Lenguas de Argentina

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El uso del castellano o español es predominante, entendido y hablado como primera o segunda lengua por casi toda la población de la República Argentina (más de 40 millones).[1]​ El inglés es la segunda lengua más conocida en el país, y su enseñanza es obligatoria desde la escuela primaria en varias provincias. El guaraní y quichua son otras lenguas importantes con más de un millón de hablantes cada uno.

Existen unas 25 lenguas vernáculas vivas y varias extintas en diversas regiones. Entre estas se mantienen las lenguas de los pueblos originarios. El guaraní, el quichua y el aimara son los más oídos en la periferia de las grandes ciudades, producto de las migraciones internas y de países como Bolivia, Paraguay y Perú. El portuñol, el lunfardo son los dialectos locales derivados de lenguas europeas más importantes.

Otra lengua nativa es la lengua de señas argentina (LSA), lengua señalada por las comunidades sordas que surge claramente a partir de 1885 e influencia a muchas otras lenguas de señas de países limítrofes.

Entre los hablantes de lenguas no vernáculas se encuentran los de italiano (alrededor de 500.000),[2]alemán (cerca de 400 000, incluyendo un número significativo de hablantes del dialecto alemán del Volga y del plautdietsch). Los idiomas árabe, croata, esloveno, euskera, gallego, armenio, asturiano, yidish oriental, chino (unos 65 000 hablantes, principalmente de los dialectos de Fujian y de Taiwán), coreano, japonés (alrededor de 35 000, en su mayoría hablantes de okinawense),[cita requerida] lituano, ucraniano y romaní vlax (lengua de los roma, llamados vulgarmente «gitanos») también son importantes.

Lengua oficial (de facto)

Dialectos del idioma español hablados en Argentina según Berta Elena Vidal de Battini.[3]

La República Argentina no ha establecido por norma legal ningún idioma oficial; con todo, el idioma castellano es el utilizado (desde la fundación del estado argentino) por la administración pública y en el que se imparte la educación en todos los establecimientos públicos, hasta tal punto que en los niveles básico y secundario existe como asignatura obligatoria la de la lengua castellana (asignatura llamada «Castellano»). Tal obligatoriedad es una imposición que ha resultado en un factor de cohesión social entre los millones de habitantes de Argentina. Existe una Academia Argentina de Letras, fundada en 1931, que desde 1952 colabora regularmente con la Real Academia Española para el registro de las variantes locales.

Si bien la Constitución Nacional establece como función del Congreso Nacional «reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos», a éstos aún no se les ha reconocido la oficialidad de sus lenguas nativas, excepto en las provincias de Chaco y Corrientes.

El idioma español en Argentina se presenta principalmente a través del dialecto rioplatense. También existen un dialecto en la región de Cuyo y el acento cordobés. En el noroeste hay influencias del español andino y el noreste tiene influencias del español paraguayo.[3]

Clasificación

Las lenguas europeas de Argentina habladas por comunidades estables pertenecen a cuatro grupos: romance (español, portugués y lunfardo), germánico occidental (plautdietsch y alemán estándar), celta britónico (galés).

Las lenguas indígenas de Argentina por otra parte son más diversas y pertenecen a diferentes familias lingüísticas entre ellas:

Lenguas vivas

Además del español, se registran en Argentina las siguientes lenguas vivas con desarrollo local propio:

