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En [[1875]] nació su cuarto hijo, Aleksei, y el matrimonio decidió volver a San Petersburgo. Durante esa época vivieron del dinero que obtenían por ''El adolescente''. Mientras tanto, Dostoyevski continuaba escribiendo material para ''Diario de un escritor'' y frecuentaba con asiduidad reuniones literarias, donde se encontraba y debatía con viejos amigos y enemigos.<ref>Dostoyévskaia, Anna Grigórievna (1978). Op. Cit., pp. 176-179</ref> En [[1877]], las publicaciones de ''Diario de un escritor'' tuvieron gran éxito y, aunque el autor estaba muy satisfecho tanto de los resultados materiales como de la simpatía que el público manifestaba en su correspondencia, sentía la gran necesidad de crear algo nuevo. Esta necesidad hizo que decidiera interrumpir durante dos o tres años la publicación de la revista para ocuparse de una nueva novela. A fin de año, en su libreta de apuntes, se leía:
En [[1875]] nació su cuarto hijo, Aleksei, y el matrimonio decidió volver a San Petersburgo. Durante esa época vivieron del dinero que obtenían por ''El adolescente''. Mientras tanto, Dostoyevski continuaba escribiendo material para ''Diario de un escritor'' y frecuentaba con asiduidad reuniones literarias, donde se encontraba y debatía con viejos amigos y enemigos.<ref>Dostoyévskaia, Anna Grigórievna (1978). Op. Cit., pp. 176-179</ref> En [[1877]], las publicaciones de ''Diario de un escritor'' tuvieron gran éxito y, aunque el autor estaba muy satisfecho tanto de los resultados materiales como de la simpatía que el público manifestaba en su correspondencia, sentía la gran necesidad de crear algo nuevo. Esta necesidad hizo que decidiera interrumpir durante dos o tres años la publicación de la revista para ocuparse de una nueva novela. A fin de año, en su libreta de apuntes, se leía:


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Pero existían temas de mayor urgencia: [[Nekrásov]], amigo de Dostoyevski, el primero en reconocer su talento con ''Pobres gentes'' y que más tarde editaría ''El adolescente'', se encontraba muy enfermo. Una de las veces que fue a verlo, el poeta le leyó una de sus últimas composiciones, ''Los infelices'' y le dijo a Dostoyevski: «''La escribí para usted''».<ref>Dostoyévskaia, Anna Grigórievna (1978). Op. Cit., p. 187.</ref> El poeta murió a finales de 1877 y, en ocasión de su entierro, Dostoyevski pronunció un emotivo discurso, que más tarde ampliaría e incluiría en el último número de ''Diario de un escritor'' de ese año, dividido en cuatro capítulos: ''La muerte de Nekrásov''; ''Pushkin, Lermontov y Nekrásov''; ''El poeta y el ciudadano: Nekrásov hombre''; y ''Un testigo a favor de Nekrásov''. Al dolor de Dostoyevski por esta pérdida se le agregaría, al año siguiente, el causado por la muerte de su hijo Aleksei. El niño fue sepultado en el cementerio de [[Bolsaia Ochta]].
Pero existían temas de mayor urgencia: [[Nekrásov]], amigo de Dostoyevski, el primero en reconocer su talento con ''Pobres gentes'' y que más tarde editaría ''El adolescente'', se encontraba muy enfermo. Una de las veces que fue a verlo, el poeta le leyó una de sus últimas composiciones, ''Los infelices'' y le dijo a Dostoyevski: «''La escribí para usted''».<ref>Dostoyévskaia, Anna Grigórievna (1978). Op. Cit., p. 187.</ref> El poeta murió a finales de 1877 y, en ocasión de su entierro, Dostoyevski pronunció un emotivo discurso, que más tarde ampliaría e incluiría en el último número de ''Diario de un escritor'' de ese año, dividido en cuatro capítulos: ''La muerte de Nekrásov''; ''Pushkin, Lermontov y Nekrásov''; ''El poeta y el ciudadano: Nekrásov hombre''; y ''Un testigo a favor de Nekrásov''. Al dolor de Dostoyevski por esta pérdida se le agregaría, al año siguiente, el causado por la muerte de su hijo Aleksei. El niño fue sepultado en el cementerio de [[Bolsaia Ochta]].

Revisión del 03:27 14 dic 2009

Fiódor Dostoyevski

Fiódor Dostoyevski. Retrato por Vasili Perov, 1872
Información personal
Nombre en ruso Фёдор Михайлович Достоевский Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 30 de octubre de 1821jul. Ver y modificar los datos en Wikidata
Moscú (Gobernación de Moscú, Imperio ruso) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 28 de enero de 1881jul. Ver y modificar los datos en Wikidata
San Petersburgo (Gobernación de San Petersburgo, Imperio ruso) Ver y modificar los datos en Wikidata
Causa de muerte Epilepsia y enfisema pulmonar Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Cementerio Tíjvinskoie Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Rusia
Religión Iglesia ortodoxa rusa Ver y modificar los datos en Wikidata
Lengua materna Ruso Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Padres Mijaíl Andréyevich Dostoievski Ver y modificar los datos en Wikidata
Maria Fiodorovna Dostoievskaia Ver y modificar los datos en Wikidata
Cónyuge
Educación
Educado en
  • Universidad de Ingeniería Técnica Militar
  • Escuela de ingeniería de Nikolaev Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Novelista
Años activo 1844-1880
Empleador Academia de Ciencias de San Petersburgo Ver y modificar los datos en Wikidata
Movimiento Realismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Seudónimo Д., Друг Кузьмы Пруткова, Зубоскал, —ий, М., Летописец, М-ий, Н. Н., Пружинин, Зубоскалов, Ред., Ф. Д. y N.N. Ver y modificar los datos en Wikidata
Género Novela
Obras notables
Lealtad Imperio ruso Ver y modificar los datos en Wikidata
Sitio web fedordostoevsky.ru Ver y modificar los datos en Wikidata
Firma

Fiódor Mijáilovich Dostoyevski (Фёдор Михайлович Достоевский /ˈfʲodər mʲɪˈxajləvʲɪtɕ dəstɐˈjɛfskʲɪj/ escuchar; en castellano a veces transliterado Dostoievski o Dostoyevsky) (Moscú, 30 de octubrejul./ 11 de noviembre de 1821greg.San Petersburgo, 28 de enerojul./ 9 de febrero de 1881greg.) fue un novelista ruso del siglo XIX.

La literatura de Dostoyevski explora la psicología humana en el complicado contexto político, social y espiritual de la sociedad rusa del siglo XIX. Es considerado uno de los escritores más grandes de la literatura rusa y mundial. Walter Kaufmann citó las Memorias del subsuelo (1864), escritas en la amarga voz del anónimo «hombre subterráneo», como «la mejor obertura para el existencialismo jamás escrita».[4]​ En el mismo sentido, el prestigioso intelectual y escritor austríaco Stefan Zweig consideró al escritor ruso como «el mejor conocedor del alma humana de todos los tiempos».[5]​ Asimismo, se le incorpora en la lista de los mejores y más influyentes escritores de la historia, al lado de Homero, Dante, Shakespeare o Cervantes. En una lista elaborada por el Instituto Nobel y el Club del Libro Noruego con la participación de cien prestigiosos escritores de 54 países diferentes sobre cuál es la mejor obra de la historia, Dostoyevski era el escritor con más obras, con un total de cuatro, las correspondientes a sus grandes novelas.[6]

Cabe resaltar la influencia ejercida sobre Nietzsche, quien afirmó: «Dostoyevski, el único psicólogo, por cierto, del cual se podía aprender algo, es uno de los accidentes más felices de mi vida, más incluso que el descubrimiento de Stendhal».[7]

Vida

Primeros años

Hospital Mariinski de Moscú donde nació Dostoyevski.

