Diferencia entre revisiones de «Historia del Ejército Argentino»

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== Guerra de Malvinas ==
== Guerra de Malvinas ==
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por que no es dela argentina ustedes tienen que intender sol por que esta en el mar argentino no significa que tiene ser dela argentina


== Referencias ==
== Referencias ==

Revisión del 16:48 6 abr 2010

Plantilla:Notasalpie

Antecedentes

Suboficial del Ejército Argentino
Dragones de la Frontera - 1718.

En 1762, cuando Buenos Aires formaba parte del Virreinato del Perú, se creó el Regimiento de Buenos Aires. Éste, también llamado el Fijo porque en muy pocas ocasiones dejaba la ciudad, estaba en su mayoría conformado por criollos. Pero, igualmente gozaban de los mismos beneficios y privilegios que los soldados españoles. En 1770, las 425 plazas del regimiento comandado por el teniente coronel Agustín Ramón Pesquera, tenía compañías destacadas en Montevideo, en el Fuerte San Miguel y en la Fortaleza de Santa Teresa. También el fijo contó con guarniciones en Córdoba, Santa Fe, Maldonado, Islas Malvinas e isla Martín García.

El uniforme, típico del siglo XVIII, constaba de una casaca azul larga; galones amarillos de estambre; pantalones y chupa azules de botones blancos; mochila de lienzo encerada; cartuchera, cinturón y zapatos negros; polainas blancas de lienzo; peluca blanca con coleta y un sombrero negro terminado en punta. Como armamento usaban fusiles de chispa calibres 16, 18 y 19 sumadas a una bayoneta guardada en la mochila.

En 1776, el Virreinato del Perú se dividió, y se creó el Virreinato del Río de la Plata. El mismo, debía ser protegido por el Regimiento de Buenos Aires, tarea difícil teniendo en cuenta que el territorio estaba constantemente amenazado por las pretensiones portuguesas, y por la enorme extensión de litoral marítimo. En el mismo año, los portugueses toman Colonia del Sacramento y la isla de Santa Catalina. Para su recuperación, una expedición a cargo de Pedro de Cevallos Salió de Cádiz el 13 de noviembre y luego de 8 meses de lucha se logró la paz de San Ildefonso, que cedía Colonia del Sacramento a España y Santa Catalina a Portugal.

Luego de este conflicto, no hubo mayores sobresaltos para las huestes realistas responsables de la zona. Tres compañías del regimiento concurrieron a la campaña contra Túpac Amaru II y quedaron como guarnición en Salta hasta 1795. Para el año 1803, el fijo ya poseía tres batallones formados por siete compañías cada uno. Los comandantes eran el coronel Félix de Iriarte, el teniente coronel Pedro de Arce y el teniente coronel José Ignacio de Merlos.

Invasiones Inglesas

Primera Invasión Inglesa

El 25 de junio de 1806, 1.600 tropas inglesas comandadas por William Carr Beresford desembarcaron en la zona de Quilmes. Al anochecer, el Teniente Coronel Pedro de Arce, tomó posición para atacar con 500 tropas del Regimiento de Buenos Aires, más dos cañones y un obús. Al día siguiente, a pesar de que habían llegado refuerzos se ordena la retirada, permitiendo el libre avance inglés. El 27 de junio, luego de cruzado el Riachuelo, los españoles capitulan y entregan Buenos Aires para evitar una sangrienta lucha en las calles. Tres días después una columna inglesa recupera todos los objetos de valor que el virrey había llevado consigo, enviándolos a Inglaterra.

Habiéndose retirado los españoles, los habitantes de Buenos Aires quedan en poder británico. Entonces, en contra de esta ocupación, partidarios del rey, y criollos se unen en milicias para derrotar a los ingleses. En esto, se destacaron como líderes Santiago de Liniers y Juan Martín de Pueyrredón. El 1 de agosto se produce el combate de Perdriel. Los británicos lograron la victoria a pesar de no poder dispersar las tropas de Pueyrredón que iban a reforzar a las de Liniers. Igualmente, las bajas inglesas fueron considerables.

Cuatro días después Liniers desembarcó en San Isidro con 1.600 hombres. A causa de las lluvias debieron permanecer allí varios días, en los que se reforzó la milicia. El 9 de agosto Liniers llegó a la Chacarita. Allí se le suman 279 blandengues comandados por Antonio de Olavarría. Al día siguiente se acampó junto a tropas españolas en los corrales de la Plaza Miserere, y se envió una intimación a los ingleses. Éstos deciden defender la plaza y llaman a la batalla que se libró el 12 de agosto, logrando la rendición total británica y la vuelta del poder a los realistas. 1.200 ingleses se rindieron y 417 murieron. Los ejércitos de la Reconquista sólo sufrieron 154 muertos y 135 heridos.

Consecuencias de la primera Invasión Inglesa

Luego de derrotados los ingleses, se delegó el poder militar a Liniers. También, con seria preocupación, se empezó a estudiar cómo crear un ejército preparado para repeler una invasión como la sufrida por las tropas de Beresford. Esta tarea se la encomendaron a una junta de guerra, que, el 6 de septiembre de 1806 a través de la autoridad militar Santiago de Liniers, convocó al pueblo a alistarse al ejército en cuerpos separados según su provincia y lugar de origen. El nuevo ejército que contaba con más de 7.000 hombres estaba dividido en los cuerpos de:

  • Caballería: formado por Cazadores, Migueletes, Carabineros de Carlos IV, Escuadrón de Labradores y tres escuadras de Húsares.
  • Infantería: formado por Patricios (el regimiento más grande, con tres batallones), Catalanes, Cazadores Correntinos, Montañeses (o Cántabros), Vizcaínos y Asturianos, Pardos y Morenos, Gallegos, Andaluces, Arribeños y Granaderos.
  • Artillería: formado por Milicias Provinciales, Maestranza, Morenos, Patriotas de la Unión, Indios y Pardos.

Posteriormente se distribuyeron en cuatro divisiones siendo el comandante en Jefe Liniers:

  • Al mando del coronel César Balbiani: 1ª División Derecha.

Segunda Invasión Inglesa

En enero de 1807 tropas que originalmente estaban destinadas a reforzar a la guarnición de Beresford (derrotada varios meses antes) deciden intentar una nueva invasión. Comandadas por el Brigadier General Samuel Achumuty sitian Montevideo. El 3 de febrero logran forzar una brecha por la muralla sur y después de una sangrienta batalla la vanguardia inglesa al mando del Coronel Brown captura la ciudad.

Tres meses después, en mayo, llega el teniente general John Whitelocke que se hace cargo de las fuerzas británicas del Río de la Plata. Un mes después llega un fuerte refuerzo a cargo del General Craufurd junto a una importante escuadra naval al mando del almirante Murray.

Se decidió el día 28 de junio para la invasión llevada a cabo en Ensenada (Buenos Aires), al sur de la Ciudad de Buenos Aires. 8.000 soldados británicos más 18 cañones comandados por Craufurd avanzan hacia la capital del virreinato.

La campaña fue un fracaso rotundo. Tras una intrascendente victoria en el Combate de Miserere (2 de julio), la suma de errores tácticos que condujeron al ataque final a Buenos Aires del 5 de julio dejaron 2.500 bajas británicas, obligando a Whitelocke a rendirse dos días después. Se les exigió retirarse del Río de la Plata en el plazo de 60 días liberando a Montevideo y a Colonia, hecho que cumplieron como requerido. Las bajas de los ganadores fueron de 302 muertos y 514 heridos.

Consecuencias de la Segunda Invasión Inglesa

Luego de la gran victoria, Liniers, fue ascendido a virrey. Esto molestó a muchos españoles que habitaban Buenos Aires, ya que Santiago de Liniers era francés. Por ello, en 1809, algunos cuerpos españoles del ejército (gallegos, vizcaínos y catalanes) se sublevaron, pero fueron rápidamente contenidos por el resto, que se mantuvieron fieles y los desactivaron. Igualmente España decidió reemplazar a Liniers por Baltasar Hidalgo de Cisneros. Estos hechos tuvieron una incidencia directa sobre la Revolución de Mayo de 1810.

El nuevo virrey decidió reorganizar al ejército y darle nuevo nombre a los cuerpos. El mismo quedó así:

Patricios - 1806.
Arribeños - 1806.
Cantabros o Montañeses - 1807.
Andaluces - 1806.
Artilleros - 1806.
Husares del Rey - 1806.
  • Infantería: Batallón Nº 1 (ex Patricios), Batallón Nº 2 (ex Patricios), Batallón Nº 3 (ex Arribeños), Batallón Nº 4 (ex Montañeses), Batallón Nº 5 (ex Andaluces), Batallones Nº 6, 7 y 8 previstos para la reserva formada por los Cuerpos Urbanos del Comercio, Batallón de Granaderos de Fernando VII, Batallón de Castas de Infantería.
  • Artillería: Batallón de Artillería Volante (ex Patriotas de la Unión)
  • Caballería: Escuadrón de Caballería de Húsares del Rey
  • Veteranos: Real Cuerpo de Artillería, Real Cuerpo de Ingenieros, Estado Mayor de Plaza, Regimiento de Granaderos Voluntarios de Infantería de Buenos Aires, Regimiento de Dragones de Buenos Aires, Cuerpo de Blandengues, Asambleas de Infantería y de Caballería.

