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[[Carlos Gardel]], quien se inició como [[payada|payador]] alrededor de [[1910]], es el más recordado cantante de tango de los años veinte y treinta. Muchos de los temas que interpretaba los compuso él mismo y encargó sus letras a su inseparable compañero, el poeta [[Alfredo Le Pera]]. Gardel, que comenzó su carrera en comités políticos de los suburbios fabriles de Buenos Aires, cantó en París y en [[Nueva York]], filmó varias películas en EE. UU. Se convirtió en un mito para los rioplatenses cuando murió en un accidente de aviación en [[Medellín (Colombia)|Medellín]] ([[Colombia]]). Algunos de los tangos famosos de esta primera época son ''[[La cumparsita]]'', ''[[El choclo]]'', [[Caminito (canción)|''Caminito'']], ''[[El día que me quieras]]'', ''[[Por una cabeza]]'', etc.
[[Carlos Gardel]], quien se inició como [[payada|payador]] alrededor de [[1910]], es el más recordado cantante de tango de los años veinte y treinta. Muchos de los temas que interpretaba los compuso él mismo y encargó sus letras a su inseparable compañero, el poeta [[Alfredo Le Pera]]. Gardel, que comenzó su carrera en comités políticos de los suburbios fabriles de Buenos Aires, cantó en París y en [[Nueva York]], filmó varias películas en EE. UU. Se convirtió en un mito para los rioplatenses cuando murió en un accidente de aviación en [[Medellín (Colombia)|Medellín]] ([[Colombia]]). Algunos de los tangos famosos de esta primera época son ''[[La cumparsita]]'', ''[[El choclo]]'', [[Caminito (canción)|''Caminito'']], ''[[El día que me quieras]]'', ''[[Por una cabeza]]'', etc.

== LUQASROCK fue uno de los tangueros mas importantes para esa epoca con su talentoso grupo "Los Jovenes Tangueros" tambien conformados por Nahuel Almiron en guitarra ==


=== Edad de Oro ===
=== Edad de Oro ===

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Tango

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco
Localización
País Argentina
Datos generales
Región Patrimonio de la Humanidad en América Latina y el Caribe
Inscripción 2009 (XXXIII sesión)
Tango
Orígenes musicales Candombe, milonga, vals criollo. También tiene una fuerte influencia de géneros musicales europeos.
Orígenes culturales El tango es rioplatense (Argentina y Uruguay)
Instrumentos comunes Bandoneón, violín, piano, contrabajo y guitarra
Popularidad Alta en Europa y América (principalmente lo fue entre los años de 1900 a 1945)
Subgéneros
Pasional
Fusiones
Tango-canción, tango-milonga

El tango es un género musical y una danza rioplatense, característica de las ciudades de Buenos Aires , Montevideo y Rosario.[1]​ de naturaleza netamente urbana y renombre internacional. Musicalmente tiene forma binaria (tema y estribillo) y compás de cuatro cuartos (a pesar de que se le llama «el dos por cuatro»). Clásicamente se interpreta mediante orquesta típica o sexteto y reconoce el bandoneón como su instrumento esencial.

La coreografía, diseñada a partir del abrazo de la pareja, es sumamente sensual y compleja. Las letras están compuestas con base a un argot local llamado lunfardo y suelen expresar las tristezas, especialmente «en las cosas del amor»,[2]​ que sienten los hombres y las mujeres de pueblo, circunstancia que lo emparenta en cierto modo con el blues, sin que por ello opte para el tratamiento de otras temáticas, incluso humorísticas y políticas.

Enrique Santos Discépolo, uno de sus máximos poetas, definió al tango como «un pensamiento triste que se baila».[3]​ En 2009 fue incluido en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la humanidad por la UNESCO.[4]

Etimología

El término parece provenir del idioma ibibio, de Níger y Congo, tamgú: tambor y bailar (al son del tambor). Se desconoce a ciencia cierta si la palabra española tambor proviene de este ibibio tamgú o del árabe hispánico tabal. En Buenos Aires se creía incorrectamente que los negros llamaban a su instrumento «tangor» porque tenían dificultad para pronunciar «tambor». En el siglo XIX, en la isla El Hierro (de las islas Canarias) y en otros lugares de América, la palabra «tango» significaba ‘reunión de negros para bailar al son del tambor’.

El historiador Ricardo Rodríguez Molas[5]​ investigó los lenguajes de los esclavos traídos a la Argentina. La mayoría provenía de etnias de Congo, el golfo de Guinea y el sur de Sudán. Para ellos, tangó significaba ‘espacio cerrado’, ‘círculo’ y cualquier espacio privado al que para entrar hay que pedir permiso. Los traficantes de esclavos españoles llamaban «tangó» a los lugares donde encerraban a los esclavos, tanto en África como en América. El sitio donde los vendían también recibía ese nombre. Antes de 1900 a este género se lo llamaba «tango canyengue». La palabra es de origen africano. Los negros porteños la pronunciaban caniengue y desde 1900 los blancos lo escribieron y pronunciaron canyengue (con la ye porteña)

El «caminar canyengue» es una manera de caminar del compadrito, de cadenciosos movimientos de cadera. También se lo llama «caminar arrabalero» (siendo «arrabal», los suburbios o barrios bajos de las antiguas ciudades de Buenos Aires y Montevideo). Como lo representa TITA MENESES en la película Arrabalera (1945).

El Diccionario de la Lengua Española de la RAE, en su edición de 1899, definía al tango como una ‘fiesta y danza de negros o de gente del pueblo, en América’ y también, como segunda acepción, ‘la música de esa danza’. Es interesante notar que el diccionario le da al término un falso origen latino: dice que proviene del latín, que es tangir [más bien sería tángere, de donde proviene 'tañir'] y de ahí ego tango: 'yo taño'. La edición de 1914 traía la etimología tangir y tángere: ‘tañir o tocar (un instrumento)’. Las siguientes ediciones eliminaron el error.

La edición de 1925 definía al tango como antes, aunque ya sin la etimología latina errónea, y agregaba: 'Danza de alta sociedad importada de América al principio de este siglo'. Esto evidencia que el tango había pasado de ser de clase baja a la clase alta. También se agregaron más acepciones: 'música de esta danza' y 'tambor de Honduras'. El creole que se habla en los «morenales» de la costa caribeña de Honduras (de población mayoritariamente negra) se conservan muchas palabras originales africanas. La edición de 2001, la vigésima segunda, definió el tango como un ‘baile rioplatense, difundido internacionalmente, de pareja enlazada, forma musical binaria y compás de dos por cuatro’. El término gotán significa 'tango' en vesre.

Historia

Orígenes en los siglos XIX y XX

Buenos Aires cerca del 1900. Jóvenes trabajadores bailan tango entre hombres y escuchan a un bandoneonista en la vereda.

Si bien el tango reconoce lejanos antecedentes africanos, latinoamericanos y europeos, sus orígenes culturales se han fusionado de tal modo que resulta casi imposible reconocerlos.

En esencia el tango es una expresión artística de fusión, de naturaleza netamente urbana y raíz suburbana («arrabalero»), que responde al proceso histórico concreto de la inmigración masiva, mayoritariamente europea, que reconstituyó completamente las sociedades rioplatenses, especialmente las de Buenos Aires y Montevideo, a partir de las últimas décadas del siglo XIX.

Argentina, que en 1850 contaba con 1,1 millón de habitantes, recibió 6,6 millones de inmigrantes entre 1857 y 1940.[6]Uruguay tuvo un proceso similar. Se trata de una experiencia humana «aluvial»,[7]​ casi sin parangón en la historia contemporánea.

