos que pretendían una modernización del Estado. Una de las cosas más importantes en el ámbito jurídico y político que realizaron fue la convocatoria a una Asamblea para que elaborara una nueva Constitución, para lo que se realizaron elecciones libres.

Se convocó a una Asamblea Nacional Constituyente y se redactó una nueva Constitución Política en 1945 en la cual se incluyó:

El triunvirato convocó a elecciones para elegir Presidente de la República. Las elecciones se llevaron a cabo en diciembre de 1944, resultando ganador el doctor Juan José Arévalo. El gobierno del Doctor Arévalo se consolidó y dirigió los destinos de la nación con algunos connatos de insurgencia, que se comenzaban a dar.

Gobierno de Juan José Arévalo

Poder judicial

Durante el gobierno de Arévalo se intentó cambiar las estructuras judiciales arcaicas, consolidadas por el mantenimiento de las viejas prácticas de manipulación, sumisión y formalismo[Nota 4]​. La rápida incorporación de nuevos derechos, la aparición de un Parlamento legítimo y la dinámica revolucionaria generaron tensión en un sistema judicial, quizás dispuesto a acompañar el proceso pero que se encontraba atrapado en los vicios de su estructura colonial. La creación del Código de Trabajo fue un logro evidente, pero también mostró que el sistema judicial tenía problemas para ajustarse a la rapidez del cambio.[7]

Ejército

Entre las reformas que se pusieron en marcha desde la caída del gobierno de Ponce Vaides y que se trataron de consolidar con la Constitución de 1945, la reestructuración del Ejército tuvo gran trascendencia: la suspensión del generalato, decretada desde los primeros momentos del triunfo del movimiento revolucionario, simbolizó esta transformación, que se completó con una inquietud por modernizar, profesionalizar e institucionalizar el Ejército. Por primera vez en la historia del país una Constitución concedió todo un capítulo y 13 artículos al tema del Ejército, asentando un modelo que sería retomado en las Constituciones posteriores. La norma constitucional estableció una reorganización del Ejército que resultó compleja y no siempre operativa: buscaba confirmar la autonomía funcional que por primera vez se le confería. Creó el Consejo Superior de la Defensa Nacional, órgano de consulta y colegiado, constituido por 15 miembros, algunos por elección y dentro de los cuales no se incluía al presidente de la República, a pesar de considerársele comandante en jefe del Ejército.[8]

Los cargos superiores y operativos del Ejército eran:

  • Jefe del Estado Mayor del Ejército: designado por el Congreso de la República a propuesta del Consejo Superior de la Defensa Nacional
  • Ministro de la Defensa Nacional: Árbenz fungió como Ministro de la Defensa durante el gobierno de Arévalo. Fue el primer ministro de esta cartera, pues la misma anteriormente se llamaba «Ministerio de la Guerra».

Entre ambos líderes se generaron no pocas rivalidades durante los diez años de vigencia de la Constitución de 1945, como las que opusieron al mayor Francisco Javier Arana, jefe del Ejército y líder de la derecha hasta su asesinato en 1949, al coronel Jacobo Árbenz Guzmán, ministro de la Defensa en ese tiempo, y líder de la izquierda. Por otra parte, algunas interpretaciones han insistido en que fueron precisamente el status jurídico y la estructura organizativa que la Constitución de 1945 reconoció al Ejército los factores que determinaron que la oficialidad entrara de lleno en el juego político. En este sentido, las votaciones para integrar el Consejo Superior de la Defensa Nacional y el propio carácter de este órgano, impulsaban la discusión para la toma de decisiones sobre la política militar que debía adoptar el Ejército de Guatemala y lo convertían en un estamento deliberativo.[8]

Aun cuando la nueva regulación pudo haber contribuido al incremento del peso político del Ejército en el país, los cambios que se produjeron en la sociedad guatemalteca y en el contexto internacional durante aquellos años generaron entre muchos oficiales la sensación de su peso político frente a la debilidad del Estado y del resto de organizaciones partidistas y sociales.[9]

Encuentro inicial con José Manuel Fortuny

En el otoño de 1947, luego de que Árbenz como Ministro de Defensa se opusiera a que varios obreros fueran deportados tras acusárseles de comunistas intrigó al antiguo miembro del Frente Popular Libertador, José Manuel Fortuny por lo inesperado de dicho comportamiento, y éste decidió visitarlo, descubriendo en aquella entrevista «a un hombre distinto del estereotipo del militar» centroamericano. A ese primer encuentro siguieron otros hasta que el propio Árbenz invitó a Fortuny a su casa, donde las discusiones y conversaciones se hicieron comunes prolongándose habitualmente por horas. Al igual que Árbenz, Fortuny estaba inspirado por un fiero nacionalismo y un ardiente deseo de mejorar la suerte del pueblo guatemalteco; como Árbenz, buscaba respuestas en la teoría marxista. Se trató de una relación que sólo tendría con María Vilanova; José Manuel Fortuny sería su amigo más cercano.[10]

Muerte del coronel Arana

Así lucían el Parque Central y el Palacio Nacional de Guatemala durante el gobierno del coronel Árbenz.

El teniente coronel Francisco Javier Arana murió en un enfrentamiento armado contra militares de civil que quisieron prenderlo el 18 de julio de 1949, en el Puente de la Gloria, en Amatitlán, a donde se había dirigido en compañía de su asistente y del comandante de la base aérea La Aurora a requisar armamento que había sido incautado unos días antes.[11]​ Existen diferentes versiones sobre quienes lo emboscaron, y de quienes ordenaron el ataque; Árbenz y Arévalo han sido acusados como autores intelectuales de un intento de sacar a Arana de Guatemala, pero este reaccionó violentamente y fue muerto durante el intento de secuestro.[12]

La muerte del teniente coronel Arana es de crítica importancia en la historia de Guatemala, pues fue un evento pivotal en la historia de la revolución guatemalteca: su muerte no sólo abrió las puertas a la elección del coronel Árbenz como presidente de la república en 1950 sino que también provocó una aguda crisis en el gobierno del doctor Arévalo Bermejo, quien se vió enfrentado contra un ejército que había sido fiel al mayor Arana, y a grupos civiles que aprovecharon la ocasión para protestar fuertemente contra su gobierno.

Antecedentes

Las prerrogativas y beneficios económicos que recibieron los mandos militares por parte de los Gobiernos revolucionarios, así como las lisonjas y el interés de ciertos dirigentes políticos por acercarlos a sus posiciones, acrecentaron las ambiciones de algunos para acercarse al poder político o al poder económico, lo que produjo divisiones y conflictos al interior del Ejército.[13]​ En 1947 el Dr. Arévalo, en compañía de un amigo y dos bailarinas rusas que estaban de visita en Guatemala, tuvo un terrible accidente automovilístico en la carretera a Panajachel: cayó al barranco y quedó gravemente herido, mientras que todos sus acompañantes murieron.[14][15][16]​ Los dirigentes del partido oficial suscribieron un pacto con el teniente coronel Arana, en el que éste se comprometía a no intentar ningún golpe de estado contra el presidente convaleciente, a cambio de que los partidos revolucionarios apoyarían a Arana como su candidato oficial en las siguientes elecciones.[Nota 5]​ Sin embargo, la recuperación del robusto presidente fue casi milagrosa y pronto pudo hacerse cargo del gobierno nuevamente.[Nota 6][17]​ Arana había aceptado este pacto porque quería ser conocido como un «héroe demócrata» de la sublevación contra Ponce y creyó que el «Pacto del Barranco» garantizaría su posición cuando llegara el momento de las elecciones a presidente.

Arana era una persona muy influyente en el gobierno de Arévalo, y había logrado ser nominado como el siguiente candidato a la presidencia, por delante del capitán Árbenz, a quien se le dijo que por su corta edad[Nota 7]​ no tendría problema en esperar su turno para las elecciones siguientes.[18]

Elecciones de 1950

Para la campaña electoral de 1950, Árbenz le pidió a Fortuny que escribiera algunos discursos. El tema central de los mismos era la reforma agraria, el «proyecto preferido» de Árbenz. Compartieron la holgada victoria en los comicios de finales de 1950 y, de allí en adelante, las tareas de gobierno. Mientras buena parte de los dirigentes de la coalición oficialista se disputaban arduamente la cercanía con el presidente buscando beneficios personales, los líderes del Partido Guatemalteco del Trabajo, y especialmente Fortuny, eran los consejeros más cercanos de Árbenz y constituían su gabinete privado.[10]

Un video que recopila la multitudinaria afluencia de personas a los mitines electorales de Árbenz se encuentra en YouTube: Campaña Presidencial de Jacobo Árbenz, 1950.

