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*[[Esquizocarpo]]: frutos parcialmente dehiscentes, pluricarpelar, originado de un ovario sincárpico, que al llegar a la madurez se descompone en porciones llamadas mericarpos, que pueden ser los carpelos o partes de los mismos. Pueden presentar carpóforos
*[[Esquizocarpo]]: frutos parcialmente dehiscentes, pluricarpelar, originado de un ovario sincárpico, que al llegar a la madurez se descompone en porciones llamadas mericarpos, que pueden ser los carpelos o partes de los mismos. Pueden presentar carpóforos
y el bebe se la chupa a pipe


==== Frutos carnosos ====
==== Frutos carnosos ====

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Partes del fruto
Partes del <a href="/wiki/Fruto" title="Fruto">fruto</a> en una drupa como el melocotón. Pincha en los nombres para navegar.SemillaPericarpioEndospermoEmbriónTegumentoSemillaEndocarpioMesocarpioEpicarpioPericarpio
Partes del <a href="/wiki/Fruto" title="Fruto">fruto</a> en una drupa como el melocotón.
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Partes del fruto en una drupa como el melocotón.
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En botánica, el fruto es el ovario fecundado de las plantas con flor. La pared del ovario engorda al transformarse en la pared del fruto y se denomina pericarpio, cuya función es proteger a la semilla. En las plantas gimnospermas y plantas sin flores no hay verdaderos frutos, aunque a estructuras reproductivas como los conos de los pinos, comúnmente se les tome por frutos.

Muchas plantas se cultivan porque dan ciertos frutos comestibles y a menudo fragantes, sabrosos y jugosos llamados frutas.

El fruto es otra de las adaptaciones, conjuntamente con las flores, que ha contribuido al éxito evolutivo de las angiospermas. Así como las flores atraen insectos para que transporten polen, también muchos frutos tratan de atraer animales para que dispersen sus semillas. Si un animal come un fruto, muchas de las semillas que éste contiene recorren el tracto digestivo del animal sin sufrir daño, para después caer -con suerte-- en un lugar idóneo para su germinación. Sin embargo, no todos los frutos dependen de su comestibilidad para dispersarse. Otros, como los abrojos, se dispersan aferrándose al pelaje de los animales. Algunos forman estructuras aladas para poder dispersarse con el viento, como los arces. La variedad de tipos de frutos ha que han desarrollado las angiospermas a través de su evolución les ha permitido invadir y conquistar todos los hábitats terestres posibles.[1]

Las partes de la flor luego de la fecundación

Los pétalos de la flor poseen una zona de abcisión en sus bases y se desprenden muy rápidamente de la flor una vez que ha ocurrido la doble fecundación. Por el contrario, los sépalos acompañan a menudo al fruto en su desarrollo, como por ejemplo en Physalis, donde el cáliz se dice acrescente ya que permanece hasta lamadurez del fruto y se desarrolla formando una envoltura inflada alrededor del mismo. El perigonio puede volverse carnoso como en las moras (Morus) donde, de hecho, constituye la parte comestible del fruto. Los estambres se marchitan rápidamente y caen, aunque pueden persistir más o menos largo tiempo alrededor del fruto. El tubo floral o el receptáculo pueden volverse carnosos como ocurre en muchos frutos de las rosáceas (manzana, pera, frutilla).[2]

En el caso de los frutos derivados de ovario ínfero, la porción extracarpelar recibe el nombre de clamidocarpo. En un cierto número de especies, otras partes de la flor o de la inflorescencia se asocian al gineceo para producir el fruto. Cuando las partes de la flor que persisten en el fruto no son concrescentes con él se llaman induvias.[2]

Las brácteas también pueden formar parte del fruto como en la nuez del roble (Quercus robur) y el avellano (Corylus avellana). Pueden participar las ramas de la inflorescencia como en el palito dulce (Hovenia dulcis), o el pedúnculo como en el fruto del cajú, Anacardium occidentale. La "castaña de cajú" que se consume tostada, es la semilla; el pedúnculo carnoso es comestible cuando fresco, se utiliza en Brasil para elaborar dulces, jugos, helados y licores.[2]

Cuando el ovario es súpero normalmente es este el que participa únicamente en la formación del fruto. Sin embargo, cuando es ínfero, suele haber otras estructuras florales implicadas. En el caso de los frutos derivados de ovario ínfero, la porción extracarpelar recibe el nombre de clamidocarpo. En un cierto número de especies, otras partes de la flor o de la inflorescencia se asocian al gineceo para producir el fruto. Cuando las partes de la flor que persisten en el fruto no son concrescentes con él se llaman induvias

Pared del fruto

Una naranja en corte transversal (arriba) y longitudinal (abajo). En la imagen de arriba se aprecia el exocarpo (de color anaranjado), por debajo de éste, el mesocarpo (de color blanco) que rodea al endocarpo formado por pelos jugosos.

