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Batalla de la Ciudad Universitaria de Madrid

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Batalla de la Ciudad Universitaria de Madrid
la Guerra Civil Española
Parte de Batalla de Madrid
Fecha Asalto: 1523 de noviembre 1936
Sitio: 23 de noviembre de 193628 de marzo de 1939
Lugar Ciudad Universitaria de Madrid, (Madrid).
Coordenadas 40°26′38″N 3°43′34″O / 40.44388889, -3.72611111
Resultado Victoria estratégica republicana.
Cambios territoriales La mayor parte de la Ciudad Universitaria es conquistada por las fuerzas sublevadas y mantenida durante el resto de la guerra.
Beligerantes
II República española
B. Internacionales
Milicias confederales
Fuerzas sublevadas
Comandantes
José Miaja Menant
Vicente Rojo
José Gallego Pérez
Emilio Kléber
Paul Lukács
Buenaventura Durruti
Francisco Franco
Asensio Cabanillas
Francisco Delgado
Fuerzas en combate
Ejército del Centro
• 11.000 efectivos
Ejército de África
• 3000 soldados
• 18 tanques
Bajas
Elevadas Elevadas

La Batalla de la Ciudad Universitaria de Madrid fue una confrontación incluida dentro de los eventos bélicos de la Defensa de Madrid acaecida en la Guerra Civil Española. Esta batalla se produce en el área ocupada por el campus de la Ciudad Universitaria en el periodo que va desde el 15 de noviembre al 23 de 1936 (aproximadamente una semana). El objetivo de las milicias republicanas era la "defensa de la capital a toda costa" y para ello era necesario detener el avance de las columnas de Varela y evitar la caída de Madrid.[1]​ Por otro lado los ejércitos sublevados atacantes tenían como objetivo la "toma de la ciudad" en el periodo de tiempo menor posible. La persistencia y tenacidad de ambos contendientes en la batalla supuso un punto de inflexión en el transcurso de la Guerra Civil debido a que fue donde se detuvo por primera vez el avance de las tropas de Franco, siendo además uno de los lugares de confrontación más duraderos de la Guerra Civil.[2]​ La resistencia de la ciudad de Madrid trascendió a la moral de los combatientes en otros frentes a lo largo la zona controlada por el Gobierno de la República.[1]​ El desenlace final de la batalla, el 23 de noviembre de 1936, supuso un cambio de estrategia por parte de las fuerzas atacantes. Entre las principales características de esta confrontación a tener en cuenta cabe destacar la entrada en combate, por primera vez durante la contienda, de diversas columnas pertenecientes a las Brigadas Internacionales.[3]

El ataque frontal a la ciudad planificado militarmente por las tropas del General Varela para el día 8 de noviembre de 1936, comenzó por el avance inicial por la Casa de Campo. Este ataque desplazó el núcleo de maniobra hacia el noroeste para ocupar la zona comprendida entre la Ciudad Universitaria y la Plaza de España. Este ataque frontal inicial fue muy cruento en ambos bandos, y produjo un avance de líneas muy lento que dirijía el eje de principal de esfuerzo a través de la Casa de Campo hasta la ribera del río Manzanares. Es en esta ribera donde las tropas asaltantes vieron la necesidad de avanzar por puentes fuertemente defendidos por las tropas milicianas. Tras varios intentos de lograr el paso por uno de ellos, el martes 15 de noviembre se inicia la batalla de la Ciudad Universitaria.[4][5]​ Extendiendo por el campus el conflicto. La violencia encarnizada por ocupar la ciudad y el empeño por frenar el avance se mantienen con tenacidad en ambos bandos. Las posibilidades tácticas se van agotando con gran coste de vidas mientras se desarrolla el combate entre las facultades y edificios diversos del campus. La lucha se caracterizó por la defensa dentro de los edificios, a veces habitación por habitación, piso a piso. Tras una semana de inmenso desgaste y escaso avance el General Franco se reúne en el Cuartel General de Leganés y tras el día 23 de noviembre se cambia la estrategia atacante: seguiría un ataque indirecto a Madrid, el de envolvimiento con una maniobra en el eje Las Rozas-Humera (en la actualidad un barrio de Pozuelo de Alarcón) a menos de dos kilómetros al noroeste del campus, todo ello dio lugar a otras batallas como la del Jarama (febrero de 1937) y posteriormente la de Guadalajara (marzo de 1937). El frente del campus en forma de cuña cuyo vértice era el Clínico mantuvo sus líneas prácticamente inalterables durante el resto de la Guerra Civil. A pesar de todo ello, se estableció en la Ciudad Universitaria y Parque del Oeste una lucha encarnizada de minas y contraminas, toda ella con infructuosas ofensivas de infantería.[6]​ Hasta que el 28 de marzo de 1939 el coronel Segismundo Casado entregó la ciudad a las tropas asaltantes.

El campus de la Ciudad Universitaria, y sus áreas adyacentes de la ciudad, tras la contienda de la Guerra Civil quedaron muy dañadas y no fue hasta varios años después que no fue posible recobrar la actividad docente normal en algunas de sus facultades. El estado en el que quedó el Campus hizo pensar incluso en establecer un parque temático sobre los años de Guerra Civil, algo que al final se evitó.[7]​ Finalmente se iniciaron las obras de reconstrucción de las Facultades y el 12 de octubre de 1943 se inauguró el recinto. Otros monumentos se dedicaron a la victoria de los ejércitos de Franco, un ejemplo es el Arco de la Victoria construido entre el periodo que va desde el año 1950 al 1956, o el Monumento a los caídos por Madrid (actual sede de la Junta Municipal del Distrito de Moncloa - Aravaca).

El teatro de operaciones

Archivo:Fundaciondelamo.jpg
La Fundación del Amo (residencia de estudiantes americanos) antes del conflicto.
El río Manzanares era una demarcación natural, sus puentes un objetivo militar por ambos bandos.

La Ciudad Universitaria, es un espacio ubicado en los descampados de la Moncloa. Su concepción era un proyecto arquitectónico y social, iniciativa de Alfonso XIII a comienzos del siglo XX que pretendía aprovechar y dotar a la ciudad de Madrid de un área integral de Facultades,[8]​ En parte ampliando la oferta de Alcalá de Henares. La Ciudad Universitaria se decide finalmente ubicar en la finca propiedad del Estado denominada La Moncloa. Se comienzan a asignar y ejecutar las obras de desencofrado y vaciado de lo que serán algunos de los terrenos del Campus, la empresa adjudicataria será Agromán. El 6 de noviembre de 1930 se da comienzo a la Facultad de Medicina, Farmacia y Odontología. En 1932 se comienza a construir el Hospital Clínico dando lugar a las tareas de desmonte, poco a poco se inicia el levantamiento de su planta, hasta que la Guerra Civil interrumpe la construcción de éste y otros edificios en el recinto. Es por esta razón por la que cuando se inicia la Batalla que da su nombre la Ciudad Universitaria se encontraba todavía sin funcionamiento.[9]​ Los planes de inuguración estaban previstos para finales del 36, las revueltas sociales y los constantes problemas laborales fueron ralentizando su construcción y dejando que se retrasara. El recinto sufrió un violento choque entre dos ejércitos y finalemnte quedó tan destrozado por la Guerra que no volvió a tener actividad docente hasta 1943.

Las actividades administrativas en la Ciudad Universitaria se habían suspendido en agosto de 1936 a espera de "nuevos acontecimientos", la actividad administrativa continuaba realizándose, aunque de forma muy limitada por los acontecimientos. Aparecen listados de profesores apartados del servicio en agosto y llegada de remesas de libros destinados a las bibliotecas. En noviembre muchos profesores se desplazan a Valencia.[2]​ Así como los trabajadores de la Universidad Central. Hasta el 5 de noviembre no se empezará a intuir que éste sería el teatro de operaciones del ataque a Madrid. La cartografía militar de la zona existente para el Teatro de Operaciones corresponde a la Hoja 559 IV (Cuadrante 5E) del Plano Director de Pozuelo de Alarcón elaborada en los Talleres del Ministerio de la Guerra de Agosto de 1937.

