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Miguel Hidalgo y Costilla

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Miguel Hidalgo y Costilla

Retrato póstumo de Hidalgo, siglo XIX
Información personal
Nombre de nacimiento Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla y Gallaga Mondarte Villaseñor Ver y modificar los datos en Wikidata
Apodo "Padre de la Patria"
Nacimiento 8 de mayo de 1753 Ver y modificar los datos en Wikidata
Corralejo de Hidalgo (Nueva Galicia, Virreinato de Nueva España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 30 de julio de 1811 Ver y modificar los datos en Wikidata (58 años)
Chihuahua (Nueva Vizcaya, Virreinato de Nueva España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Causa de muerte Herida por arma de fuego Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Monumento a la Independencia Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Española
Religión Iglesia católica Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Padre Cristóbal Hidalgo y Costilla Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado en
Información profesional
Ocupación Sacerdote católico, político, sacerdote y chef rebelle (fr) Ver y modificar los datos en Wikidata
Área Catolicismo e independentismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Años activo desde 1810
Empleador Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (1779-1792) Ver y modificar los datos en Wikidata
Alumnos José María Morelos Ver y modificar los datos en Wikidata
Lealtad México
Unidad militar Ejército Insurgente
Rango militar Generalísimo
Conflictos

Independencia de México:

Firma
Miguel Hidalgo en Guadalajara antes de la Batalla de Puente de Calderon.
Juramento de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, entonces llamado "Colegio de San Nicolás Obispo". Esta escuela fue el "alma máter" de Miguel Hidalgo.
Josefa Ortiz de Domínguez, esposa del corregidor de Querétaro y promotora de la conspiración.

Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte Villaseñor[1][2]​ (Hacienda de Corralejo cerca de Pénjamo, hoy Guanajuato, 8 de mayo de 1753 – Chihuahua, Chihuahua, 30 de julio de 1811) fue un sacerdote y militar novohispano que destacó en la primera etapa de la Guerra de Independencia de México, que inició con un acto conocido en la historiografía mexicana como Grito de Dolores. Dirigió la primera parte del movimiento independentista, pero tras una serie de derrotas fue capturado el 21 de marzo de 1811 y llevado prisionero a la ciudad de Chihuahua, donde fue juzgado y fusilado el 30 de julio.

Primeros años

Miguel Hidalgo y Costilla nació en el rancho de San Vicente del Caño, perteneciente a la Hacienda de San Diego de Corralejo, Guanajuato, el 8 de mayo de 1753;[3]​ fue el segundo de cuatro hijos del matrimonio formado por Cristóbal Hidalgo y Costilla, administrador de Corralejo, y Ana María Gallaga. Fue bautizado con el nombre de Miguel Gregorio Antonio Ignacio, en la capital de Cuitzeo de los Naranjos el 16 de mayo de 1753.

En junio de 1765 Miguel Hidalgo junto a su hermano José Joaquín partió a estudiar al Colegio de San Nicolás Obispo,[4]​ ubicado en Valladolid, capital de la provincia de Michoacán. El colegio había sido fundado en 1547 por Antonio de Mendoza y Pacheco, primer virrey de Nueva España, quien entregó la universidad y el edificio donde se alojaba a los miembros de la Compañía de Jesús, que instituyeron cátedras de latín, derecho y estudios sacerdotales. Fue en esta casa donde los hermanos Hidalgo estudiaron hasta 1767.[5]

El 25 de junio de 1767 los jesuitas fueron expulsados de los territorios del Imperio español por órdenes del Rey de España Carlos III, y su ministro, el Conde de Floridablanca. El colegio permaneció cerrado unos meses y en diciembre se reanudaron las clases.[6]

