Socialismo

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Karl Marx, fundador del llamado «socialismo científico» que fuera puesto en práctica por el marxismo doctrinario.
Henri de Saint-Simon, considerado padre de la idea de socialismo como proyecto social y fundador del llamado «socialismo utópico»

El socialismo es el control por parte de la sociedad, organizada con todas sus partes integrantes, tanto de los medios de producción y comunicación como de las diferentes fuerzas de trabajo aplicadas en las mismas.[1][2]​ El socialismo implica, por tanto, una planificación y una organización colectiva consciente de la vida social y económica.[3]​ Subsisten sin embargo criterios encontrados respecto a la necesidad de la centralización de la administración económica mediante el Estado como única instancia colectiva en el marco de una sociedad compleja,[4][5]​ frente a la posibilidad de formas diferentes de gestión descentralizada de la colectividad socialista, tanto por vías autogestionarias como de mercado, así como mediante el empleo de pequeñas unidades económicas socialistas aisladas y autosuficientes.[6][7]​ Existen también discrepancias sobre la forma de organización política bajo el socialismo para lograr o asegurar el acceso democrático a la sociedad socialista a clases sociales o poblaciones,[8]​ frente a la posibilidad de una situación autocrática por parte de las burocracias administrativas.[9]

Las formas históricas de organización social de tipo socialista pueden dividirse entre determinadas evoluciones espontáneas de ciertas civilizaciones de carácter religioso y las construcciones políticas establecidas por proyectos ideológicos deliberados. De éstas se destacan, respectivamente, el Imperio Inca[10]​ y la Unión Soviética.

Socialismo y movimiento obrero

En un sistema socialista, al establecerse la propiedad social (colectiva) de los medios de producción, desaparece cualquier forma de propiedad privada de los bienes de capital y con esta, el capitalismo como forma de apropiación del trabajo asalariado, una forma de explotación por vía económica. Debido al apogeo intelectual del marxismo entre los proyectos de reforma social, el ideario comunista influyó en casi todos los futuros movimientos socialistas. Desde entonces los pensandores socialistas comenzaron a considerar la socialización de la economía como un interés vital para el proletariado industrial y un resultado históricamente necesario a la vez corolario de la toma del poder político por dicha clase. Sintetizado a partir de las ideas y escritos de distintos grupos y pensadores que buscaban alumbrar un sistema distinto en términos de justicia, el socialismo recibió un impulso distinto de la teoría marxista que desprende al socialismo de todo idealismo moral y político, y lo fundamenta como una necesidad para el desarrollo del presente período tecnológico, que es lo único que podría hacerlo realizable (no-utópico) según la doctrina del materialismo histórico. Dentro de la secuencia histórica de los modos de producción esbozada por Friedrich Engels, el capitalismo es la última sociedad con clases y el socialismo el primer paso a su extinción: las clases sociales se consideran generadas por los diferentes e interdependientes orígenes sociales del ingreso, y al proletariado como la primera clase trabajadora sin vías propias de adquisición privada, capaz por ende de sobrevivir a una socialización de la producción y finalmente a su propia desaparición como clase en una fase comunista, dando así por superada la lucha de clases como motor del progreso histórico.[11]

Socialismo y comunismo

A diferencia de lo que sucede con el concepto de "comunismo" (término cuya utilización se remonta a Platón), en el cual la contribución a la producción común es libre y no planificada mientras que el consumo se vive en común,[12]​ la palabra "socialismo" (que apareció por primera vez en 1834 bajo los auspicios de Robert Owen) describe la organización colectiva de la producción y la distribución en tanto el consumo permanece siendo particular.[13]​ En el siglo XIX en proceso de proletarización masiva por el ascenso del capitalismo industrial, la idea socialista evolucionó como concepto e ideología de economía política proponiendo un sistema social, económico y político basado en la organización consciente (planificada) de la producción de acuerdo a unos fines preestablecidos de contribución al bien general: sería el denominado movimiento socialista (en algunos lugares movimiento para la reforma del trabajo).