Zona afectada

El el campus todavía estaba en obras a comienzos del conflicto armado, a pesar de ello contaba con numerosos edificios y con parte de las instalaciones casi operativas. Ya desde comienzos de noviembre se va convirtiendo el área en un campo de batalla y muchos de sus edificios son seriamente dañados por el fragor del combate, siendo de todos ellos la Facultad de Filosofía y Letras la más afectada. Los testimonios de la destrucción han sido recogidas por brigadistas que lucharon en la batalla como fue: John Sommerfield, Dan Kurzman, Bernard Knox han sido recogidos por escritores como Marta Torres Santo Domingo.[10]​ Tres cuartas partes de la Universidad quedaron ocupadas por el ejército sublevado en el día 23 de noviembre. Durante el resto del conflicto que sigue al día 23 se continuó construyendo diversas trincheras, nidos de ametralladora, refugios y búnkeres en el área del campus, a pesar de ello el frente casi no sufrió cambios. Siendo la guerra de minas un desenlace final que modificó la orografía de la zona.

La Casa de Campo se encontraba cercada por una muralla en su parte exterior. Entre la Casa de Campo y la Ciudad Universitaria se encuentra la vaguada del río Manzanares, en 1936 se encontraba con abundante vegetación. Cabe destacar que el manzanares estaba canalizado en el tramo. Por las dos márgenes del río manzanares discurrían sendas carreteras, la de la derecha es la denominada carretera de Castilla, la de izquierda baja por el Parque del Oeste y sigue hasta la Puerta de Hierro. Las dos orillas se ven comunicadas por el puente de los franceses (que pasaba el ferrocarril hacia Irún) y el de la carretera. Existían además varias pasarelas. El resto de puentes poseían escaso valor táctico: el de San Fernando (más al norte) y el del Rey (más al sur). El Viaducto de los Quince Ojos que soportaba la carretera de La Coruña (superando el desnivel del arroyo de cantalasranas), así como el puente del Aire. Los edificios de la Ciudad Universitaria se encontraban repartidos en una ligera cuesta arriba desde la rivera del Manzanares. La Batalla se produjo con el ejército defensor en cotas ligeramente elevadas sobre el atacante durante todo momento. En 1936 había diversos edificios en la zona, a pesar de haberse construido sólo cuatro Facultades (Medicina, Farmacia Ciencias y Filosofía) y las Escuelas de Arquitectura, Veterinaria e Ingenieros Agrónomos. Sobre el Parque del Oeste se encontraba el Instituto Nacional de Sanidad, la Escuela de Veterinaria, el Departamento Antirrábico, la Fundación del Amo (residencia de estudiantes americanos con aforo de cien estudiantes) y la Residencia de Estudiantes. En una posición más septentrional se encontraba, tras superar una ligera vaguada, aparecía el Palacete de la Moncloa. Al fondo se encuentra un conjunto de edificaciones liderado por el Hospital Clínico. Tras él, en dirección este, se encontraba el casco urbano de Madrid. En aquella época la zona urbana de Madrid era una serie ininterrumpida de solares.

Los planes de ataque

Tras el pronunciamiento de julio, que no tuvo igual suerte en todo el territorio, ciudades como Madrid permanecieron leales a la República. Las tropas rebeldes de África se fueron agrupando en el sur de la península. Ya desde el 2 de agosto, que comenzaron su avance, Madrid era un objetivo militar. Apenas llevaban tres meses de combates por la zona de Extremadura cuando ya se encontraban en los lindes de la Casa de Campo. Las cuatro columnas atacantes (la de Castejón, Asensio, Barrón, Tella) se sitúan el 6 de noviembre a siete kilómetros de la Puerta del Sol. Las columnas rebeldes encontraron diversos problemas tácticos, pero en ningún momento se impidió o se detuvo su avance. Las dos únicos núcleos de grandes poblaciones atacados durante esos tres meses fueron Badajoz (el 14 de agosto las tropas del general Yagüe) y Toledo (general Varela). Los asaltos de las tropas atacantes tuvieron casi siempre tácticas similares, primero se ejecutaba un ataque frontal muy agresivo apoyado por efectivos de artillería pesada, y luego de se ejecutaba un desbordamiento por los flancos (maniobra envolvente), esto último solía causar pánico entre las tropas de milicianas que poseían poca instrucción militar, lo que provocaba una retirada desordenada que acababa deshaciendo la defensa.[11]​ En algunos casos se procedía a rodear las fuerzas milicianas dejando expedita una vía de escape que era fuertemente bombardeada por la artillería. Estas tácticas fueron ejecutadas repetidas veces durante el avance a Madrid. Sin embargo ahora el objetivo militar era más extenso, y existían diversas posibilidades de ser abordado.

Por un lado se encontraban las agrupaciones de edificios ubicados a la derecha del río Manzanares, estas agrupaciones se prolongan en barrios desde los que se podría establecer una resistencia considerable. El río que se encontraba canalizado desde el Puente de los Franceses al de Princesa, la situación se convertía en peligrosa con algunos edificios dominantes en la orilla izquierda. Desde el río el avance es en cuesta arriba. La idea de llegar a la Ciudad Universitaria y a la Plaza de España, y desde allí se avanzar a lo largo de diversos puntos de la ciudad hasta dominarla era una de las posibilidades más tenidas en cuenta por Varela. Otra de las opciones era estirar el frente hacia el sureste (en dirección a Vallecas) pero quedó desechado al ver que al final no había punto de entrada a la ciudad. Tras evaluar Varela diversas opciones se decide atacar por la Casa de Campo por la Puerta Rodajos y desde allí avanzar cruzando el Manzanares para penetrar en la Ciudad Universitaria. Desde allí estabilizando la zona se procederá a tomar diversas áreas de la ciudad. Se iba a ejecutar como dirección principal de esfuerzo el eje Suroeste-Nordeste para alcanzar la línea del Manzanares entre el Puente de los Franceses y el Hipódromo. Simultáneamente otras columnas deberían tomar los pueblos y barrios al sur de la capital y presionar sobre los puentes de Segovia, de Toledo y Legazpi, distrayendo a las fuerzas de defensa del escenario principal del ataque. La idea era avanzar por saltos sucesivos u oleadas, coordinándose las acciones de todas las columnas y fijar el avance siguiente.

Ordenamiento de las fuerzas defensivas

El Puente de los Franceses fue clave en el primer asalto

Tras la liberación de asedio del Alcázar de Toledo las tropas del General Varela avanzaron directamente a Madrid. El 6 de noviembre de 1936 a las ocho de la tarde se convoca al general Miaja y al general Pozas para reunirse con Largo Caballero a ambos generales se les entrega un oficio en sobre cerrado que pone en su membrete "para abrir a las seis horas del día 7".[1]​ Al salir ambos generales desobedecen las instrucciones del membrete y abren el contenido de su interior. Su sorpresa fue que al abrirla el contenido había sido cambiado, quizás por las prisas por abandonar Madrid. Su contenido era:

El Gobierno ha resuelto, para poder continuar cumpliendo con su primordial cometido de defensa de la causa republicana, trasladarse fuera de Madrid, encarga a VE de la defensa de la capital a toda costa. A fin de que lo auxilien en tan trascendental cometido, (…) se constituye una Junta de Defensa de Madrid, (…) Esa Junta tendrá facultades delegadas del Gobierno para la coordinación de todos los medios necesarios para la defensa de Madrid que deberá ser llevada al límite y, en el caso de que a pesar de todos los esfuerzos haya de abandonarse la capital, (…) las fuerzas deberán replegarse a Cuenca para establecer una línea defensiva en el lugar que le indique el General Jefe del Ejército del Centro.
firmado por Largo Caballero.

El oficio establecía la 'defensa a toda costa' y al mismo tiempo el repliegue a la Cuenca, algo que a ojos de Vicente Rojo le era contradictorio desde un punto de vista puramente militar. Miaja debió recibir instrucciones verbales para mantener la Capital durante al menos siete días. Esto daría tiempo para preparar una contraofensiva desde el Jarama guiada por Sebastián Pozas [12]​ Este oficio entrega a Miaja la responsabilidad de la defensa de Madrid mediante la Junta de Defensa de Madrid. El Gobierno de la República se dirige esa misma noche a Valencia, el 19 de octubre Azaña ya abandonó la capital en dirección a Barcelona.[13]​ La Junta es a partir de este instante el responsable de las operaciones militares. Miaja decide que Vicente Rojo sea el responsable del Estado Mayor.

Con el Gobierno de la República en Valencia, y el ejército rebelde a escasos kilómetros la Junta para la Defensa de Madrid decide el día 7 de noviembre resistir el ataque. Se organiza lo que se denomina la defensa de Madrid. El planteamiento de la defensa de la ciudad era tal que diversos mandos republicanos se encontraban ubicados en diferentes sectores:

Las tropas del General Miaja a lo largo de la batalla fueron aumentando en diversos frentes comenzando con la cifra de 30.000 soldados. Dependiendo de las fuentes, las tropas de Varela consistían entre los 20.000 al comienzo de la contienda. El incremento de fuerzas debido a la incorporación de las Brigadas Internacionales llega a los cuarentamil (16 de noviembre). El bando asaltante comienza a reclutar efectivos tras el primer asalto del día ocho.

