Operación Bagratión

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Operación Bagratión
Parte de Frente Oriental - Segunda Guerra Mundial

Columna de prisioneros alemanes en Moscú, a mediados de julio de 1944.
Fecha 22 de junio - 19 de agosto de 1944
Lugar Bielorrusia soviética, Países Bálticos y Polonia oriental
Resultado

Decisiva victoria soviética;

Cambios territoriales El Ejército Rojo entra en Bielorrusia, Lituania, Letonia y la Polonia oriental.
Beligerantes
Bandera de Alemania Alemania Nazi Bandera de la Unión Soviética Unión Soviética
Bandera de Polonia Polonia
Comandantes
Bandera de Alemania Ernst Busch
Bandera de Alemania Walter Model
Bandera de Alemania Hans Jordan
Bandera de Alemania G.H. Reinhardt
Bandera de Alemania Kurt von Tippelskirch
Bandera de Alemania Walter Weiss
Bandera de la Unión Soviética Georgy Zhukov
Bandera de la Unión Soviética Aleksandr Vasilevski
Bandera de la Unión Soviética Iván Bagramián
Bandera de la Unión Soviética Iván Chernyajovski
Bandera de la Unión Soviética Konstantín Rokossovski
Fuerzas en combate
Fuerzas del Eje
• 486.493 soldados
• 400.000 auxiliares y no combatientes
• 118 tanques
• 2.589 piezas de artillería
• 377 cañones de asalto
Luftwaffe
• 602 aviones
Ejército Rojo
• 2.331.700 soldados
• 2.715 tanques
• 1.355 cañones de asalto
• 24.363 piezas de artillería
Ejército Polaco
• 79.900 soldados
Aviación soviética
• 5.327 aviones
Bajas
• 60.000 muertos
• 116.000 prisioneros de guerra
• 250.000 heridos
• 150.000 muertos y desaparecidos
• 110.000 heridos

La Operación Bagratión o Operación Ofensiva Bagratión (en ruso: Oперация Багратион, Operatsiya Bagratión) fue el nombre en clave que recibió la ofensiva en masa del Ejército Rojo sobre la Bielorrusia soviética durante el verano de 1944. De hecho, el 22 de junio de 1944, tres años y un día después de la invasión alemana de la Unión Soviética, las fuerzas soviéticas dieron comienzo a la operación.

La ofensiva llevaría a la destrucción del Grupo de Ejércitos Centro alemán, y alcanzó su clímax cinco semanas más tarde, cuando el Ejército Rojo llegó a las puertas de Varsovia. La operación recibió su nombre del general ruso Piotr Bagratión (siglos XVIII-XIX), que murió en la Batalla de Borodinó haciendo frente al ejército napoleónico. Esta operación militar supuso la total destrucción de un total de 17 divisiones del Grupo de Ejércitos Centro y más de 50 quedaron gravemente dañadas. Fue la más calamitosa derrota de las fuerzas alemanas de tierra durante la Segunda Guerra Mundial y costaría a la Wehrmacht muchos más hombres y material que la debacle de Stalingrado, 16 meses antes.

Antecedentes

Planes soviéticos

La planificación de la operación comenzó en la primavera de 1944. A mediados de abril el Estado Mayor General había completado su plan en completo y estricto secreto, que fue enviado a la Stavka al final del mes. A Stalin le habían indicado que el segundo frente -el día D, la invasión de Normandía- se abriría a finales de mayo, y sus fuentes de inteligencia le confirmaron que la operación se produciría el 5 de junio, aunque fue aplazada por el clima al 6 de junio. El 20 de mayo, tras no recibir otras propuestas, Stalin en persona eligió el nombre en clave de la operación:"Bragation". Y decidió que comenzaría en el tercer aniversario de la invasión de la Unión Soviética, el 22 de junio, aunque tuvo que posponerse un día, al 23 de junio de 1944. Stalin celebró la conferencia final el 22 y 23 de mayo. El objetivo era la destrucción del Grupo de Ejércitos del Centro, con un avance simultáneo en seis sectores y con dos ofensivas principales que avanzarían sobre Borbuisk, en la ruta de Minsk, que era donde tendrían que converger los tres frentes bielorusos procedentes de dos direcciones, a ambos lados del Bereziná.

