Carlos II de Rumania

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Carlos II de Rumanía
Rey de Rumanía

Retrato oficial de Carlos II.
Reinado
8 de junio de 1930 –
6 de septiembre de 1940
Predecesor Miguel I
Sucesor Miguel I
Información personal
Nacimiento 3 de octubre de 1893
Castillo de Peleş, Sinaia,
Bandera de Rumania Reino de Rumania
Fallecimiento 4 de abril de 1953
(59 años)
Estoril, Bandera de Portugal Portugal
Sepultura Monasterio ortodoxo de Curtea de Argeș
Himno real Trăiască Regele
Familia
Casa real Casa de Hohenzollern-Sigmaringen
Padre Fernando I
Madre María de Sajonia-Coburgo-Gotha
Consorte
  • Hijos
  • Carlos II de Rumanía (en rumano: Carol al II-lea al României; Sinaia, Rumania, 3 de octubre de 1893 - Estoril, Portugal, 4 de abril de 1953), rey de Rumanía, hijo de Fernando I y María de Sajonia-Coburgo-Gotha. Carlos (o Carol en rumano) fue el primer monarca rumano nacido en Rumanía, ya que los tres anteriores nacieron en el extranjero. Una vez que su tío, el rey Carlos I de Rumania murió, le sucedió Fernando I y Carlos se encuentra a los 21 años como heredero al trono. Durante la Primera Guerra Mundial contrajo matrimonio morganático en secreto en la ciudad de Odesa, con una rumana llamada Zizi Lambrino, hija de un mayor del ejército, que le dio un hijo, Carlos de Hohenzollern, pero esta boda fue anulada, y en 1921 casó con la princesa Elena de Grecia, hija del rey Constantino I. De este matrimonio nació un único hijo, Miguel I, pero la unión fracasó, y Carlos II renunció a sus derechos dinásticos. En 1930 logró apoderarse del trono. Su gobierno, en el que su amante Magda Lupescu tuvo un papel decisivo, fue represivo y corrupto.

    Juventud y años veinte

    Cursó estudios militares en Potsdam antes del estallido de la Primera Guerra Mundial.[1]​ Durante su estancia en Alemania adquirió admiración por la fuerza y eficacia del ejército alemán, que mantuvo durante su reinado.[1]

    En 1918, durante la estancia de la corte en Iaşi tras la desastrosa campaña del otoño de 1916 que obligó al gobierno a evacuar la capital, estableció relaciones con una plebeya, Zizi Lambrino, con la que contrajo matrimonio en la catedral de Odesa, en contra del parecer de sus padres y del gobierno.[2]​ Tras el regreso de la pareja a Rumanía el gobierno presentó la validez del matrimonio ante el Tribunal Supremo, que lo invalidó antes de un año, para disgusto de Carol.[2]​ Carol fue enviado como exilio interior Bistriţa donde conoció a su futura amante y posterior esposa, Magda Lupescu, por entonces esposa de un oficial del ejército.[3]​ Más tarde se le envió a un viaje por todo el mundo para intentar que olvidase a su primera esposa.[3]​ A su regreso de este, en Suiza, conoció a la que se convertiría en su segunda consorte, Elena de Grecia,[4]​ princesa de la casa real griega.

    En marzo de 1921 casó con Elena en la Catedral Metropolitana de Atenas,[4]​ pero el matrimonio fracasó.[5][6]​ El fogoso Carol y la recatada Elena resultaron incompatibles.[5]​ En diciembre de 1925 se fugó con Magda Lupescu, hija de un comerciante judío y renunció al trono.[5]​ El 28 de diciembre de 1925 se anunció su renuncia a sus derechos de sucesión en favor de su hijo Miguel,[7]​ acción que la oposición del PNŢ no respaldó, rumoreándose que el dirigente liberal y primer ministro, Ionel Brătianu, antagonista de Carol, había forzado al rey a excluir a aquel de la sucesión.[8]

    Carol vivió cómodamente en el exilio entre Londres, París y los lugares turísticos de moda.[5]​ Durante estos años se forjó una fama de disoluto y mujeriego, personaje habitual de la Prensa rosa.[5]​ Algunos elementos se fijaron en él como posible fundamento de un nuevo sistema político en Rumanía, ajeno a la democracia, mientras que los liberales en el poder se le opusieron.[5]