Primer asalto: Casa de Campo

Las tropas atacantes se encuentran a la entrada de la Casa de Campo e inician su avance a través de la Puerta de Rodajos.[15]​ Desde el lado atacante todo parecía indicar que Madrid iba a caer. La situación de euforia por parte de las tropas del General Varela hace que los periodistas de ABC en Sevilla mencionen que los combates de Madrid se realizan ya a una distancia de 50 céntimos en tranvía de Madrid (precio de un billete desde Leganes a Madrid).[16]​ La Orden General de Operaciones del General Varela para el día 8 de noviembre , inicio de la ofensiva, mencionaba:

Atacar para fijar al enemigo en el sector comprendido entre el puente de Segovia y el de Andalucía; a fin de desplazar el centro de la maniobra hacia el noroeste (N.O.) y ocupar la zona comprendida entre la Ciudad Universitaria y la Plaza de España, que constituirá la base de partida para nuevos avances en el interior de Madrid

El día 8 debería comienzar el ataque de las tropas rebeldes en un avance en varias líneas entre la Ciudad Universitaria y la Plaza de España, hacia el barrio de Argüelles. Según el plan, de las cinco columnas del General Varela y el Coronel Yagüe, la primera, la de Asensio (Columna nº 3), cruzaría el Manzanares directamente debajo del Paseo de Rosales y subiría para tomar la Cárcel Modelo y el Cuartel de Don Juan. La columna del comandante Castejón (Columna nº 1) cruzaría más a la izquierda y se instalaría en la Fundación del Amo, en la parte de la Ciudad Universitaria más próxima a Madrid. Delgado Serrano (Columna nº 4), por la derecha, tenía que conquistar el Cuartel de la Montaña, con lo que quedarían a tiro el Palacio Real y la Gran Vía. Los comandantes Barrón (Columna nº 2) y Tella (Columna nº 5) avanzarían por el barrio de Carabanchel sin cruzar el Manzanares, para hacer creer que el ataque principal venía del sur. En este mes de noviembre es cuando se realiza una saca de presos de la Cárcel Modelo que acaba en matanzas de Paracuellos.

Comienzo de la ofensiva

El día 8 se produce el avance a través de la Casa de Campo, pero pronto las Columnas (1ª, 3ª, 4ª) se encuentran con una intensa resistencia que ralentizan su progreso. Los días 9 y 10 prosiguieron la lucha en la Casa de Campo. El día 9 la Orden General de Operaciones del ataque sobre Madrid cayó casualmente en manos de los defensores (estaba en las ropas de un tanquista capturado) y esta oportunidad permite a Vicente Rojo reorganizar la defensa. Tema controvertido ha sido el establecimiento de la fecha de la llegada de la XI Brigada Internacional, al mando de Kléber, a la Facultad de Filosofía y Letras. Martínez Bande cita un informe del Servicio de Enlaces del Ejército del Centro menciona el día 8, pero V. Rojo ubica este evento más tarde.[cita requerida] Las Brigadas Internacionales desfilan por la Gran Vía de Madrid el día 8 de noviembre y se destacan en posiciones dentro de la Ciudad Universitaria (Facultad de Filosofía y Letras).[17]​ Se mantuvo el frente en Húmera, el coronel Clairac fue herido en el Lago y sustituido por Galán; mientras Lister y Bueno siguieron presionando el flanco derecho. En la tarde del día 9 hubo ya lucha en el Puente Nuevo (hoy denominado de Castilla) y el ataque fue repelido en el Parque del Oeste y el deLa Bombilla. En los días posteriores este puente sería una posición muy disputada por ambos bandos. Los batallones Commune de París , Dombrowski, y Edgar André entraron en combate el día 9. El batallón Edgar André defendió el puente en varias ocasiones obligando a replegar a las fuerzas enemigas.[18]

Durante los días 11 y 12 el ataque general perdió vigor y las fuerzas defensoras intentaron durante algunas ocasiones una contraofensiva con el objetivo de expulsar a los atacantes de la Casa de Campo. El 14 se producen contraataques republicanos en Villaverde, con igual escaso éxito. El día 13 las tropas de Asensio ocuparon el Cerro Garabitas (una pequeña elevación próxima al río Manzanares y que dominaba la Casa de Campo, desde este vértice se bombardeará el centro de Madrid).[12]​ llegó a las proximidades del Lago de la Casa de Campo y alcanzó el Manzanares en un frente de casi un kilómetro, comprendido entre el puente de los Franceses y el Hipódromo. No logra cruzar el río manzanares. El día 12 el capitán Rafael López-Tienda llega con su columna de 2.500 hombres a Madrid. La Columna Libertad (denominada también de López-Tienda) se alimenta de milicianos procedentes de la UGT de Cataluña y el PSUC de Aragón (un total de casi 2500 efectivos). La Columna Libertad es asignada al sector del Parque del Oeste. Todos ellos habían dejado el frente de Zaragoza.

Llegada a la orilla del Manzanares

El día 14 de noviembre fue un día de muy baja combatividad, ambos frentes se reorganizaban y se preparaban para un definitivo ataque para el día 15, ninguno de los dos bandos tenía certezas del otro acerca de la preparación contraria. Las tropas asaltantes mueven la columna nº 2 de Barrón desde Carabanchel para apoyar el ataque en la Casa de Campo que se prepara para el día 15, y se refuerzan las columnas con diversos efectivos procedentes de la sierra madrileña así como de la retaguardia. El objetivo es vadear el Manzanares y progresar hasta el casco urbano, por el espacio que ofrece la Ciudad Universitaria. Para este ataque se disponía de tres columnas Asensio, Barrón y Delgado. Asensio tenía como objetivo cubrir el flanco izquierdo y progresar desde el puente de los Franceses por la Escuela de Arquitectura hasta lograr la posición del Asilo de Santa Cristina.[19]​ La columna de Delgado Serrano tenía como objetivo alcanzar la posición de la Cárcel Modelo y el Cuartel de Infantería a través del Parque del Oeste. La columna de Barrón se mantendrá destacada en la Casa de Campo como reserva de maniobra. La maniobra se planeaba con el apoyo de la aviación y artillería, además de una compañía de blindados apoyando a cada columna. Las tres Coolumnas deberían centrarse finalmente en la Puerta del Sol.

Los ejércitos defensores organizados por la Junta de Defensa de Madrid planificaban una ofensiva con el objeto de lograr las posiciones perdidas en la Casa de Campo y descongestionar con ello la zona. El día elegido coincide en el día con el ataque planificado por las tropas asaltantes de Varela. El peso de la ofensiva lo llevarán las fuerzas de la Columna Libertad (en combinación con la Brigada Catalana y Brigada Sabio) que avanzarán a lo largo de la Ciudad Universitaria hasta lograr las posiciones del perdido Cerro Garabitas y avanzar un kilómetro más hacia el sur. Tras este avance la XI Brigada Internacional desde Húmera progresará hasta el Campamento de Ingenieros (Retamares), a la izquierda de López Tienda se ubica la 4ª Brigada Mixta que se encontraba destacada en la Estación del Norte en reserva ocupando el Puente de los Franceses y de Segovia. La llegada de la Columna de Durruti a Madrid el mismo 15 de noviembre a las 9:00 de la mañana procedente de los frentes de Aragón,[20]​ aporta entre 1400 y 1800 hombres al frente de la Casa de Campo. Durruti solicita desde los primeros instantes a la Junta las posiciones más comprometidas del frente. Se decide ubicar la columna en el sector del Clínico y se le asignó misiones para el día 16.[20]​ La Columna de Durruti se asocia con la Columna Libertad y que se incorporó al frente de Madrid el día 13 de noviembre, en la Facultad de Ciencias. Ambas columnas se encargarán de defender posiciones entre las Facultades de la Ciudad Universitaria.

