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{{cita|La última palabra en ignorancia es el hombre que dice de un animal o planta: "¿De qué sirve?" Si el mecanismo de la tierra en su conjunto es bueno, entonces cada parte es buena, que lo entendemos o no. Si la biota, en el transcurso de eones, ha construido algo que nos gusta pero que no entendemos, ¿quién, sino un tonto, descartaría las partes aparentemente inútiles? Conservando cada engrane y rueda es la primera precaución del pensamiento inteligente.|—[[Aldo Leopold]], en ''A Sand County Almanac'' (1949)}}
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== Conceptos y fundamentos ==

=== Medición de las tasas de extinción ===
{{Sobrepuesto/Extinción}}
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==Marco conceptual==
==Marco conceptual==

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La biología de la conservación es una disciplina científica de síntesis que se consolidó en la década de 1980 como respuesta a la pérdida de biodiversidad (Simberloff, 1988). Se ocupa de estudiar las causas de la pérdida de diversidad biológica en todos sus niveles (genética, individual, específica, ecosistémica) y de cómo minimizar esta pérdida. Para ello integra contribuciones de disciplinas muy diferentes, tales como la ecología, la genética, la biogeografía, la biología del comportamiento, las ciencias políticas, la sociología, la antropología, etc.

Origen

El término «biología de la conservación» y su concepción como nuevo campo de estudios se originó con la convocatoria de la «Primera Conferencia Internacional sobre Investigación en Biología de la Conservación» celebrada en 1978 en la Universidad de California en La Jolla y dirigida por los biólogos Bruce A. Wilcox y Michael E. Soulé con un grupo de conservacionistas y investigadores académicos y de zoológicos, incluyendo Kurt Benirschke, Otto Frankel, Thomas Lovejoy y Jared Diamond. La reunión fue motivada por la preocupación por la deforestación tropical, la desaparción o extinción de especies, la erosión de la diversidad genética dentro de las especies.[1]​ La conferencia y los procedimientos resultantes,[2]​ buscaron unir la brecha entre la teoría en la ecología y la genética evolutiva por una parte, y la política y práctica de conservación, por otra.[a]​ La biología de la conservación y el concepto de la diversidad biológica (biodiversidad) surgieron juntos y ayudaron a cristalizar la era moderna de la ciencia de la conservación y la política ambiental. La base multidisciplinaria de la biología de la conservación ha llevado a nuevas subdisciplinas, incluido la ciencia social de la conservación, comportamiento animal y conservación y fisiología de la conservación.[3]​ Estimuló también el mayor desarrollo de la genética de la conservación, la disciplina que Otto Frankel había iniciado con anterioridad, aunque hoy en día a menudo se considera una subdisciplina de la biología de la conservación.

Descripción

Debido al rápido declive global de los sistemas biológicos establecidos, la biología de la conservación es a menudo caracterizado como una "disciplina [científica] con fecha límite".[4]​ La biología de la conservación es estrechamente relacionado con la ecología por investigar temas cercanas a la ecología de poblaciones (dispersión, migración, demografía, tamaño efectivo de la población, depresión endogámica, y viabilidad mínima de la población) de especies raras o en peligro de extinción.[5][6]​ La biología de la conservación abarca el estudio de los fenómenos que afectan el mantenimiento, la pérdida y la restauración de la biodiversidad y la ciencia de los procesos evolutivos que engendran la diversidad genética, poblacional, de especies y de los ecosistemas.[7][8][9][6]​ La preocupación proviene de estimaciones que sugieren que desaparecerán hasta 50 % de todas las especies del planeta en los próximos 50 años,[10]​ lo que contribuye al aumento de la pobreza, la inanición, y cambiará el curso de la evolución en este planeta.[11][12]

Los biólogos de la conservación se dedican a la investigación y la educación sobre el proceso de pérdida de biodiversidad, la extinción de especies y el efecto negativo de este proceso en la capacidad de sostener el bienestar en las sociedades humanas; los biólogos de la conservación suelen encontrar empleo en organizaciones gubernamentales, universidades, organizaciones sin fines de lucro y la industria. Los temas de investigación son diversos, ya que se trata de una red interdisciplinaria con alianzas profesionales tanto en las ciencias biológicas como sociales. Aquellos dedicados a la causa y la profesión, abogan por una respuesta global a la actual crisis de biodiversidad basándose en consideraciones morales, éticas, y científicas. La respuesta institucional y de la ciudadanía ante la crisis de biodiversidad se manifiesta a través de planes de acción que dirigen programas de investigación, monitoreo y educación.[13][7][8][9]

Historia

La conservación de los recursos naturales es el problema fundamental. A menos que resolvamos ese problema, nos servirá poco resolver todos los demás.

