Ofensiva de Córdoba

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Ofensiva de Córdoba
la Guerra Civil Española
Parte de Guerra civil española
Fecha 19-22 de Agosto de 1936
Lugar Córdoba.
Coordenadas 37°53′05″N 4°46′44″O / 37.88472222, -4.77888889
Resultado Derrota republicana.
Beligerantes
II República española Bandera de España[1]Fuerzas sublevadas
Comandantes
José Miaja Menant
Joaquín Pérez Salas
Alejandro Peris
José Enrique Varela
Ciriaco Cascajo
Fuerzas en combate
Columna Miaja
• 3000 milicianos y Guardias Civiles[2]
• Apoyo artillero
• Apoyo aéreo
Ejército de África
• 2000 hombres[3]
• Bombarderos SM-81.
Bajas
Elevadas Desconocidas.

Se conoce como ofensiva o batalla de Córdoba al conjunto de operaciones efectuadas por el bando republicano en torno a la capital cordobesa entre el 19 y el 22 de agosto de 1936, dentro del marco de operaciones en el Frente de Andalucía durante los primeros meses de la Guerra Civil Española. Ha sido frecuentemente ignorada por la historiografía. De haber triunfado, habría cortado las comunicaciones con Granada (evitando el posterior cerco de Málaga) y habría supuesto una seria amenaza contra Sevilla. El fracaso de la ofensiva es una clara muestra de lo inútil que resultaba la guerra de columnas a la hora de realizar operaciones contra un enemigo que estuviera organizado, aún siendo menor en número.

La sublevación militar el 18 de julio y las primeras semanas de la guerra

Empezada la rebelión del 18 de julio de 1936, en Córdoba empieza ésta por la tarde: Desde el Cuartel de Artillería y por orden del coronel Ciriaco Cascajo (orden a su vez del general Queipo de Llano desde Sevilla) se declara el bando de guerra y saca a las tropas a la calle con cañones incluidos. El golpe es apoyado inmediatamente por los grandes terratenientes y administradores de fincas pertenecientes al Círculo de Labradores y la Cámara Agrícola así como militantes de extrema derecha. La Guardia Civil, acuartelada en el Cuartel de La Victoria titubeó en sublevarse o no, pero Cascajo les obligó a unirse a ellos mediante un golpe interno. En las calles de la capital, Guardias de Asalto, acompañados por el alcalde y algunos militantes socialistas y "ugetistas" así como de ciudadanos de a pie intentan defender las calles y los puntos estratégicos de la ciudad pero su escaso número, superado por el ejército y los guardias civiles, les convence de atrincherarse en el Gobierno Civil.[4]

Una vez en el Gobierno Civil, las autoridades consiguen defenderse durante algunas horas frente al tiroteo que hace la guardia civil con fusilería pero la resistencia durará poco porque horas después se reorganiza el ejército y el batallón de artillería consigue colocar algunos cañones frente al edificio resistente, haciendo fuego sobre él; Tras unas horas, la resistencia se desmorona ante y el edificio se rinde. A medianoche, el coronel Cascajo logra controlar de facto la ciudad de Córdoba y nombra nuevas autoridades afines a la derecha. Además de la capital, muchas localidades a lo largo y ancho de la provincia también habían caído en poder de los sublevados.

Durante los días siguientes volverían a control republicano las localidades de El Carpio, Fuente Palmera, Villanueva de Córdoba (todas el día 24), Torrecampo (el 25) y Pedroche (26), en tanto se mantenía estable la situación del frente. Tras estas escaramuzas, organizadas siempre a nivel local por obreros de los mismos pueblos, la defensa cambia con la llegada de una columna de milicias y regulares bajo el mando del General Miaja. Esta columna llega a Montoro procedente del este el día 28, siendo su primer objetivo la rendición de Córdoba, que negocia el propio Miaja con el coronel Cascajo por teléfono mientras se suceden los bombardeos sobre la capital.

La ofensiva

La preparación del ataque.