Fiódor fue el segundo de los siete hijos nacidos del matrimonio de Mijaíl Dostoyevski y su esposa María Fiódorovna. Un padre autoritario, médico en el hospital para pobres Mariinski en Moscú, y una madre vista por sus hijos como un refugio de amor y protección marcaron el ambiente familiar en la infancia de Dostoyevski.[8]​ La temprana muerte de la madre por tuberculosis en 1837 sumió al padre en la depresión y el alcoholismo, lo que provocó que finalmente Fiódor y su hermano Mijaíl fueran enviados a la Escuela de Ingenieros Militares de San Petersburgo, lugar en el que el joven Fiódor comenzaría a interesarse por la literatura.[8]

En 1839, cuando tenía dieciocho años, le llegó la noticia de que su padre había fallecido. Los siervos mancomunados de Mijaíl Dostoyevski (hidalgo de Darovóye), enfurecidos tras uno de sus brutales arranques de violencia provocados por la bebida, le inmovilizaron y le hicieron beber vodka hasta que murió ahogado.[9]​ Otra historia sugiere que Mijaíl murió por causas naturales, pero que un terrateniente vecino suyo inventó la historia de la rebelión para comprar la finca a un precio más reducido.[10][9]​ En parte, Fiódor se culpó posteriormente de este hecho por haber deseado la muerte de su padre en muchas ocasiones.[11]Sigmund Freud se fijó en estos hechos para redactar su famoso artículo Dostoyevski y el parricidio (1928).[12]

Dostoyevski sufría de epilepsia y su primer ataque ocurrió cuando tenía nueve años.[13]​ Los ataques epilépticos ocurrieron esporádicamente durante su vida y se cree que esas experiencias formaron las bases para la descripción de la epilepsia del príncipe Myshkin en su novela El idiota y la de Smerdiákov en Los hermanos Karamázov.

Los comienzos de su carrera literaria

Fiódor Dostoyevski como ingeniero militar.

En la Academia de Ingeniería Militar de San Petesburgo, Dostoyevski aprendió matemáticas. También estudió la literatura de Shakespeare, Pascal, Victor Hugo y E.T.A. Hoffmann y, a pesar de enfocarse en otras áreas, rindió bien en los exámenes de matemáticas y fue ascendido a alférez ingeniero de campo.[8]​ Ese mismo año, escribió dos obras teatrales románticas, influenciado por el poeta romántico alemán Friedrich Schiller. Estas obras eran María Estuardo y Borís Godunov, pero no fueron preservadas. Dostoyevski se describía como un «soñador» en su juventud y en esa época admiraba a Schiller.[14]​ En 1843, acabó sus estudios de Ingeniería, adquirió el grado militar de subteniente y se incorporó a la Dirección General de Ingenieros en San Petersburgo.

En 1844, Honoré de Balzac visitó San Petersburgo y Dostoyevski, como muestra de admiración, decidió traducir Eugenia Grandet para saldar una deuda de 300 rublos con un usurero. Esta traducción despertaría su vocación y poco después de terminarla pidió la excedencia del ejército con la idea de dedicarse exclusivamente a la literatura.[8]​ Ese mismo año dejó el ejército y empezó a escribir la novela epistolar Pobres gentes, obra que le proporcionaría sus primeros éxitos de crítica y, fundamentalmente, el reconocimiento del crítico literario Belinski. La obra fue editada en forma de libro al año siguiente, convirtiendo a Dostoyevski en una celebridad literaria a los 24 años. En esta misma época comenzó a contraer algunas deudas y a sufrir con más frecuencia ataques epilépticos. Sin embargo, las novelas que siguen: El doble (1846), Noches blancas (1848) y Niétochka Nezvánova (1849), no tuvieron el éxito de la primera y sufrieron críticas muy negativas, lo que sumió a Dostoyevski en la depresión.[10]​ En esta época entró en contacto con ciertos grupos de ideas utópicas, llamados nihilistas, que buscaban la libertad del hombre.[15][16]

El exilio en Siberia

Dostoyevski fue arrestado y encarcelado el 23 de abril de 1849 por formar parte de un grupo intelectual liberal llamado el Círculo Petrashevski bajo el cargo de conspirar contra el zar Nicolás I. Después de ver las revoluciones de 1848 en Europa, el zar Nicolás I se mostró reacio a cualquier tipo de organización clandestina que pudiera colocar a su autocracia en peligro.

El 16 de noviembre, Dostoyevski y otros miembros del Círculo Petrashevsky fueron condenados a muerte por participar en actividades antigubernamentales. El 22 de diciembre, los prisioneros fueron llevados al patio de la prisión para su fusilamiento; Dostoyevski tenía que situarse frente al pelotón de fusilamiento e incluso escuchar sus disparos con los ojos vendados, pero su pena había sido conmutada por cinco años de trabajos forzados en Omsk, Siberia. Durante esta época los ataques epilépticos fueron en aumento. Años más tarde, Dostoyevski le describiría a su hermano los sufrimientos que atravesó durante los años que pasó «silenciado dentro de un ataúd».[17]​ Describiendo el cuartel donde estuvo, el cual según sus propias palabras «debería haber sido demolido años atrás», escribió:

{{Cita|En verano, encierro intolerable; en invierno, frío insoportable. Todos los pisos estaban podridos. La suciedad en los pisos tenía una pulgada de grosor; uno podía resbalar y caer... Éramos apilados como anillos de un barril... Ni siquiera había lugar para dar la vuelta. Era imposible no comportarse como cerdos, desde el amanecer hasta el atardecer. Pulgas, piojos, y escarabajos por celemín.[18]

Fue liberado en 1854 y se reincorporó al ejército como soldado raso, lo que constituía la segunda parte de su condena. Durante los siguientes cinco años estaría en el Séptimo Batallón de línea acuartelado en la fortaleza de Semipalátinsk en Kazajistán. Mientras se encontraba allí, comenzó una relación con Mariya Dmítrievna Isáyeva, la esposa de un conocido suyo en Siberia. Se casaron en febrero de 1857 después de la muerte de su esposo. Ese mismo año, el zar Alejandro II decretó una amnistía que benefició a Dostoyevski, recuperando el autor su título nobiliario y obteniendo el permiso para continuar publicando sus obras.[8]

Al final de su estadía en Kazajistán, Dostoyevski era ya un cristiano convencido. Se convirtió en un agudo crítico del nihilismo y del movimiento socialista de su época y en parte dedicó tiempo después sus libros Los endemoniados y Diario de un escritor a criticar las ideas socialistas.[19]​ Las críticas a estas ideas se fundamentaban en la creencia de que quienes las pregonaban no conocían al pueblo ruso y de que no era posible trasladar un sistema de ideas de origen europeo a la Rusia de entonces, de la misma forma en que no era posible adoptar las doctrinas de una institución occidental como la Iglesia Católica Romana por un pueblo esencialmente cristiano-ortodoxo.[20]​ Dostoyevski plasmaría estas convicciones luego en la descripción de Piotr Stepánovich para su novela Los endemoniados y en la redacción de las reflexiones del padre Zósima en Un religioso ruso, de Los hermanos Karamázov.

Este modo de pensar fue acercándolo progresivamente a una postura eslavófila moderada y a las ideas de Danielevski, autor de Rusia y Europa. La interpretación de Dostoyevski acerca de esta filosofía rescataba el papel integrador y salvador de la religiosidad rusa y no consideraciones de superioridad racial eslava. Por otra parte, en su interpretación, la unión rusa y su supuesto servicio a la humanidad no implicaba desprecio alguno por la influencia europea, la cual Dostoyevski reconocía gratamente.[21]​ Más tarde llegó a formar amistad con el estadista conservador Konstantín Pobedonóstsev y abrazó algunos de los principios del Póchvennichestvo.[9]

Con todo, posicionar políticamente a Dostoyevski no es del todo sencillo; como cristiano rechazaba el ateísmo socialista, como tradicionalista rechazaba la destrucción de las instituciones y, como pacifista[22]​, rechazaba cualquier método violento de cambio social (progresista o reaccionario). A pesar de esto, dio claras muestras de simpatía por las reformas sociales que se estaban produciendo durante el reinado de Alejandro II, en particular por la que implicaba la abolición de la servidumbre en el campo, dictada en 1861.[23]​ Por otra parte, si bien en los primeros años de su regreso de Kazajistán era todavía escéptico en relación a los reclamos de las feministas, en 1870 escribió que «todavía podía esperar mucho de la mujer rusa» y, desde entonces, cambió de parecer respecto a este tema.[24]

Su preocupación por la desigualdad social es un punto notorio en su obra y, desde un punto de vista cristiano ascético, creía, como luego reflejaría en su personaje Zósima, que «al considerar la libertad como el aumento de las necesidades y su pronta saturación, se altera su sentido, pues la consecuencia de ello es un aluvión de deseos insensatos, de ilusiones y costumbres absurdas», y quizás confiara, como dicho personaje, en que «el rico más depravado acabará por avergonzarse de su riqueza ante el pobre».[25]

Carrera literaria posterior

Luego del exilio.

