Diferencia entre revisiones de «Campeche»

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*[http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/estados/libros/campeche/html/campeche.html Breve historia de Campeche]
*[http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/estados/libros/campeche/html/campeche.html Breve historia de Campeche]
*[http://www.campeche.travel Campeche: El destino consentido]
*[http://www.campeche.travel Campeche: El destino consentido]
*[http://www.campecheplaya.com/ Campeche Playa Golf Marina & SPA Resort]
*[http://www.campeche.travel/files/pdf/catalogo_promocional_esp.pdf Catálogo Promocional de Campeche]
*[http://www.campeche.gob.mx Gobierno del Estado de Campeche]
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*[http://camp.gob.mx/C15/Contenido/default.aspx Historia de Campeche]
*[http://camp.gob.mx/C15/Contenido/default.aspx Historia de Campeche]
*[http://cuentame.inegi.gob.mx/monografias/informacion/camp/default.aspx?tema=me&e=04 INEGI - Información por entidad - Campeche]
*[http://cuentame.inegi.gob.mx/monografias/informacion/camp/default.aspx?tema=me&e=04 INEGI - Información por entidad - Campeche]
*[http://www.yucatan.com.mx/noticia.asp?cx=9$1500000000$3926025&f=20081006 La hora de Campeche]
*[http://www.mexicocompetitivo.org.mx/eZWebContent/detallePerfilEstatal.do?idTipoContenido=tipoContenidoPerfilEstatal&idContenido=5#caracteristicasPoblacion/ México competitivo - Campeche]
*[http://www.youtube.com/watch?v=TXplD4WMBuc&feature=player_embedded Programa Regional de Desarrollo Turístico]
*[http://www.promexico.gob.mx/work/sites/Promexico/estados/Campeche.pdf ProMéxico - Campeche]
*[http://www.wayeb.org/download/resources/landa.pdf ''Relación de las cosas de Yucatán'', Diego de Landa]
*[http://www.wayeb.org/download/resources/landa.pdf ''Relación de las cosas de Yucatán'', Diego de Landa]
*[http://www.realestatemarket.com.mx/inicio.cfm?pagina=contenidos_detalle&menu_id=79&submenu_id=61&subsubmenu_id=1&idioma_id=1&tipo_contenido_id=2&contenido_id=1621&CFID=6651831&CFTOKEN=30689180 Un nuevo destino para el mundo: Campeche]

*[http://www.institutodecultura.gob.mx/ Instituto de Cultura de Campeche]






Revisión del 15:51 6 ago 2009

Plantilla:Ficha de estado

Campeche es uno de los 31 estados que junto con el Distrito Federal conforman las 32 Entidades Federativas de México.

Campeche se localiza al sureste de la República Mexicana y al oeste de la península de Yucatán, entre los paralelos 17° 49' y 20°51' de latitud norte y los meridianos 89°06' y 92°27' de longitud oeste. Colinda al noreste con el estado de Yucatán, al este con el estado de Quintana Roo, al sureste con Belice, al sur con la República de Guatemala, al suroeste con el Estado de Tabasco y al oeste con el Golfo de México.

Campeche, con una extensión total de 57 924 km², el 3.0% del territorio nacional; es una de las tres entidades que conforman la península de Yucatán. Su población total es aproximadamente de 754 730 habitantes, el 0.7% del total del país. Desde el punto de vista físico, Campeche se encuentra en una posición de transición entre la selva tropical del Petén guatemalteco y la selva baja caducifolia del extremo norte de la península de Yucatán.

Toponimia

Existen diversas teorías acerca del orígen de la palabra Campeche.

En el territorio que conforma actualmente al estado de Campeche existían varios poblados mayas, uno de estos fue Can Pech (Campeche), cuyo nombre se deriva de las palabras mayas Can que significa serpiente y Pech cuyo significado es garrapata, es decir lugar de serpientes y garrapatas; otros indican que Campeche se deriva de las palabras Kin que significa sol y Pech.

Algunos suponen que a este nombre (Kin Pech) se le puede agregar el prefijo Ah que quiere decir lugar y en conjunto diría lugar del señor sol garrapata.

Otra teoría se basa en la terminología anterior: Ah Kin Pech, pero con la aclaración de que Pech es el apellido de un sacerdote y supone que el significado es lugar del Señor Pech adorador del Sol, por lo tanto el sacerdote maya Pech pudo haber fundado ó vivido en Can Pech.

Una interpretación más de los terminos Can Pech o Serpiente - Garrapata es como el lugar donde se adoraba a la boa. (La boa es un reptil que acepta como parásito a la garrapata y en los monumentos mayas de este sitio los españoles encontraron serpientes enormes).

Historia

Templo de los Cinco Pisos, zona arqueólogica de Edzná.

Los indicios más tempranos de ocupación humana, en Campeche, se remontan a fines del Preclásico Medio, hacia 550 a. C. Durante esa época, la región de las tierras bajas mayas experimentó diversos movimientos migratorios que llevaron de sur a norte a núcleos importantes de gente, quizá para colonizar regiones hasta ese momento vacías. Este movimiento seguramente tuvo como causa un crecimiento de la población que obligó a buscar nuevas tierras. Se han encontrado evidencias de ello en sitios como Becán, Edzná, Dzibilnocac, El Aguacate y Alimoche.

La costa. Los primeros asentamientos costeros de Campeche parecen ser el resultado de dos corrientes migratorias: el suroeste fue ocupado por grupos procedentes directamente de las tierras bajas mayas del sur, mientras que en la costa norte los grupos procedían del interior de la península. Los sitios más representativos de la costa sur son Aguacatal, Xicalango y Tixchel.

Existen, desde luego, muchos otros sitios arqueológicos en Campeche que, sin duda, tuvieron sus inicios durante el Preclásico Medio y Superior, podríamos nombrar a Calakmul, Hormiguero y Río Bec, en el sur; El Tigre, en el suroeste; Dzibilnocac y Tabasqueño, en el centro, y Jaina, en la costa norte.

Podemos visualizar el final del Preclásico Medio y el Tardío como periodos de una gran dinámica, en los cuales hubo un aumento general de las poblaciones, posiblemente con presiones demográficas que habían de catalizar la organización política y los enfrentamientos armados, eran comunidades portadoras de una agricultura extensiva e intensiva, así como poseedoras de una cerámica perteneciente a la esfera Chicanel. Sabemos que para esa época ya existía un sistema de comercio que permitía el intercambio de ciertos productos entre comunidades del sur y del norte.

Este esquema cultural, correspondiente al nivel aldeano y que se generalizó en todas las tierras bajas, pronto fue superado por algunas comunidades cuyos dirigentes lograron organizar al grupo para realizar obras públicas, así comenzaron a surgir, al final del Período Preclásico, sitios como Becán, Edzná, Dzibilnocac y Aguacatal, que en unos pocos siglos multiplicaron su control territorial para alcanzar niveles de civilización.

Hacia el siglo III de nuestra era, la sociedad maya de las tierras bajas inició un periodo de grandes realizaciones en todos los aspectos de la cultura, y alcanzó altos niveles de excelencia en arquitectura, cerámica, astronomía, etc. A esta época, que termina en el siglo X, se le conoce como Horizonte Clásico, para su estudio se ha dividido en dos fases.

Zona arqueólogica de Calakmul, declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2002.

El Clásico Temprano (250-600 D.C.). En esta primera tase del período Clásico encontramos en Campeche dos fenómenos distintos: por un lado, grupos que han logrado desarrollar rasgos de individualidad; y otros aún en un proceso de diferenciación no muy marcada. Nos estamos refiriendo a poblaciones que desarrollaron el urbanismo a la par de comunidades menos complejas, que cayeron bajo el poder político y económico de las primeras.

Clásico Tardío (600-1000 D.C.). Este es el periodo del máximo florecimiento de la civilización maya, en el cual diversos grupos que hablan el área lograron desarrollarse substancialmente. La regionalización de la cultura se manifestó plenamente tanto en la arquitectura como en la cerámica. El acelerado crecimiento demográfico permitió llevar acabo imponentes obras públicas, principalmente templos y palacios, destinados a servir a los dioses, a los jefes y sacerdotes.

El nuevo orden: el Horizonte Postclásico (1000-1517 D.C.). La destrucción de los grandes estados territoriales a fines del Clásico Tardío provocó una transformación total del panorama político. En lo referente al actual estado de Campeche, la actividad se concentró principalmente en las costas, y el interior permaneció marginado de la actividad, aunque no deshabitado.

A la llegada de los españoles, en el siglo XVI, la península estaba dividida en 16 pequeñas entidades, llamadas en maya cuchcabal y mencionadas como “provincias” por los europeos. La forma de gobierno no era la misma en todas; en algunas regía de manera absoluta un solo jefe, en otras existía una especie de confederaciones de jefes menores que toman las decisiones

En el actual territorio de Campeche estas provincias eran: Ah Canul en la parte noroeste, al sur de la provincia de Ah Canul se encontraba Can pech, también estaba la provincia de Chakanpotón y el señorío de Acalán, uno de los pocos grupos mayas que resistieron el paso del Clásico Tardío al Postclásico.

Viajes de exploración

División de las jurisdicciones mayas en el siglo XVI según Ralph Roys.

El primer viaje de exploración partió de Santiago de Cuba el 8 de febrero de 1517. Pasaron por Isla Mujeres y continuaron por Cabo Catoche.

El capitan Francisco Hernández de Córdoba con tres navíos, un gran piloto como Antón de Alaminos y oficiales como Lope Ochoa de Caicedo, Cristóbal Morante, el clérigo Alonso González y la tripulación llegaron al pueblo maya de Can Pech, el 22 de marzo de 1517; fanáticos y obsesivos con el santoral del calendario cristiano, pusieron nombre al pueblo de acuerdo a señalado en el almanaque. Así que la ciudad de San Francisco de Campeche tuvo su primer nombre español, San Lázaro.

Según el relato del soldado y cronista Bernal Diaz del Castillo, se sabe que tres días despues los expedicionarios continuaron por la costa y llegaron al pueblo de Chakanputún o Potonchan, al cual rebautizaron como Champotón y donde se encontraron con unos mil indígenas fuertemente armados que atacaron a los españoles matando a más de veinte y dejando herido al capitán.

Los hombres blancos y barbados huyeron llenos de pavor. Francisco Hernández de Córdoba murió después. El cacique Moch (el "mocho", el manco Cohuó) y con un solo brazo fue el primer héroe indígena; este jefe maya fue capaz de proporcionar la primera derrota a un ejército invasor extranjero en América.

Las crónicas y la humanidad reconocen a Champotón como la "Bahía de la Mala Pelea".

La seguna expedición española se inició el 1 de mayo de 1517, cuando el gobernador Velázquez ordenó que cuatro barcos al mando de Juan de Grijalva recorrieran la península de Yucatán, acompañado del piloto Antón de Alaminos, con los oficiales Pedro de Alvarado, Francisco de Montejo (padre) y el sacerdote Juan Díaz. Todos ellos arribaron el 22 de mayo de 1517 a San Lázaro. Nuevamente los mayas les ofrecieron agua y provisiones. Continuaron hasta Champotón, pero los gritos de los indígenas los asustaron y se desviarón rumbo a la Isla del Carmen.

En ese recorrido, encontraron una playa habitada por mayas amistosos. Le pusieron Puerto Deseado (hoy Isla Aguada o Puerto Real). De ahí, se dirigieron a la península de Atasta y al actual estado de Tabasco. Encontraron un río al cual llamaron San Pedro y San Pablo.

El 18 de febrero de 1519 el capitán Hernán Cortés salió de Cuba conduciendo la tercera expedición española donde a su páso por Cuzamil o Cozonnil (hoy Cozumel) se enteró de que dos náufragos vivían desde hace ocho años con los mayas en la provincia de Ekab. Eran Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero. Hernán Cortés envió gente para rescatarlos pero solo Jerónimo de Aguilar se unió a los conquistadores.

La expedición de Cortés pasó por Campeche rumbo a Tabasco. En Xicalango (Campeche) o Centla Tabasco recibieron como tributo a una esclava Malintzin (La Malinche o Doña Marina). Ella hablaba náhuatl y maya; Jerónimo de Aguilar español y maya. Ambos tradujeron a Cortés y por ellos se enteró que los pueblos mayas vivían aterrorizados por augurios dolorosos: hombres blancos y barbados vendrán de oriente a destruir nuestras ciudaddes y matar gente.

