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Pío Moa

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Pío Moa

Pío Moa en 2008
Información personal
Nombre de nacimiento Luis Pío Moa Rodríguez Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 1948 Ver y modificar los datos en Wikidata
Vigo (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad EspañaEspaña
Familia
Padre Pío Moa Banga Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Articulista y escritor
Años activo Siglo XX
Género Ensayo
Sitio web

Luis Pío Moa Rodríguez (Vigo, 1948) es un articulista y escritor español, especializado en temas históricos relacionados con la Segunda República Española, la Guerra Civil Española, el franquismo y los movimientos políticos de ese período.

Participó en la oposición antifranquista dentro del Partido Comunista de España (reconstituido) o PCE(r) y de la organización terrorista GRAPO. En 1977 fue expulsado de este último partido. A partir de este suceso, cambió sus anteriores posiciones políticas ultraizquierdistas para pasar a sostener posiciones políticas conservadoras y abiertamente filofranquistas.

En 1999 publicó Los orígenes de la guerra civil, que junto con Los personajes de la República vistos por ellos mismos y El derrumbe de la República y la guerra civil conforman una trilogía sobre el primer tercio del siglo XX español. Continuó su labor con Los mitos de la guerra civil, Una historia chocante (sobre los nacionalismos periféricos), Años de hierro (sobre la época de 1939 a 1945), Viaje por la Vía de la Plata, Franco para antifranquistas, La quiebra de la historia progresista y otros títulos. En la actualidad colabora en Intereconomia, El Economista y Época.

Defensor de Franco y de muchos aspectos de la dictadura franquista, ha señalado que «Franco debe [...] recibir la gratitud y el reconocimiento de la mayoría de los españoles».[1]​ Moa considera que la actual democracia es heredera del régimen franquista, que según Moa experimentó una «evolución democratizante»,[2]​ y no de las izquierdas del Frente Popular, según él totalitarias y antidemocráticas y que dejaron un legado de «devastación intelectual, moral y política».[1][3]​ Su obra ha generado una gran controversia y suscitado la atención de un numeroso público, que ha situado a varios de sus libros en las listas de los más vendidos en España: su libro Los mitos de la Guerra Civil fue, con 150.000 ejemplares vendidos, número uno de ventas durante seis meses consecutivos.[4]

Biografía

Pío Moa firmando en la Feria del Libro, Madrid, 2010.

Nacido en Vigo (Pontevedra), fue miembro fundador de la organización terrorista de tendencia marxista-leninista y maoísta Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), el brazo armado del PCE(r). Formando parte de ella participó en asaltos a locales falangistas y a la sede de la revista Gentleman, a la que llamaban «oposición domesticada». Asimismo tomó parte en uno de los asesinatos del 1 de octubre de 1975, perpetrados en represalia por las últimas cinco ejecuciones del franquismo de dos miembros de ETA y tres del FRAP el 27 de septiembre.[5]Enrique Cerdán Calixto, Abelardo Collazo Araújo y Pío Moa penetraron en la sucursal y se dirigieron hacia el policía de servicio. Cerdán le disparó y Moa, que portaba un martillo, le arrebató el arma al policía ya muerto. Según el informe policial de los asesinatos, algunos testigos afirmaron que le habían visto golpear con un martillo al policía tiroteado, extremo que Moa siempre ha negado, manifestando que no fue necesario.[6]​ Fue cómplice en el secuestro del teniente general Villaescusa, hecho acaecido en el año 1977, por lo que fue condenado en 1983 a un año de prisión, sentencia que no tuvo que cumplir. Fue expulsado del GRAPO en 1977 y se acogió a medidas de reinserción en 1983, adoptando posteriormente posiciones políticas ultraconservadoras. Ha dejado un relato de sus experiencias de entonces en el libro autobiográfico De un tiempo y de un país.

Ha dirigido las revistas Tanteos (1988–1990) y Ayeres (1991–1993), dedicada a la Historia. Ha sido bibliotecario del Ateneo de Madrid, a cuya junta directiva perteneció durante tres años. Colaboró en diversas revistas, periódicos y medios de Internet, como la desaparecida Chesterton, Libertad Digital, El Economista o Época. También participa en medios como Intereconomia Televisión donde tertulia en programas como El gato al agua y España en la memoria.

