Batalla de Inglaterra

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Batalla de Inglaterra
Parte de Segunda Guerra Mundial

Heinkel He 111 durante una de las batallas aéreas.
Fecha De julio de 1940 a octubre de 1940
Lugar El Canal de la Mancha y el Bandera del Reino Unido Reino Unido
Coordenadas 54°N 2°O / 54, -2
Resultado Victoria decisiva británica
Beligerantes
Bandera del Reino Unido Reino Unido
Bandera del Reino Unido Imperio británico
Bandera de Polonia Polonia
Bandera de Checoslovaquia Checoslovaquia
Bandera de Alemania Alemania
Bandera de Italia Reino de Italia
Comandantes
Bandera del Reino Unido Hugh Dowding

Bandera del Reino Unido Keith Park
Bandera del Reino Unido Trafford Leigh-Mallory
Bandera del Reino Unido Quintin Brand

Bandera del Reino Unido Richard Saul
Bandera de AlemaniaHermann Göring

Bandera de AlemaniaAlbert Kesselring

Bandera de AlemaniaHugo Sperrle
Fuerzas en combate
1.464 cazas
1.380 bombarderos
428 Stukas
569 aviones de reconocimiento
233 guardacostas
Bajas
1.023 cazas
524 bombarderos
27.540 civiles muertos
32.138 civiles heridos
873 cazas
1014 bombarderos

La batalla de Inglaterra es el nombre con el que se conoce al conjunto de combates aéreos librados en cielo británico y sobre el Canal de la Mancha, entre julio y octubre de 1940, cuando Alemania buscó destruir a la Royal Air Force (RAF) para obtener la superioridad aérea necesaria para una invasión de Gran Bretaña, la operación León Marino.

Ni Adolf Hitler ni la Wehrmacht creían posible conseguir una invasión anfibia con éxito hasta que la RAF hubiera sido neutralizada. Los objetivos secundarios eran destruir la producción de aeronaves y las infraestructuras terrestres para obligar al gobierno británico a buscar alguna solución negociada. Los alemanes fueron derrotados por los británicos, lo que sirvió a los Aliados para utilizar Gran Bretaña como base para invadir Europa en 1944.

Algunos historiadores han discutido sobre el hecho de que ningún tipo de invasión hubiera sido posible dada la superioridad masiva de la Royal Navy sobre la Kriegsmarine; dicha operación probablemente hubiera sido un desastre. Se argumenta que la Luftwaffe hubiera sido incapaz de evitar la intervención decisiva de los cruceros y destructores de la Royal Navy, incluso con superioridad aérea.

La batalla de Inglaterra fue la primera gran batalla enteramente disputada en el aire. Fue la mayor y más concurrida campaña aérea habida hasta hoy y la primera prueba de las estrategias de bombardeos que emergieron desde la Primera Guerra Mundial y fue también la primera vez durante esta guerra que Alemania era derrotada, viendo frenadas sus ambiciones. Esta derrota supuso que, al invadir Hitler la URSS en 1941, Alemania lucharía en una guerra con dos frentes abiertos a la vez, contradiciendo sus ideas expuestas en Mein Kampf, en las que exponía la desventaja geográfica de Alemania, posicionada entre las potencias democráticas occidentales (como el Reino Unido y Francia) y el gobierno socialista de la URSS, respecto a otras potencias y por lo tanto no debía nunca de luchar una guerra sin cerrar primero un frente antes de abrir otro.

Antecedentes

Tras la evacuación del ejército anglo-francés en Dunkerque (26 de mayo de 1940) y la rendición de Francia (22 de junio de 1940), Alemania tenía al continente europeo bajo control. La única potencia que se le resistía era Reino Unido.

Adolf Hitler proyectó la victoria total en el teatro europeo suponiendo que, tras la rendición de Francia, el Reino Unido no tardaría en sucumbir. Confirmada la neutralidad de Estados Unidos, el Reino Unido se encontraba aislada del continente europeo. La Unión Soviética, por su parte, no estaba dispuesta a hacer frente al poderío alemán.

Esta visión de triunfo llevó a que durante junio de 1940 no se atacara al Reino Unido con la Luftwaffe , en espera de su rendición. La maquinaria de guerra alemana estaba preparada para el asalto final a las islas, pero Hitler quería dar fin a la guerra con teatralidad magnánima y sin que se derramara una gota de sangre, evitando también riesgos a la Kriegsmarine, que ya había combatido duramente (y sufrido varias pérdidas) entre abril y junio de 1940 en la invasión de Noruega.