Esta batalla se ha descrito como el triunfo del concepto del engaño militar, basado en una completa desinformación del adversario gracias a la completa coordinación de todos los movimientos en el frente y el tráfico de señales a fin de desorientar al enemigo sobre el auténtico objetivo de la ofensiva. Pese a las enormes fuerzas empleadas, los comandantes soviéticos del frente confundieron completamente a sus oponentes sobre el eje de ataque principal hasta que fue demasiado tarde. Los soviéticos llamaron a este tipo de operaciones de engaño maskirovka, que en ruso significa literalmente «camuflaje» u «ocultación».

La Stavka soviética había definido tres opciones de ataque a mediados de 1944, siendo evidente tanto para el Alto Mando del Ejército germano (OKH) como para la propia Stavka que las fuerzas soviéticas no desaprovecharían la ocasión de lanzar una gran ofensiva en el verano boreal de 1944 (entre junio y septiembre). Las opciones del Ejército Rojo eran:

  • Un ataque iniciado desde el norte de Ucrania contra el sur de Polonia hasta alcanzar el valle del Vístula y seguir hacia el mar Báltico;
  • Un ataque lanzado desde el norte de Bielorrusia hacia la costa del Báltico.

Todas las alternativas fueron rechazadas, por el riesgo de hallar una severa resistencia alemana, y se decidió que finalmente un avance por el centro mismo de Bielorrusia era la única opción que permitiría tomar por sorpresa a la Wehrmacht, considerando que los pantanos de la cuenca del río Prípiat eran un obstáculo militar casi imposible de franquear, pero precisamente la dificultad en salvar este accidente geográfico causaba que el Grupo de Ejércitos Centro de la Wehrmacht aún contase con tropas en buenas condiciones, sin ser afectadas por las contraofensivas soviéticas. Ante ello, la Stavka decidió que el ataque principal del Ejército Rojo se lanzaría al norte de los pantanos del Prípiat contra las principales fuerzas del Grupo de Ejércitos Centro, para destruir la mayor cantidad posible de tropas alemanas y al mismo tiempo comprometer la ruta de escape del Grupo de Ejércitos Norte.

La maskirovka fue diseñada por los soviéticos muy detalladamente para la Operación Bagratión y supuso el despliegue aparente de seis ejércitos blindados en Ucrania, dejados en forma muy visible para el reconocimiento aéreo de la Luftwaffe lo que provocó un despliegue defensivo alemán destinado a contrarrestar un supuesto ataque contra el Grupo de Ejércitos Sur desde el norte de Ucrania en dirección al Báltico. El tráfico de vehículos soviéticos fue intencionalmente reducido en la zona central de Bielorrusia e intensificado en el sector noroccidental de Ucrania, para que así el OKH alemán no sospechara de que el verdadero golpe lo asestaría el Ejército Rojo precisamente en Bielorrusia contra el Grupo de Ejércitos Centro. Aunque los pocos vehículos soviéticos que transitaban por la región bielorrusa transportaban grandes contingentes de tropas, los numerosos convoyes soviéticos que aparecían en la zona ucraniana de Lvov y Przemyśl marchaban vacíos, engañando a los alemanes y sus reconocimiento aéreos. El movimiento de tropas soviéticas de reserva se realizó también en medio del mayor secreto, transmitiendo órdenes muy anticipadas, exigiendo que los estados mayores de cada Ejército soviético emitieran solo órdenes verbales (y nunca escritas) y evitando todo uso de radios o aparatos de telecomunicación. De igual modo, la Stavka ordenó transportar tropas solamente de noche y sin encender las luces de los camiones; con el fin de evitar accidentes, se dictaron severísimas órdenes para que los camiones marcharan a una misma velocidad de convoy.

