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El Manual Merck dice que el 97% de los hombres y el 80% de las mujeres se han masturbado y que, en general, los hombres se masturban más que las mujeres.<ref>{{cite web|url=http://www.merckmanuals.com/home/mental_health_disorders/sexuality/overview_of_sexuality.html|title=Overview of Sexuality|first=George R.|last=Brown, MD|website=Merck Manuals Consumer Version|accessdate=26 July 2015}}</ref>

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== La masturbación a lo largo de la historia ==
== La masturbación a lo largo de la historia ==

Revisión del 00:34 18 oct 2020

La masturbación es la estimulación sexual de los propios genitales para la excitación sexual u otro placer sexual, generalmente hasta el punto del orgasmo.[1][2][3]​ La estimulación puede involucrar manos, dedos, objetos cotidianos, juguetes sexuales como vibradores o combinaciones de estos.[1][2]​ La masturbación mutua es la masturbación con una pareja sexual,[3][4]​ y puede incluir la estimulación manual de los genitales de la pareja (dedos o una paja), o usarse como una forma de sexo sin penetración.[5]

Una mujer masturbándose estimulando su vulva - Mujer sentada con los muslos abiertos de Gustav Klimt (1916)
Un hombre masturbándose estimulando su pene

La masturbación es frecuente en ambos sexos y a cualquier edad. Se han atribuido varios beneficios médicos y psicológicos a una actitud saludable hacia la actividad sexual en general y la masturbación en particular. No se conoce una relación causal entre la masturbación y cualquier forma de trastorno mental o físico.[6][7]​ En el mundo occidental, la masturbación en privado o en pareja generalmente se considera una parte normal y saludable del disfrute sexual.

La masturbación se ha representado en el arte desde tiempos prehistóricos, y se menciona y se discute en escritos muy tempranos. En los siglos XVIII y XIX, algunos teólogos y médicos europeos lo describieron como "atroz", "deplorable" y "espantoso", pero durante el siglo XX estos tabúes en general disminuyeron. Ha habido un aumento en la discusión y la representación de la masturbación en el arte, la música popular, la televisión, el cine y la literatura. Hoy, las religiones varían en sus puntos de vista sobre la masturbación; algunos lo ven como una práctica espiritualmente perjudicial, algunos lo ven como no espiritualmente perjudicial, y otros lo ven como una situación. El estatus legal de la masturbación también ha variado a lo largo de la historia y la masturbación en público es ilegal en la mayoría de los países.[8]​ La masturbación animal se ha observado en muchas especies, tanto en la naturaleza como en cautiverio.[9][10][11]

Etimología

La palabra inglesa masturbación se introdujo en el siglo XVIII, basada en el verbo latino masturbari, junto con el onanismo ligeramente anterior. El verbo latino masturbari es de origen incierto. Las derivaciones sugeridas incluyen una palabra no certificada para pene, *mazdo, afín al griego mézea μέζεα, "genitales", o alternativamente una corrupción de un *manusturpare ("contaminar con la mano") no comprobado, por asociación con turbare "molestar".[12][13]

Terminología

Si bien la masturbación es la palabra formal para esta práctica, muchas otras expresiones son de uso común. Términos como jugar con uno mismo, darse placer a uno mismo y jerga como paja,[14]masturbarse,[15]​ y follar son comunes. El auto-abuso y la auto-contaminación eran comunes en los primeros tiempos modernos y todavía se encuentran en los diccionarios modernos. Existe una gran variedad de otros eufemismos y disfemismos que describen la masturbación. Para obtener una lista de términos, consulte la entrada para masturbación en Wikcionario.

Técnicas

Masturbación general

Dos vibradores en una tienda para adultos

La masturbación implica tocar, presionar, frotar o masajear el área genital de una persona, ya sea con los dedos o contra un objeto como una almohada; introducir los dedos o un objeto en la vagina o el ano; y estimular el pene o la vulva con un vibrador eléctrico, que también se puede insertar en la vagina o el ano. También puede implicar tocar, frotar o pellizcar los pezones u otras zonas erógenas mientras se masturba. Ambos sexos a veces aplican lubricantes para reducir la fricción.