Segundo asalto: Entrada en el Campus

El 15 de noviembre a las ocho y media de la mañana se produce de nuevo un asalto con fuerte apoyo de blindados por parte de los ejércitos de Varela. Esta ofensiva de las tropas atacantes se realizó antes, sorprendiendo y pillando desprevenidos a las posiciones defensoras que se encontraban preparando su propio asalto. La Orden de Varela fue transmitida por Yagüe a Asensio, quien respondió: «Mañana pasaré el río, con carros o sin carros».[21]​ El avance fue acompañado de una fuerte batida de artillería, y se dirigió al puente Nuevo (o de Castilla), la defensa de la posición fue encarnizada y al mediodía, en los primeros instantes que se vio comprometido el puente. El avance asaltante queda detenido al embarrancarse todos los blindados en el lecho arenisco del río, un total de dieciocho carros de apoyo a la Columna.[5]​ Los carros atacantes se abrieron paso a través de un boquete abierto en el muro fronterizo del manzanares, boquete de aproximadamente cuatro metros abierto por la dinamita, allí quedaron encallados. A las doce se produce la voladura del puente de la carretera (ubicado junto al Puente de los Franceses) y el de los Franceses.[22]​ La decisión se toma desde el bando defensor por parecer incontenible el avance atacante. Se vuela el puente de Galicia y se refuerza la retaguardia con barricadas para evitar el avance de tanques.

La situación de desgaste por parte de las tropas de Asensio es violenta a lo largo del día 15. El forcejeo causa un elevado número de bajas en el bando atacante, y el objetivo de lograr entrar en el núcleo urbano se desvanece poco a poco. Se hicieron tres intentos consecutivos por parte de las tropas de Asensio para lograr pasar el río. En cada una de las batidas el intenso fuego defensor paraliza los frentes de ataque. Cada batida de las tropas de Asensio coincide con un fuerte contraataque de las posiciones defensoras. Por la tarde se realizan voladuras de las vallas que rodean el manzanares hasta que por la tarde algunos soldados del Tabor III de Regulares de Tetuán procedente de la Columna de Asensio penetran en el campus.[23]​ Logran vadear el Manzanares a la altura del picadero del Club de Campo y a través de la actual Av. de Séneca repelidos por el fuego enemigo se dirijen a la Ciudad Universitaria. El asalto se produce a gran velocidad, la idea es ocupar la Escuela de Arquitectura. Este ataque produce una situación de pánico en la Columna Catalana (Durrutti) destacada en la Ciudad Universitaria. Solo después de un fuerte bombardeo artillero y aéreo, dos tabores marroquíes y una bandera de legionarios pudieron atravesar el río. Entonces se encontraron con que la columna "Libertad" de los anarquistas se había retirado de improviso y no había sido reemplazada. La junta de Defensa de Madrid decide esa misma noche pedir a las columnas de blindados destinadas en Aravaca que asistan a las fuerzas de Durruti el día 16. La columna de Asensio logra pasar penosamente al anochecer del día 15 a la otra orilla del manzanares. A cuatrocientos metros al norte del Puente de los Franceses se los zapadores tienden una pasarela que denominan de la muerte. La reacción de las fuerzas leales a la República se concreta en una orden:

Mañana, día 16 (de noviembre), al amanecer, la Columna Durruti, partiendo del Asilo de Santa Cristina, realizará un reconocimiento ofensivo en la Ciudad Universitaria en dirección al Stádium, para rechazar al otro lado del río los elementos enemigos que hayan podido penetrar en dicha zona
[24]

En esta incursión apoyarán diversos blindados soviéticos destacados en Aravaca.[24]​ A lo largo del día 15 las fuerzas de la Estación del Norte se dirigen a la carretera de La Coruña y ocupan los edificios, haciéndose fuertes en ellos. La Situación general por ambas fuerzas es que concentran todas las fuerzas disponibles en el campus universitario. Durante el día 15 se han construido diversas barricadas en la Ciudad Universitaria. La XI Brigada Internacional fue enviada entonces para defender las facultades mientras cada vez más soldados del ejército sublevado iban cruzando el río. La aparición de una avanzadilla cruzando el río causa pánico en la Columna Catalana (Columna López-Tienda o Libertad) y en la gente de Durruti. La noche del 15 al 16 se prepara la Junta de Defensa de Madrid la descongestión de la zona del campus, la idea de la junta es la de que han cruzado 200 moros (Denominadas así las tropas de Tabores).[25]​ Las bajas en ambos bandos no pueden determinarse con precisión cada día debido a los problemas de evacuación. Este mismo día entra en combate los cazas soviéticos Policarpov I-16 Mosca (eran denominados ratas por los ejércitos atacantes), la situación se equilibró en el aire. A pesar de ello no se evitó el intenso bombardeo de los días posteriores.

La entrada

Durante la madrugada del día 16 se procede a la voladura de la valla exterior de la Casa de Campo en un lugar más al norte con el objeto de preparar un intenso avance con blindados por esta zona. La columna del comandante Asensio consiguió establecer una cabeza de puente en el Manzanares tras tres intentos fallidos y después de un fuerte bombardeo las tropas nacionales atravesaron el río a la altura de la Ciudad Universitaria. En la madrugada del día 16 ambos bandos son conscientes de la situación en la Ciudad Universitaria. El ejército defensor muestra como novedad la aparición de piezas de artillería del 77, así como la incorporación de la 2ª Brigada Mixta (comandante Gallego). Se ordena el refuerzo de la Ciudad Universitaria desde Chamartín de la Rosa del General Paul Lukács. El día 16 de noviembre las tropas de Asensio toman la Casa Velázquez y la Escuela de Ingenieros Agrónomos en desconexión con los centros de comando y control en la retaguardia. En la Casa de Velázquez se instaló una compañía de brigadas internacionales de polacos. Se produce un bombardeo aéreo sobre Madrid a gran escala, cada día a partir del 16 hasta el 20 Madrid y las zonas de combate en la Moncloa serán bombardeadas insistentemente. El contrataque de la Columna Durruti del día 16 se ve entorpecido por el intenso avance de tropas enemigas desde las Facultades hacia el Clínico, se enclavan en el Asilo de Santa Cristina y allí protagonizan una encarnizada defensa. El 17 la Columna Durruti pierde la posición, retrocediendo al Clínico.[19]

El día 17 la Columna más castigada es la de Asensio. La Columna de Delgado Serrano sufre casi 250 bajas[23]​ Si el avance es exitoso las columnas deberían avanzar por el casco urbano. La aviación castiga la zona de paseo Rosales, Moret y las dos orillas del Manzanares a primeras horas.

La pasarela de la muerte

Pontones preparados para ser colocados en el Manzanares y aumentar la afluencia de tropas atacantes en la Ciudad Universitaria.

Tras el paso del manzanares las tropas atacantes ocuparon una zona de 800 metros de longitud, aguas arriba del puente de los Franceses. Tras el paso fue necesario establecer por la noche una pasarela que alimentara con tropas y material logístico (munición y víveres) a los asaltantes.[26]​ En su construcción inmediata intervino una unidad de pontoneros de Zaragoza, esta precaria pasarela obtuvo la denominación de "pasarela de la muerte". Su apodo era debido a que el puente quedó ubicado en una zona que permitía ser batido por ametralladoras republicanas ubicadas a unos seiscientos metros aguas arriba. Según la jerga de la época a los soldados que pasaban por el día las denominaban "pasaos", su paso era realmente arriesgado. Por la noche, al amparo de la oscuridad, se solía utilizar los pontones y largos convoys de mulas hacia la Ciudad Universitaria iban cargadas con material sanitario, munición, víveres y material de fortificación. De la Ciudad Universitaria salía por el "puente de la muerte" los heridos en camillas. Esta pasarela se hizo vital en el mantenimiento del frente de la Ciudad Universitaria. Los heridos en combate no podían ser desalojados por la pasarela de día, debían ser evacuados de noche. Muchos heridos morían en el campo de la Ciudad Universitaria, esperando la noche para ser trasladados a los hospitales de campaña al otro lado del Manzanares.

Debido al tráfico que surgió, a los pocos días, otra unidad del Batallón de Zapadores de Sevilla realizó otro puente un par de metros más aguas arriba. Llegando a un total de cuatro puentes, cada uno de ellos con un sentido único. El transporte de Material se hacía de noche a través de la Casa de Campo por la brecha realizada en el muro a la altura del arroyo de Meaques, y por un laberíntico pasaje de pistas a través de la Casa de Campo, y tras una hora de viaje, se llegaba a las pasarelas. La curva antes de llegar a las pasarelas se encontraba también batida por las ametralladoras y era denominada igualmente "la curva de la muerte".[26]​ Los puentes estuvieron operativos hasta que en enero de 1937 una riada se los llevo, volviendo a ser reintegrados de inmediato por una unidad de Zapadores de Valladolid que los construyó con pilotes. Estos puentes eran batidos a menudo por ametralladoras, e incluso fue objetivo militar artillero en posteriores ofensivas como la realizada el 9 de abril de 1937 que destruyó de nuevo los puentes. A lo largo de los años 1937 y 1938 se llegó a pensar en el uso de teleféricos y túneles por debajo del río, pero fueron desestimados. Los bombardeos republicanos para destruir cualquier sistema de puentes fue continuado durante los dos años y medio de la contienda, se solía bombardear con mortero desde el Cuartel de la Montaña (17,40 mortero Mata) o desde la Puerta de Hierro (un 12,40 ruso).