Los españoles en 1521 destruyeron Tenochtitlan. En 1525 Hernán Cortés ahorcó al último emperador mexica, Cuauhtémoc, se cree por testimonio de Bernal Díaz del Castillo que fue cerca de la ciudad maya El Tigre o Inzancanac (en el hoy Candelaria, Campeche).

Conquista

Archivo:Montejo el hijo.jpg
Francisco de Montejo y León "el Mozo", conquistador de Yucatán y fundador de la villa de San Francisco de Campeche.

En 1526, Francisco de Montejo (padre) recibió del rey el título de "Adelantado" y su capitulación o patente que le autorizaba conquistar la península de Yucatán. Para este objetivo fueron de gran ayuda el hijo y el sobrino de Montejo.

A finales de 1528, Montejo el "Adelantado" y su hijo, Francisco de Montejo y León de 28 años, llamado el "Mozo", prepararon una nueva campaña de conquista. Los acompañaba Francisco de Montejo el "sobrino", de solo 15 años de edad.

En marzo de 1529 , Montejo padre avanzó de Veracruz hacía Tabasco; Montejo hijo creó a su vez, un puesto militar en Xicalango.

A mediados de 1530, De Avila (capitán con su propia embarcación y bastimentos) fundó Salamanca de Acalán en la antigua Inzacanac capital del señorío de Acalán. Después Alonso de Ávila se dirigió a Mazatán y decidio permanecer a las afueras de ésta por casi medio año.

Una vez transcurrida la temporada de lluvias y repuesto el ejéricito español, Alonso de Ávila se dirigió a Champotón donde se le unió Montejo el "Adelantado" quien marcho a Can Pech en donde se alió el cacique Ah-Canul en la fundación de Salamanca de Campeche a principios de 1531. Desde ahí se planeó la segunda gran conquista de la península de Yucatán. La respuesta de los mayas a esos planes fue la alianza de los Ah-Canul de Calkiní con los cocomes, dirigidos por Nachi Cocom desde Sotuta.

El 11 de junio luego de la batalla de San Bernabé en Salamanca de Campeche se susitaron diversas circunstancias que propiciarón la salida de los españoles en 1532. En ese mismo año Alonso de Ávila fue derrotado por los mayas de Uyamil y Chactemal, dirigidos por Gonzalo Guerrero quien los obligo a refugiarse en Honduras.

Para ese entonces Montejo el "Adelantado" fue nombrado gobernador de Tabasco, Chiapas y Honduras, para 1535 se unió Yucatán a sus territorios gobernados desde ahí Montejo planeó una campaña de conquista definitiva para la península. Fue así que el 4 de octubre de 1540 Montejo el "Mozo" consigue la fundación de la primera villa hispana de la península con el nombre de San Francisco de Campeche; también fue la primera en tener cabildo y ostentar un templo católico.

En 1547, terminados los tiempos necesarios para el asentamiento, la Capitanía General de Yucatán se dividió en cuatro distritos: el de Mérida, el de Valladolid, el denominado Salamanca de Bacalar y el de San Francisco de Campeche, comenzando este último a delimitar su jurisdicción. Su plaza principal fue el centro de la antigua población y de la nueva villa española, asentada a una milla del pueblo indígena que entonces fue llamado Campechuelo por los conquistadores, y hoy corresponde al barrio de San Francisco. El centro de la villa fue poblado por españoles, el barrio de San Román fue destinado a los aztecas que acompañaron a Montejo, y el de Santa Ana fue habitado por negros y mulatos que participaron en la conquista; en este sentido, el puerto fue enriqueciendo su fuerza comercial al habilitársele para el desembarco de esclavos negros.

Población y encomienda

Carta Naval de San Francisco de Campeche, siglo XVII.

En 1542, el rey de España proclamó las llamadas Leyes Nuevas, que establecían la libertad de los indios como súbditos de la Corona Española, y que desde entonces no se podría convertir a esclavo a ningún indígena bajo ninguna circunstancia, y la persona que transgrediera estas leyes sería castigada con la pena de muerte. La ola de protestas llegó a la corte peninsular de inmediato, acompañada de fuertes amenazas de despoblar y abandonar las posesiones de ultramar.

Era evidente que el cumplimiento de las Leyes Nuevas significaba un golpe para los conquistadores, de manera que, en beneficio de la metrópoli y de su colonia, la esclavitud fue legalmente abolida, pero continuaría a través de otros medios. A quienes contribuyeron a acrecentar los dominios del Imperio Español, se les premió con la servidumbre indígena traducida a Encomienda, Repartimiento y Servicios Personales; mecanismos básicos en la estructura económica colonial por medio de los cuales se regirían las relaciones entre naturales y europeos, y los servicios que los primeros debían prestar a los segundos.

A través de la encomienda, un número de pueblos de indios quedaba sujeto o "encomendado" a un español, a quien tributarían en especie y trabajo. Los servicios eran desde labores agrícolas y domésticas, hasta obras de construcción, sostenimiento de viudas y blancos pobres, y amamantar a recién nacidos. Debían prestar sus servicios todos los hombres entre 16 y 60 años, y las mujeres, teóricamente exentas, desde los 12 hasta los 60 años, y al igual que éstas, los que ocupaban cargos de autoridad y los enfermos que estaban exentos, también debían cumplir con sus servicios o pagar a alguien que los hiciera. Teóricamente, que no en la realidad, los servicios serían remunerados; se estipuló un real diario, y se prohibió el pago en especie.

Entre una semana de servicios y la siguiente debían mediar tres; el número de indios "repartidos" que le correspondía a cada encomendero y clérigo estaba anotado en un padrón; por el lado indígena, eran los alcaldes indios quienes se encargaban de vigilar su cumplimiento, y por el de los españoles, eran los jueces repartidores, a quienes se les pagaba un tributo de medio real por indígena, llamado Holpatán .

Esta legislación expoliadora vino acompañada de un reordenamiento de la población. Muchos asentamientos prehispánicos desaparecieron como tales, otros sobrevivieron y acrecentaron su población con los reubicados, dando paso a un nuevo orden geopolítico en función de la economía colonizadora. No todos los pueblos indígenas fueron encomendados, algunos quedaron bajo la jurisdicción real y recibieron el nombre de pueblos de la Real Corona.

Una de las primeras encomiendas que el rey de España concedió en territorio campechano, fue la región llamada Acalán Tixchel, hoy conocida como la zona de los ríos (Candelaria, San Pedro, Mamantel); en 1553, la población del área había descendido de manera dramática, en un 96%, de 50,000 al momento del contacto, a 500 tributarios que se registraron en la tasación de aquella fecha.

La población indígena era el factor esencial para la ocupación de los territorios; aquellos con mayor número de habitantes eran más preciados; en la península de Yucatán, las zonas comprendidas entre Mérida, Valladolid e Izamal, y Maxcanú, Calkiní, Hecelchakán y Tenabo, y los alrededores del puerto de Campeche, fueron las más codiciadas por los conquistadores; por el contrario, las selvas y los pueblos más alejados de los asentamientos españoles, fueron considerados como tierra inhóspita por los extranjeros, y como zona de refugio, libre de tributos y cruces en la espalda por los mayas que encontraron en la huida el mejor mecanismo para librarse de las pesadas cargas impuestas por aquellos.

Esta circunstancia marcó las diferencias fundamentales en la conformación de la sociedad colonial regional. En cuanto al número de encomiendas; la tasación de 1549, reportó 36,870 indios tributarios para el territorio jurisdiccional de Mérida, 15,094 para el de Valladolid, y 5,820 para San Francisco de Campeche.

Estas zonas sirvieron de base para congregar a la población indígena y tener un mejor control de ella, cobro de tributos, conversión religiosa, proximidad de la fuerza de trabajo, etc. Algunos encomenderos prefirieron incluso perder sus encomiendas poco pobladas y centrar su atención en aquellas zonas populosas.

El ámbito económico de Campeche se explicó al Consejo de Indias en 1664 en los términos siguientes:

     
[...] que la provincia de Campeche en la estimación es la tercera en las Indias que no produce oro ni plata, que se conserva con sus frutos y a maniobras de los naturales, que tiene una gran trabazón su comercio con toda la Nueva España e islas del dominio de V.M. mediante la contratación del palo de Campeche (o de tinte) que se cría allí silvestre, que en la labor y corte de él consiste el alimento de aquellos naturales, que en cambio de este género les llevan de otras partes de las Indias el cacao y otros frutos de que se necesita para su sustento y vestuario, que de España los llevan asimismo el vino, el aceite y otros géneros que se cambian en trueque del palo [...].

El puerto resultó deslumbrante y dinámico por las actividades propias de su privilegiada situación, en la ruta del comercio marítimo, pero también los pueblos del interior desempeñaban jornadas habituales: en Tinún, Bolonchén, Sacabchén y Champotón se cultivó tabaco, cañade azúcar, añil y grana, aunque también había maíz y arroz, así como explotación salinera.

A Campeche empezaron a llegar españoles en busca de fortuna, también de Europa llegaron otras especies de animales y productos comestibles. En cambio a España se enviaba de Campeche tinte, maíz, pieles, maderas preciosas, mantas de algodón, miel, cera, pavos y tomate.

En Campeche, los españoles prefirieron establecerse alrededor del puerto de Campeche y recongregar a los indígenas cautivos en los pueblos indios circunvecinos, como Chiná, Pocyaxum, Hampolol, Hool, Sihochac, Castamay, Lerma; o bien en la zona conocida como Camino Real (Calkiní, Hecelchakán, Becal, Tenabo), en donde la población indígena era mayor. Por el contrario, las zonas selváticas como la de Acalán Tixchel, La Montaña, Sahcabchén, y Los Chenes, quedaron como territorios inhabitados, con interés más para los frailes y su tarea evangelizadora que para los encomenderos.

A mediados del siglo XVII, los abusos del gobernador en turno y sus jueces repartidores propiciaron la rebelión de Sahcabchén. En 1668, el obispo informaba al rey "sobre los repartimientos y malos tratos que el gobernador... daba a los indios", diciéndole: "pues aunque en los gobiernos pasados se retiraban muchos indios desesperados del yugo, en el gobierno presente... no sólo indios de los pueblos sino los pueblos y partidos de indios dejando lastimosamente primeramente sus iglesias y doctrinas y la fe que profesaban, yéndose a ser idólatras sus casas y haciendillas, también como se ha visto ahora en todo el partido entero que llamaban de Sahcabchén".

Esta rebelión puso en peligro incluso a los pueblos cercanos al puerto; el fraile Cristóbal Sánchez, muy preocupado, escribía a sus superiores desde San Antonio Sahcabchén: "Y asimismo que la más común y asentada opinión con que se hayan todos los indios de la montaña y caciques... es que se hayan todos los ranchos y pueblos circunvecinos de Campeche y luego al punto bajar a la montaña el gentío y matar a cuantos hubiere en Campeche y llevarse a las mujeres para que sirvan a las suyas como ellas lo han hecho hasta aquí a los españoles".

Ante tal información, las autoridades del puerto, temerosas, ordenaron las previsiones del caso, particularmente porque "de la villa de Campeche no se puede dar socorro alguno por estar el enemigo sobre él con doce embarcaciones", y además porque se temía "que los indios montaraces y alzados pasen a juntarse con los ingleses...". A la rebelión indígena se unió la amenaza de los piratas.

Piratería

La reina Isabel I de Inglaterra otorgó la patente de corso (permiso) a sus marinos para asaltar a los barcos españoles y así se convirtieron en corsarios. Los franceses los llamaron bucaneros por que originalmente los piratas eras pastores de cabras (boucán en francés).

Isla del Carmen fue uno de los refugios preferidos para los piratas hasta el 16 de julio de 1717 cuando el sargento mayor Alonso Felipe de Andrade los expulsó. A partir de ese día, la isla cambio su nombre de Tris (Términos) por el de Carmen en honor al día de la virgen con ese nombre.

Fuerte de San Miguel, construido para defender a San Francisco de Campeche del ataque de los piratas.

