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Durante el período colonial se gestaron muchas de las tradiciones populares e instituciones tradicionales que dan carácter al pueblo mexicano de la actualidad. |
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México - Historia |
Cronología |
Época Precolombina |
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Conquista |
Virreinato de Nueva España |
Independencia de México (1810-1821) |
México Independiente Siglo XIX |
Primer Imperio Mexicano (1821-1823) |
Porfiriato (1876-1910) |
Revolución mexicana (1910-1924) |
Maximato (1924-1934) |
Cardenismo (1934-1940) |
México moderno (1940-a la fecha) |
Historia política de México (1940-2006) |
La historia de México, país ubicado en el norte del continente americano o, si se quiere, en la porción más septentrional de Mesoamérica, se remonta a unos 14.000 años (conforme al consenso de Clovis), en que se estima ocurrieron los primeros asentamientos de pobladores sedentarios.
Antes de la conquista por los españoles en el siglo XVI, lo que es ahora México fue habitado por pueblos de culturas avanzadas que interactuaron entre ellos en diverso grado, en el tiempo y el territorio. De aquella época sobresalen la cultura olmeca, la tolteca, la teotihuacana, la maya, la náhuatl, la totonaca, la zapoteca, la mixteca, la tarasca, entre otras.
A la llegada de los europeos, México era un mosaico de pueblos y culturas sin cohesión nacional. Después de la conquista, durante 300 años de coloniaje, se fue constituyendo un país con cierto grado de homogeneidad y rasgos comunes. En los albores del siglo XIX con la independencia que se alcanza del imperio español, se inicia el proceso de integración definitivo que da lugar al México contemporáneo. A lo largo del siglo XIX se suceden guerras y disputas intestinas, además de varios intentos de avasallamiento por parte de potencias extranjeras. En ese entonces México perdió cerca de la mitad de su territorio, después de lo cual empezó su consolidación como nación libre y soberana.
Vino, al iniciarse el siglo XX, un cruento movimiento social que sentó bases políticas, jurídicas y sociales del México actual. Durante la mayor parte de tal siglo la nación vivió en paz un proceso de aprendizaje y autocorrección, tanto en lo institucional como en los aspectos social y económico. Al cabo de diversas crisis de corte fundamentalmente económico y político, la última de las cuales no aún superada, la nación evoluciona y se asienta hacia el fin de la primera década del siglo XXI, ocasión en que se cumplen 200 años de su independencia de España y 100 años de su revolución transformadora.
Época precolombina. Civilizaciones mesoamericanas
Olmecas
La cultura olmeca, también conocida como cultura madre, tuvo su desarrollo entre los años 1200 a. C. y 500 a. C. en la región costera del Golfo de México (actualmente comprende los estados de Veracruz y Tabasco); dicha civilización se ubicó en el área central de los llamados Habitantes del país del hule.
La economía de los olmecas tuvo como base la agricultura de roza, la cual consiste en talar grandes extensiones de árboles para despejar la tierra y después sembrar; practicaban la caza y la pesca, así como, en menor medida, la recolección de frutos.
Los sitios arqueológicos más sobresalientes son La Venta,en el estado de Tabasco; la San Lorenzo y Tres Zapotes. En La Venta la construcción de sus edificios es simétrica, dispuestos en un eje largo que va de norte a sur; los monumentos están colocados a los lados. Este centro ceremonial sirvió de ejemplo para el resto de las culturas mesoamericanas, pues diseños similares los percibimos en otros centros urbanos.
Los sacerdotes, quienes poseían conocimientos astronómicos sobre los períodos de lluvia y los idóneos para la siembra, eran, probablemente, la clase dirigente. Algunos investigadores mexicanos han supuesto la existencia de un gobierno teocrático apoyado por la clase militar.
Existen pruebas de que los olmecas utilizaban una escritura jeroglífica y desarrollaron la Rueda Calendárica, evidencia de su progreso, la cual contaba con 365 días. Realizaron diversos monumentos, como las famosas cabezas olmecas, que probablemente eran retratos de guerreros prominentes en batalla o de personajes de alta jerarquía.
Esta cultura desapareció en el año 500 a. C., debido, probablemente, a un desastre natural que los obligó a dejar sus centros urbanos y, como consecuencia, desaparecer de los registros históricos. "La cultura olmeca se puede definir como la Cultura Madre de la América Pre-Colombina", según Mohd Ateeque.