Sin embargo, los británicos se negaron a rendirse y utilizaron todos los recursos del Imperio británico para hacerle la guerra a Alemania, y a partir de 1941 sumaron los recursos de Estados Unidos a su causa. El Reino Unido todavía entonces poseía la marina de guerra más potente del mundo (condición que cedería a EE. UU. tras finalizar la guerra en 1945) y esto ayudó sobremanera a mantener las líneas de suministros al país desde Norteamérica y desde el propio Reino Unido a la Unión Soviética una vez que la URSS entró en la guerra un año después.

Es importante recordar que desde la capitulación de Francia en junio de 1940 hasta la invasión de la URSS por Hitler (Operación Barbarroja) en junio de 1941, el Reino Unido permaneció solo durante un año entero como única potencia luchando contra Alemania nazi solo con algo de apoyo de los norteamericanos. Estados Unidos no entraría en la guerra oficialmente hasta diciembre de 1941.

El nombre de la batalla procede de uno de los famosos discursos de Winston Churchill, pronunciado en la Cámara de los Comunes el 18 de junio de 1940, coincidiendo con el 125 aniversario de la batalla de Waterloo:

Lo que el general Weygand llamaba la batalla de Francia ha terminado. Supongo que la batalla de Inglaterra está a punto de empezar.
Winston Churchill[1]

Operación León Marino

Frente a la férrea postura de Winston Churchill, Primer Ministro británico, Hitler se vio obligado a seguir adelante con las hostilidades, y comenzó a diseñar un plan de invasión denominado Operación León Marino. Hermann Göring, comandante de la Luftwaffe y segundo hombre del III Reich, estaba exultante. Su aviación solo había cosechado hasta ese momento aplastantes victorias sin sufrir prácticamente bajas de consideración,[cita requerida] y prometió a Hitler acabar con la aviación inglesa en pocos días. La estrategia desarrollada se basaba en una completa aniquilación de la RAF que permitiera a la Wehrmacht un desembarco sin contratiempos en las costas británicas. Para ello Göring contaba con tres flotas: la Luftflotte 5, con base en Noruega; la Luftflotte 2, en los Países Bajos y norte de Francia; y la Luftflotte 3, establecida al oeste del Sena. Estas tres fuerzas contaban con unos 3600 aviones, frente a los apenas 871 aparatos de la RAF.[2]

Hitler, confiado en la estrategia de Göring, ordenó a sus generales prepararse para la invasión a inicios del mes de julio. Como condición indispensable para el éxito, los jefes del ejército y la marina exigieron que la Luftwaffe debía atacar de modo constante e implacable durante tres días seguidos para conseguir una superioridad aérea total en el sudeste de Inglaterra. Una vez logrado esto, la unidad de paracaidistas de Kurt Student (la primera de la historia y la única existente en aquellos momentos) caería sobre Dover para establecer una gigantesca cabeza de puente y la Kriegsmarine comenzaría con el traslado de las fuerzas terrestres por vía marítima, contando que ya no habría amenaza británica desde el aire.

Al inicio pareció que el plan de Göring se cumpliría, ya que los aviones alemanes eran más numerosos que los ingleses y los pilotos alemanes, a diferencia de los británicos, tenían bastante experiencia en combate. Desde inicios de julio de 1940 la Luftwaffe se dedicó a atacar convoyes navales británicos sobre el Canal de la Mancha, probando el estado de las defensas británicas y dando más experiencia a los pilotos germanos contra un enemigo de notable fuerza. Los objetivos de las bombas alemanas en aquella primera etapa no eran las poblaciones civiles, sino las defensas costeras del Reino Unido sobre el Canal de la Mancha, las instalaciones industriales cercanas a la ciudad de Londres, los aeródromos militares y la red de estaciones de radar (Home Chain).

Operación Día del Águila

Sin embargo, el lado británico contaba con superioridad en el aire, no en número sino en rapidez de acción, gracias a la utilización del radar. Desarrollado unos años antes por el físico británico Robert Watson-Watt, y en combinación con los puestos de observación visual apostados en la costa, el radar supuso una notable ventaja táctica para la Royal Air Force, pues permitía detectar a la aviación enemiga para así coordinar y enviar los cazas en el momento y número preciso para combatir las incursiones alemanas.[2]

También, la producción masiva del famoso caza Supermarine Spitfire llevó vientos de esperanza a la RAF. El Spitfire, aparte de estar bien armado, poseía mayor maniobrabilidad a la del Bf109. El Spitfire rápidamente se ganó una reputación entre los pilotos de la Luftwaffe.

