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Real Valladolid | ||||
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Datos generales | ||||
Nombre | Real Valladolid Club de Fútbol, S. A. D.[1] | |||
Apodo(s) | Pucela,[2] pucelanos,[3] blanquivioletas,[4] albivioletas.[5] | |||
Fundación | 20 de junio de 1928.[6] (95 años) | |||
Presidente | Carlos Suárez Sureda[7] | |||
Entrenador | Antonio Gómez Pérez | |||
Instalaciones | ||||
Estadio |
Estadio José Zorrilla Valladolid, España | |||
Capacidad | 26 512[8] | |||
Inauguración | 20 de febrero de 1982.[8] | |||
Uniforme | ||||
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Última temporada | ||||
Liga | Segunda División de España | |||
(2009/10) | 18.º (descendido de Primera División) | |||
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Página web oficial | ||||
El Real Valladolid Club de Fútbol es un club de fútbol español organizado como sociedad anónima deportiva de la ciudad de Valladolid, en la comunidad autónoma de Castilla y León, y que actualmente juega en Segunda División.[1] Fue fundado el 20 de junio de 1928, fruto de la fusión de los dos clubes más importantes de la ciudad, el Club Deportivo Español y la Real Unión Deportiva.[6]
Los colores que identifican al club son el violeta y el blanco, utilizados en forma de rayas verticales en su uniforme titular desde su fundación.[9] Desde 1982 juega como local en el Estadio José Zorrilla, de propiedad municipal, y con capacidad para 26 512 espectadores.[8]
Cuenta en su palmarés con un único trofeo de gran relevancia, la Copa de la Liga de 1983-84.[6] Ha sido subcampeón de la Copa del Rey en dos ocasiones, y ha participado en una edición de la Recopa y en dos de la Copa de la UEFA.[6]
Su equipo filial, el Real Valladolid Club de Fútbol "B", milita actualmente en el Grupo VIII de la Tercera División.[10] Su sección de fútbol femenino se creó en 2009.[11]
Es el club de fútbol más importante de Castilla y León por palmarés e historia, con un total de 40 temporadas en Primera División, 30 en Segunda y 9 en Tercera.[12] Históricamente, es el decimotercer mejor equipo de España.[12][13]
Dos de sus jugadores se han alzado con el Trofeo Pichichi, Manuel Badenes y Jorge da Silva, y diez han sido internacionales con la selección española.[12]
Historia
Nacimiento y primeras temporadas
En 1924 se fundaron en Valladolid dos clubes que rivalizaron por la supremacía en la ciudad: el Real Unión Deportiva, vinculado a la Congregación de Luises y Kotskas, y por tanto de tendencia conservadora, y el Club Deportivo Español, de tendencia progresista. Ambos ganaron sendas Copas de Castilla y León[15] y tuvieron destacadas participaciones en la Copa del Rey.[16]
El Real Valladolid Deportivo nació el 20 de junio de 1928 como resultado de la fusión de esos dos clubes, con Pedro Zuloaga Mañueco como primer presidente. En el partido de presentación, disputado el 22 de septiembre de ese año en el estadio de la Sociedad Taurina, junto a la Plaza de Toros, el primer once del Real Valladolid, formado por Arana, Pombo, Martín, Orúe, Serralde, Echevarría, Montalbán, Perico San Miguel, Sainz, Sierra y Pablo López, venció por 2-1 al Deportivo Alavés de Vitoria.[6][17] El equipo debutó en la Tercera División del Campeonato de Liga que se puso en marcha aquella misma temporada.
