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Diferencia entre revisiones de «Historia de los judíos en Argentina»

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*[[Jorge Altamira]]
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*[[César Jaroslavsky|César ''Chacho'' Jaroslavsky]]
<!--Nestor Kirchner no es judío ni por ascendencia materna ni por conversión.{{cita requerida}}-->
*[[Carlos Kunkel]]
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*[[Moisés Lebensohn]]
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*[[Adolfo Stubrin]]
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*[[Jorge Telerman]]
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*[[Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner]] Actual Presidenta del pais.
*[[Nestor Kirchner]] Ex presidente de la Republica Argentina.


===Deporte===
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La historia de los judíos en la Argentina es anterior a la propia República. Los judíos han vivido durante siglos en ese país, sin embargo no se tienen registros de grandes poblaciones judías hasta los siglos XIX y XX. Algunos de los judíos que huían de la Inquisición española y portuguesa se establecieron en lo que hoy es territorio argentino, pero se asimilaron en la sociedad rioplatense.[1]​ La población judía en la Argentina es la más grande de América Latina y la sexta más grande del mundo fuera de Israel. Al año 2006 se calculaba una población de alrededor de 184.500 judíos según algunas estimaciones,[2]​otras,basadas en un reporte del JOINT fundamentada en una muestra de 30.000 hogares, estimaba en el año 2005 233.000 judíos en Buenos Aires y alrededores, basándose en la definición de judío de acuerdo a la ley del retorno del estado de Israel[3]

Razones de la inmigración judía

Dependiendo de las épocas, las razones siempre fueron las mismas: expulsiones, persecuciones, pogromos, antisemitismo. Desde la Inquisición hasta el Holocausto la comunidad judía ha encontrado en las tierras argentinas un hogar donde poder asentarse y progresar.

A partir del siglo XVI llegaban provenientes de España, Portugal y el Norte de África. Posteriormente, en los siglos XIX y XX la región de origen fue principalmente Europa Occidental, sobre todo Alemania, y Europa Oriental, principalmente Rusia y Rumania entre otros. Las causas de la emigración se debieron principalmente a las políticas opresivas (del zarismo del Imperio Ruso) o situaciones de crisis que ponían en riesgo la base económica de las familias judías. La discriminación (antisemitismo) que recibieron los judíos en Europa durante el período de entreguerras (Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial), especialmente por el nazismo, fue el motor para que embarcaran hacia los Estados Unidos y América del Sur.

Siglo XVII

El poeta y ensayista Luis Franco asevera que sólo en abril de 1619 llegaron a Buenos Aires ocho navíos con una gran cantidad de pasajeros de origen judío provenientes de Lisboa y Lima. Gran parte de éstos inmigrantes se dedicaron al comercio y a diversas actividades productivas como la platería, la carpintería ribereña y a la actividad agropecuaria, primero como chacareros, luego como estancieros y propietarios de esclavos. Estos inmigrantes se integraron a la sociedad de Buenos Aires casándose con las hijas y nietas de los conquistadores y adelantados, dando origen al patriciado de Argentina.

Si se analizan los apellidos porteños y principales de los tiempos de entonces, se verá, en efecto, que todos, o casi todos, procedían de cepa hebreo-portuguesa, más o menos modificada por el injerto de sangre aragonesa, navarra o vascongada (Arana, Argañaraz, García, Zabala, Irala, Torres, Pereda, Insiarte, Gaete, Garrigós, Ezcurra, Beláustegui, Otolora, etc., etc., Pereyra, Ramos, Sáenz Valiente, Acevedo, Cueto, Piñeiro, Vidal, Fragueiro, Pinto, Pacheco, Rocha, etc.).
Luis Franco: El otro Rosas.[4]