Conservación de los recursos naturales

Los esfuerzos para conservar y proteger la biodiversidad global de manera consciente son un fenómeno reciente.[9][15]​ Sin embargo, la conservación de los recursos naturales tiene una historia que se extiende hasta antes de la "era de la conservación". El uso ético de los recursos surgió de la necesidad, por las relaciones directas con la naturaleza. La regulación o restricción comunal se hizo necesaria para evitar que individuos, por motivos egoístas, tomarían más de lo que podría ser sostenido localmente, dado que esto pondría en riesgo el suministro a largo plazo para toda la comunidad.[9]​ Este dilema social con respecto al manejo de los recursos naturales es a menudo llamado la "tragedia de los comunes".[16][b]

A partir de este principio, los biólogos conservacionistas pueden rastrear la ética basada en los recursos comunitarios como una solución al conflicto de recursos comunales a través de las culturas.[9]​ Por ejemplo, los pueblos de Tlingit de Alaska y Haida del Noroeste del Pacífico tenían reglas y restricciones entre los clanes, limitando la pesca del salmón rojo. Estas reglas fueron guiadas por los ancianos de los clanes que contaban con un conocimiento detallado de cada uno de los ríos y arroyos que gestionaron.[9][17]​ Existen numerosos otros ejemplos en la historia de culturas que conocieron reglas, rituales y prácticas organizadas con respecto al manejo comunitario de los recursos naturales.[18][19]

La ética de la conservación también fue encontrado en antiguos escritos religiosos y filosóficos. Existen ejemplos en tradiciones como el taoismo, shintoismo, hinduismo, islám y budismo.[9][20]​ Entre los antiguos filósofos griegos, Platón se lamentaba de la degradación de las tierras de pastoreo: «Lo que queda ahora es, por así decirlo, el esqueleto de un cuerpo desperdiciado por la enfermedad: la tierra rica y suave se ha llevado y solo queda el marco desnudo del distrito».[21]​ En la Biblia se menciona, que Dios dijo a Moisés que la tierra descansara de las actividades de cultivo cada séptimo año.[9][22]​ Antes del siglo XVIII, en gran parte de la cultura europea se consideraba como paganismo admirar a la naturaleza. La vida silvestre fue menospreciado, mientras que el desarrollo agrícola fue valorado.[23]​ Sin embargo, ya en el año 680 d. C., las creencias religiosas de San Cuthbert lo llevaron a establecer un santuario de vida silvestre en las Islas Farne.[9]

Primeros naturalistas

halcones gerifalte dibujado por John James Audubon.

La historia natural fue una importante preocupación en el siglo XVIII, y se realizaron grandes expediciones y exhibiciones públicas en Europa y América del Norte. Para 1900, había 150 museos de historia natural en Alemania, 250 en Gran Bretaña, 250 en Estados Unidos y 300 en Francia.[24]​ El surgimiento de sentimientos conservacionistas occurió entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XX.

Antes del viaje de Charles Darwin en el HMS Beagle, dominaba el pensamiento creacionista que todas las especies permanecían sin cambios tras su creación.[25]Georges Louis Leclerc fue uno de los primeros naturalistas que cuestionaron esta creencia. En su publicación de 44 volúmenes sobre la historia natural, propuso que las especies evolucionaron debido a influencias ambientales.[25]Erasmus Darwin, el abuelo paterno de Charles Darwin, también fue uno de los defensores pioneros del evolucionismo; señaló que algunas especies tienen estructuras vestigiales, es decir, estructuras anatómicas que ya no tienen una función aparente en la actualidad, pero que habrían sido útiles para los antepasados de la especie.[25]​ El pensamiento de estos primeros naturalistas del siglo XVIII contribuyó a cambiar el modo de pensar de los naturalistas de principios del siglo XIX.

