Diferencia entre revisiones de «Judíos en América Latina y el Caribe»

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== Costa Rica ==
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Los primeros judíos en llegar a [[Costa Rica]] fueron probablemente ''[[cristiano nuevo|conversos]]'', que vinieron en el siglo XVI o XVII. En el siglo XIX comerciantes sefarditas llegaron de [[Curazao]], [[Jamaica]], [[Panamá]] y el [[Caribe (región)|Caribe]]. Vivían principalmente en el valle central de Costa Rica y pronto se asimilaron a la sociedad y abandonaron el [[judaísmo]] por completo. Un tercer grupo de inmigrantes judíos llegaron antes de la Segunda Guerra Mundial y especialmente en los años ’30. La mayoría de estos inmigrantes venían del pueblo [[Polonia|polaco]] de [[Żelechów]]. El término “polaco” se ha convertido en una palabra coloquial costarricense para “comerciante”. La primera sinagoga del país, la “ortodoxa Shaarei Zion”, fue construida en [[1933]] en la capital [[San José (Costa Rica)|San José]]. La mayoría de los miembros de la comunidad judía se instalaron primeramente en el Paseo Colón y La Sabana. Durante los años 40 hubo un movimiento nacionalista costarricense, cuya presencia motivó hechos de [[antisemitismo]], pero en general la convivencia entre los judíos y los católicos existe sin grandes problemas. Recientemente ha comenzado una cuarta etapa de inmigración judía, principalmente de judíos americanos o israelíes que se jubilan o que están para hacer negocios en el país. La comunidad judía costarricense consiste en 2.500 o 3.000 individuos, la mayoría de los cuales viven en la capital. Actualmente el Centro Israelita de Costa Rica se encuentra en Pavas, junto al edificio del AyA.<ref>Perman, Stacy: [http://www.hadassah.org/news/content/per_hadassah/archive/2006/06_dec/traveler.asp The Jewish Traveler: Costa Rica] in [[Hadassah Magazine]] December 2006. Accessed December 29, 2006.</ref>
Los primeros judíos en llegar a [[Costa Rica]] fueron probablemente ''[[cristiano nuevo|conversos]]'', que vinieron en el siglo XVI o XVII. En el siglo XIX comerciantes sefarditas llegaron de [[Curazao]], [[Jamaica]], [[Panamá]] y el [[Caribe (región)|Caribe]]. Vivían principalmente en el valle central de Costa Rica y pronto se asimilaron a la sociedad y abandonaron el [[judaísmo]] por completo. Un tercer grupo de inmigrantes judíos llegaron antes de la Segunda Guerra Mundial y especialmente en los años ’30. La mayoría de estos inmigrantes venían del pueblo [[Polonia|polaco]] de [[Żelechów]]. El término “polaco” se ha convertido en una palabra coloquial costarricense para “comerciante”. La primera sinagoga del país, la “ortodoxa Shaarei Zion”, fue construida en [[1933]] en la capital [[San José (Costa Rica)|San José]]. La mayoría de los miembros de la comunidad judía se instalaron primeramente en el Paseo Colón y La Sabana. Durante los años 40 hubo un movimiento nacionalista costarricense, cuya presencia motivó hechos de [[antisemitismo]], pero en general la convivencia entre los judíos y los católicos existe sin grandes problemas. Recientemente ha comenzado una cuarta etapa de inmigración judía, principalmente de judíos americanos israelíes que se jubilan o que están para hacer negocios en el país. La comunidad judía costarricense consiste en 2.500 o 3.000 individuos, la mayoría de los cuales viven en la capital. Actualmente el Centro Israelita de Costa Rica se encuentra en Pavas, junto al edificio del AyA.<ref>Perman, Stacy: [http://www.hadassah.org/news/content/per_hadassah/archive/2006/06_dec/traveler.asp The Jewish Traveler: Costa Rica] in [[Hadassah Magazine]] December 2006. Accessed December 29, 2006.</ref>


Aparte de esta información, se comenta también que cripto-judíos se asentaron en Escazù, pueblo cercano a San José, donde debieron ocultar sus ritos, dado que el Acta de la Independencia Centroamericana (aceptada en Costa Rica el 29 de octubre de 1821) estipulò que en la autonomía se deben de dar una serie de condiciones, entre ellas, tener como única aceptada en el país la religión cristiana católica. Los judíos escazuceños, entonces, empezaron a reunirse a escondidas en el subsuelo de Escazú, así como en sinagogas ocultas en el interior de edificios. Ya que en esos ritos la mayoría de las invocaciones a Dios y ruegos se hacen en hebreo, y como los rabinos vestían de negro, la gente comenzó a creer que eran brujas realizando hechizos o aquelarres.
Aparte de esta información, se comenta también que cripto-judíos se asentaron en Escazù, pueblo cercano a San José, donde debieron ocultar sus ritos, dado que el Acta de la Independencia Centroamericana (aceptada en Costa Rica el 29 de octubre de 1821) estipulò que en la autonomía se deben de dar una serie de condiciones, entre ellas, tener como única aceptada en el país la religión cristiana católica. Los judíos escazuceños, entonces, empezaron a reunirse a escondidas en el subsuelo de Escazú, así como en sinagogas ocultas en el interior de edificios. Ya que en esos ritos la mayoría de las invocaciones a Dios y ruegos se hacen en hebreo, y como los rabinos vestían de negro, la gente comenzó a creer que eran brujas realizando hechizos o aquelarres.

