Charles Maurice de Talleyrand

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Charles Maurice de Talleyrand
Príncipe de Talleyrand y Périgord, Príncipe de Benevento, Duque de Dino, Conde de Périgord, Par de Francia y Duque de Talleyrand y Périgord

Charles Maurice de Talleyrand.

1.º Primer Ministro de Francia
9 de julio de 1815 - 26 de agosto de 1815
Predecesor Nueva Creación
Sucesor Armand Emmanuel du Plessis
Información personal
Nombre completo Charles Maurice de Talleyrand y Périgord
Otros títulos Príncipe de Benevento
Príncipe de Talleyrand y Périgord
Duque de Talleyrand y Périgord
Duque de Dino
Conde de Périgord
Nacimiento 2 de febrero de 1754
París, Francia
Fallecimiento 17 de mayo de 1838
(84 años)
París, Bandera de Francia Francia
Familia
Casa real Casa de Talleyrand-Périgord
Padre Charles Daniel de Talleyrand
Madre Alexandrine Marie de Damas d'Antigny
Cónyuge Catherine Grand

Firma Firma de Charles Maurice de Talleyrand
Charles Maurice de Talleyrand

Charles Maurice de Talleyrand y Périgord


Ministro de Asuntos Exteriores de Francia
9 de junio de 1815-26 de septiembre de 1815
Predecesor Louis, baron Bignon
Sucesor Armand Emmanuel du Plessis

13 de mayo de 1814-20 de marzo de 1815
Predecesor Antoine René Charles Mathurin
Sucesor Armand Augustin Louis Caulaincourt

22 de noviembre de 1799-9 de agosto de 1807
Predecesor Karl Friedrich Reinhard
Sucesor Jean-Baptiste Nompère de Champagny

20 de julio de 1797-15 de julio de 1799
Predecesor Charles Delacroix
Sucesor Karl Friedrich Reinhard


Ministro de Marina y Colonias de Francia
2 de junio de 1799-22 de noviembre de 1799
Predecesor Eustache Bruix
Sucesor Marc Antoine Bourdon de Vatry


Presidente de la Asamblea Nacional
16 de febrero de 1790-28 de febrero de 1790
Predecesor Jean-Xavier Bureaux de Puzy
Sucesor Francois-Xavier-Marc-Antoine de Montesquiou-Fezensac


Representante de Francia en el Congreso de Viena
1 de octubre de 1814-9 de junio de 1815
Predecesor Vacante (Puesto Temporal)
Sucesor Suprimido (Puesto Temporal)


Embajador de Francia en el Reino Unido
30 de julio de 1830-1 de enero de 1834
Predecesor Anne Adrien Pierre de Montmorency-Laval
Sucesor Jean-Baptiste Louis Gros

1 de enero de 1792-1 de julio de 1792
Predecesor Anne-César, Chevalier de la Luzerne
Sucesor Antoine-François Andréossy

Información personal
Nombre en francés Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 2 de febrero de 1754 o 13 de febrero de 1754 Ver y modificar los datos en Wikidata
París (Reino de Francia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 17 de mayo de 1838 o 1838 Ver y modificar los datos en Wikidata
París (Monarquía de Julio) Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Castillo de Valençay Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Francesa
Religión Católico
Familia
Padres Charles-Daniel de Talleyrand-Périgord Ver y modificar los datos en Wikidata
Alexandrine Victoire Eléonore Damas Ver y modificar los datos en Wikidata
Cónyuge Catherine Grand Ver y modificar los datos en Wikidata
Pareja
Educación
Educado en Sorbona
Información profesional
Ocupación Religioso, Político y Diplomático
Partido político Promonarquista
Revolucionario
Girondino
Imperialista Napoleónico
Restauracionista
Miembro de
Firma
Charles Maurice de Talleyrand-Périgord

Escudo de Autun

Agente General del Clero en Francia
Título Obispo de Autun
Otros títulos
    • Abad de Saint Dennis
    • Abad Celles
    • Diputado en los Estados Generales por el Clero
    • Miembro de la Asamblea General del Clero
  • Información religiosa
    Ordenación sacerdotal 1779
    Ordenación episcopal 1789
    Proclamación cardenalicia 1789 por el Papa Gregorio XVI
    Culto público
    Beatificación No fue beatificado
    Canonización No fue canonizado
    Festividad No posee
    Información personal
    Nombre Charles Maurice de Talleyrand-Périgord
    Nacimiento 2 de febrero de 1754, 13 de febrero de 1754 y 1754
    París (Reino de Francia)
    Fallecimiento 17 de mayo de 1838 y 1838
    París (Monarquía de Julio)
    Profesión Teólogo
    Diplomático
    Político
    Cónyuge Catherine Grand
    Padres Charles-Daniel de Talleyrand-Périgord y Alexandrine Victoire Eléonore Damas
    Hijos Charles Joseph, comte de Flahaut y Pauline de Talleyrand-Périgord
    Alma máter San Sulpicio

    Escudo de Charles Maurice de Talleyrand-Périgord

    Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord, más conocido como Talleyrand[1]/talɛˈʀɑ̃/, (París, 2 de febrero de 1754 - París, 17 de mayo de 1838) fue un sacerdote, político, diplomático y estadista francés, de extrema relevancia e influencia en los acontecimientos de finales del siglo XVIII e inicios del XIX, logrando desempeñarse en altos cargos políticos y dentro de la jerarquía de la Iglesia Católica, durante el reinado de Luis XVI, posteriormente en la Revolución Francesa, luego en la era del Imperio Napoleónico y finalmente la etapa de la restauración monárquica, con el advenimiento de la Monarquía de Julio y el reinado de Luis Felipe I.[2]

    Fue uno de los diplomáticos más destacados de su época, siendo notable su ejercicio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, en cuatro ocasiones, durante los cuales lideró la política exterior de la Revolución Francesa, así como la ambiciosa política expansionista del Consulado Francés y el Imperio Napoleónico, además de tomar una destacable participación en el Congreso de Viena.

    Introducción

    A lo largo de una carrera política que se extendió por décadas y navegó con éxito las cambiantes mareas de la política francesa de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, Talleyrand fue, Diputado en los Estados Generales y la Asamblea Nacional, Presidente de la Asamblea Nacional, dos veces Embajador de Francia ante el Reino Unido, Ministro de Marina y Colonias, igualmente fue cuatro veces Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, tres veces Gran Chambelán de Francia, Elector Vicepresidente del Imperio Francés, Representante de Francia en el Congreso de Viena, además Primer Ministro de Francia, siendo él considerado como la primera persona en la historia de Francia en ocupar este puesto.

    Talleyrand es, por mucho, una figura tan polémica como reconocida, siendo lo más admirable de su vida el mantenerse durante más de tres décadas en el epicentro del poder político en Francia, en un momento histórico, en el que los vientos políticos eran en extremo cambiantes. Es algo que, según unos, representa una obra maestra de la perdurabilidad, además de haber influido notoriamente en el desarrollo de la historia europea, siendo uno de los más poderosos y reconocidos diplomáticos de su época y un extraordinario defensor del liberalismo en todo sus sentidos, mientras que otros catalogan su prodigiosa carrera política, como producto de la traición y el engaño continuo, y no a uno, sino a cinco diferentes regímenes.

    Aun así, no se puede hablar de este período histórico tan importante en la Historia de Francia y Europa sin toparse con los logros de Talleyrand. Decenas de tratados, alianzas y acuerdos diplomáticos que dieron forma al viejo continente, gobiernos e incluso imperios enteros cimentados con su apoyo, naciones enteras salvadas o condenadas por causa de su mano, así como su participación en el Congreso de Viena, donde se convirtió en la «voz cantante», logrando definir un orden territorial y político para el continente europeo, que sólo comenzaría a erosionarse hasta dentro de cinco décadas después de su establecimiento, todo esto fue lo que uno de los más brillantes políticos que Francia y Europa, le legó al mundo.

