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La ética abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir.<ref>{{cita enciclopedia |apellidos=Singer |nombre=Peter |url=http://search.eb.com.central.ezproxy.cuny.edu:2048/eb/article-9106054 |título=Ethics |idioma=inglés |fechaacceso=15 de junio de 2009 |enciclopedia=Encyclopædia Britmatase un dedo por el culo
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La [[metaética]] estudia el origen y el significado de los conceptos éticos,<ref name=Ethics/> así como las cuestiones metafísicas acerca de la moralidad, en particular si los valores morales existen independientemente de los humanos, y si son relativos, convencionales o absolutos.<ref name=Ethics/> Algunos problemas de la metaética son el [[problema del ser y el deber ser]], el [[problema de la suerte moral]], y la cuestión acerca de la existencia o no del [[libre albedrío]].
La [[metaética]] estudia el origen y el significado de los conceptos éticos,<ref name=Ethics/> así como las cuestiones metafísicas acerca de la moralidad, en particular si los valores morales existen independientemente de los humanos, y si son relativos, convencionales o absolutos.<ref name=Ethics/> Algunos problemas de la metaética son el [[problema del ser y el deber ser]], el [[problema de la suerte moral]], y la cuestión acerca de la existencia o no del [[libre albedrío]].

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El pensador, de Auguste Rodin, clásica de un hombre inmerso en sus pensamientos.

La filosofía (del latín philosophĭa, y éste del griego antiguo φιλοσοφία, "amor por la sabiduría")[1]​ es el estudio de una variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje.[2][3]​ La filosofía se distingue de otras maneras de abordar estos problemas (como el misticismo y la mitología) por su método crítico y generalmente sistemático, así como por su énfasis en los argumentos racionales.[4]

Ramas de la filosofía

Las ramas y los problemas que componen la filosofía han variado mucho a través de los siglos.[5]​ Por ejemplo, en sus orígenes, la filosofía abarcaba el estudio de los cielos que hoy llamamos astronomía, así como los problemas que ahora pertenecen a la física.[5]​ Teniendo esto en cuenta, a continuación se presentan algunas de las ramas centrales de la filosofía en el presente.

Metafísica

La metafísica se ocupa de investigar la naturaleza, estructura y principios fundamentales de la realidad en general.[6][7]​ Esto incluye la clarificación e investigación de algunas de las nociones fundamentales con las que entendemos el mundo, incluyendo: ser, entidad, existencia, objeto, propiedad, relación, causalidad, tiempo y espacio.

Antes del advenimiento de la ciencia moderna, muchos de los problemas que hoy pertenecen a las ciencias naturales eran estudiados por la metafísica bajo el título de filosofía natural.[8][9]

La ontología es la parte de la metafísica que se ocupa de investigar cuáles entidades existen y cuáles no, más allá de las apariencias.[10][11]

Aristóteles designó la metafísica como "primera filosofía".[12]​ En la física se asume la existencia de la materia y en la biología la existencia de la materia orgánica pero ninguna de las dos ciencias define la materia o la vida; sólo la metafísica suministra estas definiciones básicas. En el libro quinto de la Metafísica, Aristóteles presenta varias definiciones de términos filosóficos.[13]

A lo largo de los siglos, muchos filósofos han sostenido que de alguna manera u otra, la metafísica es imposible.[14]​ Esta tesis tiene una versión fuerte y una versión débil.[14]​ La versión fuerte es que todas las afirmaciones metafísicas carecen de significado.[14]​ Esto depende por supuesto de una teoría del significado.[14]Ludwig Wittgenstein y los positivistas lógicos son defensores explícitos de esta posición. La versión débil, por otra parte, es que si bien las afirmaciones metafísicas poseen significado, es imposible saber cuáles son verdaderas y cuáles falsas, pues esto va más allá de las capacidades cognitivas del hombre.[14]​ Esta posición es la que sostuvieron, por ejemplo, David Hume e Immanuel Kant.

Gnoseología

La gnoseología es el estudio del orígen, la naturaleza y los límites del conocimiento humano.[15]​ En inglés se utiliza la palabra epistemology, que no hay que confundir con la palabra española epistemología que designa específicamente el estudio del conocimiento científico, también denominado filosofía de la ciencia.[16]​ Muchas ciencias particulares tienen además su propia filosofía, como por ejemplo, la filosofía de la historia, la filosofía de la matemática, la filosofía de la física, etcétera.