En 1859, tras meses de laboriosas gestiones, consiguió ser licenciado con la condición de residir en cualquier lugar excepto en San Petesburgo y Moscú, por lo que se trasladó a Tver. Allí logró publicar El sueño del tío y Stepánchikovo y sus habitantes. Las obras no obtuvieron la crítica que Dostoyevski esperaba.[8]

En diciembre del mismo año finalmente se le autorizó regresar a San Petesburgo donde fundaría con su hermano Mijaíl la revista Vremia ('Tiempo'), en cuyo primer número apareció Humillados y ofendidos (1861), obra también inspirada en su etapa siberiana. En ella se encuentran, además, varias alusiones autobiográficas, especialmente en lo referente a la primera etapa de Dostoyevski como escritor; se alude en ella, sobre todo, a su primera obra, Noches blancas, con varios guiños a situaciones o personajes específicos. Su obra Recuerdos de la casa de los muertos (1861-1862), basada en sus experiencias como prisionero, tuvo gran éxito en su momento al publicarse por capítulos en la revista El Mundo Ruso.[cita requerida]

Durante 1862 y 1863 realizó diversos viajes por Europa que le llevaron a Berlín, París, Londres, Ginebra, Turín, Florencia y Viena. Durante estos viajes comenzó una relación con Pavlina Súslova, una estudiante de ideas avanzadas, que lo abandonó poco después. Perdió mucho dinero jugando a la ruleta y regresó a Rusia a finales de octubre de 1863 solo y sin dinero. Durante este tiempo su revista había sido prohibida por la publicación de un artículo sobre la revolución polaca de 1863.[8]

En 1864, consiguió editar con su hermano una nueva revista llamada Epoja ('Época'), donde publicaron Memorias del subsuelo. El ánimo de Dostoyevski acabó de quebrarse tras la muerte de su esposa, seguida poco después por la de su hermano. Además, su hermano Mijaíl dejó viuda, cuatro hijos y una deuda de 25.000 rublos, a los que Fiódor tenía que hacer frente.[8]​ Se hundió en una profunda depresión y en el juego, que siguió provocándole enormes deudas. Para escapar de todos sus problemas financieros, huyó al extranjero, donde perdió el dinero que le quedaba en los casinos. Allí se reencontró con Paulina Súslova e intentó volver con ella, pero fue rechazado.

En 1865, de nuevo en San Petersburgo, comenzó la redacción de Crimen y Castigo, una de sus obras capitales. La fue publicando, con gran éxito, en la revista El Mensajero Ruso. Sin embargo, su endeudamiento era creciente y, en 1866, se vio obligado a firmar un contrato con el editor Stellovski, por el cual se establecía que Dostoyevski recibiría la cantidad de tres mil rublos -que pasarían directamente a manos de sus acreedores- a cambio de los derechos de edición de todas sus obras y el compromiso de entregar una nueva ese mismo año. Si la obra no era entregada en noviembre, Dostoyevski debería enfrentarse a una fuerte multa y, si en diciembre seguía sin estar lista, perdería todos los derechos patrimoniales sobre sus obras, los cuales pasarían a manos de Stellovski.[26]​ De esta manera, en sólo veintiséis días, dictó a Anna Grigórievna Snítkina, joven taquígrafa contratada para tal ocasión, su novela El jugador, que fue entregada por el autor cumpliendo con los términos del contrato. Sin embargo, el día de su entrega, el administrador de la editorial aseguró no haber recibido el aviso pertinente por parte de Stellovski, ante lo cual Dostoyevski se vio obligado a constatar la entrega contra recibo legal en una comisaría.[27]

Anna Grigórievna Snítkina.

La relación con Anna fue estrechándose hasta que finalmente se casó con ella el 15 de febrero de 1867.[8]​ Luego de una breve estadía en Moscú, partieron hacia Europa el año de su casamiento. La debilidad de Dostoyevski por el juego volvió a hacerse presente en Baden-Baden. En 1867, finalmente establecidos en Ginebra, comenzó a preparar el esquema de su novela El idiota, que debería publicarse en los dos primeros fascículos de El Mensajero Ruso correspondientes al año siguiente. A propósito de esta obra, según Anna Grigórievna, Dostoyevski afirmaba que «nunca había tenido una idea más poética y más rica, pero que no había logrado expresar ni siquiera la décima parte de lo que quería decir».[28]1868 fue un año dramático para la pareja y para el autor en particular. En efecto, al poco tiempo de comenzar a escribir la novela que venía preparando desde hacía un año, nació y murió a los tres meses su primera hija, Sonia. Dostoyevski cayó en una profunda depresión y la pareja decidió que era momento de alejarse de Ginebra. Luego de una triste estadía en Vevey, viajaron a Italia; pasando por Milán, Florencia, Bolonia y Venecia. En 1869, partieron hacia Dresde, donde nació su segunda hija, Liuvob. La situación material de la pareja en ese momento era, en palabras de Anna Grigórievna, de «relativa pobreza». Dostoyevski recibió el dinero convenido con El Mensajero Ruso por El idiota y pudieron —a pesar de verse obligados a utilizar parte de éste en el pago de deudas— vivir con una tranquilidad algo mayor que en años anteriores.

Durante el año 1870 el autor se dedicó a escribir una nueva novela, El eterno marido, que fue publicada en la revista Zaria. Algunos pasajes de la obra poseen cierto sentido autobiográfico. Específicamente, en el capítulo En casa de los Zakhlebinine, Dostoyevski recuerda un verano de 1866 pasado en una casa de campo en Liublin, cerca de Moscú, junto con su hermana Ivánovna.[29]

En 1871, terminó Los endemoniados, publicándola en 1872. La novela refleja las inquietudes políticas de Dostoyevski en esa época. Al respecto, escribió a su amigo Strachov:

Espero mucho de lo que escribo ahora en El Mensajero Ruso, no sólo desde el punto de vista artístico, sino también en lo que respecta a la calidad del tema: desearía expresar algunos pensamientos, aunque por su causa debe sufrir el arte; pero estoy de tal modo fascinado por las ideas que se han acumulado en mi espíritu y en mi corazón, que debo expresarlas aunque sólo pueda lograr un opúsculo; es lo mismo, debo expresarme.[30]

Poco antes de que Dostoyevski comenzara a escribir la novela, la pareja recibió la visita del hermano de Anna, que vivía en San Petersburgo. Éste les habló en general del clima político agitado que la ciudad estaba viviendo en esos años y especialmente acerca de un asesinato que había tenido gran repercusión. Ivánov, un estudiante perteneciente al grupo extremista de Sergéi Necháyev, había sido asesinado en una gruta por orden de éste, luego de que se alejara del colectivo por rechazo a sus métodos de acción.[31]​. Dostoyevski decidió tomar como protagonista para su nueva novela a Ivánov bajo el nombre de Shátov y describió, siguiendo el relato del hermano de Anna, el parque de la Academia de Pedro y la gruta en la que fue asesinado Ivánov.[30]

Para 1871, Dostoyevski y Anna Grigórievna habían cumplido cuatro años de residencia en el extranjero y estaban resueltos a volver a Rusia. Anna se encontraba embarazada y pensaron que se debería partir cuanto antes a fin de evitar viajar con un niño recién nacido. Por fin, luego de recibir de parte de El Mensajero Ruso el pago correspondiente a la publicación de El eterno marido, partieron hacia San Petersburgo haciendo escala en Berlín.