En esta institución, Hidalgo estudió letras latinas, leyó a autores clásicos como Cicerón y Ovidio, y a otros como San Jerónimo y Virgilio. A los diecisiete años de edad ya era maestro en filosofía y teología, por lo que entre sus amigos y condiscípulos se ganó el apodo de "El Zorro", por la astucia que mostraba en juegos intelectuales. Aprendió el idioma francés y leyó a Molière, autor a quien años más tarde representaría en las jornadas teatrales que él mismo organizaba siendo párroco de Dolores. Gracias al contacto que tuvo con los trabajadores de su hacienda en su infancia, la mayoría de ellos indígenas, Hidalgo aprendió muchas de las lenguas indígenas habladas en Nueva España, principalmente otomí, náhuatl y purépecha, ya que la zona de Pénjamo era una de las regiones con mayor diversidad de grupos indígenas y de contacto entre el mundo nativo y el español. Todos estos conocimientos permitieron a Miguel Hidalgo impartir clases de latín y filosofía a la vez que seguía sus estudios. Una vez que los culminó, trabajó en su alma máter desde 1782 a 1792, muchas veces como tesorero, otras como maestro y desde 1788 como rector.[7]

La invasión francesa a España, en 1808, produjo en el virreinato la crisis política de 1808 en México, caracterizada por el derrocamiento de José de Iturrigaray a manos de los españoles, seguido de la captura y ejecución de políticos afines a las ideas independentistas, como Francisco Primo de Verdad y Ramos y el fraile peruano Melchor de Talamantes. En lugar de Iturrigaray fue nombrado un militar alcalaíno, Pedro de Garibay, quien en mayo de 1809 fue sustituido por el Arzobispo de México, Francisco Xavier de Lizana y Beaumont. En diciembre de ese mismo año se descubrió la Conjura de Valladolid, conspiración cuyo único fin era crear una junta que gobernara al virreinato en ausencia de Fernando VII, preso en Bayona. Los culpables fueron arrestados y sentenciados a muerte, pero el arzobispo virrey les perdonó la vida condenándoles a cadena perpetua, razón por la que Lizana fue destituido en abril de 1810 por la Junta de Sevilla. Como nuevo virrey fue designado un militar participante de la Batalla de Bailén, el teniente coronel Francisco Xavier Venegas de Saavedra.[8]

En 1808 se documentó en Dolores la llegada de un agente francés al servicio del general Moreau, enemigo de Napoleón. El agente dio su nombre como Octaviano D'Almíbar, dijo que estaba en misión rumbo a los Estados Unidos y en octubre del mismo año desapareció sin dejar huella alguna.

Cuando Andalucía cayó en manos de los franceses, en la primavera de 1810 toda España ya estaba en poder del ejército napoleónico. La Archidiócesis de Zaragoza, encargada de los asuntos religiosos en toda la metrópoli, ordenó a los párrocos de todo el imperio predicar en contra de Napoleón[cita requerida]. Hidalgo siguió esta orden. Mientras tanto, en Querétaro se gestaba una conspiración organizada por el corregidor Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortiz de Domínguez, y también participaban los militares Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo. Allende se encargó de convencer a Hidalgo de unirse a su movimiento, ya que el cura de Dolores tenía amistad con personajes muy influyentes de todo el Bajío e incluso de la Nueva España, como Juan Antonio Riaño, intendente de Guanajuato, y Manuel Abad y Queipo, obispo de Michoacán. Por estas razones se consideraba que Hidalgo podría ser un buen dirigente del movimiento. Hidalgo aceptó, y se puso como fecha de inicio para el movimiento el 1 de diciembre, día de la Virgen de San Juan de los Lagos, donde muchos españoles se reunían a comerciar en una feria cercana a Querétaro. Allende propuso más tarde hacerlo el 2 de octubre, por cuestiones militares y estratégicas.

Lucha independentista

En la primera semana de septiembre arribó a Veracruz el virrey Francisco Xavier Venegas, quien de inmediato recibió información acerca de una conspiración contra el gobierno real español en México. El intendente de Guanajuato, Riaño, ordenó al comandante de la plaza investigar sobre aquellos rumores, y el 11 de septiembre se realizó una redada en Querétaro cuyo fin era capturar a los responsables. Se logró arrestar a Epigmenio González y se giró orden de aprehensión en contra de Allende, que escapó a una población del Bajío.

Por medio del alcalde de Querétaro, Balleza, doña Josefa fue informada de la captura de los Ibarra y se dispuso a prevenir a Hidalgo sobre el peligro que corrían. Pero antes de salir a Dolores fue encerrada en una habitación por su marido, para que no avisara a los conspiradores. Sin embargo, la corregidora pudo contactar con Allende a través de Balleza, para informar oportunamente a Hidalgo.

