Diferencia entre revisiones de «Iguanodon»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
m Revertidos los cambios de 201.164.234.3 (disc.) a la última edición de FaiBOT
Línea 41: Línea 41:
''Iguanodon'' fue un robusto herbívoro que podía alternar entre la posición [[bípeda]] a [[cuadrúpeda]].<ref name=DBN04>{{cita libro |apellidos= Norman|nombre=David B. |editor= Weishampel, D.B., Dodson, P., and Osmólska, H. (eds.)|título=The Dinosauria |edición=2nd |año= 2004|editorial=University of California Press |ubicación=Berkeley |isbn=0-520-24209-2 |páginas=413–437 |capítulo=Basal Iguanodontia}}</ref> La especie bien conocida, ''I. bernissartensis'', se ha estimado que pesaba alrededor de 3 [[tonelada]]s en promedio,<ref name=DFG97>{{cita libro|capítulo=Iguanodon |apellidos=Glut |nombre=Donald F. |título=Dinosaurs: The Encyclopedia. |año=1997 |editorial=McFarland & Co |ubicación=Jefferson, North Carolina|páginas=490–500 |isbn=0-89950-917-7}}</ref> y a medir alrededor de 10 [[metros]] de largo cuando adulto, con algunos especímenes que posiblemente habrían alcanzado los 13 metros.<ref name=NM01>{{cita libro |apellidos=Naish |nombre=Darren |coautores=David M. Martill |capítulo=Ornithopod dinosaurs |título=Dinosaurs of the Isle of Wight |año=2001 |editorial=The Palaeontological Association |ubicación=London |isbn= 0-901702-72-2|páginas=60–132}}</ref> Otras especies no eran tan grandes, el igualmente robusto; ''I. dawsoni'' se estima en 8 metros de largo, y su contemporáneo ligeramente construido, ''I. fittoni'' en 6 metros.<ref name=WTB97>{{cite book |last=Blows |first=W. T. |chapter=A review of Lower and middle Cretaceous dinosaurs from England|editor=Lucas, S.G., Kirkland, J.I., and Estep, J.W. (eds.) |title=Lower and Middle Cretaceous Terrestrial Ecosystems |year=1997|series=''New Mexico Museum of Natural History and Science Bulletin'', 14 |publisher=New Mexico Museum of Natural History and Science |pages=29–38}}</ref> Este género tenía un cráneo grande, alto pero estrecho, con un desdentado [[Pico (zoología)|pico]] cubierto probablemente con [[queratina]], y los dientes como los de una iguana, pero mucho más grande y juntos en paquetes.<ref name=DBN04 />
''Iguanodon'' fue un robusto herbívoro que podía alternar entre la posición [[bípeda]] a [[cuadrúpeda]].<ref name=DBN04>{{cita libro |apellidos= Norman|nombre=David B. |editor= Weishampel, D.B., Dodson, P., and Osmólska, H. (eds.)|título=The Dinosauria |edición=2nd |año= 2004|editorial=University of California Press |ubicación=Berkeley |isbn=0-520-24209-2 |páginas=413–437 |capítulo=Basal Iguanodontia}}</ref> La especie bien conocida, ''I. bernissartensis'', se ha estimado que pesaba alrededor de 3 [[tonelada]]s en promedio,<ref name=DFG97>{{cita libro|capítulo=Iguanodon |apellidos=Glut |nombre=Donald F. |título=Dinosaurs: The Encyclopedia. |año=1997 |editorial=McFarland & Co |ubicación=Jefferson, North Carolina|páginas=490–500 |isbn=0-89950-917-7}}</ref> y a medir alrededor de 10 [[metros]] de largo cuando adulto, con algunos especímenes que posiblemente habrían alcanzado los 13 metros.<ref name=NM01>{{cita libro |apellidos=Naish |nombre=Darren |coautores=David M. Martill |capítulo=Ornithopod dinosaurs |título=Dinosaurs of the Isle of Wight |año=2001 |editorial=The Palaeontological Association |ubicación=London |isbn= 0-901702-72-2|páginas=60–132}}</ref> Otras especies no eran tan grandes, el igualmente robusto; ''I. dawsoni'' se estima en 8 metros de largo, y su contemporáneo ligeramente construido, ''I. fittoni'' en 6 metros.<ref name=WTB97>{{cite book |last=Blows |first=W. T. |chapter=A review of Lower and middle Cretaceous dinosaurs from England|editor=Lucas, S.G., Kirkland, J.I., and Estep, J.W. (eds.) |title=Lower and Middle Cretaceous Terrestrial Ecosystems |year=1997|series=''New Mexico Museum of Natural History and Science Bulletin'', 14 |publisher=New Mexico Museum of Natural History and Science |pages=29–38}}</ref> Este género tenía un cráneo grande, alto pero estrecho, con un desdentado [[Pico (zoología)|pico]] cubierto probablemente con [[queratina]], y los dientes como los de una iguana, pero mucho más grande y juntos en paquetes.<ref name=DBN04 />


Los brazos eran largos, hasta 75% de la longitud de las piernas en ''I. bernissartensis'' y robusto,<ref name=NM01 /> con las manos poco flexibles construidas de modo que los tres dedos centrales pudieran soportar el peso.<ref name=DBN04 /> Los pulgares eran los púas cónicas que se volteaban hacia fuera lejos de los tres dedos principales. En restauraciones tempranas, la púa fue puesta en el la nariz del animal. Fósiles posteriores revelaron la naturaleza verdadera de las púas del pulgar,<ref name=DBN85b>{{cita libro |apellidos=Norman |nombre=David B. |título=The Illustrated Encyclopedia of Dinosaurs: An Original and Compelling Insight into Life in the Dinosaur Kingdom|capítulo=To Study a Dinosaur |año=1985 |editorial=Crescent Books |ubicación=New York|páginas=24–33 |isbn=0-517-468905 }}</ref> estando su verdadera función en debate. Habrían podido ser utilizados para la defensa, o para forrajear el alimento. El [[dedo meñique]] era alargado y diestro, y habría podido ser utilizado para manipular objetos. Las piernas eran poderosas, pero no construido para correr, y tenía tres dedos en cada pie. La espina dorsal y la cola fueron apoyadas y atiesadas por [[tendón]]es osificados, que eran los tendones que se volvieron hueso durante vida,estos huesos como cilindros se omiten generalmente de los montajes y de los dibujos esqueléticos.<ref name=DBN04 /> En general, su aspecto y estructura del cuerpo no difería de los posteriores hadrosáuridos.
Los brazos eran largos, hasta 60
==
== Texto de titular ==

== Texto de titular ==
==
% de la longitud de las piernas en ''I. bernissartensis'' y robusto,<ref name=NM01 /> con las manos poco flexibles construidas de modo que los tres dedos centrales pudieran soportar el peso.<ref name=DBN04 /> Los pulgares eran los púas cónicas que se volteaban hacia fuera lejos de los tres dedos principales. En restauraciones tempranas, la púa fue puesta en el la nariz del animal. Fósiles posteriores revelaron la naturaleza verdadera de las púas del pulgar,<ref name=DBN85b>{{cita libro |apellidos=Norman |nombre=David B. |título=The Illustrated Encyclopedia of Dinosaurs: An Original and Compelling Insight into Life in the Dinosaur Kingdom|capítulo=To Study a Dinosaur |año=1985 |editorial=Crescent Books |ubicación=New York|páginas=24–33 |isbn=0-517-468905 }}</ref> estando su verdadera función en debate. Habrían podido ser utilizados para la defensa, o para forrajear el alimento. El [[dedo meñique]] era alargado y diestro, y habría podido ser utilizado para manipular objetos. Las piernas eran poderosas, pero no construido para correr, y tenía tres dedos en cada pie. La espina dorsal y la cola fueron apoyadas y atiesadas por [[tendón]]es osificados, que eran los tendones que se volvieron hueso durante vida,estos huesos como cilindros se omiten generalmente de los montajes y de los dibujos esqueléticos.<ref name=DBN04 /> En general, su aspecto y estructura del cuerpo no difería de los posteriores hadrosáuridos.


Estos ornitópodos, así como podían caminar en cuatro patas, también podían adoptar una postura [[bípedo|bípeda]] ya que la [[columna vertebral]] se sostenía horizontalmente acercando los [[brazo]]s al suelo, de manera que los iguanodontes pudieran lograr tal habilidad. La [[cola]] también estaba en posición horizontal alejada del [[cuerpo (anatomía)|cuerpo]] y por encima del suelo. En un comienzo, los [[científico]]s pensaron que los iguanodontes eran animales torpes, como un [[rinoceronte]], al caminar en cuatro patas. Más tarde, cuando en [[Bélgica]] se encontraron ciertos [[esqueleto]]s, creyeron erróneamente que se desplazaban erguidos con la cola apoyada en el suelo. Sus brazos eran largos y sus [[dedo]]s se doblaban hacía atrás para sostener el cuerpo al caminar en cuatro patas. El quinto dedo era delgado y flexible.
Estos ornitópodos, así como podían caminar en cuatro patas, también podían adoptar una postura [[bípedo|bípeda]] ya que la [[columna vertebral]] se sostenía horizontalmente acercando los [[brazo]]s al suelo, de manera que los iguanodontes pudieran lograr tal habilidad. La [[cola]] también estaba en posición horizontal alejada del [[cuerpo (anatomía)|cuerpo]] y por encima del suelo. En un comienzo, los [[científico]]s pensaron que los iguanodontes eran animales torpes, como un [[rinoceronte]], al caminar en cuatro patas. Más tarde, cuando en [[Bélgica]] se encontraron ciertos [[esqueleto]]s, creyeron erróneamente que se desplazaban erguidos con la cola apoyada en el suelo. Sus brazos eran largos y sus [[dedo]]s se doblaban hacía atrás para sostener el cuerpo al caminar en cuatro patas. El quinto dedo era delgado y flexible.

