Dinastía Qing

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清朝
Qīng cháo
Imperio qing
大清帝国
Dà Qīng Dìguó
Imperio del gran qing



Bandera

1644-1912







Bandera de Dinastía qing

Bandera

Himno nacional: Gong Jin'ou(1911).
Ubicación de Dinastía qing
Ubicación de Dinastía qing
Territorio del Imperio ching en 1820. En naranja, los estados tributarios de China.
Capital Pekín
39°54′N 116°23′E / 39.900, 116.383
Idioma oficial Chino, manchú, mongol, otras.
Religión lamaísmo, tradicional china, budismo y otras.
Gobierno Monarquía absoluta
Emperador de China
 • 1626-1643 Huang Taiji
 • 1908-1912 Xuantong
Primer ministro
 • 1911 Yikuang
 • 1911-1912 Yuan Shikai
Historia
 • Caída de los Ming 1644
 • Captura de Pekín 12 de febrero  de 1644
 • Guerra del Opio 1839-1842
 • Rebelión Taiping 1850-1864
 • Primera guerra
: sino-japonesa
1894-1895
 • Revolución de Xinhai 6 de junio de 1912
Superficie
 • 1740 13 150 000 km²
 • 1790 14 700 000 km²
Población
 • 1740 est. 140 000 000 
     Densidad 10,6 hab./km²
 • 1776 est. 311 500 000 
 • 1790 est. 300 000 000 
     Densidad 20,4 hab./km²
 • 1812 est. 360 000 000 
Moneda yuan, cash


La dinastía ching o dinastía qing (Chino: 清朝; pinyin: Qīng Cháo) o dinastía manchú fue fundada por el clan manchú de Aisin Gioro en el actual noreste de China. Expandiendo su dominio por el resto de China y algunos territorios colindantes de Asia interior, estableció el Imperio del gran Ching (chino: 大淸帝國, pinyin: dàqīng dìguó). La Ching fue la última de las dinastías imperiales chinas. Tuvo su capital en Pekín desde su establecimiento en 1644 hasta la abdicación en 1912 del último emperador, como consecuencia de la Revolución de Xinhai y el establecimiento de la República de China.

Historia

Formación del estado manchú

Mapa del Imperio ching en 1844.

La dinastía ching no fue fundada por los chinos han, que forman la mayoría de la población china, sino por los manchúes, hoy minoría étnica en China. Gente nómada, los manchúes tenían la preeminencia en lo que es ahora China del noreste. El estado manchú fue formado por Nurhaci en los inicios del siglo XVII. Originalmente un vasallo de la dinastía ming, se declaró emperador del Jin en 1609. Ese mismo año amplió los recursos económicos y humanos del estado, así como la tecnología alistando a los habitantes Han de Manchuria. En 1625, Nurhaci estableció su capital en Shenyang (también Shenjing; manchú: Mukden), pero al año siguiente sufrió su primera derrota militar importante a manos del general ming Yuan Chonghuan. Nurhaci murió el mismo año. Uno de sus logros más importantes era la creación del sistema de ocho banderas, bajo el cual todos los manchúes pertenecían a una de las ocho “banderas”, que eran unidades civiles así como militares. Nombran las banderas porque cada una fue representada por una bandera distintiva.

El sucesor de Nurhaci fue Hung Taiji continuó construyendo en lo dejado por su padre, incorporando las primeras banderas de Han en su ejército. Hung Taiji también adoptó muchas instituciones políticas de ming en su estado manchú, pero también previó la dominación manchú de esas instituciones a través de un sistema de cuotas. Cuando Ligden Khan, el último gran kan de los mongoles, murió en el Tíbet en 1634, su hijo Ejei se entregó a los manchúes y le dio el gran sello del emperador de Yuan a Hung Taiji. En 1636, Hung Taiji retituló el Estado ching, sugiriendo ambiciones más allá de Manchuria. La denominación ching fue elegida porque el nombre de la dinastía ming (明) se compone de los caracteres para el Sol (日) y la Luna (月), que se asocian al elemento del fuego. El carácter ching (清) se compone del radical del agua (水) y del carácter (青) para el azul, que son ambos asociados con el elemento del agua. En una serie de campañas militares, Hung Taiji ganó la sumisión de Mongolia y de Corea antes de proceder a tomar el control de la región de Heilongjiang, situada alrededor del río Dragón Negro (Amur).

Demandan el Mandato del Cielo

Pekín era saqueada por una coalición de fuerzas rebeldes conducidas por Li Zicheng. La dinastía ming finalizó oficialmente cuando el emperador Chongzhen de China, último emperador ming, se suicidó colgándose en un árbol en el parque Jingshan que pasaba por alto la Ciudad Prohibida. Después de tomar Pekín en abril de 1644, Li Zicheng condujo un ejército de seiscientos mil hombres a enfrentar a Wu Sangui, el comandante general de los ming. Cien mil soldados guardaban Shanhaiguan (山海關). Shanhaiguan es el paso obligado del noreste de la Gran Muralla China localizado a cincuenta millas al noreste de Pekín y por años sus defensas fueron las que mantuvieron a los manchúes fuera de la capital. Wu Sangui, cogido entre dos enemigos, decidió negociar con los manchúes y hacer una alianza con el príncipe Dorgon, regente del emperador Shunzhi de seis años de edad, hijo del emperador Hung Taiji que había muerto el año anterior. Juntos los dos ejércitos derrotaron a las fuerzas rebeldes de Li Zicheng en batalla el 27 de mayo de 1644. El proceso duró otros diecisiete años de luchas entre los legitimistas, los pretendientes y los rebeldes ming. El último pretendiente ming, príncipe Gui, buscó refugio en Birmania, pero una fuerza expedicionaria ching dirigida por Wu Sangui lo hizo traer de nuevo a la provincia de Yunnan y fue ejecutado a principios de 1662.