    Carácter

    Tras haberse labrado en su juventud una fama de conquistador y vividor, en su madurez se mostró como un político astuto, desplazando a los partidos tradicionales del poder, aunque sin demostrar ser un estadista de valía.[9]​ Con una inclinación notable hacia el ejercicio del poder y unas vagas ideas políticas, no contaba con ideas económicas sólidas propias, sino que se apoyó en los industriales que fueron ganando poder a lo largo de su reinado.[9]

    Regreso, ascenso al trono y gobiernos nacional-campesinos

    Iuliu Maniu, principal político nacional-campesino, adversario de Carol al que se enfrentó por razones morales.

    El 6 de junio de 1930 Carol regresó por sorpresa a Bucarest en avión.[5]​ Contó para su coronación con el apoyo de amplios sectores de la población que deseaban un monarca maduro que pudiese serenar la vida política.[5]

    Pronto el rey mostró que su ambición era una transformación diferente, rodeándose de partidarios, conocidos como "la camarilla" (camarilă), principalmente industriales, financieros y políticos de derecha.[10]​ El rey se convirtió rápidamente en el centro de la vida política del país y comenzó una estrategia de minado de los partidos tradicionales, alentando disidencias internas y tratando de atraer a algunos descontentos.[10]

    Gobiernos de transición y regreso de los liberales

    Entre la renuncia de Maniu en octubre de 1930 y el regreso de los liberales al poder en noviembre de 1933 la situación del país fue más confusa de lo habitual.[9]​ La crisis económica atenazaba al país y el sistema político semidemocrático comenzaba a desintegrarse y se fortalecían los movimientos extremistas.[9]​ Carol trató, infructuosamente, de reordenar la vida política de la nación.[9]​ Pensaba que los partidos tradicionales habían perdido su razón de ser y deseaba sustituirlos por elementos más "modernos", introduciendo al principio un gobierno de personalidades, ajenas a los partidos.[11]​ El 18 de abril de 1931 ponía en práctica su idea encargando la formación del nuevo gobierno al famoso historiador Nicolae Iorga, que compuso un gabinete de personalidades alejadas de los partidos principales.[11]​ Inmediatamente Carol anunció su intención de presidir los consejos de ministros semanalmente.[11]

    Pronto, sin embargo, surgió el desacuerdo entre el rey y su gobierno, debido a la crisis que hizo a este decidir reducir el sueldo de los funcionarios, medida a la que el soberano se opuso, forzando la renuncia de Iorga en junio de 1932.[12]​ Hasta finales de 1933 se sucedieron diversos gobiernos de los nacional-campesinos, que no lograron mejorar la situación política ni económica, produciéndose a la vez una crisis en el partido.[13]​ Tras cinco años alejados del gobierno los liberales del Partido Nacional Liberal (PNL) regresaron, primero de la mano del efímero Ion G. Duca, asesinado por la Guardia de Hierro en diciembre de 1933 y más tarde con Gheorghe Tătărescu que logró mantenerse a la cabeza del gobierno durante 4 años.[14]

    En los tres años desde su regreso a Rumanía y su ascenso al trono Carol no había logrado establecer el gobierno de personalidades ajenas a los partidos que deseaba pero había aumentado notablemente su influencia en la política del país y había logrado comenzar la desintegración de los partidos tradicionales, especialmente de los nacional-campesinos, sumidos en una profunda depresión tras sus años de gobierno.[15]

    El largo gobierno de Tătărescu

    El rey acaparaba cada vez más poder político y mantuvo su desconfianza hacia los partidos políticos.[16]​ Para competir con la creciente popularidad de la formación fascista de la Guardia de Hierro creó su propia organización juvenil, la Straja Ţării ("Guardia de la Patria") en 1934, mientras que el gobierno adoptó parcialmente las actitudes y parafernalia de la extrema derecha, tratando de aprovecharse de la popularidad de estas corrientes en el país, sumido aún en graves problemas sociales (miseria campesina) y económicos (Gran Depresión).[16]