En la temporada 1933/1934, el Real Valladolid consiguió el ascenso a Segunda División. En su debut en ella la siguiente temporada, el conjunto vallisoletano realizó una gran campaña, terminando segundo dentro de su grupo y último en la fase final por el ascenso.[18]
El 3 de noviembre de 1940, en plena posguerra, se inauguró el nuevo Estadio Municipal en partido de Liga contra el Arenas de Guecho, con victoria local por 4-1.[19] El equipo continuó en trayectoria ascendente, logrando disputar la promoción de ascenso a Primera en la campaña 1942/43, pero en la temporada siguiente descendió a Tercera División.[20]
Ascenso a Primera, final de Copa y época dorada
El equipo pasó tres años en Tercera antes de retornar a Segunda en 1948, y al año siguiente, dirigido por Antonio Barrios, se proclamó campeón de la categoría y consiguió su primer ascenso a Primera División, la máxima categoría del fútbol español.[21] Para el debut en Primera se contrató a Helenio Herrera, concluyendo la campaña en 12.º lugar. Herrera firmó por el Atlético de Madrid, lo que llevó al retorno de Antonio Barrios como entrenador, y el club se reforzó con jugadores como Emilio Aldecoa, Lesmes I y Lesmes II, que se unían a los ya conocidos Saso, Vaquero y Coque, entre otros.[22]
Alineación de la final de Copa en 1950. |
Tras un partido amistoso de pretemporada contra Osasuna en Pamplona, la noche del 29 al 30 de agosto de 1949, el autocar que llevaba al equipo de regreso a Valladolid fue arrollado en un paso a nivel de la localidad burgalesa de Villafría. El accidente se saldó con numerosos jugadores heridos, pero afortunadamente sin fallecidos.[23] El equipo finalizó en la 9.ª posición de la Liga, tras haber realizado una notable primera vuelta, y en la Copa del Generalísimo de esa misma temporada, se mostró como un bloque sólido y fue la revelación del torneo, plantándose en la final tras eliminar a la Real Sociedad, al Sevilla F. C. y al Real Madrid.[24] El partido decisivo se disputó el 28 de mayo de 1950 en el Estadio de Chamartín de Madrid contra el Athletic de Bilbao. Al término del tiempo reglamentario se llegó con empate a uno, con goles de Zarra para los bilbaínos y Coque para los pucelanos, pero en la prórroga Zarra anotó un triplete que hundió al Valladolid, concluyendo el partido con 4-1.[25]
Al inicio de la temporada siguiente, con Ipiña en el banquillo, el Valladolid se convirtió en la revelación del campeonato, codéandose con los grandes y ocupando el tercer lugar al término de la primera vuelta.[26] Pero en la segunda, el equipo se desinfló y no pudo mantener el ritmo de Atlético de Madrid y del Sevilla F. C., que lucharon hasta el final por el título, logrado por los rojiblancos. El Real Valladolid concluyó la campaña en sexta posición, y los aprietos económicos le obligaron a vender a la mayor parte de sus estrellas.
En los siguientes años el potencial del equipo fue disminuyendo progresivamente, permaneciendo en él únicamente Coque, que se convirtió en su primer jugador internacional, y los hermanos Lesmes.[27] No obstante, aparecieron nuevas figuras como Matito, Ortega y Lasala, y el Real Valladolid se mantuvo en la parte media de la tabla, rozando a veces los puestos de promoción. Finalmente, y pese a que la campaña 1956/57 había concluido con un modesto octavo puesto, la directiva se vio obligada de nuevo a vender a la mayor parte de la plantilla, que quedó prácticamente desarbolada. Ello condujo al descenso en la temporada siguiente, pese a que Manuel Badenes fue el máximo goleador de la categoría junto a Ricardo Alós y Alfredo Di Stéfano;[28] así concluía una década fabulosa mermada por los problemas económicos.
El equipo ascensor
La directiva presidida por Carlos del Río Herrero confió en José Luis Saso como entrenador y en una mezcla de jóvenes talentos, entre los que destacó Emilio Morollón, y de jugadores experimentados, como Coque, que regresaba a casa tras su frustrado paso por el Atlético de Madrid.[29] El Real Valladolid se mostró como un conjunto sólido que se proclamó campeón de su grupo y certificó su vuelta a la máxima categoría del fútbol español.