La primera invasión que sufrió Campeche fue en 1559 por piratas franceses, a partir de ese año fueron constantes los ataques de piratas, corsarios y filibusteros. Esta fue la razón por la que los habitantes de San Francisco de Campeche presionaran a la Corona Española para iniciar la construcción de un sistema de defensa eficaz. Se encerró la villa de un poco más de cuarenta manzanas, con una muralla en forma de polígono irregular de 6 lados con 8 baluartes, uno en cada vértice y uno junto a la puerta de mar y otro junto a la puerta de tierra; además, estaban las puertas de San Roman y Guadalupe, que servían para comunicar al interior con el resto de la villa, los baluartes de comunicaban por un paso de ronda; sitio que lleva el mismo nombre y que es una especie de corredor que pasa por encima de la muralla; ésta medía 8 m de altura en tierra y 6 m en mar con un total de 2 536 m de largo.

Había fuertes en los cerros. Baterías en forma de castillos, cañones y fusiles dieron seguridad a los ricos criollos de la ciudad de San Francisco de Campeche quienes vivían dentro de la muralla (intramuros). Los pobres y los esclavos vivieron siempre alrededor de estas fortalezas (extramuros).

El doctor Héctor Pérez Martínez; en su obra "Pirateria en Campeche" hace una síntesis de los ataques y principales protagonistas piratas en Campeche:

John Hawkins (1568) Sir Francis Drake (1568) Sir Wiliam Parker (1597) Pie de Palo (1633) Diego el "Mulato" (1633) Jacobo Jackson "Conde de Santa Catalina" (1644) Sir Henry Morgan (1661) Mansvelt (1663) Bartolomé el "Portugués" (1633) Rock Brasiliano (1667) Robert Chevalier (1667) Laurent Graff "Lorencillo" (1672-1685) Jean David Nau el "Olones" (1672) Cook (1685) Barbillas (1705).

Conformación del estado

Desde que la Constitución de 1857 quedó vigente en México, en la península de Yucatán y en Campeche nació la inquietud de separar a Campeche del estado de Yucatán.

Los hombres más importantes en el periodo de esta separación fueron el licenciado Pablo García y Montilla, el licenciado Tomáz Aznar Barbachano, el general Pedro Baranda y Quijano, Irineo Lavalle, el coronel Leandro Domínguez, el licenciado Joaquín Baranda y Quijano, el general Pedro Celestino Brito, Juán Carbo, Vicente Capmaný, por mencionar a algunos.

En 1857 en la elección del gobernador del entonces estado de Yucatán, triunfó Pantaleón Barrera (éste campechano). Pablo García, que tenía 33 años y había sido electo diputado, abandonó la sala de sesiones del Congreso local en Mérida en el mes de julio, argumentando falseo del proceso electoral, los campechanos apoyaban para gobernador a Liborio Irigoyen. Enseguida comenzaron las sublevaciones en diferentes poblaciones, principalmente del distrito de Campeche, pidiendo que se convocara a nuevos comicios; las fuerzas militares persiguieron a los sublevados, pero aplacados unos, aparecieron otros. Se quería convertir al distrito de Campeche en otro estado. Recibieron apoyo de Dzibalchén, Hopelchén (tierra de Pantaleón Barrera), Bécal, Calkiní, Dzitbalché, Nunkiní y Tenabo.

La noche del 6 de agosto de 1857 varios campechanos agrupados alredor de García y Pedro Baranda se apoderaron de los baluartes de Santiago y la Soledad, así como de la maestranza de artillería. Poco después, el 9 de agosto, se desconoció en el acta de esa fecha al Congreso y al gobernador Pantaleón Barrera, por falta de libertad en las elecciones. Pablo García fue designado jefe político y militar, y comenzó a recibir adhesiones de otros lugares del distrito. Envió circulares a funcionarios federales pidiéndoles su opinión; el titular del juzgado de Distrito, Justo Sierra O'Reilly, respondió —sin dejar de hacer valer su calidad de empleado federal—:

[...] soy republicano de buena fe [...] creo que la acción reguladora de la sociedad sobre sí misma pertenece a ésta de pleno derecho y profeso el dogma de la soberanía del pueblo [...] estoy persuadido de que el pueblo por sí, o por medio de sus representantes, puede cambiar su situación cada vez que lo tenga por necesario [...]

Creció el apoyo y el nuevo líder tomó decisiones rápidas. Como jefe político y militar de Campeche, asumió la responsabilidad de hacer conocer al presidente de la República, Ignacio Comonfort, la orientación del movimiento del 7 de agosto. En ese sentido, se dirigió a él con fecha 12 de agosto de 1857 y le dijo que lo acontecido en Campeche tenía el apoyo popular, así como de diferentes ramos del gobierno.

Las dificultades entre pronunciados y autoridades del estado fueron alejándose de una conciliación inmediata y se pidió la renuncia del gobernador Pantaleón Barrera. Éste envió fuerzas militares jefaturadas por el coronel Manuel Cepeda Peraza, quien llegó a establecerse en Tenabo, y el 8 de septiembre conminó a García a modificar su actitud de rebeldía. Como éste se negó, se suscitaron algunos enfrentamientos sin resultado definitivo. Barrera renunció al gobierno; lo sustituyó Martín F. Peraza y cesaron las hostilidades, mas no la crisis, en cuyo transcurso fue tomando fuerza la necesidad de dividir la península.

El día 19, Pablo García se dirigió al jefe político del Carmen pidiéndole que no impidiera la libre manifestación de los laguneros, de quienes él tenía conocimiento que deseaban adherirse a su proyecto. Le advirtió que para proteger la libre expresión había instruido al capitán Andrés Cepeda Peraza para que con las fuerzas a su mando desembarcara en Las Pilas y, acercándose a la población, diera oportunidad a los habitantes para que expresaran sus opiniones. Días más tarde, gracias a Nicolás Dorantes y Ávila, Pablo García se enteró de que contaba con el apoyo de los laguneros. El hecho no fue pacífico, ya que hubo víctimas: murieron en el marco de la proclamación Jerónimo Castillo y Santiago Brito, quien se había resistido a los objetivos de García. Igualmente, Pablo García separó de la jefatura política del Carmen a José del Rosario Gil y envió desde Campeche a José García y Poblaciones, a quien también concedió la comandancia militar del partido.

De agosto a diciembre de 1857 numerosas poblaciones se adhirieron a la proclama de García y Barrera dejó la gubernatura en poder de Martín F. Peraza. Por todo ello, no fue casual que en abril de 1858 hubiera un consenso mayoritario para la creación del nuevo estado. Ciertamente Yucatán no estaba de acuerdo, pero la prudencia se impuso en el conflicto y se consideró que la república había iniciado el camino de la Reforma a los acordes de la guerra civil y que únicamente el gobierno legítimo, a través de los supremos poderes, expediría la solución final, cuando se diera por concluida la lucha entre conservadores y liberales. En consecuencia, el 3 de mayo de 1858 se firmó el Convenio de División Territorial, que entre otros puntos estipulaba los respectivos a línea divisoria, obligaciones en la guerra contra los indígenas, impuestos y aranceles; se publicó en la ciudad de Campeche con la solemnidad del caso el 15 de mayo. Consecuencia inmediata del Convenio fue la expedición de un documento de cuatro puntos por el cual la junta Gubernativa del Distrito de Campeche e Isla del Carmen declaró tener la voluntad de erigirse en estado, reconociendo como gobernador a Pablo García y estableciendo que la designación de comandante recaería en Pedro Baranda; además nombraron un Consejo de Gobierno que se integraría con cinco miembros. Sin embargo, la legalidad federal imponía condiciones diferentes a la manera como se manejó la cuestión, ya que no estaban cumplidos los requisitos señalados en la Constitución de 1857, que en el artículo 43, al referirse a las partes integrantes de la Federación, no reconocía a Campeche sino como parte del estado de Yucatán; es decir, era imprescindible una reforma constitucional.

García envió al presidente Juárez, al puerto de Veracruz —residencia del gobierno liberal—, toda la documentación pertinente para la institución y funcionamiento de una entidad consolidada de hecho; el presidente Juárez admitió los sucesos, pero los condicionó a la respuesta del Congreso. Frente a esto, el gobernador García se apresuró a enviar a principios de 1859 una comisión que se acreditase cerca del presidente Benito Juárez, para referirle la cuestión campechana. Llegó a Veracruz encabezando la misión Federico Duque de Estrada, y aunque fue admitida la representación, el Ministerio de Gobernación lo invitó a que expresara el objetivo de su viaje, el cual sintetizó en cinco puntos: la aprobación del acta del 9 de agosto de 1857, con lo cual García tácitamente pedía su reconocimiento como guía político y militar; la aprobación de los actos de gobierno emanados del movimiento del 7 de agosto, dando a entender que se admitieran los procedimientos para financiar sus acciones (recursos federales que se tomaron de las aduanas y préstamos a particulares). Los otros puntos se dirigían a la destitución y designación de funcionarios de los ramos de Hacienda y Militar. El 29 de abril de 1859 el ministro de Gobernación, Melchor Ocampo, respondió en términos de la política que imponían las circunstancias, le respondió a García con un acuerdo preliminar, admitiendo conformidad en lo que no se opusiera a la Constitución, y siempre y cuando no se vulneraran las facultades del Congreso de la Unión.

El momento político y los sucesos de la Guerra de Reforma aliviaron las preocupaciones de Pablo García, ya que la paz nacional y la reunión del Congreso iban a requerir de un par de años para su consolidación. Estas circunstancias providenciales le ofrecieron un tiempo valioso para que emprendiera una tarea de agrupamiento en lo político y de adelanto en el gobierno.

No todos los días fueron de paz: el joven líder necesitó enfrentar los problemas de la Guerra de Reforma pero además dio una atención constante a los asuntos públicos, ya que a mediados de 1859 Pantaleón Barrera, el ex gobernador enemigo, impulsó un movimiento en Hopelchén que pedía la reincorporación de Campeche a Yucatán; no obstante, fracasó y García siguió en el mando político y militar.

A fines de 1860 fueron derrotadas las fuerzas de la reacción y el gobierno del presidente Juárez expidió en Veracruz la convocatoria para la elección de presidente de la República y diputados al Congreso de la Unión. Este documento se publicó en Campeche acompañado de otra convocatoria: la de elección de constituyentes locales, con la misión principal no sólo de elaborar un documento de tal importancia, sino la de presentar un escrito que solamente era facultad de los estados que legalmente eran parte de la Federación. Las principales funciones de la asamblea fueron hacer oír su voz ante el Congreso de la Unión y las legislaturas de los estados, para el reconocimiento de Campeche como estado de la Confederación y expedir su Carta Constitucional y leyes orgánicas, ello en un plazo de cuatro meses.

En 1861, antes de que se iniciaran las sesiones del II Congreso Constitucional de la República, Campeche dio un paso adelante al instalarse la Asamblea Constituyente el 2 de marzo. Iniciados los trabajos el día 3, comenzaron a redactar y expedir el Reglamento del Congreso, de cuya exposición de motivos se encargaron los diputados Santiago Carpizo y José García Poblaciones. En la reunión del 14 de marzo se nombró a los miembros de la Comisión de Constitución: Domingo Duret, Rafael Carvajal y José del R. Hernández, quienes presentaron un proyecto el siguiente 20 de abril, el cual se comenzó a discutir. Fue aprobado y promulgado el día 30 con la debida solemnidad. En lo general, los artículos, clasificados en 19 secciones, estuvieron acordes con la doctrina de la Carta Federal del 57. En el artículo segundo establecieron que la entidad estaría integrada por los partidos del Carmen, Champotón, Campeche, Hecelchakán y Bolonchenticul.

El Congreso Constituyente —primero de Campeche— finalizó sus actividades en octubre de 1861 con la expedición de un Manifiesto:

     
Muchos obstáculos ha encontrado a su paso para poderse constituir con arreglo a las reformas federativas. La larga lucha entre la libertad y el despotismo, entre la legalidad y la usurpación, ha retardado nuestra entrada a la era constitucional [...] Cierto es que la Asamblea Nacional no ha legalizado con su reconocimiento nuestra creación; mas esto no debe inquietarnos. El hecho de nuestro ser, la justicia de nuestra causa y el espíritu ilustrado y recio del Congreso de la Unión, nos garantizan la legalización de nuestra existencia política.

