Expedición de Magallanes-Elcano

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Réplica de la nao Victoria (Isla Cristina, 1991) en su visita a Japón en 2005, en el muelle de Odaiba de Tokio.
«Milla Cero» en Sevilla, que conmemora la primera circunnavegación mundial
Monumento «Legua Cero», en Sanlúcar de Barrameda (España). Conmemoración de la primera circunnavegación mundial.

La expedición de Magallanes y Elcano es una expedición marítima que tuvo lugar en el siglo XVI mandada por Fernando de Magallanes y, tras su muerte en Filipinas, por Juan Sebastián Elcano. La expedición, financiada por la Corona de España es la primera circunnavegación del mundo de la historia. Partió de Sevilla el 10 de agosto de 1519 con 5 barcos y 234 hombres, pasando posteriormente un mes y diez días en Sanlúcar de Barrameda, de donde partió el 20 de septiembre de 1519. Regresó el 6 de septiembre de 1522 a Sanlúcar, descargando en Sevilla, donde fueron recibidos por las autoridades el 8 de septiembre, con solamente un barco y 18 supervivientes.

Antecedentes

El objetivo de Cristóbal Colón fue navegar hacia el Oeste hasta Las Indias en busca de especias y otras riquezas de Asia. En sus viajes, Colón encontraría oro en la Isla de La Española y en Centroamérica, pero jamás encontró las islas de las especias, que hoy conocemos como Las Molucas. Ni siquiera en el cuarto viaje de Colón se pudo encontrar un paso marítimo a la Asia que los europeos conocían.

Tras el Tratado de Tordesillas de 1494 la influencia en el Mundo había quedado dividida en dos por una línea imaginaria en el océano Atlántico. España tenía el control de la zona Oeste, lo que abarcaba buena parte del Continente Americano, además de las Islas Canarias. Portugal, en cambio, controlaría toda la zona Este, territorios que abarcaban desde África hasta el océano Índico y el pico oriental de Sudamérica, el actual Brasil. Por todo ello España estaba muy interesada en una vía marítima a Asia que no implicase navegar hacia el Sur bordeando África y luego ir hacia el Este hasta La India. El paso por tierra del Atlántico al Pacífico ya se conocía en 1519, porque en 1513 el conquistador español Vasco Núñez de Balboa había avistado el océano Pacífico con una travesía terrestre a través de Centroamérica.

Fernando de Magallanes creía en la posibilidad de llegar a las islas de las especias navegando hacia el Oeste, sin necesidad de ir con sus barcos hacia el Este bordeando toda la costa occidental de África, y posteriormente regresar a España. Su plan era muy similar al de Cristóbal Colón. Magallanes, nacido en Portugal, tenía experiencia en el mar y conocía bien Las Indias ya que pasó 8 años como soldado de la Armada Portuguesa en el Oceáno Índico.

El viaje era extremadamente complicado, ya que entonces no había cartas de navegación de esa zona del mundo. Los mapas de 1519 no habían cartografiado el recorrido que Magallanes pensaba seguir; sólo aparecían algunas islas del Caribe y las costas desde Centroamérica hasta el norte de Brasil, pero no más al sur. En el este, los mapas que mostraban las costas de Asia y África en el siglo XVI no eran especialmente detallados.[1]

Capitulaciones de Valladolid

Ante el fracaso que obtuvo al exponer sus propósitos al rey de Portugal, Manuel I, que ya conocía una vía para navegar hacia Asia bordeando África y no tenía necesidad de financiar una nueva vía, Magallanes decidió ir a España para exponer al entonces joven rey Carlos I de España su audaz proyecto. Aceptado el proyecto por Carlos I, se firmaron el 22 de marzo de 1519 en Valladolid unas capitulaciones para la expedición en las cuales se le otorgaba a Magallanes el título de Gobernador y Adelantado de todas las tierras que «descubriese».

Tanto el ofrecimiento del proyecto primero al rey de Portugal y luego al rey de España, así como unas condiciones favorables al descubridor, fueron situaciones que también ocurrieron en el primer viaje de Colón.

El viaje

Partida de la expedición

La expedición estaba formada por cinco naves con 234 hombres[2]​ al mando de Magallanes, en la nave capitana, la Trinidad; las otras cuatro: San Antonio, Victoria, Santiago y la Concepción, donde iba Juan Sebastián Elcano. El segundo de a bordo era el español Juan de Cartagena. El cronista del viaje fue Antonio de Pigafetta.

