Pradejón

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Pradejón
municipio de La Rioja


Bandera

Escudo

Plaza de la Constitución e Iglesia de Santa María
Ayuntmaiento
Mural alusivo al cultivo del champiñón en Pradejón
Pradejón ubicada en España
Pradejón
Pradejón
Ubicación de Pradejón en España
Pradejón ubicada en La Rioja (España)
Pradejón
Pradejón
Ubicación de Pradejón en La Rioja
País  España
• Com. autónoma  La Rioja
• Provincia  La Rioja
• Comarca Comarca de Calahorra
• Municipio Pradejón
Ubicación 42°20′04″N 2°04′05″O / 42.334444444444, -2.0680555555556
• Altitud 361 m
Superficie 31,76 km²
Población 3817 hab. (2023)
• Densidad 123,05 hab./km²
Gentilicio pradejonero, -a
Código postal 26510
Alcalde (2015) Óscar León García (PP)
Presupuesto 4.120.034 €[1]​ (2009)
Sitio web http://www.pradejon.es/

Término municipal de Pradejón.

Pradejón es un municipio de la comunidad autónoma de La Rioja (España), famoso por ser el pueblo que más champiñón y setas produce de toda España. La localidad cuenta con el primer servicio de Fungiturismo de España.[2]

Geografía

Limita al norte con la provincia de Navarra, con las localidades de Lodosa, en Monte Alto (474 msnm y Sartaguda que la separa el río Ebro; al sur con las localidades de Calahorra, Autol y Quel; al este con Murillo de Calahorra y los términos de La Plana y Valroyuelo (ambos de Calahorra); y al oeste con los términos de Piñuela, Los Horcajos, Campo Viejo y Noceleón (ambos de El Villar de Arnedo y Arnedo).

La jurisdicción de Pradejón alcanza 31,76 km², pudiéndose diferenciar seis zonas: las parcelas colindantes al pueblo (3.040 ha), el ferrocarril (3,6 ha), la carretera Zaragoza-Logroño (8,5 ha), la carretera local (5 ha), los caminos vecinales (27 ha) y el Canal de Lodosa o Victoria-Alfonso (55 ha). Lo que suma un total de 3.139,10 ha.

Los principales montes de su jurisdicción son La Majada del Canto (415 msnm), Las Raposeras (cuyo pico más alto es de 468 msnm), La Maja (425 msnm) y Cabezo Royo (383 msnm).

El único río que pasa por el municipio es el Ebro, el cual transcurre por el norte de su jurisdicción. El agua para sus campos la suministra el canal de Lodosa

Climatología

Los principales vientos que azotan Pradejón son seis: el aire de la Peña (que viene de Sartaguda), el bochorno (que viene del sur), el gallego (que viene de Carbonera y Los Molinos de Ocón), el milagrés (que viene de la localidad navarra de Milagro), el navarro (que viene de San Adrián) y el cierzo (aire intermedio entre el gallego y el de la Peña).

Demografía

El crecimiento demográfico de Pradejón ha sido sostenido en la última década, aunque entre 2005 y 2006 alcanzó cifras cercanas al 5%, lo que lo sitúa en el quintil de mayor crecimiento entre los municipios de La Rioja. La principal causa de este crecimiento se ha debido a la llegada masiva de inmigrantes, lo que ha rejuvenecido de un modo positivo al pueblo.

El municipio, que tiene una superficie de 31,76 km²,[3]​ cuenta según el padrón municipal para 2017 del INE con 3908 habitantes y una densidad de 123,05 hab./km².

Gráfica de evolución demográfica de Pradejón entre 1842 y 2017

     Población de derecho según los censos de población del INE.[4]      Población según el padrón municipal de 2017.[5]

Economía y Política

Grafiti de la vida rural en Pradejón
Centro de Interpretación del Champiñón y Setas de la Rioja (Fungiturismo)

Tradicionalmente fue un pueblo de pastores donde la ganadería era la base de su economía, mientras que la agricultura ocupaba un puesto secundario. Sin embargo su paulatino crecimiento, entre los siglos XVIII y XX, hizo que la agricultura desplazara el sector ganadero a un segundo plano. Finalmente, a principios de los años 60, centró su economía en la producción de champiñón y setas, siendo en la actualidad la localidad que más champiñón y setas produce de toda España.

En la actualidad, tanto la agricultura como la ganadería son dos sectores que se hallan en recesión:

  • La ganadería es principalmente ovina y, en menor medida, vacuna; siendo este un sector muy reducido y abocado a desaparecer.
  • La agricultura ha experimentado un profundo cambio en las últimas décadas, ya que los productos hortofrutícolas de consumo doméstico han ido desapareciendo a favor de una agricultura de mercado que aporta una mayor rentabilidad económica. Destacan aquí el cultivo del olivo, el almendro, la coliflor y, sobre todo, la vid. En los últimos años, Pradejón se ha abierto paso en el mercado vitivinícola.

En la localidad se encuentra el único matadero de conejos de La Rioja.[6]

Evolución de la deuda viva

El concepto de deuda viva contempla solo las deudas con cajas y bancos relativas a créditos financieros, valores de renta fija y préstamos o créditos transferidos a terceros, excluyéndose, por tanto, la deuda comercial.

Gráfica de evolución de la deuda viva del ayuntamiento entre 2008 y 2016

     Deuda viva del ayuntamiento en miles de Euros según datos del Ministerio de Hacienda y Ad. Públicas.[7]

La deuda viva municipal por habitante en 2014 ascendía a 649,22 €.[8]

Torre de la iglesia de Santa María.

El ayuntamiento de Pradejón esta formado actualmente por dos partido políticos: PP y PSOE. La corporación municipal ahora se encuentra de la siguiente manera:

Alcalde: D. Óscar León García (PP)

Economía y Especial de Cuentas: D. Óscar León García (PP)

Deportes, Salud, Servicios Sociales: D.ª. Mª Fátima Ezquerro Mangado (PP)

Urbanismo, Personal, Movilidad: D. Lorenzo Ezquerro Ezquerro (PP)

Educación, Juventud, Turismo, Prensa: D.ª. Silvia Fernández Fernández (PP)

Festejos, Nuevas Tecnologías: D. Alberto Cordón Cordón (PP)

Mujer e Igualdad; Inmigración; Cooperación al Desarrollo; Medio Ambiente y Aguas; Limpieza, Parques y Jardines: D.ª. Ana Isabel Fernández Cordón (PP)

Cultura, Asociaciones, Sector Agrario: D.ª. Caridad Castro Cordón (PP)

Otros concejales:

D. Eduardo Cordón García (PSOE) D.ª. Elena Cordón López (PSOE) D. Mario Íñiguez Cordón (PSOE) D.ª. Ana Elvira Cordón Antoñanzas (PSOE)

Principales fiestas religiosas

  • Hogueras de San Antón: se celebran el 17 de enero de todos los años, en esta festividad se hacen hogueras por todo el pueblo. Los vecinos compiten por ver quién hace la hoguera más grande y, cuando la intensidad del fuego es menor, los jóvenes saltan las hogueras.
  • Fiestas de Jueves Santo: este día, el párroco lava los pies de 12 niños que van a hacer ese año la comunión, igual que Jesucristo hizo con los 12 apóstoles en la Última Cena. Los niños salen por el pueblo a pedir dinero por las casas, dinero con el que más tarde harán una cena. En este caso, el que lleva el bote hace de Judas Iscariote.
  • Fiestas de San Isidro: estas se celebran el 15 de mayo todos los años, este día la cofradía saca a pasear al santo por todo el pueblo. Luego el cura bendice las roscas y demás alimentos que los fieles llevan a la iglesia.
  • Fiestas de San Antonio: estas se celebraban tradicionalmente el 13 de junio de cada año, pero este día solía coincidir con las mayores faenas del campo, por lo que en 1810, el Consejo de la Villa de Pradejón acordó traspasar estas fiestas al 14 de septiembre, día de la Cruz. En la actualidad estas fiestas suelen celebrarse durante la primera semana del mes de septiembre, son las llamadas "fiestas de verano".
  • Fiestas de San Ponciano: estas se celebran el 19 de noviembre de cada año, son las llamadas "fiestas de invierno" y solo duran un fin de semana.