Gobierno de Jacobo Árbenz

Mapa de rutas de la «Flota Blanca» de la United Fruit Company, la cual tenía el monopolio del transporte de carga y pasajeros hacia y desde Puerto Barrios en Guatemala.

Llegó al poder después de ganar las elecciones que se desarrollaron en la República de Guatemala, en el año de 1950. Fue apoyado por los partidos Renovación Nacional y Acción Revolucionaria de la Capital y el partido Integración Nacional de Quetzaltenango. Los obreros, campesinos, maestros y estudiantes le dieron todo su respaldo, ganando el proceso eleccionario.

Cuando inició su gobierno, los guatemaltecos parecían condenados a no prosperar. En 1950, el 76% de los habitantes poseían menos del 10% de las tierras; mientras que un 2.2%, el 70%. La United Fruit Company era dueña de más del 50% de las tierras cultivables del país, de las que únicamente cultivaba el 2.6%; y los campesinos tenían sueldos miserables. Por otra parte, desde el gobierno de Manuel Estrada Cabrera existían monopolios norteamericanos de empresas subsidiarias de la UFCO y que se dedicaban al transporte de carga por ferrocarril y vapores, los que salían de Puerto Barrios, Izabal, puerto controlado por la «frutera». Asimismo, controlaban la generación de la electricidad, los teléfonos y telégrafos del país. Estas empresas no pagaban ningún tipo de impuesto por el uso de los recursos nacionales, gracias a las generosas concesiones otorgadas por Estrada Cabrera, y ratificadas por los gobiernos de José María Orellana y Jorge Ubico.[19]

Dado que Árbenz era de tinte izquierdista nacionalista, dijo en su discurso inicial:

«Nuestro gobierno se propone iniciar el camino del desarrollo económico de Guatemala, tendiendo hacia los tres objetivos fundamentales siguientes: convertir nuestro país de una nación dependiente y de economía semicolonial en un país económicamente independiente; convertir a Guatemala de país atrasado y de economía predominantemente semifeudal en un país moderno y capitalista; y hacer que esta transformación se lleve a cabo en forma que traiga consigo la mayor elevación posible del nivel de vida de las grandes masas del pueblo.»
Como una muestra del repudio por las concesiones hechas por el gobierno de Manuel Estrada Cabrera a la United Fruit Company, en 1952 el gobierno arbencista mandó dinamitar el Templo de Minerva que Estrada Cabrera había construido en el Hipódromo del Norte para celebrar sus Fiestas Minervalias en honor a la Juventud Estudiosa.

En base a su plan de gobierno, realizó lo siguiente:

  1. Promulgó el Decreto 900, para expropiar los terrenos ociosos de la UFCO.
  2. Inició la construcción de la carretera al Atlántico.[Nota 8]
  3. Inició la construcción del puerto Santo Tomás de Castilla en donde se encontraba el puerto Matías de Gálvez, para competir con Puerto Barrios, puerto controlado por la UFCO.
  4. Inició los estudios para la planta de generación Jurún Marinalá, para competir con la empresa eléctrica en manos de norteamericanos.[19]

Sin embargo, las tensiones políticas y la polarización ideológica se exacerbaron con la toma de posesión del izquierdista Árbenz. Las reformas que su gobierno llevó a cabo, destacadamente la agraria, acrecentaron la polarización ideológica y la lucha política interna, en un marco internacional cada vez más cargado por las tensiones del enfrentamiento Este-Oeste (véase: la Guerra Fría). En este contexto también se incrementó la división y la radicalización de los revolucionarios, estimulada por su heterogeneidad político-social.[20]​ Por otra parte, el sistema judicial tenía problemas para ajustarse a la rapidez del cambio iniciado por las reformas de Arévalo, lo cual se hizo más evidente y grave a raíz de los conflictos generados por la reforma agraria impulsada por Árbenz, ya que ésta que implicaba afectar intereses económicos, sociales y políticos de gran envergadura.[7]

Reforma agraria

Mapa de los ramales ferroviarios en Guatemala y El Salvador, los cuales eran propiedad de la IRCA, la subsidiaria de la UFCO que controlaba el ferrocarril en ambos países, mientras el único puerto en el Atlántico era controlado por la Great White Fleet, marina mercante también propiedad de la UFCO.

El 17 de junio de 1952, el gobierno de Árbenz aprobó el Decreto 900, o «Ley de la Reforma Agraria».[21]

Decreto 900 del Congreso de Guatemala
Archivo:Jacobo Arbenz 1951 (cropped).jpg y Jacoboarbenz1950.jpg

Tipo de texto Decreto legislativo
Formato 47 páginas
Idioma Español
Texto Preámbulo y seis títulos con 107 artículos. Fecha y lugar.
Función La Reforma Agraria de la Revolución de octubre tiene por objeto liquidar la propiedad feudal en el campo y las relaciones de producción que la originan para desarrollar la forma de explotación y métodos capitalistas de producción en la agricultura y preparar el camino para la industrialización de Guatemala.
Autor(es) Congreso de la República de Guatemala, constituido en 1951 en Ciudad de Guatemala.
Creación 17 de junio de 1952
Promulgación 18 de junio de 1952
Signatario(s) Presidente de Guatemala: Jacobo Árbenz, Ministro de Economía y Trabajo: Roberto Fanjul, presidente y secretarios del Congreso de Guatemala.
Derogación 27 de junio de 1954
Ubicación Guatemala Guatemala, Ciudad de Guatemala. Archivo del Congreso de la República de Guatemala.
Encontrado en Documentos del Congreso de la República de Guatemala: Decreto 900

Las fincas menores de 90 hectáreas no estaban afectadas por la ley, ni las de menos de 200 hectáreas que estuviesen cultivadas, al menos en sus dos terceras partes. Tampoco las grandes propiedades en producción, cualquiera fuera su tamaño; pero al prohibirse el colonato y la aparcería, se intentaba obligar a los terratenientes a invertir en salarios. Durante los 18 meses de aplicación de la reforma agraria, se repartieron entre 603 y 615 hectáreas de tierras particulares (10% del total de dichas propiedades); 280 mil hectáreas de tierras nacionales; y se concedieron créditos para apoyar la producción. A la compañía bananera United Fruit Company (UFCO), que mantenía sin cultivar el 85% de sus 220 mil hectáreas, se le expropiaron 156 mil hectáreas; es decir el 64% de su superficie.[Nota 9]​ Los terratenientes afectados recibieron un pago en bonos del Estado, según el valor fiscal de la propiedad reportado durante los tres años anteriores (en general cifras drásticamente subvaluadas por ellos mismos para reducir el pago impuestos al fisco) con una tasa anual de interés del 3%. Para 1954 se habían beneficiado más de 138 mil familias campesinas, de las cuales la inmensa mayoría eran indígenas. Esto podía traducirse en un estimado de medio millón de personas, para un país que contaba con tres millones de habitantes. Más de la mitad de los beneficiarios obtuvieron también créditos agrícolas.[22]

La aplicación del referido programa representó un fuerte desafío a la estructura de poder tradicional en el campo, no sólo por la reestructuración de la tenencia de la tierra, sino porque la Ley de Reforma Agraria impulsó la organización de Comités Agrarios Locales en cada finca, favoreciendo que se crearan estructuras de poder local alternativo. La reforma se canalizó a través de dichos comités, cuyo número hasta diciembre de 1953 era de 1,496. Muchos estuvieron influidos por el comunista Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), aunque adquirieron dinámicas propias en los ámbitos locales. Algunos se constituyeron en foros activos de participación democrática en una época caracterizada por una gran efervescencia política; otros se derivaron en espacios de conflicto y corrupción.[9]

