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Diferencia entre revisiones de «Español chileno»

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[[Archivo:Dialectos del Español en el Cono Sur de América.PNG|thumb|250px|Mapa esquemático donde se representan, sin sus variantes regionales, los tres [[dialectos del español en América|dialectos del español]] presentes en la mitad austral de [[América del Sur]], según una de las teorías.<ref name=phu>{{cita publicación |autor=[[Pedro Henríquez Ureña|Henríquez Ureña, Pedro]] |año=1921 |título=Observaciones sobre el español de América |url= |formato= |publicación=Revista de Filología Española |número=8 |páginas=357-390 |fechaacceso= |cita=}}</ref> Se advierten las mixturas entre las variantes chilena —en color pardo—, [[español rioplatense|rioplatense]] o argentina —en fucsia—, y [[español andino|andina]] o hablas de las tierras altas —en amarillo—.]]
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El '''español de [[Chile]]''',<ref>{{cita web |url=http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/valladolid/ponencias/unidad_diversidad_del_espanol/2_el_espanol_de_america/saez_l.htm#nota_10 |título=El dialecto más austral del español: fonética del español de Chile |fechaacceso=30 de agosto de 2007 |autor=Sáez Godoy, Leopoldo |fecha=2001 |editorial=cvc.cervantes.es}}</ref><ref name=aro>{{cita publicación |autor=[[Ambrosio Rabanales Ortiz|Rabanales, Ambrosio]] |año=2000 |título=El español de Chile: Presente y futuro |url=http://web.archive.org/web/20130514030845/http://www.onomazein.net/5/espanol.pdf |formato=PDF |publicación=Onomázein |editorial= |ubicación= |volumen= |número=5 |páginas=135-141 |fechaacceso=9 de mayo de 2012}}</ref> '''castellano chileno''' o '''dialecto chileno'''<ref name=cw>{{cita publicación |autor=Wagner, Claudio |fecha=septiembre de 2006 |título=Sincronía y diacronía en el habla dialectal chilena |url=http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0071-17132006000100017&lng=es&nrm=iso |formato=PHP |publicación=Estudios Filológicos |editorial= |ubicación=Valdivia |volumen= |número=41 |páginas=277-284 |fechaacceso=9 de mayo de 2012 |doi=10.4067/S0071-17132006000100017}}</ref> es una [[Dialecto|variante]] del [[idioma español|español]] propia de dicho país, que presenta ciertas [[Regionalismos en Chile|diferencias a lo largo de su área de distribución geográfica]] y entre las distintas [[Clase social|clases sociales]]{{cr}}. El español es el [[idioma oficial]] ''[[de facto]]'' y la [[lengua administrativa]] de Chile,<ref group=n>El español es la [[lengua administrativa]] de Chile por haber sido parte de la [[Corona de Castilla]] durante la publicación de los [[Decretos de Nueva Planta]].</ref> donde también recibe el nombre de «castellano»,<ref>{{cita publicación |autor=Lewis, M. Paul (ed.) |año=2009 |título=Ethnologue report for Chile |url=http://www.ethnologue.com/show_country.asp?name=CL |idioma=inglés |publicación=Ethnologue: Languages of the World |edición=16.ª |editorial= |ubicación= |volumen= |número= |páginas= |fechaacceso=29 de octubre de 2009}}</ref> y hablado por el 99,3&nbsp;% de los chilenos<ref>{{cita libro |autor=Moreno Fernández, Francisco, y Jaime Otero Roth |título=Demografía de la lengua española |url=http://eprints.ucm.es/8936/1/DT03-06.pdf |fechaacceso=12 de noviembre de 2011 |formato=PDF |año=2006 |capítulo=2. Demolingüística del dominio hispanohablante - 2.5 Demografía del español en el mundo hispánico |páginas=20-21}}</ref> —los otros dialectos del castellano que se hablan en el territorio chileno, aunque en menor medida, son el [[español andino]] y el [[español chilote]]—.<ref>{{cita libro |autor=Cavada, Francisco J. |título=Chiloé y los chilotes |url= |fechaacceso= |otros= |edición= |año=1914 |editor= |editorial=Imprenta Universitaria |ubicación=Santiago |isbn= |capítulo=Estudios lingüísticos |páginas=448}}</ref> El español de Chile suele considerarse una unidad independiente en los estudios para establecer las zonas dialectales americanas.<ref name=phu/><ref name=lsg>{{cita web |url=http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/valladolid/ponencias/unidad_diversidad_del_espanol/2_el_espanol_de_america/saez_l.htm#nota_10 |título=El dialecto más austral del español: fonética del español de Chile |fechaacceso=30 de agosto de 2007 |autor=Sáez Godoy, Leopoldo |fecha=2001 |editorial=cvc.cervantes.es}}</ref>
El '''español de [[Chile]]''',<ref>{{cita web |url=http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/valladolid/ponencias/unidad_diversidad_del_espanol/2_el_espanol_de_america/saez_l.htm#nota_10 |título=El dialecto más austral del español: fonética del español de Chile |fechaacceso=30 de agosto de 2007 |autor=Sáez Godoy, Leopoldo |fecha=2001 |editorial=cvc.cervantes.es}}</ref><ref name=aro>{{cita publicación |autor=[[Ambrosio Rabanales Ortiz|Rabanales, Ambrosio]] |año=2000 |título=El español de Chile: Presente y futuro |url=http://web.archive.org/web/20130514030845/http://www.onomazein.net/5/espanol.pdf |formato=PDF |publicación=Onomázein |editorial= |ubicación= |volumen= |número=5 |páginas=135-141 |fechaacceso=9 de mayo de 2012}}</ref> '''castellano chileno''' o '''dialecto chileno'''<ref name=cw>{{cita publicación |autor=Wagner, Claudio |fecha=septiembre de 2006 |título=Sincronía y diacronía en el habla dialectal chilena |url=http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0071-17132006000100017&lng=es&nrm=iso |formato=PHP |publicación=Estudios Filológicos |editorial= |ubicación=Valdivia |volumen= |número=41 |páginas=277-284 |fechaacceso=9 de mayo de 2012 |doi=10.4067/S0071-17132006000100017}}</ref> es una [[Dialecto|variante]] del [[idioma español|español]] propia de choche007, que presenta ciertas [[Regionalismos en Chile|diferencias a lo largo de su área de distribución geográfica]] y entre las distintas [[Clase social|clases sociales]]{{cr}}. El español es el [[idioma oficial]] ''[[de facto]]'' y la [[lengua administrativa]] de Chile,<ref group=n>El español es la [[lengua administrativa]] de Chile por haber sido parte de la [[Corona de Castilla]] durante la publicación de los [[Decretos de Nueva Planta]].</ref> donde también recibe el nombre de «castellano»,<ref>{{cita publicación |autor=Lewis, M. Paul (ed.) |año=2009 |título=Ethnologue report for Chile |url=http://www.ethnologue.com/show_country.asp?name=CL |idioma=inglés |publicación=Ethnologue: Languages of the World |edición=16.ª |editorial= |ubicación= |volumen= |número= |páginas= |fechaacceso=29 de octubre de 2009}}</ref> y hablado por el 99,3&nbsp;% de los chilenos<ref>{{cita libro |autor=Moreno Fernández, Francisco, y Jaime Otero Roth |título=Demografía de la lengua española |url=http://eprints.ucm.es/8936/1/DT03-06.pdf |fechaacceso=12 de noviembre de 2011 |formato=PDF |año=2006 |capítulo=2. Demolingüística del dominio hispanohablante - 2.5 Demografía del español en el mundo hispánico |páginas=20-21}}</ref> —los otros dialectos del castellano que se hablan en el territorio chileno, aunque en menor medida, son el [[español andino]] y el [[español chilote]]—.<ref>{{cita libro |autor=Cavada, Francisco J. |título=Chiloé y los chilotes |url= |fechaacceso= |otros= |edición= |año=1914 |editor= |editorial=Imprenta Universitaria |ubicación=Santiago |isbn= |capítulo=Estudios lingüísticos |páginas=448}}</ref> El español de Chile suele considerarse una unidad independiente en los estudios para establecer las zonas dialectales americanas.<ref name=phu/><ref name=lsg>{{cita web |url=http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/valladolid/ponencias/unidad_diversidad_del_espanol/2_el_espanol_de_america/saez_l.htm#nota_10 |título=El dialecto más austral del español: fonética del español de Chile |fechaacceso=30 de agosto de 2007 |autor=Sáez Godoy, Leopoldo |fecha=2001 |editorial=cvc.cervantes.es}}</ref>