A los ocho días de su llegada a Rusia, nació finalmente Fiódor, el tercer hijo de Fiódor M. y Anna. Dostoyevski se dirigió a Moscú en un viaje rápido donde cobró lo correspondiente a la parte publicada de Los demonios en El mensajero ruso. Con este dinero les fue posible alquilar una casa en San Petersburgo. Pronto se vio el autor nuevamente asediado por acreedores, especialmente algunos que reclamaban deudas de la época de Tiempo, que a él le correspondían desde la muerte de su hermano. Los acreedores se presentaban algunas veces sin documento probatorio y Dostoyevski, ingenuo, les firmaba letras de cambio.[32]

Fiódor Dostoyevski en 1876.

En 1872 partieron hacia Staraia Rusa, donde permanecerían hasta 1875. Luego de finalizada la novela Los demonios, el autor aceptó la propuesta de encargarse de la redacción del semanario El ciudadano. En 1873 editó la versión completa de Los demonios por sí mismo, luego de crear una pequeña editorial con ayuda de Anna. El éxito de esta edición fue abrumador.[33]​ Luego reeditó también varias de sus obras anteriores y comenzó a publicar la revista Diario de un escritor,[34]​ en la que escribía solo, recopilando historias cortas, artículos políticos y crítica literaria y cosechando también gran éxito. Esta publicación se vería interrumpida al comenzar en 1878 la redacción de Los hermanos Karamázov, que aparecería en gran parte en la revista El Mensajero Ruso.

Durante 1874 abandonó la redacción de El ciudadano, tarea que no satisfizo sus aspiraciones, para dedicarse completamente a escribir una nueva novela. Luego de evaluar las ofertas editoriales de El mensajero ruso y Memorias de la patria —del poeta Nikolái Nekrásov—, decidió aceptar esta última. La novela sería titulada El adolescente y comenzaría a publicarse ese mismo año. Por aquella época, Dostoyevski se vio afectado por fuertes crisis asmáticas, y estuvo un tiempo en Berlín y Ems tratando su afección.[35]​ Encontrándose bastante mejor, volvió finalmente a Staraia Rusa.

En 1875 nació su cuarto hijo, Aleksei, y el matrimonio decidió volver a San Petersburgo. Durante esa época vivieron del dinero que obtenían por El adolescente. Mientras tanto, Dostoyevski continuaba escribiendo material para Diario de un escritor y frecuentaba con asiduidad reuniones literarias, donde se encontraba y debatía con viejos amigos y enemigos.[36]​ En 1877, las publicaciones de Diario de un escritor tuvieron gran éxito y, aunque el autor estaba muy satisfecho tanto de los resultados materiales como de la simpatía que el público manifestaba en su correspondencia, sentía la gran necesidad de crear algo nuevo. Esta necesidad hizo que decidiera interrumpir durante dos o tres años la publicación de la revista para ocuparse de una nueva novela. A fin de año, en su libreta de apuntes, se leía:

Memento. Para toda la vida:
1) Escribir el Candide ruso.
2) Escribir un libro sobre Jesucristo.
3) Escribir mis memorias.
4) Escribir el poema de «Sorokovina».[37]

Pero existían temas de mayor urgencia: Nekrásov, amigo de Dostoyevski, el primero en reconocer su talento con Pobres gentes y que más tarde editaría El adolescente, se encontraba muy enfermo. Una de las veces que fue a verlo, el poeta le leyó una de sus últimas composiciones, Los infelices y le dijo a Dostoyevski: «La escribí para usted».[38]​ El poeta murió a finales de 1877 y, en ocasión de su entierro, Dostoyevski pronunció un emotivo discurso, que más tarde ampliaría e incluiría en el último número de Diario de un escritor de ese año, dividido en cuatro capítulos: La muerte de Nekrásov; Pushkin, Lermontov y Nekrásov; El poeta y el ciudadano: Nekrásov hombre; y Un testigo a favor de Nekrásov. Al dolor de Dostoyevski por esta pérdida se le agregaría, al año siguiente, el causado por la muerte de su hijo Aleksei. El niño fue sepultado en el cementerio de Bolsaia Ochta.

Tumba de Dostoyevski en el Monasterio Aleksandr Nevsky.

Fiódor M. y Anna, consternados, pensaron que no tenían más que hacer en San Petersburgo y volvieron con sus hijos a Staraia Rusa. Dostoyevski acordó con El mensajero ruso la publicación de una nueva novela para 1879: se trataba de la futura Los hermanos Karamázov. De una bendición recibida por un sacerdote de la ermita de Optina, tras contarle Dostoyevski lo sucedido con su hijo, surgiría la escena del capítulo Las mujeres creyentes, en la que el padre Zosima bendice a una madre luego de la muerte de su hijo, también llamado Aleksei.[39]​ Por otra parte, la figura del padre Zosima sería creada a partir de las figuras de este sacerdote y de otro a quien el autor admiraba: Tichon Zadonskoi, célebre sacerdote de la Rusia de entonces.[39]

Apenas comenzó a publicarse, la novela Los hermanos Karamázov atrajo vivamente la atención de lectores y crítica. Dostoyevski solía leer algunos fragmentos de ella en reuniones literarias con una excelente respuesta por parte del público. Muy pronto se la consideró una obra maestra de la literatura rusa y hasta logró que Dostoyevski se ganara el respeto de varios de sus enemigos literarios. El autor mismo la consideró su magnum opus. A pesar de ello, la novela nunca se terminó. Originalmente, según los esquemas del autor, ésta consistiría en dos partes, y los sucesos de la segunda ocurrirían veinte años más tarde que los sucesos de la primera. Esta segunda parte nunca llegó a escribirse.

En 1880, participó en la inauguración del monumento a Aleksandr Pushkin en Moscú, donde pronunció un memorable discurso sobre el destino de Rusia en el mundo.[40]​ El 8 de noviembre de ese mismo año, termina Los hermanos Karamázov en San Petersburgo. Muere en dicha ciudad, el 9 de febrero de 1881, de una hemorragia pulmonar asociada a un enfisema y a un ataque epiléptico. Fue enterrado en el Cementerio Tijvin, dentro del Monasterio de Aleksandr Nevski, en San Petersburgo. Se calcula que asistieron al funeral más de sesenta mil personas procedentes de todas partes del Imperio.[cita requerida] En su lápida sepulcral puede leerse el siguiente versículo de San Juan, que sirvió también como epígrafe de su última novela, Los hermanos Karamázov:

En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo, pero si muere produce mucho fruto.

Influencia

Archivo:Omsk Dostoyevskiy Monument.jpg
Estatua de Dostoyevski en Omsk.

La obra de Dostoyevski ha sido muy influyente, desde Hermann Hesse hasta Jean-Paul Sartre, Marcel Proust, William Faulkner, Albert Camus, Franz Kafka, Yukio Mishima, Charles Bukowski, Roberto Arlt, Ernesto Sábato y Gabriel García Márquez por mencionar unos pocos autores.[42]​ Realmente ninguno de los grandes escritores del siglo XX ha sido ajeno a su obra (con algunas raras excepciones como Vladímir Nabókov, Henry James o D.H. Lawrence). El novelista estadounidense Ernest Hemingway también citó a Dostoyevski en una de sus últimas entrevistas como una de sus mayores influencias.[43]

Esencialmente un escritor de mitos (y a este respecto comparado a veces con Herman Melville), Dostoyevski creó una obra con una inmensa vitalidad y un poder casi hipnótico caracterizada por los siguientes rasgos: escenas febriles y dramáticas donde los personajes se mueven en atmósferas escandalosas y explosivas, ocupados en apasionados diálogos socráticos «a la rusa», la búsqueda de Dios, el mal y el sufrimiento de los inocentes.