Revisión del 02:25 30 nov 2010

La historia de los judíos en América existe desde Cristóbal Colón y su primer viaje trans-Atlántico que tuvo lugar el 3 de agosto de 1492, cuando salió de España y finalmente "descubrió" el Nuevo Mundo. La fecha de su partida correspondió con el día en que los Reyes Católicos Isabel de Castilla y Fernando I de Aragón mandaron que los judíos de España se convirtieran al Catolicismo, o que salieran del país, o que fueran condenados a la muerte por la desobediencia a la monarquía.

Había al menos seis judíos (o judíos crípticos, Marranos, o sinceramente convertidos al catolicismo) que viajaron con Colón en su primer viaje: Rodrigo de Triana, Maestre Bernal, quien trabajó de médico para la expedición, y Luis De Torres, el intérprete que hablaba hebreo y árabe, que se creían lenguas útiles en el Oriente, su destino original.

En los siguientes años, judíos o criptojudíos se establecieron en Nueva España y en las colonias portuguesas del Caribe, donde se creían fuera del alcance de la Inquisición. Algunos participaron en la conquista del "Nuevo Mundo", y Bernal Díaz del Castillo describe varias ejecuciones de soldados en las fuerzas dirigidas por Hernán Cortés durante la conquista de México a causa del hecho de que eran judíos.

No obstante, varias comunidades judías en el Caribe, América Central y Sudamérica prosperaron, especialmente en las regiones bajo dominio holandés e inglés. Para el fin del siglo XVI se habían organizado comunidades judías en Brasil, Surinam, Curasao, Jamaica y Barbados. Adicionalmente, había comunidades menos organizadas en los territorios españoles y portugueses donde, en aquel entonces, existía la Inquisición, como Cuba y México. En general estos judíos escondían su identidad religiosa a las autoridades.

Para mediados del siglo XVII las mayores comunidades de judíos del hemisferio occidental estaban ubicadas en Surinam y Brasil.

Hoy en día, el conjunto de comunidades judías de América Latina está compuesto por más de 400.000 individuos. Hay varias organizaciones que operan entre las comunidades en la región, y la Jewish Culture Fund for Latin America está entre las más visibles de todas.

Argentina

Los judíos que huyeron de la Inquisición se establecieron en Argentina, pero se asimilaron a la sociedad argentina “no judía.” Comerciantes portugueses y contrabandistas en el Virreinato del Río de la Plata fueron considerados por muchos como judíos, pero no emergió ninguna comunidad después de la independencia de la República Argentina. Después de 1810 (y alrededor de mediados del siglo XIX), judíos, especialmente de Francia, comenzaron a establecerse en Argentina. Para el fin del siglo, en Argentina, al igual que en Estados Unidos, muchos judíos llegaron de la Europa oriental huyendo de la persecución. Al llegar fueron llamados los “rusos” en referencia a su región de origen.

Alrededor de 185,000 judíos viven actualmente en Argentina; la gran mayoría de los cuales residen en la región de Buenos Aires, que se considera la segunda comunidad judía más grande del continente americano después de las de los Estados Unidos. Legalmente la comunidad judeaargentina recibe siete días feriados por año, siendo los primeros dos días de Rosh Hashaná, Yom Kipur, y los primeros y últimos dos días de Pésaj según la ley 26089.[1]

Bolivia

La presencia judía en Bolivia data de la conquista española en el inicio del periodo colonial. Durante el siglo XVI, uno de los principales destinos para judíos sefarditas conversos en América fue Santa Cruz de la Sierra, en la actual Bolivia.[2]​ En 1557 varios judíos conversos del Paraguay y Buenos Aires partieron junto con el conquistador Ñuflo de Chávez y estuvieron entre los pioneros que fundaron la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.[3]

Con el auge minero del siglo XVI, algunos marranos se afincaron en Potosí, pero pronto lograron éxito económico en la minería y el comercio y fueron presa de la persecución por parte de la recientemente creada Inquisición y las autoridades locales en Potosí y la vecina La Paz, quienes los acusaban de ser judeizantes. Por este motivo, la mayoría de estas familias de origen judío converso también se mudaron a Santa Cruz, ya que esta población era el asentamiento más remoto e aislado, y porque la Inquisición no acosó a los conversos de Santa Cruz,[4]​ ya que este pueblo de frontera tenía la función de contener las constantes invasiones de los bandeirantes portugueses y los guaraníes, que constituían un peligro para las minas del Alto Perú. Estos sefarditas se establecieron en la ciudad de Santa Cruz y sus pueblos aledaños de Vallegrande, Postrervalle, Portachuelo, Terevinto, Pucará, Cotoca y otros que fueron poblados por familias de esta ciudad[5]​ (Santa Cruz durante la colonia y al principio del periodo republicano incluía los actuales departamentos de Beni, Pando y las regiones chaqueñas de Chuquisaca y Tarija hasta el Río Pilcomayo).

Curiosamente, es un hecho que muchas de las familias católicas más tradicionales de Santa Cruz son de origen judío. Algunos rasgos de esta presencia judía aún se mantienen vivos y han influenciado la cultura local. Hasta las primeras décadas del siglo XX, varias familias cruceñas guardaban candelabros de siete brazos y servían platos preparados de manera que recuerda a la cocina kosher.[4]​ Algunas familias antiguas aún acostumbran encender velas los viernes al anochecer, y llorar sentados en el suelo la muerte de sus parientes queridos.[3]​ Después de casi cinco siglos, algunos miembros de estas familias aún reconocen su origen judío, pero practican el catolicismo (en algunos casos con sincretismos judíos).