Mayas
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El territorio que ocupaban los mayas comprende los actuales estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, parte de Chiapas y Tabasco en México; y Belice, Guatemala y Honduras en Centroamérica. A partir del siglo III de nuestra era, la cultura maya empezó un florecimiento impresionante, que perduró hasta el siglo IX, que ha sido llamado período clásico.
Tenían una sociedad de jerarquías, pero aún no queda claro si eran los guerreros o sacerdotes quienes gobernaban. La escritura jeroglífica maya ha despertado admiración de investigadores, así como también su progreso matemático y su desarrollo de un equivalente al álgebra. Inventaron el símbolo del cero y también alcanzaron desarrollo astronómico al construir observatorios.
La ciudad de Tikal es la máxima expresión arquitectónica de los mayas. Desarrollaron el comercio que obtenían de lugares tan lejanos como el imperio inca y sirvieron de enlace posteriormente entre los aztecas y sus dominios de Centroamérica.
Teotihuacan
La civilización teotihuacana se desarrolló al noreste del Valle de México entre los años 200 y 650 de nuestra era. Estaban concentrados en una sola ciudad, alcanzando gran mérito de construcciones y también en la cultura.
En el siglo VIII comenzó la decadencia de Teotihuacan, que cedió su lugar a numerosos estados hostiles entre sí que dominaron cada uno regiones clave para la economía mesoamericana. Por el siglo X d. C., estos estados habían perdido su fuerza, al mismo tiempo en que llegaron del desierto las primeras tribus chichimecas. En el noroeste, los pueblos oasisamericanos se diferenciaron definitivamente del conjunto de Aridoamérica, y crearon una civilización propia cuyos vestigios más importantes en territorio mexicano se localizan en Paquimé.
Durante los siglos X al XII, el centro de México fue dominado por Tula, la capital de los toltecas. Esta ciudad estableció vínculos muy fuertes con varias regiones de Mesoamérica, pero particularmente con la península de Yucatán, donde se ubica la ciudad maya de Chichén Itzá. En Oaxaca, mientras tanto, los mixtecos iniciaron un proceso expansionista que los llevó a ocupar los Valles Centrales donde habitaban los zapotecos. En 1325 los mexicas fundaron Tenochtitlán, la capital del estado más extenso que conoció la Mesoamérica prehispánica, que sólo rivalizó con los purépechas de Tzintzuntzan.
Fundación de México
La fundación de México ocurre en el año de 1325, cuando los Aztecas provenientes de Aztlán (Lugar de Garzas) emigran hacia el sur de América en busca de la tierra prometida por su dios Huitzilopochtli quien les ordenó fundar una ciudad en donde encontraran un águila posada sobre un nopal devorando una serpiente.
El 13 de marzo de 1325 los Aztecas llegaron a lo que hoy se conoce como el Valle de México, (algunos historiadores dicen que vieron la señal y fundaron México Tenochtitlán). Entraron al Valle de México llegaron al Bosque de Chapultepec, donde residieron hasta que en una nueva expedición al centro del valle encontraron, el 18 de julio de 1325, en un islote rodeado de agua, una penca donde se encontraba un nopal y sobre el nopal un águila devorando una serpiente. Fue allí donde fundaron la Gran Tenochtitlán, ciudad y capital del Imperio azteca México Tenochtitlan.
Período colonial
Entre la caída de Tenochtitlán y el establecimiento del virreinato de Nueva España transcurrieron catorce años. En ese tiempo, el gobierno quedó primero a cargo de Hernán Cortés, que se autoproclamó Capitán General de Nueva España. Luego fueron nombradas las Reales Audiencias de México, dependientes de la Corona de España, con el propósito de realizar una mejor administración de la colonia.
El virreinato fue establecido en 1535, y su primer virrey fue Antonio de Mendoza. En su historia, la Nueva España fue regida por 62 virreyes de diferente importancia histórica, entre los que destacan Antonio María de Bucareli (1771-1779) y Fray Payo Enríquez de Rivera (1672-1680).
El descubrimiento de nuevos yacimientos de distintos minerales en el centro y norte del territorio (desde Sonora hasta el sur de la provincia de México) permitió que gradualmente la Nueva España ocupara el lugar de privilegio, especialmente en la extracción de plata. La minería permitió el desarrollo de otras actividades asociadas, especialmente los obrajes y la agricultura, que convirtieron a las regiones del Bajío o los valles de México y Puebla en prósperas regiones agrícolas y de actividad industrial incipiente.