Revisión del 07:31 8 dic 2009

 
Iguanodon
Rango temporal: Cretácico Inferior
Archivo:Iguanodon BW.jpg
Estado de conservación
Extinto (fósil)
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Sauropsida
Superorden: Dinosauria
Orden: Ornithischia
Suborden: Ornithopoda
Infraorden: Iguanodontia
Familia: Iguanodontidae
Género: Iguanodon
Mantell, 1825
Especies
  • I. bernissartensis (Boulenger, 1881) (neotipo)
  • I. anglicus (Holl, 1829) nom.dub.
  • I. dawsoni (Lydekker, 1888)
  • I. fittoni (Lydekker, 1889)
Sinonimia
  • ?Heterosaurus Cornuel, 1850
  • Hikanodon Keferstein, 1834
  • "Iguanoides" Conybeare vide Cadbury, 2000
  • "Iguanosaurus" [Anonymous] 1824
  • "Proiguanodon" van den Broeck, 1900
  • ?Sphenospondylus Seeley, 1882
  • Therosaurus Fitzinger, 1840
  • ?Vectisaurus Hulke, 1879

Iguanodon (gr. "diente de iguana") es un género de dinosaurios ornitópodos iguanodóntidos, que vivieron a principios período Cretácico, hace aproximadamente 130 a 120 millones de años (entre el Berriasiano y el Aptiano), en lo que hoy es Europa. Iguanodon está a medio camino entre los primitivos de los hipsilofodóntidos, bípedos y rápidos, y la culminación de los ornitópodos en los dinosaurios de pico de pato. Se han descrito muchas especies de Iguanodon, datadas desde el Kimeridgiano, a finales del Jurásico, al Cenomaniano del Cretácico Superior en Asia, Europa, y Norteamérica. Sin embargo, la investigación en la primera década del siglo XXI sugiere que solamente hay una especies bien conocida el I. bernissartensis, de que vivió en el Cretácico Inferior de Europa. La principal característica de Iguanodon es su púa grandes en los pulgares, que fueron utilizados posiblemente para defenderse de los depredadores.

Descubierto en 1822 y descrito tres años más tarde por el geólogo inglés Gideon Mantell, Iguanodon fue el segundo dinosaurio nombrado formalmente, después de Megalosaurus. Junto con Megalosaurus y Hylaeosaurus, es uno de los tres géneros usados originalmente para definir Dinosauria. Fue bautizado por Gideon Mantell con el nombre, Iguanodon, el cual se deriva del iguana y de la palabra griega odontos (diente), debido a que los dientes del Iguanodon son iguales a los de la iguana. Fue un herbívoro grande y robusto. Iguanodon es un miembro de Iguanodontia, junto con los hadrosáuridos. La taxonomía de este género continúa siendo un asunto de estudio mientras que se nombran nuevas especies o las de muchos años se reasignan a otros géneros.

La comprensión científica de Iguanodon ha evolucionado a través del tiempo, a medida que la nueva información se obtiene de los fósiles. Los numerosos especímenes de este género, incluyendo los esqueletos casi completos a partir de dos camas de huesos bien conocidas, han permitido que los investigadores se formulen hipótesis con respecto a muchos aspectos de la vida del animal, incluyendo la alimentación, el movimiento, y el comportamiento social. Como uno de los primeros dinosaurios bien conocidos por la ciencia, Iguanodon ha ocupado un lugar pequeño pero notable en la opinión pública sobre los dinosaurios, dada su representación artística que cambia perceptiblemente en respuesta a nuevas interpretaciones de su anatomía.

Descripción

Ilustración de la estructura ósea de un iguanodonte.

Iguanodon fue un robusto herbívoro que podía alternar entre la posición bípeda a cuadrúpeda.[1]​ La especie bien conocida, I. bernissartensis, se ha estimado que pesaba alrededor de 3 toneladas en promedio,[2]​ y a medir alrededor de 10 metros de largo cuando adulto, con algunos especímenes que posiblemente habrían alcanzado los 13 metros.[3]​ Otras especies no eran tan grandes, el igualmente robusto; I. dawsoni se estima en 8 metros de largo, y su contemporáneo ligeramente construido, I. fittoni en 6 metros.[4]​ Este género tenía un cráneo grande, alto pero estrecho, con un desdentado pico cubierto probablemente con queratina, y los dientes como los de una iguana, pero mucho más grande y juntos en paquetes.[1]

Los brazos eran largos, hasta 75% de la longitud de las piernas en I. bernissartensis y robusto,[3]​ con las manos poco flexibles construidas de modo que los tres dedos centrales pudieran soportar el peso.[1]​ Los pulgares eran los púas cónicas que se volteaban hacia fuera lejos de los tres dedos principales. En restauraciones tempranas, la púa fue puesta en el la nariz del animal. Fósiles posteriores revelaron la naturaleza verdadera de las púas del pulgar,[5]​ estando su verdadera función en debate. Habrían podido ser utilizados para la defensa, o para forrajear el alimento. El dedo meñique era alargado y diestro, y habría podido ser utilizado para manipular objetos. Las piernas eran poderosas, pero no construido para correr, y tenía tres dedos en cada pie. La espina dorsal y la cola fueron apoyadas y atiesadas por tendónes osificados, que eran los tendones que se volvieron hueso durante vida,estos huesos como cilindros se omiten generalmente de los montajes y de los dibujos esqueléticos.[1]​ En general, su aspecto y estructura del cuerpo no difería de los posteriores hadrosáuridos.

Estos ornitópodos, así como podían caminar en cuatro patas, también podían adoptar una postura bípeda ya que la columna vertebral se sostenía horizontalmente acercando los brazos al suelo, de manera que los iguanodontes pudieran lograr tal habilidad. La cola también estaba en posición horizontal alejada del cuerpo y por encima del suelo. En un comienzo, los científicos pensaron que los iguanodontes eran animales torpes, como un rinoceronte, al caminar en cuatro patas. Más tarde, cuando en Bélgica se encontraron ciertos esqueletos, creyeron erróneamente que se desplazaban erguidos con la cola apoyada en el suelo. Sus brazos eran largos y sus dedos se doblaban hacía atrás para sostener el cuerpo al caminar en cuatro patas. El quinto dedo era delgado y flexible.

Historia

Ilustración de los fósiles de dientes de Iguanodon junto a los de la moderna iguana en el trabajo de Mantell de 1825 sobre Iguanodon.
Restos encontrados en Maidstone en 1840.

El descubrimiento de Iguanodon ha sido acompañado de largo del tiempo por una popular leyenda. El primer rastro de un Iguanodon fue un diente fosilizado encontrado por la esposa de Gideon Mantell, Mary Ann Mantell, en los estratos del Bosque Tilgate, Cuckfield, Inglaterra, mientras su marido revisaba un paciente. Sin embargo, no hay evidencia que Mantell llevara a su esposa con mientras veía a sus pacientes. Además, admitió en 1851 que él sí mismo había encontrado los dientes.[6]​ Ninguno afirma que la otra historia es falsa[7]​ Sin importar las circunstancias exactas, inpecciono el área en busca de más fósiles, y consultó a los expertos sobre fósiles de su tiempo en cuanto a qué clase de animal pudieron pertenecer los huesos. La mayor parte de los científicos, por ejemplo William Buckland y Georges Cuvier, pensaron que los dientes eran un pez o mamífero. Sin embargo, Samuel Stutchbury, un naturalista del colegio real de cirujanos, reconocido que se asemejaban a los de una iguana, no obstante veinte veces de más grande.[2]​ Mantell no describio sus descubrimientos hasta 1825, cuando presentara un trabajo en la Royal Society de Londres.[8][6]​ En el reconocimiento de la semejanza de los dientes a los de la iguana, Mantell nombró su nuevo género Iguanodon o "dientes de iguana", a partir de iguana y del griego odontos ("diente").[3]​ Basandose en una escala isometrica, estimo que la criatura habría alcanzado los 12 metros de largo.[8]​ La idea inicial fue llamarlo Iguanasaurus ("lagarto iguana "), pero su amigo William Daniel Conybeare le sugirió que ese nombre era más aplicable a la misma iguana y que mejor seria llamarlo Iguanoides ("como una iguana ") o Iguanodon.[9][10]​ Tuvo el descuido de no asignar nombre a la especie para formar un apropiada nomenclatura binomial, así que uno le fue suministrado en 1829 por Friedrich Holl: I. anglicum , que fue enmendada más adelante a I. anglicus.[11]

Restauración de Mantell de Iguanodon basado en los restos de Maidstone.

