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Parece que al principio muchas ciudades-estado griegas eran reinos menores; muchas veces había un funcionario municipal que llevaba unas funciones residuales y ceremoniales del rey (''[[basileus (Grecia)|basileus]]''), e.g. el ''[[arconte basileus]]'' en Atenas.<ref>Holland T. Persian Fire, p.94 ISBN 978-0-349-11717-1</ref> Sin embargo, para la Época Arcaica y la primera conciencia histórica, la mayoría de estas ciudades-estados ya se habían convertido en [[oligarquía]]s aristocráticas. No se sabe precisamente cómo ocurrió este cambio. Por ejemplo, para 1050 a. C. en Atenas el puesto del rey se había reducido a uno de un magistro principal (''[[arconte]]''), hereditario y de por vida; para 753 a. C. se había convertido una arcontía elegida decenalmente; y al final para 683 a. C. era un cargo elegido anualmente. Por cada etapa más poder se le daba a la aristocracia en su totalidad y menos poder le quedaba al individuo común. |
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Con el tiempo, el dominio político y la riqueza de grupos pequeños de familias era propenso a provocar descontento social en muchos ''poleis''. En muchas ciudades un [[tirano]] (no en el uso moderno como gobernante represivo) en cierto punto tomaba el control y gobernaba según su propia voluntad; una agenda [[populismo|populista]] solía ayudarlo a quedarse en el poder. En un sistema lleno de [[lucha de clases|luchas de clases]], el gobierno de "mano dura" era muchas veces la mejor solución. |
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Atenas cayó bajo una tiranía en la segunda mitad del siglo VI. Cuando esta tiranía terminó, una reforma radical se propuso para que la aristocracia no recobrara el poder: los atenienses fundaron la primera democracia del mundo. Una [[asamblea popular|asamblea de ciudadanos]] para la discusión de la política municipal (la ''[[Ekklesía]]'') había existido desde las reformas de [[Draco]] en 621 a. C., y a todos los ciudadanos se les permitía que asistieran según las reformas de [[Solón]] (principios del siglo VI); pero los ciudadanos más pobres no podían hablar ante la asamblea o postularse como candidatos. Al establecer la democracia, la asamblea se convirtió en el mecanismo ''de jure'' del gobierno; todos los ciudadanos entonces tuvieron igualdad de derechos en la asamblea. Sin embargo, los que no eran ciudadanos – los [[meteco]]s (extranjeros que vivían en Atenas) y los [[esclavitud en la Antigua Grecia|esclavos]] – no gozaban de ningún derecho político en absoluto. |
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Después del surgimiento de la democracia en Atenas, otras ciudades-estado fundaron democracias. No obstante, muchas retuvieron formas de gobierno más tradicionales. Según su costumbre en otros asuntos, Esparta era una excepción notable al resto de Grecia, y a través de la época fue gobernada no por uno, sino por dos monarcas hereditarios bajo una forma de [[diarquía]]. Los [[Reyes de Esparta]] pertenecían a los Agíadas y los Euripóntidas, descendientes de [[Eurístenes]] y [[Procles]] respectivamente. Se cree que los dos fundadores de sus dinastías eran hijos gemelos de [[Aristodemo]], un soberano [[Heráclidas|heráclida]]. Sin embargo, el poder de estos reyes era limitado tanto por un consejo de ancianos (la ''[[Gerusía]]'') como magistrados (los ''[[éforo]]s'') específicamente designados para vigilar los reyes. |
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El término Antigua Grecia se refiere al periodo de la historia de Grecia que abarca desde la Edad Oscura de Grecia ca. 1100 a. C. y la invasión dórica, hasta el año 146 a. C. y la conquista romana de Grecia tras la batalla de Corinto. Se considera generalmente como la cultura seminal que sirvió de base a la civilización occidental. La cultura de Grecia tuvo una poderosa influencia sobre el Imperio Romano, el cual la difundió a través de muchos de sus territorios de Europa. La civilización de los antiguos griegos ha sido enormemente influyente para la lengua, la política, los sistemas educativos, la filosofía, la ciencia y las artes, dando origen a la corriente renacentista de los siglos XV y XVI en Europa Occidental, y resurgiendo también durante los movimientos neoclásicos de los siglos XVIII y XIX en Europa y América. La civilización griega fue básicamente marítima, comercial y expansiva. Una realidad histórica en la que el componente geográfico jugó un papel crucial en la medida en que las características físicas del sur de la península de los Balcanes, por su accidentado relieve, dificultaban la actividad agrícola y las comunicaciones internas, y por su dilatada longitud de costas, favorecieron su expansión hacia ultramar. Un fenómeno sobre el que incidirían también de forma sustancial la presión demográfica originada por las sucesivas oleadas de pueblos (entre ellos aqueos, jonios y dorios) a lo largo del III y II milenios a. C.