Patrimonio

  • Torre exenta de la iglesia de Santa María. Del siglo XVIII.

Historia

Prehistoria

Cuarcitas trabajadas en Cantarroyuela, por P. Utrilla, R. Domingo y A. Pérez.

Los hallazgos más antiguos fueron descubiertos por Arturo Pérez en 1998, en un meandro del río Ebro situado en el territorio de Cantarroyuela, hallándose en superficie varias piezas líticas talladas en cuarcita: 13 alisadores, 14 choppers, 23 raspadores, 3 palets-disques, un percutor y un chopping-tool, así como lascas sin retocar y denticulados. La datación de este hallazgo es un problema debido a que las piezas fueron descubiertas en superficie, pero se calcula que estas se fabricaron entre el final de la Edad del Bronce y principios de la Edad del Hierro.

Historia Antigua

La siguiente referencia histórica hemos de buscarla en el siglo II a.C., en este siglo Pradejón no aparece como tal, pero su futura ubicación hace la función de frontera entre los territorios dominados por las grandes ciudades próximas: la Varia de los berones (actual Varea) y la Kalakorikos de los vascones (actual Calahorra).

Destaca de esta época el alfar romano hallado en la zona de La Maja, su descubrimiento tuvo lugar tras sucesivas excavaciones llevadas a cabo entre 1985 y 1992, las cuales dieron como resultado tan sorprendente hallazgo.

Excavaciones del alfar romano de La Maja en los años 90.

Respecto al origen de Pradejón como localidad, tanto la fecha como las razones por las que se fundó el pueblo son una incógnita. A pesar de ello, se barajan dos hipótesis posibles que explican sus orígenes:

  • La primera hipótesis, afirma que el pueblo se desarrolló a partir de una antigua villa romana que aglutinó a la población de los alrededores y logró sobrevivir a la crisis del siglo III a.C, sufrida en todo el Imperio romano.
  • La segunda hipótesis, atribuye el origen de Pradejón a un asentamiento nuevo propiciado por los pastores de la ciudad romana de Calagurris (actual Calahorra), quienes marchaban con el ganado hasta las tierras pradejoneras, que en aquel entonces eran un gran prado. La distancia considerable que había desde el prado hasta la urbe, pudo propiciar que estos pastores acabasen asentándose de un modo permanente en la zona.

Posiblemente, ambas hipótesis tengan parte de razón, pues es muy probable que el origen de Pradejón fuese alguna de las muchas villas romanas de los alrededores de Calagurris, la cual logró mantenerse poblada durante la Edad Media gracias a la actividad trashumante de los pastores de Calagurris y a los escasos labradores que decidieron quedarse en la aldea, donde cultivarán parte de las tierras del fértil prado que, más tarde, dará nombre a Pradejón.

Historia Moderna

Ermita de San Antonio, construida hacia 1796 y reutilizada como parvulario.

La primera referencia histórica de Pradejón data del año 1592, fecha en la que el párroco del pueblo comenzó a anotar los primeros bautismos, matrimonios y defunciones. En aquel entonces, el pueblo era solo un conjunto de casas y corrales junto a una pequeña y ruinosa iglesia, la cual se situaba en el emplazamiento de la actual. El mal estado de esta, así como la carencia de confesionario y de concha bautismal, hizo que el obispo obligase a los pradejoneros a reformar la iglesia, reforma que se llevó a cabo en 1799 con los diezmos del pueblo. La iglesia resultante fue la que los pradejoneros conocieron hasta su derribo en el año 1990.

En esta época, Pradejón ya supera el centenar de vecinos, pudiendo pagar ya a un cirujano, a un médico y a un joven maestro de la localidad llamado Matías Vicioso, que ejercía su cargo desde 1792. Sin embargo, enfermedades como el tifus, la viruela, la malaria o las fiebres maltas, hicieron que el crecimiento demográfico del pueblo fuese lento y la mortalidad infantil alta. Así pues, no es de extrañar que Pradejón alcance su independencia (1803) con menos población que en el siglo XVII.

Historia Contemporánea

La independencia de Pradejón (1803)

Firma del rey Carlos IV en el Libro de Independencia de Pradejón.

El 4 de marzo de 1803, un decreto firmado por el monarca Carlos IV en Aranjuez concedió a Pradejón la independencia administrativa de Calahorra; así, este pasó de ser un barrio calagurritano a ser una villa independiente. El precio a pagar por la independencia fue de 25.808 reales de vellón, unos 220 reales por vecino, dinero que tuvieron que pagar estos en mano, desplazándose hasta Madrid. Las fuentes relatan el resentimiento que Calahorra guardó a Pradejón, después de que este se independizó, así como los litigios en los que el pueblo se vio envuelto en 1805 con Ausejo, El Villar y Lodosa, para quienes la independencia de la villa fue también mal vista.

La Guerra de Independencia Española (1808-1814)

Tanto la construcción de la nueva iglesia como el pago de la independencia, endeudó a los pradejoneros de un modo considerable, sumiéndolos en una crisis subsistencial que se saldará con 36 muertos en 1804. Esta crisis se agravará con el comienzo de la Guerra de Independencia Española en 1808. En este conflicto, Pradejón participó en la defensa contra la invasión francesa, dedicándose a abastecer a las tropas españolas. Sin embargo, la villa se hallaba entre dos fuegos, pues a la vez que abastecía con víveres a las tropas españolas, debía hacer lo mismo con los 25.000 soldados franceses acampados al otro lado del río Ebro. Esto llevó a Pradejón a una nueva crisis subsistencial, obligando al alcalde a denegar la ayuda a ambos bandos, ante lo cual, las dos partes amenazaron a la villa con una invasión militar.

Nota escrita por un guerrillero al alcalde de Pradejón en 1811, pidiéndole víveres. "Un carnero y treinta panes, cuatro cántaras de vino y una fanega de cebada".

El 23 de noviembre de 1808 tuvo lugar la Batalla de Tudela, en la que las tropas napoleónicas salieron victoriosas, lo que dejó a Pradejón bajo ocupación francesa. A partir de este momento, las tropas francesas no pedirán víveres, sino que los cogerán sin permiso. Entre 1809 y 1813, la pobreza en Pradejón será extrema. El párroco llegará a cobrar 27 reales a los vecinos que deseen coger pájaros del tejado de la iglesia. La paja se diezmará y el vino será derramado por los franceses.

A partir de 1813, los sublevados españoles lograrán ganar terreno a los franceses, que acabarán abandonando La Rioja tras la Batalla de Vitoria, el 21 de junio de 1813. Con el final de la guerra y la victoria española en 1814, Pradejón quedó envuelto en una crisis económica y demográfica que no superará en varias generaciones.

La Restauración Absolutista y el reinado de Isabel II (1814-1868)

Antiguo Juego de Pelota construido en 1807. En su tiempo fue uno de los primeros de La Rioja. Actualmente, en su ubicación se halla el antiguo Guarderío.

