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Revuelta

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Grupo de mujeres protestando durante la Revuelta de las patatas (Aardappeloproer vrouwen) de Ámsterdam.
Grupo de civiles protestando contra el centralismo limeño años después de la Toma de Leticia, esto generaría la insurrección loretana de Iquitos en 1896.
Muerte de Wat Tyler, líder de la revuelta campesina de 1381 en Inglaterra

Una revuelta es un movimiento social espontáneo, de carácter agresivo y opuesto a alguna figura de poder, aunque a veces el objetivo contra el que se hace una revuelta puede poseer una minoría étnica, religiosa o social (judíos, gitanos, inmigrantes).

Como forma de lucha social es expresión de algún tipo de conflicto (conflicto social, político, económico). Se produce cuando una multitud, o al menos un numeroso grupo de personas se juntan para cometer actos de violencia, por lo general como una reacción contra una sensación de injusticia o injuria, o como un acto de disenso. También es muy habitual emplear el término revuelta para designar acciones más organizadas, más prolongadas en el tiempo o con proyección en el futuro, y con objetivos más generales o un propósito más claro de transformación social u otro tipo de cambio (político, económico, de orden institucional, de la identidad nacional o religiosa, etc.).

Muchos términos se utilizan prácticamente como sinónimos, como alboroto,[1]insurrección, sublevación, subversión, alzamiento o levantamiento; y otros del mismo campo semántico tienen connotaciones ligeramente diferentes, como motín, sedición y rebelión; o marcadamente distintas, como revolución (si tiene mayor importancia o éxito), o disturbios (si los tiene menores).

Es habitual el uso peyorativo de todos estos términos, que incluso en sus definiciones académicas se cargan de contenidos negativos, asociados al desorden y al delito, lo que contribuye a su percepción adversa y a la criminalización de la lucha social. Lo mismo ocurre con los términos con los que se designa a sus participantes: revoltoso, alborotador, insurrecto, sublevado, amotinado, sedicioso, rebelde o revolucionario.

Otros términos del vocabulario político con los que revuelta suele tener vinculación, pero que son opuestos conceptualmente, son los de pronunciamiento militar y golpe de Estado, hechos o procesos en los que la iniciativa no es popular ni espontánea y que están específicamente dirigidos a la sustitución de las personas, partidos o facciones que ocupan el poder, sin alterar las estructuras económicas, sociales o políticas, aunque como medios pueden provocar, manipular o emplear revueltas, motines o rebeliones.

Tipología

Es muy usual calificar a las revueltas atendiendo a sus causas principales o a la expresión de sus reivindicaciones, como revueltas políticas o revueltas sociales, y denominar estas por sus protagonistas sociales: especialmente las revueltas campesinas, o las revueltas urbanas propias del Antiguo Régimen (Edad Moderna). Las revueltas protagonizadas por la burguesía en el comienzo de la Edad Contemporánea reciben preferentemente el nombre de revoluciones burguesas, fundamentalmente porque, al contrario que las anteriores, triunfaron y transformaron la sociedad estamental del Antiguo Régimen en una sociedad burguesa. Las revueltas antiseñoriales, protagonizadas por campesinos, y las revueltas antifiscales, protagonizadas por esos mismos grupos o por la plebe urbana, propias del Antiguo Régimen, en que habitualmente su protagonista social lo hace en su condición de consumidor afectado por la subida de precios, dieron paso a partir del siglo XIX a las revueltas obreras (en que su protagonista social lo hace en su condición de obrero afectado por condiciones salariales o de trabajo) que se produjeron de forma puntual en determinados momentos y lugares durante la Revolución industrial y fueron una parte importante del movimiento obrero que, en la perspectiva de los teóricos de ese movimiento (marxistas o anarquistas), debería conducir a la revolución proletaria. No obstante, buena parte de las revueltas protagonizadas por obreros en la Edad Contemporánea tienen una causa desencadenante no estrictamente laboral, sino que son motivadas por una crisis de subsistencias u otro hecho que produce su movilización, como es el caso de las revueltas contra el reclutamiento militar, o las que expresan intolerancia religiosa o racismo (por ejemplo, los pogromos antisemitas).

