Diferencia entre revisiones de «Infierno»

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{{cita|Originariamente, la voz designaba lo que queda situado «más abajo» o «inferior» al espectador. Así pues, la palabra «infierno» originalmente no comunicó ninguna idea de calor o tormento, sino simplemente la de un lugar «más abajo» o «inferior», de modo que su significado era muy similar al del ''she’ól'' hebreo. Es interesante que incluso en la actualidad esta palabra significa, según la misma enciclopedia, ‘lugar subterráneo en que sienta la rueda y artificio con que se mueve la máquina de la tahona’.|''[[Enciclopedia Larousse]]'' (1981, vol. 5, pág. 5201)}}
{{cita|Originariamente, la voz designaba lo que queda situado «más abajo» o «inferior» al espectador. Así pues, la palabra «infierno» originalmente no comunicó ninguna idea de calor o tormento, sino simplemente la de un lugar «más abajo» o «inferior», de modo que su significado era muy similar al del ''she’ól'' hebreo. Es interesante que incluso en la actualidad esta palabra significa, según la misma enciclopedia, ‘lugar subterráneo en que sienta la rueda y artificio con que se mueve la máquina de la tahona’.|''[[Enciclopedia Larousse]]'' (1981, vol. 5, pág. 5201)}}


====Descripción del infierno cristiano====
Infierno
La palabra «infierno» se halla en muchas traducciones de la [[Biblia]]. En algunos casos es traducida por ‘sepulcro’ o ‘el lugar de los muertos’ y en otras se deja sin traducir, como en el caso de la palabra [[Idioma hebreo|hebrea]] ''[[she’ol]]'' que equivale a la [[idioma griego|griega]] ''[[Hades|hai′des]]'', es decir la tumba de toda la humanidad. También está en este caso la palabra griega ''[[Gehena|ge′en•na]]'' que hace referencia a la destrucción eterna.


[[Archivo:Karolingischer Buchmaler um 820 001.jpg|thumb|250px|Representación de los [[Tetramorfos|cuatro evangelistas]] con su correspondiente simbología: [[Mateo el Evangelista|Mateo]] (ángel o hombre alado), [[Marcos el Evangelista|Marcos]] (león alado), [[Lucas el Evangelista|Lucas]] (toro alado) y [[Juan el Evangelista|Juan]] (águila).]]
Definición: La palabra “infierno” se halla en muchas traducciones de la Biblia. En los mismos versículos, otras traducciones dicen “el sepulcro”, “el lugar de los muertos”, y así por el estilo. Otras versiones de la Biblia simplemente transcriben las palabras de los idiomas originales que a veces se vierten “infierno”; es decir, las escriben con las letras de nuestro alfabeto, pero dejan las palabras sin traducir. ¿Cuáles son esas palabras? La palabra hebrea she’ohl′ y su equivalente griego hai′des, que no se refieren a la tumba particular de una persona, sino a la sepultura o sepulcro común de la humanidad muerta; también la palabra griega ge′en‧na, que se usa como símbolo de destrucción eterna. Sin embargo, tanto en la cristiandad como en muchas religiones no cristianas se enseña que el infierno es un lugar habitado por demonios y donde los inicuos, después de morir, son castigados (y algunas personas creen que esto se hace con tormento).


Para la [[religión cristiana]] y algunas no cristianas el infierno es el lugar donde habitan los [[demonio]]s y donde los inicuos, después de muertos, sufren castigos y [[Tormento (tortura)|tormentos]].
¿Indica la Biblia si los muertos experimentan dolor o no?


Veamos brevemente como describe al infierno la ''Biblia'', dejando implícito que se trata de un lugar de [[sufrimiento]].
Ecl. 9:5, 10: “Los vivos están conscientes de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no están conscientes de nada en absoluto [...] Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismísimo poder, porque no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol*, el lugar adonde estás yendo.” (Si no están conscientes de nada, está claro que no sienten dolor alguno.) (*“Seol”, BC, BJ, CI, FS; “el sepulcro”, VM, VP, TA; “infierno”, Dy; “entre los muertos”, NBL.)


*'''Un lugar de tormentos''' (''{{Biblia|Lucas|16:23}}'') en el [[Hades]] alzó sus ojos, estando en [[Tormento (tortura)|tormentos]], y vio de lejos a [[Abraham]], y a [[Lázaro]] en su seno...
Sal. 146:4: “Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos*.” (*“Pensamientos”, VV [1904], VM, 145:4 en Scío; “proyectos”, BJ, NBL, VP; “planes”, FS, NBE.)
*'''Un horno de fuego''' (''{{Biblia|Mateo|13:42}}'') y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
*'''Un lago de fuego y azufre''' (''{{Biblia|Apocalipsis|20:10}}'') Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el [[lago de fuego]] y azufre, donde estaban la [[Anticristo|bestia]] y el [[falso profeta]]; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
*'''Un lago de fuego''' (''{{Biblia|Apocalipsis|20:15}}'') El que no se halló inscrito en el [[Libro de la Vida|libro de la vida]], fue lanzado al [[lago de fuego]].
*'''Venid, benditos...''' (''{{Biblia|Mateo|25:34}}'') Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
*'''Apartaos de mí, malditos''' (''{{Biblia|Mateo|25:41}}'') Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.


Un lugar de tormento aparece claramente descritas en el ''[[Nuevo Testamento]]'', sobre todo como lugar de fuego inextinguible, de llanto, rechinar de dientes, de tinieblas exteriores, de cárcel, de gusano que no muere, de muerte, segunda muerte y condenación eterna.
¿Indica la Biblia que el alma sobreviva a la muerte del cuerpo?


{{cita|Si alguno adora a la Bestia y a su imagen, y acepta la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su cólera. Será atormentado con fuego y azufre delante de los santos Ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento se elevara por los siglos de los siglos. Y no habrá reposo, ni de día ni de noche.|''{{Biblia|Apocalipsis|14:9-11}}''}}
Eze. 18:4: “El alma* que esté pecando... ella misma morirá.” (*“Alma”, BR, NC [1972], Scío, Str, VV [1977], TA; “el hombre”, BD; “la persona”, FS, EH [1976], LT.)


{{cita|El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los que sirven de tropiezo y a los que hacen el mal.|''{{Biblia|Mateo|13:41}}''}}
“El concepto del ‘alma’, con el significado de una realidad puramente espiritual, inmaterial, separada del ‘cuerpo’, [...] no existe en la Biblia.” (La Parole de Dieu [La Palabra de Dios], París, 1960, Georges Auzou, profesor de Sagradas Escrituras, Seminario de Ruán, Francia, pág. 128.)