Pero hubo numerosos problemas con la Reforma Agrafia: A pesar de que la intención de los promotores de enajenar únicamente las tierras ociosas de las grandes fincas, en muchas regiones las comunidades intentaron resolver viejos conflictos locales a través de ella. Asimismo, se produjeron denuncias y ocupaciones de tierras no afectables, así como casos de irregularidades en la distribución de las parcelas. Episodios de esta índole fueron consecuencia, entre otras razones, de la deficiente información que existía sobre la ley, de su errónea comprensión o interpretación por parte del campesinado, de la falta de experiencia de la incipiente organización campesina y de la politización del proceso en su conjunto. A las tensiones que desató la Reforma Agraria deben sumarse los problemas provenientes de un sistema judicial incapaz de aplicar la ley y de resolver los conflictos derivados de su aplicación: los conflictos entre los diferentes sectores llegaron a su punto culminante en un enfrentamiento entre el Ejecutivo y la Corte Suprema de Justicia; la confrontación se produjo debido a un recurso de amparo que finalmente aceptó la Corte Suprema de Justicia y que llevó a la destitución de ésta por parte del Congreso.[Nota 10]​ Finalmente, se generaron importantes temores entre los grandes propietarios, así como en determinados sectores medios urbanos y rurales, pues al sentir amenazados sus intereses se unieron a la campaña que identificaba los cambios sociales con una orientación político-ideológica del régimen hacia el comunismo.[23]

Construcción de la Carretera al Atlántico y el Puerto Santo Tomás de Castilla

A fin de establecer la infraestructura física indispensable para viabilizar el desarrollo capitalista «independiente» y nacional, que permitiese deshacerse de la dependencia extrema de los Estados Unidos de América y rompiese los monopolios norteamericanos que operaban en el país, básicamente los de la economía del enclave bananero, comenzó la planificación e inicio de la construcción de la carretera al Atlántico, la cual tenía por objeto competir en el mercado con el monopolio en los transportes terrestres ejercido por la «frutera», a través de otra de sus subsidiarias, la International Railways of Central America (IRCA) y que tenían la concesión desde 1904, cuando se las otorgó Manuel Estrada Cabrera. La construcción de la carretera al Atlántico se inició por parte del Departamento de Caminos del Ministerio de Comunicaciones y Obras Públicas, colaborando el batallón de ingenieros del ejército. La forma planeada era construirla paralela a la línea férrea, en la medida de lo posible. La misma función competitiva ejercería la construcción y posterior funcionamiento de un Puerto Nacional en el Atlántico, Santo Tomás de Castilla, con Puerto Barrios también propiedad del monopolio de Boston.[Nota 11][24]

Hidroeléctrica nacional Jurún Marinalá

La central Jurún Marinalá fue planificada durante el gobierno de Árbenz para competir con la generación de la Empresa Eléctrica de Guatemala, que en ese tiempo era de capital norteamericano y utilizaba petróleo extranjero en vez de los recursos naturales de Guatemala. Fue concluida durante el gobierno de Julio César Méndez Montenegro y se encuentra ubicada en la aldea Agua Blanca, interior de la finca El Salto, departamento de Escuintla, clasificada como una central de regulación diaria.

La hidroeléctrica Jurún Marinalá se planificó como una primera hidroeléctrica nacional para competir con el monopolio energético de la Empresa Eléctrica, subsidiaria de la Electric Bond and Share (EBASCO), que sin considerar las necesidades nacionales, no utilizaba los recursos hidráulicos del país, sino que generaba energía con plantas accionadas con combustibles importados, creando una sangría de divisas. Para el desenvolvimiento agropecuario, agroindustrial e industrial del país y en general para todas las actividades productivas era imprescindible, en el contexto de un proyecto de desarrollo capitalista, un aumento de la producción energética, incrementando la capacidad de generación, a menores costos.[24]

Minería

La Compañía Minera de Huehuetenango extraía plomo en minas de San Miguel Acatán, desde finales de la década del 40. La compañía integraba el Grupo minero Hoover, cuya cabeza era Allan Hoover, hijo del expresidente de Estados Unidos, Herbert Hoover. Allan Hoover, también era presidente de la Minera de Guatemala, la cual extraía plomo en las minas de Caquipec, en el municipio de San Juan Chamelco, Alta Verapaz. William Jolly Hill, vicepresidente de la Minera de Huehuetenango entre 1950-1954 quien firmó el contrato entre la minera y el Ministerio de Economía, dando lugar al Decreto del Congreso de la República 076015, el cual sirvió para regular la explotación de las minas en Guatemala. Entre los capitalistas guatemaltecos vinculados a la Minera de Huehuetenango se encontraba Alejandro Arenales, un abogado de las familias elites cafetaleras del siglo XIX, tenía una estrecha relación con los Skinner Klee, otra familia de abogados y cafetaleros y diplomáticos guatemaltecos.[25]​ La explotación de plomo llegó a ser vital para los estadounidenses, que anunciaron un contrato con la Minera de Huehuetenango por 26250 toneladas adicionales de lingotes de plomo para entre a cinco años, empezando en 1954; el contrato establecía financiamiento de cuatrocientos mil dólares para ampliar las instalaciones de la minera a la vez que representaba una entrada millonaria misma, pues el precio de la libra de plomo se fijó entre 17 y 20 centavos de dólar por libra. [25]

A principios de 1954 las instalaciones de la mina se incendiarion y la compañía tuvo que despedir a 700 empleados; poderosos intereses estadounidenses intervinieron para rescatar la mina:[25]​ tras el derrocamiento de Arbenz, la embajada de Estados Unidos en Guatemala y el Departamento de Estado presionaron a un banco privado para que otorgara un préstamo por trescientos catorce mil dólares a la mina. Henry Holland, el secretario adjunto de Estado para Asuntos Interamericanos, y Herbert Hoover, Jr. subsecretario de Estado, presionaron al banco de tal modo, que el 10 de febrero de 1955 éste aprobó el préstamo par ala minera.

Elección de alcaldes de la Ciudad de Guatemala

Los alcaldes de la Ciudad de Guatemala habían sido históricamente designados por el presidente de la república, pero esto cambió con la Constitución de 1945, que otorgó autonomía las corporaciones edilicias y creó la elección a alcalde. Durante el gobierno del coronel Arbenz, en una muestra de verdaderas elecciones democráticas los dos alcaldes electos no fueron del partido oficial, sino de la oposición: Martín Prado Vélez, postulado por la asociación de Ingenieros Civiles y Juan Luis Lizarralde, apoyado por el Partido de Unificación Anticomunista (PUA), el Comité de Estudiantes Universiarios Anticomunistas (CEUA), la Unión Patriótica y la Juventud Nacionalista[26]

El ingeniero Martín Prado Vélez, quien asumió en el año 1949 y terminó en 1951, fue uno de los alcaldes más destacados que ha tenido la ciudad, ya que bajo su mandato, entre otras obras modernistas de la ciudad, se construyeron o iniciaron importantes obras de infraestructura: el Puente El Incienso, la construcción de la calzada Roosevelt, principal eje vial de este a oeste de la Ciudad, el propio edificio consistorial, y numerosas obras viales que significaron el ensanche de la ciudad colonial, su ordenamiento en puntos cardinales y la generación de un anillo periférico con el primer trébol en la principal ciudad de Centro América. Uno de sus principales colaboradores fue su amigo, el ingeniero Raúl Aguilar Batres, quien fue el jefe de planificación de la municipalidad en esa administración y en las posteriores.[26]​ Por su parte, Juan Luis Lizarralde, quien asumió en 1952 mantuvo enfrentamientos con el gobierno del coronel Arbenz, pero el gobierno, mediante obra pública[Nota 12]​ intervino en la producción de nuevos espacios en la ciudad y, en algunos casos, en la valorización de la tierra que fue incorporada a la ciudad por medio de los nuevos ejes viales como la carretera Interamericana que se construyó a partir del Hospital Roosevelt.[27]​.