En sentido estricto, el pericarpo es la pared del ovario luego de la fecundación; en sentido amplio puede abarcar también los tejidos extracarpelares asociados. Para salvar esa diferencia Katherine Esau acuñó la expresión "pared del fruto". Con sentido descriptivo, y sin relación con la ontogenia, la pared del fruto comprende tres capas: exocarpo, mesocarpo y endocarpo. El exocarpo o epicarpo es la parte externa del fruto, corresponde a la cara abaxial del carpelo y comprende la epidermis solamente, o la epidermis y los tejidos subyacentes. La superficie del exocarpo puede tener aspectos muy distintos. Puede ser lisa como en el morrón o pimiento (Capsicum annuum) o la cereza (Prunus avium; pruinosa (con ceras) como en la uva (Vitis vinifera) y la ciruela (Prunus domestica) o pilosa como en el durazno (Prunus persica). En los frutos con dispersión zoocora se pueden desarrollar pelos ganchudos o una cubierta pegajosa, como los pelos ganchosos o espinas ganchosas de Desmodium y Melilotus y las espinas del "chamico" (Datura ferox). El mesocarpo es la parte media y corresponde al parénquima del mesófilo del carpelo. Puede ser escaso como en los frutos secos, o carnoso como en el durazno o la berenjena (Solanum melongena). El endocarpo es la capa interna y corresponde a la superficie adaxial del carpelo. Rodea directamente a las semillas, sirve a menudo para la protección de éstas, y en algunos casos puede ser muy dura y de consistencia pétrea formando el llamado hueso (pireno) en los frutos de tipo drupa. También puede ser carnoso como en la uva, apergaminado como en las vainas de las arvejas (Pisum), pétreo como en la aceituna (Olea europaea) o con pelos jugosos como en los frutos cítricos (Citrus).[2]

La consistencia de la pared del fruto determina la asociación de los frutos en dos grupos básicos:[2]

  • Frutos secos, con pericarpo de estructura semejante al episperma. Pueden ser indehiscentes o dehiscentes, con una sola semilla (unispermados) o con varias semillas. En el caso de los frutos indehiscentes los tegumentos del óvulo en su mayor parte desaparecen o se funden con el pericarpo.
  • Frutos carnosos, en ellos interviene el pericarpo y a veces tejidos extracarpelares y también placentas. Son filogenéticamente más nuevos. Pueden tener una cáscara (histológicamente diferenciada) como la naranja, o no tenerla como el tomate.

Funciones del fruto

Solanum lycopersicum. Los tomates son un ejemplo de fruto llamado baya, aunque gastronómicamente no sea una fruta sino una verdura.

Cualquiera que sea su origen y aspecto, el fruto cumple tres funciones importantes:

  1. Contener y proteger a la semilla
  2. Contribuir dispersión de la semilla.
  3. Atraer animales que dispersan las semillas.

El fruto, además de proteger a las semillas en su desarrollo, tiene la misión de dispersarlas para ampliar el área de distribución de la planta. Los frutos aprovechan distintos mecanismos para desplazar a las semillas:[3]

  • Viento: las semillas pueden ser de un tamaño muy reducido o bien presentar apéndices a modo de alas o penachos de pelos para que el viento las arrastre, estos frutos se denominan anemócoros; las plantas que presentan este mecanismo se denominan anemocoras.
  • Animales: los animales se encargan de manera voluntaria o involuntaria de dispersar los frutos; las plantas que presentan este mecanismo se denominan zoocoras.
  • Agua: el fruto es dispersado por la lluvia o arrastrado por corrientes de agua; las plantas que presentan este mecanismo se denominan hidrocoras.
  • Autodispersión: la planta presenta adaptaciones mecánicas de propulsión de los frutos o las semillas; las plantas que presentan este mecanismo se denominan autocoras.