En las primeras horas del 16 de septiembre, Allende llegó a la casa cural de Dolores, donde Hidalgo se hallaba pernoctando. Tras despertarlo y charlar, además de tomar chocolate caliente por el clima frío de ese tiempo, ambos decidieron lanzarse a la lucha armada antes de que los españoles destruyeran sus planes. Alrededor de las cinco de la mañana Hidalgo, usando la campana de la parroquia, convocó a la misa patronal del pueblo y dio el Grito de Dolores, con lo que empezó formalmente la lucha por la independencia de México.

Fernando VII de España, cuya partida propició el inicio de la lucha encabezada por Hidalgo. Pintura de Francisco de Goya.

Con poco más de 6000 soldados Hidalgo, acompañado de Allende, Aldama y Abasolo inició la lucha. En pocos días entró sin ninguna resistencia en Celaya, Salamanca y Acámbaro,[9]​ donde fue proclamado como capitán general de los ejércitos sublevados. En Atotonilco, entró al santuario local y tomó el estandarte de la virgen de Guadalupe, símbolo de su movimiento.

En Guanajuato el cura Hidalgo comandó el 28 de septiembre la llamada Toma de la Alhóndiga de Granaditas. Al entrar en la ciudad intentó intimidar al intendente de Guanajuato, su viejo amigo Juan Antonio Riaño. Pero el marino español desistió de entregar la plaza sin derramar sangre, prefirió reunir al regimiento local para acuartelarse en la bodega más grande de toda la provincia: la Alhóndiga de Granaditas, donde también se congregaron miembros de las familias más acaudaladas de la ciudad. Hidalgo ordenó a Allende, brazo armado del movimiento, lanzar a sus tropas contra el edificio. Tras más de cinco horas de combate, el intendente salió a luchar cuerpo a cuerpo, pero murió de un balazo que le propinó un indio. Uno de los abogados, quien legalmente debía quedarse a cargo de la intendencia en ausencia del titular,[10]​ intentó pactar con los insurgentes y alzó una bandera blanca en señal de paz, y la tropa rebelde cesó el ataque. El coronel García de la Corona, comandante militar de la plaza, mató al regidor y reinició las acciones bélicas. Con ayuda de un minero barretero llamado Juan José de los Reyes Martínez, y apodado "El Pípila", el cual se colocó una loza de piedra amarrada sobre su espalda y con una tea encendida en la mano derecha, quien quemó la puerta de la bodega, el ejército insurgente y los militares al mando de Allende y Aldama pudieron penetrar en la alhóndiga, y una vez dentro mataron a todos los españoles, tanto ciudadanos como militares. Acto seguido se dio el saqueo de la ciudad, con lo que los insurgentes pudieron conseguir fondos para batallas posteriores.[11]

Valladolid, capital de Michoacán y una de las ciudades más influyentes del virreinato, fue el siguiente objetivo de Hidalgo y su tropa, quienes salieron de la ciudad de Guanajuato el 3 de octubre, y a los pocos días se dio parte en la capital de la intendencia michoacana. Todos los acaudalados, principalmente españoles, comenzaron a huir semanas antes de la toma de la ciudad. El 17 de octubre Hidalgo entró a la ciudad con su tropa y tomó parte del patrimonio del episcopado local. Para el 20 de octubre se unió a Ignacio López Rayón en Tlalpujahua, y más tarde, ese mismo día, habló con José María Morelos, en Charo. Este sacerdote, otrora exalumno suyo, pidió permiso para luchar, y a la postre se convertiría en el sucesor de Hidalgo al frente de la lucha.

Toluca cayó en poder de los insurgentes el 25 de octubre y en la capital se rumoraba que un avance de los insurgentes era inevitable. En la mañana del 30 de octubre, Torcuato Trujillo enfrentó a los insurgentes en la Batalla del Monte de las Cruces, acción en la que los realistas, inferiores en número de soldados, fueron derrotados por más de 80.000 insurgentes, quienes sin embargo perdieron gran número de efectivos. El paso siguiente para la tropa era tomar la Ciudad de México, pero Hidalgo, queriendo evitar una masacre como la acontecida en Guanajuato, envió a sus emisarios a negociar con el virrey Francisco Xavier Venegas el 1 de noviembre. Tras el rechazo sufrido por parte del virrey, Hidalgo dudó. La presión de Allende no hizo efecto y decidió retirarse al Bajío para continuar la lucha.[12]​ El 7 de noviembre, luego de la retirada, Hidalgo fue vencido por el brigadier y capitán general de San Luis Potosí, Félix María Calleja, en la Batalla de Aculco.

