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== Migraciones prehispánicas hacia Cuba ==
== Migraciones prehispánicas hacia Cuba ==
'''Primera Migración''': 8000 ane. Desde el Golfo de México y Norteamérica. Cazadores paleolíticos que venían dfuck youel Missisippi, la Florida y Bahamas detrás del "perezoso gigante" [[Megalognus rodens]], el manatí, el almiquí, la jutía y otros.
'''Primera Migración''': 8000 ane. Desde el Golfo de México y Norteamérica. Cazadores paleolíticos que venían del Missisippi, la Florida y Bahamas detrás del "perezoso gigante" [[Megalognus rodens]], el manatí, el almiquí, la jutía y otros.
'''Segunda Migración''': 4500 ane. desde Centro y Suramérica, especialmente los territorios que ocupan México, Honduras y Venezuela. Se establecieron en la costa sur de Cuba (Ciénaga de Zapata, Isla de Pinos y [[Guanahacabibes]]). Pescadores de plataforma y recolectores de litoral. Usaban cuchillos, percutores, morteros con conchas, picos, etc. Se encontraban en el Matriarcado y enterraban a sus muertos.
'''Segunda Migración''': 4500 ane. desde Centro y Suramérica, especialmente los territorios que ocupan México, Honduras y Venezuela. Se establecieron en la costa sur de Cuba (Ciénaga de Zapata, Isla de Pinos y [[Guanahacabibes]]). Pescadores de plataforma y recolectores de litoral. Usaban cuchillos, percutores, morteros con conchas, picos, etc. Se encontraban en el Matriarcado y enterraban a sus muertos.
'''Tercera Migración''': 500 ane. desde la Florida y el valle del Missisippi. se asentaron en Matanzas y se extendieron por esa zona de la costa norte.
'''Tercera Migración''': 500 ane. desde la Florida y el valle del Missisippi. se asentaron en Matanzas y se extendieron por esa zona de la costa norte.

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Indios en Cuba. Grabado de 1558.

Migraciones prehispánicas hacia Cuba

Primera Migración: 8000 ane. Desde el Golfo de México y Norteamérica. Cazadores paleolíticos que venían del Missisippi, la Florida y Bahamas detrás del "perezoso gigante" Megalognus rodens, el manatí, el almiquí, la jutía y otros. Segunda Migración: 4500 ane. desde Centro y Suramérica, especialmente los territorios que ocupan México, Honduras y Venezuela. Se establecieron en la costa sur de Cuba (Ciénaga de Zapata, Isla de Pinos y Guanahacabibes). Pescadores de plataforma y recolectores de litoral. Usaban cuchillos, percutores, morteros con conchas, picos, etc. Se encontraban en el Matriarcado y enterraban a sus muertos. Tercera Migración: 500 ane. desde la Florida y el valle del Missisippi. se asentaron en Matanzas y se extendieron por esa zona de la costa norte. Cuarta Migración:Siglo VI dne. Desde Las Antillas y se ubicaron fundamentalmente en la zona oriental de Cuba, alrededor de la actual Banes. Introdujeron el maíz, la yuca, el tabaco y muchos utensilios de la economía agroalfarera. Poseían rituales y tenían una organización social. Quinta Migración: Primera mitad del siglo XV dne. Utilizaron la misma ruta migratoria que sus antecesores y se asentaron esencialmente en Mayarí. según el Padre de las Casas, eran los taínos, los anteriores fueron los siboneyes y los más antiguos pobladores de la isla fueron los guanajatabeyes. Se discute aún si el Siboney fue anterior al Guanajatabey o si este lo precedió en su llegada a Cuba. Los restos del Guanajatabey fueron descubiertos por el Ing. José A. Cosculluela en el montículo de Guayabo Blanco en la Ciénaga de Zapata, a fines del año 1913. pertenecía al período o cultura de la concha; su artefacto característico era la gubia, su cráneo sin deformar, grande con 1382 c.c. de capacidad, Lipsi-Subbraquicéfalo. Ha sido nominado por los sabios del Grupo Guamá, "Hombre de Cosculluela". Vivió en toda la isla, pero en el momento del descubrimiento había mermado notablemente y se había refugiado en la parte occidental de Cuba, actual provincia de Pinar de Río y en algunos cayos en la costa sur de la isla. No se conoce con exactitud su procedencia. En tiempo le siguió el "Siboney", el verdadero cubano. Pertenecía al período segundo o cultura de la piedra. Sus instrumentos característicos eran la gubia, bola y daga. Sus asientos típicos fueron: Pico Tuerto del Naranjal, Cayo Redondo y Soroa. Su cráneo pequeño sin deformar, 1165 c.c., Mesosubbraquicéfalo ha sido denominado Hombre de Montané. Habitó en toda la isla y cuando ocurre el descubrimiento había sido sojusgado por el Taíno que fue el último y más adelantado de los indígenas. Pertenecía al período tercero o cultura de barro o alfarería; sus instrumentos característicos fueron las hachas petaloides y las vasijas de barro. Sus lugares típicos: Baracoa, Banes, Morón y Cienfuegos. Su cráneo tenía deformación tubular oblicua, y un promedio de 1435 c.c. de capacidad craneal (según Broca la capacidad media del cráneo de la raza germánica en el siglo XIX era de 1534 c.c., la de la negra 1371 y la de la australiana 1228). El Siboney era de origen Aruacos procedentes de América del Sur, sus lenguajes eran muy parecidos y con ríces semejantes.

LLegada de Colón

Archivo:1893 Nina,Pinta,Santa Maria replicas.jpg
Réplicas de las carabelas de Colón

Durante el primer viaje de Cristóbal Colón, la primera isla visitada y conocida por los nativos como Guanahani fue bautizada con el nombre de San Salvador, la segunda con el nombre de "Santa María de la Concepción" (Rum Cay), la tercera la bautizó "Fernandina" (Isla Long) en honor a Fernando II de Aragón por su gran tamaño, y a la isla llamada "Samaet" por los nativos la bautizó como "Isabela" (Crooked Island) en honor a Isabel I de Castilla. Es en esta última isla el 21 de octubre de 1492 donde Colón escucha hablar a los nativos de la isla llamada "Colba" (Cuba) y de "Bohio" (La Española). Colón se entusiasmó, pues estaba convencido de que Colba era Cipango, incluso portaba cartas de los Reyes Católicos dirigidas al Gran Khan, pues el objetivo del viaje era precisamente viajar a las tierras de oriente en busca de perlas y oro.