Los primeros intentos de sistematizar el conocimiento se remontan a Platón y Aristóteles, para quienes sólo podía haber conocimiento de lo inmutable (para el primero, las Ideas y para el segundo, las sustancias). Con el Renacimiento comenzó un período de intenso desarrollo de la gnoseología, que marcará toda la modernidad. La invención de nuevos instrumentos de observación ayudaron al desprendimiento de lo cánones (principalmente Aristóteles y la Biblia) a la hora de fundamentar el conocimiento. La duda funcionó de motor de búsqueda en filósofos como Montaigne o Descartes. Este último utilizó la duda como método racional[17]​ para alcanzar conocimiento de lo indubitable, iniciando la tradición racionalista francesa moderna, que será continuada por Spinoza y Leibniz, entre otros. Por otra parte, Francis Bacon inició el empirismo inglés moderno con sus tablas para la observación de la naturaleza,[18]​ que sería continuado, entre otros, por Locke y Hume. En el siglo XVIII, Kant produjo un "giro copernicano" en la filosofía moderna postulando un idealismo trascendental donde el sujeto "construye" el objeto de su conocimiento.[19]​ De este modo, el mundo nouménico permanecía incognoscible para un sujeto que sólo podía conocer el mundo fenoménico, mediado por las intuiciones puras del espacio y el tiempo, las categorías del intelecto y las ideas regulativas de la razón. A partir de entonces, la gnoseología ha intentado volver a recuperar el conocimiento del mundo. A principio del siglo XX, Husserl propuso volver "a las cosas mismas", expresión con la que quedó fundada la fenomenología, que sería continuada, de distintos modos, por Heidegger, Sartre y Merleau-Ponty, entre otros. En el ámbito de la filosofía analítica, por el contrario, a mediados del siglo XX se inició a partir de un breve artículo de Edmund Gettier una tradición de análisis del conocimiento en términos de atribuciones de conocimiento, retomando las tres características que señalara Platón para todo conocimiento: que sea una creencia, que sea verdadera y que esté justificada. A partir de este análisis estándar han surgido a principios del siglo XXI diversas teorías sobre las atribuciones de conocimiento como el invariantismo, el invariantismo sensible,[20]​ el contextualismo[21]​ y el relativismo. Por otra parte, la paradoja de la conocibilidad afirma que si asumimos que una verdad es conocible, podemos demostrar que es conocida.[22]

En la gnoseología se suele distinguir entre tres tipos de conocimiento: el conocimiento proposicional, el conocimiento práctico o performativo, y el conocimiento por familiaridad (acquaintance).[23]​ El primero se asocia a la expresión «saber que», el segundo a la expresión «saber cómo», y el tercero, en el español, se asocia a la expresión «conocer» (en vez de «saber»). Así decimos, por ejemplo, que en la biología se sabe que los perros son mamíferos. Éste es un conocimiento proposicional. Luego existe un saber cómo entrenar un perro, el cual es un conocimiento práctico o performativo. Y por último, el conocimiento por familiaridad es aquel que posee quien dice, por ejemplo, "yo conozco a su perro".[23]​ La mayoría del trabajo en gnoseología se centra en el primer tipo de conocimiento, aunque ha habido esfuerzos por cambiar esto.[24]

Un debate importante y recurrente en la gnoseología es aquel entre el racionalismo y el empirismo.[25]​ El racionalismo es la doctrina que sostiene que parte de nuestro conocimiento proviene de una "intuición racional" de algún tipo, o de deducciones a partir de estas intuiciones.[25]​ El empirismo defiende, en cambio, que todo conocimiento proviene de la experiencia sensorial.[25]​ Este contraste está asociado a la distinción entre conocimiento a priori y conocimiento a posteriori,[26]​ cuya exposición más famosa se encuentra en la introducción a la Crítica de la razón pura, de Immanuel Kant.

Aún otra distinción influyente fue la que promovió Bertrand Russell entre conocimiento por familiaridad, y conocimiento por descripción. El primer tipo de conocimiento es el conocimiento directo, como puede ser una percepción o un dolor. El segundo es en cambio el conocimiento indirecto, al que llegamos sólo mediante una descripción definida que refiere unívocamente al objeto siendo conocido.[27]

Algunos de los problemas centrales a la gnoseología son: el problema de Gettier, el trilema de Münchhausen y el problema de la inducción.

