Diferencia entre revisiones de «Guerras de independencia hispanoamericanas»

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Revisión del 18:54 19 mar 2010

Guerras de Independencia Hispanoamericana
Parte de guerras de independencia latinoamericanas

Territorios independizados en las Guerras de Independencia Hispanoamericanas
Fecha 1808-1829
Lugar Hispanoamérica (América Latina )
Resultado Victoria independentista.
Cambios territoriales Creación de nuevos estados en América.
Beligerantes
Realistas Patriotas
Fuerzas en combate
40.000 hombres[1] 130.000 hombres[1]
Bajas
30.000 40.000
La Batalla de Ayacucho, de Martín Tovar y Tovar. Librada el 9 de diciembre de 1824, marcó el fin de las guerras de independencia en Sudamérica.
La Batalla de Pueblo Viejo. Tuvo lugar el 9 de septiembre de 1829, en México. La última expedición de reconquista de México tendrá su origen en las islas de Cuba y Puerto Rico que seguirán formando parte de España hasta su separación como consecuencia de la Guerra Hispano-Estadounidense.

Las guerras de independencia hispanoamericana fueron un una serie de conflictos armados que se desarrollaron en el continente americano y que enfrentaron a los partidarios de establecer nuevas naciones independientes donde se encontraban las colonias españolas en América, enfrentando al Rey de España Fernando VII, las autoridades virreinales y los partidarios de la Monarquía española. Las guerras de independencia tuvieron tanto el carácter de guerra civil como de guerra internacional (entre naciones).

El conflicto comenzó en 1808, con la creación de juntas autodesignadas en México y Montevideo. Entre los líderes independentistas, también llamados libertadores, se encuentran la mayor parte de los "padres de la patria" de los países hispanoamericanos, como Simón Bolívar, José de San Martín, José Artigas, Francisco de Paula Santander, Antonio Nariño, José Miguel Carrera, Bernardo O'Higgins, Antonio José de Sucre, Miguel Hidalgo, Manuel Belgrano, Martin Guemes, Joaquín Olmedo, Francisco de Miranda, Fulgencio Yegros y José María Morelos, entre otros.

Casi todos los países hispanoamericanos continentales de la actualidad (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela), reconocen en este movimiento sus orígenes como naciones independientes. Sólo Panamá, y los países del Caribe de habla hispana (Cuba, Puerto Rico y República Dominicana) reconocen sus orígenes independientes en otros procesos históricos.

Causas del proceso independentista

Al ser un proceso tan largo, complejo y amplio el proceso independizador está lleno de particularidades, en muchos casos con causas diferentes. Algunas causas de influencia mundial reconocida como la Revolución francesa o la Independencia de los Estados Unidos de América actuaron mas como patrón que como causa directa. Las causas se suelen dividir en internas, que son las que se produjeron en España y las colonias y externas que son las que se produjeron en países del exterior.

Causas internas

  • El deseo de los criollos de independizarse, que querían tener poder político y mayor libertad económica para poder desarrollar libremente sus actividades económicas (libre mercado), cuya productividad estaba frenada por el control del comercio por parte de la metrópoli y el establecimiento de un régimen de monopolios, gabelas y trabas. Insistían en tomar el control de los cabildos y de la administración de las colonias.
  • El descontento de los criollos, que querían la independencia para cambiar un sistema colonial que consideraban injusto al estar excluidos de la política y de las decisiones económicas, y encontrarse, en los casos de las castas, explotados.
  • La idea de que la Corona española era un patrimonio de la Familia Real hizo que cuando Fernando VII fue retenido en Francia las colonias no fueran leales a las cortes de Cádiz ni a la Junta Suprema Central, sino que formasen una Junta de gobierno en cada país cuyo objetivo fue primero gobernar y posteriormente sustituir al estado español.
  • La debilidad de España y Portugal durante este periodo, que habían perdido su protagonismo en Europa. Esto quedó todavía más claro cuando Napoleón invadió la Península Ibérica.
  • Las enseñanzas impartidas por las universidades, las academias literarias y las sociedades económicas. Difundían los ideales liberales y revolucionarios (propios de la Ilustración) contrarios a la actuación de España en sus colonias y que tuvieron gran influencia en los líderes revolucionarios, tales como el principio de soberanía nacional, el contrato social de Rousseau y los derechos individuales.

