Santo patrón

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En la Iglesia católica y en las ortodoxas, en las cuales se cree en la intercesión de los santos, el santo patrón (o santo patrono o simplemente patrono) es un santo que tiene una afinidad especial con una comunidad o un grupo específico de personas y a cuya intercesión se acogen los miembros de esos colectivos. Los términos patrón y patrono (del latín, patrōnus) son sinónimos de defensor y protector. Los santos patronos son considerados por muchos creyentes como intercesores y abogados ante Dios, sea de una nación, un pueblo, un lugar, una artesanía o actividad, una clase, una congregación, un clan o una familia.[1]

La veneración hacia los santos: los santos patronos

San José es el santo patrón de los carpinteros, ingenieros, y trabajadores.

El Concilio Vaticano II expresó el vínculo de veneración hacia los santos cuyos carismas los hacían recomendables a la devoción e imitación de los fieles:

La Iglesia de los viadores [...], ya desde los primeros tiempos de la religión cristiana guardó con gran piedad la memoria de los difuntos y ofreció sufragios por ellos, porque santo y saludable es el pensamiento de orar por los difuntos para que queden libres de sus pecados (2 Macabeos 12, 46). Siempre creyó la Iglesia que los Apóstoles y mártires de Cristo, por haber dado el supremo testimonio de fe y de caridad con el derramamiento de su sangre, nos están más íntimamente unidos en Cristo; les profesó especial veneración junto con la Bienaventurada Virgen y los santos ángeles e imploró piadosamente el auxilio de su intercesión. A éstos pronto fueron agregados también quienes habían imitado más de cerca la virginidad y pobreza de Cristo y, finalmente, todos los demás, cuyo preclaro ejercicio de virtudes cristianas y cuyos carismas divinos los hacían recomendables a la piadosa devoción e imitación de los fieles. [...] Es, por tanto, sumamente conveniente que amemos a los amigos y coherederos de Cristo, hermanos también y eximios bienhechores nuestros; que rindamos a Dios las gracias que le debemos por ellos; que los invoquemos humildemente y que, para impetrar de Dios beneficios por medio de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, que es el único Redentor y Salvador nuestro, acudamos a sus oraciones, protección y socorro. Todo genuino testimonio de amor que ofrezcamos a los bienaventurados se dirige, por su propia naturaleza, a Cristo y termina en Él, que es la corona de todos los santos, y por Él va a Dios, que es admirable en sus santos y en ellos es glorificado.[2]

En España la mayor parte de las localidades tienen un patrón y una patrona, en cuyo honor se celebran las fiestas mayores de la localidad. Los patrones son santos o advocaciones de Cristo y las patronas santas o advocaciones de la Virgen.

Santos patronos de colectivos

Se declararon además patronos de enfermos con una dolencia específica, a santos que, por lo general, experimentaron la misma dolencia, o una similar en cuanto a sus implicancias sociales.

Bibliografía

Referencias

  1. Surhone, Lambert M; Tennoe, Mariam T; Henssonow, Susan F (2010). Patron Saint (en inglés). 72 pp. Saarbrücken (Alemania): VDM Verlag Dr. Mueller AG & Co. ISBN 978-6-1345-8375-6. Consultado el 7 de abril de 2012. 
  2. Concilio Vaticano II (1976). Documentos del Vaticano II (31a. edición). Biblioteca de Autores Cristianos. pp. 95-96. ISBN 84-220-0010-5. 

Véase también

Enlaces externos