Garrovillas de Alconétar

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Garrovillas de Alconétar
municipio de España y villa


Bandera

Escudo


Plaza de Garrovillas de Alconeta
Garrovillas de Alconétar ubicada en España
Garrovillas de Alconétar
Garrovillas de Alconétar
Ubicación de Garrovillas de Alconétar en España
Garrovillas de Alconétar ubicada en Provincia de Cáceres
Garrovillas de Alconétar
Garrovillas de Alconétar
Ubicación de Garrovillas de Alconétar en la provincia de Cáceres
País  España
• Com. autónoma  Extremadura
• Provincia  Cáceres
• Comarca de Tajo-Salor
• Partido judicial Cáceres
• Mancomunidad Tajo-Salor
Ubicación 39°42′47″N 6°32′58″O / 39.7131229, -6.5494671
• Altitud 327 m
Superficie 207 km²
Población 1974 hab. (2023)
• Densidad 10,15 hab./km²
Gentilicio Garrovillano/a
Código postal 10940
Alcalde (2011) Cándido Javier Gil Pizarro
Sitio web Ayuntamiento de Garrovillas

Garrovillas de Alconétar (hasta 2001 llamado solamente Garrovillas)[1][2]​ es un municipio español, en la provincia de Cáceres, Comunidad Autónoma de Extremadura. Pertenece a la Comarca de Tajo-Salor y se sitúa entre Navas del Madroño y la N-630.

Garrovillas de Alconétar, (Garrovillas d'Alconeta en extremeño), hoy reducido a un pueblo de casi 2300 habitantes, fue en otro tiempo una población importante en su zona. Originalmente era una aldea de Alconétar, pero Alfonso X el Sabio le dio el título de villa, siendo el centro del condado homónimo. Según algunos autores, en el siglo XVI tenía más de 7000 habitantes. En el siglo XIX, seguía teniendo más de 6000 habitantes, lo cual le hacía el tercer pueblo más grande de la provincia de Cáceres y le dio derecho a ser la capital del Partido judicial de Garrovillas.

Gracias a su importante pasado, hoy en día Garrovillas cuenta con una gran cantidad de monumentos. El municipio es principalmente conocido por la plaza mayor del pueblo, pero también son destacables el Castillo de Floripes, el Puente de Alconétar y los monumentos religiosos del pueblo.

Ubicación

En azul, término municipal de Garrovillas de Alconétar. En rosa, el resto de términos municipales de la provincia de Cáceres.

Limita con los términos municipales de Cáceres, Casar de Cáceres, Navas del Madroño, Alcántara, Portezuelo, Cañaveral, Hinojal y Santiago del Campo. Actualmente se encuentra integrado en la Mancomunidad Tajo-Salor.

Geografía física

Geológicamente, el término se encuentra dentro del Macizo Hespérico o Hercínico. La totalidad de su superficie está ocupada por materiales pizarrosos.

Topográficamente, presenta un relieve alomado al que la erosión del Río Tajo, actuando sobre el sustrato pizarroso, ha provocado fuertes encajamientos con altitudes que oscilan entre los 200 msnm en las riberas del Embalse de José María de Oriol-Alcántara II —en el lugar conocido como Fosa de Alconétar— y los 500 msnm de la penillanura y proximidades de la Sierra de Cañaveral. Su altitud máxima se encuentra en el llamado Cerro de la Raya, con una cota de 477 msnm. Otras elevaciones son el Cerro de Valdetorre, con 407 msnm y el Cerro de Garrote, con 371 msnm.

Se pueden diferenciar en Garrovillas tres tipos de suelos: arenosos, que ocupan la mayor parte del territorio; pizarrosos que se extienden por la cuenca del río Tajo y suelos de aluvión o tierras fértiles, en las que se han concentrado las partículas erosionadas. Son suelos muy poco profundos en los que la roca madre está a escasa profundidad, cuando no en la superficie.

El clima es de tipo mediterráneo, con una temperatura media de 16,4 °C y una pluviosidad media de 460 L/m².

El término municipal está atravesado por el río Tajo, al que vierten por la derecha el arroyo de Guadancil y el de Portezuelo y por la izquierda el río Almonte (que recibe el Arroyo de Talaván) y los arroyos Villoluengo, Rivera de Araya (que nace en la Cabeza de Araya), Rivera del Morisco y Rehana.