Causas externas

El fundamento de la revolución independentista hispanoamericana está en la pérdida del estatus especial de los reinos castellanos de Indias como patrimonio de la monarquía española en América, y que ya había sido redefinida en 1768 a una condición colonial por las reformas borbónicas del Imperio burgues, y que se consideraba disminuir o desaparecer, tal como se pretendía integrarla a España en las disposiciones del estatuto de Bayona (1808)[1] primero , y de la Constitución española (1812)[2] después.

El vacío de gobierno en España causado sucesivamente por Napoleón y el constitucionalismo español, abrió la oportunidad para que la clase dominante hispanoamericana, formada por criollos europeos, dieran impulso, y sostuvieran el movimiento, y la guerra por la independencia como medio definitivo de conservar y mejorar su estatus, disminuido o en riesgo de perderse, pero sin pretender un cambio a menos en la estructura social americana (permanencia de castas o esclavos,etc), ni tampoco una disminución de su alcance administrativo (uti poseditis). La llamada "Patria" fue el carácter esencial del movimiento, y que finalmente predominó en todos los lugares de América por encima de otros movimientos independentistas, que como el fallido de Hidalgo en México, se acompañaban también de una verdadera revolución social.

  • Las ideas liberales difundidas por todo el mundo gracias a la ilustración.
  • Los encuentros en el exterior de los máximos dirigentes de la revolución y la participación de algunos en las revoluciones liberales europeas, así como sus contactos con los gobiernos exteriores que les proporcionaban la posibilidad de contar con apoyo exterior y las fuentes de financiación necesarias para sus proyectos independentistas.
  • El ejemplo de Estados Unidos de América, que se había independizado de Inglaterra (aunque aún distaba mucho de haberse convertido en una potencia mundial, como ocurrió un siglo más tarde), así como el ejemplo de Francia, cuya revolución proclamó la igualdad de todas las personas, y sus derechos fundamentales, cosas que los indígenas y en menor medida los criollos no poseían con respecto a los peninsulares.
  • El apoyo con el que contaban por parte de Gran Bretaña y Estados Unidos, interesados en que las colonias se independizaran para poder comerciar libremente con Iberoamérica.

Antecedentes

Desde décadas anteriores existieron revoluciones de las más diversas características y finalidades, pero que no forman parte del movimiento independentista hispanoamericano, entre las que se destacan la Revoluciones de los Comuneros en Paraguay (1721-1735), la del canario Juan Francisco de León contra el monopolio de la Compañía Guipuzcoana en Venezuela (1748) y el levantamiento indígena quechua-aymara conducido por Túpac Amaru II en el Cuzco (Perú, 1780), el 16 de marzo de 1781. La Revolución de los comuneros en Socorro (actúal Santander, Colombia), además de la guerra de Arauco en que la nación mapuche había detenido el avance español por más de dos siglos.

La llamada Guerra de la Independencia de los Estados Unidos es otro antecedente geográficamente cercano. En Europa la Revolución francesa fue el ejemplo ideológico para la república de Haití, que generó una verdadera revolución social de los esclavos. También destacan los fallidos intentos del Imperio británico para ocupar directamente territorios continentales sudamericanos como el ataque británico sobre Cuba y Cartagena de Indias en la Guerra de la oreja de Jenkins (1741) o las Invasiones Inglesas en el Río de la Plata, en 1806 y 1807, que llevó a generar una conciencia hispanoamericana de las capacidades y poderes propios, y la creación de varios cuerpos militares locales, como el Regimiento de Patricios.