Establecimiento del Frente

El día 17 de noviembre se produjo el segundo momento decisivo del avance de las tropas atacantes. La Columna de Asensio desde la Escuela de Agrónomos tomó el Asilo de Santa Cristina y atacó el Clínico, edificio en cuyo interior se luchó de forma encarnizada. La columna nº 3 (Delgado Serrano), desde el estadio de operaciones ocupó la Fundación del Amo, ocupa la Residencia de Estudiantes y el Instituto de Higiene. Los combates fueron cruentos, siendo heridos el teniente coronel Delgado y el comandante Mizzian. Ese día Miaja y Rojo, de visita en la Cárcel Modelo, asistieron a una desbandada de la «Columna Catalana» (posiblemente también la de López-Tienda) en el parque del Oeste, que de forma providencial contuvieron, ya que los hombres que huían reconocieron a Miaja y volvieron de nuevo a la defensa. En el Clínico aún se luchó con dureza durante varios días después. La conquista del Hospital Clínico representó el máximo avance del ejército atacante en la Batalla de la Ciudad Universitaria. Aquel mismo día 17, algunas fuerzas de Tabores irrumpieron de nuevo en la Plaza de España y causaron escenas de pánico en las calles de Madrid a lo largo de la Gran Vía. Esta incursión pronto fue abortada desde posiciones milicianas que se reforzaron en la zona.

En este día el poder ofensivo de las columnas atacantes estaba exhausto. El número de efectivos atacantes en la zona no superaba los 2000, mientras los 11.000 de las defensivas.[27]​ Las fuerzas atacantes combinaron, junto con los últimos avances del día 17 con un supremo esfuerzo para quebrantar la resistencia de Madrid por medio de bombardeos aéreos. Durante el atardecer cayeron en una hora un par de millares de bombas en el centro de Madrid. Fueron alcanzados hospitales y bocas del Metro. La metralla regó los espacios abiertos, como la Plaza de España. Algunas bombas incendiarias provocaron fuego en los barrios obreros. Se emplearon con preferencia las bombas incendiarias ya que se consideraban que el fuego era el medio más eficaz para extender el pánico, y aquella noche los bombarderos, en oleadas de diez o doce cada vez, guiados por los incendios, soltaron diferentes oleadas de bombas. Madrid carecía de refugios y apenas si tenía cañones antiaéreos de defensa.

El día 17 se reanudarán los combates en una nueva planificación de las operaciones militares: Se amplia el terreno avanzando en varios puntos hasta el Hospital Clínico (este último mantenido por los milicianos anarquistas), pero también hasta el Instituto de Higiene. El día 19, Buenaventura Durruti cae gravemente herido ante un disparo que se sospecha pudo ser de su propia arma o de un soldado enemigo; Lo cierto es que muere al día siguiente y esto provoca la desmoralización de su unidad, que se retira del frente a punto de crear un desastre entre las líneas republicanas. Finalmente, serán relevados del frente por otra unidad y se lanza un contraataque contra los crecientes avances. La batalla continuará hasta el día 23, paralizándose poco a poco los combates y con un frente que cada vez se va convirtiendo en una línea de trincheras y búnkeres fijos. La defensa constante de la facultad de Filosofía y Letras impidió que los marroquíes avanzaran hacia la plaza de la Moncloa, pero no se pudo evitar la captura de los Institutos de Higiene y del Cáncer así como de la pérdida definitiva del Hospital Clínico (tras la retirada, casi una huida, de los anarquistas catalanes). Los dos ejército, casi exhaustos, se dedicaron a mantener y fortificar sus posiciones[28]​ El día 17 Franco decreta el bloqueo marítimo de los puertos bajo influencia republicana, amenazando con hundir todo aquél buque extranjero que no lo acatara.[29]

Día 18 de noviembre

Los bombardeos aéreos del 18 de noviembre sobre diferentes zonas urbanas de la capital se suceden constantemente, día y noche.[30]​ Durante varios días, en los casi destruidos edificios universitarios las fuerzas oponentes conservaban diferentes pisos, gritándose insultos a través de los muros y arrojándose granadas de mano por las ventanas y los huecos de las escaleras. La confusión de la batalla es tal que no se sabe con certeza cual es el frente y donde se encuentran los atacantes o los defensores. El Clínico es un una de las posiciones más disputadas por ambos bandos. Este día entra en combate la XII Brigada Internacional. Las noticias internacionales anuncian la entrada de las tropas nacionales en la Ciudad.[31]​ Muchas de las calles del Barrio de Arguelles hasta Plaza de España, junto con el Paseo de Rosales se convierten en barricadas: llenos de piedras y sacos terreros. Se hace prácticamente imposible circular por las mismas. Rafael Alberti lo menciona en un poema: "Las barricadas impiden las esquinas".[32]

En la ciudad se acumulan miles de heridos, el alcalde en funciones pide permiso a la Junta de Defensa que se hagan fosas comunes y poder enterrar los muertos que se acumulan debido a la alta mortalidad del frente de la Ciudad Universitaria. No existe un claro frente definido, las noticias e informaciones procedentes del área al Estado Mayor de la Defensa de Madrid son confusas. Las tropas atacantes no pueden desalojar bajas por la "pasarela de la muerte" y muchos heridos mueren en el campo de batalla.[30]​ En la Facultad de Filosofía y Letras se lucha con intensidad.[33]​ En el Estado Mayor se contempla la posibilidad de retirar la columna de Durruti del frente, los milicianos de la Columna López-Tienda se integran en la Quinta Brigada. Alemania e Italia reconocen este día 18 haciendo público internacionalmente como legítimo el Gobierno del General Franco.[29]​ Esta noticia animó a las tropas de retaguardia nacional.

Día 19 de noviembre

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Cae herido Durruti, el 19 cerca del Clínico.

El 19 de noviembre el silencio en los frentes de la Ciudad Universitaria se ve apagado por los gritos de dolor de los numerosos heridos en ambos bandos.[34]​ Durante el intenso bombardeo aéreo de Madrid de los días anteriores se ve afectado el Palacio de Liria (propiedad de ls Duques de Alba). El batallón Garibaldi substituye al la batallón Dabrowski a lo largo de la cuenca del Manzanares y de la Puerta de Hierro. El batallón Thälmann substituye al de André en la Ciudad Universitaria (El batallón de Edgar André es el primer batallón internacional que se formó en Albacete (22 de octubre de 1936) habiéndo sufrido fuertes bajas.

El 19 de noviembre Durruti solicita un coche con conductor, se ha enterado de que sus hombres quieren abandonar a toda costa el Clínico, para dirigirse inmediatamente hacia allí. A las 2:00 p.m. justo al salir del coche fue mortalmente herido a las puerta del Hospital Clínico el líder anarquista Buenaventura Durruti (junto al edificio Junta Municipal de Moncloa). Durruti, días antes se mostraba enfurecido por la mala actuación de sus hombres, les exigió que hicieran sacrificios y que borraran esta vergüenza. Existen cuatro versiones de la muerte de Durruti en la primera se menciona que fue herido por una bala perdida del enemigo destacado en el Clínico, la que surge de los rumores menciona que la bala podría venir de sus propios hombres, la la tercera que menciona haber sido disparado por un miliciano comunista y la cuarta que él mismo se disaparara sin querer con la ametralladora ("Naranjero" en el argot de la época) al salir del coche. La última persona que le asiste es su colaborador Ricardo Rionda, éste asturiano le acompaña y le oye pronunciar como últimas palabras antes de recibir el disparo: "demasiados comités".

