Guerra de las Malvinas

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Guerra de las Malvinas
Parte de Cuestión de las islas Malvinas
Archivo:ARA Belgrano 1982.PNG
De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Operación Rosario: soldados argentinos desembarcando en Stanley, buques británicos de la Fuerza de Tareas 317 enviados a las islas, cazas Super Etendard argentinos, hundimiento del crucero argentino ARA General Belgrano, la fragata inglesa HMS Antelope alcanzada y que sería uno de los buques ingleses hundidos, liberación de soldados argentinos prisioneros.
Fecha 2 de abril de 1982[1]​—14 de junio de 1982[2]​ (2 meses y 12 días)
Lugar Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur
Coordenadas 51°45′S 59°00′O / -51.75, -59
Casus belli Crisis de los chatarreros en la isla San Pedro (Georgias del Sur) y posterior desembarco argentino en Malvinas.
Resultado Victoria británica
Cambios territoriales Las Malvinas vuelven a formar parte de Argentina el 2 de abril de 1982 pero son recuperadas por el Reino Unido el 14 de junio
Beligerantes
Bandera de Argentina Argentina Reino UnidoBandera del Reino Unido Reino Unido
Figuras políticas
Leopoldo Fortunato Galtieri
Jorge Anaya
Isabel II
Margaret Thatcher
Rex Hunt
Comandantes
Leopoldo Fortunato Galtieri
Jorge Isaac Anaya
Basilio Lami Dozo
Osvaldo Jorge García
Juan José Lombardo
Mario Benjamín Menéndez
Oscar Luis Jofré
Edgardo Aroldo Otero
Luis Guillermo Castellano
Ernesto Crespo
Carlos Büsser
Gualter Allara
Carlos García Boll
Henry Leach
Terence Lewin
Michael Beetham
John Fieldhouse
Sandy Woodward
Jeremy Moore
Julian Thompson
Michael Clapp
Fuerzas en combate
Ejército Argentino 10 100
Armada Argentina 3421
Fuerza Aérea Argentina 1069
216 aviones
38 barcos
1 portaviones
1 crucero
6 destructores
3 corbetas
2 petroleros
1 buque de desembarco de tanques
2 rompehielos
9 transportes
2 submarinos
2 avisos
2 lanchas guardacostas
7 buques espías
Ejército Británico 10 700
Marina Real británica 13 000
Real Fuerza Aérea británica 6000
117 aviones
111 buques
2 portaviones
2 buques de asalto anfibio
8 destructores
15 fragatas
6 buques de desembarco de tanques
1 rompehielos
3 trasatlánticos
25 petroleros
40 transportes
6 submarinos
3 dragaminas
Bajas
649 muertos (323 fuera de la Zona de Exclusión Total)
350-454 suicidios[3]

1 657 heridos[4][5]
11 313 prisioneros de guerra
47 aeronaves destruidas
6 buques hundidos
255 muertos[6]
264 suicidios[7]
775 heridos
2700-6600 casos psiquiátricos[8][9]
150 prisioneros de guerra (incluyendo 13 del BAS)[10]
34 aeronaves destruidas
8 buques hundidos
3 civiles muertos por un bombardeo erróneo de un barco británico[11]

La guerra de las Malvinas o conflicto del Atlántico Sur fue un conflicto bélico desarrollado en 1982 entre Argentina y Reino Unido por la disputa de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Se calcula que murieron 649 argentinos, 255 británicos y tres isleños. Fue una conflagración inusitada y la primera guerra de Argentina en más de cien años.

El origen del conflicto fue un intento de la dictadura militar argentina de anexionarse las islas por la fuerza, en poder del Reino Unido desde su ocupación en 1833. Las acciones de esta dictadura argentina para retener el poder político y sostener la guerra a la vez, unida a la reacción del Gobierno del Reino Unido, apoyado por los estadounidenses, causaron un conflicto armado en las islas del Atlántico Sur.

Para retomar los archipiélagos, el Gobierno de Margaret Thatcher movilizó la expedición militar más grande desde la Segunda Guerra Mundial. La conflagración también dio a lugar a la primera guerra aeronaval desde la guerra del Pacífico. El ejército británico derrotó al argentino en una serie de batallas y combates, con una superioridad apoyada por EE. UU. y la OTAN. Esto, sumado a la falta de preparación de las FF. AA. argentinas, llevó a la rendición y el desalojo de los argentinos en los archipiélagos.

La victoria británica precipitó la caída de la dictadura argentina y el inicio de recuperación del Estado de derecho, al tiempo que contribuyó a la reelección del gobierno conservador de Margaret Thatcher en 1983. Ambos países cortaron relaciones diplomáticas hasta 1990.

La Organización de las Naciones Unidas continúa considerando los tres archipiélagos con sus aguas circundantes como territorios disputados.

Antecedentes

La Organización de las Naciones Unidas consideraba a los archipiélagos como territorios en litigio entre Argentina y Reino Unido, mientras este último los administraba y explotaba. Su descubrimiento es motivo de controversias; fueron ocupados en forma sucesiva por España, Francia, Argentina y Reino Unido. Argentina considera que estos territorios se encuentran ocupados por una potencia invasora, y los considera parte de su provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.[12]

En las islas existieron en otro tiempo importantes puestos balleneros, pero la gradual desaparición de numerosas especies de ballenas en los mares australes y los profundos cambios en el negocio aceitero hicieron que la relevancia económica de la actividad se redujera dramáticamente. No obstante, numerosas investigaciones confirmaron yacimientos de crudo en la plataforma continental en la que se encuentran las Malvinas.[13]​ Además la plataforma es rica en pesquería.

Políticamente, el interés de Argentina por el archipiélago obedece a su visión sobre él como «territorio irredento».

Estratégicamente:

  1. La posesión de territorios adyacentes a la Antártida puede otorgar derechos sobre este continente en futuras negociaciones relacionadas con él[14]
  2. El control de este archipiélago entrega a su ocupante una posición estratégica sobre el cruce austral y su tráfico marítimo

Durante varias décadas ambos países llevaron a cabo negociaciones sin encontrar una solución definitiva.[15]

Preguerra del Reino Unido

Margaret Thatcher, en 1983, primera ministra británica durante la guerra de las Malvinas

En el año 1982 el Reino Unido se encontraba en una difícil situación económica, el Partido Conservador que estaba en el poder sufría un notorio desgaste, la popularidad de su primera ministra, Margaret Thatcher, estaba en descenso y en ese tiempo había huelgas en las minas de carbón.[16][17]

Al creciente descontento laboral en ese país, los jefes de la Marina Real británica se veían preocupados por inminentes planes de reducción de la flota, en el contexto de la Guerra Fría.

Preguerra de la Argentina

Leopoldo Fortunato Galtieri, presidente de facto de Argentina quien ordenó la Operación Rosario

En 1981, la dictadura cívico-militar autoproclamada Proceso de Reorganización Nacional padecía una decadencia política. Existía una oposición grande al régimen motivado por las violaciones a los derechos humanos desde mediados de la década de 1970. Además, el país sufría una crisis económica grave.[18]

Desarrollo

Preparativos argentinos

El 11 de diciembre de 1981, la Junta Militar, integrada por el teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri, el almirante Jorge Isaac Anaya y el brigadier general Omar Domingo Graffigna,[a]​ depuso al presidente militar Roberto Eduardo Viola, encumbrando en la primera magistratura al propio Galtieri, quien juró el día 22.[19]Yofre (2011, p. 55) sostiene que Anaya convenció a Galtieri de despeñar a Viola si a cambio él disponía la invasión de las islas Malvinas. La intención de la Junta Militar habría sido recuperar el crédito de la sociedad argentina en medio de la crisis social, económica y política.[20]

El 5 de enero de 1982 la Junta Militar tomó la decisión de realizar una acción militar si las negociaciones diplomáticas no progresaban, encargando un estudio de Estado Mayor reducido, integrado por un representante de cada fuerza armada. Los representantes fueron el general de división Osvaldo Jorge García, el vicealmirante Juan José Lombardo y el brigadier mayor Sigfrido Martín Plessl.[21]

El objetivo político fijado por los militares argentinos fue el de consolidar la soberanía argentina en las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y contribuir a afirmar su pleno ejercicio en el océano Atlántico Sur.[22]​ El resultado del estudio de los uniformados explicaba que la operación desde el punto de vista militar era «apta, factible y aceptable» y que la fuerza conjunta estaría en condiciones de ejecutar la operación a partir del 15 de mayo de 1982.[23]​ Asimismo, aclaró que la operación tenía dos condiciones: debía mantenerse bajo el estado de defensa de las islas y debía ser una operación incruenta para minimizar la reacción británica y alentar a la mejor posición negociadora.[23]​ Habiendo tomado el archipiélago, Argentina procedería a retirar las fuerzas de la operación y mantendría una reducida guarnición.[23]

Relación con el conflicto del Beagle

El almirante Anaya (2012, p. 266) relató que respecto al conflicto del Beagle el gobierno argentino confiaba a la mediación papal.

El brigadier general Basilio Lami Dozo confirmó los planes de guerra de agresión a Chile tras la guerra de las Malvinas en una entrevista con el diario Perfil.[24]

Oscar Camilión, último ministro de Relaciones Exteriores y Culto argentino antes de la guerra, había mencionado los planes en sus Memorias políticas: «Los planes militares eran, en la hipótesis de resolver el caso Malvinas, invadir las islas en disputa en el Beagle. Esa era la decisión de la Armada…».[25]

Los planes de invadir las islas en disputa con Chile eran discutidos en la opinión pública de Argentina. Por ejemplo, Manfred Schönfeld en La Prensa del 2 de junio de 1982, cuando la visión del «vamos ganando» todavía hacía furor en Buenos Aires, opinaba sobre el curso de acción tras la «exitosa» guerra de las Malvinas:

Para nosotros no lo estará [terminada la guerra], porque, inmediatamente después de barrido el enemigo de las Malvinas, debe serlo de las Georgias, Sándwich del Sur y de todos los demás archipiélagos australes argentinos…
Manfred Schönfeld[26]

Tras la conquista de las islas, algunas fuentes incidieron en la posibilidad concreta de que la Argentina tuviese también por objetivo a medio plazo invadir los archipiélagos al sur del canal Beagle, en disputa con Chile, a fin de solucionar el conflicto del Beagle. Este se encontraba en esos momentos bajo una mediación del papa Juan Pablo II, por la cual ambos gobiernos se comprometieron a no hacer uso de la fuerza y a abstenerse de tomar medidas que turbasen la armonía entre las dos naciones.[27]

Crisis de los chatarreros

El 19 de marzo de 1982 41 trabajadores de la Compañía Georgias del Sur S. A. del empresario Constantino Davidoff arribaron a Puerto Leith en el barco ARA Bahía Buen Suceso. Los operarios izaron la bandera argentina. Esto causó una crisis diplomática que preludió la guerra.[28]

Según Train (2012, p. 236) el detonante del conflicto fue una noticia —que luego se supo que fue falsa— de la televisión británica según la cual dos submarinos nucleares británicos habían zarpado de Gibraltar hacia el Atlántico Sur.[29]​ Evitando comprometerse a un desembarco amenazado por dos submarinos nucleares enemigos, la Junta Militar, en un «ahora o nunca», dispuso la ejecución del desembarco estableciendo el Día D entre el 1 y el 3 de abril de 1982.[29][30]

Tal como dice Train (2012, p. 234), entre el desembarco del 2 de abril y el hundimiento del Belgrano del 2 de mayo, los gobernantes argentinos actuaron en la convicción de que estaban en una crisis diplomática, mientras que sus homólogos británicos procedieron en la convicción de que estaban en guerra. El objetivo político de los argentinos era «una solución diplomática para recuperar la soberanía sobre las islas». El objetivo británico: «defender los intereses de los isleños y castigar la agresión».[31]

No hubo declaración oficial de guerra por parte de ninguna de las dos partes.

Operación Rosario

El 28 de marzo la flota argentina zarpó de Puerto Belgrano con rumbo al sur.[32]​ El 31 de marzo a las 12:57 horas cortó las comunicaciones con el continente y puso rumbo hacia las islas Malvinas.[32]​Se buscaba deponer al Gobierno de Rex Hunt, proteger y evacuar a los ciudadanos de Argentina y restablecer la soberanía nacional.

La inteligencia de los Estados Unidos de América detectó los movimientos de los buques argentinos que se dirigían a las Malvinas. La noche del 1 de abril el presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan llamó por teléfono a Leopoldo Fortunato Galtieri;[33]​ El dictador argentino rehusó atenderlo hasta después de la interrupción de las comunicaciones entre la flota y el continente.[34]​ En la conversación, Galtieri desoyó los consejos de Reagan de cancelar el desembarco para evitar la guerra.[35]​ A continuación, el mandatario estadounidense llamó a Margaret Thatcher para transmitirle la obstinación de Galtieri y que los EE. UU. no serían neutrales en caso de una guerra.[36]

El 2 de abril a la mañana, las tropas argentinas desembarcaron en la isla Soledad.[29]​ Los argentinos tomaron la Casa de Gobierno, Puerto Stanley y el cuartel en Moody Brook.[37]​ El gobernador Rex Hunt se rindió a las 11:20 hs.[37]​ Todo funcionó tal como fue planeado, cumpliendo la orden de realizar una operación incruenta.[37]​Todos los 68 prisioneros de guerra británicos (57 marines reales y 11 marineros) de los mayores Mike Norman y Gary Noott fueron capturados adentro y afuera de la Government House. La fuerza de defensa civil, compuesto por 40 soldados de la Falkland Islands Defence Force (FIDF) del Mayor Phil Summers, el canadiense Bill Curtiss, el marinero Jack Solis, el chofer Don Bonner y 2 ex-Marines Reales (Jim Fairfield y Anthony Davies) fueron desarmados y permitidos regresar a casa.[38]​Los 6 o 7 policías presentes también se entregaron y los 30 rehenes argentinos ubicados en el edificio Town Hall al lado de la comisaria Royal Falkland Islands Police (RFIP) fueron liberados sanos y salvos.[39]

La noticia de la recuperación de las Malvinas generó un clima de triunfalismo poco común en la Argentina.[40]​ Todos los políticos argentinos manifestaron su apoyo a la acción militar.[41]

El 3 de abril la Armada Argentina conquistó las islas Georgias del Sur.[42]​ Se rindieron los 22 Royal Marines del Teniente Keith Mills atrincherados en King Edward Point, con sólo un herido y se entregaron sin resistencia 13 hombres del Equipo de Estudio Antártico Británico refugiados en la Iglesia Noruega de Grytviken.[43]

Gran parte de las tropas que intervinieron en la Operación Rosario regresaron al continente.[44]​ La Fuerza Aérea Argentina trasladó al exgobernador Hunt y a los militares británicos prisioneros a Londres, haciendo escala en Montevideo.[45]