{{cita|Así será el fin del mundo: vendrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno de fuego. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.|''{{Biblia|Mateo|13:49-50}}''}}
“Aunque la palabra hebrea nefesh [en las Escrituras Hebreas] se traduce frecuentemente ‘alma’, sería inexacto leer en ella un significado griego. Nefesh [...] nunca se concibe como algo que obre por separado del cuerpo. En el Nuevo Testamento, la palabra griega psyche se traduce a menudo ‘alma’, pero, de nuevo, no debe haber presteza en entender que tenga el significado que la palabra tenía para los filósofos griegos. Generalmente quiere decir ‘vida’ o ‘vitalidad’, o, a veces, ‘el yo’.” (The Encyclopedia Americana, 1977, tomo 25, pág. 236.)


{{cita|Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego nunca se apaga.|''{{Biblia|Marcos|9:47-48}}''}}
¿Qué clase de gente va al infierno bíblico?

¿Dice la Biblia que los inicuos van al infierno?

Sal. 9:17, VV (1934): “Los malos serán trasladados al infierno*, todas las gentes que se olvidan de Dios.” (*“Infierno”, VM, Scío [en 9:18]; “el reino de la muerte”, VP; “seol”, BC, BJ, CI, FS [en 9:18]; “Seol”, NM, VV [1960; 1977], en 9:18 en EMN [1980].)

¿Dice también la Biblia que los rectos van al infierno?

Job 14:13, Scío: “[Job oró:] ¿Quién me dará, que me cubras en el infierno*, y me escondas, hasta que pase tu furor, y me aplaces el tiempo, en que te acuerdes de mí?” (Dios mismo dijo que Job era “un hombre sin culpa y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” [Job 1:8].) (*“La sepultura”, VV [1904], VM; “el lugar de los muertos”, NBL; “seol”, BC, BJ, CI, FS, EH [1976], NC [1972]; “Seol”, EMN [1980], NM, VV [1960; 1977].)

Hech. 2:25-27, VV (1934): “David dice de él [Jesucristo]: [...] Que no dejarás mi alma en el infierno*, ni darás á tu Santo que vea corrupción.” (El hecho de que Dios no ‘dejó’ a Jesús en el infierno implica que Jesús estuvo en el infierno, o Hades, al menos por cierto tiempo, ¿no es así?) (*“Infierno”, BD, EMN [1980], Str; “muerte”, NBE; “el lugar de los muertos”, NBL; “entre los muertos”, VM; “hades”, FS, NC; “Hades”, EH [1976], NM, VV [1960; 1977].)

¿Sale alguien alguna vez del infierno bíblico?

Rev. (Apo.) 20:13, 14, VV (1904): “La mar dió los muertos que estaban en ella; y la muerte, y el infierno* dieron los muertos que estaban en ellos; y fué hecho juicio de cada uno de ellos según sus obras. Y la muerte, y el infierno fueron lanzados en el lago de fuego.” (Así que los muertos serán librados del infierno. Note también que el infierno no es lo mismo que el lago de fuego, sino que será lanzado en el lago de fuego.) (*“Infierno”, BR, Scío, VV [1934]; “el reino de la muerte”, VP; “Hades”, BD, FS, GR, EH [1976], EMN [1980], NM, VV [1977].)

¿Por qué hay confusión en cuanto a lo que la Biblia dice acerca del infierno?

“Se ha causado mucha confusión y equivocación debido a que los traductores primitivos de la Biblia persistentemente vertieron con la palabra infierno el vocablo hebreo Seol y los vocablos griegos Hades y Gehena. El que los traductores de las ediciones revisadas de la Biblia simplemente hayan hecho una transliteración de estas palabras no ha sido suficiente para eliminar de manera notable esta confusión y el concepto falso.” (The Encyclopedia Americana, 1942, tomo XIV, pág. 81.)

Los traductores han permitido que sus creencias personales hayan influido en su obra, en vez de ser consecuentes al verter las palabras de los idiomas originales. Por ejemplo: 1) La Versión Reina-Valera (1934) vertió she’ohl′ “infierno”, “abismo”, “fosa”, “hoyo profundo”, “huesa”, “el profundo”, “sepulcro” y “sepultura”; hai′des se vierte “infierno”; ge′en‧na se traduce “infierno” también. 2) La Versión Torres Amat (1925) vierte hai′des “infierno” y “sepulcro”; ge′en‧na se traduce “infierno” también. 3) La Versión Franquesa-Solé transcribe hai′des “Hades” y también la vierte “infierno” y “la región de los muertos”. Pero además de verter a veces “infierno” la palabra hai′des, usa también “infierno” para traducir ge′en‧na. 4) La Versión Straubinger transcribe hai′des tres veces, pero en otros pasajes la traduce “infierno” y “abismo”. También traduce ge′en‧na “infierno”, al igual que hace con hai′des en dos ocasiones. De modo que el significado exacto de las palabras en los idiomas originales ha sido oscurecido.

¿Hay castigo eterno para los inicuos?

Mat. 25:46, VV (1977): “Irán éstos al castigo [“desgajamiento”, Int; en griego: ko′la‧sin] eterno, mas los justos a la vida eterna.” (The Emphatic Diaglott dice “cortamiento” en lugar de “castigo”. Una nota declara: “Kolasin [...] se deriva de kolazoo, que significa: 1. Cortar; como al desgajar ramas de árboles, podar. 2. Restringir, reprimir. [...] 3. Corregir, castigar. Cortar a una persona de la existencia, o de la sociedad, o hasta restringirla, se considera castigo; por consiguiente, ha surgido este tercer uso metafórico de la palabra. Se ha aceptado el significado fundamental porque concuerda mejor con la segunda parte de la oración, y conserva así la fuerza y la belleza de la antítesis. Los justos pasan a la vida, los inicuos, al cortamiento de la existencia, o a la muerte. Véase 2 Tes. 1.9”.)

2 Tes. 1:9, VP (1979): “Estos serán castigados con destrucción eterna*, y serán arrojados lejos de la presencia del Señor y de su gloria y poder.” (*“Eterna ruina”, BR, NC [1970]; “eterna perdición”, FS, Str, VV [1960; 1977], VM; “condenados a la perdición eterna”, NBL.)

Jud. 7, VV (1977): “Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas como ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.” (El fuego que destruyó a Sodoma y Gomorra se extinguió hace miles de años. Pero el efecto de ese fuego ha sido duradero; esas ciudades no han sido reedificadas. No obstante, el juicio de Dios no fue simplemente contra aquellas ciudades, sino también contra sus habitantes inicuos. Lo que les sucedió a ellos es un ejemplo amonestador. En Lucas 17:29 Jesús dice que se les “destruyó”; Judas 7 muestra que aquella destrucción fue eterna.)

¿Cuál es el significado del ‘tormento eterno’ que se menciona en Apocalipsis o Revelación?