Evolución ideológica

La base de su producción intelectual es una trilogía sobre la Segunda República y la Guerra Civil Española en la que invirtió nueve años de investigación. Sus obras más vendidas, Los mitos de la guerra civil y Franco, un balance histórico, son ensayos basados en parte en el trabajo realizado en la trilogía mencionada.

Moa afirma que sus posturas se sustentan en el análisis, entre otras fuentes, de los numerosos testimonios dejados por los protagonistas de aquellos hechos (Azaña, Araquistáin, Prieto, Largo Caballero, Madariaga y Gil Robles). También asegura haber consultado para algunas de sus obras los archivos de la Fundación Pablo Iglesias[cita requerida], en especial el de Largo Caballero, el Archivo General de la Guerra Civil Española, el Archivo Histórico Nacional, la prensa de la época y los diarios de las Cortes.

Su línea de pensamiento con respecto a los orígenes de la Guerra Civil se resume en lo siguiente:[7]

  1. Una parte sustancial de la izquierda (los anarquistas, PCE, ERC y el sector del PSOE liderado por Largo Caballero) tenía un carácter marcadamente antidemocrático, ya que consideraba la República como un mero paso intermedio en el camino hacia su objetivo último de la Revolución Social.
  2. Este sector de la izquierda española organizó la insurrección de octubre de 1934.
  3. En una República que ya no era democrática se produjeron las elecciones de 1936, que ganó por estrecho margen de votos (y mucho más amplio en escaños) el Frente Popular gracias a ciertos arreglos oscuros, como los denunciados por el entonces Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, y corroborados, según Moa, por las memorias de Azaña, Alcalá-Zamora o Madariaga.
  4. La situación de violencia callejera y auténtico fervor revolucionario generó una respuesta simétrica en sectores de la derecha, a la que se sumó una parte de la oficialidad del Ejército, desembocando toda esta escalada de violencia —que culminó en el asesinato por parte de miembros de la Guardia de Asalto del diputado y líder opositor José Calvo Sotelo— en la sublevación del 18 de julio de 1936. Ésta habría sido una reacción desesperada de una derecha que no esperaba cuartel alguno como la izquierda frentepopulista venía anunciando hacía años.

En 2007 realizó unas declaraciones al diario Público[8]​ en que sostenía que muchas víctimas del franquismo, como las Trece Rosas o Lluís Companys, no eran en absoluto inocentes y que «aquellos que hoy defienden la Ley de la Memoria Histórica se identifican con los criminales, los de las checas». En su blog ratificó estas opiniones,[9]​ desmintiendo además el titular del artículo. Estas polémicas declaraciones fueron denunciadas por catorce individuos que llegaron a recoger firmas en un Manifiesto de apoyo a su denuncia por injurias contra Pío Moa. El 6 de mayo de 2008 el juez sobreseyó la denuncia por entender que no existía delito alguno.[10]

Moa se ha negado repetidamente a condenar la dictadura franquista, afirmando que, en 1936, España no era ya una democracia, aludiendo a los atentados, el estado de alarma, la no publicación de las actas en las elecciones de ese año, la muerte de Calvo Sotelo a manos de la Guardia de Asalto... además de señalar que la guerra civil ya había estallado en 1934 con la revolución sofocada en Asturias y Cataluña:

el franquismo no destruyó a la democracia, sino a la revolución del Frente Popular. Libró a España de la II Guerra Mundial y de una nueva guerra civil, y dejó un país próspero y reconciliado, libre de los odios que acabaron con la II República»; «[los logros de Franco] lo convierten en el personaje político de mayor envergadura en la historia de España de los dos últimos siglos, en rivalidad, si acaso, con Cánovas».[11][12][13][14]

Moa también ha criticado duramente la transición democrática y la actual democracia. En su opinión, la transición tiene «fallos» y dado lugar a «una Constitución harto deforme», todo lo cual sería culpa principalmente de los antifranquistas, al igual que los problemas actuales de la democracia. Para él, esto se debería a que identificar antifranquismo y democratismo es «una falsedad parecida a la equiparación del Frente Popular con la libertad». Durante la transición, según Moa:

los antifranquistas tenían además la loca idea de una "ruptura" que saltase por encima de cuarenta años de paz, desarrollo y reconciliación, para volver a las vesanías de aquel frente de izquierdas al que siguen llamando "república" cuando en realidad destruyó la legalidad republicana.