Lógica

La lógica es el estudio de los principios de la inferencia válida.[28]​ Una inferencia es un proceso o acto en el que a partir de la evidencia provista por un grupo de premisas, se afirma una conclusión.[29]​ Tradicionalmente se distinguen tres clases de inferencias: las deducciones, las inducciones y las abducciones, aunque a veces se cuenta a la abducción como un caso especial de inducción.[30]​ La validez o no de las inducciones es asunto de la lógica inductiva y del problema de la inducción. Las deducciones, en cambio, son estudiadas por la mayor parte de la lógica contemporánea. Cuando un argumento es deductivamente válido, se dice que la conclusión es una consecuencia lógica de las premisas.[31]​ El concepto de consecuencia lógica es, por lo tanto, un concepto central a la lógica.[31]​ Para estudiarlo, la lógica construye sistemas formales que capturan los factores relevantes de las deducciones como aparecen en el lenguaje natural.[32]​ Para entender esto, considérese la siguiente deducción:

  1. Está lloviendo y es de día.
  2. Por lo tanto, está lloviendo.

La obvia validez de este argumento no se debe al significado de las expresiones "está lloviendo" y "es de día", porque éstas podrían cambiarse por otras y el argumento permanecer válido. Por ejemplo:

  1. Está nevando y hace frío.
  2. Por lo tanto, esta nevando.

En cambio, la clave del argumento reside en la expresión "y". Si esta expresión se cambia por otra, entonces el argumento deja de ser tan obviamente válido:

  1. Ni está nevando ni hace frío.
  2. Por lo tanto, esta nevando.

Las expresiones de las que depende la validez de los argumentos se llaman constantes lógicas, y la lógica las estudia mediante sistemas formales.[33]​ Dentro de cada sistema formal, la relación de consecuencia lógica puede definirse de manera precisa, sea por medio de teoría de modelos o por medio de teoría de la demostración.

Otros temas que caen bajo el dominio de la lógica son las falacias y las paradojas.[34]

Ética

La ética abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir.[35]​ Dentro de la ética contemporánea se suelen distinguir tres áreas o niveles:[36]

La metaética estudia el origen y el significado de los conceptos éticos,[36]​ así como las cuestiones metafísicas acerca de la moralidad, en particular si los valores morales existen independientemente de los humanos, y si son relativos, convencionales o absolutos.[36]​ Algunos problemas de la metaética son el problema del ser y el deber ser, el problema de la suerte moral, y la cuestión acerca de la existencia o no del libre albedrío.

La ética normativa estudia los posibles criterios morales para determinar cuándo una acción es correcta y cuándo no.[36]​ Un ejemplo clásico de un criterio semejante es la regla de oro.[36]​ Dentro de la ética normativa, existen tres posturas principales:[36]

  • El consecuencialismo sostiene que el valor moral de una acción debe juzgarse sólo en base a si sus consecuencias son favorables o desfavorables.[36]​ Distintas versiones del consecuencialismo difieren, sin embargo, acerca de cuáles consecuencias deben considerarse relevantes para determinar la moralidad o no de una acción.[36]​ Por ejemplo, el egoismo moral considera que una acción será moralmente correcta sólo cuando las consecuencias de la misma sean favorables para el que la realiza.[36]​ En cambio, el utilitarismo sostiene que una acción será moralmente correcta sólo cuando sus consecuencias sean favorables para todos.[36]​ También existe debate sobre qué debe contarse como una consecuencia favorable. El dilema del tranvía es un experimento mental que sirve para ilustrar estas y otras cuestiones.
  • La deontología, en cambio, sostiene que existen deberes que deben ser cumplidos, más allá de las consecuencias favorables o desfavorables que puedan traer, y que cumplir con esos deberes es actuar moralmente.[36]​ Por ejemplo, cuidar a nuestro hijos es un deber, y es moralmente incorrecto no hacerlo, aún cuando esto pueda resultar en grandes beneficios económicos. Distintas teorías deontológicas diferen en el método para determinar los deberes, y consecuentemente en la lista de deberes a cumplir.[36]
  • La ética de las virtudes, por otra parte, se enfoca menos en el aprendizaje de reglas para guiar la conducta, y más en la importancia de desarrollar buenos hábitos de conducta, o virtudes, y de evitar los malos hábitos, es decir los vicios.[36]