Campañas de Independencia

Revolución de Mayo

Durante la Revolución de Mayo en 1810, causada por el encarcelamiento del rey de España Fernando VII en manos de Napoleón Bonaparte, el ejército jugó un papel importante ya que, los revolucionarios entendían que el virrey ya no representaba al monarca, y por lo tanto no tenía más poder ni dominio sobre lo militar. Por ello, el Regimiento de Patricios, encabezado por Cornelio Saavedra y el resto de los regimientos apoyaron las causas populares y ayudaron a imponer la Primera Junta de Gobierno.

El mismo día 25 de mayo, el presidente de la Junta, Cornelio Saavedra, recibió el cargo de Comandante General de Armas. Un decreto de la Junta del 28 de mayo creó el Departamento de Gobierno y Guerra, siendo designado Mariano Moreno como su titular y siendo su misión: la previsión y vigilancia del estado de armas, el reclutamiento de tropas, proveer los ascensos y mantener la instrucción y la disciplina de las tropas.

El 29 de mayo de 1810 la Junta organizó por decreto las unidades, elevando a regimientos a los batallones existentes:

(...) Esta recíproca unión de sentimientos a fijado las primeras atenciones de la Junta, sobre la mejora y fomento de la Fuerza militar de estas provincias; y aunque para justa gloria del país es necesario conocer un soldado en cada habitante, el orden público y la seguridad del Estado exigen que las esperanzas de los buenos patriotas y fieles vasallos reposen sobre la fuerza reglada correspondiente a la dignidad de estas provincias; a este fin, a acordado la Junta las siguientes medidas en cuya pronta y puntual observancia interesa sus respetos y todo vuestro celo.
Los Batallones Militares existentes se elevarán a regimiento con la fuerza efectiva de 1.116 plazas, reservado la Junta proveer separadamente sobre el arreglo de la caballería y artillería volante.

Queda publicada de este día una rigurosa leva en que serán comprendidos todos los vagos y hombres sin ocupación desde los 18 hasta los 40 años.

Volverán al Servicio Activo todos los rebajados que actualmente no estuvieron ejerciendo algún arte mecánico o servicio público.[1]

Esta fecha es conmemorada anualmente como el nacimiento del Ejército Argentino.

Expedición al Paraguay

Unos meses después de la Revolución de Mayo, la Junta intentaba sumar a la gobernación del Paraguay para la causa independentista. Fue enviado como representante suyo José Espínola, natural de Asunción, a fin de obtener la adhesión del gobierno. El esfuerzo diplomático fue infructuoso, y los paraguayos optaron por seguir leales al Consejo de Cádiz, mientras que desistían de tomar las armas contra la Junta en ausencia de una decisión real. Ante la situación, Manuel Belgrano, nombrado coronel pese a su falta de experiencia militar, fue puesto al frente de una expedición armada que debía ir al Paraguay con 950 hombres (entre ellos patricios muy mal armados y mal entrenados) y 6 cañones, para que el gobierno en Asunción reconociera la autoridad de la Primera Junta de Gobierno. De caso contrario, tendría que apoyar la formación de un gobierno amigo a Buenos Aires.

La tropa de Belgrano era minúscula; partió de Paraná, en aquella época La Bajada, a principios de noviembre de 1810 con 200 hombres y seis cañones, a los que se sumaron voluntarios a lo largo de la marcha. La habilidad de Belgrano como líder político se manifestó rápidamente, funda los pueblos de Nuestra Señora del Pilar de Curuzú Cuatiá y Mandisoví durante la marcha y reclutó numerosos hombres para la causa patriota. Su última escala en territorio patriota la realizó en Concepción Yaguareté-Corá, donde se le sumaría, entre otros lugareños, el niño Pedro Ríos, que según la leyenda tocaría el tambor al frente de las tropas hasta caer herido de muerte en la batalla de Tacuarí.

En diciembre llega a Santa María de la Candelaria, frente a las costas paraguayas, instalando su cuartel. A comienzos de diciembre de 1810 cruzó el río Paraná; en la costa opuesta lo esperaba una fuerza de 500 hombres al mando del comandante Pablo Thompson. Tras infructuosas negociaciones, los ejércitos se batieron en la batalla de Campichuelo, el día 19; la victoria fue para las fuerzas de Belgrano, que tomaron inmediatamente Itapuá, donde obtuvieron parque que les era imprescindible, municiones y canoas. Seis días más tarde Belgrano fijó su cuartel en Tacuarí, y envió una vanguardia mandada por el coronel Juan Machain hasta Tebicuary. En enero el ejército marcha hacia Asunción, por ello, los paraguayos ponen en práctica la política de tierra arrasada quemando pueblos enteros y tierras en su retirada. Esto, sumado al intenso calor del verano dificultó el avance de Belgrano.

Mientras tanto, fuerzas nuevas se reunían en Asunción, desde donde partieron los primeros días de enero. Una expedición de observación los encontró el 15 de enero, cifrándolos en 7.000 hombres y 16 cañones. La inteligencia permitió a Belgrano disponer sus tropas con tiempo, y el 19 de enero les hizo frente con unos 600 efectivos en la batalla de Paraguarí; la hábil planificación le permitió obtener ventajas tácticas en las primeras refriegas, y retroceder ordenadamente tras unas horas de combate. La táctica era dispersar al centro, al principio logrado, pero al verse rodeados, a las 4 h de combate, no les quedó otra opción que la retirada. De regreso en sus posiciones de Tacuarí, intentó nuevamente resolver diplomáticamente el conflicto, pero ante la negativa paraguaya solicitó refuerzos a Buenos Aires. La escuadra que se le enviara no llegó a destino, obligada a retroceder tras un encuentro con buques realistas a la altura de San Nicolás, por lo que cuando en 9 de marzo el general Manuel Cabañas avanzó sobre sus posiciones con 2.400 hombres, las tropas de Belgrano no sumaban 500. Sólo la ventaja estratégica de defender una posición conocida le permitió resolver el encuentro con un armisticio, que le permitió retirarse a territorio argentino sin más hostilidades. La agitación provocada por los patriotas daría fruto más tarde, cuando el 14 de mayo revolucionarios locales depusieran al gobernador, nombrando una Junta en su reemplazo. Sin embargo, la Junta lo separa del mando y lo procesa por las derrotas; meses más tarde sería absuelto y repuesto con el grado de general al mando del Regimiento I de Línea, el antiguo Regimiento de Patricios.

A fines de enero y en febrero Belgrano (ya ascendido a general) intentó la negociación pacífica. Liberó a sus prisioneros y quiso hacer contacto diplomático. Al no tener respuesta, pidió refuezos a la junta ya que solamente contaba con 900 hombres.

La junta le envía una escuadra naval al mando del capitán Azopardo, pero ésta fue derrotada por buques realistas en San Nicolás de los Arroyos el 2 de marzo de 1811. El 9 de marzo se produce la Batalla de Tacuarí. Belgrano que en ese momento contaba con 400 hombres (porque dispersó el resto para cuidar otras posiciones) fue atacado por 2.400 efectivos y 6 piezas de artillería a cargo del General Manuel Cabañas. A pesar de la superioridad numérica, se produjo una gran confusión y no se sabía quien era el vencedor. Por ende, Belgrano logra la firma del Pacto de Tacuarí, que establece que el ejército patriota se retira del Paraguay con todos los honores.

Aunque fueron derrotados, poco después de su retirada la influencia lograda en la población logró una revolución parecida a la Revolución de Mayo, pero en ese momento, Paraguay quedó definitivamente separada de las Provincias Unidas.

El 13 de febrero de 1812, para facilitar la identificación de sus tropas, solicitó al Triunvirato que se permitiera el uso de una escarapela celeste y blanca; el 18 recibió respuesta afirmativa. Envalentonado por el hecho, hizo jurar el 27 del mismo mes una bandera con los mismos colores; ese mismo día recibió comisión, ante la noticia de la derrota de Balcarce en Huaqui, de marchar con su Regimiento y lo que restaba de las tropas que le acompañaran en el Paraguay al frente del Ejército de aquel, acantonado en Yatasto (Salta).