Revuelta y revolución

A diferencia de una revolución, las revueltas no pretenden una transformación radical de las estructuras (políticas, sociales o económicas), aunque a veces la única diferencia que hay entre lo que se considera una revolución o una revuelta no es tanto su planteamiento inicial, sino su escala (mayor en las revoluciones, menor en las revueltas) o su resultado final: el éxito (aunque sea breve, en el caso de las revoluciones que obtienen el poder) o el fracaso (en las revueltas, que o no tienen objetivos claros o ambiciosos que alcanzar o son reprimidas sin conseguirlos).

Revuelta, levantamiento, sedición y rebelión

La violencia de una revuelta puede hacerla indistinguible de una rebelión, concepto con el que tiene fronteras muy imprecisas y que se basa en su carácter militar, en su más claro fin de toma del poder, o incluso en su tipificación jurídica como delito. Así, el DRAE[2]​ define rebelión como

Delito contra el orden público, penado por la ley ordinaria y por la militar, consistente en el levantamiento público y en cierta hostilidad contra los poderes del Estado, con el fin de derrocarlos

muy similar, excepto en grado, a la definición de la sedición:

Alzamiento colectivo y violento contra la autoridad, el orden público o la disciplina militar, sin llegar a la gravedad de la rebelión

mientras que la definición de revuelta (8ª acepción) es mucho más genérica:

Alboroto, alteración, sedición

y equivalente a la 2ª acepción de levantamiento, a la de insurrección, a la de sublevación, e incluso a la de motín:

[lo primero] sedición, alboroto popular; [lo segundo] Levantamiento, sublevación o rebelión de un pueblo, de una nación, etc.; [lo tercero] acción y efecto de sublevar; [esto] alzar en sedición o motín, [y este] movimiento desordenado de una muchedumbre, por lo común contra la autoridad constituida.

Revuelta, guerra y movimiento de liberación nacional

En cuanto a su duración, si es larga puede hacer que una revuelta violenta o rebelión se denomine como guerra, sobre todo si los medios empleados y la organización de ambos bandos permite hablar de fuerzas militares contendientes. En el caso de que el enfrentamiento suceda dentro del mismo país, se hablaría de un enfrentamiento o guerra civil; aunque si lo que pretende es una reivindicación de carácter nacionalista, se hablaría de una revuelta o guerra de liberación, liberación nacional o movimiento de liberación nacional.

Revuelta y motín

Causas, medios y fines de las revueltas

Históricamente, se han producido revueltas debido a condiciones de vida marginales, explotación social, fundamentalmente en el trabajo, opresión por el gobierno (represión política), descontento por impuestos o conscripción (revueltas antifiscales o antimilitares), conflictos entre razas o religiones (racismo, odio religioso), y hasta como consecuencia de un evento deportivo. La motivación de los participantes en una revuelta, que los lleva a actuar de forma violenta, suele ser la percepción de que los canales legales son inadecuados para corregir algún tipo injusticia; o en todo caso una privación relativa (relative deprivation).[3]

En la historia reciente, la idea tradicional sobre qué es lo que origina una revuelta ha sido desafiada por algunas revueltas que han ocurrido en respuesta a una abundancia extrema de objetos y bienes que no satisfacen necesidades humanas básicas y a una sensación de hastío.

Represión de las revueltas

El grupo de personas que poseen el poder por lo general llamarán a la policía o al ejército para dispersar una revuelta, si es que esta acción sirve para preservar la infraestructura y riqueza material necesaria para que el grupo retenga su poder en el gobierno. Una revuelta que busca destruir propiedad privada es más probable que sea controlada que una revuelta en la cual un grupo de personas busca destruir a otro grupo. La policía suele intentar controlar a los grupos violentos utilizando armas no letales o de disuasión, tales como cañones de agua, balas de goma, aerosol de pimienta, golpiza con bastones de goma y perros entrenados. Algunos gobiernos son especialmente proclives en recurrir a fuerza excesiva para detener revueltas o manifestaciones pacíficas. Este tipo de medidas son generalmente permitidas bajo leyes de guerra o leyes marciales, siempre y cuando los civiles que no toman parte en la revuelta no sean el blanco, aunque muchas veces sufren daños colaterales.