Los personajes pueden clasificarse en diversas categorías: humildes y modestos cristianos (Príncipe Mishkin, Sonia Marmeládova, Aliosha Karamázov), nihilistas autodestructivos (Svidrigáilov, Smerdiakov, Stavroguin, Maslobóiev), cínicos libertinos (Fiódor Karamázov, el príncipe Valkorski —Humillados y ofendidos—), intelectuales rebeldes (Rodion Romanovich Raskolnikov, Iván Karamázov, Ippolit Teréntiev); además, sus personajes se rigen por ideas más que por imperativos biológicos o sociales.[44]

En las novelas de Dostoyevski transcurre poco tiempo (muchas veces sólo unos días) y eso permite al autor huir de uno de los rasgos dominantes de la prosa realista: el deterioro físico que produce el paso del tiempo. Sus personajes encarnan valores espirituales que son por definición intemporales. El escritor austriaco Stefan Zweig afirmó de aquellos:

Apartados del mundo por amor al mundo, irreales por pura pasión de realidad, las figuras de Dostoyevski parecen, al principio, un poco simplistas. Su marcha no es rectilínea, ni persigue ningún fin visible. Estos hombres todos adultos, todos hombres hechos, andan por el mundo a tientas como los ciegos y tienen el torpor de los borrachos. Los vemos detenerse, mirar en derredor, hacer todo género de preguntas, para aventurarse de nuevo, sin esperar respuesta, hacia lo desconocido.
Tres maestros. Balzac, Dickens, Dostoyevski (1920)[45]

Otros temas recurrentes en su obra son: el suicidio, el orgullo herido, la destrucción de los valores familiares, el renacimiento espiritual a través del sufrimiento (siendo uno de los puntos capitales), el rechazo a Occidente y la afirmación de la ortodoxia rusa y el zarismo.[44]Eruditos como Mijaíl Bajtín han caracterizado el trabajo de Dostoyevski como polifónico: al contrario que otros novelistas, no parece aspirar a tener una visión única y va más allá describiendo situaciones desde varios ángulos; Dostoyevski engendró novelas llenas de fuerza dramática en las que personajes y puntos de vista contrapuestos se desarrollan libremente siempre en un violento crescendo.[46]

El autor ruso Alekséi Rémizov escribió desde el exilio en París en 1927: «Dostoyevski es Rusia. Rusia no existe sin Dostoyevski».[cita requerida] La mayor parte de los críticos coinciden en afirmar que Dostoyevski y Dante Alighieri, William Shakespeare, Miguel de Cervantes, Víctor Hugo y otros pocos elegidos han influido decisivamente en la literatura del siglo XX, especialmente en lo que al existencialismo y al expresionismo se refiere.[cita requerida]

Obra

Novelas

Pobres gentes (Бедные люди) (1846)

Primera novela de Dostoyevski publicada a comienzos de 1846 en formato epistolar. Se compone de las cartas intercambiadas durante seis meses por Makar Alexéyevich Dévushkin, un viejo funcionario, y la joven pobre y huérfana Várenka Dobrosiólova, rescatada por Dévushkin de su corrupta tutora Anna Fiódorovna.

Ya en esta obra, Dostoyevski anticipa la atmósfera febril y tensión narrativa que luego sería una constante en sus obras, representada por personajes obsesivos, apasionados, perturbados (Dévushkin) y desvalidos (tanto Dévushkin como Várenka). De igual modo, se presenta -en este caso en las cartas mismas- el mecanismo narrativo del monólogo interior, siempre intenso, caótico, por el cual los personajes van y vienen en sus propios vaivenes de pensamientos y sensaciones febriles. Este mecanismo, propio de la novela psicológica, alcanzaría más tarde, en Crimen y castigo, su punto más alto y logrado.

En la figura de Dévushkin, el narrador alude al inspector de postas Simeón Virin, protagonista de Los relatos de Belkin de Pushkin, así como al pobre funcionario Bashmachkin de El capote, obra compuesta por Gógol. Dévushkin representa la síntesis de ambos personajes, los cuales intentan pintar la idiosincracia de la burocracia rusa de entonces. En efecto, el protagonista no llega a convertirse en un autómata sin dignidad como Bashmachkin si bien ya ha perdido absolutamente la confianza en sí mismo que caracteriza a Virin.[47]


El doble (Двойник. Петербургская поэма) (1846)

Se funden en esta novela el realismo psicológico y las «penumbras fantásticas» de los cuentos del poeta alemán E.T.A. Hoffmann. Su publicación fue un fracaso. La crítica se vio irritada y desorientada por el argumento de la obra. La fama de «nuevo genio» que Dostoyevski se había ganado con la publicación de su primera novela se vio, de pronto, desestimada. En vísperas de publicarse el libro, el autor escribía: «mi Goliadkin será mi obra maestra» y, algunos meses después, confesaba: «Mi Goliadkin se me ha hecho odioso. Al lado de algunas páginas brillantes, cuántas cosas malas, cuántas necedades; me pesa haberlo escrito; es ilegible».[48]

Goliadkin, el protagonista de la obra es, como Dévushkin de Pobres gentes, un modesto funcionario. En él, la perturbación espiritual de Dévushkin se incrementa hasta el grado de manía persecutoria, desdoblando su personalidad en la figura de un compañero de oficina idéntico a él. El grado de realidad de cada situación, que es plausible tanto de ser interpretada como la expresión de una realidad exterior como la del producto subjetivo de una mente enferma, es manejado de manera interesante y ambigua por el autor. Dicha ambigüedad se intensifica de manera magistral cuando el protagonista se pregunta, en relación a su doble: «¿Será éste un personaje nuevo y quizá el protagonista?». La trama va generándose y regenerándose ante cada nuevo hecho -o posible delirio- que los enemigos del protagonista realizan -o aparentan realizar- con la finalidad de hundirlo.


Noches blancas (Белые ночи) (1848)

Noches blancas. Novela sentimental (recuerdos de un soñador), es la primera novela de Dostoyevski en la que aparece la figura del narrador autodiegético escribiendo en primera persona. Se describe en ella una aproximación amorosa nunca concretada de un hombre solitario habituado a refugiarse en sí mismo. El título de la novela hace referencia al escenario en el que suceden los hechos: la ciudad de San Petersburgo por la noche. El autor intenta destacar un fenómeno tanto simbólico como climático de las noches petersburguesas según su perspectiva: la ausencia de total oscuridad, la no existencia de una línea divisoria clara entre día y noche o entre sueño y realidad, lo que propicia el tipo de personajes que presenta y sus características, así como el hecho de que un fenómeno normal -un encuentro casual- pueda presentarse ante éstos como una fantasía extraordinaria que, como tal, no puede ser más que eso ni adaptarse a la cotidianeidad de la vida normal.

En esta novela, por tanto, Dostoyevski, sin restar atención a sus personajes (siempre cuidados), pone mayor énfasis que en sus obras anteriores en el escenario que los envuelve que, por cierto, parece mimetizarse con ellos a lo largo del transcurso de la obra.


Niétochka Nezvánova (Неточка Незванова) (1849)

Esta novela, inconclusa ante el exilio del autor en Siberia, personifica en varios personajes complejos conceptos abstractos como «amor», «egoísmo» y «autopurificación por el sufrimiento», que los personajes representan de una manera bastante particular y no necesariamente estereotipada. Dichas nociones también serían tratadas en otras obras del autor.[49]

La novela muestra una innovación en relación al escenario en que transcurren los hechos. Si en la novela anterior Dostoyevski enfatiza el rol de éste en su narrativa, asociándolo básicamente al entorno climático, en esta obra se destaca la existencia de varios escenarios que son sucesivamente transitados por la protagonista: la casa materna, el palacio de un príncipe y la casa de una muchacha llamada Alexandra Mijailovna. Estos tres lugares se constituyen en residencias sucesivas para Niétochka Nezvánova, y cada uno de estos escenarios cuenta con personajes secundarios y problemáticas propios, de modo que podrían considerarse casi como novelas separadas aunque vinculadas entre sí.[50]

La protagonista es una joven obsesionada con su padre adoptivo, un violinista mediocre y alcohólico, y presenta características de personalidad que pueden ser analizadas bajo la perspectiva del complejo de Electra. Jorge Serrano Martínez, en su libro Entre el bien y el mal realiza una analogía en varios aspectos entre esta situación y la que el autor vivió en su niñez.[51]


Stepanchikovo y sus habitantes (Село Степанчиково и его обитатели) (1859)

Para esta novela, Dostoyevski se vale de la figura del narrador homodiegético con Sergei Alexandrovich, sobrino de uno de los personajes principales, Yegor Ilich Rostaniev, y a su vez narrador de la historia.

Se trata de una de las pocas comedias de la obra del autor. A pesar del tono jocoso, existen en la obra, aunque quizás sólo lateralmente, referencias a la temática de la injusticia social, que ya se planteaban tímidamente en Pobres gentes, se intensificarían en su siguiente novela y constituirían ya en sus últimas obras parte de la temática constitutiva de éstas.