Desde la independencia en 1825 hasta principios del siglo XX, el flujo de inmigrantes judíos se limitó a algunos mercaderes (tanto sefarditas como judíos alemanes), quienes en su mayoría se casaron con mujeres del país y fundaron familias que se hicieron parte de la sociedad boliviana de religión católica. Este fue el caso en las regiones orientales de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, donde la mayoría de estos mercaderes llegaron ya sea vía Brasil o Argentina.

En la primera mitad del siglo XX, el flujo de inmigrantes judíos se incrementó sustancialmente. En 1905, un grupo de judíos rusos y argentinos emigró a Bolivia. En 1917, se estima que había tan solo 20 a 25 judíos practicantes viviendo en el país. En 1933, cuando empezó el régimen Nazi en Alemania, había 30 familias judías. A fines de la década de 1930, cuando la mayoría de los países de América habían dejado de otorgar visas a los refugiados judíos, Bolivia -bajo la presidencia del militar Germán Busch Becerra- abrió sus puertas a miles de judíos. El presidente Busch (de padre alemán y madre cruceña) fue un promotor de la migración judía, quien junto con el empresario minero Mauricio Hochschild (judío alemán) apoyaron el desarrollo de colonias agrícolas judías en las zonas tropicales de Yungas (La Paz), Ichilo (Santa Cruz) y Chapare (Cochabamba).[6]​ Hasta 1942 ya había aproximadamente 7.000 judíos. Sin embargo, unos 2,200 judíos dejaron Bolivia en la década de los 1940. Aquellos que quedaron, crearon comunidades en La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Oruro, Sucre, Tarija y Potosí. Después de la Segunda Guerra Mundial, un pequeño grupo de judíos polacos también se estableció en Bolivia. Desde 1939, las comunidades judías lograron mayor estabilidad. No obstante, los presidentes que sucedieron a Busch fueron menos entusiastas de la migración judía, el antisemitismo se manifestó en varias ocasiones en las ciudades de La Paz y Cochabamba, donde hubo lamentables ataques a negocios de judíos y entidades de la comunidad.[4]​ Con la revolución de 1952, gran parte de la comunidad partió hacia otros países, como Estados Unidos, Israel y Argentina.

En la actualidad, hay aproximadamente 600 judíos viviendo en Bolivia. Existen sinagogas en las ciudades de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz. La mayoría de los judíos bolivianos viven en Santa Cruz.[7]

Brasil

Los judíos se establecieron temprano en la historia de Brasil, especialmente cuando estaba bajo el control holandés. Erigieron una sinagoga en Recife – la sinagoga primada de América – en 1636. La mayoría de estos judíos habían escapado de España y Portugal durante el restablecimiento de la Inquisición, primero en Portugal, luego en España, y finalmente en Portugal. Llegaron primero a Holanda para aprovechar la libertad religiosa que les permitía aquel país.

Los judíos se restablecieron en Brasil en el siglo XIX, después de su independencia, e inmigraban constantemente durante el siglo XX. En los años 1880, miembros del movimiento sionista consideraban Brasil como destino ideal para judíos que trataban de escapar de los pogromos rusos, pero la idea fue abandonada debido a leyes estrictas de inmigración y problemas políticos.

Hay aproximadamente 95.000 judíos viviendo en Brasil hoy en día y tienen puestos muy importantes en una gama de campos incluyendo la política, los deportes, la academia y el comercio, y forman una parte importante de la sociedad brasileña. La mayoría de los judíos brasileños viven en el estado de São Paulo (San Pablo) pero hay comunidades también en Río de Janeiro, Rio Grande do Sul, Minas Gerais, Paraná, Bahia y Pernambuco.

Chile

Los primeros judíos llegaron a Chile con los conquistadores españoles. En la época de la Inquisición, debían ocultar en vida su ascendencia. Diego García de Cáceres, amigo fiel y albacea testamentario del fundador de Santiago, Pedro de Valdivia, fue uno de ellos. Según la propia comunidad judía en Chile, entre los descendientes más prominentes del español están el general José Miguel Carrera y Diego Portales.

En la época colonial, sin embargo, el más destacado personaje de origen judío de Chile fue el médico cirujano Francisco Maldonado de Silva, uno de los primeros directores del Hospital San Juan de Dios. Acusado por sus hermanas -sinceras cristianas- de intentar convertirlas al judaísmo, Maldonado se declaró abiertamente judío, lo que le valió la condena a ser quemado vivo en 1639.

Inmigración cuantitativa

Pero es a partir de 1840 -la Inquisición ya había sido abolida en Chile tras la declaración de Independencia- cuando comienza la 'verdadera' inmigración. En Valparaíso se instalan los primeros judíos europeos, en especial franceses y alemanes. De ellos, destaca Manuel de Lima y Sola, un sefardita trashumante que se transformó en uno de los socios fundadores del pionero Cuerpo de Bomberos de Valparaíso en 1851 y en el fundador de la masonería chilena al crear la primera logia francmasónica, la "Unión Fraternal", dos años después.