Existen plantas cuyos frutos son dispersados por más de un agente o vector (policoras) y también ocurre que en algunos casos la planta presenta diversos tipos de frutos (heterocarpia), como ocurre en los capítulos de algunas compuestas donde aparecen frutos de tipo aquenio con distinta morfología o con presencia o ausencia del vilano, permitiendo una dispersión más flexible y eficiente.


Evolución

La diversificación de las angiospermas en el Cretácico y en el Terciario estuvo acompañada por una explosiva diversificación en una cantidad de caracteres.[4]​ Por ejemplo, la rápida diversificación en los sistemas de polinización, la cual ocurrió de modo concomitante con la diversificación de los insectos.[5][6]​ No obstante, otras características reproductivas de las angiospermas, tales como la diversidad de los frutos y de las semillas, permanecieron relativamente estables durante el Cretácico.[7]​ Los primeros frutos de las angiospermas eran apocárpicos, con varios carpelos libres. Los frutos sincárpicos, provenientes de flores con carpelos fusionados entre sí, aparecieron recién hacia mediados del Cretácico Albiano-Cenomaniano), aproximadamente 97 millones de años atrás. Los frutos fósiles provenientes del Cretácico temprano al Cretácico Medio eran todos secos y no mostraban ninguna estrategia obvia para su dispersión.[5]​ Las drupas y las bayas, los clásicos frutos carnosos, aparecieron primero en el Cretácico Superior o a principios de la Era Cenozoica.[5]​ Según algunos autores la evolución relativamente rápida de una gran cantidad de tipos y tamaños de frutos en el Paleoceno (65 a 56 Ma) y en el Eoceno (56 a 35 Ma) estuvo asociada con el rápido desarrollo de las aves y de los mamíferos, los principales agentes encargados de la dispersión de las semillas y los frutos de las angiospermas actuales.[8]​ No obstante, si bien la proporción de frutos carnosos y presumiblemente dispersados por animales incrementó a través de todo el Cretácico, la frecuencia de frutos secos dispersados por el viento no disminuyó en forma reativa, sino que fluctuó durante el mismo período, mostrando incluso varios "picos" de frecuencias máximas. Esta observación llevó al rechazo de la hipótesis de que la evolución del tipo de fruto estaba asociada o inducida por la coevolución con los animales que dispersan las semilla y sugiere que las tendencias evolutivas en el tipo de fruto estuvieron inducidas por cambios climáticos y en la vegetación, los que ocurrieron aproximadamente en el límite entre el Cretácico y el Cenozoico.[7]

Las plantas con semillas grandes tienden a estar asociadas con hábitats boscosos húmedos y los climas más cálidos y cada vez más húmedos del Eoceno sustentaron el desarrollo de bosques con canopeos cerrados.[9]​ Esta modificación del clima, desde los ambientes secos del Cretácico que favorecian a las plantas con semillas más pequeñas hasta las extensas zoans boscosas húmedas que favorecían a las plantas con semillas más grandes, ha sido percibido com el factor predominante que indujo la evolución del tamaño de los frutos y de las semillas de las angiospermas como grupo.[7]​ Las plantas con semillas más grandes que eran favorecidas en los ambientes de canopeos cerrados de los bosques tenían una menor capacidad de dispersión de las semillas a menos que evolucionaran, secundariamente, mecanismos de dispersión por animales. La evolución de animales frugívoros, tales como murciélagos, aves y roedores, fue entonces un fenómeno secundario relacionado con la abundancia de semillas grandes como recurso alimenticio más que la causa principal del incremento en el tamaño de las semillas y de los frutos entre las angiospermas.[7]





[1] [2] [3]

Dehiscencia

Es el proceso de apertura espontánea del fruto para dejar salir las semillas. La dehiscencia puede producirse a través de orificios circulares o poros, o por medio de rajaduras longitudinales o transversales. Se distinguen distintos tipos:[10]

