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Asturica Augusta

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Asturica Augusta
Ciudad


Ubicación de Asturica Augusta
Coordenadas 42°27′32″N 6°03′48″O / 42.4589, -6.06333
Entidad Ciudad
 • País Imperio romano
 • Provincia Tarraconense (desde 298, Gallaecia)
Fundación Hacia 14 a. C.
Correspondencia actual Astorga (EspañaBandera de España España)

Asturica Augusta (Astorga, León) fue una ciudad romana de la provincia Tarraconense. Fundada hacia 14 a. C. como campamento de la Legio X Gemina, a principios del siglo I se desarrolló como núcleo civil y fue capital del Convento Asturicense.

Situada en un cerro que domina un amplio territorio, desde los montes de León hasta las vegas del Páramo, durante los siglos I y II adquirió una gran importancia debido al control de las explotaciones auríferas del noroeste peninsular, y fue un importante nudo de comunicaciones, que, a través de numerosas calzadas, enlazaban la ciudad con algunos de los núcleos más importantes de la Hispania romana.

Sus ruinas se encuentran ocultas bajo la ciudad actual, y entre ellas destacan la conocida como "Ergástula", los dos conjuntos termales y el alcantarillado, así como la domus del Mosaico del Oso y los Pájaros.

Contexto geográfico

El monte Teleno, sagrado tanto para astures como para romanos.

La ciudad se situó sobre un cerro de forma alargada, a 868 msnm, en la confluencia de los ríos Jerga y Tuerto. Su localización tuvo lugar en los límites de la Meseta Norte, con la Cordillera Cantábrica por el norte (la cual dividía a los astures en transmontanos y augustanos), los montes de León (con la sierra del Teleno) al oeste y las llanuras aluviales al este.[1]

Placa con la leyenda Marti Tileno.

El citado monte Teleno no sólo fue una importante cima de los alrededores, sino que posiblemente, ya en época astur, fue objeto de culto, por lo cual acabó integrándose en el panteón de dioses romano. Esto lo prueba una placa hallada en la villa de Los Villares, en Quintana del Marco (León), en la que aparece la leyenda Marti Tileno, es decir Marte Teleno.

Su cercanía a dos ríos permitió aprovechar agrícolamente sus vegas, en especial la del río Tuerto. Por otro lado, la abundancia de piedra en los alrededores otorgó una importante materia prima para la construcción.

Otro de los argumentos dados para justificar la creación de la urbe es su proximidad a numerosos depósitos auríferos localizados a lo largo de la zona montañosa que rodea la ciudad, lo que llamó enormemente la atención de Roma. Al norte, la cuenca del río Omañas ofrece ricos sedimentos auríferos, lo mismo que, hacia el sur, los valles de los ríos Duerna y Eria, rasgados por la extracción minera a la cual se asocian abundantes poblados o "coronas", como las de Filiel, Boisán, Luyego y Quintanilla de Somoza. Ya al oeste, en El Bierzo, se encuentra la conocida explotación de Médulas.[2]

Fuentes literarias y epigráficas

Plinio el Viejo.

La ciudad de Asturica Augusta aparece citada pocas veces en la Historiografía clásica:[3]

  • Plinio el Viejo, que visitó la ciudad hacia el 73, en época de Vespasiano. Se refiere a ella como Urbs Magnifica,[4]​ algo quizás relacionado con el crecimiento que tuvo debido a la explotación del oro.
  • A continuación es Ptolomeo, quien la incluye en la Asturia, siendo capital de los Amacos.
  • Dion Casio, que escribe durante el reinado de Severo Alejandro, nos habla de las fundaciones urbanas realizadas por Augusto.
  • El Itinerario de Antonino la cita en numerosas ocasiones,[5]​ como mansio de las calzadas que concurrían en la ciudad. De igual manera, el Anónimo de Rávena, menciona la ciudad de uno de sus itinerarios.
  • En el siglo III el obispo Cipriano también menciona la ciudad. Más tarde, hay referencias por parte de Hidacio, San Isidoro y Jordanes. Por último, en diversos concilios como los de Serdica, Zaragoza, Bracarense y Toletanus, hay menciones de diferentes obispos asturicenses.

En cuanto a la epigrafía, se conocen cerca de un centenar de inscripciones procedentes de la antigua Asturica o sus alrededores; la mayoría son de carácter funerario,[6]​ mientras que el resto son votivas.[7]​ Hay que mencionar también un documento de carácter jurídico, la Tabla de Hospitalidad de Astorga o Pacto de los Zoelas, el cual, a pesar de ser ratificado en Asturica, no hay pruebas de haberse encontrado en la ciudad.[8]

De las inscripciones halladas, las más antiguas pertenecen al siglo I y se centran en asuntos militares, aunque la mayor parte de ellas pertenecen a los siglos II y III, entre las que sobresalen dos escritas en alfabeto griego.

En ellas se citan cargos administrativos y de gobierno como Legati, Procuratores Augusti, Procurator Asturiae et Gallaeciae, Augusti Dispensator y Praeses Provinciae. En relación con su estatus municipal aparecen los cargos de Magistratus, Curator, Sacerdos y Flamines.

Entre los ciudadanos de Asturica se citan también un Grammaticus y un Avium inspex (adivino a partir del vuelo de las aves). Se constata asimismo la presencia de población inmigrante, algunos de ellos orientales que dejaron su inscripción en griego.