Inmediatamente después de la ocupación, las autoridades argentinas cambiaron el sentido de circulación, la moneda y el idioma de la radiocomunicación.[46]​ El 22 de abril Argentina cambió el nombre de Puerto Stanley por «Puerto Argentino». Leopoldo Galtieri visitó Malvinas y recorrió las bases militares.[47]

Resolución 502 de la ONU

El 3 de abril el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, «profundamente preocupado», aprobó la Resolución 502 que pedía:[48]

  1. la cesación inmediata de las hostilidades.
  2. la retirada inmediata de todas las fuerzas argentinas de las islas Malvinas/Falklands.
  3. a los gobiernos de la Argentina y el Reino Unido a que procuren hallar una solución diplomática a sus diferencias y a que respeten plenamente los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

Quince sobre treinta países votaron a favor de la resolución, uno por encima del mínimo necesario.[49]​ Esto constituyó la primera derrota diplomática de Argentina.[49]​ Los países miembros del Movimiento de Países No Alineados votaron en contra de la Argentina, exceptuando Panamá.[50]​ La Unión Soviética —de quién se esperaba un veto—, España, Polonia y China se abstuvieron.[49]

La delegación argentina pidió al delegado soviético que vetara a la resolución.[51]​ El ruso sólo respondió que tal veto solo podía ser dispuesto por «las más altas autoridades».[51]​ El 11 de abril, el embajador soviético en Argentina se reunió con el ministro Costa Méndez. Según el relato de la Junta Militar, el diplomático ruso acudió al gobierno argentino para informar que el Gobierno de la Unión Soviética opinaba que la crisis de las Malvinas había sido provocada por la vocación colonialista de Gran Bretaña, y que se oponía de hecho a la Resolución 502 hasta llegar a violarla, perturbando así la paz. Por ello la URSS apoyaría en lo que pudiere a la Argentina sin esperar nada en retribución, en una actitud recíproca a la actitud argentina ante el embargo cerealero estadounidense de 1980.[52]

El Proceso de Reorganización Nacional apeló a la búsqueda de aliados en América Latina. La Argentina se encontraba en una situación desfavorable: entre 1976 y 1981, se había peleado con Brasil y Paraguay; casi llegó a la guerra con Chile en 1978; había interrumpido el proceso democrático de Bolivia; había perjudicado a Nicaragua apoyando a los contras desde Honduras; carecía virtualmente de relaciones con Cuba; mantenía el problema de los asilados con México; y veía a Uruguay con desconfianza tras la invasión de las Malvinas.[53]​ Los únicos aliados de Argentina eran Perú, Venezuela y Panamá.[54]​ El 1 de junio de 1982 Argentina compró a Perú diez cazas Mirage VP.[55][56]​ Los aviones no tomaron parte del conflicto por encontrase en mal estado.[57]

Respuesta británica

Fragata HMS Broadsword y portaviones HMS Hermes.
Mapa del teatro de operaciones de la guerra de las Malvinas, las distancias entre éstas y las diferentes bases de ambos ejércitos.

La toma de las Malvinas tomó de sorpresa al Gobierno y a las Fuerzas Armadas del Reino Unido.[58]​ Tras varias horas de indecisión, dudas, debates y análisis en el Parlamento y el Gobierno, el primer lord del Mar Henry Leach, convenció a la primera ministra Margaret Thatcher de movilizar la flota para retomar el control de las Malvinas.[59]

Tuve una sensación inmediata y aguda. ¿Qué maldito sentido tiene una flota si no voy a usarla? … Estaba en juego nuestro prestigio.[58]

Así fue que el 3 de abril Thatcher anunció la movilización de la Fuerza de Tareas 317 para recuperar las Malvinas.[59]​ El 5 de abril el Gobierno británico dio inicio a la Operación Corporate. El jefe del Estado Mayor de la Defensa almirante Terence Lewin fijó el objetivo: obtener el desalojo de los argentinos y el restablecimiento del gobierno británico en las islas.[60]​ Después se constituyó el «Gabinete de Guerra». El grupo integrado por Margaret Tatcher, John Nott, William Whitelaw, Cecil Parkinson y Francis Pym aceptó el objetivo de Lewin.[60]​ El comandante en jefe de la Flota, almirante John Fieldhouse, comenzó a conducir la Fuerza de Tareas 317 desde el Cuartel General de Northwood.[61]​ El almirante John Forster Woodward asumió como comandante operacional de la FT-317 al tiempo que asumió como comandante combinado del Grupo de Tareas 317.8, haciéndose cargo de todas las fueras de superficie, aire y tierra.[62]​ Se crearon cuatro comandos de unidades de tareas:[63]

  • Grupo de Tareas 317.8: Grupo de Batalla de Portaaviones (CBG), al mando del contraalmirante Woodward.
  • Grupo de Tareas 317.0: Grupo Anfibio, al mando del comodoro Michael Clapp, comodoro de Guerra Anfibia.
  • Grupo de Tareas 317.1: Grupo de Desembarco, conducido por el brigadier Julian Thompson, comandante de la 3.ª Brigada Comando.
  • Grupo de Tareas 317.9: Grupo de Georgias, conducido por el capitán Brian Young, comandante del destructor HMS Antrim.
  • Grupo de Tareas 324.3: Grupo de Submarinos, a cargo del oficial jefe de Submarinos vicealmirante Peter Herbert.

Los buques zarparon de Portsmouth el mismo 5 de abril.[64]​ El 7 de abril el Reino Unido anunció la Zona de Exclusión Marítima (ZEM), advirtiendo que «las naves de guerra argentinas que se encuentran dentro de las 200 millas náuticas de las islas Malvinas, después de las 04:00 GMT del lunes 12 de abril, corren el serio riesgo de ser atacadas».[65]​ El 12 de abril la Zona de Exclusión Marítima (ZEM) se volvió efectiva con la llegada del submarino HMS Spartan a aguas próximas a Puerto Argentino.[66]​ El 30 de abril Reino Unido impuso la Zona de Exclusión Total (ZET), apuntando contra las aeronaves argentinas también.[67][54]

La Fuerza de Tareas 317 estableció en el nordeste de la Zona de Exclusión una zona llamada «TRALA» (en inglés: Tow, Repair and Logistic Area), lejos de los ataques aéreos argentinos, donde los barcos británicos reabastecían y reparaban averías.[68]

Desembarcado el Grupo de Desembarco, el brigadier Thompson asumiría como comandante de las Fuerzas Terrestres. Cuando se decidió enviar la 5.ª Brigada de Infantería del Ejército Británico, al mando del brigadier Anthony Wilson, se precisó una estructura superior de comando de división, y el mayor general John Jeremy Moore ocupó ese rol.[69]

Apoyo a la expedición británica

Reino Unido recibió el apoyo de su aliado Estados Unidos:[70]​ El impulsor de esta ayuda fue el secretario de Defensa Caspar Weinberger, defensor de la Alianza Atlántica.[71]

  • Uso irrestricto de la Base Aérea de la Isla Ascensión, la cual habría de ser crucial para la expedición británica.
  • 4700 toneladas de pistas de aterrizaje metálicas desplegables.
  • Misiles AIM-9L Sidewinder y AGM-45 Shrike.
  • 50 millones de litros de combustible de aviación.
  • 8 sistemas de defensa aérea portátiles FIM-92 Stinger.
  • Radares para misiles Sea Wolf.
  • Indicadores de objetivos láser.
  • Misiles Harpoon.
  • Equipos de detección antisubmarinos.
  • Munición de diversos tipos y cantidades.
  • Facilidades de comunicaciones, criptográficos y de guerra electrónica.
  • Equipos de visión nocturna.

Otros países se plegaron al gobierno británico:

  • Francia apoyó al Reino Unido, dándole los secretos sobre el avión Super Étendard y el misil Exocet AM 39 que había vendido a la Argentina en 1981.[45]
  • El 15 de abril la Comunidad Económica Europea (CEE) estableció sanciones económicas a Argentina.[72]
  • Chile —quien se declaró neutral[73]​ proporcionó ayuda a los británicos mediante espionaje.[74]
    • La Armada de Chile aprestó su Escuadra para afianzar el éxito de la fuerza de tareas británica.[75]
    • La Fuerza Aérea de Chile coordinó con la RAF para desarrollar vuelos de espionaje trasandinos a gran altura con el objeto de obtener información sobre las FF. AA. argentinas, de las que los británicos carecían totalmente.[76]​ Chile avisaba la salida de los aviones argentinos del continente.[77]​ Para ello utilizaron radares de largo alcance; uno en Punta Arenas, y otro en Balmaceda, lo que les permitía, vigilar el espacio aéreo de las bases patagónicas de la Fuerza Aérea Sur y de la Fuerza de Tareas 80, desde Comodoro Rivadavia hasta Río Grande.
    • El Ejército de Chile desplegó tropas a lo largo de la frontera.[78]​ El Estado Mayor General del Ejército Argentino apreciaba que la Argentina tenía la posibilidad de tener dos frentes. Por ello analizó como hipótesis de máxima trasladar siete brigadas al sur del territorio.[78]

Defensa argentina de las islas

Un Douglas A-4 Skyhawk de la Fuerza Aérea Argentina en 1982.

El 4 de abril la Junta Militar resolvió no desafectar más medios de las islas Malvinas y comenzó a reforzarlos para la defensa de las mismas. El Plan D+5 quedó cancelado.[79]​ El 7 de abril se desactivó el Teatro de Operaciones Malvinas (TOM) al tiempo que se creó el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS) al mando del vicealmirante Juan José Lombardo.[80]​ El mismo día Argentina creó la Gobernación militar de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, conducido por el general de brigada Mario Benjamín Menéndez.[81]

Argentina preparó la defensa del archipiélago de la siguiente manera:

El 22 de abril el general Menéndez explicó a su par Galtieri las escasas reservas para la capital y escasos efectivos para cubrir los amplios espacios vacíos en la isla Soledad. Galtieri envió la III Brigada de Infantería completa al tiempo que instruyó a Menéndez que ocupara también la isla Gran Malvina por su trascendencia política. Pese a que a su juicio los efectivos en la Gran Malvina quedarían inactivos y aislados cumplió la orden.[87]

Argentina sembró 25 000 minas terrestres en el archipiélago.[88]

El Estado de Libia proveyó de más de 100 misiles 9K32 Strela-2, minas antitanque, ametralladoras, morteros, rampas, radares, proyectiles, etc. En agradecimiento, la Argentina intentó regalar a este país frutas, verduras y, en especial para el coronel Muamar el Gadafi, caballos de su Ejército. A raíz de la rendición el 14 de junio, la operación quedó inconclusa.[89]

Gestión de Haig

El 8 de abril el gobierno federal de los Estados Unidos decidió que el secretario de Estado Alexander Haig emprendiera una misión de acercamiento de los dos países enfrentados para encontrar una solución (no mediación).[90]

Haig se reunió con Galtieri el 10 de abril en la Casa Rosada con la compañía de Vernon Walters. Nicanor Costa Méndez y Roberto Benito Moya estaban presentes. Haig agradeció a Galtieri la ayuda del Ejército Argentino a los Contras desde Honduras.[91]​ El dictador argentino advirtió a Haig que la Argentina no dudaba de su soberanía en las islas. La respuesta de Haig fue que si insistía en la permanencia de un gobernador argentino en las islas, habría guerra, y que en ese caso los británicos ganarían por sus fuerzas mayores a las de los argentinos.[92]​ Después de la reunión, Galtieri salió al balcón frente una multitud y atizó el conflicto con una oración que patentó su rol en el conflicto: «¡Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla!».[93]​ Los jefes militares argentinos ignoraban claramente la superioridad de las FF. AA. británicas a las argentinas en cuanto a tecnología y profesionalismo.[94]

Argentina se veía condicionada por la Resolución 502. Si retiraba sus fuerzas de los archipiélagos, el Reino Unido debería detener el avance de la Fuerza de Tareas 317.[95]​ Margaret Thatcher no quería negociar teniendo las islas ocupadas.[95]

El 14 de abril el periodista estadounidense Carl Bernstein, a través de ABC News, informó a la audiencia que los Estados Unidos estaban brindando información satelital de inteligencia a la flota británica.[96]​ El secretario de Estado de Asuntos Latinoamericanos, Thomas Enders, llamó al embajador Esteban Takacs para negar la noticia. Los funcionarios argentinos renegaron el ostensible apoyo estadounidense a la expedición británica.[96]

El 15 de abril Reagan y Galtieri conversaron telefónicamente por segunda vez.[97]​ Galtieri manifestó a Reagan su preocupación por el avance de la flota británica hacia el Atlántico Sur e insinuó una intervención de un país del Bloque del Este.[98]​ Ambos líderes coincidieron en que una guerra en el hemisferio occidental entre dos países amigos de los Estados Unidos perjudicaría a ambos países en pugna y solo beneficiaría a la Unión Soviética.[99]​ El presidente estadounidense dijo que su gobierno mantenía y mantendría una posición neutral en tanto que las negociaciones continúen.[100]

El 30 de abril Haig anunció que las negociaciones no habían logrado una solución. Dijo que la posición argentina había rechazado la última propuesta estadounidense. Anunció la suspensión de asistencia militar estadounidense a Argentina y medidas económicas punitivas. También informó que Estados Unidos satisfarían requerimientos de armamento de Reino Unido. Haig aseguró que Estados Unidos no participaría en forma directa del conflicto. Al mismo tiempo, Ronald Reagan calificó a Argentina de país «agresor». Costa Méndez declaró que Argentina no había rechazado la propuesta estadounidense sino que la había objetado.[73]

Primeras escaramuzas y combates

El 25 de abril la flota británica retomó las islas Georgias del Sur en la Operación Paraquet.[54]

El 28 de abril el órgano consultivo del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) aprobó por 17 votos y 4 abstenciones —Estados Unidos, Colombia, Chile y Trinidad y Tobago— una resolución de nueve puntos que urgía a Reino Unido a cesar las hostilidades y a Argentina a procurar no empeorar la situación.[101]

Bombardero Vulcan B.2 parte de la isla Ascensión.

