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Revisión del 15:43 25 abr 2017

Violeta Parra del las rosas

Violeta Parra
Información artística
Género(s) Folclore chileno, canción de autor, canción protesta
Instrumento(s) Guitarra, Charango, percusión, Cuatro, Quena, Arpa
Tipo de voz Mezzosoprano
Período de actividad 1949-1965
Discográfica(s) EMI Odeón Chilena, Warner
Web
Sitio web Violeta Parra en SCD

Violeta del Carmen Parra Sandoval (San Fabián de Alico[1]​ o San Carlos,[2]4 de octubre de 1917-Santiago de Chile, 5 de febrero de 1967)[3][4]​ fue una cantautora, pintora, escultora, bordadora y ceramista chilena, considerada una de las principales folcloristas en América y gran divulgadora de la música popular de su país, a la que enriqueció con su obra. Es miembro de la prolífica familia Parra.

Su contribución al quehacer artístico y musical chileno se considera de gran valor y trascendencia. Su trabajo sirvió de inspiración a varios artistas posteriores, quienes continuaron con su tarea de rescate de la música del campo chileno y las manifestaciones constituyentes del folclore de Chile y América Latina. Sus canciones han sido versionadas por diversos artistas, tanto chilenos como extranjeros.

En conmemoración de su natalicio, el 4 de octubre fue elegido el «Día de la música y de los músicos chilenos».[5]

Biografía

Los primeros años

Casa donde, según la municipalidad de San Carlos, nació Violeta Parra. Monumento Histórico de Chile desde 1992.[6]

Hija del profesor de música Nicanor Parra Parra y de la campesina Clarisa Sandoval Navarrete, Violeta tuvo cinco hermanos y dos medio hermanos.

Existe controversia sobre su lugar de nacimiento. La Municipalidad de San Carlos afirma —en su sitio oficial y un cartel a la entrada de la ciudad— ser «la cuna de Violeta Parra»[2]​ y la casa ubicada en la calle El Roble #531-535 fue declarada monumento histórico en 1992 porque supuestamente allí nació la cantante.[6]​ En cambio, la familia de Violeta Parra no ratifica este dato y en el sitio de la Fundación Violeta Parra se afirma que la folclorista nació en San Fabián de Alico, localidad ubicada al interior de San Carlos.[1]​ Sin embargo, Isabel Parra, presidenta de la institución en honor a su madre, apoyó en 2013 la casa de San Carlos al afirmar que ella «será una sucursal de la fundación en el sur».[7]

Su infancia transcurrió principalmente en el campo. Entre 1919 y 1921, la familia residió en Santiago, pero regresó ese mismo año al sur, a Lautaro; después se trasladó a Chillán y finalmente se instaló en Villa Alegre.

Su madre se afanaba sobre la máquina de coser para cooperar a la mantención de la numerosa familia. Violeta sufría continuamente de enfermedades, incluyendo un ataque de viruela a los tres años. Mientras mejoraba, se divertía junto a sus hermanos en las aguas del vecino río Ñuble y en los aserraderos y barracas del sector.

Los niños revelaron precozmente su inclinación al espectáculo. Imitaban a los artistas de los circos que se instalaban en las proximidades del hogar. Se disfrazaban con atuendos de papel; Violeta y su hermano Lalo, cantaban a dúo y montaron varias representaciones por las que cobraban entradas a los niños. Violeta empezó a tocar la guitarra a los 9 años, mientras que a los 12 compuso sus primeras canciones.

Realizó los cursos primarios y estuvo un año en la escuela normal, que abandonó para trabajar en el campo y ayudar a su familia debido a que su padre enfermó gravemente. Los hijos de la familia lucharon por sobrevivir saliendo a cantar en restaurantes, posadas, circos, trenes, campos, pueblos, calles e incluso burdeles.

Llegada a Santiago

Edificio de la Escuela Normal de Niñas, donde estudió por un tiempo la cantautora.