Leer o ver pornografía, fantasías sexuales u otros estímulos eróticos puede provocar un deseo de liberación sexual, como la masturbación.

Algunas personas obtienen placer sexual insertando objetos, como sonidos uretrales, en la uretra (el conducto a través del cual fluye la orina y, en los hombres, el semen),[16]​ una práctica conocida como juego uretral o "sondeo".[17]​ A veces se utilizan otros objetos como bolígrafos y termómetros, aunque esta práctica puede provocar lesiones o infecciones.[18]​ Algunas personas se masturban usando máquinas que simulan el coito.

Los hombres y las mujeres pueden masturbarse hasta que estén cerca del orgasmo, detenerse por un momento para reducir la excitación y luego reanudar la masturbación. Pueden repetir este ciclo varias veces. Esta acumulación de "parar y seguir", conocida como "bordear", puede lograr orgasmos aún más fuertes.[19]​ En raras ocasiones, las personas abandonan la estimulación justo antes del orgasmo para retener la energía elevada que normalmente desciende después del orgasmo.[20]

Masturbación masculina

Las posiciones comunes incluyen acostarse boca arriba o boca abajo, sentarse, ponerse en cuclillas, arrodillarse o pararse.

La técnica de masturbación más común entre los hombres es sujetar el pene con un puño suelto y luego mover la mano hacia arriba y hacia abajo por el eje. Este tipo de estimulación suele ser todo lo que se requiere para alcanzar el orgasmo y la eyaculación. La velocidad del movimiento de la mano varía durante la sesión de masturbación.

Las técnicas de masturbación masculina pueden diferir entre los hombres que han sido circuncidados y los que no. Algunas técnicas que pueden funcionar para un individuo pueden resultar difíciles o incómodas para otro. Para los hombres que no han sido circuncidados, la estimulación del pene generalmente proviene del "bombeo" del prepucio, mediante el cual el prepucio se sostiene y se desliza hacia arriba y hacia abajo sobre el glande, que, según la longitud del prepucio, está total o parcialmente cubierto y luego descubierto con un movimiento rápido. El prepucio exterior se desliza suavemente sobre el prepucio interior. El glande en sí puede ensancharse y alargarse a medida que continúa la estimulación, volviéndose de color ligeramente más oscuro, mientras que la acción de deslizamiento del prepucio reduce la fricción. Esta técnica también puede ser utilizada por algunos hombres circuncidados que tienen suficiente exceso de piel restante de su circuncisión.

Francisco, rey consorte de España (derecha) masturbándose mientras su esposa, Isabel II, mantiene relaciones sexuales con Carlos Marfori, su ministro de Ultramar. Caricatura satírica, 1868

Para los varones circuncidados, en los que el glande está mayor o completamente descubierto, esta técnica crea un contacto más directo entre la mano y el glande. Para evitar la fricción, la irritación y el dolor de esta fricción resultante, algunos pueden preferir usar un lubricante personal, crema de masturbación o saliva.

La piel del eje también se puede deslizar hacia adelante y hacia atrás con solo el dedo índice y el pulgar envueltos alrededor del pene. Una variación de esto es colocar los dedos y el pulgar sobre el pene como si estuviera tocando una flauta, y luego moverlos hacia adelante y hacia atrás. Acostado boca abajo sobre una superficie cómoda, como un colchón o una almohada, se puede frotar el pene contra él. Esta técnica puede incluir el uso de un simulacro o vagina artificial.