Los periódicos de la ciudad de México acogieron artículos remitidos en favor y en contra de la creación de un nuevo estado. La dirección del problema se puso en manos, como correspondía, de los diputados federales que resultaron electos en 1861, cuyos nombres se publicaron el 10 de febrero: por el primer distrito electoral, Tomás Aznar Barbachano, propietario y, suplente, Rafael Dondé; por el segundo, Juan Carbó, propietario, y, suplente, Joaquín Gutiérrez de Estrada. Sin embargo, conforme a la ley electoral vigente las diputaciones de Campeche eran el cuarto y el quinto distritos del estado de Yucatán, y no primero y segundo de Campeche. Esta cuestión fue la primera dificultad; y en la sesión del 1º de junio Aznar Barbachano solicitó a la asamblea la rectificación de la mención que se hacía de su persona como diputado por Yucatán, cuando lo era por Campeche. De inmediato el diputado Suárez Navarro señaló que la Constitución Federal no reconocía al estado de Campeche, por lo que no había lugar a la corrección solicitada. Aznar Barbachano replicó que la separación de Campeche era un hecho consumado que el gobierno mismo había reconocido en distintas ocasiones, y, a mayor abundamiento, indicó que los representantes populares no lo eran del estado, sino del pueblo del distrito que les había otorgado el voto. También dijo que ya que no se le reconocía como diputado por Campeche, no se dijera que lo era por Yucatán.

Aznar Barbachano no esperó mucho tiempo para obtener respuesta. La Secretaria de la Cámara procedió a dar lectura al dictamen de la Comisión de Poderes por el que se aprobó su elección, pero como representante por el estado de Yucatán. Nuevamente subió a la tribuna Suárez Navarro para decir que el gobierno no tenía facultad constitucional para admitir nuevos estados en la Federación y expuso que la erección del de Campeche había sido obra del gobierno conservador de Félix Zuloaga. El presidente de la Cámara, Gabino Bustamante, dio por terminada la discusión y se aprobó el acta de la sesión del 30 de mayo de 1861, por la que la diputación campechana pertenecía formalmente a la representación yucateca.

En la sesión del 5 de julio, los diputados Aznar Barbachano y Carbó hicieron una proposición, también suscrita por las diputaciones de Chiapas, Tabasco y Oaxaca, solicitando se erigiese en estado el distrito de Campeche, iniciativa que fue turnada a la Comisión de Puntos Constitucionales. Parecidas gestiones siguió realizando la diputación de Campeche para agrupar simpatías en busca de un dictamen favorable. Pero la representación yucateca, formada por los diputados Nicolín, Suárez Navarro y Arredondo, hacía gestiones diferentes, y en la sesión del 19 de julio presentó una proposición para que se hiciera una proclamación declarando anticonstitucional y violenta la escisión de Campeche del estado de Yucatán. Consecuencia de todo lo anterior fue que en la sesión del 30 de julio, al nombrarse la diputación permanente con un representante por cada estado, se excluyó a Campeche.

El segundo periodo de sesiones ordinarias se inició el 30 de agosto de 1861. Para ese entonces el Ministerio de Gobernación tenía en su poder una obra compilada por Aznar Barbachano y Carbó: Memoria sobre la conveniencia, utilidad y necesidad de erigir constitucionalmente en estado de la confederación mexicana al antiguo distrito de Campeche. El trabajo tuvo tendencia orientadora, aunque tampoco fue tomado como testimonio único, por lo que el secretario de Gobernación, Francisco Zarco, solicitó el 9 de marzo de 1861 al general y diputado Juan Suárez y Navarro que formulara un estudio sobre el problema peninsular según tres consideraciones: la escisión, las causas de los frecuentes cambios políticos y la venta de indígenas a Cuba como esclavos. El siguiente 12 de abril Suárez entregó al ministro Zarco un Informe sobre las causas y carácter de los frecuentes cambios políticos ocurridos en el Estado de Yucatán y medios que el gobierno de la Unión debe emplear para la unión del territorio yucateco, la restauración del orden constitucional en la Península y para la cesación del tráfico de indios enviados como esclavos a la isla de Cuba. Fue un punto de vista diferente, pero que tampoco satisfizo al gobierno de la Federación, pues lo estimó como unilateral. Por ello, en un intento de agotar las fuentes de consulta, el Ministerio de Gobernación pidió el 12 de julio de 1861 la opinión de la Legislatura de Yucatán, la que respondió el 2 de agosto reprobando el reconocimiento, pues además de que Campeche no reunía el censo poblacional que exigía la Constitución, no era conveniente una decisión favorable por la Guerra de Castas y no existían tampoco las rentas suficientes para el sostenimiento de dos entidades.

Gobernación remitió el voluminoso expediente el 31 de agosto al Congreso, haciendo saber a los diputados que el Ejecutivo no había reconocido la erección de Campeche en estado ni a los que lo representaban como autoridades.

La discusión pasó del salón de sesiones a las hojas de la prensa, con lo cual el asunto obligó a una solución que no podía demorarse, en medio de la invasión extranjera.

El 5 de diciembre de 1861 la Comisión de Puntos Constitucionales presentó una exposición de motivos redactada por los diputados Ignacio Altamirano, Ignacio Mariscal y Manuel Romero Rubio, señalando que habían estudiado con detenimiento todos los documentos aportados así como la situación real de las dos entidades y, en consecuencia, presentaban un proyecto de ley que pedía la conversión en estado de la Federación del distrito de Campeche, con los límites que tenía.

Concluyeron la discusión y la incertidumbre legal. Lo que siguió fue el formulismo jurídico de legalización para que las legislaturas estatales ratificaran la disposición. El dictamen no fue discutido en ninguna sesión, pero fue básico para la expedición del decreto del 19 de febrero de 1862 del presidente Juárez que reconoció el nuevo estado. Juárez procedió de esa manera en virtud a la Ley del 11 de diciembre de 1861, que le confirió amplias facultades en todas las ramas de la administración pública. El decreto definitivo, ya que se había obtenido la sanción de la mayoría de las legislaturas de los estados, fue un cumplido legal y tuvo el carácter de ratificación. Se expidió el 29 de abril de 1863 con lo que terminó el largo itinerario que se había propuesto alguna vez en el Congreso Nacional en una sesión de 1824. El estado se formó con uno de los distritos yucatecos: el de Campeche (los otros eran Mérida, Tekax, Izamal y Valladolid), el distrito de Campeche lo formaban los partidos de Carmen, Champotón, Campeche, Hecelchakán y Bolonchenticul. El primer gobernador fue el licenciado Pablo García y Montilla.

Por su parte, la Constitución del estado de Yucatán expedida el 21 de abril de 1862, al mencionar las partes de su territorio no se refirió al distrito escindido, sino únicamente a los partidos de Mérida, Ticul, Maxcanú, Valladolid, Tizimín, Espita, Izamal, Motul, Tekax, Peto, Sotuta, Bacalar y Cozumel, es decir, que ya aceptaba la separación de Campeche.

El sábado 16 de septiembre de 1899 se presentó el Himno Campechano en el Teatro Francisco de Paula Toro de Campeche.

El imperio

En 1861, estalló la Guerra Civil Estadounidense, que duró hasta 1865; este hecho facilitó la ingeniería europea en méxico. Para 1862, ya se vislumbraba el peligro de una Guerra con Francia. En enero de esé año, el gobierno federal emitió una Ley contra los que apoyarán la intervención.

Por otro lado, Juarez,tratando de fortalecer la adhesión de los contigentes republicanos liberales, aprobó provisionalmente la solicitud campechana de erigirse en Estado y la turnó el congreso de la unión.

Mientras tanto, las nuevas elecciones realizidas en campeche dieron por resultado la reelección de Pablo García y Tomás Aznar Barbachano, como gobernador y vicegobernador, respectivamente. Así mismo, fue renombrada la legislatura local.

El gobierno campechano intentó, entoces, reorganizar la maltrecha economía del Estado, cuya industría y comercio pasaban por critica situación. El sistema de deudas, base de la producción de las haciendas y ranchos de palo de tinte, fue reforzado por una ley de garcía, publicada en Mayo de 1862. Dicha Ley otorgó a los propetiarios de las fincas pleno poder sobre la mano de obra rural. A los peones de campo se les prohibió salir de las fincas, sin permiso escrito del propietario o del encargado, quienes, además, serían los unicos autorizados para vender aguardientes en las fincas. Los casos de fuga de un sirviente adeudado quedaban tipificados como estaba, y sujetos a persecusión por parte de los hacendados y de las autoridades, corriendo los gastos por cuenta del trabajador. Y, para garantizar la permanencia de la mano de obra, la Ley estipulaba, entre otras cosas, y los familiares y el sirviente prófugo serían retenidos en las haciendas hasta por 6 meses. Esta Ley no llegaría a ponerse en practica, debido a la intervención francesa; pero, en 1868, García establecería medidas semejantes.

Por otra parte, las situacion nacional se agravaba cada día. La intervención francesa era casi un hecho. Ante ello, en el mes de mayo, el congreso campechano otorgó poderes extraordinarios al gobernador García. Ese mismo mes llegó a Campeche la noticia de que el puerto del Carmen había sido ocupado por tropas francesas. Además, en Yucatán, la lucha entre los partidarios de Irigoyen y los de Acereto continuaba. Ante ello, en noviembre salió un destacamento militar campechano con rumbo a Mérida, para prestar auxilio al gobernador.

En marzo, tropas campechanas, al mando de Pedro Celestino Brito, recuperaron el Carmen. Un mes después, Campeche recibía con satisfacción el anuncio de que la Constitución de su Estado había sido ratificada definitivamente por el gobierno federal. De inmediato se iniciaron los trabajos para dotar a la entidad de su primera Constitución Política que sería proclamada el 13 de julio siguiente.

Paralelamente a estos acontecimientos, los conservadores yucatecos promovieron un movimiento contra el gobierno liberal de Irigoyen. Éste, sospechando de los nexos políticos que mantenía el jefe de la línea de oriente, coronel Felipe Navarrete con los sectores opositores a su gobierno, lo había destituido de su cargo. Navarrete organizó inmediatamente una rebelión contra Irigoyen, quien ante la difícil situación, solicitó ayuda a Campeche. En Julio, los destacamentos de la guardia nacional situados en Tenabo, Hecelchakán, Dzibalchén y Calkiní fueron enviados por Pablo García a Yucatán, para unirse a las fuerzas de Irigoyen. Sin embargo, Navarrete logró tomar la ciudadelas de San Benito, en Mérida, y el gobernador yucateco tuvo que abandonar la entidad, para refugiarse en Campeche.

El triunfante grupo conservador de Navarrete integró una junta gubernativa encabezada por él mismo. Los liberales reaccionaron inmediatamente y el coronel Manuel Cepeda Peraza se levantó contra Navarrete; después de varios enfrentamientos, las tropas liberales fueron derrotadas en Chocholá. Las fuerzas de Cepeda Peraza y las campechanas, que las habían apoyado, se replegaron entonces a Hecelchakán, y luego a Campeche, seguidas por los contingentes conservadores que Navarrete había enviado contra dicho puerto. Ante ello, el gobernador García envió a una comisión para entrevistarse con Navarrete, e intentar llegar a un acuerdo pacífico con Yucatán, pero aquél se negó. Campeche preparó entonces la defensa de la ciudad, pero los destacamentos yucatecos, comandados por el general Francisco Cantón, lograron tomar los barrios, al mismo tiempo que la escuadra francesa bloqueaba el mar. Mientras tanto, el 3 de octubre de ese año, una comisión mexicana ofrecía la corona de México al Archiduque Maximiliano de Habsburgo, ensu castillo de Miramar.

La situación de Campeche cada vez fue más crítica, lo que obligó al gobernador García a entrevistarse con el almirante Cloué, jefe de la escuadra francesa, y firmar la capitulación de la ciudad, el 22 de enero de 1864, por lo cual Campeche se rendía a las fuerzas navales de Francia. Inmediatamente, los jefes de las tropas yucatecas, Anacleto Sandoval, Francisco Cantón, Cirilo Baqueiro y Felipe López se pronunciaron por la intervención y reconocieron al gobierno de la Suprema Regencia, quien era el que representaba al gobierno de Maximiliano, pues el gobierno republicano había abandonado la capital de la República, para iniciar su peregrinaje al norte del país.