Años después se encontró un espécimen más completo de Iguanodon en una cantera de Maidstone, el que Mantell adquirió e identificó basado en el diente que tenía. La losa de Maidstone permitió las primeras reconstrucciones esqueléticas y las interpretaciones artísticas de un iguanodonte. El error más famoso fue la adición de un cuerno, también descubierto por la esposa de Mantell, sobre la nariz del dinosaurio.[12]​ El descubrimiento de muchos mejores especímenes de I. bernissartensis en 1878 reveló que el cuerno era en realidad un pulgar modificado, quizás usado para la defensa, a modo de puñal contra los depredadores de su ambiente. Inclusive, dicho error se encuentra aún presente en las esculturas inauguradas en la exposición del Palacio de Cristal, conservadas actualmente como testimonio histórico. Para conmemorar el descubrimiento incorporo un Iguanodon como tenantes en su escudo de armas en 1949.[13]​ Este espécimen se ha ligado al nombre I. mantelli , una especie nombrada en 1832 por Christian Erich Hermann von Meyer en lugar de I. anglicus , solamente porque viene realmente de una diferente formación geológica rocosa que el material original I. mantelli / I. anglicus.[10]

El famoso banquete de Benjamin Waterhouse Hawkins dentro del Iguanodon.

Al mismo tiempo, la tensión comenzó a crecer entre Mantell y Richard Owen, un científico ambicioso con una financiación mucho mejor y las conexiones de la sociedad en los mundos turbulentos del acto de la reforma de 1832. Owen, una firme creacionista, se opuso a las versiones tempranas de ciencia evolutiva ("transmutacionismo") que entonces estaba siendo discutida y utilizo el termino que el mismo acuñaría como dinosaurios como arma en este conflicto. Con la descripción de Dinosauria redujo proporcionalmente las longitudes de los dinosaurios de los excesivo 61; metros, determinado que no eran simplemente lagartos gigantes, y propuso que eran avanzados como los mamíferos, características dadas a ellos por Dios, según la comprensión de su tiempo, no habrían podido ser " transmutado" de reptiles a las criaturas como mamífero.[14][15]

Poco antes su muerte en 1852, Mantell argumentó que Iguanodon no era un pesado animal similar a un paquidermo[16]​ como Owen proponía, pero no fue invitado a participar en la creación de los dinosaurios de The Crystal Palace, que que coloco la imagen de los dinosaurios de Owen en la imaginación popular.[14]​ Junto a Benjamin Waterhouse Hawkins, creo casi dos docenas de esculturas de tamaño natural de los varios animales prehistóricos construidos enconcreto sobre un marco de acero y ladrillo; dos Iguanodon , uno parado y el otro sobre su vientre, estaban incluidas. Antes que la escultura de pie de Iguanodon fuera terminada, se llevó a cabo un banquete en su interior para veinte comensales.[17][18][19]

La Mina de Bernissart

Fotografía de un esqueleto de Iguanodon de Bernissart siendo montado.

El más grande descubrimiento de restos de Iguanodon ocurrió en 1878 en la mina de carbón de Bernissart en Belgica, a una profundidad de 322 metros.[5]​ Con el estímulo de Alphonse Briart; el supervisor de minas de Morlanwelz, Louis Dollo, con Louis de Pauw, supervisó la excavación de los esqueletos y los reconstruyó. Se recogieron al menos 38 Iguanodon individuales,[1]​ la mayoría de ellos adultos.[20]​ Muchos de ellos colocados en exposición publica en 1882 donde todavía presente están 11 son montajes exhibidos erguidos, y 20 como aproximadamente fueron encontrados.[5]​ Es la exhibición más impresionante en el Real Instituto Belga de Ciencias Naturales, en Bruselas. Una replica de estos es exhibida en Museo de Hstoria Natural de la Universidad de Oxford y en el Museo Sedgwick de la Ciencias de la Naturaleza en Cambridge. La mayoría de los especímenes están referidos a una nueva especie, I. bernissartensis, un animal más grande y pesado que los restos encontrados en Inglaterra, pero un espécimen fue referido el nebuloso y grácil I. mantelli (hoy Dollodon bampingi). Los esqueletos eran algunos de los primeros esqueletos completos del dinosaurio conocidos. Fueron encontrados con los esqueletos los restos de plantas, peces, y de otros reptiles,[5]​ incluyendo el cocodriliano Bernissartia.

Iguanodon bernissartensis Dibujos de los fósiles de 1882.

La ciencia de la conservación de los restos fósiles estaba en su infancia, y estaban mal equipados para tratar los que se conocía como "la enfermedad de la pirita". La pirita en los huesos cambiaba a sulfato del hierro, dañando los restos haciéndolos agrietarse y desmenuzándolos. Cuando estaban en la mina, los huesos fueron expuestos a la humedad que evitó que sucediera esto, pero cuando estaba fueron expuestos al aire abierto más seco, la conversión química natural comenzó a ocurrir. Al no saber la causa verdadera, y el pensamiento de ella eran una infección real, el personal en el museo en Bruselas frustrada para tratar el problema con una combinación de alcohol, arsénico, y laca. Esta combinación fue pensada para penetrar (alcohol), para matar cualquier agente biológico (arsénico), y para endurecer simultáneamente (laca) los fósiles. Este tratamiento tenía el efecto involuntario del aislamiento en humedad y de prolongar el período de daño. Los tratamientos modernos en lugar de esto implican la supervisión de la humedad del almacenaje del fósil, o, para los especímenes frescos, preparando una capa especial de polietilenglicol que entonces se calienta en una bomba de vacío, así que la humedad se quita inmediatamente y el espacio de poro se infiltra con polietilenglicol para sellar y consolidar el fósil.[5]

Uno de los varios esqueletos mostrados en Bruselas

Los especímenes de Dollo permitieron que se demostrara que los paquidermos prehistóricos de Owen no eran la imagen correcta de Iguanodon. En su lugar modeló los montajes esqueléticos basándose en el emú y el walabí, y puso la púa que había estado en la nariz firmemente en el pulgar.[21][22]​ No estaba totalmente correcto, sino que también ya que tenía la desventaja de haber frente al primer dinosaurio completo. Un problema que fue reconocido más adelante era la curva que introdujo en la cola. Este órgano era más o menos recto, como se muestra por los esqueletos que él excavaba, y la presencia de tendones osificados. De hecho, para conseguir la curva en la cola para una más parecida a la del walabí o canguro, la cola habría tenido que estar rota. Con su cola y parte posterior correctas, rectas, el animal habría caminado con su cuerpo horizontal a la tierra, con los brazos para apoyar el cuerpo si fuera necesario.[5]​ Las excavaciones en la mina pararon en1881, aunque no fuera agotada de fósiles, como reciente las operaciones de la perforación han demostrado.[23]​ Durante la Primer Guerra Mundial, cuando la ciudad fue ocupada por los alemanes, preparaciones fueron hechas para abrir de nuevo la mina para la paleontología y Otto Jaekel fue enviado desde Berlín para supervisarlas. Cuando los aliados recuperaron Bernissart apenas la primera capa fosilífera estaba a punto de ser destapada. Otras tentativas de abrir de nuevo la mina fueron obstaculizadas por problemas financieros y paradas en conjunto en 1921 en que la mina se inundó.[5]

Últimos descubrimientos en todo el mundo

La investigación sobre Iguanodon disminuyo durante la primer parte del siglo XX cuando las Guerra Mundiales y la Gran Depresión envolviendo a Europa. Una nueva especie que se convirtió en el tema de mucho estudio y de controversia taxonómica , I. atherfieldensis, así llamada en 1925 por R. W. Hooley, para un espécimen recolectado en Atherfield Point en la Isla de Wight.[24]​ Sin embargo, el cuál había sido un género europeo ahora era encontrado en todo el mundo, con el material en África (dientes en Túnez,[25]​ y en otras partes del Desierto del Sahara),[26]Mongolia (I. orientalis),[27]​ y los Estados Unidos en América del Norte (I. ottingeri de Utah[28]​). Otra especie de norteamérica, de Dakota del Sur, han sido asignadas alguna vez a Iguanodon como I. lakotaensis,[29]​ siendo reclasificada como Dakotadon.[30]

Iguanodon no fue parte del principio del renacimiento de los dinosaurios que comenzo con la descripción del Deinonychus en 1969, pero no fue olvidado por mucho tiempo. El trabajo sobre mecanismos de alimentación de los ornitópodos de David B. Weishampel proporcionó una mejor comprensión de cómo alimentó,[31]​ y David B. Norman trabajo con muchos aspectos de Iguanodon, haciéndolo uno de los dinosaurios más conocidos del mundo[32][5][33][1]​ Ademas de el hallazgo de numerosos esqueletos de Iguanodon, en Nehden, Renania del Norte-Westfalia, Alemania, proveyó la evidencia de la vida en manada en este género ya que los animales en el área del hallazgo parecen que habian estado cerca cuando una inundación repentina los mato. Al menos 15 individuos, a partir del 2 metros de largo, se han encontrado alli, aunque por lo menos algunos de ellos sean iguanodóntidos gráciles y pertenezcan al relacionado Mantellisaurus o Dollodon (descrito como I. atherfieldensis , en por creerse que se trataba de otra especie de Iguanodon).[20][30]