Por parte de la misma monarquía española se desarrollaron planes para dar una independencia total a los vice-reinos americanos durante los años 1804 y 1806, pero que se vieron interrumpidos por sucesos dramáticos de la política europea española bajo el reinado de Carlos IV de España[2]​.

Inicio del movimiento: la invasión napoleónica y las juntas de autogobierno

En Europa con la ocupación napoleónica de España, y la captura de la familia real española, Napoleón impuso en 1808 las «abdicaciones de Bayona» por las que el monarca Fernando VII y su padre y predecesor Carlos IV renunciaban a sus derechos a la la corona de España y de las Indias, en favor del emperador Napoleón, quien finalmente los otorgó a José Bonaparte, luego de lo cual Fernando VII quedó cautivo. Todo ello desencadenó el levantamiento de los pueblos de España conocido como Guerra de la Independencia Española (1808-1814) contra la ocupación Napoleonica, y se siguió de la creación de la Constitución española de 1812.

En América comenzaron una serie de movimientos que desconocían los nombramientos para la administración americana provenientes de España, y que se justificaban por la renuncia de los herederos legítimos de la monarquía española. De esta forma, en el año 1808, el Ayuntamiento de México se erigió en Junta Soberana, con el apoyo inclusive del virrey de Nueva España José de Iturrigaray. Sin embargo el movimiento fue disuelto y concluyó con el encarcelamiento de los miembros del ayuntamiento y la destitución de Iturrigaray. En los años siguientes se sucedieron levantamientos en todo el continente para formar juntas de gobierno locales:

Juntas de gobierno autónomas de Hispanoamérica
Año Día Nombre Ubicación País actual Líderes
1808 5 de agosto Junta de México Virreinato de Nueva España México Francisco Primo de Verdad
Melchor de Talamantes
José de Iturrigaray
1808 21 de septiembre Junta de Montevideo Virreinato del Río de la Plata Uruguay Francisco Javier de Elío
1809 25 de mayo Revolución de Chuquisaca Virreinato del Río de la Plata Bolivia Bernardo de Monteagudo
Jaime de Zudáñez
1809 16 de julio Junta Tuitiva en La Paz Virreinato del Río de la Plata Bolivia Pedro Murillo
1809 10 de agosto Primera Junta de Quito Virreinato de Nueva Granada Ecuador Juan Pío Montúfar
1810 19 de abril Junta Suprema de Caracas Capitanía General de Venezuela Venezuela José de las Llamozas
Martín Tovar Ponte
1810 22 de mayo Junta de Cartagena[3] Nuevo Reino de Granada Colombia José María García de Toledo
1810 25 de mayo Primera Junta de Buenos Aires Virreinato del Río de la Plata Argentina Cornelio Saavedra
Mariano Moreno
Manuel Belgrano
1810 3 de julio Junta extraordinaria de Santiago de Cali[4] Nuevo Reino de Granada Colombia Joaquín de Caycedo y Cuero
1810 20 de julio Junta de Santa Fe Nuevo Reino de Granada Colombia Francisco José de Caldas
Camilo Torres
1810 16 de septiembre Grito de Dolores Virreinato de Nueva España México Miguel Hidalgo y Costilla
1810 18 de septiembre Primera Junta Nacional de Gobierno de Chile Capitanía General de Chile Chile Juan Martínez de Rozas
Mateo de Toro y Zambrano
1811 27 de febrero Grito de Asencio Virreinato del Río de la Plata Uruguay Pedro José Viera
Venancio Benavides
1811 15 de mayo Junta del Paraguay Virreinato del Río de la Plata Paraguay Pedro Juan Caballero
Fulgencio Yegros
Gaspar Rodríguez de Francia
1811 5 de noviembre Primera Junta de San Salvador Capitanía General de Guatemala El Salvador José Matías Delgado
Manuel José Arce
Pedro Pablo Castillo
Juan Manuel Rodríguez

