Alfonso López Pumarejo
Alfonso López Pumarejo (Honda, Tolima, 31 de enero de 1886 - Londres, Inglaterra, 20 de noviembre de 1959) fue un empresario y político colombiano. Presidente de Colombia en los períodos de 1934-1938 y 1942-1945 por el Partido Liberal.
Primeros años
Sus padres fueron Pedro A. López Medina y Rosario Pumarejo Cotes, de Valledupar, quienes tuvieron seis hijos, todos nacidos en Honda. Alfonso fue el tercero y el mayor de los varones. Pedro A. López fue un destacado empresario en los sectores del comercio y las finanzas, oriundo de Bogotá, donde su padre Ambrosio López se dedicaba a la sastrería y había llegado a ser líder del influyente gremio de artesanos de la ciudad en la década de 1840; Ambrosio a su vez fue hijo de Jerónimo López.
Vivió su infancia en Honda hasta 1893 cuando la familia se trasladó a Bogotá, donde ocurrió la muerte de su madre, a los 28 años. A principios de 1901, viajó a Inglaterra a continuar sus estudios en el London School of Economics and Political Science, enfocándose en los temas financieros. Posteriormente viajó a los Estados Unidos donde adelantó estudios de economía y comercio en la Packard School de Nueva York. Nunca obtuvo un título profesional, si bien su preparación en el exterior le permitió tener una visión más contemporánea del mundo, de la economía y de la política; volvió a Bogotá en 1904, empezando a colaborar en los negocios de su padre (la prestigiosa Casa López), llegando a emprender la fundación del Banco Mercantil Americano en 1918, la Casa Mercantil de Ultramar y el Diario Nacional.
Respecto a sus relaciones en la vida privada, era cercano de importantes personajes cómo Enrique Olaya Herrera, Eduardo Santos, Luis Cano Villegas, y Luis Eduardo Nieto Caballero.
Carrera política
A la par con su ascenso como empresario, López Pumarejo empezó a destacarse como dirigente del Partido Liberal, el mismo partido al que su abuelo Ambrosio había ayudado a ganar su primera elección presidencial en 1849. Se desempeñó primero como diputado a la Asamblea del Tolima, su tierra natal, en 1915 y luego como representante a la Cámara (1925-1930). Se destacó así mismo como columnista político del "Diario Nacional" y "La República", desde donde empezó a llamar la atención de los círculos de poder, así como entre la gente del común, siendo reconocido como un líder comprometido con la causa de su partido, que estaba próximo a ajustar medio siglo en la oposición de la política.Por esta época conoció y trenzó amistad con el joven líder conservador Laureano Gómez, quien también era reconocido como aguerrido columnista, además de ser una de las futuras promesas parlamentarias de su partido. Durante el gobierno del Presidente conservador Marco Fidel Suárez, Gómez se encontraba en un sector contrario a éste dentro del mismo partido y encontró en López el apoyo ideal para buscar la forma de sacarlo del poder; fue así como en 1921, Gómez denunció en el Congreso que el Presidente había vendido sus sueldos y lo acusó de indignidad, mientras López mostraba las pruebas en los medios; en noviembre del mismo año lograron su cometido con la renuncia de Suárez a la Presidencia. Su alianza con Gómez no duraría mucho, pues años después al convertirse cada uno en el jefe máximo de su Partido, serían acérrimos contradictores. En 1922, ejerció por algunos meses el Ministerio del Tesoro en el gobierno de Pedro Nel Ospina. Había organizado un ciclo de conferencias en el Teatro Municipal de Bogotá, dentro del cual criticó al gobierno por abusar del crédito externo y lograr lo que denominó una "prosperidad a debe". Ese mismo año fue elegido director del Partido Liberal Colombiano en asocio de los generales Antonio Samper Uribe y Leandro Cuberos Niño. Los generales Samper y Cuberos eran dos veteranos militares, fieles durante toda su vida pública al Partido Liberal y a sus líderes, los fallecidos generales Rafael Uribe Uribe y Benjamín Herrera; por esta razón habían sido escogidos como directores del partido, pero fueron opacados rápidamente por López, quien era mucho más hábil