Día 20 de noviembre

En la madrugada del día 20 Durruti muere en el Hotel Ritz de Madrid, que se había equipado como un hospital de sangre para las tropas catalanas destacadas en la ciudad. El cirujano José Santamaría no logra salvar la vida del líder anarquista. Se oculta la noticia de la muerte unas 24 horas, pero el rumor corre pronto por las calles de Madrid.[35]​ En la Junta se discute el desarme de la columna Cataluña. El anarquista Ricardo Sanz le sustituye y llega a Madrid en la mañana del día 21. De los 1800 milicianos un tercio ha caído muerto o herido, al final solo unos centenares se quedan en el frente de la Ciudad Universitaria. El resto de los efectivos abandona el frente y regresa a Aragón y Cataluña en los días posteriores. Esa misma tarde del día 20 es sentenciado a muerte y fusilado el líder falangista José Antonio Primo de Rivera en el patio de la cárcel de Alicante, la noticia se ocultó durante algún tiempo en el bando franquista. El combate en la Ciudad Universitaria se centra en el Clínico. El 20 de noviembre la XI Brigada fue relevada por la XII debido al agotamiento del combate prolongado durante casi una semana. La Brigada XII luchó hasta el día 27 de noviembre, fecha en la que fue reemplazada de nuevo por la Brigada XI reforzada con nuevos efectivos.

Día 21 de noviembre

Se concentran ya casi tres mil efectivos atacantes en el otro lado de la orilla del manzanares, repartidos entre los diferentes edificios de la Ciudad Universitaria. La lucha es tan intensa que muchas unidades se desmoronan, el Batallón Cuenca abandona este mísmo día regresando a su tierra. Vicente Rojo anuncia a la Junta de Defensa de Madrid que escasean municiones básicas, las acciones de reconquista del cerro garabitas han sido infructuosas. La Casa Velázquez arde y el Clínico es retomado de nuevo.

Día 22 de noviembre

Las tres cuartas partes de la Ciudad Universitaria se encontraba en poder de las fuerzas atacantes. La batalla por Carabanchel se hace casa a casa, piso a piso. La confusión en la zona es tal que no se saben las demarcaciones. Las escaramuzas tácticas se van agotando poco a poco en todos los frentes. En el frente de Usera, en las trincheras defensivas muere el 22 de noviembre el escultor Emiliano Barral participando como miliciano. A su memoria dedicó Antonio Machado unas poesías.[36]​ El fotógrafo Robert Capa regresa a Madrid. Se empieza a fortificar la segunda línea defensiva de la ciudad.

23 de noviembre: Reunión de Leganes

El 23 de noviembre se produce una reunión en el cuartel de Ferrocarriles de Leganés del Estado Mayor a la que acude por primera vez Franco, a dicha reunión acuden los generales Mola, Saliquet, Varela, el objetivo de la reunión era el de revisar el estado de la situación. En el transcurso se plantea una nueva estrategia que consiste en la renuncia al ataque frontal a la ciudad y dejar de tomar Madrid como primer objetivo militar.[37]​ Esta renuncia pasaba por estabilizar el frente y aceptar como consecuencia una prolongación de la Guerra Civil que se convertiría en una guerra de desgaste. Esta reunión se tradujo en que la "Batalla de la Ciudad Universitaria" había acabado quedando en un estado de frente permanente y la "Defensa de Madrid" tomaría a partir de entonces nuevos frentes al Noroeste de Madrid. La idea de aislar Madrid mediante maniobras envolventes hace que se desplace el centro de gravedad de la confrontación en diciembre con la Batalla de la carretera de La Coruña, continuó después, en febrero de 1937, con la Batalla del Jarama y, finalmente, en un último intento de de abordar Madrid en marzo de 1937, con la Batalla de Guadalajara mediante las tropas italianas. Por razones de prestigio, el general Franco decidió mantener sus fuerzas en las posiciones más avanzadas que habían alcanzado, en vez de retirarlas a mejores líneas de asedio.[14]​ El centro de mando avanzado de las tropas atacantes se situó en la Escuela de Arquitectura debido a que era el primer edificio al que se accedía desde la Pasarela de la Muerte. El mantenimiento del frente supuso una nueva modalidad de guerra, desconocida hasta entonces: la guerra de minas.

Resultados

Bunkers del Parque del Oeste. Un efecto de lo que sería la batalla a partir del 23 de noviembre.

Tras el día 23 de noviembre, fecha en la que tuvo lugar una reunión en Leganés, la batalla cobró tintes de resistencia. Se empezaron a cavar trincheras,[38]​ a fortificar posiciones. La zona del ejército atacante se comunicaba logísticamente mediante la pasarela de la muerte. Esta pasarela comunicaba la Casa de Campo con las fuerzas destacadas en la Ciudad Universitaria. Al intentar contar las bajas producidas en ambos bandos ... Las tropas asaltantes se quedarían con el Clínico (Vértice del frente), el Asilo de Santa Cristina, el Instituto de la Higiene, la zona de Residencias, las Escuelas de Agrónomos y Arquitectura, la Casa de Velázquez y el Palacete de la Moncloa. El Instituto Rubio quedó completamente destrozado (quedó tan sólo la piscina[39]​), nada de él quedaría tras la guerra. La misma suerte corrió el Instituto Principe de Asturias y el Instituto de la Higiene.

La Guerra de Minas

Dinamiteros republicanos, en Carabanchel, alrredores de Madrid, Junio de 1937.

La estabilización del frente en el área de la Ciudad Universitaria y Moncloa trajo una nueva situación de combate. Ambos ejércitos crearon un laberinto de trincheras y de alambradas a lo largo del campus universitario. Se iniciaron las construcciones de más fortificaciones y trincheras, refugios, caminos de evacuación, etc. La situación quedaría de tal forma que las tropas rebeldes se alojaban en una avanzadilla de la Ciudad Universitaria con el Manzanares a su espalda conectados por una especie de puente que denominaban la "pasarela de la muerte", detrás la Casa de Campo. La distancia media entre los dos frentes era de unos escasos cincuenta metros. Se situaron en las ruinas de los edificios el Clínico, el Asilo de Santa Cristina, el Instituto de la Higiene de Alfonso XIII, la zona de residencias universitarias del campus, las Escuelas de Agrónomos (ganada a las tropas de Durruti) y de Arquitectura, la Casa de Velázquez (defendida hasta el final por el batallón Dombrowski) y el Palacete. El resto de los edificios de la Ciudad Universitaria pertenecieron a la zona republicana, como la Facultad de Filosofía.[40]​ El general Kléber mantuvo en esta Facultad, hasta su relevo, el Cuartel General de la XI Brigada Internacional; también los edificios de las facultades de Farmacia, Medicina y Odontología que se mantuvieron en el lado republicano hasta el final de la guerra. A partir de este instante el bando republicano construye minas subterráneas con el objeto de acercarse al bando atacante y lograr volar con ello las instalaciones donde se encuentran.[6]​ El establecimiento de trincheras en ambos bandos puede consultarse en mapas de trincheras elaborados en 1940, en la actualidad ubicados en el museo del ejército de Toledo.

Una de las primeras voladuras se produce el 11 de diciembre de 1936 en el centro del ala sur del Clínico y utilizando un ramal del colector que bajaba por la calle Isaac Peral, el hornillo estaba a ocho metros de profundidad y dejo sepultados a cuarenta legionarios de la 4ª Bandera.[6]​ Tras la explosión se produce un intenso asalto repelido por las fuerzas destacadas en el Clínico. En enero de 1938 se vuelven a repetir las voladuras en el Clínico, el día 13 en el centro del ala oeste que entierra a 40 legionarios de la 6ª Bandera, y dos el día 17 en los extremos del ala sur; el acceso se realizó en galería partiendo de las alcantarillas del colector del Canal de Isabel II mas próximas al edificio. En febrero se extiende la actividad de Guerra de Minas al parque del Oeste y al frente de Carabanchel; el 18 de marzo estallan seis minas simultáneamente: una en la Fundación del Amo, otra en el Instituto de Higiene de Alfonso XIII, tres en el Clínico y una en Agrónomos. Su explosión va acompañada por un intenso ataque desde todos los frentes de la Ciudad Universitaria, finalmente las fuerzas destacadas repelen el ataque. En abril y mayo hay poca actividad que vuelve en junio; en agosto las tropas rebeldes inician el trabajo de contraminas mediante pelotones de zapadores. El día 17 de junio y el 3 de julio se procede a volar galerías republicanas cercanas al Palacete de la Moncloa. En septiembre crean la primera unidad de Minadores "Nacional" reforzada en diciembre con la creada en el asedio de Oviedo. Nace de esta forma una nueva modalidad de combate que se extiende a otros frentes dentro del conflicto armado español.