Naturaleza

Flora

La flora del término es variada y típicamente mediterránea, estratificada en bosque, matorral y hierbas. El bosque garrovillano está integrado por los pinares de pino piñonero, situados al sur y sudoeste de la población, de gran porte; se aprovechan para madera y piñones. Otras especies representativa son la encina y el acebuche. En el matorral lo más sobresaliente son las escobas (blanca y amarilla), las jaras, el tomillo, el espliego, el galapero, la zarza y la magarza. Crecen multitud de hierbas y pastos, algunas de ellas de gran valor botánico: flor de la abeja, lirios muy variados, alhelias, candilitos, suegra-nuera, orquídeas silvestres, etc. Las aguas de las charcas se llenan de ranúnculos en primavera.

Fauna

Entre los mamíferos abundan el jabalí y el zorro, demás de conejo y liebre. En los pinares de Valdepelayo, Valdefernando, Morgado, Las Viñas u Holanda se cobijan rapaces, como el águila calzada, el milano y el alcotán, y otras especies como la cigüeña negra. Las cigüeñas blancas sobrevuelan tejados y charcas y en cualquier lugar del campo puede surgir el cuclillo, la perdiz o el cernícalo. En los páramos de Villoluengo, Altagracia o Conejo pueden verse avutardas o sisones. En los cantiles de Araya o el Morisco anida el abejaruco. El buitre leonado tiene una colonia en regresión y los córvidos son abundantes.

Tras la construcción del Embalse de Alcántara se han aclimatado especies no autóctonas como gaviotas, cormoranes y garcillas bueyeras. De los reptiles se destacan distintas especies de culebras, el lagarto y el galápago. Los anfibios están representados por la rana y el sapo. Dentro de los roedores, señalemos el ratón dorado de campo, el liron careto y la churupa. En el embalse de Alcántara las especies autóctonas del río Tajo han sido sustituidas por el lucio, la perca americana y la carpa royal, que han acabado con aquéllas.

Historia

Ídolo oculado de Guadancil.

La zona estuvo poblada desde la Prehistoria como lo prueban los dólmenes de Guadancil y Cerro Garrote, excavados en el siglo XIX por el sacerdote don Jerónimo de Sande, que encontró una serie de objetos, incluyendo un ídolo oculado, depositados hoy en el Museo de Cáceres y en el Museo Arqueológico Nacional (los de éste fueron previamente a la Exposición Universal de París (1878).

La presencia humana durante la Edad de los Metales está atestiguada porque en 1931, en la zona de Alconétar, en el fondo del río Tajo, fue hallada una espada pistiliforme de bronce, de 67 cm de longitud. El estado de conservación era bueno en el momento del hallazgo; la punta ya le faltaba en el momento en que quedó abandonada definitivamente la espada, aunque nunca llegó a usarse como tal arma. Pertenece al último periodo de la Edad del Bronce (en torno al año 1200 a. C.) y su origen debe ser buscado más bien en el mundo atlántico. Se conserva en el Museo Arqueológico Nacional.

Espada de Alconétar.

En la confluencia del Tajo y el Almonte se asentó un castro prerromano llamado quizás Turmogum (centro de los turmódigos, tribu lusitana) y ocupado por los romanos como Turmulus. De esta época procede una tégula escrita aparecida en las proximidades de Garrovillas con la inscripción "PRECARIO COERENSIVN/ ET CALONTENSIVM CALUR/ I. ET. PALANTENSES/ VSI SUNT/", que se ha traducido por "A Precario. Los coerenses y los calontenses calures y los palantenses son lusitanos". Los romanos, para cruzar el Tajo, construyen un puente (llamado de Mantible) que servía a la Vía de la Plata.

En 828, Mahamud, un jefe musulmán de este enclave, se alió con los bereberes de Mérida en la revuelta contra Abderramán II. En el 838 él y su hermana (¿Yamila?) tuvieron que huir y se aliaron con el rey Alfonso II de Asturias; ambos personajes inspiraron leyendas posteriores. En el siglo X los árabes construyen una torre para defender el puente, llamado ahora Alconétara, o Puentecillo, de Mahamud. En el año 1133, tras haber pasado a manos cristianas, el emir almorávide Tasufin ben Ali volvió a tomar Alconétar.

