Diferencia entre revisiones de «Lucifer»

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A pesar de que el [[judaísmo]] consideraba a Lucifer y a [[Satanás]] como dos entidades separadas, el [[cristianismo]] fundió ambos conceptos para identificarlos, sin más, con el [[Diablo]] (''[[Apocalipsis]]'' 12,9). Igualmente el [[gnosticismo]] considera a Satanás y a Lucifer dos personajes completamente diferentes, siendo el primero un terrible demonio y el segundo la sombra del logos, el divino tentador, el entrenador psicológico, aquel que pone a prueba al adepto para lograr la iniciación.
A pesar de que el [[judaísmo]] consideraba a Lucifer y a [[Satanás]] como dos entidades separadas, el [[cristianismo]] fundió ambos conceptos para identificarlos, sin más, con el [[Diablo]] (''[[Apocalipsis]]'' 12,9). Igualmente el [[gnosticismo]] considera a Satanás y a Lucifer dos personajes completamente diferentes, siendo el primero un terrible demonio y el segundo la sombra del logos, el divino tentador, el entrenador psicológico, aquel que pone a prueba al adepto para lograr la iniciación.


Una vez organizado el [[Cristianismo]] consideró a Lucifer y a Satanás, como la misma persona, solo que Lucifer es el nombre del "Príncipe de los demonios" como ángel antes de su caída; y el nombre de "[[Satán]]" o [[Satanás]], el que adopta después. Ya que "Lucifer" significa en latín "''portador de luz''", mientras que "Satán" es "''adversario''" en hebreo. Sin embargo también hay tradiciones que aún los nombran como entidades diferentes, indicando que Lucifer, Satanás y [[Belcebú]] conforman el [[triunvirato]] que gobierna al infierno y sus legiones.
Una vez organizado el [[Cristianismo]] consideró a Lucifer y a Satanás, como la misma persona, solo que Lucifer es el nombre del "Príncipe de los demonios" como ángel antes de su caída; y el nombre de "[[Satán]]" o [[Satanás]], el que dopta después. Ya que "Lucifer" significa en latín "''portador de luz''", mientras que "Satán" es "''adversario''" en hebreo. Sin embargo también hay tradiciones que aún los nombran como entidades diferentes, indicando que Lucifer, Satanás y [[Belcebú]] conforman el [[triunvirato]] que gobierna al infierno y sus legiones.


Por lo demás, Lucifer forma parte también del panteón de deidades [[vudú|vuduistas]], hecho éste que hace ostensible, una vez más, el carácter [[sincretismo|sincrético]] de este culto. En la [[Mitología guanche]] el demonio se llama [[Guayota]], el siempre maligno.<ref>[http://www.eldia.es/2009-08-23/CRITERIOS/3-Religion-guanche.htm Religión Guanche]</ref>
Por lo demás, Lucifer forma parte también del panteón de deidades [[vudú|vuduistas]], hecho éste que hace ostensible, una vez más, el carácter [[sincretismo|sincrético]] de este culto. En la [[Mitología guanche]] el demonio se llama [[Guayota]], el siempre maligno.<ref>[http://www.eldia.es/2009-08-23/CRITERIOS/3-Religion-guanche.htm Religión Guanche]</ref>

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El Ángel Caído (1877, Parque del Retiro, Madrid), obra de Bellver inspirada en El paraíso perdido de Milton.

Lucifer (del latín lux [‘luz’] y fero [‘llevar’]: portador de luz) es, en la mitología romana, el equivalente griego de Fósforo o Eósforo (Έωσφόρος) ‘el portador de la Aurora’ que proviene de la antigua dama oscura Luciferina.

En la mitología pagana

Este concepto se mantuvo en la antigua astrología romana en la noción de la stella matutina (el lucero del alba) contrapuesto a la stella vespertina o el véspere (el lucero de la tarde o véspero), nombres éstos que remitían al planeta Venus, que según la época del año se puede ver cerca del horizonte antes del amanecer o después del atardecer.

En la Biblia latina

Se utiliza dos veces:

En el Antiguo Testamento

La primera vez que se cita el nombre de Lucifer es en un texto del profeta Isaías (Is 14.12-14) de la Vulgata de San Jerónimo (siglo V), traducción que él hace de la Biblia, del griego (Nuevo Testamento) y hebreo (Antiguo Testamento) al latín, para designar a la palabra Lucero.