Tras las civilizaciones minoica y micénica, en los siglos oscuros (entre el XIII y el XII a. C.) la fragmentación existente en la Hélade constituirá el marco en el que se desarrollarán pequeños núcleos políticos organizados en ciudades, las poleis.
A lo largo del periodo arcaico (siglos VIII al V a.C.) y del clásico (siglo V a.C.), las polis fueron la verdadera unidad política, con sus instituciones, costumbres y sus leyes, y se constituyeron como el elemento identificador de una época. En el periodo arcaico ya se perfiló el protagonismo de dos ciudades, Esparta y Atenas, con modelos de organización política extremos entre el régimen aristocrático y la democracia. La actividad de las polis hacia ultramar fue un elemento importante de su propia existencia y dio lugar a luchas hegemónicas entre ellas y al desarrollo de un proceso de expansión colonial por la cuenca mediterránea. La decadencia de las polis favoreció su absorción por el reino de Macedonia a mediados del siglo IV a. C. y el inicio de un periodo con unas connotaciones nuevas, el helenístico, por el que la unificación de Grecia daría paso con Alejandro Magno a la construcción de un Imperio, sometiendo al Imperio persa y al egipcio. En opinión de algunos especialistas, en esta fase la historia de Grecia volvía a formar parte de la historia de Oriente y se consumaría la síntesis entre el helenismo y el orientalismo.
Cronología de antigua Grecia
No hay ninguna cronología universalmente aceptada para la Antigua Grecia.En el uso común se refiere a toda la historia griega anterior a la conquista romana, pero los expertos usan el término con más precisión. Por lo general consideran que la Antigua Grecia excluye la civilización micénica grecoparlante que se desmoronó alrededor de 1150 a. C. y que precedió a la cultura griega clásica. Unos pocos historiadores consideran que los primeros Juegos Olímpicos Antiguos en 776 a. C. señalan el comienzo del período conocido como la Antigua Grecia. Entre el fin del período micénico y los primeros olímpicos transcurre una época llamada la Edad Oscura de Grecia, de la cual no existe ningún escrito y quedan pocas reliquias arqueológicas. Hoy en día, este período se incluye en el término Antigua Grecia.
Tradicionalmente se consideraba que la época de la Antigua Grecia finalizaba con la muerte de Alejandro Magno en 323 a. C., dando comienzo al período helenístico. No obstante, se extiende el periodo de la Antigua Grecia muchas veces para incluir el tiempo hasta la conquista romana de 146 a. C. Algunos autores tratan la cronología de la Antigua Grecia como un continuo hasta la llegada del cristianismo en el siglo III; pero esta opinión es poco convencional.
El período de la Antigua Grecia se subdivide en cuatro períodos pragmáticamente según la alfarería y los sucesos políticos:
- La Edad Oscura (h.1100-h.750 a. C.) muestra diseños geométricos en la cerámica.
- La Época Arcaica (h.750-h.480 a. C.) sigue, mientras que los artistas creaban esculturas en posturas estiradas con la "sonrisa arcaica" onírica. Se suele considerar que la Época Arcaica termina al derrocar al último tirano de Atenas en 510 a. C.
- El período clásico (h.500-323 a. C.) ofrece un estilo distinto, que después se consideraba como ejemplar (i.e. "clásico"); el Partenón se construyó durante esta época.
- El período helenístico (323-146 a. C.) es cuando la cultura y el poder de Grecia se expandió en el Oriente Próximo y el Oriente Medio. Este período comienza a la muerte de Alejandro Magno y termina con la conquista romana.
Fuentes
Hay que tener cuidado con fuentes de información cuando se trata la historia de la Antigua Grecia. La mayoría de los historiadores y escritores políticos cuyas obras han sobrevivido - notablemente Heródoto, Tucídides, Jenofonte, Demóstenes, Platón y Aristóteles - eran o atenienses o pro-atenienses. Por eso sabemos muchísimo más sobre la historia y la política de Atenas que de cualquier otra ciudad griega. Además, estos escritores se centran en la historia política, militar y diplomática; y no le hacen caso a la historia económica ni social. Todas las historias de la Antigua Grecia tienen que enfrentarse a estas limitaciones.
Historia
Civilización prehistórica y la Edad del Bronce
Se cree que las tribus que se convertirían en los griegos emigraron hacia el sur a los Balcanes en varias oleadas comenzando a mediados de la Edad del Bronce (alrededor de 2000 a. C.).[1] El idioma protogriego se fecharía hacia el período que inmediatamente precedió a estas migraciones, ya sea a los finales del III milenio a. C. o a más tardar al siglo XVII a. C. La civilización de los protogriegos de la Edad del Bronce es generalmente conocida como heládica y precedió a lo que es conocido como "Antigua Grecia".