A principios del siglo XIX se inició la biogeografía gracias a los esfuerzos de Alexander von Humboldt, Charles Lyell y Charles Darwin.[26]​ La fascinación del siglo XIX con la historia natural engendró el fervor de ser el primero en recolectar especímenes raros y de hacerlo antes de que estas especies se extinguieran por otros coleccionistas.[23][24]​ Aunque el trabajo de muchos naturalistas del siglo XVIII y XIX inspiraron a los entusiastas de la naturaleza y las organizaciones de conservación del medio ambiente, sus escritos, según los estándares modernos, mostraron insensibilidad hacia la conservación ya que mataron a cientos de especímenes para sus colecciones.[24]

Movimiento ecológico

Las raíces modernas de la biología de la conservación pueden encontrarse en el período de la Ilustración del siglo XVIII, particularmente en Inglaterra y Escocia.[23][27]​ Varios pensadores, entre ellos notablemente Lord Monboddo,[27]​ destacaron la importancia de "preservar la naturaleza"; gran parte de este énfasis inicial tuvo su origen en la teología cristiana.[cita requerida]

La primera aplicación de los principios científicos de la conservación se llevó a cabo en los bosques de India británica. La ética de la conservación que comenzó a evolucionar incluía tres principios básicos: que la actividad humana estaba dañando el ambiente, que había un deber cívico por mantener el medioambiente para las generaciones futuras, y que debería aplicarse métodos científicos, con base empírica, para garantizar que este deber se llevara a cabo. Sir James Ranald Martin tuvo un papel prominente en la promoción de esta ideología, publicando muchos informes médico-topográficos que demostraron la magnitud del daño provocado por la deforestación y desecación a gran escala, y cabildeó ampliamente para la institucionalización de actividades de conservación forestal en India británica a través del establecimiento de servicios forestales departamentales.[28]

En 1842, la Junta de rentas de Madras dio inicio a esfuerzos locales de conservación encabezados por Alexander Gibson, un botánico profesional que aplicó de manera sistemática un programa de conservación de bosques basado en principios científicos. Fue el primer ejemplo de gestión estatal de la conservación de los bosques en el mundo.[29]​ El Gobernador General James Broun-Ramsay presentó el primer programa de conservación forestal permanente y de gran escala en el mundo en 1855, un modelo que pronto se extendió a otras colonias, así como a los Estados Unidos[30][31][32]​ donde se estableció Yellowstone, el primer parque nacional del mundo, en 1872.[33]

El uso del término "conservación" se generalizó a fines del siglo XIX y se refirió a la gestión, principalmente por razones económicas, de recursos naturales tales como madera, pesces, animales de caza, capa superior del suelo, pastos y minerales. Además, se refirió a la conservación de bosques (silvicultura), fauna silvestre (refugio de vida silvestre), parques, vida silvestre y cuencas hidrológicas. En este período también se aprobó la primera legislación relativo a la conservación y se establecieron las primeras sociedades de conservación de la naturaleza. La Ley de Preservación de Aves Marinas de 1869 fue aprobada en Gran Bretaña, constituyendo la primera ley de protección de la naturaleza en el mundo,[34]​ después de un amplio cabildeo de la Asociación para la Protección de Aves Marinas[35]​ y el respetado ornitólogo Alfred Newton.[36]​ Newton también jugó un papel decisivo en la aprobación de las primeras leyes de animales de caza de 1872, que protegían a los animales durante la temporada de cría para evitar el riesgo de la extinción de las poblaciones.[37]

Una de las primeras sociedades de conservación fue la Royal Society for the Protection of Birds (RSPB), fundada en 1889 en Manchester[38]​ como un grupo de protesta haciendo campaña contra el uso de los pieles y plumas del somormujo lavanco y la gaviota tridáctila para la confección de ropa de piel. Originalmente conocido como "the Plumage League" ("La Liga del plumaje"),[39]​ el grupo ganó popularidad y finalmente se fusionó con la Liga de Piel y Plumas de Croydon para formar el RSPB.[40]​ El National Trust se formó en 1895 con el manifiesto de "[...] promover la conservación permanente, en beneficio de la nación, de las tierras, [...] para preservar (en la medida de lo posible) su aspecto natural".

En los Estados Unidos, la Forest Reserve Act 1891 (Ley de reserva forestal de 1891) otorgó al presidente el poder de apartar reservas forestales de las tierras que pertenecen al dominio público. John Muir fundó el Sierra Club en 1892, y la New York Zoological Society (Sociedad Zoológica de Nueva York) se fundó en 1895. El presidente Theodore Roosevelt estableció un número de bosques y reservas nacionales de 1901 a 1909.[41][42]​ La Ley de Parques Nacionales (National Parks Act) de 1916, incluía una cláusula de "uso sin impedimento", solicitada por John Muir, que finalmente resultó en la eliminación de una propuesta para construir una represa en el monumento nacional Dinosaurio en 1959.[43]

Roosevelt y Muir en Glacier Point, parque nacional Yosemite.

