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Diferencia entre revisiones de «Dios»

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[[Archivo:Crepuscular rays color.jpg|thumb|230px|right|A menudo Dios es imaginado como una fuerza de la naturaleza o como un ente consciente que se puede manifestar en un aspecto natural. Tanto la luz como la penumbra son símbolos canónicos para representar a Dios.]]
[[Archivo:Crepuscular rays color.jpg|thumb|230px|right|A menudo Dios es imaginado como una fuerza de la naturaleza o como un ente consciente que se puede manifestar en un aspecto natural. Tanto la luz como la penumbra son símbolos canónicos para representar a Dios.]]


La definición más común de Dios es la de un ser supremo, omnipotente, omnipresente, omnisciente;<ref name=Edwards>Edwards, Paul. "God and the philosophers" en Honderich, Ted. (ed)''The Oxford Companion to Philosophy'', [[Oxford University Press]], 1995.</ref> y ficticio; creador, juez, protector y, en algunas religiones, salvador del universo y la humanidad.
La definición más común de Dios es la de un ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente;<ref name=Edwards>Edwards, Paul. "God and the philosophers" en Honderich, Ted. (ed)''The Oxford Companion to Philosophy'', [[Oxford University Press]], 1995.</ref> creador, juez, protector y, en algunas religiones, salvador del universo y la humanidad.


Sobre esta definición existen variaciones:<ref name=Swinburne>Swinburne, R.G. "God" en Honderich, Ted. (ed)''The Oxford Companion to Philosophy'', [[Oxford University Press]], 1995.</ref>
Sobre esta definición existen variaciones:<ref name=Swinburne>Swinburne, R.G. "God" en Honderich, Ted. (ed)''The Oxford Companion to Philosophy'', [[Oxford University Press]], 1995.</ref>

Revisión del 07:37 3 ago 2010

Imagen idealizada de Dios, pintura al fresco de Miguel Ángel.

El concepto teológico, filosófico y antropológico de Dios hace referencia a una suprema deidad.

Dios es el nombre que se le da en español a un ser único omnipotente y personal en religiones teístas y deístas (y otros sistemas de creencias) quien es: o bien la única deidad, en el monoteísmo, o la deidad principal, en algunas formas de politeísmo, como en el henoteísmo.[1]

Dios también puede significar un ser supremo no personal como en el panteísmo, y en algunas concepciones es una mera idea o razonamiento sin ninguna realidad subsistente fuera de la mente, como en los sistemas materialistas.

A menudo Dios es concebido como el creador sobrenatural y supervisor del universo. Los teólogos han adscrito una variedad de atributos a las numerosas concepciones diferentes de Dios. Entre estos, los más comunes son omnisciencia, omnipotencia, omnipresencia, omnibenevolencia (perfecta bondad), simplicidad divina, y existencia eterna y necesaria. Dios también ha sido concebido como de naturaleza incorpórea, un ser personal, la fuente de toda obligación moral, y el "mayor ser concebible con existencia".[1]​ Estos atributos fueron sustentados en diferentes grados por los primitivos filósofos-teólogos judíos, cristianos y musulmanes, incluidos Maimónides,[2]San Agustín,[2]​ y Al-Ghazali,[3]​ respectivamente. Muchos destacados filósofos medievales y filósofos modernos desarrollaron argumentos a favor de la existencia de Dios.[3]​ En forma análoga numerosos filósofos e intelectuales de renombre han desarrollado argumentos en contra de la existencia de Dios.

Su conceptualización ha sido tema de debate en diversas civilizaciones[cita requerida].

Concepciones del ser supremo

A menudo Dios es imaginado como una fuerza de la naturaleza o como un ente consciente que se puede manifestar en un aspecto natural. Tanto la luz como la penumbra son símbolos canónicos para representar a Dios.

La definición más común de Dios es la de un ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente;[2]​ creador, juez, protector y, en algunas religiones, salvador del universo y la humanidad.