El término Lucifer significa "estrella de la mañana" o "lucero", y se refiere al Rey de Babilonia, quien se había exaltado a sí mismo por fama: Latín: "Quomodo cecidisti de caelo, lucifer, fili aurorae?! Deiectus es in terram, qui deiciebas gentes!, qui dicebas in corde tuo: 'In caelum conscendam, super astra Dei exaltabo solium meum, sedebo in monte conventus in lateribus aquilonis; ascendam super altitudinem nubium, similis ero Altissimo'" (Is 14.12-14)

Español: "¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! Has sido abatido a la tierra dominador de naciones! Tú que dijiste en tu corazón; 'Al cielo subiré, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión en el extremo Norte. Subiré a las alturas del nublado, y seré como el Altísimo." (Is 14.12-14)

En el Nuevo Testamento

En la versión latina el término Lucifer se refiere a Cristo mismo:

2 Pedro 1:19 "Tenemos también la palabra profética más permanente, á la cual hacéis bien de estar atentos como á una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana (Lucifer) salga en vuestros corazones" (Reina Valera 1909)

Por esta razón, los primeros cristianos cantan a "Lucifer" (Cristo), por ejemplo Carmen aurorae[1]​, y dio el nombre de "Lucifer" (Cristo) a sus hijos, por ejemplo San Lucifero, obispo de Cerdeña[2]

Lucifer en la tradición cristiana

Según la tradición Lucifera [o Luzbel] era un ángel muy hermoso que por soberbia se rebeló contra Dios, queriendo ser como Él, por lo que fue confinado al ámbito terrestre. Antes de la rebelión, Lucifer era un Arcángel, estaba por encima de todas las categorías de los ángeles ya que era el más hermoso de todos estos. El nombre Lucifer, sería lo que en una época habría sido el nombre que recibió de Dios en persona. Luego de su rebeldia, en la que arrastró a un tercio de los ángeles del cielo, ya no sería “portador de la luz” sino que sería llamado “adversario” (Satan significa "adversario-acusador).

No obstante, además del sentido grecolatino del término, Lucifer ya era identificado por la tradición veterotestamentaria con una estrella caída, ya que en el lenguaje bíblico las estrellas representan a los ángeles.

Por su parte el profeta Ezequiel (Ez 28.12-19) expresa:

"Hijo de hombre, entona una elegía sobre el rey de Tiro. Le dirás: Así dice el Señor Yahveh: Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, acabado en belleza. En Edén estabas, en el jardín de Dios. Toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el día de tu creación. Querubín protector de alas desplegadas te había hecho yo, estabas en el monte santo de Dios, caminabas entre piedras de fuego. Fuiste perfecto en su conducta desde el día de tu creación, hasta el día en que se halló en ti iniquidad. Por la amplitud de tu comercio se ha llenado tu interior de violencia, y has pecado. Y yo te he degradado del monte de Dios, y te he eliminado, querubín protector, de en medio de las piedras de fuego. Tu corazón se ha pagado de tu belleza, has corrompido tu sabiduría por causa de tu esplendor. Yo te he precipitado en tierra, te he expuesto como espectáculo a los reyes. Por la multitud de tus culpas por la inmoralidad de tu comercio, has profanado tus santuarios. Y yo he sacado de ti mismo el fuego que te ha devorado; te he reducido a ceniza sobre la tierra, a los ojos de todos los que te miraban. Todos los pueblos que te conocían están pasmados por ti. Eres un objeto de espanto, y has desaparecido para siempre."

Puede apreciarse que aunque el mensaje va para el rey de Tiro, se dice que era ‘querubín protector’, estaba en el Edén, pero luego fue “precipitado a tierra”... La soberbia fue lo que caracterizó todo el proceso de rebeldía. Satanás y los suyos pretendían asemejarse a Dios. Precisamente la soberbia es considerada como el más grave pecado (Salmos 18:14). De ella se derivaron todas las clases de perdición (Tobías 4:14). “Ciertamente la soberbia creará contienda…” (Proverbios 13:10; Habacuc 2:5).

Aun así, según algunos mitos hebreos no bíblicos (es decir, que no pertenecen al corpus de la Biblia propiamente dicha) Lucifer o Luzbel era un ángel muy hermoso que por soberbia se rebeló contra Dios, queriendo ser como Él, y fue expulsado del cielo por el ejército del Arcángel Miguel como castigo, junto con el ejército de ángeles rebeldes que arrastró consigo, siendo desde ese momento reconocido como un Ángel caído. Relatos que consecuentemente adoptaría el cristianismo:

"Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra." Apocalipsis 12, 3-4

A pesar de que el judaísmo consideraba a Lucifer y a Satanás como dos entidades separadas, el cristianismo fundió ambos conceptos para identificarlos, sin más, con el Diablo (Apocalipsis 12,9). Igualmente el gnosticismo considera a Satanás y a Lucifer dos personajes completamente diferentes, siendo el primero un terrible demonio y el segundo la sombra del logos, el divino tentador, el entrenador psicológico, aquel que pone a prueba al adepto para lograr la iniciación.