El comercio de la colonia era realizado a través de dos puertos. Éstos fueron Veracruz en el golfo, y Acapulco en el Pacífico. A éste llegaba la Nao de China, una nave que transportaba productos de las islas Filipinas a Nueva España y de ahí a la metrópoli. El comercio coadyuvó al florecimiento de estos puertos, de la Ciudad de México y de las regiones intermedias entre ambos. Hay que señalar que hasta finales del siglo XVIII, con la introducción de las reformas borbónicas, el comercio entre las colonias españolas no estaba permitido.
La sociedad novohispana estaba fuertemente segmentada. Por un lado, existía toda una codificación acerca de las relaciones entre los grupos étnicos. Aunque nunca fue tan severa que no permitiera el intercambio cultural o el mestizaje biológico, sí había una definición de la posición que una persona ocupaba en la escala social de acuerdo con una supuesta mezcla de sangres. Mientras más sangre española, mejor posición, por ello los españoles peninsulares (o gachupines) ocupaban las posiciones de privilegio.
Durante el período colonial se gestaron muchas de las tradiciones populares e instituciones tradicionales que dan carácter al pueblo mexicano de la actualidad.
Independencia
El 16 de septiembre de 1810 es la fecha que marca el inicio del movimiento armado dirigido por Miguel Hidalgo; quien fuera un simple sacerdote logró movilizar a una gran parte del pueblo mexicano con lo que se conoce como El grito de Dolores, ya que hizo un llamado a los habitantes de La Nueva España en la iglesia de Dolores, Hidalgo.
Uno de los pretextos tomados por los criollos para reclamar la independencia de las colonias españolas fue la ocupación francesa de España, a principios del siglo XIX. En varias partes de América Latina tuvieron lugar algunas rebeliones independentistas, algunas más exitosas que otras. México no fue la excepción. Los primeros intentos separatistas de Nueva España corresponden los hechos ocurridos durante la Crisis política de 1808 en México, se formó una Junta de Gobierno la cual contaba con cierta simpatía del virrey José de Iturrigaray, pero un golpe de Estado realizado por Gabriel de Yermo depusó al virrey y a consecuencia se encarceló a los promotores de la junta: Melchor de Talamantes, Juan Francisco Azcárate y Lezama, Francisco Primo de Verdad y Ramos y José Antonio de Cristo. La Real Audiencia, que favorecía a los golpistas, nombró a Pedro de Garibay como virrey interino y toda idea de separatismo fue sofocada. Las reuniones entre criollos continuaron, pues la inconformidad con su situación secundaria en la sociedad novohispana y la ocupación francesa de la metrópoli eran la oportunidad para conseguir un gobierno local. El siguiente intento por establecer un congreso independiente y autónomo fue la Conjura de Valladolid en 1809, pero fue descubierta y sus miembros fueron procesados.
La conspiración de Querétaro sería finalmente la que desataría la revolución de Independencia de México. En la conspiración participaban, entre otros, los corregidores de la ciudad de Querétaro, Josefa Ortiz de Domínguez y Miguel Domínguez; Ignacio Allende y Juan Aldama, y el cura Miguel Hidalgo. Sería este último quien daría el llamado "Grito" a la insurrección en el pueblo de Dolores, Guanajuato, el 16 de septiembre de 1810.
Tras varias victorias, entre las que destacan la toma de Guanajuato, Valladolid, y la derrota que propinaron a las tropas realistas en Cerro de las Cruces (a un tiro de piedra de la Ciudad de México), el ejército insurgente se retiró hacia occidente. Fueron derrotados en la Batalla del Puente de Calderón por Félix María Calleja, a la postre, virrey novohispano. Las tropas realistas persiguieron a la insurgencia hasta apresarlos en Acatita de Baján, Coahuila. Los líderes fueron fusilados y sus cabezas exhibidas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato. Esto fue en el año de 1811.
Para este tiempo, la insurgencia se había hecho fuerte en el sur de la intendencia de México. Al frente de la tropa se hallaba el cura y Generalísimo José María Morelos y Pavón, quien había recibido la orden directa de Hidalgo de encabezar la revolución en la Sierra Madre del Sur. Entre los triunfos más sonados de Morelos y su ejército (del que formaban parte, entre otros, Mariano Matamoros, los hermanos Galeana y los hermanos Bravo), se encuentra el sitio de Cuautla, que fue roto tras casi un año de asedio realista. Morelos convocó al primer congreso americano en 1813, en Chilpancingo, al que acudieron diputados de las provincias del naciente país, los cuales firmaron el Acta de Independencia de la América Septentrional y promulgaron la Constitución de Apatzingán un año más tarde, sobre la base del documento escrito por Morelos, intitulado Sentimientos de la Nación, (el Generalísimo que había rechazado ese título, se hizo llamar Siervo de la Nación) .