    Origen y juventud

    Los escudos de Halié-Talleyrand y Perigord, las dinastías de las que Charles Maurice Talleyrand era descendiente.

    Charles Maurice Talleyrand y Périgord nació el 2 de febrero de 1754, como primogénito de una de las familias más poderosas y prestigiosas de Francia, familia que pretendía ser descendiente de Adalberto, Conde de Périgord, vasallo de Hugo Capeto en el año de 990, algo que muchos coetáneos así como historiadores no respaldan, sin embargo sí es indiscutible que el linaje de esta dinastía provenía de la alta nobleza francesa, lo que está demostrado por documentos reales que datan de los años 1613 y 1735.

    Miembros de esta ilustre familia ocuparon cargos de elevada importancia durante el reinado de Luis XV y como cualquier familia típica de la aristocracia de aquella época disponían de diversas propiedades, méritos, títulos y conexiones políticas.

    El joven Talleyrand, en consecuencia, fue educado en las clásicas maneras de su estrato social, enseñándosele modales refinados, tradiciones y formalidades propias de la alta sociedad francesa y se le inculcó a siempre mostrar un altísimo nivel de sofisticación en cada cosa que hiciese o dijese, algo que el joven mantendría por el resto de su vida y por lo cual se haría célebre en Francia.

    Como era costumbre en aquella época entre las familias de la aristocracia, la suya se planteaba el futuro del joven heredero empezando por una carrera militar, donde eventualmente podría ascender hasta alcanzar altos méritos y reconocimientos, sin embargo Charles Maurice resultó padecer el Síndrome de Marfan, enfermedad que supuso para el joven un debilitamiento de múltiples estructuras del cuerpo (esqueleto, pulmones, vasos sanguíneos, ojos, entre otros), y por lo tanto frustrando los intereses de su familia de que desempeñase la carrera militar, quedando así relegado a su segunda opción, ser destinado a una carrera eclesiástica, algo que no le hizo precisamente mucho entusiasmo pero que le permitiría disponer de un oficio acorde a su estatus y que también le significó el perder su posición como heredero de los títulos familiares, viéndose privado de sus derechos en favor de su hermano menor, no pudiendo así ostentar el título de conde y la mayor parte de los bienes familiares, así como la posibilidad de transmitir a sus futuros hijos el patrimonio ancestral. Esto sería una herida de la que Charles Maurice nunca se recuperaría y que definiría muchas de sus acciones futuras.

    El padecimiento de este síndrome le provocó la deformidad en una pierna, lo que le produjo una cojera que le valió el apodo, entre sus compatriotas, de le Diable Boiteux (el Diablo Cojo),[3]​ resultado de combinar su increíble capacidad para engañar y manipular a los demás en beneficio propio, con su característica manera de andar. Pero indudablemente la mayor consecuencia que le trajo su enfermedad fue la ambición, dado que en adelante siempre buscaría consolidar su posición y recuperar aquello que consideraba le había sido arrebatado.

    Carrera eclesiástica

    Según afirma el propio Talleyrand, con cierto rechazo, en 1769, a la edad de quince años, tras haber completado sus estudios básicos en el reconocido Colegio de Harcourt, ingresa en el seminario de San Sulpicio, para iniciar su carrera en la Iglesia; sin embargo, su siempre presente "ligereza de costumbres" no se desvaneció por ello; de hecho, frecuenta a una reconocida actriz de la comedia francesa durante este período. No obstante, es importante recalcar que aquello era algo común en su época, por lo cual no resultaba negativo en lo más mínimo ni perjudicial para su carrera. Luego en 1774, después de haber recibido su ordenación, asiste a la coronación de Luis XVI, siendo un tío de Talleyrand coadjutor del obispo.

    Al cumplir los 25 años, en 1779, obtiene una licenciatura en teología de la Sorbona, adquirida gracias a su origen más que por su trabajo, lo que le permite ser ordenado como presbítero. Es aquí justo donde se contradice las afirmaciones del propio Talleyrand con respecto a la realidad, pues si en verdad Talleyrand no hubiese tenido el más mínimo interés en su carrera religiosa, ¿Cómo se explica que Talleyrand usase con tanta eficacia las influencias familiares para materializar su ascenso dentro del cuerpo clerical?.[4]​ La verdad es que si se analiza la carrera de Charles-Maurice en el Clero, sorprende dos aspectos resaltantes, su prestigio eclesiástico y la fugaz velocidad con que logró obtenerlo.

    Así, pues siguiendo esta línea, Talleyrand demuestra habilidad y eficacia al manejarse en el ámbito religioso. Inmediatamente salido de la Sorbona, en cuestión de sólo un año, pasa de capellán a subdiácono y poco después, la Asamblea Clerical de Reims, lo selecciona como Diputado ante la Asamblea General del Clero en Francia, un cuerpo de tan sólo 68 diputados, encabezado por dos Agentes Generales. Talleyrand, resulta electo como uno de esos dos Agentes Generales.

    Es así, como en 1780, siendo Agente General del Clero de Francia, un puesto que equiparaba dentro de la Jerarquía Eclesiástica al de un ministerio en la política, es encargado de defender y administrar los bienes de la Iglesia y de mantener los privilegios fiscales de la misma ante los intereses monetarios del Rey Luis XVI, siendo éste quizás un cargo más acorde con su personalidad y la misión que implica, cumpliéndola de la manera más efectiva imaginable, pero nada comparado con el nombramiento que le seguiría, al ser elegido en 1789 Representante del clero a los Estados Generales. Talleyrand, aquí encontraría el lugar donde su maestría para las interacciones sociales, la manipulación, la sofisticación y elegancia casi arrogante que poseía, eran precisamente las llaves que le permitirían su ascenso.

    La labor de Talleyrand en la defensa de los intereses eclesiásticos, en sus inicios, ciertamente fue extraordinaria. De por sí, no constituía una labor fácil de realizar, al ser la Iglesia Católica, un entidad con una extrema independencia, poderío y prestigios, además de concentrar entre propiedades, inversiones y múltiples otras fuentes, con una renta total anual de 180 millones de libras, sólo en Francia.[5]​ Aun así, un estoico y firme Talleyrand, emprendió su misión con firmeza y el proceso lo enfrentaría incluso a la misma nobleza. De hecho, cuando el Duque de Saboya entabló un litigio en contra de la Iglesia, por concepto de impuestos, el mismo Talleyrand asumió la defensa y respondió contudentemente al aplicar en todo su peso, los códigos legales que él mismo en los Estados Generales había establecido, donde se dejaba en claro que la Iglesia estaba en todo sentido, exonerada de impuestos.

    Para sumar más méritos a su ya extraordinaria carrera se le había otorgado la titularidad de las abadías de Saint Denis y de Celles, a lo cual se agrega su nombramiento como Obispo de Autun. Para el momento con la totalidad de sus cargos y propiedades clericales, Talleyrand concentraba un tremendo poder y prestigio dentro de una entidad tan poderosa como lo era la Iglesia Católica. De hecho, recibió al abandonar su cargo, múltiples compensaciones por su excelente desempeño, las cuales sumaron más de 27.000 libras.[6]​ Talleyrand mismo disponía de una renta anual de 50.000 libras, por causa de todas sus regalías eclesiásticas, cuando la mayoría de los grandes nobles disponían de rentas anuales de 20.000 libras.[7]

    No obstante; a pesar de pertenecer a una de las instituciones más conservadoras de Francia, Talleyrand, a medida que ejercía su papel de funcionario público y avanzaba en su carrera política, se ponía cada vez más en contacto con la ideas de corte liberal, las cuales comenzaron a dirigir sus acciones. Estos ideales, serían los que lo llevarían a establecer su posición por el resto de su vida, respecto a la política. Es así, pues que en su labor como diputado en los Estados Generales, Talleyrand comenzaría a hacer alarde de su personalidad al respaldar al sector revolucionario del tercer estado, consciente de la desmesurada pobreza que acogía a este, así como consciente de la agravada situación financiera de Francia, no halla otra salida más que proponer y participar en la confiscación de bienes de la Iglesia, al afirmar que «estos no eran más que muestra del despotismo con que la Iglesia se había imbuido, mientras que los pobres en cambio sufrían desmesuradamente».