  • Sutural simple o ventricida: el fruto se abre a lo largo de la sutura carpelar. Por ejemplo en el folículo.
  • Sutural doble: el fruto se raja longitudinalmente a lo largo de la sutura carpelar y además a lo largo de la vena media del carpelo. Por ejemplo, la vaina o legumbre de las leguminosas.
  • Septicida: cuando la apertura ocurre por separación de las paredes carpelares que forman los septos, es decir los tabiques que separan los lóculos en frutos derivados de ovarios con placentación axilar. Por ejemplo, en Colchicum.
  • Loculicida o dorsicida: la rajadura se produce a lo largo de la vena media de los carpelos. Puede darse en frutos uniloculares (turneráceas, violáceas) o pluriloculares (Allium, Cupania, amarilidáceas, iridáceas). El fruto puede permanecer entero o se fragmenta en valvas, correspondiendo cada una a las mitades de dos carpelos contiguos; cuando la placentación es axilar, cada valva presenta el septo en su parte media.
  • Septífraga: cuando la rotura tiene lugar en los septos, sobre planos paralelos al eje del fruto. Las porciones internas y las semillas quedan unidas a una columna axial. Por ejemplo, Cedrela.
  • Placenticida: cuando el fruto se raja a lo largo de la parte media de las placentas, como en Gentiana.
  • Placentífraga: cuando el fruto se abre por medio de dos hendiduras paralelas, muy próximas a las placentas, como sucede en la silicua de las brasicáceas.
  • Poricida o foraminal: implica la formación de orificios para salida de las semillas. Ejemplo, el "conejito" (Antirrhinum majus) y la "amapola" (Papaver somniferum)
  • Circuncisa o Transversal: cuando se produce la separación de la parte apical de la pared del fruto a lo largo de una rotura transversal que afecta a todos los carpelos (pixidio). Portulaca es un ejemplo.
  • Biscida: cuando se combinan dos tipos de dehiscencia, como septicida y septífraga en las cápsulas de Rhododendron, o loculicida y septífraga como en las cápsulas de ovario ínfero de Iris domestica
  • Dental: cuando se forman algunos dientes por separación de una porción apical de los carpelos. Ejemplo, Silene italica.

Clases de frutos

Los frutos que posterior a su maduración conservan aún partes de la flor(es) se denominan "Frutos Accesorios". Ej. Punica granatum el Granado que conserva aún el cáliz.

Aquellos que incorporan otras parte que no son de la flor misma se denominan "Frutos Complejos". Ej. Ananas comosus (Ananá o piña), que incorpora el eje de la inflorescencia convirtiéndolo en parte de la infrutescencia. Los frutos que no contienen semillas viables se llaman "Partenocárpicos", Ej. Musa paradisiaca o cambur, Ananas comosus (Ananá o piña), entre otros.

Si el fruto proceden de un gineceo unicarpelar o pluricarpelar cenocárpico, se llaman frutos simples; si proceden de un gineceo pluricarpelar apocárpico, se llaman frutos múltiples o colectivos; si en la formación del fruto intervienen otros órganos florales, aparte de los carpelos, se llaman frutos complejos. Cuando a la madurez se abren de una forma determinanda para liberar las granas, se llaman dehiscentes; en caso contrario, indehiscentes. Cuando el mesocarpo es carnoso, se llaman carnosos; cuando es no carnoso, se llaman secos.

Frutos simples

Los frutos simples se desarrollan a partir de un solo pistilo, que puede ser mono o pluricarpelar pero siempre están fusionados, como por ejemplo las uvas, naranjas o el melón.

Frutos secos indehiscentes

Espigas con granos de trigo, un ejemplo de fruto llamado cariópside.

Los frutos simples indehiscentes secos son los frutos que maduran sin dar a luz a la semilla, es decir que no la liberan durante su maduración. Los frutos secos indehiscentes generalmente se originan de un ovario en el cual se desarrolla sólo una semilla, aunque puede haber más de un óvulo. El pericarpiod e unfruto indehsicente a menudo se asemeja a la cubierta seminal. La verdadera cubierta seminal en dichos frutos puede obliterarse hasta un grado considerable (como en el caso de as cipselas de las compuestas) o fusionarse conm el pericarpio (como en el cariopse de las gramíneas).

Derivados de ovario súpero
  • Aquenio: es un fruto seco, indehiscente, generalmente contiene una sola semilla (se dice uniseminado), con el pericarpio papiráceo o coriáceo, separado de la semilla. Procede de un gineceo uni o pluricarpelar cenocárpico. Ejemplos: Cyperus, Polygonum.