Apo. 14:9-11; 20:10, VV (1977): “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino del furor de Dios, que ha sido vertido puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero; y el humo de su tormento [en griego: ba‧sa‧ni‧smou′] sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.” “Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

¿Qué es el ‘tormento’ al cual se refieren estos textos bíblicos? Es de notar que en Apocalipsis 11:10 (VV) se hace referencia a unos ‘profetas que atormentan a los moradores de la tierra’. Tal tormento se deriva del humillante desenmascaramiento realizado por los mensajes que esos profetas proclaman. En Apocalipsis 14:9-11 (VV) se dice que los adoradores de las simbólicas ‘bestia y su imagen’ son ‘atormentados con fuego y azufre’. Esto no puede referirse a tormento consciente después de la muerte, porque “los muertos nada saben” (Ecl. 9:5, VV). Entonces, ¿qué hace que ellos experimenten dicho tormento mientras todavía están vivos? Es la proclamación de los siervos de Dios que les informa que los adoradores de la ‘bestia y su imagen’ sufrirán la muerte segunda, que está representada por “el lago que arde con fuego y azufre”. El humo, relacionado con su ardiente destrucción, asciende para siempre porque la destrucción será eterna y nunca será olvidada. Cuando Apocalipsis 20:10 dice que el Diablo va a experimentar ‘tormento por los siglos de los siglos’ en el “lago de fuego y azufre”, ¿qué quiere decir? Apocalipsis 21:8 (VV) dice claramente que “el lago que arde con fuego y azufre” significa “la muerte segunda”. Así que el ‘tormento’ que el Diablo experimenta para siempre allí quiere decir que no habrá liberación para él; se le mantendrá restringido para siempre; de hecho, quedará en la muerte eterna. Este uso de la palabra “tormento” (de la palabra griega ba′sa‧nos) recuerda a uno su uso en Mateo 18:34, donde la misma palabra griega básica se aplica a un ‘carcelero’ o ‘verdugo’. (NM, FS, VV, VM.)

¿Qué es el ‘Gehena ardiente’ al cual se refirió Jesús?

En las Escrituras Griegas Cristianas se hace referencia a Gehena 12 veces. En cinco ocasiones la palabra está relacionada con fuego. Los traductores han vertido la expresión griega ge′en‧nan tou py‧ros′ “fuego del infierno” (VV [1904], VM, VP, TA), “fuego infernal” (BC, PB, Scío), “infierno de fuego” (FS, VV [1977]), “llamas del infierno” (BD), “fuego del quemadero” (NBE), “gehenna de fuego” (BJ, NC [1970; 1972], Str) y “fuego de la gehenna” (EMN [1980]).

Antecedentes históricos: El valle de Hinón (Gehena) estaba fuera de los muros de Jerusalén. Por un tiempo fue un lugar de adoración idolátrica, incluso de sacrificio de niños. En el primer siglo el Gehena se utilizaba como el incinerador para la basura y la inmundicia de Jerusalén. Al valle se arrojaban cadáveres de animales para que los consumieran las llamas, a las cuales se añadía azufre para ayudar la combustión. También se echaban al Gehena cuerpos de criminales ejecutados, a quienes se consideraba indignos de ser enterrados en una tumba conmemorativa. Por eso, en Mateo 5:29, 30, Jesús habló de que ‘todo el cuerpo’ de uno fuera arrojado al Gehena. Si el cuerpo caía en el fuego que ardía constantemente, era consumido, pero si caía en un rellano del profundo barranco, su carne putrescente era infestada de los gusanos o las cresas siempre presentes (Mar. 9:47, 48). No se lanzaba a humanos vivos en el Gehena; así que no era un lugar de tormento consciente.

En Mateo 10:28 Jesús aconsejó a sus oyentes que “[temieran] al que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el Gehena”. ¿Qué quieren decir esas palabras? Note que ahí no hay ninguna mención de tormento en las llamas del Gehena; más bien, él dice que ‘temamos al que puede destruir en el Gehena’. Al referirse por separado al “alma”, Jesús enfatiza ahí que Dios puede destruir todas las perspectivas de vida de una persona; de modo que no hay esperanza de resurrección para ella. Entonces, las referencias al ‘Gehena ardiente’ tienen el mismo significado que ‘el lago de fuego’ de Revelación 21:8, a saber, destrucción, “muerte segunda”.

¿Cuál —dice la Biblia— es la pena por el pecado?

Rom. 6:23: “El salario que el pecado paga es muerte.”

Después de morir, ¿es posible todavía que la persona reciba castigo adicional por sus pecados?

Rom. 6:7: “El que ha muerto ha sido absuelto de su pecado.”

¿Son compatibles la personalidad de Dios y el tormento eterno de los inicuos?

Jer. 7:31: “[Los habitantes apóstatas de Judea] han edificado los lugares altos de Tofet, que está en el valle del hijo de Hinón, a fin de quemar a sus hijos y sus hijas en el fuego, cosa que yo no había mandado y que no había subido a mi corazón.” (Si nunca subió al corazón de Dios, seguramente él no tiene ni usa nada de esa índole en gran escala.)

Ilustración: ¿Qué opinaría usted de un padre que sujetara la mano de su hijo sobre una llama de fuego para castigar al hijo por una acción mala? “Dios es amor” (1 Juan 4:8). ¿Haría él lo que ningún padre humano recto haría? ¡Por supuesto que no!

Por lo que Jesús dijo acerca del hombre rico y Lázaro, ¿enseñó Jesús que los inicuos serían atormentados después de la muerte?

¿Es literal el registro de Lucas 16:19-31, o es simplemente una ilustración de otra cosa? La Biblia de Jerusalén, en una nota al pie de la página, reconoce que es una “historia-parábola, sin relación alguna con la historia”. Si se tomara literalmente, eso significaría que los que experimentan el favor divino cabrían todos ante el seno de un hombre, Abrahán; que el agua en la punta de un dedo no sería evaporada por el fuego del Hades; que una simple gota de agua aliviaría a alguien que estuviera sufriendo allí. ¿Le parece razonable eso? Si el registro fuera literal, estaría en conflicto con otras partes de la Biblia. Si la Biblia se contradijera así, ¿la utilizaría un amador de la verdad como base para su fe? Pero la Biblia no se contradice.

¿Qué significa la parábola? El “hombre rico” representó a los fariseos. (Véase el versículo 14.) El mendigo llamado Lázaro representó a los judíos comunes que eran despreciados por los fariseos, pero que se arrepintieron y llegaron a ser seguidores de Jesús. (Véanse: Lucas 18:11; Juan 7:49; Mateo 21:31, 32.) La muerte de ellos también fue simbólica, y representó un cambio de circunstancias. Así, los que antes eran despreciados pasaron a una posición de favor divino, y los que antes eran aparentemente favorecidos fueron rechazados por Dios, mientras eran atormentados por los mensajes de juicio pronunciados por aquellos a quienes habían despreciado. (Hech. 5:33; 7:54.)