Por último, a través de las inscripciones se conocen los cultos y divinidades seguidos por sus habitantes, el culto al emperador, la tríada capitolina o la diosa Fortuna; son algunos de ellos.[9]

Comunicaciones

Mapa de las calzadas en Hispania recogidas en el Itinerario de Antonino.
Miliario conmemorativo en recuerdo de las calzadas que cruzaban la ciudad.

Desde la antigüedad Astorga ha desempeñado un destacado papel como cruce de camino, debido, entre otras cosas, a ser paso obligado para llegar al Bierzo y Galicia, a través de dos puertos como son el de Foncebadón (1.500 msnm) y el Manzanal (1.226 metros).

El Itinerario de Antonino, una de las pocas recopilaciones de caminos en la antigüedad, datado en el siglo III, nos informa de las muchas calzadas que pasaban por la ciudad:[10]

El Anónimo de Rávena, del siglo VII, habla también de Asturica en relación a uno de sus itinerarios, que coincide con la Via Nova citada en el Itinerario de Antonino.

Otro documento, las llamadas Tablas de Barro, también mencionan a la ciudad. La tabla III describe lo que sería la Vía de la Plata; en cambio, la tabla IV cita el trayecto entre Astorga y Braga. Si bien se trataba de fuentes controvertidas, ya que algunos autores no reconocían todas las tablas como auténticas,[11]​ gracias a los trabajos de Fernández Ochoa, Morillo Cerdán y Gil Sendino se ha podido verificar su autenticidad mediante el empleo de la técnica de la termoluminiscencia sobre las cuatro tablillas. A partir de esta constatación, los autores esbozan la hipótesis de identificación de las mansiones de cada uno de los itinerarios y reinterpretan esta fuente en el contexto de la red viaria del norte y occidente de la Península Ibérica.[12]​ En recuerdo a su pasado como importante cruce de caminos, en 2006 se inauguró un miliario conmemorativo que recuerda las calzadas que unían Asturica con otras ciudades tanto de Hispania como de la Galia.[13]

Historia

Asturica indígena

Desde siempre se ha considerado a Astorga una ciudad con origen prerromano. El primero en hacerlo fue M. Gómez Moreno en 1905, quien se fundamentó en la posición elevada del lugar para otorgarle un origen indígena.[14]​Más adelante, José María Luengo pretendió respaldar ese origen indígena con hallazgos arqueológicos; se trataba de un torques de oro de origen desconocido y depositado en el Museo Arqueológico Nacional, dos fíbulas romanas, y monedas ibéricas procedentes de colecciones particulares.[15]

Uno de los argumentos de mayor peso para indicar su origen prerromano lo dan las fuentes clásicas; el geógrafo Ptolomeo, en el Libro II de su Geografía, se refiere a Asturica como ciudad astur y capital de los Amacos.

A pesar de que en los alrededores de Astorga se tiene noticias de varios poblados de la Edad del Hierro, las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el recinto urbano no han ofrecido pruebas que puedan demostrar un asentamiento indígena en el lugar.[16]

El origen militar
Operaciones militares romanas llevadas a cabo durante las Guerras Cántabras.      Campaña del año 25 a. C.      Campaña del año 26 a. C.      Campaña de Julio César del año 61 a. C.      Campaña de Décimo Junio Bruto del año 137 a. C.

La fundación de la ciudad está relacionada con la organización del territorio llevada a cabo por Augusto tras concluir las Guerras Cántabras. Su propio emplazamiento está en el escenario de las guerras, al pie de toda una zona montañosa que se extiende tanto por el norte como por el oeste, y habitada por el pueblo de los astures.

El primer erudito que citó su posible origen militar fue M. Gómez Moreno, a principios del siglo XX.[14]​ Al igual que éste, también Adolf Schulten situó en Asturica la Legio X Gemina a partir de la reconstrucción de una serie de acciones militares contra los astures, cinco epitafios de soldados de dicha legión y un texto de Floro en el que se refiere a la desmilitarización de centro militar.[17]

José María Luengo también citó a la Legión como autora de la fundación de la ciudad, en cuya construcción habrían participado los mismos soldados.[15]​ Otros como M. Pastor prueban la presencia de la Legión por la existencia de epígrafes relacionados con soldados.[18]​ P. Le Roux piensa que el campamento se fecharía en época de las Guerras, siendo trasladado a Petavonium al terminar las mismas.[19]​ Por último, también Tomás Mañanes señaló la presencia de la Legión a partir de los epígrafes y de una posible base campamental en el trazado urbanístico de la ciudad moderna.[20]

Se ha podido demostrar su origen militar mediante trabajos arqueológicos, en especial debido al hallazgo de dos fosos paralelos (fossae fastigatae) que se identifican con el sistema de defensas de un campamento militar.[21]​ Su parecido con hallazgos similares de instalaciones campamentales hace posible eliminar cualquier duda sobre su origen. Otros hallazgos son determinadas producciones cerámicas de Terra Sigillata Italica, numerario, así como materiales asociados al vestuario militar.

El tamaño y la profundidad de sus fosos, junto a la existencia de construcciones hechas en madera, parecen decirnos que se trataba de un campamento que no formaba parte de las acciones militares de forma directa, es decir, se fecharía después de las Guerras Cántabras. Así lo indica la cronología de los hallazgos arqueológicos, que nos lleva a un momento más tardío a las Guerras.