Los problemas económicos se agravaron cuando el padre falleció en 1931 y, al año siguiente, Violeta se fue a vivir a Santiago invitada por su hermano, el futuro antipoeta Nicanor Parra, que estudiaba allí. Retomó los estudios en la Escuela Normal de Niñas, donde no se sintió a gusto, porque era el canto y no la escuela lo que le interesaba. Por eso, la dejó y comenzó a cantar en bares, quintas de recreo y pequeñas salas de barrio junto con su hermana Hilda, en un dúo de música folclórica llamado Las Hermanas Parra, con lo que tenía una fuente de ingresos.[8]

En 1935 su madre y hermanos llegaron a Santiago y juntos se instalaron en la comuna de Quinta Normal. En 1937 Violeta inició su carrera artística en el restaurante El Popular de Avenida Matucana #1080 —interpretando boleros, corridos, cuecas, rancheras y tonadas junto con sus hermanos Clara, Eduardo, Hilda y Roberto—; luego también en El Tordo Azul, ubicado enfrente. En ambos conoció a Luis Cereceda, empleado ferroviario de la Estación Yungay, con quien se casó un año después y tuvo dos hijos: Ángel e Isabel,[9]​ quienes se convirtieron en destacados músicos y adoptaron el apellido materno al ingresar en el ambiente artístico. El matrimonio —que vivió en Llay-Llay, Valparaíso y Quinta Normal—, no tardó en presentar inconvenientes, dado el carácter inquieto y lleno de distracciones de Violeta —cantaba en botes del puerto, se presentaba en radios y se había unido a un grupo de teatro—, que no se acomodaban al ideal convencional de esposa. Se separaron en 1948, pero antes, Cereceda, que militaba en el Partido Comunista, iniciaba a Violeta en la actividad política y ambos participaron ayudando en la campaña presidencial de Gabriel González Videla (1946).

En 1949, nació su hija Carmen Luisa Arce Parra y ese mismo año contrajo matrimonio con el padre de la niña, Luis Arce. En 1952, nació su hija Rosita Clara, quien falleció dos años después.[1]​ En la misma época, editó sus primeros discos junto con su hermana Hilda, para el sello RCA Victor. Se trataba de grabaciones en formato single de canciones populares chilenas, como «El Caleuche», «La cueca del payaso» y «La viudita». El dúo funcionó de manera constante hasta 1953.

A principios de la década de 1950, comenzó su extensa labor de recopilación de tradiciones musicales en diversos barrios de Santiago y por todo el país. En estas andanzas, conoció a diversos poetas, incluyendo a Pablo Neruda y Pablo de Rokha. Su hermano Nicanor la estimuló a asumir con personalidad propia la defensa de la auténtica música chilena, en contra de los estereotipos que hasta ese momento se manejaban. Es así como su repertorio —hasta entonces basado en boleros, cantos españoles, corridos mexicanos y valses peruanos— pasa a las canciones más tradicionales del campo chileno, que le permiten descubrir los valores de la identidad nacional como ningún otro artista lo había hecho antes.

Esta labor de recopilación está plasmada en más de tres mil canciones, reunidas en el libro Cantos folclóricos chilenos y sus primeros discos en solitario, editados por EMI Odeon.

Los primeros viajes

En 1953 grabó los exitosos sencillos «Casamiento de negros» y «Qué pena siente el alma», que se convirtieron en dos de sus canciones más conocidas. En 1954 mantuvo en la Radio Chilena el programa Canta Violeta Parra, y ganó el Premio Caupolicán a la folclorista del año,[10]​ lo que le valió una invitación para presentarse en un festival juvenil en Varsovia (Polonia). Aprovechó este viaje para recorrer la Unión Soviética y partes de Europa. Fue particularmente provechosa su estancia en París, ya que allí grabó sus primeros larga duraciónGuitare et chant: chants et danses du Chili (1956) y una serie de canciones grabadas que se editarían en diversas compilaciones posteriormente—, que incluían exclusivamente canciones recopiladas del folclore chileno. El éxito obtenido en Europa era inédito para cualquier artista chileno, y Violeta se llenó de inspiración y creatividad. Fue en París donde se enteró de la muerte de su hija Rosita Clara.