Material de Iguanodon fue usado en la busqueda de ADN y otras biomoleculas. En el estudio de Graham Embery et al, huesos de Iguanodon fueron prosesados en busquedad deproteinas. En esta investigacióin, restos identificables de tipicas proteinas de hueso, como fosfoproteinas y proteoglicanos, fueron encontrados en una costilla.[34]

Clasificación

Cladograma simplificado de Iguanodontia, creado después de Norman (2004).[1]

Iguanodon le da al nombre al clado sin clasificar Iguanodontia, un grupo muy populoso de ornitopódos con muchas especies conocidas del Jurásico Medio al Cretácico Superior. De este grupo Iguanodon es el mejor conocido, en el cual se incluyen también Dryosaurus, Camptosaurus, Ouranosaurus, y los dinosaurios pico de pato o hadrosáuridos. En fuentes viejas, Iguanodontidae fue mostrada como una familia distinta.[35][36]​ Esta fasmilia tradicionalmente ha sido usada como un taxón cajón de sastre, incluyendo ornitopódos que no eran hipsilofodóntidos o hadrosáuridos. En la practica, animales como Callovosaurus, Camptosaurus, Craspedodon, Kangnasaurus, Mochlodon, Muttaburrasaurus, Ouranosaurus, y Probactrosaurus fueron usualmente asignados a esta familia.[36]​ Con el advenimiento del análisis cladistico, Iguanodontidae como era interpretado tradicionalmente de demostró que era parafilético, y estos animales se colocan en diversos puntos refiriéndolos a los hadrosáuridos en un cladograma, en vez de en un solo clado distinto.[37][1]​ Esencialmente, el concepto moderno de Iguanodontidae incluye actualmente solamente Iguanodon. Los grupos como Iguanodontoidea todavía se utilizan como clados sin clasificar en la literatura científica, aunque muchos iguanodóntidos tradicionales ahora se incluyen en la superfamilia Hadrosauroidea. Iguanodon es ubicado entre Camptosaurus y Ouranosaurus en cladogramas, y se desciende probablemente de a animal similar al camptosaurio. [1]​ En este punto, Jack Horner sugiere, basado sobre todo en las características del cráneo, que debido a que los hadrosáuridos formaron realmente a dos grupos distantemente relacionados, con Iguanodon en la línea de los de las cabezas chata hadrosaurinos, y Ouranosaurus en la línea de los crestados lambeosaurinos, [38]​ pero esta propuesta ha sido rechazada.[37][1]

Especies

Iguanodon bernissartensis montado correctamente en su postura de cuadrúpedo, Instituto Real de Ciencias naturales de Bélgica Bruselas.

Debido a que el iguanodonte es uno de los primeros géneros de dinosaurios en haber recibido un nombre, son numerosas las especies que han sido clasificadas allí. Si bien el iguanodonte nunca ha sido un Taxón cajón de sastre (al estilo de otros géneros de dinosaurios como los Megalosaurus y los Pelorosaurus) su historia ha sido complicada y su taxonomía debe ser revisada constantemente.[39][40][41][30]​ Los restos de las especies más conocidas han surgido en Bélgica, Inglaterra, España y Francia. Restos de animales similares, posiblemente pertenecientes a este género han sido encontrados también en Túnez y Mongolia, y de especies diferenciadas en Utah, Estados Unidos. Gregory Paul ha recomendado limitar el uso de I. Bernissartensis estrictamente a los descubrimientos de Bernissart, y utilizar I. sp. (que significa especie indeterminada) para los restos de robustos animales tipo iguanodonte en rocas europeas del Barremiano.[30]​ Al final, lo que inicialmente se pensó que era un dinosaurio típico de las islas Británicas puede en realidad haber escasamente habitado allí.

I. Anglicus fue la especie tipo original, pero el holotipo estaba basado en un solo diente y desde entonces sólo se han encontrado restos parciales de la especie. En marzo de 2000, la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica cambió la especie tipo a la más conocida I. Bernissartensis. El diente original del iguanodonte es guardado en el Te Papa Tongarewa, el museo nacional de Nueva Zelanda en Wellington, aunque no está exhibida actualmente. EL fósil llegó a Nueva Zelanda luego que el hijo de Gideon Mantell se estableciera allí.[42]

Especies actualmente validadas

Sólo unas pocas de las especies originalmente asignadas a la familias de los iguanodóntidos son actualmente consideradas válidas, y de ellas, sólo una corresponde al género Iguanodon.[1][30]I. bernissartensis, es descrito por George Albert Boulenger en 1881, siendo el neotipo para el género. Esta especie es la más conocida para los muchos esqueletos descubiertos en Bernissart, pero también se conoce de los restos a través de Europa. David Norman sugiere que se incluya a la dudosa I. orientalis de Mongolia,[43]​ pero esto no ha sido seguida por otros investigadores.[30]

Dos especies descritas por Richard Lydekker a finales del siglo XIX son válidas, pero raramente mencionadas. I. Dawsoni, descrita por Lydekker en 1889,[44]​ es conocida por dos esqueletos parciales encontrados en Sussex del Este, Inglaterra,[1]​ de mitades del Valanginiano durante el Cretácico inferior.[30]I. Fittoni fue tanbién descrito por Lydekker, en 1888.[45]​ Como el I. Dawsoni, esta especie también proviene de la Formación Arcilla de Wadhurst[30]​ de Sussex del Este. Restos encontrados en España podrían también pertenecer al género. Las dos especies se diferencian por en base a características en la pelvis y en las vértebras, en tamaño y en contextura.[4]​ Por ejemplo, I. Dawsoni era más robusto que I. Fittoni, con grandes vértebras al estilo del Camptosaurus y una columna vertebral corta, mientras que el I. Fittoni es conocido por su columna vertebral larga, estrecha e inclinada.[1]​ Sin embargo, su pertenencia al género podría ser cuestionada en un futuro próximo.[30]

Especies reasignadas

Dos especies de iguanodonte propuestas por Richard Owen han sido reasignadas a otros géneros. I. hoggi (también llamada I. boggii o hoggii), bautizada por Owen en base a una mandíbula inferior hayada en la Formación Purbeck del Titoniano-Berriasiano Jurásico superior-Cretácico inferior del Lecho Purbeck en Dorset en 1874, fue reasignada como Camptosaurio por David Norman y Paul Barrett,[40]​ aunque esta reasignación es actualmente cuestionada.[30][46]I. major, bautizada a partir de una vértebra encontrada en la Isla de Wight descrita por Owen en 1842 como una especie de Streptospondylus, es todavía un nomen dubium que puede ser un sinónimo de I. anglicus,[1]​ o una especie independiente.[47]

Adicionalmente, otras catorce especies consideradas originalmente como iguanodontes han sido reclasificadas en otros géneros. La especie Iguanodon albinus (o Albisaurus scutifer), descrita por el paleontólogo checo Antonin Fritsch (Frič en su ortografía original) en 1893, es un reptil dubious nondinosaurian conocido como Albisaurus albinus.[48]I. atherfieldensis, descrita por Reginald Hooley en 1925,[24]​ era más pequeño y menos robusto que I. Bernissartensis, con una columna vertebral más larga. Fue renombrada como Mantellisaurus atherfieldensis en 2007.[41]I. exogyrarum (también escrita como I. exogirarum o I. Exogirarus) fue descrita por Fritsch en 1878. Es un nomen dubium en base al poco material que existe de ella y fue reasignada por George Olshevsky, como Ponerosteus.[49]I. Valdensis, descrita por Hulke en 1879 a partir de restos de vértebras y de la pelvis, encontrados en la Isla de Wight en una capa del Barremiano,[50]​ originalmente llamada Vectisaurus, puede ser un espécimen de Mantellisaurus atherfieldensis que no llegó a edad adulta,[51]​ o de una especie no determinada de Mantellisaurus.[30]I. Gracilis, bautizada por Lydekker en 1888 como especie tipo de Sphenospondylus y asignada como iguanodonte en 1969 por Rodney Steel, podría también pertenecer a Mantellisaurus atherfieldensis.[1]

I. foxii (también escrita I. foxi) fue descrita originalmente por Thomas Henry Huxley en 1869 como especie tipo de Hypsilophodon; Owen (1873 o 1874) la reasignó a los iguanodontes, pero su asignación fue rápidamente contestada.[52]I. hollingtoniensis (también conocida como I. Hollingtonensis), descrita por Lydekker en 1889, ha sido considerada como sinónimo de I. fittoni,[1]​. Orto espécimen asignado a I. hollingtonensis por Richard Owen en 1874, con una combinación inusual de mandíbula inferior al estilo hadrosaurid y un antepecho robusto, puede representar un taxón no clasificado.[30]I. prestwichii (también escrito I. Prestwichi), desrito por John Hulke en 1880, fue reasignado como Camptosaurus prestwichii. I. seeleyi (escrito igualmente I. seelyi), descrito por Hulke dos años después del I. prestwichii, has sido considerado sinónimo de I. bernissartensis,[1]​ aunque todavía esto sigue en disputa.[30][47]I. suessii, descrito por Emanuel Bunzel en 1871, fue reasignado como Mochlodon suessi.[1]