Varios tipos ecológicamente semejantes, son algunas diferencias morfológicas, se incluyen bajo esta misma denominación general, ellos son:

Derivados de ovario ínfero
  • Esquizocarpio: procede de un gineceo pluricarpelar sincárpico. Contiene muchas semillas. Este fruto se abre por las líneas de sutura de los diferentes carpelos dando lugar a los mericarpios. Ej. Malva rotundifolia (malva).
  • Nuez (fruto): procede de un gineceo uni o pluricarpelar cenocárpico. Contiene una sola semilla. Pericarpio leñoso no soldado a la semilla. Ej. Corylus avellana (avellano).
  • Núcula: parecida a la nuez y también monosperma, pero de pericarpio endurecido y normalmente pequeño. Ej. Rosmarinus officinalis (romero).
  • Cipsela: tipo de aquenio que proviene de un ovario ínfero pluricarpelar. Propio de las valerianáceas, dipsacáceas y asteráceas. Ejemplo, el "girasol" (Helianthus annuus). La cubierta seminal, derivada de un único tegumento, se dsorganzia y comprime excepto la epidermis externa que desarrolla gruesas paredes. La pared del fruto también se deorganiza considerablemnete y queda reducida a un tejido externo esclerosado y algo de parénquima.[11]
Aquenios protegidos

Frutos secos dehiscente

Vaina de guisantes, un ejemplo de fruto legumbre (aunque gastronómicamente es una verdura).

La dehiscencia es la cualidad de abrirse solo, así que cuando llega la hora de la maduración los frutos simples dehiscentes se abren a lo largo de líneas o suturas definidas para permitir la liberación de las semillas. Lo contrario es indehiscente.

  • Folículo: procede de un gineceo unicarpelar. Se abre por la línea de sutura ventral. Ej. Delphinium (espuela de caballero).
  • Legumbre: procede de un gineceo unicarpelar. Se abre en dos valvas, por la línea de sutura ventral y también por el nervio central. Ej. Spartium junceum (retama).
  • Cápsula: procede de un gineceo pluricarpelar cenocárpico, paracárpico o sincárpico (en este último caso se llama caja). Puede presentar diversos tipos de dehiscencia. Ej. Papaver somniferum (adormidera).
  • Pixidio: similar a la cápsula, Hyoscyamus albus (beleño blanco)
  • Silicua: variando de cápsula que procede de un gineceo bicarpelar paracárpico, pero con un falso tabique placentario que divide el ovario en dos lóculos. Fruto doble de largo que de ancho; dehiscencia en dos valvas. Ej. Diplotaxis erucoides (oruga blanca).
  • Silícula: parecidos a la silicua, pero menos de dos veces más largo que ancho. Ej. Alyssum maritimum (cabezas blancas).
  • Esquizocarpo: frutos parcialmente dehiscentes, pluricarpelar, originado de un ovario sincárpico, que al llegar a la madurez se descompone en porciones llamadas mericarpos, que pueden ser los carpelos o partes de los mismos. Pueden presentar carpóforos

Frutos carnosos

Los frutos carnosos.al igual que los secos,pueden derivar de un gineceo monocarpelar o multicarpelar. Sus paredes pueden consistir del pericarpio o del pericarpio fusionado con los tejidos extracarpelares. La parte más interna o la más externa o bien la totalidad de la pared del fruto pueden volverse carnosas por diferenciación del parénquima blando o suculento. Pueden también convertirse en carnosas otras partes además de la pared del fruto como, por ejemplo, las placentas y los tabiques de los ovarios multiloculares. Desde un punto de vista evolutivo, los frutos carnosos se consideran relativamente más recientes que los frutos secos.[12]​ De acuerdo con este concepto, la parte carnosa fue originalmente una excrecencia de la capa interna del pericarpio, la cual penetraba entre las semillas dentro del lóculo. Luego, el pericarpio entero se convirtió en un tejido carnoso, que reserva nutrientes, y que actua como un agente atractivo para que los animales lo consuman y dispersen las semillas que contienen.