Acompañado de diez nativos de Guanahani, el miércoles 24 de octubre partió de la isla Isabela en busca de Cuba, después de cruzar unos bancos de arena (Banco de Colón o Islas Brulle) en la tarde lluviosa del sábado 27 de octubre de 1492 avistaron la isla. Al día siguiente navegaron por un río descrito como "muy hermoso y sin peligro de bajas ni otros inconvenientes, con una boca de doce brazas y bien ancha para barloventear", dijo el almirante:

" ...Que nunca tan hermosa cosa vido, lleno de árboles todo cercado el río, hermosos y verdes y diversos de los nuestros, con flores y con su fruto cada uno de su manera. Aves muchas y pajaritos que cantaban muy dulcemente; había gran cantidad de palmas de otra manera que las de Guinea y de las nuestras, de una estatura mediana y los pies sin aquella camisa y las hojas muy grandes, con las cuales cobijan las casas; la tierra muy llana...."
Diario de a Bordo de Cristóbal Colón

Bajaron a tierra y encontraron dos casas que creyeron de pescadores, por las redes de hilo de palma, cordeles y anzuelos así como aparejos de pesca. Se cree que el lugar es actualmente la bahía Bariay, a la cual Colón bautizó como el "río y puerto de San Salvador", navegando hacia el poniente encontró un pequeño río al que bautizó con el nombre de "río de la Luna", poco después uno más grande al que bautizó como el "río de los Mares" (puerto de Gibara, Bartolomé de las Casas lo identificó como Baracoa), donde Colón se detuvo por dos semanas manteniendo contacto con los nativos. El capitán de la Pinta comunicándose con los nativos entendió que Cuba era una ciudad en tierra firme, y que al norte había un rey que tenía guerra con el Gran Khan, pero lo que realmente intentaban comunicar los nativos era que al norte existía una provincia llamada "Cubanacán".

Colón bautizó a la isla con el nombre de "Juana"[1]​ en honor a Juan de Aragón y Castilla quién aún vivía y era el heredero a la corona de los Reyes Católicos patrocinadores del viaje. Frecuentemente se piensa que fue bautizada en honor a Juana I de Castilla, lo que es un error, pues ésta sólo fue posteriormente la heredera del trono tras las muertes del príncipe Juan (4 de octubre de 1497) y de su hermana mayor Isabel de Aragón y Castilla (23 de agosto de 1498).

Su insularidad fue probada luego de un bojeo llevado a cabo entre 1509 y 1510 por Sebastián de Ocampo.

Años más tarde, el nombre de "Fernandina" fue trasladado a la isla de Cuba por su gran tamaño en comparación a la isla Long, también se le pretendió asignar el nombre de "Santiago" por la ciudad que fundó Diego Velázquez de Cuéllar en 1515. Sin embargo la isla siempre fue referida con el nombre de "Cuba", ya sea por "Cubanacán" ó por una derivación de "Colba".[2]

Periodo Colonial

Casi dos décadas después del primer viaje de Colón se inicia la conquista de la isla por España, como parte del proceso de ocupación que se irradiaba hacia diversas tierras del Caribe. A Diego Velázquez, uno de los colonos más ricos de La Española, se encargó sojuzgar el territorio cubano, que se inició en 1510 con una prolongada operación de reconocimiento y conquista, plagada de cruentos incidentes. Alertados acerca de las tropelías cometidas por los españoles en las islas vecinas, los aborígenes de la región oriental de Cuba resistieron la invasión hispana, dirigidos por Yahatuey o Hatuey, un cacique fugitivo de La Española, quien finalmente fue apresado y quemado vivo como escarmiento.

Con la fundación de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa en 1512, los españoles emprendieron el establecimiento de siete villas con el objetivo de controlar el territorio conquistado - Bayamo (1513), la Santísima Trinidad, Sancti Spíritus y San Cristóbal de La Habana (1514), Camagüey (1515)- hasta concluir con Santiago de Cuba (1515), designada sede del gobierno. Desde estos asentamientos, que en su mayoría cambiaron su primitiva ubicación, iniciaron los conquistadores la explotación de los recursos de la isla.

Por aquellos días la industria fundamental en el territorio se limitó a una fallida búsqueda de oro, la ganadería y una incipiente agricultura.

La actividad económica se sustentó en el trabajo de los indígenas, entregados a los colonos por la Corona mediante el sistema de "encomiendas", una especie de concesión personal, revocable y no transmisible, mediante el cual el colono se comprometía a vestir, alimentar y cristianizar al aborigen a cambio del derecho de hacerlo trabajar en su beneficio. El renglón económico dominante en estos primeros años de la colonia fue la minería, específicamente la extracción de oro, actividad en la cual se emplearon indios encomendados así como algunos esclavos negros que se integraron desde muy temprano al conglomerado étnico que siglos después constituiría el pueblo cubano.

El rápido agotamiento de los lavaderos de oro y la drástica reducción de la población -incluidos los españoles, alistados en gran número en las sucesivas expediciones para la conquista del continente- convirtieron a la ganadería en la principal fuente de riqueza de Cuba. A falta de oro, la carne salada y los cueros serían las mercancías casi exclusivas con las que los escasos colonos de la isla podrían incorporarse a los circuitos comerciales del naciente imperio español.

Concebido bajo rígidos principios mercantilistas, el comercio imperial se desarrollaría como un cerrado monopolio que manejaba la Casa de Contratación de Sevilla, lo que no tardó en despertar los celosos apetitos de otras naciones europeas.

Esclavos y piratas

Los aborígenes comenzaron a escasear como mano de obra debido a los abusos y enfermedades traídas por los españoles a la isla, por lo que se decidió traer esclavos que fueron comprados a Portugal. La trata adquirió proporciones enormes, enriqueciéndose principalmente con el infame tráfico decretado por Carlos V y perpetuado hasta mediados del siglo XIX por los flamencos de la corte de Carlos I, a quienes se les concedió el monopolio, que luego se traspasó a los genoveses establecidos en Sevilla y, por fin, a los españoles.

En 1628 la escuadra holandesa al mando de Piet Hein derrotó y abordó a la flota de Cerdá y Benavides, que se dirigían a España frente a Matanzas.

En 1629, fracasó el ataque de la flota holandesa mandada por el almirante corsario Carnelio Joh alias pata de palo, contra La Habana, defendida por Cabrera.

La prosperidad de la Antilla fue tan extraordinaria que no tardaron los corsarios y piratas, franceses e ingleses, en hacer a Cuba de nuevo, víctima de sus pillajes. Ello ocurrió al ocupar nuevamente Rojas el gobierno y durante el mando de sus sucesores Juanes Dávila, Luján, Tejada y Barnuevo, último gobernador de dicha Antilla en el siglo XV. A Tejada se le debió la construcción de los castillos de Morro y de la Punta; en su tiempo se concedió a La Habana el título de ciudad.

En 1652, Los Hermanos de la Costa, cuya base de operaciones estuvo situada en la isla de La Tortuga, saquearon San Juan de los Remedios y se llevaron a las mujeres, esclavos y los ornamentos de las iglesias.

