Usuario:Sageo/Laboratorio/Oficina 2

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Historia de Guayaquil
Puerto de Guayaquil de Ernesto Charton de Treville.
Woodes Rogers y sus piratas asaltan Guayaquil en 1709.
Iglesia de la Concepción de Gaetano Osculatti en 1846.
Malecón de Guayaquil en 1920.
Centro urbano de Guayaquil visto desde el cerro Santa Ana.

La historia de Guayaquil es la sucesión de los hechos acontecidos dentro del actual territorio guayaquileño, con la aparición de hechos aislados debido a la naturaleza geográfica de su región natural. Guayaquil, al igual que su provincia y región, ha sufrido radicales e importantes cambios de gobierno y de división territorial, con lo cual se puede clasificar su historia en cuatro partes: la era precolombina en donde comienza el proceso poblacional e integración de tribus aborígenes en la región, la era colonial desde los primeros asentamientos españoles hasta el crecimiento urbanístico, la era independentista que abarca la emancipación y un breve período autónomo, y la era republicana desde la creación de Ecuador en 1830.

Antes de la colonización europea en el continente americano, los territorios de la región en donde se ubica Guayaquil estaban habitados por diversas tribus de culturas que se habían establecido desde el período precerámico, alrededor de 5.000 y 7.000 a. C., evolucionando hasta tomar formas de naciones independientes a hasta el siglo XVI. Entre las principales culturas precolombinas estaban los huancavilcas, los cuales dominaron la región desde el siglo VII hasta poco después de la llegada de Colón a América. Sin embargo, existía la presencia de varias otras tribus en el área de la cuenca y delta del río Guayas, como los chonos y los punaes. Todas las culturas prehispánicas presentan muestras de comercio marítimo con otras culturas del litoral sudamericano (en el actual Perú) e incluso con pueblos centroamericanos (en el actual México). Tras el comienzo de la expansión del Imperio español en el actual territorio ecuatoriano, comenzó un proceso de conquista con el propósito de establecer una ciudad que sirva de puerto comercial en la Mar del Sur, lo cual se inició en 1534 y, tras varias reubicaciones y disputas con las tribus nativas del sector, terminó de establecerse en su actual asentamiento en 1547 bajo el nombre de Guayaquil.

Durante el dominio español, la ciudad se convirtió en uno de los principales puertos de América del Sur debido a su considerable crecimiento tanto demográfico como comercial. Pasó a convertirse rápidamente en uno de los mayores astilleros en servicio de la Corona española, en gran parte debido a las buena calidad de la madera que podía encontrase en los bosques de sus alrededores. Sin embargo, el gran auge que tuvo la ciudad se vio detenido continuamente por frecuentes asaltos de piratas y corsarios patrocinados por los reinos enemigos del Imperio español, especialmente los Países bajos e Inglaterra. Además, los constantes incendios saldaron la vida de grandes cantidades de personas, en parte provocado por la costumbre de construcción con materiales de fácil combustión. Otro de los problemas eran las pestes y epidemias causadas por enfermedades típicas del ambiente tropical. Políticamente fue sede del Corregimiento de Guayaquil con lo cual formaba una entidad territorial de la Real Audiencia de Quito, la cual a su vez cambió varias veces de estar integrada en el Virreinato del Perú al Virreinato de Nueva Granada. En 1764 tomó el grado de Gobierno político y militar por órdenes del rey Carlos III de España.

Tras casi tres siglos de dominio español, las primeras ideas independentistas empiezan a aparecer en las Américas, causando progresivamente el levantamiento en armas de varios pueblos en el continente. El 9 de octubre de 1820 se dio en Guayaquil un movimiento emancipador que depuso el gobierno español e instaló uno criollo encabezado por José Joaquín de Olmedo. Para noviembre de aquel año se instaló una asamblea donde los representantes del pueblo crearon la Provincia Libre de Guayaquil como estado soberano, redactaron su primera constitución, y acordaron crear un ejército libertador con el objetivo de independizar el resto de la Real Audiencia. Se efectuaron varias batallas frente a las tropas realistas para asegurar la independencia de la provincia y desplazarse hacia la serranía, también llegaron refuerzos colombianos al mando de Antonio José de Sucre, y el proceso terminaría a mediados de 1822 en la batalla de Pichincha. Luego de ello, Simón Bolívar anexó la Provincia Libre a la Gran Colombia vía manu militari, transformándose en un departamento de aquel país hasta su desintegración.

Desde 1830, Guayaquil pasó a formar parte de Ecuador, meses después de su creación. Los problemas políticos dominaron al gobierno por 15 años de administración floreana hasta el estallido de la Revolución marcista en la ciudad en 1845, impulsando un nuevo modelo civilista, aunque luego volvió al militarista. Después del período marcista, en 1859 comenzó el período del garcianismo que se desarrollaría en base a las medidas de tendencia conservadora, lo cual restó importancia económica a la ciudad, que también tuvo que soportar las pretenciones de invasión peruanas. Sin embargo, en 1895 inició en Guayaquil la Revolución liberal que impulsó a Eloy Alfaro al poder, tras lo cual se reactivó el comercio guayaquileño, brindandole mayor importancia política a la cúpula de empresarios y banqueros del litoral en gobiernos liberales sucesores, lo cual ayudaría a la ciudad a recuperarse rápidamente del Gran Incendio de 1896.

En el siglo XX, Guayaquil demostró un gran crecimiento económico y demográfico, debido en parte a la plutocracia auspiciada por los gobiernos liberales. Sin embargo, inició una fuerte depresión en 1920 debido a altas tasas de inflación y descenso de las importaciones que condujo a varias movilizaciones que obtuvieron por respuesta represión armada por parte de los gobiernos como la huelga general de 1922. Tuvo que soportar los efectos de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, y los estragos de la Guerra peruano-ecuatoriana de 1941 en la Batalla de Jambelí. La instauración de juntas militares en el poder a mediados de siglo, condujo a otra etapa de crisis política para Guayaquil, dicho período finalizó gracias al retorno a la democracia en 1979, sin embargo la inestabilidad política perduró hasta inicios del siglo XXI. Actualmente la tendencia política de derecha mayoritaria en la ciudad se enfrenta a las políticas de extrema izquierda por parte del gobierno central.

Era prehispánica[editar]

Debido a su geografía y al accidente geográfico marítimo más grande de la costa del Pacífico sur, y su Río Guayas vivieron en Guayaquil muchas culturas, cuyos vestigios o restos se han encontrado en dispersos lugares de la Provincia del Guayas. La historia de la ciudad en la Era Precolombina se clasifica en cuatro períodos:

Dentro de los cuales encontramos varias culturas que marcaron la historia precolombina de Guayaquil, las más importantes de estos son las culturas chorrera y huancavilca.

Era Colonial[editar]

La primera incursión española en el Golfo de Guayaquil fue sin duda la de Pizarro y sus hombres a fines de 1531.

Cuando Pizarro llegó al canal del Morro (el Yagual de ese entonces), viajando desde San Matero (Esmeraldas), había pasado ya por Jipijapa, Salango, Coloche y las tierras de Sumpa (Santa Elena).

En 1532 va Pizarro a la isla Puná donde, luego de un intento pacífico de acercamiento al cacique Tumbalá, se trenza en una sangrienta refriega de la que sale perdedor el cacique. Para abril de este año liberará a Tumbalá para dirigirse a Túmbez. En consecuencia, el primer vehículo aborigen con el que los galeones españoles se toparon fue la balsa.