    Comienza además en esta época un impulso a favor de la industrialización del país con el objetivo de acabar con el retraso del estado y el exceso de población campesina, que vivía mayoritariamente en la pobreza.[17]​ Se favoreció entonces la industria, especialmente la Industria pesada, a costa del desarrollo rural e independientemente de su relación con la agricultura, ocupación abrumadoramente mayoritaria en el país.[17]​ Esta tendencia, unida a la preferencia por una economía dirigida frente al liberalismo económico anterior, hizo que la política del país se fuese encaminando hacia un régimen corporativista.[17]

    La industrialización también conllevó una gran corrupción y un control por parte de la camarilla real de gran parte de la nueva industria del país, a menudo nada competitiva frente a la extranjera pero protegida.[18]​ La familia real con Carol al frente estaba profundamente implicado en las sociedades industriales.[18]

    En política exterior se da un cambio en 1936: tras la tradicional cercanía a Francia, principal valedora de Rumanía en la Primera Guerra Mundial, el fracaso de esta para frenar el crecimiento del poderío alemán y la creciente incapacidad de la Sociedad de Naciones hacen que Carol sustituya a su ministro de exteriores, el prooccidental Nicolae Titulescu y se haga cargo personalmente de la dirección de la política exterior de la nación.[19]​ La destitución de Titulescu, opuesto a las tendencias autoritarias del rey, refuerzan aún más el poder político de este.[19]

    Fascismo real

    El rey junto a su amante y posterior esposa, Magda Lupescu.

    En las elecciones de diciembre de 1937, la Legión se alía con otros partidos para evitar que el partido liberal alcance la mayoría absoluta. Lo logra.[20]​ El rey, atraído por ciertas partes del ideario de Codreanu, decide, sin embargo, encargar la creación del nuevo gobierno a sus rivales del partido nacional cristiano de Cuza y Octavian Goga (9,7% de los votos).[20]​ Su amante judía y las duras críticas a sus colaboradores le alejan de Codreanu.[20]

    Se disolvió el nuevo parlamento y se tomaron medidas represivas para asegurar al nuevo gobierno real la mayoría y acabar con la fuerza de la Legión.[20]​ Se aprobaron varias medidas contra los judíos (limitación de la educación, ciudadanía, derecho a la propiedad...).[20]

    Goga, sin embargo, negocia con Codreanu, que decide no presentarse a las nuevas elecciones. El rey no aprueba esta nueva alianza entre los extremistas de derechas y despide a Goga.

    La dictadura real

    Eliminación de la Guardia de Hierro y crisis internacional

    El 11 de febrero de 1938 el rey abolió la constitución, prohibió la existencia de partidos políticos, comenzando un régimen de dictadura real que durará hasta el 5 de septiembre de 1940. El rey nombró un gobierno títere con el patriarca ortodoxo a la cabeza que pronto fue sustituido por Armand Călinescu, hombre fuerte del régimen hasta su asesinato en septiembre de 1939. El gobierno no respondía ante el parlamento sino ante el rey, que podía promulgar decretos-ley.[21]​ El régimen fue descrito por el embajador alemán como nacionalista, cristiano y antisemita.[21]​ El gobierno real adoptó las características típicas de los regímenes fascistas contemporáneos: partido único, uniformes militares, organizaciones juveniles nacionalistas controladas por el poder, retórica conservadora y de renovación nacional,etc[20]​ La camarilla real reforzó su poder.[22]

    El rey mantuvo en política exterior su postura de neutralidad entre las democracias occidentales y las fascistas, tratando de reforzar las relaciones económicas con Alemania, que adquirieron una importancia mayor aún tras la anexión de Austria.[21]

    A las pocas semanas de la implantación de la dictadura, los dirigentes de la Legión fueron arrestados. Codreanu fue condenado en un juicio amañado donde, sin embargo, gran parte de los cargos eran ciertos.[20]​ Cientos de sus correligionarios fueron enviados a campos de concentración.[20]

    Corneliu Zelea Codreanu dirigente de la fascista Guardia de Hierro, que pasó de ser favorecida por Carol a ser perseguida, siendo el propio Codreanu asesinado por orden del rey en 1938.