    Ciertamente, este acto no beneficiaba en absoluto a Talleyrand, pues confiscar los bienes eclesiásticos, fuente de sus notorios ingresos, no representaba ganancia alguna para el joven eclesiástico y político, por lo cual se deduce que lo hizo porque en esencia era necesario para evitar el colapso económico de Francia, y sin su apoyo no se habría logrado, pero sus detractores afirman que con ello Talleyrand buscaba la aceptación y el respaldo de la población y de los revolucionarios en la nueva etapa en la que estaba entrando Francia, para lo cual no habría tenido escrúpulos al perjudicar la propia institución a la que pertenecía, siendo este momento el que ellos catalogan como el comienzo del Talleyrand apóstata y traidor, mientras que sus defensores ven tal evento como el nacimiento del «Guardián de Francia», el hombre que, independientemente del gobierno que estuviese en el poder, buscaría materializar lo que él consideraba era lo mejor para Francia.

    Independientemente, con el apogeo de la Revolución Francesa, Talleyrand no solo mantendría su posición sino que acabaría cediendo a sus ambiciones políticas y se separaría definitivamente de la Iglesia, pasando a servir únicamente como político y diplomático.

    Revolución francesa

    Para 1789, la Revolución Francesa cobraba cada vez más fuerza, el pueblo manifiesta su apoyo a la Asamblea Nacional de Francia con la Toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789 y ese mismo día, en medio del júbilo, Talleyrand es nombrado miembro del Comité de Constitución de la Asamblea Nacional, donde ejerce un papel de extrema importancia. La Constitución presentada al rey y aceptada por él, el 14 de septiembre de 1791 es firmada por Talleyrand, quien a su vez es autor del artículo VI de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano: «La ley es la expresión de la voluntad general. [...] Debe ser la misma para todos, sea quienes la protegen, sea quienes son castigados por ella [...]».

    Con plenas intenciones de hacer referencia a su trágica exclusión de la línea sucesoria de su familia y deseoso de aprovechar la Revolución para sus fines, Talleyrand se pronuncia gustoso en 1789, haciendo acto de presencia en la Asamblea para leer el discurso del difunto marqués de Mirabeau (1791) sobre el reparto a partes iguales de las herencias que implicaba la supresión del derecho de primogenitura.

    El 14 de julio de 1790, en el primer aniversario de la Toma de la Bastilla, Talleyrand celebra la misa que tiene lugar en el Campo de Marte durante la fiesta de la federación, con lo cual consagraba una imagen para sí mismo de ser el «sacerdote de la Revolución». Además, en su labor política, siendo por entonces todavía Obispo y miembro de la jerarquía eclesiástica, sugiere y participa activamente en la confiscación de los bienes de la Iglesia por la Revolución durante 1790, al tildar a tal institución de «abusiva y corrupta». Además, ese mismo año ejerce la presidencia de la Asamblea y el año siguiente jura la constitución civil y se separa definitivamente de la Iglesia, dedicándose exclusivamente a sus labores en la Asamblea Nacional, pero aun así, gustoso tomó juramento en febrero a los dos primeros «obispos constitucionales», que fueron denominados popularmente como «obispos talleyrandistas».

    Finalmente en 1792, se dispara su carrera diplomática, cuando es enviado en misión como Embajador de Francia a Londres, con el fin de informar a la monarquía inglesa sobre la política francesa. A pesar de la atmósfera hostil, obtiene la neutralidad de los ingleses. Vuelve a Francia en julio y, anticipándose al llamado Reinado del Terror, se va nuevamente aprovechando un pasaporte que le expidió Danton.

    Expulsado de Inglaterra en 1794, parte a los Estados Unidos, donde ejerce como prospector inmobiliario en los bosques de Massachusetts y se dedica, así, al muy lucrativo sector financiero y de bienes raíces, del cual obtiene una considerable fortuna. Finalmente regresa a Francia en 1796 después de ser levantado el decreto de acusación de la convención en su contra. En ese momento Maximilien Robespierre ha caído, el Reinado del Terror ha terminado, pero la atmósfera política hostil persiste y Talleyrand se valdrá de la misma para alcanzar su ascenso político.

    El Directorio

    Talleyrand permaneció en Estados Unidos hasta 1796, y habiendo regresado a Francia con una sustancial fortuna especulativa, pudo dedicarse por entero a la política, a pesar de no contar ya con las rentas de la carrera eclesiástica. Regresó a Francia en septiembre de 1796, llamado a propuesta de Chenier, y fue nombrado Miembro del Instituto Nacional. Poco después fue encargado por el Directorio del Ministerio de Relaciones Exteriores, actividad que no le impidió trabajar con todas sus fuerzas para conseguir la ruina de aquel gobierno y el triunfo del golpe de Estado del 18 de Brumario.

    Junto a Napoleón, convenció al Directorio de la necesidad de realizar una expedición a Egipto que acabó en fracaso, pero que gracias a los boletines de su ministerio para la prensa y el tremendo aparato dedicado a la promoción de las campaña, resultó en un éxito propagandístico muy valioso para Napoleón Bonaparte y el mismo Talleyrand como Ministro de Relaciones Exteriores.

    Durante este período Talleyrand, causó un desfase en las relaciones entre Estados Unidos y Francia, a causa de un altercado con los delegados norteamericanos en París, a los que Talleyrand extorsionaba. Admitido su error, dimitió. En sus dos años como ministro amasó una ingente fortuna mediante la aceptación y exigencia de todo tipo de sobornos. Este fue un punto de inflexión en la vida del diplomático y político francés, pues para entonces, careciendo de un ingreso fijo como lo eran sus rentas por concepto de su carrera eclesiástica, las finanzas personales de Talleyrand, dependían completamente de su ejercicio político y para sobrellevar su aristocrático y lujoso estilo de vida, los sobornos, la concentración de cargos y salarios, las comisiones especiales y el uso de información privilegiada para especular en la Bolsa de París, se tornarían en elementos recurrentes en su carrera. No obstante; lo cierto es que Talleyrand renunció a su cargo en 1799, más por causa del próximo regreso de Napoleón Bonaparte a Francia y el consecuente golpe de estado del 18 de Brumario, que por su desliz protocolar.

    Desde que Napoleón triunfara en Italia, como «Comandante en Jefe del Ejército del Interior», Talleyrand, siguiendo sus objetivos de permanecer en el centro del poder, observa con atención el desarrollo de la figura del joven corso, cuyos hermanos se involucran rápidamente en la política francesa. El hábil político y diplomático, ya percibe la desmedida ambición de Napoleón Bonaparte y en ella contempla la oportunidad de obtener la longevidad política que tanto desea. Valiéndose de sus contactos y encanto social, Talleyrand se encargó de entrar en el círculo próximo a Bonaparte, primero ofreciendo una fiesta en honor del general en el ministerio, justificada por sus grandes logros obtenidos defendiendo «la Revolución», luego organizando la Expedición a Egipto y finalmente, conspirando junto con José Bonaparte, Joseph Fouché, Sieyes y numerosos otros políticos, para materializar el ascenso al poder del general corso.