Fabricadas para realizar tanto largas como cortas travesías, dueñas del Pacífico antes de la incursión del galeón, las balsas tuvieron una estrecha relación con Guayaquil y con su historia, no sólo por haber sido el principal medio de locomoción fluvial y marítimo de nuestros pueblos antiguos, sino porque, a más de esto, ellas mantuvieron un vínculo extremadamente importante con los habitantes de la región por muchísimo tiempo, al punto que luego de trescientos años de fundarse la ciudad, todavía eran parte del paisaje fluvial que presentaba el río. Pruebas de este hecho son los grabados de la expedición del que vino el sabio Humboldt, entre los que se incluyó uno de la famosa "balsa de Guayaquil".

Este encuentro entre dos culturas viejas, tan viejas como ricas en pasado, provocó una simbiosis en la que primó la aculturación de la más débil.

Débil no por carencia de logros ni gestas, sino por inferioridad en la calidad de los medio de disuasión primera de sociedades cuya evolución superaba en ciertos casos a la de las viejas monarquías europeas.

En todo caso fue este mestizaje el que originó nuestra actual cultura, dándole carácter e identidad propia a un conglomerado humano protagonista de muchos de los principales cambios tempranos que la humanidad ha experimentado en esta región del planeta.

Fundación de Santiago de Guayaquil[editar]

El 15 de agosto de 1534, Diego de Almagro, ante la amenaza de Pedro de Alvarado, asistido por Sebastián de Benalcázar se vio obligado a fundar en Liribamba la ciudad de Santiago de Quito. Trece días más tarde, el 28, por las mismas razones, funda la villa de San Francisco de Quito. La Real Cédula del 4 de mayo de 1534, establecía que, toda fundación debía reunir las condiciones requeridas por la conquista. Caso contrario, recomendaba su traslado a otro lugar que sí las cumpliese. Esto ocurrió en ambos casos: San Francisco fue trasladada al lugar donde hoy es el territorio de Quito, el 6 de diciembre de 1534 y mantuvo así el topónimo.

Escudo Colonial de la Ciudad de Guayaquil, creado por Diego de Urbina y utilizado hasta la Independencia de Guayaquil.

Santiago, fundación igual de inútil, fue trasladada a la Costa para facilitar la logística requerida para la conquista del norte quiteño. Sebastián de Benalcázar, autorizado por Pizarro remontó el Guayas, y la asentó en un lugar cercano a la boca del río Yaguachi sobre el río Amay (Babahoyo), y se la conoció como Santiago de Amay (1535). Asaltada e incendiada por los bravíos Chonos se mudó a la culata del río con el nombre de Santiago de la Culata (1536).

Nuevamente asolada, esta vez por la alianza de Chonos y Punáes, escapó a otro lugar y fue reconocida como Santiago de la Nueva Castilla (1537).

En recurrencia trágica se refugió entre los Huancavilcas, "gente de paz" (1542), pero nuevamente debieron huir, esta vez a la vera de un pueblo indígena llamado "Guayaquile" (1543). Desde entonces es Santiago de Guayaquil y guayaquileños sus habitantes.

A raíz de la muerte de Francisco Pizarro (1541), su hermano Gonzalo se rebeló contra la Corona. Los vecinos leales al rey dirigidos por el capitán Francisco de Olmos, el 6 de abril de 1547, ajusticiaron al pizarrista y teniente de gobernador Manuel de Estacio.

Temiendo retaliaciones construyeron grandes balsas, y, encabezados por los capitanes Olmos, Rodrigo Vargas de Guzmán y Toribio de Castro, 140 personas con su menaje cruzaron el río Amay. Y, el 25 de julio de 1547, día del apóstol Santiago patrono de la ciudad, atracaron en Las Peñas y asentaron la ciudad de la unión cimera de los cerros que hoy se conocen como Santa Ana y del Carmen.

A partir de entonces, luego de 13 años de trashumancia que parecía no tener final, cesan las luchas que un puñado de hombres sostuvo por aferrarse a su río como promesa de vida, movilidad y progreso. En el Acta del Cabildo celebrado el 24 de julio de 1781, el ayuntamiento dispone que el 25, día de la fiesta del Apóstol Santiago, también debía solemnizarse con el paseo del "Real Estandarte, en memoria de la conquista de la ciudad y su provincia".

Ciudad Nueva y Ciudad Vieja[editar]

La ciudad de Guayaquil, tuvo que soportar varios ataques piratas.

Luego de 1542, año en el cual el Capitán Diego de Urbina reconstruye Guayaquil en las faldas del Cerro Santa Ana, la urbe inicia un proceso de crecimiento sostenido, con breves intervalos, provocados por incendios, brotes de pestes o ataques de piratas.

Los 150 años que van desde esa fecha hasta 1692, año en que se inicia el traslado a Ciudad Nueva, se caracterizan por los siguientes acontecimientos:

Luego de 30 años, en 1572, la población había ascendido a 320 personas, que se registraron en actas; 25 casas, perfectamente habitables, y un hospital, que había sido fundado 8 años antes por Hernando de Santillán, primer presidente de la Real Audiencia de Quito.

Para 1582 ya está construida la iglesia Mayor y la de Santo Domingo. Un año después, se quema la ciudad y queda en escombros hasta el Hospital de Santa Catalina. En 1589 es diezmada la población por la viruela decidiendo su traslado un año después, a la cumbre del Cerro Santa Ana.

El nuevo siglo, o sea en los años 1600, encuentra a Guayaquil instalada sobre el Santa Ana, con su Iglesia Mayor y casas del Cabildo en el mismo sitio, así como la mayor parte de su población.

La iglesia de Santo Domingo y las nuevas de San Agustín y San Francisco, se construyen en las faldas del Carmen y se mantendrán en ese lugar hasta inicios del siglo XVIII en que las dos últimas se trasladarán a la "Ciudad Nueva". Para la primera década de 1600 ya se están construyendo en el astillero (en la Atarazana) barcos hasta de 400 toneladas.

La ciudad de Guayaquil, Plano del año 1741.

En 1620 la población ya es de 2000 personas, pero un incendio acaba con 84 casas. En 1624 el pirata Jacobo L'Heremite Clerk ataca la ciudad y destruye 2 templos, la cárcel y 20 casas; los habitantes rechazan dos veces el ataque, pero no pueden evitar el robo, el pillaje y el incendio del que hacen objeto a la urbe.

Las pérdidas ascenderán a más de 1,200,000 pesos. Para 1635 la ciudad se ha quemado nuevamente, y su población se redujo a 600 habitantes. En 1636 se quema el hospital y se lo reconstruyó 2 años después a la altura de la actual Plaza Colón y a un valor de 10.000 pesos. Esta construcción no será buena factura, pues no durará más de 25 años.

En 1650 se reconstruye la iglesia matriz en terrenos bajos y un año después se levanta el FORTÍN DE LA PLANCHADA. Para 1678 la población llega a 6,000 habitantes y algo más de 450 casas, 150 de la cuales son grandes.

La preocupación que generan los piratas hace que se levanten en 1680:

1.- Un largo muro de tierra de 1.50m de alto y a lo largo del estero de Villamar. 2.- Un castillo en la cima del Santa Ana al que nombran San Carlos. 3.- Un fuerte al que nombran Santo Domingo.

Un año después la ciudad esta invadida por los piratas Swan y David. En 1687 una nueva invasión, mucho más sangrienta, afecta a la ciudad, esta vez serán lo holandeses Grogniet, Picard y Hewit.

De 1688 a 1693 se inicia el proceso de traslado a lo que será Nueva Ciudad.