Pese a que en el ámbito doméstico se registran simultáneamente casi todas las particularidades que se describen más adelante, en situaciones formales las diferencias con el [[español estándar]] son menores y suelen restringirse a la pronunciación y al léxico.
Pese a que en el ámbito doméstico se registran simultáneamente casi todas las particularidades que se describen más adelante, en situaciones formales las diferencias con el [[español estándar]] son menores y suelen restringirse a la pronunciación y al léxico.

Revisión del 01:02 29 ene 2017

Mapa esquemático donde se representan, sin sus variantes regionales, los tres dialectos del español presentes en la mitad austral de América del Sur, según una de las teorías.[1]​ Se advierten las mixturas entre las variantes chilena —en color pardo—, rioplatense o argentina —en fucsia—, y andina o hablas de las tierras altas —en amarillo—.

El español de Chile,[2][3]castellano chileno o dialecto chileno[4]​ es una variante del español propia de choche007, que presenta ciertas diferencias a lo largo de su área de distribución geográfica y entre las distintas clases sociales[cita requerida]. El español es el idioma oficial de facto y la lengua administrativa de Chile,[n 1]​ donde también recibe el nombre de «castellano»,[5]​ y hablado por el 99,3 % de los chilenos[6]​ —los otros dialectos del castellano que se hablan en el territorio chileno, aunque en menor medida, son el español andino y el español chilote—.[7]​ El español de Chile suele considerarse una unidad independiente en los estudios para establecer las zonas dialectales americanas.[1][8]

Pese a que en el ámbito doméstico se registran simultáneamente casi todas las particularidades que se describen más adelante, en situaciones formales las diferencias con el español estándar son menores y suelen restringirse a la pronunciación y al léxico.

En zonas limítrofes de Argentina con Chile, se puede escuchar a los habitantes expresarse hablando con una pronunciación y entonación similares a las del español chileno y utilizando algunas palabras de él; sin embargo, pese a las semejanzas, el uso del idioma, gran parte del léxico y las estructuras utilizadas corresponden totalmente al español rioplatense. Esta situación se registra principalmente en la región geográfica argentina de Cuyo, particularmente en la ciudad de Mendoza, mientras que en la Patagonia chilena se mezclan rasgos chilenos con otros chilotes y rioplatenses.

