Manuel Blanco Encalada

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Manuel Blanco Encalada

Retrato del Almirante Blanco Encalada


Presidente Interino de la República de Chile
9 de julio de 1826-9 de septiembre de 1826
Vicepresidente Agustín de Eyzaguirre
Predecesor Ramón Freire (Director Supremo)
Sucesor Agustín de Eyzaguirre

Información personal
Nombre en español Manuel Jose Blanco Encalada Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 21 de abril de 1790 Ver y modificar los datos en Wikidata
Buenos Aires (Argentina) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 5 de septiembre de 1876 Ver y modificar los datos en Wikidata (86 años)
Santiago de Chile (Chile) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Argentina
Familia
Cónyuge Carmen Gana López
Educación
Educado en Escuela Naval Militar Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Oficial de Marina, Almirante
Años activo desde 1807
Rama militar Armada de Chile Ver y modificar los datos en Wikidata
Rango militar Comandante en jefe Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido político Político independiente Ver y modificar los datos en Wikidata
Firma

Manuel Blanco Encalada (Buenos Aires, Virreinato del Río de la Plata, 21 de abril de 1790Santiago, Chile, 5 de septiembre de 1876) fue un militar y político chileno.

Hijo del español Manuel Lorenzo Blanco Cicerón y de la chilena Mercedes Calvo de Encalada y Recabarren. Al pasar su infancia en Buenos Aires, viajó a España donde en 1807 se incorpora a la Marina Española. Tras luchar en la guerra de independencia española y ser enviado a Perú donde demostro sus ideales independentista, desertó y en 1813 llegó a Chile donde se le dió el grado de capitán del ejército patriota y participó en la guerra de independencia bajo las órdenes del general Bernardo O'Higgins durante el período de la Patria Vieja chilena, y en la Patria Nueva se incorporó como oficial en el Ejército Unido Libertador de Chile participando y destacándose en las batallas decisivas para la independencia de Chile. En junio de 1818, se convirtió en el primer Comandante General de Marina y jefe de la escuadra logrando en el primer encuentro de su mando capturar un convoy español en ese mismo año. En 1819 participó en la escuadra como segundo del marino británico Thomas Cochrane en la campaña del Pacífico y luego en 1822 se uniría a las fuerzas libertadoras del Perú logrando conocer ilustres personajes como el general Simón Bolivar y ser el comandante de la naciente Marina de Guerra del Perú.

En 1826, tras su exitosa actuación en la liberación de Chiloé fue electo provisoriamente como Presidente de la República de Chile, siendo la primera persona en ostentar dicho título. En dicho cargo se mantuvo apenas dos meses. Luego de un breve alejamiento volvió a las labores militares, participando en 1836 en el Ejército Unido Restaurador durante la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana. Como general en jefe de la primera expedición firmó el Tratado de Paucarpata, que sería rechazado posteriormente por su propio bando.

Posteriormente, hizo un viaje a gran parte de Europa volviendo a Chile en 1846 donde se le dió el nombramiento de intendente de Valparaíso, cargo que desempeñó con bastante esmero y progresos para el puerto. En 1851 al estallar una revolución liberal sofocó un motín en Valparaíso el 28 de octubre de ese año ganándose la gratitud del gobierno siendo nombrado como diplomático en Francia en 1853. Permaneció en Europa hasta 1858, a su regreso fue electo senador en 1864. Dos años después a causa de la guerra naval con España prestó sus servicios como marino y se le confió el mando de la escuadra chileno-peruana. En 1868 se le dió el mando de una fuerza naval para repatriar los restos del general O’Higgins que se encontraban sepultados en Lima, siendo esta su última misión de militar. Falleció el 5 de septiembre de 1876 en la ciudad de Santiago.

Infancia e ingreso a la vida naval

Hijo junto a su hermano mayor Ventura Blanco Encalada del español Manuel Lorenzo Blanco Cicerón y de la chilena Mercedes Calvo de Encalada y Recabarren (hija del marqués de Villapalma), nació en Buenos Aires, capital del ese entonces Virreinato del Río de la Plata, parte del Imperio español y que actualmente corresponde a la capital de la Argentina.[1][2]​ Aprendió sus primeras letras en su ciudad natal y luego se dirige a España para ingresar a la vida naval.