¿Cuál es el origen de la enseñanza del fuego del infierno?

En antiguas creencias babilonias y asirias, el “otro mundo [...] se describe como un lugar lleno de horrores, y está presidido por dioses y demonios de gran fortaleza y crueldad” (The Religion of Babylonia and Assyria [La religión de Babilonia y Asiria], Boston, 1898, Morris Jastrow, hijo, pág. 581). Hay evidencia temprana del aspecto ardiente del infierno de la cristiandad en la religión del antiguo Egipto (The Book of the Dead [El libro de los muertos], New Hyde Park, N.Y., 1960, con una introducción de E. A. Wallis Budge, págs. 144, 149, 151, 153, 161). El budismo, que se remonta al siglo VI a. de la E.C., con el tiempo llegó a describir tanto un infierno caliente como uno frío (The Encyclopedia Americana, 1977, tomo 14, pág. 68). Las escenas del infierno pintadas en iglesias católicas de Italia tienen raíces etruscas. (La civiltà etrusca, Milán, 1979, Werner Keller, pág. 389).

Pero las verdaderas raíces de esta doctrina que deshonra a Dios están a mucha más profundidad. Los conceptos demoníacos relacionados con un infierno de tormento difaman a Dios y se originan del principal difamador de Dios (el Diablo, cuyo nombre significa “Difamador”), aquel a quien Jesucristo llamó “el padre de la mentira”. (Juan 8:44.)


====Testigos de Jehová====
====Testigos de Jehová====

Revisión del 01:12 16 jul 2009

Según muchas religiones, el infierno (del latín inférnum o ínferus: ‘inferior, subterráneo’) es el lugar donde, después de la muerte, son castigadas las almas de los pecadores. Es equivalente al Gehena judío y al Tártaro griego.

En la teología católica, el infierno es una de las cuatro postrimerías del hombre. A veces no se lo considera un lugar sino un estado de sufrimiento.

En contraste con el infierno, otros lugares de existencia después de la muerte pueden ser neutrales (por ejemplo, el Sheol judío), o felices (por ejemplo, el Cielo cristiano).

Ilustración medieval del Infierno, en el manuscrito Hortus Deliciarum (1180) por Herrada de Landsberg.

Descripción

Algunas teologías del infierno ofrecen detalles gráficos y siniestros (por ejemplo, el (Naraka del budismo, uno de los seis reinos del samsara). Las religiones con una historia divina lineal a menudo conciben el infierno como infinito (por ejemplo, las creencias del cristianismo). Las religiones con una historia cíclica suelen mostrar el infierno como un período intermediario entre encarnaciones (por ejemplo, el Di Yu, reino de los muertos de la mitología china). El castigo en el infierno habitualmente corresponde a pecados cometidos en vida. A veces se hacen distinciones específicas, con almas condenadas sufriendo por cada mal cometido (ver como ejemplo el Mito de Er de Platón o el poema de La Divina Comedia de Dante Alighieri), mientras que otras veces el castigo es general, con pecadores siendo relegados a una o más cámaras del infierno o niveles de sufrimiento (por ejemplo, según Agustín de Hipona los niños no bautizados, aunque privados del Cielo, sufrían menos en el infierno que los adultos no bautizados). En el islam y el cristianismo, de todas maneras, la fe y el arrepentimiento tienen mayor importancia que las acciones en determinar el destino del alma después de la muerte.

El infierno es usualmente imaginado como poblado por demonios, quienes atormentan a los condenados. Muchos son gobernados por un rey de la muerte:

Concepciones más modernas del infierno suelen definirlo abstractamente, como un estado de pérdida más que una tortura en un lago de fuego literalmente bajo la tierra.

Metáforas (contemporánea)

Detalle de infierno: Mosaico que representa el Juicio Final,[1]​ por Coppo di Marcovaldo, Museo Baptisterio de San Juan. El poeta Dante Alighieri fue bautizado en este lugar.

El infierno, el Hades o el She'ol fueron las metáforas que, de manera gráfica, trataron de explicar una actitud y un punto de vista determinado. Basado en el análisis psicológico, se asume al infierno como un estado en donde «se entra por voluntad propia» al igual que el Paraíso, en otras palabras, es un estado emocional y punto de vista accedido por el libre albedrío explicando así los estados agónicos o de perpetuo dolor y sus contrapartes de placer y bienestar que experimentan los seres humanos expresados como emociones. En épocas antiguas, la mejor forma de ejemplificar algo era de forma gráfica; lo hacía fácil de comprender para muchos.

Basados en los criterios, experiencias y enseñanzas de cada uno, el infierno tiene muchos puntos de vista o perspectivas, ya que lo que podría ser considerado como loable para unos, para otros sería deplorable y viceversa. Estos puntos de vista discreparían en distintos lugares y tiempos, un ejemplo de ello se ve en los primeros años del cristianismo. Existían muchas acciones consideradas como herejías, señalando un estilo de vida muy específico a seguir para alcanzar la gloria. Dentro de este contexto, se señalaba a cualquiera que pecaba o no seguía el camino señalado, como condenado al Averno (infierno), ya que se enseñaba concretamente (no adecuado en sí) qué era bueno y qué era malo.

En la actualidad, el hombre se enfrenta a demonios y llega a acceder al infierno basado en sus criterios, pero los demonios actuales son la emociones negativas, entre las más relevantes: la depresión, ansiedad y desesperación (entre otras); se puede citar muchas más que nos llevan al punto agónico (el infierno en sí, en forma literal), que es cuando no vemos la salida a un problema en especial. el infierno esta comandado por el Diablo

Religión abrahámica

Las religiones abrahámicas son fes monoteístas que reconocen una tradición espiritual identificada con Abraham. El término es usado principalmente para referirse colectivamente al cristianismo, judaísmo e islam.

En el cristianismo

La teología cristiana ha discutido la noción de infierno a lo largo de su historia. En un tiempo no hubo duda de que se trataba del lugar en el que se castiga eternamente a los pecadores. En el que los tormentos no podían ser conmutados, aunque, como señala la Enciclopedia católica, de principios del siglo XX y una de las obras más vastas del catolicismo, «el dogma católico no rechaza el suponer que Dios pueda, a veces, por vía de excepción, liberar un alma del infierno». Sin embargo, «los teólogos son unánimes en enseñar que tales excepciones nunca ocurrieron y nunca ocurrirán». La postura de la Enciclopedia católica ilustra muy bien aquella concepción hoy en desuso, pues decía que la idea de fuego del infierno debería ser tomada en sentido literal, ya que «no hay suficientes razones para considerar el término «fuego» como una mera metáfora».[cita requerida]

Pero esta manera tan espacio-temporal de entender el infierno no es la que puede hoy sostenerse. El 28 de julio de 1999 en la catequesis que impartió ante 8000 fieles en el Vaticano, el papa Juan Pablo II dijo:

Las imágenes con las que la Sagrada Escritura nos presenta el infierno deben ser rectamente interpretadas. Ellas indican la completa frustración y vacuidad de una vida sin Dios. El infierno indica más que un lugar, la situación en la que llega a encontrarse quien libremente y definitivamente se aleja de Dios, fuente de vida y de alegría.