Desarrollo

Se suceden situaciones de violencia mutua. Los revolucionarios desconocen las autoridades monárquicas en América, se constituyen en repúblicas americanas y se organizan militarmente. El gobierno español y Fernando VII reaccionan negando legitimidad a las juntas de gobierno americanas, y bajo la dirección española, se forman en América los llamados ejércitos realistas con un auxilio de expedicionarios españoles, pero principalmente por una mayoría de tropa y oficialidad de origen americano, lo que para unos autores le da el carácter de guerra civil.[5]

La independencia del Primer Imperio Mexicano será encabezada por Agustín de Iturbide. En Sudamérica, y hasta el final de las grandes campañas militares con la batalla de Ayacucho en 1824, Simón Bolivar y José de San Martín, los llamados Libertadores, serán los más destacados líderes militares independentistas. Por parte de los llamados Realistas, el pacificador Pablo Morillo y el virrey Fernando de Abascal fueron destacados organizadores de la defensa de la monarquía española en América.

En el Caribe, las islas de Cuba y Puerto Rico no serán asoladas por la guerra y seguirán formando parte integrante del Reino de España hasta el año 1898.

Realistas

Es el bando caracterizado por la defensa de la unidad de la monarquía española.

Patriotas

Patria y Patriotas es la forma común como se llamaron a si mismos los combatientes a favor de la independencia hispanoamericana.

Territorios

Cronología

Países hispanoamericanos independientes entre 1809 y 1820

La Revolución Hispanoamericana
      La reacción Realista     bajo control independentista     bajo control independentista      España bajo invasión francesa      España bajo la revolución liberal

Entre 1809 y 1818 varias colonias hispanoamericanas se declararon autónomas o independientes de España. Estas fueron:

El principal detonante de la crisis colonial en hispanoamérica fue la crisis institucional surgida en la metrópoli cuando Napoleón Bonaparte logró la abdicación de Carlos IV en favor Fernando VII y de este último en favor de los Bonaparte, quedando José Bonaparte como el nuevo rey de España y sus colonias.

Esta crisis institucional y la consecuente invasión de España por el ejército napoleónico, propició la creación de juntas fernandistas en varias ciudades del territorio español. Muchas de estas juntas fernandistas en América escondían a líderes autonomistas o claramente independentistas.

Si bien la crisis institucional en España fue un detonante, estas fueron en últimas la oportunidad esperada por varios líderes autonomistas e independentistas. Desde inicios de la colonia, pero especialmente desde que los borbones asumieron el trono de España, la administración de las colonias estaba centrada por las personas que tuvieran influencia en las cortes españolas y en la casa de contratación de Sevilla, posición que no favorecía a los súbditos nacidos en América.

El rey Carlos III, como un típico déspota ilustrado de la época, fomentó las artes y permitió un gran influjo de las ideas de la ilustración en América, mientras que ejercía un poder político fuerte. Carlos III apoyó a las colonias inglesas en su guerra de independencia, comprometiendo el fisco y promoviendo la imposición de nuevos tributos destinados a subvencionar la defensa de los intereses españoles en el Caribe. Estos hechos provocaron en los años 1780 un rompimiento de la pax hispanica que había regido a las colonias españolas desde su creación. La Insurrección de los comuneros en la Nueva Granada y la sublevación de Túpac Amaru en el Perú evidencian esta nueva realidad.

Carlos IV no se caracterizó por su férreo control del poder. Más interesado en las ciencias dejó la política en manos de sus ministros quienes, especialmente en el caso de Godoy, promovieron reformas liberales en muchos aspectos sociales mientras relegaba cada vez más a las colonias y a los súbditos en las colonias como súbditos de segunda.

La persecución sufrida por personajes como Antonio Nariño, quien había traducido la declaración de derechos humanos para distribuirla en Santa Fe y el poco caso hecho a Camilo Torres quien había publicado una serie de cartas agrupadas como el Memorial de Agravios, aumentaron el descontento de los criollos en materia política.