El masaje de próstata es otra técnica utilizada para la estimulación sexual, a menudo para alcanzar el orgasmo. La próstata a veces se conoce como el "punto G masculino" o el punto P.[21]​ Algunos hombres pueden alcanzar el orgasmo mediante la estimulación de la glándula prostática, estimulándola con un dedo bien lubricado o un consolador insertado a través del ano hasta el recto, y los hombres que informan de la sensación de estimulación de la próstata a menudo dan descripciones similares a los relatos de las mujeres sobre la estimulación del punto G.[22][23]​ La estimulación de la próstata puede producir orgasmos más intensos que la estimulación del pene. Estimular la próstata desde el exterior, mediante la presión sobre el perineo, también puede ser placentero.

La masturbación anal sin estimulación de la próstata, con los dedos o de otro modo, es también otra técnica que algunos hombres disfrutan. Dado que los músculos del ano se contraen durante el orgasmo, la presencia de un objeto que mantenga abierto el esfínter puede fortalecer la sensación de las contracciones e intensificar el orgasmo.[24]​ La práctica puede ser placentera debido a la gran cantidad de terminaciones nerviosas en el área anal y debido a la estimulación adicional que se obtiene al estirar los músculos del esfínter anal mientras se inserta el dedo. Es aconsejable un lubricante personal de buena calidad tanto para aumentar la sensación placentera como para facilitar la inserción. Algunas personas prefieren simplemente estimular el anillo exterior del ano, mientras que otras lo seguirán insertando uno o más dedos.

Hay muchas otras variaciones en las técnicas de masturbación masculina. Los hombres también pueden frotar o masajear el glande, el borde del glande y el delta frenular. Algunos hombres colocan ambas manos directamente sobre su pene durante la masturbación, mientras que otros pueden usar su mano libre para acariciar sus testículos, pezones u otras partes de su cuerpo. Los pezones son zonas erógenas y la estimulación vigorosa de ellos durante la masturbación generalmente hace que el pene se ponga erecto más rápidamente de lo que lo haría de otra manera. Algunos pueden mantener la mano estacionaria mientras la bombean con empujes pélvicos para simular los movimientos de las relaciones sexuales. Algunos pueden acostarse boca abajo y frotar sus genitales contra la sábana u otra superficie, una técnica llamada masturbación boca abajo.[25]​ En un baño o ducha, un hombre puede dirigir el agua a través de un cabezal de ducha de mano a su frenillo, testículos o perineo. Otros también pueden usar vibradores y otros dispositivos sexuales más comúnmente asociados con la masturbación femenina.

Una técnica de control de la eyaculación algo controvertida consiste en ejercer presión sobre el perineo, aproximadamente a la mitad entre el escroto y el ano, justo antes de eyacular. Sin embargo, esto puede redirigir el semen hacia la vejiga (lo que se conoce como eyaculación retrógrada).

Masturbación femenina

La masturbación femenina implica acariciar o frotar la vulva de una mujer, especialmente su clítoris, con el dedo índice o medio, o con ambos. A veces, se pueden insertar uno o más dedos en la vagina para acariciar su pared frontal donde puede estar ubicado el punto G.[26]​ Las ayudas para la masturbación, como un vibrador, un consolador o bolas chinas, también se pueden utilizar para estimular la vagina y el clítoris. Muchas mujeres acarician sus senos o estimulan un pezón con la mano libre y algunas también disfrutan de la estimulación anal. A veces se usa lubricante personal durante la masturbación, especialmente cuando se trata de penetración, pero esto no es universal y muchas mujeres encuentran suficiente su lubricación natural.

Al igual que los hombres, las posiciones comunes para la masturbación femenina incluyen acostarse boca arriba o boca abajo, sentarse, ponerse en cuclillas, arrodillarse o pararse. En un baño o ducha, una mujer puede dirigir el agua a través de un cabezal de ducha de mano a su clítoris, vulva o perineo. Acostado boca abajo uno puede usar las manos, uno puede sentarse a horcajadas sobre una almohada, la esquina o el borde de la cama, la pierna de un compañero o alguna ropa arrugada y "jorobar" la vulva y el clítoris contra ella. De pie, se puede usar una silla, la esquina de un mueble o incluso una lavadora para estimular el clítoris a través de los labios y la ropa. Algunos se masturban solo aplicando presión sobre el clítoris sin contacto directo, por ejemplo, presionando la palma o la palma de la mano contra la ropa interior u otra ropa. En la década de 1920, Havelock Ellis informó que las costureras de principios de siglo que usaban máquinas de coser a pedal podían alcanzar el orgasmo sentándose cerca del borde de sus sillas.[27]