Finalmente, la ética aplicada estudia la aplicación de las teorías éticas a asuntos morales concretos y controversiales.[36]​ Algunas de estas cuestiones son estudiadas por subdisciplinas. Por ejemplo, la bioética se ocupa de las cuestiones relacionadas con el avance de la biología y la medicina, como el aborto inducido, la eutanasia y la donación de órganos.[36]​ La ética ambiental, por otra parte, estudia cuestiones como los derechos de los animales, la experimentación con animales y el control de la contaminación.[36]​ Otras cuestiones estudiadas por la ética aplicada son la pena de muerte, la guerra nuclear, la homosexualidad, el racismo y el uso recreativo de drogas.[36]

Estética

El caminante sobre el mar de nubes, de Caspar David Friedrich, es una representación prototípica de lo sublime

La única definición que parece gozar de algún consenso entre los filósofos, es que la estética es el estudio de la belleza.[37][38]​ Sin embargo, algunos autores también generalizan esta definición y afirman que la estética es el estudio de las experiencias estéticas y de los juicios estéticos.Error en la cita: Parámetro inválido en la etiqueta <ref> Cuando juzgamos que algo es bello, feo, sublime o elegante (por dar algunos ejemplos), estamos haciendo juicios estéticos, que a su vez expresan experiencias estéticas.Error en la cita: Parámetro inválido en la etiqueta <ref> La estética es el estudio de estas experiencias y de estos juicios, de su naturaleza y de los principios que tienen en común.

La estética es una disciplina más amplia que la filosofía del arte, en tanto que los juicios y las experiencias estéticas pueden encontrarse fácilmente por fuera del arte. Por ejemplo, cuando vemos pasar a un perro, podríamos juzgar que el perro es lindo, y realizar así un juicio estético sobre algo que nada tiene que ver con el arte.[39]

Filosofía política

La filosofía política es el estudio acerca de cómo debería ser la relación entre los individuos y la sociedad.[40]​ Esto incluye el estudio de los gobiernos, las leyes, los derechos, el poder y las demás instituciones y prácticas políticas. La filosofía política se diferencia de la ciencia política por su carácter generalmente normativo. Mientras la ciencia política dedica más trabajo a investigar cómo fueron, son y serán los fenómenos políticos, la filosofía política se encarga de teorizar sobre cómo deberían ser dichos fenómenos.[40][41]

La filosofía política tiene un campo de estudio amplio y se conecta facilmente con otras ramas y subdisciplinas de la filosofía, como la filosofía del derecho y la filosofía de la economía.[40]​ Se relaciona fuertemente con la ética en que las preguntas acerca de qué tipo de instituciones políticas son adecuadas para un grupo depende de qué forma de vida se considere adecuada para ese grupo o para los miembros de ese grupo.[40]​ Las mejores instituciones serán aquellas que promuevan esa forma de vida.[40]

En el plano metafísico, la principal controversia divisora de aguas es acerca de si la entidad fundamental sobre la cual deben recaer los derechos y las obligaciones es el individuo, o el grupo.[40]​ El individualismo considera que la entidad fundamental es el individuo, y por lo tanto promueven el individualismo metodológico.[40]​ El comunitarismo enfatiza que el individuo es parte de un grupo, y por lo tanto da prioridad al grupo como entidad fundamental y como unidad de análisis.[40]

Algunos de los temas centrales en la filosofía política son: la legitimidad de los gobiernos, la limitación de su poder, los fundamentos de la ley, y los derechos y deberes que corresponden a los individuos.[42][43]

Filosofía del lenguaje

La filosofía del lenguaje es el estudio del lenguaje en sus aspectos más generales y fundamentales. A diferencia de la lingüística, la filosofía del lenguaje se sirve de métodos no-empíricos (como experimentos mentales) para llegar a sus conclusiones.[44]​ En general, en la filosofía del lenguaje no se hace diferencia entre el lenguaje hablado, el escrito o cualquiera otra de sus manifestaciones, sino que se estudia aquello que es común a todas ellas. Algunos problemas centrales de la disciplina son: la naturaleza del significado y de la referencia, y la relación entre el lenguaje, los usuarios del lenguaje y la realidad.

Uno de los problemas centrales de la filosofía del lenguaje es el problema de la referencia.