Europeas

  • El portuñol es hablado en las zonas limítrofes con el Brasil. Se trata de un pidgin de español y portugués.
  • El lunfardo es una forma dialectal nacida en Buenos Aires, fuertemente influido por las lenguas de los inmigrantes; sobre todo por dialectos procedentes de las distintas regiones italianas; así, «lunfardo» deriva de la palabra lombardo, pero también el portugués, el gallego, el francés, el inglés y el yidish le proveyeron al habla argentina numerosos elementos léxicos y sintácticos, así como la pronunciación típica del español rioplatense. El lunfardo ha ejercido un fuerte influjo en el habla informal de todo el país, sobre todo mediante su uso en las letras de tango y en la poesía porteña.
  • El galés, cymraeg, y gymraeg o welsh, dialecto galés patagónico: lengua indoeuropea del agrupamiento céltico insular británico, el galés es el primero o segundo lenguaje de unas 25 000 personas en 1998[4]​ (descendientes de inmigrantes galeses de la segunda mitad del siglo XIX) en la provincia del Chubut. Una estimación de 2008 señala que el número de hablantes pudo haber descendido a tan solo unos 5000.[5]
  • plautdietsch o bajo alemán, hablado por colonias menonitas disemninadas sobre todo en La Pampa, aunque también en pequeñas comunidades en otras provincias.
  • El dialecto alemán, de los alemanes étnicos del río Volga en Rusia, hablado especialmente en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos, parte de La Pampa y varios sectores de la provincia de Buenos Aires. Asimismo, conservado entre los descendientes de los inmigrantes venidos directamente de Alemania así como de otros países germanófonos como Suiza o Austria.

Lengua de señas

La lengua de señas argentina, entendida por alrededor de dos millones de personas sordas de la Argentina, sus instructores, descendientes y otros. Se diferencian variantes regionales, tales como la de Córdoba.

Quechua

El quechua sureño se corresponde con el quechua II-C del mapa.

El quechua sureño: de la familia de las lenguas quechua. Presenta 7 variaciones que se enmarcan en su origen geográfico Quechua II - C: Quechua ayacuchano, Cuzco-Collao, Quechua cuzqueño, Quechua puneño, Quechua Norboliviano, Quechua sudboliviano, Quichua santiagueño

Aquí se detallan el Sudboliviano y el Santiagueño:

  • El quechua sudboliviano: hablado por habitantes del occidente boliviano residentes en Argentina y sus descendientes. Esta misma variedad se habla en todo Jujuy, Salta y Tucumán; después del castellano es la segunda lengua del país más difundida y la lengua indígena más importante de América, ya en 1971 tenía 855 000 hablantes a los que habría que sumarles unos 70 000 posibles en Salta.[6]
  • El quichua santiagueño: de la familia quechua II C (o quechua wanp'una meridional). Distinto del quechua boliviano, con una similaridad lexical del 81 % con este. Hablado por 100 000 personas, según datos de Censabella (1999), aunque otras estimaciones elevan la cifra a 140 000[7]​ o 160 000[8]​ hablantes[9]​ en la provincia de Santiago del Estero (departamentos de Figueroa, Moreno, Robles, Sarmiento, Brigadier J. F. Ibarra, San Martín, Silipica, Loreto, Atamisqui, Avellaneda, Salavina, Quebrachos, Mitre, Aguirre, parte del departamento Taboada a lo largo del río Salado), sudeste de la provincia de Salta y Buenos Aires. Existe una cátedra para su estudio y conservación en la Universidad Nacional de Santiago del Estero. El cálculo más pequeño habla de un mínimo de 60 000 hablantes en el año 2000.[6][10]​ Sus hablantes se componen de una población criolla que en la actualidad no se autoreconoce como indígena (aunque admite un pasado indígena).[11]

Guaraní

En las provincias de Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa, Entre Ríos[12][13]​ y Buenos Aires donde los dialectos del idioma guaraní argentinos son hablados o conocidos por cerca de un millón de personas, incluyendo inmigrantes paraguayos que hablan el guaraní paraguayo o el jopará (2005).[9]​ En Corrientes, en donde se habla el dialecto guaraní argentino se decretó en 2004 la cooficialidad de la lengua guaraní y su uso obligatorio en la enseñanza y gobierno.