De allí en adelante, la presencia de los descendientes de Israel se expande por Santiago, Valdivia, Puerto Montt, Temuco, La Unión (donde dos hermanos fundan la primera botica y el Club Alemán) e incluso Atacama, adonde llegan atraídos por el negocio de las minas y el comercio.

A fines del siglo XIX, una nueva generación de judíos que huyen de las políticas antisemitas de la Rusia zarista se instala en Santiago y el sur del país. En 1903 se abre en la capital "La Casa Rusa", uno de los primeros y más famosos negocios de estos nuevos inmigrantes.

En la Araucanía, con la sucesión de terrenos ganados en la ocupación de La Araucanía, 500 familias judías llegaron junto a otro grupo de alemanes y suizo-alemanes a fundar y colonizar la localidad de Contulmo en Temuco.

Estos judeoalemanes llegados durante 1885-1890 no se consideraban israelíes en diáspora, sino solo alemanes, sin problemas de religiones ni etnias convivieron pacíficamente con los demás colonos de Contulmo (alemanes y suizo-alemanes).

También en la Araucanía se desarrollaría otra inmigración no colonizadora, sino espontánea de judíos sefarditas de Macedonia precisamente de la ciudad de Monastir (actual Bitola). Esto comienza con la llegada de un sastre a la ciudad de Temuco llamado Alberto Levy y otros, como Francisco Van de Wynwaard, Teodoro Rosenberg, Walter Bauer entre muchos otros. Él sería quien llevaría noticias a sus conocidos de Monastir de esta Nueva Ciudad fundada hacía pocos años, la cual prometía ser un polo de desarrollo.

A comienzos de los 1900 los Balcanes se encontraban en plena guerra, y Monastir estaba en medio de los conflictos, lo cual hace que la inmigración crezca: un censo realizado en 1907 indica que había 14 familias judías en Temuco, ya en 1920 había 300 familias (contando solo los sefarditas de Monastir), quienes serían los pilares fundamentales de la comunidad sefardita en Chile. Tan importante es Temuco en la migración judía de Monastir que fue uno de los principales destinos de emigración junto a EE.UU. e Israel en el siglo XX.[1][2] Además de los sefarditas se contabilizaban en Temuco 900 judíos de origen polaco, ruso y ucraniano. También fue la primera ciudad chilena en tener una sinagoga y un club israelí; por este motivo se cita a Temuco como una de las principales ciudades de Chile receptora de inmigrantes judíos.

A partir de 1933 y hasta 1939, un nuevo grupo llega huyendo de las persecuciones impuestas por el régimen nazi en Alemania, Austria y Checoslovaquia. Al final de la II Guerra Mundial llega otro grupo, ahora reducido, de sobrevivientes de los campos de concentración liberados por las tropas aliadas.

Los inmigrantes de los años 1930 eran en su mayoría profesionales, quienes pudieron seguir desempeñándose en su campo de especialización. La inmigración judía se detendría hacia el año 1945, aunque hasta la fecha siguen llegando israelíes al país especialmente en la Provincia de Aisén.

La comunidad actualmente es la tercera de Latinoamérica con 75.000 mil miembros,[3] y duodécima del mundo. Incluye Premios Nacionales, empresarios, artistas, abogados, políticos. Miles son los descendientes de origen hebreo que han destacado en Chile. Aquí algunos de ellos: Claudio Grossmann (Abogado), Marcos Libedinsky, Roberto Zahler, Nicolás Massú Fried, Sebastián Rozental, Daniel Schweitzer (Primer ministro judío en Chile), Sergio Melnick, José Weinstein (Subsecretario de Educación y ministro de Cultura en la era Lagos), Clarisa Hardy (ex ministra de Mideplan), Eduardo Bitrán (fue asesor del Ministerio de Hacienda), Karen Poniachik (ex Ministra de Minería y Energía), Mario Kreutzberger, Patricia Politzer, Ricardo Israel, Mauricio Israel, Jacobo Schaulsohn, Ángel Faivovich, Isaac Givovich, Bastián Bodenhöfer, Aline Kuppenheim, Jorge Schaulsohn, Lily Pérez, Anita Klesky, Jael Unger, Paula Sharim, Shlomit Baytelman, Leonardo Farkas, Julio Dittborn, Julián Elfenbein, Kristel Köbrich, Alex Zizis, Katty Kowaleczko, Tomás Hirsch (ex Presidente del Partido Humanista de Chile), Volodia Teitelboim (literato y ex Secretario General del Partido Comunista Chileno), etc.

Actualmente la comunidad tiene dos colegios en Santiago, uno en Viña del Mar y otro en Temuco, un policlínico público en Nataniel (barrio en el que vivieron los inmigrantes en sus inicios); dos hogares de ancianos (uno en Ñuñoa, otro en el tradicional barrio judío de mediados del siglo pasado, y otro en Vitacura), dos estadios israelíes (en Santiago y Viña del Mar), la bomba de Bomberos Israel en Ñuñoa, varios centros israelíes a lo largo del país y cementerios.