Filosofía de la mente

La filosofía de la mente es el estudio de la mente y de todo lo mental, incluyendo las percepciones, sensaciones, emociones, recuerdos, sueños, pensamientos y creencias.[45]​ Uno de los problemas centrales de la disciplina es determinar qué hace que todos los elementos de esta lista (y todos los que no están en ella) sean mentales.[46]​ Otros problemas son la relación entre la mente y el cuerpo, la identidad personal a través del tiempo, y el problema del conocimiento de otras mentes.[45]

Filosofía de la historia

La filosofía de la historia es la rama de la filosofía que estudia el desarrollo y las formas en las cuales los seres humanos crean la historia. Puede, en algunos casos, especular con la existencia de un fin u objetivo teleológico de la historia, o sea, preguntarse si hay un diseño, propósito, principio director o finalidad en el proceso de creación de la historia.

Las preguntas sobre las cuales trabaja la filosofía de la historia son muchas, ya que se trata de una materia compleja. Algunas de estas preguntas son, por ejemplo, ¿Cuál es el sujeto propio del estudio del pasado humano? ¿Es el individuo? ¿Son las organizaciones sociales, la cultura, o acaso la especie humana por entero? Yendo aún más allá de estas preguntas clásicas, algunos filósofos modernos han introducido un nuevo concepto, sosteniendo que la historia ha dejado de ser el estudio de unidades, de hechos, pasando a ser el estudio de una compleja totalidad, que comprende no sólo las acciones humanas pasadas y sus consecuencias visibles, sino que incluye un sinnúmero de factores en su contexto, como las relaciones humanas, las corrientes de pensamiento, las motivaciones particulares, y, tal vez el factor más recientemente incorporado y que más ha revolucionado este campo de la filosofía, es el de los pensamientos, acciones, relaciones y motivaciones de aquel individuo que escribe la historia, esto es, del historiador.

Historia de la filosofía occidental

La tradición filosófica occidental tiene una historia de más de 2500 años, desde la antigua Grecia hasta nuestros días. A lo largo de ese tiempo, hubo una enorme cantidad de filósofos y movimientos filosóficos, demasiado numerosos para ser mencionados aquí. Lo que sigue es una mera caracterización de los distintos períodos de la historia de la filosofía occidental, incluyendo una mención a las principales figuras y corrientes de cada época.

Filosofía antigua

Jacques-Louis David, La muerte de Sócrates, (1787).

La filosofía antigua se inició en el mundo grecorromano hacia finales del siglo VI a. C. y se prolongó hasta la decadencia del Imperio Romano, en el siglo V d. C. Se la puede dividir en cuatro períodos: el de la filosofía presocrática, que va de Tales hasta Sócrates, el de Platón, el de Aristóteles, y el período post-aristotélico o helenístico. A veces se distingue un quinto período que comprende a los filósofos cristianos y neoplatonistas.[47]​ Los dos autores más importantes de la filosofía antigua, en términos de su influencia posterior, fueron Platón y Aristóteles.[47]

En las ciudades estado de la Grecia antigua, se dio, a causa de los avances culturales y el intenso contacto con las culturas vecinas, una creciente crítica de la tradicional concepción mítica del mundo. En este clima intelectual se inició con los presocráticos (como se llama a los filósofos griegos que vivieron antes o al mismo tiempo que Sócrates) la historia de la filosofía occidental. Su pensamiento, conservado en escritos fragmentarios, determinó las preguntas de la filosofía natural acerca de los fundamentos del mundo. A través de una mezcla de especulación y observación empírica, procuraron explicar la naturaleza y sus procesos. Querían que todas las cosas se redujeran a un principio originario (gr. αρχη, arché) y una "materia primordial". De este modo, los primeros filósofos monistas buscaron un elemento de la naturaleza que pudiera servir de principio.[48][49]

Otro modo de explicar el mundo se debió a Pitágoras y la escuela pitagórica, quien estableció el número como principio determinante de toda la realidad, adelantándose de esta manera a un importante principio de la ciencia moderna de la naturaleza.[48]

Por otro lado, Heráclito resaltó el devenir y el cambio en el universo que señalan nuestros sentidos. Postuló como base de la realidad la razón (Logos), un principio unificador de los opuestos.[49]

La filosofía de Parménides, en cambio, era una ontología de la permanencia y no del cambio. Parménides señaló la unidad y la inmutabilidad del Ser, dado que el cambio resulta imposible si no existe el no-Ser (cuya imposibilidad es lógica).[48][49]

Posteriormente, surgieron filósofos pluralistas, que buscaron más de un elemento como “materia primordial”.[49]​ Así, Empédocles fundó la doctrina de los cuatro elementos, que perdurará en la filosofía de la naturaleza hasta el siglo XVIII: agua, fuego, tierra y aire.