como político. Causó un gran revuelo cuando en la convención liberal de ese año propuso que "El liberalismo se debe preparar para retomar las riendas del poder", en un momento en que no parecía haber forma de derrotar a un Partido Conservador que gobernaba desde 1886.Para las elecciones de 1930 el conservatismo no logró reunirse en torno a una candidatura, y sus electores se debatían entre el general Alfredo Vázquez Cobo y el poeta y ex ministro Guillermo Valencia. Este hecho fue visto por López como la oportunidad de recuperar la presidencia para el liberalismo. A sabiendas de que su candidatura podría provocar la unión conservadora (debido a su franca beligerancia contra el régimen), López propició y coordinó la candidatura del embajador de Colombia en Estados Unidos, Enrique Olaya Herrera, un destacado liberal que en varias ocasiones había servido como ministro de los gobiernos conservadores y no generaba mucha suspicacia entre los dirigentes de ese partido. Efectivamente en las elecciones ganó el partido liberal, gracias a la división de Vázquez y Valencia y al manejo estratégico que López le dio a esta oportunidad con la candidatura de Olaya.Durante el gobierno de Olaya, López tuvo una participación destacada como diplomático, claro que sin ningún cargo determinado, sino como delegado del Presidente para varios asuntos trascendentales, como la negociación final de la paz con Perú, pactada en la ciudad de Río de Janeiro en 1933, tras la guerra de 1932. Durante estos años López se mantuvo como máximo líder del Partido Liberal, y pocos dudaban de su candidatura presidencial para el siguiente periodo.
Para las elecciones de 1934, no hubo en el Partido Liberal nadie capaz de enfrentar a López Pumarejo por la candidatura presidencial, mientras que el Partido Conservador, previendo la abrumadora mayoría que obtendría el candidato liberal, decidió abstenerse. Enfrentando solo al líder indígena Eutiquio Timoté, candidato del Partido Comunista de Colombia, López fue elegido por casi un millón de votos; la mayor votación registrada hasta entonces en la historia del país y que solo sería batida quince años después por su antiguo amigo, Laureano Gómez.
Durante su gobierno concibió y llevó a término un conjunto de reformas en los ámbitos constitucional, agrario, tributario, judicial, universitario, laboral y de política internacional. Su gobierno recibió el nombre de Revolución en Marcha, concepto esgrimido por él mismo como "el deber del hombre de Estado de efectuar por medios pacíficos y constitucionales todo lo que haría una revolución".
El cuatrienio de 1934 a 1938 fue una controversia de principio a fin. Cada una de las reformas propuestas por el presidente suscitó la reacción alarmada de un sector acomodado de la población que veía vulnerados sus privilegios. Es así como la oposición al gobierno se concentró, además del Partido Conservador, en la Iglesia, los industriales y los terratenientes algunos de sus aspectos positivos fueron -se construyeron casas y granjas para campesinos -garantizó derecho de trabajadores a la huelga -estableció relaciones diplomáticas con la unión soviética Algunos aspectos negativos fueron -el partido liberal aparece dividido -vuelven los conservadores a ganar las elecciones y los liberales quedan con penas y decepciones.
Reforma constitucional de 1886
En 1936 reformó parcialmente la Constitución de 1886, dando paso a una nueva concepción del Estado, para lo cual contó con el liderazgo de su ministro de Gobierno Darío Echandía, quien como vocero del gobierno fue el gran protagonista en el Congreso de la República . Echandía fue más tarde también Presidente de la República. En la reforma del 36 se cambió la concepción del Estado gendarme, propia de la Constitución de 1886, por la del Estado como entidad capaz de obligar al ciudadano al cumplimiento de sus deberes sociales. La reforma del 36 tuvo influencias de la Constitución de la Segunda República Española de 1931 y, para algunos, formuló los primeros enunciados de lo que después se conoció como Estado social de derecho.