Siglo XIX

Durante la época colonial estuvo prohibida la permanencia de personas de fe judía, además aquellos católicos sospechosos de ser judaizantes eran perseguidos por la Inquisición, como se detalla en la historia del médico Francisco Maldonado da Silva, quemado vivo por dicho tribunal en Lima.[5]​ A pesar de eso muchos de los comerciantes portugueses en el Virreinato del Río de la Plata eran judíos sefardíes, pero como comunidad organizada no surgió sino hasta después de que la Argentina se independizara de España. Cerca del año 1810, judíos de Francia y otras partes de Europa occidental comenzaron a instalarse en territorio argentino. En las Provincias Unidas del Río de la Plata, la Asamblea General Constituyente realizada el día 24 de marzo de 1813 declaró la extinción de la Inquisición. Ello no significó que los judíos podían vivir libremente en lo que sería la actual Argentina. Pasaron muchos años para que empezaran a llegar judíos y se asentaran libremente.[5]​ En 1846 una corriente de judíos llegó al país desde Alemania, cuyo número se desconoce. Antes de 1855, los judíos emigraron de Europa Occidental y se asentaron en Buenos Aires. En el año 1853, comenzó la existencia del judaísmo argentino como comunidad. Esta inmigración continuó hasta mediados del siglo XIX.

A mediados del siglo XIX los judíos que vivían en la Argentina no superaban los 100. En 1862, ante la proximidad de Pésaj, ese reducido grupo pensó en reunirse en una entidad comunitaria. Diez hombres se reunieron para orar y así nació la Congregación Israelita de Buenos Aires, más adelante llamada Congregación Israelita de la República Argentina. Su primer presidente fue Segismundo Aguerbag. En 1876 el gobierno argentino autorizó el ejercicio del Ministerio del Rabinato Judío, promoviendo el impulso de la inmigración judía desde el imperio ruso. En 1888 ocho familias de agricultores judíos inmigraron y fundaron Moisesville, en la provincia de Santa Fe. Luego 50 familias fundaron la desaparecida Colonia de Aronsville.

Para fines del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, muchos judíos askenazí llegaron al país desde Europa Oriental, huyendo de persecuciónes y pogromos. Los inmigrantes judíos al llegar a la Argentina, trabajaron como agrónomos y viñateros en Mendoza, y como ingenieros en Tierra del Fuego,[cita requerida] durante los años 1883 a 1886. Otros desempeñaron cargos obreros, estancieros e industriales.

Sinagoga de la Congregación Israelita Argentina

Entre los años 1885 a 1889 un total de 2.385 judíos llegaron al país, a bordo del barco Weser, a causa de la intensificación de las amenazas de expulsión de los judíos de las zonas rusas, y de los cuales se sabe 2.260 permanecieron en el país. En 1888 se publicó en Buenos Aires el primer periódico escrito con caracteres hebraicos, con el nombre de El Fonógrafo Hebraico, dirigido por Fabián S. Halevy.

En 1889 llegaron de Alemania unos 1.200 inmigrantes, una vez más a bordo del Weser y el Bremer. En general provenían de la región de Podolia en Ucrania. Respetaban estrictamente la religión y así como la vestimenta y el uso de barba.[6]​ Pero en 1889 se produjo un giro decisivo para la inmigración, ya que hubo cambios en el gobierno y en la política de inmigración y colonización.

Un año más tarde, en 1890, la Argentina lanzó su plan de inmigración, el cual consistió en pagar los pasajes, lo que trajo como consecuencia que desde 1891 hasta 1896 llegaran al país unos 20.121 judíos provenientes de Rusia y Rumania, instalándose, en su gran mayoría en Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe. En 1891, el vapor Pampa rentado por el Barón Hirsch llevó 817 inmigrantes judíos desde Ucrania, Polonia, Lituania y Besarabia. Esta inmigración dio origen a las colonias de Carlos Casares y Entre Ríos.[6]​ Desde 1894 existen en Buenos Aires mueblerías de propiedad judía y aparecieron las primeras roperías judías.

Si bien muchos de esos inmigrantes se establecieron en las principales ciudades, muchos otros adquirieron tierras a través de la Jewish Colonization Association para establecer pequeñas colonias agrícolas (comunas) en el interior del país, especialmente en las provincias Santa Fe y Entre Ríos.[7]​ En cada colonia la explotación agrícola se adaptó a las condiciones especiales de la zona donde se encontraba, la explotación era mixta, basada sobre la agricultura, la cría de ganado con sus derivados, apicultura, horticultura, etc. Los habitantes de estas colonias rurales judías, son conocidos culturalmente bajo el nombre de Los Gauchos Judíos a raíz de un libro con ese título de Alberto Gerchunoff.