Kangxi y la Consolidación

El emperador Kangxi (r. 1662-1722).

El emperador Kangxi (r. 1662-1722) ascendió al trono a los ocho años de edad. Durante su largo reinado, recibió el apoyo de su abuela, la gran emperatriz viuda Xiaozhuang. Los manchúes controlaban el “Mandato del Cielo”, pero la gran extensión del país hacía que escaseasen las tropas para controlar directamente el imperio; la dinastía apenas contaba con las suficientes para mantener guarniciones en las ciudades que formaban el núcleo de una red de defensa que dependía en gran medida de los soldados ming que se habían rendido a los nuevos gobernantes. Además, los Qing seleccionaron a tres generales ming que habían contribuido de manera destacada al establecimiento de la dinastía Qing, los nombraron príncipes feudales (藩王) y les entregaron el gobierno de extensos territorios en la China meridional. El principal de ellos fue Wu Sangui (吳三桂), al que se le dieron las provincias de Yunnan y de Guizhou, mientras que a los generales Shang Kexi (尚可喜) y Geng Zhongming (耿仲明) se les entregaron las provincias de Cantón y de Fujian, respectivamente.

En los primeros años, los tres señores feudales y sus territorios hicieron inevitablemente cada vez más autónomos. Finalmente, en 1673, Shang Kexi solicitó el emperador Kangxi, indicando su deseo de retirarse a su ciudad natal en la provincia de Liaodong (遼東) y nombrara a su hijo como su sucesor. El joven emperador concedió su retiro, pero negó la herencia de su hijo. En reacción, los otros dos generales decidieron solicitar sus propios retiros, esto pruebe la resolución de Kangxi, pensando que él no se arriesgaría a ofenderlos a ellos. El movimiento fracasó mientras que el joven emperador llamó a la aceptación a las peticiones y ordenó a los tres que devolvieran sus territorios de nuevo a la corona. Decidió hacer frente con todo su poder, Wu Sangui sentía que él no tenía ninguna opción pero decidió levantarse en la rebelión. Cerca lo ayudaron Geng Zhongming y por Shang Kexi hijo de Shang Zhixin (尚之信). La rebelión que sobrevino duró ocho años. En su apogeo, los rebeldes llegaron a controlar el río de Yangtze (長江). En última instancia, el gobierno qing pudo aplatar la rebelión y retomar el control sobre toda la China meridional. La rebelión sería conocida en la historia china como la «rebelión de los Tres Feudatarios».

Para consolidar el imperio, el emperador Kangxi condujo personalmente a China a una serie de campañas militares contra el Tíbet, el kanato de Zungaria y, más tarde, Rusia. Acordó el matrimonio de su hija con el kan mongol Gordhun para evitar un conflicto militar. La campaña militar de Gordhun contra los Qing falló, lo que consolidó el imperio. Taiwán también fue conquistado por las fuerzas del Imperio qing en 1683 al hijo de Zheng Jing, Zheng Ke-Shuang; su abuelo Koxinga lo había conquistado a los colonos holandeses. Antes de fin de siglo XVII, China había alcanzado su máximo poder desde los tiempos de la dinastía Ming. El emperador Kangxi también acogió muchos misioneros jesuitas que vinieron a China con la esperanza de más conversiones. Aunque fracasaron en su objetivo, Kangxi mantuvo en paz a los misioneros en Pekín.

Los emperadores Yongzheng y Qianlong

Los reinados de los emperadores Yongzheng (1723-1735) y de su hijo Qianlong (1735-1796) marcaron la cima del poder de la dinastía Qing. Durante este período, la dinastía Qing gobernó sobre 13 millones de kilómetros cuadrados de territorio.

Después de la muerte del emperador Kangxi en el invierno de 1722, su cuarto hijo, el príncipe Yong (雍親王), lo sucedió con el nombre emperador Yongzheng. Yongzheng mostró un carácter polémico debido a los rumores de que había usurpado el trono; en los últimos años del emperador Kangxi, había estado implicado en grandes luchas políticas con sus hermanos. Administrador diligente, gobernó con mano de hierro. Su primer gran paso hacia un régimen más fuerte vino cuando restauró el nivel original del sistema de exámenes estatales. En 1724, se resquebrajó bajo cambios ilegales de monedas, que eran manipulados por los funcionarios para solventar sus necesidades financieras. Se expulsó a los funcionarios que habían infringido las nuevas leyes sobre finanzas y, en casos extremos, se los ejecutó.

Yongzheng demostró una gran confianza en los funcionarios Han, y designó a muchos de sus protegidos a posiciones prestigiosas. Se encargó a Nian Gengyao la dirección una campaña militar en lugar de su hermano Yinti en Qinghai. Las acciones arrogantes de Nian, sin embargo, condujeron a su caída en 1726. Durante el reinado de Yongzheng, se alcanzó la consolidación del poder imperial en su más alto grado en la historia china. Más territorio fue incorporado en el noroeste. Se endureció el trato a los funcionarios corruptos y creó un gran consejo, que se convirtió en el gabinete imperial para el resto de la dinastía.