Sin embargo, los realistas terminaron por minar la capacidad bélica del ejército insurgente y finalmente, Morelos fue aprehendido en Tezmalaca y conducido a la Ciudad de México, donde fue enjuiciado, degradado, excomulgado y hecho preso. Finalmente fue fusilado en San Cristóbal Ecatepec (que hoy se llama Ecatepec de Morelos en recuerdo del cura), el 22 de diciembre de 1815.
A esas alturas, el ejército insurgente había entrado en una fase francamente defensiva. Habían sido fusilados Matamoros y Morelos, muertos en combate fueron algunos de los Galeana (no todos: Pablo siguió combatiendo a los realistas en Zacatula, hasta 1822, cuando Vicente Guerrero le mandó a avisar que la guerra había terminado un año antes). Los únicos frentes fuertes eran el veracruzano, al mando de Guadalupe Victoria, y el de Vicente Guerrero, en el sur de México. En el norte, la campaña relámpago de Pedro Moreno y Francisco Javier Mina (un joven español de ideas liberales, recién desembarcado de España), había concluido desastrosamente, a pesar de sus triunfos iniciales.
De esta manera, la revolución popular de independencia mexicana se hallaba muy lejos del triunfo. El virrey Apodaca había ofrecido indulto a los insurgentes, lo que minó el ejército en resistencia. La oferta llegó a Guerrero por conducto de su padre, y la rechazó con la famosa frase la Patria es primero, que hoy está escrita con letras de oro en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Aprovechando la situación, algunos militares criollos —que habían combatido a los insurgentes durante los años anteriores— tomaron la dirección del movimiento.
Agustín de Iturbide selló un pacto con Guerrero, jefe de los insurgentes surianos, en compañía de quien promulgó el Plan de Iguala en 1821. Poco tiempo después, llegó el nuevo virrey de Nueva España, Juan O'Donojú, que también sería el último, y que aceptó firmar el acta de independencia de México el 27 de septiembre de 1821.
Los primeros reconocimientos a la nación independiente provinieron de Chile, Gran Colombia y Perú. En 1825, los Estados Unidos reconocieron a la nueva nación hispana con los límites de 1820 establecidos por el gobierno estadounidense y la Corona de España, por el Tratado de Adams-Onís. Los límites estaban fijados por el paralelo 42ºN, las Rocallosas, el río Nexpentle, el río Rojo y el río Sabina hasta desembocar en el Golfo de México.
Siglo XIX
Durante casi todo el siglo XIX el joven país afrontó guerras interinas por el poder. Tras la consumación de la independencia nacional, se discutía la forma de gobierno de la nueva nación. El Plan de Iguala señalaba que a su independencia, México debía convertirse en una monarquía encabezada por un miembro del linaje de Fernando VII. Mientras se encontraba un candidato a la corona de México, se había instalado una Junta de Gobierno Provisional, ocupada por tres personas. Meses más adelante, en 1822, Agustín de Iturbide fue proclamado Emperador de México. En aquel tiempo, formaban parte del territorio mexicano el antiguo virreinato de Nueva España y el de la Capitanía General de Guatemala.
El primer Imperio Mexicano duró apenas unos cuantos meses. Rápidamente se vio envuelto en una crisis financiera derivada de la necesidad de pagar los daños provocados por los once años de revolución independentista. Además, los grupos republicanos cobraban cada vez más fuerza. En el año de 1823, Antonio López de Santa Anna y Vicente Guerrero proclamaron el Plan de Casamata, por el que negaban al gobierno de Iturbide y anunciaban la instauración de una república. El emperador intentó defenderse por medio de las armas, pero su ejército fue derrotado y él exiliado en ese mismo año. Con la derrota del Imperio, las provincias centroamericanas se separaron de México, lo cual hicieron todas, salvo Chiapas, para formar las Provincias Unidas de Centroamérica.
Tras un breve interludio, presidido por una Junta Provisional, encabezada por Pedro Celestino Negrete, en 1824 el Congreso Constituyente promulgó la Constitución Mexicana que habría de regir a la República. Este documento asentaba que la nación adoptaba como forma de gobierno la república federal, con división de poderes. Éstos residirían en la Ciudad de México, y estaría integrada por estados federados y territorios federales. El Congreso convocó a elecciones en las que salió electo Guadalupe Victoria para el período de 1824-1828.