Para reforzarse de cara a la temporada siguiente, el entrenador, Saso, viajó a Uruguay y Argentina en busca de jóvenes talentos accesibles para la maltrecha economía del club, y regresó con dos uruguayos, Benítez y Endériz, y tres argentinos, Solé, Aramendi y Bagneras, aunque este último fue cedido y solamente produjo beneficio económico.[30] El Valladolid de aquella campaña se mostró como un equipo sin tapujos, que desarrollaba un fútbol espectacular pero con problemas de marcaje y portería, y se consiguió mantener la categoría. No fue así el año siguiente, pese a que tras una gran actuación en la Copa se llegó a semifinales.[31]
Se retornó a Primera en un solo año, de la mano del paraguayo Heriberto Herrera, quien marchó para entrenar al R. C. D. Español. La directiva contrató entonces a Antonio Ramallets, que acababa de retirarse y aceptó debutar como entrenador dirigiendo al conjunto blanquivioleta, que tenía como objetivo mantener la categoría.[32] La escuadra, prácticamente idéntica a la que logró el ascenso, se convirtió junto al Real Oviedo en la revelación de la Liga, finalizando en el cuarto puesto, la mejor clasificación obtenida hasta la actualidad.[33]
El periplo por Segunda
Aquel Valladolid revelación atrajo las miradas de otros clubes, por lo que para la temporada 1963/64 hubo numerosas bajas. Continuó sin embargo la pareja estrella, formada por Morollón y Rodilla, ambos entre los máximos goleadores de la campaña anterior. Pero no pudo mantenerse la categoría y comenzó una sangría de ventas de los jugadores más importantes del club: Rodilla, Ramírez, Sanchís y Morollón, este último traspasado al Real Madrid casi a precio de saldo. La deuda histórica se convirtió en un auténtico talón de Aquiles para la institución, provocando la dimisión del presidente José Miguel Arrarte.[34]
Para salvar la situación, José Luis Saso se convirtió en el nuevo presidente del club, y tras el fugaz paso de Antonio Barrios por el banquillo, se le sustituyó por Antonio Ramallets. Aquel año, el Real Valladolid se quedó a las puertas del ascenso, y para la siguiente temporada se contrató a Perico Torres, que falleció de manera repentina y provocó una fuerte inestabilidad en el banquillo pucelano que acentuó la crisis de la institución.[35] Saso renunció al cargo, y de la mano de Antonio Alfonso se reforzó el equipo a golpe de talonario y se contrató a Enrique Orizaola para dirigirlo, tras la destitución de José Luis Molinuevo. Los blanquivioletas se clasificaron en segundo puesto, lo que les permitió disputar la promoción de ascenso de la temporada 1967/68 contra la Real Sociedad. Los donostiarras consiguieron la victoria en Zorrilla por 0-1, y tras el 0-0 registrado en Atocha los albivioletas se quedaron a punto de regresar a Primera.[36]
Tras el fracaso, se dio salida a varios jugadores y se inició una nueva etapa de altibajos, concluyéndose la temporada 1968/69 en décima posición. La temporada siguiente fue desastrosa; Antonio Alfonso renunció a invertir más dinero y la apatía general llevó a una caída libre que acabó con el equipo en Tercera División.[37]
El declive se había consumado, y tras la celebración de las elecciones, Santiago Gallego asumió la presidencia y el difícil reto de reformar un club venido a menos y con problemas acuciantes. No hubo más remedio que tirar de la cantera y reconvertir el Europa Delicias en el Real Valladolid Promesas, del que despuntaban talentos como Julio Cardeñosa, que pronto pasó al primer equipo.[38] La situación económica era angustiosa, y el presidente convenció a Concha Velasco, oriunda de la ciudad, para que aceptara ser madrina de los albivioletas y paliara la fuga de socios. A pesar de que el Real Valladolid mantuvo una trayectoria muy irregular durante aquella campaña, consiguió el ascenso en un emocionante sprint final que le llevó a la segunda posición de la tabla en detrimento de Osasuna.[39]
El equipo se consolidó en Segunda y comenzó a pensarse en volver a Primera. En agosto de 1972 se creó el Trofeo Ciudad de Valladolid y se instaló la iluminación artificial en el Viejo Zorrilla.[40] Las temporadas se fueron sucediendo sin pena ni gloria, y en 1974 Santiago Gallego se convirtió en el primer presidente que abandonaba el cargo sin deudas, gracias al traspaso de Cardeñosa al Real Betis por 15 millones de pesetas, la cantidad más alta percibida por el club hasta entonces.[41] Fernando Alonso asumió la presidencia y realizó profundas reformas en la plantilla, cuyo potencial se vio reducido y estuvo a punto de descender.