Expediciones Auxiliadoras al Alto Perú

Primera Campaña

Tres meses después de establecida la Primera Junta de Gobierno, se le ordenó al ejército enviar una expedición al interior con los objetivos de que las provincias reconozcan la nueva autoridad de la Junta (en caso contrario debería deponer a las autoridades), designar representantes para un Congreso que se reuniría en Buenos Aires y sofocar un movimiento contra la revolución que Liniers organizaba desde Córdoba.

El 9 de julio de 1810 parten 1.150 tropas (en su mayoría voluntarias) comandadas por el Coronel Francisco Ortiz de Ocampo y por el Teniente Coronel Antonio González Balcarce. Ambos iban acompañados por el representante de la junta, Hipólito Vieytes y por el auditor Feliciano Chiclana.

En agosto se ocupa Córdoba y se acaba con el movimiento encabezado por Liniers, ejecutándolo a él y a los principales opositores a la Junta. Se continúa la marcha pasando por varias provincias del norte argentino ingresando en el Alto Perú. Participa en las acciones de Cotagaita y Suipacha hasta que el 20 de junio de 1811 es destruido en la Batalla de Huaqui, replegándose a Salta.

Segunda Campaña

En abril, el Coronel Mayor Belgrano recibe el mando en Salta, e inmediatamente avanza hacia Jujuy, donde estableció un perímetro de defensa. Pero en agosto del mismo año recibió la orden de replegarse al sur hasta Tucumán, por lo que se produjo el Éxodo Jujeño y se llevó a cabo la política de tierra arrasada. Mientras, eran perseguidos por hombres comandados por el General Pío Tristán.

Participó en las acciones de Las Piedras, Tucumán y Salta, internándose luego en el Alto Perú, en donde fue derrotado en las batallas de Vilcapujio y Ayohuma.

Manuel Belgrano.

El 30 de enero de 1814, en Tucumán, Manuel Belgrano fue reemplazado por el General José de San Martín. Este último, por razones de salud renunció cuatro meses después, siendo reemplazado por el Coronel José Rondeau.

Tercera Campaña

En enero de 1815 comenzó la campaña. Durante los próximos diez meses hubo enfrentamientos con tropas realistas, pero nunca de la magnitud de la campaña anterior.

Participó en las acciones de El Tejar, Puesto del Marqués, Venta y Media, siendo derrotado en la batalla de Sipe-Sipe, retrocediendo hasta Tucumán.

Expedición a la Banda Oriental

Primera Campaña

Luego de establecida la Primera Junta de Gobierno, el Reino de España envió a Francisco Javier de Elío como nuevo virrey para el Virreinato del Río de la Plata, con la misión de tomar el poder en Buenos Aires. Ante la imposibilidad de lograr esto, se instaló en Montevideo. Como representaba una potencial amenaza, en 1811, se envió una expedición a cargo del General Belgrano para apoyar a pobladores que se habían revolucionado, y así tomar el control de la Banda Oriental. También para anticiparse a los portugueses que desde hace tiempo tenían interés en el lugar. En abril, 800 efectivos patriotas sitian la ciudad de Colonia ocupada por realistas. Al mismo tiempo se establecieron relaciones diplomáticas con Portugal para evitar cualquier tipo de intervención. Unos días después Belgrano es reemplazado por José Rondeau y enviado al norte. También se le da poder al Teniente Coronel José Gervasio Artigas, dándole el comando de las milicias patrióticas.

Luego de 5 horas de lucha el 18 de mayo de 1811, Artigas con 1.000 hombres vence a 1.230 realistas en la Batalla de las Piedras. Esto permitió el avance patriota a la ciudad de Montevideo, produciendo su sitio por tierra el 1 de junio.

Luego de un mes y medio de sitio por tierra a Montevideo, 5.000 portugueses comandados por el General Diego de Souza invadieron la Banda Oriental en apoyo a los realistas. En octubre, finalmente, se firma un tratado con el virrey Elío, por el cual tanto argentinos como portugueses debían abandonar la Banda Oriental. Artigas no aceptó y siguió luchando, pero sólo, ya que en diciembre las tropas argentinas volvieron a Buenos Aires.

Segunda Campaña

Aunque para diciembre de 1811 los argentinos habían abandonado la Banda Oriental como acordado, los portugueses no. Por ello, el gobierno dispuso una intervención por parte del ejército, comandado en este caso por Manuel Sarratea.

El 20 de octubre la vanguardia patriota a cargo de Rondeau se encarga de sitiar Montevideo por segunda vez. En diciembre, se produjo la Batalla de Cerrito. Tropas comandadas por el reemplazante de Elío, el Capitán General Gaspar de Vigodet quisieron abandonar la ciudad. Ganaron la primera parte de la batalla tomando 40 prisioneros, pero finalmente, una ofensiva comandada por Rondeau los derrotó, dejando 100 realistas muertos, 146 heridos y 30 prisioneros, mientras que los patriotas entre muertos y heridos sumaron 90 bajas.

Poco tiempo después del combate, Sarratea por desacuerdos con Artigas renuncia al cargo, dejando como líder a Rondeau. Poco después Artigas se reincorpora al ejército argentino.

El 3 de febrero de 1813 se produjo el famoso combate de San Lorenzo. Montevideo, estaba sitiada por tierra, pero no por agua. Por ello, una escuadrilla naval española salía repetidas veces a navegar por el Río Paraná y así arrebatar provisiones para abastecer la ciudad. El general José de San Martín con 125 Granaderos a Caballo y 50 milicianos vence a los 250 realistas y dos cañones cuando desembarcaban cerca del Convento San Carlos.

Sin fuentes de abastecimiento, Montevideo caería en cualquier momento.

Tercera campaña

Para fines de 1813 quedaba claro que era imprescindible tomar Montevideo. Pero, Buenos Aires sabía que igualmente no tendría control sobre la Banda Oriental sin antes anular la influencia de

A principios de 1814 las tropas patriotas se alistaron para dar el último golpe a Montevideo. El ejército de Rondeau (ahora con 4.000 hombres) fue, en mayo, reforzado con 1.500 más. Luego Rondeau fue reemplazado por Carlos de Alvear como comandante del ejército en tierra.

Pintura de Artigas a cargo de Juan Manuel Blanes.

Debido a que los españoles tenían superioridad naval, el gobierno de Buenos Aires dispuso la creación de una flota que quedó a cargo del irlandés Guillermo Brown. Ésta constaba de 9 buques.

El 15 de marzo Brown toma la Isla Martín García comenzando las acciones navales, que finalizan el 17 de mayo con la destrucción del poder naval enemigo.

El 20 de junio de 1814 se rinde incondicionalmente Montevideo. Se toman 7.000 prisioneros y se apoderan de 9.000 fusiles, 500 piezas de artillería y 100 buques de diverso tipo.

Éste fue el fin de la dominación española en el Río de la Plata. Pero no terminaron los conflictos por la Banda Oriental. Ahora, viejos amigos se transformaban en enemigos. Mientras que Buenos Aires quería tener soberanía sobre estos territorios, Artigas se opuso rotundamente.

En junio de 1814 Artigas le exige a Alvear que entregue Montevideo. Alvear se opone, por ello se produjo una extrema tensión que derivó en guerra. Se producieron tres combates: Batalla de las Piedras (25 de junio), Batalla de Marmarajá (6 de octubre) a favor de los argentinos y la Batalla de Guayabos (15 de enero de 1815) a favor de los artiguistas.

Luego de varias negociaciones diplomáticas, los argentinos, en febrero, abandonan Montevideo y la Banda Oriental. Más aún, Artigas no solo tomo el control de la Banda Oriental, sino que también influyó mucho en el litoral argentino.

Luchas en el Noroeste

Invasión de De La Serna

En 1816, luego de la derrota de Sipe-Sipe, el ejército de Rondeau marchó en retirada. Entonces fueron perseguidos por parte del ejército realista.

Por ello, unos efectivos del ejército a cargo del Teniente Coronel Gregorio Aráoz de Lamadrid se encargaron de la defensa. El 31 de enero se libra la Batalla de Culpina, desfavorable para los patriotas, pero se recuperan y vencen el 2 de febrero en la Batalla de Utarango. Diez días después, el 12 de febrero el ejército de las Provincias Unidas del Río de la Plata es derrotado en la Batalla de Río San Juan. Por ello se le ordenó a Rondeau retroceder a Tucumán, dejando a cargo del ejército de fronteras a Martín Miguel de Güemes, que con la vanguardia atacaba constantemente al enemigo y lo privaba de recursos.

El 9 de julio de 1816 se declara la independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica, siendo un momento muy difícil para los patriotas: los realistas avanzaban por el norte y los portugueses se preparaban para invadir la Banda Oriental. La declaración de la independencia fue un golpe muy importante que le levantó la moral a los soldados y <<oficializó>> la lucha patriótica.