A los quince años, comienza sus estudios navales en la Academia de Marina de la isla del León, frente a Cádiz. En 1807 se incorpora a la Marina Española con el grado de alférez y participa en el combate contra las tropas napoleónicas que bloqueaban Cádiz durante la guerra de la independencia española. Al año siguiente fue ascendido a alférez de fragata y fue destinado al apostadero naval de Callao, en el Virreinato del Perú a las órdenes de su primo hermano el brigadier de ingenieros D. Joaquín Molina, comandante general de marina. En su retorno a América, manifiesta ya su cercanía a las ideas revolucionarias independentista a igual que muchos de sus familiares en Chile y del Río de la Plata, por lo que es enviado por el virrey José Fernando de Abascal de vuelta a España. Sin embargo, en su retorno logró gracias a sus contactos regresar al continente logrando llegar a la plaza de Montevideo, embarcado como oficial de marina en la corbeta de guerra Paloma, que venía a reforzar a las fuerzas del virrey Francisco Javier de Elío contra las de los patriotas de Buenos Aires.

Huyó de Montevideo a Buenos Aires en 1812, cuando lo intentaron regresar a España ya que se había negado a obedecer órdenes de incursionar sobre las zonas costeras patriotas, sospechando de que tenía ideales patriotas. En febrero de 1813 se dirigió a Chile para prestar servicio a la causa patriota.

Guerra de emancipación

En la guerra de independencia de Chile

Blanco Encalada en un dibujo de Rugendas.

En 1813 se incorporó al Ejército de Chile con el grado de capitán de artillería ante la llegada desde el Perú de las tropas realistas al mando del brigadier Antonio Pareja. Se le confió la organización de la primera maestranza y taller de armas. Fue nombrado Jefe de Artillería y sirvió a las órdenes de Bernardo O'Higgins ante deposición del general José Miguel Carrera por los malos resultados de su campaña. Fue ascendido a teniente coronel en 1814 y participo en varias acciones durante la Patria Vieja. En una de ellas participo en un desgraciado hecho el 29 de marzo de 1814, en la que se le había dado la orden de recuperar Talca que había sido ocupado por las tropas realistas. Mando una columna de 1.400 hombres mal armados y poco disciplinados los cuales fueron rotundamente derrotados por una fuerza menor pero mejor armada y disciplinada en la que sería el primer combate de Cancha Rayada. Se le hizo un consejo de guerra por la derrota pero fue absuelto por el hecho.

Por ese entonces la causa patriota parecía debilitarse peligrosamente por el mal manejo de la guerra, la poca profesionalidad de la tropa y la diferencia que había entre los líderes patriotas, especialmente entre José Miguel Carrera y Bernardo O'Higgins que incluso los llevó a enfrentarse debilitando al ejército y dandole la ventaja al ejercito realista que estaba siendo reforzado desde el Perú con nuevas tropas al mando de Mariano Osorio.

Tras el desastre de Rancagua que termino con la Patria Vieja y con aniquilar el ejército patriota y precipitar la huida hacia Mendoza de los lideres, Blanco Encalada se dirigió igualmente a Mendoza, pero fue apresado por los españoles en Santa Rosa de Los Andes, siendo sometido a un proceso en el que se le condenó a muerte, no por su participación en la guerra, sino por su deserción de Montevideo. Sin embargo, esta pena fue conmutada por la de destierro en el archipiélago de Juan Fernández junto a otros patriotas chilenos.

Blanco seria rescatado luego de la derrota de los realistas por el Ejército de los Andes el 12 de febrero de 1817 en la batalla de Chacabuco que da termino al período de la Reconquista, comenzando ahora el nuevo gobierno de la Patria Nueva precedido por el director supremo Bernardo O'Higgins que enviaría al bergantín Aguila al mando del marino irlandés Raimundo Morris al archipiélago en donde lograría liberarlo a él y a los demás reos patriotas en marzo de 1817.

De regreso en Chile, se alistó en el ejército con el grado de sargento mayor de artillería. Estuvo en la Sorpresa de Cancha Rayada el 19 de marzo de 1818 donde él al mando de 12 piezas de su batería, logró salvarlas del ataque enemigo retirándose en orden con sus hombres.[3]​ Participo también en la batalla de Maipú el 5 de abril del mismo año donde se destacó con el uso de la artillería en el ala derecha del ejército del general San Martín donde disparo su artillería en un momento donde la infanteria patriota era arrollado por el batallón Burgos. Por su conducta en Maipú, fue ascendido a teniente coronel una semana después de la batalla. En Maipú se consolida la independencia de Chile donde el ejército realista de Chile se ve obligado a retirarse hacia el sur, sin posibilidad de amenazar la ciudad de Santiago.

Comandante de la escuadra de Chile

Ataque a la fragata María Isabel en Talcahuano.