I. lakotaensis fue descrito por David B. Weishampel y Philip R. Bjork en 1989.[29]​ Es la única especie de iguanodonte de América del Norte ampliamente aceptada, I. Lakotaensis fue descrito a partir de un cráneo parcial encontrado en la formación Lakota de Dakota del Sur, EE.UU. del período Barremiano durante el Cretácico inferior. Su asignación ha generado controversia. Algunos investigadores sugieren que es más basal que el I. Bernissartensis, y relacionado con el género Theiophytalia,[53]​ pero David Norman ha sugerido que puede ser un sinónimo de I. bernissartensis.[39]​ Posteriormente, Gregory S. Paul le asignó su propio género, Dakotadon.[30]

IRSNB 1551, el holotipo de Dollodon bampingi, anteriormente Iguanodon mantelli, mostrado en el Instiuto Real Belga para las Ciencias Naturales en Bruselas

Iguanodon mantelli (también escrito I. manteli o I. mantellii), descrito por Christian Erich Hermann von Meyer en 1832, está realmente basado en el mismo material que I. anglicus.[54]​ Sin embargo, algunos esqueletos, incluyendo el espécimen Maidstone y uno de loas espécimenes de esqueletos Bernissart han sido por años asignados aquí, y su atribución no ha sido completada. El esqueleto grácil Bernissart, pro ejemplo, fue reasignado, primero como Mantellisaurus atherfieldensis,[33]​ y, luego de una revisión más exhaustiva, a su propio gpenero y especie, Dollodon bampingi.[30]I. orientalis, descrito por A. K. Rozhdestvensky en 1952,[27]​ se basó en muy poco material, pero un cráneo y un hocico arqueado que le estaban asignados fueron reclasificados como pertenecientes a un Altirhinus kurzanovi en 1998.[39]​ Al mismo tiempo, I. orientalis se consideró como un nomen dubium no distinguible de I. bernissartensis.[43][39]Harry Seeley describió a I. phillipsi en 1869,[55]​ pero posteriormente lo reasignó a Priodontognathus.[56]

Especies dudosas

Cinco especies de iguanodonte son consideradas como nomina dubia o no descritas. I. anglicus, descrita por Friedrich Holl en 1829,[11]​ es la especie tipo original de Iguanodon, pero, como se mencionó antes, pue remplazada por I. Bernissartensis. En el pasado ha sido escrita como I. angelicus (Lessem y Glut, 1993) y I. anglicum (Holl, 1829 corregido, Bronn, 1850). Es conocida por las dientes encontrados en el bosque de Tilgate de Sussex del Este, Inglaterra del Valanginiano-Barremiano, del Cretácico inferior. I. hillii, bautizada por Edwin Tully Newton en 1892 en base a un diente encontrado en la formación Lower Chalk de Hertfordshire del Cenomaniano, parte del Cretácico superior, es un miembro de los hadrosáuridos.[57]​ Los restos de un "I. mongolensis" (Whitfield, 1992, nomen nudum de un comentario en la foto de un libro) fueron posteriormente nombrados Altirhinus.[58]

I. ottingeri, descrito por Peter Galton y James A. Jensen en 1979, es un nomen dubium basado en dientes encontrados en la porción infeior de la Formación Montaña Cedar de Utah, probablemente del Aptiano.[28]I. praecursor (también escrito I. Precursor), descrito por E. Sauvage en 1876 a partir de dedos from dientes de una formación en Pas-de-Calais, Francia, es actualmente un saurópodo, que a veces ha sido asignado clasificado como Neosodon,[59]​ Si bien estos dos vienen de formaciones diferentes.[60]

Finalmente, otros géneros y especies poco conocidos están incluidos entre los Iguanodon sin ser especies separadas, aunque su asignación podría cuestionarse con la la reasignación de I. atherfieldensis. Estos incluyen Heterosaurus neocomiensis (Cornuel, 1850), Hikanodon (Keferstein, 1834), y Therosaurus (Fitzinger, 1840), y las especies "Streptospondylus" recentior (Owen, 1851), "Cetiosaurus" brachyurus,[2]​ y parte de "C." brevis (Owen, 1842; "C." brevis es una quimera paleontológica).[61]​ El nomen nudum "Proiguanodon" (van den Broeck, 1900) también está en este grupo,[62]​ y posiblemente también los poco conocidos "Streptospondylus" grandis (Owen, 1851) y meyeri (Owen, 1854).[10]

Paleobiología

Alimentación y dieta

Cranéo de Iguanodon del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford.

Uno de los primeros detalles notados en los iguanodóntes fue que tenia dientes de reptil herbívoro,[8]​ aunque no haya habido siempre consenso en cómo comió. El mismo Mantell noto que los restos con los que trabajaba eran distintos a lo de cualquier reptil moderno, especialmente en la desdentada mandíbula inferior con una sínfisis de forma de cuchara, que comparo con el perezoso de dos dedos y el extinto perezoso terrestre Mylodon. También sugirió que el iguanodontetenía una lengua prensil que se podría utilizar para recolectar el alimento,[63]​ como la jirafa. Restos más completos han demostrado que esto era un error; por ejemplo, el hueso hiodeo que soportaba la se construye pesadamente, implicando una lengua muscular, no prensil usada para mover el alimento alrededor en la boca. [32]​ The giraffe-tongue idea has also been incorrectly attributed to Dollo via a broken lower jaw.[64]

Los dientes de los iguanodontes, como el nombre sugiere, son similares a los de la iguana, pero mayores. A diferencia que los hadrosáuridos, que tenían columnas de reemplazos de dientes, los iguanodontes tenían un solo reemplazo del diente por vez. El maxilar soportada a 29 dientes por lado, con ningunos en los premaxilares, y el dentario 25, los números son diferentesd porque los dientes en la mandíbula inferior son más amplios que ésos en la parte superior.[37]​ Porque las filas del diente tienen una profunda inserción en la parte oral de mas quijadas, y debido a otros detalles anatómicos, se cree que, como con la mayoría de los otros ornitisquios, los iguanodontes tenía una clase de estructura como la mejilla muscular o no-muscular, para conservar el alimento en la boca.[65][66]

Una mano de Iguanodon mostrada en Bruselss; con el dedo prensil extendido.

El cráneo fue estructurado de una manera tal que cuando cerraba la boca, los huesos que sostienen los dientes en la quijada superior se arquearan hacia fuera. Esto causaría las superficies más bajas de los dientes de la quijada superior frotaran contra la superficie superior de los dientes de la mandíbula inferior, moliendo cualquier cosa entre ellos mientras tanto y proporcionando una acción que es el equivalente al la masticación de los mamíferos.[31]​ Debido a que los dientes fueron substituidos siempre, el animal habría podido utilizar este mecanismo a través de su vida, y podría comer material vegetal resistente.[67]​ Adicionalmente, las partes frontales de las mandíbulas del animal de eran desdentadas e inclinadas con nodos huesudos, superiores e inferiores,[1]​ proporcionando un margen áspero que fue cubierto y alargado probablemente por el material tipo queratina para formar un pico para arrancar con los dientes ramitas y retoños.[5]​ La recolección del alimento habría sido ayudada por su flexible dedo menor, que se habría podido utilizar para manipular objetos, a diferencia de los otros dedos.[1]

Exactamente qué comian los iguanodontes con sus quijadas bien desarrolladas no se sabe. El tamaño de la especie más grande, por ejemplo I. bernissartensis, pudo haberlo ayudado a alcanzar el follage de árboles a 4 o 5 metros de alto.[3]​ Una dieta de equisetos, cycas y coníferas fue sugerida por David Norman,[5]​ aunque los iguanodontídos en general se hayan comido angiosperma en el cretácico el debido al los hábitos deducidos del ramoreo bajo. El crecimiento de las angioespermas, según esto hipótesis, habría sido animado por los iguanodontesque alimenta porque las gimnospermas serían quitadas, permitiendo que más espacio para la mala hierba - como las primeras angiospermas.[68]​ Sin emabrgo la evidencia no es conclusiva.[69][1]​ Sin conocer su su dieta exacta, pero debido a su tamaño y abundancia, los iguanodontes se ven como el herbívoro dominante a grande medio para su ecosistema. [1]​ En Inglaterra, este incluía al depredador pequeño Aristosuchus, los grandes depredadores Eotyrannus, Baryonyx y Neovenator, pequeños herbivoros como Hypsilophodon y Valdosaurus, el también iguanodontido Mantellisaurus, el dinosaurio acorazado Polacanthus, y saurópodos como Pelorosaurus.[70]

Postura and movimiento

Reconstrucion del Iguanodon de Samuel Griswold Goodrich para Illustrated Natural History of the Animal Kingdom.[71]

Los primeros fósiles eran muy fragmentarios, lo que llevo a muchas confusiones sobre la postura y naturaleza del los iguanodontes. Según lo discutido, el iguanodonte fue retratado inicialmente como bestia cuadrúpeda con un cuerno en la nariz, similar a un rinoceronte. No obstante como más huesos fueron descubiertos, Mantell observó que los miembros delanteros eran mucho más cortos que los traceros. Su rival Owen opinaba que era una criatura achaparrada con cuatro las piernas como pilares. El trabajo de supervisar la primera reconstrucción de tamaño natural de dinosaurios fue ofrecido inicialmente a Mantell, quien lo rechazo debido a su pobre salud, y a la visión de Owen formó posteriormente la base sobre la cual las esculturas tomaron forma. Su naturaleza bípeda fue revelada con el descubrimiento de los esqueletos de Bernissart. Sin embargo, fue representada en una postura vertical, arrastrando la cola a lo largo del suelo, actuando como la tercera pierna de un trípode.