Hidalgo y Allende decidieron separarse para continuar con la lucha. El cura de Dolores marchó a Valladolid, donde se cometieron masacres de españoles y saqueos contra las propiedades de los peninsulares, situación que se repitió en Guadalajara, a donde Hidalgo llegó el 22 de noviembre. La capital de la intendencia de Jalisco cayó en manos del jefe insurgente José Antonio Torres, el mismo día de la derrota en Aculco, es decir, el 7 de noviembre. Allende, mientras tanto, se fortificó en la alhóndiga de Granaditas, donde aún estaban algunos prisioneros españoles. Cuando se supo de la proximidad de Calleja y el intendente de Puebla, Manuel Flon, Allende ordenó la ejecución de los reos. El 26 de noviembre, Calleja y Flon atacaron Guanajuato, recuperando así la ciudad minera. Allende, Aldama y Jiménez se unieron a Hidalgo en Guadalajara el 8 de diciembre.

Mapa de la Campaña de Hidalgo.

Calleja recibió órdenes del virrey Venegas para tomar Guadalajara y acabar así con los insurgentes. Tras unirse con Flon de nuevo, Calleja inició la marcha hacia Guadalajara al iniciar el año de 1811. En enero, los realistas capturaron algunas poblaciones importantes de la intendencia de Jalisco, como Zapopan y San Blas, ciudad portuaria donde fue vencido el cura José María Mercado, quien pereció al intentar escapar. Calleja hizo acampar a sus tropas en un paraje cercano a Guadalajara, conocido como Puente de Calderón. El 17 de enero, Hidalgo, acompañado de Allende, Rayón, Aldama y Jiménez, avanzó hacia Puente de Calderón para enfrentar a Calleja, en un hecho conocido como Batalla de Puente de Calderón, en la que en un principio la situación fue favorable a los insurgentes, pero luego de la explosión de un carro de pólvora, propiedad de la tropa de José Antonio Torres, los realistas comenzaron a ganar ventaja al punto de hacer huir a los insurgentes, quienes en la retirada perdieron dinero y efectivos.

Captura de Hidalgo

Bandera del Doliente de Hidalgo, capturada en las norias de Baján.

Hidalgo y Allende, los dos principales jefes de la insurrección armada, acrecentaron sus diferencias a raíz de la derrota en el Puente de Calderón. Incluso, Allende confesó haber estructurado un plan para envenenar[cita requerida] al "bribón del cura", como llamaba a Hidalgo.[13]​ Tras acordarlo con Aldama, Abasolo y Rayón, se acordó despojar a Hidalgo del mando militar en la Hacienda de Pabellón, Aguascalientes, el 25 de febrero, cuando los insurgentes se disponían a huir a Estados Unidos, para comprar armamento y seguir la lucha. Justamente por aquellos días, Allende recibió comunicación de Ignacio Elizondo, antiguo realista ahora militante en las fuerzas revolucionarias, pero no era más que un espía del gobierno virreinal. Elizondo invitó a los caudillos de la insurrección a detenerse en su zona de influencia, conocida como las Norias de Acatita de Baján, situado en la frontera de Coahuila y Texas, entonces parte del virreinato novohispano.

Prisión en Mapimi, Durango en donde fue encarcelado Miguel Hidalgo después de su captura.