El emperador Yongzheng murió en 1735 y le sucedió su hijo, el príncipe Bao (寶親王) como emperador Qianlong, al que se consideraba un general capaz. Habiendo ocupado el trono a la edad de 24 años, dirigió personalmente campañas militares en Xinjiang y Mongolia. Las rebeliones y las sublevaciones en Sichuan y partes de China meridional fueron sofocadas con éxito. Alrededor de los cuarenta años del reinado de Qianlong, el gobierno ching sufrió un resurgimiento de la corrupción desenfrenada. El oficial Heshen era uno de los más corruptos en la dinastía ching. Se le forzó finalmente a suicidarse por orden del emperador Jiaqing (1796-1820).

Su largo reinado de sesenta años fue el segundo más largo de la historia de China, después del de su abuelo el emperador Kangxi. De no haber sido por su abdicación oficial en 1796, su reinado habría sido el más largo de toda la historia imperial china. Su etapa en el poder estuvo caracterizada por la consolidación de las conquistas territoriales llevadas a cabo por su abuelo y su padre, completando la época de esplendor de la dinastía marcada por estos tres emperadores. Sin embargo, en la segunda mitad de su reinado, se empezaron a revelar las debilidades del Estado Qing, que llevarían al declive de la dinastía en el siglo XIX. Tras su fallecimiento, su decimoquinto hijo le sucedió: el emperador Jiaqing.

Una aguda decadencia

China y sus provincias tradicionales en 1900, con las concesiones territoriales otorgadas a las potencias.

A mediados del siglo XIX, después de las derrotas morales que supusieron las Guerras del Opio, emergió un nuevo líder: la emperatriz viuda Cixi. Cixi era la concubina del emperador Xianfeng (1850-1861), madre del emperador Tongzhi, y tía del emperador Guangxu. Desde el principio, controló el Gobierno Qing y fue la gobernante de facto de China durante 47 años. Llegó a protagonizar un golpe de Estado para expulsar de la regencia a Sushun, designado como tal por el último emperador. Se la conoce como la «gobernante detrás de la cortina» (垂帘听政 chuílián tīŋẑèŋ) en la política Qing, pues le indicaba a su hijo, el emperador, qué hacer desde detrás de una cortina.

Durante los años 1860, la dinastía Qing había vencido las rebeliones con la ayuda de milicias organizadas. El Gobierno Qing procedió entonces a ocuparse del problema de la modernización, que procuró con el «Movimiento de Uno mismo». Se formaron varios ejércitos modernizados, como el Ejército Beiyang. No obstante, las flotas de “Beiyang” fueron aniquiladas en la Primera Guerra Chino-Japonesa (1894-1895), que fue la señal de que era necesaria una reforma mayor y más extensa, necesidad agudizada por la rebelión de los Bóxer. A comienzos del siglo XX, a la dinastía Qing se le presentaba un dilema: podía aplicar reformas y provocar a la aristocracia y nobles conservadores o bien podía evitar las reformas y forzar con ello un levantamiento de los «revolucionarios». La dinastía intentó seguir una trayectoria intermedia, pero lo único que consiguió fue provocar malestares en ambos bandos.

Diez años después del reinado del emperador Guangxu (1875-1908), la presión occidental en China era tan grande que el Gobierno imperial se vio forzado a reconocerles toda clase de privilegios, como la zona franca del puerto de Shanghái, concederles importantes contratos comerciales y de construcción de infraestructuras, exenciones fiscales... En 1898 Guangxu intentó llevar a cabo la llamada «Reforma de los cien días» (百日維新/戊戌變法), en la cual se promulgaron nuevas leyes y se abolieron algunas viejas leyes. Confiando más en reconocidos pensadores progresistas como Kang Youwei, se apartó al conocido conservador Li Hongzhang y otros nobles de las altas esferas del Gobierno. Pero Cixi aplastó el intento de modernización y encarceló a Guangxu en su propio palacio. Abandonando todo intento reformista, Cixi se concentró sobre todo en afianzar su propia base de poder. Con ocasión de su sexagésimo cumpleaños, gastó más de treinta millones de taels de plata para las decoraciones y las celebraciones, con fondos originariamente destinados a mejorar el armamento de la marina de guerra de Beiyang.

En 1901, después del asesinato del embajador alemán, la Alianza de las Ocho Naciones (八國聯軍) entró en China con una fuerza militar unificada por segunda vez. Cixi reaccionó declarando la guerra a la alianza de las ocho naciones, pero perdió el control de Pekín poco después. Huyó a Xi'an junto con el emperador Guangxu y se vio forzada a negociar con las potencias. Como compensación por los gastos de la campaña militar, la alianza presentó una serie de exigencias al Gobierno Qing. Li Hongzhang fue enviado para negociar y la alianza eliminó varias de ellas.

Gobierno, sociedad y cultura

Política interior

Bandera nacional de la dinastía ching, posterior a 1888.

Algo trascendental para China fue, durante la dinastía Quing, la introducción y divulgación en la dieta del maíz, la patata y el boniato; de hecho, se considera que estas plantas permiten explicar la actual supremacía demográfica china.[cita requerida]

En cuanto a la política, el imperio estaba considerado como una inmensa familia, siendo el emperador "Hijo del Cielo" a la vez "el padre y la madre" de su pueblo, y por consecuencia, como en la familia antigua, el señor absoluto de todos. En Pekín su capital, vivía encerrado en una ciudad aparte, "la Ciudad Prohibida", invisible al común de sus súbditos.