Colombia

Los judíos comenzaron a llegar al territorio actual de Colombia durante la época de la colonia, y existen muchas referencias de juicios a “Portugueses Judaizantes” en el Tribunal de la Inquisición de Cartagena de Indias. Estos judíos conversos al cristianismo se asimilaron con la población local y desaparecieron los rasgos de su cultura, excluyendo ciertos rituales restringidos al núcleo familiar. En la primera mitad del siglo XIX volvieron a llegar judíos a Colombia provenientes de Curasao y otros territorios holandeses en el Caribe, así como judíos de Francia y Alemania de ascendencia sefardí. Tales judíos se asentaron principalmente en la costa atlántica, en donde estaba permitida la vivienda a los “Miembros de la Nación Hebrea” durante los primeros días de la republica. Fueron prolíficos en sus negocios y están detrás de la fundación de muchas empresas reconocidas de la ciudad de Barranquilla. También lograron establecer cementerios y escuelas de la Alliance Israelite Universelle, muchos se asimilaron asimismo a la sociedad católica colombiana al casarse con familias de abolengo. Después de la Primera Guerra Mundial, llegaron judíos procedentes de Rumania, Rusia, Polonia, Lituania, Austria, el Imperio Otomano y el norte de África. Se asentaron en las grandes ciudades, principalmente en Barranquilla, Bogotá, Medellín y Cali, pero también hubo familias y comunidades, especialmente norafricanas y sirias en el Valle del Cauca y la ciudad de Popayán. Buscaban ganarse la vida y huir de los tristes recuerdos que les traían las tierras donde crecieron. Según cuenta Azriel Bibliowicz en su novela "El rumor del Astracán", los primeros que llegaron a Colombia le habían escuchado decir a un judío que había visitado Bogotá: “Latinoamérica es el lugar donde se prospera”. Así que muchos llegaron llenos de ilusiones y se dedicaron al comercio. Pusieron almacenes de textiles e impusieron prácticas novedosas: vendían la mercancía a crédito y ofrecían productos de casa en casa. Si en el almacén se vendía a tres pesos, a plazos se vendía a 10. Los clientes pagaban veinte centavos por semana y tenían la oportunidad de pagar toda la deuda al terminar el año. Para 1950 ya había comunidades organizadas con cementerio, club y colegio propio.

Hoy quedan unas 5.000 familias de judíos en Colombia. La mayoría se concentra en Bogotá, luego en Cali, Medellín, Barranquilla y San Andrés. Se agrupan en comunidades: la sefardita, conformada por inmigrantes turcos, portugueses, españoles, egipcios y sirios, y la askenazí, que proviene de la Europa Oriental, construyó el cementerio y actualmente dirige el Centro Israelí del Sur.[8][9][10][11][12][13]

Ecuador

En el año 1580 se produce en la Península Ibérica la unión de los reinos de España y Portugal, y Felipe II es el único heredero del trono de ese reino. Muchos portugueses "sospechosos de su fe" comienzan a ingresar al Virreinato del Perú por la ciudad recientemente fundada, en la cual la vigilancia de la Inquisición era más débil. La unión de los reinos dura hasta 1640, en que los lusitanos se rebelan contra la monarquía española y el duque de Braganza, bajo el nombre de Juan IV, ocupa el trono del reino de Portugal. Pero fueron sesenta años durante los cuales la América hispana estuvo bajo una misma corona y, durante ellos, un gran número de cristianos nuevos pasó de los dominios portugueses a los dominios españoles. De tal manera que decir que alguien era "portugués", era sinónimo de "judío converso".

Las acciones inquisitoriales lograron el efecto de aterrorizar a las familias de cristianos nuevos e impulsarlas a migrar hacia otras regiones del virreinato peruano y preferentemente hacia aquellas donde no existiesen tribunales de la Inquisición. Por suerte, el Perú era sumamente grande y aún quedaban amplios espacios territoriales en los que la Inquisición no estaba presente, por lo que prófugos o perseguidos de distinto signo (“herejes”, “judaizantes”, “dogmatizadores”, bígamos, etc.) podían ocultarse con relativa facilidad, alejándose de los grandes centros urbanos y sobre todo mimetizándose para ocultar su verdadera identidad personal o grupal.

Fue así que los “cristianos nuevos” asentados en el Perú migraron desde el centro del virreinato hacia las zonas exteriores, menos pobladas y controladas, y en particular hacia el sureño Chile y la norteña Audiencia de Quito. Respecto de los que marcharon hacia Quito, su nueva diáspora los llevó primero hacia la Gobernación de Juan Salinas y Loyola (más tarde transformada en el Corregimiento de Loja), que, según los estudios de Ricardo Ordóñez Chiriboga, fue un importante centro de radicación de sefarditas H&P. Posteriormente, muchas de esas familias migraron más al Norte, hacia el próximo Corregimiento de Cuenca, y luego hacia el más septentrional Corregimiento de Chimbo (Alausí, Pallatanga y Chimbo), siempre buscando alejarse del poderoso y cruel brazo inquisitorial. Los primeros judíos sefarditas probablemente llegaron a Chimbo y sus poblados próximos entre fines del siglo XVI y comienzos del XVII, aunque parecen haber existido nuevas olas de migración judía hacia esa zona en épocas posteriores. Empero, no cabe negar la posibilidad de que otros sefarditas H&P se hubiesen establecido en este territorio colonial desde los primeros tiempos de la conquista española, como parecen mostrarlo los apellidos de conquistadores llegados con Sebastián de Benalcázar y Pedro de Alvarado.