A partir de la conclusión del período de Victoria, la vida política mexicana se tornó inestable, debido a las pugnas entre la antigua aristocracia y el pequeño grupo de burgueses liberales del país. El personaje central a lo largo de la primera mitad del siglo XIX fue Antonio López de Santa Anna, quien repelió la intentona hispana por reconquistar México y ascendió al poder once veces: cinco de ellas como abanderado de los liberales y las otras seis como conservador.
En 1833 tuvo lugar el primer intento de reforma liberal profunda del Estado, encabezada por Valentín Gómez Farías (a la sazón presidente interino, pues Santa Anna se había retirado a descansar a su hacienda) y José María Luis Mora. La reforma fracasó por el regreso de Santa Anna a la presidencia, con el apoyo de los conservadores. En 1835 fueron promulgadas las Siete Leyes, una constitución de corte centralista, que ocasionó la declaratoria de independencia de Zacatecas (rebelión reprimida brutalmente por el general Cos) y Texas. Este último territorio, perteneciente al estado de Coahuila y Texas, se separó de México en 1836. Cinco años más tarde la República de Yucatán declaró su independencia, y no se reincorporaría a México hasta 1848. Ese mismo año de 1841, el estado de Tabasco decretaría su separación de México en protesta por el centralismo imperante en el país, el estado se reincorporaría oficialmente en 1842.
El 6 de enero de 1843, fue proclamada la segunda república centralista de México, encabezada por Santa Anna. La vida de la república sería muy corta, pues tres años más tarde fue incapaz de enfrentar la invasión estadounidense, hecho que los liberales aprovecharon y terminaron por rehabilitar la constitución de 1824 el 22 de agosto de 1846.
Por esa época, México enfrentaba una guerra con Estados Unidos. Este país había anexado el Territorio de Texas en 1841, y en 1846 reclamó a México la posesión de la franja de tierra comprendida entre el río Bravo y el río de las Nueces. El límite de la provincia texana históricamente había sido el río de las Nueces, unos 300 km más al norte del Bravo, por lo que las reclamaciones eran infundadas. El gobierno estadounidense acometió contra México, y ocupó el país desde 1846 hasta 1848. Después de esto los estadounidenses ocuparon el territorio nacional.
Durante la invasión a la Ciudad de México los ejércitos de Estados Unidos al mando de Winfield Scott torturaron y mataron a muchos soldados irlandeses del Batallón de San Patricio, que colaboraron con la resistencia mexicana. Finalmente, el 14 de septiembre de 1847, los estadounidenses izaron su bandera en el Palacio Nacional, tomando antes el Castillo de Chapultepec, que era por aquel entonces colegio militar, y donde se encontraban solo unos cuantos cadetes de guardia, ahora conocidos como "los niños héroes". La guerra concluyó con la firma del Tratado de Guadalupe-Hidalgo, en el que México reconocía la frontera texana en el río Bravo y "cedía" los territorios de California y Nuevo México (cerca de 2.000.000 de km² que hoy conforman los territorios de California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah, la mayor parte de Colorado y la región suroeste del Wyoming y Kansas, y el oeste de Oklahoma).
Tras la guerra con Estados Unidos, fue electo para la presidencia José Joaquín de Herrera. El gobierno de Herrera fue más o menos tranquilo, aunque las elecciones para relevarlo fueron presa de la división entre liberales y conservadores. Este nuevo conflicto se resolvió con la llegada de Santa Anna al poder, que gobernó por última ocasión la república entre 1853 y 1855. Santa Anna se autonombró dictador de México y gobernó con el título de Su Alteza Serenísima (el tratamiento fue elevado al rango de ley constitucional). Mientras tanto, la mayor parte del país seguía en la miseria. El colmo fue el aumento en el monto de los impuestos y la creciente corrupción del gobierno santaannista.
Por ello, en 1854 los liberales se fueron a la guerra, amparados en el Plan de Ayutla y encabezados por Juan Álvarez e Ignacio Comonfort. El movimiento, conocido como Revolución de Ayutla, concluyó con la renuncia y destierro de Santa Anna y la instalación de Álvarez como interino. Durante las presidencias de Álvarez y Comonfort, fueron promulgadas varias leyes de corte liberal, conocidas como Leyes de Reforma, que, entre otras cosas, establecieron la separación entre el Estado mexicano y la Iglesia Católica y anularon los privilegios de las corporaciones (incluidas las comunidades indígenas). La puesta en marcha de estas leyes dio lugar a un nuevo conflicto entre liberales y conservadores, conocido como Guerra de los Tres Años o Reforma.