Para afrontar la temporada 1975/76 se incorporaron muchos jugadores jóvenes, y la escuadra blanquivioleta dirigida por Héctor Núñez se quedó a las puertas del ascenso y protagonizó un notable papel en la Copa, llegando a cuartos.[42] Tras la venta de Alfredo Amarillo al F. C. Barcelona, llegaron a Valladolid tres jóvenes talentos procedentes del filial azulgrana, de los cuales dos, Moré y Rusky, se consolidaron en el club. Siguieron dos temporadas en las que lo deportivo pasó a un segundo plano ante asuntos más triviales, como el traspaso de Landáburu al Rayo Vallecano o el debut de Gaíl con apenas 16 años. En la temporada de las bodas de oro, Gonzalo Alonso asumió la presidencia y renovó la plantilla con jóvenes talentos de las canteras azulgrana y merengue, siendo la incorporación más sonada la de Poli Rincón. El equipo se quedó a un solo gol de ascender, y también a un solo gol de disputar la final de Copa, cayendo en semifinales contra el Valencia C. F., que a la postre se proclamó campeón del torneo.[43] En la campaña 1979/80, una plantilla blanquivioleta teóricamente inferior obtuvo unos resultados excelentes y se mostró arrolladora en la segunda vuelta del campeonato, consiguiendo el ansiado ascenso a falta de dos jornadas.[44] Se llegaba así al final del túnel después de dieciséis años.
Nuevo estadio y Copa de la Liga
Para contar con garantías en el regreso a Primera, se realizaron dos grandes fichajes: Fenoy para la portería y Gilberto para apuntalar la defensa. El Real Valladolid consiguió el objetivo de la permanencia con mayor tranquilidad de la esperada, y realizó una gira por América Central gracias al gran seguimiento mediático sobre Gilberto desde Honduras, su país natal.[45]
La masa social del club creció hasta superar los 14.000 socios, todo un récord que dejaba pequeño el Viejo Estadio José Zorrilla; por ello se inició la construcción de otro, que sería el único de nueva planta en albergar encuentros del Mundial de España de 1982.[46] De propiedad municipal, el Nuevo Zorrilla se situó en una zona conocida como "La Barquilla", en aquel entonces a las afueras de la ciudad, siendo inaugurado el 20 de febrero de 1982 en un encuentro liguero contra el Athletic Club de Bilbao con victoria blanquivioleta.
Manuel Esteban tomó el testigo de Gonzalo Alonso en la presidencia, y bajo su mando se concretaron grandes contrataciones como la del Pato Yáñez y el Polilla da Silva, este último en calidad de cedido.[47] La inestabilidad en la presidencia propició el retorno de Gonzalo Alonso a la misma y los malos resultados llevaron a Fernando Redondo al banquillo. Debutaron unos jóvenes Eusebio y Fonseca.
En la Copa de la Liga de la temporada 1983/84, el Real Valladolid eliminó a equipos teóricamente superiores: al Zaragoza en primera ronda, al Sevilla F. C. en cuartos y al Real Betis en semifinales, llegando a la final contra el Atlético de Madrid.[48] Tras el empate a cero de la ida en el Vicente Calderón, el 30 de junio de 1984 los pucelanos derrotaron en el Nuevo Zorrilla a los rojiblancos en la prórroga por 3-0, con goles de Votava en propia puerta, Fortes y Minguela. De esta forma un tanto inesperada y sorprendente, el equipo formado por Fenoy, Aracil, Gaíl, García Navajas, Richard, Jorge, Moré, Eusebio (Fortes), Yáñez, Da Silva y López (Minguela) consiguió el único título nacional en la historia del club, y Pepe Moré levantó el trofeo ante el delirio de los aficionados.[49][50] Este logro permitió al club jugar una competición europea por primera vez en su historia, cayendo eliminados en la primera ronda de la Copa de la UEFA 1984-85 ante el HNK Rijeka croata.[51] Los acuciantes problemas económicos provocaron que Da Silva abandonara el club, salida compensada por Gonzalo Alonso con el fichaje de Mágico González, la estrella salvadoreña del Cádiz C. F.
