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Diferencia entre revisiones de «Racismo en Costa Rica»

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El racismo en la República de Costa Rica es un fenómeno propio del país.

Costa Rica se compone -según los datos del censo del 2011 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos-, de la siguiente manera: 83.63% blancos (incluyendo mestizos), 6.72% mulatos, 2.42% amerindios, 1.05% afros, 0.21% chinos, 5.95% otros o sin declarar. Es por esta razón que muchos costarricenses sienten que su país es un «enclave europeo» en una Centroamérica indígena, mestiza y pobre y comparten el sentimiento aislacionista que ha sido tradicional en la política exterior de sus gobiernos.[1]

La mayoría de las generaciones de costarricenses nacidos después de los años setenta son conscientes de las tres raíces básicas de los costarricenses: indígena, europea y africana, por lo cual los casos de racismo son mucho más aislados en esos sectores de la población.

Antecedentes

Costa Rica desde sus inicios como nación independiente ha recibido una inmigración masiva y muy notoria de personas de muchos países incluyendo inmigrantes de todos los continentes y siendo por mucho la colonia nicaragüense la población inmigrante más numerosa y que más ha crecido desde 1925, aunque seguida por la de origen colombiano lo cual en ocasiones se manifiesta en actitudes xenofóbicas especialmente hacia ciertas nacionalidades, aunque no hacia todas. Y en tercer lugar por la de origen estadounidense.

Las más claras manifestaciones de racismo se dan hacia las comunidades negra, indígena, judía y nicaragüense.[2]

Mientras que algunas autoridades políticas internas y externas lo denuncian como una situación endémica y grave del país que tiene repercusiones negativas importantes en las minorías étnicas, el gobierno niega que el racismo o la xenofobia sean verdaderos problemas en el país.

Algunos consideran que aunque ciertas actitudes del tico promedio pueden ser consideradas racistas, por la idiosincrasia y forma de ser del tico, rara vez estas actitudes derivarían en verdadera violencia o agresiones. Otros, en cambio, consideran que el racismo costarricense puede ser muy grave en cuanto a lo que se refiere a humillaciones públicas, chistes groseros y discriminación. Un caso sonado de violencia étnica fue el asesinato de indígenas y la violación de mujeres aborígenes de la zona de Talamanca por la fuerza especial de la policía denominada Comando Cobra. Incluso así, en décadas recientes no se registran agresiones físicas motivadas por odio racial o xenófobo.

El racismo costarricense y su visión euro céntrica no es nueva, deriva de una actitud generalizada que tenía Costa Rica desde la Colonia,[3]​ que puede ser vista en las posturas racistas del afamado científico costarricense Clodomiro Picado, quien abogaba públicamente por mantener la pureza racial europea costarricense y evitar la mezcla con los negros.[4]​ Picado nació en Nicaragua de padres españoles-costarricenses.

En carta dirigida al historiador Ricardo Fernández Guardia, la cual circuló en el Diario de Costa Rica del 20 de mayo de 1939, Picado (quien gozaba de un gran prestigio como científico, académico e intelectual) dice:

¡NUESTRA SANGRE SE ENNEGRECE!, y de seguir así, del crisol no saldrá un grano de oro sino un pedazo de carbón. Puede que aún sea tiempo de rescatar nuestro patrimonio sanguíneo europeo que es lo que posiblemente nos ha salvado hasta ahora de caer en sistemas de africana catadura, ya sea en lo político o, ya en aficiones que remedan el arte o la distinción, en tristes formas ridículas Quizás Ud. cuya voz prestigiada es oída por los humanistas de valer que aún quedan en estas regiones, logre ayudar a señalar el precipicio hacia el cual nos encaminamos.
Dr. Clodomiro Picado[5]

Racismo contra los negros

Clodomiro Picado

Si bien hubo población negra traída desde la época de la colonia española en calidad de esclavos, la mayor parte de la comunidad negra llegó a Costa Rica a finales del siglo XIX y principios del XX traída de Jamaica y como mano de obra barata que trabajara en la construcción del Ferrocarril al Pacífico. Debido a esto la mayoría de los afrocostarricenses tienen nombres y apellidos anglosajones, suelen ser de religión protestante y hablan inglés o limonense criollo. No obstante, los negros costarricenses no tenían igualdad de derechos, pues se les prohibía salir del área de Limón (una forma de segregación racial similar al apartheid que existió en Estados Unidos o Sudáfrica) y recién en 1948 ―tras la revolución― se les otorgó igualdad de derechos así como libertad de tránsito. No obstante, hasta la fecha, la provincia de Limón (donde la población negra es mayoritaria) es la más pobre del país, según algunos por abandono del Gobierno central.[6]