A pesar de esta nueva modalidad de guerra subterránea, las voladuras en el Clínico continúan. El día 21 de junio de 1937 explotan tres minas, y dos el 28; el 6 de julio otra en el pinar cercano y el 7 en el Palacete. Las contraminas rebeldes cortan galerías los días 12 y 13. El 27 de agosto comienzan nuevas voladuras en el Parque del Oeste (seis) y en el Clínico (tres), quedan enterrados cerca de setenta soldados de las fuerzas rebeldes. A pesar de ello no se consigue un movimiento en los frentes. En septiembre se inician los ataques con minas en Odontología por primera vez desde el bando atacante, y que es contestado inmediatamente por los defensores en Agrónomos. Este edificio desaparece con las voladuras del 26 de octubre y 13 de diciembre. Se incorporan a las tropas asaltantes compañias especializadas de Zapadores expertos en la nueva Guerra de Minas procedente del recién caído frente de Asturias (la ciudad de Oviedo). Esta compañía de Minadores del Batallón número 8 y la séptima, quedaron afectas a los respectivos sectores de Ciudad Universitaria y Carabanchel, no existiendo apenas vinculación entre una y otra. Las labores de escucha evitaron numerosas acciones a partir de finales de 1937. Algunas ofensivas tenían como objeto lograr superioridad en las comunicaciones subterraneas. A pesar de todo el 16 de agosto de 1938 una mina en el Sector Agrónomos-Academia de Música acaba con la vida de una treintena de minadores rebeldes.

Días posteriores al 23

Los días posteriores al 23 de noviembre el centro de gravedad de las ofensivas aislar a la capital cortando las comunicaciones por el Oeste atacando la carretera de La Coruña siendo el objetivo el de eliminar el nudo de comunicaciones con las tropas defensivas destacadas de la sierra madrileña. Los combates sobre la Carretera de la Coruña se desarrollan a finales del año 1936; en el Jarama en Febrero del año 1937 y en Guadalajara en Marzo de 1937. Quedando frenado el avance sobre Madrid.

Final de la Guerra Civil y la Ciudad Universitaria

Archivo:El coronel Prada (derecha) entrega la plaza de Madrid al coronel Losas (izquierda), marzo de 1939.jpg
Rendición del coronel republicano Prada (derecha) al coronel franquista Losas (izquierda) en Madrid, 28 de marzo de 1939.

La defensa de Madrid duraría hasta el 28 de marzo de 1939, día en que el coronel Segismundo Casado entregó la ciudad a Franco.[41]​ Muchas de las deserciones de habitantes de Madrid durante los días anteriores al 28 de marzo se produjo en en la zona de la Ciudad Universitaria. El día 27 el coronel Losas Camañas avanzó sus líneas ocupando el Puente de los Franceses, el edificio de Odontología, Medicina y Farmacia, la parte del Parque del Oeste no tomada y alcanzó el Paseo de Rosales, la Cárcel Modelo y el Estadio Metropolitano. El día 28 se iban ocupando diversos edificios públicos y a las 13:00 el militar republicano Adolfo Prada Vaquero jefe del Ejército del Centro se presenta en el Clínico ante el coronel Losas para comunicar que la ciudad ya está en la calle celebrando el final. Le advierte de posibles focos de resistencia. De esta forma el 29 de marzo la 16 división nacional entra por la Ciudad Universitaria, la 18 división lo hace por el Puente de Toledo y la 20 división por la Carretera de la La Coruña y la Casa de Campo. Ese mismo día se realiza una reunión en la que se hace entrega oficial de los edificios y servicios del pabellón de San Bernardo a la Falange. Al terminar la guerra se consideró la posibilidad de dejar la Ciudad Universitaria como campo de recuerdo de los años de lucha.[7]

Estado de la zona

Muchos de los edificios del campus sufrieron graves desperfectos debido a la intensidad del combate y a la participación de gran cantidad de proyectiles entre ambos bandos. Edificios como Fundación del Amo fueron destruidos (quedando a salvo tan solo la piscina[39]​), igualmente el Asilo de Santa Cristina que lo que quedaba fue dinamitado al acabar la guerra, el Instituto Rubio que fue completamente destruido durante los combates. En las fotos se puede ver como prácticamente desaparecieron todos los edificios antiguos con estructuras de ladrillo, mientras que los construidos de hormigón armado permanecieron. Los informes realizados posteriormente indicaron que la destrucción y daño fue mayor por la acción personal y directa del hombre que por los impactos de las armas bélicas.[42]

Algunos de los edificios construidos en hormigón armado resistieron a pesar de la violencia de la artillería, este es el caso de la Residencia de Estudiantes, el Pabellón de la Junta y el Hospital Clínico. Algunos de ellos sufrieron desplomes parciales de su estructura, pero los daños no fueron tales que no se impidiese su reconstrucción posterior en 1940. El material del interior de algunos edificios fue parcialmente evacuado a otros edificios en el interior de la ciudad. No obstante en las Facultades de Filosofía y en la Escuela de Arquitectura al estar operativas al comienzo de la guerra no se evacuó las bibliotecas y su contenido se vio seriamente dañado (aún pueden observarse en la actualidad restos de metralla en algunos volúmenes). En algunas ocasiones los libros fueron empleados como parapeto. La retirada de libros no se pudo realizar del todo por falta de medios de transporte para su logro, completándose tan sólo en una quinta parte.[39]​ El fondo bibliográfico que se pudo rescatar de estas facultades se trasladó al Hospital de Santa Cruz de Toledo. La biblioteca de Farmacia sufrió durante la Guerra, pero la de Medicina quedó intacta (gracias a las labores del jefe Enrique Rodríguez).[43]

Restauración de la zona

En ciertas zonas como este monumento a Federico Rubio, puede verse la huella de la Batalla (lado izquierdo del monumento).

Al finalizar la Guerra las operaciones de restauración de la zona quedaron en un segundo plano durante meses. Para un buen número de ideólogos del Movimiento Nacional fue idea de que gran parte de los edificios permanecieran como símbolo, en poema «permanentizado de la violencia».[44]​ El «nuevo régimen» no accedió a esta propuesta de «morbo arquitectónico». Se barajó el retorno de los estudiantes a Alcalá de Henares pero finalmente se accedió a reconstruir la zona, aunque la decisión no fue del todo inmediata. El arquitecto Javier de Luque empieza, por iniciativa propia, a diseñar planes de rehabilitación y a redactar presupuestos. El encargado de informar de estos progresos a la Junta Facultativa de Construcciones Civiles (organismo dependiente del Ministerio de Educación Nacional) fue López Otero. El rector de la Ciudad Universitaria denuncia habitualmente el estado ruinoso del campus y el constante vertido de escombros por parte de camiones militares. Finalmente el 10 de febrero de 1940 se establece la ley de creación de la Junta Constructora de la ciudad Universitaria.[45]​ Los primeros pasos se demorarían todavía unos meses y el 8 de abril se elegiría a López Otero y Pedro Muguruza Otaño como los arquitectos restauradores de la Ciudad Universitaria, si bien este último intervino poco en la labor de Otero. Tras elaborar un informe de daños (que define un 40% de daños sobre las construcciones), se procede a construir y restaurar las facultades y las residencias. Para ello se toma como punto de partida los planos primitivos de comienzos de siglo que se repitieron con ligeras modificaciones. Las primeras tareas de desescombro se realizaron lentamente debido a la gran cantidad de explosivos y proyectiles sin deflagrar que existían entre los edificios. Se planificaron y se ejecutaron celebraciones multitudinarias, por primera vez en la Ciudad Universitaria, el 12 de octubre de 1943 el "Día de la Raza".