A diferencia de otras zonas del mundo, los inmigrantes que llegaron al Río de la Plata a partir de la segunda mitad del siglo XIX, superaban en cantidad a las poblaciones nativas y fueron parte de un intensivo proceso de mestizaje multicultural y multiétnico, en gran medida inducido por el Estado a través de una formidable promoción de la escuela pública laica.

El tango es hijo directo de ese intenso mestizaje. Se sabe que los primeros tangueros eran afroargentinos y afrouruguayos;[8]​ que el bandoneón proviene de Alemania; que su sensualidad deriva de su origen prostibulario, donde los inmigrantes europeos que llegaban solos a buscar empleo mantenían relaciones sexuales con las nativas, mayoritariamente afroargentinas e indoamericanas denominadas «chinas».

Se sabe también que el argot del tango, el lunfardo, está plagado de expresiones italianas y africanas; que su ritmo y clima nostálgico tiene un cercano parentesco con la habanera cubana; y que «tango, milonga, malambo y candombe», son parte de una misma familia musical de raíces africanas y también de las costumbres provenientes de los gauchos que migraron a la ciudad.

Sin embargo el tango no se confunde ni deriva de ningún estilo musical en particular. Ernesto Sábato dice que por sobre todas las cosas el tango es un híbrido, una expresión original y nueva que deriva de una movilización humana gigantesca y excepcional.

El tango apareció en las ciudades portuarias del Río de la Plata y sus zonas de influencia, en la segunda mitad del siglo XIX en el marco socio-cultural de las grandes oleadas migratorias de los más variados orígenes internos y externos, que recibió entonces esa región. Buenos Aires , Montevideo y Rosario se disputan ser el lugar en el que nació.[9]

Otros puertos fluviales como Campana y Zárate también registran antiguos antecedentes tangueros. Se trató de una música eminentemente popular, rechazada y prohibida por las clases altas y la Iglesia Católica, por lo que se desarrolló en los barrios pobres de los suburbios (los arrabales), los puertos, los prostíbulos, los bodegones y las cárceles, donde confluían los inmigrantes y la población local, descendientes en su mayoría de indígenas y esclavos africanos.

Allí se fueron fusionando libremente las formas musicales más diversas (candombe, payada, milonga, habanera, tango andaluz, polca, vals, etc.), provenientes de los orígenes más diversos (africanos, gauchos, hispanos coloniales, indígenas, italianos, judíos, alemanes, andaluces, cubanos, etc.), hasta formar el tango. Se estima que la transición duró alrededor de cuarenta años para afianzarse como un género plenamente constituido en la última década del siglo XIX.[10]

En 1857, el músico español Santiago Ramos compuso uno de los primeros temas de aire tanguero que se conozca, Tomá mate, che, un tango con letra rioplatense pero con arreglos musicales de estilo andaluz. El tema formaba parte de la obra El gaucho de Buenos Aires, estrenada en el Teatro de la Victoria.[11]​ En 1874 se ha documentado el primer tango que alcanzó difusión popular masiva. Se trata de El Queco, también de estilo musical andaluz, con una letra sobre las «chinas» (las mujeres argentinas de origen indígena o africano) que trabajaban de prostitutas en los burdeles.[12]

En 1876 se hizo muy popular un tango-candombe llamado El merengué, que se convirtió en éxito en los carnavales afroargentinos que se celebraron en febrero de ese año.[13]​ Se interpretaba con violín, flauta y guitarra.

El bandoneón, que le dio forma definitiva al tango, recién llegaría al Río de la Plata allá por el 1900, en las valijas de inmigrantes alemanes. No existen partituras de esta etapa originaria, porque los músicos de tango de entonces no sabían escribir la música y probablemente interpretaban sobre la base de melodías existentes, tanto de habaneras como de polkas. La primera de la que existe registro es La Canguela (1889) y se encuentra en el Museo de la Partitura de la Ciudad de Rosario.

Los títulos procaces pueden ser consultados en un anexo especial. Varios años después, a partir de los años treinta, los gobiernos militares y autoritarios, prohibieron las letras y títulos, por lo que la mayoría de ellos desaparecieron, mientras que otros fueron reescritos, como el famoso Concha sucia,[14]​ que fue reescrito por Francisco Canaro como Cara sucia.

Años diez, veinte y treinta

Archivo:Gardel.jpg
El cantautor Carlos Gardel, símbolo mundial del tango.

Poco antes de que comenzara la Primera Guerra Mundial en 1914 el Emperador de Alemania, Guillermo II prohibió que los oficiales prusianos bailaran el tango si vestían uniforme. El órgano oficial del Vaticano, L'Osservatore Romano, apoyó abiertamente la decisión en los siguientes términos:

El Kaiser ha hecho lo que ha podido para impedir que los gentilhombres se identifiquen con la baja sensualidad de los negros y de los mestizos (...) ¡Y algunos van por ahí diciendo que el tango es como cualquier otro baile cuando no se lo baila licenciosamente! La danza tango es, cuanto menos, una de aquellas de las cuales no se puede de ninguna manera conservar ni siquiera con alguna probabilidad la decencia. Porque, si en todos los otros bailes está en peligro próximo la moral de los bailarines, en el tango la decencia se encuentra en pleno naufragio, y por este motivo el emperador Guillermo lo ha prohibido a los oficiales cuando estos vistan uniforme.[15]

Los más antiguos compositores e intérpretes de tango que se conocen aparecieron en las dos primeras décadas del siglo XX. En el Museo de la Partitura Histórica (de Rosario, provincia de Santa Fe) se encuentra el primer tango registrado como tal, La canguela, de 1889. El primer tango con autor conocido es El entrerriano, de Rosendo Mendizábal, publicado en 1898. Ángel Villoldo, Roberto Firpo, Juan de Dios Filiberto y Francisco Canaro fueron famosos y populares autores e intérpretes de tango.

En aquellos años, en los que los hijos de familias ricas llevan a París el tango que habían aprendido en su frecuentación de los lupanares, comienza una nueva era para el género, con el aporte de músicos mejor preparados y la incorporación de letras evocativas del paisaje del suburbio, de la infancia y de amores contrariados.

La canción de tango comenzó a interpretarse desde 1850, pero no era tal porque el estilo vocal estaba ligado a la habanera y tangos españoles, sin una personalidad tanguera definida. Los cantantes de entonces no eran profesionales ni tampoco se conocía la voz del tango. El tango se cantaba como tango milongueado y los versos eran picarescos, lo que escandalizaba a la alta sociedad porteña. Los cantantes de que se habían destacado en la primera década de 1900 fueron Alfredo Gobbi, Lola Membrives, Linda Thelma y Ángel Villoldo, entre otros. Los primeros éxitos de aquel tango fueron Hotel Victoria, El porteñito y el gran suceso La morocha de 1908. En Buenos Aires había gran cantidad de cantores que interpretaban estilos nacionales, zambas y chacareras.

Carlos Gardel, quien se inició como payador alrededor de 1910, es el más recordado cantante de tango de los años veinte y treinta. Muchos de los temas que interpretaba los compuso él mismo y encargó sus letras a su inseparable compañero, el poeta Alfredo Le Pera. Gardel, que comenzó su carrera en comités políticos de los suburbios fabriles de Buenos Aires, cantó en París y en Nueva York, filmó varias películas en EE. UU. Se convirtió en un mito para los rioplatenses cuando murió en un accidente de aviación en Medellín (Colombia). Algunos de los tangos famosos de esta primera época son La cumparsita, El choclo, Caminito, El día que me quieras, Por una cabeza, etc.

Edad de Oro

El bandoneonista Aníbal Pichuco Troilo (1914-1975).