De igual modo se dispuso que el despliegue de fuerzas del Ejército Rojo en las posiciones del frente se ejecutase sólo cuando todas las divisiones de un ejército hubieran llegado al punto de reunión, prohibiendo que divisiones aisladas marchasen al frente. Inclusive se ordenó que, en caso de divisar un posible avión de reconocimiento alemán, las fuerzas soviéticas de tierra se dispersaran y fingieran la construcción de caminos o aeródromos. La Operación Bagratión, en combinación con la Ofensiva Lvov-Sandomierz, lanzada pocas semanas después en Ucrania, permitió a la URSS recuperar casi todo el territorio que controlaba antes de la invasión alemana de 1941, penetrar en territorio del Reich alemán por Prusia Oriental y alcanzar las afueras de Varsovia tras ocupar la región al este del río Vístula del Gobierno General, la porción de Polonia ocupada por Alemania tras el reparto de Polonia entre el Tercer Reich y la Unión Soviética.

Fuerzas alemanas

El Grupo de Ejércitos Centro ya había demostrado ser un hueso duro de roer, como lo probó la derrota de Zhúkov en la Operación Marte. No obstante, en junio de 1944, y pese a acortar su frente, había quedado expuesto tras la aniquilación del Grupo de Ejércitos Sur en las batallas que siguieron a la Batalla de Kursk, la Batalla de Kiev y la Liberación de Crimea ocurridas durante fines del verano, otoño e invierno de 1943-44: el llamado tercer periodo de la Gran Guerra Patria. No obstante, la derrota soviética en la 1ª Ofensiva Jassy-Kishinev (el fallido intento del Ejército Rojo de invadir Rumanía en abril-mayo de 1944) había causado que el OKH germano temiera una masiva ofensiva soviética partiendo nuevamente desde el noroeste de Ucrania, ya sea una repetición del ataque hacia Rumanía (en dirección sudeste) o hacia Polonia (con rumbo nordeste).

El 22 de junio de 1944, tres años y un día después de la invasión alemana de la Unión Soviética, el Ejército Rojo lanzó su ataque sobre Bielorrusia. El OKH esperaba un ataque sobre el Grupo de Ejércitos Ucrania Norte, que ya estaba muy debilitado y recibió material blindado y efectivos tomados del Grupo de Ejércitos Centro justo antes del ataque.

La Operación Bagratión enfrentó a más de 2,3 millones de soldados soviéticos en 200 divisiones y grandes formaciones con unos 6000 tanques y artillería masiva contra las 34 divisiones alemanas del Grupo de Ejércitos Centro. La derrota de esta última resultó en la muerte o captura de unos 350 000 soldados alemanes.

Ofensiva sobre los países bálticos

Movimiento de tropas durante la Operación Bagratión. En color azul se presenta el territorio ganado por los soviéticos al terminar la ofensiva.

En la zona norte, el mariscal soviético Iván Bagramián, al mando del Primer Frente Báltico, lanzó una gran ofensiva el 5 de julio (comprendiendo al 43° Ejército, al 4° Ejército de Choque y el 6° Ejército de Guardias) hacia Lituania, teniendo como objetivo las ciudades de Šiauliai y Kaunas, mientras también las fuerzas soviéticas se preparaban para llegar a la costa báltica y bloquear a las fuerzas germanas estacionadas en Estonia y el este de Letonia. La ciudad de Šiauliai fue tomada por los soviéticos el 27 de julio, quienes con este triunfo se adentraron profundamente en suelo lituano, mientras el día 31 de julio las fuerzas del Ejército Rojo llegaron al golfo de Riga amenazando con un cerco inminente a las fuerzas germanas situadas al este de Letonia y Estonia; de hecho, la mayor parte del Grupo de Ejércitos Norte estaba concentrada a lo largo de la costa báltica desde Narva hasta Riga (incluyendo algunas Waffen SS), por lo cual la ofensiva soviética hizo al OKH temer un masivo cerco contra los restos del Grupo de Ejércitos Norte de la Wehrmacht.

Sólo un masivo contraataque alemán (tanto desde el sur como de las fuerzas cercadas) pudo restablecer posteriormente la conexión terrestre ininterrumpida desde Lituania con las tropas alemanas cercadas más al norte, pero esto sólo fue suficiente para permitir al Grupo de Ejércitos Norte una retirada rápida y ordenada en el mes de septiembre, abandonando definitivamente el territorio estonio y el este de Letonia, para concentrarse en la costa de Curlandia. Con ello, la Operación Bagratión también amenazó con aislar del resto del Reich a las unidades alemanas del Grupo de Ejército Norte que combatían en Curlandia; así como significó para los soviéticos ocupar la mayor parte de Lituania para, desde allí, penetrar luego en territorio propiamente alemán, en Prusia Oriental, a mediados de agosto de 1944.