En el siglo XX, funcionarios canadienses, incluido Charles Gordon Hewitt[44]​ y James Harkin, encabezaron el movimiento hacia la conservación de la vida silvestre.[45]

Esfuerzos globales de conservación

A mediados del siglo XX, surgieron esfuerzos que se centraron en la conservación de especies individuales, especialmente la de los grandes felinos en América del Sur, dirigidos por la Sociedad Zoológica de Nueva York.[46]​ La Sociedad Zoológica de Nueva York jugó un papel important en el desarrollo de los conceptos para el establecimiento de reservas para especies particulares en el mundo y la realización de los estudios de conservación necesarios para determinar la idoneidad de las ubicaciones más apropiadas como prioridades de conservación; el trabajo de Henry Fairfield Osborn Jr., Carl E. Akeley, Archie Carr y su hijo Archie Carr III es notable en esta época.[47][48]​ Akeley, por ejemplo, tras dirigir expediciones a las Montañas Virunga y observar al gorila de montaña en la naturaleza, estaba convencido de que la especie y el área deberían ser prioridades de conservación. Contribuyó decisivamente en persuadir al rey Albert I de Bélgica a actuar en defensa del gorila de montaña y establecer el parque nacional Albert (posteriomente renombrado parque nacional Virunga) en lo que hoy es la República Democrática del Congo.[49]​ adq En la década de 1970, liderado principalmente por el trabajo en los Estados Unidos bajo la Endangered Species Act (Ley de especies en peligro de extinción)[50]​ junto con la Species at Risk Act (Ley de especies en riesgo) de Canadá, y los planes de acción de biodiversidad desarrollados en Australia, Suecia, el Reino Unido, surgieron cientos de planes para la protección de especies específicos. En particular las Naciones Unidas actuaron para conservar los sitios de gran importancia cultural o natural para el patrimonio común de la humanidad. El programa fue adoptado por la Conferencia General de UNESCO en 1972. En 2006 el programa incluyó un total de 830 sitios: 644 culturales y 162 naturales. Estados Unidos fue el primer país que estableció una legislación nacional para la conservación biológica, tras aprobar la Endangered Species Act (Ley de especies en peligro de extinción)[51]​ (1966) y la National Environmental Policy Act (1970),[52]​ que adjudicaron importantes fondos y medidas de protección a la conservación a gran escala de hábitats y a la investigación de especies amenazadas. También se dieron iniciativas de conservación en otros países en la década de los setenta. En India, por ejemplo, se aprobó la Wildlife Protection Act de 1972.[53]

Un desarrollo significativo en 1980 fue la aparición del movimiento de conservación urbana. Inicialmente una organización local en Birmingham, Reino Unido, se estableció en rápida sucesión en otras ciudades del Reino Unido y luego también en otros países. Aunque fue percibido como un movimiento de base, su desarrollo fue impulsado por la investigación académica sobre la vida silvestre urbana. La visión del movimiento de que la conservación está inextricablemente ligada con otras actividades humanas fue inicialmente visto como radical, pero se ha convertido en la corriente principal en el pensamiento conservacionista. Actualmente se dedica un esfuerzo de investigación considerable a la biología de la conservación urbana. La Society for Conservation Biology se estableció en 1985.[9]: 2 

En 1992, la mayoría de los países del mundo se habían comprometido con los principios de la conservación de la diversidad biológica tras ratificar el Convenio sobre la Diversidad Biológica;[54]​ muchos países dieron inicio a programas en el marco del Plan de acción de biodiversidad para identificar y conservar las especies amenazadas dentro de sus fronteras, así como para proteger los hábitats asociados. A finales de la década de 1990, se observó un aumento de la profesionalidad en el sector con la maduración de organizaciones como el Instituto de Ecología y Gestión Ambiental y la Sociedad del Medio Ambiente.

Desde el año 2000, el concepto de la conservación a escala de paisaje adquirió importancia, dando menos énfasis en las acciones centradas en una sola especie o incluso en un solo hábitat. En su lugar, la mayoría de los conservacionistas convencionales defienden un enfoque ecosistémico, aunque los que trabajan para proteger algunas especies de alto perfil han expresado su preocupación.