Con el surgimiento del "marxismo", los medios socialistas y los fines comunistas son absorbidos y reformulados dentro de una sola doctrina que entiende ambos sistemas como dos pasos históricamente necesarios en el desarrollo de una sociedad escindida por la lucha de clases hacia una etapa comunista final sin clases. El movimiento comunista, que ya había surgido colectivistas de la Revolución francesa como movimientos remanentes (véase el comunismo de Babeuf y la Conspiración de los Iguales) y había dejado de ser un activismo social cambiante durante diferentes períodos históricos para convertirse en activismo político, se transforma en partido e ideología gracias a la introducción por parte de Karl Marx de las ideas de los doctrinarios socialistas (por entonces tomadas seriamente), adoptando un sólido cuerpo doctrinal del que carecía. Mientras que gracias al marxismo las ideas socialistas y comunistas se desprenden del idealismo y se unifican en un solo movimiento ideológico llamado Comunismo.

Socialismo como movimiento político

Por extensión se define como socialista a toda doctrina o movimiento que aboga por su implantación. Frecuentemente coexisten diferentes movimientos políticos que adoptan el título de Socialismo: desde aquellos con vagas ideas de búsqueda del bien común e igualdad social, hasta los proyectos reformistas de construcción progresiva de un Estado socialista en términos marxistas, o las variantes pre y post-marxistas de socialismo (sean obreristas o nacionalistas), o al intervencionismo, definiciones de socialismo o de sus métodos que pueden variar drásticamente según varíen los interlocutores políticos y que algunas veces se distancian en mayor o menor medida de su etimología: estatistas, nacionalistas, marxistas, cooperativistas, corporativistas gremiales clásicos, corporativistas de Estado o fascistas, socialistas de renta, socialistas de mercado, mutualistas, socialdemócratas modernos, etc.

El socialismo continúa siendo un término de fuerte impacto político, que permanece vinculado con el establecimiento de un orden socioeconómico construido por, para, o en función de, una clase trabajadora organizada originariamente sin un orden económico propio, y para el cual debe crearse uno público (por vía del Estado o no), ya sea mediante revolución o evolución social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin clases estratificadas o subordinadas unas a otras; idea esta última que no era originaria del ideario socialista sino del comunista y cuya asociación es deudora del marxismo-leninismo. La radicalidad del pensamiento socialista no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más bien a los principios que se persiguen.

Explicación previa al contexto

En la práctica el significado de facto del socialismo ha ido cambiando con el transcurso del tiempo. Muchos de los denominados socialistas derivaron históricamente en la búsqueda de instaurar un Estado obrero organizado de abajo hacia arriba. Otros mientras tanto continuaron rechazando la vía de expresión democrática en la cual modelos políticos de acción del pueblo se amparan para dar paso a modelos de extrema izquierda y derivados del mismo sentir como lo son el comunismo.

La ideología con que muchas veces se relaciona en la actualidad al sistema del socialismo es con una interacción de la nacionalización de todo recurso económico y la implementación de un gobierno comunista. Por otro lado, gran parte de los movimientos políticos contemporáneos traslucen la ideología del mismo con una visión abstracta política híbrida la cual han denominado como socialdemócrata, un término que alude a proyectar la disparidad de las diferencias económicas entre personas con el fin de distribuir toda riqueza acumulada por individuos y gobierno entre todas las partes de forma arbitraria y limitada. En este modelo las personas de clase alta se les requiere pagar impuestos más altos que a la media, de manera tal que paulatinamente disminuya la riqueza de los mismos y la riqueza llegue a manos del gobernante vigente y este decida distribuir la riqueza en su criterio. Razón por la cual en la actualidad la mayoría del "socialismo" y de esta palabra se identifica con los postulados socialdemócratas y comunistas, incluso por parte de corrientes habitualmente asociadas a movimientos paralelos a los adoptados por la Unión Soviética, razón por la cual movimientos socialistas confrontan dilemas ideológicos.