Ofensiva en Bielorrusia

Mapa panorámico del desarrollo de la Operación Bagratión del 22 de junio al 29 de agosto de 1944. Los primeros avances soviéticos se muestran en color rojo, los avances soviéticos posteriores se muestran en naranja. Los contraataques alemanes se muestran en azul oscuro.

Mientras tanto, en Bielorrusia el Grupo de Ejércitos Centro de la Wehrmacht contaba con cerca de 800.000 efectivos, a los cuales se enfrentarían 1 200 000 soldados soviéticos. El rápido avance fue logrado inicialmente por la sorpresa del ataque y la falta de reservas móviles que permitieran el desplazamiento de tropas alemanas, iniciándose el ataque con un sostenido bombardeo aéreo y artillero sobre las posiciones alemanas, luego las tropas soviéticas aprovecharon excelentemente su superioridad numérica en infantería y artillería sobre los alemanes, atrapando destacamentos de la Wehrmacht en pequeñas bolsas a lo largo del frente; esto permitió a los soviéticos arrollar las posiciones defensivas de los alemanes y mantener un sostenido avance donde el factor sorpresa fue un elemento decisivo en favor del Ejército Rojo. La creencia del OKH en un ataque soviético contra el Grupo de Ejércitos Sur impidió que las fuerzas germanas en Bielorrusia contasen a tiempo con baterías de cañones y unidades Panzer suficientes para detener el violento y repentino avance soviético, lo cual fue decisivamente fatal para las fuerzas germanas del Grupo de Ejércitos Centro. Esta situación fue agravada por el hecho que los soviéticos lanzaron simultáneamente la Ofensiva Lvov-Sandomierz en el sector sur, lo cual forzó al OKH a un esfuerzo logístico excesivo para proporcionar suficientes cañones y tanques a dos sectores gravemente amenazados: Ucrania y Bielorrusia.

En Bielorrusia el factor sorpresa llevó a las fuerzas soviéticas del 1.er Frente Bielorruso y del 2.º Frente Bielorruso a las órdenes del mariscal Konstantín Rokosovski a las puertas de Varsovia a finales de julio, tras causar daño al 4.° Ejército de la Wehrmacht en las sucesivas ofensivas contra Minsk, Mogilev, Vítebsk y Babruisk, expulsando a los germanos del suelo bielorruso a lo largo del mes de julio, y utilizando en esta operación un masivo apoyo aéreo en momentos críticos cuando la Luftwaffe se hallaba seriamente comprometida en Francia para detener a los británicos y estadounidenses que acababan de desembarcar en Normandía.

Tanque alemán Panzer IV de la 20.ª Panzer-Division destruido en Babriusk (28 o 29 de junio de 1944).

Utilizando su superioridad numérica al máximo, los soviéticos lanzaron su ataque contra Vítebsk y avanzaron rápidamente hacia la propia localidad, cercándola el 25 de junio. Pese a tenaz resistencia de los alemanes, las tropas soviéticas tomaron Vitebsk tras feroces combates el 27 de junio. La situación en Minsk fue igualmente de sorpresa total para las fuerzas alemanas, pues dicha ciudad era la capital bielorrusa y cuartel general del Grupo de Ejércitos Centro, así como su centro de comunicaciones. Los ataques soviéticos contra Minsk empezaron el 25 de junio, siendo que las tropas germanas acantonadas en los alrededores de la ciudad se vieron rebasadas rápidamente por los soldados del Ejército Rojo; las líneas de defensa alemanas quedaron también inútiles por la superioridad soviética en tanques y artillería, siendo inviable para las tropas alemanas mantener sus posiciones por mucho tiempo.