La ecología ha contribuido en aclarar el funcionamiento de la biosfera; es decir, las complejas interrelaciones entre los humanos, otras especies y el entorno físico. El fuerte crecimiento de la población humana, la expansión de la agricultura, industria y la consiguiente contaminación han demostrado cuán fácilmente se pueden perturbar y desequilibrar las relaciones ecológicas.[55]

La última palabra en ignorancia es el hombre que dice de un animal o planta: "¿De qué sirve?" Si el mecanismo de la tierra en su conjunto es bueno, entonces cada parte es buena, que lo entendemos o no. Si la biota, en el transcurso de eones, ha construido algo que nos gusta pero que no entendemos, ¿quién, sino un tonto, descartaría las partes aparentemente inútiles? Conservando cada engrane y rueda es la primera precaución del pensamiento inteligente.
Aldo Leopold, en A Sand County Almanac (1949)

Conceptos y fundamentos

Medición de las tasas de extinción

CámbricoOrdovícicoSilúricoDevónicoCarboníferoPérmicoTriásicoJurásicoCretácicoPaleógenoNeógeno
Intensidad de la extinción marina a través del tiempo. El gráfico azul muestra el porcentaje aparente (no el número absoluto) de los géneros de animales marinos extintos durante un determinado intervalo de tiempo. Se muestran las ultimas cinco grandes extinciones masivas. (fuente e información de la imagen)

Las tasas de extinción se miden en una variedad de formas. Los biólogos conservacionistas miden y aplican medidas estadísticas de los registros fósiles,[56][57]​ las tasas de pérdida de hábitat y una multitud de otros variables, como la pérdida de biodiversidad en función de la tasa de pérdida de hábitat y la ocupación del sitio[58]​ para obtener estas estimaciones.[59]​ La publicación del libro The Theory of Island Biogeography (La teoría de la biogeografía de la isla)[60]​ es posiblemente la contribución más significativa para la comprensión científica tanto del proceso, como la forma de medir la tasa de extinción de las especies. Se estima que la tasa de extinción de fondo actual es de una especie cada pocos años.[61]

Marco conceptual

Se han propuesto tres principios como acompañamiento para el desarrollo de la biología de la conservación:[62]

  • La evolución es el único mecanismo capaz de explicar los patrones de biodiversidad, por lo que las respuestas a los problemas de conservación deben generarse dentro del marco evolutivo.
  • Los procesos ecológicos son dinámicos y no se mantienen en equilibrio (al menos no indefinidamente), estando sometidos a la regulación de procesos externos variables.
  • Los seres humanos son parte de los sistemas ecológicos por lo que las actividades humanas deben contemplarse en la planificación de la conservación biológica.

Paradigmas científicos

La biología de la conservación se desarrolla fundamentalmete en el marco de dos paradigmas: el paradigma de las poblaciones pequeñas y el paradigma de las poblaciones en disminución.

Paradigma de las poblaciones pequeñas

Este paradigma enuncia que las poblaciones pequeñas están sometidas a un alto riesgo inherente de extinción, que resulta fundamentalmente de un incremento en la exposición a estocasticidad demográfica y ambiental de la pérdida de variabilidad genética.

Paradigma de las poblaciones en disminución

Se ocupa de los procesos por los cuales el riesgo de extinción de las poblaciones se incrementa por razones ajenas a éstas, y de cómo paliarlos.

Se ha denominado “torbellino de extinción” a la retroalimentación positiva por la cual la depresión por endogamia, la estocasticidad demográfica y ambiental y la deriva génica se combinan provocando una aceleración en la disminución poblacional. El fundamento del torbellino de extinción es que dichos factores conllevan una pérdida de la variabilidad genética y, en consecuencia, de la disminución en la eficacia biológica de los individuos y un incremento en la mortalidad.

"Los cuatro jinetes del apocalipsis"

Se ha bautizado con este ilustrativo aforismo a los cuatro principales agentes que conducen a la extinción, que son:

  • La sobreexplotación que produce la reducción de los efectivos poblacionales.
  • La pérdida y fragmentación del hábitat de las especies.
  • La introducción de especies invasoras que compiten con las nativas o modifican sus hábitats.
  • Las interacciones sinérgicas por las cuales la extinción de unas especies producen extinciones en cadena de otras.