Pintura del siglo XIX mostrando a Iguanodon en una pose trípode.

Durante su revisión de Iguanodon, David Norman demostro que esa postura era imposible debido a la presencia de los tendones osificados a lo largo de cola.[32]​ Para adquirir la postura en trípode, la cola debía literalmente romperse.[5]​ Al poner el animal en una postura horizontal hace que muchos aspectos de los brazos y cintura pectoral sean más comprensibles. Por ejemplo, la mano es relativamente inmóvil, con los tres dedos centrales agrupados juntos, con las falanges como una pezuña y capaz de la hiperextención. Esto habría permitido que soportara el peso. La muñeca es también relativamente inmóviles, y los brazos y los huesos de hombro robustos. Estas características todas sugieren que el animal habria pasado el tiempo sobre sus cuatros miembros.[32]

Ilustración de Iguanodon como cuadrúpedo.

Sin embargo los iguanodontes alcanzaban la posición cuadrúpeda en la adultez, los juveniles I. bernissartensis tenían brazos más cortos que los adultos (60% de las patas contra 70% de los adultos).[1]​ Al caminar como cuadrúpedo, el animal habría llevados las manos una delate de la otras, como se muestra por las vias de icnitas de iguanodóntidos y la anatomía de los brazos y manos.[72][73]​ Los pies de tres dedos de los iguanodontos eran relativamente largos, y al caminar, la mano y el pie habrían sido utilizados en la manera de a digitígrada (en la punta de los dedos) .[1]​ LA maxima velocidad de los iguanodontes se estima en 6.7 metro por segundo, unos 24 kilómetro por hora,[74]​ la cuál habría sido como bípedo; no habría podido galopar como cuadrúpedo.[1]

Las huellas de pisadas de tres dedos con la punta del pie grandes se conocen en rocas del cretácico Inferior de Inglaterra, particularmente el Lecho Wealden en la isla del Wight, y éstas [[icnita] s eran originalmente difíciles de interpretar. Algunos autores asociaron a ellas con los dinosaurios a principios de 1846, E. Tagert fue más lejos en cuanto llegó a asignarlos a icnotaxón que nombró Iguanodon,[75]​ y Samuel Beckles noto en 1854 que se pareciás a rastos de aves, pero que pudieron haber venido de dinosaurios.[76]​ La identidad de los que hizieron las huellas fue aclarada con el descubrimiento en 1857 de la pierna trasera de un joven iguanodonte , con los pies que pisaban en la punta de los tres dedos, demostrando que tales dinosaurios habrían podido hacer las pistas.[77][78]​ Faltando pruebas directas esta pisadas fueron atribuidasa los iguanodontes.[5]​ Una via de huellas de Inglaterra qué puede ser un iguanodonte lo muestra moviendoce sobre sus cuatros patas, pero las impresiones del pie son pobres, haciendo una conexión directa difícil.[32]​ Huellas asiganadas al icnotaxón Iguanodon se saben de localizaciones incluyendo los lugares en Europa en donde el fósil del cuerpo Iguanodon se conoce, como Spitsbergen, Svalbard, Noruega.[79][80]

Púa del pulgar

La púa original encontrada en Maidstone en 1840

La púa del pulgar es una de la características más conocidas del los iguanodontes. Sin embargo fue colocada , en un principio, en la nariz por Mantell. Cuando se hallaron los ejemplares completos en Bernissart Dollo se dio cuenta del error y coloco en el lugar correcto en la mano, como un pulgar modificado. Ésta no sería la vez última que la garra modificada sdel pulgar de un dinosaurio sería mal interpretada; Noasaurus , Baryonyx , y Megaraptor son ejemplos desde los años de 1980 donde una garra agrandada del pulgar puesta en el pie, como en los dromeosáuridos

Este pulgar es tradcionalmente explicado como un puñal para los combates cercanos con los predadores[5][1]​ aunque pudo usarlo también para romper semillass y frutas,[1]​ o contra otros iguanodontes.[3]​ Un autor propone que la garra estaba unida a una glandula venenosa,[81]​ pero esto no es aceptado ya que la púa no es hueca,[3]​ ni existe ningún tipo de estría que pudiera conducir el veneno.[82]

Comportamiento social

Aunque estén interpretados a veces como resultado de una sola catástrofe, los hallazgos de Bernissart ahora se interpreten como acontecimientos del múltiplo eventos. Según esta interpretación, por lo menos en tres ocasiones de alta mortalidad se registran, y aunque individuos numerosos habrían muerto en geológicamente un periodo breve periodo de tiempo (10-100 años),[20]​ esto no es necesariamente prueba de los iguanodontes vivieran en manadas.[1]​ Una elemento en contra la reunión es que los restos juveniles son muy infrecuentes en este sitio, a diferencia de casos modernos con mortalidad de la manada. Eran más probablemente las víctimas periódicas de las inundaciones repentinas cuyos cuerpos muertos se acumularon en un lago o un pantano.[20]​ El hallazgo de Nehden, sin embargo, con su mayor abanico de edades individuales, más incluso la mezcla de Dollodon o Mantellisaurus con I, bernissartensis , y la naturaleza geográfica confinada, puede registrar la mortalidad de una manada los animales que emigran a través de los ríos.[20]

A diferencia de otros animales de manada no hay evidencia que apoyen un marcado dimorfismo sexual, como en hadrosáuridos y ceratopsios. En un tiempo, se había sugerido que I. "mantelli", o I. atherfieldensis (Dollodon y Mantellisaurus, respectivamente) de Bernissart representaban al género femenino, y los más grandes y robustos I. bernissartensis los machos.[83]​ Sin embargo esto no es considerado hoy en día.[32][5][41]

En la cultura popular

Estatua de Iguanodon por Benjamin Waterhouse Hawkins, todavia visible en The Crystal Palace, y un modelo moderno de Iguanodon del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford

desde su descripción en 1825, Iguanodon fue conocido en por la gente de todo el mundo. Dos estatuas de tamaño natural de Iguanodonse construyeron para el Palacio de Cristal en Londres en 1852 que contribuyeron en gran medida a la popularidad del género.[84]​ Con sus púas como cuernos en la nariz, sobre cuatro patas como elefante, sin embargo fueron la primer reconstrucción en tamaño natural de un dinosaurio

Estatua de Iguanodon en la entrada al acuario del Zoologico de Berlin.

Varias películas han representado al Iguanodon. En la película de Disney Dinosaurio, un iguanodonte llamado Aladar sirvio de protagonista junto a otros tres iguanodontes y muchos otros personajes. Un paseo relatado del Animal Kingdom de Walt Disney World en Florida, Estados Unidos se trata de volver a la vida un iguanodonte. Es, también uno de los tres dinosaurios que inspiraron a Godzilla, los otros dos son Tyrannosaurus y Stegosaurus.[85]​ Los iguanodontes también aparecen en las series de películas de En Busca del Valle Encantado y en algunos episodios de la misma serie para televisión.

Aparte de sus apariciones en el mundo del cine, Iguanodon también se ha ofrecido en televisión la miniserie documental Caminando con dinosaurios (1999) producido por BBC, y jugado un papel estelar en el libro de sir Arthur Conan Doyle El mundo perdido. También apareció en Red Raptor (1995) de Robert Bakker, como una presa de un Utahraptor. Un asteroide del Cinturón de asteroides principal, 9941 Iguanodon en honor al género.[86][87]

Ya que es uno de los primeros dinosaurios descritos y uno de los dinosaurios más conocidos, Iguanodon ha sido bien situado como barómetro del cambio opiniones públicas y científicas sobre dinosaurios. Sus reconstrucciones han pasado a través de tres etapas: el reptil-elefante cuadrúpedo y con un cuerno sobre el hocico de la era victoriana; un bípedo pero todavía una animal lento y torpe, que usa su cola para apoyarse y, finalmente, su representación más ágil y dinámica, en la que se desplaza tanto a dos como a cuatro patas. La segunda representación dominó el siglo XX, pero fue cambiando a partir de los años 70.[88]