Campaña católica de peregrinación nacional contra el comunismo

La Iglesia Católica, quien poseyera una alta cuota de poder en la región centroamericana durante la Época Colonial, poco a poco la fué perdiendo después de la emancipación de España. Primero, fue la lucha de los liberales por tomar el poder que los conservadores guatemaltecos (entre quienes estaba incluído el Clero Mayor de la Iglesia) ostentaban; los conservadores y la Iglesia perdieron así mucho poder en las provincias de Centroamérica, pero Guatemala permaneció como su último bastión. En 1838, con la caída del presidente liberal Mariano Galvez[Nota 13]​ surge la figura del teniente general Rafael Carrera, quien se convirtió en el líder conservador del país, y recuperó para su partido y para la Iglesia el poder, al menos en la provincia de Guatemala.[28]​ Con este estado de cosas, la federación centroamericana no se podría llevar a cabo, ya que la misma era de índole liberal y el poder militar de Guatemala y de su líder Carrera eran invencibles en su época; tan es así, que Carrera finalmente fundó la República de Guatemala el 21 de marzo de 1847. Tras la muerte de Carrera en 1865, los liberales guatemaltecos vieron su oportunidad de hacerse del poder, y llevaron a cabo la Revolución Liberal en 1871. Desde ese momento, los ataques contra el clero mayor de la Iglesia Católica[Nota 14]​ arreciaron en Guatemala y se decretó la educación laica, la libertad de cultos, la expulsión de varias órdenes religiosas y la expropiación de numerosos bienes de la Iglesia.[29]​ Esta situación se mantuvo durante los gobiernos liberales que siguieron, hasta que en 1944 llegó la Revolución de Octubre, en la cual la situación de los religiosos empeoró, ya que el pensamiento ya no fue únicamente económico en contra de la Iglesia, sino que también religioso, pues muchos revolucionarios empezaron a declararse opuestos a cualquier tipo de religión.

Para 1951, el arzobispo Mariano Rossell Arellano se encontró con que era urgente que se recuperara la posición de la Iglesia Católica en Guatemala y por esa razón se alió a los intereses de la United Fruit Company por intermedio del Movimiento de Liberación Nacional para derrocar a los gobiernos revolucionarios a los que tildaba de ateos y comunistas. Después de la consagración del Santuario de Esquipulas (1950),[30]​ como parte de la campaña de desprestigio iniciada contra el gobierno de Árbenz, mandó que el escultor Julio Urruela Vásquez tallara una réplica del Cristo de Esquipulas, la cual fue trasladada al bronce en 1952 y convertida, al año siguiente, en símbolo y estandarte de la campaña de peregrinación nacional contra el comunismo.[30]​ Este Cristo fue luego nombrado como «Comandante en Jefe» de las fuerzas del Movimiento de Liberación Nacional durante la invasión que éste hizo en junio de 1954.

El 4 de abril de 1954, Rossell Arellano emitió una carta pastoral en la que criticaba los avances del comunismo en el país, y hacía un llamado a los guatemaltecos para alzarse y pelear contra «el enemigo común de Dios y de la patria». Dicha pastoral fue distribuida por todo el país[30]​.

Llegada de John Peurifoy a Guatemala

John Peurifoy, agente anticomunista del Departamento de Estado norteamericano, enviado a Guatemala como embajador en noviembre de 1954, tras haber realizado labores anticomunistas en Grecia. Luego del golpe de estado de junio de 1954, fue enviado a Tailandia, en donde murío en un accidente automovilístico poco después.

Entre 1950 y 1955, durante el gobierno del general Eisenhower en Estados Unidos, se llevó a cabo una cacería de brujas de comunistas, conocida como Macartismo, el cual se caracterizaba por perseguir a personas inocentes por simples sospechas, con acusaciones infundadas, interrogatorios, pérdida del trabajo y negación del pasaporte a los sospechosos de comunismo,[31]​ o encarcelados.[32]​ Estos mecanismos de control social y de represión en Estados Unidos bordearon peligrosamente el totalitarismo y métodos fascistas.[33]

Uno de los principales personajes del Macartismo era John Peufiroy, quien fue enviado como Embajador de los Estados Unidos a Guatemala, ya que éste era el primer país de la esfera de influencia norteamericana tras la Segunda Guerra Mundial que incluía elementos abiertamente comunistas en su gobierno.[34]​ Llegó procedente de Grecia, en donde ya había realizado una considerable actividad anticomunista, y se instaló como Embajador en noviembre de 1953;[34]​ para entonces, Carlos Castillo Armas, ya estaba organizando a su pequeño ejército antirevolucionario.[35]​ Tras una larga reunión, Peurifoy le dejó claro al presidente Árbenz que los Estados Unidos únicamente se preocupaban por sacar elementos comunistas de su gobierno[35]​ y luego reportó al Departamento de Estado norteamericano que «el líder guatemalteco no es comunista, pero que seguramente vendrá un líder comunista después de él»,[36]​ y en enero de 1954 le dijo a la revista Time: «la opinión pública estadounidense podría forzarnos a tomar algunas medidas para evitar que Guatemala caiga en la órbita del comunismo internacional».[36]

Experiencias de Ernesto Ché Guevara en Guatemala (1954)

Frase del Che Guevara sobre su estadía en Guatemala. En el Memorial en Santa Clara.

Ernesto Ché Guevara estuvo poco más de nueve meses en Guatemala. Su vida allí fue difícil, contradictoria y compleja, con respecto tanto a su vida personal como a sus ideas y la definición del papel que deseaba representar. Guevara llegó a principios de 1954, cuando ya la situación política de Guatemala era crítica. Durante ese tiempo intentó reiteradamente trabajar como médico del Estado pero las diversas gestiones nunca se concretaron y sus problemas económicos fueron muy serios.

En aquellos días Guatemala era un hervidero de grupos de exiliados y militantes progresistas e izquierdistas, fundamentalmente latinoamericanos. Al poco de llegar conoció a Hilda Gadea,[Nota 15]​ que colaboraba con el gobierno de Árbenz y que más adelante se convertiría en su primera esposa; a la familia del exiliado nicaragüense Edelberto Torres, y a un grupo de exiliados cubanos participantes en la toma del Cuartel Moncada, entre los que se encontraba Ñico López, y con quien Guevara estableció una sólida amistad[Nota 16]

Las ideas de Guevara habían evolucionado, volviéndose mucho más comprometidas políticamente, con una clara simpatía por el comunismo. Pese a ello se mantendría apartado de cualquier organización política y cuando poco después, el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), de tendencia comunista, le comunicara que debía afiliarse al partido para poder trabajar de médico en el Estado, rechazó indignado la petición.[37]

El incipiente pensamiento político de Ernesto Guevara se manifestó abiertamente por primera vez en una carta enviada a su tía Beatriz el 10 de diciembre de 1953, poco antes de llegar a Guatemala donde dice, entre otras cosas:

«En el paso tuve la oportunidad de pasar por los dominios de la United Fruit, convenciéndome una vez más de lo terrible que son estos pulpos. He jurado ante una estampa del viejo y llorado camarada Stalin no descansar hasta ver aniquilados estos pulpos capitalistas. En Guatemala me perfeccionaré y lograré lo que me falta para ser un revolucionario auténtico... Tu sobrino, el de la salud de hierro, el estómago vacío y la luciente fe en el porvenir socialista. Chau. Chancho.»[37]

En Guatemala comenzó a diseñar un libro titulado La función del médico en América Latina en el que consideraba que la «medicina social preventiva» y el médico constituían un eje central para una transformación revolucionaria orientada a establecer una sociedad socialista. A fines de mayo de 1954, Guevara salió de Guatemala hacia El Salvador para renovar el visado, aprovechando para visitar San Salvador y las ruinas mayas de Chalchuapa y Quiriguá, estas últimas nuevamente en Guatemala. Al regresar a Guatemala la situación del gobierno era ya desesperada y el ataque inminente.

Golpe de Estado

El gobierno de Dwight Eisenhower consideró un atropello que el gobierno de Guatemala se tome en serio los libros de contabilidad de la United Fruit Company, y lo hace saber a Árbenz mediante Peurifoy. Árbenz pretendió pagar, como indemnización, el valor que la propia empresa había atribuido a sus tierras.[38]John Foster Dulles, Secretario de Estado, exigió veinticinco veces más.[39]​ Paradójicamente, Jacobo Árbenz, acusado de conspiración comunista, no se había inspirado en los trabajos de Lenin sino en los de Abraham Lincoln para impulsar la reforma agraria mediante el decreto 900, el cual se proponía modernizar el capitalismo en Guatemala y era más moderado que las leyes rurales norteamericanas del siglo XIX.