Músicos como Juan Carlos Cobián, Pascual Contursi, Juan D´Arienzo, Julio De Caro, Osvaldo Fresedo, cantantes como Sofía Bozán, Ignacio Corsini, Agustín Magaldi, Rosa Quiroga, integraron lo que se conoció como la «nueva guardia» del tango en aquella época. Entre ellos, muchos fueron los descendientes de inmigrantes italianos, como Osvaldo Pugliese (apodado «el Santo del Tango»).

La del cuarenta fue una década dorada para el género, que se interpretaba ya en locales nocturnos de lujo, cuyos ambientes alimentaron a su vez a los letristas, que en sus versos contraponían el lujurioso cabaret y los desbordes de la vida nocturna a la infancia en el arrabal, paisaje éste que adquirió entonces ribetes míticos de paraíso perdido.

Grandes orquestas, como las de Juan D’Arienzo, Carlos Di Sarli, Osvaldo Pugliese, Aníbal Troilo (1914-1975), Horacio Salgán (1916-), Ángel d' Agostino o Miguel Caló actuaban a la vez en los cabarés del centro y en salones barriales, y, con ellos, creció enormemente la industria discográfica en la Argentina. Letristas de gran vuelo —Enrique Cadícamo, Cátulo Castillo, Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi— dieron al tango composiciones inolvidables, signadas por la amarga crítica de costumbres (Discépolo), el matiz elegíaco y las metáforas inspiradas en grandes poetas (Manzi, Castillo), la recurrente pintura de ambientes sofisticados con resonancias del poeta modernista Rubén Darío (Cadícamo). Otros notables cantantes de la época fueron el Polaco Goyeneche, Edmundo Rivero, Ángel Vargas, Francisco Fiorentino, Héctor Mauré y Alberto Podestá. Por su parte, Homero Expósito y José María Contursi también escribieron las letras de algunos tangos.[16]

Años sesenta y setenta

El dúo Ástor Piazzolla-Horacio Ferrer, decisivos en la renovación del tango en los años sesenta.

Desde fines de los años cincuenta comenzarían a surgir corrientes tangueras renovadoras. Los primeros fueron músicos como Mariano Mores y Aníbal Troilo que empezaron a experimentar con nuevas sonoridades y temáticas. Pero el renovador indiscutido fue el marplatense Ástor Piazzolla.

Ástor Piazzolla alternaba entre las tardes de música clásica en el Teatro Colón y su pasión por Ígor Stravinski y Bela Bártok, con las noches de tango, y su desempeño como bandoneonista y arreglador musical de la orquesta de Aníbal Troilo (1914-1975). Fusionando creativamente las influencias más diversas, Piazzolla introdujo en el tango armonías disonantes y bases rítmicas intensas y nerviosas que produjeron una transformación radical del género.

La música de Piazzolla produjo una apasionada controversia entre tradicionalistas y renovadores, sobre si «eso» era o no tango. El punto culminante de esa controversia fue el Festival de la Canción de Buenos Aires realizada en el Luna Park en 1969, en el que Ástor Piazzolla y el uruguayo Horacio Ferrer presentaron un valsecito tanguero, Balada para un loco, interpretado por Amelita Baltar en la sección correspondiente al tango. La canción produjo un escándalo descomunal que llevó a los organizadores a cambiar las reglas para evitar que Balada para un loco ganara el festival. Pese a ello, el nuevo tango-canción, ganó la adhesión popular, especialmente entre los jóvenes y se volvió un éxito de ventas como hacía años que el tango no tenía.

El dúo Piazzola y Ferrer realizaron otras obras de amplia difusión popular como el tango Chiquilín de Bachín (1968) o la «ópera-tango» María de Buenos Aires (1967), que incluye la bella Fuga y misterio. Piazzolla aportaría composiciones fundamentales como sus Cuatro estaciones porteñas (Verano porteño, Otoño porteño, Invierno porteño y Primavera porteña), la serie del ángel (entre ellas Milonga del ángel y La Muerte del ángel), Libertango, Decarísimo y por sobre todas Adiós Nonino, a la muerte de su padre.

Piazzolla también aportó decisivamente a la renovación instrumental del tango con su octeto, que incluía instrumentos hasta entonces absolutamente ajenos al tango, como los eléctricos (guitarra, bajo, teclados, sintetizador), la batería y el saxo. También con él ingresaron al tango instrumentistas de excepción como el violinista Antonio Agri y el guitarrista Cacho Tirao, y un cantante como Miguel Ángel Trelles quienes sumarían sus talentos a experimentados del género como Enrique Kicho Díaz, Osvaldo Manzi o Jaime Gosis entre otros. Piazzolla también realizó una audaz fusión tango-jazz con el saxofonista estadounidense Gerry Mulligan en 1974 (registrado en el álbum Reunión cumbre) e influyó considerablemente en el subgénero conocido como rock nacional argentino, desarrollado a partir de la segunda mitad de los años sesenta.[17]

En esas dos décadas de renovación surgieron también otros autores e intérpretes de gran importancia como Eladia Blázquez (Con el corazón al sur, Si Buenos Aires no fuera así, Sueño de barrilete, etc.), Chico Novarro (Cordón, El balance, Cantata a Buenos Aires), Cacho Castaña (Café La Humedad), el Sexteto Tango, el octeto coral Buenos Aires 8, con un álbum excepcional en 1970, Buenos Aires Hora 0, las nuevas sonoridades introducidas por Osvaldo Berlingieri (1928) desde el piano[18]​ y su asociación con Ernesto Baffa (Baffa-Berlingeri), la voz juvenil y romántica de Susana Rinaldi, la madurez compositiva de Leopoldo Federico (El último café, Qué falta que me hacés), el revolucionario álbum Concepto (1972) de Atilio Stampone, Rodolfo Mederos —a quien se consideraba como «la cabeza visible de una nueva música porteña en los años setenta»,[19]​ etc. También debe mencionarse aquí al último Goyeneche de la «garganta de arena» —según el cantautor Cacho Castaña— que desarrolló el arte de «decir» el tango, cuando paradójicamente alcanzó el pico más alto de la devoción popular.[20]

En estas dos décadas el tango sufrió también la confrontación generacional y contracultural que llevaron adelante los movimientos juveniles en todo el mundo, con expresiones como el Verano del amor de 1967 y el movimiento hippie en EE. UU., el Mayo francés de 1968, que tuvieron en la música rock y en la revolución sexual, dos de sus códigos de referencia común. En la Argentina, esto se manifestó como una confrontación de contenido generacional entre tango y rock: el tango era la música de «los viejos»; el rock era la música de los jóvenes.[21]

Años ochenta en adelante

Desde hace pocos años (comenzando precisamente a partir de determinados períodos de la obra de Piazzolla) se observa que el fenómeno de aculturación mundial que deriva en fusiones musicales entre lenguajes, si bien de origen geográfico cierto, considerados como universalmente difundidos (jazz, rock, música electrónica) y músicas étnicas o locales, también ha llegado al tango. Se trata de fusiones del tango con el jazz, el rock y la electrónica, siendo esta última la más difundida, con ejemplos tales como Bajofondo Tango Club, Idealtango, Gotan Project y Tanghetto. Entre aquellos que fusionan con el jazz, se puede encontrar al pianista Adrián Iaies, el contrabajista Pablo Aslan o al saxofonista Miguel de Caro, entre otros.

Además, existen diversas orquestas en su mayoría conformadas por jóvenes músicos que pretenden rescatar y reinterpretar con nuevos códigos el tango, entre ellas se destaca 34 Puñaladas, Altertango, Alfredo Piro, y Astillero. A partir de los años noventa, varios músicos provenientes del rock nacional, como Daniel Melingo y Rodolfo Gorosito (Trío Gorosito-Cataldi-De la Vega) se volcaron al tango.

Como así también muchos jóvenes músicos formados dentro del tango comienzan a aportar nuevo repertorio y nuevos caminos a esta música. Entre ellos destacan, Pablo Mainetti, Marcelo Mercadante, Ramiro Gallo, Sonia Possetti y Diego Schissi.

