Diferencia entre revisiones de «Iglesia católica»

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La [[Iglesia]] católica se ve a sí misma y se proclama como la encargada por Jesucristo para ayudar a recorrer el camino espiritual hacia [[Dios]] viviendo el amor recíproco y por medio de la administración de los [[sacramento (religión)|sacramentos]] ([[bautismo]], [[eucaristía]], [[confirmación (sacramento)|confirmación]], [[penitencia (sacramento)|penitencia]], [[Matrimonio católico|matrimonio]], [[orden sacerdotal]] y [[unción de los enfermos]]), a través de los cuales Dios otorga la [[gracia divina|gracia]] al creyente.


La Iglesia católica considera que tiene encomendada la [[misión]] de elaborar, impartir y propagar la enseñanza cristiana,(ya que de acuerdo a los documentos históricos fue fundada por Jesucristo) así como la de cuidar de la unidad de los fieles. Debe también disponer la gracia de los sacramentos a sus fieles por medio del ministerio de sus sacerdotes. Además, la Iglesia católica se manifiesta como una estructura piramidal, en la que debe cuidar de mantener la unidad de todos los fieles y su obediencia a la doctrina oficial.
La Iglesia católica considera que tiene encomendada la [[misión]] de elaborar, impartir y propagar la enseñanza cristiana, así como la de cuidar de la unidad de los fieles. Debe también disponer la gracia de los sacramentos a sus fieles por medio del ministerio de sus sacerdotes. Además, la Iglesia católica se manifiesta como una estructura piramidal, en la que debe cuidar de mantener la unidad de todos los fieles y su obediencia a la doctrina oficial.


La autoridad para enseñar o [[Magisterio de la Iglesia]] basa sus enseñanzas en la [[Sagrada Tradición]] y en las [[Sagradas Escrituras]].
La autoridad para enseñar o [[Magisterio de la Iglesia]] basa sus enseñanzas en la [[Sagrada Tradición]] y en las [[Sagradas Escrituras]].

Revisión del 18:02 11 may 2010

Organización

Papa: Benedicto XVI
Colegio Cardenalicio
Iglesia Latina
Iglesias orientales católicas

Contexto

Historia •  Cristianismo
Catolicismo •  Sucesión apostólica
Diez mandamientos
Crucifixión y Resurrección de Jesús
Ascensión •  Asunción de María
Críticas a la Iglesia

Teología

Santísima Trinidad (Padre, Hijo, Espíritu Santo)
Teología
Gracia divina • Sacramentos
Purgatorio •  Salvación
Pecado original •  Santos •
Virgen María •  Mariología
Inmaculada Concepción de María
Angelología

Liturgia y Culto

Liturgia católica
Eucaristía •  Liturgia de las Horas
Año litúrgico •  Canon bíblico

Ritos litúrgicos

Ritos Latinos (Romano •  Ambrosiano •  Hispánico) •  Armenio •  Alejandrino •  Bizantino •  Antioquena

Temas

 Monasticismo
Oración •  Música •  Arte

La Iglesia católica, también conocida como la Iglesia católica apostólica romana, es la iglesia cristiana más grande del mundo,[1]​ regida por el Papa y con sede en la Ciudad del Vaticano. De acuerdo con el Anuario Pontificio 2010, el número de bautizados en el catolicismo a nivel mundial en 2008 era de 1.166 millones (17,40% de la población mundial).[2]

Se conoce como Iglesia católica apostólica romana o como Iglesia católica romana; fuera del Catolicismo se hace esta distinción por aquellos que sostienen que las iglesias de la Comunión Anglicana y las Iglesias Ortodoxas se reconocen a sí mismas como parte de la "Iglesia, una, santa, católica y apostólica" del Credo y que también son católicas (tanto en sentido etimológico como en todo el contenido del término) si bien no es la única diferencia el no estar bajo la autoridad del Papa, o bien se trata de personas procedentes de países en los que el habla ha adoptado esta expresión debido al uso intenso por parte de comunidades relevantes de anglicanos y otros protestantes y de ortodoxos. Sin embargo, existen Iglesias en plena comunión con el obispo de Roma que, al tener tradiciones litúrgicas distintas, no añaden el término "Romana". Por lo tanto, para englobar a las Iglesias orientales católicas y la Iglesia Católica Romana se usará el término más general Iglesia Católica, tal como está en el título del artículo.

En los países en los que el culto católico es mayoritario, a la Iglesia católica se le conoce normalmente con el término la Iglesia, término que en países como Suecia se aplicaría a la iglesia nacional luterana, o en Rumania, Bulgaria, Montenegro, Serbia, Georgia, Rusia, Albania, Etiopía, Armenia, la ex República Yugoslava de Macedonia o Grecia, a la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa.

Desde los años 1960 se comienzan a utilizar otros términos que hacen referencia a distintas formas de entender la naturaleza y objetivos de la Iglesia católica, tales como Sacramento de Cristo, Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y Esposa de Cristo.

La Iglesia católica tiene su sede central en Roma, a la que se denomina Sede Apostólica, relacionada con la Sede está el Estado de la Ciudad del Vaticano (Status Civitatis Vaticanæ, en latín y oficialmente; Stato della Città del Vaticano, en italiano), un enclave dentro de la ciudad de Roma, en la República Italiana. El Estado Vaticano es un estado independiente y reconocido internacionalmente, que aunque estrechamente ligado a la Sede Apostólica, son entidades distintas, ya que el Estado Vaticano es un Poder Temporal, mientras que la Sede Apostólica se entiende como poder Espiritual por los católicos.

El líder religioso es el Papa, que es el obispo de Roma, quien recibe el trato honorífico de Su Santidad (S.S.), y que en la actualidad ostenta Benedicto XVI, nombre adoptado por el Cardenal electo Joseph Ratzinger, de origen alemán.