Composición de su flota
Nave Tonelaje    Tripulación   Observaciones
Trinidad 110   55   Mandada por Magallanes, termina abordada por los portugueses en las Molucas, con veinte marinos sobrevivientes del azaroso cruce del Pacífico.
San Antonio 120   60   Deserta de la expedición antes de llegar al Estrecho de Magallanes y retorna a Sevilla el 6 de mayo de 1521
Concepción 90   45   Abandonada y quemada frente a la isla de Bohol, cerca de la isla de Cebú, por falta de tripulación suficiente para poder hacerla navegar.
Victoria 85   42   Única en completar la expedición
Santiago 75   32   Naufraga el 3 de mayo de 1520 en el estuario del río Santa Cruz (Argentina)
    Total: 234 

La escuadra inició su partida desde Sevilla el 10 de agosto de 1519, saliendo del Muelle de las Mulas,[3]​ en el río Guadalquivir, cerca del lado Oeste del actual Puente de San Telmo. La flota descendió por el Guadalquivir hasta llegar a su desembocadura, en Sanlúcar de Barrameda, puerto del océano Atlántico.[4]​ Durante las siguientes semanas, Fernando de Magallanes y los capitanes de las naos iban y venían a Sevilla en sus falúas para atender diversos imprevistos y allanar algunas dificultades mientras se acabó de avituallar la escuadra. El propio Magallanes otorgó testamento en Sevilla el 24 de agosto.[5]

Continuando el descenso del Betis, se pasa cerca de Coria y algunas otras aldeas hasta San Lúcar... Ahí es donde está el puerto que da al océano... Algunos días después, el comandante en jefe y los capitanes de las otras naves se vinieron en las chalupas desde Sevilla hasta San Lúcar, y se acabó de vituallar la escuadra. Todas las mañanas se bajaba a tierra para oír la misa en la iglesia de N. S. de Barrameda; y antes de partir, el jefe determinó que toda la tripulación se confesase, prohibiendo en absoluto que se embarcase mujer alguna en la escuadra.
Primer viaje alrededor del globo. Antonio Pigafetta.[6]

La expedición zarpó de Sanlúcar de Barrameda el 20 de septiembre de 1519,[2][7]​ puerto que sería también el punto de regreso tras completar la primera vuelta al globo.[8]​ Iniciado el viaje, la primera escala tuvo lugar en Tenerife (Islas Canarias), continuando la travesía atlántica pasando frente a las islas de Cabo Verde y las costas de Sierra Leona. Tras bordear la zona cercana a la costa Norte de África, la flota navegó a través del Atlántico hacia América. El 3 de octubre de 1519 el tiempo empeoró con viento, borrascas y corrientes de agua por lo que la flota tuvo que detenerse por miedo a naufragar, navegando sin rumbo fijo por el mar hasta que pasara la tempestad. Durante esas tormentas, vieron frecuentemente el fuego de San Telmo, un fenómeno eléctrico atmosférico, que interpretaron como una señal divina, llegando a ver este fuego a modo de antorcha en la noche en la punta del palo mayor de una nao, permaneciendo allí más de dos horas. Antes de desaparecer, la luz se hizo tan intensa que durante un cuarto de hora los marineros caminaron ciegos pidiendo clemencia.[1]

Mapa del primer viaje de circunnavegación mundial, con salida y llegada a Sevilla y mostrando su escala prolongada en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), España.

Casi cuatro meses después de abandonar España,[1]​ la flota se acercó a la costa de América. El 13 de diciembre de 1519 tocaron tierra en la bahía de Guanabara, donde hoy se encuentra Río de Janeiro. Desde ahí, siguieron la costa hacia el Sur, donde encontraron un gran canal que se dirigía al interior. Magallanes y la flota navegaron hacia el interior pensando que habían encontrado la entrada al Mar del Sur, nombre con el que se conocía al Oceáno Pacífico. Tras 15 días se dieron cuenta de que aquello era una ensenada de 300 kilómetros tierra adentro,[1]​ el estuario del Río de la Plata ―el más ancho del mundo―, en la actual Argentina. Tras la decepción, fueron costeando el litoral a lo desconocido, llegando a la costa de lo que llamó la Patagonia.