El año 1167 el Rey Alfonso VIII liberó del dominio árabe y entregó el castillo de Alconétar a los Caballeros Templarios, que lo erigieron en cabeza de Encomienda, de la que dependían los Cuatro Lugares (Hinojal, Talaván, Santiago del Campo y Monroy) además de Cañaveral.

Garrovillas antiguamente fue aldea conocida con el nombre de Garro y estaba también agregada a la villa de Alconétar, que se hallaba junto al castillo. Así fue hasta que el rey Alfonso X le dio el título de villa, en virtud de hallarse arruinada la de Alconétar tras ser anegada en una riada del Tajo; los vecinos de ésta se trasladaron a aquélla, que se denomina desde entonces «Garrovillas de Alconétar». Surgieron disidencias entre los Templarios y las vecinas órdenes de Alcántara y de Santiago y hacia 1258 aquéllos abandonaron el castillo, que pasó a manos del poder regio. En 1268, en documento firmado en Alcalá, Alfonso X dio aquellos lugares en señorío a su hijo Fernando de la Cerda.

El puente romano de Alconétar (o de Mantible).

En 1368 el puente de Mantible se encontraba ya derruido. Poco después aparece Leonor de Alburquerque como señora del castillo, posiblemente enfrentada a la población de Garrovillas. El rey Juan II en 1434 da por albalá el señorío, "con el paso de barcas y derechos del castillo de Rocafrida, que está sobre las barcas", a Enrique Pérez de Guzmán y Castilla, II conde de Niebla. Una de sus hijas, María de Guzmán, casó con Enrique Enríquez, I conde de Alba de Liste, hijo segundo del Almirante de Castilla. Así, esta villa ha pertenecido posteriormente al condado de Alba de Liste, poseído en el siglo XIX por el duque de Frías.

A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en el municipio constitucional de la región de Extremadura, cabecera del Partido Judicial de Garrovillas y conocido entonces como Garrovilas[3]​ que en el censo de 1842 contaba con 1200 hogares y 6574 vecinos.

El Ayuntamiento en 2001 obtuvo un símbolo representativo, esto se representó en el cambio del nombre de la villa.

Patrimonio

Santa María

El templo parroquial de Santa María de la Consolación (levantado entre 1494 y 1520) es una construcción de una sola nave, en sillerías graníticas bien escuadradas y mampostería revocada de cal, habiéndose utilizado posteriormente el ladrillo en obras de reforma.

Destaca la portada principal, debida a Francisco González. La forma un arco de medio punto abocinado con arquivoltas decoradas con bolas. La enmarcan, a ambos lados, unas pilastras estriadas, unidas arriba por moldura decorada también con bolas. Encima, un arco de medio punto abocinado y con arqivoltas contiene una ventana ajeminada de arquillos polilobulados. Remata el testero una línea quebrada con decoración en sierra.

La nave aparece cubierta por tres tramos de bóvedas de crucería sin apoyos intermedios, lo que supuso una novedad constructiva frente a la solución más clásica del templo de tres naves. Destaca por su pureza de líneas y armónicas proporciones, reduciéndose el repertorio ornamental a sus portadas, decoradas con bolas y encuadramientos de pilares, o a escasos relieves que decoran en su interior fondos con las efigies esculpidas de San Pedro y San Pablo, la jarra de azucenas, alusiva ésta a la pureza de Marías, etc. A Francisco González, cantero placentino de gran valía que aparece trabajando entre 1494 y 1528 en la Catedral de Plasencia, se deben las trazas del Templo. Alonso Bejar es el primer maestro que aparece laborando en la Iglesia, donde está un año, sustituido hacia 1495 por Diego Alonso Barreras, vecino de Garrovillas. Junto a él trabajan también Juan Benito El Viejo y Juan Benito El Mozo, padre e hijo. Gonzalo de la Vega, vecino de Plasencia, en 1506 firma escritura de obligación comprometiéndose a llevar a cabo las obras del templo garrovillano.

El clasicista retablo mayor (del siglo XVII), en madera policromada, es del escultor alcantarino Sebastián de Paz; está dedicado a la Asunción de la Virgen y combina esculturas de bulto redondo, relieves y pinturas. En la Capilla Nueva hay dos retablos sin policromar. Uno contiene en hornacina una de las mejores imágenes de San Pedro de Alcántara existentes en Extremadura y el otro, de Nuestra Señora de la Merced (de 1741), es de Juan Granda de Vegas, vecino de Garrovillas; realizado en madera de su color, presenta enormes columnas salomónicas. Tallas barrocas de buena factura, como la de San Antonio de Padua, posiblemente fueron traídas del convento franciscano de San Antonio en 1842, cuando la desamortización.