Etimología

La palabra «Iglesia» ["ἐκκλησία" (ekklesia), del griego "ἐk-kαλεῖν"(ek-kalein) - 'llamar fuera'] significa 'convocación'. Designa asambleas del pueblo (Cf. Hch 19, 39), de carácter religioso. Es el término frecuentemente utilizado en el texto griego del Antiguo Testamento para designar la asamblea del pueblo elegido en la presencia de Dios, sobre todo cuando se trata de la asamblea del Sinaí, en donde Israel recibió la Ley y fue constituido por Dios como su pueblo santo (Cf. Ex 19). Dándose a sí misma el nombre de "Iglesia", la primera comunidad de los que creían en Cristo se reconoce heredera de aquella asamblea. En ella, Dios "convoca" a su Pueblo desde todos los confines de la tierra. El término "Kiriaké", del que se deriva las palabras "church" en inglés, y "Kirche" en alemán, significa "la que pertenece al Señor".

El término «católico» proviene del griego καθολικός (katholikós), que significa 'universal'. Ignacio de Antioquía da en el año 110 el testimonio más antiguo de este nombre: "Donde esté el obispo, esté la muchedumbre, así como donde esté Jesucristo esté la Iglesia Católica" (Carta a los Esmirniotas 8:2). En los tres primeros siglos de la Iglesia los cristianos decían "cristiano es mi nombre, católico mi sobrenombre".[cita requerida] Posteriormente se usó el término "católico", para distinguirse de otros grupos cristianos cuyas doctrinas diferían de la línea principal (como los gnósticos).

Características

La Eucaristía.

La Iglesia católica se ve a sí misma y se proclama como la encargada por Jesucristo para ayudar a recorrer el camino espiritual hacia Dios viviendo el amor recíproco y por medio de la administración de los sacramentos (bautismo, eucaristía, confirmación, penitencia, matrimonio, orden sacerdotal y unción de los enfermos), a través de los cuales Dios otorga la gracia al creyente.

La Iglesia católica considera que tiene encomendada la misión de elaborar, impartir y propagar la enseñanza cristiana, así como la de cuidar de la unidad de los fieles. Debe también disponer la gracia de los sacramentos a sus fieles por medio del ministerio de sus sacerdotes. Además, la Iglesia católica se manifiesta como una estructura piramidal, en la que debe cuidar de mantener la unidad de todos los fieles y su obediencia a la doctrina oficial.

La autoridad para enseñar o Magisterio de la Iglesia basa sus enseñanzas en la Sagrada Tradición y en las Sagradas Escrituras.

Atributos de la Iglesia católica

De acuerdo al Catecismo de la Iglesia católica, ésta es Una, Santa, católica y Apostólica. Estos cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí, indican rasgos esenciales de la Iglesia y de su misión. (CIC, 811).

Los católicos profesan su fe en los cuatro atributos de la Iglesia católica a través del Credo de los Apóstoles y del Credo de Nicea-Constantinopla, por lo que se las tiene como Artículo o Dogma de Fe.

Los cuatro atributos de la Iglesia católica son:

Unidad: La Iglesia es una debido a su origen, Dios mismo. Según los católicos Dios es uno. Es una debido a su Fundador, Cristo. El apóstol San Pablo, en su 1º Carta a los Corintios, hace referencia a la Iglesia como Cuerpo de Cristo. "Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo" (1º Co. 12, 12). En otra carta, también Pablo enseña sobre este atributo: "Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu. Un solo cuerpo y un mismo espíritu, pues ustedes han sido llamados a una misma vocación y una misma esperanza. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos." (Ef. 4, 3-6).Cristo mismo enseña y ruega por esta unidad característica de la Iglesia fundada por Él: "Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado". (Jn. 17, 20-21).

Santidad: la Iglesia católica, a pesar de los fallos y faltas de cada uno de los creyentes que aún peregrinan en la Tierra, es en sí misma santa pues según sus seguidores Santo es su fundador y santos son sus fines y objetivos. Asimismo, es santa mediante sus fieles, ya que ellos realizan una acción santificadora. En la Iglesia católica es quien contiene la plenitud total de los medios de salvación, y en donde se consigue la Santidad por la gracia de Dios. Es Santa porque sus miembros están llamados a ser santos.

Catolicidad: con el significado de "universal" la Iglesia católica es católica en cuanto busca anunciar la Buena Nueva y recibir en su seno a todos los seres humanos, de todo tiempo y en todo lugar; dondequiera que se encuentre uno de sus miembros, allí está presente la Iglesia católica. y también, como lo señala el Catecismo de la Iglesia católica, es católica porque Cristo está presente en ella, lo que implica que la Iglesia católica recibe de Él la plenitud de los medios de salvación.

Apostolicidad: la Iglesia católica fue fundada por Cristo sobre el fundamento de Pedro, Cabeza de los Apóstoles, y constituyendo en autoridad y poder a todo el Colegio Apostólico; Pedro y los demás Apóstoles tienen en el Papa y los Obispos a sus sucesores, que ejercen la misma autoridad y el mismo poder que en su día ejercieron los primeros, proveniente directamente de Cristo. También es apostólica porque guarda y transmite las enseñanzas oídas a los apóstoles.

Estos atributos se encuentran en todas las Iglesias particulares que engloba la Iglesia católica, que son las Iglesias particulares de la Iglesia católica Romana (Rito Latino) y las Iglesias Rituales Autónomas (Ritos Orientales); todas ellas tienen en común los mencionados atributos o características esenciales y la autoridad suprema del Supremo Pontífice como vicario de Cristo en la Tierra.