El 27 de septiembre de 1897 se colocó la piedra fundamental de la actual Sinagoga de la Congregación Israelita Argentina, en Libertad 785, frente a la Plaza Lavalle, ceremonia a la que asistió el Intendente Municipal, Francisco Alcobendas.[6]

Siglo XX

Entre los años 1906 y 1912, la inmigración judía aumentó a un ritmo de alrededor de 13.000 inmigrantes por año, siendo la mayoría de Europa Oriental, también de Marruecos y el Imperio Otomano. Los inmigrantes judíos en la Argentina rápidamente se adaptaron y llegaron a desempeñar un papel importante en la sociedad argentina.

En 1920, aproximadamente 150.000 judíos vivían en la Argentina.

A partir de 1928,[8]​ oleadas de inmigrantes judíos llegaron desde Alemania y el resto de Europa ocupada, especialmente después que Hitler llegara al poder en 1933. Entre los inmigrantes judío-alemanes ingresados después de 1928, hubo miles que escapaban de las políticas antisemitas implementadas durante ese régimen.

Pese a ciertas restricciones, Argentina fue el país latinoamericano que incorporó más refugiados judíos entre 1933 y 1945. Desde 1928 el país recibió alrededor de 45.000 judíos europeos, de los cuales probablemente la mitad ingresó de manera ilegal.[9]

Durante los años treinta y cuarenta, en la Argentina el sector manufacturero creció en número pero manteniendo su anterior composición de unas pocas grandes fábricas y muchas pequeñas empresas. Fabricar era una ocupación para extranjeros: en 1939 la mitad de los propietarios y trabajadores de pequeñas plantas de fabricación eran inmigrantes, muchos de ellos eran refugiados judíos recién llegados de Europa Central.[7]

A comienzos de los años 50 la inmigración judía comenzó a disminuir, al mismo tiempo, el país estableció relaciones con el Estado de Israel.

La cultura judía ha realizado y continua realizando aportes considerables a la cultura argentina, en las ciencias, el arte, la música, el humor y los valores. A modo de ejemplo, uno de los tres premios Nobel de ciencias con que cuenta el país, César Milstein era judío la música y los músicos judíos desempeñaron un papel fundamental en el desarrollo del chamamé, estilo folclórico de la Mesopotamia argentina.[10]

Antisemitismo

Edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina, un importante organismo que representa a la población judía de Argentina

Los primeros síntomas antisemitas aparecen con la llegada del barco Wester, el 14 de agosto de 1889 cuando el director de Inmigraciones, Lix Klett, intentó no dejar desembarcar a los judíos, a pesar de haber desembarcado los restantes pasajeros del barco. Luego de dos días de discusiones y ante presiones de la prensa y la comunidad judía, al fin fueron autorizados a ingresar a la Argentina. La razón final para que Lix Klett cediera fue «los inmigrantes eran ya dueños de tierra argentina, comprada a Hernández».[5]​ Los inmigrantes judíos en Argentina rápidamente se adaptaron y llegaron a desempeñar un papel importante en la sociedad argentina, pero estaban sujetos a episodios de antisemitismo.

En enero de 1919, hubo en Buenos Aires pogromos fomentados por la policía pretextando una respuesta a una huelga general, culpando a los ciudadanos judíos y consecuentemente les destruyeron importantes bienes. A raíz de la huelga grupos paramilitares, como la Liga Patriótica, actuaron como pandillas de asalto, siendo sus víctimas, en su mayoría judíos de Rusia, los que fueron falsamente acusados de planear una conspiración comunista. Muchos tuvieron que emigrar.[7]

A partir de 1928, oleadas de inmigrantes judíos llegaron desde Alemania, especialmente después que Hitler llegara al poder en 1933, la Argentina desarrolló una política migratoria antisemita destinada a evitar la inmigración de judíos y a negarles refugio ante las persecuciones que sufrían en Europa desde el advenimiento del dictador.