Humillados y ofendidos (Униженные и оскорбленные) (1861)

Humillados y ofendidos comparte con la novela anterior el estilo narrativo: una vez más, la historia es narrada en primera persona por uno de los personajes que la integra (en este caso el joven escritor Iván Petrovich). Se acentúa la mención a la temática de la injusticia social (ya casi como denuncia), constituyéndose ésta en una de las bases sobre las que se erigirá la trama. Una segunda base o temática igualmente fundamental en esta obra es la idea del sacrificio, específicamente del «sacrificio al amor como acto de amor en sí», encausado bajo cierta complacencia masoquista del dolor propio en virtud de la felicidad ajena. Esta idea sería fundamental en la temática de las obras de Dostoyevski posteriores a su exilio, si bien puede advertirse ya en sus primeras obras (por ejemplo, en la actitud de sacrificio del «soñador» de Noches blancas). Una tercera base o temática constitutiva de esta obra lo es un tema que se haría más fuerte luego en Memorias del subsuelo: el triunfo de la voluntad de los hombres libres sobre la fatalidad -elemento que acercaría al autor a la corriente existencialista- presentándose, en esta novela particularmente, como una suerte de «triunfo sobre la fatalidad gracias a la experiencia de la fatalidad misma».[52]

Otro aspecto que caracteriza a esta obra es el uso de elementos autobiográficos como recurso literario. Hay en ella una alusión clara a la primera novela del autor y su repercusión, así como a Belinski, su editor, que es aludido casi explícitamente bajo el nombre de «B.».


Un episodio vergonzoso (Скверный анекдот) (1862)

Esta novela breve -traducida también con el título de Un percance desagradable- ocupa un lugar secundario o marginal dentro de la obra de Dostoyevski. Representa una especie de paréntesis entre sus grandes obras y una suerte de homenaje a Gógol, en tanto recuerda bastante a los relatos de este autor. Ya había dicho en una ocasión Dostoyevski, como reconocimiento al gran escritor ruso, que «todos descendemos de El Capote».[53]​ Este relato, logrado pero algo alejado de las inquietudes literarias planteadas por el autor en aquellos años, puede verse, sin embargo, como una manifestación temprana o preámbulo a la temática de Los demonios, publicada diez años más tarde, si bien en este caso el estilo es más bien jocoso y sencillo. El protagonista de la obra, Iván Ilich Pralinski, un noble acomodado de alto rango, se cree en la obligación de poner en práctica la teoría reformista de su época, pero termina descubriéndose como un simple demagogo, incluso incapaz de fingir. No puede ocultar su desprecio por lo popular ni su completa ignorancia sobre las clases populares, ni el hecho de que su simpatía hacia «lo reformista» corresponde más a una forma alternativa de estimular su ego que a una genuina búsqueda de igualdad social.


Recuerdos de la casa de los muertos (Записки из мертвого дома) (1861–1862)[54]

Recuerdos de la casa de los muertos -también traducida como Memorias de la casa de los muertos- es una novela netamente autobiográfica. En ella, Dostoyevski relata sus impresiones del tiempo pasado en Siberia como condenado y, para esta tarea, toma la figura de un personaje de clase noble que, una vez cumplido el período de condena tras asesinar a su esposa, se queda en Siberia enseñando a los niños a leer. El texto de la novela sería un manuscrito encontrado luego de su muerte.

El autor analiza la psicología del presidiario en situaciones inhumanas y critica al sistema carcelario ruso de entonces por no ser adecuado para la reinserción social del delincuente, en tanto se limitaba a apartarlo de la vista de la sociedad y sólo lograba enloquecerlo.[55]​ También analiza las relaciones establecidas en la cotidianeidad de ese micromundo, destacando elementos positivos como la confraternidad en la angustia común o el despertar de sublimes sentimientos humanitarios en rudos y temidos criminales.[56]​ Como contrapartida, Dostoyevski señala el recelo con que eran mirados los presos aristócratas como él por el resto de la comunidad carcelaria.

Más adelante, en varias obras el autor plasmará situaciones de tensión entre estamentos sociales. Particularmente, creará un tipo de aristócrata con ideas reformistas occidentales que pretende predicarlas en un contexto, según el autor, equivocado, por no tener la menor idea de qué es lo que realmente necesita el pueblo ruso o por desconocerlo completamente.[57]

La experiencia de su relación con el resto de los presos le dejaría como legado un aprendizaje de la realidad y el pueblo rusos, que reflejaría luego inevitablemente en su obra, así como la convicción de que la estructura social, en tanto degenerada e injusta, es en gran medida generadora de criminales y culpable de sus crímenes.[58]​ Por otra parte, reafirmaría su religiosidad, la cual lo había ayudado a soportar la realidad en ese entonces.


Memorias del subsuelo (Записки из подполья) (1864)

Memorias del subsuelo -también traducida como Apuntes del subsuelo o Notas del subsuelo- puede considerarse como el preámbulo al «viejo Dostoyevski» y sus «novelas de ideas» de mayor prestigio universal (Crimen y castigo, Los demonios, El idiota y Los hermanos Karamázov).

La obra se divide en dos partes. En la primera, «el hombre subterráneo» de Dostoyevski (uno de sus «tipos» característicos: marginado, agresivo, solitario, perturbado y, por momentos, misántropo) desarrolla un monólogo en el que, alternando arrogancia y humillación, escribe para sí sus propios tormentos y va, poco a poco, desnudándose moralmente. En la segunda parte, este hombre pasa a la «lección práctica»; el «ser» del narrador de la primera parte se traduce en un «obrar» en situaciones concretas de la segunda.[59]

En la primera parte, el narrador condena dos corrientes de pensamiento: el romanticismo, que considera hipócrita, y el racionalismo, cuyo símbolo es el Palacio de Cristal. Rechaza de la segunda, ante todo, la idea de que la aceptación de las «leyes de la naturaleza» por parte del hombre pueda llevarlo a eliminar cuanto en él hay de irracional y de esta forma conducirlo a la estabilidad y armonía.[59]​ El narrador se pregunta retóricamente si es posible esa eliminación del componente irracional y, en caso de que así fuese, si no es eliminado en definitiva el libre albedrío. Justamente, para el narrador, es en su soberano libre albedrío y en su afán de ejercerlo aun cuando tal ejercicio vaya en contra de la razón y de su ventaja personal, donde radica la esencia del ser humano.[59]​ Es éste el punto clave que acerca a Dostoyevski, al menos en esta obra, al existencialismo, y que ganaría posteriormente la simpatía de Nietzsche.


Crimen y castigo (Преступление и наказание) (1866)

Raskolnikov y Marmeladov. Por Klodt Michail Petrovich.

Crimen y castigo es considerada por algunos críticos como la obra maestra de Dostoyevski y es, sin duda, una de las más conocidas. El Instituto Nobel y el Club del Libro Noruego la han ubicado entre las cien mejores obras de la literatura mundial.[6]​ Representa un hito para el autor en la caracterización de sus personajes, que adquieren una complejidad psicológica inmensa, y en la profundidad filosófica de su temática, particularmente en su aspecto ético.

Rodion Romanovich Raskolnikov, protagonista de la novela, es el nuevo «hombre subterráneo» del autor: un joven solitario, impulsivo y soberbio que, encontrándose en una situación de pobreza extrema, ha debido abandonar sus estudios. Poco tiempo antes publica en un periódico la teoría de que existen determinados seres no ordinarios habilitados -y hasta obligados- moralmente a transgredir los límites legales si necesitan llegar a un fin sublime. Estos seres superiores no pueden ni deben guiarse por preceptos jurídicos que, adecuados y hasta necesarios para el resto de los hombres, a ellos les impide desarrollar todo su potencial. Plantea además que, de hecho, si no hubiesen existido a lo largo de la Historia hombres de este tipo dispuestos a romper las normas vigentes, la sociedad nunca hubiera progresado. Raskólnikov tiene la febril obsesión de probarse a sí mismo que es uno de esos seres y, sobre todo, de realizar a su vez una gran obra o al menos comenzarla. De esta forma, si luego de transgredir el ámbito del Derecho con lo realizado, logra mantener intactos sus valores morales y la creencia en ellos sin que sucumban ante los dominantes expresados por las normas jurídicas, habrá actuado y obtendrá la certeza que necesita.