Primera era Cantatore, segunda final de Copa y peligro de desaparición
La directiva decidió dar un golpe de timón para reorientar la nave blanquivioleta y contrató los servicios de Vicente Cantatore, técnico que imprimió una férrea disciplina en la plantilla y optó por el contraataque en sus planteamientos de juego. Él y Manolo Hierro descubrieron el talento del hermano del segundo, Fernando Hierro, que militaba en el Vélez C. F. Gracias a los buenos frutos que salían de la cantera, el Valladolid inició una etapa de traspasos millonarios, como los de Eusebio y Juan Carlos, mientras se asentaban jugadores como Manolo Hierro y Ravnić.
El papel del club en la temporada 1988/89 fue sobresaliente, terminando la Liga en sexto lugar y alcanzando la final de Copa, que se disputó el 30 de junio de 1989 ante el Real Madrid en el Estadio Vicente Calderón. El equipo blanquivioleta formado por Ravnić, Miljius, Albesa, Gonzalo, Fernando Hierro, Lemos, Damián, Minguela, Albis (Fonseca), Jankovic y Peña encajó un único gol de Gordillo a los 5' que ya no pudo remontar pese a su superioridad en el juego.[52][53]
Tras la final de Copa, Fernando Hierro fichó por el Real Madrid y Vicente Cantatore pasó a entrenar al Sevilla F. C., llegando a su vez jugadores como Caminero y Amavisca. La siguiente Liga se cerró con un 16.º puesto, y la segunda participación europea, lograda gracias al subcampeonato copero anterior, fue notable, cayendo por penaltis en cuartos de final de la Recopa ante el AS Mónaco.[54]
El fichaje del entrenador colombiano Pacho Maturana para la temporada 1990/91 dio paso a una llegada masiva de colombianos al año siguiente: Valderrama e Higuita se unieron a Álvarez, ya presente en el club. El arranque de aquella campaña fue pésimo, el número de socios se redujo y los ingresos del club eran escasos, por lo que el presidente, Gonzalo Gonzalo, realizó un llamamiento a los socios y simpatizantes del club para buscar una solución urgente a la deuda de 1.000 millones de pesetas y el fuerte déficit que ahogaban a la institución.[55] Ante esta situación, el alcalde Tomás Rodríguez Bolaños y un nutrido grupo de empresarios iniciaron el saneamiento del club. El proyecto del "Valladolid de los colombianos" terminó fracasando y el equipó descendió. Poco después, el 26 de junio de 1992, el club Real Valladolid Deportivo se convertía en la sociedad anónima deportiva Real Valladolid S. A. D., cumpliendo con la ley, y Marcos Fernández en su presidente.[56]
Ascenso, segunda era Cantatore y EuroPucela
El descenso conllevó la retirada de Minguela tras quince años defendiendo los colores pucelanos, y la venta de Fonseca, principalmente. El nuevo paso por Segunda fue fugaz, consiguiéndose el ascenso en el último partido frente al Palamós C. F.[57] Nada más retornar a Primera, Caminero fichó por el Atlético de Madrid y el equipo consiguió salvar la categoría tras vencer en la promoción al C. D. Toledo.
La temporada 1994/95 concluyó con el equipo en plaza de descenso, pero se le invitó junto al Albacete a ocupar las plazas del Sevilla y el Celta, descendidos por defectos burocráticos, originándose una fuerte polémica tanto a nivel administrativo como popular que se resolvió con la creación de la Liga de los 22, disputada por todos los implicados.[58] La campaña 1995/96 se inició con muchas caras nuevas en el equipo y con Rafael Benítez en el banquillo, pero los malos resultados provocaron su destitución y que Marcos Fernández contratase de nuevo a Vicente Cantatore, iniciándose su segunda etapa en el club. Con él, aquel joven Valladolid comenzó a ganar seguridad, y con la promesa de Marcos Fernández de no vender y reforzar la plantilla se creó una gran expectación en la ciudad que atrajo más de 18.000 abonados para la Liga que se disponía a comenzar.[59] En aquel Valladolid destacaban Peternac, César, Víctor y Benjamín, principales artífices del séptimo puesto liguero con el que el ya EuroPucela obtuvo plaza para la Copa de la UEFA.[60]
La segunda etapa del chileno terminó de manera convulsa, ya que al poco de comenzar la Liga fue destituido en directo en un programa de radio por Marcos Fernández Fermoselle,[61][62] vicepresidente e hijo del presidente, quien por entonces ya estaba apartado de la dirección del club por la leucemia que finalmente causó su muerte.[63] La temporada continuó con Sergio Kresic en el banquillo, cerrándose la Liga con el undécimo puesto y cayendo en segunda ronda de la Copa de la UEFA frente al Spartak de Moscú.