Consolidado Chile con el triunfo de Maipú las tropas patriotas iniciarían la campaña al sur de Chile para reconquistar Concepción y los territorios que aún estaban en manos realistas. Bernardo O'Higgins viendo el comienzo de esta campaña vio su preocupación por el hecho de que los españoles aun controlaban el mar, y debido a eso le llegaban refuerzos y abastecían a los españoles fácilmente desde el puerto de Talcahuano, por lo que se decidió crear una fuerza naval capaz de lograr el dominio del mar.

Cuando se organizaba la primera escuadra nacional a principios de 1817, Blanco Encalada fue nombrado comandante general de marina y jefe de la escuadra, colaborando con O'Higgins y José Ignacio Zenteno en la conformación de la escuadra. En octubre de 1818, la escuadra finalmente estaba lista, compuesta por el navío San Martín, la fragata Lautaro, la corbeta Chacabuco y el bergantín Araucano, con un total de 142 cañones y 1.200 hombres.

Entretanto, el rey Fernando VII, aprovechando la paz con Francia, resolvió enviar una expedición para auxiliar a los realistas en Chile, pese a la situación por la que pasaba España que estaba casi en bancarrota y su gobierno era totalmente inestable debido a la ideas anti-monárquicas.

La expedición española que fue llamada Expedición de la Mar del Sur consistía en 10 transportes y una fragata de 50 cañones, la María Isabel, único buque que se pudo envía de los comprados a Rusia en el Tratado de Madrid ya que se pensaba enviar una gran fuerza naval como el virrey Joaquín de la Pezuela había solicitado reiteradamente al rey Fernando VII para reforzar la escuadra española del Pacifico. Los transportes llevaban los suministros de alimentos, municiones, armas y, más importante, dos batallones de infantería del regimiento de Cantabria, tres escuadrones de caballería, la artillería y dos compañías de ingenieros de combate (zapadores), para un total de 2.080 hombres bajo el mando del teniente coronel Fausto del Hoyo y La fuerza naval estaba al mando del capitán Manuel del Castillo. Estas fuerzas servirían de gran ayuda para la causa realista en Chile.

El 21 de mayo de 1818 salió la expedición de Cádiz, El capitán Castillo a la altura de las Islas Canarias sufrió una parálisis, debiendo ser desembarcado en Tenerife, por lo que tomó el mando el teniente de navío Dionisio Capaz. El Gobierno de O'Higgins tuvo noticias de esta expedición y de que su destino era Talcahuano gracias a que uno de los transportes españoles se amotino y se entregó en Buenos Aires por lo que dispuso que la recién formada escuadra chilena interceptara al convoy.

Blanco Encalada comandando la escuadra, se dirigió desde Valparaíso hacia Talcahuano, donde se esperaba encontrar con la escuadra enemiga, divisándola el 28 de octubre con la aparición de la fragata española Reina María Isabel, que fue abordado, capturado y desencallada en el Combate Naval de Talcahuano después de dos días de combate contra las fuerzas de tierra al mando del comandante Juan Francisco Sánchez.

Luego se dispuso, entonces, a esperar a los transportes que, uno a uno fueron llegando a Talcahuano, los días 11, 12 y 14 de noviembre y, engañados por la bandera española que enarbolaba el buque, se colocaron a su costado siendo capturados por los soldados chilenos.

De los once transportes que partieron de Cádiz, uno quedó en Tenerife, por inútil, otro recaló en Buenos Aires, cuatro prosiguieron al Callao y los cinco restantes fueron capturados por la Escuadra Chilena que vio así incrementada su escasadotación de buques, además, con una fragata, la María Isabel que, por ley de 9 de diciembre, pasó a llamarse O'Higgins.

El triunfo de Blanco Encalada había desbaratado la última expedición realista contra Chile y había arrancado a España el dominio del Pacífico para radicarlo en Chile, al mismo tiempo que infundía, momentáneamente, la confianza y el optimismo necesarios para afrontar los duros sacrificios que exigía la Expedición Libertadora del Perú. Por su lado, las fuerzas navales españolas desde ese momento asumieron una actitud totalmente defensiva, cuidándose mucho de no arriesgarse a ser capturados por los patriotas chilenos.

Por su gran éxito en esta misión, Blanco Encalada fue ascendido el 12 de diciembre de 1818 a contraalmirante teniendo él 28 años de edad. En ese año además se caso con la dama santiguina Carmen Gana López con la que tendría 6 hijos.

Campaña para liberar a Perú

El almirante Manuel Blanco Encalada en campaña.