Asistido de un Consejo de Estado y de ministros, gobernaba por medio de ocho virreyes, entre los que estaban divididas las dieciocho provincias del Imperio. Las provincias estaban subdivididas en prefecturas, etc., gobernadas por una jerarquía de funcionarios o mandarines, nombre inventado por los portugueses.

Los mandarines se reclutaban entre los letrados, es decir entre los que habían estudiado la literatura, las ciencias y la filosofía chinas, y habían sido aprobados en numerosos exámenes. Los programas de los exámenes, aún en vigor en 1900, eran contemporáneos de Carlomagno y remontaban al siglo IX: apenas si acaban de introducirse en ellos algunos elementos de las ciencias extranjeras.

Emperadores de la dinastía ching

Nombre dado1 Nombre Póstumo2
(forma corta)
Chino, Manchu
Nombre del Templo2 Nombre Reinado
Chino, Manchu
Años Reinado Nombre por el
cual es conocido
Nurhaci
努爾哈赤
pinyin: Nǔ'ěrhāchì
Gāodì
高帝
Dergi hūwangdi
Tàizǔ
太祖
Tiānmìng
天命
Abkai fulingga
1616-16263 Nurhaci
Hong Taiji4
皇太極
pinyin: Huángtàijí
Wéndì
文帝
Genggiyen su hūwangdi
Tàizōng
太宗
Tiāncōng
天聰
Abkai sure
1627-1636;

Chóngdé
崇德
Wesihun erdemungge
1636-1643

1626-1643 Hung Taiji
Fúlín
福臨
Zhāngdì
章帝
Eldembure hūwangdi
Shìzǔ
世祖
Shùnzhì
順治
Ijishūn dasan
1643-16615 Shunzhi
Xuányè
玄燁
Réndì
仁帝
Gosin hūwangdi
Shèngzǔ
聖祖
Kāngxī
康熙
Elhe taifin
1661-1722 Kangxi
Yìnzhēn
胤禛
Xiàndì
憲帝
Temgetulehe hūwangdi
Shìzōng
世宗
Yōngzhèng
雍正
Hūwaliyasun tob
1722-1735 Yongzheng
Hónglì
弘曆
Chúndì
純帝
Yongkiyangga hūwangdi
Gāozōng
高宗
Qiánlóng
乾隆
Abkai wehiyehe
1735-1796
(muerto 1799)6
Qianlong
Yóngyǎn
顒琰
Ruìdì
睿帝
Sunggiyen hūwangdi
Rénzōng
仁宗
Jiāqìng
嘉慶
Saicungga fengšen
1796-1820 Jiaqing
Mínníng
旻寧
Chéngdì
成帝
Šanggan hūwangdi
Xuānzōng
宣宗
Dàoguāng
道光
Doro eldengge
1820-1850 Daoguang
Yìzhǔ
奕詝
Xiǎndì
顯帝
Iletu hūwangdi
Wénzōng
文宗
Xiánfēng
咸豐
Gubci elgiyengge
1850-1861 Xianfeng
Zǎichún
載淳
Yìdì
毅帝
Filingga hūwangdi
Mùzōng
穆宗
Tóngzhì
同治
Yooningga dasan
1861-18757 Tongzhi
Zǎitián
載湉
Jǐngdì
景帝
Ambalinggū hūwangdi
Dézōng
德宗
Guāngxù
光緒
Badarangga doro
1875-19087 Guangxu
Pǔyí
溥儀
también conocido Henry
No tiene 8
No tiene 9 Xuāntǒng
宣統
Gehungge yoso
1908-191210
(muerto 1967)
Xuantong
1 El nombre de familia imperial ching era Aisin Gioro (愛新覺羅 aixin jueluo), pero no era práctica manchú incluir el nombre de la familia o del clan en el nombre personal de un individuo.
2 Los nombres póstumo y los nombres de los templos fueron compartidos a menudo por los emperadores de diversas dinastías, ellos son precedidos generalmente por el nombre de la dinastía, en este caso, ching o qing, para evitar la confusión. Por ejemplo, el emperador Qianlong se refiere con frecuencia como Qing Gaozong.
3 Nurhaci fundó el Jin (金) o dinastía tardía de Jin (後金) en 1616, pero fue su hijo Hung Taiji quien cambió el nombre de la dinastía a ching en 1636. Nurhaci adoptó el nombre Tianming del reinado pero sus títulos ching fueron conferidos póstumamente.
4 Hung Taiji se refieren erróneamente en algunos textos históricos como Abahai (阿巴海).
5 El emperador Shunzhi fue el primer emperador ching que gobernó China después de la ocupación de Pekín en 1644.
6 El emperador Qianlong se retiró oficialmente en 1796, tomando el título de emperador honorario (太上皇帝). Éste era un acto de la piedad filial para asegurarse de que él no reinaría más que su ilustre abuelo, el emperador Kangxi. Sin embargo, él seguía siendo la última autoridad hasta su muerte en 1799, en que su hijo, el emperador Jiaqing, comenzó a ejercer el poder que había sido sólo de nombre a partir de 1796.
7 La emperatriz viuda Cixi, la concubina del emperador Xianfeng, la madre del emperador Tongzhi, y la madre adoptiva del emperador Guangxu, utilizó sus considerables habilidades de manipulación política para actuar como el poder detrás del trono o en el trono a partir de 1861 hasta su muerte en 1908. Ella actuaba como regente durante las minorías de los dos jóvenes emperadores y confinó el emperador Guangxu en el palacio de verano después de que él procurara introducir reformas en 1898. La muerte del emperador Guangxu fue anunciada el día antes de su muerte.
8 Xùndì (遜帝) (“el emperador abdicado”) es el nombre que los libros de historia china y taiwanesa a Puyi.
9 En 2004 los descendientes de la familia imperial ching han conferido un nombre póstumo y nombre atrasado a Puyi. Nombre póstumo: Mindi (愍帝). Nombre del templo: Gongzong (恭宗). Hay que esparar si estos nombres serán aceptados por el público chino.
10 La dinastía ching fue derrocada en 1911, y el último emperador Xuantong, abdicó oficialmente el 12 de febrero de 1912. Sin embargo, ese mismo día la República de China concedió los “Artículos de tratamiento favorable de emperador del gran ching después de que su abdicación” (清帝退位優待條件) que permitió que Xuantong conservara su título imperial e indicó que él fuera tratado por el gobierno de la república con el protocolo de un monarca extranjero. Estos artículos fueron revisados el 5 de noviembre de 1924, después del golpe del general Feng Yuxiang: los artículos revisados indicaron que Xuantong perdía su título imperial y en adelante sería tratado como un ciudadano simple de la república China. Xuantong fue expulsado de la ciudad prohibida el mismo día. Así, Xuantong gobernaba como emperador hasta el 12 de febrero de 1912 (y también brevemente entre el 1 de julio y 12 de julio de 1917), y emperador no-gobernante entre el 12 de febrero de 1912 y 5 de noviembre de 1924. Xuantong también acepto más adelante ser el líder marioneta de Manchukuo controlado por los Japoneses bajo nombre de Datong (大同) (1932-1934), entonces el emperador marioneta reino igual bajo nombre del reinado Kangde (康德) (1934-1945).