Incendios y Pestes[editar]

Los incendios en Guayaquil fueron tantos y tan continuos en ciertas épocas de la Colonia, entre los más terribles, dejando constancia de sus secuelas y las consecuencias que de ellos registra nuestra historia, tenemos:

  • 1583: Se pierde la mayor cantidad de casas.
  • 1592: Fue muy grande aun cuando se ignora el número de casas quemadas.
  • 1620: Se incendiaron 84 casas.
  • 1624: Es atacada e incendiada por el pirata Jacques L´Heremite Clerk.
  • 1632: Arden más de 100 casas, se pierden las mejores construidas hasta ese entonces (este incendio acaba el Guayaquil de la punta del Santa Ana). Milagrosamente se salva parte del archivo municipal.
  • 1636: Se quema lo poco que quedaba en pie incluyendo el hospital San Juan de Dios.
  • 1678: Se quema todo el barrio de las Peñas y otra vez el templo de San Francisco.
  • 1687: Los corsarios invaden Guayaquil y sin querer la incendian, al prenderse fuego en una barraca que ocupaban.
  • 1693: Se incendian 40 casas, lo que hace decidir a muchos vecinos su traslado a ciudad nueva.
  • 1707: Primer voraz incendio en Ciudad Nueva; se quemaron 130 casas y varias tiendas.
  • 1764: Se quemaron 200 casas principales, quedando sin hogar la octava parte de la población, para solo tres meses después, (el 10 de noviembre) incendiarse las 151 casas que conformaban el núcleo más importante de la ciudad.

Vale la pena recordar que Guayaquil hasta 1693 era una pequeña población que cubría los cerros Santa Ana y el Carmen y que no va más allá de la calle Loja, para percibir con claridad los brutales estragos que causaría cada incendio de los que aquí se nombrarán hasta el año mencionado.

Este gigantesco incendio, conocido como "El Fuego Grande" generó un gran éxodo, al punto que casi desplomó la ciudad (sólo quedaron algo más de 4,000 habitantes). La pobreza en que quedó sumida la ciudad tardó mucho en superarse.

  • 1804: Se quemaron cuatro manzanas y el Hospital San Juan de Dios.
  • 1812: Tres manzanas con valiosos edificios.

Las enfermedades y las epidemias fueron parte de los azotes que esta ciudad tuvo que soportar desde su más temprana edad. Al igual que con los incendios, las fechas más desastrosas de la historia guayaquileña, en lo que guarda relación con las enfermedades que la afectaron, son:

  • En 1564 llegó Don Hernando Santillán y le tocó observar el desolador cuadro de los enfermos de Bubas (sífilis) que se amontonaban para entrar en el Guayas debido a que se le atribuían a sus aguas, extraños poderes medicinales (según dicen, por la abundancia de raíces de zarzaparrilla). Esto generó la fundación por parte de Santillán, del primer hospital de la naciente Audiencia: "El Hospital de Santa Catalina".
  • En 1589 la viruela mata a las tres cuartas partes de la población. En 1667 es afectada la ciudad por una terrible epidemia que la diezmó considerablemente.
  • En 1709 una epidemia de fiebre amarrilla brota en la ciudad, contagiando a los piratas de la expedición de Rogers, quienes habían coincidido en invadir Guayaquil para esos días.
  • En 1740 aparece la fiebre amarrilla, o mal de Siam.
  • En 1786 la peste de la viruela (en este caso fue el sarampión), azota a la ciudad.

Piratas, el Imperio de la Calavera[editar]

William Dampierre "el pirata literario".

La importancia estratégica del puerto, sus astilleros y su envidiable ubicación como centro de acopio, hicieron de Guayaquil sitio obligado de saqueo por parte de algunos de los más temibles piratas de los siglos XVII y XVIII: Cavendish, en 1586; Jacques L'Heremite Clerk en 1624 y Swan, David y Dampierre, en 1684 no pudieron doblegar la heroica resistencia de los guayaquileños.

No sucedió lo mismo en 1687, año en el cual Grogniet, Picard y Hewit, al mando de 450 filibusteros, se toman la ciudad luego de encarnizada lucha en la cual murieron 70 guayaquileños y 114 piratas. El botín ascendió a más de 500,000 pesos, parte de los cuales fue generado por el rescate que se pagó por algo más de 800 personas raptadas por los piratas (en su mayoría mujeres) y que iban siendo liberadas a medida que se realizaban los pagos. Este ataque ha dado origen a incontables leyendas del Guayaquil colonial.

En 1709, 110 corsarios al mando de Woodes Rogers y Stephen Courtney (el famoso William Dampierre "el pirata literario", que ya había estado en Guayaquil integraba también el grupo), entran en Guayaquil y se presentan como "negreros", y al ver el miedo dibujado en el rostro de nuestro corregidor, Jerónimo de Boza y Solís, no sólo exigieron 40,000 pesos de rescate por dos rehenes que se llevaron, sino que se entregaron al pillaje durante cinco días, llegando a acumular 60,000 pesos en joyas y dinero a más de una enorme cantidad de víveres y objetos.

Comercio en la Colonia[editar]

En la Época Colonial, Guayaquil tuvo un lugar privilegiado en el comercio marítimo por la cual se hacían transacciones de producctos que llegarían de diferentes destinos para toda la Real Audiencia de Quito. Tres eran los principales destinos de los productos generados en los vastos territorios cultivados en la región de Guayaquil:

  • A Lima se exportaba: maderas, tabaco, alquitrán, jarcia y zarzaparrilla.
  • A México: básicamente cacao.
  • A Panamá y España: todos los productos negociados con Lima, más café, añil y azúcar.

El comercio guayaquileño tanto con Lima como con México, generaba para 1780 más del 60% de los ingresos percibidos por la Real Audiencia de Quito por concepto de exportaciones.

A Guayaquil entraban, en cambio: vino, aguardiente, hierro, ropa de castilla, pasas, higos, etc.

Astilleros de Guayaquil de la Colonia.

La abundancia de maderas útiles para la construcción; la existencia de gran cantidad de individuos en busca de trabajo (lo que abarataba la mano de obra) y la ubicación estratégica del puerto, permitieron que en Guayaquil floreciera uno de los astilleros más grandes e importantes de América en el siglo XVII.

La documentación más antigua relacionada con el tema es la firmada en 1547 por Diego de Vásquez, en la que, escribiendo a Gonzalo Pizarro desde la isla Puná, le sugiere que construya galeras para sus expediciones, y le puso los bosques de la ILSA y sus indios a entera disposición.

Guayaquil no sólo tenía astilleros dentro de la población (en el estero de Villamar; en la Atarazana), sino que en ocasiones la ciudad misma llegó a ser toda un astillero. Además, tuvo un importante centro de construcción y reparación de naves en la isla Puná. Tan importante, que fueron muchísimos los galeones ahí construidos, incluidas dos "capitanas reales" y una "almiranta" encargadas por el Marqués de Mancera el año de 1643.

Los astilleros guayaquileños no sólo se destacaron por ser una de las principales fuentes de ingresos para la región, sino que además fueron considerados por más de un siglo, lo más importantes de la costa del Pacífico.