En el lugar elegido se instalaría, por tanto, el campamento de una guarnición militar cuya misión era el control del territorio recién conquistado y todavía siendo pacificado. Se puede afirmar, de manera rotunda (con datos como la presencia de siete epígrafes), que la unidad estacionada fue la Legio X Gemina.

El nacimiento de la ciudad
División administrativa de la Hispania romana, con Asturica enclavada en el Convento Asturicense.

Debido a no contar con algo parecido a su "partida de nacimiento", su origen como núcleo civil hay que buscarlo en los datos que nos ofrecen los trabajos arqueológicos. El lugar más determinante para conocer su nacimiento (un solar, entre el Paseo Blanco de Cela y Río Eria) aportó importantes datos sobre la cronología del primer recinto urbano,[22]​ y, por ello, la cronología de la ciudad misma. En el citado solar fueron hallados, superpuestos unos a otros, los restos del campamento, la primera muralla urbana y una casa levantada por encima de ambos.

Donde mejor se ejemplifica las primeras construcciones domésticas es en la domus del pavimento de Opus Signinum, en la cual las construcciones pertenecientes al campamento son sustituidas por las civiles en un período entre finales de Tiberio (14-37) y principios de Claudio (41-54),[23]​ similar a lo que ocurre con el solar del Paseo Blanco de Cela.[22]​ Todo ello "modernizaría" los orígenes del núcleo civil, puesto que no sería en época de Augusto, sino en tiempos de Tiberio, cuando la ciudad se habría fundado.

Historia de la investigación arqueológica

Las primeras muestras de interés hacia la investigación del pasado de la ciudad tuvieron lugar tras hallarse una serie de inscripciones romanas. La colección epigráfica de Asturica empezó cuando el Ayuntamiento, hacia mediados del siglo XIX decidió la creación de un jardín público en uno de los ángulos del recinto amurallado, el "Jardín de la Sinagoga". A ambos lados de las puertas de acceso al mismo se colocaron todas las inscripciones depositadas en el Ayuntamiento. Allí permanecieron desde 1840 hasta 1901, en que fueron trasladadas de nuevo a dependencias municipales. Por tanto, las primeras publicaciones tuvieron carácter epigráfico, con los estudios de Emil Hübner, Fidel Fita y Marcelo Macías.[24][25][26]

En 1863 tuvo lugar el hallazgo de varias de las galerías del alcantarillado romano, las cuales fueron de nuevo puestas en uso. El historiador Matías Rodríguez también informó de un hallazgo ocurrido en 1896 en la calle García Prieto (antigua La Redecilla), donde el maestro de obras del Ayuntamiento, tuvo oportunidad de realizar un plano de una antigua calle pavimentada con losas, identificada como romana al estar asociada a estructuras de esa época.[27]

Hubo que esperar a 1946 para que José María Luengo realizase un estudio de la cloaca situada en el Jardín de la Sinagoga. El mismo autor siguió llevando a cabo intervenciones arqueológicas en Astorga, dentro del Plan Anual del Ministerio de Cultura, siendo las primeras realizadas de manera oficial. Cuando en 1961 se publican los resultados de las mismas, Luengo aprovechó para informar de diversos hallazgos acontecidos en varios lugares del recinto urbano.[15]

Posteriormente, Tomás Mañanes realizó algunas excavaciones entre las que sobresalen las llevadas a cabo en el tramo de muralla que discurre junto al Palacio de Gaudí, donde, en los años 1971 y 1972, identifica la hasta ahora única puerta romana conocida de la ciudad,[28]​ y en las llamadas Termas Mayores en 1984, de las cuales fue su descubridor.

Ya recientemente, desde 1984, con el traspaso de competencias a la Junta de Castilla y León, comienza el desarrollo de las excavaciones arqueológicas en Astorga: desde ese momento, cualquier solar localizado dentro del recinto amurallado es excavado antes de la construcción de un nuevo edificio. En 2002 eran más de 100 los solares estudiados, dando lugar a importantes datos concernientes a la cronología y características de la urbe romana y su evolución durante los primeros siglos de nuestra era.

Esos estudios, además de su interés netamente científico,[29]​ han dado lugar a trabajos de conservación in situ de algunos de los hallazgos, formando parte de una de las atracciones turísticas de la ciudad, la llamada "Ruta Romana".[30]​ En mayo de 2005 comenzaron las obras de musealización de la misma, siendo reinaugurada en el verano de 2009.[31]

Restos arqueológicos

Arquitectura civil

Vista de las murallas.

El plano de la ciudad muestra un espacio de 26 hectáreas de extensión, limitado por una muralla de 2.200 de longitud. La forma de tal recinto no es completamente rectangular debido a un estrechamiento del cerro en su esquina meridional, formando la muralla en esa parte una forma triangular. Esto puede ser la causa de la distinta disposición del viario urbano, diferenciándose dos zonas: por un lado, se observa un rectángulo de 430 por 380 metros, con planeamiento cuadricular, dando lugar a manzanas cuadradas o rectangulares. El otro extremo, el meridional, se organiza en relación a su límite oriental, con calles paralelas a éste, incluyendo el mismo Foro, el cual ocupa una amplia superficie de esa zona.