Antecedentes

No es aceptada generalmente la teoría del origen andaluz de los dialectos hispanoamericanos.[9][10]Rodolfo Oroz, miembro de la Academia Chilena de la Lengua, señala que varios autores rechazan tal supuesto, puesto que no es comprobable un predominio decisivo de la procedencia andaluza de los colonizadores españoles.[11]​ Sin embargo, un cierto prestigio del dialecto andaluz entre los peninsulares reclutados en los puertos de Andalucía podría asistir a dar una explicación más veraz de la proximidad de los dialectos de América con el habla andaluza.[10]

El habla chilena no estuvo más expuesta a un dialecto específico del castellano peninsular que otros países de Hispanoamérica y es por ello que se encuentran similitudes con otros dialectos de regiones sumamente distantes, como el español canario, aunque mantiene mayor parecido con variantes regionales, como la rioplatense.

Fonética y fonología

Áreas del dominio del español que presentan aspiración de /-s/ postvocálica y yeísmo.
  • La entonación del español chileno es reconocida en el mundo hispanohablante por ser muy rápida y con tonalidades que ascienden y descienden en su habla, especialmente en Santiago y sus alrededores; dicha entonación puede ser menos fuerte en ciertas zonas del norte del país y más pronunciada en zonas sureñas.[cita requerida]
  • Al igual que en toda Hispanoamérica, existe el seseo; es decir, no se hace distinción entre los sonidos de s (/s/) y z (/θ/):[3]​ se pronuncia como /s/ en todos los casos, lo que produce algunos homófonos («abrasar - abrazar», «casa - caza», «cima - sima», «cocer - coser», por ejemplo). Este fenómeno lingüístico se originó en el reajuste de las sibilantes ocurrido entre los siglos XVI y XVII.
  • Como en gran parte de Hispanoamérica, existe la aspiración del fonema /s/ cuando está al final de una sílaba.[3]​ Por ejemplo, «estas manos» se pronuncia ['eh.tah 'mã.noh ].[8]​ La aspiración, evitada a veces en el habla formal, tiene un sonido como en la mitad sur de España.
  • Como en gran parte de Hispanoamérica, existe el yeísmo; es decir, no se hace distinción entre ll (/ʎ/) e y (/ʝ/).[3]​ La primera, pronunciada en su forma estándar de consonante aproximante lateral palatal, /ʎ/, aparece solo en un número muy reducido de hablantes bilingües (las lenguas autóctonas aimara, mapuche y quechua cuentan con este fonema) y entre personas de edad avanzada de la provincia de Ñuble. En el resto del país se ha neutralizado la diferencia entre ambos fonemas, y la realización más frecuente es la de una fricativa central palatal sonora [j], lo que produce algunos homófonos («baya - valla - vaya», «calló - cayó», «aya - halla - haya», «holló - oyó», por ejemplo). Entre las otras realizaciones encontradas, abunda la de una palatal central sonora muy abierta [ʝ], encontrada en todo Chile, pero más frecuente en el norte del país.[12]
  • Al igual que en la mitad sur de España y otras de las llamadas «hablas de las tierras bajas», en el lenguaje coloquial puede elidirse la «-d-» intervocálica, sobre todo en las terminaciones «-ado, -ada»:[3][8]​ «salado» se pronuncia [sa'la.ð̞o] o [sa'la.o] y «salada», [sa'la.ð̞a] o [sa'la:].
  • Ante los diptongos /wa/ y /we/, ocurre una prótesis de [ɣ] (fricativa velar sonora), por ejemplo: «huaso», ['ɣwa.so] ('guaso'), «huevo», ['ɣwe.β̞o] ('güevo').
  • El grupo «tr-» se pronuncia como una postalveolar retrofleja áfona [t͡ɹ̝̥],[3]​ sonido que se considera inculto, pero que a principios del siglo XXI ya se registra en amplios sectores de la sociedad.[8]​ Lingüistas como Rodolfo Lenz postulaban que este rasgo se debía a la interferencia del mapudungun, que tiene este sonido como un fonema aparte; sin embargo, la teoría en boga, defendida por Amado Alonso en tiempos de Lenz, afirma que se trataría de un fenómeno no propio, ya que se puede encontrar también en el español paraguayo y, menos estridentemente, en el español andino, español costarricense y español mexicano.[13]
  • Las plosivas y fricativas velares áfonas y sonoras (/k/, /g/, /x/ y /ɣ/) se transforman en plosivas y fricativas palatales áfonas y sonoras ([c], [ɟ], [ç] y [ʝ], respectivamente) delante de e e i: «queso», ['ce.so], «guitarra», [ɟi't̪a.ɹa], «jefe», ['çe.fe], «mi guitarra», [mi.ʝi't̪a.ɹa]. En este último caso, la g intervocálica en las sílabas gue y gui, al pronunciarse fuertemente con el paladar, se parece mucho a la y común castellana.[14]
  • Además de [b] y [β̞], el fonema /b/ tiene un alófono fricativo labiodental sonoro [v], según se ha registrado en el habla de Concepción, cuya existencia ha sido negada en el idioma español.[15]
  • Realización fricativa, [ʃ], del fonema africado postalveolar sordo, /t̠͡ʃ/, «ch», pronunciado como «sh».[3]​ Ocurre generalmente en los estratos menos educados de la población y en zonas rurales de todo el país de forma general y está fuertemente estigmatizado.[8]​ Por un fenómeno de ultracorrección, para evitar el poco prestigioso [ʃ], hay quien la pronuncia como una africada con cierre prolongado [tt͡ʃ].[16]​ Se evita el sonido fricativo incluso al pronunciar palabras originadas en otras lenguas donde la pronunciación correcta es [ʃ]. Por ejemplo, muchas personas dicen «suchi» (sut̠͡ʃi) por «sushi» (suʃi), para no ser clasificado como pronunciadores de [ʃ] y evitar el estigma asociado, cuando en realidad están produciendo el efecto contrario. El mismo estigma se traslada al pronunciar en otros idiomas, como el inglés «show» o el francés «Michelle».[17]