Dada la dificultad en tomar la capital, Miaja en un principio se concentra en los pueblos, comenzando por la zona norte y el Valle de los Pedroches donde recupera Añora (5 de agosto), Adamuz (10), Belalcázar (14), Alcaracejos, Villanueva del Duque, Hinojosa del Duque y Pozoblanco (éstas, el día 15), donde aún resistían numerosos derechistas y guardias civiles.[5]

La importancia de Córdoba estribaba en ser un nudo de comunicaciones cuya posesión decidiría el destino de Granada y Málaga (que se encontraba virtualmente aislada desde que se enlazara la zona sublevada con Granada) y despejaría el camino hacia el Paso de Despeñaperros; Con la caída de Córdoba también se vería gravemente comprometida Sevilla. Además, en aquel momento, la guarnición de la capital cordobesa era muy pequeña y no contaban apenas con apoyo de otras tropas sublevadas.[6]

La Columna Miaja

En conjunto, la columna de Miaja está compuesta por 3000 hombres repartidos en 9 agrupaciones de las que tres se establecen como guarnición en distintas localidades, mientras una queda de reserva. Las fuerzas de la columna estaban compuestas por algunas fuerzas militares de la 3ª División Orgánica, fuerzas de la Base naval de Cartagena y milicias del Levante y Jaén. Finalmente, para el ataque quedan 5 agrupaciones[7]​ muy variopintas que atacarían desde varias direcciones a lo largo del frente:

  • Agrupación Armentia, compuesta por 2 compañías de fusiles y una batería ligera, además de milicianos de Peñarroya y los Pedroches. En total, unos 280 hombres al mando de Gerardo Armentia Palacios.
  • Agrupación Balibrea, constituida por 2 compañías de fusiles, una sección de ametralladoras y una batería ligera. En total, unos 280 hombres al mando de José Balibrea Vera.
  • Agrupación Pérez Salas, estructurada por 1 sección de ametralladoras de Castellón, 2 baterías del "Quinto Ligero de Valencia", 1 batallón de milicianos de Alcoy, las milicias de Espejo y unos 300 Guardias Civiles. En total, unos 900 hombres al mando del comandante Pérez Salas. En apoyo de esta columna se encuentra la Agrupación Viqueira, compuesta por unos 120 hombres (milicianos).
  • Agrupación Peris, formada por distintas milicias procedentes de Jaén y al mando del socialista, y también diputado, Alejandro Peris, en total unos 750 hombres escasamente pertrechados.

Las agrupaciones con más probabilidades de avanzar son las de Armentia y Balibrea (por el norte) y la de Pérez Salas (por el sur), siendo la Pérez Salas la de mayor importancia y fuerza. El ataque de la Armentia se produciría desde carretera de Cerro Muriano, mientras que la Balibrea debería forzar el paso por el Puente Mocho y atacar por la carretera de Madrid. La columna Pérez Salas forzaría el paso por Torres Cabrera y entraría por el Puente Romano, en un movimiento de tenaza.[8]​ Se contaba con que la débil guarnición militar cordobesa se vería superada por las fuerzas republicanas, las cuales atacarían por varios frentes en un ataque en forma de tenaza y con el apoyo de aviación procedente del aeródromo de Andújar, en (Jaén).

Ataque republicano

El 20 de Agosto comenzó el largamente esperado ataque sobre la ciudad con las 5 columnas. La resistencia de los sublevados fue más fuerte de lo esperado ya que desde Sevilla había llegado el teniente coronel José Enrique Varela junto algunos refuerzos de tropas africanas. Varela, en una rápida decisión, reforzó con los africanos la posición de Alcolea. La Agrupación Pérez Salas junto con las Peris y Viqueira forzaron la resistencia en Torres Cabrera y se situaron a solo 8 Km. del casco urbano, pero la intervención de los Savoia-Marchetti SM-81 venidos de la Base Aérea de Tablada (en Sevilla) detuvo todo avance. La Agrupación Pérez Salas era la más importante de las 5 agrupaciones, pero los bombardeos de los sublevados causaron importante bajas entre sus componentes; a pesar de ello, el comandante Pérez Salas no abandonó sus intentos de entrar en Córdoba. A últimas horas del día 20, Miaja dispuso el ataque de las agrupaciones Balibrea y Armentia. Aunque la columna Armentia se situó a 6 km del casco urbano por la carretera de Cerro Muriano, la columna de Balibrea se topó con la resistencia de los marroquíes en puente Mocho.[9]