Referencias

  1. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z aa Norman, David B. (2004). «Basal Iguanodontia». En Weishampel, D.B., Dodson, P., and Osmólska, H. (eds.), ed. The Dinosauria (2nd edición). Berkeley: University of California Press. pp. 413-437. ISBN 0-520-24209-2. 
  2. a b c Glut, Donald F. (1997). «Iguanodon». Dinosaurs: The Encyclopedia. Jefferson, North Carolina: McFarland & Co. pp. 490-500. ISBN 0-89950-917-7. 
  3. a b c d e f Naish, Darren; David M. Martill (2001). «Ornithopod dinosaurs». Dinosaurs of the Isle of Wight. London: The Palaeontological Association. pp. 60-132. ISBN 0-901702-72-2. 
  4. a b Blows, W. T. (1997). «A review of Lower and middle Cretaceous dinosaurs from England». En Lucas, S.G., Kirkland, J.I., and Estep, J.W. (eds.), ed. Lower and Middle Cretaceous Terrestrial Ecosystems. New Mexico Museum of Natural History and Science Bulletin, 14. New Mexico Museum of Natural History and Science. pp. 29-38. 
  5. a b c d e f g h i j k l m n Norman, David B. (1985). «To Study a Dinosaur». The Illustrated Encyclopedia of Dinosaurs: An Original and Compelling Insight into Life in the Dinosaur Kingdom. New York: Crescent Books. pp. 24-33. ISBN 0-517-468905. 
  6. a b Sues, Hans-Dieter (1997). «European Dinosaur Hunters». En James Orville Farlow and M. K. Brett-Surman (eds.), ed. The Complete Dinosaur. Bloomington: Indiana University Press. p. 14. ISBN 0-253-33349-0. 
  7. Lucas, Spencer G. (December de 1999). «Book review: Gideon Mantell and the discovery of dinosaurs». Palaios 14 (6): 601-602. ISSN 0883-1351. doi:10.2307/3515316.  Parámetro desconocido |fechaaceso= ignorado (se sugiere |fechaacceso=) (ayuda)
  8. a b c Mantell, Gideon A. (1825). «Notice on the Iguanodon, a newly discovered fossil reptile, from the sandstone of Tilgate forest, in Sussex.». Philosophical Transactions of the Royal Society 115: 179-186. doi:10.1098/rstl.1825.0010.  Parámetro desconocido |fechaaceso= ignorado (se sugiere |fechaacceso=) (ayuda)
  9. Cadbury, D. (2000). The Dinosaur Hunters. Fourth Estate:London, 384 p. ISBN 1-85702-959-3.
  10. a b c Olshevsky, G. «Re: Hello and a question about Iguanodon mantelli (long)». Consultado el 11 de febrero de 2007. 
  11. a b Holl, Friedrich (1829). Handbuch der Petrifaktenkunde, Vol. I. Ouedlinberg. Dresden: P.G. Hilscher. OCLC 7188887. 
  12. Mantell, Gideon A. (1834). «Discovery of the bones of the Iguanodon in a quarry of Kentish Rag (a limestone belonging to the Lower Greensand Formation) near Maidstone, Kent.». Edinburgh New Philosophical Journal 17: 200-201. 
  13. Colbert, Edwin H. (1968). Men and Dinosaurs: The Search in Field and Laboratory. New York: Dutton & Company. ISBN 0140212884. 
  14. a b Torrens, Hugh. "Politics and Paleontology". The Complete Dinosaur, 175–190.
  15. Owen, R. (1842). «Report on British Fossil Reptiles: Part II.». Report of the British Association for the Advancement of Science for 1841 1842: 60-204. 
  16. Mantell, Gideon A. (1851). Petrifications and their teachings: or, a handbook to the gallery of organic remains of the British Museum. London: H. G. Bohn. OCLC 8415138. 
  17. Benton, Michael S. (2000). «brief history of dinosaur paleontology». En Gregory S. Paul (ed.), ed. The Scientific American Book of Dinosaurs. New York: St. Martin's Press. pp. 10-44. ISBN 0-312-26226-4. 
  18. Yanni, Carla (September de 1996). «Divine Display or Secular Science: Defining Nature at the Natural History Museum in London». The Journal of the Society of Architectural Historians 55 (3): 276-299. doi:10.2307/991149. 
  19. Norman, David B. The Illustrated Encyclopedia of Dinosaurs. p. 11.
  20. a b c d e Norman, David B. (March de 1987). «A mass-accumulation of vertebrates from the Lower Cretaceous of Nehden (Sauerland), West Germany». Proceedings of the Royal Society of London. Series B, Biological Sciences 230 (1259): 215-255. doi:10.1098/rspb.1987.0017. 
  21. Dollo, Louis (1882). «Première note sur les dinosauriens de Bernissart». Bulletin du Musée Royal d'Histoire Naturelle de Belgique 1: 161-180 idioma=French. 
  22. Dollo, Louis (1883). «Note sur les restes de dinosauriens recontrés dans le Crétacé Supérieur de la Belgique». Bulletin du Musée Royal d'Histoire Naturelle de Belgique 2: 205-221 idioma=French. 
  23. de Ricqlès, A. (2003). «Bernissart's Iguanodon: the case for "fresh" versus "old" dinosaur bone.». Journal of Vertebrate Paleontology 23 (Supplement to Number 3): 45A. ISSN 0272-4634.  Abstracts of Papers, Sixty-Third Annual Meeting.
  24. a b Hooley, R. W. (1925). «On the skeleton of Iguanodon atherfieldensis sp. nov., from the Wealden Shales of Atherfield (Isle of Wight)». Quarterly Journal of the Geological Society of London 81 (2): 1-61. ISSN 0370-291X. 
  25. Lapparent, A. F. de (1951). «Découverte de Dinosauriens associés à une faune de Reptiles et de Poissons, dans le Crétacé inférieur de l'Extrême Sud Tunisien». Comptes Rendus Hebdomadaires des Séances de l'Académie des Sciences (en french) 232: 1430. ISSN 0567-655X. 
  26. Lapparent, A. F. de (1960). «Les dinosauriens du "Continental Intercalaire" du Sahara Central». Mémoires de la Socété Géologique de France (Nouvelle Série) (en french). 88A: 1-57. 
  27. a b Rozhdestvensky, A.K. (1952). «[Discovery of an iguanodont in Mongolia]». Dokladi Akademii Nauk S.S.S.R. (en russian) 84 (6): 1243-1246. 
  28. a b Galton, P. M.; J. A. Jensen (1979). «Remains of ornithopod dinosaurs from the Lower Cretaceous of North America». Brigham Young University Geology Studies 25 (3): 1-10. ISSN 1041-7184. 
  29. a b Weishampel, David B.; Phillip R. Bjork (1989). «The first indisputable remains of Iguanodon (Ornithischia: Ornithopoda) from North America: Iguanodon lakotaensis, sp. nov.». Journal of Vertebrate Paleontology 9 (1): 56-66. 
  30. a b c d e f g h i j k l m n ñ Paul, Gregory S. (2008). «A revised taxonomy of the iguanodont dinosaur genera and species». Cretaceous Research 29 (2): 192-216. doi:10.1016/j.cretres.2007.04.009. 
  31. a b Weishampel, David B. (1984). Evolution in jaw mechanics in ornithopod dinosaurs. Advances in Anatomy, Embryology, and Cell Biology, 87. Berlin; New York: Springer-Verlag. ISBN 0387131140. ISSN 0301-5556. PMID 6464809. 
  32. a b c d e f Norman, David B. (1980). «On the ornithischian dinosaur Iguanodon bernissartensis of Bernissart (Belgium)». Mémoires de l'Institut Royal des Sciences Naturelles de Belgique 178: 1-105. 
  33. a b Norman, David B. (1986). «On the anatomy of Iguanodon atherfieldensis (Ornithischia: Ornithopoda)». Bulletin de L'institut Royal des Sciences Naturelles de Belgique Sciences de la Terre 56: 281-372. ISSN 0374-6291. 
  34. Embery, Graham; Milner, Angela C.; Waddington, Rachel J.; Hall, Rachel C.; Langley, Martin S.; and Milan, Anna M. (2003). «Identification of proteinaceous material in the bone of the dinosaur Iguanodon». Connective Tissue Research (Suppl. 1): 41-46. PMID 12952172. doi:10.1080/713713598. 
  35. Galton, Peter M. (September de 1974). «Notes on Thescelosaurus, a conservative ornithopod dinosaur from the Upper Cretaceous of North America, with comments on ornithopod classification». Journal of Paleontology 48 (5): 1048-1067. 
  36. a b Norman, David B. "Iguanodontidae". The Illustrated Encyclopedia of Dinosaurs, 110–115.
  37. a b c Norman, David B.; Weishampel, David B. (1990). «Iguanodontidae and related ornithopods». En Weishampel, David B.; Dodson, Peter; and Osmólska, Halszka (eds.)., ed. The Dinosauria. Berkeley: University of California Press. pp. 510-533. ISBN 0-520-06727-4. 
  38. Horner, J. R. (1990). «Evidence of diphyletic origination of the hadrosaurian (Reptilia: Ornithischia) dinosaurs». En Kenneth Carpenter and Phillip J. Currie (eds.), ed. Dinosaur Systematics: Perspectives and Approaches. Cambridge: Cambridge University Press. pp. 179-187. ISBN 0-521-36672-0. 
  39. a b c d Norman, David B. (January de 1998). «On Asian ornithopods (Dinosauria, Ornithischia). 3. A new species of iguanodontid dinosaur». Zoological Journal of the Linnean Society 122 (1–2): 291-348. doi:10.1006/zjls.1997.0122. 