Para los fieles poco instruidos y los teólogos ultraconservadores, estas palabras del papa provocaron polémica. Está claro que no se niega la existencia del infierno, pero se le da un sentido espiritual, antes que concreto y material. Algunos fieles y versados en la materia, como el teólogo católico Hans Küng, han rechazado la existencia del infierno por considerarla incompatible con el amor del Dios omnipotente, mientras que otros teólogos afirman que Dios aplica la justicia al enviar al infierno eterno a las personas que no han aceptado a Jesucristo como su Salvador.

Sin embargo hay consenso en creer que no es Dios quien envía al alma al cielo, al purgatorio o al infierno, sino que es el alma misma (por las actitudes y obras que vivió en su tiempo de existencia terrenal), quien decide libremente su destino final; si ha creído en Jesús y vivido piadosamente el cielo le esperará, si ha cometido pecados no confesados y necesita purificación para acceder al cielo, ella misma pedirá un tiempo en el purgatorio para purificarse y entrar a la gloriosa presencia de Dios, limpia; y si ha vivido en enemistad con Dios, con los demás y consigo misma, ella misma pedirá el destino que le corresponde como fruto de sus acciones y creencias.

Ha causado mucha confusión y desconcierto el que los primeros traductores de la Biblia tradujesen sistemáticamente el Sheol hebreo y el Hades y el Gehena griegos por la palabra ‘infierno’. La simple transliteración de esas palabras en ediciones revisadas de la Biblia no ha bastado para paliar de modo importante esta confusión y malentendido.
Encyclopedia Americana (1956, volumen 14, pág. 81)

Así la palabra «infierno» que emplean la traducción católica de Félix Torres Amat, la versión de Cipriano de Valera (actualizada en 1909) y otras para traducir el término hebreo she’ól y el griego hái•dēs. Torres Amat no es coherente en la traducción de she’ól, pues lo traduce (a veces con añadidos en bastardillas) ‘infierno(s)’ 42 veces; ‘sepulcro’ 17 veces; ‘muerte’ 2 veces, y ‘sepultura’, ‘mortuorias’, ‘profundo’, ‘a punto de morir’ y ‘abismo’ 1 vez cada una. En la Versión Valera de 1909, she’ól se traduce ‘infierno’ 11 veces, ‘sepulcro’ 30 veces, ‘sepultura’ 13 veces, ‘abismo’ 3 veces, ‘profundo’ 4 veces, ‘huesa’ 2 veces, ‘fosa’ 2 veces y ‘hoyo’ 1 vez. Esta misma versión siempre traduce hái•dēs por ‘infierno(s)’, traducción que siguen las versiones Nácar-Colunga (excepto en Hechos 2:27, 31), Torres Amat y Felipe Scío de San Miguel.

No obstante, otras versiones actuales son más uniformes en la traducción. Por ejemplo, la Versión Valera (revisión de 1960) translitera la palabra original como ‘seol’ 65 veces y emplea ‘profundo’ 1 vez, mientras que utiliza ‘Hades’ siempre que aparece en el Nuevo Testamento. Otro tanto ocurre con la palabra griega gué•en•na, que —aunque algunos la vierten por ‘infierno’ (8 veces en la Versión Valera de 1909)— se suele transliterar en la mayoría de las traducciones españolas.

Su acepción moderna es lo que hace que el término ‘infierno’ sea una traducción tan poco idónea de las palabras bíblicas originales. La Nueva Enciclopedia Larousse (1981, vol. 5, pág. 5201) dice, en la entrada «Infierno»:

Originariamente, la voz designaba lo que queda situado «más abajo» o «inferior» al espectador. Así pues, la palabra «infierno» originalmente no comunicó ninguna idea de calor o tormento, sino simplemente la de un lugar «más abajo» o «inferior», de modo que su significado era muy similar al del she’ól hebreo. Es interesante que incluso en la actualidad esta palabra significa, según la misma enciclopedia, ‘lugar subterráneo en que sienta la rueda y artificio con que se mueve la máquina de la tahona’.
Enciclopedia Larousse (1981, vol. 5, pág. 5201)

Descripción del infierno cristiano

La palabra «infierno» se halla en muchas traducciones de la Biblia. En algunos casos es traducida por ‘sepulcro’ o ‘el lugar de los muertos’ y en otras se deja sin traducir, como en el caso de la palabra hebrea she’ol que equivale a la griega hai′des, es decir la tumba de toda la humanidad. También está en este caso la palabra griega ge′en•na que hace referencia a la destrucción eterna.

Representación de los cuatro evangelistas con su correspondiente simbología: Mateo (ángel o hombre alado), Marcos (león alado), Lucas (toro alado) y Juan (águila).

Para la religión cristiana y algunas no cristianas el infierno es el lugar donde habitan los demonios y donde los inicuos, después de muertos, sufren castigos y tormentos.

Veamos brevemente como describe al infierno la Biblia, dejando implícito que se trata de un lugar de sufrimiento.

  • Un lugar de tormentos (Lucas 16:23) en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno...
  • Un horno de fuego (Mateo 13:42) y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
  • Un lago de fuego y azufre (Apocalipsis 20:10) Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
  • Un lago de fuego (Apocalipsis 20:15) El que no se halló inscrito en el libro de la vida, fue lanzado al lago de fuego.
  • Venid, benditos... (Mateo 25:34) Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
  • Apartaos de mí, malditos (Mateo 25:41) Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

Un lugar de tormento aparece claramente descritas en el Nuevo Testamento, sobre todo como lugar de fuego inextinguible, de llanto, rechinar de dientes, de tinieblas exteriores, de cárcel, de gusano que no muere, de muerte, segunda muerte y condenación eterna.

Si alguno adora a la Bestia y a su imagen, y acepta la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su cólera. Será atormentado con fuego y azufre delante de los santos Ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento se elevara por los siglos de los siglos. Y no habrá reposo, ni de día ni de noche.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los que sirven de tropiezo y a los que hacen el mal.
Así será el fin del mundo: vendrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno de fuego. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego nunca se apaga.

Testigos de Jehová

Los testigos creen en el infierno al que le dan por nombre Hades, que para ellos es el sepulcro común de la humanidad y no un lugar de castigo y tormento. El infierno de fuego nunca ha sido parte de las doctrinas de los Testigos de Jehová afirmando que el creer en ello sería difamar a Dios al contradecir la idea de mostrar a Jehová como un Dios de amor. Afirman que la idea del infierno es precristiana y proceden de la mitología de Mesopotamia.