Aplicó en economía la teoría intervencionista del New Deal, promovida por Franklin Delano Roosevelt en Estados Unidos y por John Maynard Keynes desde la academia; estableciendo con eso constitucional el intervencionismo de Estado; ahora éste intervendría en la economía del país, con la intención no solo de racionalizarla, sino de dar al trabajador una protección, introduciendo un equilibrio entre las relaciones obrero-patronales; precisamente la reforma reconoció legalmente el derecho a la huelga y el gobierno promovió activamente la formación de sindicatos.
La reforma constitucional estableció la definición de la propiedad por su función social. Entre los efectos más notorios de esta nueva norma, se encuentra el derecho del Estado para realizar expropiaciones de terrenos, bajo el principio de la utilidad pública, especialmente en los extensos territorios ociosos de los terratenientes.
A pesar de las intenciones de López por modificar la estructura de la propiedad colombiana cedió ante las presiones de los grupos terratenientes, de los cuales hacia parte.
Reforma agraria
Basándose en la norma constitucional de la función social de la propiedad, explicada anteriormente, el presidente López promovió una reforma agraria, la primera llevada a cabo en el país, que incluyó normas sobre la explotación de la tierra, los derechos de los arrendatarios y colonos sobre las tierras de los patronos y las condiciones laborales óptimas para los jornaleros. Según palabras de Gerardo Molina este debió ser "el comienzo de la revolución agro-industrial, la que tenía en su favor muchos elementos para realizarse si el liberalismo se hubiera decidido"; pero nuevamente, López contó con el rechazo de las clases adineradas del país, en este caso no de los industriales, sino de los terratenientes.
Reforma educativa
Durante el gobierno de López Pumarejo se compraron los terrenos y se empezó a construir la Ciudad Universitaria de Bogotá, para albergar en un solo ambiente a todas las facultades y escuelas que formaban la Universidad Nacional de Colombia y que estaban distribuidas por toda la ciudad. Así mismo promovió la integración de facultades e institutos, la dotación de recursos financieros suficientes, la democratización de sus autoridades (el rector era elegido por un consejo superior, en el que tenían participación profesores y estudiantes), el establecimiento de las libertades académicas, la autonomía relativa, la participación de profesores y estudiantes en el manejo del claustro, la presencia de la mujer, la apertura de nuevas y más diversas carreras, el estímulo a la investigación, los servicios sociales y la función de extensión académica. Estas reformas permitieron llevar a la Universidad a la vanguardia educativa de la época, bajo las políticas del primer Secretario General que López Pumarejo designó para el plantel, el intelectual payanés Manuel Antonio Arboleda, prematuramente fallecido en la tragedia de Fúquene. En reconocimiento, el Estadio Alfonso López Pumarejo y uno de los auditorios más importantes de la Universidad llevan el nombre del ex presidente. El Ministro de Educación que implementó la reforma educativa de 1935 fue el escritor Jorge Zalamea
Las características de la reforma universitaria se extendieron al resto del sistema educativo, golpeando duramente a la Iglesia, debido a la laicización y liberación de la educación básica y media (secundaria), ya que se reducían las horas semanales de educación religiosa, para dar paso a las primeras clases de educación sexual en el país, así como se daba en las cátedras de filosofía, la importancia antes no concedida a las teorías liberales y naturalistas, propugnadas por autores antes prohibidos por el clero (Soren Kierkegaard, Friedrich Nietzsche, etc).
Relaciones exteriores
Durante este mandato hubo dos asuntos de gran interés para el gobierno nacional en materia de política exterior, de una parte las negociaciones del tratado de paz con Perú y de otra, las relaciones con Estados Unidos.
En cuanto a las relaciones con Perú, el gobierno logró, luego de casi dos años de mantener charlas y hacer un debate en el Congreso, la aprobación del tratado firmado en Río de Janeiro, al que el conservatismo había puesto multitud de trabas.