Pablo García, Manuel Cepeda Peraza, Liborio Irigoyen y otros destacados liberales, fueron expulsados a Cuba. Las tropas de ocupación francesa, en Campeche, fueron sustituidas por fuerzas yucatecas, quedando Navarrete como gobernador y comandante militar de los dos estados. El gobierno de Yucatán reconoció a la Regencia, y lo mismo hicieron el jefe político provisional de Campeche, nombrado por Navarrete, y sus más cercanos colaboradores. Igualmente, se pronunciaron a favor del imperio las poblaciones del distrito de Campeche, incluyendo los del partido del Carmen.

A fines de mayo, arribaron a México, vía Veracruz, los emperadores Maximiliano y Carlota; pero los liberales no cesarían en su empeño por restaurar en México la república federal.

Poco después, el gobierno imperial declaró insubsistente la autonomía de Campeche, reintegrándolo a Yucatán. El Estado, ahora unido, fue gobernado por Navarrete hasta septiembre de 1864, mes en el que llegó a la península el comisario imperial, José Salazar Ilarregui.

Ese mismo mes, Cepeda Peraza retornó clandestinamente a Yucatan, y Pablo García, a Campeche, en diciembre.

A fines de ese mismo año, ya el gobierno imperial empezaba a tener problemas con el sector conservador que le había ofrecido el gobierno del país. El 27 de diciembre se publicó una carta de Maximiliano, en la que el emperador se manifestaba en favor de las leyes de reforma en lo relativo a la desamortización y nacionalización de los bienes del clero; a la administración gratuita de los sacramentos y a otras medidas, causando gran descontento entre los grupos que habían apoyado la intervención.

Para 1865, con el fin de controlar la economía campechana, el comisario imperial nombró a don Joaquín Casasús administrador de la aduana marítima de Campeche, y a don Luis Méndez y al Ing. Santiago Méndez, auditores del consejo del Estado. Además, las fuerzas intervencionistas, situadas en el puerto, fueron reforzadas en abril con el arribo de doscientos soldados austriacos.

Por su parte, los republicanos campechanos también mantenían vivo su deseo de expulsar del país a los franceses. El 1 ° de mayo de 1865. Fuerzas comandadas por Pedro Celestino Brito y Vicente Román Chambró, tomaron Champotón, cuya población se unió a su movimiento republicano; pero éste fue rápidamente sofocado por las tropas imperiales.

En diciembre del mismo año, la emperatriz Carlota visitó campeche y el Carmen, siendo objeto de grandes muestras de simpatía por parte del sector conservador, que para ese momento controlaba el gobierno. Pero el régimen imperial se iba debilitando día a día. Además había terminado la guerra civil norteamericana y los Estados ya fortalecidos, presionaban a Francia, en contra de la intervención en México.

En marzo de 1866, Maximiliano nombró ministro de Gobernación y ministro interior del Estado a Salazar Ilarregui, designando, en su lugar, a don Domingo Burear. En agosto, José Antonio Muñoz se pronunció, en Campeche, contra el Imperio, pero el gobierno intervencionista logró reprimir la rebelión. Con motivo de esta rebelión, Pablo García fue detenido como sospechoso y luego expulsado del Estado. Entonces, García se dirigió a Tabasco, que ya estaba en poder de los republicanos, al igual que gran parte de Veracruz. Ahí, el gobernador tabasqueño, Gregorio Méndez, puso a las órdenes de García un destacamento militar, jefaturado por Pedro Celestino Brito, proporcionándole parque suficiente para asediar Campeche. Brito y García desembarcaron en Lerma el 23 de septiembre y tomaron los barrios de San Román y Santa Ana, aunque después fueron rechazados.

Ante esta situación, que ponía en grave peligro al gobierno imperial en la península, Maximiliano envió de nuevo, como comisario, a Salazar Ilarregui, y nombró prefecto de Mérida a Pantaleón Barrera.

Poco después, las fuerzas republicanas de García y Brito volvieron a asediar Campeche; mientras que las de Manuel Cepeda Peraza cercaban Mérida. Finalmente, en los primeros días de junio, los intervencionistas perdieron Querétaro, y Maximiliano fue apresado y fusilado junto con sus principales colaboradores, los generales Miramón y Mejía.

El día 10 del mismo mes, Campeche cayó en poder de los republicanos. El 12 de junio, fueron fusilados, en Calkiní, los principales colaboradores del Imperio, en Campeche: el general Juan Espejo, jefa de las fuerzas imperiales en Campeche; el Lic. José Dorantes Ávila; y el Sr. José D. Ponce. El día 15, capituló la ciudad de Mérida.

En Campeche, Salazar Ilarregui, comisario imperial salió huyendo hacia los Estados Unidos, pues se acercaban las fuerzas republicanas. Una vez establecido el orden federal, Pablo García se hizo cargo nuevamente del gobierno de Campeche.

La restauración republicana y el porfiriato

Al igual que en otras ocasiones, la eliminación de una causa común, en esta ocasión el Imperio, volvió a dividir a los liberales campechanos, haciendo surgir grupos de oposición a Pablo García. En 1869, el gobernador campechano fue acusado ante el Congreso de la Unión, por personajes de filiación conservadora, de haber colaborado con los intervencionistas, delatando el movimiento de Pedro Celestino Brito en Champotón, y de haber cometido arbitrariedades con funcionarios republicanos, a quienes había depuesto de sus cargos públicos sin que las medidas se justificaran. Mientras el caso se estudiaba, el Congreso obligó a García a dejar la gubernatura en manos de Aznar Barbachano. Pero la oposición persistió en Campeche. Aznar tuvo que dejar el despacho oficial y trasladar sus oficinas fuera del centro de la ciudad, medida que no fue suficiente. La legislatura local nombró como gobernador y vicegobernador interinos a Salvador Donde y a Marcelino Castilla, quienes, a su vez, nulificaron todas las disposiciones que Aznar había tomado como gobernador. Un año más tarde, la Suprema Corte de justicia sentenció a García a ser destituido de su cargo, así como a la suspensión de sus derechos ciudadanos durante año y medio. García fue expulsado de Campeche y se estableció en Mérida, donde fue acogido por el gobierno de Manuel Cepeda Peraza.

Una vez destituido García, el Congreso campechano nombró gobernador interino al Lic. Joaquín Baranda, a quien correspondió terminar el periodo constitucional. En el proceso electoral, que tuvo lugar en 1871, salió electo Joaquín Baranda, a quien se dispensaron cuatro años de edad por no cubrir el mínimo de 35 establecido para ser gobernador. En 1875, al terminar su periodo, fue reelecto. Sin embargo, al pronunciarse la brigada de operaciones de Campeche por el Plan de Tuxtepec, en enero de 1877, su jefe, el general Pedro Celestino Brito, se hizo cargo del gobierno, ante la negativa de Baranda de adherirse al movimiento de Porfirio Díaz contra Lerdo de Tejada. Poco después, el general Juan de la Luz Enríquez, a quien Díaz encargó reorganizar políticamente Chiapas, Tabasco, Yucatán y Campeche, nombró gobernador y comandante militar de esta última entidad al general Juan B. Zamudio, a quien correspondió emitir una convocatoria electoral.

En esta ocasión fue electo gobernador, Marcelino Castilla, quien ocupó el cargo hasta 1889.

Periodo Porfiriano

Hacienda Uayamon; actualmente usada como hotel.

Entre 1880 y 1883, gobernó Campeche Arturo Schiels, y para el siguiente cuatrienio, Joaquín Baranda triunfó de nuevo en las elecciones. Baranda aceptó la gubernatura, pero en 1885, pidió al Congreso campechano y obtuvo licencia indefinida de su cargo, quedando como interino Juan Montalvo. El resto del tiempo que duró el régimen porfirista, de 1887 a 1911, Campeche tuvo, entre licencias y renuncias, catorce gobernadores.

Durante la dictadura porfirista, la economía campechana continuó basándose en el cultivo y comercio de maíz, arroz, caña y ganado para el mercado interno; en la exportación del palo de tinte, de sal y de maderas. Sin embargo, el comercio de la sal se vio afectado por el decreto federal del 7 de octubre de 1881, que permitía su libre importación del extranjero. La industria naviera, que hasta la década de los sesentas había tenido mucho peso, declinó notablemente hacia fines de siglo.

Por otro lado, la extracción y comercialización del palo de tinte, que durante los años críticos de guerra había disminuido por falta de mano de obra, se recuperó rápidamente, manteniendo el partido del Carmen como uno de los dos más importantes del Estado. El otro era Campeche, que también exportaba palo de tinte, maderas y un gran volumen de sal.

En 1881, el gobernador Arturo Schiels, solicitó y obtuvo del gobierno federal la concesión para abrir nuevos canales derivados de los río, Candelaria, Palizada y Champotón, con el fin de utilizarlos para transportar el palo de tinte y otras maderas preciosas. Ello serviría, además, para incrementar las relaciones mercantiles que existían entre Campeche y el estado de Chiapas y Guatemala.

La venta de palo de tinte campechano se incrementó año tras año, hasta llegar a la exportación de cien mil toneladas durante el año de 1896; pero a partir de ese momento, la actividad fue perdiendo importancia y, para 1915, sólo se exportaron al extranjero diecisiete mil toneladas.

La razón de lo anterior estaba en la utilización de colorantes químicos en Europa, los cuales se empezaron a emplear desde 1855 y, para fines de siglo, se habían generalizado en la industria del viejo continente.

En la etapa porfirista, Campeche mantuvo en el mercado sus ya famosas maderas y, asimismo, se inició en la entidad la explotación del chicle, aunque esta actividad solo cobraría importancia hasta principios del siglo XX.

En Campeche, al igual que en el resto del país, los primeros años del siglo XX se caracterizaron por la dominación política y económica de un pequeño grupo que ejerció el poder local, a la manera de Porfirio Díaz en lo nacional. Tal vez con menos uso de la fuerza pública o de guardias blancas, pero no por esto el sistema de explotación fue menos brutal. Los mecanismos de control y la alineación del trabajador crearon condiciones en la que el descontento no produjo levantamientos populares de importancia, salvo pequeños brotes de rebeldía en algunas haciendas y fincas rurales de Tenabo, como la finca "Chilib"; o en Champotón, en las fincas de San Pablo y Haltunchén, en las cuales los protagonistas fueron jornaleros jamaiquinos y huastecos, que fueron controlados sin mayor problema, incluso sin que se registraran enfrentamientos armados.

Se continuó la aplicación de la ley agraria que legitimaba la esclavitud de los peones y sus familiares. Pero, no obstante esta medida para fijar al trabajador en las fincas de campo, oficialmente fue señalado como un problema la baja colonización de tierras laborales; de ahí que se buscara estimular la participación de hacendados en proyectos de inmigración de trabajadores japoneses, de manera experimental, como sucedía en el vecino estado de Yucatán; esta medida no tuvo éxito. Igualmente, se solicitaron prisioneros yaquis al gobierno federal (llegando a Campeche un total de 165, formados por partes iguales de mujeres y niños), sin embargo estos tampoco fueron significativos.

El proceso de acumulación de tierras en pocas manos se aceleró en esta primera década, y en manos de 14 hacendados se acumularon 147 haciendas, que representaban la quinta parte del territorio del estado de Campeche.

La economía fue fundamentalmente agrícola y forestal: maíz, caña de azúcar y henequén fueron los principales cultivos; en lo referente a la explotación forestal, las maderas tintóreas y las resinas de zapote, principalmente el "palo de tinte". Aunque por esas fechas dejaba de ser rentable, a raíz de su casi extinción en los partidos de Champotón y Carmen, y la guerra ruso japonesa que originó el cierre del principal mercado. Por otra parte, el henequén, a pesar de que se incrementó su cultivo, no logró ser dominante en la economía campechana. La caña de azúcar dejó de ser exportada y abasteció al mercado interno de la península.

La inversión extranjera fue menor, en forma directa, que el promedio general en el país, pero controló las ramas fundamentales de la economía. Así, la resina de zapote y el palo de tinte fueron monopolizados por la Compañía Laguna Co. y la Internacional Lumber and Development; y el henequén, Tebro Bros. y la International Harverst Co., todas de capital norteamericano. La Compañía S. Pearson and Son LTD inició la explotación en busca de petróleo en el territorio de Campeche.

Retrospectiva económica

Palo de tinte.