Regresó a Chile en 1957 y en noviembre se fue con sus hijos Carmen Luisa y Ángel a Concepción, contratada por la universidad penquista. Allí fundó, al año siguiente, el Museo Nacional del Arte Folklórico y posteriormente regresó a Santiago.

Cuatro discos suyos aparecieron en ese periodo —Canto y guitarra (1957), Acompañada de guitarra (1958), La tonada y La cueca (los dos últimos de 1959)— bajo la etiqueta de EMI Odeon, con varias de sus primeras composiciones. Acá asomaba la cantante preocupada de temas sociales («Yo canto a la diferencia»), la brillante constructora de décimas y composiciones poéticas («Verso por desengaño») y la musicalizadora de poemas («Cueca larga de los Meneses», de su hermano Nicanor). Los discos se grabaron con el mínimo acompañamiento de una guitarra de madera, y en la actualidad se encuentran descontinuados, al igual que su álbum editado en Argentina —donde se censuró su polémica canción social «Por qué los pobres no tienen»— y el álbum Toda Violeta Parra (1960).

Además, su actividad artística se diversificó: trabajó en cerámicas, pinturas al óleo y arpilleras, que presentó en las dos primeras ediciones de la Feria Chilena de Artes Plásticas (1959 y 1960).[10]​ Trabajó un tiempo en un museo de arte popular y folclórico que ella misma fomentó a crear en la Universidad de Concepción y luego viajó por casi todo Chile, ofreciendo cursos de folclore y recitales.

Estadía en París

En 1961 Violeta viajó a Argentina, donde vivió en General Pico y Buenos Aires y en junio se reunió en esta última ciudad con sus hijos Ángel e Isabel y su nieta Tita para embarcarse rumbo a Helsinki (Finlandia) para participar en el VIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Después, recorrió la Unión Soviética, Alemania, Italia y Francia, donde se instaló en París. Allí cantó en el Barrio Latino y dio recitales en Teatro de las Naciones de la Unesco, actuó en radio y televisión junto con sus hijos, bordó arpilleras e hizo esculturas en alambre.

Además de lanzar al mundo del disco a sus hijos Ángel e Isabel, bajo la denominación de Los Parra de Chile, continuó sus grabaciones con el LP Recordando a Chile, también conocido como Una chilena en París, que incluyó dos canciones compuestas y cantadas en francés, así como también otros temas muy importantes de su carrera, como «Paloma ausente» y «Arriba quemando el sol»; asimismo, en 1962 grabó para el sello Arión una serie de canciones editadas en diversas recopilaciones posteriores. Fue una etapa de gran nostalgia, tal como lo atestiguan canciones tan sentidas como «Violeta ausente».

En 1964 logró una marca histórica al convertirse en la primera latinoamericana en exponer individualmente una serie de sus arpilleras, óleos y esculturas en alambre en el Museo de Artes Decorativas del Palacio del Louvre,[10]​ en una muestra titulada "Tapices de Violeta Parra". También escribió el libro Poesía popular de Los Andes, y la televisión suiza filmó el documental Violeta Parra, bordadora chilena. En este periodo, forjó una firme relación con el antropólogo y musicólogo suizo Gilbert Favre, el gran amor de su vida —con el que vivió en Ginebra, compartiendo su tiempo entre Francia y Suiza—, y destinatario de sus más importantes composiciones de amor y desamor: «Corazón maldito», «El gavilán, gavilán», «Qué he sacado con quererte», entre muchas otras.