En 1992 se organizó en Buenos Aires la Cumbre Mundial del Tango, con el fin de reunir a los mejores artistas de tango de cada parte del mundo.[22]​ En 1994 la cumbre se celebró en Granada (España), en 1996 en Montevideo, en 1998 en Lisboa, en 2000 en Rosario (Santa Fe), en 2005 en Sevilla, en 2007 en Valparaíso y en 2009 en Bariloche. En 2011 la cumbre se realizará en Seinäjoki (Finlandia).[22]

Temas

El arrabal

Arrabal amargo...
Con ella a mi lado
no vi tus tristezas,
tu barro y miserias,...

Arrabal amargo[23]
M.: Carlos Gardel. L.: Alfredo Le Pera

El tango es un arte de raíz suburbana, «arrabalero», derivado de su naturaleza popular. Surge y se desarrolla en los barrios de trabajadores que rodean a las ciudades rioplatenses: el «arrabal». Para el tango el arrabal es la musa inspiradora, el lugar de pertenencia que no se debe abandonar, ni traicionar, ni olvidar. Por sobre todas las cosas, el tanguero es un hombre (y una mujer) «de barrio». En el lenguaje del tango, el arrabal y el centro componen dos polos opuestos: el arrabal, muchas veces unido indisolublemente a los amigos y a «la vieja», expresa lo verdadero y lo auténtico, en tanto que el centro suele expresar lo pasajero, «las luces» que encandilan, el fracaso.

El sentimiento de pertenencia al arrabal ha llevado al tango a construir culturas de barrio, a darles personalidad. Sobre todo en Buenos Aires y Montevideo, el tango está indisolublemente ligado a la identidad de los barrios. La ciudad del tango es una ciudad vivida desde el arrabal.

El desengaño

Llora, llora corazón,
llora si tienes por qué,
que no es delito en el hombre,
llorar por una mujer,

Angustia; letra y música: Horacio Pettorossi

El desengaño amoroso como tema central del tango es un lugar común, aunque sólo parcialmente cierto. Probablemente lo que llama la atención en la forma en la que el tango aborda el desengaño amoroso, sea el contraste del hombre «duro» y orientado al machismo, emocionalmente restringido, que se abre en las letras del tango, mostrando su interioridad y la profundidad de su sufrimiento. En el tango los hombres lloran y hablan de sus emociones, en un mundo en el que los hombres no deben llorar ni exponer sus sentimientos.

El deseo

Ya los años se van pasando,
y en mi pecho no entra un querer,
en mi vida tuve muchas, muchas minas
pero nunca una mujer...

Patotero sentimental[24]
M.: Manuel Jovés. L.: Manuel Romero

El deseo sexual, sublimado en sensualidad, y la tristeza o melancolía, derivada de un estado permanente de insatisfacción, son los componentes centrales del tango. En sus orígenes esos sentimientos afloraron de la dura situación de millones de trabajadores inmigrantes mayoritariamente varones, solitarios en una tierra extraña, acudiendo masivamente a los prostíbulos, donde el sexo pago acentuaba «la nostalgia de la comunión y del amor, la añoranza de la mujer» y la evidencia de la soledad.[25]​ El tango emergió así de un «resentimiento erótico»[26]​ masivo y popular, que condujo a una dura reflexión introspectiva, también masiva y popular, sobre el amor, el sexo, la frustración y finalmente el sentido de la vida y la muerte para el hombre común.

En el curso del siglo XX y con la importancia que adquirió la sexualidad y la introspección, así como una visión existencial y menos optimista de la vida, el tango desarrolló sus componentes básicos como una expresión artística notablemente relacionada con la problemática del hombre contemporáneo. Ernesto Sábato reflexiona que la reunión en el tango de componentes marcadamente existenciales con el temple metafísico, es lo que hace de esta danza o estas canciones una expresión artística singular en todo el mundo.

El hacer diario

Lastima, bandoneón, mi corazón
tu ronca maldición maleva
tu lágrima de ron me lleva
hacia el hondo bajofondo
donde el barro se subleva.

La última curda[27]
Música: Aníbal Troilo. Letra: Cátulo Castillo

Existe también poesía y prosa tanguera o lunfarda]] creada sin ser pensada para formar parte de una canción. Entre ellos puede citarse a Julián Centeya, Celedonio Flores, Carriego Evaristo, Atilio Jorge Castelpoggi, Carlos de la Púa, Martina Iñiguez, Orlando Mario Punzi, Juan Carlos Lamadrid, Luis Luchi, Héctor Gagliardi, entre muchos. El propio Jorge Luis Borges tiene textos que pueden ser considerados tangueros como el poema Jacinto Chiclana y el cuento Hombre de la esquina rosada. También debe incluirse como poeta tanguero a Juan Gelman, quien ha dicho que para él «el tango es una manera de conversar».[28]

El tiempo

La reflexión sobre el tiempo es una característica muy especial de las letras de tango, quizás tanto o más que el desengaño amoroso, mismo. Prácticamente todos los tangos contienen una mirada desagarrada sobre el efecto destructivo del tiempo sobre las relaciones, las cosas y la vida misma. Por sobre todas las cosas el poeta tanguero manifiesta su impotencia ante esa «fiera venganza la del tiempo»[29]​ y expresa «el dolor de ya no ser».[30]

Melodía

El tango tiene forma binaria (tema y estribillo) y compás de cuatro cuartos (a pesar de que se le llama «El dos por cuatro»).[cita requerida]

Jorge Luis Borges destacaba que la música de tango está tan conectada con el mundo rioplatense que cuando un compositor, de cualquier otra parte del mundo, pretende componer un tango «descubre, no sin estupor, que ha urdido algo que nuestros oídos no reconocen, que nuestra memoria no hospeda y que nuestro cuerpo rechaza».[31]​ Esa característica fuertemente local del tango, imbricada con el ritmo y la musicalidad del lenguaje rioplatense, ha sido reiteradamente señalada.

Una de las primeras características de la música tanguera fue la exclusión de los instrumentos de viento-metal y percusión, quitándole estridencias con el fin de construir una sonoridad intimista y cálida, capaz de transmitir la sensualidad que lo definió desde un principio.

Instrumentación

Clásicamente, el tango se interpreta mediante orquesta típica o sexteto y reconoce el bandoneón como su instrumento esencial.

Se ha dicho que «bandoneón y tango son la misma cosa». De origen alemán (concretamente se utilizaba para sustituir al órgano en las iglesias luteranas de oficios cantados por la feligresía en las iglesias más humildes, incapaces de costearse un órgano de dimensiones adecuadas a su rijosidad de tísicos) fue adoptado por los tangueros al iniciarse el siglo XX para reemplazar la presencia inicial de la flauta y completar el sonido inconfundible del tango. Cátulo Castillo le atribuye «...al bandoneón la definitiva sonoridad de lamento que tiene el tango, su inclinación al quejido, al rezongo».[32]

El bandoneón le impuso al tango su definitiva forma compleja, integrando la melodía en una base simultáneamente rítmica y armónica.[33]

Esta complejidad melódica-rítmica-armónica, fue fortalecida más adelante con la incorporación del piano, en sustitución de la guitarra, y el desarrollo de una técnica de ejecución especialmente tanguera, fundada en la percusión rítmica. De este modo la base instrumental del tango queda definida como trío de bandoneón, piano y violín.

Sobre sus instrumentos se conforma la orquesta típica de tango, inventada originalmente por Julio de Caro en los años veinte y consolidada principalmente en forma de sexteto con la siguiente integración: piano, dos bandoneones, dos violines y contrabajo. La orquesta de tango, propiamente dicha, sigue el mismo esquema, ampliando el grupo de bandoneones, y agregando violas y violonchelos al grupo de las cuerdas.