La llamada civilización micénica alcanzó su apogeo en esta época, que ocupa un lugar en los famosos poemas épicos de Homero, la Ilíada y la Odisea. Por razones desconocidas, esta cultura colapsó espectacularmente hacia 1150 a. C. cuando sus ciudades fueron saqueadas y hubo una masiva despoblación. Este colapso de la Edad del Bronce coincide aproximadamente con la aparente llegada del último grupo de protogriegos a la misma Grecia, los dorios. Tradicionalmente, los dos sucesos han sido relacionados causalmente, pero no es cierto de ninguna manera. Con el desplome de la Edad del Bronce, Grecia entró en un período de oscuridad llamado Edad Oscura.
Edad Oscura
El período desde 1100 a. C. hasta el siglo VIII a. C. se conoce como la Edad Oscura siguiendo al colapso de la Edad del Bronce desde la cual no sobrevive ningún texto primario, y solamente queda escasa evidencia arqueológica. Unos textos secundarios y terciarios contienen breves cronologías y listas de los reyes de este período, incluyendo Historia por Heródoto, Descripción de Grecia por Pausanias, Biblioteca histórica por Diodoro Sículo y Chronicon por Jerónimo.
Época Arcaica
En el siglo VIII a. C., Grecia empezó a salir de la Edad Oscura que siguió la caída de la civilización micénica. Al pueblo le faltaba alfabetización y se había olvidado el sistema de escritura micénico, Lineal B. Pero los griegos adoptaron el alfabeto fenicio y lo modificaron para crear el alfabeto griego. A partir del siglo IX a. C. empezaron a aparecer escritos. Grecia se dividió en muchas comunidades autónomas pequeñas. Esta pauta fue impuesta en gran parte por la geografía griega, donde cada isla, valle y llanura se aísla de las demás por el mar o las sierras.
La primera mitad del siglo VII a. C. vio la Guerra Lelantina (h.710-h.650 a. C.), un conflicto prolongado que se distingue como la guerra documentada más temprana del período de la Antigua Grecia. Se luchó entre las ciudades-estado entonces importantes Calcis y Eretria sobre la llanura lelantina fértil de Euboea. Ambas ciudades parecen haber sufrido declives por resultado de esta larga guerra, aunque Calcis fue el vencedor nominal.
En la primera mitad del siglo VII surgió una clase mercantil, evidenciado por la introducción de las monedas cerca de 680 a. C.[cita requerida] Parece haberse gestado tensión en muchas ciudades-estado. Los régimenes aristocráticos que por lo general gobernaban los llamados poleis se sentían amenazados por la nueva riqueza de los comerciantes, que a su vez deseaban poder político. A partir de 650 a. C., las aristocracias tenían que luchar para evitar ser derrocadas y reemplazadas por tiranos populistas. La palabra se deriva de la palabra griega no peyorativa τύραννος tyrannos, que significa "soberano ilegítimo" aunque se podía aplicar tanto a buenos como malos líderes.[2][3]
Una población cada vez mayor y la falta de tierras provocaron conflictos internos entre los pobres y los ricos en muchas ciudades-estado. En Esparta, las guerras mesenias resultaron en la conquista de Mesenia y la esclavitud de los mesenios, a partir de la segunda mitad del siglo VIII a. C., un acto sin precedentes en la Antigua Grecia. Esta práctica dejó que ocurriera una revolución social.[4] La población subyugada, desde entonces conocida como hilotas, labraban y trabajaban para Esparta, mientras todos los ciudadanos varones se convertían en soldados de un estado permanentemente militarizado. Aun las élites eran obligadas a vivir y a entrenarse como soldados; esta igualdad entre los pobres y los ricos servía para distender los conflictos sociales. Estas reformas, atribuidas al enigmático Licurgo de Esparta fueron probablemente completadas antes de 650 a. C.
Atenas sufrió una falta de tierras y una crisis agraria a finales del siglo VII, también resultando en conflictos civiles. El arconte (magistrado) Dracón promulgó reformas severas en 621 a. C. (de ahí la palabra moderna draconiano), pero éstas no pudieron acallar el conflicto. Al final las reformas moderadas de Solón (594 a. C.) le dieron a Atenas una cierta estabilidad, mejorando la vida de los pobres aun cuando afianzaron a la aristocracia en el poder.
Para el siglo VI a. C. varias ciudades se habían vuelto dominantes en los asuntos griegos: Atenas, Esparta, Corinto y Tebas. Cada una había puesto las áreas rurales y los pueblos menores a su alrededor bajo su control. Además, Atenas y Corinto se habían convertido en grandes potencias marítimas y mercantiles.
Los rápidos aumentos de población en los siglos VIII y VII habían resultado en que muchos griegos emigraron, estableciendo colonias en Magna Grecia (Mezzogiorno), Asia Menor y más lejos (ver abajo). La emigración cesó efectivamente en el siglo VI. Para entonces el mundo griego habían difundido su cultura y su lengua a través de un área mucho más grande que la de la actual Grecia. Las colonias griegas no eran controladas políticamente por las ciudades que las fundaron, aunque muchas veces mantenían vínculos religiosos y comerciales entre ellas.