Ante los ataques alemanes, los convoyes navales británicos cancelaron su navegación por el Canal de la Mancha, mientras que los pilotos ingleses rechazaban siempre que les era posible el duelo en el aire, debido a la superioridad numérica alemana, y sabedores de la dificultad de éstos para mantener prolongados combates por sus limitaciones de combustible.[2]​ Ante ello, Göring, a mediados de agosto de 1940, decidió cambiar de táctica y combatir no sobre el Canal de la Mancha, sino directamente sobre el suelo británico. Los objetivos variaron y dejaron de concentrarse en las industrias para pasar a dedicarse a los bombardeos en los aeródromos y en las defensas costeras que impidieran la invasión germana, así como las redes de carreteras. Los aviones ingleses eran más fáciles de destruir si se les impactaba antes de haber despegado. Esta táctica alemana había funcionado en Polonia, donde varios aviones que poseía el ejército polaco del aire habían sido destruidos desde el aire por la Luftwaffe. Sin embargo, los británicos utilizaron un sistema de camuflaje para evitar que se percibieran los aviones desde el aire, que a veces funcionaba y otras veces no, y también llegaron a posicionar aviones de forma que una bomba no los pudiera destruir completamente antes de despegar al estar protegidos, flanqueados con materiales como el cemento que resguardaban los aparatos de los impactos de las bombas. Otra táctica británica que tuvo mucho éxito consistía en engañar a los alemanes y crear hangares falsos para que fueran bombardeados por la Luftwaffe mientras los verdaderos hangares que albergaban aviones habían sido camuflados.

El inicio de esta nueva operación, denominada por Göring «Día del Águila», comenzó el 15 de agosto de 1940. La Luftwaffe contaba con más de 1.000 bombarderos y unos 700 cazas para la operación y se calcula que realizaron 2119 acciones aquel día. Tras este primer día de operaciones, cuarenta aviones alemanes fueron derribados, pero las consecuencias del bombardeo fueron devastadoras para la RAF.

La operación Día del Águila continuaba su curso con excelentes resultados hasta que el 24 de agosto de 1940 el puerto de Londres fue bombardeado, según los alemanes por error. Hitler había dejado claro a la Luftwaffe que Londres solo debía de ser bombardeada si él daba su permiso para ello. Aquella fue la primera vez que se atacaba a una población civil británica desde el aire desde que en 1915 varios zepelines bombardearon Londres. Pese a las disculpas alemanas (aún no estaban en tiempos de guerra total, y se seguían ciertas reglas de honor), Churchill utilizó el error preparando un ataque aéreo sobre Berlín.

Este bombardeo sobre la capital germana fue más que nada un golpe de efecto para subir la moral británica, ya que la RAF no estaba aún en condiciones de realizar un ataque de gran potencia sobre suelo alemán.

La fecha del bombardeo sobre Berlín fue escogida con mucho cuidado, haciéndola coincidir con la entrevista del ministro de Asuntos Exteriores del Reich, Joachim von Ribbentrop, en Berlín con su homólogo soviético, Viacheslav Mólotov, para demostrar a la Unión Soviética el inminente triunfo alemán y realizar nuevos acuerdos con el gobierno soviético. La entrevista debió interrumpirse para que los asistentes pudieran bajar a un refugio antiaéreo porque Berlín estaba siendo bombardeada por la RAF. Esto hizo que Molotov no diera crédito a las palabras de Von Ribbentrop sobre la cercana victoria final de Alemania sobre el Reino Unido. Ribbentrop había asegurado a su huésped que «los británicos estaban en las últimas y serían derrotados», pero Molotov preguntó seriamente «Si ello es cierto ¿por qué estamos entonces en este refugio y quiénes están lanzando bombas afuera?»

Punto de inflexión

Daños ocasionados durante el bombardeo a Londres.
Escuadrón polaco 303. 126 aviones alemanes derribados. Winston Churchill dijo del Escuadrón polaco 303: Nunca en el campo del conflicto humano tantos debieron tanto a tan pocos.

Si bien los daños en el bombardeo británico sobre Berlín fueron prácticamente ínfimos (al menos comparados con los graves daños causados por la Luftwaffe en suelo británico), Churchill consiguió lo que buscaba. Hitler, herido en su orgullo, ordenó a la Luftwaffe abandonar la estrategia de bombardeos a aeródromos británicos para concentrarse en las ciudades; principalmente sobre Londres. Fue entonces cuando empezó el Blitz, bombardeo sostenido de la aviación alemana sobre las ciudades británicas, que tuvo lugar entre el 7 de septiembre de 1940 y el 16 de mayo de 1941, y cuyo objetivo fue aterrorizar a la población civil. Entre septiembre y noviembre de 1940 la ciudad de Londres fue bombardeada diariamente por aviones alemanes, de día y de noche. También hubo ataques contra Birmingham y Brístol, y los alemanes, en su afán de venganza, bombardearon ciudades reconocidas por su arquitectura y cultura como Exeter y Bath. Aunque este cambio de táctica en la guerra aérea implicaba casi la destrucción total de Londres, Churchill estaba dispuesto a afrontar el sacrificio a cambio de que la RAF tuviera el tiempo necesario para rearmarse. Este objetivo se consiguió y los británicos superaron a los alemanes en producción de aviones, si bien no poseían tantos pilotos, lo cual se estaba convirtiendo en un grave problema.