Sobre esta definición existen variaciones:[1]

Dios, un ser supremo personal

  • Dios como ser capaz de insuflar el aliento adecuado que permite a sus adoradores sostener el sistema de autogobierno que Él mismo define en un compendio de leyes, normas y/o principios catalogados en una colección de libros definidos como sagrados por sus seguidores, y cuyos redactores humanos declaran haber sido guiados por la iluminación divina. Al insuflar ese poder, no causa sufrimiento añadido al sistema de vida rutinario.
  • Dios como ser capaz de someter voluntades.
  • En algunas religiones y corrientes filosóficas, Dios es el creador del universo.
  • Algunas tradiciones sostienen que, además de creador, Dios es conservador (teísmo), mientras que otros opinan que Dios es únicamente creador (deísmo).

En las grandes religiones monoteístas judaísmo, cristianismo, islamismo, fe bahá'í y sijismo, el término «Dios» se refiere a la idea de un ser supremo, infinito, perfecto, creador del universo, que sería pues, el comienzo y el final de todas las cosas. Dentro de las características principales de este Dios Supremo estarían principalmente:

  • Omnipotencia: poder absoluto sobre todas las cosas;
  • Omnipresencia: poder de estar presente en todo lugar;
  • Omnisciencia: poder absoluto de saber las cosas que han sido, que son y que sucederán.

Postulan que Dios es un ser amoroso con su creación y justo[cita requerida], que por medio del Espíritu Santo, Dios puede instrumentalizar a personas escogidas para realizar su obra y que Dios es además inteligencia y puede expresar emociones como alegría, cólera o tristeza.

El hombre puede hablar y comunicarse directamente con Dios, sin intermediarios, mediante la oración, puede recibir revelaciones personales, sabiduría e inteligencia adicional para entender los misterios de Dios.[cita requerida] Dios además hace revelaciones a profetas, cara a cara, como es el caso de Moisés, Elías y otros profetas. La obra de Dios es dar a los hombres el regalo de la salvación y la vida eterna.

  • Algunas concepciones de Dios se centran en una visión de éste como una realidad eterna, trascendente, inmutable y última, en contraste con el universo visible y continuamente cambiante.
  • Principalmente, a Dios se le atribuyen omnipotencia (todo lo puede), omnipresencia (todo lo abarca), omnisciencia (todo lo sabe), y omnibenevolencia (es absolutamente bueno). Sin embargo, no todos afirman que Dios es moralmente bueno. Mientras que algunos consideran que Dios representa lo moralmente bueno, admitiendo que existe una definición objetiva de lo bueno y lo malo, para otros Dios está por encima de la moralidad, o la determina, de manera que es bueno lo que Dios quiere que sea bueno. No todos sus atributos concuerdan, apareciendo contradicciones que hacen a los críticos negar que Dios pueda tener a la vez los cuatro atributos indicados. Por ejemplo, se afirma que si Dios es el creador omnipotente, omnisciente y el único juez, entonces al crear a la humanidad, incluidos ateos y paganos, sabe cómo será su comportamiento y tendrá que enviarlos al infierno. Este Dios no puede, por tanto, ser bueno desde el punto de vista de todos los humanos, del mismo modo que algunos afirmarán que no todos los humanos son buenos desde el punto de vista de Dios. Éste, el problema de la existencia del mal, es uno de los obstáculos planteados por los escépticos para aceptar ese concepto de Dios. Los creyentes suelen alegar el «libre albedrío» de los seres humanos para explicar el mal en el mundo, aunque ese argumento no sirve para explicar el mal en la Naturaleza (aunque no está del todo definido el concepto de mal en la Naturaleza, pues existe el problema de que, si el bien y el mal es cuestión de opción hecha (por libertad o razonamiento), la Naturaleza carece de este tipo de opciones, simplemente es como es); y por otra parte, los críticos no consideran compatibles la omnipotencia y la omnisciencia de Dios con el libre albedrío, alegando que si Dios todo lo puede, intervenir implicaría obstaculizar la libertad del ser humano; o el saberlo todo implicaría también que no hay nada dentro de la libertad del ser humano que no esté previamente fijado y dicho. Al respecto de la omnipotencia, se contrapone la característica omnibenevolente de Dios, que al poderlo todo no necesariamente lo hace, sino que deja al ser humano actuar de acuerdo con la característica libre con que lo creó en un inicio y no interfiere, ya sea por apatía o placer (lo que de nuevo contradiría la benevolencia de Dios), o por respeto (nacido de su benevolencia) a la naturaleza con que fue creado el hombre.[cita requerida]
  • La teología negativa (o vía negativa) aduce que no se pueden determinar afirmaciones concluyentes sobre los atributos de Dios, mientras que los agnósticos consideran que el limitado conocimiento humano no permite obtener pruebas concluyentes de qué o cómo es Dios. Algunas costumbres relacionadas con el misticismo establecen unos límites al poder de Dios, al considerar que la naturaleza suprema de Dios no deja lugar a la casualidad.
  • La concepción de Dios como ente individual es una característica del monoteísmo. Las diferencias entre monoteísmo y politeísmo dependen de la tradición de los pueblos (ver Trinidad, Dualismo y Henoteísmo).[cita requerida]