En cuanto a Estados Unidos, el presidente López fortaleció la relación con este país, a través del presidente Franklin Delano Roosevelt, con quien tranzó una amistad personal, y con quien coincidiría en los aspectos generales del New Deal. Uno de los retos más grandes para López en este aspecto fue dar a entender a la opinión nacional el cambio en la política exterior estadounidense, caracterizada antes por la intervención militar y económica directa en los países de América Latina, frente a la política de Roosevelt, que se dirigía por la consigna del "Buen Vecino".
Ministros Primer Gabinete
Segundo gobierno
Tras finalizar su mandato en 1938, viajó al exterior y regresó a Colombia a principios de 1942 con la intención de volver a gobernar. El sector moderado del liberalismo, encabezado por el presidente saliente, Eduardo Santos, no respaldó a López, postulando al destacado exministro Carlos Lozano en la convención liberal, pese a lo cual López ganó la candidatura oficial del partido. El Partido Conservador, encabezado por Gómez, se consideró incapaz de ganar postulando un candidato propio, por lo que se ofreció el respaldo al candidato que la disidencia liberal propusiera; el nombre presentado fue el del exministro Carlos Arango Vélez. En una elección mucho más reñida que la de ocho años atrás, López venció a Arango y obtuvo un segundo cuatrienio al frente del gobierno nacional.
Durante su segundo mandato, que inició el 7 de agosto de 1942, López no consiguió reunir la fuerza suficiente para sacar adelante nuevas reformas y, por el contrario, se enfrentó a un panorama de muy dura oposición. Además, varios escándalos pusieron en tela de juicio la transparencia del gobierno, como por ejemplo, las adquisiciones de bienes por parte de su hijo Alfonso López Michelsen en dudosas condiciones de negociación.
En el campo internacional, cabe destacar el paso de la neutralidad frente a la Segunda Guerra Mundial en el gobierno de Santos a la declaración de guerra a las potencias del Eje que realizó Colombia apenas llegado López al poder, a la vez que Colombia se convertía en uno de los fundadores de la ONU.
Crisis e intento de golpe Estado
La situación de crisis generalizada por la Segunda Guerra Mundial creó en el país un ambiente muy distinto al de su primera administración; en esta oportunidad la imposibilidad de fomentar la industria media y ligera frenó duramente la economía. Sumado a esto, la división del Partido Liberal y la tenaz oposición conservadora diezmaron la capacidad de maniobra del presidente y acrecentaron el descontento general, al punto de que por dos días (julio 10 y 11 de 1944) fue apresado en Pasto por el coronel rebelde Diógenes Gil. Consiguió, gracias a Darío Echandía, Designado a la Presidencia (vicepresidente), quien asumió el mando, y a su ministro de Gobierno Alberto Lleras Camargo, develar la conspiración y mantenerse en el poder.
Reforma laboral
Pese a todos los inconvenientes, López consiguió implantar una reforma laboral que había dejado esbozada en su primera administración. En ella se desarrollaban apartes de la reforma constitucional de 1936, comprendiendo que en una economía en vías de actualización capitalista, había que codificar la relación patrón-obrero, pues la fuerza de trabajo debía organizarse con sistemas de contratación y jurídicos más estables. Se propició, entonces, el sindicalismo, con el fin de armonizar la condición obrera con las necesidades estructurales de la industrialización, y se garantizó el derecho a la huelga.
Asímismo estableció el reconocimiento del contrato de trabajo como entidad jurídica autónoma, dio al gobierno facultades para establecer modelos que sirvieran como contrato presuntivo y para fijar el salario mínimo, decretó la jornada laboral de nueve horas y el pago de horas extras.
