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La '''historia de [[Miranda de Ebro]]''' ([[España]]) se puede dividir en tres fases claramente marcadas. En la primera etapa, que va desde la [[Prehistoria]] hasta el [[siglo XI]], distintas civilizaciones habitaron el término municipal, hasta que [[Alfonso VI de Castilla]] otorgó a la ciudad un [[Fuero de Miranda de Ebro|fuero]] de repoblación en [[1099]]. En la segunda, que empieza en el siglo XI y acaba en el [[siglo XIX]], Miranda de Ebro se consolida como punto estratégico y se fue desarrollando lentamente con diversas construcciones importantes. En la tercera fase, que comienza en el siglo XIX, Miranda de Ebro, con la llegada del ferrocarril, pasa de ser un pueblo agrícola a convertirse en una gran ciudad industrial, con un gran aumento de la actividad comercial e industrial, de la población.
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Revisión del 00:52 25 nov 2007

La historia de Miranda de Ebro (España) se puede dividir en tres fases claramente marcadas. En la primera etapa, que va desde la Prehistoria hasta el siglo XI, distintas civilizaciones habitaron el término municipal, hasta que Alfonso VI de Castilla otorgó a la ciudad un fuero de repoblación en 1099. En la segunda, que empieza en el siglo XI y acaba en el siglo XIX, Miranda de Ebro se consolida como punto estratégico y se fue desarrollando lentamente con diversas construcciones importantes. En la tercera fase, que comienza en el siglo XIX, Miranda de Ebro, con la llegada del ferrocarril, pasa de ser un pueblo agrícola a convertirse en una gran ciudad industrial, con un gran aumento de la actividad comercial e industrial, de la población.

Grabado de Miranda de Ebro hacia 1846.

Prehistoria en Miranda de Ebro

Distribución de las diferentes tribus según Ptolomeo.

En los alrededores de Miranda de Ebro se han encontrado a lo largo de los años numerosos vestigios prehistóricos que nos dan cuenta de la presencia de asentamientos desde el Neolítico. En la vecina localidad de Ameyugo se encuentra la Cueva de Vallojera donde se han recogido cuchillos de silex, punzones y hasta un peine de hueso. De la Edad del Bronce apenas se han descubierto manifestaciones en la zona, a excepción de cerámica en Pancorbo.

A finales de la Edad de Hierro existían en la zona asentamientos de un pueblo centroeuropeo: los autrigones. El yacimiento de Arce-Mirapérez se encuentra situado a escasos 3 km de Miranda de Ebro y según los últimos estudios, allí se ubica Deóbriga.[1]

Historia Antigua: Autrigones y romanos

La zona de Miranda estuvo ocupada por los autrigones hasta la llegada del Imperio Romano entre el siglo I adC y el siglo II adC. Posteriormente el Senado Romano dividió Hispania en dos provincias; Citerior, la más próxima a Roma y la Ulterior, la más lejana, quedando Miranda de Ebro en la Citerior. Posteriormente César Augusto reforma la administración provincial subdividiendo en conventus. Miranda quedó dentro del Caesaraugustano en la provincia Tarraconense.

Los autrigones

Las poblaciones autrigonas solían estar situadas en entornos naturales favorables y además estaban fortificadas. Plinio menciona las diez mas importantes del territorio de los autrigones que son : Virovesca (capital), Tritium, Deóbriga, Uxama Barca, Salionca, Segisamunculum, Vindeleia, Segontia Paramia, Antecuia y Flaviobriga.

Al parecer una de estas ciudades se encontraba muy próxima a Miranda de Ebro; nos referimos a Deóbriga. Se encontraba en lo alto de un cerro en las confluencias de los ríos Ebro y Zadorra. Con frecuencia los romanos solían asentarse cerca de los poblados antiguos sin ocuparlos, pero este no es el caso de Deóbriga donde al parecer sí que aprovecharon destruyendo parte de la primitiva ciudad. En 1970 se descubrió, durante la construcción de viviendas, una necrópolis y durante los años 2004 y 2005 se llevó a cabo un estudio arqueológico que ubicó con exáctitud la ciudad.[1]

Romanización

Se estima que en el 194 adC, el cónsul romano Porcio Catón inició el proceso de romanización del valle del Ebro desde la costa mediterránea hasta Miranda. Al parecer los autrigones acataron el dominio romano pero no se ha encontrado ninguna constancia de enfrentamiento.

Sin embargo, sí que hay constancia de que en el año 76 adC los autrigones y los berones se aliaron con Pompeyo para combatir contra Sertorio, pero no consta nada sobre actividades militares en la zona durante las Guerras sertorianas. La constante comunicación entre romanos y los pueblos antiguos tuvo como primera consecuencia de la romanización el uso de la moneda.

Otro de los avances de la romanización en la zona de Miranda de Ebro fue la construcción de la calzada romana Ab Asturica Burdigalam (Astorga-Burdeos), o Iter XXXIV, que cruzaba el Ebro junto al núcleo de Deóbriga, ya que por aquel entonces el río debía tener zonas pantanosas. Existían también otras vías de menor importancia que unían Miranda de Ebro con Puentelarrá y Armiñón.