Entre los inmigrantes judío-alemanes ingresados después de 1928, hubo miles que escapaban de las políticas antisemitas implementadas durante ese régimen. Muchos de ellos ingresaron ilegalmente.[9][8]

En 1937, el cónsul argentino en Gdynia, Polonia, envió varias notas al ministro Carlos Saavedra Lamas, bajo el título «problema semita». En la carta del 14 de julio de 1937, en vísperas de la invasión nazi, escribió: «Soy de opinión que convendría que se opusieran más trabas a la inmigración de esa raza, que parte de Polonia animada del más profundo rencor hacia el cristiano, y dispuesto a cometer los mayores excesos.»[11]

En 1938, poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno argentino del presidente Roberto M. Ortiz, a través de una circular secreta firmada por el canciller radical José María Cantilo, se ordenó «a cónsules argentinos en Europa negar visados a “indeseables o expulsados”, lo cual afectó a ciudadanos judíos de ese continente».[9]

Pese a las restricciones, Argentina fue el país latinoamericano que incorporó más refugiados judíos entre 1933 y 1945. Desde 1928 el país recibió alrededor de 45.000 judíos europeos, de los cuales probablemente la mitad ingresó de manera ilegal.[9]

Durante las décadas del 50 y 60, el Movimiento Nacionalista Tacuara, una organización fascista con vínculos políticos, inició una serie de campañas antisemitas con peleas en la calle y vandalismo en las sinagogas y profanaciones en los cementerios judíos.[12]

Durante la década del 90 la comunidad judía ha sido objeto de dos grandes ataques terroristas, que siguen sin resolverse: el Ataque terrorista a la embajada de Israel en Argentina en marzo de 1992, causando la muerte de 32 personas y 242 heridos, y en julio de 1994 el atentado terrorista contra la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) en Buenos Aires, matando a 85 personas e hiriendo a más de 200.[13]

En 2001 la cancillería argentina colocó una placa en la sede del ministerio en honor a doce diplomáticos argentinos que, a pesar de las prohibiciones contribuyeron a dar refugio a judíos perseguidos. El Centro Simon Wiesenthal y la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, han cuestionado la decisión debido a que al menos uno de esos honrados ignoró la situación de un centenar de judíos argentinos que vivían en Grecia, Holanda y Polonia y que los demás funcionarios solo cumplieron su trabajo consular.[9]

El 16 de mayo de 2005, el Canciller Rafael Bielsa firmó la Resolución 999 que determinó finalmente el retiro de la polémica placa.[14]​ Con documentos en mano, la Fundación Wallenberg advertía que Luis H. Irigoyen, uno de los diplomáticos homenajeados por su paso en la embajada de Berlín, en 1943 se «desentendió de la suerte de 100 argentinos judíos», que el régimen de Adolf Hitler ofreció repatriar a la Argentina como gesto de buena voluntad hacia el país con el que mantenía muy buenas relaciones.[15]

Circular Numero 11 del año 1938
La Circular 11 estaba destinada específicamente a detener la entrada al país de judíos europeos que huían del régimen nazi

La Circular Numero 11 del año 1938, fue uno de los secretos más celosamente custodiados por el Estado argentino. Firmada por el canciller José María Cantilo el 12 de julio de 1938 y enviada a todas las delegaciones de este país en el mundo,[16]​ la Circular 11 estaba destinada específicamente a detener la entrada al país de judíos europeos que huían del régimen nazi. La instrucción negaba tácitamente la visa a ciudadanos de origen judío, en tiempos en que la Alemania nazi ponía en marcha el Holocausto.[17]

La Circular Número 11 del año 1938 fue descubierta en 1998 por la investigadora Beatriz Gurevich durante su paso por la Comisión de Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en la Argentina (CEANA), una entidad creada por el canciller Guido Di Tella durante el gobierno de Carlos Menem. La señora Gurevich encontró la circular «perdida» entre los cajones de la embajada argentina en Estocolmo (Suecia).[15]​ Sin embargo, la investigadora decidió abandonar su cargo luego que reportó su hallazgo y las autoridades de entonces decidieran nuevamente archivarlo y, presumiblemente, destruido[14]​ y no revelar su contenido.[18]