El 19 de septiembre de 1816, con el objetivo de ocupar Salta, Tucumán, Córdoba, Mendoza y dar pie para invadir a Chile, el General José de La Serna toma el mando realista. El 15 de noviembre dan el primer golpe, derrotando a la fuerza del Coronel Mayor Juan José Feliciano Fernández Campero popularmente llamado Marqués de Yavi, miembro de las fuerzas de frontera, quedando prisionero junto a 300 hombres.

El 6 de enero de 1817 las fuerzas de De la Serna toman Jujuy y auxilian a las fuerzas del Mayor Guillermo Marquiegui que perdieron 30% de los efectivos por los constantes ataques de gauchos. Tiempo después, el total del ejército de De la Serna se establece en Jujuy listo para el ataque.

La primera batalla fue la de San Pedrito. El Teniente Coronel Juan Antonio Rojas, ataca a los realistas dejando 100 muertos. Entonces de la Serna marcha a Salta llegando el 15 de abril pero debido a los reiterados ataques debe abandonar 20 días después volviendo a Jujuy.

El 1 de mayo los realistas son expulsados de Humahuaca en la batalla homónima por las fuerzas del Coronel Manuel Arias. 15 días después se intenta expulsarlos de la provincia de Jujuy y lo logran el 21 de mayo. Los realistas perdieron 1.500 hombres, caballos, artillería y se retiraron al Alto Perú.

El papel de los gauchos guerrilleros comandados por Güemes fue muy importante para lograr estas victorias.

Expedición de Lamadrid

El 3 de marzo de 1817, el Teniente Coronel Gregorio Aráoz de Lamadrid fue enviado a una expedición con 400 hombres para atacar la retaguardia realista en retirada a para fortalecer la posición de Güemes.

El 14 de abril llegan a la localidad de Tarija. En una corta batalla se derrota al enemigo tomando la ciudad. Los realistas sufrieron 50 muertos y los efectivos restantes (294) prisioneros. En mayo siguiente los patriotas atacan a una guarnición realista en Chuquisaca. Sin fortuna son derrotados y perseguidos. Un mes después, el 12 de junio, son tomados por sorpresa en Sopuchay (100 km al sur de Chuquisaca). Son derrotados rápidamente y vuelven al punto de partida reincorporándose al ejército.

Últimos intentos realistas

Hasta 1822 los realistas intentaron desesperadamente reconquistar el norte de las Provincias Unidas del Río de la Plata, objetivo que, de haber sido logrado, hubiera dado pie a una reconquista total de sus colonias.

En muchas oportunidades se luchó en las provincias de Salta y de Jujuy. En ésta lucha se destacaron los coroneles realistas Pedro Antonio Olañeta, José María Valdéz, Juan Canterac y Guillermo Marquiegui y el general Juan Martínez Orozco. Las ciudades eran constantemente tomadas por los realistas y liberados por los patriotas. Pero, el mayor protagonismo lo tuvo Güemes y sus gauchos. Atacaban por sorpresa a los realistas derrotándolos antes que pudieran enfrentar a los ejércitos de Belgrano establecidos en Tucumán. Al finalizar las bajas de los realistas en los intentos de la reconquista del norte sobrepasaban los miles.

Lucha contra Portugal

Luego de la Batalla de Guayabos, en 1815 los argentinos se vieron obligados a dejar la Banda Oriental dejándola en manos de Artigas. Durante aquél año existió cierto grado de anarquía en el vecino país. Por ello, y con el pretexto de que la anarquía se podría extender a las colonias portuguesas en América, 10.000 hombres comandados por el General Barón de Lecor, en agosto de 1816. Se sabe que la razón real de la invasión fue conseguir un punto estratégico en el Río de la Plata.

Fructuoso Rivera.

Los orientales, en proceso de organización, solamente contaban con 7.000 hombres al mando de José Gervasio Artigas, que en su mayoría eran voluntarios de origen argentino.

En un intento por evitar luchas en el territorio oriental, Artigas llevó el ejército a territorio portugués. Rápidamente fueron repelidos y se replegaron a esperar la invasión.

Cuando se inicia la invasión, los portugueses avanzan rápidamente ganando varias batallas: el 18 de septiembre se produce la ocupación de Maldonado. El 5 de octubre los orientales pierden la Batalla de San Borja. También son derrotados en la Batalla de Ibiracahy (19 de octubre), en la Batalla de Carumbé (27 de octubre) y en la Batalla de India Muerta (19 de noviembre).

Las primeras victorias para los uruguayos se produce en diciembre, en las batallas de Arroyo Sauce y Arroyo Cordobés.

En un intento desesperado por derrotar a los portugueses, Artigas pide ayuda a Buenos Aires, a quien había expulsado dos años atrás. Por ello, las condiciones que quería imponer Buenos Aires eran inaceptables para las ideas de Artigas, por lo que tuvo que desistir de pedir ayuda.

En enero de 1817 se producen dos derrotas orientales más: Batalla de Arapey y la Batalla de Catalán. Días después, un fragmento del ejército portugués persigue a orientales a la provincia argentina de Corrientes y los derrotaron. Como represalia por la ayuda prestada por argentinos, incendian la ciudad.

Más adelante en el año cae la ciudad de Colonia y luego se encarcelan a jefes orientales.

El año 1818 continuó en forma parecida: los orientales enfrentaban desesperadamente a los portugueses para expulsarlos de su territorio, aunque cada vez perdían más hombres. En marzo ganan la Batalla de Pichinango pero son derrotados en la Batalla de San Carlos (provincia de Corrientes), en la Batalla de Guaviyú y en la Batalla de Perucho Verna (en la provincia argentina de Entre Ríos). En esta última las tropas orientales (más argentinos que uruguayos eran comandados por el caudillo Francisco Ramírez).

En junio se logra una importante victoria en Chapicuy y en julio, aunque las tropas de Artigas perdieron, Fructuoso Rivera, da la victoria a los orientales en la Batalla de Queguay Chico.

No hubo combates importantes hasta junio del año siguiente. Entonces se produjo la Batalla de Paso Itacurupí, desfavorable para los orientales. En diciembre de ese año Artigas logra un triunfo en la Batalla de Santa María.

El año 1820 fue negro para la historia uruguaya. Sus tropas restantes fueron masacradas en la Batalla de Tacuarembó Chico. Un año después fueron anexados al Reino de Portugal como la Provincia Cisplatina.

Aunque hubo muchos voluntarios argentinos, el orgullo de Artigas no le permitió pedir ayuda a Buenos Aires, provocando la caída de la Banda Oriental ante los portugueses.

Conflictos Internos (1817-1822)

Durante las guerras por la independencia, no todos los conflictos que enfrentó el ejército eran contra países del exterior. En el interior del país surgieron diversos líderes, llamados caudillos que se oponían que Buenos Aires ejerciera la máxima autoridad, luego, ellos serían precursores del federalismo.

Uno de los primeros conflictos comenzó en Santiago del Estero en 1817. El caudillo Juan Francisco Borges depuso al gobernador declarando independiente a la provincia. Fue enfrentado por parte del Ejército del Norte a cargo de Lamadrid. Borges fue fusilado.

Unos de los caudillos más importantes fue el entrerriano Francisco Ramírez (visto antes en la lucha contra los portugueses). Buenos Aires no simpatizaba con el caudillo debido a su apoyo a Artigas, por ello se envió un contingente de 600 efectivos comandado por el Coronel Luciano Montes de Oca para apoyar a sus opositores. La campaña fue un fracaso, perdiendo la batalla de Arroyo de Ceballos y siendo obligados a volver.

Al año siguiente, con Balcarce reemplazando a Montes de Oca se produce otra campaña contra Ramírez. Esta vez tenía un poder de 2.400 efectivos (la mayoría insurgentes entrerrianos contra Ramírez). A pesar de superar al caudillo en número la campaña volvió a ser un fracaso teniendo grandes pérdidas y regresando a Buenos Aires.

Para 1818 ya existía en el país una suerte de Liga Federal. La misma respondía a Artigas, que, por oponerse al poder total de Buenos Aires, despertaba simpatía en las provincias subordinadas a ésta en el interior.

Una de las máximas autoridades en el país de dicha liga era el santafesino Estanislao López. Por ello, en 1818 se organizó una campaña comandada por Balcarce para derrotarlo. Santa Fe iba a ser invadida por el norte, con parte del Ejército Auxiliar del Perú y por el sur desde Buenos Aires. El 8 de noviembre se produce la batalla de Fraile Muerto en la provincia de Córdoba. López atacó al ejército en Córdoba. Aunque no la derrotó, la paralizó durante un tiempo al quitarles las caballadas.

El 27 de noviembre, en la batalla de Aguirre, las tropas de Balcarce vencen al caudillo y ocupan la ciudad de Santa Fe.

Un día después, López consigue refuerzos y aniquila a una división del ejército de Balcarce en la batalla de Arroyo Aguilar. El 27 de diciembre, debido a la baja moral de sus soldados y a las faltas de recursos, Balcarce debe abandonar Santa Fe y volver a Buenos Aires con el ejército.