El 31 de marzo de 1520, a sólo unos días de La Antártida, buscaron refugio en una bahía a la que llamaron San Julián. Las provisiones se agotaban, los días se hacían más cortos y los hombres tenían frío. Magallanes decidió entonces reducir las raciones de comida. Sus capitanes firmaron una petición exigiéndole la vuelta a España.

Sublevación durante la invernada

Estrecho de Magallanes (Mapa de Jodocus Hondius).
Mapa del Estrecho de Magallanes
Réplica de la Nao Victoria de Fernando de Magallanes en el Museo Nao Victoria de Punta Arenas, Chile.

Durante la invernada, los capitanes Juan de Cartagena, Antonio de Coca, Gaspar Quesada y Luis de Mendoza se amotinaron contra el almirante por desacuerdo con el mando y pretenden regresar a España por considerar que la expedición había fracasado, al no haber encontrado hasta entonces el paso al Pacífico. Entre los amotinados estaba Juan Sebastián Elcano, quién posteriormente cosecharía todos los honores y dignidades al completar la hazaña iniciada por Magallanes. Esta insurrección fue reprimida con la muerte de los capitanes Mendoza y Quesada. El 3 de mayo de 1520 también se perdió la nave Santiago, que se hizo añicos contra las rocas en la desembocadura del río Santa Cruz (en Argentina).[1]

Continuó la expedición hasta el extremo meridional del continente y, entre el 21 de octubre y el 27 de noviembre, pasó el estrecho que une los dos océanos. Cruzarlo fue muy difícil, dado lo complicado de la costa. Para ello una nave se adelantaba en exploración buscando el mejor camino y volviendo sobre sus propios pasos para hacerse seguir por el resto hasta la zona explorada. Una vez terminadas estas minuciosas etapas consiguieron salir del «laberinto» hacia el océano Pacífico. Magallanes lo bautizó como estrecho de Todos los Santos, aunque actualmente se conoce como estrecho de Magallanes, por haber sido él el primer europeo en avistarlo.

Islas de los Ladrones

El 21 de noviembre de 1520 surcaba la expedición, por primera vez, aquel Mar del Sur que, por lo serena y tranquila que estaba su superficie, recibió el nombre de Pacífico. Con sólo tres naves, ya que la San Antonio se había sublevado antes de cruzar el estrecho y había regresado a España.

La mala suerte de Magallanes quiso que en el largo derrotero de tres meses por el océano Pacífico, entre el estrecho de Magallanes y hasta su llegada a las islas Marianas, no descubriera ningún punto de tierra firme, por lo que la hambruna y el escorbuto azotaron a su tripulación, hasta el punto de que se pagaban cuantiosas monedas por una simple rata para devorar. El agua se pudrió, apareció el escorbuto y los hombres comían incluso cuero reblandecido y serrín:

La galleta que comíamos ya no era más pan sino un polvo lleno de gusanos que habían devorado toda su sustancia. Además, tenía un olor fétido insoportable porque estaba impregnada de orina de ratas. El agua que bebíamos era pútrida y hedionda. Por no morir de hambre, nos hemos visto obligados a comer los trozos de piel de vaca que cubrían el mástil mayor a fin de que las cuerdas no se estropeen contra la madera... Muy a menudo, estábamos reducidos a alimentarnos de aserrín; y las ratas, tan repugnantes para el hombre, se habían vuelto un alimento tan buscado, que se pagaba hasta medio ducado por cada una de ellas... Y no era todo. Nuestra más grande desgracia llegó cuando nos vimos atacados por una especie de enfermedad que nos inflaba las mandíbulas hasta que nuestros dientes quedaban escondidos....
Antonio Pigafetta, cronista de la expedición

Ya en las Islas Molucas, el 6 de marzo de 1521, cuando ya la tripulación estaba diezmada por el hambre, abordaron la isla de Guaján, perteneciente ahora al archipiélago de las Islas Marianas, que ellos llamaron Islas de los Ladrones.

Islas Filipinas

A pesar que Fernando de Magallanes no intentó circunavegar el mundo y murió a mitad de camino es, en ocasiones, más recordado que Elcano, puesto que fue el iniciador y organizador del viaje.