Morfología y sintaxis

Características

  • Un rasgo común a la mayoría de las variedades actuales del español es el escaso uso de las conjugaciones en futuro, reemplazadas por la construcción perifrástica «ir a + verbo en infinitivo». Por ejemplo, una frase como «iré al cine mañana» se reemplaza por «voy (a ir) al cine mañana». Las conjugaciones en futuro imperfecto se usan para indicar una duda o conjetura: «¿será ésa la micro que nos sirve?» o «ahí viene el Martín con una mochila: me pregunto si traerá lo que le encargué».
  • Como en toda Hispanoamérica, el pronombre de segunda persona plural es «ustedes», acompañado por las conjugaciones en tercera persona plural: «Ustedes saben lo que podría pasar».
  • Repetición innecesaria de los pronombres personales me, te y se y los pronombres clíticos lo(s) y la(s), antes y después del verbo: me voy a irme, te las voy a dártelas, se va a caerse y lo(s) vine a buscarlo(s) / la(s) vine a buscarla(s). Este modo de hablar es considerado propio de personas con escasa educación formal.
  • En zonas rurales de la región de O'Higgins y del norte de la región del Maule se utiliza la fórmula te le, y luego el verbo en la conjugación en tiempo presente de la segunda persona. «te le cayó, te le dije», en cambio de «se te cayó, te dije».
  • El queísmo es socialmente aceptado y se usa en los medios de comunicación mientras que el dequeísmo es socialmente evitado.
  • En el habla popular, las conjugaciones del modo imperativo de un pequeño número de verbos tienden a ser homogéneas y coincidir con la tercera persona singular de indicativo —el imperativo de «poner» se dice «pon» o «pone», el de «hacer», «haz» o «hace», y el de «salir», «sal» o «sale»—. Un caso particular, común a todos los hablantes del castellano de Chile, ocurre con el verbo «ir», cuyo imperativo es «anda» y no «ve» (el imperativo «ve» se reserva para el verbo «ver»: ve la hora). Por ejemplo: «ándate de aquí».
  • Otra característica que cabe destacar es la poca utilización del posesivo nuestro(a), que se suele reemplazar por de nosotros. Por ejemplo: «ándate a la casa de nosotros», en vez de «vete a nuestra casa».[cita requerida]

Voseo

Antecedentes y características

     Voseo generalizado de forma oral y escrita.     Voseo oral generalizado.     Voseo coexistente con el tuteo y/o voseo regional desprestigiado.     Áreas hispanohablantes sin voseo.

El voseo en Chile era generalizado hasta que Andrés Bello, rector de la Universidad de Chile nacido en Venezuela, condenó su empleo y llevó a cabo una campaña normativa en favor del tuteo; desde entonces, el sistema educativo lo ha ignorado y ha colaborado para su progresiva extinción.[18]​ Sin embargo, el voseo continuó siendo norma rural o subestándar y parte del registro informal —o incluso vulgar[3]​ con el empleo del voseo pronominal,[19]​ considerado mucho más cargado, despectivo o marcado que el voseo verbal—, cuyo uso se ha extendido entre personas de todas las edades y capas sociales.

Pese a originarse en la conjugación formal del voseo reverencial («cantái» por «cantáis», «corrís» por «corréis», «partís» por «partís», donde se usan desinencias de la segunda persona singular «vos»; «cantábai» por «cantabais», «corríai» por «corríais», «partíai» por «partíais», donde se usan desinencias de la segunda persona plural «vosotros»),[19]​ el voseo verbal ha evolucionado para usarse en el tratamiento informal.[3]

En el lenguaje coloquial chileno, con diferencias de acuerdo al estrato social y a la zona geográfica, la forma de tratamiento para la segunda persona singular fluctúa entre «tú» y «vos» con el uso de conjugaciones verbales especiales y la correspondiente aspiración o pérdida del fonema /s/;[3]​ sin embargo, lo más frecuente es que se combinen el pronombre «tú» con el voseo verbal.[18][19]​ Lo anterior se debe a que, en el registro formal, el pronombre «tú» es usado con las conjugaciones comunes del tuteo;[19]​ en cambio, si existe familiaridad, entonces se combina con las conjugaciones del voseo chileno, mientras que el pronombre «vos» se utiliza en un contexto de mucha familiaridad o para mostrar desdén —el pronombre «usted» se reserva en el registro formal a las relaciones de mayor respeto o distancia—.

Las conjugaciones del voseo verbal de Chile —donde si la desinencia verbal termina en «-áis», se vuelve «-ái»; si otra termina en «-éis», se monoptonga en «-ís»; mientras que aquella que termina en «-ís» se conserva, a lo que debe añadirse la correspondiente aspiración del fonema /s/—[3]​ son diferentes a las del voseo más extendido en Argentina, Bolivia, Centroamérica, Colombia, Paraguay y Uruguay y se asemejan más a las del español del Estado Zulia (Venezuela). Además, no se restringe tan solo al presente de indicativo; de hecho, se trata de la variante en que el uso del voseo verbal está más distribuido por los distintos modos y tiempos verbales, si bien es la única donde el voseo en modo imperativo se da solo de forma marginal.[19]

En esta forma, el verbo «ser» se conjuga como «soi» pues procede del voseo reverencial «vos sois», aunque también puede conjugarse «erís».