Los testigos de Jehová dan una explicación sobre el Apocalipsis 20:10, que el Diablo experimentará «tormento por los siglos de los siglos» en el «lago de fuego y azufre» (según Apocalipsis 21:8, «esta será la muerte segunda»), quiere decir que el «tormento» que el Diablo experimenta para siempre allí significa que no habrá liberación para él; se le mantendrá restringido para siempre; de hecho, quedará en la muerte eterna. Los testigos de Jehová dicen que este uso de la palabra «tormento» (de la palabra griega ba´sa•nos) recuerda su uso en (Mateo 18:34), donde la misma palabra griega básica se aplica a un ‘carcelero’ o ‘verdugo’.

Adventistas

Según la Iglesia Adventista del Séptimo Día, el infierno no existe como tal ni como un lugar donde los perdidos sufren por la eternidad. Para esta denominación los muertos permanecen en un estado inconsciente hasta la segunda venida de Cristo, donde son resucitados. Esta creencia crece entre miembros de otras Iglesias protestantes.

En el judaísmo

El judaísmo, al menos inicialmente, creía en sheol, que se describe como una existencia sombría a la cual todos eran enviados tras la muerte. El sheol pudo haber sido poco más que una metáfora poética de la muerte, de la ausencia de vida, y no se refiere a una vida después de la muerte. En el Antiguo Testamento no se amenaza a los pecadores con ninguna vida de sufrimiento después de la muerte.

La escatología judía distinguió después entre un lugar especial para los justos y otro para los condenados o réprobos (Ezequiel 32:17-22). Desde el siglo II el Sheol equivale, para los rabbanitas, al Gehena. También se conoce como Sheol-Abbadón, por este ángel del abismo que representa el mundo de ultratumba (Job 28:22) y se traduce como 'perdición'. La religión judía negaba cualquier vida después de la muerte.

Posteriormente empezó a introuducirse la idea de resurrección. Había en el judaísmo dos corrientes: los fariseos creían en la resurrección y los saduceos la negaban. Pero la resurrección se entendía en una forma terrenal: se resucitaría para volver a llevar una vida terrenal. Sólo resucitarían los buenos. El castigo de los pecadores era la 'muerte eterna', que no era el infierno ni ningún sufrimiento de ultratumba, sino la ausencia de resurrección.

En el islam

El islam prevé el Juicio Final para todos los creyentes, como el cristianismo, y las referencias al fuego del infierno abundan en el Corán.[cita requerida] Durante la vida, los ángeles escribanos anotan las acciones de los hombres, y éstos serán juzgados de acuerdo con esos libros. El puente Sirat, delgado como un cabello, debe ser atravesado por los que se dirijan al Paraíso, y aquel que caiga irá a parar a las llamas del infierno. En cuanto a la estructura del infierno islámico, el libro más descriptivo es Las mil y una noches. En la Noche 493, este libro habla de un edificio de siete pisos, separados uno de otro por «una distancia de mil años». El primero es el único que se describe. Está destinado a los que murieron sin arrepentirse de sus pecados y en él hay montañas de fuego, con ciudades de fuego, las que a su vez contienen castillos de fuego, los cuales tienen casas de fuego, y éstas tienen lechos de fuego en los que se practican las torturas, todo en número de setenta mil.

Religiones orientales y del este asiático

«Religiones del sur de Asia» se refiere a las religiones surgidas en Oriente (el oriente de Europa), como son: hinduismo, budismo, yainismo y sijismo. «Religiones del este asiático» (religiones del Extremo Oriente, religiones chinas o religiones taoístas), forman un subconjunto en las religiones orientales, como son: taoísmo, sintoísmo, confucianismo.

Hinduismo y budismo

Reino de los Narakas, nombre dado a uno de los seis reinos del samsara de mayor sufrimiento de toda la cosmología budista.

La descripción que hace Voltaire no es exacta en lo que se refiere a las filosofías orientales. El hinduismo y el budismo creen en el infierno, aunque sólo como escenario transitorio en el ciclo de reencarnaciones. El hinduismo cree en 21 infiernos en los que se pueden reencarnar los que han cometido faltas mortales. El Bhagavad Guitá (incluido en el poema épico sánscrito Majábharata, dice: «El infierno tiene tres puertas: la lujuria, la cólera y la avaricia». Y en él caen «los hombres de naturaleza demoníaca» hasta ser aniquilados. El budismo reelaboró la doctrina hinduista y su ortodoxia prevé esferas infernales en las que pueden reencarnar los mortales agobiados por un mal karma (deudas vitales, elecciones incorrectas...): la esfera de los espíritus torturados por el hambre y la de los demonios en lucha. El Reino de los Narakas es el infierno budista.[cita requerida]

Gehena

La puerta del sudoeste de Jerusalén, abierta hacia el valle, vino ser conocida como «valle del hijo de Hinom» (Jer 7:31,19:2-6); el libro de Jeremías habla de los residentes que adoraban a Moloch (Jer 32:35), presagiando la destrucción de Jerusalén. En épocas antiguas, en el Tofet según el Antiguo Testamento, los cananeos sacrificaban a niños al dios Moloch, quemándolos vivos; una práctica que fue proscrita por el rey Josías (2Reyes 23:10). Cuando la práctica desapareció, se convirtió en el vertedero e incinerador de la basura de Jerusalén. Allí se arrojaban los cuerpos de animales muertos para ser consumidos por el fuego, a los cuales se añadía azufre para acelerar la quema. También se echaban allí los cadáveres de criminales ejecutados a quienes no se consideraban merecedores de un entierro formal en una tumba. Al Gehena no se arrojaba ningún animal o humano con vida para que fuera quemado vivo o atormentado.

El que históricamente se usara este lugar como vertedero o basurero, hace pensar que nunca podría simbolizar una región invisible donde se atormentara eternamente a almas humanas en fuego literal, o donde estas fueran atacadas para siempre por gusanos que no murieran. Debido a que a los criminales arrojados allí se les negaba un entierro formal en una tumba —la cual simbolizaba una futura esperanza de resurrección—, tanto Jesús como sus discípulos usaron el Gehena como símbolo de destrucción eterna, aniquilación de en medio del universo de Dios, un castigo de muerte eterna, lo que puede desprenderse de los textos bíblicos en donde aparece el término. Por su carácter de destrucción total, el Gehena está relacionado con el lago de fuego del Apocalipsis o la «muerte segunda» (Apocalipsis 20:14).

Politeísmo

Doctrina religiosa cuyos seguidores creen en la existencia de múltiples dioses o divinidades organizadas en una jerarquía o panteón.