Para la madrugada del día 21, la agrupación Pérez Salas se encontraba muy mermada por los ataques aéreos mientras las agrupaciones Balibrea y Armentia se encontraban detenidas sin ninguna posibilidad de avanzar. A primeras horas de la mañana, se produjo un fuerte bombardeo de la ciudad por parte de la aviación gubernamental,[10]​ aunque para ese momento Miaja ya había ordenado suspender el ataque y volver a sus bases de partida. Hasta el día 22 se mantuvieron los combates, pero el ataque ya se podía dar por finalizado ese mismo día. Entonces Miaja fue rechazado[11]​ y muchos milicianos sólo usaron sus fusiles contras los que intentaban evitar detener su huida.[12]

Consecuencias

Al fracasar la ofensiva sobre Córdoba no solo no se tomó la ciudad sino que quedó en evidencia las deficiencias de las fuerzas republicanas en la zona, situación que sería aprovechada por las tropas sublevadas unas semanas después. A lo largo de septiembre y octubre, los sublevados conquistaron las localidades vecinas de la capital y alejaban la amenaza que se cernía sobre la capital. A principios de enero de 1937 la línea del frente se encontraba en el límite entre las provincias de Jaén y Córdoba. Para entonces ya no quedaba más que un recuerdo lejano de la tentativa republicana sobre la ciudad califal.

Por otro lado, el fracaso de Miaja planteó la cuestión de su lealtad a la República. Posiblemente, Miaja no avanzó sobre Córdoba porque Cascajo amenazó con tomar represalias con su familia, que estaban presos allí.[13]​ Pero más probablemente porque no pudo conseguir que sus fuerzas avanzaran. Se le ha criticado mucho su lentitud al pararse a conquistar pueblos sin importancia al Norte y Este de la ciudad, pues de haber atacado en ese momento la ciudad, ésta no habría resistido. Sin embargo, el declinar de su estrella militar no duró mucho, ya que al cabo de unos meses volvería a ser el centro de atención cuando se encargó de la defensa de Madrid ante el asalto de los tropas de Franco.

Notas y referencias

  1. En los primeros momentos de la Guerra, las fuerzas sublevadas no tenían una bandera diferente a la del resto del ejército. El 29 de agosto de 1936 un decreto de la Junta de Defensa Nacional (organismo que ostentaba la Jefatura del Estado en la zona nacional) restableció la bandera bicolor, roja y gualda.
  2. Hugh Thomas, p. 413
  3. Estas fuerzas consistían principalmente en las unidades africanas de la Columna Varela y la escuálida guarnición de Córdoba.
  4. El relato de Moreno Gómez sobre la sublevación militar en Córdoba capital es excelente.
  5. Esta decisión ha sido muy criticada por los historiadores, ya que de haberse realizado en ese momento las fuerzas de la ciudad habrían sido insuficientes.
  6. Martínez Bande, pp. 91-92
  7. Los nombres de estas fuerzas provienen del nombre de quién está al mando de ellas.
  8. Moreno Gómez, Francisco, La Guerra Civil en Córdoba.
  9. Hugh Thomas, p. 413
  10. Moreno Gómez, Francisco, La Guerra Civil en Córdoba.
  11. Un bombardeo de la Aviación nacional, en agosto, sobre Torres Cabrera y el ataque de cuatro columnas nacionales, en septiembre, que ocuparon Espejo, acabaron con las posibilidades de Miaja, que hubo de abandonar sus propósitos, demasiado ambiciosos. Bastó para ello una Bandera del Tercio, dos Tabores de Regulares y una docena de compañías de Falange y del Requeté.
    Rafael Casas de la Vega, Seis Generales de la guerra civil. Vidas paralelas y desconocidas. Editorial Fénix, Madrid 1998, ISBN-84-88787-24-3, página 315, citando a José Cirre Jiménez, De Espejo a Madrid. Librería Prieto. Granada 1937, páginas 29 a 63
  12. Borkenau, p.158
  13. Testimonio de Francisco Giral, citado en Hugh Thomas, Historia de la Guerra Civil Española.

Bibliografía

  • Franz Borkenau. El reñidero español. Ibérica de Ediciones y Publicaciones. Madrid. 1977. ISBN 84-85361-01-6
  • Martínez Bande, J.M. La campaña de Andalucía. Madrid. Ed. San Martín. 1985.
  • Moreno Gómez, Francisco. La Guerra Civil en Córdoba. Ediciones Alpuerto. 1985.
  • Thomas, Hugh (1976). Historia de la Guerra Civil Española. Barcelona: Círculo de Lectores. ISBN 84-226-0873-1. 

Enlaces externos