Benito Juárez ocupó la presidencia interina de la república tras la renuncia de Comonfort, y fue convocado un nuevo congreso constituyente que promulgó el 5 de febrero de 1857 la nueva constitución mexicana, de orientación liberal moderada. Sin embargo, las reformas contempladas por la nueva constitución fueron motivo de una nueva rebelión conservadora en Tacubaya y, desconociendo el gobierno de Juárez, nombraron un presidente provisional. Las huestes de ambos bandos se enfrascaron en una guerra que concluyó con la victoria de los liberales en enero de 1861.
En ese mismo año, el gobierno de la república decretó la suspensión de pagos de la deuda externa, pues carecía de medios para pagarla. Francia, uno de los principales acreedores, instó a España e Inglaterra a presionar por la vía militar al gobierno mexicano. La marina de los aliados llegó a Veracruz en febrero de 1862. El gobierno mexicano se aprestó a negociar por la vía diplomática, y logró el retiro de los ingleses y españoles.
Los franceses bajo el mando de Napoleón III, por su parte, dieron comienzo a las hostilidades militares. Comenzando por la batalla de Puebla, ganada por el ejército de Ignacio Zaragoza y las milicias populares del estado, la guerra comenzó. Hubo en un principio muchas victorias para los franceses, que tomaron la capital en junio de 1863. El gobierno republicano, con Juárez a la cabeza, se había trasladado a San Luis Potosí el 31 de mayo. Fue perseguido por los franceses, y finalmente se estableció en Paso del Norte. Mientras tanto, en la capital, el 10 de julio la Asamblea de Notables había nombrado como emperador de México a Maximiliano de Habsburgo. El Segundo Imperio Mexicano duraría hasta 1867, ya que a partir de 1865 el ejército francés empezó a sufir derrotas a manos de las guerrillas mexicanas (que comenzaron a abastecerse de armamento estadounidense). La guerra culminó con la retirada del ejército francés y con la rendición de los conservadores y el fusilamiento del emperador en Santiago de Querétaro.
Juárez siguió en el poder hasta su muerte el 18 de julio de 1872. Los últimos años de su gobierno fueron duramente criticados por las diversas facciones en que se habían dividido los liberales. Para las elecciones de 1871, se presentaron como candidatos Sebastián Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz y el mismo Juárez, quien ganó. A su muerte ocupó la presidencia Lerdo de Tejada, que elevó a rango de ley constitucional las leyes radicales de reforma promulgadas durante el periodo de 1855-1856. Cuando Lerdo intentó reelegirse, los porfiristas se levantaron en armas y lo derrocaron. Aunque por ley la presidencia debía ser ocupada por José María Iglesias, los porfiristas desconocieron su gobierno y finalmente Díaz ocupó la presidencia en 1876. Así comenzó el período que en la historia de México es conocido como Porfiriato.
El porfiriato
La dictadura de Porfirio Díaz sólo fue interrumpida por cuatro años de gobierno de Manuel González, quien era amigo del dictador. En este tiempo, llamado porfiriato, México tuvo una cultura con gran influencia francesa. En este período las Leyes de Reforma (en especial la Ley Lerdo) sirvieron de marco para favorecer la concentración de tierras en manos de unos pocos terratenientes. Los campesinos eran enganchados para trabajar en las haciendas, y algunos grupos indígenas que se mostraban particularmente rebeldes, como los yaquis y los mayas, fueron desterrados de sus lugares de origen y obligados a trabajar hasta la muerte en lugares como Valle Nacional, el valle del río Yaqui o Yucatán.
El gobierno de Díaz favoreció la inversión extranjera. La cabeza de este plan de desarrollo económico fue José Yves Limantour, de ascendencia francesa y miembro del grupo de los Científicos. La mayor parte del capital invertido en México era francés, y en importancia seguían las inversiones inglesas, estadounidenses, alemanas y españolas. Minas, petróleo, ferrocarril, textiles, plantaciones de azúcar: todo ello estaba en manos de extranjeros. Aparentemente el país prosperaba, creando estabilidad económica en el país a pesar de la misera en ciertos sectores de la sociedad. Por ello, cuando en la famosa entrevista Díaz-Creelman, el dictador señaló que México estaba listo para la democracia, algunos personajes le tomaron la palabra y se presentaron a las elecciones de 1910, algunos días después de la postulación de Francisco I. Madero fue encarcelado en San Luis Potosí, en este mismo año se publicó el plan de San Luis iniciando así la Revolución mexicana.