Una vez organizado el Cristianismo consideró a Lucifer y a Satanás, como la misma persona, solo que Lucifer es el nombre del "Príncipe de los demonios" como ángel antes de su caída; y el nombre de "Satán" o Satanás, el que dopta después. Ya que "Lucifer" significa en latín "portador de luz", mientras que "Satán" es "adversario" en hebreo. Sin embargo también hay tradiciones que aún los nombran como entidades diferentes, indicando que Lucifer, Satanás y Belcebú conforman el triunvirato que gobierna al infierno y sus legiones.

Por lo demás, Lucifer forma parte también del panteón de deidades vuduistas, hecho éste que hace ostensible, una vez más, el carácter sincrético de este culto. En la Mitología guanche el demonio se llama Guayota, el siempre maligno.[3]

Diferencias entre judaísmo, cristianismo e islamismo

La visión que tienen las tres religiones monoteístas de Lucifer varía tremendamente. Mientras que para los judíos Lucifer, Satán y Belcebú son tres entidades diferentes, Lucifer es un término metafórico para referirse al Rey de Babilonia en el Libro hebreo de Isaias Cap. 14, Satanás es un miembro de la Corte Celestial que ejerce como Procurador o Fiscal del Cielo, que asesora a Dios como una especie de acusador y Belcebú un idolo que se adoraba en la ciudad filistea de Ecrón en los tiempos del Reino de Israel. Los cristianos ven en Lucifer, Belcebú y Satán a la misma entidad; un ser demoniaco, malvado, el Ángel Rebelde que inició una revolución contra Dios en aras de derrotarlo y no someterse a su voluntad; solo que con diferentes nombres, pero una misma entidad. Para los cristianos, el Diablo es la personificación de toda la maldad del Universo, el origen de todo mal. En el Islam, el Diablo (Iblís) es sencillamente un djinn o genio malévolo, un espíritu de fuego, pero no un ángel pues los ángeles son incapaces de rebelarse según el Corán. Incluso el nieto de Iblís se convirtió al Islam según un hadice.

Yezidismo

Según varias religiones, Lucifer fue en un principio uno de los ángeles más bellos al servicio de Dios.

La religión nacional de Kurdistán, aún seguida por unos 200.000 individuos, es una religión que rinde culto a los ángeles, particularmente a Melek Taws, el Ángel Pavorreal que se supone es Lucifer y que, aunque según dicha religión, se rebeló contra Dios para darle a la Humanidad la sabiduría, Dios lo perdonó y restauró como su ángel predilecto.

Luciferismo

Para la tradición esotérica occidental, Lucifer es el dios del Fuego ó Portador de la Luz ó Sabiduría, y no es el Diablo ni Satán. Para los luciferinos y sus tradiciones esotéricas, Lucifer es la figura divina por excelencia, el verdadero dios espiritual de luz, opuesto al Demiurgo ó dios material, creador del universo físico (doctrina seguida por maniqueos, cátaros y gnósticos antiguos). Para muchos luciferinos la figura de Lucifer es la misma que se representa con diferentes dioses paganos como el nórdico Odín, el egipcio Thot, el griego Prometeo, el celta Cernunus y el etrusco Lupercus, etc. Diferentes tradiciones esotéricas occidentales son luciferinas como por ejemplo la Teosofía -la revista oficial de la Sociedad Teosófica llevaba por nombre Lucifer-, el gnosticismo, el rosacrucismo, la Orden Hermética del Alba Dorada, la Sohnschaft der Schwarzen Sonne (Hermandad Serranista del Sol Negro), todos los anteriores rechazan ser organizaciones satánicas y aseguran que el luciferismo y el satanismo no son la misma cosa.

Todos aquellos que conjugan las cualidades metafísicas y el conocimiento oculto del saber luciferiano, creen profundamente que en medio "de la maldad puede surgir la luz" . Y en lo que también se puede estar totalmente de acuerdo, es que Lucifer viene a ser el Portador de Luz, esto es, del logos; pero también viene a ser el arquetipo del supremo Rebelde, del primer separatista y autonomista universal, en aras de la libertad.

Véase también

Enlaces externos

Referencias

  1. At the Lighting of the Lamps: Hymns of the Ancient Church (9780819217172): John Anthony McGuckin
  2. San Lucifero
  3. Religión Guanche