Tras la Guerra de la Independencia, España había perdido casi todas sus colonias, mostrándose como un país que ocultaba su pobreza tras la nostalgia de viejas grandezas, y donde el inicial liberalismo de la Constitución de 1812, desapareció en favor de la Restauración Absolutista de Fernando VII. Esto creará en España una fuerte oposición liberal contra el monarca, por la que en 1820, este perderá el trono cuando el general Riego implante el Trienio Liberal, régimen que durará hasta 1823, año en el que las tropas francesas aliadas a Fernando VII, le devuelvan a este el trono.

Firma de D.ª Nicolasa Montoya en 1960, primera maestra de Pradejón.

Durante estos cambios de gobierno, Pradejón acatará y cumplirá las exigencias impuestas a pesar de la mala situación económica, siendo esta actitud de resignación una constante a lo largo de los siguientes años. Así con la subida al trono de Isabel II en 1833 y con el comienzo de las dos primeras Guerras Carlistas, la villa atendió las habituales exigencias de la Calahorra anticarlista, a la vez que las presiones del carlismo amenazaban a Pradejón desde Navarra.

El final de estos conflictos dio un respiro a Pradejón, quien a mediados del siglo XIX logrará alcanzar los 1.000 habitantes, contando ya desde la Guerra de Independencia con un juego de pelota o frontón, siendo este uno de los primeros de La Rioja. En el plano de la educación, en 1858 llegará a Pradejón la primera maestra: doña Nicolasa Montoya.

Su llegada supondrá un antes y un después para la educación pradejonera. Desde el primer día, la maestra tuvo que comprar de todo con su sueldo: libros de lectura, bastidores para enseñar a coser, costureros, tablillas y cuadernos; siendo la verdadera impulsora de las primeras escuelas públicas de Pradejón.

De la caída de Isabel II a la entronización de Alfonso XII (1868-1874)

En 1868, la Revolución Gloriosa acabará desbancando el reinado moderado de Isabel II e instaurará el Sexenio Democrático, un periodo en el que se logró plasmar, por vez primera, la libertad de cultos en la Constitución de 1869. Esto favoreció la penetración de la opción protestante en algunos puntos de España, siendo Pradejón el principal foco en el caso riojano, incluso por encima de Logroño. Tanto, que Pradejón llegará a conocerse como "el pueblo de los protestantes".

Simón Vicente (izquierda), el último pastor protestante, junto a sus feligreses.

La comunidad protestante de la villa nació vinculada a la iglesia de Zaragoza, perteneciente a la Unión Ibero-Evangélica, estructura federal que reunía a todas las iglesias congregacionalistas fundadas en el norte peninsular por la American Board desde inicios de 1872. El primer pradejonero en convertirse al protestantismo fue el panadero Juliano Moreno Leza que, tras acudir en otoño de 1872 a cumplir voto ante la Virgen del Pilar, escuchó las predicaciones del pastor gaditano José Eximeno y, a su regreso a Pradejón, decidió él mismo continuar con la evangelización de la villa hasta formar un núcleo protestante estable. El primer pastor será Agustín Sáenz, el cual comprará con fondos de la American Board una casa de tres pisos en la Calle Mayor, destinada a alojar la iglesia.

Esto tendrá lugar en medio de un complicado contexto político. El Sexenio Democrático nombrará rey de España a Amadeo de Saboya, el cual reinará sin apenas apoyos entre 1870 y 1873, año de la proclamación de la Primera República Española. Pero la corta y turbulenta República también fracasará en 1874, con la Restauración Borbónica en la figura de Alfonso XII, hijo de la destronada Isabel II. Este nuevo reinado comenzará en Pradejón con una epidemia de sarampión que se llevará a unos 20 niños entre marzo y abril.

El reinado de Alfonso XII y la regencia de Alfonso XIII (1874-1902)

Durante el reinado de Alfonso XII, Pradejón verá impotente cómo el déficit de la villa no dejará de aumentar, así mientras en 1868 este solo llegaba a los 3.238 reales, en 1887 alcanzará ya los 20.263 reales. La principal causa será el comienzo de las obras para la construcción de la carretera en 1882, las cuales costaron 13.000 pesetas (tres veces más de lo ingresado por el ayuntamiento ese año), siendo este un coste que aumentará el déficit, a pesar de las derramas y de la grabación de alimentos.

Aunque el reinado de Alfonso XII será políticamente estable, su temprana muerte en 1885 dejará como único heredero a un Alfonso XIII todavía por nacer, que representará a España bajo la regencia de su madre, María Cristina. En este año, surgirá una epidemia de cólera en Pradejón, causando tal temor entre la población que el propio médico huirá de la villa. Tras la epidemia, se construirá el actual cementerio en la zona de Majacavas, alejado de la villa como recomendaban las medidas higiénicas desde el siglo XVIII. Como algo insólito, los protestantes pradejoneros lograrán el permiso para separar por medio de una tapia una parte de la necrópolis reservada a sus difuntos.

Restos de la tapia que separaba a católicos y protestantes desde 1885.

Para estas fechas, la comunidad protestante ya contará con unos 40 miembros, en gran medida trabajadores del campo con un nivel económico medio-bajo. La mayor parte serán mujeres adultas o de avanzada edad (viudas de unos 60 años y algunas mujeres casadas con maridos no protestantes), aunque también se darán casos de matrimonios y familias completas, lo que impulsará la creación de escuelas evangélicas que se situarán en la primera planta del edificio de la Calle Mayor. En mayo de 1886, la comunidad pasará a formar parte de la Iglesia Evangélica Española.

Respecto a la situación política española, María Cristina deberá enfrentarse durante su regencia al llamado desastre del 98, que supuso la pérdida en 1898 de las últimas colonias en Puerto Rico, Filipinas y Cuba. Pradejón se verá directamente afectado por este conflicto, ya que enviará a la guerra a los pradejoneros más jóvenes, de los cuales, muchos no regresarán y otros volverán lisiados. A esto debemos sumar la llegada en 1901 de una nueva epidemia de sarampión, la cual se llevará a 20 niños entre enero y febrero. A pesar de todo, el siglo XIX llegará a Pradejón acompañado por un aumento demográfico, donde los 400 habitantes de principios del siglo XIX, darán paso a los 2.000 habitantes que alcanzará la villa a comienzos del nuevo siglo. La inestabilidad política se saldará en 1902 con la declaración de Alfonso XIII como mayor de edad.

Alfonso XIII y el turno de partidos (1902-1923)

España comenzará ahora a elegir los gobiernos locales, provinciales y nacionales mediante sufragio universal masculino, sin embargo, esta elección distará mucho de ser democrática: son los años de la España del caciquismo y el pucherazo. Así, en Pradejón como en el resto de España, el poder recaerá de un modo sucesivo en los hombres más ricos del pueblo, una élite económica que usó los mecanismos de gobierno para preservar sus privilegios. Durante este periodo, el mayor cacique será José Fernández Ezquerro, quien fue alcalde en tres ocasiones, ocupando el cargo un total de ocho años.

En estos "años democráticos", el crecimiento demográfico de Pradejón supuso una matrícula de 194 niños en las Escuelas Nacionales y la creación de un parvulario con 140 matriculados, situado en la ermita de San Antonio y dirigido por Doña Juana Cordón. Allí se castigaba a los niños desobedientes encerrándolos en la vieja sacristía de la ermita, más conocida como "cuarto de las ratas". Las fuentes nos hablan de un trágico incidente en el que la maestra azotó a una niña que resultó muerta a los pocos días, presentando golpes de correa y el estallido de un globo ocular. Sin embargo, el juez la absolvió porque no se pudo demostrar que la muerte hubiera sido consecuencia de la paliza.

La maestra D.ª Juana Cordón junto a los niños del parvulario.