Las mujeres pueden estimularse sexualmente cruzando las piernas con fuerza y ​​apretando los músculos de las piernas, creando presión sobre los genitales. Potencialmente, esto se puede hacer en público sin que los observadores se den cuenta. Los pensamientos, fantasías y recuerdos de instancias anteriores de excitación y orgasmo pueden producir excitación sexual. Algunas mujeres pueden tener un orgasmo espontáneamente solo por la fuerza de la voluntad, aunque esto puede no calificar estrictamente como masturbación, ya que no se trata de un estímulo físico.[28][29]

Los terapeutas sexuales a veces recomendarán que las pacientes se tomen un tiempo para masturbarse hasta el orgasmo, por ejemplo, para ayudar a mejorar la salud y las relaciones sexuales, para ayudar a determinar qué es lo que les agrada eróticamente y porque la masturbación mutua puede conducir a relaciones sexuales más satisfactorias y mayor intimidad.

Masturbación mutua

La obra de arte de 1925 de Gerda Wegener "Les delassements d'Eros" ("Las Recreaciones de Eros"), que representa la actividad sexual de dos mujeres

La masturbación mutua involucra a dos o más personas que se estimulan sexualmente, generalmente con las manos. Puede ser practicado por personas de cualquier orientación sexual y puede formar parte de otra actividad sexual. Puede usarse como juego previo o como una alternativa a la penetración sexual. Cuando se usa como una alternativa a la penetración pene-vaginal, el objetivo puede ser preservar la virginidad o evitar el riesgo de embarazo.[30][31]

La masturbación mutua se puede practicar en parejas o en grupos con o sin tocar a otra persona, por ejemplo:

  • Masturbación mutua sin contacto: dos personas masturbándose en presencia de la otra pero sin tocarse.
  • Póngase en contacto con la masturbación mutua: una persona que toca a otra para masturbarse. La otra persona puede hacer lo mismo durante o después.
  • Grupo sin contacto: más de dos personas masturbándose en presencia de la otra en un grupo, pero sin tocarse.
  • Grupo de contacto: más de dos personas tocándose físicamente para masturbarse en grupo.
  • Juegos previos de masturbación mutua: la estimulación manual de los genitales del otro donde la sesión eventualmente conduce a la relación sexual.[32]

Frecuencia, edad y sexo

La frecuencia de la masturbación está determinada por muchos factores, por ejemplo, la resistencia a la tensión sexual, los niveles de hormonas que influyen en la excitación sexual, los hábitos sexuales, las influencias de los compañeros, la salud y la actitud hacia la masturbación formada por la cultura; E. Heiby y J. Becker examinaron este último.[33]​ Las causas médicas también se han asociado con la masturbación.[34][35][36]

Diferentes estudios han encontrado que la masturbación es frecuente en humanos. Los estudios de Alfred C. Kinsey de la década de 1950 sobre la población de Estados Unidos han demostrado que el 92% de los hombres y el 62% de las mujeres se han masturbado durante su vida. Se han encontrado resultados similares en una encuesta de probabilidad nacional británica de 2007. Se encontró que, entre las personas de 16 a 44 años, el 95% de los hombres y el 71% de las mujeres se masturban en algún momento de sus vidas. El 73% de los hombres y el 37% de las mujeres informaron haberse masturbado en las cuatro semanas anteriores a la entrevista, mientras que el 53% de los hombres y el 18% de las mujeres informaron haberse masturbado en los siete días anteriores.[37]

El Manual Merck dice que el 97% de los hombres y el 80% de las mujeres se han masturbado y que, en general, los hombres se masturban más que las mujeres.[38]

La masturbación se considera normal cuando la realizan los niños,[39][7][40]​ incluso en la primera infancia. En 2009, el Sheffield NHS Health Trust publicó un panfleto llamado "Pleasure" que discutía los beneficios para la salud de la masturbación. Esto se hizo en respuesta a los datos y la experiencia de otros estados miembros de la UE para reducir el embarazo adolescente y las ITS (ETS) y promover hábitos saludables.