Por lo tanto, la Iglesia católica se considera a sí misma como heredera de la tradición y la doctrina de la iglesia primitiva fundada por Jesucristo y, por lo tanto, como la única representante legítima de Cristo en la tierra, mediante la figura de los obispos, sucesores sin interrupción de los apóstoles, y herederos, por lo tanto, del mandato de Jesús de cuidar de su Iglesia (en el evangelio según Juan 21:17, Jesús le dice a Pedro "Apacienta a mis ovejas"). De allí el lema "Donde está Pedro está la Iglesia" (Ubi Petrus ibi ecclesia).

Asunción de la Virgen, Tiziano, Santa Maria gloriosa dei Frari (Venecia). Una creencia que separa al catolicismo del resto del cristianismo son los Dogmas Marianos.

Doctrina esencial

La característica más sobresaliente y genuina para distinguir a los católicos es su posición personal respecto al obispo de Roma. Este recibe el título de Papa y se le considera no sólo obispo de su diócesis sino Obispo de la Iglesia católica entera, es decir, Pastor y Doctor de todos los cristianos debido a que es considerado el sucesor de San Pedro[3]​ (por las elecciones ininterrumpidas del colegio cardenalicio en el cónclave hasta Benedicto XVI quien es el Papa Nro. 265) y así, Vicario de Cristo.

El Papa goza en la Iglesia católica de un estatus de jerarquía suprema, poseyendo el primado sobre todos los demás obispos y la plenitud de la potestad de régimen (como se denomina en la Iglesia católica al poder legislativo, ejecutivo y judicial), la cual puede ejercer de forma universal, inmediata y suprema sobre todos y cada uno de los pastores y de los fieles católicos. La autoridad del obispo de Roma, su jerarquía dentro del Magisterio de la Iglesia católica es reconocida solo por los católicos, y no así por los cristianos no católicos.

Otras partes de la doctrina católica, sobresalientes y distintivas en relación al resto de los cristianos, son la creencia en el Dogma de la Inmaculada Concepción, y en la Asunción de María, madre de Jesús, así como la fe en la autoridad espiritual efectiva de la Iglesia católica para perdonar pecados y remitir las penas temporales debidas por ellos, mediante el Sacramento de la Penitencia y las indulgencias.

Otro Dogma de fe sobresaliente en la Iglesia católica es la creencia en la Eucaristía, y en su Transubstanciación ya que el pan y el vino presentados en el Altar se transforman realmente en el cuerpo y en la sangre de Cristo.[4]

Estructura organizativa

Ver también el anexo Diócesis católicas

La Iglesia católica tiene miembros en todos los países de la Tierra, aunque su presencia varía desde mayoritaria en algunos a casi nula en otros. Es una organización jerárquica en la que el clero ordenado está dividido en obispos, presbíteros y diáconos.

Basílica de San Juan de Letrán, catedral de Roma y Madre y Cabeza de todas las iglesias del Mundo, por su condición de sede del Romano Pontífice.

El clero está organizado de forma jerárquica, pero tiene en cuenta la comunión de los fieles. Cada miembro del clero depende de una autoridad superior, pero la autoridad superior debe ejercer su gobierno teniendo en cuenta la comunidad, a través de consultas, reuniones, intercambio de ideas.

Territorialmente, la Iglesia católica se organiza en diócesis o Iglesias particulares, cada una bajo la autoridad de un obispo; algunas de éstas, de mayor rango, son llamadas arquidiócesis (o archidiócesis, bajo la autoridad de un arzobispo). En las iglesias orientales católicas, suelen llamarse eparquías y archieparquías, respectivamente. Actualmente (mayo 2010), existen 2807 diócesis, de las cuales 622 son arquidiócesis [1]. La diócesis de Roma, que incluye a la Ciudad del Vaticano, es la Sede Papal. Asimismo, existen 9 Patriarcados (3 latinos y 6 de ritos orientales), 9 Exarcados Patriarcales y 5 territorios dependientes de Patriarcas.

Algunos territorios, sin llegar a considerarse diócesis, funcionan en la práctica como tales: son las prelaturas y abadías territoriales, regidas por un prelado o un abad, respectivamente. Actualmente, existen 46 prelaturas territoriales, más del 80% en América Latina (sobre todo en Brasil y Perú), y 11 abadías territoriales, principalmente en Italia, así como 1 prelatura personal (la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei), con sede en Italia, 35 ordinariatos militares y 8 ordinariatos para los fieles de ritos orientales.

Las diócesis pueden agruparse en provincias eclesiásticas y éstas, a su vez, en regiones eclesiásticas. La arquidiócesis que preside una provincia eclesiástica es llamada metropolitana. En ocasiones, la provincia eclesiástica está conformada únicamente por la arquidiócesis metropolitana. De las 622 arquidiócesis existentes, 541 son metropolitanas, 4 son archieparquías mayores (una de ellas posee además 3 exarcados archiepiscopales, en Ucrania) y las restantes 77 son llamadas arquidiócesis archiepiscopales.

Los territorios en donde la organización de la Iglesia aún no es suficiente para erigir una diócesis (o una eparquía) son dirigidos por un vicario (o exarca) y son llamados vicariatos (o exarcados) apostólicos; actualmente existen 87 vicariatos apostólicos (en América, África y Asia) y 16 exarcados apostólicos (en América, Asia y Europa). Si la organización es muy incipiente, se erigen prefecturas apostólicas (actualmente existen 39, casi las tres cuartas partes en China). Por razones graves, se erigen administraciones apostólicas estables (actualmente existen 8); además, existe la Administración Apostólica Personal de San Juan María Vianney, en Brasil. En los territorios en que la Iglesia aún no ha penetrado oficialmente, se organizan misiones independientes sui iuris (actualmente existen 9).