La muralla
Restos parcialmente reconstruidos de la única puerta romana conocida en la ciudad.

Los trabajos arqueológicos realizados en los últimos años han dado lugar a una interesante información acerca de los distintos sistemas defensivos que se fueron levantando durante la época romana en el cerro sobre el cual se asienta la ciudad.

El primero corresponde al muro o vallum correspondiente al campamento que levantó aquí la Legio X Gemina. Tal empalizada se ve probada al haberse hallado los fosos que se situaban al pie de la misma, cuyo fin era aumentar el sistema defensivo.

El segundo recinto se corresponde con una muralla de piedra, construida una vez que el asentamiento dejó su actividad militar, originando un núcleo civil. Tan sólo se tienen evidencias de este muro en un solar de la ciudad; con 2,5 metros de ancho y cubos circulares,[22]​ fue demolido hacia finales del siglo I para construir en su lugar una vivienda. Su construcción, entre los reinados de Tiberio y Claudio, habría sido a la par que las primeras muestras de arquitectura civil en la ciudad.[23]

Por último, la tercera muralla se construyó a finales del siglo III o principios del IV, siendo el recinto aún visible y que, a diferencia de la anterior, se levantó a los pies del cerro, rodeándolo por completo. Entre las causas de su construcción estaría la inestabilidad que se produjo en las décadas finales del Imperio. De una longitud de 2,2 km, englobando una superficie de 26 hectáreas, su espesor ronda entre los 4 y 5 metros.

La única puerta de época romana de la que se tienen noticias se conoce a través de los trabajos arqueológicos realizados en 1971 y 1972.[28]​ Con 4 metros de ancho, su vano estaba protegido por torres semicirculares de 8 metros de diámetro, de las cuales quedan en pie cuatro hiladas.

El foro
Restos del Aedes Augusti.

El foro, espacio público más destacado en cualquier urbe romana, concentraba las actividades más importantes de la vida pública. Por tanto, era la imagen que mejor proyectaba el sentido de la romanización, sobre todo en ciudades sitas en territorio recién conquistado.

Vista parcial del cierre sur del foro.

En Asturica Augusta, tal espacio se sitúa en uno de los lugares de mayor elevación del cerro. De forma cuadrangular, se extendía por una superficie de 30.000 metros2 formando sus límites un pórtico jalonado por exedras, tanto semicirculares como cuadrangulares. Entre las mismas, sobresale una con entrada in antis y ábside de forma semicircular; su situación y el pavimento a base de placas de mármol (opus sectile),[32]​ llevó a que se considerase como Aedes Augusti, es decir un espacio dedicado al culto imperial.

Fachada del Museo Romano, levantado sobre la Ergástula.

El cierre sur del foro está señalado por un pasillo de dos naves entre las cuales se sitúa una columnata. En el muro aparecen ábsides semicirculares que se organizan en relación a una cabecera cuadrangular. Al sur de la misma se identificaron varios espacios de función posiblemente comercial (tabernae). En primavera de 2012, durante los trabajos de rehabilitación del Teatro Gullón, fueron hallados los restos de un edificio de tres naves, de planta basilical, que se ubicaría en el cierre este del foro. En concreto se trataba de una exedra semicircular con dos columnas in antis.[33]​ En cuanto al edificio conocido popularmente como "Ergástula", su interpretación resulta difícil. Se trata de un criptopórtico[34]​ construido en opus caementicium siendo probablemente un edificio semi-subterráneo que serviría de base a un pórtico en forma de U, el cual rodearía posiblemente un templo, en el centro del foro. La Ergástula sería la base del lado oriental del pórtico; su función sería sobre-elevar el edificio para mejorar su percepción.[35]​ Actualmente acoge el Museo Romano de la ciudad.

Respecto a su cronología, se encuadraría en época Julio-Claudia, concretamente entre los reinados de Tiberio y Claudio.[36]

Las termas
Vista parcial de las Termas Mayores.

Los baños públicos, además de lugares para el aseo y cuidado personal, servían como centros donde relacionarse con los demás, ocupando un lugar importante en la organización social de los romanos. Como en la mayor parte de ciudades romanas, tanto hispanas como del resto del Imperio,[37]​ Asturica Augusta contaba con instalaciones termales, conociéndose dos complejos: las denominadas termas mayores y termas menores.

Las termas mayores se situaban en la zona central de la ciudad, junto al cruce de dos de las vías urbanas. Del complejo termal se conocen un frigidarium (sala fría), anexo a otros cuatro espacios, de los cuales tres de ellos contaban con hypocaustum (cella tepidaria y dos sudatoria circulares); el cuarto, cuyo suelo lucía un mosaico bícromo,[38]​ se interpretó como un apodytherium o vestuario.[39]

Restos del hipocausto de la Termas Menores.

No hay datos acerca del abastecimiento de agua al complejo, al igual que ocurre con el resto de la ciudad, pero fueron encontrados, por ejemplo, un canal que dirigía las aguas desde el frigidarium hacia una de las cloacas que pasa cercana al edificio.

Sobre los accesos al complejo, tan sólo se pudieron identificar los límites sur y este, coincidiendo el primero con una construcción cuadrangular (un posible vestíbulo), y el segundo por la localización del apodytherium, que podría interpretarse como una entrada al edificio.