En Santa María se conserva un órgano de incalculable valor, que ya en 1595 fue restaurado por el organero italiano Horacio Fabri. Las características de su técnica constructiva (disposición de sus flautas verticales en el registro principal, los motivos pictóricos de la fachada…) lo sitúan en el esplendor del Renacimiento. Es una pieza instrumental de coro que servía para acompañar la liturgia de las horas. Ha sufrido diversas reformas; así, del Renacimiento nos quedan el tipo de registro principal con su peculiar afinación, el tamaño del instrumento en una caja que guarda los diferentes juegos de tubos y la extensión del teclado típico de la época, ya que no pasaba de cuarenta y dos teclas; y de períodos posteriores destaca el aumento de juegos de flautas y los registros a ambos lados del teclado, característica principal del Barroco, aunque no se dotó de trompetería tendida en los órganos barrocos españoles, del cual tenemos un claro ejemplo en la iglesia de San Pedro de esta misma localidad, culminando con la acertada restauración llevada a cabo recientemente por el holandés Gerard Graff, quien, conservando lo anteriormente citado, tan sólo ha modificado la alimentación del aire, pasando de una ejecución manual de sus fuelles a la insuflación eléctrica. Se trata por tanto de un órgano de pequeñas dimensiones que no llama la atención por su monumentalidad, sino que su importancia radica en que se trata de uno de los instrumentos más antiguos de Europa.

Panorámica de la Plaza Mayor de Garrovillas de Alconétar.

San Pedro

El templo parroquial de San Pedro, construido en sillería de granito, es gótico del siglo XV y consta de tres naves.

Los pilares presentan dos líneas de capiteles corridos, siendo la baja el arranque de los nervios de las naves laterales y la alta, de la central. El arco toral, que presenta ventana circular sobre la clave, da paso a un ábside con bóveda de nervios formando arcos de ojivas muy apuntadas. En el muro de cabecera de las naves laterales también hay ventanales circulares.

En la cabecera de la nave de la Epístola hay un retablo de fines del XVI y en la del Evangelio, uno barroco y sin dorar de Juan Granda (mediados del XVIII). El retablo mayor es renacentista, can tablas pintadas. En la nave del Evangelio se venera el Cristo de las Injurias, del siglo XV y procedente de la ermita de la Dehesa de Villasbuenas. A los pies, un arco muy rebajado soporta un coro con balaustrada a base de columnillas y arcos polilobulados. La pila bautismal es de estilo románico.

Hay tres portadas; la más antigua, la de la Epístola es del siglo XIV, abocinada y ojival con capitel corrido y decoración vegetal estilizada y tres escudos, todo bajo alfiz.

Plaza y barrios

Panorámica de la Plaza Mayor.

Resalta asimismo la Plaza Mayor, con arcadas góticas y fachadas clasicistas; obra de los siglos XV y XVI, está declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional. Se encuentra flanqueada de casas, en su mayoría de dos plantas, con soportales apoyados en columnas de granito y arquerías de ladrillo, sobre las cuales se alzan galerías de ventanales con esbeltas columnas y arcos de medio punto. También se ven algunas viviendas blasonadas de la familia Durán, los mayores terratenientes de la Villa; entre ellas es digno de mención el Palacio de los Condes de Alba y Aliste (antiguos señores de la villa), convertido hoy día en un hotel de 4 estrellas. Es una de las plazas de origen medieval más bellas de España, y sobresale su inmensidad superficial. Se celebran en agosto unos espectaculares festejos taurinos.

Otra joya con la que cuenta Garrovillas es el Corral de Comedias, de estilo típico del Siglo de oro español y diferente a los demás corrales por tener un tercer nivel o piso para ver las representaciones.

Fuera de la Plaza destacan por su arquitectura popular el barrio de los Castillejos y la calle de las Seis Rejas (con la Casa de los Templarios).

Rollo

Rollo jurisdiccional de Garrovillas.

Se conserva un tradicional rollo, que es del tipo llamado por Bernaldo de Quirós "originario", debido a su arquitectura (un simple cilindro alargado que al terminar se aguza en forma cónica, erguido sobre el suelo, sin gradas ni pedestal, como columna dórica); en España hay pocos de este tipo.