Las escuelas evangélicas contarán ya con unos 95 niños. Los profesores de las mismas serán el matrimonio formado por Domingo Heras, nuevo pastor evangélico y maestro de la escuela elemental de niños; y su mujer Asunción Benita Miranda, encargada del parvulario y de la enseñanza elemental de niñas. Teniendo en cuenta que la comunidad protestante seguía formada por unas 40 personas, las cifras suponen que más de una quinta parte de los pradejoneros confiaba la educación de sus hijos a los protestantes, por ser el único centro educativo que impartía una educación laica ajena al adoctrinamiento católico.

A pesar de ello, en 1909 las autoridades locales cierran temporalmente las escuelas protestantes por considerar que se hace proselitismo, debido a que las clases se imparten en la misma sala donde se da el culto y esto deja a la vista de los niños los símbolos protestantes de la liturgia. Este contratiempo mantendrá cerrado el centro hasta 1910, cuando después de varios intentos por reabrirlo, el pastor logra el permiso tras trasladar la capilla a otra sala y dividir las secciones masculina y femenina por medio de un tabique.

Aunque todavía quedan algunas familias que viven exclusivamente de la cría de ovejas, la mayor parte de la población se dedica a la agricultura, existiendo sobre todo pequeños propietarios que deben combinar el cultivo de sus tierras con el trabajo como jornaleros en las tierras de los grandes propietarios. Junto al cultivo de cereal, vid y olivo, destaca la producción de cáñamo para la industria alpargatera. El sector industrial será escaso, excepto una fábrica de conservas de la que se tiene noticia desde fin de siglo, el resto del sector se limitaba a talleres artesanales de tamaño reducido, dedicados al abastecimiento del mercado local. Esta ausencia de industrias fuertes hará que muchos pradejoneros, sobre todo mujeres, busquen trabajo en las fábricas de conserva calagurritanas, teniendo que recorrer diariamente a pie la distancia entre Pradejón y Calahorra.

En 1915 comenzarán las obras del Canal de Victoria-Alfonso (Canal de Lodosa), suponiendo el trabajo a muchos pradejoneros que también deberán desplazarse andando hasta allí. La aparición de esta clase obrera incipiente trajo consigo el surgimiento de ideologías socialistas y anarquistas que denunciarán las injusticias entre pobres y ricos. Ese mismo año, un grupo de jornaleros anónimos inutilizó a mano airada los olivos de la finca de Sabino Ezquerro Ezquerro, concejal del Ayuntamiento. En enero de 1916 se creará el primer sindicato de clase en Pradejón, la Sociedad de Obreros Agricultores, presidida por Pedro Ortega. Ese mismo año, varios jornaleros de Pradejón que trabajaban en las obras de uno de los tramos del Canal serán enjuiciados por llamar a un contratista "ladrón", "granuja" y "bandido", amenazándole con quitarle la bolsa de dinero que llevaba.

Sello del Sindicato Agrícola de Pradejón, en el libro de registro de socios.

En 1917, la Sociedad de Obreros Agricultores celebró el Primero de Mayo en el Juego de Pelota. El encargado de dar el discurso fue Domingo Heras, quien denunció las injusticias sociales que existían en Pradejón, donde los grandes propietarios de la tierra, la fábrica y la contrata de las obras del Canal se estaban enriqueciendo a costa de los obreros que trabajaban duramente. A esto se sumaba el injusto reclutamiento de soldados para la Guerra de Marruecos, en la que solo participaban quintos de extracción humilde, ya que los hijos de los ricos se libraban de ir a la guerra pagando. Aquel Primero de Mayo fue testigo de los lazos de unión que comenzarán a crearse entre la disidencia política (republicana, obrera y anticlerical) y la disidencia religiosa (protestante). El albañil Ángel Pellejero, entusiasmado por el momento y trastornado por el alcohol, "atacó densamente a la religión católica, a las instituciones del Estado, a la propiedad y a la autoridad", según testimonio del párroco, quien lo denunció ante las autoridades y le obligó a retractarse.

En 1918 la gripe española asoló Pradejón, llevándose solo en octubre a 45 pradejoneros. Pasada la gripe, en 1920 se fundará el Sindicato Único de Trabajadores, el cual acabó integrando la antigua Sociedad de Obreros Agricultores. Este sindicato estaba adherido a la central anarcosindicalista CNT y es muestra clara del movimiento obrero que hubo durante estos años en la villa. Este sindicato se mantendrá en activo hasta su desaparición en 1923, tras el comienzo de la dictadura de Primo de Rivera, quien prohibirá los partidos políticos y las asociaciones, con el fin de acabar con el caciquismo que había corrompido los primeros años del reinado de Alfonso XIII.

Alfonso XIII y la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1931)

Primo de Rivera disolvió todos los partidos políticos y los sustituyó por un partido único, la Unión Patriótica. A su vez, ordenó formar en todos los municipios un Somatén, esto es, un cuerpo de voluntarios armados encargados de velar por el orden público. Estos dos organismos articularán un régimen basado en el mantenimiento del orden y en la exaltación del nacionalismo y de la moral católica. Como en el resto de España, Pradejón pondrá en práctica estas reformas, el movimiento obrero será silenciado y las antiguas clases caciquiles seguirán influyendo en la vida pública, dada su importancia social. Muchos antiguos caciques encontrarán ahora acomodo en las instituciones del régimen.

Procesión católica en la Plaza de la Constitución.

El fuerte vínculo que la dictadura mantuvo con el catolicismo, quedará reflejado en las ceremonias de entronización del Sagrado Corazón de Jesús en los Ayuntamientos. En Pradejón este acto tuvo lugar en septiembre de 1929, con la asistencia de la Corporación Municipal, el Obispo, el Gobernador Civil y el Presidente de la Diputación Provincial. Por la mañana, el Sagrado Corazón fue llevado en procesión a las Escuelas Nacionales, acompañado de música, volteo de campanas y lanzamiento de cohetes, para ser entronizado ante los niños. Al mediodía, se ofreció un banquete a las autoridades y, ya por la tarde, se entronizó otra imagen del Sagrado Corazón en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. Durante la jornada, se recordó que "la base religiosa es la piedra fundamental de la sociedad" y que lo necesario de "la restauración de las ideas católicas".

Esta exaltación del catolicismo convertirá a los protestantes en uno de los grupos más reprimidos durante este período. Las autoridades políticas del momento les negarán la creación de nuevas capillas, la apertura de escuelas laicas y la celebración de entierros protestantes. En Pradejón se recuerda un año en el que los católicos situaron el altar del Corpus Christi delante de la iglesia protestante, para hacer coincidir la procesión católica con el culto de la capilla y así provocar deliberadamente. No conformes con esto, algunos católicos entraron en la iglesia a recriminar a los protestantes porque les molestaban con sus cantos. El pastor les contestó que ellos estaban en su casa y que quienes estaban en la calle eran ellos. Desde aquel día, todos los años se situó el altar del Corpus Christi delante de la iglesia protestante.

Procesión del Corpus Christi.

Hacia 1926, las Escuelas Nacionales ya cuentan con unos 200 alumnos matriculados, número excesivo para la capacidad docente de sus dos únicos maestros, uno para niñas y otro para niños. La solución llegará tras la ampliación de los grados en 1927, suponiendo la llegada de dos nuevos maestros y la división de las clases en edades. Para adaptarse a estas reformas, el Ayuntamiento tuvo que habilitar dos locales, uno para impartir los grados y otro para dotar a los maestros de una "casa-habitación". Además, sobre estas fechas, Pradejón emprenderá los trámites para dotar al vecindario de un sistema de abastecimiento de agua, traída desde la fuente de La Gargantilla, en Ocón.