Fue sólo desde que la Fundación Wallenberg decidió hacer pública una copia en su sitio de internet cuando la Circular 11 comenzó a ser conocida de modo masivo en Argentina y el resto del mundo.[14]​ La orden secreta también vio la luz cuando se presentó en el libro La Auténtica Odessa del investigador argentino Uki Goñi, publicado en 2002.[16]

Finalmente la medida, que estaba en desuso pero vigente desde 1938, fue derogada después de casi setenta años el 8 de junio de 2005 durante el gobierno del entonces presidente Néstor Kirchner, quien estuvo presente en el acto en que el Canciller Rafael Bielsa derogó la circular secreta de su ministerio.[15]​ En el acto de derogación, realizado en el Salón Sur de la Casa de Gobierno, también se encontraban el Ministro del Interior argentino, Aníbal Fernández, y Natalio Wengrower, vicepresidente de la Fundación Wallenberg.[16][15]

Siglo XXI

El patio de comidas del Mercado de Abasto de Buenos Aires cuenta con un McDonald's Kosher, único en el mundo fuera de Israel.[19]

Durante la crisis económica de 1999-2002, alrededor de 4,400 judíos argentinos hicieron aliyá a Israel.

A la comunidad judía le están legalmente concedidos los feriados de Rosh Hashanah, Yom Kippur, y los dos primeros y dos últimos días de Pésaj.[20]

La población judía en Argentina al año 2006 se calculaba en alrededor de 184.500 habitantes según algunas estimaciones, otras lo cifraban por sobre los 250.000.[2]​ La mayoría vive en Buenos Aires, Rosario y otras grandes ciudades. La población judía de Argentina es la tercer mayor comunidad judía de las Américas (después de la de los Estados Unidos y Canadá), y la más grande en América Latina. Estas cantidades representan alrededor del 0,5% del total de la población argentina, que durante el Censo del año 2001 se determinó en 36.260.130 de argentinos.

Se calcula que el 1,4% del total de los judíos del mundo viven en ese país[2]​ El 80% de la comunidad judía reside en Buenos Aires y en Rosario y en las principales ciudades, así como en las colonias agrarias de las provincias de Entre Ríos y Santa Fe fundadas para albergar a los inmigrantes, de las cuales las mayores son hoy Basavilbaso, Moisesville y Villa Domínguez.[21]

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hay barrios caracterizados por su cantidad de población judía, en la que se puede destacar Balvanera, Villa Crespo, Belgrano, entre otros. En varios de estos, también hay diversas sinagogas y clubes judíos.

Cerca del 85% del total es ashkenazí, provenientes de Europa Central y Oriental, en tanto que un 15% es sefardí, provenientes de Siria, Turquía y África del Norte.

Contribución en el arte y cultura

La siguiente lista es sólo a título ejemplificativo el número de argentinos miembros de la comunidad judía que han hecho aportes significativos al país es mucho mayor:

Ciencia

Entre los científicos se destacan

Periodismo

En la enumeración de periodistas se debe mencionar en primer lugar al arquetipo del periodista: Jacobo Timerman. Entre la gran cantidad de periodistas que la comunidad judía aportó al país se pueden mencionar a los Verbitsky:

En el ámbito del deporte, el relator deportivo Luis Elías Sojit Roberto Ayala (Roberto Mario Wolinsky) y Marcelo Araujo (Lázaro Silberman) en el periodismo de actualidad, Mauro Viale (Mauricio Goldfarb), Samuel Chiche Gelblung y Juan Pablo Varsky.

Música clásica

En la música clásica se destacan

Tango

Entre las personas que han contribuido en el desarrollo de la música de Buenos Aires se destacan los nombres de

Entre los cantantes:

Entre los músicos y compositores que han aparecido en los últimos años se pueden mencionar a

En 2003, Segismundo Holzman crea la Orquesta Inspiración, Primera Orquesta de Tango de Judíos Argentinos dirigida por Norberto Vogel.[24]

etc.