La transición dirigida por Adolfo Suárez supuso, para Moa:

la entrega de la legitimidad democrática a una izquierda y unos separatistas que nunca habían sido demócratas ni tenían arte ni parte en la evolución democratizante del régimen de Franco.

En opinión de Moa, además, la actual democracia, que «llegó cuando pudo, se la debemos a la obra del franquismo», estaría «muy amenazada precisamente por los antifranquistas», ya que:

los antifranquistas, que invocan tanto la república sin tener en cuenta sus efectos históricos, siguen socavando hoy la convivencia democrática: terrorismo o colaboración con él, separatismos, ataques a Montesquieu, niveles de corrupción muy superiores a los del franquismo, corrosión de la soberanía y la unidad nacional...

Sin embargo, según Moa todo esto no era inevitable, ya que:

habría bastado con que algunos políticos de vuelo algo más que corraleño hubieran tomado a tiempo las riendas para enderezar la marcha política, sobre todo tras la experiencia felipista. Se habló entonces de regeneración democrática, Mayor Oreja lo vio claro y Aznar pudo haberlo hecho, pero se quedó visiblemente a medias. [En consecuencia, según opinión de Moa], los males de la transición, en lugar de corregirse, han empeorado y hoy manda el país un gobierno mafioso, enemigo de España y de la libertad, y sin oposición organizada.[15][16]

Asimismo, Moa ha afirmado que España es una nación preexistente al nacionalismo:

(...) y de las más antiguas. La existencia nacional de España puede remontarse a Leovigildo, pues él dio fin a la fase del reino godo como simple imposición de un grupo dominante, no identificado con el pueblo sobre el que dominaba. Con Leovigildo empieza la unidad política y consciente de España sobre la base cultural creada por Roma; y empieza también el sentimiento patriótico español, claramente expresado por Isidoro de Sevilla (...) La reconstrucción de la unidad española a partir de la invasión islámica fue un proceso extremadamente improbable, y en parte frustrado, pues dio lugar a dos naciones, Portugal y España.[17]​ [En cambio, según Moa], el nacionalismo catalán (como el vasco), no es propiamente catalanista, sino antiespañol. Cataluña nunca ha sido una nación en el sentido propio de una comunidad cultural con un Estado, y no lo ha sido porque no ha querido serlo.[18]​ [y] tanto el nacionalismo vasco como el catalán son invenciones –en el sentido más literal del término–, de muy contados personajes que se sintieron “fundadores”, iluminados por una supuesta verdad, y elaboraron una historia mítica como fundamento de sus aspiraciones de poder».[19]

Controversias

Historiadores críticos

La obra de Moa ha sido descalificada por numerosos autores e historiadores del ámbito académico, entre los que se encuentran Javier Tusell,[20]Paul Preston,[21]Alberto Reig Tapia,[22]Enrique Moradiellos,[23]Francisco Espinosa Maestre,[24]Justo Serna,[25][26]Mercedes Yusta,[27]Carlos Rilova Jericó,[28]Helen Graham,[29]Santos Juliá,[30]Gabriel Cardona,[31]Edward Malefakis[32]​ y Ángel Viñas,[33]​ que afirman que las conclusiones de Moa contradicen la investigación historiográfica académica realizada desde la muerte de Franco y que ignoran las fuentes primarias a las que se tuvo acceso una vez terminada la dictadura. Estos autores e historiadores opinan que la argumentación y conclusiones de Moa coinciden en lo esencial con las de los historiadores franquistas de la inmediata posguerra, en especial Joaquín Arrarás, así como con las de Ricardo de la Cierva,[27]​ y que los aspectos formales y metodológicos de su obra, tales como la ausencia de notas, uso de acusaciones genéricas y empleo dudoso de las fuentes y de los testimonios, impedirían el debate científico que el propio autor siempre reclama.