En este período, grandes desarrollos económicos ocurrieron en Grecia y también en sus colonias de ultramar, que experimentaron crecimiento en el comercio y la manufactura. El nivel de vida de la población también mejoró enormemente. Algunos estudios estiman que la casa griega típica aumentó cinco veces de tamaño entre 800 y 300 a. C., indicando un gran aumento del ingreso promedio de la población.
En la segunda mitad del siglo VI, Atenas cayó bajo la tiranía de Pisístrato, y luego de sus herederos Hipias e Hiparco. Sin embargo, en 510 a. C., por pedido del aristócrata Clístenes de Atenas, el rey espartano Cleómenes I ayudó a los atenienses a derrocar la tiranía. Después, Esparta y Atenas pronto se traicionaron; fue entonces cuando Cleomenes I instauró a Iságoras como arconte pro-espartano. Con el objetivo de evitar que Atenas se convirtiera en un gobierno de paja bajo el reinado espartano, Clístenes propuso a sus conciudadanos atenienses que Atenas sufriera una revolución política; que todos los ciudadanos compartieran el poder a pesar del estatus; que Atenas se volviera una "democracia". Los atenienses abrazaron esta idea con tantas ganas que después de derrocar a Iságoras e implementar las reformas de Clístenes, pudieron repeler fácilmente una invasión a tres frentes que los espartanos condujeron para reinstaurar a Iságoras.[5] La llegada de la democracia resolvió muchísimos problemas que Atenas sufría, y empezó una "edad de oro" para los atenienses.
Grecia clásica
Siglo V a. C.
Atenas y Esparta pronto tendrían que aliarse ante la mayor amenaza a la que la Antigua Grecia se enfrentaría hasta la conquista romana. Después de aplastar la revuelta jónica, una rebelión de las ciudades griegas de Jonia, Darío I de Persia, Rey de los reyes de la Dinastía Aqueménida, decidió subyugar Grecia. Su invasión en 490 a. C. fue sofocada por la victoria ateniense heroica en la batalla de Maratón bajo Milcíades el Joven. Jerjes I de Persia, heredero de Darío I, intentó su propia invasión 10 años después. Pero a pesar del número abrumador de soldados en su ejército, Jerjes I fue derrotado después de la batalla de retaguardia famosa de las Termópilas y las victorias por los griegos aliados en las batallas de Salamina y Platea. Las Guerras Médicas continuaron hasta 449 a. C., conducidas por los atenienses y su Confederación de Delos, durante las que Macedonia, Tracia, las Islas del Egeo y Jonia fueron liberadas de la influencia de Persia.
La posición entonces dominante del "imperio" ateniense marítimo amenazó a Esparta y a la Liga del Peloponeso, compuesta de ciudades de Grecia continental. Inevitablemente, encendió la guerra del Peloponeso (431-404 a. C.). Aunque la inmensa mayoría de la guerra fue un punto muerto, Atenas sufrió varios reveses durante el conflicto. Una gran peste en 430 a. C., seguida por una campaña militar desastrosa llamada la expedición a Sicilia, debilitó severamente a Atenas. Esparta provocó una rebelión entre los aliados de Atenas, debilitando aún más la capacidad ateniense de hacer la guerra. El momento decisivo llegó en 405 a. C. cuando Esparta cortó las provisiones de grano del Helesponto a Atenas. Obligada a atacar, la armada ateniense paralizada fue decisivamente vencida por los espartanos bajo el mando de Lisandro en Egospótamos. En 404 a. C. Atenas demandó la paz, y Esparta dictó un acuerdo previsiblemente severo: Atenas perdió sus murallas (incluyendo los Muros Largos), su armada y todas sus pertenencias en ultramar.
Siglo IV a. C.
Entonces Grecia empezó el siglo IV a. C. bajo hegemonía espartana, pero estaba claro desde el principio que era débil. Una crisis demográfica dejó a Esparta sobreextendida, y para 395 a. C. Atenas, Argos, Tebas y Corinto se sentían que podían desafiar el dominio espartano, resultando en la guerra de Corinto (395-387 a. C.). Otra guerra llena de puntos muertos, terminó restableciendo el statu quo antes de la amenaza de la intervención persa de parte de los espartanos.
La hegemonía espartana duró 16 años más hasta que, al tratar de imponer su voluntad sobre los tebanos, los espartanos sufrieron una derrota decisiva en Leuctra (371 a. C.). El brillante general tebano Epaminondas luego condujo a tropas tebanas hacia el Peloponeso, donde otras ciudades-estado desertaron de la causa espartana. Por lo tanto los tebanos pudieron marchar a Mesenia y liberar la población. Privada de sus tierras y sus siervos, Esparta se deterioró y se convirtió en una potencia de segunda clase. La nueva hegemonía tebana duró poco tiempo; en la batalla de Mantinea en 362 a. C., Tebas perdió su líder clave, Epaminondas, y muchísimas tropas, aunque salió victoriosa en la batalla. De hecho, todas las ciudades-estado perdieron bastantes hombres de tal manera que ninguna podía restablecer su dominio tras la carnicería de esa batalla.