El gobierno de la Iglesia Católica reside en los sacerdotes:

  • Los obispos: se encargan de cada diócesis. Son ayudados por los presbíteros y los diáconos. Ningún obispo, aunque haya sido nombrado cardenal, tiene autoridad sobre otro, sino que cada uno depende directamente del Papa.
  • Los cardenales: ayudan al Papa en la acción pastoral de la Iglesia Católica universal y en la administración del Vaticano y la Curia Romana. Cuando el Papa muere, eligen al sucesor en un cónclave. Colectivamente forman el Colegio Cardenalicio. Los cardenales son elegidos personalmente por el Papa.
  • El Papa: es electo por el Colegio de Cardenales, reunido en cónclave. En 1871, el Concilio Vaticano I hizo énfasis particular sobre la ya existente doctrina de la infalibilidad papal, lo cual ha generado hasta el día de hoy grandes polémicas. Él desarrolla su ministerio coadyuvado por dos grupos de colaboradores: los cardenales y el concilio ecuménico.
  • El concilio ecuménico: asamblea de todos los obispos del mundo presidida por el Papa, es convocado cuando hay que tomar las decisiones más importantes, en materia de fe (dogmas) y de moral.

Los obispos de un país pueden organizarse en una conferencia episcopal (o asamblea de Ordinarios, en Oriente), cuyos cargos son electivos entre los obispos de la misma nación. También existen organizaciones inter-diocesanas que involucran a más de un país. Tenemos así:

Congregaciones y órdenes

Anexo: Tabla de Congregaciones Religiosas Católicas

Las órdenes religiosas no pertenecen a la organización jerárquica de la Iglesia Católica. Ellas pueden ser de dos tipos:

  • Órdenes religiosas de derecho diocesano: dependen del obispo de la diócesis en la que han sido reconocidas.
  • Órdenes religiosas de derecho pontificio: dependen directamente del Papa, aunque deben trabajar en comunión con los obispos de las diócesis en que actúan.

Las congregaciones y órdenes religiosas son establecidas conforme a los tres votos básicos de pobreza, castidad y obediencia. Su fundación es de orden divino conforme lo debe demostrar la santidad del fundador y el mandato celestial expreso, que se concreta en constituciones que han de ser obedecidas en la letra y el corazón. Después del renacimiento, los nuevos movimientos fundados dejan de recibir el nombre orden y se llaman congregaciones. No todas las congregaciones hacen el voto de pobreza, algunas hacen sólo un compromiso de pobreza utilitaria.

Dentro de la Iglesia Católica se encuentran muchas órdenes religiosas monásticas de frailes y monjas, así como también congregaciones e Institutos de vida religiosa. Sus miembros suelen hacer los votos de obediencia, pobreza y castidad; de todos modos los votos a realizar quedan a disposición de la cada institución. Todos ellos dedican sus vidas enteramente a Dios. Otras prácticas religiosas incluyen el ayuno, la meditación, la oración, la penitencia y la peregrinación.

La finalidad fundamental de los miembros de las órdenes y congregaciones es salvar su propia alma y ser ejemplo salvífico para toda la sociedad precisamente con su pobreza, castidad y obediencia, vividas conforme al carisma específico de la constitución de cada orden o congregación. Ejemplos de congregaciones con mayor presencia de elementos:

Iglesias católicas de rito oriental

Iglesias orientales católicas
Categorías
Iglesias patriarcales
Iglesia Católica Maronita
Iglesia Católica Copta
Iglesia Católica Armenia
Iglesia Católica Siria
Iglesia Católica Caldea
Iglesia Greco-Católica Melquita
Iglesias archiepiscopales mayores
Son similares a las patriarcales, pero el Arzobispo Mayor, después de ser elegido por el Sínodo, debe ser confirmado por el Papa antes de ser entronizado.

Iglesia Greco-Católica Ucraniana
Iglesia Greco-Católica Rumana
Iglesia Católica Siro-Malabar
Iglesia Católica Siro-Malankara

Iglesias metropolitanas sui iuris
Los metropolitanos son elegidos por el Papa a partir de una lista de tres candidatos enviada por el Concilio de obispos.

Iglesia Católica Etíope
Iglesia Católica Bizantina en América
Iglesia Greco-Católica Eslovaca

Otras iglesias orientales sui iuris
Iglesias con jerarquía propia: Sin Sínodo ni Concilio de obispos ya que tienen una o dos diócesis, sus jerarquías son elegidas por el obispo de Roma.

Iglesia Católica Bizantina Búlgara
Iglesia Católica Bizantina Húngara
Iglesia Católica Bizantina Ítalo-Albanesa
Iglesia Católica Bizantina Griega
Iglesia Católica Bizantina Rutena
Iglesia Greco-Católica de la Eparquía de Križevci
Iglesia Greco-Católica Macedonia

Iglesias sin jerarquía propia: Tras finalizar la era comunista no se les ha nombrado todavía un obispo propio.

Iglesia Católica Bizantina Albanesa
Iglesia Católica Bizantina Rusa
Iglesia Greco-Católica Bielorrusa

La división entre las iglesias de oriente y occidente dio lugar a la existencia de comunidades de ritos orientales que se mantuvieron o entraron en plena comunión con la iglesia de Roma, conservando su liturgia, pero que en algunos casos se han latinizado en algún grado. Algunas nunca han estado en cisma con la iglesia de Roma (como la iglesia Maronita y la ítalo-albanesa) y otras han surgido de divisiones de las iglesias Ortodoxas o de las antiguas iglesias nacionales de oriente.