Ahora bien, los directivos de la United Fruit Company (UFCO) habían trabajado intensamente en los círculos del gobierno de Harry S. Truman y del general Dwight Eisenhower para hacerles creer que el coronel Árbenz intentaba alinear a Guatemala al Bloque Soviético. Lo que ocurría era que la UFCO se veía amenazada en sus intereses económicos por la reforma agraria de Árbenz, que le quitaba importantes cantidades de tierras ociosas, y el nuevo Código de Trabajo de Guatemala, que ya no le permitía utilizar las fuerzas militares guatemaltecas para contrarrestar las demandas de sus trabajadores.[40]​ Como la mayor terrateniente y patrona de Guatemala, el Decreto 900 resultó en la expropiación del 40% de sus terrenos.[40]​ Los oficiales del gobierno norteamericano tenían pocas pruebas del crecimiento de la amenaza comunista en Guatemala, [41]​ pero sí una fuerte relación con los personeros de la UFCO, demostrando la fuerte influencia que los intereses corporativos tenían sobre la política exterior norteamericana:[42]

  • El Secretario de Estado norteamericano John Foster Dulles era un enemigo declarado del comunismo y un fuerte macartista, y su firma de abogados Sullivan and Cromwell (en inglés) ya había representado los intereses de la United Fruit y hecho negociaciones con gobiernos guatemaltecos;[43]
  • Por su parte, su hermano Allen Dulles era el director de la CIA y además, miembro del consejo directivo de la UFCO.[Nota 17]​. Junto a su hermano, estuvo en la planilla de la UFCO durante 38 años.
  • El hermano del Subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos John Moors Cabot (en inglés) había sido presidente de la «frutera» y
  • Ed Whitman, quien era el principal lobista de la United Fruit ante el gobierno, estaba casado con la secretaria personal del presidente Eisenhower, Ann C. Whitman (en inglés).[44]
El PGT, fundado por José Manuel Fortuny en 1949, alcanzó una gran preponderancia durante el gobierno de Árbenz

El gobierno norteamericano acusaba a Árbenz de comunista por lo siguiente:

  1. Atacó los intereses de los monopolios norteamericanos en Guatemala, alejándose de la línea de gobierno a la que dichos monopolios estaban acostumbrados desde 1901,[Nota 18]​ y que consistía en utilizar al ejército de Guatemala para defender sus intereses, y recurrir a sobornos para mantener sus privilegios.[19]
  2. Los miembros de su círculo privado eran dirigentes del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), que era el partido comunista de Guatemala, entre ellos, José Manuel Fortuny,
  3. El día que murió el líder soviético Josef Stalin, el congreso de la República de Guatemala observó un minuto de silencio,
  4. El ambiente macartista que se vivía en los Estados Unidos luego de la Segunda Guerra Mundial,
  5. La labor del personero anticomunista del Departamento de Estado, John Peurifoy, quien fue nombrado como embajador de EEUU en Guatemala entre noviembre de 1953 y julio de 1954, y coordinó el apoyo de la CIA al movimiento de Castillo Armas,
  6. Tras su salida de Guatemala, Árbenz se exiló en Checoslovaquia, la Unión Soviética, China y Cuba, todos ellos países comunistas, ya que ningún otro país se atrevía a recibirlo.[19]

El 19 de febrero de 1954, la CIA comienza la Operación WASHTUB, un plan para plantar armas soviéticas falsas en Nicaragua que demostrarían los nexos de Guatemala a Moscú.[45]

Con el apoyo de los Estados Unidos, bajo el mando del coronel Carlos Castillo Armas que se encontraba exilado en Honduras, de Juan Córdova Cerna, director de la CIA en Centroamérica, y El Cristo Negro de Esquipulas como Capitán General de la Cruzada Liberacionista, se inició la invasión.[Nota 19]

Invasión

El poeta chileno Pablo Neruda, premio Nobel de Literatura, contribuyó a la divulgación de la obra Mamita Yunai del costarricense Carlos Luis Fallas y a la fama de la misma al dedicar un poema a «Calero, trabajador del banano», uno de los personajes de Mamita Yunai, en su Canto general. La obra, aunque costarricense, describe una situación muy similar a la que se vivía en las plantaciones guatemaltecas de la UFCO:

«No te conozco. En las páginas de Fallas leí tu vida,
gigante oscuro, niño golpeado, harapiento y errante.
De aquellas páginas vuelan tu risa y las canciones,
entre los bananeros, en el barro sombrío, la lluvia y el sudor.
¡Qué vida la de los nuestros, qué alegrías segadas,
qué fuerzas destruidas por la comida innoble,
qué cantos derribados por la vivienda rota,
qué poderes del hombre deshechos por el hombre!
Pero cambiaremos la tierra. No irá tu sombra alegre
de charco en charco hacia la muerte desnuda.
Cambiaremos, uniendo tu mano con la mía,
la noche que te cubre con su bóveda verde.
(Las manos de los muertos que cayeron
con estas y otras manos que construyen
están selladas, como las alturas andinas
con la profundidad de su hierro enterrado.)
Cambiaremos la vida para que tu linaje
sobreviva y construya su luz organizada».
—Tomado de: Neruda, P., Canto general, poema XV del canto octavo «La tierra se llama Juan: Calero, trabajador del banano» (Costa Rica, 1940)[46]

A las 20:00 del 18 de junio las fuerzas del coronel golpista Castillo Armas cruzaron la frontera. Divididas en cuatro grupos de unos 480 soldados, entraron a través de cinco puntos a lo largo de la frontera hondureña y salvadoreña para simular mayor número de soldados de un amplio frente y para reducir la posibilidad de que la tropa entera se encaminara por un único camino desfavorable. Además de estas tropas regulares, diez saboteadores entrenados en Estados Unidos fueron delante explotando los puentes claves y cortando las líneas de telégrafo. Todas las fuerzas de invasión fueron instruidas para reducir al mínimo encuentros reales con el ejército guatemalteco, sobre todo para evitar dañar la imagen del ejército nacional contra los invasores. El desarrollo entero de la invasión fue expresamente diseñado para sembrar el pánico, dar la impresión de poseer fuerzas insuperables, y atraer la población y a los militares a su lado, antes que derrotarlos.

Durante la invasión, la propaganda radiofónica que transmitía Lionel Sisniega Otero desde la embajada norteamericana enviaba falsos informes de enormes fuerzas que se unían a la población local en una revolución popular. Pero casi inmediatamente, las fuerzas de Castillo Armas fracasaron rotundamente: movilizándose a pie y obstaculizados por su pesado equipo no dieron impresión alguna de ser una fuerza poderosa. Esto debilitó el impacto psicológico de la invasión inicial, pues los guatemaltecos comprendieron que no había peligro inmediato; además, uno de los primeros grupos que llegaron a su objetivo,[Nota 20]​ fueron aplastados por un pequeño contingente de treinta soldados del ejército guatemalteco y sólo veintiocho rebeldes pudieron escapar.

Una derrota mayor sobrevino al grupo de 170 rebeldes que emprendieron la tarea de capturar la protegida ciudad costera de Puerto Barrios: después de que el jefe de policía descubriese a los invasores, rápidamente armó a trabajadores portuarios locales y les asignó papeles defensivos; en cuestión de horas casi todos los rebeldes fueron muertos o apresados, el resto huyó de regreso a Honduras. Tras tres días de supuesta invasión, dos de los cuatro grupos golpistas de Castillo estaban vencidos. Intentando recuperar el ímpetu, Castillo ordenó un ataque aéreo sobre la capital al día siguiente, que fracasó puesto que sólo un avión logró bombardear una pequeña cisterna de petróleo, creando un fuego menor sofocado en 20 minutos.[47]

Se formaron las brigadas de sanidad y las brigadas juveniles comunistas que patrullaban las calles por la noche,[Nota 21]​ y que reclamaron infructuosamente al gobierno la entrega de armas.[37]​.