Cerco de Babruisk

En Babruisk los soviéticos lanzaron su ofensiva el 25 de junio y controlaron pronto todos los accesos a la localidad formando un kessel (cerco) que encerraba a gran cantidad de tropas alemanas tomadas por sorpresa; aquí la resistencia germana fue especialmente violenta y los soldados de la Wehrmacht atrapados en Babruisk (dos divisiones completas de infantería, más una brigada panzer) comprendieron prontamente que no tenían opción alguna de recibir refuerzos para huir del cerco, por lo cual deberían abrirse paso en medio del nutrido fuego de artillería soviética para poder llegar hacia Minsk. Los soviéticos se lanzaron al ataque de las tropas cercadas en Babruisk, iniciándose feroces combates en los alrededores de la localidad, y luego un violentísimo combate urbano dentro de la propia ciudad. Los mandos alemanes de Babruisk, de la División 383 y la División 134, debieron luchar simultáneamente contra las tropas soviéticas que intentaban tomar la ciudad y contra las fuerzas que ocupaban las posibles rutas de escape.

La orden de salida fue ejecutada por los mandos de la guarnición alemana pese a sufrir fuertes bajas durante los ataques soviéticos contra la propia localidad, de hecho el escape del kessel de Babruisk revistió especial dificultad, pues el punto de llegada era la propia Minsk, que ya estaba bajo ataque; además los soldados alemanes deberían cruzar una zona de 40 kilómetros de bosques ocupados por los soviéticos, y al mismo tiempo abrirse paso entre las fuerzas soviéticas que penetraban en la ciudad. El escape se ejecutó con éxito pese a que las unidades de la Wehrmacht sufrieron algunas bajas. La localidad de Babruisk fue tomada finalmente por los soviéticos el 27 de junio, apresando a los soldados alemanes que tuvieron que ser dejados atrás en la evacuación (como los heridos de combate), mientras los sobrevivientes de la guarnición germana que pudieron huir del cerco se dirigieron a Minsk.

Batalla por Minsk

Panzer IV de la 5. Panzer-Division en Minsk, junio de 1944

La capital de la RSS de Bielorrusia, Minsk, se había convertido en el punto de reunión de todas las tropas alemanas que retrocedían desde los alrededores de Mogilev y Vítebsk, así como de la guarnición alemana de la ciudad de Babruisk que había podido huir desde la misma localidad sitiada; no obstante, las propias fuerzas alemanas de Minsk se hallaban ya bajo fuerte presión del Ejército Rojo, y los sobrevivientes de la Wehrmacht que llegaban a la capital bielorrusa quedaban de inmediato absorbidos para la defensa de la ciudad por orden del general Ernst Busch, que insistía en conservar la ciudad por el mayor plazo posible. Pese a la tenaz resistencia de los alemanes, Minsk fue tomada por los soviéticos el 3 de julio tras una feroz batalla defensiva, capturándose a 50 000 soldados alemanes en una nueva bolsa, incluso pequeños grupos de soldados alemanes que se habían replegado en puestos más avanzados quedaron apresados o debieron huir inmediatamente apenas llegaron a Minsk, ante la inminente toma de la ciudad por el Ejército Rojo.

Tras la caída de Minsk, el empuje de las tropas soviéticas continuó, poniendo como siguientes objetivos las zonas más occidentales de Bielorrusia, limítrofes con Polonia, lanzando ataques contra Vilna, Grodno y Bialystok. En esta etapa de la lucha, las vanguardias del Ejército Rojo contaron con el apoyo de los partisanos polacos del Armia Krajowa (AK), que pese a su nacionalismo anticomunista, y evidente oposición al expansionismo de la URSS, determinaron colaborar con el avance soviético y se mostraron como un elemento político-militar a tener en cuenta por el gobierno soviético.

Los soviéticos entran en Lituania y Polonia

El AK estaba ya muy bien organizado en esas fechas, y lanzó una revuelta en la ciudad de Vilna (la actual capital de Lituania) el 7 de julio, al conocerse el avance soviético. Pese a contar con poco armamento pesado, los partisanos polacos lograron penetrar en Vilna y cercar a la guarnición de la Wehrmacht, enfrentada simultáneamente a detener a los soviéticos y recobrar el control sobre Vilna. Tras varios días de cerco, las fuerzas alemanas debieron retirarse ante el empuje del Ejército Rojo en el este de la ciudad y la imposibilidad de repeler al AK, que se había hecho con el control de Vilna el 14 de julio.