Quinotos entero y mitad, ejemplos de fruto hesperidio.
  • Drupa: procede normalmente de un gineceo unicarpelar y a veces pluricarpelar cenocárpico. Contiene una sola semilla. Mesocarpio carnoso y endocarpio pétreo. Ej. Olea europaea (olivo).
  • Baya: procede de un gineceo uni o pluricarpelar cenocárpico. Contiene una o diversas semillas. Todo el pericarpio es carnoso. Ej. Solanum lycopersicum (tomatera).
  • Hesperidio: baya modificada en la cual el epicarpio tiene glándulas y es rico en esencias, el mesocarpio es carnoso pero seco y el endocarpio membranoso. Ej. Citrus aurantium (naranjo amargo).
  • Pepónide: baya modificada con el epicarpio grueso y duro. Ej. Solanum melongena (berenjena)

Frutos agregados

Frambuesas, ejemplo de polidrupa.

Los frutos agregados se desarrollan de una sola flor multicarpelar o con varios pistilos que están libres, por lo que en la misma flor se forman frutos independientes pero juntos.

  • Polifolículo: cada carpelo da un folículo y se origina un conjunto de frutos polispermas y secos. Ej. Helleborus foetidus (eléboro fétido).
  • Poliaquenio: cada carpelo da un aquenio y se origina un conjunto de frutos monospermas y secos reunidos en un receptáculo plano, cóncavo o convexo. Ej. Ranunculus bulbosus (ranúnculo bulboso).
  • Polidrupa: cada carpelo da una drupa y se origina un conjunto de frutos monospermas y carnosos. Ej. Rubus ulmifolius (zarza).
  • Cinorrodon: polinuez en que las nueces provienen de carpelos cerrados en un receptáculo cóncavo. Ej. Rosa canina (escaramujo).

Frutos múltiples

Fresas, un ejemplo de fruto llamado eterio.

Los frutos complejos están formados por otros órganos de la flor aparte de los carpelos o pistilos.

También llamados frutos colectivos, en los que todas las flores de una inflorescencia participan en el desarrollo de una estructura que parece un solo fruto pero que en realidad está formada por muchos frutos. En ocasiones participan otras partes de la flor o incluso el mismo eje de la inflorescencia en su desarrollo, por lo que son frutos complejos. ej.Artocarpus altilis

  • Sorosis: Eje de la inflorescencia cilíndrico, carnoso, con brácteas persistentes, frutos reunidos y soldados entre sí. además es particular por tener una estructura vegetativa en el eje de la inflorescencia. Ej. Ananas comosus (Ananá o Piña).
  • Sícono: Inflorescencia o seudofruto constituido por un receptáculo carnoso en forma de copa que encierra las flores.

Pseudofrutos

  • Pomo: fruto formado de un ovario ínferior, con la porción externa proveniente del receptáculo floral; el endocarpio es coriáceo, el desarrollo carnoso proviene del hipanto y no del ovario en sí por lo que es un pseudofruto. Ex.: Malus x domestica (manzano).
  • Eterio: poliaquenio en que los aquenios se disponen sobre un eje muy desarrollado y carnoso. Ej. Fragaria vesca (fresa salvaje).