Después de los rotundos fracasos rebeldes, el presidente Árbenz mandó a su comandante militar que permitiese a los rebeldes adentrarse en el país, ya que tanto él como su comandante principal no temían al ejército rebelde pero estaban preocupados de que si eran aplastados darían un pretexto para una intervención abierta militar norteamericana, como ya les había amenazado el embajador Peurifoy. La clase oficial, temerosa del ataque norteamericano, no quiso contraatacar y derrotar la diezmada tropa de Castillo.[Nota 22]​ Árbenz temió que sus oficiales intimidados pactaran con Castillo; lo cual se confirmó cuando una guarnición entera del ejército se rindió ante Castillo unos días más tarde en la ciudad de Chiquimula; finalmente, el 27 de junio de 1954 los jefes del Ejército de Guatemala decidieron desconocer la autoridad de Árbenz y exigir su renuncia. Árbenz convocó su gabinete para explicar que el ejército estaba en la rebelión y luego anunció su renuncia al pueblo guatemalteco.[48]

De la caída del gobierno de Árbenz el Che Guevara sacaría conclusiones fundamentales que luego incidirían directamente en sus actos durante la Revolución Cubana. En particular Guevara concluyó que era indispensable depurar al ejército de potenciales golpistas, pues en los momentos cruciales estos desconocían la cadena de mando y se volvían contra el gobierno.

Durante estos sucesos, Hilda Gadea fue detenida y Ernesto Guevara se refugió en la embajada argentina donde fue incluido entre los refugiados comunistas.[37]

Renuncia

Su inusitada y repentina renuncia sigue siendo objeto de estudio. Después de todo, varios historiadores han demostrado que el grupo mercenario de Castillo Armas nunca presentó un peligro real, y que Árbenz incluso tenía un espía infiltrado que le informaba sobre el más mínimo detalle sobre los avances militares mercenarios. Al mismo tiempo, agentes de la CIA en Guatemala habían anunciado la ineficacia de sus tácticas y aceptaban la imposibilidad de derrotar a Árbenz. El ejército guatemalteco, por otro lado, estaba tan dividido como lo había estado desde 1944;[49][50]​ y el supuesto ultimátum presentado a Árbenz por los militares, tal y como lo mencionan Gleijeses y Schlesinger y Kinzer, al parecer nunca existió, de acuerdo con el testimonio de Elfego Monzón, uno de los supuestos signatarios del documento.[51][Nota 23]​ En palabras de E. Howard Hunt, la renuncia de Árbenz es algo que quedará «entre él, su esposa, y Dios».

María Cristina Vilanova, en sus memorias, insinúa que la razón de la renuncia de Árbenz se debió a que el ejército de los Estados Unidos estaba preparando una invasión militar contra de Guatemala.[52]​ Esto lo menciona después de asegurar que nadie apoyó al gobierno de Árbenz durante la crisis, y prácticamente acusa a toda Guatemala de pasividad y complicidad con el intento de derrocar el sistema democrático; en cambio, no hace ningún comentario contra el argumento planteado por Manuel Pellecer[Nota 24]​ inculpándola de traicionar a Árbenz.[53]​ El propio presidente nunca publicó nada al respecto; José Manuel Fortuny no fue claro sobre lo que pasó;[54]​ y otras memorias, como las de Alfonso Bauer Paiz y Paz Tejada, no logran explicar la caída del presidente.[55][56]

Discurso de renuncia

En su discurso de renuncia, escrito por José Manuel Fortuny, Árbenz acusó a las fuerzas liberacionistas y a la UFCO de los siguientes hechos:[48]

  • Llevar a cabo acciones punitivas en contra de representantes campesinos y obreros en las poblaciones que habían ocupado, principalmente en Bananera.
  • Venganza contra los dirigentes obreros de la United Fruit Company, por parte de los directivos de la «frutera».
  • Ataques de aviadores mercenarios norteamericanos a objetivos civiles y militares, aprovechando que Guatemala no contaba con una fuerza aérea adecuada.[Nota 25]
  • Utilizar la excusa del comunismo para atacar Guatemala, cuando en realizad se trataba de proteger los intereses financieros de la United Fruit Company y de otros monopolios norteamericanos en América Latina.[48]
  • Desprestigiar a Guatemala en los círculos internacionales acusándola de comunista.
  • Al ejército liberacionista de ser mercenario, débil y cobarde, demostrado por las aplastantes derrotas que sufriera en las batallas que sostuvo contra el Ejército de Guatemala; indicó también que éste logró hacerse del control en Chiquimula sólo después de los ataques de la aviación mercenaria.[48]

Luego de exponer estas razones, renunció y cedió el poder al coronel Carlos Enrique Díaz, jefe de las fuerzas armadas de la república, convencido de que iba a garantizar la democracia en Guatemala y que todas las conquistas sociales de la revolución iban a ser mantenidas. Tenía la esperanza de que al salir él de la presidencia, los Estados Unidos iban a tolerar un nuevo gobierno de tendencia izquierdista como el suyo.[48]​ Pero Díaz renunció a la presidencia pocos días después, y el poder terminó en manos del coronel Carlos Castillo Armas. La caída del «Segundo gobierno de la Revolución» fue seguida por días de desconcierto político durante el cual se sucedieron en el mando juntas de gobierno.

En una comunicación televisiva al pueblo norteamericano, el gobierno de ese país dijo: «Por primera vez en diez años, el pueblo de Guatemala respira el dulce aire de la libertad. Sólo días después de la renuncia del presidente rojo Arbenz, el líder de los rebeldes, Castillo Armas, ha tomado el poder. Miles de comunistas y sus acólitos están presos. Para la United Fruit, todo normal; las tierras que habían sido apropiadas han sido devueltas». En la televisión, el secretario de estado John Foster Dulles anuncia el retorno de la democracia a Guatemala: «El futuro de Guatemala está en manos del pueblo guatemalteco; está en manos de líderes fieles a Guatemala, los que no se conviertieron en agentes de un despotismo ajeno que trató de llevar a Guatemala a un mal fin. Estos eventos son un glorioso nuevo capítulo en la gran tradición de las Américas».[57]

Memorándum de la CIA
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Este memorándum de la CIA de 1975, desclasificado por el gobierno de los Estados Unidos, describe el papel de la CIA en el derrocamiento de Árbenz.

Acusaciones de asesinatos y torturas de opositores

Aunque el gobierno de Árbenz transcurrió en medio de graves tensiones políticas en ascenso y con manifestaciones extremas de polarización ideológica, no hubo violencia gubernamental sino en escasos momentos identificados con claridad, como en el asalto a Salamá por un grupo político. No obstante, como parte las operaciones de desinformación la CIA, las cifras de opositores asesinados durante este período son variables y no existe registro fidedigno. Con fecha posterior a la caída de Árbenz, la prensa nacional habló de 250 personas y algunos textos publicados por organizaciones afines al Movimiento de Liberación Nacional (MLN) indicaron una cifra de 500[58]​, pero solamente proporcionan un listado de 108 nombres.[59]

Humillación, exilio y ostracismo

Terminal Aérea del Aeropuerto Internacional La Aurora en 1954. Por aquí salieron el coronel Árbenz y su familia rumbo al exilio en México; antes de salir, las autoridades liberacionistas lo humillaron, obligándolo a desvertirse frente a las cámaras de los reporteros para verificar que no llevaba un lote de joyas que había adquirido para su esposa en Nueva York.

Tras renunciar Árbenz, su familia se refugió en la Embajada de México, en donde permaneció durante 73 días;[60]​ luego, cuando se le permitió la salida, fue humillado públicamente en el aeropuerto, ya que las autoridades liberacionistas le hicieron desnudar ante las cámaras de los periodistas aduciendo que llevaba joyas que había comprado para su esposa María Cristina Vilanova en la joyería Tiffany's de Nueva York utilizando fondos de la presidencia.[61][Nota 26][62]

Luego de una corta permanencia en México, el expresidente y su familia salieron para Canadá, en donde recogieron a su hija mayor, Arabella,[62]​ y luego continuaron hacia Europa, a donde llegaron a Holanda y luego en automóvil para Suiza.[62]​ Árbenz completó los formularios que le solicitó el gobierno suizo, pero las autoridades suizas le pidieron la renuncia a la nacionalidad guatemalteca, para evitar que el derrocado presidente condujera desde Suiza sus actividades políticas organizando la resistencia. El derrocado presidente no aceptó esa exigencia, pues a su juicio ese gesto habría marcado el fin de su carrera política.[62]​ Tampoco pudo beneficiarse del asilo político porque Suiza aún no ratificaba el convenio de 1951 del recién creado Alto Comisionado de la ONU para los refugiados, (ACNUR), convenio que además fue diseñado para proteger a las personas que escapaban de los regímenes comunistas de Europa del Este.