La escuela pluralista más importante fue la de los atomistas. En ella, Leucipo y Demócrito fueron los primeros en afirmar la existencia de un espacio vacío y de un espacio lleno (los átomos, partículas indivisibles, como su nombre lo indica).[49]

Con la aparición de los sofistas a mitad del siglo V a. C., se puso al hombre en el centro de las reflexiones filosóficas. O como dijo Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”.[50]​ Los sofistas se ocuparon en particular de los problemas éticos y políticos, como la cuestión de si las normas y los valores son dados naturalmente o son establecidos por los hombres.

El ateniense Sócrates se convertiría en el modelo de la filosofía europea. Sócrates conversaba con otras personas y los llevaba por medio de una serie de preguntas a revelar las contradicciones inherentes a sus posturas (método mayéutico). Sus manifestaciones de independencia intelectual y su conducta no acomodada a las circunstancias, le valieron una sentencia de muerte por impiedad a los dioses y corrupción de la juventud (véase la Apología de Sócrates).

Debido a que Sócrates no dejó nada por escrito, su imagen fue determinada por su discípulo Platón. Sus obras en forma de diálogos constituyeron un punto central de la filosofía occidental. A partir de la pregunta socrática de la forma "¿Qué es X?" (¿Qué es la virtud? ¿Qué es la justicia? ¿Qué es el bien?), Platón creó los rudimentos de una doctrina de la definición. También fue autor de la teoría de las Ideas, que sirvió de base a la representación de una realidad con dos partes: el plano de los objetos perceptibles con nuestros sentidos frente al plano de las Ideas sólo accesibles al intelecto mediante abstracción. Sólo el conocimiento de estas Ideas nos brinda una comprensión más profunda de la totalidad de la realidad.

Aristóteles, discípulo de Platón, rechazó la teoría de las Ideas como una innecesaria “duplicación del mundo”. La distinción entre forma y materia es uno de los rasgos principales de la metafísica de Aristóteles.[51]​ Su escuela comenzó a clasificar toda la realidad —tanto la naturaleza como la sociedad— en los diversos campos del conocimiento, a analizarlos y ordenarlos científicamente. Además, Aristóteles creó la lógica clásica del silogismo y la filosofía de la ciencia. Con esto, estableció algunos de los supuestos filosóficos fundamentales que fueron decisivos hasta la modernidad.

En la transición del siglo IV al III a. C., tras la muerte de Aristóteles y la decadencia de las ciudades estado griegas, las guerras entre los reyes helénicos por suceder a Alejandro Magno volvieron la vida problemática e insegura.[49]​ Surgieron entonces en Atenas dos escuelas filosóficas que, en una clara oposición a la Academia platónica y al Liceo aristotélico, pusieron la salvación individual en el centro de sus preocupaciones: para Epicuro y sus seguidores, por un lado, así como para los estoicos alrededor de Zenón de Citio, por otro lado, la filosofía servía principalmente para alcanzar con medios éticos el bienestar psicológico o la paz.

Mientras que los seguidores del escepticismo pirrónico, en principio, negaron la posibilidad de juicios seguros y de conocimientos indudables, Plotino, en el siglo III d. C., transformó la teoría de las Ideas de Platón para dar lugar a un neoplatonismo. Su concepción de la gradación del Ser (del “Uno” a la materia) ofreció al cristianismo una variedad de enlaces y fue la filosofía dominante de finales de la Antigüedad.

La escuela de Atenas, de Rafael, representa a los filósofos, matemáticos y científicos más importantes hasta entonces.

Filosofía medieval

Las siete artes liberales, según una ilustración del siglo XII.