El politólogo de la Universidad Rovira i Virgili Alberto Reig Tapia, que ha sido uno de los pocos autores que se han ocupado de su obra de manera extensa, ha afirmado que «la obra de Moa ha suscitado el rechazo firme y unánime de la comunidad historiográfica nacional e internacional», calificándolo de «simple comentarista», acusándolo de no haber «hecho investigación de primera mano» y de ignorar «toda la bibliografía académica de los últimos años». Opina que Moa no es ni siquiera un revisionista y considera que se ha limitado a reproducir «la misma cantinela de siempre». Según su juicio, a Moa se le explicaría desde un punto de vista sociológico, no literario o historiográfico, y sería «la versión española, a la baja naturalmente, del revisionismo que ya se manifestó en Francia, Alemania o Italia hace unos años respecto a su propia historia». Según sus propias palabras, «supone, salvadas las distancias, una especie de negacionismo». Reig Tapia concluye afirmando que «es una auténtica pérdida de tiempo abordar científicamente lo que por sí mismo se sitúa al margen de la historia».[34]

El historiador e hispanista Paul Preston, criticando el revisionismo histórico y sus autores, de los que afirma que «repiten los lugares comunes de una literatura franquista que surgió para descalificar la República» y que «alimentan a la gente que se siente incómoda por los esfuerzos de la recuperación de la memoria histórica», señaló sobre Pío Moa:[35]«[No es un] gran historiador a base de nuevas investigaciones» y «durante muchos años luchó contra la democracia con pistola y ahora hace lo mismo pero con la pluma».

Por su parte, Moa rechaza estas opiniones y acusa a sus críticos de ignorar deliberadamente, por motivos ideológicos, las fuentes por él empleadas, acusándoles de limitarse a defender dogmáticamente la versión izquierdista difundida hace décadas por Manuel Tuñón de Lara. En su opinión, antes que intentar rebatir sus tesis, han centrado sus esfuerzos en intentar censurarle: «no pongo en duda el derecho a sostener otras ideas, y acepto en principio que puedan ser más acertadas que las mías. Lo que no admito son esos modos y métodos, degradantes para la vida intelectual, y puedo permitirme denunciarlos y calificarlos como merecen porque, afortunadamente, nuestra democracia todavía resiste el arbitrio de tales personajes. Queda en el balance su fracaso tanto en refutar mis tesis como —y eso les habría interesado mucho más— en silenciarlas o desprestigiarlas con malas artes».[36]

Moa acusa a sus detractores que, según él, apenas han hojeado sus libros, y los han interpretado mal: «lejos de copiar a Arrarás o Ricardo de la Cierva (...) contienen miles de notas, y referencias en el texto, a partir de fuentes primarias». Afirma que sus maestros son más bien los hermanos Ramón y Jesús María Salas Larrazábal, Martínez Bande y Burnett Bolloten, y que a De La Cierva comenzó a leerlo mucho después.[37]​ Frente a las críticas sobre el aparato bibliográfico y las fuentes primarias de Los mitos de la guerra civil y Franco, un balance histórico, Moa afirma que son «ensayos de síntesis» que aprovechan el trabajo de investigación realizado en su trilogía sobre la Segunda República y la Guerra Civil Española. Moa opina que «a nadie se le ocurriría atacar con tales argumentos los libros de síntesis de Pierre Vilar sobre historia de España o la guerra civil».[37]

Las críticas a Moa también provienen de historiadores que comparten parte de sus posiciones políticas. Así Jorge Vilches, profesor de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos en la Universidad Complutense de Madrid y columnista de Libertad Digital, describía así a Moa, en relación con un artículo de aquel en el que defendía el franquismo:[38]

La réplica que ha hecho el Sr. Moa a mi artículo es una muestra de por qué sus interpretaciones históricas están en la marginalidad. La razón es bien sencilla: no es que vaya contra la "mentira academicista", es que después de muchos intentos ya es cansino debatir con quien utiliza el insulto y la ridiculización, cuando no la tergiversación, como argumento y artimaña para cubrir carencias. La seriedad y el cuidado de las formas –tanto modales como profesionales– habrían hecho mucho por la consideración de sus obras. Un debate político con fondo historiográfico, especialmente aquel que se pretenda de cierta altura, precisa tanto de la corrección conceptual como de la formal. Esto no es pedantería, es rigor científico y un requisito profesional. No es problema mío si el Sr. Moa las desconoce, o las utiliza alegremente para que cuadre su relato. [..] Es hora de que el Sr. Moa sepa que manejar los conceptos de la Ciencia Política y de la Sociología en el análisis del pasado es imprescindible para una correcta interpretación. No hay historiador serio, español o foráneo, que hoy no lo haga. Las carencias del Sr. Moa en estos campos son clamorosas, y convierten su relato histórico en una mera sucesión de datos y documentos que se conocían sobradamente mucho antes de que publicara alguno de sus libros.