La masturbación a lo largo de la historia

Sátiro masturbándose. Crátera griega del siglo VI a. C..

La medicina moderna reconoce que la masturbación no produce daños significativos a corto o largo plazo, y la considera una práctica normal, incluso antiestresante.[41]

A lo largo de la historia, sin embargo, siempre hubo voces que afirmaron que la masturbación era un acto inmoral. La base de tal criterio residiría, según esas voces, en que la masturbación impediría que la especie humana se mantuviera viva sobre el planeta por la emisión improductiva de semen en el caso de la masculina. Y en el caso de la masturbación femenina se afirmaba que si las mujeres se masturbaban podrían alejarse de los hombres por preferir autocomplacerse.

Johann Nepomuk Geiger, témpera (1840).

No fue hasta el siglo XVIII que al supuesto "daño moral" que ocasionaría la masturbación se añadió el "daño físico": comenzó a decirse que la masturbación, además de condenar las almas, ocasionaba un sinnúmero de enfermedades. Se idearon muchos métodos para descubrir a los niños y niñas masturbadores,[cita requerida] y se crearon numerosos remedios contra la masturbación. Algunos de ellos incluían: circuncisión sin anestesia, guantes ásperos, aparatos especiales que impedían acceder a los genitales, descargas eléctricas, tratar los genitales con ortigas, o extirparlos quirúrgicamente.[cita requerida]

Masturbación mutua en una ilustración de Martin van Maële en La Grande Danse macabre des vifs (1905).

En décadas posteriores, el terrorismo psicológico reemplazó a las otras medidas. Por ejemplo, se decía a los niños que si se masturbaban les crecerían pelos en las manos, la cara se les volvería verde, se les secaría el pene o el clítoris, se volverían locos, les saldrían granos en la cara... En los EE. UU. y otros países angloparlantes, se comenzó a practicar de forma rutinaria la circuncisión neonatal debido a un supuesto efecto preventivo contra la masturbación y la clitoridectomía a las chicas que eran descubiertas haciéndolo. Esta última se abandonó bien entrados los años treinta, pero la circuncisión neonatal de los varones se sigue practicando.[cita requerida]

Curiosamente, el padre del psicoanálisis sostuvo hasta una edad avanzada que la masturbación adulta era la causa de una de las formas de neurosis conocidas por aquel entonces bajo el nombre de neurastenia.

Masturbación (mutua) por Johann Nepomuk Geiger (1805-1880).

Afirmaciones populares acerca de la masturbación

Masturbación, de Gustav Klimt (1913).

Según explica el psiquiatra español Jesús Ramos Brieva, existen diversos prejuicios en la cultura popular en relación con la masturbación:[42]

Los hombres se masturban más

Suele afirmarse que los hombres se masturban con una frecuencia semanal, que es el doble de veces la de las mujeres. Pero existen investigaciones que demuestran que los hombres mienten sistemáticamente en las encuestas sexuales exagerando la frecuencia con la que acuden al autoerotismo, mientras que las mujeres mienten en sentido contrario, minimizando la frecuencia (es típica la respuesta femenina de hacerlo una vez al mes). Si corregimos las afirmaciones de unos y otros, como han realizado algunas investigaciones serias, los datos tienden a converger: así, hombres y mujeres se masturban con una frecuencia similar.[42]

Los hombres comienzan a masturbarse antes que las mujeres

Según los estudios recopilados por Ramos Brieva, tampoco es cierto que los hombres se inicien en la masturbación antes que las mujeres por tener un órgano sexual tan "evidente" y que tienen que tocarse a diario por razones fisiológicas e higiénicas.