En la mayoría de los casos, los romanos optaron por instalarse junto a los pueblos preexistentes, pero en el caso de Deóbriga decidieron aprovechar la infraestructura. Pese a la gran influencia romana en los pueblos, algunas costumbres pervivieron como es el caso de las religiosas. Por el Edicto de Milán en el año 313 se permite libertad de culto en el Imperio Romano.

Entre el siglo III y el siglo IV hay una importante actividad económica en el campo lo que propiciará el traslado de la ciudad a las villas agrícolas. Es el caso de Cabriana donde se asentó una de estas villas de las que se conservan reproducciones del siglo XVIII sobre los mosaicos encontrados en aquel siglo. Se conoce la existencia de unos miliarios galos desaparecidos que debieron estar en las calzadas próximas a Ircio y Cabriana, por lo que se puede intuir el dominio del Imperio de la Galia. El descontrol ya iniciado en el siglo III se extenderá hasta el siglo V donde caerá definitivamente el Imperio Romano tras la llegada de los pueblos germanos.

Historia Medieval: Siglos V a XV

Sin duda fue la Edad Media cuando Miranda de Ebro se consolidó como punto estratégico y comercial. Su situación junto al desfiladero de Pancorbo y el fuero concedido por Alfonso VI de León y Castilla en 1099 propiciaron su desarrollo.

Evolución política pre-invasión (400-711)

A penas se conoce nada entre el fin del Imperio Romano y la Invasión Arabe de la peninsula Ibérica, así que se supone que la evolución política en Miranda de Ebro durante ésta época es la misma que la del resto del territorio. En el 409 vándalos suevos y alanos entran en la península Ibérica cruzando los Pirineos. En el 416 los visigodos penetran como aliados de Roma, derrotando a los alanos y a parte de los vándalos. Aunque en el 418 se les recoloca en la Aquitania, este abandono llevó a los suevos a ocupar buena parte de la península, con capital en Emérita Augusta, la actual Mérida. Tal acción impulsó al Imperio Romano a pedir nuevamente a los visigodos, a través de su rey Teodorico II, la ayuda precisa para controlar Hispania. Las tropas visigodas cruzan los Pirineos y en el 456 capturan al rey Requiario, quedando el resto de los suevos en lo que hoy se conoce como Galicia. El resto de la península pasa a manos visigodas con capitalidad en Tolosa (Toulouse, actual Francia). Las oleadas de conquista se sucederán con posterioridad, pero ahora para ocupar espacios donde domina todavía el Imperio Romano.

En el año 476, los visigodos ya se habían asentado en la península Ibérica y en el 490 termina el grueso de las migraciones desde el norte. Véase Hispania visigoda.

Leovigildo decide lanzar un ataque contra cántabros y vascones, y para ello creó una barrera al norte de Miranda con guarniciones visigóticas. Miranda pasará de pertenecer a la provincia Tarraconense para incluirse en el Ducado de Cantabria.

Evolución política post-invasión (711-1000)

En el 711 se produce la Invasión musulmana de la Península Ibérica. Muza ibn Nusayr llevó a cabo la invasión desde el Valle del Ebro hacía el oeste, por lo tanto Miranda quedó invadida en torno al año 714. En este mismo año se produce la asimilación-conversión del magnate Casio y su familia que dio origen a la poderosa familia Banu Qasi.

En la Crónica Albeldense se menciona la famosa expedición que llevó a cabo Alfonso I, rey de Asturias por la ribera del Ebro en el año 757. En dicho relato se refieren las localidades destruidas: Mirandam (actual Miranda de Ebro), Revendecam, Carbonariam, Abeicam (Ábalos, desde donde cruzó el Ebro), Brunes (Podría ser Briones pero no es del todo seguro), Cinissariam (Actual Cenicero) y Alesanco. Es la primera vez en la historia que aparece documentado el nombre de Miranda.

La comarca mirandesa sufrirá numerosas embestidas por parte de Abderramán I hasta el siglo IX, cuando comienza la repoblación llevada a cabo por campesinos y dirigido por eclesiasticos. En el año 804, el obispo Juan de Valpuesta incluye a Miranda y su entorno en la diócesis de Valpuesta, creando en la zona diversos monasterios, como el de San Mamés, La Molina o San Martín de Azo, todos ellos en la zona de los Montes Obarenes.

Evolución política tras la reconquista (1000-1500)

Tras la reconquista de la zona norte, Miranda de Ebro estaba en manos del rey Sancho Garcés IV de Navarra, que tras su asesinato, Vizcaya, Álava, La Rioja y la familia real, reconocieron a Alfonso VI de Castilla como rey, pasando así Miranda de Ebro a manos del Reino de Castilla en 1076. Alfonso VI, para consolidar su poder, concedió a la villa en 1099 el fuero de Miranda de Ebro.