Historiadores favorables

Moa tiene algunos defensores en el ámbito académico. Carlos Seco Serrano[39]​ ha elogiado la obra de Moa. Concretamente, en su obra Historia del conservadurismo español, Seco dijo que el libro de Moa Los orígenes de la Guerra Civil española es «verdaderamente sensacional».[40][41]​ También le han elogiado José Manuel Cuenca Toribio[42]​ y José Luis Orella.[43]

Fuera de España, historiadores e hispanistas como Henry Kamen o Hugh Thomas[44]​ han comentado en términos favorables trabajos y conclusiones de Moa. Por ejemplo, Kamen se lamenta de que, según su opinión, la represión ejercida por la República no haya sido estudiada, con la única excepción de Pío Moa, el cual habría sido marginado por los historiadores del establishment.[45]

El hispanista texano Stanley G. Payne considera que Moa ha presentado desde su Los orígenes de la Guerra Civil española «una serie de novedosas interpretaciones basadas en las últimas investigaciones y en la cuidadosa lectura de las principales fuentes» y admite que sus conclusiones son polémicas. Rechaza las tres principales críticas que, a su juicio, ha recibido Moa. En primer lugar, niega que se limite a retomar los prejuicios del régimen franquista pues opina que el escritor asturiano ni cree que la democracia fuera tan indeseable como imposible para España, ni que la Guerra Civil se debiera a una conspiración comunista, ni que la Alemania nazi y la Italia fascista representaran el futuro, que es la que considera era la opinión del régimen. Afirma que Moa opina que la República solo hubiera podido sobrevivir basándose en una verdadera democracia, lo que contradice «el mito establecido de lo políticamente correcto». En segundo lugar, rechaza la acusación de que los trabajos de Moa no se basan en investigación de archivos originales. Payne cree que Moa ha utilizado todas las obras de referencia y ha consultado muchos archivos, pero opina que la importancia de su obra radica «en su análisis, meticuloso y original, más que en una nueva investigación de los archivos»; un tipo de obra que Payne considera historiográfica y estimulante. Por último, el historiador texano califica como absurdo el reproche de que Moa no es catedrático, y cree que refleja el corporativismo y endogamia que imperan en la Universidad española, pues muchos de los trabajos históricos más interesantes del mercado anglosajón no han sido escritos por profesores universitarios.[46]

También ha elogiado a Moa César Vidal,[47]​ aunque afirma que la calidad de su producción ha caído de forma alarmante después de sus trabajos sobre la Segunda República.[48]