La situación de debilidad del centro de Grecia coincidió con el surgimiento de Macedonia, encabezada por Filipo II. En veinte años, Filipo había unificado su reino, mientras lo ampliaba hacia el norte y el oeste a costa de tribus ilirias y conquistaba Tesalia y Tracia. Sus éxitos en parte se debían a sus muchas innovaciones militares. Filipo solía intervenir en los asuntos de las ciudades-estado del sur, culminando en su invasión de 338 a. C. Al derrotar decisivamente a un ejército aliado de Tebas y Atenas en la batalla de Queronea, se convirtió en el hegemón de facto de toda Grecia. Obligó a la mayoría de las ciudades-estado a unirse a la Liga de Corinto, aliándolas a él y previniendo que lucharan entre sí. Luego Filipo entró en una guerra contra la Dinastía Aqueménida, pero fue asesinado por Pausanias de Orestis a principios del conflicto.
Alejandro, heredero de Filipo, prosiguió la guerra. Alejandro derrotó a Darío III de Persia y desmanteló completamente la Dinastía Aqueménida, anexionándola a Macedonia y ganándose el epíteto de "Magno". Cuando murió Alejandro en 323 a. C., el poder y la influencia de Grecia estaban en su apogeo. Sin embargo, había habido un cambio fundamental, fuera de la fuerte independencia y la cultura clásica de los poleis, y hacia la cultura helenística en vías de desarrollo.
Grecia helenística
El período helenístico pasa desde 323 a. C., cuando terminaron las guerras de Alejandro Magno, hasta la anexión de Grecia por la república romana en 146 a. C. Aunque el establecimiento del reinado romano no rompió la prolongada continuidad en la sociedad y la cultura helenísticas – que se mantendrían en la misma forma básica hasta la llegada del cristianismo – sí señaló el final de la independencia política griega.
Durante el período helenístico la importancia de "la misma Grecia" (es decir, el territorio de la actual Grecia) se reducía bruscamente por el mundo grecoparlante. Los grandes centros de la cultura helenística eran Alejandría y Antioquía, las capitales de Egipto ptolemaico y Siria seléucida respectivamente.
Las conquistas de Alejandro tuvieron varias consecuencias para las ciudades-estado griegas. Ampliaron enormemente las fronteras de los griegos y acabó en una emigración continua, especialmente de los jóvenes y los ambiciosos, hacia los nuevos imperios griegos al este. Muchos griegos emigraron a Alejandría, Antioquía y a las muchas otras ciudades helenísticas nuevas que se fundaron en la estela de Alejandro, tan lejos como los actuales Afganistán y Pakistán, donde sobrevivieron los reinos grecobactriano e indogriego hasta los finales del siglo I a. C.
Después de la muerte de Alejandro y bastantes conflictos, su imperio se dividió entre sus generales, resultando en el Reino Ptolemaico (basado en Egipto), el Imperio Seléucida (basado en el Levante), Mesopotamia y Persia, y la Dinastía Antigónida (basada en Macedonia). En el período intermedio, los poleis de Grecia pudieron recobrar un poco de su libertad, aunque tenían que rendirle cuentas nominalmente al Reino Macedonio. Las ciudades-estado se quedaron en dos ligas: la Liga Aquea (incluyendo Tebas, Corinto y Argos) y la Liga Etolia (incluyendo Esparta y Atenas). En la mayor parte del período hasta la conquista romana, estas ligas solían estar en guerra entre sí, mientras se aliaban a partidos distintos en los conflictos entre los diádocos (los estados sucesores del imperio de Alejandro).
El reino antigónida se implicó en una guerra con la república romana a finales del siglo III. Aunque la Primera Guerra Macedónica quedó inconclusa, pero los romanos siguieron haciendo la guerra con Macedonia hasta anexionarla a la república romana (para 149 a. C.). Al este el Imperio Seléucida, que había caído en la anarquía y la disgregación, se desintegraba poco a poco, aunque un vestigio sobrevivió hasta 64 a. C.; mientras el Reino Ptolemaico sobrevivió en Egipto hasta 30 a. C. cuando también fue conquistado por los romanos. La Liga Etolia se volvió recelosa de la participación romana en Grecia, y se puso de parte de los seléucidas en la Guerra Romano-Siria. Cuando los romanos terminaron victoriosos, esta liga también se anexionó a la república. Aunque la Liga Aquea duró más que la Liga Etolia y Macedonia, también fue derrotada e incorporada por los romanos en 146 a. C., terminando con la independencia de toda Grecia.