En el proceso de excavación se identificaron dos momentos constructivos. El primero se correspondería con las estancias ya descritas: un apodytherium, que comunica con un frigidarium. De ahí se continúa por un tepidarium, anexo a un espacio circular identificado como sudatorium. De este primer momento no se conoce la situación de los caldaria, pero posiblemente siguieran al tepidarium.

En el segundo momento se insertan una serie de espacios que reorganizan una parte de las termas, con un sudatorium circular y un tepidarium y su correspondiente alveus, éste de planta semicircular.

Cronológicamente, la primera fase se data entre mediados del siglo I y mediados del III, y la segunda ofrece el siglo V como momento de su abandono.

En cuanto a las termas menores, se localizaban en la parte sudoriental de la ciudad, junto a la muralla. En buen estado de conservación, se pudo conocer la función de cada uno de los espacios de baño (frigidarium, tepidarium, sudatorium, y dos caldaria) y de servicio, como los que albergaban los praefurnia.

Estudios realizados a finales de los 90[40]​ permitieron concretar la evolución del edificio. La construcción inicial habría tenido lugar entre mediados del siglo I y época Flavia, y sufrió remodelación a finales del siglo II, para ser definitivamente abandonada a mediados del siglo III. Tal evolución sería pareja a la que sufriría el conjunto de la ciudad, señalando su abandono la crisis debida al fin de los trabajos mineros en el noroeste peninsular.

El alcantarillado
Una de las cloacas de la ciudad.
Tan interesante hallazgo fue inmediatamente utilizado, y hoy se encuentra la población con un servicio que nunca se hubiera proporcionado si la casualidad no hubiese dado con él.
Matías Rodríguez, erudito astorgano.

Al igual que cualquier otra ciudad romana de nueva fundación, tuvo una red de cloacas con las que evacuarían no sólo las aguas domésticas sino también las de edificios públicos como las termas

Su trazado es exacto al de las calles, por eso resulta tan importante su conocimiento a la hora de reconstruir la planta urbana. Su conservación es muy buena y llegaron a nosotros en un estado inmejorable, de ahí que muchos de los tramos sirven al saneamiento de la ciudad moderna.[41]

El modo de construcción no es igual en todos los casos, ya que en su cerramiento se puede observar tanto bóveda de medio punto como una estructura adintelada. Estas diferencias pueden tener una explicación cronológica, y así, algunos tramos adintelados se sustituyeron por bóvedas, señalando dos fases distintas, una sería julio-claudia y la otra sería flavia.[42]

Otros edificios

A pesar de la relevancia histórica de la ciudad y de los importantes restos descubiertos, no se tienen noticias de otras construcciones que generalmente se encontraban en cualquier ciudad romana, como un acueducto, un teatro o un anfiteatro, aunque es de suponer que las tuvo debido a la categoría urbana que poseía. Existen aún en los alrededores de Astorga dos puentes romanos, uno el de la Moldera, en la vía que iba a León, y el de Valimbre, en la Vía de la Plata.

Respecto al anfiteatro, en 2006 el arquitecto Carlos Sánchez-Montaña hizo público un trabajo por el cual desvelaba su descubrimiento a partir de la fotografía aérea,[43]​ aunque no hay ningún tipo de evidencia arqueológica, siendo su teoría discutida.[44][45]

Arquitectura doméstica

Se han hallado en torno a diez viviendas romanas de la antigua Asturica, aunque ninguna de todas ellas se ha podido excavar en su totalidad. Tampoco se ha podido identificar ningún edificio relacionado con la actividad artesanal. Ello se debe a la problemática de obtener, de manera completa, la planta de los antiguos edificios: el parcelario de la ciudad moderna no guarda similitud con el de época romana.

Entre todas las domus destacan una serie de ellas por su construcción y por los ornamentos que formaban parte del edificio. Todas emplean la piedra a la hora de levantar sus muros, aunque debió de compartirse con otro tipo de materiales, como pueden ser el adobe o el tapial. La piedra usada fue, principalmente, cuarcita de la Serie de los Cabos, y pizarra de Luarca. Ambas se encuentran fácilmente en los alrededores de la ciudad, debido a que tales formaciones geológicas predominan en su entorno.

También se utilizaron otra serie de materiales para la construcción; en los alrededores de Astorga abunda la arcilla, cuyo uso está probado tanto en adobe y tapial como para la unión de los muros. A pesar de que se desconoce la existencia de alfares cerámicos, hay que pensar que en los alrededores de la ciudad se fabricaban tejas y ladrillos que luego eran utilizados en la construcción. Así lo prueban las numerosas tejas (tegulae) e ímbrices (imbrices) hallados en los trabajos arqueológicos; el ladrillo (later coctus) es abundante, como por ejemplo en los complejos termales, a la hora de levantar los pilares de los hipocaustos.

No se sabe el número de alturas que tenían los edificios de Asturica, por lo que hay que pensar que usualmente serían una planta baja, o como mucho de dos. De cualquier manera, se han identificado espacios característicos de las casas romanas como el atrium, con su correspondiente impluvium, o viviendas cuya organización gira en torno a un peristilo.

Domus del Gran Peristilo

Esta domus debió de abarcar toda la superficie de una insula o manzana, con más de 2500 metros2. Se localizaba junto al decumanus maximus, que atravesaba Asturica de noreste a suroeste.