Jurisdicción[editar]

Hasta 1717 el Corregimiento de Guayaquil formaba parte del Virreinato del Perú, hasta que por Real Cédula del 27 de mayo de 1717 se creó el Virreinato de Nueva Granada, al cual fue integrado el territorio de la suprimida Real Audiencia de Quito, a la cual pertenecía Guayaquil. Otra Real Cédula del 5 de noviembre de 1723 restableció la Real Audiencia de Quito y se la devolvió al Virreinato del Perú al haber quedado suprimido temporalmente el Virreinato de Nueva Granada. El 20 de agosto de 1739 fue restablecido el Virreinato de Nueva Granada incluyendo a Guayaquil. En 1761 el Corregimiento de Guayaquil fue transformado en el Gobierno de Guayaquil.

Por la Real Orden del 7 de julio de 1803 en lo militar la Gobernación de Guayaquil pasó a depender del Virreinato del Perú pero la administración mercantil de la ciudad continuaba bajo el Virreinato de Nueva Granada.

La historiografía peruana indica que mediante Real Orden del 10 de febrero de 1806 expedido por el Consulado de Cartagena de Indias y ante un reclamo del virrey de Nueva Granada expresó que sobre si la provincia de Guayaquil, a consecuencia de la agregación del Virreinato de Lima, debe depender en la parte mercantil de ese Consulado o del Lima, se ha servido S.M. declarar que la agregación es absoluta hecho que fue ratificado en 1808, así el Gobierno de Guayaquil dependió completamente del Virreinato del Perú.

La historiografía ecuatoriana indica que en 1815 la Gobernación de Guayaquil solicitó al Rey de España que la separe del Virreinato del Perú y la adhiera al Virreinato de Nueva Granada. Así el 23 de junio de 1819 el rey de España otorgó la petición de Guayaquil que sea adherida a la Audiencia de Quito y parte del Virreinato de Nueva Granada.

Independencia de Guayaquil[editar]

Movimiento Revolucionario[editar]

José de Antepara.

El 1 de octubre de 1820, José de Villamil y su amigo José de Antepara visitan la casa de los esposos Morlás, y luego de un tiempo de conversación, la hija del matrimonio, Isabelita, interrumpe, pidiendo que se haga una reunión o un baile. Villamil y Antepara ven en el pedido de la joven el pretexto perfecto para lograr a lo que con toda seguridad vienen hablando desde mucho tiempo atrás, esto es, darle forma a una revolución que acabe con dependencia de España.

La fiesta la organiza Doña Ana Garaycoa de Villamil, por indicaciones de su esposo y son invitados a ella algunas de las más destacadas familias del puerto, así como la oficialidad del batallón Granaderos de Reserva y tres integrantes del batallón Numancia que están de paso por Guayaquil; sus nombres: León de Febres Cordero, Luis Urdaneta y Miguel Letamendi.

Por la noche y luego de un tiempo de iniciada la reunión, el anfitrión reúne a los invitados que él y Antepara consideran vitales para el triunfo de la empresa, y se cuentan entre ellos, a más de los tres oficiales antes mencionados, Gregorio Escobedo, el doctor Luis Fernando Vivero, los jóvenes Francisco de Paula Lavayen, José Rivas, Manuel de J. Fajardo, José Correa y otros. El futuro de Guayaquil había comenzado a forjarse en denominada "FRAGUA DE VULCANO".

Después se reúnen en casa de Villamil tanto Escobedo como Peña, líderes del batallón "Granaderos de Reserva", y del de "Milicias", respectivamente, quienes ratifican su adhesión a la causa. Y aun cuando ven muy difícil que plieguen a favor de ella los del Escuadrón de Artillería y los del "DAULE", de caballería, pues sus jefes son españoles, no descartan la posibilidad de convencer a sus integrantes, mediante la intervención de los sargentos Álvarez Vargas y Pavón, simpatizantes de la causa.

Se busca un líder para la revolución, proponiéndose primero, los nombres del Coronel Jacinto Bejarano y del teniente Coronel José Carbo y Unzueta, para luego pensar en José Joaquín de Olmedo. Se eliminan los dos primeros por diversas y justificadas razones y se comisiona a Villamil para que lo visite.


El viernes 6 de octubre, Villamil conversa con Francisco Loro, condueño con Luzárraga de la goleta "Alcance" para que retrase un poco la partida de la nave a Panamá, a la espera del resultado de la acción que está por llevarse a cabo. Luego de la aceptación de Loro, visita a Luzárraga, a quien también le saca una respuesta afirmativa, pero sin decirle toda la verdad y para no herir, de ese modo susceptibilidades, ya que este es español.

Es así como le pide que retrase la salida para Loro, que es el capitán de la nave, pueda asistir a la recepción que dará en su casa el día 8, con motivo de festejar su nombramiento como Procurador General.

Al día siguiente el rumor de que el padre Querejasú de San Francisco ha alertado a Don Pascual Vivero de la revolución en ciernes, separa a los complotados en dos grupos; el primero partidario de realizarla lo más rápido posible, y el segundo, inclinado a esperar una ocasión más propicia, después de que se calmen los ánimos.

Al primer grupo pertenecía Febres-Cordero, quien una vez más será el que hará inclinar la balanza a su favor. Luego de la arenga, la revolución agilitó su marcha, y se decidieron a hacer una reunión final al domingo 8 en la casa de Villamil, por la tarde, aprovechando la recepción que ofrecía en ese día.

El 8 de octubre, todos los complotados se reunieron a las 4 de la tarde. Luego de hora y media se oye un toque de clarín que corresponde a la llamada de los oficiales de los Granaderos de Reserva. Escobedo dispone que el Capitán Vargas acuda al llamado, y él regresa con el respectivo informe.Luego de unos momentos se enteran de que se ha realizado una junta de guerra en casa del Gobernador Vivero, se resuelve la toma de medidas en caso de que los rumores tuvieran algún fundamento, por lo que se hará formar al escuadrón en el malecón. El ánimo desfallece, pues parece que los planes deberán cambiar sustancialmente. Los oficiales se dirigen al "GRANADEROS", y los tres del "NUMANCIA" se retiran para captar impresiones en la calle y volver.

Los temores se alejan al ver que el "Granaderos" se dirige al poco rato a su cuartel y Escobedo regresa donde Villamil a las 10 y 30 de la noche a hacerle saber que todo está listo y arreglado, que a las dos de la mañana se reunirán en su cuartel en el que se congregará una gran cantidad de adeptos a la causa. Al despedirse Escobedo le asegura a Villamil que el triunfo será total, añadiendo que no se derramará ni una gota de sangre, pues no habrá con quien pelear.

La Revolución del 9 de Octubre de 1820[editar]

Después de la Revolución del 9 de Octubre, los guayaquileños formaron un ejército para liberar al resto de la Real Audiencia, se llamó División Proctectora de Quito.

Para hacer una reseña sucinta y gráfica de lo que fue la revolución del 9 de Octubre, y apresar en nuestra mente la cadena de hechos que permitieron que Guayaquil amanezca libre la mañana de aquel lunes, es necesario aclarar los detalles siguientes:

La cantidad de efectivos militares apostados en la ciudad era de 1.500, distribuidos así:

  • 600 Batallón "Granaderos de Reserva"
  • 500 Escuadrón de Caballería "Daule"
  • 200 Batallón de Milicias Urbanas
  • 200 Brigadas de Artillería
  • 350 en las 7 lanchas cañoneras

Los oficiales que habían plegado a favor el movimiento eran:

  • Gregorio Escobedo e Hilario Álvarez del "Granaderos"
  • Damián Nájera de la Brigada de Artillería
  • José Peña del "Batallón de Milicias Urbanas"
  • Sargentos Vargas y Pavón del Escuadrón de Caballería Daule con lo que se tenía asegurado el 70% de los efectivos de la plaza.