Obras

Referencias

  1. a b «Franco debe (...) recibir la gratitud y el reconocimiento de la mayoría de los españoles». — Tremlett, Giles (14 de noviembre de 2005). «Pro-Franco history tops bestseller list». The Guardian (en inglés) (Londres). 
  2. Moa, Pío (22 de octubre de 2010). «Las raíces del mal». Libertad Digital. 
  3. «No condeno el franquismo porque de él, y no del antifranquismo —totalitario y terrorista en su mayoría—, de la paz y prosperidad legadas por el franquismo, han nacido la democracia y la monarquía constitucional que estos antifranquistas retrospectivos están echando abajo». — Moa, Pío (30 de noviembre de 2007). «¿Condena usted el franquismo?». Libertad Digital. 
  4. Europa Press (25 de octubre de 2004). «Pío Moa acusa al PSOE de comenzar la Guerra Civil en 1934». El Mundo. 
  5. nodo50.org. «Las últimas ejecuciones del franquismo». 
  6. Moa, Pío (18 de enero de 2004). «El crimen que no ejecuté». El Mundo, suplemento Crónica. 
  7. Moa, Pío (25 de enero de 2007). «En cuanto a mis tesis...». Libertad Digital. 
  8. Romero, Juanma (29 de octubre de 2007). «Pío Moa: “Franco no aniquiló a los rojos, los escarmentó”». Público. 
  9. Moa, Pío (30 de octubre de 2007). «Gracias a Público». 
  10. Público (16 de mayo de 2008). «Marlaska archiva la denuncia contra Pío Moa». 
  11. Moa, Pío (20 de noviembre de 2008). «20 de noviembre». 
  12. Moa, Pío (30 de noviembre de 2007). «¿Condena usted el franquismo?». 
  13. Tremlett, Giles (22 de abril de 2003). «Pro-Franco book a bestseller in Spain». The Guardian (en inglés) (Londres). 
  14. Tremlett, Giles (14 de noviembre de 2005). «Pro-Franco history tops bestseller list». The Guardian (en inglés) (Londres). 
  15. Moa, Pío (22 de octubre de 2010). «Las raíces del mal». Libertad Digital. 
  16. Moa, Pío (13 de junio dde 2011). «Franco, desde el liberalismo». Libertad Digital. 
  17. La nación española. Blog de Pio Moa en Libertad Digital. 18 de Abril de 2006. http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/la-nacion-espanola-1064/
  18. Cataluña es España, Libertad Digital Opinión, 2011-04-19 http://www.libertaddigital.com/opinion/-59367/
  19. Tres nacionalismos españoles. Blog de Pio Moa en Libertad Digital. 29 de Junio de 2006. http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/tres-nacionalismos-espanoles-1278/
  20. Tusell, Javier (8 de julio de 2004). «El revisionismo histórico español». El País. 
  21. Preston, Paul (24 de junio de 2003). «Encuentro digital». El Mundo. 
  22. Reig Tapia, Alberto (29 de julio de 2003). «Quosque tandem Pío Moa?». 
  23. Moradiellos García, Enrique (mayo de 2003). «Las razones de una crítica histórica: Pío Moa y la intervención extranjera en la Guerra Civil española». El catoblepas 15. p. 11. 
  24. Espinosa Maestre, Francisco. «Desmontando a Pío Moa». Diario de Sevilla. 
  25. Serna, Justo. «Las ficciones de Pío Moa». 
  26. Serna, Justo. «Pío Moa». 
  27. a b Yusta, Mercedes (3 de diciembre de 2003). «Las “guerras civiles” de Ruedo ibérico». 
  28. Rilova Jericó, Carlos (2007). «“¿Qué te parece Pío Moa?” Dos notas sobre el revisionismo y la guerra civil española». Hispania Nova (7). 
  29. El propio Pío Moa incluye a Helen Graham entre sus críticos: «Si uno atiende a las críticas hechas por Juliá, Tusell, Preston, Helen Graham o Reig Tapia, salta a la vista su bajo nivel intelectual». —Moa, Pío (9 de enero de 2004). «Errores en Los mitos de la Guerra Civil». Libertad Digital.  Los ensayos de Helen Graham sobre Los mitos de la Guerra Civil se publicaron originalmente en el The Times Literary Supplement el 11 de julio y el 19 de septiembre de 2003.
  30. «Viejos mitos, que repite hoy Pío Moa en su Franco. Un balance histórico. Convertido en el más correoso y pelmazo propagandista del régimen y de la persona de Franco, lo que escribe no es más que reiteración actualizada de lo que desde siempre han dicho los servidores de Franco y de su política». — Juliá, Santos (12 de noviembre de 2005). «Entre tirano y padre de la patria». El País.com. 
  31. Gabriel Cardona: «La historia ya ha desvelado los mitos de la Guerra Civil y existe al respecto un notable consenso académico. Ajeno a los panfletistas que resuciten las viejas falacias como si fueran hallazgos personales. Los verdaderos estudios históricos no pueden evitar que existan semejantes embaucadores, dedicados a engañar a quienes lo desean». — Paul Preston en el prólogo de Reig Tapia, Alberto (2006). Anti-Moa. Barcelona: Ediciones B. p. 118. ISBN 84-666-2809-6. 