El 21 de marzo, Hidalgo llegó a las norias, para descansar un poco y seguir el camino a la Alta California. Primero llegó el contingente de Abasolo y sus soldados, quienes fueron capturados por los efectivos españoles. Poco después, y sin percatarse de la captura de Abasolo, Allende, su hijo Indalecio, Aldama y Jiménez bajaron de un coche escoltado por algunos capitanes. Tras ofrecerles algo de comer, fueron aprehendidos, pero Allende opuso resistencia y Elizondo mató a su hijo. Finalmente apareció Hidalgo, a caballo y escoltado por pocos hombres, cuya captura fue más sencilla que las anteriores realizadas, Tras enlistar a todos los presos, Elizondo envió parte a la ciudad de México y en recompensa fue nombrado coronel. Los reos fueron trasladados a Mapimi, Durango y de ahí fueron enviados a Chihuahua, capital de la intendencia más cercana, donde se les seguiría juicio. Ignacio Elizondo fue premiado con el grado de Coronel del Ejército Realista, pero años más tarde sería ejecutado a cuchilladas, cuando dormía a un lado del lecho del Río San Marcos, en la provincia de Tejas, por el coronel Miguel Serrano, quién reconoció al traidor que entregó a los caudillos de la Guerra de Independencia de México.

Allende, Aldama y Jiménez fueron encontrados culpables del delito de alta traición, y se les condenó a muerte en mayo del mismo año. Abasolo aportó datos adicionales sobre la insurgencia que permitieron llevar a cabo redadas donde se obtuvo material para contrarrestar el movimiento. Su colaboración, sumada a los esfuerzos de su mujer, lograron conmutar su condena a la de prisión perpetua en Cádiz, España, donde murió en 1816. Mientras, en Chihuahua, Allende, Aldama y Jiménez fueron pasados por las armas por la espalda en la plazula de la ciudad el 26 de junio, más tarde sus cuerpos fueron decapitados y sus cabezas enjauladas. Hidalgo fue enterado de esta noticia la misma noche de la ejecución. Días después, el obispo de Durango ordenó el proceso para degradar al ex párroco de Dolores de su condición sacerdotal, como se explica en el siguiente apartado; de esta forma, Hidalgo quedaría libre del fuero eclesiástico ante las autoridades civiles para poder llevar a cabo su ejecución.

Los procesos inquisitorial y judicial

Portada de libro Juicio de Don Miguel Hidalgo y Costilla que contiene el desenlace del Juicio de Don Miguel Hidalgo y Costilla, el documento es muy poco conocido porque fue una donación a la Biblioteca Gómez Morín del Instituto Tecnológico Autónomo de México

Miguel Hidalgo tuvo dos juicios: uno eclesiástico, ante el Tribunal de la Inquisición, y posteriormente, un juicio militar, ante el Tribunal de Chihuahua, que lo condenó a muerte.[14]

Respecto al Juicio Inquisitorial, se abrió en julio de 1800, por acusaciones del fray Joaquín Huesca, causa que fue archivada y reabierta en septiembre de 1810, cuando estalló el movimiento insurgente.[15]

El 13 de octubre de 1810, el Tribunal de la Inquisición retomó las constancias del juicio inquisitorial y emplazó por edicto a Hidalgo para que pudiera defenderse ante las acusaciones que se le habían formulado. El edicto de emplazamiento tuvo como propósito informar a Hidalgo: primero, que el Inquisidor fiscal presentó ante el Tribunal de la Inquisición, un proceso que inició en 1800 y que había continuado hasta 1809. Segundo, que se probaron los delitos de herejía y apostasía y se le consideraba "sedicioso, cismático y hereje".[16]​ Tercero, que conforme a doce proposiciones o acusaciones formales; se probó el delito de apostasía. La Inquisición alegó su participación en la dirección del movimiento armado, "predicar errores contra la fe", incitar a la sedición, apoyándose en la religión, en nombre y devoción de María de Guadalupe y Fernando Séptimo.[17]​ El edicto citó a Hidalgo para que compareciera en el término de treinta días y, en caso de no comparecer, se le seguiría la causa por rebeldía y se le excomulgaría a él y a sus secuaces. Finalmente, para la Inquisición, Hidalgo fue excomulgado, a pesar de que impugnó el edicto.[18]

Después de la aprehensión, se pusieron bajo el mando de Nemesio Salcedo, quien fue jefe de Chihuahua, el cual formó las causas contra los insurgentes, por lo que los envió a Chihuahua. La llegada de Hidalgo a Chihuahua fue el 25 de abril de 1811. Don Nemesio Salcedo comisionó una Junta militar compuesta por Juan José Ruiz de Bustamante para las sumarias y a Don Ángel Abella, administrador de correos para las causas e interrogatorio que comenzaron el 7 de mayo.[19]