  • El chiripá, tsiripá, txiripá, nhandeva, ñandeva, avakatueté o apytare, dialecto apapocuva: lengua de la familia tupí guaraní, subgrupo I. Unos pocos hablantes en la provincia de Misiones y entre inmigrantes paraguayos.
  • El mbyá, mbua, guaraní oriental argentino o mbyá: de la familia tupí-guaraní, subgrupo 1. Similitud léxica de un 75 % con el guaraní paraguayo. En 2002 contaba con unos 3000 hablantes en la provincia de Misiones.[6]
  • El guaraní occidental argentino, guaraní oriental boliviano, chawuncu o chiriguano, dialectos chané e izoceño: de la familia tupí-guaraní, subgrupo 1. Unos 15 000 hablantes en las provincias de Salta y Formosa.[10]
  • El guaraní correntino o guaraní argentino: perteneciente a la familia tupí-guaraní. Hablado (junto al castellano) por hasta un 50 % de la población de origen rural de la provincia de Corrientes[9]​(alrededor de 100 000 personas).[11]​ El gobierno correntino decretó en 2004 la cooficialidad de la lengua guaraní y su uso obligatorio en la enseñanza y gobierno, aunque aún no ha sido reglamentado.
  • El kaiwá, caingua, caiwá o kayova, llamado pai tavyterá en Paraguay: de la familia tupí-guaraní, subgrupo 1. Hablado por no más de 510 personas en la provincia de Misiones.[6]
  • El tapieté, guarayo, guasurangue, tirumbae, yanaigua o ñanagua: de la familia tupí-guaraní, subgrupo 1, hablado por unas 100 personas de una aldea cercana a Tartagal en Salta.[6]
  • El guaraní misionero o jesuítico fue una antigua variedad del guaraní hablada en las Misiones jesuíticas. Se exitinguió hacia 1800.

Mapudungun

El mapudungun, araucano, maputongo, mapuche o mapudungu, dialectos: pehuenche, nguluche, huilliche, ranquenche: de la familia araucana, con aproximadamente 40 000[14][15][16]​ a 100 000[6]​ hablantes en las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz en el año 2000.

Aimara

Aimara central: lengua del grupo aymara, hablada por 30 000 habitantes de Jujuy,[6]​ del norte de Salta, además de inmigrantes de la puna boliviana y de Perú.

Mataco-mataguayo

Extensión del dominio de las lenguas mataco-guaicurú.
  • Chorote iyojwa'ja, choroti, yofuaha o eklenjuy: de la familia mataco-guaicurú, es un idioma distinto del chorote iyo'wujwa. Hablado en 1982 (no hay datos más recientes) por unas 1500 personas en el nordeste de la provincia de Formosa.[6]
  • Chorote iyo'wujwa, choroti, manjuy o manjui: de la famila mataco-guaicurú. Cuenta con unos 800 hablantes en 1982,[6]​50 % de ellos monolingües, mezclados con los hablantes del chorote iyojwa'ja. Actualmente es hablado por apenas 400 personas.[10]
  • Nivaclé, ashlushlay, chulupi, churupi, chulupie, chulupe, dialectos nivaclé de la selva y nivaclé del río: de la familia mataco-guaicurú, cuenta con unos 200 hablantes en el nordeste de la provincia de Formosa.[6]​ El término «chulupí» y similares son peyorativos.
  • Wichí lhamtés güisnay, mataco güisnay, güisnay, mataco pilcomayo, o mataco: de la familia mataco-guaicurú, hablado por unas 15 000 personas en el área del río Pilcomayo, provincia de Formosa.[6]​ El término «mataco» para designar las lenguas y los pueblos wichí es peyorativo.
  • Wichí lhamtés nocten, mataco nocten, nocten, noctenes u oktenai: de la familia mataco-guaicurú, hablado por alrededor de 100 personas en la frontera noreste del país, hasta la zona de Clorinda.[6]
  • Wichí lhamtés vejoz, mataco vejoz o vejos, dialecto vejoz del Bermejo: de la familia mataco-guaicurú. Cuenta con unos 25 000 hablantes distribuidos en las provincias de Chaco y Formosa.[6]​ Su área de influencia, en general, se encuentra al oeste de la del Toba, a lo largo del curso superior del río Bermejo y en el río Pilcomayo. No es inteligible con otros lenguajes del Chaco, y se lo habla también en Bolivia.