Dostoyevski escribe esta novela en una época de cambios sociales. Las autoridades rusas de ese entonces habían, por ejemplo, decretado la emancipación de los siervos en 1861; por otra parte, empezaban a aparecer jóvenes intelectuales con la firme idea de que tenían en sus manos la emancipación del pueblo ruso y en su intelecto la mejor forma de llevarlo a cabo. Este sentimiento de autosuficiencia, desde luego, no es ajeno al protagonista de esta obra, como tampoco es ajena la finalidad política de estos jóvenes a la idea de «matar un Principio», mencionada por Raskolnikov.[60]


El jugador (Игрок) (1866)

El jugador, obra que representa un paréntesis en la redacción de Crimen y Castigo, es otra de las novelas de Dostoyevski con rasgos autobiográficos (si bien no tan explícitos como en el caso de Recuerdos de la casa de los muertos). En ella se alude a una mala experiencia con el juego durante la estancia del autor en el extranjero, en la cual jugó hasta la desesperación y regresó a Rusia en la miseria.[61]

Ruletemburgo es la imaginaria ciudad donde se suceden los acontecimientos. Se trata de una capital de casinos por la que transitan personajes diversos y extravagantes en busca de la fortuna del juego, dominados por la codicia o el orgullo. La ruleta servirá como símbolo de un infierno donde la voluntad queda anulada y entregada al riesgo y a la emoción constantes. El protagonismo está disputado, por tanto, entre el personaje protagónico, Alexéi Ivánovich, y la propia descripción, tanto de la acelerada atmósfera, como de los personajes que rodean la sala de juego, en todo momento analizados minuciosamente por el autor.[61]


El idiota (Идиот) (18681869)

Ésta es la segunda obra de Dostoyevski ubicada entre las cien mejores obras de la literatura mundial por el Instituto Nobel y el Club del Libro Noruego.[6]

La motivación inicial parte de la intención del autor de crear un personaje que representase al «perfecto hombre bueno»,[62]​ un «tipo» que luego intentaría describir nuevamente en la figura de Tijon de Los demonios y en las de Zósima y Alióscha en Los hermanos Karamázov.[63]​ Se trata, en definitiva, del contrapunto del egoísta o del hombre subterráneo, otro tipo característico en los personajes del autor.

La obra retrata la degradación moral y familiar de la sociedad rusa a partir del análisis del comportamiento de diferentes familias representativas del espectro social petersburgués,[64]​ y se desarrolla en un contexto de enfrentamiento entre el príncipe Mishkin -el «hombre bueno»- y la amarga realidad que se presenta ante él, enfrentamiento que en muchas ocasiones se manifiesta como no comprensión mutua, y siempre, para el protagonista, como un padecimiento.[65]


El eterno marido (Вечный Муж) (1870)

Esta novela, considerada por Sigmund Freud como precursora del psicoanálisis,[66]​ se destaca además por una característica que no es común en la mayoría de las grandes obras de Dostoyevski: una estructura lineal y bien definida.[67]​ La estructura poco lineal, por momentos aparentemente caótica, que da lugar a la «sensación de que hubieran varios argumentos insertos en uno», característica de obras como El idiota, Los demonios o Los hermanos Karamázov, fue con frecuencia motivo para que algunos críticos atacaran duramente al autor.[68]

La obra consta de tres partes bien definidas: antecedentes remontados al pasado de la acción, relato principal y epílogo. El relato principal, a su vez, se divide en cuatro secciones: presentación de los personajes (cuatro capítulos), relato de la relación de amor-odio entre dos de los protagonistas (cinco capítulos), enfrentamiento in crescendo entre ellos y puesta en relieve de sus características de personalidad (cinco capítulos) y análisis de los acontecimientos por parte del narrador (un capítulo).

Los protagonistas antes señalados más la protagonista femenina, Trusotskiy, Velchaninov y Natalia Vasilievna, representan tres tipos psicológicos concretos. Trusotskiy, el eterno marido, «viene al mundo y crece únicamente para casarse, y apenas casado, se convierte inmediatamente en algo complementario de su mujer, por personal y autónomo que fuera su caracter»[69]​. Velchaninov, representa, por su parte, el papel del eterno amante. Cada uno de ellos ve en el otro sus propias carencias y desea, por momentos, dejar de ser el eterno..., pero ambos son conscientes de que esa característica les es natural.


Los demonios (Бесы) (18711872)

Ésta es la tercera obra de Dostoyevski ubicada entre las cien mejores obras de la literatura mundial por el Instituto Nobel y el Club del Libro Noruego.[6]

En esta novela, el autor utiliza nuevamente un narrador homodiegético, si bien se trata en este caso de un personaje de muy poca relevancia en el relato. Jorge Serrano, en su libro Entre el bien y el mal, define a la obra como «un ajuste de cuentas» por parte de su autor consigo mismo y como un replanteamiento de su experiencia política.[70]​ Inspirada en la muerte del estudiante Ivánov en manos de Necháyev, la novela muestra a un Dostoyevski que siente que la degradación moral rusa, denunciada en El idiota, ya colmó el vaso, y que debe dar ya un contenido más explícitamente político a su obra.[71]​ La generación reformista de la «década del 60», a diferencia de la suya («década del 40»), había incurrido, según el autor, en dos errores fundamentales: la utilización de métodos de acción violentos con los que él no estaba de acuerdo y la incorporación de elementos occidentales (como el liberalismo, el anarquismo o el socialismo) que, en su opinión, no eran aplicables en una Rusia fundamentalmente cristiana, campesina y con una burguesía apenas desarrollada.[72]​ Donde los liberales veían soluciones Dostoyevski veía solamente un profundo desconocimiento del pueblo ruso (temática que ya había tratado en varias de sus obras). Por otra parte, en algunos de los líderes de estos movimientos (como Necháyev), el autor no sólo veía desconocimiento, sino también intenciones de exclusivo beneficio personal y de un gran cinismo y desprecio por la vida disfrazados de progresismo.[73]​ Pero Dostoyevski no se mostraría nostálgico por la «década del 40»; según él, esa generación –de la cual él era parte- ya adolecía del problema del desconocimiento del pueblo, como descubriría en su relación con los presos durante su confinamiento.

Los demonios no es una novela política aunque su base lo sea.[74]​ Inicialmente, Dostoyevski sí tenía la idea de que lo fuera. Su idea inicial era la creación de una novela panfleto que llamaría La vida de un gran pecador,[75]​ pero abandonó dicho rumbo y terminó, finalmente, construyendo otra novela típicamente «dostoyevskiana», en la cual lo central es el análisis de la psicología de los personajes, de sus conflictos internos y de su relación con el entorno.[76]​ Entre la extensa y variada colección de personajes de la obra, se destacan los siguientes personajes y, el argumento principal, se desarrolla en torno a ellos: Stavroguin, un individuo indiferente ante todo, muy cercano al tipo de «hombre subterráneo» y tan complejo como Raskolnikov; Stepan Trofimovich, representante romántico de la «década del 40»;[77]​ Piotr Verjovenski, hijo del anterior, caricatura de Necháyev y representante de la «década del 60»;[78]​ Shatov, un típico eslavófilo;[79]​ y, finalmente, Tijón, el ideal dosyevskiano del hombre ruso, cristiano defensor de la justicia social, la educación y la moralidad.[80]


El adolescente (Подросток) (1875)

En El adolescente, Dostoyevski retoma la figura del narrador autodiegético escribiendo en primera persona que ya había utilizado en Noches blancas. El texto consiste en las Memorias del protagonista, Arkadiy Dolgoruki, escritas un año después de los hechos. En ellas relata la formación de su carácter, juzga a su padre e incluye «disgresiones» sobre su infancia.