En esta época, surgieron sus textos más combativos: canciones como «Miren cómo sonríen», «Qué dirá el Santo Padre», «Arauco tiene una pena» y «Según el favor del viento» formaron la base de la corriente musical conocida como la Nueva Canción Chilena. Las canciones fueron recogidas en las numerosas ediciones de Canciones reencontradas en París.

El final

Tumba de Violeta Parra en el Cementerio General.

En junio de 1965, Violeta regresó a Chile. A fines de ese año, en la esquina de avenida La Cañada con Toro Zambrano en la comuna de La Reina,[4]​ instaló una gran carpa con el plan de convertirla en un importante centro de cultura folclórica, junto con sus hijos Ángel e Isabel y los folcloristas Rolando Alarcón, Víctor Jara y Patricio Manns, entre otros. Pese a su sueño de convertir la carpa en un referente para la cultura de Chile, la respuesta no fue muy motivadora y el público no la apoyó.

El final de su relación con Gilbert Favre, quien se marchó a Bolivia en 1966, originó una de sus canciones más conocidas, «Run Run se fue pa'l norte», y la dejó en un estado de ánimo muy vulnerable. Lo fue a ver a Bolivia y lo encontró casado —un mito urbano atribuyó la depresión de Violeta a un amor no correspondido por el cantante Pedro Messone, algo que él mismo ha desmentido haciendo notar la gran diferencia de edad de ambos; esta relación entre ambos habría sido hecha pública por la misma cantautora al declarar en una radio que había tenido un «hermoso idilio con él durante una gira al sur»; sin embargo, habría sido el músico uruguayo Alberto Zapicán y no Messone su última pasión—.[11]

Lanzado en 1966 y grabado junto con sus hijos y Alberto Zapicán, el disco Las últimas composiciones incluye sus himnos humanitarios «Gracias a la vida» y «Volver a los 17», además de otras canciones importantes y conocidas, como «El rin del angelito», «Pupila de águila», «Cantores que reflexionan» y «El Albertío». «Gracias a la vida» ha sido interpretada por artistas como Mercedes Sosa, Raphael y Pedro Vargas —en 1977, las autoridades de TVN prohibieron su triunfo en el programa La canción de todos los tiempos, en el que la interpretó Gloria Simonetti—, y «Volver a los 17», por Joan Manuel Serrat, Milton Nascimento, Franco Simone y muchos otros.

«Un día [Violeta Parra] me dijo:
—Me falta algo... No sé lo que es. Lo busco y no lo encuentro... Seguramente no lo hallaré jamás».
—Tito Mundt, periodista, «Lo que se llevó Violeta Parra», La Tercera, 8 de febrero de 1967, p. 3.[12]

Tras algunos intentos fallidos, Violeta Parra se suicidó[3]​ a los 49 años en su carpa de La Reina a las 17:40 del 5 de febrero de 1967.[4]​ Una capilla ardiente se levantó en su carpa[13]​ y su funeral se llevó a cabo dos días más tarde, cuando fue enterrada en un nicho de la galería 31 del Cementerio General de Santiago.[12]

Mientras que para muchos resulta paradójico que la autora de «Gracias a la vida», un himno a la existencia, se suicidara un año después de escribirla, otros críticos de su obra perciben en la letra, en el estilo de musicalización, en los tonos usados y en la monotonía de sus temas el reflejo de un estado de ánimo depresivo y una canción de despedida.[14]

Póstumamente, se le otorgó la medalla Gabriela Mistral en 1998.[10]

Obra

Discografía

Violeta publicó los siguientes álbumes durante su vida:

Violeta Parra dejó una gran cantidad de música inédita, que se ha ido conociendo después de su muerte. Sus Décimas autobiográficas (ya editadas en libro), que habían sido grabadas con voz de Violeta, fueron recopiladas en un LP editado por Alerce en 1976 (después ampliadas en Décimas y centésimas); Warner Music Chile sacó en 1999 el concierto que dio en Ginebra (Violeta Parra en Ginebra) y sus peculiares Composiciones para guitarra.