Antiguo Egipto

Voltaire en su Diccionario filosófico, anota que egipcios y griegos enterraban a sus muertos y creían simplemente que sus almas quedaban con ellos en un lugar sombrío. «Los indios, mucho más antiguos, que habían inventado el ingenioso dogma de la metempsicosis (reencarnación), jamás creyeron que las almas estuvieran en el subterráneo», señala Voltaire. Y agrega: «Los japoneses, los coreanos, los chinos, los pueblos de la vasta Tartaria oriental y occidental, ignoraron la filosofía del subterráneo».

Libros sagrados

Artículo principal
Descripción
Duat
Duat el inframundo de la mitología egipcia, el lugar donde se celebraba el juicio de Osiris, y donde el espíritu del difunto debía deambular, sorteando malignos seres y otros peligros.
Libro del Amduat
Describe el camino a seguir por el difunto y el Libro de los Muertos enseña toda clase de sortilegios para llevar a buen fin el viaje al otro mundo. Una versión completa se encuentra en el cenotafio de Seti I, y otra en la tumba de Ramsés VI (KV9).
Libro de las Cavernas
Se le llama así porque en él Duat (Más Allá) está dividido en cavernas. El difunto atraviesa en su recorrido una serie de cuevas, y se relatan los premios que puede recibir, así como los castigos que se padecen: tiene la mejor descripción del infierno que nos han legado los egipcios.
Libro de las Puertas
Texto que narra el viaje del espíritu de un difunto en el otro mundo, y está relacionado con la marcha del Sol, aunque transcurre durante las horas nocturnas, en la Duat. El espíritu requiere pasar una serie de «puertas» en diferentes etapas del viaje. Cada puerta se asocia a una diosa diferente, y requiere que el difunto reconozca el carácter específico de cada deidad. El texto da a entender que algunas personas pasarán incólumes, mientras que otras sufrirán tormento en un lago de fuego.
Libro de los Muertos
Texto funerario compuesto por un conjunto de fórmulas mágicas o sortilegios, que ayudaban al difunto, en su estancia en la Duat (inframundo), a superar el juicio de Osiris, y viajar al Aaru.

Antigua Grecia

Averno era el nombre antiguo que se le daba, tanto por griegos como romanos, a un cráter cerca de Cumas, Campania. Se creía que era la entrada al inframundo, a los infiernos. Según el escritor griego Diodoro de Sicilia, el Averno sería un lago oscuro e inmenso.

Los griegos creyeron que las almas de los muertos permanecían en el Hades, al que se llegaba después de atravesar el río Estigia. Allí no sufrían otro tormento que el de su exilio y separación de sus seres queridos. Algunos podían mostrarse arrepentidos de sus faltas, como lo imagina Homero, en su poema Odisea que hace descender a su héroe al Hades. Odiseo habla allí con sus camaradas muertos en la guerra de Troya y con su propia madre. [cita requerida]

El Hades de los griegos está regido por el dios del mismo nombre, hijo del titán Crono. Aunque puede ser cruel, Hades no es maligno. Los romanos le adoptaron como Plutón, y además de otorgarle el reino de los muertos, le dieron la custodia de los metales preciosos bajo la tierra. Los griegos poblaron el Hades de otros seres mitológicos, como las Furias y las Moiras. Las primeras habitaban bajo la tierra pero solían atormentar a los malos en vida. Eran mujeres con cabellera de serpientes, llamadas también Erinias. En cuanto a las Moiras (llamadas en Roma Parcas), su tarea era hilar el hilo de la vida de cada mortal y cortarlo en el momento justo. Hades estaba acompañado también por Cerbero, perro de tres cabezas, y por Caronte, el barquero que conducía las almas hacia el mundo subterráneo.[cita requerida]

Inframundo griego

Entre los reinos que formaban el Inframundo griego se incluyen:

Los cinco ríos del Hades eran Aqueronte (el río de la pena), Cocito (lamentos), Flegetonte (fuego), Lete (olvido) y Estigia (odio), que limita con los mundos superiores e inferiores.

Mitología nórdica

En la antigua mitología nórdica, existía un mundo tenebroso para las almas de aquellos a los que no se les concedía entrar al Valhalla. Sólo los mejores guerreros eran llevados a esa casa techada con escudos de oro. Los que no iban allí, eran entregados a Hel, diosa del mundo subterráneo. Voluspá, una de las eddas (poemas mitológicos de los antiguos escandinavos) menciona que en el reino de Hel el lobo destroza los cadáveres de los asesinos, los perjuros y los que sedujeron mujeres de otros. Es la única alusión a tormentos en esa compleja mitología.[cita requerida]

Civilización mexica

Los aztecas creían que todos los muertos iban al Mictlán, lugar neutral que se encontraba muy al norte. Era conocido también como el lugar de las flores blancas, siempre estaba obscuro y en ellos residían los dioses de la muerte, en especial Mictlantecuhtli y su esposa Mictlantecihuatl, que literalmente significa ‘señor y señora del mictlan’. Se tardaba cuatro años en llegar al mictlan y debían superarse difíciles pruebas, como pasar una sierra donde las montañas chocaban entre si, un campo donde el viento tiene cuchillas que rasgan la piel, y un río de sangre con fieros jaguares. El mictlan significa ‘lugar entre los muertos’, del náhuatl miclti, que significa ‘muerto’, y tlan (contracción de titlan) que significa ‘entre’.

Arte, literatura, mitología y folclore

Zoroastrismo

El faravahar, uno de los símbolos más conocidos del zoroastrismo.

Dentro del contenido religioso zoroastrismo, Zoroastro o Zaratustra describió con gran detalle la llegada del juicio final para los impíos, incluida la aniquilación, purgación en metal fundido, y el castigo eterno, con el último enfrentamiento entre Ahura Mazda (el Bien) y Angra Mainyu (el Mal). Sin embargo, la representación del infierno se describe en el Libro de Arda Viraf.[3]

Mitraísmo

El mitraísmo (o los misterios de Mitra) es una religión mistérica difundida en el Imperio romano entre los siglos I y IV d. C. en que se rendía culto a una divinidad llamada Mitra o Mitras que tuvo especial implantación entre los soldados romanos.

El culto al dios Mitra mantenía la creencia de que el fin del mundo vendría acompañado de una gran batalla entre las fuerzas de la luz y de la oscuridad. Los seguidores de los dogmas de los sacerdotes de Mitras podrían aliarse en esta contienda del lado de los espíritus de la luz, con lo que se salvarían; los no seguidores, irían al infierno junto con Ahriman (espíritu maligno adversario de Mitras) y los ángeles caídos.