La novela se desarrolla principalmente en base a la relación del protagonista con su padre, Andrei Versilov, por quien inicialmente siente rechazo y finalmente adoración. Lo odia como consecuencia de ciertos rumores que acusan a éste de diversos actos negativos hasta que descubre que dichos rumores son falsos; desde ese momento se da cuenta de que su padre «no es un aventurero que se ha arruinado y ha caído, sino un hombre de alma leal y absoluta nobleza. Arkadiy entonces pasará desde el odio de su padre a una absoluta extasiada adoración».[81]​ Jorge Serrano señala, al respecto, que «Dostoyevski introduce así en la novela un retorno del padre pródigo hacia el hijo, en lugar de ser a la inversa como en la Biblia. Será entonces el hijo quien, siendo consciente de que su padre no es el depravado moral que él creía, velará por él defendiéndole y protegiéndole».[82]​ La obra marca claramente un antes y un después de la reconciliación: antes de ésta, Arkadiy, en un resentimiento proyectado hacia lo social, opta por pasar sus días encerrado en una habitación pequeña y alejado de la gente (situación que recuerda a la actitud de Raskolnikov recluido en su habitación y al «hombre del subsuelo»); luego de la reconciliación, se apodera de él un optimismo ingenuo y desmesurado, que lo lleva a creer en la posibilidad de alcanzar un utópico paraíso terrenal.[83]​ Se desengañará luego, lo que representará su paso de la ingenuidad a la madurez.

Paralelamente, en la historia, Dostoyevski hace emerger lateralmente a Makar, padre legal de Arkadiy que, si bien no es un personaje protagonista en la narración, es central en el pensamiento del autor, pues representa los valores que éste intenta destacar en sus obras: la «belleza» espiritual, la bondad y el sufrimiento como sacrificio. En este sentido, este personaje es el equivalente al príncipe Mishkin de El idiota, a Tijón de Los demonios y a Zósima y Alioscha de Los hermanos Karamázov, entre otros.[83]​ Versilov, un hombre representativo de la ya mencionada «década de los 40» rusa, al afirmar la tesis de que «es en el pueblo llano ruso, que en el pasado había soportado por siglos la esclavitud y la miseria, en donde se encontraba la "idea" de la nación rusa como liberadora de la Humanidad, una liberación que forzosamente tendría que estar sustentada en la religión ortodoxa»[84]​, reconoce los principios morales de Makar, lo cual conduce a una de las ideas más queridas del autor: la «sublime fraternidad y unión de los intelectuales occidentalistas, la intelligentsia, con el pueblo depositario de la tradición ancestral rusa».[85]


Los hermanos Karamázov (Братья Карамазовы) (18791880)

Anotaciones del autor para la novela Los hermanos Karamázov.

Ésta es la cuarta obra de Dostoyevski ubicada entre las cien mejores obras de la literatura mundial por el Instituto Nobel y el Club del Libro Noruego.[6]​ Es, además, considerada por el autor como su obra maestra.[86]​ Inicialmente, este trabajo iba a presentarse en dos novelas, y la segunda narraría los acontecimientos desarrollados trece años después de los narrados en la primera. Al respecto, el autor anuncia en el prefacio: «Pero lo malo es que presento una biografía en dos novelas. La principal es la segunda, donde la actividad de mi héroe se desarrolla en la época presente. La primera transcurre hace trece años.».[87]​ Sin embargo, la segunda no llegaría a escribirse.

Esta obra, además de como historia en sí, puede considerarse como un compendio filosófico de varias ideas y conceptos capitales del autor, ya mencionados y tratados en sus anteriores novelas. Se vuelven a tratar en ella, por ejemplo, las ideas de degradación moral y social que Dostoyevski tenía sobre la Rusia de su época, la importancia que para el autor tenía la familia en ese entorno social corrupto, la influencia de Occidente sobre Rusia, el hombre ruso ideal, la fe en la existencia de Dios y la noción de libertad como expresión del libre albedrío en contraste con el positivismo naciente en Europa.

El protagonista, Alexei Fiodorovitch Karamázov, es la continuación de la idea del hombre ruso ideal, encarnada antes en Makar, Tijón y Mishkin; y llevada a su límite en esta misma obra en la figura del religioso Zósima, su maestro. Ambos son seres benéficos, serenos, positivos y proclives al amor y sacrificio por el bienestar de sus semejantes. Pero no son fanáticos, sino seres que dudan. Alexei, por ejemplo, llega a expresar «Pues bien, no sé si creo en Dios.».[88]​ En lo que respecta a Zósima, es una imagen idealizada de la bondad, con una gran capacidad de entrega a los demás y una absoluta falta de deseo material. Constituye la imagen del «ruso ideal» de Dostoyevski.[89]​ Su visión de Rusia, del mundo y de la religión, así como su biografía, ocupan todo el libro VI de la novela, titulado Un religioso ruso.

El problema familiar sería pintado, en primer término, en la relación de mutuo desprecio y rivalidad entre el hermano mayor de Alexei, Dmitri Karamázov, y su padre, Fiódor; en el papel de hijo ilegítimo de Smerdiakov, joven epiléptico que jugará un rol central en el desenlace de la obra; y en la relación ambivalente entre los propios hermanos. Por otra parte, Iván Karamázov, figura también central en la novela, se muestra como un escéptico; más que un ateo clásico que niega la existencia de Dios, se trata de un ser racional que se pregunta constantemente si es necesario creer en él aunque exista. La existencia o no existencia de Dios, ante los ojos de un ateo racionalista como Iván, es un debate estéril. Lo que le importa a este personaje realmente, es si es moralmente plausible amar a un Dios que, en caso de ser real, se ha olvidado de sus hijos; en su opinión, este hecho, por sí mismo, lo convierte en un no-Dios; y su no existencia –como fuente moral compartida- implica, en lo concerniente a los hombres, que todo está permitido. Por otra parte, es este personaje el que, sin ser ortodoxo, manifiesta el mayor desprecio por la Iglesia Católica. En su relato El gran inquisidor, Iván expresa que dicha Iglesia, invirtiendo la voluntad de Cristo, ha dado al hombre seguridad moral a cambio de su libertad de pensamiento. Se tratan, pues, nuevamente dos temas centrales en Dostoyevski: el rechazo de algunas ideas occidentales del autor –no ya al socialismo, sino a una forma de cristianismo que él considera corrupta y ajena a Rusia- pero, sobre todo, la cuestión del libre albedrío que si, como señala el hombre del subsuelo, el racionalismo no considera -por no reconocer la existencia de ese componente irracional, característico en los hombres para Dostoyevski- el Catolicismo sencillamente se encarga de destruir.[90]

Relatos cortos

Artículos, ensayos y otros escritos

  • Notas de invierno sobre impresiones de verano (1863)
  • Mi relación con Belinski (1867)
  • Ancianos (старых людей) (1873)
  • Miércoles (среда) (1873)
  • Algo personal (Нечто личное) (1873)
  • Vlas (Влас) (1873)
  • Cuadritos (Маленькие картинки) (1873)
  • A propósito de una exposición (по поводу выставки) (1873)
  • Reflexiones sobre la mentira (1873)
  • Cuadritos de viaje (1874)
  • ¿Francés o ruso? (русский или французский язык) (1876)
  • El niño mendigo (1876)
  • El proceso a Kornilova (1876)
  • Un hombre paradójico (1876)
  • Algo acerca de los abogados (1876)
  • El talento (1876)
  • La muerte de George Sand (1876)
  • Dos suicidios (Два самоубийства) (1876)
  • La sentencia (приговор) (1876)
  • Los mejores (1876)
  • La moral tardía (1876)
  • Afirmaciones sin pruebas (1876)
  • Anécdota sobre la vida infantil (Анекдот из детской жизни) (1876)
  • El nacimiento de un escritor (1877)
  • La muerte de Nekrásov (1877)
  • Pushkin, Lérmontov y Nekrásov (1877)
  • El poeta y el ciudadano: Nekrásov hombre (1877)
  • Un testigo a favor de Nekrásov (1877)
  • La mentira se salva por otra mentira (1879)
  • Discurso sobre Pushkin (Пушкин) (1880)

Recopilaciones

  • Diario de un escritor (Дневник писателя) (1873–1881)

Véase también

Referencias

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Bibliografía

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  • —. (2009) Obras completas. Volumen I: novelas y relatos (1846-1849). Galaxia Gutenberg, Barcelona. ISBN 978-84-8109-799-3
  • —. Humillados y ofendidos. Terramar Ediciones, La Plata. ISBN 978-987-1187-90-4

Sobre Dostoyevski

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