Su etapa más antigua, entre el período julio-claudio y finales del siglo I, está presente a través de un conjunto de estructuras, que debido a su grado de destrucción, no se ha podido señalar su función. De todas ellas destaca un espacio que se ha señalado como un impluvium, que serviría para organizar el resto de habitaciones.

Tal papel organizativo lo ocupa durante una segunda fase un peristilo columnado situado en el centro de la vivienda. De tipo cuadrado, su superficie era mayor a 250 metros2 y se rodeaba en cada uno de sus lados por una galería porticada, cada una de ellas formada por seis columnas. Asimismo, el pórtico estaba rodeado por un pequeño canal, que serviría para recoger el agua de las lluvias a través de la cubierta. En el centro de tal peristilo se situaba una fuente monumental de cuatro lóbulos, realizada en opus caementicium. Alrededor de las galerías se situarían las habitaciones, para cuya construcción hubo de realizarse una terraza artificial.

La vivienda contaba también con un complejo termal, unos balnea o baños privados. En los trabajos de excavación se hallaron varias salas, que se identificaron con un caldarium y un tepidarium, los cuales poseían sendos hipocaustos y en el caso del tepidarium, una pequeña bañera o alveus. Por último, la vivienda ofreció restos de un pavimento de opus sectile, hecho a base de pequeñas losas de mármol, y formando figuras geométricas romboidales.

Ya desde el siglo III la casa entró en una etapa de abandono. Se reorganizaron algunas de las habitaciones, dividiéndose a través de nuevos muros.[46]

Domus del Mosaico del Oso y los Pájaros
Vista parcial de la vivienda.
Vista del mosaico del Oso y los Pájaros.

Posiblemente organizada en torno a un peristilo central, su planta visible es debida a una serie de reformas, entre las que destaca la realizada a finales del siglo I o comienzos del segundo, que fue pareja a la remodelación de la zona de la ciudad en la que se encuentra. Así, la zona que ocupa el complejo termal se habilitó en el lugar que ocupaba una cloaca ya en desuso.

La vivienda se construyó en la parte sur de la ciudad, cercana al foro, y contó con la piedra como la principal materia de construcción. Sobresale especialmente por los distintos tipos de suelos empleados, entre los que se encuentran pavimentos de opus signinum, de mármol y de opus spicatum, así como por la ornamentación de la paredes, de las cuales se conserva algún zócalo.

Pero la vivienda es especialmente importante por un suelo de mosaico. Junto a la zona termal se organizan una serie de espacios, de índole residencial, entre los que figura uno pavimentado con un mosaico en el que aparecen representaciones de animales y vegetales, de ahí la denominación de la domus. Tal mosaico está datado a principios de la dinastía de los Severos, y su composición así como la orientación de la habitación, inclinan a pensar que su función sería la de un tablinum.[47]

Domus del pavimento de Opus Signinum

Situada junto a la esquina noroccidental del Foro, esta vivienda es un buen ejemplo de la evolución que sufrió la ciudad a lo largo del siglo I.

Los espacios de mayor antigüedad ofrecen una orientación noreste-sudoeste, que es la misma en toda la zona oeste de la ciudad. Tal organización se mantuvo hasta mediados del siglo I, hasta que en la etapa flavia la planta del edificio cambia y sus habitaciones se organiza en torno a un peristilo.

Al primer momento de la vivienda, fechado a finales de Tiberio (14-37) y comienzos de Claudio (41-54), pertenece una habitación que contaba con un pavimento de opus signinum, único en la ciudad.[23]

Domus de los Denarios

Vivienda denominada así por el hallazgo de un conjunto monetario en los sedimentos sobre los que se edificó. Está formado por 28 denarios que en su mayoría corresponden a la época de Augusto y Tiberio. La planta se conoce parcialmente, por lo que la interpretación de sus habitaciones y sus dimensiones son difíciles de precisar. Probablemente se organizaba alrededor de un estanque rectangular, a cuyo alrededor se situaba un pasillo mediante el cual se accedía a las distintas estancias, algunas pavimentadas con opus signinum. Las paredes debieron de contar con decoración pictórica, pues en algunas de ellas se hallaron los restos de zócalos pintados.

Es destacable un pequeño espacio que contaba con un pavimento de losas de pizarra y con un desagüe que desembocaba en la red de saneamiento de la casa. Esto hacer pensar en que se trataba de un atrium acompañado de un impluvium para la recogida del agua de la lluvia. También se ha podido intuir que la vivienda contaba con una red de agua corriente ya que se halló una tubería de plomo que contaba con una llave de paso hecha en bronce.

La vivienda se ha datado a finales del siglo I, en época flavia, existiendo hasta el siglo V, ya en época tardía.[22]

Vida cotidiana

En 2010, una investigación arqueológica llevada a cabo por Carlos Fernández y Natividad Fuertes, del área de Prehistoria de la Universidad de León, consiguió rescatar más de un millar de restos de moluscos, datados entre los siglos I y IV, procedentes de las sucesivas excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en Astorga. A través de su estudio analizaron la importancia de los moluscos, la mayoría ostras, en la dieta de la población romana de Asturica, que tenían gustos de élite en cuanto a alimentación se refería, y que implicaba la existencia de una relación mercantil con poblaciones de la costa atlántica.[48]

Religión

Respecto a los dioses indígenas no se tiene noticia de mención alguna en el territorio astorgano, sin embargo pueden constatarse en las proximidades, en el pueblo de Cuevas (junto al pueblo de Celada de la Vega), la presencia del dios Caraedudi y en Quintana del Marco, cerca del monte Teleno se encontró la placa Marti Tileno, un dios indígena, señor de la montaña, que los romanos asimilaron a Marte. Sin embargo estos dioses no aparecen en la propia ciudad de Astorga pues su origen fue campamental romano con una ausencia casi total de población indígena.