El 1 de mayo a las 04:40 hs comenzaron las hostilidades en las islas Malvinas cuando un bombardero Vulcan B.2 de la RAF, proveniente de la isla Ascensión, bombardeó el Aeropuerto de Puerto Argentino, en la primera Operación Black Buck.[102]Smith (2006, Part 24) dice que la Operación Black Buck demostró la capacidad de la RAF de atacar el Atlántico Sur y el continente también. A continuación, aviones de caza Harrier GR.3 y Sea Harrier FRS.1 atacaron el Aeropuerto (08:30 hs) y la BAM Cóndor (08:31 hs).[103]​ Los ataques aéreos provocaron la salida de aviones de caza de la Fuerza Aérea Sur para interceptarlos. Las aeronaves realizaron los primeros combates aire-aire.[104]​ La Fuerza Aérea Argentina define a las acciones del 1 de mayo como su bautismo de fuego.[105]​ La pista del Aeropuerto fue desde este día el principal blanco de la aviación británica, ya que era crucial para el puente aéreo argentino que burlaba el bloqueo y sostenía logísticamente a la guarnición argentina.[106]

La intención de la Fuerza de Tareas 317 era la de ablandar a los argentinos conminándolos la rendición. En ese sentido, el 1 de mayo, buques británicos bombardearon Puerto Argentino, mientras el comandante Woodward intimó al comandante Menéndez a la rendición, lo cual fue rechazado.[107]​ Entre el 1 y el 12 de mayo la flota británica llevó a cabo bombardeos de día y de noche; hasta el 12 de mayo cuando el primer ataque de la Fuerza Aérea Sur.[106]​ A partir del dicho ataque, los cañoneos navales se efectuaron sólo de noche.[108]

Flota argentina en operaciones

El comandante del teatro de operaciones, Juan Lombardo, planeaba una operación para la flota argentina que esperaba sirviera para distraer a la flota británica de su misión, la que según la inteligencia argentina, era apoyar un desembarco en las Malvinas ese mismo día.[109][110]​ El plan consistía en avanzar desde el norte con el Grupo de Tareas 79.1 —del portaviones Veinticinco de Mayo— hasta el límite de la Zona de Exclusión, y con el Grupo de Tareas 79.3 —del crucero General Belgrano— desde el sur, también fuera de la Zona de Exclusión, en un movimiento de pinza que obligaría a la Fuerza de Tareas británica a abandonar el apoyo al presunto desembarco.[111][110]​ Para ello, Lombardo ordenó constituir el Grupo de Tareas 79.4 con las corbetas Drummond, Guerrico y Granville apoyadas por el Punta Médanos, dejando al GT-79.1 constituido por el Veinticinco de Mayo, escoltado por el Santísima Trinidad y el petrolero Campo Durán.[112]​ El portaviones argentino lanzaría un ataque de aviones A-4Q Skyhawk al amanecer del 2 de mayo; y el GT-79.4 lanzaría un ataque de misiles Exocet contra unidades desgastadas por el ataque aéreo. El GT-79.3 tenía por función cubrir el flanco sur, intentando contacto con blancos de oportunidad con unidades que podían provenir del océano Pacífico.[113]

Cuando el portaviones Veinticinco de Mayo disponía el lanzamiento de los aviones el viento se puso nulo. El buque precisaba un viento de 22 nudos incidente en la cubierta de vuelo para el lanzamiento de los A-4Q. El Veinticinco de Mayo per se alcanzaba 18 nudos, y los restantes los esperaba del viento. Por ello, los marinos desmontaron tres de las cuatro bombas que cargaban los A-4Q, quedando sólo una por avión. La incertidumbre sobre el potencial del ataque y el hecho de que los británicos no habían desembarcado como se esperaba, determinaron la orden de cancelar el ataque y retroceder hacia el continente.[114][111]

Hundimiento del ARA General Belgrano

Disposición de las fuerzas de ambos bandos previo al hundimiento del ARA General Belgrano.
Archivo:ARA Belgrano 1982.PNG
Foto de un tripulante durante el hundimiento del Belgrano el 2 de mayo de 1982, que ocurrió cerca de las 16:00 HOA.

El 2 de mayo el submarino nuclear HMS Conqueror hundió al crucero ARA General Belgrano. El hecho ha sido objeto de controversia ya que ocurrió fuera de la Zona de Exclusión Total impuesta por los británicos.[115]

El 3 de mayo el comandante en jefe Anaya aseguró que el enemigo «disponía de información satelitaria diurna y nocturna sobre todas las unidades de superficie propias».[116]​ A consecuencia del hecho, el vicealmirante Lombardo ordenó la retirada de la Flota de Mar a aguas poco profundas para evitar los submarinos nucleares británicos.[117]​ Desde entonces se ocupó de la guerra antisubmarina y de proteger el tránsito marítimo y los objetivos nacionales en el continente.[118]

El 10 de mayo la fragata HMS Alacrity hundió al transporte ARA Isla de los Estados en el estrecho de San Carlos y cerca de Puerto Howard.[119]​ El hecho fue emblemático ya que en él perecieron militares de las tres FF. AA. argentinas.[119]

Propuestas de paz

Intentos de la ONU

A continuación una cronología de los intentos de la Organización de las Naciones Unidas para poner fin a las hostilidades:

  • 6 de mayo: el secretario general de las Naciones Unidas Javier Pérez de Cuéllar propuso, como paso previo para entablar negociaciones, el retiro de las fuerzas de ambos de países de las islas.[120]​ Al día siguiente el Reino Unido amplió el bloqueo naval a 12 millas del litoral marítimo argentino y decidió trasladar fuerzas de infantería que estaban en la isla Ascensión al frente de guerra. Reino Unido preparaba un desembarco.[121]
  • 26 de mayo: el Consejo de Seguridad emitió la Resolución 505. Se autorizó a Pérez de Cuéllar para mediar entre las partes en conflicto. Convocó a los países a cooperar con el mediador y a este a establecer contacto para negociar las condiciones para imponer un alto el fuego. El Reino Unido rehusó detener la guerra y retirar las fuerzas. El Consejo de Seguridad aplazó sus reuniones para dejar vía libre a Pérez de Cuéllar.[122]
  • 5 de junio: el secretario general Pérez de Cuéllar envió un mensaje secreto a Leopoldo Galtieri y Margaret Thatcher. Advirtiendo que el conflicto estaba por entrar en una fase «extremadamente peligrosa», Pérez de Cuéllar propuso un plan. La idea era la concederse una tregua a partir del 7 de junio de 1982. Después los dos comandantes en el archipiélago se reunirían para convenir las condiciones de un alto el fuego y se iniciaría el retiro de las fuerzas argentinas, en un plazo de 15 días. A la vez, el Reino Unido debía informar sobre planes de reducción de fuerzas en las islas. Tras estos y otros pasos, «las negociaciones se inaugurarán el 1.º de junio de 1982»; el Comité Militar argentino rechazó la propuesta.[123]

Perú

El presidente constitucional del Perú Fernando Belaúnde Terry realizó una propuesta de paz para solucionar el conflicto el 2 de mayo de 1982.[124]​ La propuesta consistía en:

  • Cesación inmediata de las hostilidades.
  • Retiro mutuo de fuerzas.
  • Presencia de representantes ajenos a las dos partes involucradas en el conflicto para administrar temporalmente las islas.
  • Reconocimiento de ambos gobiernos de la necesidad de reconocer las aspiraciones y los intereses de los isleños para la solución definitiva del conflicto.
  • Acuerdo común para la designación de los países interventores en las negociaciones.
  • Obtención de un acuerdo definitivo antes del 30 de abril de 1983, bajo la responsabilidad de los países antes mencionados.

Según Train (2012, p. 239) el hundimiento del General Belgrano el 2 de mayo de 1982, acabó con todas las esperanzas de una solución pacífica.

Fuerzas aéreas argentinas en ofensiva

La fragata inglesa HMS Antelope, tras ser bombardeada; se hundió el 24 de mayo.

El 4 de mayo de 1982 la Armada Argentina destruyó al destructor HMS Sheffield, quien cumplía funciones de piquete radar unas cien millas al sur de Puerto Argentino.[b][126]​ Los cazabombarderos atacantes argentinos Super Étendard dispararon dos misiles Exocet AM 39 contra el Grupo de Batalla de Portaviones británico.[127]​ Uno impactó en el Sheffield y el otro probablemente cayó al mar, afectado por las contramedidas electrónicas.[128]​ El Reino Unido tuvo una sorpresa total, ya que hasta ese momento creía que Argentina era incapaz de utilizar el binomio Super Étendard-Exocet, por la retirada del personal técnico francés al comienzo del conflicto.[126]​ De esta manera, la Armada Argentina se convertía en pionera en la utilización de esta nueva técnica de ataque de misiles.[126]​ El contraalmirante García Boll (2007, p. 138), comandante de la Fuerza de Tareas 80, asegura que las revanchas y los vaticinios carecían de asidero: «es pura casualidad que el hundimiento del Sheffield se produjera dos días después del hundimiento del Belgrano». El éxito argentino motivó a los mandos británicos a organizar un ataque a la Base Aeronaval Río Grande, donde estaban los Super Étendard: la Operación Plum Duff.[129]

Operación Algeciras

'HMS Hecla' en la Base Naval de Gibraltar, durante la conversión a un buque hospital para el servicio durante la Guerra de las Malvinas. En esa guerra Gibraltar fue objeto de un intento de sabotaje argentino.

La Armada Argentina ejecutó la Operación Algeciras infiltrando dos comandos montoneros —conducidos por un oficial— en AlgecirasEspaña— para destruir con explosivos cualquier barco británico en la base de Gibraltar.[130]​ La policía local detuvo a los argentinos desbaratando la operación.[130]

Desembarco de San Carlos

Desembarco británico y combates en el estrecho de San Carlos

El 21 de mayo un destacamento de la flota británica llevó a cabo en la bahía San Carlos un desembarco de tropas.[131]​ La oscuridad, un tiempo desfavorable para las observaciones y unos ataques de distracción en otros lugares de la isla Soledad facilitaron el desembarco.[131]​ La única oposición terrestre argentina al desembarco británico provino del Equipo de Combate Güemes de 60 efectivos del Ejército Argentino a cargo del Teniente 1.º Carlos Daniel Esteban.[132][133]​ El equipo guarecía la Altura 234 y puerto San Carlos. El jefe del equipo argentino avisó al alto mando argentino en Puerto Argentino sobre el desembarco.[132]​ El alto mando procedió enviando un avión MB-339 que constató el asalto anfibio.[134]​ El equipo argentino abatió cuatro helicópteros británicos y eventualmente se replegó por inferioridad de condiciones.[133]​ La batalla de San Carlos pasó a ser aire-mar exclusivamente tras la retirada del equipo de combate de la Altura 234. Los británicos armaron una cabeza de playa en puerto San Carlos, Bahía Ajax y San Carlos simultáneamente.[135]​ Las fuerzas terrestres británicas fueron espectadoras de la lucha aeronaval que se libraba.[131]

Aviones de la Armada y la Fuerza Aérea Argentina atacaron al destacamento de desembarco y a la cabeza de playa. Hundieron un destructor y dos fragatas británicas, hiriendo y matando a decenas de marinos. Estos aciertos costaron a los aviadores argentinos unos 22 aviones y 10 pilotos.[136]

El 25 de mayo los argentinos repitieron el ataque de Exocet y hundieron al transporte SS Atlantic Conveyor, destruyendo su carga, vital para la campaña terrestre británica: tres helicópteros Chinook, seis Wessex y un Lynx (según los británicos los Harrier y Sea Harrier habían sido retirados antes del ataque).[137]​ La acción más importante y discutida de estos ataques fue el ataque al HMS Invincible del 30 de mayo. Allí Argentina disparó su último Exocet AM 39.[138]​ Según uno de los sobrevivientes de la misión, Gerardo Guillermo Isaac, el Exocet impactó e infligió en el portaviones.[139]

El 26 de mayo el Consejo de Seguridad emitió la Resolución 505 que permitió a Pérez de Cuéllar intentar solucionar el conflicto deteniendo las acciones militares.[140]

En la noche del 26 al 27 de mayo, en medio del barro y la lluvia del itsmo de Darwin, una compañía del Regimiento 12 al mando del Teniente 1.º Jorge Antonio Manresa logra capturar la base de patrullas del Servicio Aéreo Especial (SAS) en Monte Usborne, pero tuvo que replegarse ante el avance británico.

Batalla de Pradera del Ganso

El 28 de mayo de 1982 las tropas del 2.º Batallón del Regimiento Paracaidista (2 PARA) del Ejército Británico atacaron Pradera del Ganso.[141]​ Una fuerza de tareas del Ejército Argentino, compuesta por 642 efectivos, defendía la zona.[141]

Train (2012, p. 247) dice que el Gobierno británico ordenó el ataque a la guarnición argentina de Pradera del Ganso para satisfacer la necesidad de derrotar a los argentinos en algún lugar y lo antes posible.

Bajo el comando del Teniente Coronel Ítalo Ángel Piaggi, primero en la mañana, y luego del Mayor Carlos Alberto Frontera en la tarde, el Regimiento de Infantería 12 «General Arenales» tuvo varias figuraciones destacadas, la principal de las cuales fue el combate por el Cerro Darwin, el 28 de mayo, durante el cual sufrió 57 bajas (18 muertos, 39 heridos y 35 capturados), es decir, más del 50 por ciento de los defensores de la primera línea defensiva.[142]

El Subteniente Ernesto Orlando Peluffo del Regimiento 12, herido en combate, rememoró que en la defensa de las alturas de Darwin, «el enemigo presionaba en ese lugar ... nos comenzó a envolver por el flanco y retaguardia. Avanzaba protegido por cortinas de humo y apoyado por intenso fuego de armas automáticas y morteros[143]

Como parte de la Fuerza de Tareas «Mercedes», el pelotón de fusileros del Teniente Roberto Néstor Estévez participó en el combate, y con apoyo de artillería bombardeó los cerros Middle Hill, Coronation Ridge y Coronation Point, ocupados por tres compañías británicas. En el contrataque el pelotón argentino capturó el cementerio de Darwin, y desde Middle Hill, fuego de francotiradores hirieron mortalmente al Teniente Estévez, su radio operador (Soldado Fabricio Edgar Carrascull), y una granada de fósforo alcanzó y hirió mortalmente a un suboficial (Cabo Mario Rodolfo Castro). Los hombres de Estévez consiguieron repeler el ataque inicial, ganándose los tres hombres mencionados medallas póstumas por heroísmo.

Costaba defender las alturas de Darwin y aguantar tanto el diluvio de 1.000 disparos de mortero que cayó sobre los cerros Boca y Darwin[144]​como las oleadas de paracaidistas británicos que intentaron asaltar la colinas para desalojar los 200 defensores argentinos.

Aproximadamente a las 17 horas, avanzaron los paracaidistas nuevamente y establecieron posiciones en la escuela. Inmediatamente empezaron a tirar francotiradores británicos desde adentro la estructura. El Subteniente Claudio Oscar Braghini del Grupo de Artillería Antiaéreo 601 ordenó intenso fuego de cañones y la aquel edificio fue consumido por las llamas.

Mientras el grueso del Regimiento 12 se replegaba hasta el establecimiento Goose Green, un peloton de conscriptos, al mando del Subteniente Orlando Lucero, todavía aguantó en su posición adelantada adentro varios galpones metálicos hasta el anochecer del día 28, cuando fue ordenado el cese del fuego.[145]

Al día siguiente, las remanentes tropas de la Fuerza de Tareas «Mercedes» se rindieron cuando el jefe británico (Mayor Chris Keeble) se consideraba en el límite de su capacidad para seguir combatiendo.[146]

Diecinueve soldados de Gran Bretaña murieron en los choques violentos, entre ellos 15 miembros del 2 PARA, el mismo Teniente Coronel Herbert Jones figuraba en el listado de los caídos británicos. También murieron 47 soldados del Ejército Argentino y 5 conscriptos de la Fuerza Aérea Argentina.