Letra

Historia

El tango nació como música instrumental exclusivamente para ser bailado por lo que tan poco propensa a acompañar con sonidos vocales ninguna expresión de sentimientos, pensamientos y tal, de su psique musical (ej: canciones paleolíticas a-capella de Lascaux, Sainte-Chapelle, etc.. EMI. Con el tiempo incorporó el canto, casi siempre solista, eventualmente a dúo, sin coro, pero manteniendo de manera bastante marcada la separación entre tangos instrumentales y tangos cantados.

En las primeras décadas del siglo XX no había radio y el cine era mudo, así que el teatro era muy popular. Pascual Contursi, Celedonio Flores, Enrique Santos Discépolo,[34]Homero Manzi por citar algunos, fueron gente de teatro y escribían versos para las obras, algunos en lunfardo. Es lógico decir que la canción de tango fue alumbrada por el teatro y se suele comparar el tango con una pieza de teatro dramática: el cantor de tango está relatando precisamente un drama. Esto gracias también al propio Carlos Gardel, quien elegía interpretar y poner melodía a los versos que retratasen mejor los sentimientos del hombre de la ciudad, sus personajes, su lenguaje, sus lugares e idiosincrasia y, en especial, el espíritu de la gente.

El escritor Jorge Luis Borges solía decir que no le gustaba escuchar a Gardel porque hacía llorar a los porteños con sus tangos. Carlos Gardel era un hombre muy carismático y alegre pero con tendencia a la depresión. Reservado y humilde, prefería perder antes que discrepar. Dependiente de sus afectos, pero con una incontenible necesidad de llevar el tango a todo el mundo. Podemos encontrar en la canción de tango muchos rasgos de su personalidad. José Razzano decía que a veces lo encontraba melancólico y pensativo, como guardando una intensa pena.

La poesía tanguera tiene la inhabitual característica de ser considerablemente compleja, con el uso de metáforas y reflexiones filosóficas y al mismo tiempo muy popular, sobre todo en los estratos más humildes de la población. Imágenes como «el misterio de adiós que siembra el tren» que utiliza Homero Manzi en Barrio de tango (1942), o «las nieves del tiempo platearon mi sien» de Carlos Gardel en Volver (1935), o «tu mezcla milagrosa de sabihondos y suicidas» creada por Enrique Santos Discépolo en Cafetín de Buenos Aires (1948), o «tinta roja en el gris del ayer» que Cátulo Castillo puso en Tinta roja (1941), reúnen una alta complejidad poética y al mismo tiempo una alta popularidad, que ha persistido con los años.

Lenguaje

Recordaba aquellas horas de garufa
cuando minga de laburo se pasaba,
meta punga, al codillo escolaseaba
y en los burros se ligaba un metejón.

El ciruja[35]
L.: Alfredo Marino. M.: Ernesto de la Cruz

Las letras están compuestas en base a un argot local llamado lunfardo y suelen expresar las tristezas, especialmente «en las cosas del amor»,[36]​ que sienten el hombre y la mujer de pueblo, circunstancia que lo emparenta con el blues.

Si bien el tango puede cantarse con una mayor o menor presencia del lunfardo en sus letras, es la pose y la sonoridad del lunfardo rioplatense la que lo caracteriza. El lunfardo no es solo un argot integrado por cientos de palabras propias, sino que también es y quizás más esencialmente, una pose lingüística, una forma de hablar algo exagerada (en la que se incluye comerse las eses), por la que suelen ser reconocidos en todo el mundo los argentinos de la región del Río de la Plata y los uruguayos. El tango es «reo»[37]​ porque el lunfardo «es reo», es decir se trata de un estilo musical construido sobre el habla popular; el lunfardo es el habla del suburbio, la voz del arrabal.

Como en ningún otro lugar el lunfardo expresa la fusión migratoria que originó las sociedades rioplatenses, expresada por el tango. El Lunfardo es originado en el siglo XIX principalmente por los inmigrantes italianos del área del barrio Palermo en Buenos Aires, pero contiene otras influencias. Palabras sicilianas, africanas, italianas, aimaras, mapuches, judías, gitano-españolas, gallegas, quechuas, árabes, guaraníes, polacas, portuguesas, inglesas, se mezclan en el uso cotidiano sin conciencia de su origen.

El lunfardo fue en sus orígenes y sigue siendo hoy un lenguaje oculto-metafórico construido a partir de una notable dinámica entre la sociedad carcelaria, los jóvenes y el mundo del trabajo. De algún modo, al decir de José Gobello, el lunfardo es «una travesura léxica, algo así como un guiño travieso que el habla le hace al idioma».[38]

El lunfardo fue perseguido en Argentina (al igual que el carnaval) y cuestionado por algunos académicos de la Real Academia Española. Durante la dictadura instalada en 1943 se sancionó una circular censurando los tangos que contuvieran letras en lunfardo. Por esa razón muchos fueron reescritos. Durante la dictadura de Onganía (1966-1970) el lunfardo desapareció virtualmente del tango y la música popular. En 1969 Alejandro Dolina incluyó el término «bulín» en su tema Fantasmas de Belgrano y Horacio Ferrer iniciaba su famosa Balada para un loco con una exclamación esencialmente lunfarda: «Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...». Desde entonces, y a pesar de algunos intentos durante la dictadura establecida en 1976 por «adecentar» la cultura popular, el lunfardo registró un notable resurgimiento.[39]

En la primera década del siglo XXI el lunfardo goza de una gran vitalidad, habiendo sido adoptado y reformulado por las nuevas generaciones. En gran parte por esa razón, el tango se ha insertado en los ritmos modernos (rock, hip hop, ska, etc.) a través de las letras y el habla lunfarda.[39]​ Algunos lingüistas como el italiano Matteo Bartoli afirmaron que el término «lunfardo» viene del término dialectal italiano lumbardo (o sea lombardo, habitante de Lombardía, una región del norte de Italia). Con el tiempo el lunfardo asimiló el cocoliche (que se fue oyendo en Buenos Aires cada vez menos en la segunda mitad del siglo XX, probablemente debido a la desaparición de los inmigrantes del sur de Italia que lo hablaban). Muchas de las palabras del cocoliche hoy en día se encuentran formando parte del lunfardo.

En [4] encontramos un diccionario de términos lunfardos. Algunos ejemplos, tomados, especialmente, del italiano y del lombardo, aparecen a continuación:

  • «Fiaca» (fiacca: 'flaqueza’ en italiano): desgano, pereza;
  • «Mufa» ('moho' en algún dialecto): fastidio y también mala suerte;
  • «Gamba» ('pierna' en italiano): alguien que ayuda o tiene buenas intenciones, también ‘cien pesos’ porque «ayudan»;
  • «Gambetear»: esquivar (principalmente en el fútbol);
  • «Minga»: 'nada' en dialecto lombardo;
  • «Yeta» (del italiano gettare: lanzar) mala suerte;
  • «Yira» o «yiro» (de 'girar, dar vueltas' en italiano): prostituta callejera;
  • «Atenti» ('atentos' en italiano): atención;
  • «Salute» ('salud' en italiano);
  • «Cuore» ('corazón' en italiano), si alguien dice «te quiero de cuore» quiere decir ‘te quiero con el corazón’.

Además, términos como afano, boludo, bardo, bondi, cana, chabón, che, chorro, escabiar, junar, mina, morfi, pibe, rajar, rea y yuta constituyen el corazón del habla rioplatense actual.