Palo de tinte

Los mayas conocieron y aprovecharon las cualidades del palo de tinte, árbol silvestre que distinguieron con el vocablo ek; desde entonces su presencia influyó en la historia de la región de Campeche, pues fue un recurso que despertó ambiciones, causó beligerancias, provocó enfrentamientos y caracterizó la zona de los ríos, dándole fama internacional bajo el nombre de palo de Campeche. De este palo negro se aprovecharon los indígenas para teñir mantas, de lo cual tomaron conocimiento los españoles para hacer el mismo uso, llevándolo en cantidades considerables a la península ibérica.

Una crónica relativa a esta época señala que cuando los españoles conquistaron la región peninsular, descubrieron grandes cantidades de palo de tinte, al que también denominaron palo de Campeche; así, en lugares donde había ciénagas o en sitios húmedos, encontraron árboles de diez brazos de alto y el grueso de una pipa, que podían producir hasta cuarenta o cincuenta quintales de madera tintórea. Como anteriormente no había sido explotado, su desarrollo era considerable, y en aquellos tiempos su aprovechamiento hubiera exigido numerosos hombres, navíos y muchos años, desde Términos hasta Cabo Catoche.

En una información cursada al rey de España en 1565, Diego Quijada escibió:

También se ha dado a Vuestra Majestad noticia del palo de los tintes que descubrió Marcos de Ayala a quien por Cédula se ha dado facultad para que use de él diez años. Hay de esto tanta cantidad que todas las costas de estas provincias, Yucatán y en la de Tabasco y Nueva España que se pueden cargar cada año todas las carracas del mundo.

Aunque durante el siglo XVI, y la primera mitad del siglo XVII, los españoles ya habían iniciado la explotación del palo de tinte, el establecimiento de los ingleses en la Laguna de Términos —en las tierras aledañas a la Laguna de Términos se producía un tinte de mejor calidad— y Belice, desde la segunda mitad del siglo XVII, fue un factor importante para el aumento de la producción y el control de ella, por parte de los ingleses establecidos en Jamaica; a este punto se enviaba la madera cortada en la Península de Yucatán, y desde ahí se remitía a Europa. La producción de los ingleses se calculaba, a principios del siglo XVIII, en cerca de 4,500 toneladas.

Con el tiempo, el puerto del Carmen ocupó el primer lugar como exportador de la especie maderera de la cual se extraían tinturas de uso generalizado en la industria textil europea. Fue el producto más importante durante la época colonial y hasta fines del siglo XIX, y por su demanda los ingleses, sobre todo, ocuparon por varios años tierras novohispanas en la Laguna de Términos, hasta que fueron expulsados.

Al expulsar a los ingleses de la Laguna, y dueños los españoles otra vez de esa región, trataron de impulsar de nuevo el corte de palo y maderas preciosas. A pesar de la mejor calidad del palo campechano, el que los ingleses extraían de sus posesiones en América lo desbancaba con facilidad, debido a su bajo precio; los elevados fletes y los impuestos no le permitían competir.

A finales del siglo XVIII, la Corona Española trató de mejorar esta situación. En 1774, se declaró al palo de tinte libre de derechos no solamente a su entrada a España sino aún cuando saliese para el extranjero; con ello el negocio cobró importancia; numerosos vecinos del Carmen y Campeche pidieron licencias para el corte.

En 1778, Campeche fue declarado Puerto Menor y, en 1796, el Carmen fue elevado a la misma categoría, con lo que muchas trabas legales para el intercambio entre los diversos puertos del imperio español desaparecieron. Debido a estas medidas, ya que la industria textil europea fue necesitando cada vez mayores volúmenes de algodón y colorantes, especialmente del palo de tinte, éste alcanzó un gran auge a fines del siglo XIX.

La explotación del palo de tinte, así en los años coloniales como en las primeras décadas del siglo XIX, estuvo regulada por el Reglamento de Montes para el presidio del Carmen y su distrito, fechado el 25 de septiembre de 1795. Las condiciones portuarias tuvieron diversas nominaciones conforme las políticas del gobierno de México en los años posteriores a la Independencia. Si tres siglos fueron importantes en las jornadas de explotación, el árbol silvestre enriqueció a muchas familias de abolengo empresarial en el Carmen durante el siglo XIX. La prosperidad llegó a ser de tal importancia que el Carmen tuvo 12 muelles, ocupados por barcos de vela de 400 a 800 toneladas, y otros tantos anclados esperando turno para hacer sus operaciones. En su momento también llegaron enormes vapores de hasta 4 000 toneladas que cargaron maderas de cedro y de caoba.

En 1861, en la zona productora, el estado de Campeche contaba con 37 haciendas y 23 ranchos, dedicados fundamentalmente al cultivo de caña de azúcar y a la ganadería; hacia el sur peninsular, en torno a las poblaciones de el Carmen y Palizada —pantanos y ríos— crecía con exuberancia el palo de tinte, en un paraje al que solamente se podía acceder por vía fluvial o marítima. El recurso natural estimuló ambiciones que cancelaron la producción de café, cacao y arroz, ya que los habitantes eran enganchados para irse a los tintales con la promesa de mayores sumas de dinero.

En los años formativos del estado de Campeche la configuración del terreno exigía variantes en el aspecto agrícola. En 1868 en el Partido de Champotón siguió fomentándose el cultivo de la caña, arroz, maíz, tabaco y henequén; su producción era reducida por la falta de brazos y la inseguridad por los sirvientes endeudados. Cuando se fracasaba en las cosechas, la explotación de maderas y palo de tinte compensaba las pérdidas; sin embargo, fue descendiendo la actividad, aunque aún en 1886 estaba sujeta a derechos fiscales del municipio y del estado. El 7 de agosto de 1894 el gobernador hizo notar en su informe que, de los productos más importantes con que se contaba, el palo de tinte era el que ocupaba el principal renglón en materia de exportación. La Ley de Hacienda del 9 de diciembre de 1895 consideró como ingreso el corte de la tintórea, y no podía ser de otra manera ya que en 1896 alcanzó el máximo volumen con un millón de quintales, es decir unas 46 000 toneladas.

El palo de tinte resintió también los conflictos internacionales y, en consecuencia, internos; por ejemplo, el gobernador Aznar y Cano dijo el 7 de agosto de 1906 que la guerra ruso-japonesa de 1904, al cancelar los mercados más consumidores de palo de tinte, había reducido la exportación, produciéndose una baja en los ingresos de la entidad. Restablecida la paz en Oriente en 1905, volvió a exportarse, produciendo ingresos al erario por razón del impuesto respectivo, "a pesar de las dificultades que en los mercados de consumo crea la tremenda crisis política y económica por la que actualmente atraviesa el Imperio Ruso". El dramático final se apunta el 7 de agosto de 1909 cuando el gobernador aludió al precio, que iba a la baja con desesperante firmeza, y concluyó "...continúa en situación tan desastrosa que no paga ni los gastos de producción". En ese mismo año las exportaciones fueron, en primer lugar, las maderas finas, con recaudación de 1827 832 pesos; chicle en marquetas, 815 713 pesos; y el palo de tinte, 103 713 pesos.

La industria europea había requerido del mencionado recurso natural, pero aparecieron los productos químicos, que sustituyeron la madera tintórea, y vino la consecuente baja de precios y el comercio opulento del palo de Campeche desapareció en los primeros años del siglo XX; además, la guerra europea que inició en 1914 paralizó la navegación.

Maderas preciosas

En el siglo XIX, las compañías madereras estadounidenses talan maderas preciosas cedros, caoba y guayacán y duras tropicales, chechén, chacá, granadillo, pucté.

Chicle

Incisiones hechas en la corteza del chico zapote para la extracción del látex.

En la década de 1880 la actividad chiclera llamó la atención, fue entonces que el gobernador Joaquín Keerlegand advirtió al Congreso local de la necesidad de dictar disposiciones convenientes para desarrollar la industria chiclera que había surgido en el partido del Carmen.

La zona principal donde crece el árbol conocido con el nombre de chico zapote está precisamente en Campeche y Quintana Roo. El chicle era recuperado por incisiones hechas en la corteza del árbol —que crecía de manera silvestre— y después era sujeto a un proceso de cocción; el árbol requería de abundante lluvia. En 1930 se calculó que la extensión de terreno explotable era de 2 360 346 hectáreas. Fue en el estado de Veracruz donde por primera vez se extrajo el producto, por lo que no es extraño que Santa Anna, originario de aquella región, lo acostumbrara, refiere Federico Heuer que en uno de sus numerosos destierros, el dictador Antonio López de Santa Anna se fue a radicar a Nueva York, donde entabló amistad con el señor James Adams, al que le llamó la atención observar que el general masticaba un pequeño objeto elástico, de color pardo y que desprendía en pequeños trozos de una pasta mayor. Cuando Santa Anna regresó a México le dejó al señor Adams el producto. El estadounidense tuvo la idea de agregar al chicle color y sabor, con lo que inició el consumo de la goma de mascar, que fue con el tiempo una industria valuada en millones de dólares.

En 12 años, de 1930 a 1942, solamente la aduana de Campeche manejó 13 925 000 kilos de látex, y la del Carmen 8 715 000 kilos. Esta riqueza natural alentó una raquítica economía y sostuvo las necesidades del erario, al grado de que la Ley de Hacienda de 1895 consideró de manera especial su explotación.

Los bosques parecían de una riqueza interminable. Fue tanta la importancia del chico zapote, que entre 1939 y 1943 la producción chiclera representó 60% del presupuesto estatal. Campeche fue durante muchos años el principal productor y exportador de chicle, hasta que se debilitó el mercado después de la segunda Guerra Mundial, en virtud de la aparición de sustitutos químicos del producto. [1]

Pesca

A mediados del siglo XIX se hizo el primer recuento de la riqueza pesquera en aguas campechanas, de especies cuyo alto valor todavía no se descubría y otras que se han extinguido. Los autores citados señalaron la existencia del lobo o puerco marino en Isla Arena; el lagarto, caimán o cocodrilo tenía su asiento principal en el Río Champotón. Peces innumerables de especies no clasificadas "hacían imposible el hambre"; citaron el "zaque", pequeña sardineja; el bucay, pejepluma, corcovado, roncador, pámpano, robalo, esmedregal, que "no sólo cubre la mesa de los ricos, sino que sirve también de inextinguible materia a las salazones del pescador"; cazón, lisa, sierra y tortuga, siendo la de carey muy notable en la Laguna de Términos. Igualmente había en abundancia ostión, cangrejo, jaiba, caracol, calamar y langosta. En 1895 al realizar otra evaluación, Alfonso Luis Velasco contó: bonito, anguila, bagre, bobo o perca negra, caballito de mar, cabrilla, curvina, dorado, mantarraya, mero, mojarra, peje espada, raya, sabalote, esturión, tintorera y trucha. Crustáceos como asela, branquipo, camarón, camaroncillo, cochinita, charal de mar. Moluscos: almeja, argonauta bucarda y pulpo; y por supuesto el peje lagarto en el río Palizada.

Todos estos elementos demuestran la antigua fama de la riqueza de la sonda de Campeche; pero su explotación comercial tardó más de un siglo, pues alcanzó su máximo desarrollo entre 1977 y 1982. Después sus índices descendieron radicalmente por la crisis económica, entre otras razones.

Las costas campechanas siempre se han caracterizado por su riqueza y variedad de productos pesqueros. La población posee una verdadera tradición tanto en lo relacionado con la captura de especies, como en la preparación para su consumo. Cuando el conquistador español arribó a tierras campechanas se encontró con actividades pesqueras organizadas y hasta con una deidad de la pesca que era adorada por los moradores de la región y que estaba instalada en un islote frente a Champotón.

Cuenta Roberto Bolívar Cetina que en 1937 fondeó un barco japonés de nombre Sapporo Maru frente a la barra de Isla Aguada, con la misión de conocer lo que sucedía 40 millas a la redonda. Pero el comienzo de la Guerra Mundial impuso un tiempo de silencio y peligro y no fue sino 10 años más tarde cuando aparecieron los primeros barcos estadunidenses en laguna del Carmen. Los pobladores les relataron que el Sapporo Maru había investigado el camarón blanco gigante, cuya captura iniciaban, y ya para 1948 había flotas extranjeras en el Carmen. Luego aparecieron la especie rosada y el camarón café, de valor internacional. Escribe Bolívar:

Los primeros años de pescar camarón en la sonda de Campeche fueron duros: los suelos estaban sucios; por tal motivo se tenía que levantar el equipo cada hora. No aparecía el nailon, la seda, y en lugar de la cadena espantadera como hoy se usa, se utilizaba plomada; la maniobra había que hacerla con el barco atravesado, pues se usaba un solo equipo. En fin, fue duro el comienzo. Nadie de los armadores aquellos hicieron gran fortuna como la hicieron los que posteriormente fueron los dueños de las flotas que siguieron creciendo hasta convertirse en una industria poderosa.