La escuadra chilena había logrado un magnífico triunfo con Blanco Encalada en esta ocasión, pero por las exigencias que requería esta futura y enorme empresa, es decir, destruir la armada española en el Callao y conducir la escuadra para la futura expedición libertadora al Perú, el 11 de diciembre de 1818 se le daría el mando de la escuadra al marino británico Thomas Cochrane con quien desde ahora manejaría las acciones navales. Blanco Encalada serviría en la armada ahora como el segundo de la escuadra.

En las campañas de Cochrane en las costas peruanas para destruir la escuadra española, Blanco Encalada participó en el primer bloqueo del Callao al mando del navío San Martin y la corbeta Chacabuco con las que opero en la zona y luego tuvo que abandonar debido a la escases de recursos en agosto de 1819. Fue retenido en el 10 de agosto de 1820 durante el zarpe de la Expedición Libertadora del Perú que el gobierno de Chile había financiado y organizado, dándole el mando al general José de San Martín. Esto debido a su calidad de comandante general de armas y jefe del estado mayor de plaza que él solicito. En septiembre de 1820 fue nombrado mariscal de campo del ejército de tierra y en ese mismo año fue presidente y creador de una Sociedad de Amigos del País, que funcionaba en su propia casa, teniendo por socios a los primeros hombre de la independencia. También fue nombrado a senador donde tuvo algunos malos encuentros con O'Higgins por su gobierno pero terminando luego en buena forma. En 1822 Blanco Encalada se unió a las fuerzas independentistas en el Perú.

Tras las diferencias que terminaron con la ruptura a mediados de 1821 entre Cochrane y San Martín, el general San Martin había organizado el 8 de octubre de 1821 la naciente escuadra peruana ya que esté había expulsado a Cochrane por el enfrentamiento que tuvieron con respecto a la paga de los marinos y al no querer Cochrane la peruanización de la escuadra chilena.[4]​ En 1822, Blanco Encalada al llegar a Perú asumió el mando de la escuadra peruana que mantenía Martin Guisse.[5]​ En su mando ayudo en la conducción de casi a todas la expediciones que de Guayaquil y el Callao salieran al mando de comandantes como Rudecindo Alvarado, Andrés de Santa Cruz, Antonio José de Sucre y otros jefes para los puertos intermedios o el Alto Perú. Sirvió también bajo las órdenes del general Simón Bolívar a quien le tuvo mucha estima.

En su regreso a Chile en 1824 fue ascendido en julio de ese año a vicealmirante a sus 34 años y se le dió el mando de una división naval compuesto por la fragata O'Higgins y el bergantín Moctezuma para auxiliar al Perú desde los mares, ya que los españoles habían enviado una expedición naval que había retomado el control de esas costas tras batir la escuadra peruana al mando de Martin Guisse. Tras la retirada de esa escuadra española con el triunfo de Ayacucho que afianzaba la independencia peruana, la división de Blanco Encalada de unió a las escuadras de Perú y la Gran Colombia en el puerto del Callao, donde el ejerció de jefe de la escuadra aliada[6]​ y el 7 de enero de 1825 se pusieron frente al puerto del Callao que estaba en manos realistas desde la sublevación del Callao el 5 de febrero de 1824 y la comandaba el brigadier José Ramón Rodil. La fuerza naval combinada al mando de Blanco retomó el bloqueo naval ese día, complementando al sitio terrestre que ya sufría la guarnición española. Durante el bloqueo Blanco Encalada logró hacer que las unicas unidades navales del Callao se pasaran a los patriotas y atacó sin pausas los reductos realistas de tierra causando bastantes estragos en las filas realistas. Además negocio con Rodil la liberación de algunos oficiales chilenos presos desde la sublevación de la guarnición independenstista.

Luego de estar unos cuantos meses bloqueando el puerto del Callao, abandona el sitio para dirigirse con sus naves a Valparaíso para advertir al gobierno chileno de las intenciones del general Simón Bolívar de anexionarse Chiloé. El asedio marítimo y terrestre del Callao seguiría hasta el 23 de enero de 1826 en la que finalmente capitularían las fuerzas realistas de ese puerto.

Por sus servicios en Perú durante la independencia, se le otorgaría posteriormente el grado de vicealmirante de la Marina de Guerra del Perú.