Tabla

En la siguiente tabla encontramos el origen de algunos términos definidos empleados en el tango:

Expresión Significado Origen Verso Tango Autor
Tamangos
Mango
Morfar
Zapatos
Dinero
Comer
Africano
Italiano
Francés
Cuando rajés los tamangos,
buscando ese mango
que te haga morfar
Yira, yira[40] Enrique S. Discépolo
Milonga 1. Danza y música cadenciosa cercana al tango
2. Lugar para bailar tango
Africano Con la milonga la voy
de igual a igual
porque también soy milonga...
La milonga y yo[41] Leopoldo Díaz Vélez y Tito Ribero
Candombe Estilo musical afro-rioplatense con uso intenso de la percusión cercano al tango Africano ¡Candombe! ¡Candombe negro!
¡Nostalgia de Buenos Aires
por las calles de San Telmo
viene moviendo la calle!
Candombe, candombe negro[42] Enrique Francini y Homero Expósito
Quilombo Prostíbulo Africano ¿Qué destino tendrás,
viejo Juan Tango iluso?
Hijo de nadie y todos
en un quilombo oscuro.
Viejo Juan Tango[43] Juan Navarro
Laburar

Mina
Trabajar

Mujer «fácil» o joven seductora
Italiano

Lombardo
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey
que el que vive de las minas
el que mata, el que cura
o está fuera de la ley.
Cambalache[44] Enrique Santos Discépolo
Piantao Loco Italiano Ya sé que estoy piantao, piantao... Balada para un loco[45] Ástor Piazzolla y Horacio Ferrer
Chorro
Gil
Ladrón
Tonto
Carcelario
Italiano
Chorra: vos, tu vieja y tu papá.
Lo que más bronca me da
es haber sido tan gil.
Chorra[46] Enrique Santos Discépolo
Junar Mirar Caló Como con bronca y junando... El ciruja[47] Alfredo Marino y Ernesto de la Cruz
Chabón

Chamuyar

Firulete
'Chambón' o 'muchacho'

Hablar seductor

Paso complicado
Castellano

Caló
Gallego-francés
Vos dejá nomás
que algún chabón
chamuye al cuete
y sacudile tu firulete
El firulete[48] Mariano Mores y Rodolfo Taboada
Pibe Niño Incierto[49] «Mamita, mamita», se acercó gritando,
la madre extrañada dejó el piletón
y el pibe le dijo riendo y llorando:
«El club me ha mandado hoy la citación».
El sueño del pibe[50] Reinaldo Yiso y Juan Puey
Pilcha Ropa Quechua Metele a la vida, sacale partido,
cambiando de nido, de pilcha y gavión,...
¿Por qué me das dique?[51] Alberto Alonso y Rodolfo Sciammarella
Papirusa Mujer hermosa Polaco En tu esquina, un día, Milonguita,
aquella papirusa criolla
que Linnig mentó
"Corrientes y Esmeralda"[52] Celedonio Flores
Pucho Cigarrillo Mapudungun
Quechua
Tango querido
que ya pa’ siempre pasó,
como pucho consumió
las delicias de mi vida
que hoy cenizas sólo son.
"Sobre un pucho"[53] Sebastián Piana y José González Castillo

Baile

Historia

La sensualidad del tango.
En todo el mundo, «bailar un tango» es sinónimo de seducción. El tango es un arte complejo construido desde la danza.

El tango como baile nació en el arrabal, donde hombres y mujeres bailaban fuertemente abrazados. Prohibido por incitación a la lujuria, la gente se vio obligada a bailarlo en lugares ocultos hasta principios del siglo XX.[54]​ En las dos primeras décadas del siglo pasado, el tango triunfó en clubes nocturnos de París (Francia), donde apareció, por primera vez, en 1910, y en otros países latinoamericanos (especialmente Colombia, México y Centroamérica) y luego en Nueva York, a donde lo introdujeron bailarines de las clases altas que por esnobismo solían frecuentar los sitios en donde se practicaba en Buenos Aires. El tango comenzó a bailarse entonces en locales nocturnos de sus ciudades de nacimiento y rápidamente pasó a salones populares. Hasta mediados del siglo XX, se bailaba indistintamente en cabarés de lujo y en las llamadas «milongas», pistas habilitadas en clubes barriales y suburbanos de Buenos Aires, Rosario (Argentina) y Montevideo (Uruguay).

En Medellín (Colombia), la ciudad en donde murió el máximo representante del género en 1935, Carlos Gardel, el tango se convirtió en eje cultural del barrio Guayaquil. Los buenos bailarines eran ampliamente conocidos y celebrados en las milongas que frecuentaban y sus nombres solían trascender incluso en otras, más alejadas, y en todo el llamado «ambiente de tango». La fama internacional de esta danza y la posibilidad de ser presentada en shows mundiales dieron lugar a que se desarrollaran coreografías más audaces, con exigencias mayores y figuras gimnásticas y de la danza clásica que los bailarines de las milongas solían desdeñar. El tango dejó casi de bailarse a partir de los años sesenta en Buenos Aires. Pervivieron algunas milongas. Sin embargo, en los años ochenta recibió un nuevo impulso gracias al éxito del espectáculo Tango argentino de Claudio Segovia y Héctor Orezzoli, primero en París y luego en Broadway, generando una tangomanía en todo el globo. Florecieron academias de por doquier y gente de todo el mundo comenzó a peregrinar en busca de lugares para bailarlo, especialmente Buenos Aires, promovida turísticamente como la Capital del Tango.

Se distingue actualmente entre el «tango de escenario» y el «tango de salón», o de pista. Este último es el que bailan los tangueros no profesionales. En Buenos Aires se realiza anualmente un torneo internacional de tango, que se divide entre esas dos categorías y al que asisten participantes de los países europeos centrales, los s, Corea, EE.UU. y Japón, entre otros. Una de las parejas de tango más elogiadas, que practicaba el tango de salón aunque profesionalmente, fue la que integraron Juan Carlos Copes y María Nieves, que actuó en muchos escenarios internacionales. Otros célebres bailarines de tango que trascendieron las pistas de las milongas fueron Benito Bianquet, llamado El Cachafaz, y Jorge Orcaizaguirre, conocido como Virulazo.

En 1990 los bailarines Miguel Ángel Zotto y Milena Plebs fundan la Compañía Tango x 2, generando novedosos espectáculos y que una gran corriente de gente joven se incline por el baile del tango, cosa inédita en ese momento. Crean un estilo que recupera el tango tradicional de la milonga, lo renueva y lo coloca como elemento central en sus creaciones, haciendo una búsqueda arqueológica de los diversos estilos del tango. A finales de 1998, Milena Plebs[55]​ se desvincula de dicha compañía para iniciar un camino de investigación personal de diversas facetas del baile del tango. Hacia finales de los años noventa y entrado el nuevo siglo bailarines como Gustavo Naveira, Fabian Salas y Chicho Frumbolli se afianzan y reivindican el baile de la improvisación, olvidado un poco durante los años ochenta y los parte de los noventa. Surge toda una ola de investigadores del tango.

El baile tanguero está construido sobre tres componentes básicos: el abrazo, un estilo lento de caminar y la improvisación (Borges decía que el tango es un modo de caminar[56]​). Pero por sobre todas las cosas el tango debe ser bailado como un lenguaje corporal a través del cual se transmiten emociones personales a la pareja. No hay ninguna otra danza que conecte más íntimamente a dos personas, tanto emocional como físicamente.[57]

Se dice que el tango se baila «escuchando el cuerpo del otro». Para eso es muy importante tanto el abrazo apretado de la pareja mirando hacia el mismo lado (la mujer hacia la derecha y el hombre hacia la izquierda), como caminar apoyado sobre la planta delantera de los pies.

En el tango la pareja debe realizar figuras, pausas y movimientos improvisados, llamados «cortes, quebradas y firuletes», diferentes para cada uno de ellos, sin soltarse. Es el abrazo lo que hace complicado combinar en una sola coreografía las improvisaciones de ambos.