Flexión verbal

En la tabla que se detalla a continuación, se presenta una comparación entre los diferentes modos de conjugar verbos en voseo (reverencial, chileno e internacional) y tuteo:

Forma de tratamiento Modo indicativo Modo subjuntivo
Presente Pretérito imperfecto Condicional Presente Pretérito imperfecto
Voseo (reverencial) camináis
coméis
vivís
caminabais
comíais
vivíais
caminaríais
comeríais
viviríais
caminéis
comáis
viváis
caminarais
comierais
vivierais
Voseo (chileno) caminái
comís
vivís
caminábai
comíai
vivíai
caminaríai
comeríai
viviríai
caminís
comái
vivái
caminarai
comierai
vivierai
Voseo (internacional) caminás
comés
vivís
caminabas
comías
vivías
caminarías
comerías
vivirías
caminés*
comás*
vivás*
caminaras
comieras
vivieras
Tuteo caminas
comes
vives
camines
comas
vivas

* El rioplatense prefiere las formas del tuteo (camines, traigas, vivas).

Análisis sincrónico de los voseos chileno y rioplatense

El enfoque tradicional de los voseos chileno y rioplatense, el cual deriva ambos de las formas verbales correspondientes a «vosotros», ha sido cuestionado por Julia Vaquero como sincrónicamente inadecuado[20]​ pues según la autora requiere de por lo menos seis reglas distintas, incluidos tres procesos de monoptongación que carecen de motivación fonológica. En contrapartida, argumenta que las formas verbales de ambos voseos no se derivarían sincrónicamente de las formas de la segunda persona plural, sino de representaciones subyacentes coincidentes con las de la segunda persona singular no honorífica «tú».[20]​ Con ello, la teoría requiere del uso de una sola regla especial para el voseo chileno, que permite derivar sincrónicamente todas las formas verbales del caso en conjunción con otras reglas que tienen justificación independiente en la lengua. También resuelve el problema que presentan las formas alternas del voseo chileno, como el futuro indicativo (bailarís), los presentes de haber (habis y hai) y los presentes de ser (soi, erís y erei), sin necesidad de recurrir a reglas adicionales de naturaleza ad hoc.

Léxico

Palabras comunes en el lenguaje coloquial chileno

Panfleto dirigido a los jóvenes durante el plebiscito de 1988: «NO te pesco cachái» (equivalente a «NO te hago caso, ¿entiendes?»).

En la vigesimotercera edición del Diccionario de la lengua española (2014), se cuentan 2214 chilenismos o términos propios del español chileno.[21]​ Algunas características palabras coloquiales de esta variedad son:

  • altiro[22][23]​ o al tiro,[3]​ que quiere decir «de inmediato».
  • ¿cachái?, forma del verbo «cachar», probablemente del verbo inglés to catch[24]​ —sin embargo, los estudiosos de la evolución histórica del español en Chile lo suelen asociar a una degeneración del vocablo en desuso «catar»—, expresión más frecuentemente usada por la juventud con el significado de «¿comprendes?», «¿entiendes?» o «¿ves?».
  • de repente, locución propia del español, pero que en Chile adopta también el significado de «a veces» y —al igual que en otros países como Uruguay y Venezuela[25]​ de «posiblemente».
  • denante (del latín de in ante)[26]​ o denantes (de denante con la s de detrás)[27]​ (también en denantes, considerado vulgar),[22]​ término desusado en otros países que quiere decir «antes», «hace un momento».
  • fome,[28]​ voz que quiere decir «aburrido» o «sin gracia».
  • huevón[29]​ (coloquialmente pronunciada güeón), coloquialismo que suele ser usado como peyorativo o como sinónimo de persona. Este término es un peyorativo y palabrota, que literalmente denota a un «hombre que tiene los testículos (huevas o «cocos») grandes o hinchados». En un principio, era un término despectivo para calificar a alguien de «poco inteligente», pero se ha convertido en una palabra con multiplicidad de connotaciones y significados, dependiendo del contexto y la prosodia: abarca desde una manera cariñosa de tratar a los amigos hasta un insulto a las capacidades intelectuales de alguien, aunque en algunos hablantes es solo una muletilla. De esta palabra provienen huevada y huevear, también con multiplicidad de significados. Un ejemplo es que, en vez de decir «Mira eso», se diga: «Cacha esa hueá», o con personas: «Ese tipo habla tonterías» se diga: «Ese hueón habla puras hueás». Puesto que la palabra huevón ha perdido parte de su carácter despectivo, ha entrado en uso la derivación ahueonao, que se usa en vez de estúpido, idiota, poco atento, e inoportuno. Ejemplo: «Tienes que ser bien ahuevonado para pintar el auto de color rosado» o, como se diría, «Tení' que ser harto ahueonao pa' pintar el auto rosa'o po'».
  • pues' (monoptongada y pronunciada con la aspiración o pérdida del fonema /s/ poh o po' en Santiago y algunas zonas urbanas, y puh o pu en las zona rurales y ciudades del sur), coloquialismo usado al final de una frase para enfatizar la idea. En el caso de este término, además de Chile, es solamente en el dialecto andaluz en donde se pronuncia de una manera muy similar («po'»), o también de una manera más o menos abierta (también se dice «pué'»), pero no se utiliza como coletilla final de la frase, sino como sustituto de la palabra original 'pues'.
  • ya, con el significado de «sí» o «bueno»[3]​ ante una invitación o sugerencia.
  • Aunque no es una palabra coloquial, es mayoritario el uso del término etimológico Antártica (del adjetivo latino antarcticus, y este a su vez del griego ανταρκτικως «antarktikōs», 'opuesto al Ártico') por sobre Antártida para designar ese continente.[30]