Dios, un ser supremo no personal

  • Dios como algo supremo, pero no necesariamente como un ser personal.
    • Algunas ideas sobre Dios pueden incluir atributos antropomórficos: sexo[cita requerida], nombres concretos e incluso exclusividad étnica, mientras que otras ideas son meramente conceptos filosóficos.
    • La idea de Dios suele ir entremezclada con la definición de verdad, en la que Dios es la suma de todas las verdades. Desde esta perspectiva, la ciencia es sólo un medio de encontrar a Dios[cita requerida].
    • Existen divergencias al definir a Dios, bien como una persona o, más bien, como una fuerza o impulso impersonal. También son diversas las formas en las que se entiende que Dios se relacionaría con el hombre y la apariencia que Dios tendría.
  • Algunos sostienen que tan sólo existe una única definición válida de Dios, mientras que para otros, cabe la posibilidad de que varias definiciones de Dios sean posibles a la vez[cita requerida].
  • Se puede construir una explicación sobre la existencia de Dios desde la psicología, intentando establecer qué realidad externa se corresponde con su recreación mental[cita requerida]. Así, a partir del estudio introspectivo de la consciencia, se llegaría a la conclusión de que ésta surge asociada a la experiencia de un cierto vacío[cita requerida].

Etimología

Exposición

En español, al igual que en las otras lenguas romances, la palabra «dios» viene directamente del latín deus, ‘deidad, dios’.

Como curiosidad, podemos decir que es idéntica en pronunciación al griego Διός (diós), forma genitiva de Zeus (nombre del dios principal de los griegos). Incluso algunos filólogos consideran que la palabra latina deus proviene del griego Ζέυς (Zeus); aunque también es muy plausible que sea una simple variación fonética de θεός (theós), que significa igualmente ‘deidad, dios’. En lenguas precolombinas, teotl significa dios, este término también es similar a deus.

Porcentajes de creencia en Dios en Europa.

El latín deus, en otras lenguas romances, derivó en deus (gallego y portugués), dieu (francés), dio (italiano) y déu (catalán).