Jerónimas

En la Plaza Vieja se encuentra el Convento de Nuestra Señora de la Salud (o de las Monjas Jerónimas), pregonado por una espadaña de ladrillo. Su origen es una ermita erigida por el sacerdote Diego Suárez, natural de Garrovillas.

Una bóveda de crucería cubre el presbiterio del templo, en el que destaca un magnífico retablo dorado de estilo barroco. En la hornacina central del retablo figura una imagen de la Virgen de la Salud, también llamada de la "O" o de la Encarnación, con vestido policromado; de autor desconocido, es de finales del siglo XVII o comienzos del XVIII. En la parte superior existe una imagen del Arcángel San Miguel y, a uno y otro lado, las de San Jerónimo y Santa Paula.

A ambos lados del altar hay sendas capillas-hornacinas. La del lado de la Epístola acoge una impresionante imagen, toda de talla, del Señor con la Cruz a Cuesta, traída del convento de San Antonio. La del lado del Evangelio conserva en un sencillo retablo hasta ocho excelentes pinturas, atribuidas al Divino Morales. Abajo, aparece Jesús de busto, y, a los lados, San Pedro y San Pablo; en la parte izquierda se representan San Gregorio Nacianceno y Santa Lucía y, a la derecha, San Juan y Santa Rosa. Arriba hay una imagen de un santo a caballo.

La verja que da a la clausura se encuadra entre un par de columnas sobre plintos, sencillos capiteles toscanos, enjuto friso y un par de flameros entre los que hay una hornacina con frontón rematado en cruz franciscana. El hueco de la verja se forma con arco de medio punto con bóveda de cuarto de esfera y trompas.

El Coro está a los pies y la entrada, sencilla, en el lado del Evangelio.

El Convento

El franciscano Convento de San Antonio de Padua, fundado en 1476 por el Conde de Alba de Aliste, se encuentra actualmente en ruinas.

La Iglesia, renacentista, con bóveda de crucería, es de una sola nave y ábside poligonal, con dos capillas laterales a cada lado, dos renacentistas (con friso, pilastras y cruz en el remate) y otras dos platerescas (con balaustres, tondos, y cornisa con flameros y atlantes). En ellas se encontraban los enterramientos de los Condes, adornados con estatuas orantes de alabastro. El coro se asienta sobre un atrevido arco escarzano. En el muro oeste se abre la puerta principal del templo, con una ventana encima para iluminar el coro. Hay otra puerta en la fachada norte, en arco apuntado, que debió aprovecharse de la construcción primitiva. En la parte exterior se contempla un escudo de armas de la Casa de Alba de Liste, y en su parte inferior se encuentra labrada la figura de Don Enrique Enríquez, con dogal al cuello, en señal y recuerdo de su prisión en el cerco de Toro.

El claustro es de sobrio estilo renacentista. La parte baja tiene pilares cuadrados de sillería rematados con tres arcos de medio punto a cada lado, con bóveda de arista y saliente moldura, sobre los que corre una galería de cinco columnas de orden toscano sobre plintos en cada ala, además de las cuatro fundidas, correspondientes a las esquinas. La columnata del claustro alto sostiene una cornisa adornada con triglifos y metopas lisas. En los muros del claustro bajo existieron pinturas al fresco, hoy destruidas, con escenas de milagros y pasajes de las biografías de frailes franciscanos y leyendas explicativas.

Ermitas

  • En las afueras del pueblo están las ermitas de la Soledad, de San Antón, del Cristo del Humilladero, de los Santos Mártires y de Santa Catalina, de la casi docena que llegó a haber.
  • Cabe destacar la ermita de la Virgen de Altagracia, patrona de la localidad, construida en el siglo XV a unos siete km del casco urbano. Presenta partes renacentistas y otros añadidos; con fábrica de cantería, techumbre de ojivales nervaduras y puerta principal gótica culminada en un rosetón, posee el tramo del altar mayor separado por una verja gótica de artesanía local. El retablo mayor data del siglo XVII.

Castillo de Floripes

Torre de Floripes, Garrovillas (Cáceres, España).