Existe en Costa Rica un estereotipo social asociado a los negros de que son perezosos y no les gusta trabajar. Las exdiputadas Yalile Esna y Epsy Campbell Barr han denunciado que las actitudes racistas de los costarricenses pueden ser muy nocivas para los costarricenses negros. Un caso muy conocido se dio cuando durante un partido de fútbol de primera división los hinchas del equipo contrario al del jugador negro Try Beneth, comenzaron a insultarlo y a hacer sonidos imitando a los monos.[7]​ A partir de los años noventa y gracias al papel protagónico que han tenido los afrocostarricenses dentro de la política y el deporte, el racismo y bromas hacia los negros han ido en baja, igual existen un gran porcentaje de costarricenses mulatos o afromestizos que desconocen sus raíces y muchas veces se autodescriben como mestizos o inclusive blancos. El conocimiento real de las raíces costarricenses se da más en las nuevas generaciones.[8]​ Círculos más conservadores prefieren mantener el mito vivo, a pesar de los estudios genéticos hechos en toda América Latina que comprueban el mestizaje presente incluso en regiones de inmigración masiva europea como Argentina y Uruguay.

Xenofobia

En Costa Rica, existe xenofobia por parte de ciertos sectores hacia las personas con rasgos indígenas o visiblemente más mestizos que el promedio costarricense, mientras el gobierno de Costa Rica niega que la xenofobia sea un problema, la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos de Centroamérica denunció al país porque sus autoridades incurren en actitudes presuntamente xenofóbicas, aunque la denuncia fue eventualmente desestimada.[9]​ El gobierno de Costa Rica ha iniciado programas para fomentar la prosperidad económica de la población emigrante más pobre, como la nicaragüense.[10]

Racismo contra los nicaragüenses

El número de nicaragüenses en Costa Rica es de 287 766 personas (siendo el 74.6 % del total de inmigrantes residentes, calculado en 385 899 extranjeros),[11]​ constituyendo el grupo más numeroso de inmigrantes.

Muchos de ellos viven en la zona fronteriza con Nicaragua, debido al auge de actividades agrícolas, área en la que se emplean mayoritariamente. El nivel de mayor crecimiento de la población nicaragüense en Costa Rica inició a partir de los años ochenta, cuando dicho país estaba en guerra interna.

La mayoría de inmigrantes nicaragüenses lo hacen por motivos económicos. Nicaragua es el segundo país más pobre del hemisferio occidental después de Haití, mientras que Costa Rica aunque es un país en vías de desarrollo, es uno de los países más ricos de Latinoamérica, si se considera el PIB a precios nominales per cápita (tan solo detrás de Uruguay, Chile y Brasil) con un porcentaje de pobreza del 18 % (mientras en Nicaragua ronda el 42.7%). La mayoría de los inmigrantes nicaragüenses emigran para trabajar en labores de mano de obra no calificada (guardas, peones de construcción, jornaleros, recolectores de café, empleadas domésticas, etc.), sin que esto implique que no haya algunos que buscan empleo como técnicos o profesionales calificados.[12]

Según el Instituto de Estudios Sociales en Población de la Universidad Nacional de Costa Rica, la mayoría de los nicaragüenses en Costa Rica inmigra en edades comprendidas entre 20 y 40 años, lo que significa que Nicaragua sigue exportando mano de obra vital que puede utilizar para su desarrollo. «Son una mina de oro. Es una población saludable en edad laboral».[13]​ El 49 % de los nicaragüenses tienen nivel de escolaridad primaria y el 35 % de secundaria. El 6.5 % es graduado universitario y el 9.5 % ninguno. «Emigran los que tienen más posibilidades o los que tienen algún grado académico».[14]

Una serie de estereotipos en la sociedad costarricense son asociados a los nicaragüenses, por ejemplo, que son tontos o de muy poca educación. Los famosos «chistes de nicas» son chistes donde usualmente el nicaragüense es presentado como tonto, virtualmente idénticos a los chistes de gallegos en Argentina o a los chistes de yucatecos en México.