Las avanzadas soviéticas llegaron masivamente al día siguiente, pero por órdenes de Stalin, la NKVD soviética apresó casi de inmediato a los jefes del AK que intentaron llegar a un acuerdo de colaboración polaco-soviética, en tanto el régimen estalinista ansiaba suprimir toda fuerza política o militar polaca que ensombreciera al Armia Ludowa controlado por los comunistas polacos. El resto de los partisanos polacos del AK, entendiendo la imposibilidad de mantener buenas relaciones con el Ejército Rojo, volvieron a sus refugios en los bosques de la región comenzando una tenaz lucha de guerrillas contra los soviéticos.

Paralelamente a la ofensiva sobre Vilna, las avanzadas soviéticas siguieron su ataque hacia Grodno y Bialystok en simultáneo, Grodno fue un punto de reconcentración para las unidades de la Wehrmacht que habían estado retirándose durante semanas de Bielorrusia, pero su descanso duró poco tiempo, en tanto desde el 5 de julio lanzaron sus ataques sobre la localidad el 49º Ejército, el 50º Ejército y el 3.er Ejército soviéticos del 1.er Frente Bielorruso. Las unidades alemanes sobrevivientes eran el LV Armeekorps y los restos del 2º Ejército, pero no impidieron la caída de Grodno el 16 de julio. Las tropas alemanas vencidas en Grodno intentaron formar un núcleo de resistencia en Bialystok (bajo ataque del 3.er Ejército soviético desde el 5 de julio) pero sin reservas de alimentos y municiones, debieron retirarse pese a una tenaz resistencia. Los soviéticos finalmente tomaron Bialystok el 27 de julio.

Transporte militar alemán cerca a un puente en Grodno (entre el 10 y el 15 de julio de 1944).
Creación de una comandancia militar soviética en Grodno, en una antigua enfermería alemana (17 de julio de 1944).

En los puntos de ataque más severo, las ventajas cualitativas y numéricas de los soviéticos fueron aplastantes, por lo cual las líneas de defensa de la Wehrmacht simplemente se derrumbaron al carecer de suficientes hombres para sostenerse frente a un ataque masivo del Ejército Rojo, al punto que el abandono de las posiciones era la única alternativa de los alemanes ante un casi seguro aniquilamiento a manos de los soviéticos.

Táctica soviética

En esta ocasión la táctica soviética concentraba los ataques sobre un punto específico del frente alemán, aplicando allí la superioridad numérica de manera aplastante hasta que el resto de unidades germanas en el frente se viera presionado a enviar refuerzos urgentes al punto amenazado. Ello permitía un mayor debilitamiento de la línea de defensa alemana y posteriores ataques soviéticos a lo largo de ésta, multiplicando los puntos débiles atacados sin que la Wehrmacht pudiera atender eficazmente todas las brechas creadas por el Ejército Rojo gracias a su enorme superioridad en números, lo cual permitía mantener un ataque sostenido y masivo en varios puntos de la línea alemana a la vez.

Esto se sumaba a la rapidez y profundidad del ataque (similar a las operaciones en profundidad ideadas por Mijaíl Tujachevski), con la cual las fuerzas soviéticas trataban de perforar las defensas alemanas y una vez logrado ello penetraban en la retaguardia enemiga con la mayor rapidez posible, utilizando unidades de tanques que «barrieran» las defensas enemigas y permitieran el paso de la infantería propia para forzar el avance y destruir los nidos de resistencia simultáneamente.

Con ello el colapso de las posiciones alemanas era inevitable, debido a la inferioridad germana en número de tropas y de tanques. La única salvación para los defensores alemanes consistía en retroceder las líneas velozmente, pero el OKH se oponía tajantemente a esta opción hasta cuando era demasiado tarde para salvar tropas. De hecho, las órdenes de retirada para el Grupo de Ejércitos Centro se emitieron cuando ya había grandes masas de tropas cercadas (como en Babruisk), mientras Hitler exigía al OKH movilizar como "refuerzo" a divisiones que ya estaban bajo ataque soviético (como en el asedio de Minsk).