En la segunda expedición a Chiloé

Tras enterarse que el gobierno de Simón Bolívar en Perú propuso la toma de Chiloé y al darse una fuerte opinión de anexar para sí el archipiélago, Blanco Encalada abandono el bloqueo del Callao con las naves chilenas en dirección a Valparaíso. Comunicado de los acontecimientos, el gobierno del general Ramón Freire dispuso inmediatamente la organización de una nueva expedición a comienzos de 1826.[7]​ Anteriormente se había enviado una expedición a Chiloé al mando del mismo Freire, pero este fracaso por lo que ahora enviaría una segunda para derrotar a las fuerzas realistas al mando del gobernador Antonio de Quintanilla[8]​ que se mostró reacio al negociar con los patriotas y prefería luchar hasta el final.

En esta campaña, Blanco Encalada comando la escuadra de 5 buques de guerra y 5 transportes[9]​ que llevó a las tropas para liberar Chiloé. Al comenzar las operaciones contra los realistas Blanco ayudo a establecer cabezas de playa para las tropas y conducirlos al interior de la bahía de Ancud que estaba erizado de cañones siendo uno de las más fuertes defensas la del Castillo San Miguel de Agüi.

Al lograr el ejército entrar al interior de la isla para lograr el objetivo de tomar la ciudad de San Carlos de Ancud desde tierra, se encontró con las fuertes defensas que el brigadier Antonio de Quintanilla había hecho en Poquillihue que hacían peligroso un ataque desde cualquier punto, lo que puso en difícil posición la campaña. Blanco Encalada ante la difícil situación planeó atacar las lanchas cañoneras que defendían desde la costa de Pudeto las posiciones de los realistas. El ataque de las lanchas de Pudeto se efectúa 13 de enero de 1826 resultando un completo éxito al capturar las lanchas enemigas. Al siguiente día al ver un punto débil en el fuerte realista los patriotas atacan con las mismas lanchas capturas logrando desalojar a los realistas y derrotarlos completamente en la batalla de los cerros de Bellavista.

Con la derrota de los realistas, el comandante Antonio de Quintanilla en concordancia con el general Freire firman el Tratado de Tantauco que marcó la incorporación definitiva del archipiélago a la República de Chile.[10]

Breve paso por la política

Tras la renuncia de O'Higgins en 1822, el país entró en un largo período de inestabilidad política que duró toda una década. El general Ramón Freire, que asumió el cargo de Director Supremo en 1823 intento resolver los problemas que había con una legislación, pero el constante desorden político en que se encontraba el país sumado a la crisis económica imperante, provocó la caída del gobierno de Freire.[11]

En un ambiente dominado por las rencillas entre los grupos políticos, el 8 de julio de 1826, el Congreso Nacional procedió a elegir al sucesor de Freire. En dicha elección resultó ganador Manuel Blanco Encalada, quien asumió el mando al día siguiente, previo juramento ante el Congreso, convirtiéndose así en la primera persona en Chile que ocuparía oficialmente el título de "Presidente de la República" (Presidente Provisional de la República). Su corto gobierno estuvo marcado por el dominio del grupo federalista y la promulgación de las Leyes Federales de 1826. Pero nuevamente esta legislación fue rechazada, lo que provocó un caos en el país. Blanco Encalada renunció el 9 de septiembre de 1826 y se estableció una sucesión de presidentes de cortos períodos de gobierno.[12]

Tras su renuncia, se alejó de la política activa y de lo militar dedicándose solo al cuidado de sus intereses y familia por lo que no tomó parte en estas cuestiones ni incluso durante la guerra civil de 1830 en la que triunfa el bando conservador liderado por el general José Joaquín Prieto y el carismático Diego Portales.

En la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana

Manuel Blanco Encalada con uniforme de general en jefe de campaña.

En 1836 había empezado una fuerte tensión con la recién creada Confederación Perú-Boliviana a la que Chile veía como una amenaza al escenario americano, más aun después de apoyar a opositores del gobierno de Joaquín Prieto, quienes eran comandados por el general Ramón Freire y se dirigían a Chiloé para empezar una guerra y derrocar aquel gobierno.

El ministro de gobierno de Chile Diego Portales vio en esta ayuda las intenciones del protector de la confederación, el mariscal Andrés de Santa Cruz por lo que planeo apoderarse de los buques de ese país para luego hacer la guerra y destruir la Confederación.

Es en medio de esta situación que en 1836, Manuel Blanco Encalada volvía al servicio activo como militar siendo nombrado comandante de la escuadra para dirigir una fuerza naval de 5 buques de guerra para llevar hasta el puerto del Callao al Ministro Plenipotenciario Mariano Egaña para lograr una negociación favorable a Chile. Pero estas negociaciones fracasaron y el 28 de diciembre de 1836 Chile le declaró la Guerra a la Confederación, por lo que Blanco Encalada empieza las operaciones navales para destruir la escuadra confederada que todavía poseía la confederación. Las operaciones de Blanco Encalada duraron hasta a comienzos de 1837, durante esta tuvo unos pequeños enfrentamientos con estas unidades y tuvo que poner bloqueo a los puertos del Callao y Guayaquil ya que la escuadra confederada se negaba a presentar batalla logrando evitar a la escuadra chilena.