Siglo XX
El siglo XX mexicano comienza con la Revolución. Como se menciona, Díaz había convocado a elecciones para elegir a su sucesor, de las que salió victoriosa compuesta por Madero y José María Pino Suárez, del Partido Antirreeleccionista. Sin embargo, Díaz desconoció el resultado de las votaciones. Como reacción, Madero llamó al levantamiento armado por medio del Plan de San Luis. Al llamado se levantaron numerosos grupos de las más diversas clases sociales y elaborando las más variadas banderas sociales: en el noroeste, Álvaro Obregón encabezó la revuelta de los pequeña clase media campesina, en Chihuahua Francisco Villa huyendo de la persecución encabezaba un regimiento formado por ganaderos; en Coahuila, Venustiano Carranza representaba a los hacendados; y en el estado de Morelos, Emiliano Zapata y sus tropas de indígenas reclamaban el reparto agrario. Díaz finalmente dimitió el 24 de mayo de 1911. Salió voluntariamente del país siete días más tarde, a bordo del vapor Ypiranga, con rumbo a Francia, en donde le fue entregado el sable de Napoleón III por haberse destacado como estratega militar. Murió y fue sepultado en Francia.
Mientras tanto, el Congreso nombró como interino al señor Francisco León de la Barra (porfirista), que entregó la presidencia a Madero en noviembre de 1911. En febrero de 1913, Victoriano Huerta dio un golpe de Estado contra Madero, a quien mandó asesinar junto con Pino Suárez en la "Decena Trágica", y gobernó como dictador hasta 1914. En el bando revolucionario también había disputas: por ejemplo, Zapata había desconocido a Madero porque sintió que lo había traicionado al no haber iniciado el reparto agrario. A la muerte de Madero, las facciones revolucionarias se levantaron en armas contra el usurpador, y lo derrocaron, quedando como presidente Venustiano Carranza.
A éste correspondió promulgar la Constitución que rige actualmente en México, y que incorporó varias de las demandas sociales reivindicadas por los movimientos revolucionarios y sus antecesores (jornada de ocho horas, libertad de culto, salario mínimo, reparto agrario, nacionalización de los recursos naturales, etc). Mientras tanto, el ejército revolucionario se dividió en dos facciones: una, encabezada por Carranza y Obregón, moderada y vinculada con los intereses de la burguesía norteña; y la otra, con Zapata y Villa, más radicales y vinculados con los intereses de los campesinos. Los vencedores fueron los primeros, Zapata fue asesinado en Chinameca en 1919, y cuatro años más tarde la misma suerte tuvo Villa.
Con la llegada de Obregón al poder en 1920, varios de los artículos constitucionales fueron puestos en vigor. Entre las consecuencias de ello está la Guerra Cristera, que enfrentó a tropas campesinas alentadas por la jerarquía católica contra el ejército federal.
Obregón fue sucedido en el cargo por Plutarco Elías Calles, quien opinaba que la Revolución había de perpetuarse en instituciones y formó, en marzo de 1929, el Partido Nacional Revolucionario, primer antecedente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) (que dominaría la escena política hasta el 2000). Calles fundó el Banco de México y puso fin a la Cristiada, llegando a un acuerdo con el clero. Al final de su período, Obregón se reeligió, pero fue asesinado en San Ángel antes de tomar posesión. Siguieron tres presidentes que gobernaron dos años cada uno y que fueron títeres de Calles, a quien se acusa de haber planeado el asesinato de Obregón. Durante este período, conocido como Maximato, México enfrentó la resaca de la crisis de 1929 y perdió la soberanía sobre un territorio lejano y casi desconocido: la Isla de la Pasión, que pasó a manos francesas.
Lázaro Cárdenas, el presidente electo para el primer período sexenal de la historia de México (1934-1940), desterró a Calles, apoyado en su amplia popularidad entre la población más pobre y mayoritaria. Dio gran impulso a la educación ("socialista") y al reparto de tierras. Es recordado por la expropiación petrolera, acontecida el 18 de marzo de 1938, y por la nacionalización de los ferrocarriles. No obstante que inició con un impulso radical, el gobierno de Cárdenas al final debió moderarse por el contexto de crisis económica derivado de los pagos de las nacionalizaciones. Su sucesor, Manuel Ávila Camacho, frenó el reparto agrario, concilió con la naciente clase burguesa industrial y enfrentó el inicio de la Segunda Guerra Mundial. El 22 de Mayo de 1942, México se une a los aliados en la segunda guerra mundial.