Hay una serie de nombres de Dios en las lenguas indoeuropeas que se interpretan como derivadas de una única forma original, protoindoeuropea, Dyeus. Éste habría sido el nombre del dios dominante del panteón protoindoeuropeo. Encontramos una forma próxima a la original en el sánscrito antiguo: deiw-os. El nombre aparece sistemáticamente asociado en la mayoría de los casos a p’ter, que significa padre. En el sánscrito tardío esta forma ha evolucionado a Dyaus Pitar. Entre las diversas derivaciones tenemos el griego Zeus Pater cuya forma latinizada es Iu Piter (Júpiter), y también la expresión latina tardía, nuevamente derivada del griego, Deus Pater, que en español evoluciona a ‘Dios Padre’. En las lenguas germánicas la palabra para designar a Dios tiene la raíz got-, de donde vienen god (inglés) o gott (alemán). De esta misma raíz podría derivarse el nombre del pueblo godo. El origen de la palabra gott es muy antiguo y solo pudo haberse originado de las lenguas germanas antiguas. Las lenguas iranias utilizan esta misma raíz indoeuropea: así en persa moderno se dice joda (خدا), y en kurdo, xhwedê. La raíz se origina del segundo participio sustantivado del indogermánico *ghuto-m, de la raíz verbal *ghau (‘llamar, hacer una llamada’). De esta manera, Dios sería ‘el ser llamado’.

El nombre Yahveh procede del hebreo yhwh y no guarda parentesco con ninguna de las formas indoeuropeas de designar al Dios supremo. Yahvé es el nombre propio bíblico del dios de las religiones cristianas y judía, mientras que para referirse a la divinidad de un modo genérico las lenguas semíticas poseen la raíz El, que ha dado lugar, entre otras, al árabe Allah o al hebreo Elohim.

Uso de la mayúscula

En castellano se refiere al dios del judaísmo, el cristianismo, el islam y, a veces, del hinduismo con letra mayúscula («Dios») como se hace con cualquier nombre propio. Pero también los pronombres y adjetivos relativos a Dios se escriben con mayúscula, como fórmula de respeto en los textos religiosos, [4]​ por ejemplo, se escribe «el Señor», «Él», «Su», «Tú», «Vos», etcétera.

Los nombres de Dios

En castellano, el vocablo «Dios» se utiliza para referirse a la deidad suprema de las religiones monoteístas. Sin embargo, no siempre se traducen los nombres que en otras religiones designan al mismo dios, o a un concepto semejante, sino que se citan en la lengua del país de origen. Algunos nombres que se refieren o se pueden referir al mismo dios:

El tetragrammaton (‘cuatro letras’) Yhwh en fenicio (desde el 1100 a. C. hasta el 300 d. C.), en arameo (desde el siglo X a. C. hasta el siglo I d. C.) y en caracteres hebreos modernos

Los primeros nombres escritos de Dios que se conocen en la humanidad son Atum, Ptah y Ra.