Está demostrado que hay más mujeres que hombres que se inician en la masturbación antes de los 10 años de edad. Lo hacen así entre el 20 % y el 42 % de las mujeres, al menos, y entre el 3 % y el 13 % de los hombres. También hay un 42 % a 52 % de mujeres que comienzan a hacerlo, como los hombres, durante la adolescencia. Por eso, las mujeres aprenden a masturbarse espontáneamente con mayor frecuencia que los hombres (lo hacen siendo más niñas y sin haber hablado con nadie del tema), quienes suelen iniciarse más tarde, tras hablar con sus compañeros o leer sobre el tema (mujeres: entre el 57 % y el 62 %; hombres: 28 %).[42]

Las personas dejan de masturbarse cuando inician relaciones sexuales

Según los estudios citados en la obra, los hombres y las mujeres continúan masturbándose después de establecer relaciones de pareja. Incluso aunque tales relaciones sean satisfactorias, el 75 % de los varones y el 75 % al 91 % de las señoras emparejados continúan haciéndolo.[42]

Se ha observado que mientras la frecuencia con la que los hombres emparejados acuden a la masturbación disminuye desde el momento que comienzan a tener relaciones sexuales y sigue descendiendo con el paso del tiempo, en las mujeres la frecuencia se mantiene igual o aumenta en la mayoría de los casos, sobre todo entre las que son más jóvenes. Esta idea contradice, igualmente, la afirmación popular.

Quienes se masturban se aíslan socialmente

El psiquiatra Jesús Ramos niega este supuesto, concluyendo que la masturbación no produce aislamiento, habiéndose comprobado que la mayoría de los seres humanos se masturban y tienen relaciones sexuales con normalidad.[42]

Otras fuentes explican que en las personas aisladas que no saben relacionarse con los demás se desarrolla la masturbación como forma de satisfacción sexual al no tener la oportunidad de desarrollar la actividad sexual que apetece compartir con otras personas, al no ser capaces de relacionarse con esas personas.[43]

Cultura popular

  • Hay muchas palabras que aluden en español a la masturbación masculina, al tiempo que escasean las que se refieren a la femenina. La más extendida es "paja", en general "hacerse una paja", que puede referirse a ambas aunque es más corriente para la masturbación masculina. Otras son "gallarda", "chaqueta", "gayola" o "manola". Todas ellas se consideran vulgares.
  • Los postura de la Iglesia católica sobre la masturbación fueron la inspiración para la canción Todo esperma es sagrado en la película de los Monty Python: El sentido de la vida.
  • En el tema "Yo quiero ser muy promiscuo", del cantautor madrileño Ismael Serrano, el artista pone en boca de su protagonista la afirmación de que "quiere ser muy promiscuo, [...] porque está un poco harto del pecadillo de Onán". El mismo autor en el tema "Canción del amor propio" canta: "...y allá voy, menudo soy, me dedico un arrechucho, sin riesgos, sin contemplaciones, dudo que nada me satisfaga mejor que un servidor".

Véase también

Bibliografía

  • Jesús Ramos (2002), Un encuentro con el placer. La masturbación femenina, Madrid: Espasa - Calpe. ISBN 84-670-0279-4

Referencias

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  3. a b The SAGE Encyclopedia of Psychology and Gender. SAGE. 2017. p. 1123. ISBN 978-1483384276. «Masturbation is the act of touching or otherwise stimulating one's own body, particularly one's genitals, for the purpose of sexual pleasure and/or orgasm. The term is most commonly used to describe solitary masturbation, in which people provide themselves with sexual stimulation while they are physically alone. Mutual masturbation is when two or more people manually stimulate their own body or each other's bodies.»  Parámetro desconocido |vauthors= ignorado (ayuda)
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