En 1654 los piratas desembarcan de nuevo por el puerto de Casilda, y asaltan a Trinidad, haciendo que el par de centenares de habitantes de la villa huyan despavoridos. El cura de la Iglesia que había acompañado a los colonos en la huida, regresa al poblado para tratar de evitar la profanación de su Santo Recinto, y es asesinado. Los asaltantes se llevaron cuanto podían de la villa, incluyendo también crucifijos y objetos de plata, oro, y cuanto de valor encontraron en la Iglesia.

En 1662, desembarcó una expedición inglesa compuesta por 900 hombres dispuesta a invadir la isla. Desembarcaron en Santiago. Permanecieron un mes y tras incendiar los edificios públicos, se llevaron los cañones del castillo del Morro y las campanas de la iglesia.

En el día de Navidad de 1665, los bucaneros franceses, al mando del pirata Legrand, con 300 hombres asaltaron y destruyeron Sancti Spiritus.

En 1667 el francés Jacques Jean David Nau (Francois L'Olonnois - el Olonés), ataca los poblados Batabanó, San Juan de los Remedios, y Puerto Príncipe. Este pirata - filibustero el Olonés, había llegado al Caribe cuando tenía 20 años de edad (1650), y desde muy temprano se destaca por su crueldad. En 1668 en los cayos al norte de la antigua provincia de las Villas (hoy Villa Clara), captura un barco español, y asesina a todos los tripulantes. El Olonés con asiento en la isla Tortuga (refugio de piratas), llegó a comandar una flota hasta de unos 50 navíos piratas. En una de sus incursiones para atacar algún punto de Panamá o Colombia, lo sorprende una tormenta en el golfo de Darién, que hace naufragar su nave, y es capturado por los nativos de la zona que lo matan.

En 1668 Henry Morgan, con 700 hombres, ingleses y franceses, invadió Camagüey y Puerto Príncipe. Venció la resistencia de la ciudad. Dejó encerrado en la iglesia, durante el saqueo, a muchas mujeres y niños que perecieron de hambre. Iguales saqueos acometió Morgan en Venezuela y el istmo de Panamá. En atención a sus servicios el gobierno inglés le nombró gobernador de Jamaica.

En 1674 el gobierno español autorizó el corso. Esta medida forzó a los filibusteros a que se trasladaran del mar de las Antillas al Pacífico. Su posterior persecución en el Pacífico provocó algún regreso al mar de las Antillas. El último filibustero de la zona, fue el holandés Lorenzo Graaf, llamado Lorencillo por su baja estatura. Fue el terror de las costas del golfo de México, Cuba y del litoral de Venezuela hasta que las flotas británicas y neerlandesas destruyeron sus refugios en Haití. En 1697, el almirante inglés Neville acabó con todos.

La destrucción del filibusterismo produjo alguna tranquilidad, pero el Dr. Vidal Morales escribió que al finalizar el siglo XVII yacía la colonia de Cuba en el más triste estado de abatimiento. La población era muy escasa (estimábanse treinta o cuarenta mil habitantes) habiéndose casi extinguido los naturales, disminuidos los europeos por repetidas epidemias, casi nula la inmigración blanca y todavía de poca importancia la africana. La producción era insignificante y las rígidas leyes del monopolio no permitían el comercio con los extranjeros, dando lugar al más escandaloso contrabando. Tampoco existía la industria, y la educación era muy rudimentaria.

Los Borbones y Cuba

El ascenso de la dinastía Borbón al trono español a principios del siglo XVIII, trajo aparejada una modernización de las concepciones mercantilistas que presidían el comercio. Lejos de debilitarse, el monopolio se diversificó y se dejó sentir de diverso modo en la vida económica de las colonias. En el caso cubano, ello condujo a la instauración del estanco del tabaco, destinado a monopolizar en beneficio de la Corona la elaboración y comercio de la aromática hoja, convertida ya en el más productivo renglón económico de la isla. La medida fue resistida por comerciantes y cultivadores, lo que dio lugar a protestas y sublevaciones, la tercera de las cuales fue violentamente reprimida mediante la ejecución de once vegueros en Santiago de las Vegas, población próxima a la capital. Imposibilitados de vencer el monopolio, los más ricos habaneros decidieron participar de sus beneficios. Asociados con comerciantes peninsulares, lograron interesar al Rey y obtener su favor para constituir una Real Compañía de Comercio de La Habana (1740), la cual monopolizó por más de dos décadas la actividad mercantil de Cuba.

El siglo XVIII fue escenario de sucesivas guerras entre las principales potencias europeas, que en el ámbito americano persiguieron un definido interés mercantil. Todas ellas afectaron a Cuba de uno u otro modo, pero sin duda la más trascendente fue la Guerra de los Siete Años (1756-1763), en el curso de la cual La Habana fue tomada por un cuerpo expedicionario inglés. La ineficacia de las máximas autoridades españolas en la defensa de la ciudad contrastó con la disposición combativa de los criollos, expresada sobre todo en la figura de José Antonio Gómez, valeroso capitán de milicia de la cercana villa de Guanabacoa, muerto a consecuencia de los combates.

Durante los once meses que duró la ocupación inglesa -agosto de 1762 a julio de 1763- La Habana fue teatro de una intensa actividad mercantil que pondría de manifiesto las posibilidades de la economía cubana, hasta ese momento aherrojada por el sistema colonial español.

Al restablecerse el dominio hispano sobre la parte occidental de la isla, el Rey Carlos III y sus ministros "ilustrados" adoptaron una sucesión de medidas que favorecerían el progreso del país.

La primera de ellas fue el fortalecimiento de sus defensas, de lo cual sería máxima expresión la construcción de la imponente y costosísima fortaleza de San Carlos de La Cabaña en La Habana; a esta se sumarían numerosas construcciones civiles, como el Palacio de los Capitanes Generales (de gobierno) y religiosas, como la Catedral, devenidas símbolos del paisaje habanero.

El comercio exterior de la isla se amplió, a la vez que se mejoraron las comunicaciones interiores y se fomentaron nuevos poblados como Pinar del Río y Jaruco. Otras medidas estuvieron encaminadas a renovar la gestión gubernativa, particularmente con la creación de la Intendencia y de la Administración de Rentas.

En este contexto se efectuó el primer censo de población (1774) que arrojó la existencia en Cuba de 171 620 habitantes.

En 1803 y 1804 recibió a miles de emigrados españoles provenientes de La Luisiana cuando ésta fue vendida por Francia a los Estados Unidos, faltando a su compromiso de revertirla a España en caso de no interesarle. Además, recibió la inmigración de la población francesa de Santo Domingo cuando, tras declarar ésta su independencia, Napoleón envió sus tropas allí. Estos franceses se establecieron en su casi totalidad en Santiago, Guantánamo, Baracoa y poblaciones de la falda de Sierra Maestra. En julio de 1808, con motivo de la Guerra de la Independencia, el gobernador de la isla Salvador de Muro y Salazar, reunió a las autoridades y acordó la proclamación de Fernando VII y declaró la guerra a Napoleón. Ello produjo que el pueblo asaltara las casas de muchos franceses en Nipe, Holguín, Sagua, Mayari, Santiago, Baracoa, Guantánamo, etc. por no estar naturalizados.