Tumbas Qing

Las tumbas, ubicadas en la ciudad de Zunhua de la provincia septentrional china de Hebei y con una superficie de 2500 metros cuadrados, constituyen el cementerio imperial más grande e intacto del mundo. La construcción del grupo de tumbas duró unos 150 años y terminó en 1908, y en ellas se enterró a cinco emperadores de la dinastía ching (1644-1911) junto con 15 emperatrices, de ellos, los más conocidos son los emperadores Kangxi y Qianlong, que llevaron la economía de la dinastía a su apogeo. Las tumbas imperiales del este de la dinastía ching se construyeron al lado de la montaña Changrui tras largas inspecciones y estudios. Los arqueólogos explican que el cementerio es una integración de tumbas imperiales, palacios y jardines, que combinan la hermosura natural con la elegancia humana, lo que sirve como ejemplo de la arquitectura y de la estética.

Sector occidental del área de las tumbas ching, en Hebei.

Consideradas como el reflejo de la historia ching, las tumbas poseen una gran reputación dentro y fuera del país. Se pusieron bajo protección estatal en 1961 y se incluyeron en la lista del patrimonio cultural de la Humanidad de la Unesco en 2000, junto con las Tumbas Imperiales del Oeste de la dinastía ching. Ubicadas en el distrito de Yixian, a 120 kilómetros al suroeste de Pekín, las tumbas imperiales del oeste registraron el fin de la dinastía ching y también el fin del feudalismo en China, señalaron los arqueólogos.

El cementerio, cuya construcción terminó en 1915, cuenta con la tumba del último emperador de la historia china. Los arqueólogos destacaron que la antigua arquitectura china alcanzó su esplendor en la dinastía ching, y la estructura de madera, esculturas de piedra y de madera, y el avanzado sistema de drenaje de las tumbas imperiales del este de ching son buenos ejemplos de las cotas más altas de su arquitectura. El gobierno ching invirtió cada año una gran cantidad de plata en la reforestación del cementerio, y actualmente el gobierno chino sigue gastando dinero en el mantenimiento de dichas tumbas. Los más de doscientos mil pinos y cipreses en el cementerio lo convierten en el mayor bosque de pinos antiguos en el norte de China.

Funcionarios de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Humanidad indicaron que los grupos de tumbas muestran las ideas tradicionales chinas sobre la arquitectura y el adornamiento. La teoría geomántica junto con el delicado diseño de las estructuras en los cementerios es la inflexión de los puntos de vista feudales sobre el mundo y el poder, lo que se ha heredado durante miles de años en China.

Los arqueólogos destacaron que las tumbas imperiales de la dinastía ching constituyen la obra maestra más creativa del genio humano y la mejor prueba del estilo arquitectónico y las formas culturales de aquella época. La integración armoniosa de los edificios construidos por la gente y el medio ambiente natural convierten a las tumbas de ching en una vista única en el mundo.

Política exterior

Primeros contactos y Guerra del opio

Escena de un combate entre tropas chinas y occidentales durante la Segunda Guerra del Opio (1858-1860).

La riqueza del Imperio Chino era conocida por los europeos desde la Edad Media. Bien acogidos, estos no tardaron en exasperar a los chinos por su rapacidad y sus violencias. De aquí que la China se cerrase casi completamente desde el siglo XVI a los «diablos extranjeros». Esta situación duró hasta 1840 y fueron necesarias dos guerras para abrir más extensamente China al comercio europeo: la Primera Guerra del Opio (1839-1842) y la posterior Segunda Guerra del Opio (1858-1860).