En el pasado fueron también llamadas uniatas pero hoy el término es considerado despectivo e inexacto. Regularmente constituyen minorías en países donde su contraparte ortodoxa predomina (como en Grecia, Serbia, Bulgaria, Armenia y Rusia), otras son minorías junto con sus contrapartes ortodoxas en países donde predomina otra religión (melquitas en Siria, caldeos en Iraq, malankaras en la India, etc.) y otras no tienen contraparte en cisma con Roma (maronitas e ítalo-albaneses), también debido a la migración muchos católicos orientales viven hoy en países occidentales (Australia, América del Norte, Argentina, Brasil, Francia, etc).

Son consideradas iglesias sui iuris y están en un plano de igualdad con el rito latino, como afirmó el Concilio Vaticano II a través del documento Orientalium Ecclesiarum. Los fieles de estas iglesias están fuera de las jurisdicciones de los obispos latinos, excepto en los casos donde no tengan una jurisdicción propia. De la misma manera los católicos latinos están fuera de las jurisdicciones de los obispos orientales, excepto en Eritrea, país donde no existe jerarquía latina, en parte de Etiopía, en las diócesis siro-malabares que están fuera del estado de Kerala en la India y en algunas parroquias de las eparquías ítalo-albanesas de Italia.

La organización eclesial de las iglesias orientales católicas está gobernada por el Código de Cánones de las Iglesias Orientales, que fue promulgado por el papa Juan Pablo II el 18 de octubre de 1990 y entró en vigor el 1 de octubre de 1991.

Las Iglesias patriarcales eligen su propio patriarca a través de su Sínodo patriarcal, el cual luego de ser elegido es inmediatamente proclamado y entronizado sin intervención del Papa a quien luego le remite la comunión eclesial En su propio territorio canónico sus obispos son elegidos por el Sínodo Patriarcal tomándolos de una lista de candidatos previamente aprobada por la Santa Sede. También los santos Sínodos pueden erigir diócesis dentro de su territorio canónico, pero no en países occidentales.

En el caso de la Iglesia greco-católica rusa, los dos exarcados apostólicos existentes en Rusia y China antes de las revoluciones marxistas en esos países no han sido aún reactivados por la Santa Sede, dependiendo los fieles en Rusia de los obispos latinos y ucranianos, en China la Iglesia continúa en las "catacumbas", las pocas parroquias existentes en países occidentales dependen de obispos latinos.

La Iglesia católica bizantina en América (aunque es parte de la Iglesia católica rutena, lo mismo que el exarcado de la República Checa y la Eparquía de Mukachevo, constituye una jurisdicción independiente, no existiendo en la práctica ningún órgano que reúna a estas jurisdicciones rutenas, como tampoco existe para las jurisdicciones que constituyen, por ejemplo, la Iglesia católica bizantina griega o la Iglesia católica ítalo-albanesa).

En el caso de la iglesia albanesa, la Santa Sede ha reactivado la administración apostólica del Sur de Albania que a pesar de ser catalogada como de rito oriental, tiene un obispo latino y la mayoría de sus escasos fieles son también de este rito.

La iglesia bielorrusa es la más floreciente de las tres, pero debido a las diferencias con el Patriarcado Ortodoxo de Moscú, la Santa Sede no le ha nombrado aún jeraquía, dependiendo sus fieles directamente de la Congregación para la Iglesia Oriental.

Existió una pequeña comunidad católica bizantina georgiana, pero nunca fue erigida en iglesia ni incluida en la lista oficial de ritos orientales publicada en el Anuario Pontificio.

La Santa Sede ha erigido también cinco ordinariatos para los fieles de rito oriental desprovistos de un ordinario de su propio rito, estos ordinariatos se encargan de la atención espiritual de católicos orientales de ritos sin jerarquía organizada en la Argentina, Francia, Austria, Polonia y Brasil, dependiendo de los arzobispos latinos de Buenos Aires, París, Viena, Varsovia y Río de Janeiro respectivamente.

Historia

Según la doctrina católica, Jesús fundó una comunidad cristiana jerárquicamente organizada y con autoridad, dirigida por los apóstoles (el primero de los cuales era San Pedro). Posteriormente (según los Hechos de los apóstoles), los apóstoles y los primeros seguidores de Jesús estructuraron una iglesia organizada. Una carta escrita poco después del año 100 por san Ignacio de Antioquía a los de Esmirna (capítulo 8) es el texto más antiguo que se conserva en el cual se usa el término ἡ καθολική ἐκκλησία (la Iglesia católica o universal): "Allí donde aparezca el obispo, allí debe estar el pueblo; tal como allí donde está Jesús, allí está la Iglesia Católica." De esta Iglesia él evidentemente excluía a los herejes, contra los cuales usó palabras muy fuertes: "fieras en forma humana - hombres a quienes no sólo no deberíais recibir, sino, si fuera posible, ni tan sólo tener tratos con ellos" (capítulo 4). Fue a principios del siglo II que, Ignacio de Antioquía, creó una jerarquía de tres grados que consistía en obispos, presbíteros (sacerdotes) y diáconos.[5]​ Y en el siglo III, Cipriano, obispo de Cartago, delineó una jerarquía monárquica de siete grados, en la cual la posición suprema la ocupaba el obispo. Esto llevaría a que con el tiempo el obispo de Roma llegara a tener la envergadura más sobresaliente.[6][7]

Además, el que el obispo de Roma llegara a tener una importancia particularmente grande, se debió, según algunos, por motivos políticos: Roma fue la capital del Imperio Romano hasta que el Emperador Constantino I el Grande hizo de Constantinopla la nueva capital, el 11 de mayo de 330[cita requerida]. Otros atribuyen esta importancia al hecho, reconocido entonces por todos, que el obispo de Roma era sucesor de san Pedro, a quien, según el Evangelio de Lucas 22:32, Jesús eligió para la misión de confirmar en la fe a sus compañeros. Cabe señalar que no hay argumentos sufcientes para confirmar que Pedro haya sido obispo en Roma.[8][9][10]​ Incluso en el primer siglo, cuando todavía vivía el Apóstol Juan, el papa Clemente, obispo de Roma 89-97, escribió a la comunidad cristiana de Corinto para resolver un problema interno de esa Iglesia particular.