El 16 de marzo llegaron a Sámar, lo que significó que fueran los primeros europeos en avistar las islas Filipinas, a las que Magallanes llamó Islas de San Lázaro. Para Magallanes era muy importante mantener una paz estratégica con los indígenas y convertirlos al cristianismo, y para ello utilizaba entre otras cosas el argumento de que serían más fuertes y les mostraba sus armas de fuego. Como testimonio de su intención de convertir a los nativos en cristianos está la Cruz de Magallanes, una cruz de madera colocada allí por el explorador.

Para asegurar una alianza con un jefe indígena de la región, Magallanes se propuso derrotar a su enemigo Lapulapu, el jefe de la isla de Mactán. Antes del ataque, Magallanes envió emisarios a Lapulapu para que cesara en su empeño de combatir y se sometiera al cristianismo y a la corona de España, oferta que Lapulapu rechazó, siendo así considerado aún hoy un líder independentista en Filipinas.

En la madrugada del 27 de abril de 1521, Magallanes y 50 de sus hombres llegaron a la playa de Mactan para luchar contra Lapulapu y 1000 de sus hombres.[1]​ Magallanes estaba tan seguro de su victoria que pidió a los otros capitanes que no se involucraran en la lucha.[1]​ Como la marea estaba baja tuvieron que dejar los barcos lejos de la costa, con lo que Magallanes y sus hombres llegaron agotados por haber tenido que caminar casi un kilómetro por el agua. Ya en la playa, a medida que avanzaba la batalla, los hombres de Magallanes empezaban a quedarse sin municiones y los de Lapulapu avanzaban.[1]​ Un indígena le clavó una lanza en la pierna a Magallanes, haciéndolo caer. En ese momento todos los indígenas corrieron a él y lo lancearon, falleciendo en combate. Los españoles perdieron la batalla y Magallanes había caído en combate sin haber llegado siquiera a las Molucas, las islas de las especias, que se encontraban a sólo unos días.[1]

A su sucesor, Duarte Barbosa, lo mataron a traición en Cebú, junto a 30 de sus hombres en un banquete trampa organizado por el rajá. El resto de la expedición cargó de especias las naves Victoria y Trinidad y quemaron la Concepción.

Juan Sebastián Elcano

En Mindanao fue elegido jefe de la expedición Gonzalo Gómez de Espinosa y al frente de la nave Victoria, se puso de capitán Juan Sebastián Elcano, que después de tocar en las islas Molucas, objeto del viaje, emprendió su regreso a España. La Trinidad navegaba mal y se quedó en el puerto de Tidore para ser reparada y volver por el Pacífico hasta Panamá.

Elcano, al mando de la Victoria, atravesó el océano Índico y dando la vuelta a África, evitando cuidadosamente los puertos africanos, controlados por los portugueses, completó la primera circunnavegación del globo. Regresó a la costa española y recaló en Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522. Elcano, deseoso de llegar a Sevilla, apenas se detuvo en Sanlúcar de Barrameda. El mismo día de la llegada tomó a su servicio un barco para remolcar la Victoria por el Guadalquivir hasta Sevilla, por el mal estado en que se encontraba la nave. Los oficiales de la Casa de Contratación de Indias de Sevilla prepararon una lancha con 12 remos, cargada de provisiones frescas. Dos días después atracaba en Sevilla la Victoria. En el muelle esperaban las autoridades de la ciudad y los miembros de la Casa de Contratación en pleno, junto a un numeroso público que contemplaba la llegada de la desvencijada nave. Aquel día los navegantes no desembarcaron. Sólo lo hicieron a la mañana siguiente, en camisa y descalzos, con cirios en las manos y en procesión. Se dirigieron a la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y a la capilla de la Virgen de la Antigua de la Catedral de Sevilla,[9]​ a la que se habían encomendado antes de iniciar el viaje. La nao Victoria fue descargada.

Gracias a la Providencia, el sábado 6 de septiembre de 1522 entramos en la bahía de San Lúcar [...] Desde que habíamos partido de la bahía de San Lúcar hasta que regresamos a ella recorrimos, según nuestra cuenta, más de catorce mil cuatrocientas sesenta leguas, y dimos la vuelta al mundo entero [...] El lunes 8 de septiembre largamos el ancla cerca del muelle de Sevilla, y descargamos toda nuestra artillería.
Primer viaje alrededor del globo. Antonio Pigafetta.[6]

Francisco López de Gomara, en su Historia General de las Indias, escribió en 1552:

La nave Argos de Jasón navegó muy poquito en comparación con la nao Victoria, que debiera guardarse en las atarazanas de Sevilla por memoria.