Relato mítico, iconografía, interpretaciones.
Escultura de Mitra matando al toro (actualmente en el poder del Museo Británico).
Según el relato que ha podido reconstruirse a partir de las imágenes de los mitreos y los escasos testimonios escritos, el dios Mitra nació cerca de un manantial sagrado, bajo un árbol sagrado, de una roca (la petra generatrix; Mitra es llamado de petra natus). Esto enlaza con las tradiciones armenias de la cueva de Meher (Mitra). En el momento de su nacimiento llevaba el gorro frigio, una antorcha y un cuchillo. Fue adorado por pastores poco después de su nacimiento. Bebió agua del manantial sagrado. Con su cuchillo, cortó el fruto del árbol sagrado, y con las hojas de ese árbol confeccionó su ropa.
Encontró al toro primordial cuando pastaba en las montañas. Lo agarró por los cuernos y lo montó, pero, en su galope salvaje, la bestia lo hizo desmontar. Sin embargo, Mitra siguió aferrado a sus cuernos, y el toro lo arrastró durante mucho tiempo, hasta que el animal quedó exhausto. El dios lo agarró entonces por sus patas traseras, y lo cargó sobre sus hombros. Lo llevó, vivo, soportando muchos padecimientos, hasta su cueva. Este viaje de Mitra con el toro sobre sus hombros se denomina tránsitus.
Cuando Mitra llegó a la cueva, un cuervo enviado por el Sol le avisó de que debía realizar el sacrificio, y el dios, sujetando al toro, le clavó el cuchillo en el flanco. De la columna vertebral del toro salió trigo, y vino de su sangre, del resto del toro nacerían todos los demás seres.

«La Divina Comedia» de Dante Alighieri

Dante describe el infierno en forma de embudo incrustado en el centro de la tierra[4]​ y está dividido en nueve círculos y en cada uno de ellos los condenados son sometidos a distintas penas, según la gravedad de los pecados.

Representación del Canto XXXII por Giovanni di Paolo.

Dante Alighieri muestra en el Canto XXXII que el lugar más terrible del infierno no es un horno de llamas, sino un lago de hielo.

Virgilio el más célebre de los poetas latinos, conduce a Dante Alighieri, a través del infierno, donde las almas pecadoras del mundo son atormentadas sin cesar. El más profundo y terrible lugar de torturas del infierno no es un horno de llamas, sino un lago de hielo, donde todos los traidores, deben permanecer congelados por toda la eternidad.

Oh, seres más desafortunados que cualesquiera otros miserables.
Canto XXXII
Representación del Canto XXXIV por Giovanni di Paolo.

Canto XXXIV Dante, queda sorprendido por la presencia de Lucifer, al ver que su cabeza tiene tres rostros, uno por delante, y los otros dos se unen a éste por medio de los hombros y se juntan por detrás en lo alto de la coronilla. Judas Iscariote aparece con su cabeza metida dentro de la boca de Lucifer y agita fuertemente las piernas fuera de ella. De las otras dos fauces salen las extremidades de Marco Junio Bruto y Casio, que provocaron la muerte a Julio César.

El infierno de Dante muestra rasgos de la mitología griega, al mostrar los ríos de Aqueronte, Estigia, Flegetonte y Cocito, además de diversos personajes de esa misma mitología (Flegias, Caronte, Centauros, Cerbero, etc.) así como históricos (Octavio Augusto, Cleopatra VII, etc.).

Agujero negro

«Detalle de Infierno» en El jardín de las delicias (1480-1490) de Hieronymus Bosch (1450-1516), pintura al óleo sobre tabla. Se describe un mundo onírico, demoníaco, opresivo, de innumerables tormentos.

En el 2001 se entregó el Premio Ig Nobel en Astrofísica a los doctores Jack y Rexella Van Impe, del JVIM (Jack Van Impe Ministries International) por su descubrimiento de que los agujeros negros satisfacen los requisitos técnicos para ser la localización del Infierno.[5][6]

Acepto este prestigioso premio en nombre de Jack y Rexella Van Impe, por sus sobresalientes méritos en el campo de la astrofísica, esclareciendo la intrigante relación entre los agujeros negros y el infierno. Ahora trabajo en una auténtica investigación sobre agujeros negros. Un agujero negro es una de las cosas más extrañas, emocionantes, fascinantes, enigmáticas y alucinantes de todo el universo. Los agujeros negros son inimaginables. Van más allá de nuestras más locas fantasías, expectativas y sueños. Como científico, no podría pedir más. Los agujeros negros son el paraíso para nosotros. Sin embargo, recientemente hemos sido orientados por Jack y Rexella, quien nos han demostrado que los agujeros negros cumplen todos los requisitos para ser el Infierno. Como consecuencia de su increíble punto de vista, tenemos que repensar todas nuestras ideas sobre agujeros negros (y yo, personalmente, seré mucho más cuidadoso que nunca antes de acercarme a los límites de un agujero negro, para que quizás mi alma se libre, después de todo). Puedo resumirlo en ocho palabras: los agujeros negros son maravillosos, pero manténganse alejados.
Profesor de física Walter Lewin[5]

Referencias

  1. The Museeums of Florence: Mosaico que representa el Juicio Final
  2. Según Píndaro, quien describió estas islas en detalle en sus Odas olímpicas. Sin embargo, otros autores difieren al respecto.
  3. Gardiner, Eileen (10 de febrero de 2006). «About Zoroastrian Hell» (en inglés). www.hell-on-line.org. Consultado el 14 de abril de 2009. 
  4. El infierno en forma de embudo dibujado por Sandro Botticelli
  5. a b «Walter Lewin, the physicist who now knows Hell» (en inglés). Improbable.com. 2007. Consultado el 14 de abril de 2009. 
  6. «Winners of the Ig® Nobel Prize» (en inglés). www.improbable.com. 31 de marzo de 2001. Consultado el 14 de abril de 2009. 

Véase también

  • Abadón: el destructor o ángel de la muerte.
  • Gehena: el infierno o purgatorio judío. En el judaísmo el infierno es un lugar de purificación para el malvado, en el que la mayoría de los castigados permanece allí hasta un año, aunque algunos están eternamente.
  • Hades: en la mitología griega es la morada de los muertos; «Hades» es a veces usado por los cristianos para referirse al lugar en el que residen las almas que han caído en desgracia.
  • Hela: en la mitología nórdica es la reina sobre el Niflheim (reino de la oscuridad y de las tinieblas), donde vive bajo una de las raíces de Yggdrasil.
  • Inframundo: término genérico equivalente al más allá, haciendo referencia a cualquier lugar al que vayan las almas de los recién fallecidos.
  • Juicio Final: es la denominación religiosa del fin del mundo, en el cual toda la humanidad será juzgada por sus actos
  • Purgatorio: en la teología católica, el lugar de purificación de culpas para poder alcanzar el cielo.
  • Reino de los Narakas: uno de los mundos de mayor sufrimiento de toda la cosmología budista.
  • Sheol: cultura hebrea, es la sepultura común de la humanidad, una especie de infierno al que van a parar justos e injustos.
  • Tartarus: en la mitología griega, es un lugar de tormento y sufrimiento eterno.

En literatura

Enlaces externos