El 27 de noviembre de 1254, Miranda verá consolidado el comercio con la concesión por parte de Alfonso X el Sabio de la feria de mayo, a la que se sumaría en 1332 la concesión por parte de Alfonso XI de Castilla de la feria del Ángel.

Miranda pasa a manos de diferentes reinos durante el siglo XII. En 1116 el rey Alfonso I de Aragón la conquista junto con otros territorios riojanos. Vuelve a manos de Castilla en 1134 pero sólo hasta 1163, cuando Sancho IV de Navarra extiende su reino hasta Briviesca. Alfonso VIII de Castilla reclamará la villa junto con otras poblaciones. Durante los siglos XIV y XV, y tras las disputas entre Pedro I de Castilla y Enrique de Trastámara, la villa de Miranda pasará de mano en mano, primero al señorío de Burgos, luego a la Hermandad de Álava y por último de nuevo al señorío de Burgos en 1493 hasta nuestros días.

Miranda poseía una de las aljamas más antiguas de Castilla. El fuero concedía a los hebreos iguales derechos que los cristianos y musulmanes. Durante la guerra civil de 1360, los hombres de Enrique II de Trastámara atacaron la judería matando a no pocos judíos. Pero posteriormente las autoridades de Burgos concedieron una serie de nuevos privilegios a los judíos, como el derecho a tener sinagogas y trabajar los domingos en sus casas o en talleres cerrados. Cuando fueron exilados en 1492, los judíos vendieron a la comunidad tanto el osario como la sinagoga, situada en la actual calle La Fuente, que se convirtió en iglesia. El resto de los bienes hebreos pasó a ser propiedad del concejo.

Fuero de Miranda de Ebro

El fuero de Miranda de Ebro, concedido por el monarca Alfonso VI de León y Castilla en enero de 1099, jugó un papel esencial en la historia de la localidad y sus habitantes durante buen número de siglos y generaciones.

El Fuero mirandés se asemeja al Fuero de Logroño, promulgado por el mismo rey en 1095, hasta el punto de reproducir textualmente varias de sus normas, modificando otras e introduciendo algunas disposiciones exclusivas para la ciudad. Tanto en este caso como en el riojano, Alfonso VI señala su validez para los pobladores ya asentados y para quienes llegarán en el futuro, debiendo someterse a su articulado tanto los hispanos como los francos, los moros y los judíos.

Configuración urbana

Antigua ubicación de la "Casa del concejo".
Ábsibe de la iglesia del Espíritu Santo (s. XIII).

La imagen urbana de Miranda de Ebro en los primeros momentos de la Edad Media se correspondía con la de un pequeño núcleo de población situado a las faldas del cerro de La Picota. A medida que fue creciendo la población, la villa fue dotada de un puente que provocó el asentamiento en la orilla izquierda del Ebro, eso sí, mucho menor que el núcleo original. Además la ciudad también contaba con una muralla que circundaba su perímetro y que contaba con 7 puertas de entrada.

Hasta el siglo XIII el obispo de Calahorra fue el encargado de la explotación del puente (Miranda pertenecía en aquel entonces a la diócesis de Calahorra). A partir de este siglo fue el concejo el encargado de su explotación y mantenimiento. Su estado en muchas ocasiones fue lamentable debido a las embestidas del río y era entonces cuando el concejo pedía ayuda al monarca para su reparación. El puente disponía de siete ojos y una torre en la segunda pila (al menos desde 1643) que servía para el cobro del pontazgo. Era estrecho y de perfil alomado, características típicas de los puentes medievales.

Las iglesias eran otro de los referentes de la Miranda medieval. En el fuero de Miranda se citan dos iglesias juraderas: San Martín en Aquende y San Nicolás en Allende, de las cuales sólo la segunda llega hasta nuestros días con el nombre del Espíritu Santo.[2]​ En el barrio de Aquende se ubicaban otras iglesias como la de Santa María en el cerro de la Picota (antes de la construcción del castillo) y la de Santa Petronila, ambas destruidas por el Conde de Salinas. La expansión de la ciudad hizo necesario la construcción de la iglesia de San Juan Bautista. Junto a ésta iglesia de se abre una gran plaza donde se celebra el mercado de la villa y donde además se ubica la casa del concejo. Tras la expulsión de los judíos en 1492, el concejo se trasladó a la sinagoga de la ciudad situada junto al puente.

En 1358, el conde Don Tello, Señor de Vizcaya, solicitó al obispado de Calahorra (Miranda pertencía a dicho obispado) el terreno para construir el Castillo de Miranda en lo alto del cerro de La Picota, lugar que estaba ocupado por la primitiva iglesia de Santa María. Sin embargo, las obras de construcción no se iniciaron hasta 1449, cuando Pedro Sarmiento, Conde de Salinas, ocupó la iglesia. Sin embargo, las obras de construcción no se iniciaron hasta 1449.[3]

En el terreno comercial, Miranda contaba con un mercado semanal celebrado todos los miércoles. Además los habitantes del alfoz de Miranda podían acudir a tres mercados durante el mes de marzo sin pagar peaje. Otros mercados tenían caracter anual: las ferias. En 1254, Miranda verá consolidado el comercio con la concesión por parte de Alfonso X el Sabio de la feria de mayo, a la que se sumaría en 1332 la concesión por parte de Alfonso XI de Castilla de la feria del Ángel.