Tal vez el destino del depuesto presidente habría sido otro si su patria de origen lo hubiera recibido en su exilio. También habría sido el primer personaje latinoamericano importante en recibir asilo político en Suiza, pero una fuerte campaña de desprestigio desplegada por la CIA desencadenó una gran cantidad de ataques y difamaciones que minaron no sólo el prestigio, sino que la salud del presidente.[62]

Un ejemplo de la campaña de desprestigio se dió cuando María Vilanova tuvo que regresar a El Salvador para obtener el certificado de nacimiento de su hijo y vender algunas propiedades y así sobrevivir en el exilio: la prensa, siguiendo el plan trazado por la CIA publicó que Vilanova mostraba mayor interés en cuidar sus negocios en El Salvador que de su relación con Árbenz. Curiosamente, antes de junio de 1954, los negocios eran algo de lo que ella se suponía debía estar relegada, de acuerdo con sus propias palabras.[62]​ Otro ejemplo es el del renombrado periodista guatemalteco Clemente Marroquín Rojas, director y propietario del periódico La Hora, quien hizo publicaciones minimizando el papel que tuvo Árbenz en los eventos de la Revolución de Octubre.[62]

Buscando refugio

Árbenz iniciaría entonces un largo peregrinaje en el exilio que lo conduciría primeramente a París, donde esperó que el gobierno de la entonces Checoslovaquia le otorgara el asilo político. Enseguida viajó a la Unión Soviética donde consiguió educación para sus hijos; de Moscú se fue a China, de donde regresó a la URSS, pero luego solicitó asilo en Uruguay, viviendo en Montevideo desde 1957 a 1960, año en que Fidel Castro le invitó a residir en Cuba para organizar la resistencia. Uruguay había vivido con intensidad y optimismo todo el proceso revolucionario guatemalteco, y asistió con impotencia al final del gobierno de Árbenz. Por ello y por tratarse de un país hospitalario en la materia, supo recibir y albergar por un tiempo a los dos ex presidentes de la denominada «primavera democrática». Arévalo arribó a Montevideo en varias ocasiones antes, durante y después de la renuncia de Árbenz, estableciéndose de manera estable entre 1958 y principios del siguiente año, cuando aceptó una cátedra universitaria en Venezuela. Gozó de cierta libertad y pudo expresarse a través de artículos periodísticos que el semanario Marcha recibió gustoso. Por su parte, Árbenz y su familia, que llegaron a mediados de 1957, tuvieron una experiencia muy diferente: su amistad con los comunistas, especialmente con José Manuel Fortuny, y su pasaje obligado por Checoslovaquia, la URSS y China en el marco de un exilio doloroso, despertaban importantes sospechas. La CIA programó y efectivamente puso en práctica una intensa serie de «operaciones en contra» a través de la prensa periódica, el cine y los ámbitos de la diplomacia.[62]​ Cuando esta campaña de desprestigio fracasó, se inició un desgaste a través de un riguroso control policial del asilado, su familia y amistades, a pesar de que Árbenz era grato para las principales figuras políticas del oficialista Partido Colorado. Cuando entró al poder el Partido Nacional en las elecciones nacionales celebradas a fines del 58, la situación empeoró para Árbenz, que finalmente se marchó a Cuba.[10]

Muerte de Arabella Árbenz Vilanova

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Arabella Árbenz Vilanova en la portada de LIFE en Español de agosto de 1965.

Arabella Árbenz Vilanova, para entonces una muchacha hermosa e independiente de 24 años, decidió no acompañar a su padre a vivir su exilio en Cuba tras la invitación de Fidel Castro y prefirió quedarse en París estudiando actuación y trabajando como modelo.[Nota 27]​ Su vida en el exilio fue difícil y amarga: vió cómo su padre descendía en el alcoholismo, cómo su madre engañaba a su padre durante los sopores alcohólicos de éste, e incluso padeció que un supuesto amigo de Árbenz quisiera abusar de ella; por los sufrimientos padecidos en el exilio, empezó a experimentar con el LSD y la mariguana y con relaciones intensas con hombres y mujeres. Al llegar a México procedente de París, vivió un tórrido romance con el periodista guatemalteco Jorge Palmieri y luego otro con el futuro propietario de Televisa Emilio Azcárraga Milmo, quien la ayudó con su carrera artística.

Poco tiempo después el abuso del LSD empezó a afectar su comportamiento y Azcárraga se desentendió de ella, logrando que la expulsaran de México en octubre de 1965.[63]​ Arabella entonces se conoció al torero mexicano Jaime Bravo Arciga, quien en esa época se encontraba en el mejor de sus momentos como figura e iba a iniciar una gira por América del Sur.[Nota 28]​ Estando en Bogotá, el 5 de octubre de 1965, Arabella trató de convencer a Bravo Arciga para que no siguiera toreando, pues temía por su vida; en un lujoso club para caballeros de la capital colombiana, en donde Bravo Arciga se estaba embriagando luego de una mala faena en que fue corneado, Arabella sacó un revólver y se suicidó en un oscuro rincón del local, tras haber intentado comunicarse con el torero toda la noche.[64]​ La muerte de Arabella fue un golpe fuertísimo para el torero y para Árbenz: ambos morirían en cuestión de cinco años.[65]

Bravo Arciga se comunicó con Jorge Palmieri vía telefónica a México, y le pidió que se encargara de los funerales. Palmieri consiguió que se permitiera enterrar a Arabella en el Panteón de la ANDA en base a que había trabajado en una película experimental y que se autorizara que Árbenz, su esposa y sus hijos Leonora y Jacobo pudiesen entrar a México para estar presentes en el entierro.[63]​.

Estancia de Árbenz en Cuba

En Cuba Árbenz no acomodó en los nuevos planes de la lucha de guerrillas y tuvo que soportar las humillaciones de Fidel Castro, que en cada discurso repetía que Cuba no era Guatemala, y que él no haría lo que hizo Árbenz de abandonar a su pueblo sin luchar;[63]​ sin respaldo político decidió de abandonar la isla caribeña a fines de 1960. Esta vez su demanda de residir en Suiza fue aceptada, pues el activo político ya había dejado de ser un peligro marxista. Árbenz se marchó de Cuba para Suiza, estableciéndose en Lucerna, donde vivió solo y alcoholizado durante 4 años.[Nota 29]

Muerte

Pensando que su rehabilitación política pasaba por el retorno a Guatemala apoyado por la ya entonces URNG, abandonó Suiza con destino a México, donde reanudó sus contactos políticos y preparó su ingreso al país, pero ese objetivo no se realizó, pues Árbenz murió en tierras mexicanas el 27 de enero de 1971 de un paro cardiaco producto de un extraño accidente en que su radio cayó dentro de la tina en que se estaba bañando. Sus restos regresaron a la ciudad de Guatemala el 19 de octubre de 1995, durante el gobierno de Ramiro de León Carpio y fueron recibidos por las autoridades del país y por su viuda, María Cristina Vilanova. Árbenz está sepultado en un monumento junto a la entrada del Cementerio General de la Ciudad de Guatemala.