Gracias a la rapidez del ataque y de la penetración, diez días después de tomar Minsk, el Ejército Rojo alcanzó la frontera prebélica de Polonia, en la cual los soviéticos se detuvieron por propia iniciativa, mientras los alemanes recién empezaban a reorganizar sus divisiones que ya habían sufrido numerosas bajas.

Ofensivas en el sur

Norte de Ucrania

La ofensiva ejecutada por los soviéticos sobre el territorio norte de Ucrania se dirigió sobre el Grupo de Ejércitos Sur de la Wehrmacht, aunque tuvo un menor éxito y alcance que los obtenidos en Bielorrusia unas semanas antes. Aun así, lograron liberar la importante ciudad de Lvov y toda la zona de la Ucrania occidental que continuaba bajo control alemán.

Efectos de la ofensiva sobre los Balcanes

La grave derrota alemana causada por estas operaciones también facilitó la entrada de la URSS en los Balcanes en agosto de 1944, pues al terminar la Operación Bagratión diversos políticos rumanos ejecutaron un golpe de Estado que derrocó al régimen pronazi de Ion Antonescu el 25 de agosto e instaló un gobierno favorable a los Aliados y a la URSS. Ante el temor que los soviéticos lanzaran toda su fuerza bélica contra Rumanía y al ser evidente que las fuerzas alemanas del Grupo de Ejércitos del Sur se retirarían apresuradamente hacia el noroeste para evitar el cerco, abandonando a las tropas rumanas a su suerte. Efectivamente ello sucedió y las tropas de la Wehrmacht abandonaron la mayor parte de Rumanía solo concentrando una breve defensa al este de Rumanía. Las tropas germanas evacuaron también prontamente la región rumana de Transilvania entre agosto y septiembre de 1944, luchando allí simultáneamente contra los soviéticos y contra el Ejército rumano que acababa de cambiar de bando.

El cambio de bando de Rumanía arrastró también a Bulgaria, aún aliada del Tercer Reich. El 5 de septiembre el Ejército Rojo cruzó el Danubio (río que forma la frontera rumano-búlgara), invadiendo el país. El gobierno búlgaro reaccionó aceptando los requerimientos de la URSS el 8 de septiembre, al día siguiente se instaló en Sofía un nuevo régimen antinazi que declaró la guerra a Alemania. Esta decisión no afectó militarmente a Bulgaria, pues Alemania nunca había estacionado tropas en suelo búlgaro. El éxito de la Operación Bagratión permitió así indirectamente que a fines de septiembre de 1944 tropas soviéticas pudieran cruzar libremente Rumanía y Bulgaria para auxiliar a los partisanos de Tito en Yugoslavia, precipitando la retirada nazi de los Balcanes.

Una consecuencia colateral de la Operación Bagratión fue entonces que las tropas germanas que se hallaban en Grecia y los Balcanes aceleraron su retirada en septiembre y octubre de 1944 ante el temor de quedar atrapadas en caso que el Ejército Rojo lanzara una ofensiva inmediata hacia Hungría, cortando las vías de comunicación terrestre entre las guarniciones balcánicas de la Wehrmacht y el territorio del Reich. Tales temores se confirmaron a mediados de octubre, cuando los soviéticos empezaron a avanzar hacia la llanura húngara.

Fin de la ofensiva y resultados

Balance

La Operación Bagratión solo se detuvo cuando las líneas de suministro soviéticas comenzaron a correr riesgo de sobreextensión, tal había sido su éxito. No obstante, aún es polémica la decisión soviética de proporcionar sólo una ayuda irrelevante (y muy tardía) al ejército territorial polaco en el Alzamiento de Varsovia que comenzó justo el 1 de agosto, pocos días antes que las fuerzas soviéticas llegaran a las afueras de esa ciudad, pero sin que estas socorrieran efectivamente a los sublevados polacos. También contribuyó a la derrota alemana la súbita transferencia de divisiones completas hacia el oeste en respuesta a la invasión de Normandía, iniciada dos semanas antes que empezara la Operación Bagratión. De ese modo los cuatro "frentes" (grupos de ejército) soviéticos, con un total de más de 120 divisiones, embistieron contra una línea alemana aún más precaria de lo que ya era. En varios puntos de la línea de combate los soviéticos pudieron alcanzar superioridad de 10 a 1 en tanques y 7 a 1 en aviones sobre los alemanes.