    El golpe de estado del 18 de Brumario

    Emmanuel-Joseph Sieyès fue quien planificó el Golpe del 18 de Brumario.

    Esta maniobra militar y política que cambiaría radicalmente el destino de Francia, fue planeada inicialmente, no por Napoleón Bonaparte, sino por otro miembro del Directorio, Sieyes, a quien, en sus inicios, le habían ofrecido servir como "Director de la República", pero rechazó la oferta debido a que no estaba de acuerdo en muchos aspectos con la Constitución de 1795, que defendía el directorio. Por ello, Sieyes planeó el golpe de Estado del 18 de Brumario, rodeándose de personalidades políticas y militares, pero no tuvo en cuenta que al hacerlo estarían sobre la mesa las ambiciones de estos personajes.

    Bonaparte abucheado por el Congreso de los Quinientos durante el golpe de estado

    Sieyes, planeaba redactar la nueva Constitución y ser el jefe del nuevo gobierno, pero Napoleón se le adelantó redactando él la Constitución del Año VIII y obteniendo el puesto de Primer Cónsul, convirtiéndose en la persona más poderosa del país y ejerciendo así facultades prácticamente dictatoriales sobre la nación.

    Talleyrand respaldó a Bonaparte y como consecuencia, fue esencial en la consolidación del Consulado de Francia y por supuesto en su posterior desempeño, sólo para luego ser nombrado Ministro de Relaciones Exteriores de Francia. Nuevamente Talleyrand prevalecía en la escena política, aún cuando las corrientes hubiesen cambiado seriamente.

    Para entonces, Talleyrand sabía que las ambiciones expansionistas de Napoleón Bonaparte, significarían que él sería más que necesario para el recién nombrado Primer Cónsul, pues cada maniobra de conquista y anexión territorial estaría precedida o secundada por tratados y capitulaciones que Tallyerand se encargaría de elaborar y ejecutar. En otras palabras, Napoleón necesitaba a un muy activo y efectivo Ministro de Relaciones Exteriores y para su suerte, Talleyrand no sólo estaba más que dispuesto sino que estaba encantado de serlo.

    Período napoleónico

    Napoleón como Primer Cónsul de Francia.

    El consulado

    Tras haber sido instigador y participar activamente en el golpe de estado y de recuperar su cargo de Ministro de Relaciones Exteriores, se dedicó a concluir los importantes tratados que confirmaban las conquistas de Bonaparte, quien maneja decididamente la política exterior del país, cosa que frecuentemente produce enfrentamientos con Talleyrand, pero que éste sobrellevaría sin problemas, durante un buen tiempo.

    Aun así, el mismo Napoleón Bonaparte reconoce que Talleyrand es esencial para sus planes por su increíble habilidad para, mediante la negociación, obtener lo que desea, sin embargo, a cambio Bonaparte corre el riesgo de que Talleyrand acabe usando esas mismas habilidades para hacerse con su imperio, es decir, si ya era imprescindible, convertir al imperio en dependiente de él.

    Charles de Talleyrand, fue esencial para el proyecto expansionista de Napoleón Bonaparte, pues fue él quien se encargó de legalizar internacionalmente cada nueva anexión territorial, con múltiples tratados

    A Napoleón no parece importarle correr tal riesgo, pues en primer lugar desea asegurar la permanencia a su lado de Talleyrand, por sus contactos, conexiones y habilidades diplomáticas y en segundo se encargará de colmar la ambición del aristócrata, entregándoles títulos y designándole para cargos y responsabilidades altísimas.

    La estrategia funciona, Talleyrand se siente complacido y gustosamente se encarga de usar su habilidad diplomática para firmar el Tratado de Campo Formio en 1797, permitiendo así dar el primer paso hacia la consolidación definitiva del futuro Primer Imperio Francés.

    Catherine Grand, esposa de Talleyrand.

    En 1801 se casa con Catherine Grand, una francesa nativa de las indias, ello debido a que Napoleón Bonaparte lo presionaba para tener una esposa y en 1803 adquiere el suntuoso Castillo de Valençay a expensas del mismo Napoleón, el cual serviría como una suerte de prisión para la realeza española durante un tiempo, cuando Francia invadiese España, deponiendo a sus reyes en el proceso, pero que la mayor parte del tiempo sería su residencia oficial.

    El Castillo de Valençay, era una propiedad tan extraordinaria y extensa, como suntuosa y famosa, de ella se decía que tenía uno de los más hermosos jardines de Francia y se extendía sobre más de 12.000 hectáreas, de terreno.

    Talleyrand había tenido éxito en insertarse definitivamente en el régimen de Napoleón Bonaparte y debido a lo indispensable que era y a la excelente relación que sostenía con el emperador, no había signo alguno que dijera que sería diferente con el advenimiento del Primer Imperio francés.

    El fusilamiento del duque de Enghien

    Louis Antoine Henri de Bourbon-Condé, último descendiente francés de los Borbón.

    El año de 1804 estuvo repleto de tensiones internas en Francia, a pesar de que ya se sumaban cinco años desde el comienzo del consulado, las tensiones tanto dentro como fuera del país seguían acrecentándose. Los facciones Realista y Republicana continuaban enfrentándose entre ellas y Napoleón necesitaba manejar la situación de acuerdo a su conveniencia. El 9 de marzo de ese año, Cadoudal, cabecilla del movimiento Realista-Monárquico que respaldaba a los Borbones, es arrestado en París, como consecuencia de la tensión generada en toda Francia, mientras que los complots realistas se multiplican en todo el territorio.

    Ahora más que nunca Napoleón necesitaba dejarle en claro que no permitiría más conspiraciones (mensaje que debía ir especialmente para los realistas borbónicos) y que tampoco permitiría una restauración monárquica, confirmación que los republicanos esperaban ansiosamente.

    Ante tal panorama, Napoleón recurre a Talleyrand, su más hábil ministro, en busca de un consejo, que el noble da gustoso: "es necesario dar ejemplo de lo que le pasará a todo enemigo de los intereses de Francia".

    El duque de Enghien, un poderoso noble, descendiente de la Casa de Borbón en Francia, había sido una figura mítica, representando para la mayoría de los simpatizantes del movimiento Realista Monárquico, un cuasi "Heredero al Trono". Había salido de Francia tras la Revolución Francesa y había estado involucrado en un intento de invasión militar borbónica.

    La ejecución del duque de Enghien.

    Así, cuando una de las conspiraciones apunta a la vida de Napoleón y varios miembros cercanos a los círculos del Duque se ven involucrados, el Primer Cónsul ordena el arresto del heredero Borbón, suponiendo su participación en dicho complot.

    El duque de Enghien es apresado en la noche del 14 al 15 de marzo en el castillo de Ettenheim (Margraviato de Baden, Alemania Occidental), por el General Ordener y conducido a Estrasburgo, para luego ser trasladado a París. El 20 de marzo es juzgado por un Consejo de Guerra, juicio que en esencia cumplía con ser una simple "ilusión de legalidad", pues el veredicto ya estaba más que decidido. Louis Antoine Henri, el último descendiente de la Casa de Borbón-Condé, es fusilado en los fosos del Castillo de Vincennes, por orden de Jérôme Savary.