Uno de los estilos del tango, el tango argentino, realiza el milagro de insertar la figura en el enlace... Este es el secreto de su éxito; ésta es la principal innovación que ofrece al mundo.[58]

La escritora argentina Alicia Dujovne Ortiz la ha descrito así: «Un monstruo de dos cabezas, una bestia de cuatro patas, lánguida o vivaz, que vive lo que dura una canción y muere asesinada por el último compás». Algunos clásicos «pasos» tangueros son:

La coreografía, diseñada a partir del abrazo de la pareja, es sumamente sensual y compleja. La complejidad de los pasos no hace a la expresión o a lo que se quiere trasmitir durante el baile. Se trata de expresar un sentimiento pleno de sensualidad y no de sexualidad, donde lo primordial no son sólo los pasos o las figuras que hacen los bailarines con los pies. De nada vale una técnica perfecta, o una sincronización perfecta, cuando la expresión facial de los bailarines no trasmiten sentimientos. Todo en la danza del tango está unido, las miradas, los brazos, las manos, cada movimiento del cuerpo acompañando la cadencia del tango y acompañando lo que ellos están viviendo: un romance de tres minutos, entre dos personas que a lo mejor recién se conocen y que probablemente no tengan una relación amorosa en la vida real.

El tango trasciende y llega al corazón de los que contemplan a los bailarines, gracias a los sentimientos que ellos ponen en el baile y obviamente a la calidad de sus coreografías. Cada estrofa musical, cada pasaje, cada tango tiene distintos momentos, no se puede bailar un tango completo siguiendo un patrón de conducta idéntico para toda la melodía. Hay cadencias tristes, alegres, sensuales o eufóricas, finales silenciosos o grandiosos, música in-crescendo o música in-diminuendo, solo expresa sentimientos y estos son los que los bailarines transportan a sus pies y a su cuerpo todo.

Pasos

El paso básico tanguero.
  • Cadena invertida.
  • Cambios de dirección.
  • Caminata sincopada.
  • Contratiempos básicos con ochos.
  • Cunita y sacada.
  • Gancho y caminata sincopada.
  • Ganchos con respuesta.
  • Giro con barrida y boleo.
  • Giro con quebrada o gancho.
  • Giro con sacada y parada.
  • Giro con sacada, aguja y ocho cortado.
  • Giro con traspié y boleo.
  • Giro de izquierda con barrida y boleo.
  • Giro de izquierda y derecha.
  • Giro en ochos.
  • Giro simple.
  • Giro y salida a la izquierda.
  • «La cajita».
  • «La cunita».
  • «La mordida».
  • Media cadena con boleo.
  • Molinete quebrado.
  • Ochos adornados.
  • Ochos cortados.
  • Paso básico sincopado.
  • Pasos básicos con sacada y boleo.
  • Puente y calesita.
  • Sacada con giro.
  • Sacada con traspié.
  • Sacada cruzada, giro y ocho cortado.
  • Sacada del cruce con variantes.
  • Sacada y puente en un giro.
  • Sacadas con boleos.
  • Salida con adornos.
  • Salida con barrida.
  • Salida con traspié.
  • Toque y enrosque.
  • Traspié cruzado con giros.
  • Vaivén.

Ejemplos

  • El desengaño (amoroso): Mano a mano (Celedonio Flores), Uno (Discépolo), Nostalgia]] (Cadícamo), Esta noche me emborracho (Discépolo), Amargura (Alfredo Le Pera).
  • La muerte: Sus ojos se cerraron (Le Pera), Adiós muchachos (César Veldani), Adiós Nonino (Ástor Piazzolla).
  • La problemática social: Cambalache (Discépolo), Que vachaché (Discépolo), ¿Dónde hay un mango, viejo Gómez? (Ivo Pelay), Chiquilín de Bachín (Ferrer).
  • El tango: Malena (Manzi), Che, bandoneón (Manzi), El firulete (Rodolfo Taboada), La canción de Buenos Aires (Romero), Así se baila el tango (Marvil), Pa’ que bailen los muchachos (Cadícamo), Siga el baile (Carlos Warren), Che, papusa, oí (Cadícamo), La última curda] (Castillo).

Compositores

Pasados

Ástor Piazzolla en 1971.
Archivo:Eladia Blázquez.jpg
La cantautora Eladia Blázquez (1931-2005).

Actuales

Cinematografía

Estilos nacionales

El tango de Argentina y Uruguay

En Buenos Aires, ciertos barrios tienen una especial impronta tanguera, como El Abasto, San Telmo o La Boca y en Montevideo, Barrio Sur, Ciudad Vieja de Montevideo, La Mondiola, La Unión y otros barrios. También son importantes las academias de tango, donde se aprende y baila tango. Otras ciudades de Argentina y Uruguay tienen importantes centros o actividades tangueras. En Santa Fe se organiza la Semana del Tango, un evento organizado y producido por el grupo Tangofex4, patrocinado por la municipalidad de Santa Fe y del Sindicato de Luz y Fuerza, en el que confluyen, entre músicos, bailarines, cantores, artistas plásticos, diseñadores y fotógrafos, más de 100 artistas de todo el país, con muchos espectáculos libres y gratuitos. La ciudad de San Carlos de Bariloche organiza anualmente desde el año 2002, en la primera quincena de marzo, la Cumbre Mundial de Tango, donde competencia internacional acude a competir.