Otro estereotipo asociado a los nicaragüenses es que son delincuentes, imagen a veces exacerbada por los medios. Si bien un cierto porcentaje de los inmigrantes delinquen, difícilmente podría ser creíble que la mayoría de los cientos de miles de nicaragüenses delincan. Estadísticamente los nicaragüenses en Costa Rica no tienen un margen de delincuencia mayor que cualquier otro grupo étnico, incluyendo al costarricense. Muchos nicaragüenses viven en barrios marginales de la ciudad, como La Carpio, donde por condiciones de hacinamiento se da cierta delincuencia.[15]

Durante los años noventas surgió incluso el Partido Patriótico Nacional de ideología xenófoba y anti-inmigrantes que tenía como una de sus principales temáticas de campaña el combate a la inmigración nicaragüense y a su población en el país, el partido nunca obtuvo más del 1% de los votos ni logró elegir diputados o cargo alguno de elección popular.

Las disputas fronterizas entre Costa Rica y Nicaragua en lo que se refiere al río San Juan e Isla Calero han incrementado sentimientos antinicaragüenses en Costa Rica, a pesar de que muchos emigrantes nicaragüenses son críticos del gobierno de Daniel Ortega.[16]

Hacia los dominicanos

La xenofobia, sin embargo, no se enfoca solo hacia los nicaragüenses. La mala fama de delincuentes también es compartida por los inmigrantes dominicanos, imagen reforzada por los medios. La llamada Tierra Dominicana (barrio de comercios y viviendas dominicanas) es presentada por los medios como un lugar de gran peligrosidad.[17][18][19][20][21]

Hacia los colombianos

A los refugiados colombianos usualmente se les asocia con ser narcotraficantes, imagen reforzada por las populares «narconovelas». En el caso de las mujeres, existe el estereotipo en Costa Rica de que las colombianas son promiscuas y ejercen la prostitución,[22]​ esto debido a que un número importante de inmigrantes colombianas trabajan en burdeles y night clubes tanto voluntariamente como víctimas de la trata de personas. La imagen de la mujer colombiana como prostituta ha sido reforzada por telenovelas como Sin tetas no hay paraíso.[23]

Hacia los asiáticos

También existen estereotipos asociados hacia los orientales. Usualmente el término «chino» que se utiliza para toda la población oriental aunque sean japoneses, coreanos, etc. Los estereotipos sociales hacia los inmigrantes orientales usualmente se relacionan con la tenencia de negocios y restaurantes y el consumo de animales domésticos como gatos, perros y ratas en sus comidas.[24]

Durante el Censo del 2011, dentro de las categorías de grupos étnicos no existía la opción «asiático»: cualquier persona inmigrante asiática o descendiente de asiáticos, sin importar su país de procedencia, debía catalogarse como «chino».

Hacia los indígenas

La comunidad indígena costarricense tiene números muy reducidos y vive mayormente en zonas rurales, la mayoría de los costarricenses no están en contacto con indígenas, y algunos pueden pasar toda su vida sin conocer uno. Debido a esto, la existencia en Costa Rica de estereotipos sociales negativos asociados a los indígenas no es tan marcada, al menos no en el nivel que existe hacia negros e inmigrantes visiblemente más mestizos. Incluso así los indígenas han sido un pueblo asolado por la pobreza extrema y la marginación, en parte debido al abandono del gobierno.[25]

Sus territorios son los más pobres del país y no fue hasta los años ochenta que tuvieron cédulas de identidad (y por ende, derecho a votar y acceder a otros derechos ciudadanos elementales).[26]

Antisemitismo

Actividad nazi en el Club Alemán en Costa Rica en los años 30

Desde los años treinta hubo un número importante de costarricenses y alemanes radicados en Costa Rica simpatizantes del fascismo y del nacionalsocialismo,[27]​ sin embargo, el país apoyó a los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial. El presidente del Partido Nazi de Costa Rica en aquella época era el costarricense de origen alemán Max Effinger, quien fue nombrado asesor de inmigración en el gobierno de León Cortés.[28]

Los presidentes León Cortés y Otilio Ulate fueron rabiosos antisemitas, según se desprende de la investigación El judío en Costa Rica, de Jacobo Schifter, Lowell Gudmundson y Mario Solera.