En 1930, la fuerte oposición contra Primo de Rivera obligará a este a dimitir para evitar la caída de la monarquía. Alfonso XIII nombra ahora a Dámaso Berenguer como nuevo presidente, suponiendo esta elección el inicio de una nueva etapa de relajación de la dictadura, la cual es conocida como Dictablanda. En Pradejón, tras la creación del nuevo gobierno, 75 vecinos presentarán un escrito solicitando la exclusión de cuatro concejales del mismo, por haber pertenecido a la Unión Patriótica y al Somatén, entre ellos el propio alcalde. Entre los firmantes se halla el nuevo pastor protestante Simón Vicente, contrario a la intransigencia religiosa que había caracterizado los primeros años de la dictadura, así como otros nombres que, un año más tarde, formarán parte del gobierno de la Segunda República.

La Segunda República Española (1931-1936)

Ante el desgaste político de la dictadura, Alfonso XIII decidirá convocar elecciones municipales para el 12 de abril de 1931, con el fin de regenerar el régimen y devolver el poder perdido a las instituciones monárquicas. Sin embargo, la victoria de las candidaturas de coalición republicana y socialista en las grandes ciudades supondrá la proclamación democrática de la Segunda República Española y la salida al exilio del propio Alfonso XIII. En Pradejón, la victoria en las elecciones municipales fue para los monárquicos, que obtuvieron 7 concejales frente a los 3 obtenidos por los republicanos. Sin embargo, cuando el 15 de abril se conozca la noticia de la proclamación de la República, los republicanos se apropiarán ilegalmente de 7 concejalías, entregando las 3 restantes a sus rivales. Estos justificarán dicha acción invocando a la situación revolucionaria y a supuestas órdenes recibidas de la Junta Revolucionaria Republicana de Calahorra. Dicha investidura ilegal será suspendida dos días después por el Gobierno Civil, decisión que los republicanos responderán mediante una reclamación que alegaba irregularidades en el desarrollo de los comicios.

Pradejón elogiado en el "Libro de Oro" de la República. Villa "famosa por sus vinos, aceites y su producción de cáñamo".

Finalmente, el 31 de mayo de 1931 se volverán a repetir las elecciones ante la oposición de los monárquicos, los cuales decidirán abstenerse en señal de protesta. Los republicanos, viendo asegurado el triunfo, incluirán fuera de listas tres nombres más durante el transcurso de la jornada, los cuales serán elegidos por tan solo 9 votos cada uno. De este modo, frente a un 55% de abstención, los republicanos lograron una victoria irregular con tan solo el 45% de los votos. Este será el único triunfo electoral de la izquierda en Pradejón durante la Segunda República, pues tanto en las elecciones generales de noviembre de 1933 como en las de febrero de 1936, el triunfo de la derecha en la villa muestra una voluntad política conservadora. Si tenemos en cuenta que a lo largo del régimen no volverán a convocarse elecciones municipales en Pradejón, nos hallamos ante un Ayuntamiento de izquierdas gobernando sobre una población mayoritariamente de derechas.

Durante todo el período, el Ayuntamiento estuvo integrado al completo por concejales del Partido Republicano Radical Socialista (PRRS), luego fusionado en el Partido de Izquierda Republicana (IR), siendo su miembro más destable el alcalde Perfecto Miranda Medrano. La Corporación republicana, gracias a las ayudas económicas concedidas por el Gobierno Central, se centró en resolver dos problemas acuciantes: el paro obrero y la enseñanza. En 1931 se pavimentará la Plaza de la Constitución junto a algunas calles, mediante una subvención de 5.000 pesetas. En 1935, con el fin de construir unas Escuelas nuevas, Pradejón contratará un préstamo de 71.708,30 pesetas al INP, proyecto que quedó paralizado al comienzo de la Guerra Civil por ser utilizado el dinero en el esfuerzo bélico. Finalmente, se aprobará también un nuevo proyecto de abastecimiento de agua desde El Villar de Arnedo, pero los vecinos de dicha localidad se opondrán a las expropiaciones necesarias para acometer tal obra y el proyecto será detenido.

En el plano religioso, la Segunda República estableció una auténtica libertad de cultos, siendo la primera vez que el Estado deja de financiar la religión católica. Esto supuso un gran avance para la comunidad protestante de Pradejón, que al fin obtuvo la igualdad de derechos, favoreciendo definitivamente la vinculación ideológica entre el protestantismo y el republicanismo obrero. Frente a una derecha católica, comenzó a surgir una izquierda protestante. De hecho, el pastor Simón Vicente será un miembro influyente de la agrupación republicana local. Estas buenas relaciones entre el Ayuntamiento y la comunidad evangélica supondrán el fin de la marginación social y del acoso promovido o consentido por las autoridades. El cementerio será secularizado y la tapia, que hasta entonces separaba la parte protestante de la católica, será derribada. Por otro lado, se dejarán de costear con dinero público los actos religiosos durante las fiestas patronales de San Ponciano y San Antonio y se retirará del Salón de Plenos el Sagrado Corazón de Jesús. Eso sí, las procesiones de Semana Santa no serán prohibidas, cosa que sí ocurrirá en la mayor parte de los pueblos cercanos.

El movimiento obrero volverá a reactivarse, sobre todo tras la creación en 1932 del Sindicato Único de Pradejón, el cual será una coalición de socialistas y anarcosindicalistas en defensa de los derechos de los trabajadores de las obras del Canal de Lodosa. En enero de 1933, el Sindicato Único pidió al Gobernador Civil su reconocimiento como organización con capacidad para representar directamente a los obreros en las negociaciones laborales con los patronos del canal, rechazando la mediación de los poderes públicos en las negociaciones. Para hacer cumplir sus demandas y ante el despido de un obrero, 350 pradejoneros abandonarán su puesto durante dos días en señal de solidaridad, pero la corta duración de la protesta supondrá una derrota de los huelguistas. El 3 de octubre de 1933 se convocó una nueva huelga, esta vez de 8 días, tras los cuales el Jurado Mixto de Obras Públicas de Logroño dictó un acta de conciliación que recogió las demandas de los trabajadores.

Obras paralizadas de las Escuelas Nacionales en los años 30.

La conciencia de los trabajadores de ser víctimas de la explotación se tradujo en una actitud de rebeldía hacia los patronos y de desafección hacia las clases sociales más elevadas. Esta situación se reflejó en sucesos como los de 1932, año en el que un pradejonero, tras ser despedido de las obras por un capataz, "le agarró por las solapas de la americana diciéndole que si le quitaba de la obra, él lo quitaría de la familia y no volvería a pisar más el canal"; a dicha amenaza se sumó la persecución del capataz por varios compañeros del despedido, que intentaron agredirlo con palos. Estas manifestaciones se volvieron más agresivas con el triunfo de la coalición de centro-derecha en 1933, período en el que las derechas se aplicaron en deshacer las reformas republicanas y en desarticular las fuerzas de izquierda.

Como respuesta, la izquierda radicalizó sus posiciones. En Pradejón se aprobaron medidas anticlericales dirigidas a obstaculizar la presencia pública de la Iglesia católica. Así, en noviembre de 1933 se impone un gravamen sobre los entierros católicos y se restringe el toque de campanas, marginando de este modo a la opción católica y convirtiendo en privilegiada a la protestante. En marzo de 1934, durante la celebración de la Semana Santa, varios jóvenes boicotearon la procesión cantando canciones impropias, lo que provocó una acalorada discusión de la que el alguacil, que había llegado para separar a las dos partes, saldrá con una puñalada leve en el brazo derecho. Para evitar enfrentamientos como este, varios Guardias de Asalto escoltaron la procesión de San Antonio en septiembre, pero al finalizar esta se detuvieron a tres jóvenes por cantar coplas ofensivas contra dicho cuerpo de seguridad. Este nuevo altercado obligará al Gobernador Civil a nombrar un delegado gubernativo encargado por mantener el orden público en Pradejón.