    Aquella noche, Napoleón consolidó lo que él creyó era una victoria política, dado que como Alejandro Dumas, padre contaba en El caballero Hector de Sainte-Hermine:

    "El sentimiento dominante en la mente de Bonaparte en ese momento no fue el miedo ni la venganza, sino el deseo de hacer entender a toda Francia que la sangre de los Borbón, tan sagrada para los realistas, era para él como la de cualquier otro ciudadano de la república.".[8]

    Pero el Primer Cónsul fue simplemente una marioneta, una pieza de ajedrez manejada por Talleyrand, Bonaparte no entendió lo que ese asesinato significaba. La muerte del Duque de Enghien, representó literalmente el que un "río de sangre corriera entre Bonaparte y los Borbón". Con ello Talleyrand se garantizaba el que nunca el gran general y la antigua dinastía monárquica pudiesen reconciliarse o aliarse, algo que al omnipotente diplomático y político no le convenía.

    "Divide y Vencerás", fueron estas las palabras de Napoleón Bonaparte y por ironías de la vida él fue víctima de la aplicación de tal precepto, sin darse cuanta de ello. Tras ese triste acontecimiento un acercamiento entre el futuro rey Luis XVIII y Napoleón Bonaparte se tornó imposible. La muerte del Duque de Enghien, según Jean Orieux:

    "Es, en el conjunto de su carrera, su falta más notable. Si hay algo que reprochar a Talleyrand, no son sus traiciones políticas, sus relaciones económicas o las mujeres, sino su papel en el asesinato del Duque de Enghien, víctima inocente."[9]

    En efecto, Talleyrand salió ileso del asunto, nadie podía relacionarlo con los acontecimientos ya que él no había participado en ellos "per se", sin embargo indirectamente sí era el causante, pues fue su consejo al Primer Cónsul lo que desencadenó los hechos. Pero con esa muerte se aseguraba su papel en la política francesa después de que Napoleón cayera, al tener él la libertad de poder contar con la alianza tanto de los Borbón como de Napoleón Bonaparte, de acuerdo a su conveniencia.

    El Primer Imperio francés

    Talleyrand acabó convirtiéndose en Príncipe de Benevento y en uno de los nobles más poderosos de Francia.

    En mayo de 1804, deseoso de continuar incentivando a Talleyrand a permanecer a su lado, Napoleón Bonaparte, le otorga la posición imperial de Gran Chamberlain y Vice-Elector del Primer Imperio francés con un sueldo de 40.000 francos anuales. Además en 1806, el máximo premio le llega, al recibir del mismo emperador, el título soberano de Príncipe de Benevento, un principado arrebatado al mismísimo papa, convirtiéndose así en el más poderoso noble del Imperio.

    El 9 de febrero de 1801 firma el Tratado de Lunéville, maniobra con la cual Talleyrand le asegura el imperio a Napoleón, al marcar el final de la Segunda Coalición, dejando a Inglaterra como el único país beligerante con Francia.

    En 1805 tras la derrota de Trafalgar y la brillante campaña de Austria que tuvo su colofón en Austerlitz, Talleyrand firma el Tratado de Presburgo, como consecuencia del cual Austria se retira de la Tercera Coalición y le sustrae una parte sustancial de territorios, además de confirmar la serie de conquistas previamente oficializadas en el Tratado de Luneville.

    Escudo de la Confederación del Rin.
    Archivo:Flag of the Confederation of the Rhine.svg
    Talleyrand fue esencial en la creación de la Confederación del Rin.

    Además es esencial en la creación de la Confederación del Rin, la cual crea con la autorización de Napoleón Bonaparte el 12 de julio de 1806, mediante un tratado, y gracias a la cual de paso se enriquece inmensamente, debido a que gracias a los tratados había despojado a los príncipes alemanes de sus tierras más allá de la orilla izquierda del Rin, siendo con el Tratado de Lunéville que esto se formaliza. Luego se autoriza a que los mismos puedan obtener más territorio, así la única manera de que los príncipes alemanes pueden asegurar tal obtención es mediante sobornos.

    De este modo, Talleyrand aumentó notoriamente su fortuna, obteniendo una estimada de 10 millones de francos en el proceso. Este fue el primer golpe en la destrucción del Sacro Imperio Romano Germánico, con cuya extinción el Imperio napoleónico se terminaría de consolidar.

    En cuanto a su fortuna, esta no deja de crecer, pasando, tras aquella gigantesca comisión obtenida por la creación de la Confederación del Rin, a obtener otros 60 millones de francos, otorgados por Napoleón por sus servicios prestados al imperio.

    Karl Theodor von Dalberg ayudó a Talleyrand a filtrar información de gran importancia para el Imperio Francés sobre sus enemigos.

    Pero, a pesar de que en esencia Talleyrand había sido indispensable para la creación del Primer Imperio Francés, la "política guerrera" de Napoleón comienza a molestarlo. Siendo Talleyrand alguien acostumbrado a obtener lo que desea por medios como la manipulación, la influencia o la negociación, su visión de manejo acerca de las políticas imperiales dista mucho de la del emperador, lo cual lo lleva a criticar dicha política y al mismo Napoleón Bonaparte y a dar informaciones al zar Alejandro I a través de Karl Theodor von Dalberg. En 1807 negocia y firma el tratado de Tilsit, tomando la decisión de renunciar a su cargo de ministro al regresar de Varsovia.

    Distanciamiento del Emperador

    Su distanciamiento de Napoleón Bonaparte, llevó a Talleyrand a separarse de su proyecto imperial.

    Talleyrand hasta el momento había servido a Napoleón Bonaparte, con total lealtad, ayudando al mismo en su ambición de consolidar su vasto imperio y a cambio había obtenido todo tipo de distinciones, méritos, reconocimientos y títulos.

    Pero la situación estaba cambiando rápidamente, la hasta ahora ininterrumpida línea de éxitos de Napoleón lo había cegado y como consecuencia comenzó a tomar decisiones cada vez más erradas, era claro que el emperador se había acostumbrado tanto a tener la razón que ya no consideraba la posibilidad de equivocarse.

    El primer error fue la invasión a Rusia; el fracaso de la misma, había sido devastador para la moral francesa y la primera derrota de Bonaparte en mucho tiempo, luego la terrible decisión del bloqueo a Inglaterra, para cuya realización se debió invadir España, todas ellas, decisiones que Talleyrand critica al emperador, sin dudar, manteniendo una posición firme al respecto; pero Bonaparte no sólo se niega a escuchar, sino que cuando el desastre se le hace inevitable condena con rencor a Talleyrand por haber éste tenido la razón, habiendo Talleyrand, en ese momento, renunciado a su cargo como Ministro de Relaciones Exteriores, aunque conserva todos los títulos, concesiones y reconocimientos que había recibido del imperio.

    La conspiración de Talleyrand y Fouché

    Talleyrand ya se había estado distanciando cada vez más del emperador y para 1809 su relación ha llegado a un punto muerto. De hecho, cuando aconteció la Conferencia de Erfurt, mediante la cual se planeaba establecer un nuevo orden político en Europa con Francia al frente, Napoleón le pidió su consejo y ayuda, algo que Talleyrand hizo gustoso, pero sin que el emperador siquiera lo sospechara, informa al Zar Alejandro I, como manejarse en dicho evento, maniobra que lo acerca de forma definitiva al monarca ruso.

    Joseph Fouché, un acérrimo rival de Talleyrand fue supuestamente partícipe junto con él, de una conspiración para derrocar a Napoleón I.

    Por aquel entonces se le ve frecuentando a su antiguo y más acérrimo rival, Joseph Fouché, Duque de Otranto, Ministro de Policía de Francia y Jefe de Seguridad del Imperio.

    Joseph Fouché y Talleyrand, desde siempre habían sido rivales. Al igual que Talleyrand, Fouché era un hábil político y después del Príncipe de Benevento, era el miembro más poderoso del gabinete de Napoleón.