Finalmente Blanco volvería a Valparaíso por orden del gobierno para tomar el mando del ejército expedicionario que iba a destruir la confederación y las fuerzas del Mariscal Andrés de Santa Cruz. En una carta que Diego Portales le dirigió a Blanco Encalada le dió las motivaciones de la guerra y su enfatizada firmeza de destruir la Confederación.

Luego de esto, Portales le indicaba que con la victoria chilena de las fuerzas que comandaría le darían a Chile una segunda Independencia, ya que de prevalecer la Confederación Peruano-Boliviana, el país sería ahogado por ellá y quedaría en segundo plano. Antes de partir a la guerra, sofocó en las llanuras del cerro Barón de Valparaíso el Motín de Quillota que era una sublevación militar que capturo y acabó con la vida del ministro Diego Portales.

Tras estos hechos que dió fervor sobre la opinión de la sociedad de ir a la guerra, Blanco Encalada como general y comándate en campaña y con un ejército de 3.200[13]​ hombres entre los cuales figuraba una columna peruana de exiliados compuesta de 402[14]​ hombres al mando del general peruano Antonio Gutiérrez de la Fuente, zarpo la expedición el 15 de septiembre de 1837 en 16 transportes y convoyados por siete buques de guerra de la escuadra al mando de Roberto Simpson.

La expedición paso por Iquique el 22 de septiembre y el 24 de septiembre llegó a Arica donde esperaba la adhesión de los peruanos que por el contrario se mostraron desinteresados de la causa. Luego el comandante se dirige a Islay donde emprende el desembarco y la marcha hacia la ciudad de Arequipa donde luego debido a las falencias y las perdidas logísticas es rodeado por el ejército de Santa Cruz que ascendía a 5.000 hombres aproximadamente.[15]

En tales circunstancias Blanco y Santa Cruz firman en mutua concordancia y debido al americanismo de ambos comandantes el Tratado de Paucarpata, el 17 de noviembre de 1837, el que se acordaba la paz entre ambos estados pero además aceptando una serie de condiciones que los chilenos exigieron como garantía para Chile y las fuerzas en campaña. Posteriormente sería desconocido este acuerdo por el gobierno chileno al no estar Blanco Encalada capacitado para llegar a acuerdos que no fueran los establecidos por el gobierno.

Esta experiencia de Blanco Encalada en la guerra no fue nada gratificante. En territorio enemigo, sus fuerzas se encontraban en minoría numérica y diezmadas por epidemias y deserciones, además habían sido mal informados de la situación del Perú. Al regresar a Valparaíso con sus fuerzas fue nuevamente sometido a juicio militar, y otra vez salió absuelto de los cargos.

Ante este fracaso de la expedición sería enviada una segunda expedición al mando del general Manuel Bulnes quien lograría derrotar el 20 de enero de 1839 a Santa Cruz en la Batalla de Yungay logrando la disolución de la confederación y la hegemonía de Chile en el Pacifico Sur.

Viaje a Europa y regreso a Chile

Luego de su infortunio en la guerra, se alejó de Chile por algunos años, visitando los principales países de Europa con su familia gracias a la obtención de un retiro temporal.

Blanco regresó de Europa en 1846 a sus 60 años, siendo nombrado el 25 de junio de 1847 durante el creciente gobierno de Manuel Bulnes por el ministro Manuel Camilo Vial intendente del puerto de Valparaíso, cargo en el que impulsó varias obras de utilidad pública renovadoras para el país como hospitales, mejoramiento del pavimento las calles, contratos de gas y agua potable y la construcción del ferrocarril de Santiago a Valparaíso.

En 1851 al estallar una revolución liberal en contra del gobierno de Manuel Montt, el almirante e intendente de Valparaíso Blanco Encalada participo personalmente en el sofocamiento del motín de Valparaíso el 28 de octubre de 1851. Sofocado la revolución, fue nombrado ministro de Chile en Francia el 27 de enero de 1853 como premio a sus servicios para el estado. En este periodo de descaso visitó por cuarta y última vez Europa, regresando a Chile en junio de 1858. Luego ocupó varios puestos honoríficos en el país siendo el más destacado el de senador en 1864 pese a su avanzada edad de 74 años.