Grecia romana
Colonias
Durante la Época Arcaica, la población de Grecia creció fuera de la capacidad de su limitada tierra arable. (Según un cálculo, la población se multiplicó más de diez veces entre 800 a. C. y 400 a. C., desde 800,000 hasta una población total estimada entre 10 y 13 millones.)[6] Hacia 750 a. C. los griegos empezaron 250 años de expansión, colonizando en todas las direcciones. Al este, colonizaron primero la costa egeo de Asia Menor; luego Chipre y las costas de Tracia, el Mar de Mármara y la costa del sur del Mar Negro. Al final la colonización griega alcanzó tan lejos al noreste como Ucrania y Rusia (Taganrog). Al oeste colonizaron las costas de Iliria, Sicilia e Italia del sur; luego Francia del sur, Córcega y aún España del noreste. También colonias griegas se establecieron en Egipto y Libia. Las actuales Siracusa, Napoli, Marsella y Estambul empezaron como las colonias griegas Syracusae (Συρακούσαι), Neapolis (Νεάπολις), Massalia (Μασσαλία) y Byzantion (Βυζάντιον). Estas colonias jugaron un papel en la difusión de la influencia griega a través de Europa, y también ayudaron a establecer redes de comercio de larga distancia entre las ciudades-estado griegas, estimulando la economía en la Antigua Grecia.
Estructura política
La Antigua Grecia se componía de varios centenares de ciudades-estado (poleis) más o menos independientes. Esta situación era diferente de la mayoría de las otras sociedades, que eran o tribus o reinos que mandaban territorios extensos. Sin duda la geografía de Grecia – dividida y subdividida por colinas, montañas y ríos – contribuía a la naturaleza fragmentada de la Antigua Grecia. Es probable que una estructura política similar existiera en las grandes ciudades-estado marítimas de Fenicia. Sin embargo, hasta cierto punto la situación era única en la Antigua Grecia. Por un lado, los griegos antiguos no dudaban que eran "un pueblo singular"; compartían la misma religión, la misma cultura básica y la misma lengua. Además los griegos eran muy conscientes de sus orígenes tribales; Heródoto pudo clasificar las ciudades-estado por tribu. Por otro lado, aunque existían estas relaciones de más alto nivel, parece que rara vez jugaban un papel en la política griega. La independencia de los poleis se defendía con fiereza; los antiguos griegos rara vez contemplaban la unificación de Grecia. Aun cuando un grupo de ciudades-estado se aliaron para defender Grecia durante la segunda invasión persa, la inmensa mayoría de los poleis se quedaban neutrales, y al derrotar a los persas los "aliados" de prisa volvieron a sus luchas internas.[7]
Por lo tanto, las mayores peculiaridades del sistema político en la Antigua Grecia eran:
- Su naturaleza fragmentaria, que no parece en particular tener orígenes tribales
- El centro específico en los centros urbanos dentro de estados que eran pequeños por lo demás
Las rarezas del sistema griego son más evidentes en las colonias que los griegos establecieron alrededor del Mar Mediterráneo. Aunque cada una podía considerar cierto polis griego como su "madre" (y mantenerse amable o parcial a ella), era enteramente independiente de la ciudad que la fundó.
Inevitablemente, los menores poleis podían ser dominados por sus mayores vecinos, pero las conquistas y los reinados directos fueron bastante raros. Al contrario, los poleis se organizaban en ligas, cuyos afiliados estaban en un estado constante de cambio. Después, en el período clásico, el número de ligas decrecía y las ligas se hacían mayores. Cada una era dominada por una única ciudad (por ejemplo Atenas, Esparta o Tebas), y muchas veces un polis era obligado a afiliarse a una liga bajo la amenaza de la guerra (o bajo las condiciones de un tratado de paz). Aun después de que Filipo II de Macedonia "conquistó" los centros de la Antigua Grecia, no trató de anexionar el territorio ni lo unificó en una provincia nueva; simplemente obligó a la mayoría de los poleis a unirse a su propia Liga de Corinto.
Gobierno y ley
lsa leyes se le pedian a los mendigos
Guerra
Estructura social
Solamente los hombres nativos y libres que eran dueños de tierras podían ser ciudadanos, y gozar de la protección entera de la ley en una ciudad-estado. (Después Pericles introdujo excepciones a la restricción sobre los nativos.) En la mayoría de las ciudades-estado, la gente que tenía importancia social no gozaba de ningún derecho especial, a diferencia de Roma. Por ejemplo, nacer de una cierta familia no solía ofrecer privilegios especiales. A veces ciertas familias controlaban algunas funciones religiosas públicas, pero no solía lograr ningún poder de más en el gobierno. En Atenas, la población se dividía en cuatro clases sociales según su riqueza. La gente podía cambiar de clase por ganar más dinero. En Esparta, todos los ciudadanos varones se nombraban iguales si terminaban su educación. Sin embargo, los reyes espartanos, que servían de líderes militares y religiosos de la ciudad-estado, venían de dos familias. Los esclavos no tenían ningún poder ni estatus. Tenían el derecho de criar una familia y ser dueños de propiedades, pero no tenían derechos políticos. Para 600 a. C. la esclavitud-mercantil se había difundido en Grecia. Para el siglo III A. C. los esclavos componían un tercio de la población entera en algunas ciudades-estado. Los esclavos fuera de Esparta casi nunca se sublevaron porque se componían de demasiadas nacionalidades y estaban demasiado dispersos para organizarse.