A finales del año 2008 un equipo del Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid llevó a cabo prospecciones y excavaciones en los restos de la Guerra Civil en el Campus de Moncloa con el apoyo del Vicerrectorado de Investigación.[46]​ El destrozo realizado a diversos recursos de la Universidad hizo que en el año 1948 todavía se continuaran los trabajos de recuperación de volúmenes que aún yacían enterrados bajo los escombros. Muchos de los parapetos y búnkeres fueron volados tras el conflicto, y gran parte de las trincheras colmatadas. No obstante todavía permanecían en los edificios de la Ciudad Universitaria signos y huellas de la batalla: En las facultades de Medicina, Estomatología y Farmacia se ven todavía numerosos impactos de proyectiles. Se notan menos en otros como la Casa de Velázquez, Escuela de Arquitectura y Facultad de Filosofía y Letras.[47]​ En torno a la estatua de Federico Rubio y Galí así como en los árboles que le rodean, en posiciones cercanas al Puente de los Franceses. El editor Alfredo González Ruibal considera que hay que gestionar los restos como bienes culturales y elementos patrimoniales del campo de batalla de la Ciudad Universitaria.[48]

Reedificación y simbolismo

El Arco de la Victoria es el único arco de triunfo del mundo construido sobre el propio campo de batalla.[12]

La zona de Moncloa, Arguelles y la Ciudad Universitaria tras la Guerra Civil poseían un aspecto desastroso. Apenas había edificios en pie durante esta zona, el barrio de Pozas destruido junto con los bulevares de la calle Princesa. La devastación alcanzaba a la Plaza de España y el tercer tramo inconcluso de la Gran Vía. La intensidad de los bombardeos artilleros y de aviación de las fuerzas atacantes, tenían como objeto allanar la entrada a Madrid en caso de haber entrado en diciembre de 1936. La zona involucrada estaba dentro del radio de acción destructora de la artillería atacante (cuyas baterías se colocaron en el cerro garabitas). Al final de la Guerra era necesario por una parte restaurar, y por otra ubicar ciertos símbolos de los ejércitos vencedores. Los restos derruidos de la Cárcel Modelo de Madrid fueron dinamitados. La plaza de la Moncloa cambió su nombre a plaza de los caídos por Madrid. Esta plaza es una de las principales entradas de Madrid, la carretera de La Coruña con su gran caudal de tráfico hace su entrada por ella. Es por esta razón por la que decidió, a comienzos de 1942, la Comisión Permanente de la Junta de la Ciudad Universitaria erigir un arco de triunfo que recordase la victoria.[12]​ Se coloca entonces el Arco de la Victoria durante los años de la autarquía en la avenida de entrada principal a la Capital, perpendicular a la Avenida Séneca, lugar de penetración de las fuerzas rebeldes. De la misma forma se establece el 29 de mayo de 1949 un concurso arquitectónico para ubicar un edificio-monumento homenaje a los "caídos por Madrid" este edificio se Monumento a los caídos por Madrid (actual sede de la Junta Municipal del Distrito de Moncloa - Aravaca).

Participación de las Brigadas Internacionales

El 8 de noviembre de 1936 desfiló por la Gran Vía de Madrid la XI Brigada Internacional compuesta por 2.500 hombres al mando de Emilio Kléber (el austro-rumano cuyo nombre era: Lazar Stern), tras ella pasó la XII Brigada Internacional al mando de «Lukács» y compuesta de 1.600 hombres y cuyo primer comisario político es «Gallo» (Luigi Longo), sustituido mas tarde por el escritor alemán Gustav Regler. En total un poco más de casi cuatro mil hombres. Una parte de los mismos se dirigió a través de la Plaza de España a la Estación del Norte y otra columna a posiciones dentro de la Ciudad Universitaria y la Carretera de la Coruña. La fecha exacta de incorporación de las Brigadas internaciones es polémica ya que Vicente Rojo declara en sus memorias sobre el error propagado acerca de la intervención de las Brigadas Internacionales en los primeros días del asalto,[49]​ mencionando que en su insistente petición de que la XI Brigada se incorporase no tuvo resultados durante los días 6 y 7, e incluso el día 8 obtuvo una respuesta telefónica del jefe de Estado Mayor del Ejército del Centro, teniente coronel Bernal indicando la imposibilidad del auxilio de Kléber para los días 8 y el 9 «por haberle asignado otro cometido el Ministro». Sin embargo la Brigada Internacional, el día 7 se encontraban en Vallecas-Vicálvaro,[cita requerida] tuvieron que atravesar Madrid, lo que ocurrió bien en la tarde del 7, o por la mañana del 8 (evento que fue detallado en la prensa de la mañana del día 9).[cita requerida] Otros autores mencionan una versión diferente.[50]​ El despliegue de la XI Brigada se produjo entre la noche del 8 al 9 de diciembre de 1936 en la Ciudad Universitaria que por entonces era retaguardia. La XI Brigada se situó por la tarde del día 8 en la Ciudad Universitaria, el puente de los Franceses y el parque del Oeste, entrando en acción al día siguiente.

El bautismo de fuego de las Brigadas Internacionales se produjo el día 9 defendiendo el Puente de Castilla, ante la ofensiva que intentaba cruzarlo el batallón Edgar André defendió el puente en varias ocasiones obligando a replegarse.[18]​ A pesar de los embates la penetración por el vado adyacente al Puente de los Franceses de las tropas rebeldes convirtió la zona del campus en un campo de lucha que involucró de "lleno" a las brigadas. El 20 de noviembre la XI Brigada fue relevada por la XII debido al agotamiento del combate prolongado durante casi una semana. La Brigada XII luchó hasta el día 27 de noviembre, fecha en la que fue reemplazada de nuevo por la Brigada XI reforzada con nuevos efectivos. Algunos autores mencionan como la Columna de París ocupando Filosofía y Letras hacía parapetos con los libros, mesas, bancos.[51]

En los medios

Joris Ivens (izquierda) y Ernest Hemingway (en medio), junto con el Prof. Dr. Ludwig Renn (derecha).

En la época de finales 1936 el frente de la Ciudad Universitaria atrajo la atención de los medios españoles e internacionales, la resistencia ofrecida al avance, así como la heroicidad de ambos bandos generó numerosas líneas informativas. Entre las apariciones de esta batalla se encuentran:

  • El realizador holandés Joris Ivens y Ernest Hemingway trabajan juntos en marzo de 1937 en el rodaje de un documental titulado "The Spanish Earth" (estrenada en español como "Tierra española"), en ella se recalca la intervención de los brigadistas en la Ciudad Universitaria, así como en Morata de Tajuña y en la Batalla del Jarama (febrero de 1937).
  • La batalla de la Ciudad Universitaria se emite en el noticiario del Hearst Metrotone News, propiedad del magnate norteamericano William Randolf Hearst, en su edición de 8-243 publicado el 10 de febrero de 1937 bajo el título: War, Cité Universitaire, Madrid, Spain.[52]
  • El realizador Edgar Neville dirigió en 1938 para el Departamento Nacional de Cinematografía el documental de catorce minutos "La Ciudad Universitaria" en el que se menciona y describe algunos aspectos de la batalla.[3]​ El film dedicado, según lenguaje retórico de la época, a: la juventud heroica (...) que ha venido a doctorarse en la muerte".
  • El Noticiario español de junio de 1938 hace mención de la Batalla de Madrid, mencionando el frente universitario.[53]
  • Existe documentación filmada antes de la Batalla que muestra el estado un año antes del conflicto. El documento es filmado al inaugurar el Colegio López Otero el 10 de abril de 1935. La película sonora se realiza según un sistema inventado por dos españoles.[54]

Referencias

  1. a b c Rojo Lluch, Vicente (1967). Así fue la defensa de Madrid: aportación a la historia de la Guerra de España, 1936-39 (1 edición). México: Ediciones Era. p. 55. 
  2. a b M. Reverté, Jorge (2004). La Batalla de Madrid (1ª edición). Barcelona: Crítica. 
  3. a b Requena Gallego, Manuel (2003). Universidad de Castilla-La Mancha, ed. Las Brigadas Internacionales: el contexto internacional, los medios de propaganda, literatura y memorias (1ª edición). p. 67. ISBN 84-8427-250-8. 
  4. Bolinaga, Iñigo (2009). Breve historia de la Guerra Civil Española (1ª edición). Madrid. p. 333. 
  5. a b Maristany, José (15 de abril de 1941). Ejército, ed. La pasarela de la Muerte de la Ciudad Universitaria (15 edición). 
  6. a b c Servicio Histórico Militar. La Guerra de Minas en España, 1936-1939, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1948, págs. 100-129.
  7. a b Delfín Álvarez, «Mínimo de obras a realizar en la Ciudad Universitaria para perpetuar la memoria de lo que fue en la campaña pasada, 9 de octubre de 1941», Archivo de Obras Públicas, págs. 469-473.
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  9. Junta de la Ciudad Universitaria de Madrid, ed. (1947). La ciudad universitaria de Madrid (1ª edición). Madrid. Consultado el 28 de julio de 2010. 
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  27. Véase op. cit. Martínez Bande, José Manuel (1968), pág. 141
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  36. ¡Madrid, Madrid! ¡Que bien tu nombre resuena
    Rompeolas de todas las españas!
    La tierra se desgarra, el cielo truena
    Tú sonríes con plomo en las entrañas
  37. Thomas, Hugh (1985). La Guerra civil española: 1936-1939 1 (1ª edición). Madrid: Grijalbo. 
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Bibliografía

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Referencias Externas