La Compañía inglesa de la Indias había obtenido el primer puesto en el comercio en Cantón. Su principal artículo de venta era una droga extraída de la adormidera, el opio, que los chinos fumaban y que envenena más rápido que el alcohol o el tabaco. En 1839, Lin Hse Tsu había prohibido la venta de opio y destruido un cargamento de veinte mil cajas depositado en los almacenes ingleses. En represalia, estos bloquearon Cantón y después emprendieron una guerra conocida con el nombre de Primera Guerra del opio. La flota inglesa tomó Cantón y Shanghái y remontó el Yangzi hasta Nankín. Por el Tratado de Nankín, los chinos tuvieron que ceder a Gran Bretaña el islote de Hong Kong, enfrente de Cantón y abrieron además cinco puertos, entre ellos Shanghái, al comercio británico. Los Estados Unidos y Francia obtuvieron poco después las mismas condiciones. Francia se hizo además reconocer el protectorado de las misiones católicas, cuya presencia en China se remontaba al siglo XVI.

En 1856 se suscitaron nuevas dificultades en Cantón entre el Reino Unido y China. Por otra parte, un misionero había sido martirizado y, no habiendo podido obtener reparación, el Gobierno británico y Napoleón III se entendieron para castigar en común a China y obtener de ella, amenazando a Pekín, primero garantías para sus nacionales, después el establecimiento de relaciones diplomáticas regulares y, por último, nuevas facilidades para el comercio. Un ejército franco-británico de veintitrés mil hombres ocupó Pekín (1860) después de haber dispersado al ejército chino. Durante la marcha sobre Pekín, los chinos habían propuesto negociaciones, durante las cuales se apoderaron a traición de treinta y siete europeos, de los cuales mataron inmediatamente a cuatro e hicieron perecer a otros dieciséis en atroces suplicios. Para vengar esta traición, los aliados entraron a saco en Pekín e incendiaron el Palacio de Verano, las más preciosa de las residencias imperiales. Los chinos otorgaron todas las concesiones exigidas por el Tratado de Pekín (1860) y se abrieron al comercio extranjero siete nuevos puertos.

A consecuencia de este nuevo descalabro, parecía que China quería modernizarse. Militares europeos empezaron a llegar al país e instruyeron a las tropas chinas, hasta entonces armadas de arcos y de lanzas, al mismo tiempo que se creaba en Pekín un colegio europeo. El emperador autorizó incluso la construcción de un ferrocarril a Shanghái (1878). Pero la masa del pueblo y los mandarines permanecían hostiles a las novedades y el Gobierno se mostraba débil y vacilante.

Estancamiento

Los brillantes éxitos obtenidos por el Japón tuvieron naturalmente una gran repercusión en China. Parecían haber hecho comprender definitivamente a los chinos que había un gran provecho en no despreciar las «ciencias bárbaras» y que conocerlas y adaptarse a su organización era para los pueblos la condición mínima de la independencia. Bajo la dirección de instructores japoneses, China empezó a dotarse de un ejército a la europea, regularmente reclutado, uniformemente equipado y que disponía aproximadamente de doscientos cincuenta mil hombres. Se publicaron periódicos donde se ensalzaban las virtudes guerreras que eran tan despreciadas por los chinos. Se multiplicó el número de estudiantes enviados a Europa y, sobre todo, al Japón. Se reformó la organización de la enseñanza y se crearon colegios y universidades. Por otra parte, los chinos comenzaron a querer dar valor a su país, comprando a los extranjeros las minas concedidas a estos hasta entonces y hasta ciertas líneas férreas, y ensayando además a crear fábricas.

Época de crisis

La importancia y la grandeza de la transformación del Japón se evidenciaron bruscamente en un conflicto con China a propósito de Corea. El reino de Corea, casi tan grande como la mitad de Francia, está situado a cerca de la costa japonesa. Desde hacía siglos, chinos y japoneses se habían disputado su dominio y habían terminado por ejercer la soberanía conjuntamente. Cada nación mantenía una guarnición en Seúl, la capital coreana. Cuando los chinos decidieron en 1894 reforzar su guarnición, los japoneses desencadenaron una guerra sin declaración previa (julio de 1894).

Ilustración ukiyo-e que refleja la batalla del río Yalu (1894) ocurrida durante la Primera Guerra Sino-Japonesa. La grave derrota china fue una humillación y anunciaba el ocaso de la dinastía Qing.

La Guerra de Corea se llevó a cabo rápidamente. Con gran sorpresa por parte de Europa, los japoneses batieron a los chinos con la mayor facilidad. Después de haberlos expulsado de Corea, de haber destruido sus acorazados en la desembocadura del Yalu (17 de septiembre de 1894) y de haber tomado por asalto la plaza fuerte de Port Arthur (noviembre), los japoneses alcanzaron el mar de Bohai. Ante la grave derrota, los chinos firmaron la paz y por el Tratado de Shimonoseki, entregaron a los japoneses las dos plazas que dominaban la entrada del golfo de Petchili, al norte de Port Arthur, con la península de Liaodong donde se encontraba este y, al sur, Wei-Hai-Wei. Cedían además, enfrente de la China meridional, la gran isla de Formosa (abril de 1895). Entonces se produjo una intervención de Europa. Con el pretexto de defender «la integridad de China», Rusia —que ambicionaba Port Arthur— supo arrastrar junto a ella a Francia y Alemania, y las tres potencias impusieron una revisión del Tratado de Shimonoseki: Japón tuvo que contentarse con Formosa y una indemnización de guerra.