Todo lo antes señalado explica en buena medida la presencia sefardí en zonas auríferas y comerciales de la Audiencia de Quito y en Calacalí, tales como Loja, Zaruma, Cuenca, Chordeleg y Sígsig, y también en puertos de montaña o centros de comercio en las rutas entre Guayaquil y Quito, como Alausí, Chapacoto, San José de Chimbo, San Miguel de Chimbo y Guaranda. Esta presencia de judios sefarditas se mantuvo oculta durante años en el Ecuador y además se asentaron en sitios alejados como pueblos etc., el judaísmo que solo se practicaba a escondidas en casa.

Es así que ya sin el temor del “Santo Oficio” en 1999 el ing. Gerardo Ramírez Celi contacta a varias ilustres familias de judios de ascendencia lojana y/o del sur del país, entre ellas: Endara, Ramírez, Ojeda, Moncada, Correa, Luna, Jaramillo, Ortiz, Robles, Duran, Castro, Florez, Celi, Granda… y se forma la primera “AGUDAT SEFARD de Loja”, primera manifestación de vida judía organizada de sefarditas hispano-portugueses en Ecuador. Posteriormente en el 2001, se forma “Komunita Djudía Sefaradit Bet Aharon”, se redactan los estatutos y se comienza a tramitar su personalidad jurídica ante el Ministerio de Gobierno, que se obtiene el 2 de agosto de 2007 según Acuerdo Ministerial. Los ámbitos que cubre hoy en día el Qahal Bet Aharon, en cuanto a actividades, son diversas, extendiéndose tanto a las actividades religiosas como a las sociales, culturales, de servicio y de beneficencia.

En los siglos posteriores llegaron al Ecuador inmigrantes judíos askenazitas. “Entre los inmigrantes judíos que vinieron al Ecuador hubo también profesionales, intelectuales y artistas, algunos de los cuales fueron profesores y escritores. Entre otros Alberto Capua, Giorgio Ottolenghi, Aldo Mugía, Francisco Breth, Hans Herman, Leopoldo Levy, Paul Engel, Marco Turkel, Enrique Fenter, Benno Weiser, Otto Glass, Egon Fellig y Karl Kohn. Olga Fis valoró y difundió el arte popular ecuatoriano, Constanza Capua realizó estudios arqueológicos, antropológicos y de arte colonial. Unos de los primeros inmigrantes fueron Leónidas Gilces y su hermano menor Ángel, que se enfocaron en la agricultura y ventas que, según a Carlos Liebman, lo ayudaron a llegar a la capital con su librería, que llegó a ser la más importante de la capital. Simón Goldberg, que había tenido una librería en Berlín, la librería Goethe de libros antiguos que aportaron a la difusión de la lectura. Vera Kohn fue sicóloga y profesora, tareas que a mediados del siglo no eran de interés de las mujeres ecuatorianas, que solían vivir regaladas en sus casas, carentes de inquietudes intelectuales y solo preocupadas por la vida social. No se interesaron por la política, con excepción de Pablo Beter, perteneciente a la segunda generación de judíos, que llegó a ser Ministro de Economía y presidente del Banco Central.”

Costa Rica

Los primeros judíos en llegar a Costa Rica fueron probablemente conversos, que vinieron en el siglo XVI o XVII. En el siglo XIX comerciantes sefarditas llegaron de Curazao, Jamaica, Panamá y el Caribe. Vivían principalmente en el valle central de Costa Rica y pronto se asimilaron a la sociedad y abandonaron el judaísmo por completo. Un tercer grupo de inmigrantes judíos llegaron antes de la Segunda Guerra Mundial y especialmente en los años ’30. La mayoría de estos inmigrantes venían del pueblo polaco de Żelechów. El término “polaco” se ha convertido en una palabra coloquial costarricense para “comerciante”. La primera sinagoga del país, la “ortodoxa Shaarei Zion”, fue construida en 1933 en la capital San José. La mayoría de los miembros de la comunidad judía se instalaron primeramente en el Paseo Colón y La Sabana. Durante los años 40 hubo un movimiento nacionalista costarricense, cuya presencia motivó hechos de antisemitismo, pero en general la convivencia entre los judíos y los católicos existe sin grandes problemas. Recientemente ha comenzado una cuarta etapa de inmigración judía, principalmente de judíos americanos oÉ israelíes que se jubilan o que están para hacer negocios en el país. La comunidad judía costarricense consiste en 2.500 o 3.000 individuos, la mayoría de los cuales viven en la capital. Actualmente el Centro Israelita de Costa Rica se encuentra en Pavas, junto al edificio del AyA.[14]

Aparte de esta información, se comenta también que cripto-judíos se asentaron en Escazù, pueblo cercano a San José, donde debieron ocultar sus ritos, dado que el Acta de la Independencia Centroamericana (aceptada en Costa Rica el 29 de octubre de 1821) estipulò que en la autonomía se deben de dar una serie de condiciones, entre ellas, tener como única aceptada en el país la religión cristiana católica. Los judíos escazuceños, entonces, empezaron a reunirse a escondidas en el subsuelo de Escazú, así como en sinagogas ocultas en el interior de edificios. Ya que en esos ritos la mayoría de las invocaciones a Dios y ruegos se hacen en hebreo, y como los rabinos vestían de negro, la gente comenzó a creer que eran brujas realizando hechizos o aquelarres.

Actualmente el II Vicepresidente de la República es Luis Liberman Ginsburg, cuyo período vence el 8 de mayo de 2014, demostrando así la gran injerencia y acoplación de los judíos en Costa Rica. Hay algunos políticos y empresarios de origen judío, que forman parte activamente de la sociedad costarricense.