A pesar de haber ganado, López persigue al ejército en retirada y ataca la retaguardia en Pergamino (provincia de Buenos Aires) y la derrota. Debido al fracaso, a los pocos días, el General Juan José Viamonte llega con refuezos y releva a Balcarce. El 5 de febrero de 1819 se produce la batalla de San Nicolás, en la que Viamonte, con 2.400 hombres, resiste un ataque de López obligándolo volver a Santa Fe.

Aprovechando su victoria Viamonte quiere iniciar una nueva campaña contra Estanislao López inmediatamente. Avanza a Santa Fe en ofensiva desde San Nicolás, al mismo tiempo que el Coronel Juan Bautista Bustos ingresaba a la provincia, con parte del Ejército Auxiliar del Perú desde el norte.

El 18 de febrero se produce un ataque de López a Bustos en la batalla de La Herradura, cerca de la localidad de Río Tercero (Córdoba). No hubo un ganador decisivo y López volvió a Santa Fe.

Veinte días después el caudillo derrota a las fuerzas de Viamonte en la batalla de las Barrancas. Por ello, el general porteño se replegó a la ciudad de Rosario siendo sitiado al poco tiempo por López. El 12 de abril se firma un armisticio y terminan las hostilidades.

En noviembre del mismo año comienzan nuevas hostilidades entre Buenos Aires y Santa Fe. Aún peor, ya que en el 9 de enero de 1820 el ejército a cargo del Coronel Juan Bautista Bustos que marchaba hacia Santa Fe se subleva en el llamado Motín de Arequito. El Coronel se hace nombrar gobernador de la provincia de Córdoba y se declara neutral en el conflicto entre Buenos Aires y Santa Fe.

Exactamente el mismo día se subleva el Batallón Nº 1 de Cazadores de los Andes en la provincia de San Juan. El Capitán Mariano Mendizábal se hizo nombrar gobernador de la provincia declarándola independiente. Fue depuesto rápidamente, pero sus acciones restaron un buen número a los efectivos que iban a participar en la campaña libertadora del Perú.

El 1 de febrero con el Director Supremo Rondeau al mando del ejército, los porteños (2.000 hombres) son vencidas por las fuerzas conjuntas de Ramírez y López (1.600 hombres) en la batalla de Cepeda.

Diez días después comienza la Anarquía del Año XX en Buenos Aires. Rondeau es obligado a renunciar, obligado por el ejército y el cabildo. Es nombrado gobernador el General Miguel Estanislao Soler.

El 23 de febrero de 1820 se firma el Tratado del Pilar. Éste logra la paz definitiva entre Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. Establecía que Buenos Aires no tendría poder sobre el resto de las provincias, pero manejaría las relaciones exteriores.

El 20 de junio de 1820 muere uno de los más brillantes generales del Ejército Argentino: Manuel Belgrano.

Otro conflicto importante se desarrolla al mismo tiempo: Estanislao López reanuda las hostilidades contra Buenos Aires para derrocar al gobernador Soler e imponer como gobernador al General Alvear.

Soler renuncia el 28 de junio, luego de ser derrotado en la batalla de Cañada de la Cruz. Entonces los dos cabildos más importantes de la provincia de Buenos Aires nombraron a dos gobernadores distintos: el Cabildo de Luján nombra gobernador a Alvear. El de la ciudad de Buenos Aires al Coronel Manuel Dorrego (federal, popular, que luego sería fusilado por Juan Lavalle en diciembre de 1828).

En agosto Dorrego avanzó contra las fuezas conjuntas de López y Alvear. Las derrotó en los combates de San Nicolás y en el Pavón. Pocos días más tarde, sin embargo, su ejército fue completa y sangrientamente derrotado en la batalla de Gamonal. Dorrego presentó su renuncia al gobierno.

El 24 de noviembre, el nuevo gobernador Martín Rodríguez y López firman el Tratado de Benegas. Se acordó el cese de las hostilidades entre Buenos Aires y Santa Fe y la reunión de un Congreso en Córdoba. López además tenía que quitarle las armas y su apoyo al caudillo chileno José Miguel Carrera.

José Miguel Carrera.

En marzo y abril de 1821, José Miguel Carrera avanzó sobre la San Luis, ocupándola. Luego quiso ocupar Córdoba; pero, al ser derrotado, se dirigió hacia el este a reunirse con su aliado, Ramírez.

A principios de mayo, en desacuerdo con el tratado de Benegas, Ramírez declara la guerra a Buenos Aires e intenta un ataque a Santa Fe. Éste tiene efímero éxito, pero queda aislado de sus bases.

El 8 de mayo el caudillo entrerriano vence a Lamadrid que comandaba a fuerzas de Buenos Aires en la batalla de Rosario. El 24 del mismo mes, lo vence nuevamente en Coronda, con menos de la mitad de efectivos. Dos días después en el mismo lugar, un sorpresivo ataque de López vence a Ramírez.

En junio se alían Carrera y Bustos y atacan a Bustos en el combate de Cruz Alta, pero no logran vencer al gobernador cordobés Bustos y se retiran. Su delegado Francisco Bedoya persigue a Ramírez por el este de la provincia, hasta que éste es derrotado en San Francisco del Chañar, batalla en la que el caudillo fallece en combate.

Sin lugar a donde ir, Carrera decide volver a Chile. Es derrotado por José Albino Gutiérrez en la batalla de Punta del Médano (en San Juan), donde es tomado prisionero, siendo posteriormente ejecutado.

El 25 de enero de 1822 se firma el Tratado del Cuadrilátero, que establece la paz y una alianza entre Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe.

Expediciones Libertadoras a Chile

Plan de San Martín

General Don José de San Martín.

La idea inicial del General José de San Martín, ahora General a cargo del Ejército del Norte, era cruzar la Cordillera de Los Andes en dos columnas. La principal comandada por San Martín en persona que cruzaría a Chile por la ruta de Los Patos. La secundaria a cargo del Coronel Juan Gregorio Las Heras cruzaría por Uspallata.

Luego se atacaría al enemigo en el punto de encuentro, dividiendo el ataque en dos frentes y a posteriori se librarían operaciones secundarias para dividir y dispersar a los realistas. Una vez derrotado el enemigo, destacamentos especialmente elegidos tendrían la misión de dar falsa información de inteligencia acerca de los propósitos de la expedición y de promover el levantamiento de la población chilena contra España logrando su declaración de independencia.

Fuerzas del General San Martín

Las fuerzas del Ejército Libertador de los Andes estarían conformadas en su mayoría por tropas argentinas y con remanentes del Ejército de Chile exiliado después de que los realistas reinstauraran el antiguo regímen en ese país.El General a cargo de la expedición sería el General San Martín, subordinado al Jefe de Estado Mayor Coronel Miguel Estanislao Soler.

La infantería estaba compuesta de cuatro batallones. Cada batallón tenía cuatro compañías de fusileros, una compañía de granaderos y una compañía de volteadores. Con respecto a la caballería, ésta estaba compuesta de cuatro escuadrones, un regimiento entero de Granaderos a Caballo y un escuadrón escolta.

La artillería estaba compuesta de 17 piezas y se llevaron para el cruce 7.250 mulas de silla , 1.929 mulas de carga y 1.200 caballos de batalla. También se habían incluido equipamiento para facilitar el paso por la cordillera, entre ellos puentes colgantes, un hospital portátil y ganado en pie.

En la columna principal iba el General San Martín en persona, comandando el grueso del ejército iba el Coronel chileno Bernardo O'Higgins, y comandando la vanguardia el Coronel Soler. Por esta columna avanzaron los Granaderos a Caballo, los Batallones de Infantería 1, 7 y 8, el Hospital de Campaña y 9 piezas de artillería.

En la columna secundaria iba como jefe el Coronel Juan Gregorio Las Heras. Por ésta columna avanzaron 2 piezas de artillería, el Batallón de Infantería 11 y 30 Granaderos a Caballo. Detrás de esta columna, pero no formando parte, marchaban los denominados <<Servicios Auxiliares>>. Estos estaban compuestos por: Un escuadrón de milicianos con 7 piezas de artillería, barreteros y baqueanos. También formaban parte el Destacamento Paso Come Caballos, comandado por el Teniente Coronel Francisco Zelada (130 hombres). El Destacamento Paso Guana, comandado por el Teniente Coronel Juan Manuel Cabot (3 oficiales, 60 soldados, batallones del regimiento de Granaderos a Caballo 1 y 8 y 80 milicianos). Destacamento Paso El Portillo, comandado por el Capitán José León Lemos (25 blandengues y 30 milicianos en caballería). Y El Destacamento Paso El Planchón comandado por el Capitán chileno Ramón Freire (3 batallones de infantería y 30 granaderos a caballo)

El total de hombres (sin contar el personal para operaciones secundarias) era de 4.663. (3.987 fuerzas regulares del ejército)

Casimiro Marcó del Pont Ángel Díaz y Méndez.