Las bajas alemanas no eran particularmente cuantiosas para la Luftwaffe, mientras que las bajas británicas sí eran elevadas para la RAF (en visible inferioridad numérica si se consideraban todos los aeroplanos alemanes apostados a lo largo de la Europa ocupada), pero la sensación era que Alemania estaba perdiendo la batalla al no lograr el objetivo reclamado por la Kriegsmarine: la destrucción de la fuerza aérea británica como requisito para iniciar la Operación León Marino. Los bombarderos alemanes Heinkel He 111 y Junkers Ju 88 encontraron cada vez más resistencia británica, al no poder contar con la protección de los cazas Messerschmitt Bf 109, que tenían baja autonomía de vuelo para poder cumplir sus misiones desde los aeródromos alemanes en Francia, y la moral británica no se resquebrajó.

Finalmente, cansado de esperar e impresionado por las bajas (desde el 10 de julio de 1940 hasta octubre del mismo año, 1.733 aviones según cifras alemanas y 2.698 según fuentes británicas), Hitler decidió en noviembre de 1940 cancelar temporalmente la Operación León Marino y ordenó comenzar con un nuevo tipo de incursión aérea: el bombardeo nocturno indiscriminado aprovechando la oscuridad de la noche para evitar lo máximo posible la lucha contra la aviación británica y sus sistemas antiaéreos rápidamente mejorados. Los ataques aéreos continuos entre noviembre de 1940 y febrero de 1941 alcanzaron entonces a Coventry (con la destrucción casi total de esta pequeña ciudad), Birmingham, Liverpool, Plymouth, Mánchester, Sheffield, Hull, y Brístol, llegando la Luftwaffe a bombardear Belfast, en la isla de Irlanda, el 15 de abril de 1941. La ciudad de Londres siguió siendo atacada por la Luftwaffe, con menos frecuencia pero de forma más potente aún. En cierto modo, aquella fue la forma inconfesa de aceptar la victoria británica y la primera gran derrota de la Luftwaffe.

Una fuerza expedicionaria italiana de unos cuarenta aviones llamada Corpo Aéreo Italiano fue enviada por Benito Mussolini para que colaborase en la batalla junto a la Luftwaffe en septiembre de 1940; los aviones italianos participaron en varios combates pero sufrieron graves pérdidas y no obtuvieron éxito alguno hasta que fueron repatriados en enero de 1941. De forma similar, la RAF empezó a recibir pilotos de casi todo el Imperio Británico: hubo pilotos de Canadá, Unión Sudafricana, Australia y Nueva Zelanda. A ello se agregaron voluntarios llegados de países ya ocupados por tropas alemanas, creándose escuadrillas formadas completamente por pilotos de Polonia, Checoslovaquia y de la Francia Libre. Incluso se creó un escuadrón argentino-británico; el 164º Squadron, bajo el lema "Determined We Fly" (Volamos decididos), formado por pilotos voluntarios argentino-británicos y de otras nacionalidades.[3]

A finales de mayo de 1941 cesaron los ataques en gran escala de la Luftwaffe sobre el Reino Unido. El Gobierno Británico no sólo no iba a capitular ante Hitler, sino que por el contrario el afán de resistencia había aumentado con el único objetivo de vencer a Alemania: la RAF mantenía su fuerza y la producción de aviones por parte británica aumentaba. Por tanto, la Luftwaffe no había cumplido la principal misión que le había sido encomendada. En consecuencia, la Kriegsmarine consideró que era un elevadísimo riesgo ejecutar la Operación León Marino ante tales circunstancias, ya que era muy inferior a la Royal Navy. Hitler, tras atacar y vencer al Reino de Yugoslavia y al Reino de Grecia en abril de 1941, ordenó desplegar la mayoría de cazas y bombarderos alemanes en Europa Oriental para que la Luftwaffe apoyase ahora el ataque del ejército contra la Unión Soviética desde el 22 de junio, en la Operación Barbarroja. Los alemanes habían perdido la batalla, lo cual tendría importantes consecuencias, ya que, cuatro años más tarde, los británicos y los estadounidenses utilizarían el sudeste de Gran Bretaña como base para el Desembarco de Normandía y así poder liberar la Europa continental de la ocupación alemana.

Cine

En 1969 el director Guy Hamilton rueda la película homónima.

Referencias

  1. Bungay, 2008, pp. 39-40.
  2. a b c «La Batalla de Inglaterra». Consultado el 30 de septiembre de 2009. 
  3. «Argentine pilots break silence over World War Two» (en inglés). Consultado el 21 de noviembre de 2011. 

Bibliografía

Enlaces externos