El tango de Finlandia e Italia

Véase también

Tangos

Referencias

  1. El historiador Ricardo García Blaya sostiene que el tango nació en la zona del Río de la Plata, después de mediados del siglo XIX. Segun Ricardo GARCÍA BLAYA (2003), Historia del tango y la milonga. Buenos Aires: El Ateneo Yenny, 2003) nacio en la ciudad de Buenos Aires . Otros autores[cita requerida] sostienen que la ciudad de nacimiento es Montevideo. Jorge Luis Borges ha dicho que «Rosario, Montevideo y Buenos Aires son los tres lugares que se han disputado el nacimiento del tango», y que el tango nace muy fuerte de la rama del Candombe(Jorge Luis Borges, en el prólogo al libro Carlos Gardel de Carlos Zubillaga). Daniel Vidart dice: Rosario , Montevideo y Buenos Aires son las tres cunas del tango y allí nace simultaneamente ( ENTREVISTA, JULIO 2009 )
  2. Del tango Qué me van a hablar de amor (1946), con música de Héctor Stamponi (1916-1997) y letra de Homero Expósito.
  3. Ernesto Sábato: Tango: discusión y clave (pág. 11). Buenos Aires: Losada, 1963.
  4. UNESCO (2009). UNESCO, ed. «El tango». Consultado el 1 de octubre de 2009. 
  5. Ricardo Rodríguez Molas: «Algunos aspectos del negro en la sociedad rioplatense del siglo XVIII» en el Anuario de la Universidad Nacional del Litoral, n.º 3. Rosario, 1958.
  6. «::PROFESOR EN LINEA:: Santa Isabel». Consultado el 2009. 
  7. La definición de la Argentina como un «país aluvial» corresponde al historiador José Luis Romero.
  8. «La presencia negroafricana en la Argentina: pasado y permanencia», de Miriam Victoria Gomes, en el boletín de la Biblioteca del Congreso, en Buenos Aires (Bcnbib.gov.ar/BiblioPress/BiblioPress9-2.htm).
  9. Según Jorge Luis Borges, en el prólogo del libro de Carlos Zubillaga: Carlos Gardel ( Daniel Vidart . entrevisata ). Madrid: Los Juglares, 1986.
  10. Andrés Carretero: Breve historia del tango, Portal del Libro (GardelWeb.com/Historia-Del-Tango.htm).
  11. «Los comienzos del tango», por Jorge Gutman, revista Norte a Sur, año 21, n.º 241, septiembre de 2001 (DeNorteASur.com/Asp/Articulo.asp?Número=241&Id=766).
  12. Jorge Gutman op. cit.; Andrés Carretero op. cit.
  13. Jorge Gutman op. cit.
  14. La palabra «concha» en lunfardo, es una mala palabra utilizada para referirse indefinidamente a la vulva y la vagina.
  15. a b Recepción del tango rioplatense en Italia, por Enrique Cámara de Landa, Revista Transcultural de Música, Transcultural Music Review. 2(1996) ISSN:1697-0101
  16. «La época de oro - Todo Buenos Aires». Consultado el 2009. 
  17. Luis Alberto Spinetta y Litto Nebbia, entre otros fundadores del rock nacional argentino, han reconocido la gran influencia de Ástor Piazzolla
  18. «Entrevista con Osvaldo Berlingeri», diario Clarín, 24 de febrero de 2007 (Clarin.com/Diario/2007/02/24/Espectaculos/c-01301.htm).
  19. «Entrevista a Rodolfo Mederos», diario Página/12, 19 de junio de 2005 ([1] [Pagina12.com.ar/Diario/Espectaculos/6-52569-2005-06-19.html])
  20. EasyBuenosAiresCity.com/Biografias/Goyeneche.htm (El Polaco Goyeneche).
  21. «El rock y el tango mantuvieron en la Argentina, desde los años sesenta, una ardua relación marcada por encuentros, desencuentros y una cierta incomprensión mutua que el tiempo ha ayudado a paliar. La generación del rock se alzó universalmente contra la cultura de los padres; en la Argentina, el tango encarnaba la cultura de los padres.» Tango y rock: encuentros y desencuentros, por Eduardo Berti, en Rockologías, 31 de agosto de 2007
  22. a b «Cumbres Mundiales del Tango». Sitio oficial de la Cumbres Mundiales del Tango. Consultado el 17 de mayo de 2009. 
  23. Arrabal amargo, tango con música de Gardel y Le Pera (TodoTango.com/Spanish/Biblioteca/Letras/Letra.asp).
  24. Patotero sentimental, tango de Jovés y Romero (MundoMatero.com/Tangos/Patotero.html).
  25. Ernesto Sábato, pág. 14.
  26. Ernesto Sábato, pág. 14.
  27. La última curda, tango con música de Troilo (1914-1975) y letra de Cátulo Castillo (MercedesSosa.com.ar/Cancionero/Letras/UltimaCurda.htm).
  28. «El pibe Juan», relato autobiográfico de Juan Gelman, en Juan Gelman Semblanza, Solo Literatura
  29. Esta noche me emborracho (1928), letra y música de Enrique Santos Discépolo.
  30. Cuesta abajo (1934), letra de Alfredo Le Pera y música de Carlos Gardel
  31. Citado en Ernesto Sábato, pág. 14.
  32. Citado por Ernesto Sábato, pág. 101
  33. Oscar Zucchi: El tango, el bandoneón y sus intérpretes. Buenos Aires: Corregidor, 1998 (consultar fragmento en línea en TodoTango.com/Spanish/Biblioteca/Cronicas/Cronica_Bandoneon_2.asp).
  34. «Enrique Santos Discépolo». Consultado el 2009. 
  35. El ciruja, tango con música de Alfredo Marino y Ernesto de la Cruz (TodoTango.com/Spanish/Biblioteca/Letras/Letra.asp).
  36. Del tango Qué me van a hablar de amor (1946), con música de Héctor Stamponi (1916-1997) y letra de Homero Expósito.
  37. Tango reo, de Pedro Pagliettini y Cacho Negri (TodoTango.com/Spanish/Biblioteca/Letras/Letra.asp).
  38. «El lunfardo en el rock y la cumbia villera», por Ricardo Terrio, revista Intertexto n.º 5, diciembre de 2004, Sagrado.edu.ar/Revista5/Lunfardo.htm.
  39. a b Ricardo Terrio op. cit.
  40. Letra de Yira, yira, tango con letra y música de Enrique Santos Discépolo (TodoTango.com/Spanish/Biblioteca/Letras/Letra_Print.asp).
  41. La milonga y yo (letra), Leopoldo Díaz Vélez y Tito Ribero, Tita Merello (Tita-Merello.com.ar/LaMilongaYYo.htm)
  42. Letra de Candombe, candombe negro, de Enrique Mario Francini y Homero Expósito (HJG.com.ar/Tangos/Letras_t2.html#323).
  43. Letra de Viejo Juan Tango (geocities.com/tiempotango/tt10.html).
  44. Letra de Cambalache, de Discépolo (ElPortalDelTango.com/Índice/Cambal.htm).
  45. Letra de Balada para un loco, con letra de Horacio Ferrer y música de Ástor Piazzolla (RobertoGoyeneche.Tango-Tour.com.ar/BaladaParaUnLoco.htm).
  46. Letra de Chorra, de Enrique S. Discépolo (GratisLibros.com.ar/LetrasDeTangos/Letra-de-Chorra-Letras-de-Tangos.htm).
  47. Letra de El ciruja, tango de Alfredo Marino y Ernesto de la Cruz (TodoTango.com/Spanish/Biblioteca/Letras/Letra.asp).
  48. Letra de El firulete, tango de Mariano Mores y Rodolfo M. Taboada (ME.gov.ar/Efeme/Mariano/Firulete.html)
  49. Pibe, Etimologías.
  50. Letra de El sueño del pibe, tango de Reinaldo Yiso y Juan Puey ([http://www.mundomatero.com/tangos/depibe.html MundoMatero.com/Tangos/DePibe.html).
  51. Letra de ¿Por qué me das dique?, tango de Alberto Alonso y Rodolfo Sciammarella (Informatik.Uni-Muenchen.de/Tangos/Msg03381.html).
  52. Letra de Corrientes y Esmeralda, tango de Celedonio Flores (Informatik.Uni-Muenchen.de/Tangos/Msg00958.html).
  53. Sebastián Piana y José González Castillo (http://www.mundomatero.com/tangos/pucho.html MundoMatero.com/Tangos/Pucho.html).
  54. «Tango y sus origenes - evolucion - figuras». Consultado el 2009. 
  55. Milena Plebs
  56. [2] «El pibe Juan», relato autobiográfico de Juan Gelman, en Juan Gelman Semblanza, Solo Literatura
  57. Argentine Tango Dancing, de Larry E. Carroll, 1997; clases para bailar tango, en inglés (Home.att.net/~Larrydla/Basics_1.html).
  58. Carlos Vega (1898-1966). Danzas y canciones argentinas. Teorías e investigaciones. Un ensayo sobre el tango. Buenos Aires: Ricordi, 1936.
  59. [3] TodoBuenosAires.com.

Bibliografía

  • Bottomer, Paul (1999). Tango. Madrid: Susaeta. 
  • Cadícamo, Enrique (1973). Café de camareras. Buenos Aires: Sudamericana. 
  • Judkovski, José (1998). El tango. Una historia con judíos. Buenos Aires:Fundación IWO. ISBN 987-96990-0-9. 
  • Nudler, Julio (1998). Tango judío (del ghetto a la milonga). Buenos Aires:Sudamericana. ISBN 950-07-1498-1. 
  • Pau, Antonio (2001). Música y poesía del tango. Madrid: Trotta. 
  • Sábato, Ernesto (1963). Tango: discusión y clave. Buenos Aires: Losada. 
  • Zubillaga, Carlos; Borges, Jorge Luis (1986). Carlos Gardel (prólogo de Jorge Luis Borges). Madrid: Los Juglares. 

Enlaces externos