Historia Moderna: Siglos XVI a XVIII

Evolución política en la tensión con Burgos (1500-1800)

Margarita de Saboya falleció en la Casa de los Urbina de Miranda de Ebro en el año 1665. Retrato de Frans Pourbus.

La política municipal de la Edad Moderna se centra casi exclusivamente en los pleitos que tuvo Miranda de Ebro con la ciudad de Burgos. Las elecciones de los mandatarios locales durante éste periodo se realizaban en la capilla de San Antonio en el convento de San Francisco (actual Convento de los Sagrados Corazones) y, aunque la villa tenía la condición de realenga, las elecciones debían ser confirmadas por el intendente de Burgos. Las personas electas eran las pertenecientes a grandes familias.[4]​ Éste sistema de votación se utilizó hasta 1807 y aunque si bien es cierto que los cargos eran ocupados por vecinos Miranda, los nombramientos siempre venían desde la capital de la intendencia.

Durante el siglo XVI trató salirse del vallasaje de la ciudad de Burgos para recuperar el derecho de localidad realenga.[5]​ Tal era el control de la ciudad de Burgos sobre Miranda de Ebro, que en 1503 las autoridades burgalesas intentaron controlar la venta de terrenos hechas por el concejo mirandés. En 1529 la villa recurrió ante el rey para que no fuese la capital quien nombrase al corregidor mirandés. Si la tensión entre la capital y Miranda fue tensa durante el siglo XVI, aun fue más tirante en el siglo XVII. En los escritos burgaleses siempre se referían a la villa de Miranda como nuestros vasallos, término que no agradaba en la ciudad del Ebro. En 1630 hubo nuevos pleitos cuando los mirandeses se negaban a reconocer la jurisdicción del corregidor de Burgos sobre la villa.

Una de las soluciones que se le ocurrió al concejo mirandés para acabar con las malas relaciones fue la de intentar pasarse a la provincia de Álava en 1646, pero no se llegó a realizar dicho objetivo y sólo provocó que las relaciones con Burgos fuesen aun peores (se volverá a intentar el traspaso de provincia de forma infructuosa en 1742). El estado del litigio entre ambas localidades llegó a ser tan grave que tuvo que intervenir la propia Corona: en 1703, el monarca intentó arreglar la situación estableciendo la venta de la jurisdicción de Miranda por parte de la ciudad de Burgos para que la comprase el concejo mirandés por 18.000 ducados y 6.000 reales. A pesar de todo la operación nunca llegó a realizarse y la villa de Miranda siguió bajo el vasallaje de Burgos durante todo el siglo XVIII.

Evolución política y acontecimientos en la ilustración (1700-1800)

El siglo XVIII fue el siglo de la ilustración, la época con más influencia tanto en el aspecto económico, político como en el social de la historia. Hacia 1750 sólo las vieja calzadas romanas eran los únicos caminos asfaltados y los concejos debían arreglar los caminos por donde pasaban los Reyes. Todos los gastos se cubrían los el cobro de peajes. Miranda de Ebro estaba situada en el Camino Real a Francia y su puesto de cobro era su puente (actual puente de Carlos III).

Por éste camino han pasado a los largo de la historia numerosas personalidades: Margarita de Saboya se hospedó en la Casa de los Urbina de nuestra ciudad en 1655 donde además falleció; Felipe IV de España fue uno de los monarcas que también descansó en la ciudad al utilizar el Camino Real; Napoleón Bonaparte visitó la ciudad en 1812 y el rey Fernando VII de España lo hizo en 1828.

Otro de los acontecimientos más importantes de éste siglo fue el ocurrido en 1795, cuando las tropas de la Convención Francesa invaden España, el frente de guerra se detiene en el Ebro. Los mirandeses impidieron entonces que las fuerzas invasoras traspasasen la barrera natural del río, volviendo los franceses sobre sus pasos al firmarse la Paz de Basilea.

Configuración urbana

Espadaña de la iglesia de Sagrados Corazones.
Casa de las Cadenas (en primer término) y Casa de los Urbina (al fondo), ambas del sigo XVI.

El periodo de tiempo comprendido entre el siglo XVI y el siglo XVIII es el más fructífero de cara al arte, arquitectura, etc. La villa seguía amurallada, aunque ya había ciertos problemas con el manteniiento de las defensas. A principios del siglo XVI se comenzó a construir la iglesia de Santa María de Altamira en el solar que ocupaba el Hospital del Chantre. La primitiva iglesia de Santa María se encontraba en lo alto del cerro La Picota y presentaba estilo romanico, pero en 1449, el Conde de Salinas la desmanteló para iniciar la construcción del castillo. El nuevo templo, en pleno corazón de Aquende,[6]​ fue construido en piedra de sillería y con estilo renacentista. En los años 1570 se inicia la construcción del convento de San Francisco (actual Convento de los Sagrados Corazones).