Teatro

En el teatro se han destacado

Humor

Entre los humoristas se pueden mencionar a

Literatura

De la comunidad judía han surgido una gran cantidad de escritores:

Política

Entre los políticos se deben mencionar los nombres de:

Deporte

Entre los deportistas de destacada actuación están

Espectáculo

Don Jaime Yankelevich es considerado como el padre de la televisión argentina su nieto Gustavo Yankelevich es un destacado gerente de televisión así como lo es Adrián Suar (Schwartz Kirzner). Otra persona que se destacó en la televisión fue el empresario Alejandro Romay. Elías Alippi fue actor y director de cine así como lo fue Luis Saslavsky.

También se debe mencionar al periodista y empresario teatral Manuel Sofovich, padre de Hugo Sofovich y de Gerardo Sofovich. Un personaje multifacético es el porteño Ben Molar (Moisés Smolarchik Brenner) hombre ligado al tango como también a la música progresiva de los años sesenta y al bolero.

Entre los actores se pueden mencionar a

Rabinos

Entre los rabinos que se han destacado en las últimas décadas se pueden mencionar a

  • Sergio Bergman
  • Daniel Goldman
  • Tzví Grunblatt
  • León Klenicki (en las últimas décadas se había establecido en Estados Unidos)
  • Mario Rojzman y
  • Abraham Skorka.

Economía

Entre los economistas de renombre están

Derecho

Entre los juristas más destacados se debe mencionar a

Otros

La lista es larga y sólo a manera de guisa se pueden mencionar los nombres

Misceláneas

En el predio que en la actualidad funciona la sinagoga de la calle Arcos, barrio de Belgrano, estuvo localizada una sede de las Juventudes Hitlerianas.[25]

Véase también

Referencias

  1. The Virtual Jewish History Tour - Argentina
  2. a b c The jewish population of the World (2006
  3. [http://argentina.shalomonline.com/noticias.asp?id=948 Noticias Shalom on line
  4. Luis Franco: El otro Rosas (pág. 182 y 183). Buenos Aires: Claridad, 1945.
  5. a b c Inmigrantes Judíos - Vistas del valle
  6. a b c Plaza General Lavalle, por Leandro Briuoli et al, Monografías.com
  7. a b c [Argentina 1516-1987 por David Rock - Chapter V] Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «rockv» está definido varias veces con contenidos diferentes
  8. a b «Desde 1928 en adelante la política migratoria argentina fue más y más restrictiva, y particularmente onerosa para refugiados y judíos», Ignacio Klich, en Argentina: grietas nazis en pasado encubierto, por Marcela Valente, 2005
  9. a b c d e Argentina: grietas nazis en pasado encubierto, por Marcela Valente, 2005
  10. Viaje musical desde el noroeste al este litoraleño, El ciudadano,5 de febrero de 2005
  11. Carta del Cónsul argentino Marcos A. Savon al Ministro Carlos Saavedra Lamas del 14 de julio de 1937, ARCHIVOS: Informes de las misiones diplomáticas argentinas sobre la política racista Alemania y los países de la Europa ocupada (1933-1945), Polonia (1937-1945), Portal Iberoamérica y el Mundo
  12. Tacuara salió a la calle, Página/12, 15 de mayo de 2005
  13. Argentina Status Report on Aliyah
  14. a b c Argentina elimina dos tristes vestigios de su pasado
  15. a b c d Derogan una polémica ley secreta que discriminaba a los judíos
  16. a b c Argentina deroga orden antisemita
  17. LA CIRCULAR 11
  18. Derogan polémica resolución que impedía ingreso de judíos al pais
  19. Buenos Aires Restaurants - Kosher McDonald's
  20. Fiestas judías no laborables - Edición Nacional
  21. Informe sobre antisemitismo en la Argentina (DAIA)
  22. Todotango
  23. Aporte de los judíos al tango
  24. Conozca a la Orquesta de Tango de Judíos Argentinos
  25. Osvaldo Bayer: «Grass tendría que devolver el premio Nobel».

Enlaces externos