Crecimiento y desarrollo

La transformación del ovario en fruto involucra una serie de cambios fisiológicos que aun hoy no son del todo conocidos. Las fitohormonas desempeñan un papel muy importante en el desarrollo del fruto. Los granos de polen contienen auxinas que estimulan directamente el crecimiento de los ovarios o inician una cadena de reacciones que causan un aumento en la concentración de auxinas en el tejido ovárico, lo que estimula su crecimiento del ovario. Otro cambio fisiológico que ocurre es la translocación de nutrientes desde otras partes de la planta a los tejidos ováricos, acumulándose algunos de ellos en los tejidos del ovario, mientras que otros lo hacen directamente en la semilla en formación. Tales nutrientes incluyen azúcares, aminoácidos y proteínas solubles. La cantidad de azúcares aumenta durante el desarrollo temprano de ciertos frutos, como los granos de maíz y trigo, y luego va decreciendo a medida que los azúcares se convierten en almidón. En los aguacates y las aceitunas, grasas y aceites se acumulan en grandes cantidades en los tejidos en crecimiento. La acumulación de agua es a menudo muy grande en los frutos carnosos, tales como los tomates; en otros, como los frijoles y las nueces, el contenido de agua del fruto disminuye marcadamente al llegar a la madurez. Simultáneamente con estos cambios, se produce a menudo un cambio en la pigmentación. En los tomates, por ejemplo, la clorofila desaparece y es reemplazada por pigmentos carotenoides al acercarse los frutos a la madurez. En ciertas variedades de ciruelas y uvas, se acumulan a medida que la maduración progresa, pigmentos antociánicos, que son los que confieren a dichos frutos sus colores característicos. Los procesos fisiológicos que tiene lugar en las ultimas etapas de la maduración del fruto, se conocen aún menos que los que contienen lugar en las etapas tempranas del desarrollo. Se descubrió que el etileno, un gas, acelera la madurez de los cítricos y de otras clases de frutos, descubrimiento que no tardó en aplicarse en forma práctica a la maduración comercial acelerada de los frutos verdes, mediante almacenamiento breve de tales frutos en cámaras que contenían una concentración muy baja de etileno. En fecha reciente se han demostrado que los frutos que maduran normalmente, al igual que las partes florales, las hojas y otros órganos de la planta, producen etileno en cantidades diminutas. Así, pues, la llamada “maduración artificial” de frutos mediante tratamiento con etileno no es más, al parecer, que la aceleración de un proceso de maduración fisiológico normal.[13][4][5]

Frutos sin semillas

En el crecimiento del ovario para formar un fruto intervienen los denominados reguladores de crecimiento: auxinas, giberelinas, citocininas, etileno. La auxina es formada por el grano de polen y por el cigoto. La mayoría de los frutos implican la formación de semillas, pero ciertas plantas pueden producir frutos sin que ello ocurra. Estos frutos se llaman partenocárpicos: bananas, higos, naranjas de ombligo. El fenómeno se debe a que se forman hormonas de crecimiento espontáneamente o a consecuencia de la polinización que actúa como estímulo. Se ha logrado producir melones, ananás y tomates sin fecundación previa con la inyección de auxinas al ovario.[2]

Véase también

Referencias

  1. Audesirk, T. G., B. E. Byers, H. J. Escalona García, R.L. Escalona García. 2003. Biología: la vida en la Tierra. Pearson Educación, ISBN 970-26-0370-6, 9789702603702, pag. 423.
  2. a b c d e f González, A.M. «Fruto, características generales». Morfología de Plantas Vasculares. Argentina: Universidad Nacional del Nordeste. Consultado el 10 de mayo de 2009. 
  3. Francisco José García Breijo. Frutos: dispersión. Botánica. Universidad Politécnica de Valencia.
  4. Friis EM, Chaloner WG, Crane PR. (eds) 1987. The origins of angiosperms and their biological consequences. Cambridge: Cambridge University Press.
  5. a b c Friis EM, Crepet WL. 1987. Time of appearance of floral features. In: Friis EM, Chaloner WG, Crane PR, eds. The origins of angiosperms and their biological consequences. Cambridge: Cambridge University Press, 145–179.
  6. Wing SL, Boucher LD. 1998. Ecological aspects of the Cretaceous flowering plant radiation. Annual Review of Earth and Planetary Sciences 26, 379–421
  7. a b c d Eriksson O, Friis EM, Löfgren P. 2000. Seed size, fruit size, and dispersal systems in angiosperms from the early Cretaceous to the late Tertiary. American Naturalist 156, 47–58.
  8. Tiffney BH. 1984. Seed size, dispersal syndromes, and the rise of the angiosperms: evidence and hypothesis. Annals of the Missouri Botanical Garden 71, 551–576
  9. Westoby M, Leishman M, Lord J. 1996. Comparative ecology of seed size and dispersal. Philosophical Transactions of the Royal Society of London, Series B 351, 1309–1318.
  10. González, A.M. «Fruto, dehiscencia». Morfología de Plantas Vasculares. Argentina: Universidad Nacional del Nordeste. Consultado el 10 de mayo de 2009. 
  11. Esau, K. 1965. Plant Anatomy. 2nd ed. New York, John Wiley & Sons.
  12. Pijl, L. van der. 1972. Principles of dispersal in higher plants. 2nd ed. Berlin-Heidelberg-New York, Springer-Verlag.
  13. Fruto, Universidad de Navarra, España. Accedido el 20 de junio de 2009.

Enlaces externos