Guaycurú

  • Mocoví, mocobí o mbocobí: de la familia mataco-guaicurú. En el año 2000 había unos 4530 hablantes en Formosa, el sur del Chaco y el noreste de la provincia de Santa Fe.[6]​ Para 2008 la cifra había pasado peligrosamente hasta 3000 o 5000 personas.[9]
  • Pilagá o pilaca: de la familia mataco-guaicurú, dialectos toba-pilagá (toba del Oeste o sombrero negro) y chaco pilagá (toba del Sur): de la familia mataco-guaicurú, hablado por unas 2000 a 5000 personas en las cuencas de los ríos Pilcomayo y Bermejo, provincias de Formosa y Chaco.[9]​ En 2004 era hablada por 4000 personas.[6]
  • Toba, chaco sur, qom, toba qom o toba sur, dialectos toba del Sudeste y toba del Norte: del grupo mataco-guaicurú. Hablado en el año 2006 por 40 000 a 60 000 personas de la etnia kom'lik en el este de las provincias de Formosa y del Chaco.[9]​ Diferente del toba-pilagá y del toba maskoy hablado en Paraguay. En 2000 era hablada por 21 410 indígenas (19 800 en Argentina).[6]

En peligro de extinción

  • Ona, aona, selknam o shelknam: de la familia chon, a comienzos de los años noventa quedaban entre 1 y 3 hablantes en Tierra del Fuego. Probablemente extinto, tal como ya sucedió en Chile.
  • Puelche, tehuelche septentrional, gennaken o pampa: lenguaje aislado. Probablemente extinto.
  • Tehuelche, tehuelche meridional, aoniken, gunua-kena, gununa-kena, inaquen: de la familia chon. En el censo de 1966 se registraron apenas 200 hablantes en Santa Cruz.[9]
  • Vilela: perteneciente a la familia lule-vilela, y casi extinto. Lo hablan unas 20 personas en la ciudad de Resistencia, provincia del Chaco.
  • Güenoa o wenoa y chaná, lenguas de la familia charrúa o charruana, que desaparecieron hacia inicios de siglo XIX al oeste del río Uruguay, sucediendo lo mismo hacia 1830 al este del mismo río. Sin embargo, a mediados de 2005 un habitante de la ciudad entrerriana de Nogoyá dio a conocer que conservaba por transmisión oral familiar la lengua chaná, la veracidad de este descubrimiento está en estudio, pero mencionó más de 250 vocablos y frases, entre ellas todas las palabras charrúas y chanás conocidas.

Lenguas extintas

Distribución aproximada de lenguas en el extremo meridional de Sudamérica en tiempos de la Conquista.

Además de las lenguas indígenas sobrevivientes, antes del contacto con los europeos y durante algún tiempo durante la conquista de América en Argentina se hablaron además las siguientes lenguas, que la actualidad están extintas:

  • Abipón: de la familia mataco-guaicurú, y relacionado con el kadiweu, no parecen quedar hablantes vivos de esta lengua.
  • Chané: de la familia arawakana, sin clasificación de subgrupo. Se lo ha comparado con el guana o kashika del Paraguay, o con el terena de Brasil, pero ambos son distintos. Se habló en la provincia de Salta, hace unos 300 años. El grupo étnico es llamado izoceño, y ahora habla guaraní occidental.
  • Kunza, cunza, likanantaí, lipe, ulipe, o atacameño lengua de la etnia atacameña (lickan-amtay), casi seguramente extinto también en Chile. Probablemente una lengua aislada.
  • Henia-camiare o hênia-kamiare: hablada por la etnia del mismo nombre más conocida como comechingones. No hay elementos suficientes para establecer su pertenencia a alguna familia, ni es posible intentar una reconstrucción.
  • Het: lengua de los antiguos pampas también conocidos como querandíes. Su existencia como única lengua es especulativa.
  • Allentiac o alyentiyak y millcayac o milykayak, lenguas pertenecientes al macrófilo huarpe (nombre que también suele darse a la primera), habladas otrora en la región de Cuyo. La escasez de elementos remanentes impide intentar clasificación o reconstrucción precisas.
  • Lule-toconoté: de la familia lule-vilela, algunos autores afirman que lule y toconoté no serían la misma lengua, hablada por pueblos que habitaban en parte del territorio de la actual provincia de Santiago del Estero, y en parte migraron hacia el Chaco a mediados del siglo XVII. Del lule-toconoté quedan sólo algunos vocablos y lexemas aunque casi siempre se desconoce su significado preciso.
  • Yagán, yámana o háusi-kúta (también yaghan, yagán, yagana): lengua hablada por los aborígenes de las zonas litorales meridionales del archipiélago fueguino, presentaba la característica de ser muy analítica y por esto poseía un extenso vocabulario. Se extinguió en la Argentina a inicios de siglo XX, aunque se conservan lexicones del mismo y algunas importantes palabras en la toponimia como Ushuaia, Lapataia, Tolhuin, etc. Quedan probablemente entre 3 y 5 hablantes en Chile.
  • El guaraní misionero se habló en el área y tiempo de influencia de las misiones jesuíticas, entre 1632 y 1767, desapareciendo definitivamente hacia 1870, pero habiendo dejado importantes documentos escritos.

Véase también

Referencias

  1. «Aún hay niños que sólo hablan el guaraní y no entienden el castellano». Artículo en el sitio web FM La Ruta.
  2. Ethnologue.
  3. a b Vidal de Battini, Berta (1964): El español de la Argentina: estudio destinado a los maestros de las escuelas primarias, cartografía de María Teresa Grondona. Buenos Aires: Consejo Nacional de Educación.
  4. Ethnologue report for language code: Welsh
  5. Asamblea de Gobierno de Gales (2008). «Wales and Argentina». Artículo en el sitio web Wales.com. Consultado el 17 de junio de 2012.
  6. a b c d e f g h i j k l m n ñ o Ethnologue report for Argentina
  7. Martorell de Laconi, Susana (2004). Voces del quichua en Salta y otros estudios. San Miguel de Tucumán: Instituto de Investigaciones Lingüísticas, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán; pág. 139.
  8. Alderetes, Jorge R.; y Albarracín, Lelia I. (2004). «El quechua en Argentina: el caso de Santiago del Estero». En: International Journal of the Sociology of Language, 169 (número especial: «Quechua sociolinguistics»), pág. 84.
  9. a b c d e f g Vid. Martínez, Angelita (2008), «Argentina», en Palacios Alcaine, Azucena (coord.), El español en América: contactos lingüísticos en Hispanoamérica, Barcelona: Ariel; pp. 258-59. Los inmigrantes bolivianos en la Argentina, que en su mayoría hablan quechua, se distribuyen por el país en un 39 % en Buenos Aires, 20 % en Jujuy, 14 % en Salta, 10 % en Mendoza y el resto en Chubut, Neuquén y Santa Cruz. Por otra parte el idioma wichi es una de las lenguas indígenas con más hablantes, suman entre sus distintas variedades un total de 35 000 a 60 000 personas, se ubica en las provincias de Chaco, Formosa y Salta.
  10. a b c Castellano - La Página del Idioma Español = El Castellano - Etimología - Lengua española
  11. a b Archivo: Situación sociolingüística de los pueblos indígenas en la Argentina
  12. Jesús Romero, entrerriano, lucha por mantener vivo el guaraní de su provincia
  13. H. Cámara de Diputados de la Nación: PROYECTO DE DECLARACIÓN
  14. Glosario de lenguas indígenas sudamericanas, Edgardo Civallero, Universidad Nacional de Córdoba, pág. 21.
  15. Lingva Prismo
  16. Barbara F. Grimes, Richard Saunders Pittman & Joseph Evans Grimes (1992). Ethnologue: languages of the world. Dallas: Summer Institute of Linguistics, pp. 12 y 27.

Enlaces externos