A consecuencia de los descalabros chinos, muchos creyeron en Europa que algún día sería posible repartirse China, como se había hecho con África tras la Conferencia de Berlín. Al menos, las potencias podrían ocupar allí cierto número de puntos estratégicos y establecer «zonas de influencia». Alemania encabezó la iniciativa de esta política de desmembramiento. A consecuencia del asesinato de dos misioneros alemanes (1897), el emperador Guillermo II hizo ocupar, inmediatamente y sin intimación, el puerto de Kai-Tcheu, al sur de la península de Shandong, región reputada por su riqueza y sus minas de carbón. Por su parte, los rusos solicitaron y obtuvieron, para la terminación del ferrocarril transiberiano, la facultad de construir la vía en línea recta hasta Vladivostok a través de la provincia china de Manchuria. Lograron además la cesión en arriendo durante noventa años de Port Arthur, puerto en aguas siempre libres de hielo ambicionado desde hacía años por Rusia; un entroncamiento debía unir este puerto al ferrocarril transiberiano (1898). Francia e Inglaterra se hicieron ceder igualmente en arriendo Guangzhouwan y Wei-Hai-Wei (1898), respectivamente. Por otra parte, las potencias obtuvieron la apertura de doce puertos nuevos, el derecho de establecer en ellos manufacturas y la facultad para los vapores de circular por todas las grandes vías navegables. Arrancaron del Gobierno chino para sus nacionales concesiones de explotación de minas y de construcción de ferrocarriles, casi 10 000 kilómetros: el tramo principal de Pekín a Hankou —1250 kilómetros— se concedió a una sociedad franco-belga.

Caricatura aparecida en un diario occidental sobre la derrota del gigante chino frente al pequeño samurái japonés, 1894.

Era la «conquista de los bárbaros de China», y el «derrumbamiento del antiguo Imperio», ante lo cual el patriotismo chino y el espíritu pasivo se sublevaron. Sociedades secretas, muy numerosas y muy activas en China, sobre todo la sociedad llamada de los Boxers, provocaron un movimiento nacional (la llamada Rebelión de los Bóxers), que estalló en Pekín en mayo de 1900 y se extendió a toda China septentrional. Doscientos extranjeros fueron acuchillados; los ministros europeos en Pekín fueron sitiados durante dos meses en sus legaciones. Las grandes potencias de entonces, incluidos el Japón y los Estados Unidos, decidieron obrar en común: enviaron cada uno un contingente y el ejército internacional así constituido reprimió en una corta campaña alrededor de Pekín el movimiento bóxer (septiembre-octubre de 1900). Los chinos tuvieron que pagar una indemnización de dos mil quinientos millones y confirmar las concesiones de obras públicas otorgadas anteriormente. A cambio, las potencias renunciaban a toda idea de desmembramiento del país y garantizaban la integridad de China.

Caída de la dinastía

Levantamiento de Wuchang

El Dr. Sun Yat-sen, gran revolucionario democrático, fue el líder universalmente reconocido de la Revolución de 1911. A finales del siglo XIX, surgieron dos facciones entre los políticos burgueses chinos que abogaban por aprender de Occidente. Una reformista, encabezada por Kang Youwei, y otra revolucionaria, dirigida por Sun Yat-sen. El fracaso del Movimiento Reformista de 1898 condujo al hundimiento de la fracción reformista, la cual se había hecho la ilusión de que el gobierno de la dinastía Qing podría llevar a cabo ciertas reformas, mientras que se incrementaron rápidamente la fuerza y la influencia de la fracción revolucionaria de la burguesía. En 1905, se fundó la Tongmenghui (Liga Revolucionaria de China). En ese momento, Sun Yat-sen formuló un programa revolucionario burgués, en el cual figuraban los postulados de “establecimiento de una república e igualdad de la propiedad de la tierra”. Se trataba de un proyecto de república burguesa, inspirado en el ejemplo de la burguesía occidental. En dicho programa, Sun Yat-sen abogaba por derrocar por la vía revolucionaria la dominación de la dinastía Qing para “establecer una república”. Esto correspondía, en aquella época, a las aspiraciones y las demandas de las amplias masas populares de todo el país.

Luego de fundada la Tongmenghui en Tokio, sus miembros no tardaron en retornar sucesivamente a China e ir a diversas partes del país a organizar grupos revolucionarios y, en unión con otros patriotas, a preparar levantamientos. La situación revolucionaria atravesaba por un creciente auge en todo el país.