Reforma constitucional de 1945
Ya en las postrimerías de su mandato, sacó adelante una nueva reforma constitucional que incluyó la concesión de la ciudadanía a la mujer, pero sin derecho a votar; la prohibición para los militares de sufragar y la disminución del número de debates para la aprobación de leyes, entre otras medidas, que buscaban la modernización del Estado Colombiano.
Renuncia irrevocable
Debido a la crisis desatada y a profundos problemas familiares (grave enfermedad de su esposa, que lo obligó a separarse del poder, por seis meses, de octubre de 1943 a mayo de 1944, siendo sustituido también por Echandía), presentó su renuncia irrevocable al Congreso y entregó el poder a su adversario, Lleras Camargo, nuevo Designado Presidencial y Ministro de Relaciones Exteriores, el 7 de agosto de 1945.
Ministros Segundo Gabinete
- Ministro de Gobierno: Dario Echandia (1942-1943) | Alberto Lleras Camargo (1943-1945) | Antonio Rocha (1945) | Absalon Fernández de Soto (1945)
- Ministro de Relaciones Exteriores: Gabriel Turbay (1942-1943) | Francisco José Chaux (1943) | Gabriel Turbay (1943) | Carlos Lozano y Lozano (1943) | Dario Echandia (1943) | Alberto González Fernández (1943) | Dario Echandia (1944-1945) | Alberto Lleras Camargo (1945)
- Ministro de Hacienda: Alfonso Araujo (1942-1943) | Arcesio Londoño Palacio (1943) | Carlos Lleras Restrepo (1943-1945) | Roberto Urdaneta Arbelaez (1945) | Carlos Sánz de Santamaría (1945)
- Ministro de Guerra: Alejandro Galvis Galvis (1942-1943) | Ramón Santodomingo (1943) | Alberto Arango Tavera (1943) | Gonzalo Restrepo (1943) | Gral. Domingo Espinel (1944-1945)
- Ministro de Economía Nacional: Santiago Ricas Camacho (1942-1943) | César García Álvarez (1943) | Moisés Prieto (1943) | Carlos Sánz de Santamaría (1944-1945) | Luis Tamayo (1945)
- Ministros de Trabajo, Higiene y Previsión Social: Arcesio Londoño Palacio (1942-1943) | Abelardo Forero Benavides (1943) | Jorge Eliecer Gaitan Ayala (1943) | Adan Arriaga Andrade (1944-1945)
- Ministro de Minas y Petroleos: Nestor Pineda (1942-1943) | Tulio Enrique Tascon (1943) | Carlos Uribe Echeverri (1943) | Nestor Pineda (1944-1945) | Manuel Barrera Parra (1945) | Jesús Antonio Guzman (1945)
- Ministro de Educación Jorge Zalamea (1942) | Absalon Fernández de Soto (1942-1943) | Rafael Parga Cortes (1943) | Carlos Lozano y Lozano (1943) | Carlos Arango Velez (1943) | Antonio Rocha (1944-1945) | Rafael Escallon (1945) | Antonio Rocha (1945)
- Ministro de Obras Públicas: Alberto Jaramillo Sánchez (1942) | Marco Aurelio Arango (1942-1943) | Hernán Echavarría Olózoga (1943) | Álvaro Díaz Sarmiento (1944-1945)
- Ministro de Correos y Telégrafos: Pedro Castro Monsalvo (1942) | Ramón Santodomingo (1942-1943) | Álvaro Díaz Sarmiento (1943) | Alirio Gómez Picón (1943) | Luis Guillermo Echeverri (1944-1945)
Postgobierno
En 1946, por designación de Mariano Ospina Pérez, Alfonso López presidió la delegación de Colombia en las Naciones Unidas; en esta asamblea y en el seno del Consejo de Seguridad (del que llegó a ser presidente en 1948) desempeñó una labor constructiva y destacada.