    En septiembre, ante la crisis de Múnich Carol decidió que, incluso en caso de un ataque húngaro a Checoslovaquia Rumanía no acudiría en auxilio de esta, a pesar de sus obligaciones como aliados en la Pequeña Entente, no deseando enfrentarse a Alemania.[23]​ Tras el sometimiento a Alemania de la aliada Checoslovaquia en los Acuerdos de Múnich y las concesiones territoriales a la vecina Hungría, que mantenía reclamaciones territoriales sobre Transilvania en el Primer arbitraje de Viena, Carol hizo un viaje a Londres, París y Berlín en noviembre de 1938.[24]​ Mientras, la nueva dirección de la Legión, a pesar de las advertencias de Codreanu, llevó a cabo una campaña de atentados y violencia, sobre todo contra los judíos.[20]​ El intento de asesinato del rector de la Universidad de Cluj, familiar de Călinescu, junto con los temores del rey por la amenaza revisionista de los países vecinos insinuada por Hitler en su entrevista de noviembre,[24]​ selló el destino de Codreanu, que fue asesinado junto con otros miembros de la Legión la noche del 29 de noviembre de 1938 a las afueras de Bucarest.[20]​ Fueron enterrados en una prisión militar y se anunció que su muerte se produjo cuando "trataban de escapar".[20]​ Carol había dado la orden a Călinescu desde Checoslovaquia, de regreso de su entrevista con Hitler.[24]

    En marzo de 1939, ante el aumento de la tensión internacional por la invasión alemana de Bohemia y Moravia y la ocupación húngara de Rutenia Carol decidió acelarar las conversaciones económicas con Alemania, cada vez más influyente en el sureste europeo, a la vez que alentaba el interés anglo-francés en la región, tratando de mantener su política de equilibrio entre las potencias.[25]

    El 21 de septiembre de 1939, tres semanas después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, el primer ministro Călinescu caía abatido a tiros por seis miembros de la Guardia de Hierro en una emboscada[20]​ Las represalias fueron terribles: en cada provincia 3 miembros de la Gurdia debían ser ejecutados y varias decenas fueron asesinados en los campos de concentración.[20]

    Acercamiento al eje

    Ion Gigurtu (izquierda), último primer ministro de los gobiernos de la dictadura de Carol y conocido partidario de Alemania, junto al ministro de exteriores alemán, Ribbentrop en julio de 1940.

    El rey había perdido, sin embargo, a su hombre de confianza y la situación internacional parecía dar la razón a los extremistas que habían defendido un acercamiento a las potencias fascistas, que en esos momentos estaban acabando con la resistencia polaca, uno de los más cercanos aliados de Rumanía.[20]​ A finales de septiembre lamentó el rechazo británico a la propuesta de paz de Hitler, convencido de la necesidad de la unión entre ambos bandos para frenar lo que consideraba la principal amenaza para Europa y Rumanía, la Unión Soviética.[26]​ A continuación trató de crear un bloque de países neutrales y ofreció su mediación a Hitler para lograr la paz entre este y el bloque anglo-francés, oferta que fue rechazada.[26]​ La agrupación de naciones neutrales, que debía dirigir Italia, fracasó ante la renuencia búlgara a unirse a sus vecinos de la Entente de los Balcanes, previendo posibles ganancias territoriales por la guerra.[27]

    A principios de enero, el nuevo gobierno comienzó a liberar a los legionarios retenidos, en un gesto de acercamiento al Eje. En la primavera de 1940 ya se les animaba a entrar en el gobierno, se les concedía una amnistía[28]​ y Sima hizo un llamamiento a sus seguidores a unirse al nuevo partido creado por el rey tres días antes del ultimátum soviético (26 de junio de 1940) que obligó Rumanía a ceder Besarabia.[20]​ La previsible derrota de Francia a mediados de mayo hizo que Carol declarase al embajador alemán:[29] el futuro de Rumanía depende únicamente de Alemania. El 27 de mayo de 1940 se firmó el acuerdo entre alemanes y rumanos que establecía un intercambio de armamento alemán (principalmente material polaco capturado) a cambio de petróleo rumano a precios de 1938, lo que aumentaba el abastecimiento germano y frustraba los intentos de los occidentales de evitar su compra aumentando los precios, que Alemania no podía pagar por su falta de divisas.[28]​ El 21 de junio, un día antes de la rendición francesa, Carol creó un nuevo partido único, el Partido de la Nación, donde se integró la Guardia de Hierro.[30]

    Ante la exigencia soviética de entrega de Besarabia y del norte de Bucovina Carol decidió al principio enfrentarse a los soviéticos[30]​ pero, ante la negativa alemana a apoyarle, desistió y aceptó el ultimátum.[31]