En la temporada 1998/99 el club pasó a denominarse Real Valladolid Club de Fútbol, S. A. D., su nombre actual. Asimismo, se crearon la Fundación Real Valladolid,[64] la página web oficial y una mascota, Pucelo.[19] Para la campaña siguiente se contrató a Gregorio Manzano, que dejó al equipo a las puertas de la competición europea. En enero de 2000, el club se hizo con la cesión del jugador japonés Shoji Jo, convirtiéndose en el primer club de la historia de la Liga en contar con un jugador nipón en sus filas. Los hijos del difunto presidente, en vista del descontento de los aficionados desde la destitución de Cantatore, anunciaron la venta del 70% de las acciones a dos grupos madrileños, quienes nombraron presidente a Ignacio Lewin el 28 de abril de 2000.[65]
Historia reciente
La etapa de Lewin como presidente fue breve: apostó por el argentino Francisco Ferraro como entrenador, pero los malos resultados hicieron que Pepe Moré tomara las riendas del equipo para salvarlo del descenso. Lewin y sus vicepresidentes dimitieron el 20 de abril de 2001, después de que Caja España negara un crédito a la entidad para sanearla,[66] llegando al cargo el actual presidente, Carlos Suárez Sureda.
Moré siguió en el banquillo hasta la conclusión de la temporada 2002/03, y para afrontar la siguiente campaña se contrató a Fernando Vázquez. El equipo realizó una buena primera vuelta para terminar perdiendo fuelle en la segunda, y ni siquiera el nombramiento de un entrenador de la casa, Antonio Santos, pudo evitar el descenso.[67]
En la temporada 2006/07, los blanquivioletas, dirigidos por José Luis Mendilibar, ascendieron con brillantez, siendo campeones de Segunda y batiendo los récords de imbatibilidad y de puntos.[68] En la siguiente temporada se logró la permanencia, y quedó para la historia el gol de Joseba Llorente contra el Español a los 7,82 segundos del comienzo, el más rápido de la Liga española hasta ahora.[69]
En la temporada 2008/09, el equipo llegó a rozar los puestos europeos, pero una nefasta racha final hizo que tuviera que jugarse la permanencia en el último partido de Liga en el Estadio Manuel Ruiz de Lopera ante el Betis, logrando un empate salvador que condenaba a los verdiblancos.[70]
La temporada 2009/10 fue nefasta. El equipo se mantuvo durante toda la primera vuelta del campeonato en la parte baja de la clasificación, hasta que en el primer partido de la segunda vuelta, frente a la U. D. Almería, el entrenador José Luis Mendilibar fue destituido. Onésimo Sánchez, un entrenador de la casa, tomó las riendas de la plantilla pero no pudo enderezar la marcha de la entidad. Tras diez jornadas, fue cesado[71] y su puesto lo ocupó Javier Clemente,[72] quien, a pesar de una importante remontada en los ocho partidos que el equipo disputo a sus órdenes, no pudo lograr la permanencia en Primera División, concluyendo la liga en antepenúltima posición.