En 1581 se construyó una torre en el primer arco del puente desde Aquende en la que se ubicó el ayuntamiento, la casa de justicia y una carnicería. Ya en el siglo XVI el puente de encontraba en un estado lamentable. Constaba de siete arcos, tenía un perfil curvo y su calzada era estrecha. Más tarde se construyó una nueva torre en la primera pila de Allende que servía de cárcel. En total, todas las edificaciones del puente formaban un autentico castillo sobre el agua.

A mediados del siglo XVII se construyó la Plaza del Rey (actual Plaza de España). El inicio de las obras fue en 1644 y sus dimensiones eran mucho más reducidas que las actuales. La plaza albergaba fiestas y corridas de toros. Rodeando a la plaza se encuentran muchos de los mejores edificios de la época: Casa de las Cadenas (1580-1600); la Casa de los Urbina (1540) y la casa consistorial (1788), revisada por Ventura Rodríguez.

La fortísima riada de los días 19, 20 y 21 de junio de 1775, se llevó por delante el puente y otras construcciones (entre ellas el ayuntamiento que se ubicaba en una sinagoga junto al viaducto). Miranda necesitaba un nuevo puente tras la devastadora riada y el Concejo se puso inmediatamente en contacto con la corte para gestionar la construcción de uno nuevo. El arquitecto elegido fue el riojano Francisco Alejo de Aranguren. Las obras comenzaron aquel mismo año, un poco mas arriba de la ubicación del antiguo puente, y terminaron en un tiempo record, en 1777 el puente ya estaba listo aunque no fue oficialmente inaugurado hasta 1780. En la entrada de Allende se colocaron dos leones esculpidos por el artista alavés Juan Antonio de Moraza en 1787. Uno de los leones sujeta el escudo real mientras que el otro sostiene el de la Ciudad. Se denominó Puente de Carlos III.

En definitiva el modelo de villa seguía el modelo clásico de calles alargadas y estrechas. La altura media de los edificios era de tres o cuatro plantas incluida la baja. La utilización de la piedra se limitó casi exclusivamente a las plantas bajas y a las fachadas.

Historia Contemporánea: Siglos XIX y XX

Grabado de Miranda de Ebro realizado en 1862. Se aprecia el puente medieval anterior al de 1777.
Representación de las tropas carlistas y Txapelgorris en Miranda de Ebro.
División provincial de 1822.
Vista de la estación de tren.

El siglo XIX

Evolución política

El siglo XIX fue testigo de varias guerras y la ciudad no fue una excepción. La Guerra de Independencia Española (1808-1814) afectó directamente a Miranda. Existen datos documentales de la presencia de tropas francesas en la ciudad y también se conoce que José Bonaparte firmó el decreto de utilización de la moneda francesa en España en el castillo mirandés.

Otra de las guerras que afecto a la ciudad fue la Primera Guerra Carlista (1833-1840). En Miranda de Ebro se establecieron los soldados isabelinos de los ejércitos del norte. Uno de los momentos claves de la contienda en la ciudad fue el asesinato, el 16 de agosto de 1837, del General en jefe del ejército liberal Rafael Ceballos Escalera en la Casa de las Cadenas por soldados amotinados.

Durante la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), Miranda de Ebro fue de nuevo un punto estratégico para los liberales de cara a evitar el paso de los carlistas a Castilla. La población se posicionó de lado liberal-alfonsino. Fue la última batalla que libró el castillo de Miranda antes de su desmantelación.

En temas administrativos, el 27 de enero de 1822 deja una nota curiosa. Se decretó la nueva división territorial de la nación y Miranda pasó a formar parte de la provincia de Álava hasta 1833, cuando el Real Decreto del 30 de noviembre de ese año la volvió a enmarcar de nuevo en la provincia de Burgos hasta nuestros días.

El desarrollo alcanza también el ámbito cultural. En 1880 se establece la congregación de los Sagrados Corazones en el antiguo convento de San Francisco abriendo uno de los colegios más elitista del norte de España. También se comenzó a editar algunos periódicos locales como La Prensa Mirandesa (que fue el primer periódico de la ciudad), El Benéfico, La Concórdia, El Eco de Miranda o La Verdad, éstos dos últimos dedicados a defender los intereses ciudadanos.

La llegada del ferrocarril

Pasada la mitad de siglo se inician las obras del ferrocarril, impulsando la economía de la ciudad. La ciudad cuenta con un importante nudo de comunicación a través del tren desde los años 1860. Su llegada implicó el comienzo de la industrialización en la villa e incluso marcó la estructura urbanística que Federico Keller introdujo cuarenta años mas tarde en su "Plan de Ordenación de la Villa de Miranda de Ebro" de 1903.