Ese mismo año, la American Board dejó de enviar dinero a las comunidades evangélicas españolas y, como en otros lugares, el pastor Simón Vicente tuvo que trasladarse a Calahorra para vivir ejerciendo la enseñanza, aunque siguió viniendo a la villa para dar misa. Su marcha supuso el cierre de las escuelas evangélicas, cuyos alumnos pasaron a las Escuelas Nacionales o al parvulario de Doña Juana Cordón, iniciándose así el retroceso social del protestantismo en Pradejón.

El pastor Simón Vicente con los niños de las escuelas evangélicas.

La noche del 1 de agosto, el alguacil Máximo García García hacía ronda acompañado por su cuñado Félix Ambrosi, cuando se encontraron con Martín Cordón, derechista reconocido y enemistado con Ambrosi. Entonces, según la versión de Máximo, Cordón intentó agredir con un hacha al alguacil. Ante tal ataque, Máximo sacó la pistola y se inició una persecución hasta que, producto de la carrera, a este se le disparó el arma, la bala rebotó en el suelo e hirió a Cordón en la pierna. Trasladado al hospital, se le infectó la herida y tuvieron que amputarle la pierna. Finalmente, falleció en circunstancias extrañas. Y, aunque el jurado absolvió Máximo, en Pradejón no lo olvidaron y acabó pagándolo.

Entre diciembre de 1934 y julio de 1935 tendrán lugar los atentados contra la propiedad de tres de los mayores contribuyentes del vecindario, todos miembros del Ayuntamiento durante la dictadura. En total se registraron una quema de mieses, la quema de un pajar y el asalto a dos bodegas, en una se descorcharon 200 cántaras de vino y en la otra se derramaron 800 cántaras. La sorpresa del suceso vendrá cuando en julio se detengan como presuntos autores de los hechos a empleados municipales, en su mayoría: dos alguaciles, dos guardas de campo, dos serenos, así como dos concejales. El delegado saldó el problema nombrando nuevos vigilantes de derechas, lo que será respondido con violencia y coacción encubierta por facciones de izquierdas, entre ellos miembros del Ayuntamiento.

La radicalización de la sociedad se reflejará claramente en las elecciones de febrero de 1936, de las cuales saldrá triunfante la coalición de izquierdas o Frente Popular. El triunfo de las izquierdas supuso en Pradejón la restitución en sus cargos de todos los empleados republicanos cesados anteriormente por los atentados a la propiedad pública, así como la reanudación de reformas anticlericales. En esta situación de inestabilidad y amenaza, la derecha propietaria y religiosa no dudará en apoyar el golpe de Estado que el 17 de julio de 1936 intentará derrocar el régimen democrático de la Segunda República.

La Guerra Civil Española (1936-1939)

Los días 17 y 18 de julio de 1936, una parte del ejército español, contraria al gobierno de la República, se alzó en armas con el fin de dar un golpe de Estado. Se iniciaba así la conspiración urdida durante meses por un grupo de generales y oficiales de ideología conservadora que, ante el fracaso parcial de la sublevación, desencadenó en España el inicio de la Guerra Civil, enfrentando a republicanos y sublevados. La noticia llegó a Pradejón el sábado 18, donde el Ayuntamiento y las organizaciones de izquierdas hicieron rondas de vigilancia con voluntarios armados. Estas patrullas sumaban unos 200 hombres, la mayoría afiliados a Izquierda Republicana, CNT y UGT. Sin embargo, el domingo 19 se sublevaron Logroño y Calahorra y el lunes 20 lo hicieron Lodosa y Mendavia, convirtiendo al Pradejón republicano en un foco aislado.

Carta de Casimira Rivas, viuda del pastor Simón Vicente, desde el exilio en 1937.

El martes 21 de julio, el ejército sublevado y las milicias voluntarias de Falange y Requeté, entre las que marcharán curas armados, tomaron Pradejón sin resistencia. Se leyó el bando del general Mola, por el que se declaraba el Estado de Guerra, se sustituyó la Corporación republicana por una nueva y se practicaron las primeras detenciones. Algunos pradejoneros colaboraron en los apresamientos delatando a sus propios vecinos. Los detenidos fueron recluidos en el Ayuntamiento, donde se sometieron a exhibición y, una vez obtenido el voto de los asistentes, fueron mandados a fusilar. El miércoles 22, se descubrió una supuesta "trama terrorista" y el alcalde en funciones detuvo en el campo a Venancio Íñiguez Ezquerro y a su hijo Tomás, picapedreros acusados de facilitar pólvora para construir bombas. Aunque estos lo negaron todo, se detuvieron unos 30 vecinos por la existencia de "más de un centenar de bombas, algunas de 15 Kg de peso (...) escondidas en diferentes lugares, habiéndose cogido ya casi todo este material, así como numerosas armas y municiones". Ese mismo día, Venancio Íñiguez y otros cuatro pradejoneros serán los primeros fusilados del conflicto.

Entre el viernes 24 y el martes 28, se fusilará un total de 22 pradejoneros en los términos de Los Rubiejos (Ausejo) y de la Cuesta de la Gata (Calahorra). A partir de agosto, los nuevos prisioneros serán trasladados a las cárceles de Logroño, donde se les juzgará y fusilará. Aunque la represión más intensa se dio en el verano de 1936, el fusilamiento de pradejoneros republicanos continuará, ya de forma esporádica, hasta el final de la guerra.

El número total se calcula entre 42 y 48 vecinos. Entre los fusilados encontramos a los dirigentes más destacados del republicanismo local, entre ellos algunos cargos del Ayuntamiento y funcionarios municipales encargados del orden público. A saber, fueron fusilados el alcalde Perfecto Miranda Medrano, el concejal Santos Ezquerro Justiniano, el juez municipal Simón San José Ezquerro, el alguacil Máximo García García, el guarda de campo Manuel Ezquerro Martínez y el pastor protestante Simón Vicente, fusilado para disgregar la comunidad evangélica y considerado por el nuevo alcalde como "el principal inductor de los hechos censurables cometidos durante el mando de la República". Junto a estas figuras públicas, también se fusiló a vecinos que solo eran afiliados de base de partidos políticos o sindicatos obreros de izquierda, campesinos y jornaleros afiliados, en su mayoría, a la CNT. Sin embargo, los efectos de la represión lograron un objetivo fundamental, la desarticulación de los sindicatos y partidos políticos de izquierda.

Carta del cónsul estadounidense, enviada en 1938 al alcalde de Pradejón, interesándose por los inmuebles incautados a los protestantes.

La pertenencia al protestantismo no será un factor determinante para el fusilamiento, pero los fieles no tendrán ya derecho a ejercer sus creencias, ni en público ni en privado, sufriendo el hostigamiento de las autoridades. En los primeros días del conflicto, los sublevados prenderán fuego a la capilla y, meses más tarde, las milicias de Falange y Requeté incautarán estos locales para establecer en ellos su cuartel general. Tal usurpación ocasionará un incidente diplomático con Estados Unidos, pues los inmuebles pertenecían a la American Board, una iglesia congregacionalista norteamericana. Por ello, el cónsul estadounidense, residente en Vigo, reclamará desde 1938 a las nuevas autoridades la devolución de los inmuebles, sin obtener respuesta. Por otro lado, Casimira Rivas, viuda del pastor evangélico, logrará exiliarse en Francia y, desde allí, enviar a sus hijas como refugiadas políticas a la Unión Soviética. Cuando Casimira supo lo sucedido a la iglesia protestante, juró regresar para reconstruirla una vez que fuesen vencidos los sublevados. Fervorosa creyente, estaba convencida de que la crueldad de la que habían sido víctimas, no quedaría impune. Sobre las niñas escribió que "se fueron de luto por la muerte de su padre; pero volverán de rojo y verán el castigo que Dios dará a los asesinos".