La filosofía medieval es la filosofía de Europa y Oriente Medio durante lo que hoy se llama el Medioevo o la Edad Media, que se extiende aproximadamente desde la caida del Imperio Romano hasta el Renacimiento.[52]​ La filosofía medieval se caracteriza en parte por el redescubrimiento de la filosofía griega clásica y la filosofía helenística, y en parte por la necesidad de responder a cuestiones teológicas y de integrar las doctrinas sagradas (cristianas, judías e islámicas) con el aprendizaje secular.

Algunos problemas centrales en este período fueron la relación entre la fe y la razón, la existencia y unidad de Dios, el objeto de la teología y la metafísica, los problemas del conocimiento, de los universales y de la individuación.

Filósofos importantes de este período incluyen a los filósofos musulmanes Al-Farabi, Avempace, Averroes y Avicenna, al filósofo judío Maimónides, y a los filósofos cristianos Ramón Llull, Erígena, Abelardo, Anselmo, Bacon, Tomás de Aquino, Duns Scoto y Guillermo de Ockham.

Filosofía moderna (siglos XVII y XVIII)

René Descartes rompió con la tradición escolástica, dando inicio a la filosofía moderna en general y al racionalismo en particular.

La filosofía moderna temprana se caracterizó por reconocer plenamente la preeminencia de la gnoseología por sobre la metafísica,[53]​ argumentando que antes de intentar conocer lo que hay, es prudente conocer lo que se puede conocer.[54]

Los principales debates de esta época fueron, por lo tanto, debates gnoseológicos. El racionalismo, la escuela que enfatiza el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en René Descartes, Baruch Spinoza y Gottfried Leibniz.[55]​ Por el otro lado, la escuela empirista, que sostiene que la única fuente del conocimiento es la experiencia,[56]

En 1781, Immanuel Kant publicó su famosa Crítica de la razón pura, donde rechaza ambas posturas y propone una alternativa. Según Kant, si bien todo nuestro conocimiento empieza con la experiencia, no todo se origina de ella,[57]​ pues existen ciertas estructuras del sujeto que anteceden a toda experiencia, en tanto son las condiciones que la hacen posible. Esta postura inspiró lo que luego se llamó el idealismo alemán.

Filosofía del siglo XIX

Generalmente se considera que después de la filosofía de Immanuel Kant, se inició otra etapa en la filosofía,[58]​ en gran parte definida por ser una reacción a Kant. Este período empezó con el desarrollo del idealismo alemán (principalmente Fichte, Schelling y Hegel), pero siguió con una cantidad de otros movimientos,[59]​ la mayoría de los cuales fueron creados por filósofos trabajando desde fuera del mundo académico:[60]

Filosofía del siglo XX

En el siglo XX, la mayoría de los filósofos más importantes trabajaron desde dentro de las universidades, especialmente en la segunda mitad del siglo.[60]​ Algunos de los temas más discutidos fueron la relación entre el lenguaje y la filosofía (este hecho a veces es llamado "el giro lingüístico") y las implicaciones filosóficas de los enormes desarrollos en lógica a lo largo de todo el siglo.[66]

Las tradiciones filosóficas más significativas y abarcadoras del siglo XX fueron dos:[60]

La filosofía analítica se desarrolló principalmente en el mundo anglosajón, y debe su nombre al énfasis que al principio puso en el análisis del lenguaje por medio de la lógica formal.[67]​ En la segunda mitad del siglo, sin embargo, la filosofía analítica dejó de centrarse sólo en el lenguaje, y la unidad de la tradición recayó en la exigencia de claridad y rigor en la argumentación, en la atención a los detalles y en la desconfianza hacia los grandes sistemas filosóficos.[67]​ Algunos pensadores tempranos que se asocian a la tradición analítica son Gottlob Frege, G. E. Moore, Bertrand Russell, Ludwig Wittgenstein y los integrantes del Círculo de Viena, y más adelante Willard van Orman Quine, Saul Kripke, John Searle y Donald Davidson, entre otros.

En su obra Principia Mathematica de 1910-1913, Russell y Whitehead intentaron establecer una báse lógica de la aritmética pero su intento se vió anulado en 1931 por el descubrimiento de Gödel : Sobre proposiciones formalmente indecidibles de Principia Mathematica y sistemas relacionados.[68]

La segunda tradición principal del siglo XX resulta aún más difícil de caracterizar que la filosofía analítica. La filosofía continental se desarrolló principalmente en la Europa Continental (de ahí su nombre), y se caracterizó por ser más especulativa y por dar más importancia a la historia que la filosofía analítica.[69]​ La fenomenología, el existencialismo, el estructuralismo, el postestructuralismo y la postmodernidad son algunas escuelas que caen dentro de esta tradición.[69]​. Algunos de sus autores más influyentes fueron Edmund Husserl, Martin Heidegger, Jean Paul Sartre y José Ortega y Gasset en la primera mitad del siglo, seguidos por Michel Foucault, Jacques Derrida, Hannah Arendt y Gilles Deleuze en la segunda.