Tras la victoria en Pradera del Ganso, Margaret Thatcher decidió continuar los esfuerzos para ganar el conflicto por las armas.[147]

Combate de Top Malo House

El 29 de mayo, doce hombres de la 1.ª Sección de Asalto de la Compañía de Comandos 602 operando desde el monte Simón, detectaron un corredor de helicópteros Sea King y Chinook que aprovisionaba la vanguardia enemiga.[148]​Los británicos descubrieron a los comandos por el tráfico radioeléctrico.[148]​Los hombres del Capitán José Arnobio Vercesi bajaron del monte con la intención de llegar a la posición argentina de Fitz Roy.[148]​Al anochecer el 30 de mayo, se refugiaron en Top Malo House, mientras 19[149]​o 35 comandos británicos del Cuadro de Guerra de Montaña y Ártico (M&AWC) al mando del Capitán Rod Boswell desembarcaban desde un helicóptero Wessex.[148]​Los británicos se impusieron con una emboscada letal de armas antitanque[148]​y no sin un feroz tiroteo de 45 minutos de duración[150]​. Producto del desgaste que sufrieron los hombres de Capitán Boswell, no pudieron cumplir a tiempo con su misión original, que era conquistar el puente del establecimiento Fitz Roy-Bluff Cove. Por esta razón, el 8 de junio las Guardias Galesas se vieron demoradas y sufrieron ataques de la Fuerza Aérea Argentina que dejaron como resultado 50 muertos, 200 heridos y dos buques de transporte de tropas fuera de combate.[151]

Por su desempeño en el combate, el Teniente 1.º Ernesto Espinosa y el Sargento 1.º Mateo Sbert recibieron la cruz al Heroico Valor en Combate.

Batalla de Monte Kent

El 29 de mayo, la Compañía de Comandos 602 del mayor Aldo Rico recibió la misión de destacar el resto de sus hombres en la zona de Monte Kent, y esperar el inminente asalto británico, para dejarse sobrepasar e infiltrarse en su retaguardia. Cinco helicópteros argentinos despegaron al anochecer de la base de la Aviación del Ejército, ubicada en el hipódromo, rumbo al valle del Kent, para luego sobrevolar puntos estratégicos cercanos a San Carlos y recuperar a la patrulla del Capitán José Ramón Negretti de la Compañía de Comandos 601 infiltrados en Big Mountain.

En la noche del 29 al 30 de mayo, la 3.ª Sección de Asalto del Capitán Andrés Antonio Ferrero llegó a la base del Monte Kent, pero rápidamente se encontraron bajo fuego de ametralladoras y morteros de la Tropa del Aire del Servicio Aéreo Especial. El Sargento 1.º Raimundo Máximo Viltes fue herido de gravedad y la Tropa de Aire sufrió dos hombres gravemente heridos (Carl Rhodes y Richard Palmer) por disparos de fusil.[152]

Al amanecer del 30 de mayo, los hombres de la 2.ª Sección de Asalto del Capitán Tomás Víctor Fernández, se infiltraron tras las líneas enemigas. El Teniente 1.º Rubén Márquez y el Sargento 1.º Oscar Blas fueron designados para encabezar la patrulla. Subieron hasta un peñasco cuando los disparos de una ametralladora quebraron el silencio. Luego llegó una explosión. Eran las 09:30 horas en el cerro Bluff Cove Peak y se enfrentaban a los comandos británicos del SAS que los habían descubierto. Márquez gritó: «¡Cuidado, emboscada!» alertando a sus compañeros y quedó como blanco de los defensores, comandados por el Mayor Cedric Delves. Márquez lanzó granadas y Blas comenzó a disparar. En su acción, hirieron a otros dos comandos británicos (Ewen Pearcy y Don Masters) y frenaron el avance enemigo.[153]​Así, ambos boinas verdes argentinos dieron su vida para que sus compañeros se salvaran y se les concedió póstumamente la Medalla al Valor en Combate.

Al intentar reforzar Kent aquel 30 de mayo con la patrulla del Comandante Jorge Enrique San Emeterio, un Aerospatiale SA-330 Puma fue alcanzado por un misil en la cola del helicóptero, lo cual provocó una fuerte explosión que causó la muerte de siete comandos de la Gendarmería Nacional Argentina y once seriamente heridos/lesionados.

Combate de Many Branch Point

El Servicio Aéreo Especial, la unidad de élite británica, tenía un puesto secreto de observación en Puerto de los Brazos, en las alturas cercanas a Puerto Howard, que fue descubierto el 10 de junio, por la 1.ª Sección de Asalto del Teniente 1.º José Martiniano Duarte, perteneciente a la Compañía de Comandos 601. Durante el tiroteo murió el Capitán británico John Gavin Hamilton y fue capturado el Sargento Roy Fonseca (oriundo de Goa).[154]​ Esa noche fueron testigos del bombardeo realizado por fragatas británicas sobre Port Howard/Puerto Mitre.[155]​ La tumba de Hamilton se halla en una colina. Excepcionalmente, los argentinos permitieron que la bandera británica fuera colocada en su ataúd antes del entierro, en reconocimiento por su valor.

En realidad las compañías de comandos del Ejército Argentino participaron en más acciones, el asalto a la base de patrullas del 3.º Batallón del Regimiento Paracaidista (3 PARA) cerca del Puente Murrell, la reconquista de Monte Wall y una emboscada exitosa en el centro del Río Murrell, 700 metros delante de las posiciones ocupadas por el Regimiento de Infantería 4 «Monte Caseros» del Teniente Coronel Diego Alejandro Soria.

Avance británico hacia Puerto Argentino

Habiendo conquistado Pradera del Ganso, el 31 de mayo la fuerza terrestre británica avanzaba por dos avenidas: monte Kent y Fitz Roy.[156]

La fuerza terrestre británica avanzó 80 kilómetros desde San Carlos hasta las inmediaciones de Puerto Argentino sin oposición, sufriendo las inclemencias del clima y la aspereza del suelo. La falta de movilidad para satisfacer los requerimientos tácticos y logísticos simultáneamente determinó que la marcha se hiciera a pie a o no fuera posible hacerlo. La imprevista alta demanda de helicópteros para el aprovisionamiento logístico y la pérdida de tres helicópteros Chinook en el Atlantic Conveyor motivó a los británicos a realizar el avance por medios navales.[146]

Elementos del 2 PARA ocuparon Fitz Roy el 1 de junio. Los mandos británicos decidieron desplazar por medios navales a la 5.ª Brigada de Infantería del Ejército Británico para reforzar la posición.[157]

El capitán Carlos Alberto López Paterson combatió en el cerro Dos Hermanas con el Regimiento de Infantería 4 «Monte Caseros» y ha rememorado que desde el 1 de junio «el tiempo ofrecía otra cara de las dificultades que afectaban tanto a los británicos como a nosotros: la niebla. Pero en este caso, la total falta de visibilidad diurna era un problema grave para nosotros, que estábamos en la defensiva, y una gran ventaja para el atacante, que podía moverse, acercarse y reconocer con bastante comodidad y seguridad ... A esta altura de los acontecimientos, todos conocíamos bien cuáles eran los efectos de las artillerías naval y terrestre de los británicos y qué eran sus tropas especiales combatiendo a corta distancia. Además, habíamos participado del rechazo de dos intentos británicos por infiltrarse en las posiciones que el Regimiento 4 ocupaba en el Monte Harriet ... Era notorio como cada uno sabía lo que tenía que hacer, fuera capitán o soldado, sin pánico, sucio, mojado y con las extremidades inferiores medio congeladas; pero sin claudicar, sin pedir relevo; para no representar una carga para los demás, y sin ‘shocks’ emocionales. Todos estábamos aprendiendo la importancia de estar allí[158]

Debido a la información recibida sobre la presencia de tropas enemigas de reconocimiento sobre las laderas de Monte Wall, el jefe de Regimiento de Infantería 4 «Monte Caseros» (Teniente Coronel Diego Alejandro Soria) requirió el envío de una patrulla de comandos al lugar con la misión de obtener información y prisioneros. La exitosa misión ,que se realizó durante la noche del 5 al 6 de junio contra el pelotón de marines reales bajo del mando del Teniente Tony Hornby del 42 CDO, comenzó con la patrulla del Capitán Andrés Ferrero atravesando el campo minado installado al frente de la Compañía B (Teniente 1.º Carlos Alberto Arroyo) del Regimiento 4 en Monte Harriet, que proporcionó carne asada a los comandos, y el repliegue posterior con mucho equipo británico capturado se realizó gracias a los camiones todo terreno Unimog del Capitán Fernando de la Serna estacionados al pie del monte.

El bombardeo de sus posiciones desde el mar, el aire y la tierra es continuo. En la caída del invierno, en los montes a las afueras de Puerto Argentino, los hombres de la Regimientos de Infantería 4 y 7 luchan por mantener la línea mientras tratan de no congelarse y de pasar hambre, habiendo llegado sin ropa de invierno y con pocos suministros y municiones. Sobre el aprovisionamiento de aquellos días, Julio Lago (soldado ranchero del Regimiento 7 "Coronel Conde") muestra su particular visión.

De entrada hacíamos tres comidas por día, después se hicieron dos y al final, una. Te levantabas a las cuatro de la mañana y preparabas un mate cocido; después ya entrabas con la comida que se repartía a mediodía, otra más que se repartía tipo cuatro, cinco de la tarde, y a preparar todo para el otro día. Y así era continuamente. El problema era que amanecía a las diez de la mañana o a las nueve, y oscurecía a las tres y media. Con el toque de queda no se podía circular de noche, o sea, no había tiempo para andar repartiendo la comida.[159]

En la noche del 8 al 9 de junio, la Compañía B del Regimiento 4 y la Compañía B «Maipu» del Regimiento 7 rechazan un ataque importante por parte de 100 Marines Reales y Paracaidistas británicos en la línea Longdon-Dos Hermanas-Harriet.[160][161][162]

RFA Sir Tristram destruido tras el ataque.

Ataque aéreo de bahía Agradable

El 8 de junio la Fuerza Aérea Sur propinó un duro golpe a la Fuerza de Tareas 317, desbaratando un intento de desembarco en la bahía Agradable, con la destrucción de dos buques de desembarco y 51 muertos y 200 heridos británicos, perdiendo a su vez tres pilotos y sus aviones.[163][157]

El hecho de que la Guarnición Militar Malvinas desaprovechara la oportunidad de lanzar un contraataque es objeto de discusión. Train (2012, p. 249) explica que los mandos argentinos racionalizaron su decisión aduciendo que Bahía Agradable estaba a 16 km de Puerto Argentino hacia el suroeste. Una avanzada británica estaba entre Puerto Argentino y Bahía Agradable como cobertura. La artillería argentina en Puerto Argentino se veía exigua para apoyar una acción por aquella distancia. Hubiese sido necesario retirar al Batallón de Infantería de Marina N.º 5 de la importante posición en el monte Tumbledown, y de haber efectuado el ataque, el Batallón se habría visto enfrentando a la fuerza británica de cobertura y a la que desembarcaba a la vez.

Ataque final británico

El 9 de junio, la Compañía Comandos 602 reagrupando todos sus efectivos disponibles al mando del Mayor Aldo Rico se moviliza por tierra hasta las cercanías del río Murrell colocándose a 700 metros del cerro Dos Hermanas junto al Escuadrón de Fuerzas Especiales 601 de la Gendarmería Nacional utilizando nuevamente el apoyo de fuego coordinado de una de las baterías del Grupo de Artillería 3 en Puerto Argentino. Tenían como misión capturar el máximo posible de comandos británicos. La acción resulta en un sangriento combate con 50 hombres a cargo del Teniente David Stewart del Batallón de Comandos 45. Un grupo de tres o cuatro comandos británicos descargaron sus armas en dirección a la ametralladora MAG manejada por el Sargento Mario Antonio Cisneros[164]​y servida por el Teniente Jorge Manuel Vizoso Posse muy cerca del río Murrell. Un cohete LAW explotó contra el cuerpo de Cisneros, matándolo en el acto y a su lado Vizoso Posse (ambos 602) fue herido en la cabeza. Vizoso abrió el fuego dificultosamente contra ellos y comenzó a replegarse hacia el puesto de socorro donde se hallaba la sección de reserva a órdenes del Capitán Eduardo Villarruel. Los cabos Bob Colville, Hugh Knott, Roscoe Tanner y Dave Wilkie, el Sargento Pete Jolly y el resto de los Royal Marines habían comenzado su contraemboscada protegidos por una impresionante cortina de humo que los proporcionaban los morteros de los infantes de marina John Greer y Mike Cluman. Mientras tanto el Teniente 1.º Horacio Fernando Lauria disparaba arrodillado granadas de fusil próximo al Mayor Rico y a 150 metros de distancia eran apoyados por varios hombres del Regimiento 4 con el cual el Cabo Walter Ariel Pintos se había adelantado. No obstante, el terrible tiroteo proseguía. El Sargento Ramón Acosta cayó muerto y a su lado el Sargento Pablo Parada (ambos de Gendarmería Nacional) fue herido. A las 02:30 horas del 10 de junio los shockeados comandos británicos rompieron el cerco argentino y abandonando un montón de equipo lograron huir. Cuando salieron de la emboscada, Iain Leiper el operador radio, que estuvo al lado del Teniente Stewart todo el tiempo, notó que su radio se había roto por un balazo.

El 10 de junio, Argentina canceló la Operación Buzón, cuyo objetivo era efectuar un contraataque de paracaidistas en la retaguardia británica en el monte Kent. La decisión fue racionalizada en la falta de una adecuada cobertura aérea.[165]

Durante la noche del 10 de junio, las posiciones de los Grupos de Artillería 3 y 4 y de la Batería de Artillería del Batallón de Infantería de Marina 5, fueron sometidas a un intenso fuego naval que ocasionó numerosas bajas. En esta acción, mueren los soldados conscriptos Jorge Eduardo Romero y Eduardo Antonio Vallejos del Grupo de Artillería Aerotransportado 4.