Sobre León Cortés se dice que:

Con la administración de León Cortés (1936-1940) se acusó a la anterior de haber permitido “durante largo tiempo el ingreso de todos los extranjeros al país sin llenar los más importantes requisitos”. El gobierno de Cortés con tal de parar este “atropello” tomó medidas para restringir el ingreso de polacos, cosa que culminó con el cierre total de la inmigración.
Cortés, quien mandaría a su hijo a estudiar a Alemania, nombraría luego al presidente del Partido Nazi de Costa Rica, Max Effinger, como su asesor en cuestión de migración. Effinger rechazaría las solicitudes de ingreso de judíos porque estos no “eran de la raza aria”. Su gobierno se sumó a la política de cierre de fronteras que se hizo común en toda América Latina, con las únicas excepciones de República Dominicana, Bolivia y Ecuador.

Sobre Otilio Ulate:

El frente antijudío estaba liderado no por Effinger sino por el periodista Otilio Ulate, que desde su periódico, el Diario de Costa Rica, publicaba todo tipo de propaganda antisemita. A los judíos su periódico les acusaba desde arruinar al comercio establecido, de diseminar las ideas comunistas, de practicar una religión satánica, hasta adulterar la leche que vendían a los niños costarricenses. Esta campaña llegó a los extremos de que los judíos eran detenidos y obligados a mostrar sus mercancías con el fin de descubrir la propaganda comunista. En otras ocasiones, se les gritaba improperios en sus negocios o se hacían pintas en sus casas.

También se apunta antisemitismo por parte de Rafael Ángel Calderón Guardia:

Las cosas empeorarían con la administración de Calderón Guardia (1940-1944). La nueva administración acusó ahora a la de Cortés de haber permitido “la mayor invasión polaca a Costa Rica… el 80 % de esos elementos ingresaron en forma irregular al país”. Con estas afirmaciones y respondiendo a una interpelación por parte de 120 comerciantes nacionales, el gobierno de Calderón Guardia, procedió al establecimiento de la llamada Comisión Investigadora, desatando una campaña antijudía más intensa. La racionalización para establecer dicha comisión, según el periódico La Tribuna, era que “todos los países, menos el nuestro, defiende su comercio de la competencia de gente trashumantes, sin arraigo en nuestra sociedad que van por el mundo sin más norte que el de buscar la riqueza allí donde se encuentren, sin importarles un pito la nación, ni sus instituciones, ni el el pueblo del que viven y del que se ausentan en cualquier momento para ir a plantar su tienda en la latitud que encuentran más propicia para la realización de su sueño de hacer dinero, dinero y más dinero”.
Calderón compartió esta opinión, diciendo en su discurso inaugural del 8 de mayo de 1940, que “el comercio debe ser empresa de personas arraigadas en el país, para evitar la posibilidad de competencia desleal que en la práctica se ha mostrado como el mayor estrago para la prosperidad de los costarricenses”. Al mismo tiempo, se anunció que “todos los polacos mayores de 16 años que no se hubieran presentado ante la comisión investigadora serían declarados en rebeldía”.
La reacción de la Cámara de Comercio fue acogida en el Congreso de la República y desembocó en el establecimiento de una comisión especial investigadora de polacos.
Los llamados “ciudadanos polacos” fueron obligados a declarar, y se les elaboraba una ficha centrada en datos de la condición migratoria. La investigación se refería a “polacos”, pero empadronaron igualmente a los judíos provenientes de países como Alemania, Austria y Rusia. Con el voto salvado del diputado Benavides, la recomendación mayoritaria de la Comisión fue esta: deportar al grueso de los investigados después de la Segunda Guerra Mundial.
Rafael Ángel Calderón Guardia (1940-1944), desechó la recomendación de la Comisión. No lo hizo necesariamente por simpatía con los judíos de Costa Rica, sino para congraciarse con la política de los Estados Unidos y sus aliados, enfrentados a la Alemania nazi.

La llegada al poder de Teodoro Picado Michalski, católico pero hijo de una madre polaca, mejoró considerablemente la situación. Picado detuvo la persecución a los judíos. Sin embargo, las posteriores elecciones en 1948 entre Otilio Ulate y Rafael Ángel Calderón (del mismo partido que Picado) terminaron en disputas de fraude electoral mutuas que causaron la Guerra Civil del 48. Los judíos habían sido vistos como afines al gobierno de Picado y Calderón, y hostiles al bando revolucionario de Ulate (que era antisemita).