Préstamos léxicos

Origen

Esta variante ha recibido aportes mayormente de tres fuentes distintas:

Préstamos léxicos de origen quechua

La siguiente lista ilustra el gran número de palabras —excluyendo aquellas que se refieren a comidas típicas, a plantas y a animales endémicos— de uso cotidiano o rural de origen quechua sureño:

  • chala: zapato rústico que deja partes del pie al descubierto.
  • champa: pedazo de pasto o hierbas, también cantidad considerable de pelo.
  • chasca, chasquilla (< ch'aska, pelo desarreglado): flequillo.
  • chaucha: antigua moneda de escaso valor, dinero escaso.
  • chaya (< chaya, llegada): confeti.
  • chicote: correa usada para azuzar al ganado.
  • chupalla: sombrero artesanal de paja (achupalla) usado por los huasos.
  • cocaví (< qukawi): colación ligera para viaje.
  • concho (< qunchu): sedimento al fondo de un recipiente; último hijo de una pareja o muy menor a los demás.
  • coronta (< qurunta): el zuro o marlo de la mazorca.
  • encachar (< k'acha, bonito, también se transforma en verbo): embellecer; hacer bonito, atractivo.
  • guagua (< wawa, hijo): niño pequeño, bebé, lactante, sin distinción del sexo.
  • guaraca (< warak'a, honda): cuerda que se enrolla al trompo o peón, zumbel.
  • huasca (< waska, cuerda): correa usada para azuzar al ganado.
  • huincha: tira delgada de algún material flexible. Originalmente cuerda de un largo estandarizado, usada para medir (también usado en Argentina).
  • llevar al apa (< apay, llevar): cargar a alguien en la espalda.
  • nanay (en quechua, dolor): caricia para calmar el dolor. También se usa para describir algo adorable.
  • ñeque (< ñiq'iy, músculo): energía, fuerza, vigor.
  • pita: cuerda, soga.
  • pitearse una cosa (< pit'ay, romper algo en forma brusca, como se corta una cuerda tensa o un palo seco): romper una cosa.
  • poto (< putu < mochica poto, testículo):[32]nalga
  • pucho (< quechua puchu, sobrante): originalmente referido a la colilla del cigarrillo y, por extensión, cigarrillo.

Préstamos léxicos de origen mapuche

En la vigesimosegunda edición del Diccionario de la lengua española (DRAE), se cuentan 302 términos de origen mapuche que abarcan distintos campos semánticos.[33]​ Algunas palabras —excluyendo aquellas que se refieren a comidas típicas, a plantas y a animales endémicos— comúnmente usadas de origen mapuche son:

  • apercancar[se] /percanear[se] (<perkan):[34]​ llenar la ropa de hongos; ponerse la ropa amarillenta y de mal olor.
  • cahuín (< kawiñ, banquete con ocasión de rogativas; fiesta, a veces enredada con borracheras):[35][36]​ ha tomado el sentido de un chisme, un enredo de «dimes y diretes» o, también, una fiesta algo clandestina o una batahola.
  • chalcha, charcha (< chalcha, papada): papada, capa de grasa subcutánea que cuelga; cosa de mala calidad.[37][38]
  • chamanto (< chamall, manta de lana):[36]​ manta de dos caras finamente tejida.
  • chape (< chape, trenza, trapel, trenzado, o trapelün, amarrar):[35][36]​ trenza.[39]
  • cuncuna (< kungkuna, oruga):[40]oruga.
  • curiche (< kurü, negro, y che, gente): persona de piel oscura o negra.
  • funa (< funa, podrido, o funan, pudrirse):[36]​ ruina, lo que arruina o echa algo a perder.
  • guarén (< waren):[35]rata noruega.
  • guata (< wata o watra): estómago, vientre.[41]
  • huifa (< wifilün, contonearse con elegancia, sensualidad y donaire):[35]​ interjección para expresar alegría.
  • laucha (< lawcha o llawcha): ratón.[42]
  • malón (< malon, saqueo):[35]​el ataque sorpresivo de los mapuches con propósitos de saqueo y, por analogía durante el siglo XX, la fiesta en que los invitados llegaban de sorpresa a la casa del anfitrión con bebidas y comestibles.
  • pichintún (< pichi o pichin, pequeño, poco):[35]​ un poco.
  • pichiruchi (< pichi o pichin, pequeño, poco; rumen, ser delgado, y che, gente):[35][36]​ gente diminuta; algo despreciable, insignificante.
  • pilcha (< pelcha, montón de varias cosas; pülcha o pülta, arruga): ropa, vestimenta, vestuario pobre o en mal estado.[43]
  • piñén (< pigen o piñeñ):[44]​ asperezas de la piel al restregarla; mugre, suciedad.
  • pololo (< pülulun, revolotear como mosca, o pololo):[44]novio;[45]​ nombre común dado a varios coleópteros (Astylus trifasciatus, Golofa minutus, Hylamorpha elegans, o Sulcipalpus elegans, Ligyrus villous y Oogenius virens),[45]​ trabajo ocasional o temporal.
  • puelche (< puel, este, che, gente):[46]​ viento cálido que baja desde la cordillera de los Andes a la depresión intermedia.
  • quiltro (< kültru, kültro o kiltro; originalmente: perro pequeño a mediano y lanudo, con los ojos tapados por el pelo; una de las dos razas de perros autóctonos):[44][47][48]​ perro mestizo, perro callejero.
  • ruca (< ruka):[49]​ En mapudungun el término alude a cualquier vivienda, mientras que en castellano se usa para denotar la casa tradicional mapuche; además, se emplea en Chile para ciertas viviendas precarias.
  • trapicarse (< trapi, ají; es decir atorarse con saliva como si tuviera ají):[35][36]​ atorarse con saliva o con comida.