Un aporte importante a la música es el rescate de la tradición musical chilena por parte de Violeta: el canto a lo divino («El rin del angelito», «Verso por una niña muerta», por ejemplo), el lamento mapuche («Qué he sacado con quererte»), sus canciones nortinas, sin dejar de lado su gran sensibilidad social, como en «Mazúrquica modérnica», «Rodríguez y Recabarren» y «La carta», entre otras.

Exposiciones individuales

  • 1964: Exposición individual del cuerpo humano Louvre, París, Francia.
  • 1970: Recordando a Violeta Parra. Instituto Cultural de Las Condes, Santiago.
  • 2003: Óleos de Violeta Parra, Palacio Consistorial de la I. Municipalidad de Santiago, Santiago.

Exposiciones colectivas

  • Ferias de Artes Plásticas al aire libre, Museo de Arte Contemporáneo, Universidad de Chile, Santiago.
  • 1959: Exposición pictórica en Buenos Aires, Argentina.
  • Exposición en Ginebra, Suiza.
  • 2010 : voces se unen con la canción gracias a la vida por la tragedia que afecta a la zona centro sur de Chile.

Obras en colecciones particulares

  • Velorio de angelito, bordado sobre tela, 27 x 41 cm
  • La hija curiosa, óleo sobre madera, 36 x 46 cm
  • El machitún, óleo sobre madera, 31 x 46 cm
  • Contra la guerra, bordado sobre arpillera, 144 x 192 cm
  • Combate naval I, bordado sobre arpillera, 225 x 130 cm
  • El circo, bordado sobre tela
  • Árboles coloridos, óleo sobre madera, 46 x 23 cm
  • La cantante calva, 1960, bordado sobre yute natural, 136 x 46 cm
  • Leyendo 'El Peneca', 1965, óleo sobre madera, 51 x 73 cm

Legado artístico

Fundación Violeta Parra

Con el objeto de rescatar la figura y el legado de Violeta Parra, se creó la Fundación Violeta Parra en julio de 1991. Presidida por su hija Isabel Parra, busca «reunir, organizar y preservar su obra; proyectarla en Chile y en el exterior para que puedan acceder a ella estudiantes, artistas y público en general».

Museo Violeta Parra

El Museo Violeta Parra abrió al público el 6 de octubre de 2015, con varios años de retraso —en un principio, la inauguración debería haberse producido a fines de 2011— con el objetivo primordial de mostrar de forma permanente la obra de la artista. Diseñado por el arquitecto Cristián Undurraga, alberga sus arpilleras, óleos y obras en papel maché.[15]​ La colección consta de 48 obras, entre donaciones y comodatos, pero se exhiben «solo 23, divididas en los dos grandes temas de Violeta Parra: lo humano y lo divino».[16]

Ubicado en la avenida Vicuña Mackenna 37, en sus 1330 m² tiene, además de las salas dedicadas a la obra de Violeta, otros espacios para diversas actividades culturales, como talleres, conciertos y conferencias. La entrada es gratuita.[17]

Teatro y cine

Francisca Gavilán interpretó a Violeta en la película de Andrés Wood Violeta se fue a los cielos (2011).

En Buenos Aires se rindió homenaje a su vida con la obra teatral Violeta viene a nacer adaptación del libro Y ahora, la resucitada de la violenta Violeta del escritor y periodista argentino Rodolfo Braceli[18]​ interpretada por la actriz argentina Virginia Lago en 1993 y 1994.[19]

En 2011 Andrés Wood estrenó su película Violeta se fue a los cielos basada en el libro homónimo de Ángel Parra[20]​ y protagonizada por Francisca Gavilán.[21]​ La cinta ha ganado varios galardones entre los que destaca el Gran Premio Internacional del Jurado en el Festival de Sundance (enero de 2012).[22]

Música

Los hijos de Violeta, Ángel Parra (arriba, 2015) e Isabel Parra (abajo, 2006) han buscado mantener vigente la música de su madre.