José Martínez de la Puente escribió en su Compendio de las Historias de la India Oriental en 1681:

Los fragmentos de esta nao Victoria se guardan en Sevilla por memoria de haber sido ella quien dio vuelta entera a todo el orbe de la tierra y el agua[10]

La carga de especias que trajo en la nao Victoria cubrió con creces los gastos de toda la expedición (cinco naves en total).[11]

Pérdidas humanas

De los 234 hombres que salieron en la flotilla que capitaneada por Fernando de Magallanes, solamente a 18 les cupo la suerte de poder regresar a España al mando de Elcano después de haber vencido los temporales de toda la redondez de la Tierra. El hambre y las privaciones les habían convertido prácticamente en espectros. Otros cuatro hombres de los 55 de la tripulación original de la Trinidad, que habían emprendido una ruta de regreso distinta desde las Filipinas, regresaron finalmente a España en 1525.

Supervivientes de la expedición

Escudo de Sanlúcar de Barrameda.
Detalle de un mapa (1590) de Ortelius que muestra la nave Victoria.
Placa conmemorativa de los hombres que retornaron a Sanlúcar de Barrameda tras la primera circunnavegación.

Estos dieciocho hombres regresaron a Sanlúcar en la Victoria, en 1522, y figuran en una placa conmemorativa en la fachada del Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda.

Nombre Puesto
Juan Sebastián de Elcano, de Guetaria Capitán
Francisco Albo, de Axio Piloto  
Miguel de Rodas, de Rodas Piloto  
Juan de Acurio, de Bermeo Piloto  
Antonio Lombardo (Pigafetta), de Vicenza Sobresaliente  
Martín de Yudícibus, de Savona Marino  
Hernando de Bustamante, de Mérida Marinero y barbero  
Nicolás el Griego, de Nauplia Marinero  
Miguel Sánchez de Rodas, de Rodas Marinero  
Antonio Hernández Colmenero, de Huelva Marinero  
Francisco Rodríguez, portugués de Sevilla Marinero  
Juan Rodríguez, de Huelva Marinero  
Diego Carmena, de Bayona Marinero  
Hans, de Aquisgrán Artillero  
Juan de Arratia, de Bilbao Grumete  
Vasco Gómez Gallego el Portugués, de Bayona Grumete  
Juan de Santandrés, o de Santander, de Cueto Grumete  
Juan de Zubileta, de Baracaldo Paje  

Los doce hombres retenidos como prisioneros en Cabo Verde que regresaron algunas semanas más tarde a Sevilla, vía Lisboa:[12]

  • Martín Méndez, secretario de la flota;
  • Pedro de Tolosa, despensero;
  • Richard de Normandie, carpintero;
  • Roldán de Argote, artillero;
  • Mestre Pedro, supernumerario;
  • Juan Martín, supernumerario;
  • Simón de Burgos, preboste;
  • Felipe Rodas, marinero;
  • Gómez Hernández, marinero;
  • Bocacio Alonso, marinero;
  • Pedro de Chindurza, marinero;
  • Vasquito, grumete.

Los cinco sobrevivientes de la Trinidad también completaron la vuelta al mundo, aunque no regresaron a Europa hasta 1525 o 1526:

  • Gonzalo Gómez de Espinosa, preboste de la flota ("alguazil");
  • Leone Pancaldo, piloto;
  • Juan Rodríguez el Sordo, marinero;
  • Ginés de Mafra, marinero;
  • Hans Vargue, artillero.

Reconocimiento de la hazaña

Estatua de Juan Sebastián Elcano en Guetaria.

La primera vuelta al mundo se había terminado, y con ella se demostraba prácticamente la redondez de la Tierra, ya que marchando siempre en la misma dirección, se llegaba al punto de partida. El emperador Carlos I, al recibir a Juan Sebastián Elcano, le dio por escudo un globo con la leyenda: "Primus circundedisti me".

A España le cabía la gloria de haber descubierto para el mundo occidental dos de las cinco partes del mundo entonces conocidas y el haber medido la magnitud del mismo con las quillas de sus naves.