  40. a b Norman, David B.; Barrett, Paul M. (2002). «Ornithischian dinosaurs from the Lower Cretaceous (Berriasian) of England». En Milner, Andrew, and Batten, David J. (eds.), ed. Life and Environments in Purbeck Times. Special Papers in Palaeontology 68. London: Palaeontological Association. pp. 161-189. ISBN 0901702730. 
  41. a b c Paul, Gregory S. (2007). «Turning the old into the new: a separate genus for the gracile iguanodont from the Wealden of England». En Kenneth Carpenter (ed.), ed. Horns and Beaks: Ceratopsian and Ornithopod Dinosaurs. Bloomington: Indiana University Press. pp. 69-77. ISBN 0-253-34817-X. 
  42. Royal Society of New Zealand. Celebrating the great fossil hunters. Archivado desde el original|urlarchivo= requiere |url= (ayuda) el 26 de agosto de 2005. Consultado el 22 de febrero de 2007. 
  43. a b Norman, David B. (March de 1996). «On Asian ornithopods (Dinosauria, Ornithischia). 1. Iguanodon orientalis Rozhdestvensky, 1952». Zoological Journal of the Linnean Society 116 (2): 303-315. doi:10.1006/zjls.1996.0021. 
  44. Lydekker, Richard (1889). «On the remains and affinities of five genera of Mesozoic reptiles». Quarterly Journal of the Geological Society of London 45: 41-59. 
  45. Lydekker, Richard (1888). «Note on a new Wealden iguanodont and other dinosaurs». Quarterly Journal of the Geological Society of London 44: 46-61. 
  46. Carpenter, Kenneth; and Wilson, Yvonne (2008). «A new species of Camptosaurus (Ornithopoda: Dinosauria) from the Morrison Formation (Upper Jurassic) of Dinosaur National Monument, Utah, and a biomechanical analysis of its forelimb» (pdf). Annals of the Carnegie Museum 76: 227-263. 
  47. a b Naish, Darren; and Martill, David M. (2008). «Dinosaurs of Great Britain and the role of the Geological Society of London in their discovery: Ornithischia». Journal of the Geological Society, London 165: 613-623. 
  48. Brikman, Winand (1988). Zur Fundgeschichte und Systematik der Ornithopoden (Ornithischia, Reptilia) aus der Ober-Kreide von Europa. Documenta Naturae, 45 (en german). Munich: Kanzler. ISBN 3865440452. 
  49. Olshevsky, George (2000). An annotated checklist of dinosaur species by continent. Mesozoic Meanderings, 3. San Diego: G. Olshevsky Publications Requiring Research. ISSN 0271-9428. OCLC 44433611. 
  50. Galton, P.M. (1976). «The Dinosaur Vectisaurus valdensis (Ornithischia: Iguanodontidae) from the Lower Cretaceous of England». Journal of Paleontology 50 (5): 976-984. 
  51. Norman, David B. "A review of Vectisaurus valdensis, with comments on the family Iguanodontidae". Dinosaur Systematics, 147–161.
  52. Woodward, Henry (1885). «On Iguanodon mantelli, Meyer». Geological Magazine, series 3 2 (1): 10-15. OCLC 2139602. 
  53. Brill, Kathleen and Kenneth Carpenter. "A description of a new ornithopod from the Lytle Member of the Purgatoire Formation (Lower Cretaceous) and a reassessment of the skull of Camptosaurus." Horns and Beaks, 49–67.
  54. Olshevsky, G. «Re: Hello and a question about Iguanodon mantelli (long)». Consultado el 11 de febrero de 2007. 
  55. Seeley, Harry G. (1869). Index to the fossil remains of Aves, Ornithosauria, and Reptilia, from the secondary system of strata arranged in the Woodwardian Museum of the University of Cambridge. Cambridge: Deighton, Bell, and Co. OCLC 7743994. 
  56. Seeley, Harry G. (1875). «On the maxillary bone of a new dinosaur (Priodontognathus phillipsii), contained in the Woodwardian Museum of the University of Cambridge». Quarterly Journal of the Geological Society of London 31: 439-443. 
  57. Horner, John R., David B. Weishampel and Catherine A. Forster. "Hadrosauridae". The Dinosauria, pp 438–463.
  58. Olshevsky, G. «Dinosaurs of China, Mongolia, and Eastern Asia [under Altirhinus. Consultado el 22 de febrero de 2007. 
  59. Sauvage, H. E. (1888). «Sur les reptiles trouvés dans le Portlandian supérieur de Boulogne-sur-mer». Bulletin du Muséum National d'Historie Naturalle, Paris (en french) 3 (16): 626. 
  60. Upchurch, Paul, Paul M. Barrett, and Peter Dodson. "Sauropoda". The Dinosauria
  61. Upchurch, Paul; John Martin (March de 2003). «The Anatomy and Taxonomy of Cetiosaurus (Saurischia, Sauropoda) from the Middle Jurassic of England». Journal of Vertebrate Palaeontology 23 (1): 208-231. doi:10.1671/0272-4634(2003)23[208:TAATOC]2.0.CO;2. 
  62. Olshevsky, G. «Re: What are these dinosaurs?». Consultado el 16 de febrero de 2007. 
  63. Mantell, Gideon A. (1848). «On the structure of the jaws and teeth of the Iguanodon». Philosophical Transactions of the Royal Society of London 138: 183-202. doi:10.1098/rstl.1848.0013. 
  64. Norman, D.B. (1985). The Illustrated Encyclopedia of Dinosaurs, 115.
  65. Galton, Peter M. (1973). «The cheeks of ornithischian dinosaurs». Lethaia 6: 67-89. doi:10.1111/j.1502-3931.1973.tb00873.x. 
  66. Fastovsky, D.E., and Smith, J.B. "Dinosaur paleoecology." The Dinosauria, 614–626.
  67. Bakker, Robert T. (1986). «Dinosaurs At Table». The Dinosaur Heresies. New York: William Morrow. pp. 160-178. ISBN 0140100555. 
  68. Bakker, R.T. "When Dinosaurs Invented Flowers". The Dinosaur Heresies, 179–198
  69. Barrett, Paul M.; Willis, K.J. (2001). «Did dinosaurs invent flowers? Dinosaur-angiosperm coevolution revisited». Biological Reviews 76 (3): 411-447. doi:10.1017/S1464793101005735. 
  70. Weishampel, D.B., Barrett, P.M., Coria, R.A., Le Loeuff, J., Xu Xing, Zhao Xijin, Sahni, A., Gomani, E.M.P., and Noto, C.R. "Dinosaur Distribution". The Dinosauria, 517–606.
  71. Goodrich, Samuel Griswold (2004) [1859]. Illustrated Natural History of the Animal Kingdom. University of Michigan Library. ISBN 1418158844. 
  72. Wright, J.L. (1996). Fossil terrestrial trackways: Preservation, taphonomy, and palaeoecological significance. University of Bristol. pp. 1-300. 
  73. Wright, J.L. (1999). «Ichnological evidence for the use of the forelimb in iguanodontians». En David M. Unwin (ed.), ed. Cretaceous Fossil Vertebrates. Special Papers in Palaeontology, 60. Palaeontological Association. pp. 209-219. ISBN 0901702676wright |isbn= incorrecto (ayuda). 
  74. Coombs Jr., Walter P. (1978). «Theoretical aspects of cursorial adaptations in dinosaurs». Quarterly Review of Biology 53 (4): 393-418. doi:10.1086/410790. 
  75. Tagert, E. (1846). «On markings in the Hastings sands near Hastings, supposed to be the footprints of birds». Quarterly Journal of the Geological Society of London 2: 267. 
  76. Beckles, Samuel H. (1854). «On the ornithoidichnites of the Wealden». Quarterly Journal of the Geological Society of London 10: 456-464. 
  77. Owen, Richard (1858). «Monograph on the Fossil Reptilia of the Wealden and Purbeck Formations. Part IV. Dinosauria (Hylaeosaurus)». Paleontographical Society Monograph 10: 1-26. 
  78. «Bird-Footed Iguanodon, 1857». Paper Dinosaurs 1824–1969. Linda Hall Library of Science, Engineering & Technology. Consultado el 14 de febrero de 2007. 
  79. Glut, Donald F. (2003). Dinosaurs: The Encyclopedia. 3rd Supplement. Jefferson, North Carolina: McFarland & Company, Inc. p. 626. ISBN 0-7864-1166-X. 
  80. Lapparent, Albert-Félix de (1962). «Footprints of dinosaurs in the Lower Cretaceous of Vestspitsbergen — Svalbard». Arbok Norsk Polarinstitutt, 1960: 13-21. 
  81. Tweedie, Michael W.F. (1977). The World of the Dinosaurs. London: Weidenfeld & Nicolson. p. 143. ISBN 0688032222. 
  82. Naish, D. «Venomous & Septic Bites». Consultado el 14 de febrero de 2007. 
  83. van Beneden, P.J. (1878). «Sur la découverte de reptiles fossiles gigantesques dans le charbonnage de Bernissart, près de Pruwelz.». Bulletin de l'Institut Royal d'Histoire Naturelle de Belgique 3 (1): 1-19. 
  84. Smith, Dan (26 de febrero de 2001). «A site for saur eyes». New Statesman.  Parámetro desconocido |fechaaceso= ignorado (se sugiere |fechaacceso=) (ayuda)
  85. Snider, Mike (29 de agosto de 2006). «Godzilla arouses atomic terror». USA Today (Gannett Corporation). Consultado el 21 de febrero de 2007. 
  86. «JPL Small-Body Database Browser: 9941 Iguanodon (1989 CB3)». NASA. Consultado el 10 de febrero de 2007. 
  87. Williams, Gareth. «Minor Planet Names: Alphabetical List». Smithsonian Astrophysical Observatory. Consultado el 10 de febrero de 2007. 
  88. Lucas, Spencer G. (2000). Dinosaurs: The Textbook. Boston: McGraw-Hill. p. 13. ISBN 0-07-303642-0. 

Véase también

Enlaces externos