Varias canciones han sido dedicadas a Violeta:

Su nieto Ángel Parra Orrego editó un disco con las anticuecas en 1994, y Tita Parra lanzó en 1998 una continuación de las décimas, con el título de Centésimas del alma.

Violeta Parra ha sido versionada por una innumerable cantidad de músicos chilenos, desde sus hijos Ángel e Isabel, Víctor Jara, Quilapayún, Illapu, Patricio Manns, Los Jaivas, Inti Illimani, (que, además de diversas grabaciones individuales de canciones de Violeta, ejecutó la obra de Luis Advis Canto para una semilla, musicalización de las Décimas autobiográficas). Un tributo rock producido por Álvaro Henríquez con la participación de artistas como Los Bunkers, Pettinellis, Lucybell, Javiera Parra (su nieta), Chancho en Piedra y Juanita Parra (baterista de Los Jaivas) que vio la luz en 2001 con el título de Después de vivir un siglo. Incluso baladistas populares como Myriam Hernández, Gloria Simonetti y Luis Jara han incorporado la música de Violeta en sus repertorios.

Fuera de Chile, y tanto en grabaciones como en vivo, Violeta Parra ha sido interpretada por destacados artistas

Asimismo, es mencionada en el tema «Canción protesta» (del disco Oye, 2006) de la banda colombiana Aterciopelados, dentro de las figuras más representativas del compromiso musical y social. El poeta, cantante y compositor español Joaquín Sabina le dedicó la canción «Violetas para Violeta», de su disco Vinagre y rosas (2008), una libre adaptación de «La carta», que también grabó junto con la argentina Mercedes Sosa en su disco Cantora, un viaje íntimo (2009). El cubano Silvio Rodríguez le escribió el tema «Carta a Violeta Parra», perteneciente a su disco Segunda cita (2010). Asimismo, su contemporánea, la compositora peruana Chabuca Granda le dedicó su canción «Cardo o ceniza».