Historia

Origen del socialismo

La influencia de la ilustración y el socialismo utópico

El estudio del socialismo se inicia a partir de la Revolución francesa en 1789. En el siglo XVIII y XIX los principales países de Europa desarrollan el proceso de sustitución del feudalismo por el capitalismo como sistema económico, y los estados feudales se unen para formar las modernas Naciones-Estado.

Inglaterra fue la cuna del socialismo "utópico". Existen dos causas importantes que dan al socialismo utópico inglés su carácter peculiar: la revolución industrial, con su cortejo de miserias para el naciente Proletariado, y el desarrollo de una nueva rama de la ciencia: la economía política, concepto asociado a la búsqueda de dominio titular de las ciencias políticas.

En Francia tuvo un carácter más filosófico que en Inglaterra. Su primer representante fue el conde Henri de Saint-Simon, considerado por Engels el creador de la idea en estado embrionario que sería utilizada por todos los socialistas posteriores.[14]​ Propuso la Federación de Estados Europeos, como instrumento político para controlar el comienzo y desarrollo de guerras. Al mismo tiempo Charles Fourier, concibió los falansterios (comunidades humanas regidas por normas de libre albedrío e ideologías económicas socializadas).

Los debates entre los socialistas clásicos

Mijaíl Bakunin, ideólogo político, defensor de la independencia individual y colectiva.

Poco después aparece la teoría comunista marxista que desde una teoría crítica del comunismo, desarrolla una propuesta política: el "socialismo científico". Karl Marx postula en una de sus obras la diferenciación entre «valor de mercado» y «valor de cambio» de una mercancía y la definición de plusvalía, siendo éstas sus mayores contribuciones a la economía política; no obstante, los economistas modernos no utilizan estos conceptos del mismo modo que lo hacen los seguidores de la escuela marxista del pensamiento económico, argumentando que la teoría expuesta por Marx no contempla la interacción total de la ciencia económica y se ve parcializada por el comunismo. Entre los socialistas hubo una muy pronta división entre marxistas y anarquistas los cuales eran la esencia más cercana a la ideología marxista. El marxismo como teoría recibió muchas críticas, algunas de ellas constituirán durante muchas décadas la base ideológica de la mayoría de partidos socialistas. Más tarde, a raíz de la Revolución rusa y de la interpretación que le dio Lenin, el leninismo se convertiría en foco de admiración de los partidos comunistas, agrupados bajo la III Internacional.

La teoría marxista se construye conjuntamente con el anarquismo. El anarquismo se podría inscribir dentro de los conceptos tempranos del socialismo, que como ideal busca que las personas decidan sobre sus vidas libre e independientemente; la abolición del Estado y de toda autoridad; exaltando al individuo

La meta del socialismo es construir una sociedad basada en la igualdad, la equidad económica, la iniciativa personal, la cooperación moral de un individuo, eliminando las compensaciones estratificadas por esfuerzo, promoviendo estructuras políticas y económicas de distribución como por ejemplo el seguro social.

Friedrich Engels, filósofo socialista alemán.

El socialismo en el siglo XX

El socialismo alcanzó su apogeo político a finales del siglo XX en el bloque comunista de Europa, la Unión Soviética, estados comunistas de Asia y del Caribe.

Durante la segunda mitad del siglo XX fue de gran importancia para el llamado bloque socialista, que la Unión Soviética liberara a los países ocupados del Tercer Reich en el frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial, pues estos mismos posteriormente adoptaron sistemas de gobierno socialistas que hicieron que el campo socialista alcanzara un amplio dominio.