Ejemplos

Edad Antigua

Edad Media

Edad Moderna

Edad Contemporánea

La actualidad

Referencias

Bibliografía

  • Elliott, J. H.; Mousnier, R.; Raeff, M.; Smith, J. W.; Stone, L. (1975) Revoluciones y rebeliones en la Europa Moderna. Cinco estudios sobre sus precondiciones y precipitantes. Prólogo de Jack P. Greene y R. Foster. Madrid: Alianza.
  • Michel Mollat y Philippe Wolff (1970) Edición española de 1979 Uñas azules, Jacques y Ciompi. Las revoluciones populares en Europa en los siglos XIV y XV, Madrid: Siglo XXI ISBN 84-323-0232-5
  • Charles Tilly Las revoluciones europeas: 1492-1992, Barcelona: Crítica, ISBN 84-7423-685-1
  • Eric J. Hobsbawm Rebeldes primitivos. Estudio de las formas arcaicas de los movimientos sociales en los siglos XIX y XX
(1964)The age of revolution. Europe 1789-1848. Edición española de 1987 Las revoluciones burguesas Barcelona: Labor ISBN 84-335-2978-1
(1963-1980) The making of the english working class. Edición española de 1989 La formación de la clase obrera en Inglaterra, Barcelona: Crítica ISBN 84-7423-416-6
  • Óscar Bascuñán (2009) Campesinos rebeldes. Las luchas del campesinado entre la modernización y la globalización. Madrid: Los Libros de la Catarata. ISBN 84-8319-472-0

Notas

  1. La relación semántica es evidente en este jaleo, recogido en Canciones Populares Españolas por Federico García Lorca y La Argentinita (1931), aunque su autoría ha sido discutida por los herederos del músico Romero Mejías (que registró en 1960 "Yo me subí a un pino verde") Artículo.
    Anda, jaleo, jaleo / ya se acabó el alboroto / y ahora empieza el tiroteo
  2. Real Academia Española. «Revuelta». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).  Real Academia Española. «Rebelión». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).  Real Academia Española. «Levantamiento». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).  Real Academia Española. «Insurrección». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).  Real Academia Española. «Sedición». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).  Real Academia Española. «Sublevar». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).  Real Academia Española. «Motín». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  3. Iain Walker, Heather J. Smith, Relative Deprivation: Specification, Development, and Integration, Cambridge University Press, 2001, ISBN 0-521-80132-X. Fuente citada en Relative deprivation.
  4. ANDRÉE MANSAU 1618: ¿CONJURACIÓN DE LOS ESPAÑOLES CONTRA VENECIA O VENECIA CONTRA LOS ESPAÑOLES? SARPI FRENTE A QUEVEDO Y MONOD AIH. Actas VII (1980). Centro Virtual Cervantes.
  5. La obra de Martínez de la Rosa, también en el CVC.
  6. No pasaron de huelgas y manifestaciones reprimidas por el gobierno de Franco, movilizaciones universitarias y actos culturales solidarios como los conciertos de Raimon; también se produjeron los primeros atentados de ETA que condujeron al Proceso de Burgos). Más condición de revuelta tuvieron algunos hechos de la Transición Española posterior, como los Sucesos de Vitoria (1976). El año 1968, próximo a la conmemoración de los XXV Años de Paz, correspondía al punto álgido del desarrollismo franquista: Segundo Plan de Desarrollo, campañas turísticas (Spain is different), incluso a la victoria de Massiel en el Festival de Eurovisión (el La, La, La que habían negado cantar en catalán a Joan Manuel Serrat). El éxodo rural y la emigración a Europa eran claves para el mantenimiento de una paz social que daba las primeras muestras de una modesta sociedad de consumo (motorización, construcción masiva de viviendas). El ascenso social se veía como una posibilidad al alcance de muchos: generalización del acceso al sistema educativo, ejemplo de ídolos populares (El Cordobés). Para ese efecto apaciguador se utilizaba la expresión pan y toros o pan y fútbol: el 6 de febrero, un acertante de 14 resultados en la quiniela, Gabino Moral, cobró un premio récord: 30.207.744 pesetas.
  7. La Rebelión Forajida en Ecuador: ¡Que se vayan todos!. Catalina Pazmiño (2005) La frágil legitimidad del príncipe democrático, en Iconos.

Enlaces externos