Préstamos léxicos de origen no hispano

Hay expresiones de origen europeo no hispano y algunos términos provenientes del inglés británico, que fueron arraigándose poco a poco en el vocabulario chileno con la llegada de los inmigrantes europeos no españoles y con la influencia de la televisión:[31]

  • afiche (< francés affiche): cartel.
  • bifé (< francés buffet, banco [para sentarse], taburete, aparador):[50]​ aparador o gabinete, mueble con cajones.
  • bistec (< inglés beefsteak: beef, carne de res, steak, filete): filete de carne de vaca, ternera o buey.
  • budín (< inglés pudding).
  • chao (< italiano ciao, hola, adiós [informal]): adiós.
  • chomba (< inglés jumper, jersey):[44]suéter (< inglés sweater).
  • chucrut (< francés choucroute < alsaciano sürkrüt < alemán sauerkraut: sauer, ácido, agrio; Kraut, col o repollo).
  • chutear (< inglés to shoot, disparar, lanzar, tirar): disparar (usado en el fútbol).
  • clóset (< inglés < francés < latín clausum, cerrado): armario, ropero, guardarropa, placard o placar.
  • confort (de la marca de un papel higiénico, < francés confort < inglés comfort, comodidad): papel higiénico, papel sanitario o papel toilette.
  • école, école cua (< italiano eccole qua, acá están, aquí están): tal cual, exacto; así es, claro.
  • futre (< francés foutre): acomodado, bien vestido, lechuguino, «cuico».[22]
  • hacer zapping (< inglés to zap [coloquial o informal], borrar, eliminar, suprimir [en computación e informática]; cargarse a, destruir, liquidar).
  • huaipe o guaipe (< inglés to wipe, limpiar o secar): tela desmenuzada en fibras usada en talleres mecánicos como absorbente, estopa.
  • jaibón (< inglés high, alto, elevado; born, nacido):[51]​ nacido en noble cuna o aristócrata; cuico, cursi, encumbrado, esnob, pituco, siútico.
  • jeep (léase yip; de la marca registrada por la empresa estadounidense Willys MB de vehículos todo terreno Jeep).
  • kuchen (< alemán; léase cujen): una especie de tartaleta de frutas.
  • living (< inglés living room, sala de estar): cuarto de estar, sala de estar, salón.
  • lobear (< inglés to lobby): cabildear, ejercer presión para obtener algo; instar, presionar.
  • lobby (< inglés lobby < latín medieval laubia o lobia < antiguo alto alemán louba, entrada, salón, tejado):[52]​ vestíbulo, foyer.
  • lumpen (< alemán Lumpenproletariat): población urbana marginal.
  • luquear (< inglés to look, mirar): echar una mirada, un vistazo.
  • marketing (< inglés market < antiguo francés normando market < antiguo francés marchiet < latín mercatus, comercio, mercado):[53]​ márquetin, mercadotecnia, mercadeo.
  • marraqueta (< francés (Marraquette, apellido de los inmigrantes franceses que la habrían inventado), también es llamada «pan batido» en Valparaíso y Viña del Mar, y «pan francés» en el Sur del país.[54]
  • overol (< inglés overalls, pantalón con peto [Estados Unidos], pantalón con mangas [Gran Bretaña]): mameluco, mono, overol.
  • panqueque (< inglés pancake, masa dulce o salada).
  • parka (< inglés < aleutiano < ruso, una chaqueta hecha de piel < samoyedo).[55]
  • ponche (< inglés punch < hindi pãč, cinco —número original de sus ingredientes—).[56]
  • queque (< inglés sponge cake): bizcochuelo.
  • ranking (< inglés ranking, clasificación, escalafón, lista, orden o tabla clasificatoria, del verbo to rank, clasificar, poner cosas en un orden determinado).[57]
  • rating (< inglés rating, índice de audiencia [en radio y televisión]): cuota de pantalla.
  • récord (< inglés récord, testimonio escrito de algún evento, mejor logro en deportes).[58]
  • rosbif (< inglés roast, asado, beef, carne de res).
  • short (< inglés shorts o short trousers, pantalones cortos): pantalón corto, pantaloncillo.
  • strudel (< alemán): postre típico tradicional de las cocinas alemana y austriaca.
  • tic (< inglés tic < francés tic douloureux, tirón o movimiento nervioso doloroso).[59]
  • vestón (< francés veston < veste): chaqueta.[4]

Préstamos léxicos de origen cuestionado

  • achunchar (< mapudungun chuchu o chunchu, especie de búho que se encoge cuando se le enfrenta;[35]​ o < aimara o quechua ch'unchu, plumaje[60][61]​): avergonzar, turbar.
  • aguaitar (< catalán aguaitar [< árabe], observar, asomarse, vigilar; o < inglés to wait, esperar): espiar, mirar, vigilar.
  • cachar (< inglés to catch,[24]​ 'agarrar, asir, atrapar, coger, comprender, pescar, pillar, tomar'; sin embargo, los estudiosos de la evolución histórica del español en Chile lo suelen asociar a una degeneración del vocablo en desuso «catar» o «catear», 'buscar, descubrir'):[22]​ expresión chilena característica, más frecuentemente usada por la juventud, que significa «¿captas?», «¿entiendes?» o «¿ves?».
  • poncho (< mapudungun pontro, frazada, tela de lana;[22][36][62][63]​ o < quechua punchu; o < español «poncho», frazadilla[64]​).
  • suche (< alemán suchen, buscar; o < quechua suchiy,[65]​ enviar presentes, encargar a alguien una encomienda para que la entregue a otro): empleado de última categoría.
  • tincar (< inglés to think, creer, pensar; o < quechua t'inkay[66][67]​): intuir, presentir, tener una corazonada; dar la impresión, parecer.