Por otro lado, España imponía una serie de restricciones comerciales en las colonias, las cuales no podían comerciar entre sí y mucho menos comerciar con otras naciones como el Reino Unido o los Estados Unidos. Todas las relaciones comerciales eran decididas desde España.

El influjo de ideas liberales y las restricciones políticas y comerciales, crearon el descontento que fue catalizado por la crisis institucional española de 1809.

Países independientes tras la revolución liberal española del año 1820

Países independientes fuera de las guerras de emancipación

Luego de concluir la Guerra Hispano-Estadounidense y tras la firma del Tratado de París (1898), Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam quedaron bajo control de los Estados Unidos.

Consecuencias

La nación española se mostró indiferente, lo consideraban un problema ajeno. Para los comerciantes y la administración gubernamental desapareció una fuente de ingresos - los caudales de Indias-, esenciales para la Hacienda, así como un importante mercado para las exportaciones españolas. España continuó el proceso inmerso de guerras civiles, quedando como una potencia de segundo orden entre los estados europeos.

El movimiento independentista debido a su natural efecto disgregador fue la causa de la fragmentación de los países nacientes. No hubo cambios en la estructura administrativa (Uti possidetis).Tampoco hubo cambios sociales para las llamadas castas: criollos, mestizos, morenos, ni para los indígenas ni para los esclavos negros. Desapareció el monopolio comercial, y por tanto el proteccionismo, con el consiguiente empobrecimiento de muchas regiones latinoamericanas que no podían competir con las industrias de Europa y que, para América, el sueño de Bolívar de crear unos Estados Unidos de América del Sur fracasó en el Congreso de Panamá (1826). Sin embargo, la opinión de algunos latinoamericanos es muy diferente, ya que afirman que la independencia permitió a sus países la oportunidad de desarrollarse en función a unas necesidades propias y que otorgó una teórica justicia más equitativa entre sus componentes étnicos, empezando por los criollos, quienes coparon los puestos de la máxima responsabilidad de gobierno, mayoritariamente empleados antes por españoles peninsulares durante la colonia.

Aunque el independentismo continuaría su proceso político, los 6 países independientes que como resultado se crearon a la conclusión guerras de independencia hispanoamericana fueron:

Adicionalmente, en el Río de la Plata hubo un movimiento autonomista que tuvo éxito sin derramamiento de sangre y que resultó en la independencia de otro país: Paraguay . El Uruguay Bandera de Uruguay forma parte del Río de la Plata, del que se separa, y es incorporado al Brasil, hasta su independencia en 1828. Además, luego de complejos procesos que se sucedieron en años posteriores, se dieron origen a los 16 estados hispanoamericanos: Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. En el Caribe, la República Dominicana seguirá formando parte de España hasta el año 1844, mientras que Cuba y Puerto Rico lo seguirán haciendo hasta su separación como resultado de la Guerra Hispano-Estadounidense en el año 1898.

Expulsión de los españoles

La Expulsión de los españoles de América es la tragedia humana de la población de españoles peninsulares como resultado de las medidas tomadas contra ellos por parte de los gobiernos independientes en el proceso de las guerras de independencia hispanoamericana.

Hay dos formas predominantes del exilio, la primera fue el exilio voluntario producto de las circunstancias de la guerra, y la segunda el exilio obligado por las leyes de expulsión en contra de los españoles por parte de los gobiernos latinoamericanos que se extendió más allá de la conclusión de la guerra.