Dioses romanos y griegos

La ciudad de Astorga comenzó su vida con el campamento romano por lo que en el tema religioso fueron acogidos los dioses romanos o los dioses griegos adoptados. Se tiene noticia especial de los que tuvieron su culto en la ciudad :

  • Marte –a partir de principios del siglo III d. C.-, puesto que era el dios de la guerra que ayudaba al campamento. En Astorga se le conocía como Gradivo –el dios que también hace crecer la cosecha- y también como Sagato –en alusión al sagum o capa de campaña que usaban los soldados-.[49]
  • Mercurio, dios del comercio y los caminos. Aparece en Astorga una sola vez en un camino secundario que va desde esta ciudad a las minas de oro de Las Médulas.[50]
  • Culto al Emperador y culto a la Emperatriz. Es natural que existiese este culto ya que se trataba de la capital del Convento Jurídico, en la que habitaba un gran número de funcionarios. Destacan particularmente las dedicatorias a Julia Domna, a quien se considera y se respeta como madre del emperador, madre del senado, del campamento y de la patria. Este culto se consumaba a través de las diosas Minerva y Juno.[51]
  • Proserpina hija de Ceres aparece en Astorga con el novedoso título de Invicta.[52]
  • Apolo, dios protector del emperador, aparece en Astorga asimilado como Granno, dios celta que significa granate o brillante como la grana o reluciente como el sol. Este dios celta tenía un santuario en Tréveris.[53]

Fueron hallados también en Astorga el dios Esculapio y su hijo Telesphoros, relacionados con la medicina y las curaciones.

Enterramientos

En Asturica se dieron dos tipos de enterramiento: por incineración y por inhumación. La incineración era el rito predominante antes y durante la época romana. Se guardaban las cenizas en urnas de barro o de vidrio; en Astorga se han encontrado estas urnas de vidrio introducidas en tubos de plomo y sobre ellas una estela decorada. Gracias a los restos arqueológicos se ha podido constatar que alguna de las necrópolis estaba situada al NNE de la ciudad.

La inhumación fue un sistema introducido por el cristianismo. No hay constancia del lugar de la necrópolis pero los estudiosos, basándose en la ciudad de Clunia, suponen que los enterramientos astorganos estuvieron situados en torno a la iglesia de Santa Marta. Por otra parte aparecieron algunas sepulturas en la zona de la iglesia de Santa Colomba.[54]

Las explotaciones auríferas

Vista panorámica de las Médulas.

Además de la importante explotación de las Médulas, en El Bierzo, Asturica contaba bajo su área de influencia un conjunto de explotaciones repartidas a lo largo y ancho de la Maragatería, cuyas huellas son aún visibles.[55]

Estas explotaciones tienen su origen en época prerromana, siendo abundantes los asentamientos astures conocidos. Sin embargo, fue Roma la que desarrolló profundamente la minería a los pies del Teleno; desde el asentamiento de la Legio X Gemina hasta la fundación del núcleo civil pasaron unos 50 años en los que se pacificó el territorio y se establecieron castros y coronas en relación a la explotación minera.

El sistema de trabajo se basó en mano de obra indígena bajo el control de unidades del ejército dependientes de la Legio VII Gemina establecida en León. La ingeniería permitió producciones de hasta seis toneladas al año, cifra destacada teniendo en cuenta que la riqueza de las capas está entre tres y seis gramos por tonelada.

En cuanto al proceso, primero se construía la red de canales que llevase el agua de los ríos hasta la explotación. En ésta se almacenaba en albercas, como las que se pueden ver en la explotación de la Fucarona, para luego soltarla a presión sobre conos y galerías; los conos arrastraban material hasta los lugares de sedimentación donde tenía lugar el lavado (arrugia), y las galerías derrumban el sustrato para dirigirlo también a los lavaderos (ruina montium).

... las montañas son minadas a lo largo de una gran extensión mediante galerías hechas a la luz de lámparas... Acabado el trabajo de preparación, se derriban los apeos de las bóvedas desde los más alejados; se anuncia el derrumbe y el vigía colocado en la cima de la montaña es el único que se da cuenta de él. En consecuencia da órdenes con gritos y con gestos para poner en aviso a la mano de obra y, a la vez, él mismo baja volando. La montaña, resquebrajada, se derrumba por si misma a lo lejos con un estruendo que no puede ser imaginado por la mente humana, así como con un increíble desplazamiento de aire...
Plinio el Viejo, Historia Natural..

En la comarca maragata el sistema predominante es el de arrugia. Por ello, los lugares de explotación son abiertos, formando auténticos valles o lagunas artificiales. Los materiales estériles, llamados murias, modificaron el paisaje formando conos de salida, construidos en muchos casos para facilitar el transporte del limo que contenía el oro. Este barro se depositaba en canales de suave pendiente que facilitaban la sedimentación de elementos pesados, y los más finos se filtraban hasta lograr el metal.