Árbenz en la Literatura y el Cine

  • Un testimonio de los días de la renuncia de Árbenz y de su asilo en la Embajada de México, quedó registrado en la novela Hombres con alas de cera de Óscar René Cruz Oliva.
  • La novela Week-End en Guatemala de Miguel Angel Asturias describe los días de la caída de Árbenz.
  • La película guatemalteca El Silencio de Neto cuenta una historia que se desarrolla durante los últimos días del gobierno de Árbenz.
  • La película Cuando las montañas tiemblan presenta como fue la caída del gobierno del presidente Árbenz desde el punto de visto de la guerrilla guatemalteca.[66]
  • El libro histórico Guatemala, la historia silenciada. (1944-1989) Tomo I: Revolución y Liberación. de Carlos Sabino[67]​ presenta un estudio de los hechos ocurridos en Guatemala durante los gobiernos de Árbenz y de Carlos Castillo Armas desde la perspectiva neo-liberal.
  • Las obras teatrales El Papa Natas y La Mugre (de la Revolución) del dramaturgo guatemalteco Manuel Galich cuentan la historia de una familia terrateniente guatemalteca que se ve afectada por la revolución de 1944, por los gobiernos de Arévalo y Árbenz y por la liberación de 1954.
  • Carlos Manuel Pellecer, compañero de exilio de Árbenz y agente de la CIA mientras duro dicho exilio, escribió el libro Renuncia al comunismo en 1968 y en él dio a conocer las razones que tuvo para alejarse del Partido Guatemalteco del Trabajo al que perteneció durante 14 años, dejando en claro que siempre respetó a Árbenz. Pellecer también escribió Memoria en dos geografías en 1963, donde recuerda al expresidente como el mejor capitán que tuvo en la Escuela Politécnica donde Pellecer estudió tres años pero no se graduó porque estando a pocos meses de graduarse fue capturado en marzo de 1939, durante el gobierno de Jorge Ubico por atreverse a escribir en una carta lo que pensaba de los censores de correspondencia. Finalmente, en otro libro llamado Caballeros sin esperanza de 1973, incluye un artículo sobre «El soldado del pueblo», criticando a los partidos comunistas de Cuba, Argentina, Checoslovaquia, Hungría y la Unión Soviética]], por haberlo tenido como un apestado tras su derrocamiento, mientras que cuando fue presidente habían ofrecido apoyar la revolución guatemalteca pero no lo cumplieron. [68]

Reconocimientos

La herencia política de su hijo

Jacobo Árbenz Vilanova, tras vivir fuera de Guatemala por casi 50 años[Nota 30]​ regresó a Guatemala y trató de incursionar en la política. En el 2003 iba a ser proclamado como aspirante a la primera magistratura por la Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG) pero esto ya no se concretó.

Referencias

  1. «Jacobo Arbenz: El Soldado del Pueblo». Shop en línea. 
  2. Cullather, Nicholas (1994). Operation PBSUCCESS: The United States and Guatemala, 1952–1954. History Staff CIA. 
  3. Sabino, 2007, p. 58.
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  5. http://www.buenastareas.com/ensayos/Biografia-De-Jacobo-Arbenz-Guzman/1517073.html
  6. Immerman, 1983, p. 41-43.
  7. a b Comisión para el Esclarecimiento Histórico, 1999, p. Sección 62.
  8. a b Comisión para el Esclarecimiento Histórico, 1999, p. Sección 55-58.
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  11. Sabino, 2007, p. 48.
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  13. Comisión para el Esclarecimiento Histórico, 1999, p. Sección 59.
  14. Sabino, 2007, p. 63.
  15. Arévalo Bermejo, 1998, p. 65.
  16. Villagrán Kramer, 1993, p. 38.
  17. Barnoya García, José (1979). La Huelga de Dolores. Editorial Calabaza, Guatemala. 
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  19. a b c d Publicaciones Avizora. «Biografía de Jacobo Arbenz». Consultado el 14 de agosto de 2014. 
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Bibliografía

Enlaces externos


Predecesor:
Juan José Arévalo
Presidente de Guatemala

1951-1954
Sucesor:
Carlos Enrique Díaz

Notas

  1. Este apodo se lo dieron los estudiantes universitarios en su periódico satírico El No Nos Tientes, y se originó porque su padre fue adicto a este estupefaciente, e incluso se suicidó como resultado de sus problemas familiares y de dependencia de fármacos.
  2. Una galería de imágenes del coronel Árbenz se puede encontrar en Blog de los caballeros cadetes de la Escuela Politécnica de Guatemala Consultado el 14 de agosto 2014.
  3. Cuyos accionistas tenían fuertes conexiones con el gabinete del presidente Dwight Eisenhower.
  4. véase: Servilismo durante el gobierno de Manuel Estrada Cabrera
  5. Este es el famoso «Pacto del Barranco»
  6. El periódico No Nos Tientes de la Huelga de Dolores de los estudiantes de la Universidad de San Carlos se refiere satíricamente a esta situación llamando a Juan José Arévalo «Superjuancho» por su rápida recuperación y las circunstancias de su accidente.
  7. apenas 36 años en ese tiempo
  8. La cual lleva su nombre desde 2012, por decreto del presidente Alvaro Colom.
  9. Un mecanismo ampliamente utilizado por la UFCO era comprar a precios bajos grandes cantidades de tierras como una herramienta para evitar que surgieran competidores y mantener así un monopolio sobre la producción de plátanos, inclusive conservando extensas zonas agrícolas sin cultivar bajo pretexto que sequías o huracanes le obligaban a mantener «en reserva» grandes extensiones de terreno sin usar.
  10. Este incidente aumentó las dudas sobre la legitimidad de la Reforma Agraria.
  11. La Gran Flota Blanca de la UFCO era la naviera mercante del enclave bananero, que transportaba buena parte de los productos de exportación e importación del país, utilizando la logística de las otras empresas coaligadas a la casa matriz.
  12. Escuelas, hospitales, guarderías y comedores infantiles e infraestructura vial
  13. Quien inicio el despojo de los bienes de la iglesia en Guatemala y autorizó la educación laica y el divorcio
  14. principal terrateniente del Partido Conservador
  15. Gadea era una exiliada peruana dirigente del APRA
  16. Fue precisamente López quien le puso el mote de «Che», a raíz del uso permanente que Ernesto hacía de esa palabra típica del dialecto rioplatense, utilizada para convocar al otro.
  17. La United Fruit Company es la única corporación norteamericana que se ha sabido que tiene su propio código en la CIA
  18. Los gobiernos de Manuel Estrada Cabrera, José María Orellana, Lázaro Chacón y Jorge Ubico.
  19. La «frutera» no se benefició con el derrocamiento de Árbenz. El valor de su acción cayó, así como su margen de ganancias. Asimismo, el gobierno de Eisenhower inició un proceso antimonopolista contra la compañía, lo que la obligó a desmembrarse en 1958. Para 1972, la compañía había vendido todos sus bienes en Guatemala, después de más de una década de fuertes pérdidas.
  20. 122 rebeldes que pretendían capturar la ciudad de Zacapa
  21. Ernesto Guevara estuvo en una brigada que llevaba el nombre de Augusto César Sandino y estaba liderada por el voluntario nicaragüense Rodolfo Romero, al que varios años después el Che recurriría para organizar la guerrilla en Nicaragua.
  22. La presencia de fuerzas de asalto anfibias estadounidenses extendió el rumor de un desembarco de marines estadounidenses en Honduras.
  23. Los libros que mencionan el ultimátum son: Piero Gleijeses, Shattered Hope: The Guatemalan Revolution and the United States, 1944-1954 (New Jersey: Princeton, 1991) y Stephen Schelsinger, y Stephen Kinzer, Bitter Fruit: The Untold Story of the American Coup in Guatemala. (Garden City: Doubleday and Co., 1982). Ambos libros están publicados también en español.
  24. Luego se supo que Manuel Pellecer había sido agente de la CIA.
  25. Entre los objetivos estaba un barco mercante británico que estaba cargando algodón en el Puerto de San José.
  26. Las joyas estaban en las bóvedas del Banco de Guatemala. Durante el gobierno del licenciado Ramiro de León Carpio se determinó que las joyas habían sido compradas por Árbenz, y fueron devueltas a la Sra. Vilanova.
  27. De su filmografía sólo se encuentra un papel protagónico dirigido por Juan Ibáñez y guión del maestro Carlos Fuentes en Un alma pura en 1965; primera película en la que una actriz guatemalteca hacía un desnudo completo.
  28. Con 33 años de edad, Jaime Bravo había triunfado en Europa, logrado un gran cartel en México
  29. Su esposa María Cristina Vilanova ya lo había abandonado llevándose a sus hijos; y su hija mayor Arabella, se había quedado en París y ya no quería tener contacto alguno con su familia.
  30. Más de la mitad de ese tiempo en Costa Rica