En la guerra contra España de 1865 y 1866

En 1865 con motivo de la guerra naval contra España, ofreció sus servicios al país. Este conflicto se originó cuando la escuadra española al mando del almirante Luis Hernández-Pinzón Álvarez se apoderó de las islas Chincha tras un incidente donde se vieron afectados residentes españoles en Perú, este era uno de los principales centros productores de guano del Perú. En Chile, al igual que en otros países de la américa española, este hecho fue considerado como una agresión injustificada por parte de España. Incluso, se temió que este hecho fuera el comienzo de una aventura que pretendiera reconquistar las antiguas colonias. Además ante la decisión del gobierno chileno de negar todo aprovisionamiento a la escuadra española y apoyar moralmente a Perú, el comandante de la escuadra española el vicealmirante José Manuel Pareja (que sucedió a Pinzón) exigiría a Chile cosas inaceptables que al no aceptarlas el país, los españoles bloquearían las costas chilenas.

Estos precedentes llevarían al gobierno de Chile a declarar la guerra a España pese a la desventaja con las fuerzas navales españolas; y también a formalizar en 1866 una alianza con el Perú, uniéndose las fuerzas navales de ambas naciones. Blanco Encalada, ante estos hechos se puso a disposición de las autoridades del gobierno y enfrentar la escuadra española.

El gobierno inmediatamente le ofreció un puesto, aunque no el que deseaba ya que se le dejó como consejero. Sin embargo, Blanco Encalada ante la falta exigió un cargo efectivo, por lo que al acordarse una alianza con el gobierno peruano del general Mariano Ignacio Prado Ochoa y al firmarse un tratado el 14 de enero de 1866, se le dio el mando de la escuadra aliada chileno-peruana, pero durante el teatro de operaciones fue el capitán de navío Juan Williams Rebolledo quien comandó las fuerzas aliadas ya que estas estaban encerradas en el apostadero de Abtao (y luego de Huito) esperando la llegada de los blindados peruanos Huáscar e Independencia para equilibrar las fuerzas.

En ese tiempo además Blanco Encalada dirigió con energía la Sociedad de la Unión Americana que rechazaba la invasión española y él debido a este hecho diría:[16]

Tengo setenta y cinco años, pero estoy dispuesto á sacrificar los pocos días de gracia que me reservo el cielo antes que ver empañada la estrella de Chile en ese mar que sus heroicos hijos conquistaron...

Luego ante la retirada de la escuadra española al mando del brigadier Casto Méndez Núñez (quien sucedió a Pareja tras su suicidio por la captura de la Covadonda y la mala situación española) tras el combate del Callao y con la llegada de los blindados peruanos, Blanco Encalada se embarcó en Valparaíso en la corbeta peruana Unión y zarpó hacia Chiloé, donde se encontraba la fuerza naval binacional y tomo el mando efectivo de estás ya que se esperaba empezar las operaciones ofensivas contra los españoles pero finalmente estas ideas del gobierno cesaron y posteriormente en 1871 se llegó a un armisticio con España.

Su última misión y muerte

A finales de 1868 se dictó por el congreso la repatriación de los restos del libertador Bernardo O'Higgins que se encontraban sepultados en Lima. Blanco Encalada solicitó y obtuvo el encargo de presidir la comisión de militares y funcionarios que fue al Perú. En ese país Blanco tuvo un recibimiento bastante bueno por las autoridades peruanas que le tenían bastante estima por ser uno de los hombres que lucho durante la emancipación peruana y por sus otros buenos antecedentes.

Las naves chilenas que participaron en la repatriación que comando Blanco Encalada fueron las corbetas de guerra O'Higgins, Chacabuco y la Esmeralda. Realizado todos los honores del caso, las naves zarparon del puerto del Callao escoltadas por dos buques peruanos; el monitor Huáscar, y la fragata de hélice Apurimac. A ellas se le sumaron naves francesas, inglesas y norteamericanas. Finalmente, el convoy chileno llegó a Valparaíso el 11 de enero de 1869, escoltado por la fragata peruana Independencia. En Chile Blanco pronunciando el discurso oficial en los funerales de O’Higgins, el 13 de febrero de 1869.

Finalmente tras un largo período de servicio el 5 de septiembre de 1876 en Santiago, falleció el vicealmirante Manuel Blanco Encalada a sus 86 años, habiendo logrado a lo largo de su vida ser marino, militar, diplomático, primer presidente de la república y jefe de la primera escuadra nacional.

Reconocimiento

Monumento a Blanco Encalada en Valparaíso, Chile.