Las instalaciones ferroviarias daban trabajo a 300 personas a finales del siglo XIX, justo la misma población con la que contaba Miranda 150 años antes. Tanta fue la importancia de la implantación del ferrocarril, que el analista local de la época Teodoro Sáez dijo: ¿Que estación por importante que sea, tiene treinta y dos trenes diarios en temporada de verano? Mucho tiene que agradecer Miranda su vida activa al continuo movimiento del ferrocarril [...] Probablemente sin él, Miranda sería un pueblo de tantos.

La estación de tren de Miranda fue construida para la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España e inaugurada en el año 1862, lo que la convierten en una de las estaciones más antiguas de España. El proyecto corrió a cargo del ingeniero inglés Charles Blacker Vignoles, introductor del hierro en las estaciones ferroviarias de todo Europa. El edificio de viajeros es de estilo victoriano y destacan sus dos marquesinas de 90 metros de longitud a cada lado del mismo. Están fabricadas con hierro procedente de Inglaterra que fue fundido en los talleres londinenses Frederick Braby.

El siglo XX

Evolución política a comienzos de siglo (1900-1931)

Miranda comenzó el nuevo siglo con un titulo. El día 7 de julio de 1907, el rey Alfonso XIII de España concede a la villa de Miranda el titulo de ciudad. La petición del titulo fue cursada por el Diputado por el Distrito de Miranda, José María Alfaro y Martínez. Esta distinción vino motivada debido al auge que la ciudad había tomado en los últimos años gracias a la llegada del ferrocarril. El documento, en pergamino, que hoy día se conserva en el Archivo Histórico Municipal dice:

Queriendo dar una prueba de Mi Real aprecio a la villa de Miranda de Ebro, provincia de Burgos; Vengo en concederle el título de Ciudad. Dado en San Ildefonso a siete de Julio de mil novecientos siete
Alfonso XIII

La Cámara de Comercio e Industria de Miranda de Ebro está presente en la ciudad desde el año 1910, aunque no fue hasta el 16 de marzo de 1912 cuando quedó oficialmente constituida según el gobierno central tras la reorganización de cámaras producida en aquel año. A pesar del inmenso avance que ofrece la ciudad, se producen algunos altibajos como el ocurrido en 1917 con una huelga general de los trabajadores ferroviarios. Como gran parte de la población mirandesa estaba relacionada con ésta empresa, la incidencia de la huelga fue mayor que en otros lugares.

Evolución política en la II República (1931-1936)

El día 12 de abril de 1931 se celebraron elecciones, y la unión republicanos-socialistas obtuvieron mayoría en la ciudad. El ayuntamiento estuvo formado por 12 concejales antidinásticos y 6 monárquicos. El 18 de abril de 1931 quedó finalmente constituido el nuevo ayuntamiento siendo alcalde Antonio Caballero Cuzzani. El gobierno municipal seguirá los pasos de los acontecimientos políticos a nivel nacional, de este modo, cuando en 1933 Alejandro Lerroux suba al poder los concejales de izquierdas serán sustituidos por los de derechas y el nuevo alcalde será Leopoldo Fernández Rámila. El 21 de febrero de 1936 se produjeron las últimas elecciones republicanas que ganó el Frente Popular; se eligió como alcalde a Emiliano Bajo Iglesias.

Evolución política en la guerra civil y el franquismo (1936-1975)

Poco podemos decir de la guerra civil diferente a lo que ocurrió en el resto de España. Miranda aguantó durante tres días el ataque de los sublevados y se estima que el número de muertos en Miranda y la comarca supera con creces los 1.500. A partir del 7 de noviembre de 1936, el Colegio Nacional de Aquende hizo las funciones de cuartel de Intendencia, que a su vez pasó a ser Hospital de Sangre a partir de febrero de 1937 hasta el fin de la guerra.

Al estallar la guerra civil española, la corporación municipal republicana intentó proteger la ciudad de los ataques de los golpistas que venían desde otros puntos del país, siendo infructuoso este intento, lo que conllevó a la muerte y perseguimiento de muchos mirandeses y mirandesas y de la propia corporación municipal, entre los que se encontraban el alcalde Don Emiliano Bajo Iglesias, y otros concejales, como Miguel Giral Arbaizar, Francisco Mardones Madrid, Ricardo Barrio Osaba, Isidoro García de Albéniz Martínez de la Hidalga o José Trueba Pérez, todos ellos fusilados.

Otro dato a destacar fue la presencia de alemanes e italianos en la ciudad, sobretodo de estos últimos que establecieron en Miranda de Ebro su Estado Mayor, ocupando el chalet Vic, en la huerta de Valderrama. El Balneario de Fuentecaliente fue convertido, a partir de 1937, en Academia Militar para la formación de Alféreces y Sargentos de Infantería.

Una vez pasada la guerra, vendran cuarenta años de dictadura franquista que se desarrollarán de manera muy similar a la del resto del país.[7]​ Durante los años 1950 el gobierno de Franco impulsará la creación de empleo con grandes empresas como FEFASA.