Se retiró de sus funciones diplomáticas cuando Ospina cerró el Congreso en 1949, y regresó al país para respaldar a la oposición liberal. Respaldó el golpe de Estado del general Rojas Pinilla en 1953, como medida para acabar con el extremismo de derecha de Laureano Gómez, pero cuando el nuevo Presidente empezó a tornarse autoritario y dictatorial, le retiró su apoyo y emprendió la oposición, lo cual provocó el incendio de su casa en Bogotá como reacción del gobierno, lo que le obligó a exiliarse en México con su familia. Desde el destierro promovió la unión de los dos grandes partidos para recuperar la democracia, lo cual conllevó a los pactos de Benidorm y Sitges, que permitieron la caída de Rojas, y el advenimiento de la Junta Militar; cabe notar que fue la primera vez en más de treinta años que López Pumarejo y Laureano Gómez trabajaron políticamente juntos, lo cual era crucial, siendo los más reconocidos patriarcas políticos del país, para conjurar el histórico acuerdo que dio origen al Frente Nacional.
Alfonso López Pumarejo falleció siendo embajador de Colombia en el Reino Unido en Londres el 20 de noviembre de 1959. Por su gran obra reformista, es considerado uno de los líderes más importantes de la historia de Colombia, y el ícono más importante del progresismo liberal del siglo XX.
Legado
- Muchos dirigentes de todo el espectro político han reconocido la importancia histórica de los gobiernos de López Pumarejo para el desarrollo del país, empezando por el aparato liberal en pleno e incluyendo personajes tan disímiles como Álvaro Uribe[2] y Sergio Fajardo.[3]
- Para el Partido Liberal, López se constituye en el mejor representante del que ha sido su ideario predominante durante el último siglo: intervención estatal en el desarrollo económico, promoción de libertades y derechos, fortalecimiento de la educación pública y modernización.
- Uno de los hijos de Alfonso López Pumarejo, Alfonso López Michelsen llegó a ser Presidente de Colombia y durante más de veinte años llegó a ejercer al igual que su padre, un papel tutelar y orientador sobre su Partido y sobre la política del país en general. Sus nietos Alfonso López Caballero, Juan Manuel López Caballero, Clara López Obregón y María Mercedes Cuéllar López han desarrollado intensas carreras políticas que han mantenido vivo el legado del ex Presidente.
- La Plaza Mayor de Valledupar fue rebautizada en su nombre, al igual que el aeropuerto.
- El Estadio de fútbol de la Ciudad Universitaria de Bogotá, así como el Estadio de la ciudad de Bucaramanga fueron nombrados en su memoria.
Predecesor: Enrique Olaya Herrera (1930) |
Candidato del Partido Liberal a la Presidencia de Colombia 1934 |
Sucesor: Eduardo Santos Montejo (1938) |
Predecesor: Enrique Olaya Herrera |
Presidente de Colombia 7 de agosto de 1934—7 de agosto de 1938 |
Sucesor: Eduardo Santos Montejo |
Predecesor: Eduardo Santos Montejo (1938) |
Candidato del Partido Liberal a la Presidencia de Colombia 1942 |
Sucesor: Gabriel Turbay (1946) |
Predecesor: Eduardo Santos Montejo |
Presidente de Colombia 7 de agosto de 1942—7 de agosto de 1945 |
Sucesor: Alberto Lleras Camargo |
Referencias
- TIRADO Mejía, Álvaro. El primer gobierno de Alfonso López Pumarejo 1934-1938: aspectos políticos. Ed. Universidad Nacional de Colombia
- ACOSTA BORRERO, Pedro. López Pumarejo: En marcha hacia su revolución. Ed. Universidad Jorge Tadeo Lozano
- LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Grandes Compatriotas. Ed. Tercer Mundo
- ROJAS CABALLERO, Silvia. Alfonso López Pumarejo en Gran Enciclopedia de Colombia, Tomo 10: Biografías. Ed. Círculo de Lectores, Bogotá D.C., 1997
- PARDO, Carlos Orlando (Editor) Protagonistas del Tolima siglo XX, Ibagué 1995
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Alfonso López Pumarejo.
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