Una de las albercas de la Fucarona.

La época de esplendor de las minas comenzó con la dinastía Flavia, a finales del siglo I, y se mantuvo hasta mediados del siglo III, cuando entró en proceso de decadencia.

Entre las explotaciones que se pueden encontrar está la citada Fucarona,[56]​ cercana a Rabanal Viejo, en la cual se puede observar no sólo la explotación en sí, sino algunos de los canales para el transporte del agua y cuatro albercas para su almacenamiento. De éstas se conserva parcialmente el fondo cubierto con piedra para evitar que el agua se pierda infiltrándose en la tierra. Y entre Luyego y Priaranza de la Valduerna se localiza Fucochicos,[57]​ otra explotación surgida con el sistema de arrugia.

También destacados son la Corona de Pedredo,[58]​ con la explotación minera junto al propio asentamiento, y la Laguna Cernea,[59]​ restos de una explotación junto a Santa Colomba de Somoza.

Véase también

Referencias

  1. «Mapa topográfico nacional». Consultado el 9 de enero de 2009. 
  2. F. J. Sánchez Palencia. La Zona Arqueológica de Las Médulas (León). Junta de Castilla y León. 1996.
  3. M. Rabanal y E. González. Asturica Augusta. Los textos de la Antigüedad clásica. Astórica, nº 14. 1995.
  4. Plinio. Historia Natural, 3, 28.
  5. Itinerario de Antonino, en la parte que se refiere a Astorga.
  6. Aunque no se ha excavado ninguna, se conoce la localización de alguna de las necrópolis a través de hallazgos dispersos.
  7. «Epigrafía Romana de Astorga». Consultado el 12 de enero de 2009.  Extracto del Boletín de la Real Academia de la Historia (1903) con información acerca de varias inscripciones asturicenses.
  8. El documento se encuentra en el Staatliche Museen de Berlín.
  9. J. Mangas. Dioses y cultos en Asturica Augusta antes de su cristianización. I Congreso Internacional Astorga Romana. Astorga. 1986.
  10. M. A. Rabanal. Las vías romanas de la provincia de León. Diputación Provincial de León. 1988.
  11. Por ejemplo, J. M. Roldán. Las tablas de Barro de Astorga, ¿una falsificación moderna?. Revista Zephyrus XXIII-XIV. 1972-73.
  12. Revista Zephyrus, LXX, 2012, 151-179. "El Itinerario de Barro. Cuestiones de autenticidad y lectura"
  13. «Diario de León». Consultado el 7 de febrero de 2009.  Noticia aparecida en el Diario de León en relación a la inauguración del miliario.
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  15. a b c J. M. Luengo. Astorga (León). Exploración de las cloacas romanas. Noticiario Arqueológico Hispánico II (1953). Astorga Romana. Noticiario Arqueológico Hispano V (1956-61).
  16. por ejemplo, T. Mañanes. Astorga romana y su entorno. Estudio Arqueológico. Valladolid, 8. 1982.
  17. "...ordenó que habitaran y tuvieran residencia en su campamento, situado en la llanura, que allí celebraran sus asambleas y que lo adoptaran como capital". A. Schulten. Los cántabros y astures y su guerra con Roma. Madrid. 1943
  18. M. Pastor. Asturica Augusta, ¿fundación de Augusto?. Symposium de Ciudades Augusteas. Zaragoza. 1976.
  19. Le Roux. L´Armée Romaine et l´organisation des provinces ibériques d´Auguste à l´invasion de 409. París. 1984.
  20. T. Mañanes. Epigrafía y Numismática de Astorga romana y su entorno. León-Salamanca. 1982.
  21. M. L. González. Consideraciones sobre el origen campamental de Asturica Augusta. Actas del Coloquio Internacional: Los Finisterres Atlánticos en la Antigüedad. Época Prerromana y Romana. Gijón. 1996.
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  23. a b c M. Burón. El Trazado Urbano en las proximidades del Foro en Asturica Augusta. La casa del pavimento de opus signinum. Arqueología en Castilla y León 2. Junta de Castilla y León.
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  25. F. Fita. Epigrafía romana de Astorga. Boletín de la Real Academia de la Historia 42-3. 1903.
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  29. por ejemplo J. M. Vidal. Arqueología urbana en Astorga: la aportación de las excavaciones de urgencia. I Congreso Internacional Astorga Romana, Vol. 2. 1986, o A. Sevillano. Aportaciones a la arqueología de Asturica Augusta (1993-1996). Los orígenes de la ciudad en el Noroeste Hispánico (Actas del Congreso Internacional, Lugo 15-18 de mayo de 1996). 1999.
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  34. Tal identificación fue realizada ya por A. García Bellido en Ergastula Romana de Astorga (León). Boletín de la Real Academia de la Historia CXX, Cuad. 2. 1947.
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  41. Un tramo de estas cloacas es visitable, dentro del Jardín de la Sinagoga, en el recorrido denominado Ruta Romana
  42. J. M. Luengo. Astorga (León). Exploración de las cloacas romanas. Noticiario Arqueológico Hispánico II (1953)
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Bibliografía

Enlaces externos