Como una forma de honrar la memoría de Blanco Encalada, en muchas ciudades de Chile se le recuerda con el nombre de importantes avenidas y monumentos. En Valparaíso, como un homenaje a este prócer, se inaugura en octubre de 1917 un monumento, que es obra del famoso escultor español Antonio Coll y Pi.

La Armada de Chile también ha honrado el nombre de este marino nombrando varias unidades navales para recordarle. El primero de los buques recibió su nombre, tan sólo 10 días después de su muerte, cambiando el nombre de la fragata blindado de Valparaíso, por el de Blanco Encalada, el mismo que participaría luego en la Guerra del Pacífico y estaría presente en la victoria en Angamos el 8 de octubre de 1879, capturando al monitor peruano Huáscar y hundiendose posteriormente en Caldera durante la guerra civil en 1891.

La segunda nave que tuvó su nombre fue un crucero protegido que fue mandada su construcción en 1892 para reemplazar a la fragata blindada antes mencionada. Sirvió como buque de instrucción, buque estación en Magallanes y Escuela de Artillería. Fue dada de baja del servicio en 1940. El tercero fue un destructor estadounidense de la Clase Fletcher entregado a la armada chilena en 1962 y fue dado de baja el 8 de junio de 1982. El cuarto buque que a llevado en la armada el nombre de Blanco Encalada fue un Destructor Portahelicóptero comprado a Inglaterra el 7 de septiembre de 1987. Con más de 450 personas de dotación fue el buque insignia de la escuadra hasta el 12 de diciembre de 2003 donde fue retirado del servicio.

Actualmente el buque que lleva el nombre del almirante es una fragata de la Clase Karel Doorman comprada a los Países Bajos y transferido a la Armada de Chile en la Base Naval de Den Helder el 16 de diciembre de 2005 como la fragata Almirante Blanco Encalada (FFG-15) como parte del proyecto de modernización Puente II que visualiza la obtención de 8 nuevas fragatas para la armada.

Historial electoral

Candidato Pacto Votos % Resultado
Manuel Blanco Encalada Indep. Pro-Bando Pipiolo 22 57.89% Presidente Interino
José Miguel Infante Bando Federalista 15 39.47%
Casiano Arce Vásquez Indep. 1 2.63%

Ministros de Estado

Ministerio Nombre/Periodo
Interior y Relaciones Exteriores Ventura Blanco Encalada
Guerra y Marina Tomás Obejero
Hacienda Manuel José Gandarillas

Referencias

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  2. Icarito. «Manuel Blanco Encalada». Consultado el 15 de marzo de 2011. 
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  4. Encina, Francisco Antonio (1949), "Historia de Chile desde la Prehistoria hasta 1891", Santiago, Chile.
  5. Gonzalo Bulnes, "Historia de la Expedición Libertadora del Perú: 1817-1822", pág. 335.
  6. Manuel Antonio López. Recuerdos historicos de la guerra de la independencia, pág. 207
  7. Toro Dávila, 1977: 180
  8. Francisco Encina (1983). Historia de Chile. Tomo XVII. Santiago de Chile: Ercilla, pp. 89-92.
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  10. Barros Arana, Diego (1856). «Documento Justificativo Nº 14». Las campañas de Chiloé (1820-1826). Santiago de Chile: Memoria histórica presentada a la Universidad de Chile en la sesión solemne de 7 de diciembre de 1856. 
  11. Salazar, Gabriel (2005). Construcción de Estado en Chile (1800-1837). Santiago: Sudamericana. ISBN 9562622517. 
  12. «Historia de Chile: Segundo periodo: La creación de una nación (1810-1883). La Organización de la República». Biografía de Chile. Consultado el 4 de abril de 2012. 
  13. Sergio Villalobos "Chile y Perú: la historia que nos une y nos separa, 1535-1883" pág. 47
  14. Robert L. Scheina ... pág. 135
  15. Robert L. Scheina "Latin America's Wars: The age of the caudillo, 1791-1899 - The Peru Bolivian Confederation" pág. 135
  16. Benjamín Vicuña Mackenna, “El almirante don Manuel Blanco Encalada”, pág. 47
  17. https://es.wikisource.org/wiki/Sesiones_de_los_Cuerpos_Lejislativos_de_la_Rep%C3%BAblica_de_Chile/1826/Sesi%C3%B3n_del_Congreso_Nacional,_en_8_de_julio_de_1826 Sesión del Congreso Nacional, en 8 de julio de 1826. Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile de Valentín Letelier.

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Predecesor:
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Comandante General de Marina
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