El 11 de junio las FF. AA. británicas emprendieron su ataque final contra Puerto Argentino, mediante ataques nocturnos sobre la línea de defensa argentina constituida por los montes Longdon, Harriet y Dos Hermanas.[166]

El Teniente 1.º Jorge Alejandro Echeverría -oficial de inteligencia del Regimiento 4 «Monte Caseros»-, recordó que durante los días 9, 10 y 11 de junio, los británicos aumentaron la intensidad de su fuego de ablandamiento. Dos hombres murieron en sus posiciones en Harriet ante impactos directos de artillería. «El regimiento tuvo arriba de veinticinco heridos y dos muertos en este fuego de preparación.»[167]

En las batallas de los montes Harriet y Dos Hermanas los británicos vencieron con 10 marines reales muertos y 50 heridos[168]​ y no sin una firme resistencia argentina.[166]​La actuación de un solo francotirador argentino (Cabo Roberto Basilio Baruzzo) perteneciente a la Sección de Apoyos Especiales (Subteniente Celestino Mosteirin) del Regimiento 12 detuvo, durante horas, el ataque de la Compañía Kilo (Capitán Peter Babbington) de marines reales del 42.º Comando en Harriet.[169]​ ​Durante casi cuatro horas, la Compañía X del 45.º Comando quedó inmovilizada en las laderas del Dos Hermanas Sur.[170]​ El Capitán Ian Gardiner expresaría más tarde su admiración por la feroz resistencia ofrecida por el 3.º Pelotón de Fusileros del Subteniente Marcelo Llambías Pravaz del Regimiento 4 en Dos Hermanas:

(…) Un cuadro duro de unos veinte hombres habían queadado atrás y habían luchado, y fueron hombres valientes. Los que se quedaron y lucharon tenían algo (…).[171]

En el monte Longdon se produjo una batalla feroz y alta cantidad de bajas. Se llegó a luchar a bayoneta para tomar la cima, que luego hubo que defender ante dos contraataques argentinos. Alrededor de las 03:00 horas, un pelotón reforzado (Teniente 1.º Raúl Fernando Castañeda) de 46 hombres de la Compañía C del Regimiento 7 realiza un contraataque en Longdon, obligando a la Compañía B Británica bajo el mando del Mayor Mike Argue a retirarse. De los 278 hombres de la Compañía «Maipu» a cargo del Mayor Carlos Carrizo Salvadores -segundo jefe del Regimiento de Infantería 7 «Coronel Conde»- en Monte Longdon, pudieron replegarse solamente 78 sobrevivientes.[172]​Luego de doce horas de combate contra el 3 PARA, se perdía definitivamente Monte Longdon. Los atacantes británicos sufrieron 93 bajas, correspondiendo a 23 muertos y 70 heridos.[173]​69 Argentinos murieron en combate en la primera línea de defensa y otros 400 fueron capturados. Una fuerza argentina de vehículos blindados Panhard que intentó llegar hasta la primera línea fue obligada a dar media vuelta cuando aún le quedaban unos pocos kilómetros para alcanzar la posición.[174][175]

Durante la madrugada del 12 de junio, los argentinos dejaron fuera de combate al crucero ligero HMS Glamorgan con un misil Exocet MM 38 disparado desde Puerto Argentino.[176]​ Se trataba del primer lanzamiento de un misil Exocet desde tierra en la historia.[176]​ Ese mismo día, un avión Harrier fue alcanzado por un misil Tigercat[177]​ confirmando la artillería antiaérea su derribo a las 09:20 horas.[178]

Se esperaba el inminente ataque a las alturas monte Tumbledown, monte William y a Sapper Hill, situados a 7, 6 y 3 km respectivamente de Puerto Stanley/Argentino, defendidos por el Batallón de Infantería de Marina 5 (BIM 5), a órdenes del Capitán de Fragata Carlos Hugo Robacio. El Mayor Aldo Rico de la Compañía de Comandos 602 recibe la orden de establecer una emboscada frente al Monte William, por lo que envía a 12 hombres comandados por el Capitán Andres Ferrero a dicha posición.[179]​Relata el teniente primero Horacio Fernando Lauria:

En una de esas misiones raras, nos mandaron con el teniente primero Horacio Guglielmone a instalarnos una noche, quinientos metros adelante del Batallón de Infantería de Marina 5, los más cerca de los ingleses, para brindar seguridad y obtener información. Espalda contra espalda, solos, estábamos atentos con gran temor a los gurkhas, sin pestañear siquiera. Había sido una fuerte acción psicológica del enemigo, y todos teníamos una gran obsesión por miedo a ser degollados: la tensión era constante. Para contrarrestar aquella campana, yo quería matar a uno con las manos, lo que me siento capaz de hacer, y cortarle una extremidad a fin de mostrarla a los soldados y disminuir su pánico.[180]

En proximidades de Monte William, los pelotones de reconocimiento y tambores del Mayor Richard Bethell de la Guardia Escocesa ejecutan su ataque, buscando aferrar la Compañía Obra (Teniente de Corbeta Carlos Alberto Calmels) del BIM 5 frente de la posición y tomar el Cerro Zapador desde el camino Stanley―Fitzroy, empleando tanques livianos Scorpion, al mismo tiempo que saturan el sector, con fuego de cañones de 76 mm. Los fuegos de la propia artillería de marina baten los dos pelotones de la Guardia Escocesa. Los efectivos británicos se lanzan al asalto sobre el flanco sur de la posición del BIM 5 y se combate a las distancias próximas con profundo empleo de granadas de mano. El primer ataque en el sector de Tumbledown es rechazado.

Los tropas británicas consideraban al BIM 5 de lo mejor de la Argentina. Sobre 90 hombres de la Compañía Nácar en Tumbledown cayó la furia de la Compañía Flanco Izquierdo de la Guardia Escocesa en la noche del 13 al 14 de junio, pero los hombres de la 4ta Sección (Teniente de Corbeta Carlos Daniel Vázquez) y Sección de Exploración (Suboficial Julio Saturnino Castillo), con el apoyo de una docena de morteristas de los Suboficiales David Ramos y Lucio Monzón cerca la cumbre, contuvieron a esa fuerza muy superior en número alrededor de seis horas. Para desalojarlos, los soldados escoceses tuvieron que asaltar una a una sus posiciones, recurriendo a la artillería terrestre y naval, los misiles antitanque, las granadas, y el combate cuerpo a cuerpo. Fue tal la sorpresa que padecieron inicialmente la Guardia Escocesa en el sector que defendía Vázquez que el Subteniente Robert Lawrence que luego quedó herido en la cabeza, narró que el Subteniente James Stuart lo instó a que su pelotón abandonara el asalto y que disparara contra cualquiera que les impidiera retirarse de Tumbledown.[181]

La posición argentina en Tumbledown era ahora insostenible, con el riesgo de que la infantería de marina fuera cercada, y el General Menéndez autorizó el repliegue. En ese momento, el Capitán Robacio recibió una llamada por el teléfono de campana: la cima del monte Tumbledown acababa de caer, sus hombres se batían en retirada, avanzaban los soldados enemigos. Inmediatamente se informó al Mayor Jaimet y se propuso organizar una retirada inmediata lo que este aceptó. Al recibir la noticia, Jaimet envió un pelotón reforzado compuesto de 47 hombres bajo las órdenes del Subteniente Augusto Esteban La Madrid con la orden de contraatacar. El Guardiamarina Héctor Omar Miño a cargo de la 5.ª Sección de Ingenieros Anfibios, sale de exploración acompañado por dos soldados (Oscar Ismael Poltronieri y Carlos Ángel Muelas), el Guardiamarina Marcelo De Marco y el Teniente de Corbeta Waldemar Rigoberto Aquino. Localizan a un grupo de entre 10 y 12 soldados escoceses a cierta distancia de sus propias posiciones. Deciden aprovechar la sorpresa y abren fuego contra ellos junto a sus dos sirvientes de ametralladoras adelantadas. Se retiran en cuanto empiezan a recibir disparos de vuelta, dejando heridos a unos seis escoceses, sin bajas propias. En los combates subsiguientes se destacan, por su valor y sacrificio personal, los soldados conscriptos Horacio Adolfo Balvidares, Juan Domingo Rodríguez y Luis Jorge Bordón del Subteniente La Madrid, quienes agotan su munición y se reabastecen con cargadores abandonados hasta caer mortalmente heridos. ​Cerca del amanecer, el soldado Poltronieri realizó una nueva hazaña al lanzarse al ataque bajo intenso fuego enemigo para reabrir fuego de ametralladora para que las tropas argentinas escaparan. Solamente 23 soldados de los 47 que habían participado en el contraataque de La Madrid alcanzarían volver al pueblo. El resto ha quedado muerto, herido o hecho prisionero.

Desde el edificio del comando de la Brigada X el General Oscar Jofre, y el Coronel Félix Aguiar, segundo comandante de la Brigada 10 enviaban mensajes al Capitán Robacio instándolo abandonar esa posición; en cualquier momento se podía producir un ataque helitransportado enemigo que le cortaría al batallón fácilmente la retirada hacia el pueblo. Por entonces, el combate era muy violento. El asalto final en el sector Tumbledown está a cargo de los pelotones de los tenientes Viscount Dalrymple, Mark Mathewson y Robert Lawrence. Mientras tanto los Gurkhas se preparaban para asaltar el Monte William y ya habían conquistado algunos pozos de la Compañía Nácar. Un pelotón de infantes de marina estaban atrapado entre los montes Tumbledown y William por el avance nepalés sin escapatoria. Al advertir la situación, fue empleado el resto de la Compañía B del Regimiento 6 con el Teniente 1.º Raúl Daniel Abella a la cabeza.

A las 1000 se ejecuta un ordenado repliegue: primero, hacia Sapper Hill (colina Zapador), y luego, hacia Puerto Argentino. Se replegaron ordenadamente a la posición defensiva en la colina que reforzaron con ametralladoras. Allí los infantes de marina ocuparon posiciones defensivas, incluidos los ingenieros anfibios. Fue el propio capitán Robacio quien luego buscó y reconoció los muertos del BIM 5 en monte Tumbledown que había sido muy batido por la artillería británica.

Durante la Batalla de Wireless Ridge (Cresta del Telégrafo), las bocas de fuego de la artillería británica hostigaron constantemente las posiciones del Regimiento de Infantería Mecanizado 7 «Coronel Conde» con un intenso y preciso fuego. «Durante las doce últimas horas de la lucha se descargaron 6000 tiros de artillería», indican Max Hastings y Simon Jenkins.[182]

En el sector norte los atacantes tomaron fácilmente el perímetro del Teniente 1.º Hugo García en Wireless Ridge y avanzaron hacia las defensas del Teniente 1.º Jorge Calvo. Las compañías del Regimiento de Infantería 7 del Teniente Coronel Omar Giménez, formadas también por soldados que habían combatido la noche anterior, se desmoronaron; sus hombres y los refuerzos que los acompañaban huyeron hacia Moody Brook.[183]​ El certero y continuo fuego británico en estos primeros avances causó una gran mortaldad entre los hombres del Escuadrón de Exploración de Caballería Blindada 10.[184]​No obstante el Mayor Hugo Alberto Pérez Cometto permaneció entre los sobrevivientes del Pelotón de Morteros Pesados del Regimiento 7. Su abnegación y su coraje fueron hasta reconocido por el Centro de Excombatientes de las Islas Malvinas (CECIM) de La Plata.[185]

El Capitán Rodrigo Alejandro Soloaga del Escuadrón de Exploración de Caballería Blindada 10 «Coronel Isidoro Suárez», recordó las últimas horas de combate en Wireless Ridge. «Del fuego enemigo, puedo decir que me quedó grabado su asombrosa precisión, aún de noche; el empleo de toda munición trazante, que ejercía sobre nuestra tropa un efecto de aplastamiento constante y prematuro, y el empleo de munición explosiva de sus armas automáticas, se tornó cada vez peor, sobre todo en un momento en que mi fracción era la única que respondía el fuego, y sobre ella se concentraba gran parte del fuego enemigo[186]

El terreno ha sido horadado por el bombardeo, rotos los cables telefónicos y voladas 8 de las 10 ametralladoras MAG del pelotón a cargo del Subteniente Gustavo Alberto Aimara perteneciente al Regimiento de Infantería Aerotransportada 2 «General Balcarce», recientemente llegados desde Comodoro Rivadavia. Las compañías del Regimiento 7 luchan desesperadamente por mantenerse en sus respectivas zonas, pero los tanques Scorpion y la infantería británica rebasan las trincheras y envuelven por la espalda a parte de los hombres del BIM 5 (Sección Apoyo del Teniente de Corbeta Waldemar Rigoberto Aquino) ubicados cerca del arroyo Felton.

La Compañía A «Tacuari» (Capitán Rubén Oscar Zunino) del Regimiento 3, con tres pelotones de fusileros, inicia un contraataque sobre las laderas del sur de Wireless Ridge. Un pelotón (Teniente 1.º Victor Hugo Rodriguez Pérez) termina luchando cuerpo a cuerpo con un pelotón de paracaidistas bajo el mando del Teniente Jonathan Page de la Compañía D Británica. Los argentinos sufrieron 4 muertos y 23 heridos en este contraataque.

Antes de que amaneciera, el sol clareaba tarde en el casi invierno malvinense, el Mayor Carlos Carrizo Salvadores con algo menos de una compañía realizaron el último contraataque, contra los británicos. Los soldados conscriptos Horacio Cañeque y Santiago Gauto describen en Así peleamos Malvinas (Fundación Soldados) y Los Dos Lados Del Infierno (Planeta) lo que sucedió e indican que el mayor junto a los soldados del grupo táctico que lo acompañaban mediante el grito, ¡Esos que tienen pelotas, síganme! se lanzaron al asalto de las últimas posiciones argentinas capturadas en la Cresta del Telégrafo. Pero no tuvieron suerte. Los paracaidistas británicos ya habían conquistado Wireless Ridge, y la niebla se había levantado.

Esa mañana, los británicos vencieron la última línea defensiva conformada por Wireless Ridge y el Monte Tumbledown y Sapper Hill.[166]​ Habían llegado a Puerto Argentino. Los primeros en inspeccionar las posiciones defensivas capturadas fueron los corresponsales de guerra y jefes británicos. Uno de ellos, el comandante de la 5.ª Brigada de Infantería, Brigadier Anthony Wilson, dijo: «No cabe duda de que los hombres que se nos opusieron eran soldados tenaces y competentes, y muchos han muerto en su puesto».[187]

Rendición argentina

Prisioneros de guerra argentinos el 15 de junio.

La tarde del 14 de junio las FF. AA. británicas habían alcanzado los límites de Puerto Argentino, habiendo derrotado a las FF. AA. argentinas.[188]

El comandante británico, Jeremy Moore, y su par argentino, Mario Benjamín Menéndez, acordaron la rendición de la Guarnición Militar Malvinas. Cuando Moore mostró a Menéndez los documentos de la rendición, éste tachó la palabra «incondicional».[189]

Antes de firmar, los británicos se aseguraron de que la Fuerza Aérea Sur dejara de operar con los aviones que le quedaban.[189]​ El mando británico condicionó la entrega de los soldados argentinos a una declaración de cese de las operaciones aéreas.[190]​ El comandante en jefe Lami Dozo ordenó al brigadier Castellano entregarse, mientras el brigadier Crespo dijo que iba a pensarlo.[190]​ Finalmente la Fuerza Aérea Sur cesó en sus operaciones.[190]

Después de la rendición, algunos helicópteros argentinos siguieron volando para recoger a los muertos. El 15 de junio, acompañados por un oficial británico (Capitán Vivian Rowe) intentaron encontrar a los hombres del Subteniente Darío Alejandro Selser. Los encontraron en Beagle Ridge donde había nevado y le explicaron la situación, cosa que éste oficial no aceptaba. Sin embargo, luego de algunas duras palabras mezcladas con algún abrazo y lágrimas, los hombres del Subteniente Selser subieron a los helicópteros para regresar a la capital malvinense.