Conforme los días pasaban y se hacía evidente que las nuevas autoridades llevarían a cabo una represión planificada sin garantía jurídica, muchos izquierdistas decidieron esconderse o huir hasta alcanzar la frontera o el bando republicano. Serán pocos los que lo consigan y la mayoría acabará frente al pelotón de fusilamiento. Uno de los muchos casos fue el de Julio Ezquerro García, quien pasó varios días bajo el agua del canal de Lodosa respirando a través de una pajita, hasta que lo descubrieron y fusilaron allí mismo. O el de Marino Martínez Heras quien, con tan solo 15 años, anduvo errante por el campo durante varios días hasta que le venció la voluntad y decidió entregarse, siendo por ello fusilado. Junto a estos y otros casos, debemos sumar a los pradejoneros que cumplieron penas de cárcel, a los que se vieron obligados a pagar multas económicas por "responsabilidades políticas" y, cómo no, a las mujeres republicanas que, por ser "rojas", se les suministrará aceite de ricino y se les rapará el pelo al cero, para después exhibirlas al escarnio público, viéndose obligadas a vivir en la pobreza y con el dolor de haber perdido al marido, a los hijos o a algún hermano, sin poder quejarse.

La Quinta del Biberón de Pradejón en 1998.

Durante los primeros meses, los sublevados canalizaron la movilización bélica mediante la llamada a filas de voluntarios. En Pradejón, fueron muchos los pradejoneros que se alistaron por voluntad propia, aunque hubo otros que empuñaron las armas por miedo a represalias, sobre todo los alistados en el Tercio Sanjurjo, unidad en la que 50 pradejoneros quedaron encuadrados desde septiembre de 1936. En teoría, esta unidad se compuso de reclutas voluntarios procedentes de Calahorra y otros pueblos cercanos. Sin embargo, este supuesto voluntariado ocultará la verdadera intención de la unidad: reunir en un solo cesto todas las manzanas podridas, esto es, el reclutamiento forzoso de aquellos hombres de lealtad dudosa o sospechosos de ser de izquierda. De hecho, el 42% de los pradejoneros alistados, desertará al bando republicano una vez en el frente. Conforme la guerra avanzó, el voluntariado fue sustituido por la leva de quintos. La necesidad acuciante de hombres en edad de combatir, acelerará la llamada a filas hasta alcanzar su cotas más altas en 1939, cuando los reclutados sean jóvenes de tan solo 17 y 18 años, conocidos como la "Quinta del biberón".

La Guerra Civil no dejó indemne a nadie, ni siquiera a las familias del bando sublevado. De todos los rincones de España llegaban a Pradejón noticias de defunción todos los meses, acompañadas a veces de algunos efectos personales del fallecido. Al dolor de la pérdida, se sumaba la falta de medios de vida de un pueblo que había perdido su mano de obra más joven, ocupada en la lucha o desaparecida en el combate. Dan testimonio de ello las solicitudes presentadas por el alcalde a los mandos militares, reclamando la concesión de unos días de permiso para aquellos soldados que eran necesarios en la temporada de cosechas. Prácticamente todas las familias pradejoneras quedaron marcadas por la tragedia, que para la mayoría no terminó, obviamente, el día de la Victoria, que dio inicio a la dictadura del general Francisco Franco.

El Franquismo (1939-1975)

Finalizada la Guerra Civil el 1 de abril de 1939, se instauró en España un régimen dictatorial encabezado por el general Francisco Franco, prolongándose durante casi 40 años. El régimen basó su economía en la autarquía, buscando una autosuficiencia económica que aisló a España de toda influencia externa y consolidó el triunfo de los vencedores, a la vez que favoreció el sometimiento de los vencidos. En Pradejón, como en el resto de España, el dolor de la tragedia estará acompañado del hambre y del férreo control ejercido sobre todos los vecinos por la FET de las JONS local. Sus dirigentes serán los "camisas viejas" de la villa, esto es, pradejoneros militantes desde antes de 1936 y, a su vez, miembros del nuevo Ayuntamiento. De hecho, el nuevo alcalde Santiago Cedrón Fernández, será también jefe local del partido.

Carta del semanario falangista Arriba, indicando el envío de cinco ejemplares a Pradejón, con el fin de captar nuevos lectores entre los vecinos.

La FET de las JONS local controlará todo durante la posguerra, desde las cartillas de racionamiento hasta la planificación de la economía local. El Archivo Municipal conserva cientos de notas, expedientes y listas de vecinos sospechosos, que configuran un amplio arsenal sobre la conducta que los "camisas viejas" observaron en los vecinos durante la República y los primeros días del "Alzamiento Nacional". Hasta los años 60, prácticamente todos los pradejoneros adultos serán objeto de investigación, con anotaciones del tipo: "aunque es de poca cultura no desmerece para cargo público", "no goza de muchas simpatías por su forma de ser" o "no tiene religión alguna". Tanto si alguien aspiraba a un empleo público, como si se pretendía que un "rojo" excarcelado regresara al pueblo, era necesaria la tramitación de hasta media docena de informes sobre su vida. Aquellos vecinos que no lograban pasar el examen, eran procesados y obligados a pagar fuertes multas, saldadas en la mayoría de los casos con la entrega de propiedades rústicas.

La constante vigilancia falangista se centró, sobre todo, en grupos sociales marginales y profesiones concretas. Uno de los grupos más sometidos fue el de las mujeres protestantes, en su mayoría viudas de guerra. En los primeros días, fueron obligadas a reunirse periódicamente en la casa del cura, donde se les intentó convertir al catolicismo. Siendo inefectivo el diálogo, las autoridades les obligaron a casarse por el rito católico, les impusieron el bautismo a sus hijos y, en algunos casos, les hicieron renegar de las ideas de sus difuntos maridos. En cuanto a los niños protestantes, los maestros de las Escuelas Nacionales les dieron la oportunidad de estudiar una carrera a cambio de renegar de su fe. Por supuesto, durante todo el período carecieron de asistencia espiritual y celebraciones comunitarias, quedando relegada su profesión de fe a la intimidad individual. Otro grupo bajo vigilancia fue el de los maestros, que en Pradejón dio muestras de sumisión y buen comportamiento, siendo los encargados de acompañar a los niños a misa el fin de semana y de dirigirlos en las procesiones, colaborando además con el párroco en todos los actos religiosos.

Ficha de Excombatientes de Falange en el Archivo Municipal de Pradejón.

El 16 de noviembre de 1939, la FET de las JONS local hace un inventario de los bienes de su sede, contabilizando sendas fotografías de Francisco Franco y de Pilar Primo de Rivera, numerosa propaganda del Movimiento, un tambor y dos trompetas compradas para el Frente de Juventudes, 12 fusiles de madera, 4 banderas, 5 portabanderas y 3 banderines. Respecto a los útiles de oficina, solo se anotan una mesa, una silla, una máquina de coser Singer y unas tijeras. En 1940, el partido único ya cuenta con 40 hombres afiliados, la mayoría "camisas viejas". Ese mismo año, mientras en Pradejón se funda la Hermandad de Labradores, España se alinea con las potencias del Eje en los inicios de la Segunda Guerra Mundial. Cuando el Eje invada la URSS en 1941, Franco mandará la División Azul, unidad de voluntarios en la que se alistarán varios pradejoneros.