    El que dos rivales tan sonados, repentinamente se reunieran con tanta frecuencia, dio pie a que se dijera que ambos, estaban planeando derrocar al emperador. Estas sospechas llegan a oídos de Napoleón y temeroso de perder su poderío convoca a un Juicio Público al reconocido noble y diplomático, acusando a Talleyrand de traición. Fouché, logra esquivar la acusación, pero Talleyrand ni siquiera se molesta en hacer lo que su camarada hizo, aún cuando pudo. En lugar de ello asiste al juicio donde con su habilidad argumentativa y su conocimiento de las leyes acaban por humillar al mismo Napoleón Bonaparte, quien disgustado por el desleal comportamiento de su ministro de relaciones exteriores lo llamó "mentiroso" y le dijo: "Usted es un montón de estiércol forrado en una media de seda", a lo que Talleyrand, que escuchó imperturbable y silencioso las expresiones de ira de su Emperador, se limitó a decir lacónicamente y una vez que este abandonó el recinto:

    "Es una lástima que un hombre tan grande sea tan maleducado".[10]

    Con esta frase, Talleyrand con su impasibilidad característica logra aplastar públicamente al emperador y se distancia de él de manera definitiva. Sin embargo, en 1813 el emperador le ofrece el puesto de Ministerio de Relaciones Exteriores, en un intento por reconciliarse con él y realinear su alianza política, debido a que Napoleón sabía que su imperio amenazaba caerse en pedazos.

    En 1814, previendo la caída del imperio, maniobra hábilmente para dejar París a los aliados y a Luis XVIII. El resultado, fue la caída de Napoleón Bonaparte y la inmediata incorporación de Talleyrand al nuevo gobierno.

    Primera restauración, el gobierno de Talleyrand

    Con la caída de Napoleón Bonaparte, Talleyrand pasó a gobernar Francia.

    Jefatura provisional y nombramiento

    Desde hacia tiempo, Talleyrand había mostrado su oposición hacia el emperador Napoleón Bonaparte y su política expansionista, esto se había manifestado a través de severos golpes a la armadura del enfrascado "general conquistador", como lo fue el fracaso de las negociaciones con Rusia, la decisión de esta de aliarse con Prusia, así como su negativa a cooperar con Napoleón y de reasumir el Ministerio de Relaciones Exteriores.

    Si bien, normalmente los opositores a un régimen no suelen hacer más que criticar o lanzar un golpe de estado, Talleyrand rompió ese esquema, él fue más mortífero y despiadado que esto, con cada acción Talleyrand hería de muerte al Imperio Napoleónico. Al final la alianza entre Rusia y Prusia que él mismo promovió, la impopularidad de Bonaparte y en última instancia el debilitamiento internacional de Francia, causado en gran medida porque Talleyrand se negaba a reasumir el puesto de Ministro de Relaciones Exteriores (lo cual ciertamente habría calmado la situación, pues el prestigio que Talleyrand poseía en este campo era inmenso), significó el colapso de Napoleón Bonaparte y de su gobierno.

    En marzo los aliados entran en París y la presión nacional e internacional conlleva finalmente a que el 11 de abril, se lleve a cabo el tratado de Fontainebleau, que estableció la renuncia de Napoleón a su soberanía en Francia e Italia para sí y su familia, y su exilio a la isla de Elba, una isla pequeña a 20 km de la costa italiana, manteniendo su título de emperador vitaliciamente.

    La renuncia de Napoleón Bonaparte y su destierro fueron ejecutados por sus enemigos y Talleyrand fue clave en este acto, que saca de la escena política al único personaje de peso, dejándo al ambicioso diplomático y político el camino libre.

    Ahora Talleyrand respalda el ascenso de Luis XVIII, enemigo de Napoleón y primo del Duque de Enghien, cuyo asesinato había distanciado para siempre a Bonaparte de los Borbon y que irónicamente había sido desencadenado por el mismo Talleyrand.

    El 1 de abril de 1814, el gran noble y diplomático, es elegido por el senado presidente del gobierno provisional. Firma el armisticio con los aliados, eleva a Luis XVIII al trono y es nombrado Primer Ministro de Francia, y por si fuera poco, también pasa a ejercer el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores. Ahora, Talleyrand controla el gobierno, por primera vez de manera directa. Tras décadas de carrera en la política en las cuales, aplastó enemigos, influyó, consolidó y destruyó gobiernos, el gran y hábil diplomático y político, finalmente asume sin intermediarios las funciones de Jefe de Gobierno.

    El Congreso de Viena, por Jean-Baptiste Isabey, 1819.

    El Congreso de Viena, Talleyrand salva a Francia

    El 16 de septiembre de 1814 se celebra el Congreso de Viena, que era el acto con el cual las potencias planeaban poner fin definitivo al poderío francés. La máxima aspiración de la comunidad europea era dejar a Francia en extremo vulnerable, sancionarla en la medida de lo posible y reguardar la hegemonía continental para el resto de los países. Sin embargo, no se dijo más de las intenciones de este congreso que el hecho de no permitir la participación de Francia en él.

    Al no haber sido invitada Francia a la mesa de negociaciones, parecía claro que el país estaba condenado, pero Talleyrand, movilizando influencias y valiéndose de su prestigio como diplomático consigue participar.

    Talleyrand, una vez iniciado el Congreso de Viena se encarga de sacar a relucir y sacar provecho de las diferencias y conflictos entre las demás potencias europeas, con lo cual logra esquivar prácticamente todas las sanciones a Francia, permitiéndo la creación, en vez de la caída del país galo, de un equilibrio político y territorial que duraría medio siglo.

    Así, firma el Acta final el 9 de junio de 1815 y regresa a Francia habiendo logrado desmantelar los intentos de las naciones europeas de destruirla y habiendo logrado incidir en cada decisión tomada y siendo así el arquitecto de la reorganización político-territorial europea, que permanecería en pie por medio siglo, todo ello a pesar de no haber sido invitado en principio a la negociación,

    Destitución

    Presionado por los Ultras, Luis XVIII hace renunciar a Talleyrand en septiembre de 1815.

    La promiscuidad y ligereza de costumbres del antiguo religioso ya entonces eran muy conocidas. Durante este periodo, tuvo lugar la célebre escena que describe François-René de Chateaubriand en sus Memorias de Ultratumba cuando Talleyrand cruzó la antesala del despacho de Luis XVIII apoyado (cojeaba) en su gran enemigo y también omnipotente político francés, Joseph Fouché. Chateaubriand, viendo pasar por delante a ambos personajes, describió la imagen de forma inolvidable: "de repente, entró el vicio apoyado en la traición".

    Sin embargo lo cierto es que, el gobierno de Luis XVIII, no duraría mucho más, poco después de la destitución de Talleyrand, la situación se salió de control, Napoleón Bonaparte acaudilló a un pequeño ejército que pasó a multiplicarse con la anexión tanto de civiles como también gracias a la disidencia masiva de los mismos ejércitos franceses enviados a combatirlo, que acababan uniéndose a él. Finalmente, Napoleón Bonaparte había vuelto al gobierno y el reinado de los 100 días comenzaba.

    Los 100 días

    Consciente de los deseos de los ingleses de desterrarlo a una isla remota en el atlántico y del rechazo del pueblo francés a la restauración borbónica, Napoleón I escapa de Elba en febrero de 1815 y desembarca en Antibes el 1 de marzo desde donde se preparó para retomar Francia.