Este fue el principio de explotación del recurso natural que marcaría la economía los siguientes 35 años. Las bondades entre esta industria y las que la precedieron, como la del palo de tinte y maderas preciosas, permitieron la diversificación de las actividades ocupacionales de la región.

En 1970 la pesca se efectuó con 800 embarcaciones cuya capacidad fluctuaba entre tres y 50 toneladas. Las estadísticas registraron 22 congeladoras y empacadoras de productos pesqueros, cuatro astilleros, una escuela práctica de pesca y dos estaciones de biología.

Los pescadores realizaban sus actividades en dos formas: como permisionarios libres y organizados en sociedades cooperativas. Los pescadores libres carecían de capital y de fuentes de financiamiento adecuadas para realizar una explotación en mayor escala. Las cooperativas pesqueras tenían vicios de origen muy arraigados que llevaron a la necesidad de cancelar unas, y a otras, fue urgente otorgarles un financiamiento más amplio a fin de que también pudieran salir del estancamiento en que se llegaron a encontrar en algunos momentos. Por las razones económicas señaladas, estos pescadores difícilmente aprovecharon la tecnología moderna para sus actividades.

En 1976 comenzó el auge del petróleo, a partir de entonces, el presidente López Portillo confió en que la pesca y el petróleo de Campeche eran la abundancia eterna para México. Los dos recursos se fomentaron y desarrollaron casi paralelamente hasta que una gran conflagración los puso frente a frente: el derrame petrolero del Ixtoc.

El accidente del Ixtoc, sirvió para poner de manifiesto un hecho: que el vertiginoso desarrollo de la industria petrolera podía colocarla en curso de colisión con la industria la pesquera, fuente de divisas y de ocupación para decenas de miles de personas.

En 1982 ocurrió la crisis internacional que derrumbó los precios del petróleo y arrastró al sector pesquero, después de cobrar gran auge e importancia en el siglo XX, la industria pesquera de altura iría paulatinamente desapareciendo hasta iniciarse este mismo siglo.

Petróleo

Véase más adelante: Sector energético

Plataforma Petrolera en la Sonda de Campeche.

En 1982 Campeche empezó a ser más citado por la producción petrolera que por sus notables recursos pesqueros. La flota de captura camaronera comenzó a desintegrarse. Se repitió el ciclo que fracturó al palo de tinte y las maderas preciosas, como también al chicle. Después del camarón y la pesca, surgieron el petróleo y su industria.

A principios del siglo, la compañía Pearson realizó investigaciones en tierra firme que no dieron ningún resultado concreto. Era el mar el que tenía reservada otra riqueza. Rudesindo Cantarell, dueño de un barco pesquero, descubrió la zona petrolera más importante de México frente a las costas de Ciudad del Carmen. Antes de morir en Isla Aguada, en mayo de 1997, contó que en el año de 1961 operaba en el golfo de Campeche:

"[...] en una ocasión después de tres días, bajó hacia el Sur. Como a eso de las diez de la mañana, cuando hacía calma, vi algo que parecía una mancha de aceite en el mar. Por un momento pensé que podía ser de otro barco. La verdad no le tomé mucha atención. Anduvimos como a unos treinta metros de distancia del manchón y ahí fondeamos. Por la noche nos pusimos a pescar y volvimos a ver la mancha, que era como de 100 metros de largo. Cinco días después, ahora sí me llamó mucho la atención hasta que me acerqué. Vi una burbuja, luego otra y otra. Entonces les grité a los demás: ¡Vengan a ver esto, creo que es petróleo!."

El propio Rudesindo señaló que guardó silencio por algunos años, no muy seguro de que su descubrimiento fuera trascendental, pero entre dudas y reflexiones creyó haber visto algo importante para el país, y en un viaje a Veracruz le confió a un amigo petrolero sus observaciones, y éste le dijo que fuera a las oficinas de Pemex en Coatzacoalcos. No le creyeron, pero tres años más tarde, en marzo de 1971, llegaron técnicos buscándolo y Cantarell los llevó al lugar. Así se enteró de la enorme reserva energética que había descubierto. En 1976 comenzó el auge del petróleo, que en ese entonces tenía importancia y precio internacional. En ese año se terminó el pozo Chac 1, quedando así instalada la primera estructura. A ella siguieron otras como Akal y Nohoch, que constituyen lo que ahora se conoce como Complejo Cantarell.[2][3]

Declinación de Cantarell:

En diciembre de 2008, Cantarell, el campo que fue considerado el quinto más importante del mundo, registró una plataforma de producción de 853 mil barriles diarios, el nivel más bajo registrado por este yacimiento en los 20 años anteriores.

Para 2008, Petróleos Mexicanos estimó inicialmente que el campo produciría un millón 312 mil barriles diarios en promedio. Sin embargo, arrojó un nivel de producción de un millón 47 mil barriles diarios en promedio, lo que significa 265 mil barriles diarios menos de lo previsto originalmente. Ante ello, Pemex inicio una estrategia de inversión agresiva para recuperar el mayor volumen de petróleo posible de este yacimiento mediante inversiones que podrían alcanzar 71 mil millones de dólares entre 2009 y 2026.[4]

La declinación del Complejo Cantarell es la principal causa de la caída de la producción de crudo en México; en el año 2004 la producción de Cantarell representaba el 63.2% de la producción nacional de crudo.[5]

En febrero de 2009 Petróleos Mexicanos anúncio que Cantarell había sido desplazado en producción por el Complejo Ku-Maloob-Zaap (localizado también en la Sonda de Campeche), al alcanzar este último una producción diaria de 787,000 barriles de crudo, 15,000 más que Cantarell.[6]

Períodos del Campeche actual

Malecón de San Francisco de Campeche.

En 1997 el C. José Antonio González Curi (PRI) ganó unas controvertidas elecciones para ocupar la gubernatura en el periodo 1997-2003.

Durante este gobierno sobresale el pago total de la deuda pública, la reducción de la tasa de desempleo con la instalación de maquiladoras y empresas de comercio y servicios, el crecimiento del turismo, la construcción de escuelas preparatorias en el medio rural, la entrega de becas a jóvenes de bajos ingresos y la construcción de los malecónes de San Francisco de Campeche y Carmen. También se lograron dos declaratorias Patrimonio de la Humanidad: el centro historico de la ciudad de San Francisco de Campeche y la ciudad maya de Calakmul; además, se inició un proceso de modernización de las carreteras federales. Solo por mencionar algunas cosas.

En 2003 el C. Jorge Carlos Hurtado Valdez (PRI) ganó las elecciones para ocupar la gubernatura en el periodo 2003-2009.

Durante este gobierno sobresale el reconocimiento de la federación al estado de su estatus de estado petrolero, con lo que se logran importantes recursos anuales; el impulso al turismo, con la atracción de diversas inversiones, la promoción turística y la construcción de infraestructura, además de la elaboración con apoyo del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, del Programa Regional de Desarrollo Urbano-Turístico del Corredor Escárcega-Xpujil, el Programa Regional de Desarrollo Turístico del Corredor Costero: Ciudad de San Francisco de Campeche–Ciudad del Carmen y el Programa Maestro de Desarrollo Turístico del Municipio del Carmen; los avances en infraestructura de salud, destacando la construcción del Centro Médico de Alta Especialidad en San Francisco de Campeche; los avances en educación, con la construcción de diversas escuelas de educación superior y la entrega de becas y un importante programa de desarrollo social en las comunidades rurales.

Parque principal de la ciudad de San Francisco de Campeche.

También se continuó la modernizacion de las carreteras federales en diversos ejes troncales, se inició la ampliación de los puertos de Seybaplaya e Isla del Carmen, se iniciaron los estudios para el saneamiento de la Bahía de Campeche y se construyeron importantes obras para dotar de agua y eléctricidad a numerosas comunidades del municipio de Calakmul y resolver los problemas de agua en Ciudad del Carmen. Además sobresale la baja tasa de desempleo con el establecimiento de nuevas empresas y la creación de un importante programa crediticio para fomentar el autoempleo, denominado Fondo Campeche. Entre las inversiones que destacan se encuentra la del complejo turístico Campeche Playa Golf Marina and Spa Resort, esta es una inversión española de 800 millones de dólares cuya construcción inició en 2007 en playas del municipio de Champotón.

El 5 de julio de 2009 luego de una intensa actividad política en todo el territorio estatal se llevaron a cabo elecciones para elegir gobernador, diputados federales, diputados locales y presidentes municipales. El C. Fernando Ortega Bernés resultó electo para ocupar la gubernatura en el periodo 2009-2015.

Economía

Archivo:Uvacampeche.jpg
Viñedo ubicado en el complejo agropecuario Santa Genoveva, primer viñedo del sureste mexicano.[7][8]

Regiones económicas

Indicadores

  • PIB 2004 (a precios corriente): 8,197
  • Participación nacional: 1.2%
  • Variación anual: 2.25%

Población por sectores económicos

  • Población total: 771,822
  • Población económicamente activa: 335,038
Archivo:Corredor2.jpg
El Programa Regional de Desarrollo Urbano-Turístico del Corredor Escárcega-Xpujil pretende posicionar a la franja carretera comprendida entre estas dos localidades, "como uno de los destinos más importantes de América Latina y el Caribe", a tráves del desarrollo de proyectos turísticos contemplados dentro de la marca turística "Selva Maya"; el desarrollo del programa se proyecta en tres etapas hacia el año 2025. En 2008 se concluyó también el Programa Regional de Desarrollo Turístico del Corredor Costero: Ciudad de San Francisco de Campeche–Ciudad del Carmen.[9]
  • Población ocupada total: 328,907
  • Población desocupada total: 6,131
  • Agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca: 60,369
  • Extractiva y electricidad: 10,416
  • Manufacturera: 31,636
  • Construcción: 34,461
  • Comercio: 54,458
  • Servicios: 111,243
  • Gobierno y organismos: 25,685

Incentivos y oportunidades de inversión

  • Exención temporal del impuesto del 2% sobre nóminas, hasta por 2 años.
  • Tasa preferencial en la inscripción de actos jurídicos ante el Registro Público de la Propiedad y el Comercio: 50% empresas nuevas y 30% empresas en expansión.
  • Construcción de edificios otorgados en comodato hasta por 5 años.
  • Perforación y acondicionamiento de pozos artesianos y/o residuales (CNA).
  • Reducción de hasta 20% en precio de venta de inmuebles propiedad del Estado (CABIN).
  • Aportación estatal condicionada a la realización de obras de infraestructura y servicios, de acuerdo a los proyectos de inversión (SEOPC).
  • Nivelación, relleno y compactación de terrenos.
Archivo:AcuaculturaCam.gif
Granja acuicola en el poblado de Bethania. La acuacualtura es una de las muchas actividades productivas con un gran potencial en Campeche.
  • Construcción y/o pavimentación de caminos.
  • Construcción de carriles de aceleración y desaceleración.
  • Construcción de obra de electrificación.
  • Construcción de obras hidráulicas e instalaciones de agua.
  • Construcción de obras de drenaje y tratamiento de agua.
  • Aportaciones en efectivo, en concepto de crédito.
  • Tasa preferencial en el predial 0.1% (una décima por ciento) valor catastral.
  • Tasa preferencial en el impuesto sobre la adquisición de inmuebles 0.1% (una décima por ciento).
  • Exención del pago de derechos.
  • Licencia de funcionamiento.
  • Licencia de uso de suelo.
  • Licencia de construcción.
  • Constancia de alineamiento.
  • Agua potable (exención).
  • Agua potable (tasa preferencial).

Sectores que ofrecen oportunidades especiales:

Turismo e industria relacionada al sector petrolero.[10]

Turismo

Espadaña de la iglesia de San Francisquito, San Francisco de Campeche.