Sobreexplotación

La sobreexplotación consiste en la matanza a una tasa que está por encima del rendimiento máximo sostenible. Las especies más susceptibles son aquellas con bajas tasas intrínsecas de crecimiento, por ejemplo grandes mamíferos como las ballenas, elefantes y rinocerontes. Estas especies se vuelven incluso más vulnerables si son valiosas como alimento o como mercancía. El hombre principal depredador, en todos los casos continuó el abuso hasta que su inconsciencia terminó produciendo graves consecuencias en muchos de los casos.

Un ejemplo clásico del impacto que puede ocasionar la matanza excesiva de animales es la extinción de la paloma migratoria (Ectopistes migratorius). La paloma migratoria fue probablemente el ave más abundante en el mundo, con estimaciones de 1 a 5 mil millones de individuos, pero la caza por deporte y para utilizar su carne y plumas, combinada con la deforestación de bosques que constituían sus sitios de anidación, produjo una fuerte declinación (Bucher, 1992). La última paloma migratoria murió en cautiverio en el año 1914 en el zoológico de Cincinatti; esto produjo un rompimiento exiguo en el equilibrio del ecosistema, afectando a otra ave de la familia falconiforme el Halcón peregrino, que se alimentaba de la paloma migratoria. Debido a la presencia de otras especies de palomas en las regiones de caza, el halcón pudo modificar su presa básica por otras aves de tamaño mediano. En contraste, el factor determinante del exterminio aviario el hombre, al no percibir un detorioro significativo en su expansión consumista y sus diferentes actividades humanas siguió buscando nuevas variedades de aves, a tal punto que están extintas 120 especies y 1200 están amenazadas que necesitan esfuerzos para su conservación.

El zorro-lobo malvinense, Dusicyon australis, es una especie hoy extinta que habitaba en pastizales, turbales y costas oceánicas en el archipiélago malvinense, en el sudeste de Argentina. En 1839, seis años después de la visita de Charles Darwin al archipiélago, esta especie fue cazada por los loberos norteamericanos por su piel de muy buena calidad, lo que redujo el número de individuos. Sin embargo su extinción definitiva se habría producido hacia 1873-1876, exterminada por los ganaderos escoceses que la culparon de predar sobre sus ovejas (Chebez & Bertonatti, 1994).

Un ejemplo de sobreexplotación en plantas es el del árbol de madera negra del este de África, o Mpingo (Dalbergia melanoxylon), que se encuentra amenazado por explotación comercial, ya que su hermosa madera es utilizada para la fabricación de instrumentos de viento, especialmente clarinetes y oboes, y para trabajos de tallado en madera. Para evitar la extinción comercial de este árbol, se está realizando un proyecto de conservación denominado “Mpingo”, que intenta conservar los bosques en peligro promoviendo la explotación sostenible y socialmente equitativa de esta especie (Groom et al., 2006).

Pérdida y fragmentación del hábitat

Un hábitat puede ser degradado por agentes tales como un cambio en el régimen de fuegos o pastoreo por parte de ovejas y cabras. A veces el hábitat es eliminado, como en el caso del drenado de un ambiente acuático o la tala de un bosque.

Un ejemplo típico de destrucción del hábitat es la deforestación ocurrida en la región del Iguazú, donde se encuentran las fronteras de Brasil, Argentina y Paraguay. Allí la mayor parte del bosque fue destruido para realizar plantaciones de soja, y las grandes reservas de Argentina y Brasil que rodean a las cataratas del Iguazú protegen los últimos remanentes de esos bosques (Groom et al., 2006).

Los derrames de petróleo en los océanos son un ejemplo de degradación del hábitat que puede afectar a varias aves marinas, especialmente a los pingüinos africano y de pingüino de Magallanes, y que han provocado la contaminación permanente de las costas en las que habitan (Adams, 1994; Gandini et al., 1994).

Más comúnmente el hábitat es fragmentado, cuando parte de él es destruido para construir caminos, edificios, o realizar plantaciones. La fragmentación del hábitat puede ser analizada considerando la dinámica de las poblaciones subdivididas en pequeños parches. La función de incidencia es la tasa de ocupación de una especie de un hábitat en relación a su tamaño. En general hay una buena relación entre el tamaño corporal de los animales y el área requerida para la supervivencia y reproducción; los animales más grandes necesitan un hábitat de mayor área.

La ardilla roja (Sciurus vulgaris) ha sido afectada por la fragmentación de los bosques que habita en los Países Bajos, y se encontró que en muchos de los fragmentos de menor tamaño no está presente, quizá porque el área no es lo suficientemente grande como para que se establezca una población (Verboom & van Apeldoorn, 1990).