Acción española en el Pacífico

Más tarde Álvaro de Saavedra y Ortiz de Retez fueron los primeros europeos que arribaron a Nueva Guinea; Váez de Torres exploró el estrecho que separa Australia de Nueva Guinea, que desde entonces lleva su nombre; Ruy López de Villalobos exploró las Carolinas, las Hawái y las Filipinas que serían sometidas por Legazpi; Toribio de Salazar hizo lo propio con las Carolinas y las Palaos; Quirós llegó a Tahití; Mendaña a las islas Marquesas, etc. Muchos autores asignan a Quirós la invención de la palabra «Australia», ya que las llamó Austrialia del Espíritu Santo.

Celebración del quinto centenario

Se están planificando diversas iniciativas para celebrar el quinto centenario de la primera circunnavegación de la Tierra, entre las que destacan los programas Sevilla 2019-2022 y Sanlúcar de Barrameda 2019-2022.

Véase también

Referencias

  1. a b c d e f g h i «Viajes de descubrimiento: la vuelta al mundo de Magallanes». 
  2. a b «De Sanlúcar de Barrameda partieron cinco naves: la Trinidad, mandada por Magallanes...». La nación falsificada, Jesús Laínz. Ediciones Encuentro, 2006, pág. 51. ISBN 84-7490-829-9. Véase en: [1].
  3. De Mena Calvo, Jose María (1989). Tradiciones y Leyendas de Sevilla (7.ª edición). Plaza&Janes. ISBN ISBN 84-01-37799-6 |isbn= incorrecto (ayuda). 
  4. Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV: Expediciones al Maluco, viage de Magallanes y de Elcano. Volumen 4 de Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV: Con varios documentos inéditos concernientes á la historia de la marina castellana y de los establecimientos españoles en Indias. Martín Fernández de Navarrete. Imprenta Nacional, 1837. Pág. LIII.
  5. Fernández de Navarrete, obra citada, pág. LIV. Citando la obra Viage alrededor del mundo por el caballero Antonio Pigafetta, gentilhombre de Vicencia, publicado por la primera vez en italiano según el manuscrito de la Biblioteca Ambrosiana de Milán, con notas, por Carlos Amoretti, uno de los bibliotecarios y doctores del colegio Ambrosiano &c. y traducido en francés por él mismo. Imp. en París el año 9, en 8ª mayor, lib. I, pág. 6 y ss..
  6. a b Primer viaje alrededor del globo, de Antonio Pigafetta (con un estudio preliminar del prof. Nelson Martínez Díaz). Título original: Primo viaggio in torno al Globo Terracqueo (edic. de 1800). Ediciones Orbis, Barcelona, 1986. ISBN: 84-7634-527-5. Se puede consultar en versión electrónica. Último acceso: 28 de mayo de 2011.
  7. Vascongadas y América. Colecciones MAPFRE 1492: Las Españas y América. Volumen 7. María Estibaliz Ruiz de Azúa y Martínez de Ezquerecocha. Editorial MAPFRE, 1992. ISBN 84-7100-467-4. «Se hicieron a la mar el 20 de septiembre de 1519 en Sanlúcar de Barrameda, en dirección al Moluco».
  8. Primer Viaje Alrededor del Mundo. Antonio Pigafetta (cronista del viaje). RED Ediciones, 2008. ISBN 84-9816-789-2. Pág. 9. Este libro es una traducción al español del original, publicado en italiano en Venecia, en 1536.
  9. Banacloche, Julieta (1991). Sociedad Estatal Quinto Centenario, ed. La Primera Vuelta al Mundo de Magallanes y Elcano. S.M. 
  10. Don Martín Fernández Navarrete, Don Miguel Salva y Don Pedro Sáinz de Baranda. Miembros de la Real Academia de la Historia (1842). «Colección de documentos inéditos para la historia de España, Volumen 1». 
  11. Appell, Claude; y Ballester, Rafael (1968). Grandes aventureros. Barcelona: Plaza & Janés, 1968.
  12. Xavier de Castro (dir) (pref. de Carmen Bernand y Xavier de Castro), Le voyage de Magellan (1519-1522). La relation d'Antonio Pigafetta & autres témoignages, colección "Magellane". Paris: Chandeigne, 2010, p. 472.

Enlaces externos