Otras particularidades

En Chile, al igual que en otros países, por lo general, no se cambia la composición de una palabra ya determinada por uso y no es afectada en el uso cotidiano por la sintaxis o gramática; sin embargo, una parte de la jerga jovial suele hacerse similar al argot francés coloquial de los jóvenes o al lunfardo rioplatense. Se da, sobre todo en el área metropolitana de Santiago, donde, en casos como los de las palabras para denominar el metro y la micro, dos medios de transporte en Chile, se invierten las sílabas de cada palabra dando origen a «trome» y «cromi». Este tipo de modificación se utiliza en la jerga informal como imitación burlesca de la jerga hablada por los delincuentes, conocida como «coa», posiblemente derivada de, y equivalente a, el vesre, en la que se invierten las sílabas de muchas palabras, por ej: «broca cochi» es «cabro chico» (niño).

Aunque es poco frecuente, también se practica el «rimbombeo» de las palabras para darle más interés a una frase, por ejemplo «caracho» por «cara» y «tontorrón» por «tonto».

Existen palabras que tienen relación con hechos relevantes en la historia del país, tales como «condoro» (relacionado al personaje de historietas Condorito) y «clotear» (haciendo referencia a Clotario Blest, dirigente sindical que era detenido por la policía en todas las manifestaciones, acuñándose el término «clotear» para significar «ser detenido», hoy es usado para significar «salir mal algo»).

También existe el uso extendido de los diminutivos usados afectuosa o amablemente en el lenguaje coloquial, tales como chiquitito, despacito, pancito, poquito, ratito, tecito y vinito, entre otros.[68]

Asimismo, es común el uso de nombres de animales para referirse a las personas o a sus características. Por ejemplo, «andar pato» es «andar sin dinero», «caballo» es algo «magnífico», mientras que «chancho» es «una persona sucia, desaseada o glotona», pero si alguien dice «lo pasé chancho» quiere decir que lo pasó excelente; «alguien notable por alguna razón» es «choro», palabra que, dependiendo del contexto, también puede significar «altanero», «ladrón» o «simpático» (también es un término vulgar para denominar la vagina); un «cabro» y una «cabra» son un «muchacho» y una «muchacha», mientras que «estar cabreado» es «estar harto»; «este es un buen gallo» equivale a «este es un buen hombre», alguien «ganso» o «pavo» es «estúpido o desatento»; «pollo», en los sectores bajos, es «un cobarde», y «ser pollo», es «tener poca experiencia».

En el castellano chileno se hace uso abundante de palabrotas, garabatos o disparates,[69]​ en contextos completamente distendidos e informales para enfatizar una condición o situación y que generalmente están relacionados con la anatomía de los aparatos reproductores masculino o femenino. Son claros ejemplos el reemplazo de las frases «estoy muy cansado» por «estoy caga'o», «estoy hecho mierda» para expresar que no se podría estar peor que convertido en o lleno de excrementos, y «me siento mal» por «me siento como el hoyo» (me siento como el hoyo o ano), «me siento como el pico» (me siento como el pico o pene), «me siento como las huevas» o «me siento como las pelotas» (me siento como los huevos o testículos) para graficar que su estado anímico no puede ser peor que la posición en la que están los genitales. Este uso de palabrotas es visible en cualquier otro idioma; así, la expresión en inglés «I'm fucked up» en español chileno sería «estoy pa'l pico», «estoy pa' la callampa», «estoy recaga'o» o «estoy rejodío».

Otra de las particularidades es la variación de significado que adquieren frases que usan palabrotas sinónimas. Esta peculiaridad se observa principalmente en la jerga juvenil. Ejemplo: las frases «la fiesta está la raja» o «la fiesta está la zorra» quieren decir que la fiesta está buena o muy buena, mientras que las frases «la fiesta está como la raja» o «la fiesta está como la zorra» significan que la fiesta está mala.

También suele verse en ciertas partes, comúnmente en la capital, usar palabras que, en general, tienen un significado, pero con otra connotación, por ejemplo, «ese hueón es terrible caga'o» equivaldría a «ese tipo es muy egoísta», o la palabra «harto», utilizada en reemplazo de «bastante, mucho o muy».

Empleo en los medios de comunicación

Mensaje «Previene el contagio del virus HANTA» en un afiche del Ministerio de Salud de Chile para la prevención del virus hanta en 2015.

Los medios de comunicación escritos más prestigiosos, como El Mercurio y La Tercera, utilizan prioritariamente un lenguaje sin localismos coloquiales. Sin embargo, las campañas dirigidas a un público joven tienden a usar voseo verbal y términos coloquiales, aunque sin caer en el vulgarismo.

Por el contrario, el periódico La Cuarta es considerado un ícono de las formas chilenas vulgares de expresión, íntegramente escrito en lenguaje informal, dirigido a los estratos populares y con una importante tirada. Por su parte, el semanario The Clinic, que analiza la sociedad y la política del país en forma satírica, está escrito mezclando distintos registros de habla.

Las radios y los canales de televisión alternan los registros según el tipo de programas y la audiencia a la que va dirigido.

Véase también

Notas

  1. El español es la lengua administrativa de Chile por haber sido parte de la Corona de Castilla durante la publicación de los Decretos de Nueva Planta.

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Bibliografía

Enlaces externos