Las maniobras, en consecuencia, debían propender a tomar el Escuadrón de Caballería Daule y la bodega de armas y explosivos de la brigada de artillería, anulando a la vez la capacidad de reacción de las tropas que acompañaban tanto a Joaquín Magallar, comandante del Granaderos, como a Benito García del Barrio, primer jefe del Batallón "Granaderos de Reserva". Por los hombres de las lanchas torpederas capitaneadas por Joaquín Villalba no se preocuparían, pues estaban desde el día anterior fuera del puerto, ya habría oportunidad de resolver este problema si coronaba con éxito la revolución. Y todo se dio tal como se había planificado.

La noche del 8 de octubre (madrugada del día 9), Febres Cordero y Nájera llevan con engaños al comandante Torres Valdivia a la casa del segundo con el pretexto de invitarlo a una partida de naipes. Una vez allí, se lo somete explicándole que fue la única forma de evitar que intervenga en contra el movimiento y que en vista de la estimación que le tenían, habían querido evitarle un peligroso enfrentamiento.

Febres Cordero se adueña de las llaves del parque, en poder de Torres Valdivia, dirigiéndose al Granaderos, de donde, con 50 hombres, irá hasta la Brigada de Artillería, y luego de sorprender y encerrar al oficial de guardia, se apodera del recinto. La tropa es formada, aclamando la causa revolucionaria.

Mientras esto sucede, Urdaneta con 25 hombres del Granaderos y nuevos jóvenes guayaquileños, más la complicidad de los sargentos Vargas y Pavón se toman el escuadrón de caballería Daule, no sin antes trenzarse en una balacera con Magallar y sus hombres, que al darse cuenta de lo que sucedía, intenta impedirlo, y muere en el encuentro.

Luego de esta acción, Urdaneta manda al Comandante Matías Tirapeguí, quien ha plegado a favor del movimiento, hacia la Batería de las Cruces, con la mitad del escuadrón de la Caballería, con el propósito de tomarla.

El último incendio se llevará acabo en la casa del coronel Benito García del Barrio, primer jefe del "ganaderos de Reserva" quien es apresado por el teniente Hilario Álvarez mientras dormía. Todo había transcurrido en algo más de 4 horas. Guayaquil veía el amanecer de un nuevo día, de una nueva aurora, o como el poeta José Joaquín de Olmedo dijo: "De una Aurora Gloriosa que anuncia Libertad".

República de Guayaquil[editar]

Provincia Libre de Guayaquil[editar]

Luego de la revolución independentista del Lunes 9 de Octubre de 1820, convocados por el Ayuntamiento de Guayaquil, 57 diputados representantes de todos los pueblos del nuevo Estado, eligierón a José Joaquín de Olmedo como Presidente de la Provincia Libre de Guayaquil, dictándose un "Reglamento Provisorio de Gobierno", que fue la Primera Constitución que regiría los destinos jurídicos del nuevo estado y cuyo primer artículo decía:

"La PROVINCIA DE GUAYAQUIL es libre e independiente; su religión es católica; su Gobierno es electivo; y sus leyes las mismas que regían últimamente, en cuanto no se opongan a la nueva forma de gobierno establecida".

La carta Fundamental de la Provincia entregó el poder a un triunvirato ingrado por Olmedo, Jimena y Roca. De inmediato se enviaron mensajeros a Bolívar y San Martín, del mismo modo que a las ciudades de la Sierra. Los revolucionarios guayaquileños estaban convencidos de que su primer objetivo debía ser la liberación de la serranía quiteña, sin la cual la propia independencia del naciente estado no podría estar segura. Así se forma la Junta Protectora de Quito.

División Protectora de Quito[editar]

Antonio José de Sucre llegó a Guayaquil con 700 hombres armados y equipados, y pidió ayuda para terminar la emancipación de los demás departamentos que conformaban la Real Audiencia y llevar la independencia a Cuenca y Quito, proceso que Olmedo apoyó de principio a fin y crea la Junta Protectora de Quito, para la cual se invadió a las tropas realistas establecidas allí, y finalizar la total emancipación el 24 de mayo de 1822 en La Batalla de Pichincha donde flameó la bandera de Guayaquil victoriosa junto a los estandartes del estado gran colombino.

Entrevista de Guayaquil[editar]

Hemiciclo de la Rotonda en Guayaquil, con el monumento a los Libertadores Simón Bolívar y José de San Martín terminado en 1938.

Según documentos históricos, en la Entrevista de Guayaquil, los dos libertadores trataron entre otros varios asuntos, sobre la manera de finalizar la guerra emancipadora en el Perú y sobre la forma de Gobierno que convenía a los nacientes Estados americanos. Mientras San Martín se inclinaba por un régimen monárquico, con caracteres constitucionales, Bolívar se mostró partidario de una república democrática.

La noche del 27 de julio de 1822, Bolívar agasajó a San Martín con un banquete del cual se retirarón discretamente los libertadores y se dirigieron hacia el muelle, donde se embarcó San Martín hacia el Perú.

Los partidarios de Olmedo, no vieron con buena fe la actitud de Bolívar, ya que en una carta enviada por éste al Gral. Santander, luego de la Batalla de Pichincha, expresó varios temas que degradaron el orgullo guayaquileño a tal punto de llamársele afeminada a la región, ya que Guayaquil se había independizado sin ayuda de él. En las cartas escribe:

  • "... no se puede permitir que Guayaquil se mantega independiente, triunfante e incendiaria con sus principios de egoísmo patrio".
  • "... Me propongo, a la cabeza del ejército aliado, entrar en Guayaquil y transigir los negocios de Colombia o con el gobierno o con el pueblo".
  • "... Renunciar a Guayaquil es implosible, porque sería más útil renunciar al Departamento de Quito"
  • "... El país de las fronteras con el Perú, es afeminado y nada militar..."
  • "... para que Guayaquil no sea capital del departamento y no tenga ninguna influencia en las provincias subalternas..."

La anexión obligada de La Provincia Libre de Guayaquil a la Gran Colombia, provocó el auto exilio de José Joaquín de Olmedo, quien en una conmovedora misiva le hizo conocer a Simón Bolívar su desacuerdo con las medidas adoptadas con su pueblo.

El 31 de julio de 1822, la ciudad de Santiago de Guayaquil declaró su anexión a la Gran Colombia y con ella también el resto de la agonizante nación guayaquileña.

La República de Guayaquil pasó a constituir el Distrito del Sur del estado colombiano junto con el Departamento de Ecuador con capital en Quito y el Departamento de Azuay con capital en Cuenca, bajo el nombre de Departamento de Guayaquil con capital en la Ciudad de Guayaquil.

Era republicana[editar]

La anexión obligada de La Provincia Libre de Guayaquil a la Gran Colombia, provocó el auto exilio de José Joaquín de Olmedo, quien en una misiva le hizo conocer a Bolívar su desacuerdo con las medidas adoptadas con su pueblo. El 31 de julio de 1822, la ciudad de Santiago de Guayaquil declaró su anexión a la Gran Colombia y con ella también el resto de la agonizante nación guayaquileña.

Al llegar San Martín al Perú se retiró al pueblo de Magdalena, en donde tenía una casa de campo. Acompañado por una pequeña escolta y un ayudante, esa misma noche, montado a caballo, se dirigió a Ancón, al norte de Lima. Era el 20 de setiembre de 1822, el mismo día de la instalación del Primer Congreso Constituyente de la República del Perú. En la madrugada del día 22 de setiembre, en el bergantín “Belgrano”, se embarcó rumbo a Valparaíso.