Campo de concentración

Mientras que en la mayoría provincia de Burgos el resultado de las elecciones del 16 de julio de 1936 fue favorable para los sublevados, el pueblo mirandés se mantuvo fiel a la República. Esto provocó que la llegada a la ciudad de las tropas franquistas fuese mas violenta y que se implantasen, además del campo de concentración, otros servicios para el ejercito franquista: hospital de heridos de guerra, alojamiento a los ejércitos de Mussolini, etc.

La captura de prisioneros republicanos en el norte de España fue muy acusada en poco tiempo, lo que motivó el hacinamiento de los presos en condiciones inhumanas. Para solventar el problema, Se eligió un solar de 42.000 m² perteneciente a la empresa Sulfatos Españoles SA, situado entre las instalaciones ferroviarias y el río Bayas. La construcción del campo la llevaron a cabo los propios ciudadanos mirandeses de manera forzosa. En apenas dos meses el campo ya estaba activo, pero sus condiciones eran lamentables. El campo se mantuvo abierto hasta 1947 siendo el último en clausurarse en el territorio español.

Evolución política en la democracia (1975-2000)

En 1979 se celebran las primeras elecciones democráticas después de la transición. El primer alcade fue José Luis Anuncibay Fuentes, del Partido Socialista Obrero Español, pero quien marcó una época fue Julián Simón Romanillos, del mismo partido, que ocupó el cargo durante 14 años (de los cuales 12 fueron ininterrumpidos). Más tarde llegó cierta inestabilidad política con varios movimientos en el cargo y alguna moción de censura.

Lista de alcaldes desde las elecciones democráticas de 1979
Periodo Nombre Partido
1979-1983 José Luis Anuncibay Fuentes PSOE
1983-1987 Julián Simón Romanillos PSOE
1987-1991 Julián Simón Romanillos PSOE
1991-1995 Julián Simón Romanillos PSOE
1995-1999 Agustín Carlos Marina Meneses Partido Popular
1999-2003 Pablo Nieva Muga (hasta 2002) / Julián S.Romanillos Partido Popular / PSOE
2003-2007 Fernando Campo Crespo PSOE
2007-2011 Fernando Campo Crespo PSOE
2011-2015 n/d n/d
2015-2019 n/d n/d
2019-2023 n/d n/d
2023-act. n/d n/d

Algunas de las anécdotas políticas de la democrácia son que desde el 9 de mayo de 1992, la ciudad está hermanada con la francesa Vierzon y que en 1999 hubo un completo programa de actos para celebrar el IX Centenario del Fuero de Miranda que culminó con la presencia de S.A.R. la Infanta Doña Cristina y su esposo Don Iñaki de Urdangarín.

Configuración urbana

Desde 1903, Miranda de Ebro cuenta con un ensanche diseñado por Federico Keller que organiza las calles de una red ortogonal, de modo similar al ideado por Ildefonso Cerdá para la ciudad de Barcelona.[8]​ En 1912, el ayuntamiento aumentó el presupuesto de la ciudad a mas de 100.000 pesetas, una cifra que jamás se había logrado anteriormente, y siendo el de 1915 de 200.000 pesetas. Este aumento en el presupuesto municipal quedó reflejado en las nuevas infraestructuras que Miranda ganó a comienzos de siglo: alcantarillado público, asfaltado de calles, matadero, un parque en el centro, la alhóndiga y otras muchas mejoras que convirtieron a Miranda en una pequeña ciudad como pocas en el país.

En 1908 se inauguró la plaza de toros cuya capacidad era de 5.000 espectadores. Estuvo construida con las piedras del desmantelado castillo de la ciudad. Otro de los recintos inaugurados en esta época destinados al entretenimiento fue el Teatro Apolo. Abrió sus puertas el 4 de octubre de 1921 y la primera obra en representarse fue "El Genio Alegre". Al año siguiente se estrenó el cine Novedades.

Aunque el aumento de población durante la II República no fue tan intenso, no significa que Miranda no avanzase. Durante los años de la república, Miranda se dotó de un Centro de Higiene Rural, un Instituto Técnico de Segunda Enseñanza, la Plaza de Abastos, una estafeta de correos, una juzgado de Primera Instancia,... Desde luego Miranda era la ciudad con los mejores servicios y con el futuro más prometedor de la zona.

Los últimos veinticinco años de Miranda de Ebro están marcados por el desvío de la línea ferrea Castejón-Bilbao que dividía a la población en dos. En 1987 pasó el último tren por el centro de la ciudad y en la zona ocupada por las vías se construyó una moderna avenida llamada Ronda del Ferrocarril. El nuevo trazado ferroviario discurre por un túnel excavado en el cerro de La Picota.[9]​ También se avanzó el materia dotacional con la construcción de un polideportivo, la Casa Municipal de Cultura, etc.

Industrialización en el siglo XX

FEFASA se instaló en 1940.

El desarrollo industrial de Miranda de Ebro se había iniciado en 1862 con la llegada del ferrocarril. Su construcción y su posterior mantenimiento hicieron que el aumento de población fuese considerable. En 1925, la implantación de una fábrica azucarera en la ciudad gracias al empresario alemán Leopoldo Lewin, mejoró las expectativas del mundo rural mirandés. Tuvieron que pasar quince años para que, una vez finalizada la guerra civil, Miranda de Ebro diese el salto definitivo a la industrialización.