  • Achamán en la mitología guanche, el dios sustentador de los cielos y dios sublime.[5]
  • Ahura Mazda para el zoroastrismo.
  • Allah (árabe; ha dado Alá en castellano), en el Islam. Aunque se suele creer lo contrario, no es un nombre propio sino la palabra «Dios» en árabe. Con esta palabra, los arabohablantes (sean musulmanes, cristianos o judíos) se refieren al Dios único de las religiones monoteístas[6][7][8]​ (véase 99 nombres de Dios). Es la versión árabe del nombre semítico El, que ha dado lugar también al hebreo Elohim.
  • Amaterasu O-Mikami o Kamisama (天てらす大神様): ‘Señor Dios que ilumina el cielo’, en el shintoísmo de Japón.
  • Ameno Minakanushi (‘Señor Dios padre celestial’) en el shintoísmo antiguo.
  • Anu es el dios supremo de la religión sumeria.
  • Avalokiteshvara (en sánscrito) según algunos budistas.
  • Ayyavazhi en el sur de la India.
  • Cao Ðài (vietnamita), en el caodaísmo.
  • Elohim (del hebreo también), usado en la Biblia.
  • Igzi'abihier (literalmente ‘señor del universo’) en la Iglesia ortodoxa de Etiopía.
  • Jah es el apócope de Yavé (véase Yavé). Es la forma que usan los rastafaris.
  • Ngai es el nombre masái de Dios.
  • Niskam
  • Shang Di (上帝): ‘Señor del Cielo’, en la antigua religión china.
  • Teotl significa ‘dios’ en náhuatl (aunque se debe recordar que eran politeístas).
  • Santísima Trinidad (abarcando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo), representa a Dios en casi todas las confesiones cristianas. Algunos cristianos identifican a Dios el Padre con Yavé del judaísmo como el mismo Dios[cita requerida], sin embargo otros cristianos creen que Yavé es Jesucristo[cita requerida].
  • Waheguru es el término del sijismo para Dios.
  • Yavé o Yahweh (yhwh (יהוה) en hebreo) es el nombre original del dios creador, revelado por él mismo al profeta Moisés. Primeramente usado por las comunidades judías y luego por las cristianas. Suele traducirse como ‘el que es’ o ‘el que vive’. Esta grafía hebrea (יהוה) es conocida por el vocablo griego tetragrámaton. En el culto judío este nombre nunca se pronuncia aunque aparezca escrito en los textos religiosos, diciéndose en su lugar Adonai, que significa ‘el Señor’. Por el hecho que en el texto hebreo no hay vocales, no se sabe como pronunciar exactamente el nombre (que los Sabios Hebreos trasmitían oralmente a sus alumnos) y por ello los hay que usan la trascripción de Yahveh mientras que otros utilizan el nombre Jehová, yuxtaponiendo las vocales de Adonai a las consonantes de YHWH. La práctica judía de sustituir el nombre divino por títulos como, se adoptó en copias posteriores de la Septuaginta griega, la Vulgata latina y en muchas otras traducciones, antiguas y modernas, por lo que hay traducciones al castellano de la Biblia que sustituyen el nombre hebreo por ‘Señor’. En 1611, la versión inglesa de la Biblia del Rey Jacobo utilizaba cuatro veces el nombre de Jehová.

Atributos de Dios

Posición monoteísta cristiana[9]

Según el monoteísmo cristiano, el conocimiento de la naturaleza de Dios podría realizarse desde dos vías: una ascendente, a partir de lo que desde la naturaleza se pudiese saber de Dios; y otra descendente, lo que supuestamente Dios revela. En el siguiente apartado se clasifican los pretendidos atributos de Dios en función de su relación con lo creado: Atributos no relacionados (son completamente independientes de la Creación como por ejemplo la espiritualidad) y atributos relacionados (se manifiestan en la Creación, como por ejemplo la omnipotencia); estos últimos se subdividen a su vez en atributos activos y atributos morales dependiendo de si la relación se establece con lo creado en general o con las criaturas racionales.

Atributos no relacionados

Son aquellos atributos divinos que son completamente independientes de lo que se atribuye como creado.

Espiritualidad

Este punto de vista presenta a un Dios que no es material ni está limitado a las condiciones de la existencia material. Dice que es espíritu, que piensa, siente, habla y se comunica con sus criaturas racionales, no posee miembros corporales o pasiones, no está compuesto de elementos materiales, y no está sujeto a las condiciones de la existencia natural. De acuerdo a la Biblia, Jesús habría dicho que Dios es Espíritu, tal como se recoge en el Evangelio de Juan:

Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Una supuesta consecuencia de la espiritualidad de Dios sería que Dios vive. Vive como un ser moral a semejanza del hombre, pero en suma perfección. A. Strong afirma[10]​:

Si el espíritu en el hombre implica vida, entonces en Dios el espíritu implica la vida eterna e inagotable

Infinitud

Dios no está limitado absolutamente por nada, y, por lo tanto, sería infinito. Infinito en relación al espacio (inmensidad de Dios) o al tiempo (eternidad de Dios). Con relación al espacio Dios sería infinito porque está presente en todo lugar e incluso fuera de él; tal atributo estaría relacionado con la omnipresencia. En cuanto al tiempo sería infinito por ser eterno.