En la primera declaración, el Cura Hidalgo prometió decir verdad en lo que supiere y fuera preguntado, de acuerdo con la declaración original del Padre Hidalgo ante sus jueces; además alegaba que hasta esa fecha no sabía la causa de su prisión.[20]

Hidalgo declaró haber sido capitán general de la causa Insurgente y que era el que tenía el mando político supremo del movimiento, hasta el momento en que se le obligó a entregar el mando a Allende, después de la derrota del Puente de Calderón.[21]​ De acuerdo con la Declaración del Padre Hidalgo ante los jueces, confesó: haber levantado al ejército; haber fabricado moneda en Zacatecas; haber construido cañones y armas, fabricado municiones, y depuesto autoridades, europeas o criollas, que no seguían su partido.[22]

El 8 de mayo de 1811, en su segunda declaración, Hidalgo fue cuestionado acerca de las causas para iniciar el movimiento insurgente y confesó: "tener una inclinación a la Independencia, que describió como precipitada por los acontecimientos de Querétaro". También, de forma sorprendente, Hidalgo se hizo hace responsable de la causa independentista; pero sin hacer mención de su parte religiosa. Hidalgo, en todo momento, trató de escindir los elementos religiosos de sus convicciones y actos personales e incluso aceptó que no era posible conciliar sus actos con el Evangelio. En consecuencia, desde el inicio del movimiento, no predicó o ejerció su función eclesiástica. Su única asociación con la religión fue el estandarte de la Virgen de Guadalupe, lo que pudiera traducirse en una transgresión a la Iglesia, es decir, utilizar imágenes religiosas para incitar a la guerra. Hidalgo, también, confesó ordenar la ejecución de españoles para complacer al ejército que estaba principalmente compuesto por el pueblo. Con el propósito de poner en marcha el movimiento; pues él no tenía control ante el movimiento popular desbordante.[23]

Finalmente, cuando se le preguntó acerca de las causas del movimiento para defender al reino ante la Invasión francesa; Hidalgo contestó que era razón fundada el derecho como ciudadano de defender su patria, cuando se encontraba en riesgo de perderse. Don Ángel Avella, dio por cerrado el interrogatorio, con 43 preguntas, sin perjuicio de continuarlo si fuere necesario, de acuerdo con su carta a Francisco Salcedo.[24]

La intervención de la jurisdicción eclesiástica, no consultó a la Inquisición y se degradó a Hidalgo por el cuerpo eclesiástico, encabezado por el canónigo Fernández Valentín, quien fue comisionado para proceder por el obispo de Durango Francisco Javier de Olivares. La sentencia de degradación fue expedida en la mañana del 27 de julio de 1811 y con ello se despojó de su investidura sacerdotal a Miguel Hidalgo y se le entregó a la autoridad militar para que fuera ejecutado.[25]

Hidalgo, fue juzgado por el Tribunal de Chihuahua, sin más que las acusaciones de las declaraciones el licenciado Rafael Bracho, como auditor, dictaminó y pronunció la sentencia del consejo de guerra que presentó al comandante Salcedo el 3 de julio de 1811 en el sentido de que Hidalgo era reo de alta traición y mandante de alevosos homicidios, debiendo morir por ello, previa la degradación eclesiástica.[26]

Después de la degradación, Abella leyó a Hidalgo la sentencia de muerte del tribunal militar y pronunciada el día 26 de julio de 1811 por el comandante Salcedo. La junta de guerra que juzgó a Hidalgo estuvo formada por el coronel Manuel Salcedo, los tenientes coroneles Pedro Nicolás Terrazas, José Joaquín Ugarte y Pedro Nolasco Carrasco, el capitán Simón Elías González y el teniente Pedro Armendáriz.[27]

Muerte

Sitio exacto del fusilamiento de Miguel Hidalgo y mural conmemorativo en el Palacio de Gobierno de Chihuahua.