El Protectorado de San Martín fue sucedido por una Junta de Gobierno, integrada por el general José de La Mar, el comerciante Felipe Antonio Alvarado y el conde Manuel Salazar y Baquíjano. El Primer Congreso Constituyente promulgó el 12 de noviembre de 1822, la Primera Constitución Política de la República, de clara tendencia liberal. Fue una Constitución efímera; cuando llegó al Perú Simón Bolívar, el propio Congreso Constituyente, tuvo que suspender sus efectos para poder dar poderes dictatoriales a Bolívar.

Guerra entre la Gran Colombia y el Perú. Primer Bloqueo de Guayaquil[editar]

El primer conflicto internacional al que la naciente República de la Gran Colombia hubo de enfrentar fue contra el Perú, debido a que Perú ocupó militarmente por la fuerza, las provincias sureñas de Colombia (Guayaquil y Cuenca.

La declaratoria de guerra por parte de la nación grancolombiana se dio el 3 de julio de 1828, conllevando a ambos gobiernos a alistar sus fuerzas terrestres y navales. En lo que a la campaña naval respecta, el primer encuentro de este conflicto se produjo en agosto de 1828, cuando la corbeta peruana Libertad, al mando del capitán de corbeta Carlos García del Postigo, se hallaba en aguas internacionales frente al Golfo de Guayaquil, con la finalidad de controlar e interceptar las naves que entrasen o saliesen del puerto. El 31 de Agosto de 1828, las naves colombianas Pichincha y Guayaquileña atacaron a la corbeta peruana frente a Punta Mapelo, siendo las naves grancolombianas rechazadas y obligadas a retirarse con grandes pérdidas a bordo. Luego, las fuerzas peruanas establecieron el primer bloqueo a Guayaquil y sobre las costas grancolombianas desde "la frontera marítima a la altura del Rio Zarumilla(Tumbes)" hasta Panamá.

La escuadra peruana, al mando del vicealmirante Jorge Martín Guise, se dirigió a Guayaquil y realizó diversas incursiones antes de atacar las defensas de la ciudad, los días 22 al 24 de noviembre de 1828. En dicha acción las defensas Grancolombianas de Guayaquil fueron destruidas, sin embargo lograron anotarse un triunfo la noche del 23 al 24, al hacer encallar a la fragata peruana Presidente y las tropas Grancolombianas aprovecharon la situación para atacar a los marinos peruanos. Sin embargo, al amanecer, con el repunte del río, la fragata volvó a ponerse a flote, pero las tropas Grancolombianas lograron herir de muerte al vicealmirante peruano Guise, que falleció poco después. Sin embargo a Guise lo sucedió el teniente primero peruano José Boterín, quien continuó el asedio sobre Guayaquil, que finalmente se rindió el 19 de Enero de 1829.

Guayaquil permanecería ocupado por fuerzas peruanas hasta el 21 de Julio de 1829. Este conflicto concluiría tras la firma del Armisticio de Piura suscrito por el general peruano Gamarra el 10 de Julio del mismo año, siendo evacuadas las provincias de Guayaquil y del Azuay (Loja y Cuenca) de la totalidad de las fuerzas peruanas, pero aún quedaría pendiente la situación fronteriza con el Perú.

Los sueños de Simón Bolívar con la Gran Colombia habían fracasado, ya que continuas guerras, mal manejo de fondos, corrupción y otras causas llevaron al final del joven estado colombiano. Habiéndose separado el Distrito del Norte (Venezuela) de la Gran Colombia el 6 de enero de 1830, el Distrito del Sur también iniciaba el camino de la separación. El 12 de mayo de 1830, el Procurador General del Estado, doctor Ramón Miño, dirigía al Prefecto y Comandante General Juan José Flores, un oficio por el cual se hacía conocer la separación del Distrito del Sur de la Gran Colombia, para lo cual Flores aprobó la convocatoria de una Asamblea Popular para el día 13, realizándose ésta en Quito. En la cual se estableció entre otros:

"Que en ejercicio de su soberanía, se pronuncia por constituir un Estado Libre e Independiente, con los pueblos comprendidos en el Distrito del Sur y los más que quieran incorporarse, mediante las relaciones de naturaleza y la recíproca conveniencia".

Celebrada la Asamblea Popular en Quito y sentada el Acta de Creación, de la República autónoma y soberana, se mandaron emisarios a los demás Departamentos y ciudades dando a conocer tan magno suceso. El acta de Quito del 13 de mayo confió al Gral. Juan José Flores el rango de Mandatario Provisional con amplias atribuciones para la organización del naciente Estado.

El 19 de mayo, Santiago de Guayaquil mostró su adhesión a la naciente República del Ecuador. Más tarde Juan José Flores sería confirmado como el Primer Presidente del Ecuador y José Joaquín de Olmedo como Primer Vicepresidente.

Desde 1830 el Ecuador comienza en su vida republicana con un regimén llamado La Dominación Floreana, regimén que traería varias desgracias al país ya que en éste gobierno del Gral. Juan José Flores, el joven Estado sufre de malas administraciones, sublevaciones, masacres, y batallas civiles. Es así como el guayaquileño Vicente Rocafuerte toma la Presidencia del Ecuador, período donde la nación puede tomar un corto respiro de paz, y luego le sigue un segundo mandato de Flores.

El segundo gobierno de Flores no fue menos desagradable que el primero, incluso nuevos impuestos y nuevas leyes se crean exclusivamente para que Flores se quede con el poder por tercera vez. En esos momentos en Guayaquil estalla la Revolución Marcista.

La revolución marcista[editar]

La Revolución Marcista se dio en Guayaquil, como reacción contra los abusos y atropellos del Gral. Juan José Flores. Es la primera revolución auténticamente nacionalista que surge en la vida republicana del Ecuador, el 6 de marzo de 1845. Por su contenido y proyecciones, rebasó los límites del simple Golpe de Estado pues fue el origen de la autonomía nacional.

Gral. Juan José Flores.

Habiéndose reunido en Quito una Convención convocada por el Presidente Flores, éste le presentó un Proyecto de Constitución, que contenía muchos artículos inaceptables por el pueblo ecuatoriano, por que quería perpetuarse en el Poder. Además, la Convención de 1843 dio una ley por la cual todo hombre, desde la edad de 23 años hasta los 55, debería pagar todos los años 3 pesos y 4 reales al Fisco.

Tanto la nueva Constitución, como el impuesto de los 3 pesos con 4 reales, fueron recibidos con mucho desagrado por los pueblos, quienes, en efecto, dieron el nombre de Carta de Esclavitud a la primera y el de Tributo al segundo. En breve, el desconteto se hizo general, y la República se convirtió en un hervidero de insurrecciones, multiplicándose los tiroteos.

La Carta de la Esclavitud contenía entre otros, los siguientes artículos:

  • Para ser ciudadano se debía poseer una propiedad de 3000 pesos o una renta de 300 pesos.
  • El Presidente duraba ocho años en sus funciones, los Diputados cuatro años.
  • La Libertad de Imprenta quedaba tan restringida que se estipulaba castigos hasta para los vendedores de diarios impresos en el exterior.
  • El Presidente tenía amplias facultades: Elegía a los jueces; autoridades eclesiásticas y militares.

La Constitución de 1843 fue la base principal para que se haya dado la revolución marcista, según sus enunciados que alargaba la permanencia en el poder del Gral. Juan José Flores. Otro aspecto fue la contribución de 3 pesos y medio, que posteriormente hubo de ser suspendido y que costó la vida del ciudadano francés y naturalizado ecuatoriano Adolfo Klinger por tratar de imponer este impuesto en Cayambe.