La mayoría de las familias tenían esclavos como sirvientes domésticos y peones, y aun algunas familias pobres podían tener unos pocos esclavos. No se permitía que los dueños pegaran o mataran a sus esclavos. Los dueños muchas veces prometían a sus esclavos liberarlos en el futuro para animarlos a trabajar duro. A distinto de Roma, los libertos (esclavos liberados) no se convertían en ciudadanos. En su lugar, se mezclaban con la población de los metecos, que incluían la gente de países extranjeros o de otras ciudades-estado que oficialmente se les dejaba vivir en el estado.
Las ciudades-estado legalmente tenían esclavos. Estos esclavos públicos gozaban de una mayor independencia que los esclavos que pertenecían a las familias, viviendo solos y realizando tareas especiales. En Atenas, los esclavos públicos se entrenaban para detectar monedas falsas, mientras los esclavos del templo servían de sirvientes de la deidad del templo.
Esparta tenía un tipo especial de esclavo llamado un hilota. Los hilotas eran cautivos griegos de la guerra que pertenecían al estado y eran asignados a familias donde eran obligados a quedarse. Los hilotas cultivaban alimentos y hacían tareas domésticas para que las mujeres pudieran centrarse en criar hijos fuertes mientras los hombres pudieran dedicarse a entrenarse para ser hoplitas. Sus amos los maltrataban y los hilotas muchas veces recurrían a rebeliones de esclavos.
Educación
En la mayoría de la historia griega, la educación era privada, salvo en Esparta. Durante el período helenístico, algunas ciudades-estado establecieron escuelas públicas. Solamente las familias adineradas podían contratar un maestro. Los niños varones aprendían a leer, escribir y citar la literatura. También aprendían a cantar y tocar un instrumento musical, y entrenarse soldados para el servicio militar. Estudiaban no para trabajar, sino para convertirse en buenos ciudadanos. Las niñas también aprendían a leer, escribir y hacer la aritmética elemental para dirigir el hogar. Casi nunca recibían ninguna educación después de la niñez.
Los niños entraban en la escuela al cumplir siete años, o iban a los barracones si vivían en Esparta. Los tres tipos de enseñanzas eran: grammatistes para la aritmética, kitharistes para la música, y paedotribae para los deportes.
Un niño de una familia adinerada que asistía una escuela privada era cuidado por un paidagogos, un esclavo doméstico designado para esta tarea que acompañaba el chico todo el día. Las clases pasaban en las casas privadas de los maestros e incluían la aritmética, leer, escribir, cantar y tocar la lira y la flauta. Al cumplir 12 años de edad, sus estudios empezó a incluir los deportes como la lucha, correr, tirar el disco y lanzar la jabalina. En Atenas algunos mayores jóvenes asistían a una academia para las disciplinas más finas como la cultura, las ciencias, la música y las artes. Un muchacho terminaba sus estudios al cumplir 18 años, luego empezaba su entrenamiento militar en el ejército por uno o dos años.[8]
Una minoría de niños continuaban su educación después de la niñez, como en la agogé espartana. Una parte crucial de la educación de un muchacho rico era un aprendizaje con un mayor, que podían incluir el amor pederástico. El muchacho aprendía por mirar a su mentor mientras hablaba de la política en el ágora, ayudándolo a rendir sus deberes públicos, haciendo ejercicios con él en el gimnasio y asistiendo a simposios con él. Los estudiantes más ricos proseguían su educación estudiando con maestros famosos. Algunas de las mayores escuelas incluían el Liceo (la llamada escuela peripatética fundada por Aristóteles de Estagira) y la Academia platónica (fundada por Platón de Atenas). El sistema educacional de los antiguos griegos ricos también se llama paideia.
Economía
A su apogeo económico en los siglos V y IV a. C., la Antigua Grecia tenía la economía más avanzada del mundo. Según unos historiadores económicos, era una de las economías preindustriales más avanzadas. Esto es demostrado por el salario diario promedio de un trabajador griego, acerca de 12 kg a cuanto de trigo. Era más de 3 veces que el salario diario promedio de un trabajador egipcio, acerca de 3,75 kg.[9]
Cultura
Filosofía
La filosofía griega se centraba en el papel de la razón y la investigación. De muchas maneras, tiene una influencia importante en la filosofía moderna, y también la ciencia moderna. Líneas de influencia claras y continuas se conducen desde la Antigua Grecia y los filósofos helenísticos, por los filósofos y cientistas musulmanes medievales, por el Renacimiento y la Ilustración en Europa, hasta las ciencias seculares de nuestros días.