Unidad

Dios sería completamente simple, y en él no habría ni composición ni partes.

Omnipotencia

La omnipotencia de Dios significaría:

  • Libertad y poder para realizar todo lo que sería consecuente con su naturaleza.
  • Control y soberanía sobre todo lo hecho o lo que puede ser hecho.

Omnisciencia

El conocimiento de Dios sería perfecto, no tiene que razonar o reflexionar, o descubrir cosas, o ir aprendiendo, porque en teoría posee todos los conocimientos.

Sabiduría

La sabiduría de Dios sería una combinación de su omnisciencia y su omnipotencia. Tiene poder para aplicar sus conocimientos de manera que los propósitos mejores sean realizados o cumplidos por los mejores medios posibles.

Historia del monoteísmo

En el Oriente antiguo muchas ciudades tenían su propio dios local, aunque esta adoración de un solo dios no implicó la negación de la existencia de otros dioses.

El culto iconoclasta del dios solar egipcio Atón fue promovido por el faraón Akenatón (Amenhotep IV), que gobernó entre 1358 y 1340 a. C. El culto de Atón, el dios del Sol, se cita a menudo como el ejemplo de monoteísmo más antiguo del que se tiene conocimiento y a veces se cita como una influencia formativa del judaísmo temprano, debido a la presencia de esclavos hebreos en Egipto. Pero aunque el himno de Akenatón a Atón ofrece evidencia fuerte de que Akenatón consideraba que Atón era el creador único, omnipotente, la adoración de otros dioses al lado de Atón nunca cesaron fuera de su corte, y los más viejos cultos politeístas pronto recuperaron precedencia.

Teología

En algunas sociedades los creyentes religiosos con frecuencia asumen que el sistema de moral de comportamiento es inspirado en la revelación de la religión mayoritaria, que puede recogerse en un libro: para el cristianismo es la Biblia, para el judaísmo es el Tanaj y para el islam el Corán.

Cristianismo

Desde la Edad Media y hasta la actualidad, la tradición católica hace de Dios un objeto de estudio teológico. Desde tiempos de Tomás de Aquino (1225-1274), la Iglesia católica asume que la existencia de Dios ha de demostrarse en el ámbito de la metafísica. Tomás de Aquino en su obra Summa Theologiae (1266) sostiene que se puede entender la existencia del Dios cristiano por cinco vías (entiéndase vías como «maneras de llegar a», no como pruebas concretas):

Islam

En el Islam, el Corán no discute en profundidad el tema de demostrar la existencia de Dios, ya que dice ésta es confirmada por el instinto humano puro y sano (así como por la mente no contaminada con «la impureza del politeísmo»). Más aún, la afirmación de la unidad divina, es algo natural e instintivo.[11][12]

La teología y las leyes

En los estados confesionales la sociedad civil y la sociedad religiosa son entidades separadas, pero existe una religión oficial y se exige a las leyes civiles que están subordinadas a las eclesiásticas, con la moral y el bien común definidos por la religión. La confesionalidad puede ser compatible con la libertad de culto, pero no con la igualdad entre las religiones, moviéndose las diferencias entre la simple preeminencia ceremonial o los privilegios fiscales para la religión oficial y la prohibición de ejercer oficios públicos para los miembros de otras religiones o los no religiosos. En los estados teocráticos la máxima autoridad del gobierno le corresponde al clero, y toda la vida política está subordinada a la religión. Algunos regímenes modernos, como los regímenes autoritarios de inspiración católica de Francisco Franco o Ante Pavelić, exceden los límites del estado confesional sin llegar a ser teocracias.