Miguel Alemán le sucedió, siendo el primer presidente de México en la época priísta que no era militar. Después gobernó Ruiz Cortines, bajo el sexenio del cual se le dio derecho de voto a la mujer. López Mateos, quien le sucedió, logró en México un fuerte progreso económico, además de la nacionalización de la energía eléctrica.
Se puede calificar al gobierno de Díaz Ordaz como autoritario, ya que durante su gobierno se dieron varias manifestaciones sociales, particularmente la huelga estudiantil de 1968 que culminó en la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de ese año. Luis Echeverría, quien fuera Secretario de Gobernación en ese sexenio, fue el siguiente Presidente, el cual quiso identificarse con una imagen de izquierda política. De allí siguió José López Portillo; durante su gobierno se desató una gran crisis económica a raíz de la nacionalización bancaria; sin embargo, fue también en su gobierno que la política de exploración petrolera logró el descubrimiento del yacimiento petrolero de Cantarell, del cual se extrae hasta la fecha gran parte del petróleo mexicano que aporta 40 centavos por cada peso del presupuesto nacional. Finalmente Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo forman lo que se llamó el periodo del neoliberalismo, en el que México sufrió una devaluación permanente del peso.
Durante la décadas de 1950-1960 hubo numerosas protestas y peticiones de ampliaciones de libertad y derechos, como la rebelión de ferrocarrileros que azotó los estados de Sinaloa comandada por Germán Ruelas, Nayarit comandada por Miguel Gómez y en Jalisco por Antonio Hernández. También algunos civiles levantaron protesta por la falta de democracia y esto originó cierta represión, como la matanza a los manifestantes de Tlatelolco en 1968. Por otro lado, se reabrió el debate sobre la economía mexicana y se comenzaron a vender más de 750 empresas del Estado a la iniciativa privada nacional y extranjera, las llamadas privatizaciones.
El 1 de enero de 1994 al entrar en vigor el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá aparece en escena el Ejército Zapatista de Liberación Nacional el cual afirma buscar, mediante armas originalmente y en la actualidad con diálogo, desarrollar a los olvidados y pobres pueblos indígenas, habituales blancos de violaciones, torturas y asesinatos por parte de militares y paramilitares.
Siglo XXI
En el año 2000 México vive por primera vez, tras 71 años de gobiernos priístas, la alternancia política cuando una alianza de los partidos Acción Nacional y Verde Ecologista de México derrotó al PRI en las elecciones presidenciales. Vicente Fox, proveniente de un partido de derecha, es elegido presidente de la Nación en mitad de un movimiento de éxodo muy grande hacia Estados Unidos debido a la crisis económica y la falta de empleo.
En 2006 tras las elecciones generales del 2 de julio, Felipe Calderón Hinojosa es electo presidente de México. El ciudadano Andrés Manuel López Obrador, candidato por la izquierda a la presidencia de la Nación, desconoce los resultados electorales anunciados por el Instituto Federal Electoral y acusa de fraude al presidente Vicente Fox. La Ciudad de México, se ve paralizada por una manifestación de resistencia civil pacifica, patrocinada por el gobierno de la Capital (también de izquierda), argumentando que los votos apuntados en las urnas no coincidían con los datos repartidos por el gobierno, como finales. Finalmente la diferencia mínima entre ambos partidos deriva en la Declaratoria Oficial de Presidente Electo por el Tribunal Electoral del Poder judicial de la Federación al ciudadano Felipe de Jesús Calderón Hinojosa presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos para el período del 1 de diciembre del año 2006 al 30 de noviembre del año 2012.
En Oaxaca un movimiento de maestros cuya petición esencial era la destitución del titular del ejecutivo del gobierno del estado, Ulises Ruiz, conforma la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), lo cual desata un conflicto que desemboca en la intervención de la policía federal, así como la represión y detención de varios de líderes populares, quienes son encarcelados en prisiones de máxima seguridad.
En los primeros días de su gobierno, Felipe Calderón cumple su promesa de mano dura e inicia una serie de acciones en contra del llamado crimen organizado y el narcotráfico, en la que se moviliza a un número considerable de elementos militares, a quienes sube el sueldo y pide lealtad, hacia los focos de acción de dichos grupos dentro del país.
Sin embargo, se limita en su lucha contra la Impunidad y la Corrupción, [1] Según Transparencia Internacional [2]
Véase también
- Cultura en la Ciudad de México
- Historia de México (Época precolombina)
- Conquista de México
- Virreinato de Nueva España
- Cultura de México
- Música de México
Enlaces externos
- Wikiversidad alberga proyectos de aprendizaje sobre Historia de México.
- Línea del tiempo de la Historia de México