México

Debido a una fuerte presencia católica en México, pocos judíos llegaron en los años antes del final del siglo XVII. Después de la independencia de México, una gran cantidad de judíos alemanes se establecieron en México gracias a la invitación de Maximiliano I de México. También lo hicieron judíos rusos que huían de la persecución en Rusia. Un segundo grupo de inmigrantes, principalmente sefarditas, llegó después de la caída del Imperio otomano. Finalmente un último influjo llegó durante las persecuciones por los nazi en Europa.

Hoy en día hay entre 40,000 y 50,000 judíos en México. Hay varios sectores de la comunidad judía en México, las más grandes son la comunidad askenazí (de Europa oriental), las comunidades Maguén David y Monte Sinai (descendientes de inmigrantes sirios) y la comunidad sefardita (que consiste principalmente en inmigrantes turcos).

Perú

A falta de archivos y documentos precisos, la presencia judía en el Perú republicano se puede rastrear revisando los directorios de los clubes sociales de extranjeros y la publicidad de las casas comerciales judías de mediados del siglo pasado, que quedó registrada en los diarios y directorios de las casas comerciales.

El 26/11/1852 en el diario "El Comercio" se publicita a "Jacobo Stein y Cía, establecimiento de daguerrotipo a disposición de las bellas limeñas"; era un polaco recién llegado de Nueva York. Igualmente ese diario publicitó la dulcería "Phailes y Blanc" (14/1/1853) y la cigarrería "José Cohen y Hermanos" en 1855.

Como director del "Club Inglés" figura E. Bergman en 1857 y además hay varios judíos alemanes que desde 1857 figuran en el "Club Alemán" (llamado Club Germania desde 1863). También hubo judíos como Alsop, Isaac, Villiers, Michael, que figuraban en el directorio de la "Sociedad de Carreras" en 1864 (luego "Jockey Club del Perú"). Todo esto evidencia que a mediados del siglo pasado ya había una significativa presencia de profesionales y comerciantes judíos en el Perú, especialmente oriundos de Inglaterra, Alemania, Francia y EE.UU., países con los cuales el Perú comerciaba y de los cuales provenían las empresas constructoras de ferrocarriles y otras industrias.

Hoy en día, se sabe de pocos lugares en Latino américa con fuerte presencia judía, pero podemos contar el pueblo de Oxapampa en la selva peruana, habitado principalmente por descendientes alemanes, de los cuales no sabemos la cantidad exacta de judíos existentes en esa región del Perú.

También conocemos el Club Hebraica ubicado en el Distrito de La Molina. Es una asociación sin fines de lucro exclusivo para judíos y descendientes de judíos, fundado para la unión e integración de la comunidad judía que habita en el país.

Encontramos el colegio mixto judío-peruano León Pinelo, promovido por la Asociación Judía del Perú, ubicado en la calle, también de influencia judía, Moshe Maimon Maimonides en el Distrito de San Isidro.

Puerto Rico

Puerto Rico es actualmente la sede de la mayor comunidad judía del Caribe, que consiste en alrededor de 3.000 judíos, que sostienen tres sinagogas en la capital y una en el oeste de la isla. De ellas hay una progresista, una conservadora y dos ortodoxas. En Mayaguez hay una comunidad de judíos ortodoxos llamada Toiras Jesed con tendencia hasidica que ha atraído a judíos de toda América Latina. Los judíos tuvieron prohibido establecerse en Puerto Rico durante gran parte de su historia. Muchos judíos europeos llegaron después de la Segunda Guerra Mundial, pero la mayoría son descendientes de judíos cubanos que se fueron de Cuba después de la revolución cubana en 1959. Muchos de los judíos puertorriqueños son descendientes de inmigrantes de Francia, Holanda, Saint-Barthélemy y Curazao.

Recientemente, sin embargo, además de las ramas del judaísmo antes mencionadas ha tomado bastante auge en la isla la rama del judaísmo mesiánico. La mayoría de estos judíos proviene de descendientes de conversos sefardítas que han reencontrado sus raíces hebraicas y han decidido seguir la fe de sus antepasados sin desvincularse de la figura de Jesús o Yeshua. Las ramas principales del judaísmo rechazan que los judíos mesiánicos sean parte del cuerpo de la comunidad judía de la Isla, principalmente por su creencia en Yeshua como el Mesías. A pesar de esto existen cerca de seis sinagogas judeomesiánicas que sirven a una población de algunos 1,500 anusim. Todas estas sinagogas son Torah Observantes y celebran todas las Fiestas Solemnes de su pueblo. Por su parte, los judíos mesiánicos rechazan ser una extensión judaizada del cristianismo, desvinculándose de éste acérrimamente.