Vicente Rocafuerte volvió al bando enemigo, y junto a otros revolucionarios como Roca, Olmedo, Elizalde, prepararon el término del floreanismo, movimiento que se dio en Guayaquil.

Diego Noboa.

Al amanecer del día 6 de marzo, el Teniente Coronel Ayarza y el General Elizalde se dirigierón al cuartel de Artillería con el propósito de tomarlo. Como el oficial de guardia se había comprometido de antemano, aquél fue tomado fácilmente. La bulla atrajo a muchos jóvenes notables y la gente del pueblo, quienes, conociendo de lo que se trataba, fueron a pedir las armas.

En breve el fuego revolucionario tomó proporciones considerables, y se trabó, por lo tanto, una lucha encarnizada entre los marcistas y los partidarios del Gobierno, lucha que duró cerca de una hora y que concluyó con la más completa victoria de los insurrectos marcistas.

Las fuerzas del gobierno estaban dirigidas por Carlos Wright. El Gobernador de Guayaquil renunciaba ante la junta que representaba la Soberanía del Pueblo. Al mismo tiempo se formaba un gobierno provicional dirigidos por tres guayaquileños:

La hacienda "Elvira" de propiedad de Flores, en Babahoyo, fue el fortín para los combates contra los revolucionarios. Los dos primeros enfrentamientos fueron desfavorables para los revolucionarios dirigidos por Elizalde. Un movimiento general en todo el país, iniciado en Manabí por Urbina en contra de Flores, fue la caída del Presidente Flores, que tuvo que capitular en la hacienda "La Virginia" de propiedad de José Joaquín de Olmedo, era el 17 de junio de 1845 cuando la Dominación Floreana llegaba a su fin.

La revolución liberal[editar]

Después de varios gobiernos, el Ecuador había madurado un poco, tras un largo período conocido como la Etapa Marcista, que surgió a raíz de la caída de Flores en la Revolución Marcista. Después de varios gobierno un nuevo régimen estaba por empezar: La Dominación Garciana

Gabriel García Moreno, Líder de los conservadores y Presidente del Ecuador.

La Dominación Garciana puso al conservadorismo en lo más alto de la política ecuatoriana, su máximo exponente fue Gabriel García Moreno, guayaquileño que dio ciertos poderes políticos a la Iglesia. La época de gobierno de García Moreno estuvo sujeto a varias sublevaciones como la de los liberales, por ejemplo el guayaquileño Pedro Carbo, o el Gral. Eloy Alfaro, e incluso poetas como Juan Montalvo. Después de dos gobiernos, Gabriel García Moreno es asesinado en las afueras del Palacio de Gobierno.

Con la muerte de Gabriel García Moreno, un nuevo período comienza: El Progresismo. Los conservadores, específicamente e la Sierra, siguen al poder y después de varios sucesos bochornosos, los liberales, que eran perseguidos, se alzarón en armas contra la dominación. Es así como en Guayaquil estalla la Revolución Liberal.

Las Montoneras fueron probablemente el más importante fenómeno de movilización social del siglo XIX republicano. Surgidas en el agro costeño a partir de 1825, tuvieron desde su inicio un carácter reivindicativo y de resistencia popular frente a las violencias cometidas por hacendados o autoridades del nuevo poder republicano.


El joven revolucionario manabita, llamado Eloy Alfaro, se convirtió desde la Época Garciana en un afamado insurgente liberal. Hijo de una familia de pequeños comerciantes, su voluntad, inteligencia y capacidad de mando le granjearon progresivamente el liderazgo del liberalismo, primero en su provincia y luego en toda la costa ecuatoriana. Llegando así a Guayaquil. Así, para mediados de 1882 se hallaba ya en capacidad de lanzar desde Esmeraldas una primera campaña militar contra la dictadura de Veintimilla, que lamentablemente fracasó.

Ello no fue óbice para los liberales ecuatorianos volvieran a la lucha a fines de ese mismo año y Eloy Alfaro fuese proclamado, en 1883, Jefe Supremo de Manabí y Esmeraldas, posición desde la cual contribuyó decisivamente el triunfo militar del movimiento nacionalista de "La Restauración" sobre la dictadura de Veintimilla. Más los revolucionarios liberales, triunfantes en el campo militar, fueron derrotados en el campo político por una coalición de hábiles políticos de gabinete, conservadores y liberales, que instauraron lo que se dio en llamar "Periodo Progresista". Con ello, el viejo régimen oligárquico logró un nuevo respiro, que habría de durar once largos años, durante los cuales se sucedieron los gobiernos de José María Plácido Caamaño, Antonio Flores Jijón y Luis Cordero.

El "Progresismo" logró nuclear a su alrededor a buena parte de la clase política ecuatoriana de entonces, pero el nivel decisorio quedó reservado a "La Argolla", nueva alianza oligárquica consolidada en el poder y de la que formaban parte solo algunas de las grandes familias propietarias, de Quito, Guayaquil y Cuenca. Ello explica que muchas otras familias poderosas de cada región, tanto conservadoras como liberales, combatieran activamente al "Progresismo".

Después de la denominada Venta de la Bandera, se multiplicaron las protestas y actas populares en todo los rincones del país. El Consejo Municipal de Quito, controlado por los conservadores, fue apresado en razón de sus reiteradas denuncias antigubernamentales. Entre tanto, los grupos radicales empezaron a utilizar nuevas tácticas de lucha: en febrero ensayaron una huelga general en Guayaquil, mientras en todo el país adquirían armas y se preparaban para la lucha, siguiendo la convocatoria hecha por Eloy Alfaro desde Managua.

Respondiendo al llamado del líder radical, el 12 de febrero se producía en Milagro el levantamiento armado de Pedro Montero y Enrique Valdez Concha, cuya montonera atacó el ferrocarril de la costa y se dirigió en él hacia el interior de la costa. El 17, Vinces proclamaba la Jefatura Suprema de Alfaro, mientras Las Montoneras se multiplicaban en toda la cuenca del Guayas y en Manabí. El 20, los conservadores insurreccionaban a la guarnición de Ibarra y proclamaban la Jefatura Suprema de Camilo Ponce, iniciando con ello la lucha en la sierra norte.

Acosado, el gobierno recurrió entonces a la censura de prensa y a una recluta general en los pueblos de la costa, provocando la fuga de los campesinos y su incorporación a Las Montoneras. Paralelamente, en la sierra central y norte se formaban columnas insurgentes liberales y conservadoras, que, operando coordinadamente, ponían en jaque a las fuerzas gubernamentales. El 9 de abril se insurreccionó Guaranda y una fuerza revolucionaria de liberales y conservadores venció a la guarnición oficial. Al día siguiente se insurreccionó en Quito el Batallón Flores, respaldado por fuerzas civiles conservadoras que vivaban a Camilo Ponce; combatiendo al frente de sus tropas, Cordero logró derrotar a los alzados, pero quedó políticamente desequilibrado. Mientras tanto, en la costa progresaba rápidamente la insurrección: se multiplicaban los pronunciamientos de los pueblos y Las Montoneras crecían en número y lograban sucesivos triunfos. Después de esta revolución Eloy Alfaro queda al mando del Ecuador.