Aunque José Figueres prometió a la comunidad judía que no compartía el antisemitismo de Ulate, en 1948, el día en que las fuerzas liberacionistas entraron en San José, la sinagoga judía fue incendiada. No había ninguna razón para esperar que el ahora presidente de facto fuera favorable a los judíos. Aunque la comunidad no había participado de ningún lado en la Guerra Civil, la relación con el depuesto presidente Picado había sido buena. No obstante, Figueres mostraría que no tendría resentimientos y que más bien terminaría con el antisemitismo en la vida política de su partido, Liberación Nacional, de tendencia social demócrata. Pero esto no sería hasta 1953 porque en un año tendría que entregarle el poder al presidente electo de Costa Rica, Otilio Ulate.

A pesar del cambio de alianza bajo el gobierno de Calderón en la Segunda Guerra Mundial los prejuicios antisemitas se mantenían:

En la Conferencia de Evian (Francia, 1938), promovida por los Estados Unidos ante las oleadas migratorias judías en Europa, la posición de Costa Rica (en voz del maestro y representante en Francia, Luis Dobles Segreda) fue terminante: impedir el arribo de “elementos indeseables, peligrosos”, de “gentes maleantes cuyo ingreso está cerrado por leyes prudentísimas”. El fantasma nazi pudo ser ahuyentado, pero no los propios espectros.
Artículo de La Nación[cita requerida]

En los años sesenta surge el Movimiento Costa Rica Libre, organización paramilitar de extrema derecha encargada de la represión de manifestaciones, huelgas y protestas de campesinos, trabajadores, estudiantes y disidentes políticos (especialmente de izquierda) que se ensañó particularmente con los inmigrantes nicaragüenses, pero que además mantenía una ideología antisemita y antisionista.[29]​ Existen en Costa Rica una serie de grupúsculos neonazis radicales con poco o ningún protagonismo en la política nacional.[30]

Durante la segunda ronda de la campaña electoral de 2002 tras el enfrentamiento entre el entonces candidato y eventual presidente de la República, Abel Pacheco y el entonces candidato a vicepresidente Luis Fishman Zonzinski, Fishman aseguró que tras ser expulsado de las filas pachequistas, Pacheco y colaboradores hicieron comentarios antisemitas.[31]

El más reciente caso de una figura política importante cuyas declaraciones fueron acusadas de antisemitismo fueron las del diputado Manrique Oviedo en el período 2010-2013. Oviedo acusó al entonces vicepresidente de la República Luis Liberman de beneficiar a sus correligionarios judíos en una red de corrupción.[32]​ Dichas declaraciones fueron condenadas por las bancadas de los principales partidos políticos (incluyendo el partido de Oviedo),[33]​ por la comunidad judía costarricense que emitió un comunicado por medio del Centro Israelita y por el Consejo de Gobierno de ese período.[34][35]

Proliferación del neonazismo

Desde el 2003 diferentes grupos radicales de extrema derecha abiertamente neonazis han proliferado.

El primero en hacerse conocido mediante un reportaje en La Nación fue el Partido Nacional Socialista Costarricense.[36]​de inspiración boneheads.

Otros grupos resurgidos después son la Juventud Nacional Socialista Costarricense y el Nuevo Orden Social.[cita requerida] Según algunos analistas,[cita requerida] los skinheads ticos están apoyados financieramente por la vieja ultraderecha del Movimiento Costa Rica Libre uno de los principales grupos paramilitares de extrema derecha con tendencias xenofóbicas que agredía a la colonia inmigrante nicaragüense, aunque existieron otros. En la actualidad, el MCRL aboga por una posición dura y militarista en el tema de Isla Calero y hacia los nicaragüenses en general.[37]

Las organizaciones neonazis costarricenses son abiertamente antinicaragüenses,[38]​ pero también mantienen una posición de odio y rechazo hacia judíos, negros, colombianos, dominicanos, comunistas y homosexuales.

Durante 2012 se despidió a un miembro de la Fuerza Pública de Costa Rica por sus posturas neonazi y documentar en las redes sociales imágenes utilizando el uniforme oficial y las instalaciones del cuerpo policial. Lo que deja claro la existencia y expansión de grupos radicales de extrema derecha en Costa Rica, que de manera silenciosa se han extendido y vinculado a la Fuerza Pública costarricense.[39][40]