Negociaciones de paz y reconciliación

Tras el fallecimiento del monarca Fernando VII de España en 1833, ya que "El Rey no consentirá jamás en reconocer los nuevos estados de la América española y no dejará de emplear la fuerza de las armas contra sus súbditos rebeldes de aquella parte del Mundo", y con el nuevo reinado de su hija, Isabel II de España, se da inicio a una nueva etapa de relación internacional. Las cortes generales del reino autorizan, en fecha 4 de diciembre de 1836 que no obstante los territorios de la constitución de Cadiz de 1812, y mediante la renuncia de la corona española a cualquier derecho territorial y de soberanía, se haga el reconocimiento de la independencia de todos los nuevos países americanos mediante la conclusión de tratados de Paz y Amistad sobre la base de que "no se comprometen ni el honor ni los intereses nacionales" , lo que se promulga el 16 de diciembre de 1836.[6][7]

Tratados de reconocimiento de las independencias
Fecha País Gobiernos americanos Gobiernos españoles
28 de diciembre de 1836 México Presidente José Justo Corro
Miguel Santa María
Regente María Cristina de Borbón, viuda de Fernando VII
José María Calatrava
16 de febrero de 1840 Ecuador Presidente Juan José Flores Regente María Cristina de Borbón, viuda de Fernando VII
24 de abril de 1844 Chile Presidente Manuel Bulnes
José Manuel Borgoño
Reina Isabel II
Luis González Bravo
30 de marzo de 1845 Venezuela Presidente Carlos Soublette Reina Isabel II
21 de julio de 1847 Bolivia
10 de mayo de 1850 Costa Rica
24 de julio de 1850 Nicaragua
29 de mayo de 1863 Guatemala
21 de septiembre de 1863 Argentina Presidente Bartolomé Mitre Reina Isabel II
24 de junio de 1865 El Salvador
19 de julio de 1870 Uruguay
14 de agosto de 1879 Perú
10 de septiembre de 1880 Paraguay
30 de enero de 1881 Colombia Presidente Rafael Nuñez
17 de noviembre de 1894 Honduras
18 de marzo de 1953 Panamá

Bibliografía

Notas con referencia bibliografica

  1. a b Historia de la Humanidad. Larousse. Capitulo: "Los inicios del siglo XIX". Página 31
  2. Obra escogida, por Guillermo Morón
  3. El 22 de mayo de 1810 se estableció una Junta de Gobierno en Cartagena debido a la prisión de Fernando VII. El 14 de junio de 1810 el Cabildo depuso al gobernador Francisco Montes y lo deportó a La Habana. El 14 de agosto el Cabildo nombró Presidente de la Junta Suprema de Cartagenas a José María García de Toledo. El 11 de noviembre de 1811 Cartagena declaró la independencia. El 17 de agosto de 1815 las tropas españolas al mando del Pacificador Pablo Morillo pusieron sitio a Cartagena, que cayó el 5 de diciembre y sus líderes ejecutados. por su resistencia, Bolivar nombró a Cartagena como Ciudad Heroica.
  4. «Actas de formación de juntas y declaraciones de independencia (1809-1822)». 
  5. Libro titulado "Las Guerras en el primer tercio del siglo XIX en España y América" publicado en el año 2004. Castañeda Delgado.Editorial Deimos. Que dice así en su página 594-595: En primer lugar hay que incidir en el concepto de Guerra Civil,aunque muchos historiadores ,ante la falta de investigación profunda de la situación y dado el nombre por el que ha pasado a la historia:"guerra de emancipación",han recurrido a la tipología que parecía evidente:guerra de independencia o liberación,cuando en realidad ,el 90% de los efectivos de los llamados ejércitos realistas eran de procedencia americana,así como un porcentaje significativo de altos mandos republicanos eran españoles peninsulares de nacimiento. La Guerra Civil tiene unas características distintas a la de la guerra convencional.En la Guerra Civil los actos de crueldad,de matanza indiscriminada,se suceden con los de benignidad y clemencia. Como Guerra Civil que algunos argumentan era, las tropas contra las que se combatía eran hermanas,tendiendo unas y otras a la confraternización,a no ser que se estimulara el odio entre las facciones. en el título: Consideraciones militares a la guerra de emancipación.
  6. Establecimiento de relaciones diplomaticas Argentina,Paraguay y Uruguay
  7. El conflicto diplomatico entre España y Perú 1824-1879

Véase también