Habana colonial: la catedral

En 1812 tuvo el primer intento de conseguir la independencia siguiendo el ejemplo de Haití liderado por el esclavo Antonio Aponte, cuyo objeto era lograr la emancipación de Cuba y establecer un gobierno negro. Al ser capturado, fue condenado a muerte con ocho correligionarios.

En 1818 gobernaba la isla el general José de Cienfuegos, y los diputados en las Cortes por la provincia de Cuba Francisco de Arango y Parreño, José Pablo Valiente y al superintendente de Hacienda Alejandro Ramírez obtuvieron la concesión de libre comercio de los puertos de Cuba con todos los mercados extranjeros. Este último, según dice el doctor D. Vidal Morales en su Historia de Cuba, fue en defensor de los derechos y materiales de Cuba; odiaba el vergonzoso tráfico de esclavos y cuantas trabas se oponían al progreso de estas tierras. Contribuyó a la fundación de Cienfuegos y al progreso de las colonias de Nuevitas, Guantánamo y Mariel. Combatió el contrabando, En la Sociedad Patriótica, de la que era el director, fundó la Sección de educación primaria, la Academia de dibujo y pintura, el Jardín Botánico, las cátedras de Anatomía y Botánica y el proyecto de la de Química. Ramírez falleció el 20 de mayo de 1821.

Los colonizadores españoles establecieron la cría de ganado y la siembra de caña de azúcar y tabaco como los principales objetivos económicos de Cuba. Así la riqueza de Cuba entre 1823 y el final del siglo XIX se elevó a un nivel altísimo. Los capitanes generales convirtieron la isla en una dictadura totalmente diferente a las autocracias anteriores. La esclavitud y el tráfico (prohibido) de esclavos sustentaban el progreso. La mano de obra indígena ya había desaparecido por completo y se importaban esclavos africanos para trabajar en los ranchos y plantaciones a través de barcos de los Estados Unidos y asegurados en dicho país. Varios presidentes estadounidenses acariciaron la idea de adquirir la isla.

En los años posteriores, la situación económica cubana experimentó cambios significativos. La producción cafetalera se derrumbó abatida por la torpe política arancelaria española, la competencia del grano brasileño y la superior rentabilidad de la caña.

La propia producción azucarera se vio impelida a la modernización de sus manufacturas ante el empuje mercantil del azúcar de remolacha europeo. Cada vez más dependiente de un solo producto -el azúcar- y del mercado estadounidense, Cuba estaba urgida de profundas transformaciones socioeconómicas a las cuales la esclavitud y la expoliación colonial española interponían grandes obstáculos.

El fracaso de la Junta de Información convocada en 1867 por el gobierno metropolitano para revisar su política colonial en Cuba, supuso un golpe demoledor para las esperanzas reformistas frustradas en reiteradas ocasiones. Tales circunstancias favorecieron el independentismo latente entre los sectores más avanzados de la sociedad cubana, propiciando la articulación de un vasto movimiento conspirativo en las regiones centro orientales del país.

Luchas independentistas

Influencia en el pensamiento independentista de los cubanos

Cuba fue la última colonia española importante en América en lograr su independencia.

La abolición de las leyes de esclavitud propugnadas por la metrópoli, tropezó con la oposición de los terratenientes cubanos. Entre discusiones sobre las indemnizaciones que debían recibir los terratenientes de una exhausta metrópoli consumida por guerras internas, inclinó a las principales familias a ver con buenos ojos la incorporación a los estados esclavistas del Sur de los EEUU, mientras parecían entablarse negociaciones para la venta de la isla a la Unión por ciento treinta millones de dólares. Las negociaciones fracasaron, bien por patriotismo o porque no interesaba al Sur de los EEUU, una incorporación a la Unión que prohibiera definitivamente la esclavitud, bien por los cambios de gobierno en España.

Tras fracasar el intento de los estados sureños de Norteamérica de anexionarla a la Unión entre 1848 y 1851, impulsada por los principales terratenientes de la isla, Jose Aniceto Iznaga Borrell [1]con sus hermanos Jose Antonio y Antonio Abad y el general español nacido en Venezuela, Narciso López, quienes requirieron el apoyo del político sudista Jefferson Davis y del financiero Vanderbilt, les fue ofrecido el mayor Robert E. Lee para la dirección de la invasión. Finalmente la invasión con mercenarios reclutados de la reciente guerra entre México y los Estados Unidos fue desautorizada por el gobierno de Washington, quien hizo respetar a los estados sureños el tratado de neutralidad entre España y los Estados Unidos de Norteamérica de 1818. Ante la prohibición el mayor Robert E. Lee rechazó la dirección que fue asumida por el propio Narciso López, a quienes sus patrocinadores llamaban "El Gran Pirata". Narciso López, por su lado, se dedicó a preparar una expedición, a la apertura de suscripciones y financiación a través de la familia Iznaga[2] que financiaron la primera invasión de Cuba en 1849 . La falta de apoyo interno dado que se veía la expedición como una invasión extranjera, hizo fracasar la expedición. Capturados los invasores, fue ejecutado Narciso López por garrote vil, por traición. Algunos de la familia Iznaga[3], (parientes de Narciso López por matrimonio de este con una sobrina), ante el fracaso de la invasión, se instalaron en Nueva York y en Misisipi, donde adquirieron gran cantidad de tierras de cultivo al borde del río y siguieron la causa por la independencia de Cuba desde 1820 a 1902.

Durante la guerra civil de los EEUU, varios barcos procedentes de Cuba fueron hundidos por la Unión por tratar de romper el bloqueo a que estaban sometidos los puertos del Sur de los EEUU.

Guerra de los Diez Años

Independencia de Cuba representada por la revista La Flaca en 1873.

El 10 de octubre de 1868 en el Ingenio "La Demajagua" que le pertenecía el hacendado Carlos Manuel de Céspedes libera a sus esclavos y sin imponerles nada los invita a iniciar la lucha contra el colonialismo español que se imponía en Cuba. Así se iniciaba el periodo revolucionario de las luchas por la independencia de Cuba que no triunfaría hasta el 20 de Mayo de 1902]. En este levantamiento se traza Céspedes un programa de lucha donde expresa las causas y los objetivos del inicio de la Guerra conocido como el Manifiesto del 10 de Octubre.