Indicadores del desempeño de modelos políticos ajenos al modelo socialista durante el siglo XX son por ejemplo, los grandes avances en la tecnología y la promoción del desarrollo científico, como por ejemplo en los programas espaciales o los avances en tecnología militar.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la tensión militar-ideológica entre el bloque socialista, encabezado por la Unión Soviética, y el capitalista, encabezado por Estados Unidos, desembocó en un enfrentamiento político que se conocería como Guerra Fría. Se conoció de ella extraoficialmente y fue la competencia por la superioridad en todos los aspectos y lograr así el dominio completo (pero no directo) de la mayor cantidad de países. Culminó con la disolución política de la URSS, tras una crisis agravada por su situación económica y política y fuertes presiones externas, acompañada de una pronunciada crisis en los demás estados socialistas, principalmente los europeos, consecuencias propias del establecimiento de modelos socialistas y comunistas extendidos.

Una ideología, un grupo de ideologías

Existen diferencias entre los grupos socialistas, aunque casi todos están de acuerdo de que están unidos por una historia en común que tiene sus raíces en el siglo XIX y el siglo XX, entre las luchas de los trabajadores industriales y agricultores, operando de acuerdo a los principios de solidaridad y vocación a una sociedad igualitaria, con una economía que pueda, desde sus puntos de vista, servir a la amplia población en vez de a unos pocos.

De acuerdo con los autores marxistas (más notablemente Friedrich Engels), los modelos y las ideas socialistas serían rastreables en los principios de la historia social, siendo una característica de la naturaleza humana y sus modelos sociales.

En el marxismo-leninismo el socialismo es considerado como la fase previa al comunismo, por ello los procesos revolucionarios vividos por la Unión Soviética, Cuba y China se relacionan con esta doctrina, ya que, en el caso de la Unión Soviética nunca se logró alcanzar el comunismo, y en el caso de Cuba todavía buscaría alcanzar ese objetivo.

Véase también

Referencias

  1. Friedrich Engels, "Del socialismo utópico al socialismo científico", cap. III, La Revue socialiste, Nº 5 (5 de mayo de 1880)
  2. August Bebel, "El estado socialista", Socialización de la sociedad, cap. 1 y passim
  3. Oskar Lange, "Planificación de la economía social: realización de la racionalidad político-económica" en "Racionalidad económica en el capitalismo y el socialismo", La economía en las sociedades modernas, Editorial Grijalbo, 1966 (1964), parte 1: 'Socialismo', cap. 4, § 3, pp. 78-80
  4. Ernesto Guevara, "En la Conferencia Afroasiática en Argelia" (24 de febrero de 1965), Una antología mínima
  5. Duan Zhong Qiao, "Crítica a la teoría de la superioridad y la neutralidad del mercado", Conferencia Internacional sobre el Manifiesto Comunista, Atenas, 1998
  6. Amir Helman, "The Israeli Kibbutz as a Socialist Model", Journal of Institutional and Theoretical Economics (JITE), Vol. 148, No. 1
  7. Nathan Smith, "The Economics of Monasticism", The ASREC/ARDA Working Paper Series, 2009
  8. Jorge Schafik Handal (entrevista por Marta Harnecker), "El socialismo: ¿una alternativa para América Latina?", Biblioteca Popular, 1991
  9. Isaac Deutscher, "Las raíces de la burocracia", ciclo de conferencias abreviadas y editadas por Tamara Deutscher, London School of Economics, 1960
  10. Louis Baudin, El imperio socialista de los incas, Zig-Zag, 1945, passim. Ver también: José Carlos Mariátegui, 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, Biblioteca Amauta, 1928
  11. Karl Marx, "Segunda nota marginal crítica" a "Proudhon" en "Crítica crítica...", La sagrada familia, Claridad, 2008, capítulo IV, parte IV, § 3, pp. 50-51
  12. Émile Durkheim, El socialismo, Akal, 1987, cap. II, 2° lección (cont.), pp. 48-50
  13. V. I. Lenin, El Estado y la revolución, Siglo Veintidós, 2000, cap. V, § 3 y 4, pp. 79-88
  14. Friedrich Engels, "The Development of Utopian Socialism"

Enlaces externos