Véase también

Referencias

  1. Torre, Daniela: Tesina sobre xenofobia en Costa Rica (febrero de 2007), en el sitio web Julia Ardón.
  2. Artículo sobre el racismo en el sitio web Vuelta en U.
  3. Dobles, Aurelia: «Mitos de fundación y autoengaño». En el suplemento cultural Áncora del diario La Nación (San José) del 6 de octubre de 1996.
  4. Artículo del escritor y activista costarricense Quince Duncan (1940).
  5. Carta de Clodomiro Picado, en el sitio web Collaborations Denison.
  6. Biografía de Quince Duncan en el sitio web IIDH (Instituto Interamericano de Derechos Humanos).
  7. Murillo, Álvaro: «Voto blanco, voto negro. ¿Racismo en Costa Rica?». En el diario El País (Madrid) del 16 de marzo de 2009.
  8. Gudmundson, Lowell: «El Día de las Culturas y las raíces de los costarricenses. Los mulatos y las naciones en Centroamérica». En diario La Nación (San José) sin fecha, presumiblemente de 1999.
  9. Codehuca: «Hay racismo en Costa Rica. Las autoridades realizan redadas contra nicaragüenses, estén o no legales». En El Nuevo Diario (Managua) del 16 de marzo de 2002.
  10. Notimex: «Adaptarán plan proinmigrantes en barrios marginales costarricenses». En Noticias Yahoo (1 de julio de 2011).
  11. Bravo, Josué: «No son tantos nicas en Costa Rica: censo tico bota mitos sobre la migración nicaragüense». En el diario La Prensa (Managua), del 27 de septiembre de 2012.
  12. Murillo, Álvaro: «¿Xenofobia en Costa Rica? No ha lugar». En el diario El País (Madrid) del 15 de marzo de 2007.
  13. Róger Bonilla, investigador costarricense del Instituto de Estudios Sociales en Población de la Universidad Nacional de Costa Rica.
  14. Carlos Sandoval, sociólogo costarricense del Instituto de Estudios Sociales en Población de la Universidad Nacional de Costa Rica.
  15. Agencia EFE (Ginebra, Suiza): «Costa Rica carece de políticas públicas contra racismo». En el sitio web Radio La Primerísima (31 julio de 2007).
  16. El Socialista Centroamericano: «¡Alto a la confrontación entre Costa Rica y Nicaragua: el río San Juan es centroamericano!». En el sitio web El Soca (7 de noviembre de 2010).
  17. «Costa Rica llama sinvergüenzas a dominicanos». en el sitio web Levar (octubre de 2009).
  18. Artículo en el Diario Extra (9 de octubre de 2009).
  19. Artículo en el diario Listín.
  20. Artículo en el sitio web Teletica.
  21. Artículo en el diario Al Día de octubre de 2009.
  22. «El mito de las colombianas». 
  23. Duncan, Quince. «Génesis y evolución del racismo real-doctrinario». Instituto Interamericano de Derechos Humanos. 
  24. Solano Salazar, Elizabeth. La población indígena en Costa Rica según el censo 2000. 
  25. Carballo, José. Los grupos indígenas costarricenses. 
  26. Jiménez, María Fernanda. Situación General de los Indígenas en Costa Rica. 
  27. Arias Mora, Dennis (1 de junio de 2008). «El fantasma nazi». La Nación - Ancora. 
  28. Schifter, Jacobo; Acuña, Olda (2009). Antisemitismo en Costa Rica: una comparación con Alemania. 
  29. «Neonazis en Costa Rica». Tribuna Democrática. mayo de 2008. 
  30. «Artículo». Nuevo Orden. 
  31. «Nacionales». Diario Extra. 28 de abril de 2006. 
  32. Araya, Alexandra (17 de septiembre de 2013). «Comunidad judía repudia declaraciones ‘antisemitas’ de diputado Manrique Oviedo». La Nación. 
  33. Sequeira, Aarón (17 de septiembre de 2013). «Diputado del PAC Manrique Oviedo se ganó regaños por discurso antisemita». La Nación. 
  34. «Candidato y fundador del PAC cuestionaron a Manrique Oviedo por discurso antisemita». La Nación. 
  35. «Consejo de gobierno rechaza comentarios antisemitas de diputado del PAC». CRHoy. 
  36. Herrera, Mauricio (9 de noviembre de 2003). «Aparece grupo neonazi en Costa Rica». La Nación. 
  37. Asociación Movimiento Costa Rica Libre (2011). «Comunicado». 
  38. Juventud NS Costarricense. http://juventudnscostarricense.blogspot.com/p/httpwidgetmeebocomns.html.  Falta el |título= (ayuda)
  39. Delgado, David (17 de abril de 2012). «Fotos de policía fumando y con símbolos nazis causan revuelo». La Nación. 
  40. Guerrero, Eugenio (12 de abril de 2012). «“Policía nazi” ya era investigado por causas menores». CRHoy.