Durante el periodo de la Guerra que por el tiempo que se extendió tomó el nombre de La Guerra de los Diez Años surgieron grandes jefes revolucionarios, que tuvuieron una significación histórica en las posteriores guerras y contiendas. Es el caso de Ignacio Agramonte, Antonio Maceo, Máximo Gómez, José Maceo, Vicente García González y Calixto García.

Pacto del Zanjón

La situación de los cubanos en el campo de batalla no eran las mejores. Carentes de municiones y armas combatían contra un ejército más capacitado y preparado que ellos.

Ante tal situación las autoridades en el año 1878 lleva a cabo un plan que les permitiese no gastando mucho más recursos en armas y en el ejército acabar con la Guerra en Cuba, es así que se da a la tarea de un plan de pacificación de Cuba en el que se encuentra incluido el Pacto del Zanjón. El pacto consistía en que se permitiría a todos los oficiales del Ejército Libertador obtener una buena suma de dinero con tal que entregara las armas y dejara los campos de batalla además de liberar a los esclavos que solamente hubiesen tenido presencia en la guerra. De esta manera, se lograba una paz sin independencia, los dos principales objetivos que se plasmaron en la Asamblea de Guáimaro:

  • La independencia de Cuba
  • La abolición de la esclavitud.

Estas demandas del pueblo cubano no se cumplieron. Muchos fueron los oficiales que aceptaron el pacto.

Antonio Maceo, ante tal situación realizó uno de los actos más patrióticos de la Historia de Cuba: La Protesta de Baraguá (15 de marzo de 1878). El General Maceo en esta protesta se entrevistó personalmente con la más alta autoridad en Cuba en esos tiempos, el Capitán General Arsenio Martínez Campos. Aquí el General Maceo se mantuvo firme y rechazó todo tipo de negociaciones por parte de España. Se escribe una de las páginas más dignas de las luchas independistas cubanas.

Guerra Chiquita

Fue una pequeña guerra dirigida por Calixto García en 1879. Fueron un conjunto de alzamientos en Oriente (antigua provincia cubana). Aunque lo intentó no pudo participar Antonio Maceo, otro importante mambí.

La guerra fue extremadamente corta. Apenas había recursos y por muchas que fueran las ganas independentistas de los cubanos el reducido y hambriento ejército cayó. España fácilmente triunfó e hizo que los cubanos sintieran la neceidad de otra preparación y organización mucho mayor.

El Apostol Jose Marti

El Partido Revolucionario Cubano o PRC fue una creación del poeta y patriota cubano José Martí en 1892. Exiliado de Cuba, se vio en la necesidad de reunir a los antiguos y retirados mambises cubanos para un nuevo alzamiento.

Se promovieron ideas revolucionarias y alentaron a más cubanos a la lucha. Mientras, en Cuba, se reunieron fuerzas para el alzamiento.

Guerra Necesaria o de la Independencia de Cuba

Finalmente, tras una lucha de 30 años que comenzó en 1868, José Martí, el héroe nacional cubano, inició el impulso final hacia la independencia en 1895. A esta guerra José Martí la nombró la Guerra Necesaria, la cual estalló el 24 de febrero de 1895 por orden directa de su organizador Martí. En los inicios de la guerra el Ejército Libertador sufre la perdida de dos de los más importantes dirigentes de la guerra, Antonio Maceo , lugarteniente general y José Martí, el organizador de la guerra, Secretario General del primer partido surgido para unir a los cubanos, el Partido Revolucionario de Cuba (PRC).

En esta guerra los cubanos consiguen objetivos que en las anteriores no habían obtenido. Logran llevar la lucha armada a todo el país mediante el método de invasión. España pierde cada vez más plantaciones de caña en Cuba y sus riquezas se agotaban por lo que la situación del ejército español no era la más óptima.

Reconcentración de Valeriano Weyler

Como producto de los éxitos cubanos, se instauró un nuevo capitán general en la isla: Valeriano Weyler, militar que alcanzó el grado de Teniente General luchado con los liberales contra los absolutistas durante las Guerras Carlistas, y alcanzó la mayor condecoración militar española (Cruz Laureada de San Fernando) en Santo Domingo, tras haber solicitado la excolonia su reincorporación a España.

La metrópoli recurrió a un militar de experiencia, dado que con anterioridad a su nombramiento en febrero de 1896 por Cánovas del Castillo como Capitán General de Cuba, lo había sido de Canarias, Cataluña, Vascongadas, Baleares y desde 1883 de Filipinas.

Su gobierno en la Gran Antilla se le conoce por eficacia militar a pesar de su crueldad, que adecuadamente publicada por la prensa de EE.UU. ( Pulitzer, Hearst) le granjeó la impopularidad internacional a España [4].

En 1897, al llegar a la isla, instauró un gobierno que reprimió a todos los colaboradores del Ejército Libertador. Así surgen medidas que eran prácticas que se realizaban, en conflictos coetáneos similares (Horatio Kitchener en la Guerra de los Boers; ejército de EE.UU. en sus Guerras Indias y en la Guerra de Secesión Norteamericana[3]​ como hicieran los generales Sheridan y David Hunter al devastar completamente el valle de Shenandoah o Sherman al arrasar Georgia y Carolina del Sur; Ejército de la República Argentina en las campañas conocidas como la Conquista del Desierto, etc.): la concentración, para evitar el apoyo al enemigo. Murieron gran cantidad de cubanos, la inmensa mayoría mujeres, niños y ancianos.

Como resultado de estas medidas de Reconcentración, aproximadamente cerca del 20 por ciento de la población cubana fue exterminada. Aunque desde posiciones cubanas se señalan las víctimas en números superiores a más de 400 000, otros datos apuntan a un número de 300.000 cubanos desplazados y 100.000 fallecidos víctima del hambre y las enfermedades[4]​ .

A pesar de la eficacia militar de las medidas de Weyler, (en todos los conflictos arriba enumerados en los que se recurrió a las prácticas de concentración se obtuvo éxito militar) la metrópoli, cediendo a las presiones por la crueldad de las medidas, lo sustituye en el mando en octubre de 1897, como una de las primeras actuaciones de Sagasta al ocupar nuevamente el cargo de Presidente del Consejo de Ministros de España tras el asesinato de Cánovas del Castillo. Este cambio provocó que los independentistas cubanos avanzaran en sus posiciones. Finalmente, los estadounidenses, que desde el inicio de las guerras de liberación de los cubanos en 1868 habían estado ayudando a los europeos, les brindan a los cubanos su ayuda aparentemente desinteresada para acabar de derrotar a España.