Denominaciones
La denominación más duradera del equipo fue la de Real Valladolid Deportivo, mantenida desde su creación en 1928 hasta su conversión en sociedad anónima deportiva en 1992, excepto en el periodo 1931-1939 (Segunda República y Guerra Civil) en el que se eliminó la palabra "Real" y su nombre fue Club Valladolid Deportivo.[73][74] La denominación de la S. A. D., inicialmente Real Valladolid S. A. D., fue cambiada el 29 de junio de 1998 por la junta de accionistas a la actual, Real Valladolid Club de Fútbol, S. A. D.[19]
Escudo
El escudo del club tiene una gran similitud con el de su ciudad, Valladolid. Dicho emblema nació en 1928, junto con el propio club, y consta de una corona real cerrada, distintivo del "Real" del club y heredado de la Real Unión Deportiva; de cinco llamas, presentes en el escudo de Valladolid; cinco castillos, distintivo de Castilla; y seis franjas blanquivioletas, colores del club.
Este emblema original ha sufrido pequeños retoques a lo largo de la historia del club: en 1962, el ayuntamiento de Valladolid permitió la incorporación de la Cruz Laureada de San Fernando y además se añadió una franja roja con cinco castillos al escudo. Posteriormente, se cambiaron las iniciales VD (Real Valladolid Deportivo o Club Valladolid Deportivo) a RV (Real Valladolid), que figuran en un redondel en el centro del escudo.[75]
Himno
A lo largo de su historia, el club ha tenido dos himnos: Banderas blancas y violetas, creado en 1982 por Manuel Trujillo González y Antonio Gómez Aranega; y el actual, en vigor desde 1995, compuesto por el grupo Tahona (Miguel Ángel Rivera y José Luis Gómez).[76] En la actualidad, ambos himnos conviven en el club, gracias a la cesión por parte del grupo Arcaduz de los derechos de Banderas Blancas y Violetas.[77]
Afición
El Real Valladolid contaba con un total de 17.213 abonados para la temporada 2008/09.[1] Los aficionados del equipo suelen ser conocidos como pucelanos, aunque esa denominación es extensible a todos los habitantes de la ciudad. En la Federación de Peñas del Real Valladolid hay inscritas un total de 43 peñas, todas con sede en la ciudad o la provincia de Valladolid, a excepción de las peñas de Barcelona, Madrid y Fresneda de Cuéllar (Segovia).[78] Cabe destacar que el club batió en la temporada 2009/10 su récord de abonados, llegando a más de 18600.
Uniforme
Uniforme titular
Desde su fundación, el Real Valladolid ha mantenido siempre el uniforme titular definido el 22 de abril de 1928, día en el que también se acordaron el escudo y el estadio del club. El uniforme titular blanquivioleta se ha mantenido con mínimos cambios en su diseño hasta hoy.[79] Ese día, se decidió descartar los colores de los clubes constituyentes, azul del Club Deportivo Español y rojo del Real Unión Deportiva, para evitar controversias, acordándose el siguiente uniforme: camisa o jersey con listas verticales moradas y blancas y pantalón blanco.[79]
Uniforme visitante
El Real Valladolid ha utilizado preferentemente el violeta para su uniforme alternativo, junto con el rojo, que también es uno de los colores históricos de la segunda equipación del club. También se han utilizado varios diseños sin tradición histórica, como el realizado por Kelme para la temporada 1997/98, que contaba con rayas negras y moradas,[80] y que fue recuperado como segunda equipación para la temporada 2009/10, cambiando el color de los pantalones y las medias de morado a negro.
Tercer uniforme
El uso del tercer uniforme por el conjunto pucelano ha sido una novedad de las últimas temporadas. Algunos de los colores utilizados han sido el amarillo, el gris o el negro. En alguna ocasión, el morado de la segunda equipación fue trasladado a la tercera, como en la campaña 2009/10.
Camisetas conmemorativas
En algunos momentos de su historia, el club ha lanzado varias camisetas conmemorativas que, si bien no han llegado a utilizarse durante ningún partido oficial, sí han sido llevadas por algunos jugadores y aficionados, como la que celebraba el 75.º aniversario del club, de color blanco y con los nombres en violeta de todos sus abonados; o la del ascenso en la temporada 2006/07, de color morado y en la que estaban escritos con letras blancas y formando las letras "1ª" los nombres de los jugadores de la plantilla de aquel año.
Indumentaria y patrocinador
Las siguientes tablas detallan cronológicamente las empresas proveedoras de indumentaria y los patrocinadores que ha tenido el Real Valladolid desde los años 1980:
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