La tradición que San Pedro fue a Roma y ahí murió martirizado se basa también en esta carta de san Clemente, que menciona su martirio (capítulo 5), en la carta de San Ignacio de Antioquía a los Romanos ("No os mando nada, cosa que hicieron Pedro y Pablo." – capítulo 4), y en la obra de c. 175-185 Contra las herejías (libro III, 1.3.1) de San Ireneo de Lyon, donde dice: "Como sería demasiado largo enumerar las sucesiones de todas las Iglesias en este volumen, indicaremos sobre todo las de las más antiguas y de todos conocidas, la de la Iglesia fundada y constituida en Roma por los dos gloriosísimos Apóstoles Pedro y Pablo, la que desde los Apóstoles conserva la Tradición y «la fe anunciada» (Rom 1,8) a los hombres por los sucesores de los Apóstoles que llegan hasta nosotros".

El Concilio de Nicea I (325) condenó el Arrianismo excluyendo de la Iglesia los seguidores de esta opinión teológica. Otros Concilios también definieron más precisamente la fe católica y excluyeron a otros grupos, en particular los Concilios de Éfeso (431) y de Calcedonia (451)[cita requerida].

Edad Media

La Iglesia católica, que en su momento abarcó todo el territorio del Imperio Romano (desde Hispania hasta Siria), adquirió en gran parte su forma actual luego del todavía insoluble Gran Cisma entre sus porciones de Occidente y Oriente (cuya iglesia, aún denominada como "Católica Ortodoxa", pasaría a ser conocida solo por esta última palabra) ocurrido en el año 1054 a causa de las rivalidades entre los patriarcados de Roma y Constantinopla y, teológicamente, alrededor de la cláusula filioque.

En 1229 acontece el Concilio de Tolosa (Francia), y en este se decretó que a ningún laico se le permitía poseer la Biblia en el idioma común. El rechazo de la autoridad papal por causas de independencia política y económica y el rechazo de Martín Lutero al hecho de que se cobrara dinero por las indulgencias, provocó el surgimiento del protestantismo en 1517, otro importante cisma siguió con el surgimiento de la Iglesia Anglicana (nacida del Acta de Supremacía inglesa en 1534).

En los años 1545-1563 acontece el Concilio de Trento. En 1559 el papa Paulo IV incluyó toda una serie de Biblias en idiomas comunes en el Índice de libros prohibidos(Biblia prohibita). En 1757 el papa Benedicto XIV modificó la norma anterior permitiendo la lectura de las versiones vernáculas que fueran aprobadas por la Santa Sede y publicadas bajo la tutela de los obispos.

La Santa Inquisición

El término Inquisición (latín: Inquisitio Haereticae Pravitatis Sanctum Officium') hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía en el seno de la Iglesia Católica. La Inquisición medieval, de la que derivan todas las demás, fue fundada en 1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia) para combatir las herejías de los cátaros, albigenses y valdenses. En 1249, se implantó también en el reino de Aragón (fue la primera Inquisición estatal) y que en la Edad Moderna, con la unión de Aragón con Castilla, fue extendida a ésta con el nombre de Inquisición Española (1478 - 1821), bajo control directo de la monarquía hispánica, cuyo ámbito de acción se extendió después a América; la Inquisición portuguesa (1536 - 1821) y la Inquisición romana (1542 - 1965).

Contrarreforma

Contrarreforma fue la respuesta a la reforma protestante de Martin Lutero, que había debilitado a la Iglesia Católica. Denota el período de resurgimiento católico desde el pontificado del Papa Pío IV en 1560 hasta el fin de la Guerra de los Treinta Años, en 1648. Sus objetivos fueron renovar la Iglesia Católica y evitar el avance de las doctrinas protestantes.

Contemporánea

El papa Juan Pablo II destacó por su apertura al diálogo entre religiones y su carisma entre la juventud católica.
El papa Benedicto XVI, actualmente la cabeza de la Iglesia Católica, es considerado un prominente teólogo.

Número de católicos

Según el Anuario Pontificio 2010, el número de católicos en el mundo en el año 2008, último contabilizado, era de 1 166 millones.

La Iglesia católica contabiliza como católicos a todos los bautizados en la Iglesia que no hayan hecho acto formal de defección de ella, incluso si no asisten a sus actos, no reciben sus sacramentos, no bautizan a sus hijos, no viven de acuerdo a sus enseñanzas y no reconocen las enseñanzas básicas de la fe, incluso rechazándolas de plano. Según la Iglesia a pesar de todo esto los cuenta como miembros porque no se considera un grupo de perfectos, sino de pecadores:

Jesús les dijo: «No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan».
Lucas 5,31-32

Para la Iglesia Católica todos los bautizados son considerados miembros de la Iglesia a todos los efectos, tantos derechos como deberes. Lo mismo sucede con la primera comunión. También puede que sea un acto social para ciertos grupos sociales el matrimonio eclesiástico, pero quienes lo hacen son adultos que actúan sin más presión que la costumbre y son responsables de sus actos (no era así cuando, en regímenes políticos católicos, el matrimonio eclesiástico era la única forma para los bautizados de legalizar la unión conyugal, y la unión de hecho un delito). Pero celebrar la primera comunión o el matrimonio eclesiástico, con o sin sincera devoción, no es lo que los hace católicos, sino el bautismo; y el no celebrarlos tampoco automáticamente excluye de la Iglesia Católica, finalmente depende de cada católico y su fe la forma en que se recibe cada sacramento.