Guerra Hispano-Cubana-Estadounidense

Las fuerzas cubanas ganaban cada vez más terreno y el Ejército Español se debilitaba rápidamente, en esa situación se produjo la intervención de los Estados Unidos. En 1898 el acorazado estadounidense Maine se hundió en la Bahía de La Habana el 15 de febrero, debido a una explosión de origen desconocido, y Estados Unidos entró en la guerra. La guerra concluyó con la firma de un tratado de paz (Tratado de París, del 10 de diciembre de 1898) entre España y Estados Unidos en virtud del cual Norteamérica recibió el control absoluto de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

Ocupación estadounidense

El final de la guerra trajo consigo un recrudecimiento de las diferencias internas de las fuerzas revolucionarias cubanas que existían desde la muerte de José Martí pero que se habían mantenido acalladas durante los años de guerra (1895 y 1896) por la necesidad de luchar contra el enemigo común.

El gobierno de Washington acabó muy pronto con el maltrecho Ejército Español y no reconoció al gobierno de la República de Cuba en Armas, impidiendo incluso la entrada de las tropas cubanas a la ciudad de Santiago de Cuba, el país estaba arruinado totalmente, las ciudades y los campos estaban llenos de familias hambrientas por causa de la reconcentración, las fuentes de trabajo estaban muy disminuidas y algunos libertadores perdieron incluso las posesiones que tenían antes de la guerra.

Movimientos obreros 1899-1902

Desde la década de 1880 ya existían en Cuba movimientos proletarios que con el paso del tiempo se fueron fortaleciendo y organizando. Entre sus primeras acciones estuvo la huelga general de septiembre de 1899 dirigida por Juan Tenorio, Francisco de Armas y López, Serafín Busto, Evaristo E. Estenoz, Simón Camacho, José Fraga y Juan Ayer.

Otra de las acciones que tuvo significación fue el motín del 24 de septiembre de 1899 que pese a su carácter pacífico fue reprimido por las autoridades militares que apresaron a los líderes, obligándolos a firmar documentos donde se comprometían a no producir más disturbios. Algunos testimonios de la época indican que los huelguistas pronto se dieron cuenta que el cambio no significaba una mejora para las condiciones del trabajador.

Otro alzamiento que revelaba la situación de la isla fue la huelga de los fogoneros y peones del ferrocarril en Las Villas, que duró del 12 al 28 de septiembre de 1900, pero mucho mayor fue la huelga general de noviembre de 1902 en la cual se pedía el aumento de salario.

La Cuba independiente

El 20 de mayo de 1902 Estados Unidos le otorgó a Cuba la independencia, pero autorizaba al gobierno estadounidense a intervenir en cualquier momento en el país, y dejaba establecido que el gobierno de Cuba debía arrendar a los Estados Unidos "las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos puntos determinados que se convendrán con el presidente de los Estados Unidos" de acuerdo con la enmienda Platt, la cual fue incluida en el primer texto constitucional de la Cuba teóricamente independiente. En 1934 la enmienda fue abolida y Estados Unidos y Cuba reafirmaron el acuerdo de 1903, según el cual se le arrendaba la base naval de la Bahía de Guantánamo a Estados Unidos.

En 1902 Cuba obtiene teóricamente la independencia, si bien de facto continúa existiendo una dependencia económica e incluso política con respecto a EEUU. El primer presidente de Cuba fue Tomás Estrada Palma.

En 1906 hay un levantamiento de los liberales en la "guerrita de agosto" contra la reelección de Tomás Estrada Palma, lo cual dará pie a una nueva intervención de EEUU en la isla. El presidente de EEUU, Roosevelt designa a Charles Magoon como Gobernador en Jefe de Cuba.

En las elecciones de 1909 asume la presidencia José Miguel Gómez, quien fue acusado de corrupción. En 1912 se produce el levantamiento del grupo Independientes de Color, que protesta contra la discriminación racial; este levantamiento sería de nuevo reprimido con ayuda del ejército estadounidense. En 1913 es elegido presidente Mario García Menocal, siendo reelegido en 1917. Durante su mandato consiguió el apoyo de la oligarquía terrateniente por su política de inversiones en las plantaciones de arroz y de caña de azúcar, pero también llevó a cabo una represión contra la insurrección liberal de La Chambelona y algunos levantamientos obreros. En la última etapa de su gobierno la influencia de los EEUU fue aún mayor y muchas de sus medidas de gobierno se impusieron por decreto.

En 1925 llega al poder Gerardo Machado que iniciará una política represora contra los políticos opositores y los movimientos sindicales. Debido a una prolongada lucha multipartidista Machado fue obligado a alejarse de Cuba, y se formuló un gobierno provisional. Pero Fulgencio Batista, un sargento del ejército, organizó una revuelta de suboficiales el 4 septiembre de 1933, suprimió resistencia de manera sangrienta y tomó control del ejército para lograr poder tras bastidores hasta que fue elegido presidente en 1940, con el apoyo de un frente político del que formaba parte el Partido Comunista.

En la República de Cuba surge como figura del proletariado cubano Jesús Menéndez, gran defensor de los derechos de los trabajadores azucareros cubanos.

En 1944 no fue reelegido, y en 1948 no se postuló como candidato. Ambas elecciones las ganaron figuras políticas civiles Grau San Martin y Carlos Prio Socarras que contaban con el apoyo de las organizaciones partidistas. En 1952, cuando se presentó de nuevo a las elecciones presidenciales, Batista tomó el poder en un golpe de estado, tres meses antes de las elecciones. Además, suspendió la elección y comenzó a regir por decreto. Muchas figuras y movimientos, quienes querían una vuelta al gobierno bajo la Constitución de 1940, disputaron la autoridad no democrática de Batista. El 26 de julio de 1953, Fidel Castro, quien había sido activista político antes del golpe de Batista, lideró un ataque fallido contra los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Cespedes de Bayamo. Fidel Castro fue encarcelado y liberado por la presión popular, las gestiones del entonces obispo de Santiago de Cuba y relaciones de amistad de su madre con la primera dama de Cuba, subsiguientemente se exilió en México. Desde allí, organizó y dirigió el Movimiento 26 de Julio con el objetivo de derrocar a Batista. Un grupo de 82 expedicionarios partió rumbo a Cuba en el yate Granma, donde se encontraban Fidel Castro, su hermano Raul Castro, Ernesto Guevara conocido como Ché, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida entre otros; arribando a la parte este de la isla el 2 de diciembre de 1956.

La autoridad dictatorial de Batista incentivó la creciente insatisfacción popular y el alzamiento de muchos grupos activos de resistencia urbanos y rurales, lo cual se presentaba como terreno político fértil para Fidel Castro y su Movimiento 26 de Julio. Enfrentado a fuerzas militares en sí corruptas e inefectivas, desalentadas por el embargo estadounidense impuesto a la venta de armas a Cuba, junto con la indignación y el rechazo público ante la brutalidad demostrada con sus adversarios, Batista escapó de la isla el 1 de enero de 1959, fecha del triunfo definitivo de la Revolución Cubana.