Dentro de las aguas del Embalse de Alcántara se encuentra el castillo de Floripes (o Rocafrida, según documento de Juan II). Sobresale la parte superior de la Torre del homenaje; en años especialmente secos se puede observar la cerca almenada. Su construcción es gótica, aunque procede de una probable "turris" del Turmulus romano, luego reconstruida por árabes y cristianos. Sirvió de localización de leyendas cantadas en romances y referidas indirectamente por Cervantes en dos pasajes del Quijote.

Cultura

Gastronomía

Platos típicos son las ranas fritas, los escabeches de peces, los origüelos, las morengas, la chanfaina, el morro de cerdo y, entre los postres, las floretas servidas con miel y los cagajones.

Fiestas locales

  • El 17 de enero es la fiesta de San Antón. La víspera de la fiesta recorre las calles un sanantonero aporreando una tambora. Por la noche se quema una monumental minaría. El día del Santo se celebra la misa, seguida de juegos infantiles y, por la tarde, la procesión, en la que los vecinos obsequian al Santo con embutidos y bebidas que luego se subastan a las puertas de la ermita; también se rifa una cerda joven. Antiguamente, un cofrade solía regalar al santo una cochinilla con una esquila al cuello; durante todo el año dormía en la primera cuadra que encontraba abierta, correteaba por el pueblo durante el día y comía lo que los vecinos le sacaban a la puerta alertados por el cascabeleo
  • El 3 de febrero es la fiesta de San Blas. Después de la misa y la procesión aparece la vaca romera; dos hombres disfrazados de vaca con una cabeza de cartón. Por la tarde tiene lugar el paseo de las serranas (mujeres ataviadas con traje típico) y se reparten dulces.
  • En agosto los Toros se festejan en honor de San Roque, desde 1601. El escenario es la Plaza Mayor, convertida en coso para capeas. Las talanqueras, los carros, la jaula de maderos, la empalizada, las costanas, los rehiletes y los soplillos son los ingredientes del festejo.
  • El 8 de septiembre se celebra la romería al santuario de la Virgen de Altagracia.

Heráldica

Escudo de azur. Puente partido de oro sumado de arco del mismo metal, sobre ondas de azur y oro, acompañado de cerro (sembrado) de plantas, todo en su color, sumado de castillo de oro sobre ondas verticales de azur y plata. Mantelado en jefe de gules cargado con letra «A» mayúscula de oro. Al timbre, Corona Real cerrada.

Economía

Abrevadero de Altagracia.

Han sido tradicionales fuentes de ingresos la pesca fluvial y la recolección de piñones, así como la apicultura.

Según Madoz, en 1847 Garrovillas tenía en el río Tajo seis aceñas y tres batanes; en el Arroyo Morisco, dos batanes y seis molinos harineros, y en el Arroyo Rehana, otro molino harinero. Asimismo tenía tres lagares hidráulicos de viga, un molino de chocolate y diez fábricas de curtidos.

Hoy[¿cuándo?] la población vive principalmente de la agricultura de secano (cereales y almendros) y de la ganadería (vacas y ovejas). Últimamente[¿cuándo?] está incrementándose la ocupación en el sector servicios, dada la proximidad a la capital.

Demografía

En el siglo XVI la población superaba según algunos autores los 7.000 habitantes.

En la primera mitad del siglo XIX había 6.100 habitantes (con lo que era la tercera población de la provincia).

Entre 1900 y 2012, la evolución demográfica ha sido la siguiente:[4][5]

En 1996 había 2.557 habitantes y en 2006, 2.411.

Infraestructuras y servicios

Carreteras

Por Garrovillas pasan o se inician las siguientes carreteras:[6]

Nombre Lugar de entrada Lugares a los que va
 EX-302 
Carretera de Navas
Pasa por el sur del pueblo Suroeste: Navas del Madroño, Brozas y Herreruela (entre Navas y Brozas comparte recorrido con la EX-207)
Este: N-630 y A-66
 CC-113  Se cruza con la EX-302 al suroeste del pueblo Oeste: Mata de Alcántara y Alcántara

Educación

Garrovillas cuenta con un IESO, el IESO Alconétar.[7]

Personajes destacados

  • Domingo Marcos Durán,[8]​ tratadista musical del renacimiento, autor de tres tratados musicales "Lux Bella" (1492), "Comento sobre Lux Bella" (1498) y "Súmla de Canto de Órgano, Contrapunto y composición" (ca. 1502 - 1507)

Notas

Enlaces externos