  32. «Pío Moa y otros historiadores aficionados, entre ellos César Vidal, lanzaron una campaña revisionista que adquirió enorme fuerza, pese a que se limitaba a reciclar los argumentos de los propagandistas de Franco en una versión más moldeable. Aparte de Stanley Payne, no les respaldó ningún historiador profesional importante. No obstante, el revisionismo prosperó durante más de una década, desde 1990, año de publicación del tratado fundamental de Moa, hasta 2006, cuando sus argumentos principales quedaron desacreditados por la avalancha de literatura producida por la conmemoración conjunta de los dos aniversarios, el 70º del comienzo de la guerra y el 75º de la proclamación de la República». — Malefakis, Edward (12 de junio de 2011). «La Segunda República y el revisionismo». El País.com. 
  33. [Las obras de Pío Moa/César Vidal] «se resumen en unas cuantas palabras: manipulación, tergiversación, desprecio por la evidencia, insultos, en un enfoque de tecnología del fraude primitivo y tosco». — Viñas, Ángel (11 de diciembre de 2009). «Charlas » Ángel Viñas». Público.es. 
  34. Reig Tapia, Alberto (2006). Anti-Moa. Barcelona: Ediciones B. pp. 168, 458, 172, 460 y 481. ISBN 84-666-2809-6. 
  35. «Moa se ha pasado de la "pistola" a la "pluma"», elplural.com, 4 de mayo de 2006, consultado el 1 de junio de 2010.
  36. El Catoblepas nº 64, junio de 2007
  37. a b Moa, Pío (9 de enero de 2007). «Réplica al Anti Moa». Libertad Digital. 
  38. Vilches, Jorge (15 de junio de 2011). «La guerra de Moa». Libertad Digital. 
  39. Reig Tapia, Alberto (2006). Anti-Moa. Barcelona: Ediciones B. p. 131. ISBN 84-666-2809-6. 
  40. «Se publica "El derrumbe de la República y la Guerra Civil"». Libertad Digital. 1 de junio de 2001. Consultado el 20 de julio de 2014. «El libro sobre los orígenes de la guerra fue calificado por Carlos Seco Serrano como “verdaderamente sensacional”, en su Historia del conservadurismo español». 
  41. Elorza, Antonio (10 de junio de 2009). «La pasión conservadora». ABC Cultural: 25. Consultado el 20 de julio de 2014. «... se apoya en el libro "verdaderamente sensacional" de un antiguo precursor de los Grapos...». 
  42. «Los nueve protagonistas». El Periódico. 1 de junio de 2011. Consultado el 20 de julio de 2014. «José Ma­nuel Cuen­ca To­ri­bio, his­to­ria­dor an­da­luz de per­fil con­ser­va­dor y flo­ri­do ver­bo (ha elo­gia­do a Pío Mo­a)...». 
  43. «Pío Moa dice que los socialistas iniciaron la Guerra Civil porque creían que la iban a ganar». Libertad Digital. 5 de octubre de 2004. Consultado el 20 de julio de 2014. «José Luis Orella agradeció a Moa su “compromiso por la realidad. Los hechos históricos son hechos históricos y Pío Moa resalta acontecimientos, hechos que sucedieron con sentido común”. “Moa se ha convertido en la diana porque marca la responsabilidad de muchas personas, y le doy la enhorabuena porque es un orgullo para los que tenemos un compromiso por la verdad, por su compromiso con la verdad histórica”.». 
  44. Azancot, Nuria (23 de octubre de 2010). «Hugh Thomas: “Estados Unidos no perdió la inocencia el 11-S sino en 1917”». El Cultural. Consultado el 20 de julio de 2014. «Lo que dijo Pío Moa sobre la revolución de 1934 es muy interesante y pienso que dijo la verdad. ¡Pero no fue tan original! él me acusa en su libro, pero yo dije casi lo mismo: la revolución de 1934 inició la guerra civil, y fue culpa de la Izquierda. Existe una conferencia dada por Indalecio Prieto en México diciendo exactamente eso, aceptando su culpabilidad.». 
  45. Henry Kamen (18 de abril de 2007). «Lo que (no) se quiere recuperar de la Segunda República». Coruña liberal. Consultado el 20 de julio de 2014. «¿Por qué los eruditos españoles (con la única excepción de un escritor que no es profesor universitario y que ha sido deliberadamente marginado por los historiadores del establishment) no han estudiado la represión? ¿Hay alguna barrera ideológica que les prohíbe hacerlo?». 
  46. Payne, 2005, pp. 188-189.
  47. Vidal, César (13 de diciembre de 2001). «Verdades como puños». Libertad Digital. 
  48. Vidal, César (22 de junio de 2011). «Primera acotación a Pío Moa». Libertad Digital. 
  49. Libertad Digital, Pío Moa: El apasionamiento en torno a Franco — Fin de semana.
  50. Libertad Digital, Pío Moa: La democracia ahogada — Fin de semana.
  51. Libertad Digital, Pío Moa: 'La Transición de cristal'Editorial LibrosLibres. La versión de la Transición aquí ofrecida diverge de modo fundamental, incluso invierte, la inmensa mayoría de las interpretaciones circuladas durante estos años.

Véase también

Bibliografía

Enlaces externos