Es posible abandonar la Iglesia mediante un acto: «un acto formal» de defección, según se encuentra regulado en el Código de derecho canónico, cumpliendo con la manifestación formal de la voluntad de realizar tal acto ante la autoridad eclesiástica competente. Aún habiendo realizado declaración de apostasía, conforme al derecho canónico, el vínculo sacramental de pertenencia a la Iglesia dado por el bautismo permanece, dado el carácter sacramental del bautismo, que es indeleble.

La excomunión es una pena medicinal, una medida cuyo fin es la conversión, no la expulsión. Por eso sólo inhabilita para tomar parte de lleno en las actividades de la comunidad, pero el excomulgado sigue siendo considerado miembro de la Iglesia Católica.

Algunos críticos opinan que quienes no aceptan todos los principios del catolicismo no deberían llamarse católicos, los que no realizan el acto formal de defección pueden con total libertad personal considerarse todavía dentro de la Iglesia Católica, al igual que aquellos católicos cuyas infidelidades intelectuales y morales son mucho menos notables y otros que se declaran católicos sólo como una etiqueta de identidad cultural.

La doctrina de la Iglesia Católica exige de los fieles la aceptación del Magisterio (la doctrina oficial), siendo delito de herejía "la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma" (canon 751 del Código de Derecho Canónico). Actualmente, sólo se inician acciones disciplinarias contra los teólogos católicos que defienden, con cierta influencia, ideas alternativas en esos terrenos, privándolos de la autoridad de enseñar con el título de profesores de teología católica, pero no respecto a los fieles comunes, por mucha que sea su relevancia pública, contra los cuales puede aplicar sólo penas espirituales.

En Alemania 1,78 millones de católicos, con una declaración hecha delante de la autoridad civil y reconocida por los obispos, han «salido de la Iglesia Católica» desde 1990 para evitar el impuesto eclesiástico (que de promedio se eleva a 9 % de la renta imponible): 143.500 en 1990, 192.766 en 1992, 168.244 en 1995, 101.252 en 2004, año en el cual 141.567 protestantes hicieron el mismo paso.[2]

En otros países, mientras generalmente las personas se alejan de la Iglesia Católica sin desear cortar formalmente su conexión con ella, algunas asociaciones de ateos o escépticos y algunos grupos protestantes animan a entregar declaraciones de apostasía o herejía. Sólo con la carta circular del Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos Legislativos del 13 de marzo de 2006 se hizo totalmente claro el procedimiento eclesiástico a seguir en estos casos.

Distribución en el mundo

Mapa que muestra el porcentaje de católicos en los diferentes países (Colores aproximados).

El número total teórico de católicos, si se toman como tales a los bautizados, en el mundo es de más de mil millones, concentrándose en los continentes de Europa y América y en países en vías de desarrollo. En los últimos años, ha habido un aumento de católicos con respecto a la población en África [3].

En Europa, los bautizados como católicos son mayoritarios en la población de los siguientes países: Andorra, Austria, Bélgica, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Francia, Gibraltar, Hungría, Irlanda, Italia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Mónaco, Polonia, Portugal, San Marino. En Alemania, República Checa, Países Bajos, Suiza, e Irlanda del Norte, están representados por números similares a los de los protestantes.

En los países de habla inglesa y en general en la Mancomunidad Británica de Naciones (en inglés, Commonwealth of Nations) el catolicismo no ha prosperado a raíz del desencuentro histórico de Enrique VIII con la autoridad espiritual del Vaticano.

La mayor parte de la población de América Latina se considera católica en mayor o menor grado, (exceptuando Cuba, en donde el catolicismo se extiende a poco más de la mitad de la población). El país con mayor cantidad de católicos en el mundo es Brasil (139,5 millones)

En Asia, los países católicos como Filipinas (antigua colonia española) y Timor Oriental (antigua colonia portuguesa) están rodeados de países musulmanes; en otros, como Líbano, sólo lo son la mitad de la población y en Palestina y Siria, hay pequeñas minorías destacables, y algo menores aún en Corea, India, y Vietnam.

En África, los católicos mayoritarios en la población de sus países están en Angola, Burundi, Cabo Verde, Congo, Guinea Ecuatorial, Lesoto, Reunión, Santo Tomé y Príncipe y Seychelles. El total de católicos africanos es de más de 100 millones.

Compromiso social de la Iglesia católica

La Iglesia católica actualmente atiende a su compromiso social, misioneros religiosos y laicos, mujeres y hombres viajan a diferentes países en forma regular realizando obras sociales tanto materiales como de apoyo moral y espiritual, la agrupación católica de mayor presencia mundial, número de obras y número de elementos es Cáritas, la cual realiza diferentes labores humanitarias y guía proyectos humanos, con presencia en los 5 continentes. En casi todas las diócesis del mundo, en los países donde le es permitido, la Iglesia Católica lleva a cabo algún tipo de obra social. La cantidad de Fundaciones o Pastorales parroquiales de ayuda es innumerable, y lo abarca prácticamente todo: desde escuelas, dispensarios, centros de acogida para niños y ancianos, hasta hospitales, centros de rehabilitación de toda índole, leproserías, etc. Hacia el año 2000, la Iglesia administraba 408.637 parroquias y misiones, 125.016 escuelas primarias y secundarias, 1.046 Universidades, 5.853 Hospitales, 13.933 centros de acogida para ancianos y discapacitados y 74.936 dispensarios, leproserías, enfermerías y otras instituciones. En total, la Iglesia es responsable de la educación de 55.440.887 niños y jóvenes (más de 55 millones), y dispone de 687.282 centros sociales en todo el mundo.