Fuerzas Realistas en Chile

A cargo del Gobernador de Chile, don Casimiro Marcó del Pont había cinco batallones de infantería, tres regimientos de Caballería, 31 piezas de artillería y una reserva de milicianos de ser necesarios. El total de los 5.500 hombres estaba fraccionado desde la ciudad de Concepción hacia el norte.

Desenlance

El 9 de enero de 1817, quince días antes de que la columna del General San Martín iniciara el cruce, dos pequeños avances simultáneos por el norte y por el sur son enviados. Uno, a cargo del Teniente Coronel Cabot, con la misión de invadir la provincia de Coquimbo. Las otra, comandada por el Capitán Ramón Freire para invadir las ciudades de Talca y de Curicó. Nueve días después se inició la marcha de la columna secundaria comandada por Las Heras.

El 24 de enero, mismo día que el General San Martín comienza el cruce, una guardia de la columna de Las Heras fue sorprendida por el enemigo y dispersada. Luego, rápidamente, el enemigo comandado por el Mayor Miguel Marqueli se retiró. Al día siguiente se enfrentó en la Batalla de Potrerillos contra 128 Granaderos a cargo del Teniente Francisco Aldao y del Mayor Enrique Martínez. El combate no tuvo un ganador y ambos bandos se replegaron. Los realistas sufrieron 4 muertos y 7 heridos mientras que los Granaderos 12 heridos.

El 2 de febrero la columna de Las Heras cruza las altas cumbres por el paso Bermejo, entrando en territorio chileno. Dos días después 180 efectivos a cargo del Mayor Martínez derrotaron totalmente a 100 realistas, dejándoles 25 muertos y tomando 45 prisioneros. Solamente hubo 5 heridos leves para el bando de Martínez.

Batalla de Chacabuco por Pedro Subercaseaux.

La primera batalla de la columna principal es el Combate de Achupallas, el 4 de febrero. Allí, patriotas comandados por el Mayor Antonio Arcos vencieron a los realistas. Tres días después, en la misma columna, el Capitán Mariano Necochea logra una gran victoria con 110 Granaderos contra 700 realistas que poseían 2 piezas de artillería. Horas más tarde, el ejército estaba atravesando el Valle de Aconcagua.

Rafael Maroto con su nieta Margarita Borgoño, cuadro de Raymond Monvoisin.

El 12 de febrero ocurre la primera gran batalla de la expedición: La Batalla de Chacabuco. 2.450 realistas más 5 piezas de artillería comandados por el Brigadier Rafael Maroto, se enfrentaron a 3.600 patriotas más 9 piezas de artillería divididos en dos columnas (la del oeste comandada por Soler y la del este por O'Higgins).

La columna de Soler tuvo gran éxito, pero O'Higgins se apuró para atacar y no esperó a la otra columna, por eso fue rechazado. Entonces, San Martín personalmente comandó a la reserva para salvar la situación. Los realistas derrotados se retiraron y fueron perseguidos 20 km por la caballería y tomados prisioneros. Las bajas fueron de 600 muertos y 550 prisioneros (con todos los oficiales excepto Maroto) para los realistas, y para los patrioras hubo 11 muertos y 110 heridos.

Luego de la desastrosa derrota de Chacabuco, los realistas se fortificaron en Talcahuano, apoyados por la marina de guerra allí fondeada, cuyo comandante era el Coronel José Ordóñez.

Como esta fortificación podía representar una seria amenaza a las pretensiones patrióticas se creó la llamada <<División Sur>>, comandada por el Coronel Las Heras, cuya misión era eliminarla. Ésta estaba compuesta por unidades de artillería, caballería e infantería, llegando al número total a los 1.290 hombres.

El 3 de marzo inicia la marcha y en el camino se encuentra con el coronel Freire que se une a la campaña. El 5 de abril, se produce la Batalla de Curapaligüe. Los realistas atacaron por sorpresa en la noche pero la gran defensa de las Heras lo rechazó, produciéndoles 7 muertos contra 4 que sufrieron los patriotas. Esta victoria le dio el camino libre para tomar Concepción.

Un mes después, los realistas, con nuevos refuerzos atacaron a los patriotas en el Combate de Gavilán. Otra gran defensa de Las Heras resultó en 118 realistas muertos y 80 perdidos, mientras que los patriotas perdieron a 6 efectivos. Inmediatamente sabidas las noticias de la victoria, O'Higgins con el grueso del ejército sitia Talcahuano.

Durante los meses siguientes Freire conquista los fuertes de Arauco aislando totalmente a Talcahuano. El 10 de septiembre se produce la Batalla del Cerro Manzano, un último intento realista de romper el sitio. Pero las compañías realistas son vencidas por los Granaderos a Caballo.

Ya con Talcahuano totalmente aislado y debilitado, el 6 de diciembre las fuerzas patrióticas realizan el asalto. Los 1.700 efectivos, los 70 cañones y los buques de guerra pesados realistas pudieron contener a los 3.700 efectivos patriotas que contaban con 5 piezas de artillería. En total los patriotas perdieron 156 hombres y sufrieron 280 heridos, mientras que entre muertos y heridos los realistas sumaron 300 efectivos.

En enero de 1818 luego de fracasar en la toma de Talcahuano y por ende no poder asegurar el control sobre Chile, el General realista Mariano Osorio, desembarca con 3.000 hombres y 12 piezas de artillería para reconquistar el país.

El 19 de marzo los dos ejércitos se encontraban a media legua preparándose para la batalla el día siguiente, cuando por la noche los realistas atacaron por sorpresa (en lo que luego se llamó la Batalla de Cancha Rayada). Los 4.600 realistas con 14 cañones, provocaron la confusión de los 7.600 patriotas y producieron su retirada en la que perdieron todo el parque de provisiones y municiones. Al final los realistas habían sufrido 300 muertos (incluidos 14 oficiales) contra 120 patriotas fallecidos.

La Batalla de Maipú.

Luego de la sorpresa en Cancha Rayada, gracias al rápido actuar de San Martín, la división de Las Heras se retiró del campo intacta. Rápidamente se reorganizó, y para principios de abril contaba con 5.050 hombres y 21 piezas de artillería listos para el combate.

Los realistas, luego de la victoria, avanzaron hacia Santiago y los 5.300 efectivos esperaron en las afueras el ataque de los patriotas.

A las 12 del 5 de abril se inició la Batalla de Maipú. Seis horas después, los realistas estaban totalmente derrotados. 2.000 habían muertos y 3.000 caídos prisioneros (entre ellos 190 oficiales). Todo el armamento y bandera quedó en manos patriotas, quienes sufrieron 1.000 bajas.

La batalla de Maipú determinó definitivamente la independencia de Chile, aseguró la frontera oeste de la Argentina y dio una importantísima base estratégica para la expedición a Perú.

Luego de esta batalla, los realistas intentaron hasta 1826 recuperar Chile con operaciones fallidas.

Expedición Libertadora Al Perú

Estrategia conjunta

La estrategia del General San Martín era embarcar todo el ejército en Chile y desembarcarlo completamente en Pisco para atraer las fuerzas realistas en Lima. Luego, solamente una división iría a La Sierra para promover la insurrección de la población. El resto del ejército sería reembarcado y desembarcado devuelta en el norte de Lima, donde se encontraría con la división de La Sierra.

Luego se realizarían operaciones con la intención de dispersar al enemigo y se intentaría lograr la cooperación de las tropas colombianas de Simón Bolívar.

Fuerzas Libertadoras

En 1820, luego de la independencia de Chile, se fusionaron el Ejército de los Andes y el Ejército de Chile, formando el Ejército Unido Libertador del Perú, comandado por el General San Martín. Contaba con 4.642 efectivos totales, 600 argentinos y 4000 chilenos aproximadamente. A éstos se le sumaban 35 piezas de artillería.

La escuadra naval estaba formada por 8 buques de guerra y 11 cañoneras. En ellas iban 1.600 marineros y los soldados de desembarco. De los 1.600 marineros, 1.000 eran chilenos y 600 ingleses. Todos comandados por el Almirante Thomas Alexander Cochrane.

Fuerzas Realistas en Perú

Para 1820 las fuerzas realistas totales en Perú sumaban 24.000 hombres. Las mismas estaban divididas en el Alto Perú (7.000), en el Perú (8.000) y en el litoral marítimo, desde Arica a Guayaquil (9.000).