Véase también

Notas y referencias

  1. Diccionario de la lengua española, p. 620, Real Academia Española, 1970 decimonovena edición
  2. Teichmann, Jenny; Evans, Katherine C. (1999). Philosophy: A Beginner's Guide (en inglés). Blackwell Publishing. p. 1. «La filosofía es un estudio de problemas que son últimos, abstractos y muy generales. Estos problemas son acerca de la naturaleza de la existencia, el conocimiento, la moralidad, la razón y el propósito humano.» 
  3. Grayling, A.C. (1998). Philosophy 1: A Guide trough the Subject (en inglés). Oxford University Press. p. 1. «El objetivo de la indagación filosófica es ganar claridad sobre preguntas acerca del conocimiento, la verdad, la razón, la realidad, el significado, la mente y los valores.» 
  4. Quinton. «philosophy». The Oxford Companion to Philosophy (en inglés). 
  5. a b Russell, Bertrand (1912). «XV: El valor de la filosofía». Los problemas de la filosofía. 
  6. Walsh, William Henry; Grayling, A.C. «Metaphysics». Encyclopædia Britannica Online (en inglés). p. 1. Consultado el 15 de junio de 2009. 
  7. Rosalind, Carey. «Russell's Metaphysics». Internet Encyclopedia of Philosophy (en inglés). Consultado el 16 de junio de 2009. 
  8. Barona Vilar, Barona Vilar (1993). Sobre medicina y filosofía natural en el Renacimiento. Universidad de Valencia. pp. 86-87. ISBN 9788460087083. 
  9. Dear, Peter (2007). La revolución de las ciencias. Marcial Pons Historia. pp. 109-111. ISBN 9788496467538. 
  10. John Bowker (ed.). «Ontology». The Concise Oxford Dictionary of World Religions (en inglés). Consultado el 1 de agosto de 2009. 
  11. Simon Blackburn (ed.). «ontology». Oxford Dictionary of Philosophy (en inglés). Consultado el 1 de agosto de 2009. 
  12. Cesare Cantú (1858). Historia universal 9. p. 6. Consultado el 18 de agosto de 2009. «Aristóteles...En el primer lugar puso la metafísica o primera filosofía;». 
  13. Jaime Balmes (1864). Curso de filosofía elemental. p. 525. Consultado el 19 de agosto de 2009. «La materia no es segun Aristóteles un conjunto de átomos...» 
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  21. Modelos teóricos y metodológicos de la enseñanza pp. 89-98
  22. Jonathan L. Kvanvig (2006). The knowability paradox (en ingles) 161. Oxford University Press. p. 98. ISBN 9780199282593. Consultado el 17 de agosto de 2009. «Los dos defensores más prominentes del Contextualismo, Stewart Cohen y Keith DeRose, ambos mantienen que uno de los beneficios de su vista es que preserva la clausura. La alternativa defendida por John Hawthorne, que él denomina una versión del Invariantismo, también permite que varíe el valor-verdad de las adscripciones de conocimiento, donde la variabilidad se traza a la situación del individuo cuyo conocimiento está en cuestión en vez de a la situación del individuo adscribiendo conocimiento, como lo hace para el Contextualista.» 
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  57. Primer parágrafo de la introducción a la Crítica de la razón pura.
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  59. Fazio, Mariano; Fernández Labastida, Francisco (2005). «Introducción». Historia de la filosofía IV. Filosofía contemporánea. «[...] el esquema relativamente simple de la historia filosófica entre los siglos XV y XVIII —fundamentalmente, Renacimiento, racionalismo, empirismo, Ilustración y sistema trascendental kantiano— se complica en los siglos XIX y XX: surge una mayor diversidad de escuelas y corrientes, de modo que la exposición del panorama filosófico contemporáneo no podrá ser tan lineal y esquemática como la del período precedente.» 
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