    El rey Luis XVIII envió al Quinto Regimiento de Línea, mandado por el Mariscal Michel Ney, que había servido anteriormente a Napoleón en Rusia. Al encontrarlo en Grenoble, Napoleón se acercó solo al regimiento, se apeó de su caballo y, cuando estaba en la línea de fuego del capitán Randon, gritó «Soldados del Quinto, ustedes me reconocen. Si algún hombre quiere disparar sobre su emperador, puede hacerlo ahora». Tras un breve silencio, los soldados gritaron «¡Vive L'Empereur!» y marcharon junto con Napoleón a París. Llegó el 20 de marzo, sin disparar ni un solo tiro y aclamado por el pueblo, levantando un ejército regular de 140.000 hombres y una fuerza voluntaria que rápidamente ascendió a alrededor de 200.000 soldados. Era el comienzo de los Cien Días.

    El gobierno de los Borbón se había desmoronado, pero no así la carrera de Talleyrand. Por un instante realmente pareció que Napoleón Bonaparte retomaría el control de Francia, pero nuevamente el mantener las opciones abiertas era ventajoso para el noble, Napoleón I se mostró dispuesto a reintegrar a Talleyrand a su gabinete, más Talleyrand fue lo bastante cauteloso como para esperar los resultados de la próxima gran batalla entre Francia y las fuerzas napoleónicas contra la Séptima Coalición.

    Batalla de Waterloo

    La Batalla de Waterloo fue desastrosa para Napoleón Bonaparte, siendo una aplastante victoria para la Séptima Coalición y su general Arthur Wellesley, el Duque de Wellington, conocido desde entonces como "El duque de Hierro", todo ello mientras que el rival de Talleyrand, Joseph Fouché se convertía en el presidente del gobierno provisional y maniobró para crear un nuevo gobierno, "de acuerdo y al antojo de la Coalición", traicionando a Napoleón I, a quien antes de ir a la Batalla de Waterloo había presionado para que cediera sus poderes a la asamblea que ahora él presidía.

    Talleyrand se mantuvo paciente, entendió que con el exilio de Napoleón I a Santa Elena y su caída definitiva, Francia no querría que Talleyrand volviera tan rápidamente al centro del poder, pero aun así se las ingenió para lograrlo.

    Segunda Restauración

    Napoleón I abandona París el 29 de junio, amenazando revuelta; hay riesgos de motines y de guerra civil.

    El 9 de julio, el príncipe de Talleyrand-Périgord es nombrado Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Asuntos Exteriores. Nombra a Fouché Ministro de la Policía para mantener el orden en la capital.

    Pero la situación empeora en Francia; los ultrarealistas hacen reinar el "Terror Blanco" en las provincias, los ejércitos de ocupación se libran a todo tipo de pillajes. El Ministerio Talleyrand se distingue entonces por su tibieza en los asuntos... Las exigencias de los Aliados son enormes; pretenden hacer pagar a los franceses su apoyo a Napoleón I durante los Cien Días. El 24 de septiembre, Talleyrand, impotente, rehusando negociar sobre las bases impuestas por los Aliados, se ve obligado a dimitir del cargo ante el rey Luis XVIII quien, a su vez, lo nombra Gran Chambelán de la corte. No firmará entonces el segundo Tratado de París.

    Durante la monarquía de julio

    Escudo de la Monarquía de Julio.

    En julio de 1830, Luis Felipe I se convierte en Rey de Francia tras la Revolución de Julio. En este ascenso del nuevo gobernante al poder tuvo mucho que ver Talleyrand, quien facilitó en toda medida posible la consolidación del nuevo monarca.

    Luis Felipe I.

    En consecuencia, Luis Felipe I nombra a Talleyrand embajador en Londres a fin de acercase a los otros países Europeos. En 1830 Luis Felipe, con quien tenía acceso, lo favoreció asignándolo a la embajada de Londres, donde los representantes de todos los países ” se inclinaban ante él". Después de haber establecido el “entente cordiale” con Inglaterra, dejó su cargo en noviembre de 1834. En su espléndida “soledad” de Valençay, escribió sus “Mémoires” en las que asegura “nunca haber traicionado a un gobierno que no se hubiera traicionado primero” y nunca poner “los propios intereses en oposición a los de Francia".

    Trata de acercar Inglaterra a Francia hasta 1834, logrando finalmente el mayor éxito de la diplomacia Europea, al alinear a España, Portugal, Francia e Inglaterra en el Tratado de la Cuádruple Alianza, cerrando su carrera diplomática con sendo triunfo. Entonces desaparece de la escena pública y se retira a su Castillo de Valençay.

    En 1837, deja el castillo y consigue reconciliarse con la iglesia antes de su muerte el 17 de mayo de 1838. Se le rinden funerales oficiales el 22 de mayo. Es enterrado en la capilla cercana a su castillo.

    Escudos de Armas

    Dada las numerosas modificaciones que Talleyrand sufrió en materia de títulos nobiliarios a lo largo de carrera pública, el religioso, diplomático y político francés tuvo la peculiaridad de contar con tres escudos de armas a lo largo de su vida, acumulando sucesivamente numerosos títulos con el paso de los diferentes regímenes a los que sirvió, pasando a disponer de más títulos por su cuenta, que cualquier otro miembro de la Casa de Talleyrand-`Perigord. Esto convierte a Talleyrand en un caso particular de noble, cuyos títulos no son legitimados por su ascendencia, sino por sus méritos.

    Escudo de Armas Significación
    Escudo del Obispado de Autum
    Escudo del Obispado de Autum
    Obispo de Autun y Miembro de la Casa de Talleyrand y Perigord

    El escudo porta tres leones dorados sobre fondo rojo, elementos estos, propios de la Dinastía Talleyrand-Perigord, denotando su pertenencia a la misma, a pesar de no ostentar legalmente el derecho de primogenitura, siendo este el motivo por el cual carecía de título nobiliario familiar. Anexados se encuentran los adornos correspondientes a la jerarquía clerical, junto con la proclama: Re Que Diou,[11]​ traducido como "De Regreso a Dios"

    Sous l'Empire
    Sous l'Empire
    Príncipe de Benevento (1804), Príncipe Imperial (1807), Gran Chambelán y Elector Vicepresidente del Imperio Francés (1807), Senador Imperial (1807), Gran Águila de la Legión de Honor (1805), Gran Consejero de la Legión de Honor (1805), Gran Comendador de la Orden de la Corona de Sajonia y Westfalia (1805), Caballero de la Orden de Louis (1805), Caballero de Hesse (1805), Caballero de la Orden de San José (1805), Gran Duque de Wurtzbourg (1805).

    El escudo dispone de las cortinas azules imperiales, la corona imperial en la cabecera, junto con el águila insignia del Primer Imperio Francés, el Gran Collar de la Legión de Honor y de los tres leones dorado con fondo en rojo, propio de las armas de la Casa de Talleyrand-Perigord.[12]​·[11]·[13]​·[14]

    Duc et pair de la Restauration
    Duc et pair de la Restauration
    Príncipe de Talleyrand (1814), Par de Francia (1815), Duque de Dino (1817), Conde de Périgord (1817), Duque de Talleyrand y Périgord,Gran Chambelán de Francia (28 de septiembre de 1815), Caballero de la Orden del Espíritu Santo (30 de septiembre de 1820), Caballero del Toisón de Oro (concedida por el rey Fernando VII de España, 1814), Caballero de Leopoldo de Austria.

    En esta última versión de las armas de Charles Maurice de Talleyrand, se regresa al tradicional diseño nobiliario, imponiéndose en el blasón los tres leones en dorado con fondo en rojo, propios de la Casa de Talleyrand-Perigord. Dos águilas negras representan la nueva nobleza española que su titular ostentó desde 1815 y se anexan las cortinas reales y la corona correspondientes a la Era Borbónica. El collar se mantiene en referencia a la nueva élite de órdenes de caballería y nobleza que le son conferidas y se recupera la proclama: "Re Que Diou", ahora en letras latino-romanas.