Existencia de Dios

Agnosticismo

El agnosticismo (del griego a: ‘no’ y gnosis: ‘conocimiento’) es una postura religiosa o filosófica sobre la religión de acuerdo a la cual la existencia o no de un Dios o una mitología de deidades, es desconocida. En algunas versiones (agnosticismo débil) esta falta de certeza o conocimientos es una postura personal relacionada con el escepticismo. En otras versiones (agnosticismo fuerte) se afirma que el conocimiento sobre la existencia o no de seres superiores no sólo no es conocida sino que no es cognoscible. Finalmente hay versiones (apateísmo) en las cuales se afirma que la existencia o no de seres superiores no sólo no es conocida sino que es irrelevante o superflua.

Deísmo

El deísmo es la postura que se basa en la creencia filosófica en un Dios, ser supremo, o principio establecida por la razón y la evidencia, sin aceptar la información adicional supuestamente revelada, tanto la contenida en determinados libros, como la Biblia o el Corán, como la recibida a través de determinadas personas. El deísta suele creer en un ser creador o que ha establecido el universo y sus procesos, pero que no se comunica con el ser humano y al que no se pueden elevar plegarias.[cita requerida]

Ateísmo

El término ateísmo se puede referir a dos actitudes distintas: la indiferencia por la existencia de las divinidades o sus preceptos, y la no creencia en la posibilidad o en la realidad de su existencia.

El ateísmo no se usa para designar a quien no cree en un Dios particular pero sí en alguna fuerza sobrenatural o principio generador.

El ateísmo escéptico (en contraposición al ateísmo creyente), o agnosticismo, es una variedad de ateísmo en la que se afirma que la existencia de uno o más dioses es dudosa, improbable o insuficientemente demostrada. Esa vertiente corresponde a la ausencia de creencia en la existencia de divinidades y puede ser mejor comprendida cuando se la compara con el ateísmo fuerte. También se la conoce como ateísmo débil (en contraposición al fuerte) o ateísmo negativo (en contraposición al ateísmo positivo) o ateísmo implícito (en contraposición al explícito). Se llama ateísmo escéptico en el sentido de que sin pruebas no puede dar crédito ni siquiera al ateísmo fuerte.

Otras creencias

Hay varios sistemas religiosos en los cuales no se menciona ni se estudia la existencia de Dios (en el budismo, el advaita, el discordianismo).

Para la doctrina del espiritismo, Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas, eterno, inmutable, inmaterial, único, omnipotente, soberanamente justo y bueno.

El panteísmo sostiene que el universo entero es Dios mismo. Se han identificado elementos de panteísmo en algunos cultos primitivos de adoración a la naturaleza.

Notas

  1. a b c Swinburne, R.G. "God" in Honderich, Ted. (ed)The Oxford Companion to Philosophy, Oxford University Press, 1995. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «Swinburne» está definido varias veces con contenidos diferentes
  2. a b c Edwards, Paul. "God and the philosophers" in Honderich, Ted. (ed)The Oxford Companion to Philosophy, Oxford University Press, 1995. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «Edwards» está definido varias veces con contenidos diferentes
  3. a b Platinga, Alvin. "God, Arguments for the Existence of," Routledge Encyclopedia of Philosophy, Routledge, 2000.
  4. Cfr. «mayúsculas», § 4.30 en el Diccionario panhispánico de dudas.
  5. Religión Guanche
  6. "Allah". Encyclopædia Britannica. 2007. Encyclopædia Britannica
  7. Encyclopedia of the Modern Middle East and North Africa, Allah
  8. Columbia Encyclopedia, Allah
  9. pp.41-49 Pearlman, Myer. Teología Bíblica y Sistemática. Editorial Vida 1992.ISBN 0-8297-1372-7
  10. p.252 Strong, Augustus Hopkins. Systematic Theology: A Compendium. Old Tappan, New Jersey: Fleming H. Revell Co., 1907
  11. Corán 30:30
  12. Al Ashqar, Omar Sulaiman (2003). La Creencia en Allah p.95. Riyadh: IIPH. ISBN 9960-850-02-1. 

Véase también

Enlaces externos