El Dr. Sun Yat-sen atribuyó gran importancia al trabajo militar y al trabajo dentro del ejército enemigo. Esto fue de gran importancia para la Revolución de 1911. En 1908, Sun Yat-sen envió a Huang Xing a Hekou, provincia de Yunnan, para desatar un levantamiento, que fracasó. Enseguida después, Yang Qui-fan, miembro de la Tongmenghui, organizó junto con otros un levantamiento en Yongchang, que tampoco tuvo éxito. La Academia Militar de Yunnan fue establecida en 1909 por Shen Bingkun, entonces gobernador interino de las provincias de Yunnan y Guizhou, con el fin de preparar personal militar para el gobierno de la dinastía ching. En el invierno de ese año, cuando Li Jingxi, el nuevo gobernador general, llegó a Kunming para tomar posesión de su cargo, incorporó a la Academia Militar la escuela militar ambulante anexa a la 19.ª División del Nuevo Ejército. En aquellos momentos, el rector de esa academia era Li Genyuan y entre los instructores se contaban Fang Shengtao, Zho Kangshi, Li Liejun, Lou Peijin, Tang Jiyao, Liu Zuwu y Gu Pinzhen. Eran en su mayoría miembros de la Tongmenghui.

En la academia estudiaban más de quinientos cadetes, muchos de ellos jóvenes descontentos de la situación entonces existente. Así fue como la Academia Militar de Yunnan se convirtió en una importante plaza fuerte de las fuerzas revolucionarias en esa provincia. Recomendado ante Li Jingxi por Li Genyuan y Luo Peijin, Cai E fue nombrado jefe de la 37.ª brigada de la 19.ª División del Nuevo Ejército de Yunnan. Si bien no era miembro de la Tongmenghui y nunca estuvo abiertamente en contacto con la Academia Militar, era hombre de espíritu patriótico y democrático y mantenía lazos secretos con la Tongmenghui. En aquel entonces, mientras el gobierno de la dinastía Qing reprimía de manera extremadamente sañuda a las fuerzas revolucionarias, Cai E brindó eficaz amparo a las actividades revolucionarias que se desarrollaban en la academia.

En 1911, se graduaron antes del plazo previsto los cien cadetes de la primera promoción de la academia. Dieciocho de ellos fueron colocados como oficiales de las tropas al mando de Cai E y se pusieron a hacer propaganda revolucionaria entre los soldados. Los soldados del Nuevo Ejército, todos ellos reclutas procedentes del campo, ya estaban sumamente descontentos con la tiranía y la corrupción del gobierno de la dinastía Qing, con la brutal explotación de la clase terrateniente, con los castigos corporales y con los insultos que sufrían en el viejo ejército y con la práctica de los oficiales de embolsarse parte de su paga.

El 10 de octubre de 1911, estalló el Levantamiento de Wuchang, que dio un gran estímulo al pueblo en Yunnan. Los revolucionarios intensificaron también allí sus actividades entre los soldados. Los gobernantes de la dinastía Qing estaban presa de pánico. Li Jingxi, gobernador general de Yunnan y de Guizhou, mandó construir fortificaciones dentro y fuera de la sede de su gobierno y dio orden de arrestar a los revolucionarios. Luo Peijin, jefe del 74.° biao, fue destituido. Li Jingxi reunió un batallón de guardias, un batallón logístico y dos compañías de ametralladoras para defender la sede de su gobierno. Sin embargo, incluso entre dichas fuerzas de custodia existían fuerzas revolucionarias ocultas.

El golpe final

El 30 de octubre (el 9 del noveno mes del calendario lunar), los revolucionarios se sublevaron en Kunming. En la noche de aquel día, el 73er. biao del Nuevo Ejército, bajo el mando de Li Genyuan, inició la acción a partir del campo de ejercicios ubicado al norte de la ciudad, y Cai E desató su alzamiento a la cabeza del 74° biao a partir de Wujiaba, cerca del campo de ejercicios al sur de la ciudad. Al levantamiento se sumaron también los cadetes de la Academia Militar y de la Escuela Militar Primaria así como los guardias de Li Jingxi. Según lo convenido, el levantamiento debía iniciarse a las once de la noche, pero eran apenas las nueve cuando se oyeron disparos en el campo de ejercicios del norte. Luego que se hubieron generalizado el caos y el desconcierto, el general Cai E hizo acto de presencia en el campo de ejercicios del sur, lo cual permitió restablecer rápidamente el orden entre las tropas. Mientras tanto, Li Jingxi oyó también los disparos y, sintiéndose como entre sueños, telefoneó a Cai E para pedirle ayuda. El general Cai E colgó el auricular y enseguida se presentó ante las tropas que se encontraban a la espera de la orden de entrar en acción, y proclamó el comienzo del levantamiento de Yunnan.

Bajo el mando de Cai E, las majestuosas tropas de la insurrección se pusieron inmediatamente en marcha para tomar los accesos a la ciudad. Cuando atacaron la ciudad de Kunming, el biao de caballería, desplegado ahí por Li Jingxi para defender la ciudad, no opuso resistencia alguna, sino que, al contrario, la mayor parte de sus soldados se incorporaron a las filas rebeldes. Los cadetes de la Academia Militar que vivían dentro de la ciudad abrieron las puertas de la misma.

A las 12 de la noche, todas las tropas habían entrado en Kunming y, hacia la madrugada, ya tenían bajo su control todos sus accesos. Li Jingxi huyó presa del pánico. El 31 de octubre, se tomó sucesivamente por asalto otras dos plazas fuertes del enemigo, la colina Wuhua y el arsenal. Poco después, se sublevaron también las tropas del Nuevo Ejército que se hallaban en Dali, Lin’an y otros lugares. Los batallones de patrullaje del enemigo que se encontraban fuera de Kunming fueron liquidados sucesivamente, y la provincia de Yunnan quedó totalmente en manos de los insurgentes. El 1° de noviembre, se fundó el gobierno militar de Yunnan. [...]

Véase también

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