Financiación

La contribución del Estado al sostenimiento económico de la Iglesia Católica tiene explicaciones diversas según la historia y cultura de cada país, y en cada caso tiene un alcance diferente. En Alemania la relación Iglesia-Estado es mayor por el predominio de la Unión Democrática Cristiana desde hace muchos años. A los católicos que se declaran como tales les gravan en forma de impuesto sus donaciones (la Iglesia Evangélica también). Para evitar esto muchos alemanes han dejado expresamente la Iglesia, ya que los que no profesan la religión no contribuyen.

En Argentina, los obispos ordenados antes de 1994 reciben un haber salarial y luego jubilatorio, asignado y pagado directamente por el Estado argentino, equivalente al de un juez de primera instancia (aproximadamente 1300 euros mensuales).[cita requerida]

En Chile, además de las limosnas y colectas en cada iglesia local o a nivel nacional, los fieles y cualquier persona en general tienen la posibilidad de donar voluntariamente a la Iglesia Católica el 1% de sus ingresos mensuales, inscribiéndose en la parroquia correspondiente.

En España, las aportaciones del Estado a la Iglesia Católica, establecidas por ley, van destinadas a fines tales como la conservación del patrimonio histórico-artístico, a la enseñanza concertada y a las obras sociales promovidas por la Iglesia Católica, así como a sus gastos de carácter puramente religioso. Además de las donaciones directas de los fieles, la contribución a la Iglesia Católica se realiza a través de una asignación voluntaria en la declaración de la renta del 0,7%. Esto supone unos ingresos de 170 millones de euros anuales. Esta asignación no es estrictamente un impuesto adicional ya que no supone para el creyente el pago de más impuestos sino sólo el derecho de decidir si el dinero debe ir a la Iglesia o a fines sociales. Por último, la financiación de la Iglesia se completa con una aportación directa del Estado que le reporta aproximadamente el 25% de sus ingresos.

En México, la Iglesia Católica está totalmente separada del Estado y no recibe aportaciones de ningún tipo por parte de éste. Anteriormente, la iglesia recibía ingresos importantes durante la época colonial, debido a sus grandes propiedades y al dinero que le daban los fieles; cobraba obligatoriamente el diezmo, además de que hacía préstamos y cobraba intereses. Esto continuó luego de la independencia hasta que a finales del siglo XIX, el presidente Benito Juárez decretó las Leyes de Reforma. Con esto, el gobierno amortizó los bienes del clero y separó legalmente a la Iglesia Católica del Estado, instauró el registro civil, y las liturgias y sacramentos de la iglesia pasaron a no tener valor legal. Actualmente, la iglesia se sostiene, únicamente, con las limosnas voluntarias de sus fieles. Edificios y lugares como templos, parroquias, catedrales, monasterios, conventos y basílicas, especialmente los expropiados por Benito Juárez y Plutarco Elías Calles son patrimonio de la nación y son encargados en comodato a las asociaciones religiosas. La mayoría de estos inmuebles datan de la época colonial y son de un gran valor histórico y artístico. Debido a que son propiedad del estado, la iglesia no tiene permiso de realizar modificaciones a estos edificios, y todo cambio está sujeto a consideración del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Por su parte, los obispos no tienen jubilación por parte del Estado y los sacerdotes, aunque son reconocidos como ciudadanos mexicanos, no tienen ni voz ni voto en las decisiones del estado.

Críticas

La Iglesia Católica ha recibido muchas críticas a lo largo de su historia, desde dentro como desde fuera de ella. Las críticas pueden dividirse en doctrinales y de prácticas de sus miembros.

Prácticas de sus miembros entre ellas cabe mencionar las críticas a la Santa Inquisición, tema que según la Iglesia Católica de España, ha sido exagerado y falsificado. A este tipo pertenece el escándalo de casos de abuso sexual que han dado lugar a condenas penales y civiles en varios países. También ha recibido críticas por el apoyo activo que algunos miembros destacados de la jerarquía católica dieron a regímenes dictatoriales (dictaduras militares en América Latina, regímenes fascistas en España e Italia o la posición negacionista de ciertos clérigos).

Criticas en materia doctrinal las criticas en cuanto a la doctrina se han basado muchas veces en que la iglesia católica expone creencias, doctrinas y conceptos que algunos piensan no están presentes en la Biblia. Además, se destaca la controversia con grupos protestantes en torno a algunos libros bíblicos, considerados apócrifos por los Protestantes (Entre ellos, el libro del Eclesiástico y Tobit) los cuales se encuentran definidos como parte del canon original de la Biblia (conocido como Canon Alejandrino o Canon Católico), conformando la clasificación de los libros bíblicos Deuterocanónicos.

Véase también

Notas

  1. «Major Branches of Religions». adherents.com. Consultado el 14 de septiembre de 2006. 
  2. «Presentación del Anuario Pontificio 2010». 
  3. Lumen Gentium, 8
  4. Catecismo de la Iglesia católica, 1376
  5. Vease el libro The History of the Christian Religion and Church, During the Three First Centuries.
  6. Vease el Dictionnaire de Théologie Catholique. Tambien la Cyclopedia de McClintock y Strong.
  7. Vease The History of the Christian Religion and Church, traducido al inglés por Henry John Rose, segunda edición, Nueva York, 1848, página 111.
  8. Vease la introducción del libro de Romanos en la New American Bible católica
  9. Tratado De Ecclesia de Juan Hus (1371-1415)
  10. Vease el comentario de John L. McKenzie, profesor de teología en Notre Dame en 1971, en la Despertad (22.02.1972 pag.11)

Enlaces externos