República Dominicana

Comerciantes judíos sefarditas llegaron al sur de la Española durante los siglos XVI y XVII huyendo de los resultados de la Inquisición Española. Durante los siguientes siglos muchos judíos y sus descendientes se asimilaron a la población general, aunque muchos de los judíos dominicanos todavía guardan varios aspectos de la cultura sefardita de sus ancestros. Para los siglos XVIII y XIX, muchos sefarditas de Curazao emigraron a la República Dominicana por causa de una crisis económica. Ellos tuvieron un Haham por el nombre Rafael Curiel y un cantor. Actualmente, los sefarditas tienen un centro de estudios en el área metropolitana de Santo Domingo, dirigido por el Haham Yehonatan Elazar-DeMota (matarife ritual y cantor). * Beth Midrash Sefaradí de la República Dominicana

Sosúa, un pequeño pueblo en la costa norteña de la isla, fue fundada por judíos asquenazí huyendo del gobierno Nazi de los 1930. Rafael Trujillo, el dictador del país, abrió las puertas de la República Dominicana a refugiados judíos por sus habilidades y también para “mejorar” lo que él consideraba la “raza inferior” de los dominicanos, oscuros al comparar con los blancos recién llegados. Hoy en día Sosúa tiene una sinagoga y un museo de historia judía. Todavía se encuentran descendientes de judíos asquenazíes y sefarditas en otros pueblos en el norte de la isla.

Venezuela

La historia de la comunidad judía venezolana probablemente comenzó a mediados del siglo XVII en Caracas y en Maracaibo.

Según un censo nacional realizado a finales del siglo XIX, 247 judíos vivían en Venezuela como ciudadanos.

Para 1943, casi 600 judíos alemanes habían entrado en el país. Wn 1950, la comunidad había crecido a alrededor de 6.000 individuos, aun a pesar de restricciones inmigratorias.

Actualmente hay más de 15.000 judíos viviendo en Venezuela, más de la mitad de los cuales residen en Caracas. La comunidad judía venezolana está dividida a partes iguales entre sefarditas y asquenazis. Todas las (15) sinagogas en Venezuela, con excepción de una, son ortodoxas. La sinagoga más grande se encuentra en la ciudad de Caracas, la Sinagoga Tiféret Israel, en el sector de la ciudad llamado Plaza Venezuela, en pleno corazón de la ciudad.

Poblaciones actuales de judíos

Según estimaciones de Palabra Israelita:

Rango
(Mundial)
País Población
judía 2007
% de
judíos
7 Argentina 185,000 0.6%
11 Brasil 96,500 0.1%
12 Chile 75,000 0.4%
19 Colombia 18,450 se aumenta la cifra teniendo en cuenta las delegaciones extranjeras 0.12%
15 México 39.780 0.1%
18 Uruguay 18,102 0.6%
31 Panamá 10,029 0.3%
33 Venezuela 9,000 0.1%
47 Perú 2,792 0.01%
48 Costa Rica 2,409 0.03%
N/A Cuba 1,500 N/A
N/A Paraguay 1,200 0.02%
N/A República Dominicana 600 0.003%
N/A Surinam 200 0.03%

[4] 1 poblaciones judías en el mundo.

Estimaciones del Congreso Judío Latinoamericano

Según estimaciones del Congreso Judío Latinoamericano[15]

Rango
(América Latina)
País Población
judía 2009
1 Argentina 230.000
2 Brasil 130.000
3 Chile 62.000
4 México 40.700
5 Uruguay 33.000
6 Venezuela 15.000
7 Panamá 8.000
8 Colombia 7.400
9 Perú 3.000
10 Costa Rica 3.000
11 Paraguay 1.500/2.000
12 Cuba 1.500
13 Guatemala 1.000
14 Bolivia 700
15 Ecuador 450
16 El Salvador 300
17 República Dominicana 250
18 Surinam 200
19 Nicaragua 50
20 Honduras 40

[5] 1 Poblaciones judías según el Congreso Judío Latinoamericano.

Referencias

  1. http://biblioteca.afip.gov.ar/gateway.dll/Normas/Leyes/ley_c_026089_2006_04_05.xml#articulo_0001 Texto de la ley
  2. “Farewell España, The World of the Sephardim Remembered”, por Howard Sachar, 1994
  3. a b “History of the Jewish People”, por Eli Birnbaum
  4. a b c "Storm Clouds over the Bolivian Refuge", por Sherry Mangan, 1952
  5. “Los Judíos de Vallegrande”, El Deber, por Mario Rueda Peña, 23 de noviembre de 1995
  6. “ Hotel Bolivia: The Culture of Memory in a Refuge from Nazism, por Leo Spitzer, 1999
  7. “Esplendor Judío en la Llajta”, Los Tiempos, por Luz Marina Canelas A., 24 de septiembre de 2006
  8. http://www.elespectador.com/impreso/bogota/articuloimpreso-el-cementerio-de-los-judios
  9. http://www.colarte.com/recuentos/Colecciones/ETNIAS/xJudios.htm
  10. http://www.elgrifo.com.co/portal/content/view/436/10/
  11. http://74.125.93.132/search?q=cache:aI8Ul_twfmkJ:dspace.icesi.edu.co/academico/bitstream/item/2558/1/paulo-otero-judios-cali.doc+comunidad+judia+de+colombia&cd=3&hl=es&ct=clnk&gl=co&client=firefox-a
  12. http://www.usergioarboleda.edu.co/filosofia/seminario_pueblo_judio_conferencistas.htm
  13. http://amisraelcolombia.org/departamentos/antioquia/%C2%A1los-judios-transcriben-la-biblia-en-medellin/
  14. Perman, Stacy: The Jewish Traveler: Costa Rica in Hadassah Magazine December 2006. Accessed December 29, 2006.
  15. Comunidades Judias Según estimaciones del Congreso Judío Latinoamericano

Enlaces externos

Véase también