El 20 de junio, en la última acción militar, tropas británicas invadieron las islas Sandwich del Sur donde había hasta entonces una base científica argentina.[191]

El resultado de la guerra de 1982 no solucionó la cuestión de las islas Malvinas.[192]

El 4 de noviembre de 1982 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 37/9, lo cual constituyó una victoria diplomática de la Argentina, quien pagó más de doscientos millones de dólares en las gestiones.[193]​ La Resolución pedía al gobierno británico reanudar las negociaciones para obtener una solución pacífica del conflicto.[193]

Pérdidas humanas

Argentinos fallecidos

Cementerio de Darwin.
Monumento a los caídos en Malvinas, en Plaza San Martín, Buenos Aires.
Fuerza Cantidad
Ejército Argentino[194] 194 (16 oficiales, 35 suboficiales y 143 soldados)
Armada Argentina 377 (323 ARA General Belgrano, 8 ARA Alférez Sobral, 1 ARA Santa Fe, 1 ARA Guerrico, 5 ARA Isla de los Estados, 34 Infantería de Marina, 1 Apostadero Naval Malvinas y 4 Aviación Naval)
Fuerza Aérea Argentina 55 (36 aviadores)
Prefectura Naval Argentina 2 (1 PNA Río Iguazú (GC-83))
Gendarmería Nacional Argentina 7
Civiles Marina Mercante 14 (13 ARA Isla de los Estados y 1 Narwal)
Pobladores civiles del archipiélago 3 isleñas
Total 649 hombres (632 en Malvinas y áreas circundantes) y 3 isleñas

Británicos fallecidos

255 hombres[195]

En cambio según el «Roll of honour of Palace Barracks Memorial» fueron 273.[196]

Pérdidas materiales

De acuerdo a la Fuerza Aérea Argentina, los británicos sufrieron las siguientes pérdidas:[197]

  • 80 aeronaves derribadas o destruidas
  • 8 buques hundidos o destruidos
  • 11 buques averiados de consideración
  • 11 buques averiados

Según las fuentes oficiales británicas se produjo la destrucción de:

De éstos, 5 Harrier/Sea Harriers y 18 helicópteros fueron destruidos por acción enemiga.[198]​ Otro Harrier GR.3 fue dañado por metralla de la artillería antiaérea, lo cual le provocó un incendio durante su descenso en el portaaviones Hermes y no volvió a tomar parte en el conflicto.[199]

En lo que hace al componente naval de la Task Force, fueron hundidas o destruidas 7 naves de distinto porte (2 Destructores Tipo 42, 2 Tipo 21, 1 buque portacontenedores, 1 buque logístico y una lancha de desembarco), todas ellas víctimas de ataques aéreos. Dos destructores y dos fragatas fueron dañados al punto de ser retiradas del teatro de operaciones por el resto de la guerra.

Por su parte, los argentinos reconocen la pérdida de 100 aviones y helicópteros durante el conflicto, incluyendo las pérdidas por derribo, destrucción en tierra, accidente y captura por el enemigo.

Embarcaciones perdidas por Argentina

Buque Muertos Lugar del pecio Profundidad (metros) Fecha de hundimiento
Crucero ARA General Belgrano (C-4) 323 55°24′S 61°32′O / -55.400, -61.533 4200 2 de mayo de 1982 (Hundido fuera del área de exclusión militar de 200 millas de radio establecida por el Reino Unido)
Submarino ARA Santa Fe (S-21) 1 Bahía Cumberland, Georgias del Sur 200 Atacado el 25 de abril de 1982, hundido el 20 de febrero de 1985
Transporte ARA Isla de los Estados (B-8) 18 Cera de Isla Cisne 20 Cañoneado por la fragata HMS Alacrity (F174) el 11 de mayo
Transporte ARA Bahía Buen Suceso (B-6) 1 Al este del estrecho de San Carlos 20 Atacado por aviones Sea Harrier el 16 de mayo en Bahía Fox. Hundido como blanco de pruebas.
Mercante ELMA Río Carcarañá 0 51°33′S 59°32′O / -51.550, -59.533, cerca de Puerto Groussac 30 Atacado por aviones Sea Harrier el 16 de mayo en bahía Rey. Hundido el 23 de mayo por helicópteros Sea Lynx.
Pesquero Narwal 1 52°45′S 58°10′O / -52.750, -58.167 440 Atacado por aviones Sea Harrier el 9 de mayo, hundido al día siguiente al sur de Malvinas
Guardacostas PNA Río Iguazú (GC-83) 2 Varado cerca de Pradera del Ganso 4200 2 de mayo en seno Choiseul, después de sufrir el ataque de aviones Sea Harrier. Destruido el 13 de junio por un misil antibuque lanzado por un helicóptero Sea Lynx

Embarcaciones perdidas por Reino Unido

Buque Muertos Lugar del pecio Profundidad (metros) Fecha de hundimiento
HMS Sheffield (D80) 20 Hundido el 4 de mayo por aviones argentinos.[200]
HMS Ardent (F184) 22 Estrecho de San Carlos Hundido por por aviones argentinos el 22 de mayo.[201]
HMS Antelope (F170) 1 Hundido por por aviones argentinos el 24 de mayo.[202]
HMS Coventry (D118) 19 Hundido por aviones argentinos el 25 de mayo.[202]
SS Atlantic Conveyor 12 Hundido por por aviones argentinos el 28 de mayo.[202]
RFA Sir Galahad (L3005) 48 Fue atacado por aviones argentinos el 8 de junio, se incendió y se hundió. Después de la guerra se reflotó, fue remolcado y hundido como tumba de guerra por el submarino HMS Onyx (S21).[203]

Consecuencias

Argentina

Según la Constitución Argentina, Malvinas es un asunto irrenunciable del pueblo argentino. Mural en Los Antiguos, provincia de Santa Cruz.

La derrota militar grave sufrida en Malvinas sorprendió a la población argentina, que creía hasta ese momento en un desarrollo favorable de la guerra, generando desconcierto y frustración, que originaron un desprestigio grande del Proceso de Reorganización Nacional y de las Fuerzas Armadas argentinas.[204]

Cobertura informativa

Los medios de comunicación argentinos produjeron una cobertura informativa triunfalista y falaz.[205]​ Un título que rezaba «estamos ganando» se volvió muy célebre.[205]​ El Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas dictaba comunicados sobre el desarrollo de las operaciones militares.[205]

El 4 de junio de 1982 el Comité Militar impuso veedores militares en las agencias de noticias para controlar la evitar la difusión de determinadas informaciones. Noticias Argentinas y Diario Jornada quedaron inmediatamente clausarados.[206]

Conflicto del Beagle

El restablecimiento del orden constitucional facilitó la firma del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile de 1984, con el cual se puso fin al conflicto del Beagle, y ayudó a evitar una eventual solución bélica.[207][208]

Continuación de la lucha

El continuo reclamo argentino sobre los archipiélagos del Atlántico Sur ha quedado plasmado en la disposición transitoria primera de la Constitución de 1994, que dice:

La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.

Reino Unido

Recibimiento del HMS Invincible tras la guerra

En el Reino Unido, la popularidad de Margaret Thatcher subió considerablemente, permitiéndole a su partido ganar las siguientes elecciones.[209]​ También se abandonó la idea de reducir el presupuesto de la Marina Real propuesto por John Nott. Los habitantes de las Malvinas también se beneficiaron, pues en 1983 recibieron nuevamente la ciudadanía británica y se liberalizó la economía (que hasta ese momento no había sido potenciada por miedo a provocar a Argentina). En 1985, una nueva constitución comenzó a promover el autogobierno de las islas paulatinamente.

La guerra costó al Reino Unido 2600 millones de dólares.[14]

Acuerdos de Madrid

En 1989 y 1990 la Argentina y el Reino Unido firmaron dos declaraciones conjuntas conocidas como los Acuerdos de Madrid I y II, respectivamente, luego de realizar sendas «reuniones sustantivas» en la ciudad de Madrid, España. Delegados de los poderes ejecutivos de ambos países cerraron los acuerdos, a cargo del presidente Carlos Menem del lado argentino y la reina Isabel II con la primera ministra Margaret Thatcher, del lado británico.

Los principales elementos de los Acuerdos de Madrid fueron la declaración del cese de hostilidades —Madrid I—, el llamado «paraguas de soberanía» —Madrid I—, la eliminación de la «zona de protección» dispuesta unilateralmente por Reino Unido en 1982 y su reemplazo por un esquema de «áreas de aplicación» y límites marítimos, sometidas a restricciones operativas y un protocolo de información y consulta recíprocas —Madrid II.

El Congreso de la Nación Argentina rehusó ratificar los Acuerdos de Madrid caracterizándolos oficialmente como simples «declaraciones» que no establecían obligaciones entre las partes y por lo tanto no constituían un tratado. Varios observadores han cuestionado esta caracterización y han considerado que los actos constituyen un tratado de paz entre ambos países y que por lo tanto su validez debió haber sido sometida a la decisión del Congreso.

Ambos países reabrieron sus embajadas en Buenos Aires y Londres el 26 de febrero de 1990.[210]

Acuerdo de Madrid I

El 19 de octubre de 1989 Argentina y Reino Unido firmaron en Madrid una declaración conjunta, suscripta por el embajador Lucio García del Solar por el lado argentino, y Crispin Tickell por el lado británico.[211]

Los principales elementos de la declaración fueron los siguientes:

  • Ambos países declararon formalmente el cese de hostilidades, tomando nota de que habían cesado de hecho;
  • Ambos países se comprometieron a no realizar reclamaciones con motivo de la guerra;
  • Se estableció una fórmula conocida como «paraguas de soberanía» por el cual ninguna declaración u acto realizada por ambos países o terceras partes, con motivo del acuerdo o acuerdos similares, podía ser interpretado como un cambio de posición o un reconocimiento sobre la cuestión de la soberanía de las Islas Malvinas;
  • Se restablecieron las relaciones consulares;
  • Se constituyó un grupo de trabajo para «evitar incidentes en la esfera militar»;
  • Gran Bretaña eliminó la «zona de protección» para buques mercantes argentinos;
  • Gran Bretaña se comprometió a hacer «coincidir los límites de la zona de protección con los de la zona de conservación»;
  • Se levantaron todas las restricciones comerciales y financieras establecidas con motivo de la guerra;
  • Se reanudaron las comunicaciones aéreas y marítimas entre los dos países;
  • Se constituyó un grupo de trabajo para llegar a acuerdos sobre pesca;
  • Ambos países se comprometieron a desarrollar los «contactos entre las Islas Malvinas y el territorio continental»;
  • Las delegaciones se comprometieron a realizar una nueva «reunión sustantiva» en Madrid, el 14 y el 15 de febrero de 1990, en donde sería acordada la Declaración de Madrid II.[211]

Acuerdo de Madrid II

El 15 de febrero de 1990 Argentina y el Reino Unido firmaron en Madrid una declaración conjunta, suscripta por el embajador Lucio García del Solar, por el lado argentino, y Crispin Tickell por el lado británico. En la declaración ambos países acordaron restablecer las relaciones diplomáticas y establecieron compromisos y restricciones en cuestiones militares, basados en el aviso previo a la realización de operativos militares y mecanismos para observarlos y verificar su cumplimiento.[212]

Entre los acuerdos se incluyeron:

  • Gran Bretaña dejó sin efecto la zona de protección alrededor de las islas establecida durante la guerra;
  • Se establecieron dos «áreas de aplicación» «para las fuerzas argentinas» y «para las fuerzas británicas», en las que deben regir las restricciones y pautas establecidas en la declaración;
  • Se establecieron dos zonas, una de 50 millas para navegación y otra de 70 millas para aeronavegación, para condicionar los acercamientos de las partes;
  • La autorización de Gran Bretaña para la visita al cementerio de las Islas Malvinas por parte de los familiares de los combatientes allí enterrados;
  • El anuncio de que ambos países habían comenzado a negociar un Acuerdo de Promoción y Protección de Inversiones;
  • La supresión de la visa;
  • La consulta mutua en materia de protección del medio ambiente;
  • Cooperación en la lucha contra el narcotráfico;
  • Consultas mutuas en materia de integración en Europa y América Latina.[212]

La Declaración incluyó cuatro anexos:

  • Anexo I: sistema transitorio de información y consulta recíprocas;
  • Anexo II: medidas de seguridad para unidades navales y aéreas que operen en proximidad;
  • Anexo III: búsqueda y salvamento marítimo y aéreo (SAR)
  • Anexo IV: seguridad de la navegación.[212]

Crímenes

Diversos crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos han sido acreditados contra tropas argentinas, cometidos por tropas británicas o superiores militares argentinos.[213][214][215][216]

El veterano José M. Araníbar, que apoyó la investigación que llegó a la Justicia, comentó a El Mundo que "esta megacausa contiene todos los delitos: vejámenes, torturas, servidumbre, heridas graves, abandono de persona e incluso dos muertes; la de un soldado (Rito Portillo) que al parecer fue fusilado por un cabo y otro (Remigio Fernández) que murió de hambre al ser abandonado".[217]

Investigaciones y causas en Argentina

Al menos cuatro soldados argentinos fueron fusilados en la Batalla de Monte Longdon, realizada entre el 11 y 12 de junio de 1982, aseguró el excabo del Ejército Británico en su libro Excursion To Hell (Bloomsbury, 1991). En 1993, el presidente Carlos Saúl Menem ordenó al Ministro de Defensa investigar las denuncias sobre fusilamientos de soldados argentinos en las Malvinas. Se formó la Comisión Investigadora de Crímenes de Guerra Británicos. Julia Solanas Pacheco, integrante de la comisión que investigó posibles asesinatos de soldados argentinos, declaró que se cometieron “graves violaciones”, por parte de las tropas británicas; entre ellas “el asesinato de soldados heridos”.[218]​En esta carga final se registraron, según la denuncia efectuada por los veteranos de guerra argentinos, que fue confirmada en 1994 por la Comisión Investigadora de Crímenes de Guerra Británicos, siete casos de fusilamientos de prisioneros de guerra y soldados argentinos heridos capturados en Monte Longdon:

  • la muerte del soldado conscripto Ramón Quintana, causado por una ráfaga de ametralladora, cuando el soldado argentino estaba capturado y herido;
  • la muerte del soldado conscripto Donato Gramisci, causado por un bayonetazo de un soldado paracaidista, cuando el soldado argentino estaba capturado y herido;
  • la muerte del soldado conscripto Aldo Ferreyra, causado por un balazo de un soldado paracaidista, cuando el soldado argentino estaba capturado;
  • la muerte del soldado conscripto Enrique Mosconi, causado por un balazo de un soldado paracaidista, cuando el soldado argentino estaba capturado;
  • la muerte del soldado conscripto Alberto Petrucelli, causado por un balazo de un soldado paracaidista, cuando el soldado argentino estaba capturado;
  • la muerte del soldado conscripto Rodolfo González, causado por un tiro de pistola, a pesar que el soldado conscripto estaba capturado y herido.