Ficha del Frente de Juventudes en el Archivo Municipal de Pradejón.

En septiembre de 1941, el alcalde recibe órdenes de informar sobre "rumores y bulos (...) de entidades o asociaciones que actúan en sentido negativo". La respuesta es un amplio informe, donde afirma que "en esta localidad no existe, que yo sepa, ninguna asociación de tipo comunista ni ninguna clase de política", y realiza un retrato fiel de la sociedad pradejonera de los años 40: "el pueblo, políticamente hablando, lo podemos dividir en tres grupos. Un grupo izquierdista procedente de los significados de izquierda antes del Movimiento Nacional, reducido, que vive en un aislamiento respecto a los adheridos al Movimiento Nacional, pero en comunicación entre ellos, y que, procuran comentar entre ellos y entre alguna gente crédula noticias que les parece favorecer a sus ideas. Un grupo neutro muy numeroso, casi los dos tercios de la población, que procedentes de los de izquierda y derecha no significados, no se preocupan más que de sus tareas ordinarias; y otro grupo, bastante reducido, en los cuales se nota el ambiente falangista". Respecto a la Sección Femenina y al Frente de Juventudes, en palabras del alcalde, "no dan ninguna señal de vida, en la práctica no existen". Finaliza afirmando que "en los actos públicos se nota, en general, muy poca animación. Asisten siempre los mismos. (...) El ambiente falangista no se nota en ninguno de estos actos salvo por muy pocas personas. El ambiente en general es de despreocupación por la política, de aislamiento y poca camaradería". El diagnóstico no puede ser más preocupante para las altas jerarquías provinciales, que a partir de entonces, mostrarán una gran inquietud por el comportamiento de los pradejoneros, a su juicio, excesivamente pasivo.

Autoridades en un reparto de trofeos en el frontón, todavía sin cubierta, y al fondo las Escuelas Nacionales. Ambas obras serán finalizadas en los años 50.

En Pradejón, la delegada local de la Sección Femenina jamás aceptó el cargo y ninguna otra mujer quiso presidirla. Las quejas de la delegada provincial hacia el alcalde fueron continuas, denunciando la situación de abandono de la sección y recomendando reprender el mal comportamiento de la delegada local. En 1944, dadas las altas tasas de mortalidad infantil y con el fin de captar nuevas socias, la Sección Femenina instituyó la figura de la divulgadora, mujer "colaboradora del médico en la lucha contra la mortalidad infantil", y repartió harinas para papillas, medicamentos, jabón y ropa, buscando así captar nuevas familias "para Dios y para España". Sin embargo, aunque la sección envió confiada una remesa de carnets, la campaña fue un fracaso y solo las maestras y algunas jóvenes participaron en ella. Algo similar ocurrió en el Frente de Juventudes, donde, como en la anterior rama, ningún pradejonero quiso hacerse cargo. En 1942, la decadencia afectó ya a la propia FET de las JONS, donde nadie deseaba ser delegado local y la mayoría de los afiliados no pagaban las cuotas exigidas. En 1943, el desinterés se extendió a la Hermandad de Labradores, donde varios jefes de grupo se negaron a aceptar el nombramiento. La decadencia de las instituciones se resolvió a partir de este año, alcanzando los 153 afiliados al partido único, la mayoría solo sobre el papel. Por más empeño que ponían las autoridades provinciales, la ausencia de filiación femenina y juvenil, así como la relajación de la Hermandad de Trabajadores, mostraban la actitud pasiva de Pradejón ante el Movimiento. En 1945, tendrá lugar la única iniciativa política del período, el encargo de una lápida de mármol negro con una lista de los pradejoneros "caídos por Dios y por España", encabezada por José Antonio, y que "para mejor conservación y respeto" se colocó en el interior de la iglesia parroquial.

Inauguración del nuevo Ayuntamiento, el 20 de julio de 1965.

El final de la Segunda Guerra Mundial situó a Franco como "amigo de los vencidos", lo que hizo necesario un lavado de imagen del régimen. En lo económico, se dio por concluido el periodo autárquico, dando paso a las primeras medidas liberizadoras. En lo político, se vivió un proceso lento en el que los falangistas fueron sustituidos en los ministerios por los tecnócratas del Opus Dei. España dejó de ser fascista para presumir de católica y anticomunista, posicionamientos favorables en el nuevo contexto de Guerra Fría. El régimen salió de su aislamiento y, desde 1949, comenzó a recibir créditos bancarios de EE. UU. que reactivaron la economía. En Pradejón, mientras la FET de las JONS local comenzó a oscurecerse, la villa experimentó un importante crecimiento económico y un aumento considerable de la natalidad. Cabe destacar el caso de Mª Luz Cordón Marrodán, madre de 15 hijos y dos abortos, quien ganó en tres ocasiones el premio provincial concedido a las familias numerosas. Además, gracias a los envíos norteamericanos de leche en polvo y queso anaranjado "Chendar", por primera vez, los niños pradejoneros podrán merendar algo más que pan con vino y azúcar.

Firma de Melchor Ezquerro, promotor de las obras del Regadío de la Choza.

Hacia finales de los años 50, Pradejón ya contará con baile, cine, cafetería, peñas y hasta festival taurino en las fiestas patronales. Durante estos años se terminaron las escuelas y la casa de los maestros, se pavimentaron las calles de La Fuente y del Cantón y se reparó el frontón. Sin embargo, la obra que cambió la economía de la villa fue la construcción del Regadío de la Choza, puesto en marcha el 22 de agosto de 1953. El promotor de este ambicioso proyecto será Melchor Ezquerro, pradejonero sin un terrón de tierra que cultivar en la zona, pero que luchó y apostó por un proyecto que supuso el antes y el después de la economía de Pradejón. Este impulso a la agricultura facilitó el cultivo del espárrago, cuya gran rentabilidad lo convertirá en el "oro pradejonero".

En el plano político, la mayoría de los vecinos vivían entre la ignorancia y el desinterés, pensando solo en trabajar y divertirse, frente a una minoría de viejos comunistas y anarquistas que aún alimentaban en la intimidad la esperanza de ver caer el régimen. En los años 60, los salarios no dejaron de crecer y los vecinos se volcaron en el progreso individual. El crecimiento demográfico de la década anterior había dado lugar a una generación de jóvenes deseosos de un futuro mejor, la mayoría aprendiendo los nuevos oficios que demandaba la sociedad de forma autodidacta o mediante cursillos por correo. La obra más importante de esta década será la construcción del nuevo Ayuntamiento, inaugurado el 20 de julio de 1965. Cuando la Crisis del petróleo de 1973 alcance al campo, Pradejón se verá azotado por el paro y la pérdida de rentabilidad de los productos agrícolas. El espárrago, cultivo estrella del periodo, acabará perdiendo rentabilidad en favor del cultivo de champiñón, futuro motor económico del pueblo. Cuando el 20 de noviembre de 1975 muera Francisco Franco, Pradejón será ya un pueblo en plena efervescencia, dispuesto a dar la bienvenida a la democracia. Sin embargo, esto no será posible hasta las primeras elecciones municipales democráticas, celebradas el 3 de abril de 1979.

Véase también

Referencias

Bibliografía

  • Aguirre González, Jesús Vicente (2007), "Aquí nunca pasó nada. La Rioja 1936". Ed. Ochoa, pp. 648-660.
  • Gómez Urdáñez, José Luis y otros (2004) "Pradejón Histórico". Ed. Universidad de La Rioja.
  • Solano Antoñanzas, José Mª (1965) "Etnología de la Villa de Pradejón". Ed. Gutenberg.

Enlaces externos