Periodo Revolucionario

Este movimiento antimperialista revolucionario de izquierda contó en un principio con el apoyo de distintos gobiernos democráticos del Caribe y Latinoamérica que fueron parte de lo que hoy se conoce como la Izquierda Democrática que intentaban eliminar las dictaduras de los países de la región. Las medidas reformistas que comenzó a tomar el régimen comenzaron a alertar, sobre todo a los Estados Unidos. Aunque la inicial actitud de Fidel Castro, líder máximo de la Revolución, hacia los Estados Unidos no fue hostil, sí fue severamente crítica, denunciando el apoyo que la potencia le había brindado a distintos dictadores de Latinoamérica, incluyendo al cubano Fulgencio Batista, así como el rol explotador e intervencionista de sus empresas monopolistas.

En Cuba se han creado desde los mismos inicios de la Revolución Cubana diversas organizacones de políticas, de masas y estudiantiles para organizar al pueblo y unir las fuerzas del proletriado. Ellas son organizaciones:

Las medidas represivas que tomó Estados Unidos contra el gobierno de Fidel Castro provocaron que éste se acercara a la Unión Soviética en busca de convenios comerciales. En febrero de 1960 Cuba firmó un acuerdo en el que la URSS se comprometía a adquirir anualmente 1 millón de toneladas de azúcar durante 5 años consecutivos (1960 – 1965), en un 20% en dólares y el resto con bienes. Además, la URSS abría un crédito de 100 millones de dólares a Cuba. Este trato significó “una virtual declaración de independencia económica de Cuba”. Estados Unidos se negó entonces a refinar el petróleo proveniente de la URSS y anularon la cuota azucarera que Cuba poseía en su mercado. Cuba por su parte procedió a nacionalizar las propiedades estadounidenses en la isla. Las subsecuentes medidas, tanto por parte del gobierno de los Estados Unidos como por el de Cuba, llevaron a la ruptura de las relaciones políticas y económicas entre ambos países. Las transformaciones políticas y económicas que se llevaron a cabo en esos primeros años se volvieron de lleno antiimperialistas. El cambio social que buscaba la Revolución, las ideas antiimperialistas que la motivaron y la represión por parte de los Estados Unidos, que presionó a los paises latinoamericanos para que rompieran relaciones con Cuba solo no rompieron relaciones diplomáticas con Cuba México y Canadá; además logró que se expulsará a Cuba de la Organizacion de Estados Americanos (OEA) a la cual Cuba no pertenece hasta hoy día, volcaron definitivamente a Cuba hacia la URSS y el campo socialista, que ya para 1962 había declarado pública y oficialmente el carácter socialista de la Revolución.

Cuba en el panorama internacional

El apoyo militar de la URSS habían permitido a La Habana contar con uno de los ejércitos más poderosos del área o el más poderoso. Con capacidad de proyección internacional como se demostraría en la década de los 70 y los 80.[5]

En 1975 se declaró la Guerra civil de Angola entre el MPLA, el FNLA y UNITA por el control del país. Al mismo tiempo en agosto de ese año Sudáfrica había comenzado a realizar operaciones en territorio angoleño con el fin de lograr un gobierno pro-occidental y terminar con las bases de operaciones de SWAPO.[6]​ Cuba envió en octubre ingentes cantidades de armas y hombres como asesores militares. Las tropas caribeñas en conjuto con las FAPLA lograron detener la ofensiva Sudáfrica por el Sur y derrotar la de los mercenarios de Zaire por el Norte afianzando el poder del MPLA en parte norte del país, pero la Guerra civil de Angola se entremezcló con la Guerra de la frontera de Sudáfrica y se convirtió en uno de los conflictos más largos del Continente Negro, llegaron a servir al mismo tiempo más de 50 000 soldados cubanos. (en:Cuba in Angola)

En 1976, con la redacción de una nueva constitución se completó la transformación del Estado, convirtiéndose Cuba en "un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana", tal como se dice en el texto constitucional. Se terminó de institucionalizar el Estado surgido de la Revolución.

En 1977 Fidel Castro decidió intervenir en la Guerra del Cuerno de África mientras en Angola la presión sudafricana en forma de más incursiones se ampliaba.

Después del proceso constituyente se han dado los más tristes episodios para la dirigencia política del país: el inicio de las visitas de la comunidad cubana en Estados Unidos, debido a la necesidad de la entrada en el país de divisas (1978); los sucesos de la embajada del Peru y la estampida del Mariel, la muerte de 53 constructores y asesores militares cubanos en la isla caribeña de Granada(1983) producto de la invasión estadounidense a la pequeña isla, defendiendo estos sus posiciones tenazmente. -Vid.Operación Urgent Fury- ;

En el ámbito internacional la situación de Angola era de estancamieto, especialmente tras la Batalla de Cuito Cuanavale, que fue el Enfrentamiento de tropas del África subsahariana. Pese al esfuerzo realizado los sudafricanos obligaron a la coalición a replegarse más allá del río Cuito; pero aquellos no pudieron aprovechar la ventaja obtenida, quedando la confrontación en empate táctico.[7]

La participación cubana terminó tras los Acuerdos Trilaterales de Nueva York de 1988 en los que se estipulaba la salida de todos los asesores caribeños en 1991, asi como la retirada de Sudafrica de Angola y la libertad de Namibia. No se tienen registros oficiales de cuantos cubanos murieron en Angola teniéndose el dato de 377 000 efectivos enviados; pero según el gobierno fue una campaña en bien del internacionalismo proletario donde la URSS puso el financiamiento base y Cuba el resto y el apoyo militar directo a cambio de honor y la satisfacción del deber cumplido. La CIA, por su parte informó que Angola estaba pagando a Cuba una soldadesca mercenaria por su participación. En la misma línea Alexandre de Marenches confirmó que las tropas cubanas defendieron los yacimientos petrolíferos de la American Gulf Oil Company a cambio de que esta multinacional estadounidenses pagase parte de la factura.[8]​ Extremos este, el de un ejército mercenario, que parecen confirmar artistas cubanos como Frank Delgado en obras suyas como veterano.[9]

La participación no muy clara de figuras importantes del ejercito y el Minsiterio del Interior cubano en el tráfico de drogas y otras actividades ilegales, que culminó con el fusilamiento de cuatro oficiales, Arnaldo Ochoa, el coronel Antonio De La Guardia, el capitán Jorge Martínez y Amado Padrón en (1989).

Cuba después de la desaparición de la Unión Soviética

Después de la caída de la Unión Soviética a finales de 1991, la economía de Cuba sufrió una crisis, dejándola esencialmente paralizada porque las estrechas bases económicas de esta nación se concentraban en unos pocos productos con pocos compradores.

La pérdida de casi 5 mil millones de dólares que el gobierno de la URSS proveía a Cuba como ayuda, en forma de exportaciones garantizadas para el mercado cubano del azúcar y la obtención de petróleo barato, generó un impacto severo para la economía cubana.