La importancia del turismo ha aumentado notablemente en los últimos años.[11]

Apuntalando la actividad turística los lugares emblemáticos en Campeche son:

  • Haciendas: en estas floreció y operó durante siglo y medio, de 1850 hasta finales del siglo XX la famosa agroindustria henequenera. Dispersas a lo largo del estado, algunas han sido reconstruidas y rehabilitadas con fines turísticos. Haciendas: Uayamón, Blanca Flor, San Luis Carpizo, San José Carpizo, Chunkanán, Tankuché, etcétera.
  • Sitios arqueológicos mayas: el estado de Campeche cuenta con el mayor número de sitios arqueológicos abiertos al público con 17; destacan Calakmul, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad; Edzná, Becán, Chicanna, Xpujil, El Tigre, Hormiguero, Hochob, Balamkú, Santa Rosa X'tampak, Río Bec, etcétera. Aún hay cientos de sitios por explorar.
Archivo:Islaaguada.jpg
Playa en Isla Aguada.
  • Una costa llena de bellezas naturales: la extensión del litoral de Campeche es de 523.3 km; al norte del estado existe una extensa franja costera conformada por manglares; hacía al sur, en la zona donde entran en contacto la línea de costa con la Sierra Alta, el litoral se vuelve pedregoso, con salientes y ensenadas; luego, en dirección a la Península de Atasta, se forma una extensa franja de playas de gran importancia por la anidación de diversas especies de tortugas marinas, en esta misma zona también sobresale la Isla del Carmen y su importante centro de población: Ciudad del Carmen. Playas: Punta Xen, Chenkán, Sabancuy, Isla Aguada, Puerto Real, Punta San Julián, Bahamitas, Tortugueros, Playa Norte, etcétera.
  • Sitios arqueológicos subacuáticos: en los últimos años se han hallado más de 130 sitios arqueológicos frente a las costas de Campeche, estos abarcan desde la prehistoria hasta el siglo XX, pero en su mayoría se trata de barcos hundidos ubicados en arrecifes de coral poco profundos; además existen múltiples naufragios codiciados entre los que sobresale la nave almiranta Nuestra Señora del Juncal, un galeón de la Flota de la Nueva España que naufragó en 1631, cargado con caudales de monedas de oro y plata; también se encuentran ubicados a más de 100 km frente a la costa, la zona de arrecifes del banco de Campeche, formado por algunos arrecifes emergentes los cuales contienen pequeños cayos: Cayo Arcas (Cayo del Oeste, Cayo del Centro y Cayo del Este), los Arrecifes Triángulos (Triángulo Oeste, Triángulo Este y Triángulo Sur); entre otros, existen también bancos sumergidos como el Banco Obispo. Todo esto hace de la Sonda de Campeche, un lugar idóneo para la práctica del submarinismo.


Panorámica de la Zona Arqueológica y Reserva de la Biósfera de Calakmul, la reserva ecológica tropical más grande de México:


Sector energético

El estado de Campeche produce produce el 70% del crudo y más del 30% del gas natural de México, lo que hace que la principal actividad que se desarrolla en esta entidad sea la actividad petrolera en la llamada Sonda de Campeche, aportando el 45.2% del PIB estatal, esta situación convierte a la entidad en un centro donde se requieren de servicios complementarios para las actividades de exploración y producción de crudo que desarrolla la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos.

Indicadores que alentan al sector complementario de Petróleos Mexicanos en el estado:

  • Carga portuaria, lugar 1
  • Empresas certifcadas como “limpia”, lugar 1
  • Disponibilidad de capital y PIB industrial, lugar 1
  • Productividad laboral, lugar 3
  • PEA que ha recibido capacitación, lugar 5
  • PEA con estudios superiores y posgrado, lugar 10
  • Demandantes de conficto laboral, lugar 11
  • Porcentaje de Inversión sobre gasto total del gobierno, lugar 6
  • Degradación de suelos, lugar 10[14]

Infraestructura

  • Puertos. Seybaplaya (altura), Isla del Carmen (altura), Cayo Arcas (PEMEX), Lerma (cabotaje), Champotón (cabotaje) y San Francisco (cabotaje)
  • Aeropuertos. Aeropuerto Internacional Ing. Alberto Acuña Ongay de San Francisco de Campeche y Aeropuerto Internacional de Ciudad del Carmen
  • Longitud de la red carretera. Año: 2005 Nacional: 355,796 km Estatal: 5345 km
  • Lonitud de la red ferroviaria. Año: 2005 Nacional: 26,662 km Estatal: 415.6 km
  • Densidad de líneas telefónicas (por cada 100 habitantes). Año: 2006 Nacional: 18,94 Estatal: 11,00
  • Líneas telefónicas residenciales y no residenciales. Año: 2006 Nacional: 19.860.911 Estatal: 84.571
  • Disponibilidad de energía electrica. Año: 2005 Nacional: 96,6% Estatal: 94,5%
  • Disponibilidad de drenaje. Año: 2005 Nacional: 84,80% Estatal: 80,00%
  • Disponibilidad de agua. Año: 2005 Nacional: 87,80% Estatal: 88,70%[15]

Estadisticas Sociodemográficas

  • Población Total. Año: 2005 Nacional: 103.263.388 Estatal: 754.730 (0,73%) Lugar Nacional: 30°
  • Eda Media (Años). Año: 2005 Nacional: 24 Estatal: 24 Lugar Nacional: 14°
  • Esperanza de vida. Año: 2006 Nacional: 74,5 Entidad: 74,6 Lugar Nacional: 20°
  • Tasa bruta de mortalidad (número de defunciones por mil habitantes). Año: 2006 Nacional: 4,9 Estatal: 4,6 Lugar Nacional: 22°
  • Condicion de alfabetismo. Año: 2005 Nacional: 91,6% Estatal: 89,5% Lugar Nacional: 23°
  • Promedio de escolaridad de la población de 15 años y más. (Años). Año: 2005 Nacional: 8,1 Estatal: 7,9 Lugar Nacional: 21°
  • Población con derechohabiencia a servicio médico (%). Año: 2005 Nacional: 46,9% Estatal: 58,3% Lugar Nacional: 12°
  • Relación de dependencia. Año: 2005 Nacional: 66,1 Estatal: 64,5 Lugar Nacional: 20°
División Político - Administrativa del estado de Campeche.
  • Indice de desarrollo humano. Año: 2004 Nacional: 0,8031 Estatal: 0,8263 Lugar Nacional: 9°[16]

División Político - Administrativa

La base de la división territorial, de la administración pública y de la organización política estatales es el Municipio Libre, administrado por un ayuntamiento de elección popular, cuyo primer regidor es el alcalde o presidente municipal; radicando éste en la cabecera municipal, localidad que también alberga a los síndicos y regidores del cabildo municipal, un secretario, un tesorero y varios servidores públicos más; con una duración en el cargo de 3 años.

Municipios que conforman el estado de Campeche:

  1. Calkiní
  2. Campeche
  3. Carmen
  4. Champotón
  5. Hecelchakán
  6. Hopelchén
  7. Palizada
  8. Tenabo
  9. Escárcega
  10. Calakmul
  11. Candelaria

Cultura, Campechanidad

Gastronomía

La variada alimentación de los mayas se enriqueció más con la llegada de los españoles. Los navegantes aportaron a la gastronomía local nuevos componentes y formas de preparación.

Algunos de los ingredientes y platos más característicos de Campeche son el cazón con el que se hacen panuchos, empanadas, tamales, tacos y pan de cazón, el pámpano en escabeche, camarones al coco, en paté, en coctel y en platillos calientes. El chile x´catic se prepara con relleno de cazón y capeado. De los cangrejos, se comen las patas en frío, con distintos aderezos. Único en sabor es el papaché, que se cría en los manglares.

Hay esmedregal, raya, sierra, pulpos, calamares y muchas más especies marinas. Entre los platillos típicos que no provienen del mar, están los tamales de harina colada, rellenos de picadillo de puerco o de carne de gallo, capón con salsa de achiote. El pibinal, elote tierno cocido, y las tortillitas de maíz nuevo con manteca (xuá), almendras, vainilla, ron, mezcal o aguardiente.

El chile habanero es el más común para las salsas, aunque también se utilizan otros para hacer adobos; el achiote es muy apreciado así como las especias y hierbas de olor.

Un gran pilar de la gastronomía campechana es sin duda la enorme variedad de productos que el mar le ha proporcionado a sus habitantes desde tiempos inmemoriales. Las diversas especies de pescado y el camarón han sido los principales ingredientes de muchos de los alimentos de la región, aunque no hay que olvidar aquellos que pertenecían originalmente a la cultura maya, como el pavo, el venado, el jabalí y posteriormente el cerdo, introducido por los españoles.

La comida campechana es muy similar a la yucateca, de modo que en ella encontramos expresiones culinarias como el queso relleno, la cochinita pibil, el relleno negro, el pan de cazón y el famoso mucbil-pollo. No obstante, podemos mencionar algunas especialidades de la cocina campechana que son dignas del gourmet más exigente, como los ostiones fritos, el pámpano empapelado con achiote y una pizca de cominos, o el calamar relleno de camarón y los tamales rellenos de hoja de chaya y huevo cocido envueltos en hojas de plátano. En el extenso territorio del estado de Campeche encontraremos siempre un rincón, una pequeña fonda o todo un restaurante en donde saborear otros guisos de la invención de los lugareños, como el pámpano poc-chuk, el pámpano en salsa verde, los cangrejos en distintas formas, la carne de venado asada a las brasas con achiote y, para concluir, los inmejorables cocteles preparados con los más ricos y variados mariscos.[17]

Traje Regional de Campeche

Artesanías campechanas; blusa del traje regional.

El traje regional del estado de Campeche es mestizo y tiene su origen en el estreno. En el caso de las mujeres, estas solían estrenar cuatro veces al año: en el carnaval y en las fiestas de San Juan, San Román y la Purisima Concepción. En aquella época las patronas le relagaban a su servidumbre los ajuares completos, que con el paso del tiempo se convirtieron en el traje típico de la mujer campechana .

La mujer campechana, especialmente la que vivía dentro del recinto amurallado de San Francisco de Campeche, vistió al principio el "huipil", con una blusa o camisa que conserva la misma hechura de la parte superior del "huipil" original, la blusa se borda a mano con hilos negros al rededor del cuello, de forma cuadrada y de las mangas y del cuello. Los motivos que se bordan están inspirados en las flores de cebolla y calabaza; la primera es más vistosa y más rica en belleza, plasmándose sobre el fondo bordado de lino un bordado de hilo de algodón negro con los símbolos del escudo de la ciudad, murallas y naves con velamen en actitud de arribo. La orilla del cuello y de las mangas lleva un breve encaje que confeccionan con hilos negros y con la misma aguja que han bordado el "punto de cruz". Este encaje se denomina "puntillo" y algunas personas lo llaman "lomillo".

La falda o saya que llega hasta los tobillos es de percal o zaraza, tafeta fina estampada o brocado español, a veces termina con un olán de la misma tela al cual le llaman "arandela". Debajo de la saya lleva una pollera blanca, llamada enagua, recogida al igual que la saya. Complementan el traje un hermoso reboso de Santa María, que saben llevar con gran garbo; este reboso ha sustituido definitivamente la pañoleta o mantilla que anteriormente se portaba. Por último las chanclas o chancletas, confeccionadas en suela dura y charol negro sobre en que se afanan los zapateros con bordados en hilera blanca. Estas chanclas, tienen una reminiscencia morisca. Las puntas se proyectan hacia arriba, en la parte trasera en breve tacón, ya que gustan las bailadoras de armonizar en los sonidos musicales con el golpe del tacón al bailar, el folclore. Se adornan el pelo con peinetas de carey, semicirculares con incrustaciones de oro, monedas antiguas y piedras preciosas.

De su cuello pende una gruesa cadena de oro llamada "soguilla salomónica". A veces éstas son tan largas, que abarcan tres vueltas al cuello, llegando hasta la región del ombligo. De esta soguilla penden invariablemente seis monedas antiguas de diez pesos de oro y rematadas por un doblón español o una imagen pesada de oro puro. Los aretes son monedas y a veces una paloma prendida en el óvulo de la oreja; sostienen las alas y el pico, respectivamente, breves cadenillas que rematan en esferas de oro puro. Su peinado es una larga trenza y moño de vistoso color.

El traje típico masculino consta de pantalón blanco, ancho en las caderas y camisa blanca larga abrochada con botones de oro unidos por una cadena, sombrero de jipi japa, y por calzado, alpargatas de piel de ganado vacuno, con medio tacón.

Véase también

Referencias

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