Antes de que llegase el momento de ser ejecutado, Hidalgo se confesó con el P. Juan José Baca y comulgó, por lo que quedó libre toda excomunión.[28]​ Al amanecer del día 30 de julio de 1811, cuando llegó la hora del fusilamiento (que tendría lugar en el patio del antiguo Colegio de los Jesuitas en Chihuahua, entonces habilitado como cuartel y cárcel y que en la actualidad es el Palacio de Gobierno de Chihuahua), pidió que no le vendaran los ojos ni le dispararan por la espalda (como era la usanza al fusilar a los traidores). Pidió que le dispararan a su mano derecha, que puso sobre el corazón. Hubo necesidad de dos descargas de fusilería y dos tiros de gracia disparados a quemarropa contra su corazón para acabar con su vida, tras lo cual un comandante tarahumara, de apellido Salcedo, le cortó la cabeza de un solo tajo con un machete, para recibir una bonificación de veinte pesos. Posteriormente, su cuerpo fue enterrado en la capilla de San Antonio del templo de San Francisco de Asís, en la misma ciudad de Chihuahua, y su cabeza fue enviada a Guanajuato y colocada en la Alhóndiga de Granaditas, junto a las de Allende, Aldama y Jiménez, en donde permaneció por diez años.

En 1821 su cuerpo fue exhumado en Chihuahua y, junto con su cabeza, se le enterró en el Altar de los Reyes, de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Finalmente, desde 1925 reposa en el Ángel de la Independencia, en la capital. En 1868 fue erigido en su honor el Estado de Hidalgo.