La Comisión Investigadora de Crímenes de Guerra Británicos cita unos diez casos[219]​, pero es factible que hayan sido más, según aseguró Víctor P. Catá, vicepresidente en 1996 de la Casa del Veterano de Guerra.[220]

En 2007 el Centro de Ex Combatientes de Malvinas (CECIM) presentó una denuncia ante el Juzgado Federal de Río Grande (Tierra del Fuego), con más de 120 casos de torturas, estaqueamientos, violaciones y otros tratos inhumanos, contra los soldados argentinos que combatieron en la guerra.[221]​ La denuncia incluyó el homicidio del soldado Remigio Fernández por inanición. La denuncia fue sostenida por el fiscal Marcelo Rapoport, con asistencia de la Procuradoría de Crímenes contra la Humanidad del Ministerio Público Fiscal.[222]

Uno de los soldados conscriptos del Regimiento 12, Oscár Núñez, dijo que: Nuestra compañía de combate estaba en la primera línea, y había dificultades para que nos llegara la comida. Un compañero nuestro, Segundino Riquelme, murió por desnutrición. Producto de esa muerte nosotros decidimos buscar algo para comer; había una oveja ahí cerca, habrá sido a 40 o 50 metros, y con otros dos soldados, decidimos matarla. En el momento en que estábamos carneando la oveja apareció Malacalza, que era el jefe de nuestra sección. Primero nos insultó, después nos hizo hacer saltos de rana. Nos sacó la oveja y nos dijo que nos iba a estaquear, lo que efectivamente hizo.[223]

Todas las fuentes militares coinciden que los soldados Roque Evaristo Sánchez y Avelino Néstor Oscar Pegoraro murieron combatiendo heroicamente (condecorados póstumamente con "La Nación Argentina al Valor en Combate") en la Batalla de Pradera del Ganso, mientras que pudieron haber muerto por expresas órdenes de sus jefes, según unas o otras fuentes.[224]​Así lo asegura el ex-subsecretario de Derechos Humanos de la provincia de Corrientes, Dr. Pablo A. Vassel, en su libro "Memoria, Verdad, Justicia y Soberanía. Corrientes en Malvinas".

También existe polémica por la muerte del soldado conscripto Rito Portillo,​ que murió por fuego amigo según la versión militar, mientras que otros tienden a considerar que se lo fusiló por orden de un suboficial. De acuerdo al mayor médico Andino Luis Francisco Quinci:

Recuerdo el nombre de un soldado que murió, al que yo mismo enterré. Se llamaba Rito Portillo, un morochito de Marina. Vino muy mal herido, tenía una profunda herida en el abdomen con exposición de vísceras. Lo atendimos pero... Llegué a conversar bastante con él. Lo único que me decía es que eso le dolía mucho. No lloraba, no gritaba, no se quejaba en forma desmesurada. Se murió mansamente, mansamente... No dijo ninguna frase heroica ni nada. Solo se murió mansamente, diciendo que a él le dolía. No fue ningún sargento Cabral ni nada por el estilo. Se murió, pero lo hizo sin gritos, hasta sin demagogia. Humildemente, como debe haber sido su vida... Asi quisiera morirme yo, de la misma manera.[225]

En febrero de 2015, uno de los militares imputados, el suboficial Jorge Eduardo Taranto, logró que en su caso la Corte Suprema, en un fallo polémico, cerrara la investigación judicial, al rechazar el recurso extraordinario que cuestionaba un fallo de la Cámara declarando la prescripción, argumentando que no se trataban de delitos de lesa humanidad, sino de delitos comunes.[221]​ El fallo de la Corte provocó que la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner dictara el Decreto N.º 503/15, desclasificando documentos militares en los que había constancias de los crímenes denunciados y de los actos de la dictadura militar con el fin de ocultarlos.[216][215]​ Los excombatientes apelaron el fallo de la Corte Suprema a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y solicitaron continuar las investigaciones con respecto a los demás militares denunciados;[216]​ el caso tramita como Petición P-460-15.[226]

En 2018 el fiscal de la causa solicitó la declaración indagatoria y eventualmente la detención de 26 militares por considerar que existía semiplena prueba de que habían cometido al menos 22 casos de torturas y un homicidio:[222]

  1. Omar Edgardo Parada
  2. Emilio Terán
  3. Miguel Ángel Garde
  4. Jorge Aníbal Santiago Cadelago
  5. Jorge Luis López
  6. Gustavo Calderini
  7. Horacio Vlcek
  8. Jorge Reynaldo Lugo Oliver
  9. Raúl Masiriz
  10. Eduardo Luis Gassino
  11. Jorge Guillermo Díaz
  12. Belisario Gustavo Afanchino Rumi
  13. Oscar Albarracín
  14. Ramón Desiderio Leiva
  15. Francisco Gabriel Rivero
  16. Jorge Oscar Ferrante
  17. Jorge Eduardo Taranto
  18. Luis Alfredo Manzur
  19. Raúl Antonio Linares
  20. Pablo Emilio Hernández
  21. Sergio Alberto Guevara
  22. Emilio José Samyn Duco
  23. Jorge Arnaldo Romano
  24. Ramón Eduardo Caro
  25. Oscar Luis Contreras
  26. Claudio Tamareu[222]

En diciembre de 2018, el juez a cargo de la causa en ese momento, hizo lugar al pedido de indagatoria de los siguientes militares:[227]

  1. Miguel Ángel Garde
  2. Belisario Gustavo Affranchino Rumi
  3. Eduardo Luis Gassino
  4. Jorge Oscar Ferrante
  5. Emilio José Samyn Duco
  6. Jorge Guillermo Díaz
  7. Luis Alfredo Manzur
  8. Raúl Antonio Linares
  9. Pablo Emilio Hernández
  10. Claudio Tamareu
  11. Jorge Arnaldo Romano
  12. Ramón Eduardo Caro
  13. Sergio Alberto Guevara
  14. Oscar Luis Contreras
  15. Francisco Gabriel Rivero
  16. Oscar Albarracín
  17. Ramón Desiderio Leiva
  18. Gustavo Adolfo Calderini.[227]

Tanto las víctimas como los militares acusados pertenecían al Regimiento de Infantería 5 de Paso de los Libres, provincia de Corrientes, perteneciente a la III Brigada de Infantería, al mando del general Omar Edgardo Parada.[222]​ Un año después, hacia septiembre de 2019, el juez de la causa aún no había citado a declarar a ninguno de los imputados. Las Abuelas de Plaza de Mayo, en un informe a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos realizado en septiembre de 2019, denunció las "demoras sistemáticas" que se registran en la causa.[228]

Sobre el presunto homicidio[229]​de Remigio Fernández en Puerto Howard, el Teniente Dardo Raúl López del 5º Regimiento ha explicado su versión sobre la muerte del soldado conscripto:

Recuerdo a ese soldado que al no poder ser evacuado para su mejor atención, debió permanecer internado en el hospital de Puerto Yapeyú, que antes nuestra llegada a ese lugar de las islas era el club de los kelpers. Al verlo acostado en una cama en el hospital tuve la misma sensación que cuando cierta vez por televisión observe un documental sobre niños de Biafra desnutridos, con el abdomen hinchado y con los huesos prácticamente expuestos, con una muy delgada capa de piel cubriéndolos. En el caso de mi soldado, la gran carga emocional que seguramente sufrió por todas las tensiones e incertidumbres, le produjo esa fatiga de combate que en definitiva y de manera inconsciente lo indujo a no querer vivir más. Tal era su estado que su cuerpo no asimilaba ni el suero con el que pretendían alimentarlo. [230]

En 2013 se inició, también ante el Juzgado Federal de Río Grande, la investigación de las denuncias contra militares británicos, por violaciones de derechos humanos durante la guerra, en perjuicio de tropas argentinas. Los militares ingleses denunciados son Gary Louis Sturge, John Pettinger, Stewart MacLauglin y Kevin Connery.[216]

También en contravención de la Convención de Ginebra, los vengativos paracaidistas británicos negaron a los muertos argentinos un entierro apropiado, a pesar de que todos los oficiales y suboficiales tenían chapas de identificación metálicas y todos los conscriptos tenían tarjetas plásticas de identificación (Documento Nacional de Identidad or DNI), fotos de familiares, sus nombres garabateados en su equipo militar y cartas en sus bolsillos (envueltos en plástico) para ayudar a identificarlos. El Coronel del Ejército Británico Geoffrey Cardozo, que finalmente pudo identificar y dar a los caídos de los Regimientos 7, 12 y 25 (que enfrentaron a los paracaidistas) un supultura con honores militares 35 años después, ha admitido que las pertenencias personales de los soldados conscriptos y muy a menudo las chapas metálicas de sus superiores ayudaron a identificar a la gran mayoría de los 121 soldados, suboficiales y oficiales argentinos que anteriormente se informaban ser "Soldado Argentino Solo Conocido por Dios".[231]

Investigaciones y causas en el Reino Unido

Desde comienzos de la década de 1990 se realizaron denuncias e investigaciones oficiales sobre eventuales delitos aberrantes cometidos por las tropas británicas contra tropas argentinas.[213][214]

En 1991 se publicó en el Reino Unido el libro Excursion tu Hell (traducido al español como Los dos lados del infierno), escrito por Vincent Bramley, quien combatiera en la guerra como suboficial (lance corporal) británico, en el Regimiento de Paracaidistas, conocidos como los "paras". En su libro Bramley confiesa haber tomado parte de la ejecución ilegal de tres estadounidenses que combatían en el bando argentino, ordenada para que no tomara estado público la participación de soldados estadounidenses a favor de la causa argentina.[213]

En el borrador del libro, Bramley incluyó un relato sobre el asesinato de varios prisioneros argentinos luego de la batalla del monte Longdon, que luego quitó de la versión publicada.[213]​ El párrafo, que fue publicado en una versión periodística previa, decía lo siguiente:

De repente escuchamos gritos, un agudo "Mamá, mamá". Se escuchó un disparo sordo y vimos a un argentino caer al precipicio. Un grupo de nuestros muchachos había reunido a algunos prisioneros argies en un acantilado donde habíamos cavado un foso para sus muertos. Ahora, con la batalla terminada, disparaban a los prisioneros y los derribaban para enterrarlos. Fue un ultraje y los oficiales de mayor rango intervinieron inmediatamente antes de que las ejecuciones pudieran salirse de control. Pero en el caldero de emociones después de la batalla, decidieron no tomar más medidas. Los tribunales marciales eran lo último que necesitábamos. Hubo más gritos y (un oficial) se levantó de un salto y vio morir al siguiente soldado con una bala en la cabeza. Un par de chicos corrieron hacia la zona. Debajo de la línea del acantilado, un grupo de nuestros muchachos enterraba a los argies "muertos en batalla" que habían sido elegidos para este propósito.[213]

Ante las serias evidencias existentes sobre el asesinato de prisioneros, en 1992 el procurador general del Reino Unido, Nicholas Lyell, abrió una investigación oficial sobre los crímenes denunciados.[213]​ La investigación se extendió durante 18 meses y en su curso se identificaron otros casos:

  • la muerte del soldado conscripto Rodolfo González Arzac, causada por un disparo del paracaidista Gary Louis Sturge, cuando el soldado argentino estaba detenido y herido;
  • la grave lesión en la cabeza del cabo José Carrizo, causada por dos tiros disparados por el sargento John Pettinger, cuando había sido tomado prisionero;
  • la mutilación de orejas de soldados argentinos muertos, realizadas por el cabo Stewart McLaughlin;
  • la mutilación del soldado Raúl Vallejo y la muerte de varios soldados argentinos al estallar las municiones que esos soldados eran obligados a transportar luego de ser tomados prisioneros.

Una vez concluidas las investigaciones, en 1994, la directora de Enjuiciamientos Públicos, Barbara Mills, bajo fuerte presión de las Fuerzas Armadas y otros estamentos del Estado, dispuso no imputar ningún crimen a ninguno de los militares británicos investigados, alegando que no había suficiente evidencia y que quienes habían luchado por el reino merecían el beneficio de la duda.[232]

Con respecto a la mutilación del soldado Raúl Vallejo y la muerte de sus compañeros del Regimiento 12 mientras eran obligados a transportar explosivos cuando estaban prisioneros, en 2016 el gobierno del presidente Mauricio Macri bloqueó la posibilidad de que las víctimas y familiares demanden a Gran Bretaña, al negarse a emitir una declaración de certeza, paso procesal previo indispensable para empezar el juicio.[233]

El diario británico «The Independent» también señaló como responsable de crímenes de guerra contra soldados argentinos en la Batalla de Pradera del Ganso a un piloto de helicóptero británico, quien rehusó evacuar a un malherido joven soldado conscripto, Horacio Giraudo del Regimiento 25,[234]​quien poco tiempo después falleció por falta de atención médica.

El otro caso que salió a la luz en 1993 es el del soldado paracaidista fallecido David Parr quien aunque demostró coraje en la Batalla de Pradera del Ganso fue privado de reconocimiento militar por sus colegas debido a la grosera colección de orejas que había arrancado a los muertos del Regimiento 12.[235]

También existe el caso del Teniente Robert Lawrence del 2º Batallón de Guardias Escoceses que mató a sangre fría en Monte Tumbledown a un soldado argentino herido a bayonetazos. El incidente seria confirmado en la película para la televisión británica Tumbledown hecha en 1988 y protagonizada por el actor Colin Firth. Según el Mayor Bob Leitch fueron en realidad dos los soldados conscriptos argentinos bayoneteados sin pieded al final de los combates en Tumbledown:

Bajo este alero bajo, una Argie muerto con un abrigo gris estaba atascado horizontalmente en una profunda grieta en las rocas. Le habían disparado por la espalda, o tal vez lo habían clavado con una bayoneta y luego le dispararon para liberar la bayoneta. Dos de los prisioneros argentinos consiguieron cuerdas y lo sacaron amarrando la cabeza y el tobillo. Entonces apareció otro tipo debajo, que había recibido un disparo. Parece que el primer hombre después de que le dispararon a su compañero, lo había empujado a la hendidura de la roca. Luego, cuando las guardias escoceses aparecieron corriendo por sus posiciones, él se tumbó por encima para protegerlo, y alguien lo mató, dejando que el primer hombre muriera más tarde ... Pensé cómo podrían hacer esto, bastardos: matar a un tipo indefenso mientras protege a su compañero. [236]

Otro soldado paracaidista que nombran los historiadores Adrian Weale y Christian Jennings en su libro Green-Eyed Boys (HarperCollins, 1996) es Kevin Connery que, supuestamente por piedad, ejecuta a tres soldados conscriptos argentinos heridos que yacían a sus pies, que agonizaban y pedían ayuda hacia el final de la Batalla de Monte Longdon.