Ni razón ni investigación comenzaron por los griegos. Definir la diferencia entre la búsqueda griega de conocimiento y las búsquedas de las civilizaciones más antiguas, como los egiptos y los babilónicos antiguos, ha sido un tema de estudiar para los teorizadores de civilización.
Literatura
Alfred North Whitehead una vez pretendió que toda la filosofía no es más que una nota a pie de página a Platón. El mundo de pensamiento griego era tan de gran alcance que muchas ideas que discutimos hoy en día ya se debatían por los escritores antiguos.
Ciencia y tecnología
Arte
El arte griego empezó con pequeñas esculturas hechas de madera (xoana). [cita requerida] Más tarde se comenzó a trabajar sobre mármol.
El periodo de mayor esplendor del arte griego fue el denomidado Siglo de Pericles.
Las obras artísticas que se hacían más frecuentemente eran las esculturas. Entre los escultores clásicos más destacados se encuentran Mirón y Fidias.
Religión
La mitología griega se compone de historias contadas por los griegos antiguos sobre sus dioses y héroes, la naturaleza del mundo, y los orígenes y la importancia de sus prácticas religiosas. Los mayores dioses griegos eran los doce olímpicos:
- Zeus – el dios del cielo y el trueno; el de mayor rango y el más poderoso, regidor del monte Olimpo
- Hera – la consorte de Zeus, reina de los dioses, la diosa del matrimonio, la fidelidad
- Poseidón – junto con Hades el siguiente en antigüedad, el controlador de los mares, de los océanos y de los terremotos
- Ares – el dios de la guerra, la crueldad y del asesinato
- Hermes – el dios mensajero, también de la orientación, los viajeros, los pastores, los ladrones, el consuelo y las reuniones
- Hefesto – el dios del fuego, la fragua, el trabajo manual, los artesanos y las armas
- Afrodita – la diosa del amor
- Atenea – la diosa de la sabiduría, la educación y la guerra; la protectora de los héroes
- Apolo – el dios de la danza, las artes, la música, la arquería, la prudencia y la belleza masculina
- Artemisa – la diosa de la caza, los animales, la castidad y las amazonas
- Deméter – la diosa de la tierra, las flores y las plantas, la comida y la agricultura
- Hestia – la diosa del calor de hogar y la familia
Otras deidades importantes incluían:
- Hebe – la diosa de la juventud y la ayudante de los dioses
- Helios – el dios del sol
- Hades – el dios del inframundo y de los muertos sobre los que el reina
- Dioniso – el dios más joven del panteón, y el dios del vino, la naturaleza en estado salvaje y la sexualidad abierta
- Perséfone – la diosa del inframundo
- Heracles – un héroe y un semidiós de fortaleza extraordinaria
Los padres de Zeus eran Crono y Rea que también eran los padres de Poseidón, Hades, Hera, Hestia y Deméter.
Véase también
Referencias
- ↑ Beye, Charles Rowan, "Ancient Greek Literature and Society", Garden City, N.Y. : Anchor Press, 1975. (Cf. p.1) ISBN 0-385-06443-8. 2nd ed., rev., Ithaca : Cornell University Press, 1987. ISBN 0-8014-1874-7. "Sabemos poquísimo sobre el período entre la llegada de los griegos a su tierra histórica y los principios de su historia registrada en los siglos VIII y VII a. C. Parece que entraron a la actual Grecia hacia el fin del tercer milenio, bajando a la península balcánica desde las actuales Albania y Yugoslavia."
- ↑ tyrant: Online Etymology Dictionary (en inglés)
- ↑ tirano: Diccionario de la Real Academia Española
- ↑ Holland T. Persian Fire pp.69-70. ISBN 978-0-349-11717-1
- ↑ Holland T. Persian Fire pp.131-138. ISBN 978-0-349-11717-1
- ↑ The Demography of the Ancient Greek City-State Culture (en inglés)
- ↑ Holland, T. Persian Fire, Abacus, ISBN 978-0-349-11717-1
- ↑ Angus Konstam: Historical Atlas of Ancient Greece, pp.94-95. Thalamus publishing, UK, 2003, ISBN 1-904668-16-X
- ↑ W. Schieder, "Real slave prices and the relative cost of slave labor in the Greco-Roman world", Ancient Society, vol. 35, Peeters Publishers, 2005
Enlaces externos
- Guía de Historia Antigua Universidad de Zaragoza. Página de contenidos en castellano sobre Historia Antigua.
- www.historiaclasica.com, blog dedicado exclusivamente a la historia de las civilizaciones antiguas y clásicas