    El mismo día que las tropas soviéticas entraron en la región cedida (28 de junio de 1940) la Guardia de Hierro ingresó en el gobierno.[20]

    Rumanía trató entonces de promulgar medidas antijudías y contrarias a los británicos para congraciarse con Alemania pero era demasiado tarde. En el Segundo arbitraje de Viena Rumanía se vio obligada a ceder a Hungría el norte de Transilvania y al poco el sur de la Dobruja a Bulgaria. La política del rey había fracasado.[20]

    Abdicación

    El 3 de septiembre de 1940 los legionarios se sublevaron en Bucarest, Braşov y Constanza. Triunfante en las provincias, el levantamiento fracasó en la capital, pero desencadenó grandes manifestaciones.[20]​ El rey se vio obligado a acudir al general Antonescu que, aunque crítico con el monarca, era el único que podía asegurarle el control del ejército, necesario para mantenerse en poder. Antonescu le concedió su apoyo a la vez que exigió su abdicación.[20]​ El 6 de septiembre de 1940 el rey cedió y partió al exilio junto a su amante en un tren cargado de objetos de valor.[20]​ Su hijo Miguel I fue nombrado sucesor.

    En el momento de su abdicación Carol era uno de los principales industriales del país, con acciones en 40 empresas y bancos rumanos y en algunos alemanes, como AEG o el Deutsche Bank.[32]

    Él y Magda Lupescu se casaron en Río de Janeiro el 13 de junio de 1947.

    Murió en el exilio en Portugal en 1953.

    En febrero de 2003, próximo a cumplirse el quincuagésimo aniversario de su muerte en el exilio, los restos del rey Carlos II, padre de Miguel I, fueron repatriados de Portugal y enterrados en el monasterio ortodoxo de Curtea de Arges.

    Distinciones honoríficas

    Ancestros


    Predecesor:
    Miguel I
    Rey de Rumanía
    1930-1940
    Sucesor:
    Miguel I

    Notas

    1. a b Haynes (2000), p. 7
    2. a b Easterman (1942), p. 34
    3. a b Easterman (1942), p. 36
    4. a b Easterman (1942), p. 37
    5. a b c d e f g h Veiga (1989), p. 106
    6. Easterman (1942), p. 38
    7. Roberts (1951), p. 101
    8. Roberts (1951), p. 102
    9. a b c d e Roberts (1951), p. 171
    10. a b Veiga (1989), p. 107
    11. a b c Roberts (1951), p. 172
    12. Roberts (1951), p. 173
    13. Roberts (1951), p. 174
    14. Roberts (1951), p. 175
    15. Roberts (1951), pp. 175, 176
    16. a b Roberts (1951), p. 189
    17. a b c Roberts (1951), p. 343
    18. a b Veiga (1989), p. 162
    19. a b Haynes (2000), p. 6
    20. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s Hans Rogger (Editor) Eugen Weber (Editor) (1974). The European Right. pp. 550-559. ISBN 978-0-520-01080-2
    21. a b c Haynes (2000), p. 47
    22. Haynes (2000), p. 84
    23. Haynes (2000), p. 53
    24. a b c Veiga (1989), p. 190
    25. Haynes (2000), p. 76
    26. a b Haynes (2000), p. 120
    27. Haynes (2000), p. 121
    28. a b Haynes (2000), p. 131
    29. Haynes (2000), p. 130
    30. a b Haynes (2000), p. 135
    31. Haynes (2000), p. 136
    32. Haynes (2000), p. 85

    Referencias

    • Easterman, Alexander L. (1942). King Carol, Hitler, and Lupescu (en inglés). Victor Gollancz Ltd. p. 272. OCLC 4769487. 
    • Haynes, Rebecca (2000). Romanian policy towards Germany, 1936-40 (en inglés). Palgrave Macmillan. ISBN 9780312232603. 
    • Roberts, Henry L. (1951). Rumania: Political Problems of an Agrarian State (en inglés). Yale University Press. p. 414. ISBN 9780208006516. 
    • Veiga, Francisco (1989). La mística del ultranacionalismo. Historia de la Guardia de hierro, Rumania, 1919-1941. Publicacions de la Universitat autònoma de Barcelona (Bellaterra). ISBN 9788474884975.