En total, la derrota del Grupo de Ejércitos Centro costó a los alemanes 1000 tanques y 2000 vehículos de otros tipos. Las bajas alemanas se estiman en 60 000 muertos, 150 000 heridos y unos 120 000 prisioneros; el total de bajas germanas resultó ser de 330 000, casi el equivalente a lo perdido en la Batalla de Stalingrado y la Batalla de Normandía juntas. Las bajas oficiales soviéticas fueron de 150 000 muertos, 110 000 heridos y unos 8000 desaparecidos, con 1557 tanques, 2447 piezas de artillería y 822 aviones perdidos.

Consecuencias

Comparada con otras batallas, ésta fue con mucho la mayor victoria en términos numéricos para los soviéticos, además reconquistaron una vastísima extensión de territorio en 2 meses, recuperando prácticamente todas las áreas controladas por la URSS antes de la invasión alemana. La Wehrmacht alemana ya no se recuperaría de las pérdidas de material y soldados sufridas durante esta ofensiva: cerca de 60 000 muertos, 250 000 heridos, y unos 116 000 prisioneros de guerra, sumando más de 420 000 bajas. Al final de la Operación Bagratión las fuerzas alemanas perdieron casi una cuarta parte de todas las tropas activas que mantenían en en el Frente Oriental. Las mayores pérdidas sufridas hasta entonces por la Wehrmacht eran las bajas soportadas en los 155 días de la ofensiva hacia Stalingrado, pero la Operación Bagratión les causó un número de bajas mucho mayor en apenas 58 días. La ofensiva del Ejército Rojo también aisló al Grupo de Ejércitos Norte del Grupo de Ejércitos Sur, obligando a este último a retirarse prontamente del territorio soviético situado en los límites entre Ucrania y Rumanía, a fin de evitar un cerco masivo. Este hecho causó, indirectamente, que los gobiernos rumano y búlgaro abandonaran su alianza con el Tercer Reich en agosto y septiembre de 1944, respectivamente, facilitando la penetración de la URSS en los Balcanes.

Para poner esta batalla en perspectiva, en el desembarco de Normandía y la invasión de Italia los Aliados se enfrentaron a solo un 25% de la fuerza total de unidades de la Wehrmacht disponibles en Europa; el 75% restante de las fuerzas germanas se encontraba combatiendo al Ejército Rojo en algún lugar del Frente Oriental. En otras palabras, comparada con las cifras de la Operación Bagratión, la invasión de Normandía fue un teatro numéricamente pequeño donde ambos bandos emplearon mucho menos hombres y recursos que en la Operación Bagratión, la cual ratificó que en el Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial los alemanes habían perdido ya ante los soviéticos.

En el contexto anteriormente mencionado de maskirovka, los alemanes fueron objeto durante el mes de junio de 1944 de dos de los mayores engaños estratégicos de la historia militar moderna. Por un lado, con la Operación Fortitude, para la campaña de Normandía, los Aliados occidentales crearon el ficticio I Grupo de Ejército de Estados Unidos (FUSAG) al mando de Patton e indujeron al OKW alemán a mantener en el norte del Sena y el paso de Calais grandes fuerzas esperando un desembarco que nunca se produjo, pensando que el desembarco en Normandía era una operación de distracción y no la acción principal. Por otro lado, pocas semanas después, los soviéticos consumaron su engaño en la Operación Bagratión, asegurando con su hábil maskirovka que el mando alemán del OKH desplegase sus efectivos para parar el golpe en el lugar equivocado, destinando las unidades blindadas del Grupo de Ejércitos Centro al Grupo de Ejércitos del Norte de Ucrania de Model y dejando al Grupo del Centro prácticamente sin reservas para afrontar la embestida soviética.

Bibliografía

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Enlaces externos