Especies introducidas

El tercer agente de disminución es la introducción de especies exóticas, ya sea intencionalmente o no. Este factor puede exterminar a las especies nativas por competencia, depredación o destrucción de su hábitat.

Las islas de Hawaii son famosas en el mundo por el extraordinario número de especies exóticas introducidas con éxito y por las cadenas de extinción resultantes que eliminaron plantas y aves nativas. En estas islas se introdujeron 870 especies de plantas, unos 2000 invertebrados y 81 vertebrados, y sus efectos en la flora y fauna nativa fueron devastadores (Dyke, 2008).

El mejillón cebra (Dreissena polymorpha) fue introducido accidentalmente en los grandes lagos de Norteamérica, donde se observó por primera vez en el año 1988. Debido a las condiciones favorables del hábitat, el mejillón cebra se multiplicó rápidamente y colonizó una enorme área, cambiando la abundancia relativa de la fauna bentónica nativa y cambiando la dinámica de los ecosistemas por el consumo de grandes cantidades de fitoplancton. Esta especie sigue expandiéndose y amenazando a las comunidades nativas (Pullin, 2002; Groom, 2006).

Cadenas de extinción

En esta categoría están las extinciones secundarias, es decir la extinción de una especie causada por la extinción de otra especie de la cual ésta depende. Los ejemplos más claros de cadenas de extinción involucran a grandes predadores que desaparecieron cuando su presa se extinguió.

La extinta águila del bosque (Harpagornis moorei) de Nueva Zelanda, que pesaba de 10 a 13 kg y predaba sobre grandes aves terrestres, se extinguió alrededor del año 1400 d. C., cuando desaparecieron las moas en Nueva Zelanda (Holdaway, 1989; Krebs, 2009).

Personajes destacados

Algunos de los biólogos de la conservación más destacados son los siguientes:

Disciplinas dentro de la biología de la conservación

Véase también

Notas y referencias

Notas

  1. La organización de la reunión en sí misma también implicó tender un puente entre la genética y la ecología. Michael Soulé, un biólogo genetista evolutivo que trabajó con el genetista de trigo Otto Frankel para avanzar la genética de la conservación como un nuevo campo en ese momento. Jared Diamond, quien sugirió la idea de una conferencia a Bruce Wilcox, estaba enfocado en la aplicación de la ecología de la comunidad y la teoría de la biogeografía de las islas a la conservación. Wilcox y Thomas Lovejoy, que juntos dieron inicio a la planificación de la conferencia en junio de 1977, cuando Lovejoy consiguió un compromiso de financiación inicial del Fondo Mundial para la Naturaleza, acordaron que tanto la genética como la ecología deberían estar representadas. Wilcox sugirió el uso del nuevo término "biología de la conservación" —ya que complementaría la conceptualización de Frankel quien había acuñado el término "genética de la conservación"— para delinear la aplicación de las ciencias biológicas en general a la conservación. Posteriormente, Soulé y Wilcox formularon la agenda para la reunión que convocaron conjuntamente para el 6 al 9 de septiembre de 1978, titulada First International Conference on Resesarch in Conservation Biology (Primera Conferencia Internacional de Investigación en Biología de la Conservación), en cuyo programa mencionaron: "El propósito de esta conferencia es acelerar y facilitar el desarrollo de una nueva disciplina rigurosa llamada biología de la conservación -- un campo multidisciplinario que extrae sus conocimientos y metodología principalmente de la ecología de poblaciones, ecología de comunidades, sociobiología, genética de poblaciones y biología reproductiva". La inclusión de temas relacionados con la cría de animales reflejaba la participación y el apoyo de los zoológicos y las comunidades involucradas en la cría en cautividad.
  2. También es considerada una consecuencia de la evolución, donde la selección individual es favorecida en vez de la selección grupal. Para discusiones recientes, ver: Kay CE (1997). «The Ultimate Tragedy of Commons». Conserv. Biol. 11 (6): 1447-8. doi:10.1046/j.1523-1739.1997.97069.x. 
    y Wilson DS, Wilson EO (December 2007). «Rethinking the theoretical foundation of sociobiology». Q Rev Biol 82 (4): 327-48. PMID 18217526. doi:10.1086/522809. Archivado desde el original el 26 de marzo de 2009. 

Referencias

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