En 1940 se instala en la ciudad la empresa Fabricación Española de Fibras Artificiales, S.A. (FEFASA), aunque no estará plenamente operativa hasta 1952 debido a los grandes problemas económicos que tuvo que pasar. Su misión inicial era conseguir fibra sintética a partir de paja de cereal, pero con los años se dieron cuenta que aquel proyecto no era rentable. Las pastas celulósicas ganaban fuerza y FEFASA se desmarcó hacia la producción de papel. Las fibras sintéticas se imponían sobre las artificiales, y para atender la producción de éstas, FEFASA decidió en 1965 construir Industrias Químicas Altamira, S.A.

El 25 de marzo de 1972, la Empresa Nacional de Celulosa (ENCE) absorbía a FEFASA, que como tal, había sido un auténtico fracaso económico. Sin embargo, gracias a su implantación miles de mirandeses consiguieron trabajo y el número de habitantes de Miranda de Ebro aumentó de forma espectacular en las décadas de los 1950 y 1960.

Otras muchas empresas se instalaron en la ciudad después de FEFASA: en la vecina localidad de Lantarón, se instaló General Química en 1948, y años más tarde, en 1963, INCOSA se instala junto a la primera. En 1950 se constituya Químicas del Bayas, S.A. (QUIBASA) que se mantendrá operativa hasta 1975. En 1957 se instala Resinas Poliesteres, S.A. (REPOSA) para la fabricación de materias plásticas.

En 1981 se construye el Polígono Industrial de Bayas, el primero de la ciudad, que tiene como misión albergar pequeñas y medianas empresas. La falta de suelo industrial durante la última década del siglo XX propició un descenso en el número de habitantes de la ciudad.

La actualidad: Siglo XXI

Crecimiento demográfico de Miranda de Ebro
Año Habitantes
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1755 1.226
1768 1.500
1787 1.625
1827 2.077
1845 1.742
1860 2.896
1877 4.006
1888 4.942
1897 5.937
Año Habitantes
1900 6.199
1910 7.321
1920 8.615
1930 12.268
1940 14.305
1950 17.976
1960 27.716
1970 34.092
1980 37.026
1990 36.525
Año Habitantes
2000 35.621
2002 36.240
2004 37.020
2006 38.276
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Los últimos datos recogidos por el INE (2006)[10]​ apuntan a que Miranda de Ebro posee una población de 38.276 habitantes. Tras un descenso paulatino de población durante los años 1990, Miranda gana habitantes año tras año gracias a la llegada de vecinos alaveses en busca de una vivienda mas barata y al aumento de población inmigrante (10,8% del total).[11][12]

Con el nuevo siglo uno de los grandes problemas de la humanidad se centra el cambio climático, problema que también caló en la población mirandesa. Tanto es así que los días 4 y 5 de noviembre de 2007 se produjo un hecho sin precedentes en la economía de la ciudad y es que se celebró un referendum popular (denominado consulta vecinal informativa) en el que la ciudadanía votó en contra de la instalación de dos centrales de ciclo combinado en las inmediaciones de la ciudad con un 96,54% del total de los votos (votó el 36,6% del censo, es decir, 12.291 personas).[13]​ Según los expertos, la puesta en marcha de la central de Miranda (junto con la planeada en Lantarón) aumentará la temperatura, los niveles de CO2 y óxidos de nitrógeno entre otros.).[14]


Referencias

  1. a b Plantilla:Ref-internet
  2. La iglesia de Espíritu Santo fue construida en el siglo XIII, por lo que la iglesia de San Nicolás que cita el fuero es un templo anterior al actual, pero ubicado en el mismo sitio. Varios autores (1999). «Historia de Miranda de Ebro». Miranda de Ebro: Ayuntamiento de Miranda de Ebro/Nuclenor. p.336. 
  3. Plantilla:Ref-internet
  4. En Miranda de Ebro los puestos de alcalde estaba monopolizado por tres grandes familias: los Gil Delgado, los Encío y los Angulo. Varios autores (1999). «Historia de Miranda de Ebro». Miranda de Ebro: Ayuntamiento de Miranda de Ebro/Nuclenor. p.163. 
  5. La villa de Miranda debía pagar unos tributos y mandar los resultados electorales a la capital.
  6. Aquende es el nombre que recibe el barrio situado en la margen derecha del río Ebro, el más antiguo de la ciudad.
  7. Guerra Civil Española
  8. Plantilla:Ref-internet
  9. Plantilla:Ref-internet
  10. «Instituto nacional de Estadística».  Cifras de población referidas al 01/01/2006. Real Decreto 1627/2006, de 29 de diciembre
  11. Plantilla:Ref-internet
  12. Plantilla:Ref-internet
  13. Plantilla:Ref-internet
  14. Plantilla:Ref-internet

Bibliografía

Véase también

Enlaces externos