Véase también

Referencias

  1. a b c Fundación Violeta Parra. «Cronología de Violeta Parra». www.violetaparra.cl. Consultado el 5 de febrero de 2012. 
  2. a b Municipalidad de San Carlos (s/f). «Biografía de Violeta Parra» (HTM). www.sancarlos.cl. Consultado el 5 de febrero de 2012. 
  3. a b «La folklorista Violeta Parra se suicidó de un balazo en la sien». El Mercurio de Valparaíso. 6 de febrero de 1967. p. 3. 
  4. a b c «Violeta Parra se suicidó». La Tercera. 6 de febrero de 1967. pp. 1-2, 15. «Se disparó un tiro en su carpa de La Cañada (meses atrás había intentado quitarse la vida). Trágico fin: De un tiro en la sien derecha se suicidó ayer [domingo 5], en su carpa de La Reina, la destacada folklorista y artista nacional Violeta Parra [...] Violeta Parra, de 49 años, se disparó un balazo de revólver en su carpa, a las 17:40 horas, situada en Avenida La Cañada esquina de Toro Zambrano, en la comuna de La Reina». 
  5. Sánchez, M. (3 de octubre de 2015). «Día de la música: Los panoramas para celebrarlo en todo Chile» (SHTML). La Tercera. Consultado el 4 de octubre de 2015. 
  6. a b Monumentos.cl. «Casa donde nació Violeta Parra» (ASP). Archivado desde el original el 25 de noviembre de 2015. Consultado el 2 de noviembre de 2012. 
  7. García, Javier (22 de marzo de 2013). «Isabel Parra: "El museo de Violeta lleva 20 años esperando"» (SHTML). La Tercera. Consultado el 22 de marzo de 2013. 
  8. Morales, Leonidas. «Conversación con Nicanor Parra sobre Violeta» (PDF). Consultado el 5 de febrero de 2012. 
  9. Redolés, Sebastián (s/f). «Violeta Parra en el barrio Yungay» (PHP). Consultado el 26 de agosto de 2015. 
  10. a b c d Agencia Informativa Orbe (5 de febrero de 2005). «Hoy se conmemoran 38 años de la muerte de Violeta Parra» (HTML). www.emol.com. Consultado el 23 de abril de 2017. 
  11. «Violeta Parra todavía se muere de amor (artículo publicado originalmente en 1967 en Siglo 20 de La Tercera (PDF). Consultado el 5 de febrero de 2012. 
  12. a b «Dolor de pueblo». La Tercera. 8 de febrero de 1967. pp. 1, 3 y 6. «Los funerales de Violeta Parra, efectuados ayer en la capital, concentraron el intenso cariño popular hacia la chilenaza artista de renombre mundial [...] El pueblo sepultó a su folklorista: El ataúd con los restos de la extraordinaria folklorista se perdió lentamente, tragado por la boca negra de un nicho en la Galería 31 del Cementerio General». 
  13. «Adiós a Violeta Parra». La Tercera. 7 de febrero de 1967. pp. 1 y 5. «Último adiós a Violeta Parra. Hoy se efectúan sus funerales: Capilla ardiente fue levantada en su carpa de La Reina». 
  14. Torres Alvarado, Rodrigo (enero-junio de 2004). «Cantar la diferencia.Violeta Parra y la canción chilena». Revista Musical Chilena (201): 53-73. doi:10.4067/S0716-27902004020100003. Consultado el 28 de diciembre de 2016. 
  15. Lennon Zaninovic, Maureen (27 de septiembre de 2015). «Se acabó la espera: Así será el Museo Violeta Parra» (HTM). El Mercurio. Consultado el 27 de septiembre de 2015. 
  16. Espinoza, Denisse (10 de octubre de 2015). «El rincón bordado de Violeta Parra» (SHTML). La Tercera. Consultado el 11 de octubre de 2015. 
  17. Troncoso, Constanza (9 de febrero de 2016). «Museo Violeta Parra permanecerá funcionando de manera gratuita» (SHTML). La Tercera. Consultado el 10 de marzo de 2016. 
  18. Braceli, Rodolfo. «Violeta viene a nacer» (HTML). Consultado el 5 de febrero de 2012. 
  19. «Dos videos de "Violeta viene a nacer"» (HTML). Consultado el 5 de febrero de 2012. 
  20. «Ficha y breve reseña del libro Editorial Catalonia». Consultado el 5 de febrero de 2012. 
  21. Martínez, Antonio (22 de julio de 2011). «El mundo Wood se expande con Violeta Parra» (HTM). Consultado el 5 de febrero de 2012. 
  22. La Segunda (29 de enero de 2012). «"Violeta" y "Joven y alocada" marcan histórico triunfo del cine chileno en Sundance». Consultado el 5 de febrero de 2012. 

Bibliografía

  • Echeverría, Mónica (2010). Yo, Violeta. Santiago: Plaza & Janés.  Biografía novelada
  • Montealegre Iturra, Jorge (2012). Violeta Parra. Instantes fecundos, visiones, retazos de memoria. Editorial Usach. Colección Grandes de Chile. 
  • Morales, Leónidas (2003). Violeta Parra: la última canción. Cuarto Propio.  Se pueden leer fragmentos del libro en Google Books
  • Parra, Violeta. Décimas. Autobiografía en verso. Sudamericana. ISBN 9789562620130. 
  • Parra, Ángel (2006). Violeta se fue a los cielos. Santiago: Catalonia. 
  • Parra, Isabel (1985). El libro mayor de Violeta Parra / Isabel Parra. Madrid, España: Ediciones Michay. ISBN 8485594126. 
  • Sáez, Fernando (1999). La vida intranquila: Violeta Parra, biografía esencial. Chile: Ediciones Radio U. de Chile. ISBN 9562620921. 

Enlaces externos