En 2012, el soldado paracaidista Tony Banks confirmó el fusilamiento de un soldado conscripto argentino capturado durante la Batalla de Wireless Ridge.[237]

Investigaciones y causas en la OEA

En 2015 la Corte Suprema de Argentina cerró la investigación judicial sobre delitos aberrantes cometidos durante la Guerra de Malvinas por el suboficial Jorge Eduardo Taranto, al rechazar el recurso extraordinario que cuestionaba un fallo de la Cámara declarando la prescripción, argumentando que no se trataban de delitos de lesa humanidad, sino de delitos comunes.[221]

El Centro de Ex Combatientes de Malvinas (CECIM) apeló el fallo de la Corte Suprema a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y solicitaron continuar las investigaciones con respecto a los demás militares denunciados.[216]​ El caso fue identificado como Petición P-460-15.[226]

El Estado argentino contestó la petición solicitando abrir el mecanismo de soluciones amistosas (artículo 48.1.f de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y artículo 40 del Reglamento de la CIDH), para alcanzar un acuerdo con el CECIM. El 8 de mayo de 2018 se iniciaron las reuniones entre el CECIM y el Estado argentino para alcanzar una solución amistosa, sin que las gestiones hubieran finalizado hacia septiembre de 2019.[238]

Otras denuncias

Soldados argentinos denunciaron torturas, vejámenes, coacciones, amenazas, lesiones graves, lesiones leves, abuso de autoridad y antisemitismo por parte de sus oficiales.[239]​ Las torturas eran de carácter punitivo.[239]

Veteranos de guerra argentinos denunciaron el asesinato de cinco soldados argentinos que estaban en retirada por parte de soldados británicos después de la rendición.[240]

En 2009, el infante de marina Silvano Décima de la Compañía de Ametralladoras Browning desplegado en defensa de Puerto Argentino, afirma que, como prisionero de guerra, los paracaidistas británicos violaron a un conscripto de su unidad e intentaron hacer lo mismo con él. Cuando Décima se negó, un suboficial británico le golpeó el costado de la cara con la culata de su fusil, dejando al soldado conscripto argentino por muerto.[241]

Influencia en la cultura popular

Cine y televisión

La guerra es citada en las películas This Is England, La dama de hierro en 2011 y ese mismo año en la película Un cuento chino.[242]​ Además se la describe en las películas argentinas Los chicos de la guerra, Iluminados por el fuego, Cartas a Malvinas, la serie de televisión Combatientes y Soldado argentino solo conocido por Dios mientras en el lado británico la cinematografía de la guerra es variada, como por ejemplo la película de televisión An Ungentlemanly Act, Tumbledown, Resurrected, Por la reina y la patria, entre otras.

En 2003, la novela Costumbres Argentinas reflejó los años 1980, década en la que transcurrió la guerra. Uno de los personajes protagonistas de la novela es reclutado para luchar. Otro de ellos, muere en el crucero ARA General Belgrano.

Música

La banda de power metal sueco Sabaton describe el triunfo británico en dicho conflicto con la canción «Back In Control», incluido en su álbum Attero Dominatus. Del lado argentino se puede citar a la banda Attaque 77, que cuenta las consecuencias de la guerra para los soldados en la canción «2 de Abril», Embajada Boliviana en «Memorias de la guerra», o Almafuerte, con su canción «El visitante», compuesta para la película homónima. También el cantautor Ignacio Copani realizó un canción relativa al conflicto, denominada «Hoy no es 2 de abril». Walter Giardino, líder del grupo de Heavy Metal Rata Blanca realizó la canción <<Gente del sur>>. La canción de la banda 2 Minutos «Amor suicida» narra el suicidio de una mujer tras haber perdido a su pareja en la guerra de Malvinas. También la canción «Las Malvinas son pingüinas» de la banda Código Neurótico hace referencia al conflicto.Otra canción es la de la vieja banda de Callejeros que en su primer disco (demo) incluía la canción que hablaba sobre la guerra llamada “No volvieron más” cantada por Patricio Fontanet (Pato).

Literatura

En la literatura, lo más relevante es la novela Los Pichiciegos de Rodolfo Fogwill, que narra la historia de un grupo de desertores argentinos que se esconden en la isla para evitar pelear. Carlos Gamerro escribió Las islas, un excombatiente descubre en los archivos de inteligencia, diez años más tarde de sucedida la guerra, que el conflicto bélico sigue latente.

Pintura

El conflicto motivó a numerosos trabajos pictóricos, tanto de ambos países como de terceros. Del lado argentino se produjeron las obras de Exequiel Martínez[243]​ y de Carlos Adrián García.[244]

Del lado británico existen los trabajos de Charles David Cobb.[245]

Numismática

En el año 2012, el Banco Central de la República Argentina puso en circulación una moneda de 2 pesos conmemorativa de la guerra de las Malvinas, que fuera diseñada por un veterano de guerra voluntario.[246]

En 2014, durante el acto de conmemoración, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner descubrió el boceto del billete de 50 pesos, con la imagen de las islas en el anverso y la figura del Gaucho Rivero en el reverso.[247]

Véase también

Notas y referencias

  1. El brigadier general Omar Domingo Rubens Graffigna fue reemplazado por el brigadier general Basilio Arturo Ignacio Lami Dozo el 17 de diciembre de 1981.[18]
  2. El HMS Sheffield se hundiría el 10 de mayo mientras se lo trataba de remolcar.[125]

Referencias

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  39. The town was silent. Arriving at the place we had chosen as the Battalion Command Post, we found abandoned weapons and packs. I ordered Lieutenant Martinelli to recce the building and within a short while he returned with about thirty men and women who came out of it smiling. They were Argentines who had been locked in that place the night before. Almost opposite was the Police Station. Inside were six or seven policemen with their Chief and a group of sailors from an oceanographic research ship. I ordered the Police Chief to send the constables home and to tell them not to come out until they were told. Victory in the Falklands, Nicholas Van Der Bijl, p. 23, Pen & Sword, 2007
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  149. 31 de Mayo de 1982 Malvinas: Un día como hoy... 30 años atrás, mayo de 1982
  150. Key battles at Top Malo and Mount Kent
  151. Malvinas: identificaron a Mateo Sbert, el sargento que murió en la histórica batalla de "Top Malo House"
  152. Batalla del Monte Dos Hermanas
  153. Son 100 los identificados de Malvinas: la heroica historia del soldado que gritó "¡Cuidado, emboscada!" antes de morir y salvó a sus compañeros
  154. Bicheno, Hugh (2006) Razor's Edge: The Unofficial History of the Falklands War. London. Weidenfield & Nicholson. ISBN 978-0-7538-2186-2
  155. Apenas había concluido esta tarea cuando se escuchó una explosión, que en un primer momento fue atribuida al estallido de una mina. Pero al rato se percibieron claramente tres cañonazos navales y todos buscaron cubiertas: los observadores ubicados en Monte María, atrás y arriba de Howard, indicaron posteriormente que se trataba de tres fragatas desde la distancia habitual de diez a doce kilómetros. El bombardeo duró hasta las tres de la mañana y fue muy impreciso: le faltaba observación. El teniente primero Fernández supuso que el primer disparo, aislado, fue un llamado al observador, al no recibir su comunicación: y los posteriores se limitaron a dirigirlos hacia las posiciones previamente marcadas -la ubicación de la Compañía B, sobre un cerro-, pero sin causar efectos. Ruiz Moreno, pp. 345-346
  156. Andreasen et al., 1998a, p. 460.
  157. a b Train, 2012, p. 249.
  158. Malvinas: Relatos de Soldados, Martín Antonio Balza, pp. 152-153, Círculo Militar, 1986
  159. Malvinas: 20 años no es todo...
  160. Malvinas: Relatos de Soldados, Martín Antonio Balza, p. 80, Círculo Militar, 1986
  161. Task Force: The Illustrated History of the Falklands War, David Reynolds, p. 179, Sutton, 2002
  162. The Falklands War: The Day by Day Record from Invasion to Victory, p. 314, Marshall Cavendish Limited, 1983
  163. Varios redactores, 1998b, pp. 510-511-516-517.
  164. El "Perro" Cisnero era un instructor de comandos conocido por su dureza. Su muerte no fue en un enfrentamiento con el SAS sino con una patrulla reforzad del 45º CDO, tal y como aclaro finalmente Nick Van der Bijl en su libro 9 Battles To Stanley (Leo Cooper, 1999). En dicho enfrentamiento fallecieron Cisneros y un comando de la Gendarmería Nacional, Ramón Acosta. Por parte británica hubo cuatro muertos.
  165. Adrián Pignatelli (14 de junio de 2019). «Malvinas, exclusivo: el "Operativo Buzón" para frenar el avance inglés que Galtieri rechazó y la trama secreta de la rendición». Infobae. 
  166. a b c Train, 2012, p. 250.
  167. Así lucharon, Carlos M. Túrolo, p. 78, Editorial Sudamericana, 1982
  168. The Falkland Islands - Palace Barracks Memorial Garden
  169. «One determined Argentinian sniper just below the highest part of the mountain held out long after other resistance in that area had ended. He hit 6 Troop's commander, Lieutenant Pusey, and the troop sergeant took over ... The sniper was eventually silenced by an 84-mm Carl Gustav rocket round fired at fifteen yards range.» Operation Corporate: The Falklands War, 1982, Martin Middlebrook, p.349, Viking, 1985
  170. Chain of Command
  171. Los héroes que se mueren son los que se olvidan
  172. Operaciones Terrestres en las Islas Malvinas, Félix Roberto Aguiar, Francisco Cervo, p. 227, Círculo Militar, 1985
  173. "Una hora después, escasos de munición, agotados y sin capacidad para resistir más, los defensores argentinos, además de sufrir la presión de los paracaidistas, y del fuego de artillería, recibieron el ataque de la HMS Avenger, que abrió fuego con su cañón automático de 114 mm guiado por radar contra sus posiciones, contribuyendo a desbaratar lo que quedaba de las defensas, por lo que, tras doce horas de combate, se retiraron hacía Puerto Argentino, dejando en el campo 31 muertos y ciento veinte heridos, y cincuenta prisioneros, no asegurando del todo la posición los paracaidistas británicos hasta las 09:00, tras sufrir 23 muertos y setenta heridos, en la que desde el punto de vista militar, fue la batalla fue la más sangrienta en la Guerra de las Malvinas." Cazadores de Almas: Francotiradores, Carlos Canales, Miguel del Rey, EDAF, 2017
  174. Cuando aclaró, a eso de las nueve de la mañana del sábado, vi que también se estaban replegando los vehículos cazatanques Panhard: habían sido enviados para apoyar a los dos regimientosy volvieron bajo una lluvia de fuego. Malvinas A Sangre y Fuego, Nicolás Kasanzew, p. 182, Editorial Abril, 1982
  175. Miguel Angel Di Doménico. Cabo primero. Escuadrón de exploración de caballería blindado.
  176. a b Yofre, 2011, pp. 465-466.
  177. During the early morning of 12 June No 1 (F) Squadron flew three paired sorties against positions on Sapper Hill. In the second, at about 10am, Squadron-Leader Peter Harris and Flight Lieutenant Murdo Macleod met with resistance and Macleod's aircraft was damaged. First reports suggested a bullet, but an eyewitness indicated it was a Tigercat missile prematurely exploding near the aircraft, which caused substantial damage to the engine and showered the powerhouse roof with shrapnel. Nick Van der Bijl, David Aldea, 5th Infantry Brigade in the Falklands, p. 205, Leo Cooper, 2003
  178. A las 9.20 se produjo un ataque aéreo enemigo y la artillería de defensa aérea informó haber abatido una aeronave. Oscar Luis Jofre, Félix Roberto Aguiar, Malvinas: La Defensa de Puerto Argentino, p. 234, Editorial Sudamericana, 1987
  179. 5th Infantry Brigade in the Falklands 1982, Nicholas Van Der Bijl, p. 188, Leo Cooper, 2003
  180. Comandos en Acción: El Ejército en Malvinas, p. 366, Editorial San Martin, 1987
  181. Después de la Batalla: Tumbledown, Robert Lawrence, Buenos Aires, REI, 1989
  182. La Batalla por Las Malvinas, Max Hastings, Simon Jenkings, p. 326, Emecé, 1984
  183. Testimonio del Soldado Conscripto Guillermo Velez: "Nosotros estábamos junto a un suboficial, que a su vez dependía de un oficial. Pero ya, en medio de ese desorden, no podíamos buscar al oficial. Decidimos bajar a la ciudad [...] El ataque de ellos había sido fulminante y había dejado a nuestras líneas en total desorden. Así y todo bajamos con miedo. No sabíamos si teníamos que habernos quedado. Pensamos que tal vez eso que hacíamos era desertar [...] Y resulta que cuando llegamos a Puerto Argentino nos dimos cuenta de que habíamos sido los últimos en replegarnos" (Hugo Gambini, p. 818, Crónica Documental de las Malvinas: La Guerra, p. 818, ditorial Redacción, 1982)
  184. Al capitán Soloaga el fuego de artillería y los misiles Milán le iban poniendo fuera de combate las ametralladoras. Malvinas Testimonio de su Gobernador, Mario B. Menéndez y Carlos M. Turolo, pp. 294, Editorial Sudamericana, 1983
  185. Memorias de guerra de los excombatientes.
  186. Así lucharon, Carlos M. Túrolo, p. 137, Editorial Sudamericana, 1982
  187. Las cruentas batallas finales y los tres sangrientos últimos días de la guerra de Malvinas
  188. Historia de la Fuerza Aérea Argentina. VI I. Dirección de Estudios Históricos. 1998. p. 571. ISBN 987-96654-4-9. 
  189. a b Yofre, 2011, p. 481.
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  204. Yofre, 2011, p. 533.
  205. a b c Yofre, 2011, p. 406. Era notable, hasta irritante, observar los noticieros norteamericanos con corresponsales en Buenos Aires y Londres y comparar lo que sostenían los medios argentinos sobre el desarrollo del conflicto.
  206. Yofre, 2011, p. 436.
  207. "A history of Chile, 1808-1994" de Simon Collier and William F. Sater, Cambridge University Press, aquí, pág. 364
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  220. Reclamo argentino por los crímenes en Malvinas
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  223. El subdirector de un liceo militar fue acusado de estaqueamientos
  224. Momarandu.com con un ex soldado que presenció torturas en Malvinas
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  229. Grave denuncia de ex combatientes de Malvinas
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  231. British Army officer who never forgot fallen Argentinian soldiers
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  234. Malvinas: Relatos de Soldados, Martín Antonio Balza, p. 31, Círculo Militar, 1986
  235. Some guys collected Argentinian ears, but most regarded this as going over the top. Having collected trophies in the night, one person had been slighlty injured a Goose Green. The boys regarded this injury as a warning to him, and started to avoid him because he didn't change his behaviour. He was subsequently killed. The Scars of War, Hugh McManners, p. 350, HarperCollins, 1993
  236. The Scars of War, Hugh McManners, p. 347, HarperCollins, 1993
  237. Tony Banks (2 de marzo de 2012). «A very dirty war: British soldiers shot dead by enemy troops waving the white flag and Argentinian prisoners bayoneted in cold blood. An ex-Para tells of the horrors of the Falklands». Mail Online (en inglés). 
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