Referencias

  1. José M. de la Fuente (1979). Hidalgo íntimo: apuntes y documentos para una biografía del benemérito cura de Dolores, d. Miguel Hidalgo y Costilla. Gobierno del Estado de México. «Fueron sus padres, don Cristóbal Hidalgo y Costilla [...] y doña Ana María Gallaga Mandarte Villaseñor y Lomelí». 
  2. Fe de Bautismo de Hidalgo
  3. Tinajero, 1994; 80
  4. En 1845 fue renombrado a Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en honor a Hidalgo, quien fue su alumno, maestro y rector.
  5. «Colegio de San Nicolás de Hidalgo» (HTML). Consultado el 8 de febrero de 2008. 
  6. «Expulsión de los jesuitas de los dominios españoles» (HTML). Consultado el 8 de febrero de 2008. 
  7. «Certificado de estudios de Miguel Hidalgo» (HTML). Consultado el 8 de febrero de 2008. 
  8. Colegio Miraflores. «Los últimos años de Iturrigaray» (HTML). Consultado el 25 de enero de 2008. 
  9. Gobierno Federal (ed.). «Hidalgo, Generalísimo, Acámbaro, Gto.». México 2010 BiCentenario. Consultado el 5 de septiembre de 2010. 
  10. Según las leyes de la Corona española, y específicamente a las ordenanzas dictadas por Carlos III en 1786, parte de las Reformas borbónicas en Nueva España.
  11. Plantilla:Cita web. Lucas Alaman historiador y autor de la obra la Independencia de México, y que en ese tiempo tenía 18 años, fue testigo de estas atrocidades cometidas como lo menciona y describe en su obra.
  12. Existen desacuerdos sobre la razón o razones que hicieron a Hidalgo tomar esta decisión. Una de ellas es la proximidad de un encuentro militar con las fuerzas de Calleja. Otros historiadores afirman que de haberse tomado México, los insurgentes provocarían un saqueo mucho mayor al de Guanajuato, al que se vería sumada la plebe capitalina, y que la decisión del cura quiso evitar esto. Lucas Alamán explica que la Inquisición apresó a los hijos y a la viuda de Manuel Hidalgo, hermano del cura, y que Venegas amenazó con degollarlos si los insurgentes avanzaban
  13. J.E. Hernández y Dávalos. «El bribón del cura» (HTML). Consultado el 18 de febrero de 2008. 
  14. Hernández y Dávalos, Juan, Colección de documentos para la historia de la guerra de independencia de México de 1801 a 1821, edición facsimilar de la 1877
  15. PALAFOX, F. I. (2010). Libertad y tradición: el juicio inquisitorial y la causa militar contra miguel hidalgo. (J. UNAM, Ed.) México, México. Consultado en: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2918/6.pdf
  16. “Edicto publicado por la Inquisición emplazando al cura Miguel Hidalgo a compa- recer en treinta días, 1810, Octubre 13”, en Chavarri, Juan, op. cit., pp. 126-129.
  17. “Edicto publicado por la Inquisición emplazando al cura Miguel Hidalgo a comparecer en treinta días, 1810, Octubre 13”, en Chavarri, Juan, op. cit., pp. 126-129.
  18. PALAFOX, F. I. (2010). Libertad y tradición: el juicio inquisitorial y la causa militar contra miguel hidalgo. (J. UNAM, Ed.) México, México. Consultado en: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2918/6.pdf
  19. PALAFOX, F. I. (2010). Libertad y tradición: el juicio inquisitorial y la causa militar contra miguel hidalgo. (J. UNAM, Ed.) México, México. Consultado en: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2918/6.pdf
  20. Archivo General de la Nación (AGN), Causa Militar contra Miguel Hidalgo y Costilla, Carta de Nemesio Salcedo a Ángel Abella, 6 de mayo de 1811. El AGN publicó copias y versiones paleográficas completas de las constancias de la causa militar seguida contra Hidalgo en la siguiente dirección electrónica, según consulta realizada el 14 de febrero de 2010: http://www.agn.gob.mx/independencia/paleografias/Causas%20militar%20y%20eclesiastica%20contra%20Miguel%20Hidalgo%20y%20Costilla%203.html
  21. Archivo General de la Nación (AGN), Causa Militar contra Miguel Hidalgo y Costilla, Carta de Nemesio Salcedo a Ángel Abella, 6 de mayo de 1811. El AGN publicó copias y versiones paleográficas completas de las constancias de la causa militar seguida contra Hidalgo en la siguiente dirección electrónica, según consulta realizada el 14 de febrero de 2010: http://www.agn.gob.mx/independencia/paleografias/Causas%20militar%20y%20eclesiastica%20contra%20Miguel%20Hidalgo%20y%20Costilla%203.html
  22. Archivo General de la Nación (AGN), Causa Militar contra Miguel Hidalgo y Costilla, Carta de Nemesio Salcedo a Ángel Abella, 6 de mayo de 1811. El AGN publicó copias y versiones paleográficas completas de las constancias de la causa militar seguida contra Hidalgo en la siguiente dirección electrónica, según consulta realizada el 14 de febrero de 2010: http://www.agn.gob.mx/independencia/paleografias/Causas%20militar%20y%20eclesiastica%20contra%20Miguel%20Hidalgo%20y%20Costilla%203.html
  23. Archivo General de la Nación (AGN), Causa Militar contra Miguel Hidalgo y Costilla, Carta de Nemesio Salcedo a Ángel Abella, 6 de mayo de 1811. El AGN publicó copias y versiones paleográficas completas de las constancias de la causa militar seguida contra Hidalgo en la siguiente dirección electrónica, según consulta realizada el 14 de febrero de 2010: http://www.agn.gob.mx/independencia/paleografias/Causas%20militar%20y%20eclesiastica%20contra%20Miguel%20Hidalgo%20y%20Costilla%203.html
  24. PALAFOX, F. I. (2010). Libertad y tradición: el juicio inquisitorial y la causa militar contra miguel hidalgo. (J. UNAM, Ed.) México, México. Consultado en: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2918/6.pdf
  25. “Sentencia de Degradación del Cura Hidalgo”, en Chavarri, Juan N., Hidalgo, 1971, op. cit., pp.182-184, tomada de México y sus Revoluciones, de José María Luis Mora, t. III, pp. 142-144.
  26. PALAFOX, F. I. (2010). Libertad y tradición: el juicio inquisitorial y la causa militar contra miguel hidalgo. (J. UNAM, Ed.) México, México. Consultado en: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2918/6.pdf
  27. PALAFOX, F. I. (2010). Libertad y tradición: el juicio inquisitorial y la causa militar contra miguel hidalgo. (J. UNAM, Ed.) México, México. Consultado en: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2918/6.pdf
  28. Fusilamiento de Miguel Hidalgo y Costilla.

Véase también

Bibliografía

  • ALAMAN, Lucas: "La Independencia de México"
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  • VILLALPANDO, José Manuel — colaboración con Alejandro Rosas —: "Los Presidentes de México", México, Editorial Planeta, 2001. ISBN 970-690-507-73

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