Desenlace

El 20 de agosto de 1820 la Expedición zarpa de Valparaíso. Diecisiete días después un batallón comandado por Las Heras desembarca en Paracas y ocupa Pisco, permitiendo así el desembarque total de las tropas. Dos días después comienza una aparente marcha hacia Lima, lo que alarmó al virrey Joaquín de la Pezuela, que pidió firmar un armisticio hasta el 4 de octubre. Aquél mismo día, una expedición comandada por Juan Antonio Álvarez de Arenales a La Sierra. Cuatro días después, según los planes, el resto del ejército se reembarcó fondeando el 30 de octubre en Ancón.

Desembarcan dos pequeñas patrullas: la primera para la exploración de Lima, la segunda de 240 hombres para promover la insurrección de los pobladores peruanos en Huacho. Luego el resto del ejército reembarca.

El 11 de noviembre el Capitán Federico Brandsen que avanzaba hacia Huacho, venció a una fuerza realista muy superior comandada por el Coronel Jerónimo Valdez, en la Batalla de Torre Blanca. Al día siguiente, el ejército desembarca en Huacho, reforzando el norte del Río Huaura.

El 27 de noviembre ocurrió una reacción heroica por la cual el Teniente Juan Pascual Pringles siempre será recordado. Éste militar, al mando de 18 Granaderos a Caballo buscaba hacer contacto con un regimiento realista formado por americanos para insurreccionarlo. De pronto fue sorprendido por una compañía entera comandada por el Coronel Valdez. Debido a que sus subordinados estaban en su mayoría muertos y heridos, el Teniente Pringles se arrojó al Océano Pacífico con su caballo para evitar ser atrapado.

Como dicho antes, al General Juan Antonio Álvarez de Arenales le había sido asignada la misión de insurreccionar la población de La Sierra y conseguir recursos. Para ello, se le había dado dos batallones de infantería (uno argentino y otro chileno), una escuadra de caballería y 2 piezas de artillería.

En esta campaña, exitosa por cierto, se produjeron varias acciones, ganadas por los patriotas. Por ejemplo: La Batalla de Palpa, La Batalla de Nazca, en la cual los patriotas comandados por el Teniente Coronel Manuel Patricio Rojas, derrotaron a una fuerza realista que las duplicaba en número. También se ganaron las Batallas de Acari, Mayoc, Jauja, Tarma y Cerro de Pasco, finalizando con ésta la campaña y reincorporándose el 8 de enero de 1821 al Ejército Libertador, luego de tres meses de haber comenzado.

Con el objetivo de distraer a las fuerzas realistas y llevarlas hacia el sur del país, para facilitar la tarea de Arenales de insurreccionar a la población, el 13 de marzo zarpa una expedición de Huacho al mando de Cochrane. Embarcados iban 600 efectivos de infantería y 100 de caballería comandados por el Coronel Guillermo Miller, de nacionalidad inglesa y ex edecán de San Martín.

El 11 de mayo luego de fallidos desembarcos y demostraciones navales, los buques de guerra bombardean Arica y la expedición desembarca en Sama. Por la tarde, tropas comandadas por el Mayor Soler toman Arica. Once días más tarde se produce la Batalla de Mirave, resultando en triunfo del coronel Miller y dejando 44 realistas muertos y 106 heridos. Dos días después, el Capitán Isidoro Suáres ataca a los realistas que se habían dispersado en Mirave, dejando 30 muertos más y muchos prisioneros.

El 26 de mayo resulta otra victoria para Miller, en la Batalla de la Calera. Derrotó a las tropas destacadas del Coronel Rivero, dejando muchos muertos, prisioneros y los realistas de origen americano se unieron al ejército patriota.

Esta serie de victorias patriotas forzó al virrey de la Serna a reunirse con San Martín. Finalmente, se firmó un armisticio que durara un año, hasta el 30 de junio de 1821.

Mientras duraba el armisticio, el 21 de abril de 1821 salió una nueva expedición a cargo de Arenales. Con 3 batallones de infantería con 800 hombres cada uno y con 4 piezas de artillería, tenía la misión de derrotar las fuerzas realistas comandadas por los Coroneles Mariano Ricafort y Gerónimo Valdez. Una vez derrotadas, cortar los suministros dirigidos a Lima por aquellas vías.

Mientras que duró el armistico permanecieron en Jauja, y una vez terminado se dirigieron a atacar a las fuerzas de Canterac. Pero, imprevistamente, el 9 de julio, recibieron la orden de ir a Lima, ya en poder patriota.

Lima, fue evacuada a finales de junio de 1821. Los realistas, con tropas desmoralizadas y faltas de suministros por el accionar de las guerrillas y la insurrección lograda por Arenales en La Sierra, no tienen otra opción de irse. El 9 de julio es tomada por el Ejército Libertador. El 28 de julio de 1821, el General José de San Martín declara la independencia del Perú.

A pesar de declarada la independencia, la guerra continuaba. El 14 de agosto, el General Las Heras fracasa en su intento de tomar El Callao. Sus 1.200 hombres no pudieron contra los 2.000 del General La Mar.

General Sucre.

Un mes después Canterac refuerza El Callao con 3.000 hombres pero lo abandona el 16 de septiembre, dejando solo a La Mar. Este, no tuvo otra opción que rendirse ante la llegada de 4.000 patriotas mas, y El Callao fue ocupado el 21 de Septiembre.

El 9 de febrero de 1822, dos batallones de infantería y un escuadrón de peruanos comandado por el General Andrés Santa Cruz, y un regimiento de Granaderos a Caballo, comandado por el Capitán Juan Lavalle, se encontró con el General Antonio José de Sucre para auxiliarlo en su campaña por Ecuador.

El 21 de abril de produjo la Batalla de Riobamba. Lavaller, con sus 96 Granaderos a Caballo y con 150 dragones colombianos, derrotó decisivamente a 420 jinetes realistas, sufriendo nada más que 2 muertos.

Con destacada actuación de Santa Cruz, el 24 de mayo, Sucre triunfa en la Batalla de Pichincha. Los enemigos comandados por Melchor Aymerich sufrieron 600 bajas y 1.250 prisioneros más todos los suministros. Los realistas capitularon y se aseguró la independencia de Ecuador.

El 26 de julio de 1822 se produce la histórica entrevista entre el General San Martín y Simón Bolívar. Como resultado San Martín se aleja definitivamente del escenario americano.

Luego, muchas compañías y batallones argentinos siguieron participando en las guerras en los territorios chilenos, peruanos, ecuatorianos y colombianos bajo las órdenes de Sucre y Bolívar. Pero ya la independencia argentina estaba asegurada. El grueso de las fuerzas realistas se retiró de América en 1825, con la muerte del General Olañeta, digno rival de los patriotas desde 1810.

Guerra contra Brasil

El 19 de abril de 1825, con el objetivo de independizar la Provincia Cisplatina, los Treinta y Tres Orientales liderados por Juan Antonio Lavalleja desembarcaron en la playa de la Agraciada. Estos, contaban con el completo apoyo de varios terratenientes y figuras políticas de la Argentina, como así el apoyo oficial de Buenos Aires.

"El juramento de los treinta y tres orientales" por Juan Manuel Blanes.

Unos meses después, los treinta y tres expresaron su deseo unánime de adjuntarse a Las Provincias Unidas del Río de la Plata, y dos meses después, se pasó una ley en Buenos Aires oficializando el deseo. Esto produjo que el Imperio del Brasil, ahora independiente de Portugal y propietario de la provincia, declarara la guerra a las Provincias Unidas, bloqueando el puerto de Buenos Aires el 10 de diciembre de 1825. El país, que recientemente había terminado con las guerras por la independencia, no contaba con un ejército organizado y había perdido a muchos grandes líderes. Por ello, hasta su organización, durante todo 1825 y principios de 1826, se produjo una guerra de guerrillas comandada por el nuevo Capitán General de la Banda Oriental (nombre dado a la provincia por Buenos Aires), Lavalleja.

También, se tuvieron que organizar rápidas acciones navales para ganar tiempo mientras que el General Martín Rodríguez preparaba el ejército. En ello se destacó el renombrado marino irlandés, Guillermo Brown. Con 4 bergantines, 2 goletas, 11 cañoneras y 1 fragata, el 4 de febrero, obligó a la marina brasilera retirarse de Colonia. Pero no pudo derrotar a los 1.500 efectivos brasileños que la defendían en tierra.

La mayor derrota de la armada argentina en esta guerra fue el 1 de marzo. En el puerto de Colonia, aunque se hundió un bergantín brasileño, se perdieron 3 cañoneras y 200 hombres.

Durante todo el año 1826 y hasta abril de 1827, la armada brasileña, muy superior en número y tecnología intentó acabar con la comandada por Guillermo Brown. Pero, con buenas tácticas, la expulsaron del Río de la Plata y hasta pudieron atacar territorio brasileño. También evitaron la invasión de Carmen de Patagones, en lo que resultó ser la última batalla a gran escala de la guerra con un resultado desastroso para el imperio.