Conflicto entre Ecuador y el Perú (1857-1860). Segundo bloqueo naval de Guayaquil[editar]

En 1857, el gobierno ecuatoriano suscribió un convenio para el pago de una deuda con acreedores británicos, dando en concesión territorios amazónicos en disputa con el Perú. Esto motivo que el presidente peruano de ese entonces, mariscal Ramón Castilla, ordene el bloqueo del golfo de Guayaquil, el mismo que fue llevado a cabo el 4 de Noviembre de 1858, por una escuadra al mando del contralmirante peruano Ignacio Mariátegui. Posteriormente, tras la victoria peruana, el caudillo ecuatoriano Franco y el presidente peruano Ramón Castilla firman el Tratado de Mapasingue declarando las concesiones británicas inválidas. Esto marca la segunda tomada de la ciudad de Guayaquil por fuerzas peruanas.

El incidente del congreso[editar]

Mientras tanto el general Robles luchaba con el parlamento para obtener las facultades extraordinarias y García Moreno se oponía. Robles hizo llamar a Urbina que estaba en Guayaquil, para ver si lograba convencer á los diputados y senadores y lo hubiera conseguido de no haber sido por la oposición de Pedro Moncayo. Al fin, fracasadas estas gestiones, Urbina abandonó el recinto con los Senadores Robles, Valverde y Andrade Fuente Fría, los diputados Joaquín Fernández de Córdova, Arcia, Murillo Otoya, Martínez, Velásquez, Ubillus y Martín de Ycaza Paredes y el doctor Camilo Ponce Ortiz, oficial mayor de la cancillería, que en esa sesión hizo las veces de ministro.[1]

El Gran Incendio de Guayaquil[editar]

El Gran Incendio de 1896 se inició a las 11 de la noche del 5 de octubre del año mencionado.

Era una de esas noches octubrinas en las que el viento corre con inusual fuerza haciendo danzar la copa de los árboles. Los preparativos para las fiestas habían iniciado con singular dedicación debido, principalmente, a que este año se realizaría en el edificio de la Gobernación una convención de la que saldría definido el nuevo estado Geopolítico de la nación, propuesto por el presidente Eloy Alfaro, y mediante el cual el país sería convertido en estado confederado.

La facción política conservadora veía con preocupación este intento descentralizador. Con los años venideros se comentaría mucho el tema y no serán pocas las lucubraciones que se hagan relacionando el incendio con la preocupación conservadora.

Se habó de un sabotaje al edificio de la gobernación iniciado en la manzana de enfrente, donde funcionaba el almacén de lencería denominado "La Joya", sin tomar en cuenta la dirección en la que el viento corría, posteriormente se enunciaron una o dos hipótesis más. Lo cierto es que jamás pudo descubrirse la causa real de este gigantesco flagelo.

En resumidas cuentas, el incendio que había comenzado casi a medianoche del día cinco, luego de una hora, había alcanzando proporciones colosales, principalmente gracias al fuerte viento del sudeste que esa noche corría. La compañía Salamandra fue la primera en llegar, pero solo para observar lo inmanejable del flagelo, pues ya cubría varias manzanas.

A las dos de la mañana ya eran varias bombas empeñadas en la lucha contra el fuego, entre ellas:

  • "La Salamandra No. 2"
  • "La Independencia No. 15"
  • "La Sucre No. 17"
  • "La Unión No. 3".

Esfuerzo inútil, pues el fuego lo devoraba todo insaciablemente. El incendio cogió varias direcciones: De este a oeste por la calle Aguirre; de norte a sur por el Malecón; y en dirección sudeste por la calle 9 de octubre.

Por la mañana del día 6 las tres lenguas de fuego se encontraron en la Plaza San Francisco y produjeron un infernal torbellino que calcinaba hasta las piedras y levantaba por los aires cuanta mercadería, muebles y objetos de valor habrían sido llevados a ese sitio para evitar su pérdida. A las 05H45 de la mañana las llamas devoraban las cúpulas de la Igleaia de San Francisco, desintegrando su reloj. Todo quedó en cenizas mientras el monumento de Rocafuerte veía pensativo consumirse la ciudad que lo vio nacer.

Guayaquil del Siglo XX[editar]

La extraordinaria obra de Alfaro, en la Revolución Liberal, de indudable proyección nacional ha sobrevivido y es la prueba fehaciente del valor de los ideales por los que luchó. Nada arredró jamás el Viejo Luchador. Pero los errores políticos luego de su segunda presidencia crearon un estado de fermentación social que acabó con él y con sus más cercanos allegados. Alfaro murió asesinado el 28 de enero de 1912 dejó una mancha negra en la historia de una nación que se pensaba había abandonado ya los tiempos de la barbarie.

Con la muerte de Alfaro, Leónidas Plaza toma el mando en un nuevo siglo, fue todo más pacífico y los liberales, con sede en Guayaquil continuarón en el poder con Alfredo Baquerizo, el cual procedió el saneamiento de la ciudad en donde a fiebre amarilla había sido endémica hasta entonces, como reflejo de que la burguesía guayaquileña era la fuerza dominante tras el enrequesimiento que le supuso el auge comercial durante la Primera Guerra Mundial. A esta breve época de prosperidad giguió sin embargo una muy fuerte depresión a mediados de los años 20, con altas tasas de inflación y descenso de las importaciones, cuando las plagas destruyeron la mayoría de las plantaciones de cacao.; consecuencia de la crisis fue la consolidación como nueva fuerza social de los trabajadores urbanos, organizados ya en sindicatos en Guayaquil: su revuelta más fuerte, con enfrentamientos armados, se saldó con varios cientos de muertos en noviembre de 1922.

Consecuencias de esto fue un golpe militar en 1925, luego dejando al liberal Isidro Ayora en poder. A raíz de esto Guayaquil, siguió su camino como eje principal del comercio del Ecuador, aunque tuvo que soportar los efectos de la gran depresión mundial de los años 30 cuando estalló la Segunda Guerra Mundial.

Guayaquil Actual[editar]

Nuevas tendencias políticas que se crearon en el Ecuador, tales como el Velasquismo y otros enfrentamientos bélicos con el Perú, dejaron a la ciudad con casi ninguna fuerza política, entonces se dedicó más al comercio llegando a ser considerada como la Capital Económica del Ecuador. Pero a raíz de esto Quito reactivó industrias y empezó a forjarse campo en la economía. En este campo y en lo político Guayaquil y Quito son rivales, liderando a tal punto que dejan atraá a otras ciudades que se pensaba surgirían rápidamente en la economía como Cuenca y Ambato.

Archivo:GuayaquilPerfilSageo.JPG
Santiago de Guayaquil es actualmente la ciudad más grande del Ecuador, además de ser el centro de la economía ecuatoriana.

Bibliografía[editar]

  • Diccionario Enciclopédico "Hachette Castell", Tomo II, Ediciones Castell, 1981.
  • Diario "El Universo", Varias Ediciones.
  • Correa Bustamante, Francisco José, Dr., "Guayas en sus manos", Editorial Justicia y Paz, 2002.
  • Holguín Arias, Rubén, Dr., "Estudios Sociales", Tercer Curso, Editorial Graba, 1997.
  • Holguín Arias, Rubén, Dr., "Estudios Sociales", Sexto Curso, Ediciones Holguín SA, 2003.
  • Carrillo de Landázuri, Rogelia, "El Libro del Escolar Ecuatoriano", Sexto Grado, Edimpres, 1997.
  • Avilés Pino, Efrén, "Historia del Ecuador", Fascículos, Diario El Universo, 2002.

Referencias[editar]

  1. Cita de la obra Ecuador profundo (tomo 2) «El incidente del congreso», del historiador Rodolfo Pérez Pimentel.

Véase también[editar]

Enlaces externos[editar]