    Rivalidad con Fouché

    Joseph Fouché fue un muy hábil político francés, quizás tanto como el mismo Talleyrand. Sin embargo no podían ser más diferentes uno del otro. Talleyrand, descendía de una familia poderosa y acaudalada, con prestigio y títulos, mientras que Fouché era hijo de una familia clase media baja rural. Igualmente, Talleyrand era mucho más sofisticado, astuto y hábil que Fouché indudablemente mas rudimentario y a pesar de lo lejos que ambos llegaron en comparación con sus puntos de partida, siempre fue cierto que Talleyrand concentró más cargos, títulos y honores que Fouché, algo que desde luego, no ayudaba en nada en su relación.

    Joseph Fouché, Duque de Otranto y Ministro de Policía de Francia.

    Aun así, ambos hombres, se profesaban un respeto mutuo admirable, dado que ambos sabían que eran los amos de la política francesa y que ambos eran en extremo hábiles en sus campos, Talleyrand en la diplomacia y Fouché en la policía y el espionaje.

    La mayor muestra de lo tormentoso de su relación, indudablemente sería su alianza para derrocar a Napoleón Bonaparte, apartando sus diferencias y poniéndo manos a la obra para tratar de frenar la desmedida ambición del mismo.

    Reconciliación con la Iglesia católica

    Cuatro horas antes de su muerte firmó, en presencia del Abad Dupanloup, una solemne declaración en la que repudió abiertamente “los grandes errores que... habían perturbado y afligido a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y en los que había tenido la desgracia de caer.” Cuentan sus biógrafos que en el momento de la muerte, después de reconciliarse con la Iglesia se le fue a administrar la santa unción, que él aceptó contento. Pero cuando le fueron a ungir, pidió que lo hicieran en la palma de la mano, como se hace con los sacerdotes, pues en el fondo él era “sacerdos in aeternum". No había vivido como tal, sino todo lo contrario, pero después de muchos errores, por lo menos quería morir como tal.

    Percepción histórica

    El Castillo de Valencay era la residencia personal del Talleyrand.

    Talleyrand, alcanzó su lugar en la historia, como un personaje rodeado por la controversia, sí, pero ni el paso de todos los gobiernos y acontecimientos que vivió cambiarion su manera de ver el mundo ni tampoco sus ideales, este es un hombre que se separó de la monarquía porque Francia se lo demandaba, luego cuando el estancamiento amenazó al país, prefirió ayudar a la creación de un imperio sólido y poderoso con Napoleón Bonaparte al frente y finalmente cuando este se obsesionó con la expansión, Talleyrand, previendo su colapso se encargó de salvaguardar a Francia de las potencias europeas y restaturar la monarquía que ahora el pueblo aclamaba.

    En el ámbito de la diplomacia su legado es extraordinario, considerado como el "Padre de la Diplomacia Moderna", siendo responsable del mayor número de alianzas internacionales, de la disolución y creación de coaliciones así como de la firma de numerosos tratados y pactos diplomáticos que dieron forma a la Europa de finales del Siglo XVIII y comienzos XIX, pudiéndose citar a la Cuadruple Alianza (alineación entre las cuatro grandes potencias europeas Reino Unido, España, Portugal y Francia), los pactos de las Guerras Napoleónicas, el Congreso de Viena, todas ellos hazañas diplomáticas que le justifican con creces el ser catalogado informalmente como el "Príncipe de los Diplomáticos".


    Predecesor:
    Desconocido
    Agente General del Clero en Francia
    1780 - 1790
    Sucesor:
    Posición Abolida

    Predecesor:
    Yves Alexandre de Marbeuf
    Obispo de Autun
    1789 - 1790
    Sucesor:
    Jean-Louis Gouttes

    Predecesor:
    No hay
    Representante del Clero en el Congreso de Erfurt
    1812
    Sucesor:
    No hay

    Predecesor:
    No hay
    Representante del Clero en el Congreso de Viena
    1814 - 1815
    Sucesor:
    No hay

    Predecesor:
    Desconocido
    Embajador Francés en el Reino Unido
    1830 - 1834
    Sucesor:
    Desconocido

    Predecesor:
    Jean-Xavier Bureaux de Puzy
    Presidente de la Asamblea nacional
    16 de febrero de 1790 - 28 de febrero de 1790
    Sucesor:
    Francois-Xavier-Marc-Antoine de Montesquiou-Fezensac

    Predecesor:
    Eustache Bruix
    Ministro de Marina y Colonias de Francia
    2 de julio de 1799 - 22 de noviembre de 1799
    Sucesor:
    Marc Antoine Bourdon de Vatry

    Predecesor:
    Recién Creado
    Grand Chamberlain y Vice-Elector del Imperio Francés
    1804 - 1814
    Sucesor:
    Abolido

    Predecesor:
    Charles Delacroix
    Ministro de Asuntos Exteriores de Francia
    1797 - 1799
    Sucesor:
    Karl Reinhard

    Predecesor:
    Karl Reinhard
    Ministro de Asuntos Exteriores de Francia
    1799 - 1807
    Sucesor:
    Jean-Baptiste Nompère de Champagny, duc de Cadore

    Predecesor:
    Antoine René Charles Mathurin, comte de Laforest
    Ministro de Asuntos Exteriores de Francia
    1814 - 1815
    Sucesor:
    Armand Augustin Louis Caulaincourt, duc de Vicence

    Predecesor:
    Louis, baron Bignon
    Ministro de Asuntos Exteriores de Francia
    1815
    Sucesor:
    Duque de Richelieu

    Predecesor:
    Recién Creado
    '''Primer Ministro de Francia'''
    1814 - 1815
    Sucesor:
    Duque de Richelieu

    Predecesor:
    Vacante
    Príncipe de Benevento
    1806 - 1815
    Sucesor:
    Abolido

    Predecesor:
    Charles Daniel de Talleyrand
    Jefe de la Casa de Talleyrand y Périgord
    1780 - 1838
    Sucesor:
    Charlotte de Talleyrand y Périgord de Woorlé

    Enlaces externos

    Notas

    1. ↑ [ talʁɑ ] o [ talɛʁɑ ]. Ver Jean-Marie Pierret, la fonética francesa y nociones históricas de la fonética general, Peeters, Louvain-la-Neuve, 1994 104.
    2. a la de Luis XVI, su padre fue el primer papel, el de Napoleón I, ocupó el cargo de Gran Chambelán, como se muestra en el cuadro de la coronación de David ), la de Carlos X es New Grand Chamberlain y, finalmente, la de Luis Felipe I er. XVIII Louis nunca fue coronado.
    3. De acuerdo con el título de una novela de Lesage, Le Diable Boiteux.
    4. Othon Arroniz (2000)Talleyrand:Historia de un Traición.
    5. Othon Arroniz (2000). Talleyrand: Historia de un Traición.
    6. Othon Arroniz (2000). Talleyrand:Historia de un Traición.
    7. Othon Arroniz (2000)Talleyrand:Historia de un Traición.
    8. Esta frase fue escrita por Alexandre Dumas padre en la novela del Caballero Hector de Sainte-Hermine.
    9. Esta frase fue escrita por Jean Orieux en la biografía histórica de Talleyrand.
    10. Esta frase fue pronunciada por Charles Maurice de Talleyrand en una Audiencia Pública, en 1809 tras que Napoleón Bonparte, en medio de su cólera por no poder probar la culpabilidad del diplomático, le insultase.
    11. a b Armorial de J.B. RIETSTAP - et ses Compléments
    12. Source : www.heraldique-europeenne.org
    13. Referencia vacía (ayuda) 
    14. Referencia vacía (ayuda)