El comercio de Cuba disminuyó en un 80%, y las condiciones de vida empeoraron. Así mismo, se disparó el número de inmigrantes cubanos que buscaba salvar su situación económica en los Estados Unidos.

Se declaró un Periodo especial, que incluía recortes en el transporte y la electricidad, e incluso racionamiento de comida. En respuesta a estos acontecimientos, Estados Unidos endureció el bloque economico, comercial y financiero esperando que esto llevara a la caída del estado socialista. No obstante, el gobierno abrió el país al turismo internacional, realizando tratos con compañías extranjeras de proyectos turísticos, industriales y agrícolas. Como resultado, el uso del Dólar estadounidense se legalizó en 1993, abriéndose tiendas especiales que vendían exclusivamente en dólares. Había entonces dos economías separadas: la economía del dólar y la economía del peso.

Extremos periodos de escasez de comida y otros bienes, así como apagones eléctricos, dieron origen a un breve periodo de malestar, incluyendo numerosas protestas por la mala situación (siendo la más notoria de ellas el “Maleconazo” el 5 de agosto de 1994) y un incremento en el crimen y la corrupcion. En respuesta, el Partido Comunista Cubano formó cientos de “brigadas de acción rápida” para evitar males mayores.

A partir de la segunda parte de los noventas, la situación del país se estabilizó, en gran parte debido a las divisas recibidas por el turismo y por las remesas de los inmigrantes. Para aquella época, Cuba tenía una casi-normal relación económica con la mayoría de los países latinoamericanos, y sus relaciones con la Unión Europea (que empezó a proveerle con ayuda y préstamos) habían mejorado. China también emergió como una nueve fuente de ayuda y soporte, a pesar de que Cuba se había aliado con los soviéticos durante la división china-soviética de los años sesenta.

Sin embargo, en octubre de 2004 el gobierno cubano anunció el fin de esta política: a partir de noviembre los dólares estadounidenses no serían legales en Cuba, pero en cambio se cambiarían por Pesos convertibles cubanos.

Más tarde, Cuba también encontró nuevos aliados en el presidente Chávez de Venezuela y el presidente Evo Morales de Bolivia, naciones importantes en la exportación de petróleo y gas.

Algunas iniciativas no-violentas en la isla han sido emprendidas, dirigidas a la reforma política. En 1997, un grupo dirigido por Vladimiro Roca, un condecorado veterano de la Guerra civil de Angola e hijo del fundador del Partido Comunista Cubano, envió una petición titulada La Patria es de Todos a la asamblea general de Cuba, pidiendo reformas democráticas y de los derechos humanos. Roca y sus tres asociados fueron a prisión por realizar actividades consideradas terroristas por el gobierno, por su relación con varios grupos que el Estado cubano califica de contrarrevolucionarios.

En 2001, un grupo de activistas reunió unas 11 mil firmas para el Proyecto Varela, una petición que pedía un referéndum sobre el sistema político de la isla. El proceso fue apoyado abiertamente por el ex-presidente Jimmy Carter durante su histórica visita en 2002 a Cuba. La petición reunió firmas suficientes, pero fue rechazada por un tecnicismo. En cambio, se sostuvo un plebiscito en donde fue mayoritariamente aprobado que la República de Cuba nunca podrá dejar de ser socialista.

En el 2003, setenta y cinco activistas de la oposición fueron arrestados y sentenciados a varios años de prisión. Los funcionarios del Estado cubano describieron este hecho como una respuesta a acciones provocativas realizadas por Frank Calson de la sección de intereses de Estados Unidos en Cuba, que había estado viajando por el país realizando mítines públicos y conferencias de prensa con los disidentes.

El 31 de julio de 2006, con motivo de una delicada intervención quirúrgica, Fidel Castro delega con carácter provisional, aunque de forma indefinida, todos sus poderes en el Primer Vicepresidente Raúl Castro, permaneciendo bajo secreto de Estado los pormenores de su estado de salud.

La madrugada del 20 de febrero de 2008, Fidel Castro anunció a través del periódico Granma que no aspiraría ni aceptaría otro periodo como presidente, después de 49 años como mandatario de Cuba.

El 3 de junio de 2009 en la XXXIX Asamblea General de la OEA realizada en San Pedro Sula con el apoyo de Honduras, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, se logra un acuerdo entre los cancilleres de los países integrantes de la OEA en la llamada Comisión General, presidida por el canciller canadiense Lawrence Cannon, para la reinclusión de Cuba en la entidad. Este acuerdo no integra a Cuba automáticamente a la OEA, sino que deroga en su primer artículo la resolución de 1962 que determinó su suspensión y establece en su artículo segundo la vía para la participación de Cuba. Este habría de constituir un diálogo iniciado por este país con la Organización en conformidad con las "prácticas, principios y propósitos" de la OEA.[10]​ Cabe destacar que el gobierno cubano, en la persona de Fidel Castro, ha repetido reiteradamente que no desea retornar a la OEA.[11]

Véase también

Historiadores de Cuba

Referencias

  1. Andrea A.J., Overfield O.H. (2005). The Human Record, Vol 1; Letter by Christopher Columbus concerning recently discovered islands. Houghton Mifflin Company. p. 8. ISBN 0-618-37040-4. 
  2. Márquez Arranz, Luis (1985) "Diario de a Bordo de Cristóbal Colón, 27 octubre de 1492" colección "Crónicas de América" Dastin S.L. I.S.B.N. 84-492-0351-1
  3. Cardona y Losada, páginas 34 y 35.
  4. Trask, David F. (1996), The War with Spain in 1898, Lincoln: University of Nebraska Press, ISBN 0-8032-9429-8, http://books.google.com/books?id=2f0Gf0DQfmUC, pág. 9
  5. Gott, Richard, Castro, el equilibrista, nº 58 de La aventura de la Historia, Arlanza Ediciones, Madrid, agosto de 2003, ISSN 1579-427X
  6. Varios, Luchadores de la sabana, nº 21 de Cuerpos de Elite, Editorial Delta, Barcelona, 1986, ISBN 84-7598-184-4
  7. Bill y Andrea Revilio, Namibia, New Holland (publishers) Ltd, Köln, revisión española de 1999, ISBN 3-8290-1097-4
  8. Caranci, Carlos, Angola: termina la guerra de Sabimbi el irreductible, nº 44 de La aventura de la Historia, Arlanza Ediciones, Madrid, junio de 2002, ISSN 1579-427X
  9. Delgado, Frank, Veterano, del disco Trova Tur
  10. EMOL:Asamblea General de la OEA acuerda readmitir a Cuba
  11. Granma:Reflexiones del compañero Fidel, El caballo de Troya

Enlaces externos

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