El 1 de septiembre de 1826, ante la imposibilidad de organizar el ejército, el General Rodríguez es reemplazado voluntariamente por el General Alvear. Alvear, organizó con gran ahínco, el ejército, incluyendo muchos veteranos destacados de las guerras anteriores.

Para fines de diciembre, el ejército ya organizado comenzó la marcha desde la Banda Oriental a territorio brasileño. La invasión estaba dividida en tres cuerpos: el primero, la vanguardia, comandado por Lavalleja. El mismo incluía a las milicias orientales, el Noveno Regimiento de Caballería y el Regimiento de Colorados. El segundo cuerpo, totalmente de caballería, era comandado por Alvear. El mismo contaba con 2.000 jinetes, distribuidos en los regimientos de caballería, 1, 4, 8 y 16, el Escuadrón de Coraceros y las Milicias de Colonia. El tercer y último cuerpo era comandado por el General Soler, y estaba compuesto de los Batallones de Infantería 1, 2, 3 y 5. También incluía el Regimiento de Artillería Ligera, los Regimientos de Caballería 2 y 3 y las milicias de Mercedes.

El 26 de enero de 1827 se ocupa la ciudad brasileña de Bagé. Dieciocho días después se produce la primer batalla: la Batalla de Bacacay. El Regimiento 4 de Caballería comandado por el veterano Coronel Lavalle derrotó a 1.100 jinetes de los regimientos 22 y 23 comandado por Bentos Manuel Riveiro. El 15 de febrero se produjo la Batalla de Ombú: 350 jinetes destacados por Alvear, comandados por el General Lucio Norberto Mansilla, derrotaron a una brigada obligando al ejército imperial retirarse al norte.

La primera gran batalla de la guerra fue la Batalla de Ituzaingó, producida el 20 de febrero. 7.700 efectivos republicanos (1.800 de infantería, 5.400 jintes y 500 artilleros) detuvieron el ataque de la fuerza imperial compuesta por 6.300 hombres (2.300 infantes, 3.700 jinetes y 300 artilleros). Luego de intentar pasar la línea defensiva argentina durante 6 horas sin éxito y siendo bombardeados por la artillería, el ejército imperial comandado por el Marqués de Barbacena se retira para no ser atacado por la infantería que todavía no había intervenido y para no ser rodeado por la caballería. Debido al mal estado de los caballos no se pudo perseguir por mucho tiempo a los derrotados. El imperio sufrió 200 muertos, 150 prisioneros y 800 extraviados. Las Provincias Unidas sufrieron 139 bajas de caballería y 9 de los Cazadores de Infantería.

En marzo el ejército nacional abandona el territorio brasileño por la falta de suministros y por el mal estado de la caballada, pero al no poder mejorar la situación, el 13 de abril se invade devuelta el imperio con 4.000 hombres y se ocupa de nuevo la ciudad de Bagé.

Cinco días después se ocupa el objetivo, en donde el ejército quedó inmovilizado por las lluvias. El 23 de abril, se produce la Batalla de Camacuá, en la que 2.500 jinetes republicanos sorprendieron a 1.600 jinetes imperiales, produciéndoles 50 bajas y la una casi completa dispersión.

El 13 de junio el General Alvear es reemplazado por Lavalleja. Las operaciones se inmovilizan y, el 9 de julio, por el ejército se retira del Brasil y acampa en Cerro Largo.

Por el mal estado de la caballada, era necesario renovarla. Por ello, se decidió robársela al enemigo. El 22 de febrero de 1828 Lavalleja ataca con toda la caballería al campamento brasileño en la estancia Padre Filiberto, para arrebatarle la caballada. La operación falla y Lavalleja se retira dejando un puesto avanzado en Yaguarón a las órdenes del General Julián Laguna. Dos meses después son derrotados y expulsados.

La cantidad de conflictos y luchas internas que se daban en las Provincias Unidas del Río de la Plata, sumado a la mala situación de los ejércitos, faltos de suministros, obligó al Gobierno Nacional buscar la paz. Cuando el Gobierno Nacional fue derrocado en 1827, el Gobierno de Buenos Aires se encargó de las negociaciones. Se piensa que el tratado que firmó el ministro argentino García, el 27 de agosto de 1828 en Río de Janeiro fue muy desfavorable para el país. Argentina, estaba en capacidad de hacer algún tipo de reclamo territorial o resarcimiento económico ya que se habían ocupado territorios del vecino país, pero los diplomáticos brasileños aprovecharon la situación y el tratado estableció lo siguiente: Argentina y Brasil deben renunciar a la posesión de la Banda Oriental. Los ejércitos se deben retirar a sus respectivos países. Y por último, ambos países deben garantizar la independencia uruguaya.

Brigadier General Juan Manuel de Rosas.

Conflictos Internos (1826 - 1832)

Luego de la vuelta de la guerra con Brasil, debido a los graves problemas internos, el ejército se fragmentó en varias divisiones que respondían al oficial que los liderada. Estos oficiales podían ser unitarios o bien federales. También otros respondían a las autoridades de alguna provincia, anexando su compañía, regimiento, batallón o división a algún ejército provincial. Muchos grandes líderes del ejército se enfrentaron entre ellos. Este estado de anarquía acabó parcialmente cuando el centro de poder unitario, la Provincia de Buenos Aires, comienza a ser gobernada por el federal, Juan Manuel de Rosas. Rosas estableció una pseudorepública sin gobierno central. Cada provincia funcionaba en forma autónoma, pero Buenos Aires controlaba las relaciones exteriores (y también, aunque no oficialmente, la economía, al ser la provincia más rica y con el único puerto comercial por el momento). Los ejércitos permanecieron provinciales hasta 1853, pero de haber algún conflicto, debían responder a Buenos Aires.


Guerra con Bolivia

Causas

En 1836 se formó la Confederación Perú-Boliviana gobernada por el General Andrés de Santa Cruz, que estaba compuesta por los actuales países de Perú, Bolivia y algunos territorios de Chile. La misma, con intenciones expansionistas, representó una amenaza para Chile, quien le declaró la guerra.

Debido a una alianza de hecho que las Provincias Unidas habían acordado con el país transandino, por la invasión boliviana en años anteriores al departamento de Tarija, perteneciente a la Intendencia de Salta, agregando el apoyo a unitarios y segregacionistas del norte argentino por el país boliviano, y como último hecho, la acumulación de gran cantidad de tropas en la frontera, el Gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, rompe relaciones con la confederación el 13 de febrero de 1837.

El 8 de mayo se le da la comandancia del ejército al General Alejandro Heredia, y se nombra jefe de Estado Mayor a su hermano, General Felipe Heredia. El 19 de mayo se hace la siguiente declaración de guerra: <<<La Confederación Argentina declara la guerra al Gobierno del General Santa Cruz y sus seguidores>>>.

Ejército Argentino

Los ejércitos provinciales, de haber guerra debían prestar servicio a las órdenes de Buenos Aires. Fue por ello que al comenzar la guerra, no existía un ejército organizado. Más aún, el gran ejército destacado en las guerras de independencia y contra Brasil fue siendo destrozado en las mismas y durante los conflictos internos posteriores.

Entonces, se movilizaron 300 hombres, sin adiestramiento profesional (100 voluntarios sin conocimiento militar y 200 milicianos), fueron ubicados en la frontera hasta que cada provincia organizara una compañía de 120 hombres cada una, como solicitado por Rosas, y así invadir Bolivia.


Ejército del General Santa Cruz

En el Perú, esperando el ataque chileno, habían 5.000 efectivos. En la frontera argentina, comandados por el General Felipe Braun, habían 1000 hombres con 6 piezas de artillería.

Desenlace

Al principio, la idea era actuar en forma coordinada con el ataque chileno. Pero luego, por falta de medios, cada país debió llevar adelante sus operaciones independientemente.

La esperada invasión al país se hizo efectiva el 28 de agosto de 1837. Una pequeña compañía de bolivianos pasó por La Quiaca y llegó a Cochinoca, una guarnición argentina, tomando prisioneros. Al día siguiente, una columna similar ocupó Iruya, donde había otra guarnición, también tomando prisioneros.

El 11 de septiembre, aprovechando la falta de defensa, ambas columnas se encontraron y ocuparon Humahuaca. Al día siguiente, el General Felipe Heredia, contraatacó en el Combate de la Herradura con 400 hombres, obligando a las columnas retroceder. Pero en la retaguardia de estas columnas adelantadas venía una fuerza comandada por el Teniente Coronel Campero con las misma cantidad de tropas que Heredia. Al día siguiente se produjo entre ellas el Combate de Santa Bárbara, resultando en derrota para los boliviano y dejado 9 argentinos muertos.

Campañas al desierto

Guerra de Malvinas

Referencias

  1. [Decreto de la Primera Junta del 29 de mayo de 1810]

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